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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA DEL TURISMO Y OCIO EN LA
SOCIEDAD POSMODERNA.
GT9 Turismo y Ocio
Violante Martínez Quintana (Universidad Nacional de Educación a Distancia,
UNED)
Datos autor de contacto:
Violante Martínez Quintana (Universidad Nacional de Educación a Distancia,
UNED), Coordinadora GT9, [email protected]
Resumen:
El enfoque multidisciplinar del turismo y ocio, así como su dinamismo e impacto de
transformación social, política y económica, lleva a plantear una perspectiva sociológica
capaz de abordar los retos que hoy en día se presentan en las sociedades posmodernas,
con las dimensiones macro y micro de la estructura social.
En efecto, nos encaminamos hacia una manera de mirar sociológica que englobe tres
enfoques fundamentales. En primer lugar, el abordaje del turismo y ocio como dinamismo
y desarrollo social experimentado en las sociedades, en segundo lugar, el papel que
representa la observación y la investigación en todas las cuestiones, fenómenos y
acontecimientos desde la óptica sociológica, y en tercer lugar, la comprensión y búsqueda
de respuestas a los nuevos retos que se plantean en el siglo XXI.
En definitiva, este trabajo pretende elaborar un marco teórico con perspectiva sociológica
del turismo y ocio en la sociedad posmoderna, que contenga los ejes principales de la
trayectoria histórica experimentada a través de las funciones sociales del ocioturismo, así
como el afrontamiento de la observación e investigación de las materias básicas y
susceptible de indagación, y de planificación de políticas y, por último, la utilidad que
representa el conocimiento de las nuevas tendencias con la globalización, la
mediatización de la cultura tecnológica y los riesgos del turismo y ocio con sus problemas
sociales.
Palabras clave: perspectiva sociológica, ocioturismo, sociedad posmoderna,
fenómenos ocioturísticos, desarrollo social.
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1. INTRODUCCIÓN
La perspectiva sociológica del turismo en la sociedad moderna abarca una trayectoria de
estudio que se sitúa antes y después de la segunda guerra mundial, y que se va decantando
con el apogeo del turismo de masas en las décadas centrales del siglo XX, en un contexto
caracterizado por el consumo de masas. Asimismo, la sociología del ocio alberga
numerosos estudios clásicos que proliferaron en las tres primeras décadas del siglo XXI,
retomadas y reconducidas después por Riesman y sus coetáneos, y que en Europa se
consolida con Dumazedier con las investigaciones de ocio, sus manifestaciones y
funciones sociales.
En efecto, la Organización Mundial del Turismo (OMT) reconoce en 1980 el fenómeno
social del turismo cuando la mayoría de los trabajadores empezaron a disfrutar de las
vacaciones remuneradas y, concretamente, se ubica hasta la segunda mitad del siglo XX
cuando el turismo emerge como un fenómeno social de masas. De aquí que este
acontecimiento social sea objeto de atención e investigación desde el ámbito de las
universidades, principalmente en el período de entre guerras, y es estudiado por distintas
perspectivas y disciplinas. Desde el principio, el estudio del turismo despliega una
multiplicidad de relaciones entre los elementos que lo conforman, y en una sociedad
cuyos factores de cambio en los valores y en los estilos de vida están determinados por
las sociedades industriales, posindustriales y las tecnológicas avanzadas y de la
información.
En los estudios de Valdés (1996) se constatan como elementos que inciden en el turismo,
el incremento de las economías occidentales, el bienestar alcanzado, el tiempo disponible
para el ocio, la generalización de la educación, la reducción de la edad de jubilación, la
renta disponible, el cambio en las tendencias de valores que favorecen los viajes de placer,
el surgimiento de nuevas necesidades de ocio y recreación y el fraccionamiento del
período de vacaciones.
Tanto Poo (1993) como Fayos (1994) destacaron la importancia de la productividad y los
grandes beneficios en los que se decantan elementos de transformación tales como nuevos
consumidores, nuevas tecnologías, necesidad de nuevas formas de producción y gestión
más flexibles, cambios en el entorno, la flexibilidad de las vacaciones, las exigencias
individuales de los consumidores, la diversidad de los mercados, la consideración del
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entorno y la cultura local y ,de manera especial, las nuevas tecnologías de la información
y de la comunicación.
