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LA POBLACIÓN

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LA POBLACIÓN

Introducción

La dinámica natural de la población

ÍNDICE

Por movimientos naturales de la población entendemos aquellos que dependen exclusivamente de la natalidad y la

mortalidad.

Dichas referencias a la vida y a la muerte de un país aparecen recogidas en las estadísticas del Movimiento Natural de la Población, que se refieren  básicamente a los nacimientos, matrimonios y defunciones ocurridos en territorio español, constituyen uno de los trabajos de mayor tradición en el Instituto Nacional de estadística (INE).

Referencia a los datos básicos recogidos en un padrón municipal Los datos censales que reflejan esa dinámica poblacional hacen referencia a conceptos tales como la natalidad, la fertilidad, la nupcialidad, la mortalidad,  la mortalidad infantil o la esperanza de vida. La diferencia entre unos y otros dará lugar al crecimiento vegetativo o natural de la población española.

La natalidad se define como el número de nacimientos que se producen en una población y en un tiempo concreto.

Vinculado a la natalidad se encuentra el concepto de fecundidad. Esta es la relación existente entre el número de nacidos y el número de mujeres en edad fértil.

La mortalidad infantil que se define como  la relación existente entre el número de fallecidos antes de cumplir el primer año de edad y los nacidos vivos durante ese año.

La esperanza de vida, es el promedio de años  que se calcula que puede llegar a vivir un recién nacido.

El crecimiento natural de la población se define como la diferencia entre el número de nacimientos y defunciones que se produce en un lugar.

Los datos censales del año 2001 reflejaban una población que superaba el umbral de los 40 millones de habitantes,  más del doble de la población existente en 1900.

Cuando se analiza los movimientos naturales o dinámica natural de la población en el tiempo se habla de los regímenes demográficos. Éstos responden siempre a tres etapas que son:

La dinámica natural de la población

la primera,  el régimen demográfico antiguo que se caracterizaba por un crecimiento natural bajo, al presentar unas altas tasas de natalidad y unas altas tasas de mortalidad, presentándose esta última a veces de carácter catastrófica;  

la segunda, es la fase de transición demográfica que casi siempre presenta dos fases internas (en la primera se produce una caída de la mortalidad, mientras que en la segunda se produce una reducción de la natalidad);

y una tercera, el llamado régimen demográfico moderno  caracterizado por unas tasas muy bajas en la natalidad y la mortalidad.

Esta primera fase correspondiente al  Régimen demográfico tradicional o antiguo, alcanzaría en España  hasta 1900.

Fase I: El régimen demográfico antiguo se caracteriza por presentar tasas de natalidad y de mortalidad  que alcanzan el 40 %º se mantiene en España hasta los inicios del siglo XX.

La natalidad antes del año 1900 es alta. Las razones se encuentran en el predominio de una economía y una sociedad rural en la que un hijo o una hija es considerado una inversión (los hijos trabajan para la familia a una temprana edad, son baratos de mantener y podrían cuidar en un futuro de los mayores). Igualmente la explicación se debe a la inexistencia de sistemas eficaces de control de natalidad, siendo el único el retraso en edad de matrimonio. El modelo de matrimonio para ese momento es tardío, pues las mujeres solían casarse más tarde de los 21 o 23 años, y en algunos casos más tarde de los 25. Los hombres en torno a los 25. Con este sistema, el total de hijos nacidos no superaba los 8, de los que sólo sobrevivían al matrimonio entre 3 y 5.

  La mortalidad en el ciclo demográfico antiguo es muy alta sobre todo la

mortalidad infantil. Pero más importante que la mortalidad ordinaria es la mortalidad catastrófica.  La mortalidad en esta época es alta por el bajo nivel de vida (dieta escasa, desequilibrada), las enfermedades infecciosas transmitidas por aire y agua, el atraso médico y la falta de  higiene privada y pública.

A finales del siglo XIX se produce en España un incremento de la población. Este se debe fundamentalmente a tres causas : una mayor fecundidad, un aumento en la esperanza de vida y el cese de migraciones  a América. A finales del siglo, los índices de mortalidad infantil están en el 20‰, y los de natalidad se situaban en torno al 34‰. La tasa de crecimiento vegetativo era del 0,9%.

Mapa de densidad de población de 1857, en donde destaca la fuerte densidad demográfica de Galicia (supe poblamiento que dio lugar a emigraciones masivas), la relativamente importante de Castilla y León, y la tan sólo moderadamente elevada de Madrid.

El contraste entre el censo de población de 1857 y el de 1910, la población española aumentó un 94%, aunque no en todas partes igual. En general el norte pierde población mientras que el sur la gana, y el centro, excepto Madrid, pierde, mientras que la costa gana. Esta es, grosso modo, la distribución actual.

Con respecto a la natalidad  se produce una disminución suave y oscilante de la natalidad. En los años veinte se produce una  recuperación de la natalidad. Entre 1930 – 56 se aprecia un descenso de la natalidad por razones políticas y económicas. Entre 1956- 65 se produce el mayor aumento de la natalidad dándose el fenómeno conocido como “baby boom”. En España, el baby boom se produjo con diez años de retraso con respecto al resto de Europa Occidental y Estados Unidos.

Por el contrario, entre  1965 -75 hay una fuerte reducción natalidad por éxodo rural y problemas de vivienda. También se reduce la fecundidad, a pesar de las políticas natalistas del régimen de Franco.

Con respecto a la mortalidad se produce una disminución notable y constante de la misma.  La mortalidad continúa reduciéndose, salvo en episodios como la epidemia de gripe de 1918-20 y la guerra civil (1936-39). La mortalidad afectaba más a las clases pobres. Esto va a ser así  hasta que 1963 se generaliza la sanidad pública y se crea la Seguridad Social. Aspecto importante también es que la crisis de posguerra desaparecen definitivamente las crisis de subsistencia. Pero los éxitos más notables en la mortalidad se consiguen en la reducción de la mortalidad infantil que, aun siendo alta, a principios de los 70, baja espectacularmente.