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LA PLAZA REDONDA DE VALENCIA VESTIGIO PATRIMONIAL EN LA MEMORIA COLECTIVA RECIENTE Adrián Saiz Pardo Historia y Gestión del Patrimonio Artístico Profesor: Luis Arciniega García 3ºA, Curso 2013-2014 DEPARTAMENT D’HISTÒRIA DE L’ART, UNIVERSITAT DE VALÈNCIA

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LA PLAZA REDONDA DE VALENCIA VESTIGIO PATRIMONIAL EN LA MEMORIA COLECTIVA RECIENTE

Adrián Saiz Pardo

Historia y Gestión del Patrimonio Artístico

Profesor: Luis Arciniega García

3ºA, Curso 2013-2014

DEPARTAMENT D’HISTÒRIA DE L’ART, UNIVERSITAT DE VALÈNCIA

2

Índice

1. Introducción .................................................................................................................. 3

2. Evolución histórica de la plaza Redonda ....................................................................... 4

2.1. Contexto histórico-urbanístico del siglo XIX en Valencia ........................................ 4

2.2. Proyecto primitivo ................................................................................................... 5

2.3. Principales modificaciones posteriores ................................................................... 9

3. Puesta en valor y evolución como patrimonio cultural de la plaza Redonda ................12

3.1. Proyectos de conservación y restauración desde mediados del siglo XX ..............12

3.2. Estado de conservación y rehabilitación. ...............................................................14

4. Valoración patrimonial y conclusiones. ........................................................................17

5. Bibliografía ...................................................................................................................19

6. Webgrafía ....................................................................................................................20

7. Apéndice. Procedencia de las ilustraciones .................................................................21

3

1. Introducción

En el presente trabajo se pretende realizar una puesta en valor de la plaza

Redonda como patrimonio cultural de la ciudad de Valencia. Para valorarla como

un bien cultural será necesario indagar en su evolución histórica hasta nuestros

días. De este modo, será más fácil interpretar la plaza como un vestigio cultural

del pasado en la actualidad. Para ello, se realizará en el primer apartado una

descripción detalla del proyecto primitivo y su contexto histórico, así como de las

posteriores modificaciones llevadas a cabo sobre el bien tratado.

A partir de esta aproximación histórica se detallará, en el segundo apartado, su

valoración como patrimonio cultural a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Después se destacará su estado de conservación antes de la restauración para

posteriormente poder valorar las motivaciones que han suscitado dicha

restauración y cómo se ha llevado a cabo.

Finalmente, el trabajo concluirá con una valoración personal sobre la puesta en

valor de la plaza Redonda como patrimonio cultural llevada a cabo a lo largo del

tiempo y su situación actual.

4

2. Evolución histórica de la plaza Redonda

2.1. Contexto histórico-urbanístico del siglo XIX en Valencia

Históricamente, desde época musulmana, el barrio donde se ubica actualmente la

plaza Redonda constituía la zona comercial de la ciudad de Valencia. Con la

cristianización de la función comercial de la zona se mantuvo, colocando edificios

como la pescadería, la carnicería o el matadero. La posición que ocupaba este

último edificio corresponde con el emplazamiento actual de la plaza Redonda,

como se puede ver en el grabado de 1738 del plano del padre Tosca [figs. 1 y 2].1

Fig. 1 y 2. Fragmentos del plano Valentia Edetanorum aliis Contestanorum, vulgo del Cid. Muestra

la Valencia del siglo XVIII y el futuro emplazamiento de la Plaza Redonda.

En los primeros años del siglo XIX se decidió trasladar el matadero a las afueras

de la urbe. Esta circunstancia, vinculada a la desamortización de 1836, permitió

llevar a cabo el saneamiento y la trasformación morfológica del urbanismo de la

zona comercial de Valencia, junto con otros sectores de la ciudad. Dentro del

contexto de esta trasformación urbanística hay que situar la construcción de la

plaza Redonda.

1 Es un grabado de J. Forteta hecho en 1738 a partir del plano original del padre Tosca, el cual es

de 1704. En el plano se muestra una esquematización de la trama urbana de la ciudad de Valencia, por lo que no es una reproducción completamente verosímil de la realidad. A pesar de ello, sirve para establecer la futura ubicación de la Plaza Redonda entre Santa Catalina y la plaza del Mercado, poniéndolo en relación a lo existente en el siglo anterior a su construcción. (PIÑÓN, J.L., Los orígenes de la Valencia moderna: notas sobre la reedificación urbana de la primera mitad del siglo XIX. Valencia: Alfons el Magnànim, 1988, p. 31.)