En relación al ocio moderno se hallan multitud de reflexiones, pensamientos y
racionamientos que sobre el tiempo de los seres humanos y sus distintas funciones pueden
desempeñar a lo largo de la vida. Según algunos autores como Kraus (1978) y Neulinger
(1981) la descripción del ocio se efectúa en función de sus características sociológicas y
psicológicas (estado de la mente). Y es la estructura de la sociedad y su forma específica
de producción socioeconómica y formación de culturas, la que va a determinar de qué
manera se van a distribuir las distintas tareas en el tiempo de vida disponible. Es decir,
qué tiempo conviene descansar, qué número de horas se deben trabajar, cuántas horas
necesitamos para desplazarnos, relacionarnos con la gente, estar con la familia, estar solos
y, en resumidas cuentas, qué tiempo requieren las necesidades básicas, las familiares-
afectivas, las laborales, las recreativas y las de entretenimiento, en general, y los valores
sociales y morales que se les otorga a dichas tareas.
Ciertamente, el paralelismo del turismo y el ocio da como resultado una simbiosis en los
tiempos libres y fuera de las obligaciones sociolaborales, de descanso y personales que
discurren tanto en los viajes, como en las vacaciones y en los tiempos lúdicos y de
recreación. De aquí se fragua, entre otras cosas, el ocioturismo como una nueva categoría
analítica en la perspectiva sociológica, que da cuenta del punto de unión y de todos los
posibles vínculos entre el turismo y el ocio en la complejidad de la sociedad posmoderna.
En el Esquema nº1 queda plasmada de manera breve, el modelo teórico de la perspectiva
sociológica del ocioturimo en la sociedad posmoderna, donde figuran varios planos de
conocimiento, observación/investigación, comprensión y búsqueda de respuestas. Así,
pues, el primer plano del modelo teórico corresponde a la perspectiva sociológica del
ocioturismo como conocimiento sociológico que representa varios procedimientos, uno
de inicio en lo que se está observando, otro final en la comprensión y búsqueda de
soluciones de las realidades indagadas y, finalmente, el dinamismo y desarrollo social
para las zonas de destino de ocio y turismo. De esta manera, en el inicio existe un primer
acercamiento en la observación, investigación y análisis de los fenómenos ocioturísticos
y su conocimiento en la sociedad. Aquí fluyen los viajes y actividades de ocio a través de
las sociedades, y lo que han significado para el dinamismo y desarrollo social de las
mismas.
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Esquema nº1. Modelo teórico de la perspectiva sociológica del ocioturismo en la sociedad
posmoderna
LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA DEL OCIOTURISMO COMO CONOCIMIENTO SOCIOLÓGICO REPRESENTA:
El primer acercamiento en la observación, investigación y análisis de los fenómenos ocioturísticos y su conocimiento en la sociedad.
El último paso que culmina y cierra la comprensión y búsqueda de respuestas a los nuevos retos del ocioturismo en el siglo XXI.
Dinamismo y desarrollo social en las zonas de destino de ocio y turismo.
CONTIENE PARTE TEÓRICA Y METODOLÓGICA/PRÁCTICA 1.EL PRIMER ACERCAMIENTO EN LA OBSERVACIÓN, INVESTIGACIÓN Y ELABORACIÓN DE PROGRAMAS Y POLÍTICAS
Elaboración de la parte teórica (Marco teórico: El paradigma del ocioturismo, las teorías sociológicas ocioturísticas, los fenómenos ocioturísticos y las tipologías de turismos).
Elaboración de la parte metodológica/práctica (Investigación Y Análisis de los fenómenos ocioturísticos).
Diagnóstico de la realidad social indagada con los niveles macro y micro. PARTE DE IMPLEMENTACIÓN/PRÁCTICA EN LA REALIDAD SOCIAL DE LOS ÁMBITOS OCIOTURÍSTICOS 2.CULMINA Y CIERRA LA COMPRENSIÓN Y BÚSQUEDA DE RESPUESTAS A LOS NUEVOS RETOS Y NECESIDADES
Utilidad que representa el conocimiento adquirido. Confeccionan e implementan Programas, Políticas, Guías y Rutas turísticas,
actividades lúdicas y de recreación. Previene riesgos del ocioturismo. Ofrece soluciones y tratamientos de las necesidades y problemas sociales.
Fuente: elaboración propia. En tanto que el procedimiento final da cuenta del último paso que culmina y cierra la
comprensión y búsqueda de respuestas a los nuevos retos del ocioturismo en el siglo XXI.
En la actualidad los estudios e investigaciones muestran la gran vulnerabilidad,
flexibilidad y dinamismo según las características y peculiaridades de las sociedades
modernas, con sus nuevos procesos de producción, y los retos que plantean las nuevas
modalidades del turismo, como el turismo colaborativo, y los riesgos diversos que
acaecen con el ocioturismo.
