LA PLAZA DE TOROS DE LA CARRETERA DE ARAGON, EN MADRID

Al extenderse Madrid hacia el Este se

vió la necesidad de suprimir el tapón a

que daba lugar la plaza de la Puerta de

Alcalá, y, en consecuencia, en el año

1874 empezó su demolición, con la con­

siguiente tristeza y melancolía por par­

te de los viejos aficionado .

Ese mismo año de 1874 fué inaugura­

da la plaza de la carretera de Augón,

obra de los a1·quitectos Rodríguez Ayu­

so y Alvarez Capra, en terrenos para

cuya permuta intervino el marqués de

Salamanca, que iba a edi:fica1· en los so­

lares resultantes de la demolición de la

antigua, las primeras manzanas de casas

del barrio de su nombre.

La plaza se construyó de ladrillo visto

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al exterior, y los arquitectos tuvieron el

buen acuerdo de suprimir en las facha­

das la combinación de hiladas de dos

colores, de muy poco feliz gusto. El edi­

ficio era de estilo mudéjar, según la opi­

nión que para las plazas de toros ha

prevalecido en t;l siglo pasado y en los

primeros años del actual ; a pesar de

ello, sus autores consiguieron una obra

de elegantes proporciones.

La comodidad de los asientos, su sim­

pática traza y, sobre todo, la serie de su­

ce os taurino importantes que en ella

han tenido lugar, culminando en Ja cé·

lebre rivalidad de J oselito y Behnonte,

muchas veces ventilada en este coso, fue­

ron motivo para que su demolición fue-

Arquitectos: Lorenzo Alvarez Capra Emilio Rodríguez Ayuso

ra muy mal vista y sinceramente senti­

da por los aficionados.

La uzón de su sustitución se fundó, y

los hechos han venido a confirmar que

con justicia, en la necesidad de una pla­

za de mayor capacidad para el c<>nstan­

te aumento de aficionados, que, en razón

del aumento de población de Madrid,

no podían asistir a la mayor parte de

las corridas.

La opinión, muy interesada en este

asunto, se dividió en dos sectores : _uno

pretendía que se ampliase la plaza de

la carretera de Augón, disminuyendo el

1·uedo para aumentar en dos las filas de

los tendidos y subiendo un piso a todo

el edificio, ya que sus condiciones de se-

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guridad lo permitían. El otro sector abo­

gaba por una plaza nueva en terrenos

situados al final de la calle de Alcalá,

amplios pero con grandes desmontes. En

otro lugar de este número, el arquitecto . Mmíoz Monasterio comenta las desfavo­rables condiciones u1·hanísticas de este emplazamiento, ciertamente mal elegido.

Se impuso el criterio de la nueva pla­

za, y empezó con lentitud su construc­

ción, y cuando ya estaba construída, el

Ayuntamiento denegó la autorización

para celebrar corridas por el mal esta­

do de sus alrededores, totalniente sin desmontar. En 1931, el alcalde da una

corrida con fines benéficos ; pero los

accesos seguían tan defectuosos, a pesar de las obra realizadas, que la plaza

vuelve a cerrarse durante otros tres años, y los festejos, con gran contentamiento de la vieja afición, siguen celebrándose en la plaza de la carretera de Aragón.

En octubre del año 1934 se inauguró oficialniente la plaza <le las Ventas, que sigue funcionando hasta la fecha, y la antigua plaza, de tan gratos recuerdos para los madrileños, fué demolida.

Plaza de toros de

Madrid, en la ca· rretera de Aragón. Arriba, plantas, y

abajo, detalles, del

proyecto original.

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