5

2.2. Proyecto primitivo

En 1837 el Ayuntamiento decidió derruir el antiguo edificio del matadero, ya

inactivo, encargando la supervisión de la demolición y el proyecto de construcción

de una plaza a Salvador Escrig i Melchor.2 El proyecto fue aprobado por la

Academia de las Nobles y Bellas Artes de San Carlos, si bien incluyendo ciertas

puntualizaciones que dejan patente su defensa por la uniformidad y la sencillez

que debían mantener los edificios, característica de la corriente neoclásica que

promovía dicha academia. En el siguiente fragmento se pueden ver algunas de

esas puntualizaciones en relación al proyecto de Escrig:

Deseosa de complacer al Excelentísimo Ayuntamiento ha resuelto se diga a ustedes

que los pisos de las casas hacederas deben correr todos a igual altura del terreno.

Que en cuanto a la decoración de sus fachadas exige la hermosura que sea

enteramente uniforme, presentando la mayor sencillez para facilitar la ejecución con

menos dispendios de los propietarios. Y últimamente que no será gravoso a los

mismos y sí muy conveniente al aspecto público el sujetarlos a unas mismas tintas.3

Bajo estas pretensiones, se modificó ligeramente el proyecto inicial. Éste

contemplaba la construcción de balcones individuales en el segundo piso y una

balconada continua en el primero. Sin embargo, la Academia rehusó esta solución

en favor de una balconada continua para ambos pisos con el objetivo de que se

reflejasen en mayor medida sus ideales de uniformidad. Con estas

modificaciones, el 28 de agosto del mismo año quedó aprobado el proyecto

definitivo.

El proyecto constaba de un espacio central constituido por una plaza circular

cerrada de 37 metros de diámetro. La plaza articulaba a su alrededor una

manzana de un total de 34 edificios. Todos ellos se construyeron con plantas

diferentes e irregulares por las dificultades que presentaba el terreno [fig. 3].

2 Arquitecto vinculado a la Academia de San Carlo y responsable de algunas obras públicas para el Ayuntamiento de Valencia como arquitecto municipal desde 1835. Para más datos biográficos vid. ALDEA HERNÁNDEZ, A., “El arquitecto Salvador Escrig”, Archivo de arte valenciano, 75, 1995, pp. 91-100. 3 Archivo Histórico Municipal (en adelante A.H.M). Caja 53, núm. 2, Libro de Instrumentos y Documentos, 10 de julio de 1837. En COLECTIVO DE ARQUITECTOS VETGES TU I MEDITERRÀNEA, La plaza redonda de Valencia, un estudio monográfico de un singular espacio urbano del s. XX. Valencia: Ediciones Alfons el Magnànim, 1988, p. 18

6

Fig. 3. Plano de la plaza Redonda. Fig. 4. Fotografía de la plaza a principios del siglo XX.

Todo el conjunto pertenecían a la Diputación, ya que tras la desamortización pasó

a convertirse en un espacio público. Esta circunstancia explica uno de los

propósitos del proyecto, destinarlos al alquiler de viviendas y comercios. Los

edificios del interior de la plaza estaban formados por tres pisos, los dos primeros

destinados a viviendas de alquiler, y una planta baja para comercios. El último

piso estaba provisto de pequeñas ventanas horizontales, coincidiendo con los

almacenes de los comercios. También podían funcionar como viviendas muy

sencillas aunque no estaban preparados para ello [fig. 5]. El hecho de que la

planta baja esté destinada exclusivamente a puestos comerciales y el último piso

funcione como almacén refleja que la plaza fue concebida como uno de los

referentes comerciales de la ciudad. Esta idea viene reforzada por el hecho de

que este espacio se convirtiese periódicamente en centro de la venta ambulante,

lugar complementario a la cercana plaza del mercado. Para ilustrar como sería el

paisaje comercial de la plaza se puede observar la fig. 4.4

Fig. 5. Alzado de la fachada del proyecto definitivo de Salvador Escrig. 4 La fotografía data de principios del siglo XX pese a que se está haciendo referencia a la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, debido a la escasez de fotografías que muestren la plaza en su periodo inicial, he creído conveniente la utilización de dicha fotografía debido a que el paisaje comercial al que se hace alusión se mantendrá desde la construcción de la plaza y no mostrará cambios hasta la construcción del tinglado en 1916, como posteriormente se mencionará.