El conocimiento de los fenómenos ocioturísticos se obtiene de la elaboración de la parte
teórica y metodológica/práctica, es decir, del primer acercamiento en la observación,
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investigación y elaboración de diagnósticos de la realidad social indagada con los niveles
macro y micro. En la elaboración de la parte teórica se halla el marco teórico que abarca
el paradigma del ocioturismo en la sociedad posmoderna, que se caracterizara por su
dinamismo, carácter multidisciplinar y multidimensionalidad. Al igual que las teorías
sociológicas ocioturísticas y la tipologías de turismo que hay en la actualidad.
En la otra cara está la parte metodológica y práctica que está referida a la investigación y
análisis de los fenómenos ocioturísticos. En efecto, la investigación (investigación social)
se introduce aquí para conocer qué es lo que está pasando en un período determinado en
relación a los acontecimientos —fenómenos socioculturales y problemas sociales—,
motivaciones para efectuar viajes, situaciones laborales, opiniones respecto a cuestiones
de turismo y de ocio, y en definitiva, para indagar los impactos positivos y negativos que
conciernen a la sociedad de destino ocioturístico. En realidad, todo lo que surge en el
encuentro entre sociedades es susceptible de indagación, estudio, análisis y mejora o
transformación de situaciones que pueden modificarse.
La investigación pertenece al ámbito de la práctica, es decir, al área de aplicabilidad para
el desarrollo y progreso social, que va a constituir el punto de partida de la obtención de
un conocimiento lo más aproximado posible a las realidades socioeconómicas en las
regiones turísticas. Por tanto, se inicia con la elaboración de preguntas respecto a un
determinado fenómeno, acontecimiento o rasgos de la realidad que queramos observar, y
se plantean una serie de interrogantes ¿por qué existen impactos negativos? ¿cuáles son
las repercusiones? ¿a qué personas afectan más los impactos positivos? ¿por qué existen
los tiempos de trabajo y los tiempos de ocio? ¿cómo están organizadas las vacaciones?
Para responder a estas cuestiones no sólo es suficiente reflexionar y practicar el sentido
común, es preciso además utilizar los distintos métodos de investigación. Los métodos
son instrumentos de medida, y las herramientas son técnicas que permiten contestar a
cualquier cuestionamiento, y encontrar las explicaciones del porqué y cómo suceden los
hechos sociales que aparecen en la realidad social. Los métodos de esta disciplina
proceden del método científico, y en los diccionarios de esta rama del saber se encuentran
una gran variabilidad de los mismos: MÉTODO COMPARATIVO, DE LA
COMPRENSIÓN, CUANTITATIVO, CUALITATIVO, DE LA HISTORIA, PERSONAL, DEL
ESTUDIO DE CAMPO, DEL ESTUDIO DE CASOS, DEL ESTUDIO DE LA
COMUNIDAD, DEL PENSAMIENTO, DEL VERSTEHEN —USO DEL CONOCIMIENTO
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Y LA COMPRENSIÓN ERSONAL—, EMPÍRICO, ESTADÍSTICO, EXPERIMENTAL,
HISTÓRICO, IDIOGRÁFICO, LONGITUDINAL, NOMOTÉCNICO, TIPOLÓGICO,
SUBJETIVO, TRANSCULTURAL, SOCIOMÉTRICO, IDIOGRÁFICO, DEDUCTIVO E
INDUCTIVO.
Y con el conocimiento riguroso alcanzado se procede a la elaboración de diagnósticos de
la realidad social que servirán para la realización de Programas y Políticas que las zonas
de ocio y turismo demandan en orden a las necesidades y realidades detectadas en la
investigación.
En consecuencia, el Esquema nº 1 dibuja un tercer cuadro concerniente a la parte de
implementación/práctica en la realidad social de los ámbitos ocioturísticos, que culmina
y cierra la comprensión y búsqueda de respuestas a los nuevos retos y necesidades. Con
los diagnósticos de la realidad social indagada y sus niveles macro y micro se
confeccionan e implementan Programas, Políticas, Guías y Rutas turísticas, actividades
lúdicas y de recreación.
De mismo modo, el conocimiento sociológico de los diagnósticos sirve para prevenir
riesgos del ocio y el turismo, y de las infraestructuras medioambientales y logísticas de
las zonas de destino. Por último, ofrece soluciones en el tratamiento de las necesidades
y problemas sociales que fluyen en el encuentro entre sociedades ocioturísticas.