7

La sencillez reivindicada por la Academia se hace visible en la composición de la

fachada y es extrapolable a la austeridad en el empleo de los materiales. La

división de la fachada en tres pisos diferenciados se realizó mediante impostas de

yeso. Debajo de los balcones se colocaron molduras, mientras que en el tercer

piso las impostas bajo las ventanas eran lisas. El material empleado en los

balcones fue el hierro, formando simples barandillas de hierro forjado y pintado de

negro. Sobre el tercer piso todo el conjunto estaba rematado por una cornisa

inclinada con tejas y un antepecho que aumenta la sensación de conjunto cerrado

que ofrecía la plaza. Toda la fachada estaba hecha con vigas de madera y ladrillo

recubierto con yeso, pintado éste a su vez con un color naranja durazno en

combinación con el blanco de las impostas.

Cada piso estaba compuesto por 38 vanos que constituían las puertas de los

balcones y las ventanas del último piso. Sin embargo, el número de vanos en la

planta baja era distinto. Estaba formado por 34 vanos, ya que a la plaza se

accedía por cuatro túneles abovedados cuyos vanos equivalen a dos huecos del

resto de niveles. Este acceso a la plaza se realizaba desde cuatro calles distintas

que correspondían a las calles Vallanca, Lope de Vega, Pescadería y Derechos.

Las cubiertas de los últimos tres accesos citados eran planas, mientras que la

correspondiente a la calle Vallanca era una cubierta de bóveda de lunetos. Todos

los accesos tenían en sus extremos arcos carpaneles [fig. 6]. Cada vano de los

distintos pisos estaba provisto de una puerta de madera con vidrieras que debía

ser igual en toda la plaza. De este modo, se puede decir que el conjunto de la

plaza destacaba por su racionalismo en la disposición de todos los elementos. Era

una fachada continua que permitía contemplar la plaza como un conjunto unitario

y uniforme, obedeciendo a los postulados neoclásicos.

Fig. 6. Accesos: C/ Vallanca (A); C/ Lope de Vega (B); C/ Derechos (C); C/ Pescadería (D).

8

La plaza tiene cierto valor simbólico en relación al urbanismo, ya que se construyó

justo en el centro de la ciudad y supuso la creación de un centro urbano

reconocible, inexistente hasta entonces desde el punto de vista urbanístico en

Valencia. También es una referencia directa al ideal de forma circular de la ciudad

amurallada de Valencia, cuyo centro, según la concepción neoclásica, debía ser

otro círculo.

Su construcción se inició en octubre de 1837 bajo la dirección de Bartolomé

Lláser como maestro de obras y con la participación de diversos arquitectos como

Jorge Gisbert, Sebastián Monleón o Timoteo Calvo, siempre siguiendo el proyecto

de Salvador Escrig. Las obras de este proyecto concluyeron en 1846.

A través del siguiente testimonio de Pascual Madoz se conocen los elementos

que complementaban el centro de la plaza en 1849: “en el ámbito de la plaza hay

8 árboles formando la misma figura circular, y en el centro un farol”.5 Por tanto, la

disposición de los arboles vendría a reforzar la idea del circulo dentro del circulo

de la concepción urbanística neoclásica. Por otro lado, gracias a la descripción

que José Garulo hace de la plaza en 1850 se conoce que en ese mismo año ya

se había construido una fuente circular en el centro de la plaza:

En su centro una grande y hermosa fuente de aguas potables con ocho grifos

que están asidos al pilar del obelisco, el cual contiene en su extremo superior

un vistoso farol de gas, de grandes dimensiones. Esta hermosa fuente esta

circundada de árboles frondosos.6

Por tanto, en base a los testimonios de Madoz y Garulo, se puede establecer que

la construcción de la fuente respondería a la culminación de la nueva canalización

de aguas en la ciudad de Valencia, la cual se sabe que fue inaugurada en 1850.