2. CONOCIMIENTO SOCIOLÓGICO
En el conocimiento sociológico alcanzado aparece desde el principio que los transportes
son los que han posibilitado realmente el desarrollo del turismo, y a su vez, la
corresponsabilidad con el ocio en las agrupaciones humanas. Además, los viajes han
estado presentes siempre en la vida de las sociedades, y en casi todos los pueblos, de
manera que el sistema de transporte fue evolucionando conforme lo hicieron los
asentamientos humanos, así como las rutas que se trazaban y los tipos de alojamientos.
De todo ello han surgido exploradores, guerreros, cazadores, visitantes, viajeros y turistas
en todas las épocas, según la dinámica de cambio social y de transformación que han ido
efectuando las distintas sociedades.
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En la historia de los viajes y el ocio en las sociedades se constatan tres hitos importantes
que han marcado el sistema de transportes, el primero alude a los viajes que realizaban
los romanos en sus caballos, carruajes y naves hacia sus villas de veraneo, y los viajes
educativos que solían frecuentar en aquella época. El segundo hito fue el Gran Tour
de la nobleza que requería de uno a tres años, y se efectuaba por vía terrestre o marítima
-carruajes, caballos y naves-. Y el tercer hito se inicia después de la segunda mitad del
siglo XX, en la que ya se dispone de todos los medios de transporte por vía terrestre,
marítima y aérea.
Fernández Fúster (1991), diferencia tres fases en la trayectoria del sistema de transportes:
a) una prehistórica de formación de redes nacionales y de compañías,
b) un siglo de oro, con una política internacional, y
c) el último período, que se encuentra afectado por la competencia de la aviación.
Las funciones sociales del ocio en las sociedades dan cuenta de la necesidad del descanso,
la recreación, el esparcimiento y la contemplación de la vida, en general, que han ido
acompañando siempre a las actividades humanas en el tiempo libre, una vez cubiertas las
funciones del trabajo fuera del hogar y en el propio hogar. Se trata, pues, del tiempo de la
recuperación de las fuerzas físicas y psíquicas, en las que cuerpo y mente se armonizan
con el interior y el exterior de los seres humanos, con los lazos familiares, sociales,
institucionales y medioambientales. Ahora bien, en su evolución se observa que no ha
experimentado una trayectoria similar en todas las sociedades, sino que más bien, ha ido
cambiando su percepción según las necesidades de cada una de ellas en el proceso
histórico.
Las primeras manifestaciones claras del ocio se perfilan en la ya conocida skholé griega,
que aparece como un ocio contemplativo, que se conceptuaba como un medio de saber
no utilitario, que sólo los hombres y las mujeres libres de aquella época podían disfrutar,
ya que los hombres y mujeres que estaban en la esclavitud debían desempeñar las tareas
propias de su condición de esclavos. El ocio se percibía como una actividad enriquecedora
y positiva, mientras que el trabajo correspondía a los esclavos y era negativo. Después el
otium romano en el Imperio Romano, el ocio como ideal caballeresco en la Baja Edad
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Media y en el Renacimiento y, finalmente el ocio burgués tras el puritanismo inglés del
siglo XVII.
Las características sociológicas de las relaciones entre el ocio y el trabajo han sido
estudiadas profusamente por Saint Simón, Karl Marx y Max Weber, donde se diferencia
el tiempo de trabajo productivo, el tiempo de descanso y la recuperación de las fuerzas
físicas, y el tiempo de ocio improductivo. A través de las obras de estos sociólogos, se
obtiene un análisis global de la sociedad, en un momento en el que se pasa de la sociedad
agrícola a la sociedad preindustrial –Saint-Simón y Karl Marx–, y de la preindustrial a la
industrial –Max Weber–. Se estudia, pues, el traspaso de los campesinos acostumbrados
a efectuar un trabajo discontinuo en el campo, a la experiencia de un nuevo trabajo en
lugares cerrados –fábricas y talleres–, con ritmos de trabajo distintos, que habitaban en
áreas fundamentalmente urbanas y hacinadas.
Efectivamente, las sociedades industriales dan paso a los derechos de los trabajadores a
unas jornadas equilibradas, y a unas vacaciones pagadas, que abrirían el horizonte a una
gran variabilidad de ocios en el tiempo libre, en los días feriados y en el período
vacacional obtenido como derechos plenos. En el Código Ético Mundial para el Turismo,
figuran estos derechos en el artículo siete apartados uno y dos, a saber:
Artículo 7. Derecho al turismo
1) La posibilidad de acceso directo y personal al descubrimiento de las riquezas de
nuestro mundo constituirá un derecho abierto por igual a todos los habitantes de
nuestro planeta. La participación cada vez más difundida en el turismo nacional e
internacional debe entenderse como una de las mejores expresiones posibles del
continuo crecimiento del tiempo libre, y no se le opondrá obstáculo ninguno.