No se sabe si la inclusión de los árboles y la fuente estaba contemplada en el

proyecto de Escrig, ya que no hay constancia de los mismos en los documentos

existentes sobre el proyecto inicial. Más bien, parece ser que se trató de una

ordenanza municipal relacionada con el saneamiento de la zona, lo que se vincula

5 MADOZ, P., Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Alicante, Castellón y Valencia. Tomo II. Valencia: Alfons el Magnànim, 1987(1846-1850), p. 244. 6 GARULO, J., Valencia en la mano o sea manual de forasteros. Guía cierta y segura. Valencia: Librerías París-Valencia, 1979 (1852), p. 3.

9

con las pretensiones de la reforma urbanística que se está llevando a cabo en

estos momentos en toda la ciudad.

2.3. Principales modificaciones posteriores

Durante el resto del siglo XIX y parte del XX se realizaron algunas modificaciones

en el conjunto arquitectónico de la plaza Redonda. Desde 1858 las fachadas de

los edificios exteriores de la plaza comenzaron a sufrir modificaciones en cuanto a

la altura y la decoración. En el año 1874 algunos sectores de la fachada interior

de la plaza sufrieron un cambio en el tamaño de las ventanas horizontales del

último piso. Las ventanas que se modificaron se ampliaron de tamaño y pasaron a

ser balcones individuales. De este modo se iba rompiendo progresivamente con la

estética uniforme del conjunto proyectada en el modelo primitivo.

En las fotografías que aparecen a continuación [figs. 7 y 8], de finales del siglo

XIX, se puede ver la modificación de las ventanas del último piso. La forma

horizontal inicial va dejando paso a una obertura vertical, similar a la de los pisos

inferiores. Esto se debe a que cada vez era más frecuente que los últimos pisos

fuesen adquiridos como viviendas precarias. El espacio era adaptado a la

necesidad de convertirlo en un lugar habitable. Las ventanas horizontales no

propiciaban a penas luz al interior, ya que en su función inicial como almacenes

no era necesaria, por lo que a la hora de convertirse en vivienda tuvieron que

hacerse ventanales más amplios.

Figs. 7 y 8. Fotografías de finales del siglo XIX.

10

En el siglo XX la plaza continuaba teniendo una importante función comercial. En

1916 se acordó colocar un tinglado con cubierta de madera y pizarra sustentada

por una estructura básica de varas de aluminio [fig. 9], todo ello de carácter

transitorio. El esqueleto de aluminio formaba una cubierta de correas compuesta

por la sucesión de varias cerchas de tirante y pendolón que confieren una

armadura triangular básica. Estaban unidas entre sí por correas. Sobre esta

estructura habían colocados listones de madera en sentido vertical formando el

entablado sobre el que habían dispuestas láminas de pizarra cuadradas a modo

de empizarrado diagonal. La estructura se completaba con dos aleros

independientes hechos con los mismos materiales y la misma disposición que el

resto de la cubierta. Estaban sujetos a los pilares por la parte exterior mediante

hierro forjado y dejaban un hueco de separación con la cubierta principal que

estaba decorado con vidrieras. Por la parte interior del tinglado había un farol

cada dos cerchas de la armadura. Este tinglado tenía la finalidad de albergar los

comercios de pescadería mientras terminaban las obras del Mercado Central.7 Sin

embargo, una vez acabado el Mercado Central la cubierta no se eliminó, sirviendo

para la venta ambulante. Esta estructura disonaba con la armonía del proyecto

neoclásico, ya que no permitía contemplar la plaza en su conjunto. De nuevo, se

atendía a una necesidad, a la funcionalidad, en detrimento del valor estético.

La estética de proporción y racionalismo proyectada por Escrig para el interior de

la plaza se rompió por completo cuando en 1949 se construyó un ático encima de

una de una de las fachadas de la plaza [fig. 10]. Esto es debido a que las

estancias del último piso se convirtieron definitivamente en viviendas y se

precisaba ampliar el espacio por sus reducidas dimensiones originales. Ya en el

mismo momento de su construcción se llevaron a cabo iniciativas para demoler la

estructura, que rompía con la estética uniforme del conjunto, pero finalmente, en

1955 se desestimo cualquier demanda dejando la estructura de forma perpetua.

7 Las obras de construcción del nuevo Mercado Central comenzaron en octubre de 1910 y concluyeron en enero de 1928. http://www.mercadocentralvalencia.es/Historia.aspx (consultado el 28 de octubre de 2013).

11

Fig. 9. Sección del tinglado. Fig. 10. ático.

La última de las modificaciones se llevó a cabo en 1977. El Ayuntamiento aprobó

la colocación de puestos de comercio fijos debajo de la cubierta [figs. 11 y 12] y la

restauración de la fuente. Nuevamente se protestó por la colocación de los

puestos comerciales en el centro de la plaza debido a que no respetaban la

estética del proyecto original. Finalmente, desestimando las protestas, las obras

se llevaron a cabo, si bien no se colocaron todos los puestos fijos que se

pretendían. Los que se construyeron eran estructuras rectangulares de pequeñas

dimensiones hechas con madera y decoración cerámica.

Fig. 11. Plano de la distribución de los puestos fijos. Fig. 12. Perspectiva de los puestos fijos.

12

3. Puesta en valor y evolución como patrimonio cult ural de la plaza Redonda

3.1. Proyectos de conservación y restauración desde mediados del siglo XX

A lo largo del siglo XX su estado de conservación cayó en un progresivo deterioro

debido al despreocupado abandono por parte de los propietarios y de las

autoridades municipales, así como por la desocupación de la zona. A esto hay

que sumar las modificaciones anteriormente mencionadas y el fracaso de las

propuestas por evitarlas. Por estos motivos, el Servicio Municipal de Arquitectura

denunciaba en 1952 el deplorable estado en el que se encontraba la plaza al

reivindicarla como espacio de interés patrimonial y referente turístico dentro de

Valencia.8 Cualquier denuncia fue desestimada, pero estos movimientos en

defensa del patrimonio comienzan a mostrar el interés de la plaza en calidad de

espacio de notable importancia urbanística y cultural.

A raíz de las protestas por las constantes modificaciones en relación a la puesta

en valor de la plaza como patrimonio urbanístico y su mencionado deterioro, en

1977, se llevó a cabo una propuesta para incluir la plaza Redonda dentro del

Patrimonio Histórico-Artístico de la ciudad y así evitar más deformaciones de este

conjunto arquitectónico. Sin embargo, no fue hasta 1993 cuando fue incluida en el

Plan especial de protección y reforma interior del Barri del Mercat, gracias al que

fue declarada Espacio Libre Público y 28 edificios se convirtieron en

construcciones protegidas. Este plan de protección englobaba dentro de la

rehabilitación de los barrios históricos la readecuación y revitalización de la plaza

Redonda.

En 1998, se redactó la Ley valenciana de Patrimonio Cultural, según la cual la

plaza Redonda quedaba calificada como Bien de Relevancia Local. Gracias a

esta ordenanza la plaza quedaba incluida en los Catálogos de Bienes y Espacios

Protegidos. Lo que suponía esta calificación como Bien de Relevancia Local en

cuanto a su conservación como patrimonio cultural se puede ver a partir del punto

2 del Artículo 50 de la Ley 4/1998:

8 COLECTIVO DE ARQUITECTOS VETGES TU I MEDITERRÀNEA, La plaza redonda … op. cit., p. 24.

13

Los catálogos de bienes y espacios protegidos establecerán las medidas de

protección que, en función de los valores reconocidos, aseguren la adecuada

conservación y apreciación de dichos bienes. En relación con los bienes

inmuebles de relevancia local contendrán al menos las siguientes

determinaciones:

a) Situación y descripción detallada del bien y de los elementos

protegidos.

b) Determinación de los valores patrimoniales que justifican la calificación

de relevancia local.

c) Entorno de afección del bien, si procede.

d) Definición del grado de protección y del régimen de intervención

autorizado.9

Por tanto, se convierte en un espacio protegido reconociendo su interés como

patrimonio cultural y se da un primer paso hacia un plan de intervención para

restaurar, rehabilitar y conservar la plaza Redonda en su conjunto.

En relación al aspecto de conservación, en el Artículo 5 se alude a la colaboración

de los particulares en esta tarea como los encargados de custodiar y conservar el

bien patrimonial cooperando con las administraciones públicas.10 Esto enlaza con

las reivindicaciones que ya en 1952 realizaba el Servicio Municipal de

Arquitectura denunciando, entre otros aspectos, la dejadez y abandono por parte

de los propietarios en relación a la plaza Redonda. Por tanto, se pone en valor la

importancia del propietario en la conservación del bien patrimonial.