2) El derecho al turismo para todos debe entenderse como consecuencia del derecho
al descanso y al ocio, y en particular a la limitación razonable de la duración del
trabajo y a las vacaciones pagadas periódicas, que se garantiza en el artículo 24 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el artículo 7.d del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. (Código Ético Mundial
para el Turismo, OMT, 2001).
En las definiciones del conocimiento sociológico aparecen dos definiciones importantes,
la primera es la que hace referencia a la sociología del turismo que se dedica a la
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observación de las relaciones, roles y motivaciones turísticas, además de las instituciones
pertinentes y los impactos que conlleva el turismo en las sociedades de destino.
Confecciona teorías, efectúa estudios e investigaciones de los fenómenos socioculturales
que acontecen, y elabora planificaciones turísticas para el desarrollo social (Martínez,
2006).
Y la sociología del ocio que estudia las actividades del tiempo libre y del ocio a través de
la estructura poblacional, confecciona teorías, efectúa estudios e investigaciones de los
fenómenos socioculturales que acontecen, y elabora políticas de ocio. Es una
aproximación imprescindible al turismo puesto que lo complementa y enriquece para el
conocimiento de los fenómenos socioculturales y sus problemas sociales, y para la
panificación y evaluación —más adelante veremos algunos de los aspectos relevantes en
el apartado de ocio y recreación en las sociedades— (Martínez, 2006).
Por último, en el conocimiento sociológico alcanzado destacan las teorías sociológicas
básicas y tipologías de turismo que se diversifican según los objetivos, y temas de estudio
en la realidad social. Las teorías sociológicas que se han elaborado en la evolución de las
sociedades ocioturisticas dan cuenta de las aportaciones y avances en el conocimiento y
explicación de las actividades humanas desde que se empezaron a gestar los estudios
ocioturísticos. Una teoría sociológica da cuenta de teorías que según Mills, comprenden
palabras que usamos con un grado de generalidad y están basadas en relaciones lógicas.
En el pensamiento de Mills, la teoría es un conjunto de principios y definiciones que se
encuentran interrelacionadas, y que sirven para organizar conceptualmente los aspectos
seleccionados en el ámbito empírico. Una teoría está comprendida por un conjunto de
supuestos, axiomas y cuerpo de proposiciones lógicamente interrelacionadas y que
además están verificadas empíricamente. Las proposiciones –aseveración sobre la
realidad que tiene un valor de verdad– que forman parte de una teoría se las considera
leyes científicas por haber sido verificadas con amplia aceptación, aunque también son
consideradas como hipótesis si no han sido verificadas tan a fondo, pero todas las
proposiciones son susceptibles en fases posteriores de ser sometidas a prueba y a revisión
empírica.
Las teorías sociológicas son, por tanto, enfoques analíticos que se convierten en una
herramienta que unida al ámbito de la práctica y de aplicación, sirven para la fase previa
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de medición, análisis, estudio e interpretación de los hechos, y para la fase posterior de
intervención política y social en los fenómenos y problemas sociales (que se utilizarán
para la investigación social en las zonas de destino).
En la ciencia sociológica la teoría es fundamental, ya que es una ciencia que observa,
analiza y estudia desde la perspectiva científica la vida en sociedad, es decir, cómo se
comportan los seres humanos en las agrupaciones que organizan para vivir, qué piensan,
cómo viven, cuáles son sus hábitos y costumbres, etc. Su tarea fundamental abarca la
trilogía siguiente: desarrolla un cuerpo teórico, estudia los fenómenos sociales a través de
una metodología científica y elabora proyectos, programas, planificaciones y planes de
acción a través de informes, diagnósticos y asesoramientos. Tienen una doble vertiente,
la macro o general y la micro o particular. Las teorías sociológicas ocioturísticas más
emblemáticas se concretan principalmente en siete, según el Esquema nº 2.
Esquema nº 2
ALGUNAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS OCIOTURÍSTICAS
1. La teoría sociológica del desarrollo. 2. La teoría del encuentro turistas y anfitriones. 3. La teoría del efecto demostración. 4. La teoría de la cultura superficial y placentera del turismo de masas. 5. La teoría de la mercadotecnia de la identidad nativa. 6. La teoría de la clase ociosa. 7. La teoría de los mitos del turismo.
Fuente: elaboración propia.
Y las tipologías de turismo abarcan una gama muy amplia como la de los turismos en
las urbes que se desglosan en los siguientes.