Otro aspecto importante de esta ley es que promueve la difusión del patrimonio

cultural, como se refleja en el Artículo 3. Esto muestra que la conservación de los

bienes materiales también está orientada a la difusión cultural.

9 Valencia. Ley 4/1998, de 11 de junio, de Patrimonio Cultural Valenciano. http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/va-l4-1998.t1.html#t1 (consultado el 2 de noviembre de 2013) 10 Ibídem.

14

3.2. Estado de conservación y rehabilitación.

En los años 90 la plaza presentaba un aspecto muy deteriorado [fig. 13]. En el

caso de la fachada muchas secciones del muro se habían recubierto con diversos

colores que no correspondían con la tonalidad del proyecto inicial, el cual era

común a todo el conjunto. A ello se suma el desconchado de la pintura que

presentaban diversos tramos a lo largo de toda la fachada, causa de humedades

y dejadez, amén de otros muchos desperfectos como la modificación del tamaño

de los ventanales o la intrusión de carteles publicitarios. Este deterioro es

extrapolable tanto al tinglado como a las casetas comerciales. A todo ello se suma

la suciedad y algunos escombros, signos de la desocupación y abandono de la

zona iniciado desde principios del siglo XX.

Fig. 13. Estado de la plaza entre 1998 y 2000.

Debido a este abandono de la plaza y en base a la Ley Valenciana de Patrimonio

Cultural, en 1999 se redactan los objetivos y criterios de actuación sobre la plaza:

1. Recuperar la coherencia y tratamiento compositivo de la totalidad de las

fachadas (exterior, interior y superior o de cubiertas) de los edificios que

definen la manzana que alberga la Plaza Redonda, así como su

15

especificidad tipológica de plaza menor abierta en el entramado que

conforma el recinto histórico de la ciudad de Valencia

2. Recuperar su carácter residencial, a fin de evitar los procesos de

desocupación que afectan gravemente a las plantas altas de los edificios.

3. Renovar y mejorar su específica personalidad comercial dentro de un

espacio vivo y de uso público.

4. Establecer un marco normativo de planeamiento que sirva de soporte a la

autorización y ejecución de los proyectos de obras de rehabilitación

impulsados por el Ayuntamiento de Valencia.

5. Definir las condiciones volumétricas, arquitectónicas y de actividad a las

que deben sujetarse las posibles intervenciones parciales que respondan

a iniciativas privadas, de modo que se garantice su adecuación respecto a

la rehabilitación global planteada.

6. Asimismo se debe adecuar la regulación urbanística a las condiciones

establecidas por la legislación urbanística vigente, especialmente por lo

que respecta a la definición de las condiciones de protección de los

edificios protegidos.11

En base a los objetivos redactados en 1999, entre los años 2000 y 2004, se llevó

a cabo una primera fase de análisis y toma de datos del conjunto arquitectónico

de la plaza. En 2007, el colectivo de arquitectos Vetges tu y Mediterrànea

comenzó el proyecto de restauración sobre la plaza y la fachada de los edificios.

Entre las actuaciones realizadas en la restauración destaca la renovación del

aspecto exterior de las fachadas de los edificios eliminando cualquier añadido

disonante con el proyecto primitivo de Salvador Escrig, como los áticos. Se igualó

el tamaño de las ventanas del tercer piso. En este caso las ventanas no se

devolvieron a su aspecto original de proporciones horizontales sino que se

aumentó el tamaño de las ventanas siguiendo el proyecto de 1874 para algunos

de los edificios. Esta modificación se realizó para garantizar la habitabilidad en los

edificios de la plaza con el objetivo de evitar la desocupación y el abandono.

También se pintó la fachada de su color original [fig. 14].

11 Plan especial de conservación y preservación de la plaza redonda de Valencia. https://www.ctav.es/ofiu/descargas.asp?ruta=F:%5Cficheros%5Cvalencia%5Cplan/&nombre_fichero=0700226-mem-j.pdf. (consultado el 29 de octubre de 2013)

16

La última fase de esta intervención se realizó en 2012. Se eliminó la cubierta

modernista de 1916 y los puestos de comercio fijos para ser sustituidos por una

cubierta de acero inoxidable y vidrio con ocho nuevas casetas de comercio [fig.

15]. De esta forma se concluyó la rehabilitación y readecuación del espacio

interior de la plaza Redonda.

Fig. 14. Plaza antes de colocar la cubierta

Fig. 15. Nueva cubierta y puestos comerciales.

17

4. Valoración patrimonial y conclusiones.

Patrimonio Cultural es el conjunto de bienes muebles e inmuebles, materiales

e inmateriales, de propiedad de particulares o de instituciones u organismos

públicos o semipúblicos que tengan valor excepcional desde el punto de vista

de la historia, del arte, de la ciencia y de la cultura y por lo tanto sean dignos

de ser considerados y conservados para la nación.12

A partir de esta definición realizada por la Unesco en 1977 se puede adscribir la

plaza Redonda como patrimonio cultural, valorándola como un vestigio histórico y

cultural de la ciudad de Valencia. Se convierte en testimonio de una época

pasada, de la acción humana sobre el paisaje donde se encuentra, con

independencia de su valor estético. De este modo, el bien cultural se convierte en

una herencia común al conjunto de la sociedad que es necesario conservar para

dejar constancia del trabajo humano en un periodo histórico pasado. No solo sirve

para valora el bien en sí, sino también para entender el periodo que envuelve su

construcción.

En este sentido, a partir del siglo XX, se elaboraron diversas teorías acerca de la

restauración y conservación de los bienes culturales, siendo la más importante la

planteada por Cesare Brandi, quien planteaba la restauración de los bienes

culturales de la siguiente forma:

La restauración debe mirar al restablecimiento de la unidad potencial de la

obra de arte, para que sea posible su disfrute, sin cometer un falseamiento

artístico o histórico, y sin borrar las huellas del paso del tiempo por la obra de

arte.13

Brandi defiende la restauración sin eliminar los añadidos que son testimonio de

una actividad cultural dentro de la historia del bien. En relación a esta afirmación

considero que la última restauración llevada a cabo en la plaza Redonda

desatiende completamente este aspecto al eliminar el tinglado de 1916 y los

puesto comerciales, sustituyéndolos por estructuras modernas que en mi opinión

desentonan con el valor testimonial de la historia de la plaza. Se ha pretendido

12 GARRÉ, F., “Patrimonio arquitectónico urbano, preservación y rescate: bases conceptuales e instrumentos de salvaguarda” en Conserva, núm. 5, 2001, p. 6. 13

BRANDI, C., Teoría de la Restauración. Madrid: Alianza, 1988, p. 17.

18

una integración de la modernidad en un espacio histórico, lo que ha provocado la

eliminación de parte de su identidad histórica. De este modo, la plaza Redonda ha

perdido los elementos que reflejaban su historia cultural durante el siglo XX.

Si bien es cierto, en lo que a la fachada se refiere se ha llevado a cabo una

exhaustiva y, en mi opinión, correcta restauración/conservación fruto de un

detallado estudio previo del bien cultural. Se han conseguido integrar las

necesidades actuales de vivienda sin dañar la pervivencia testimonial de la

historia de la plaza, devolviéndole el lustre que antaño luciría sin realizar

modificaciones artísticas o históricas, salvo las necesarias para garantizar el

carácter utilitario del bien, como la ampliación de los ventanales del último piso.

Esto se debe a que actualmente sigue fluyendo la vida cotidiana en el lugar y la

restauración del bien no debe entrar en contradicción con la mejora de la calidad

de vida.

En base a estas consideraciones, pienso que la restauración de principios del

siglo XXI esta relaciona con la puesta en valor del patrimonio como reclamo

turístico, más que con la conservación del bien cultural como vestigio de la

historia y de la memoria colectiva de la ciudad. El hecho de que se haya incluido

una estructura moderna entra en directa confrontación con la idea de ser un

reducto de la nostalgia reciente de muchos habitantes que se relacionan con el

bien. Una persona vinculada a la plaza Redonda durante toda su vida, entra

actualmente y se encuentra con un lugar desconocido, que no responde a sus

recuerdos de antaño, ya no se identifica con el espacio. Con la nueva estructura

se ha producido una ruptura con la historia de la plaza y de las personas

relacionadas con la misma. Se ha transformado en un lugar nuevo acondicionado

para el deleite del turista que no conocía el lugar. Seguramente le agradará, pero

a costa de carecer de un testimonio visual que le hable de la historia del lugar.