Turismo Urbano
Turismo Cultural (museos, teatros, cines, conciertos, etc.)
Turismo de Parques Temáticos
Turismo de Compras
Turismo Gastronómico
Turismo de Reuniones y Congresos
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Turismo Familiar
Turismo de Ruta Continental
Turismo de Ocio Nocturno
Turismo Religioso Turismo Festivo Otras modalidades en las Urbes
3. OBSERVACIÓN, INVESTIGACIÓN Y ELABORACIÓN DE
PROGRAMAS Y POLÍTICAS
En la investigación sobre turismo surgen los siguientes cuestionamientos ¿qué
definiciones básicas existen sobre turismo? ¿cuáles son los componentes principales de
las distintas definiciones? ¿cómo han estudiado las ciencias sociales el turismo? La
Organización Mundial del Turismo reconoce en 1980 el fenómeno social del turismo
cuando la mayoría de los trabajadores (como lo explican todos los especialistas)
empezaron a disfrutar de las vacaciones remuneradas, y se ubica hasta la segunda mitad
del siglo XX cuando el turismo emerge como un fenómeno social de masas.
De aquí que este acontecimiento social sea objeto de atención e investigación desde el
ámbito de las universidades, principalmente en el período de entre guerras del siglo XX,
siendo estudiado por distintas perspectivas y disciplinas, al comprender una multiplicidad
de relaciones entre los elementos que conforman el fenómeno del turismo y en una
sociedad cuyos factores de cambio en los valores y en los estilos de vida están
determinados por las sociedades industriales, postindustriales y las tecnológico
avanzadas.
En los estudios de Valdés (1996) se constatan como elementos que inciden en el turismo,
el incremento de las economías occidentales, el bienestar alcanzado, el tiempo disponible
para el ocio, la generalización de la educación, la reducción de la edad de jubilación, la
renta disponible, el cambio en las tendencias de valores que favorecen los viajes de placer,
el surgimiento de nuevas necesidades de ocio y recreación y el fraccionamiento del
período de vacaciones. De hecho, se admite en la industria turística los factores
predominantes que se establecieron en las tres últimas décadas del siglo XX, afincadas
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en el Turismo de Masas, y que fue el núcleo central de gestión en la industria turística
que originó gran productividad y bastantes beneficios.
Y según la evolución experimentada en el turismo, Poo (1993) admite cinco elementos
de transformación: nuevos consumidores, nuevas tecnologías, necesidad de nuevas
formas de producción y gestión más flexibles y cambios en el entorno. Asímismo, Fayos
(1994) aporta la flexibilidad de las vacaciones, las exigencias individuales de los
consumidores, la diversidad de los mercados, la consideración del entorno y la cultura
local, y las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, que representan
elementos a tener en cuenta en los esfuerzos que se efectúan.
Pero, en realidad, los estudios sobre turismo no tienen una larga historia al haber sido
reciente su aparición en las sociedades de masas, y la propia OMT ha comprobado la
ausencia de una definición absoluta de turismo que determinase la actividad turística, y
poder diferenciar unos sectores de otros. En la Tabla I se puede observar una trayectoria
de conceptos y definiciones que se han dado dentro de un amplio debate académico para
perfilar exactamente su concepto y definición. Ahora, bien, una definición correcta o
incorrecta no existe, porque todas las conceptualizaciones proporcionan interpretaciones
interesantes que sirven para discernir los principales elementos.
Desde 1948 se hicieron grandes esfuerzos para unificar y simplificar las estadísticas del
turismo al menos en el contexto europeo, y es una tendencia que se mantiene en pié para
estandarizar conceptos dentro de un marco conceptual, dada la gran diversidad de
conceptos y definiciones adoptados por cada uno de los países. Y conforme se ha ido
haciendo más patente el turismo como un potencial de desarrollo y progreso para las
naciones, se hace cada vez más imprescindible según la OMT “la necesidad de disponer
estadísticas fiables y homogéneas, ya que, no sólo las Administraciones nacionales de
cada país necesitan datos sobre aspectos específicos del turismo, sino que éstos también
son necesarios para otras categorías de usuarios como profesionales y empresas,
organizaciones representativas, colectividades locales e investigadoras” (1998:42).