Pienso que al buscar esta sensación de agrado visual a través de la novedad ha

perdido parte de su valor histórico. Se ha convertido en una atracción turística a

costa del detrimento de su valor patrimonial. En este sentido, considero que la

conservación y restauración del patrimonio cultural no debe entrar en

confrontación con la memoria histórica del bien cultural, no debe perder su

condición de testimonio del pasado, siendo esto lo ocurrido en la plaza Redonda.

19

5. Bibliografía

ALDEA HERNÁNDEZ, A., “El arquitecto Salvador Escrig”, Archivo de arte

valenciano, 75, 1995, pp. 91-100.

BALLART, J., El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso. Barcelona: Ariel,

2002.

BRANDI, C., Teoría de la Restauración. Madrid: Alianza, 1988.

COLECTIVO DE ARQUITECTOS VETGES TU I MEDITERRÀNEA, La plaza

redonda de Valencia, un estudio monográfico de un singular espacio urbano del s.

XX. Valencia: Ediciones Alfons el Magnànim, 1988.

D.K.CHING, F., Diccionario visual de arquitectura. Barcelona: G. Gili, 2000.

GARRÉ, F., “Patrimonio arquitectónico urbano, preservación y rescate: bases

conceptuales e instrumentos de salvaguarda” en Conserva, núm. 5, 2001.

GARULO, J., Valencia en la mano o sea manual de forasteros. Guía cierta y

segura. Valencia: Librerías París-Valencia, 1979 (1852).

MACARRÓN, A.M., Historia de la conservación y la restauración. Desde la

antigüedad hasta el siglo XX. Madrid: Tecnos, 2001.

MADOZ, P., Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus

posesiones de Ultramar. Almendralejo: Biblioteca Santa Ana, 1989 (1846-1850).

PIÑÓN, J., Los orígenes de la Valencia moderna. Notas sobre la reedificación

urbana de la primera mitad del siglo XIX. Valencia: Edicions Alfons el Magnànim,

1988.

20

6. Webgrafía

http://www.vtim.es/ficha-0710VRPR-rehabilitacion-plaza-redonda.html (consultado

el 28 de octubre de 2013)

http://comunidad.levante-emv.com/galeria-multimedia/Valencia/Rehabilitacion-

Plaza-Redonda-Valencia/20398/30.html (consultado el 28 de octubre de 2013)

Catálogo de bienes y espacios protegidos.

http://www.valencia.es/revisionpgou/catalogo/urbano/1.34%20Plaza%20Redonda

_firmado.pdf (consultado el 28 de octubre de 2013)

http://www.mercadocentralvalencia.es/Historia.aspx (consultado el 28 de octubre

de 2013).

Plan especial de conservación y preservación de la plaza redonda (memoria

informativa).

https://www.ctav.es/ofiu/descargas.asp?ruta=F:%5Cficheros%5Cvalencia%5Cplan

/&nombre_fichero=0700226-mem-j.pdf. (Consultado el 29 de octubre de 2013)

http://www.valencia.es/ayuntamiento/urbanismo.nsf/vDocumentosTituloAux/03294

09A4FDFDF7CC12572AC00497A3E?OpenDocument&bdOrigen=ayuntamiento%

2Furbanismo.nsf&idapoyo=&lang=1&nivel=9 (consultado el 29 de octubre de

2013)

Valencia. Ley 4/1998, de 11 de junio, de Patrimonio Cultural Valenciano.

http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/va-l4-1998.t1.html#t1 (consultado

el 2 de noviembre de 2013)

21

7. Apéndice. Procedencia de las ilustraciones

Figs. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 11 y 12: COLECTIVO DE ARQUITECTOS

VETGES TU I MEDITERRÀNEA, La plaza redonda de Valencia, un estudio

monográfico de un singular espacio urbano del s. XX. Valencia: Ediciones Alfons

el Magnànim, 1988.

Fig. 13 y 14: http://www.vtim.es/ficha-0710VRPR-rehabilitacion-plaza-

redonda.html

Fig. 15: http://comunidad.levante-emv.com/galeria-

multimedia/Valencia/Rehabilitacion-Plaza-Redonda-Valencia/20398/30.html