En 1991 se celebró la Conferencia sobre Viajes y Estadísticas de Turismo -Conferencia
de Otawa- que organizó las Naciones Unidas -ONU- la Organización Mundial del
Turismo -OMT- y el Gobierno de Canadá, para implementar un conjunto de
recomendaciones internacionales, para el análisis y desarrollo de las estadísticas de
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turismo. De aquí surgió una Comisión, llamada la Comisión de Estadísticas de las
Naciones Unidas, que aceptarían varias definiciones y clasificaciones recomendables en
1993, ratificadas más tarde por su Consejo Económico y Social. En el establecimiento de
un sistema coherente de estadísticas turísticas, la OMT unifica con la ONU en 1995 los
siguientes factores:
a) “Fomentar la elaboración de estadísticas turísticas más representativas facilitando una
mayor compatibilidad entre los datos nacionales y los internacionales;
b) Proporcionar datos turísticos más fiables y certeros a los profesionales del sector,
gobiernos, etc. para mejorar sus conocimientos sobre los productos o servicios turísticos
y las condiciones del mercado, y para que puedan actuar en consecuencia;
c) Suministrar una conexión entre la oferta y la demanda turística;
d) Permitir una valoración más ajustada de la contribución del turismo a los flujos
comerciales e internacionales” ( 1998:42).
Tabla I. Conceptos y definiciones básicos del turismo según la OMT
• Ausencia de definición e importancia de la conceptualización en las estadísticas. • Definición en 1942 (Hunziker y Krapf). • Definición con la connotación de viaje (Burkart y Medlik). • Definición y acotación temporal de la actividad turística (Mathieson y Wall). • Definición de la OMT en 1994. • Elementos comunes a todas las definiciones. • Elementos básicos del concepto de actividad turística:
-Demanda turística
-Oferta turística
-Espacio geográfico
-Operadores turísticos
• Definición de turismo sustentable. • Definición de turismo alternativo. • Concepto de calidad en el turismo.
Fuente: Elaboración propia según la OMT (1998).
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Es precisamente en el transcurso de 1919 a 1938 cuando el turismo empieza a ser una
materia de investigación universitaria a través de varios economistas europeos como
Glucksmann, Schwinck o Bovmann que publicaron los primeros estudios en la escuela
berlinesa. Los profesores Hunziker y Krapf definieron en 1942 el turismo como la “suma
de fenómenos y relaciones que surgen de los viajes y de las estancias de los no residentes,
en tanto en cuanto no están ligados a una residencia permanente ni a una actividad
remunerada” (1998:43).
Pero, en realidad, se aprecia que esta definición es extensa y no perfila varios matices
imprescindibles en las connotaciones del turismo que necesitan ser definidos, aunque se
admite que esta definición es un primer esfuerzo de acercamiento a la conceptualización
y definición. Burkart y Medlik (1981) proporcionan otro concepto y definición del
turismo en 1981 e introducen los desplazamientos cortos y temporales que efectúan los
individuos hacia destinos que están fuera del lugar de residencia y de trabajo, más todas
aquellas actividades que se realizan durante la estancia en los destinos establecidos. Y si
bien introducen circunstancias nuevas como el de los desplazamientos fuera del lugar de
residencia y de trabajo, tienen en cuenta también los desplazamientos que se efectúan por
motivos de negocios, y se advierte cierta vaguedad en la especificación de desplazamiento
corto.
En 1982 Mathieson y Wall contribuyen a la investigación del turismo con la siguiente
definición: “el turismo es el movimiento temporal de la gente, por períodos inferiores a
un año, a destinos fuera del lugar de residencia y trabajo, las actividades emprendidas
durante la estancia, y las facilidades creadas para satisfacer las necesidades de los
turistas”. Esta noción delimita temporalmente la actividad turística y contempla nuevos
factores: período inferior a un año, facilidades creadas, satisfacción de las necesidades de
los turistas. Todos estos elementos de captación en la definición del turismo, determinan
en gran manera la definición que adoptaría la OMT en 1994, en la que matiza que “el
turismo comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y
estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un período de tiempo
consecutivo inferior a un año con fines de ocio, por negocios y otros” (1998:44).
Esta definición es considerada como definitiva al contener matices aportados por todas
las anteriores, y por enfatizar los elementos de motivación del viaje como son el ocio, el
entretenimiento, el negocio, el placer, etc. Concreta el período de un año y delimita las
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actividades que se van a desarrollar en el período de estancia en el lugar de destino,
efectuados fuera del entorno habitual. En consecuencia, se obtiene que los elementos
comunes a todas las definiciones son los siguientes:
Elementos comunes a todas las definiciones:
• Existe un movimiento físico de los turistas que, por definición, son quienes se
desplazan fuera de su lugar de residencia.
• La estancia en el destino ha de ser durante un período determinado de tiempo, no
permanente.
• El turismo comprende tanto el viaje hacia el destino como las actividades durante
la estancia.
• Cualquiera que sea la motivación para viajar, el turismo abarca los servicios y
productos creados para satisfacer las necesidades de los turistas.
También hay otros factores elementales con respecto a la actividad turística que se van
distinguiendo en la compleja interacción de los estudios e investigaciones de elementos
que intervienen. De hecho la OMT en 1994 los clasifica en los cuatro siguientes:
• LA DEMANDA
• EL ESPACIO GEOGRÁFICO
• LA OFERTA
• LOS OPERADORES TURÍSTICOS
La demanda comprende la totalidad de consumidores de los bienes y servicios que ofrece
el turismo, clasificados en viajeros, visitantes, turistas y excursionistas. Así, el concepto
de viajero se refiere a cualquier persona que viaje entre dos o más países o entre dos o
más localidades de su país de residencia habitual, y el de visitante a todos los tipos de
viajeros relacionados con el turismo. Respecto a la terminología de turista comprende a
los pasajeros que permanecen una noche por lo menos en un medio de alojamiento
colectivo o privado del país visitado, y por excursionista a cualquiera de los visitantes
que no pernoctan en un medio de alojamiento colectivo o privado del país visitado.
Además, dependiendo del lugar de origen de los turistas y el destino elegido se distinguen
tres turismos:
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• TURISMO DOMÉSTICO: RESIDENTES VISITANDO SU PROPIO PAÍS.
• TURISMO RECEPTIVO: NO RESIDENTES PROCEDENTES DE UN PAÍS
DETERMINADO.
• TURISMO EMISOR: RESIDENTES DEL PROPIO PAÍS QUE SE DIRIGEN
A OTROS PAÍSES.
A su vez, estas tres modalidades de turismo se combinan con otras, de la siguiente manera:
• TURISMO INTERIOR: DOMÉSTICO Y RECEPTIVO
• TURISMO NACIONAL: DOMÉSTICO Y EMISOR
• TURISMO INTERNACIONAL: EMISOR Y RECEPTIVO
También en las investigaciones se recoge aquellos conceptos en los que se efectúa el gasto
turístico y son:
• ALOJAMIENTO
• ALIMENTACIÓN
• TRANSPORTE
• OCIO, CULTURA, ACTIVIDADES DEPORTIVAS,
• COMPRAS
• OTROS
El espacio geográfico se añade a las unidades anteriores, y queda delimitado, según
diversos autores en espacio turístico, que es el lugar geográfico determinado donde se
asienta la oferta turística y hacia el que fluye la demanda, Boullón (1990) hace una
clasificación más pormenorizado del espacio turístico y lo desglosa en zona turística, área
turística, complejo turístico, centro turístico o núcleos turísticos.
El municipio turístico es otro espacio geográfico utilizado en alguna normativa -como la
de La Ley 7/1995 de Ordenación del Turismo en Canarias-, y está referido a una
delimitación administrativa del espacio coincidiendo sus límites con aquellos del término
municipal, siendo la extensión las delimitaciones competenciales de los organismos
locales respecto a las actuaciones de política turística, pero, en realidad, la idea más clara
de espacio se decanta por zonas turísticas -que pueden contener más de un municipio- o
por núcleos turísticos -que puede incluir un ámbito inferior al municipal-.
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Y el último espacio geográfico denominado destino turístico, que es definido por Bull
(1994) como el país, región o ciudad hacia el que se dirigen los visitantes, teniéndolo
como su principal objetivo, y la interpretación que tienen Cooper et ali. (1993) que captan
el destino turístico como la concentración de instalaciones y servicios diseminados para
satisfacer las necesidades de los turistas. La oferta turística es definida por el conjunto de
productos turísticos y servicios puestos a disposición del usuario turístico en un destino
determinado, para su disfrute y consumo, representa, pues, un todo formado por los
servicios, los productos, la imagen, el hábitat, etc. que son, en definitiva, los bienes y
servicios turísticos consumidos por los turistas.
Finalmente, los operadores turísticos -tour operadores- son agentes que participan en la
actividad turística, por regla general, como intermediarios entre el consumidor final (el
turista, la demanda turística) y el producto turístico (bien o servicio, destino turístico), y
puede extenderse su acción intermediaria al resto de la oferta complementaria
(restauración, hotel, conjunto de la oferta de alojamiento.).
A partir de aquí, otros conceptos y definiciones aparecen en orden a los cambios y
transformaciones que comporta el turismo en las sociedades humanas, que dan paso al
turismo sustentable, terminología propia de las teorías referidas a un tipo de desarrollo
que no degrada ni agota los recursos, y que atiende fundamentalmente a la conservación
de todos los recursos que existen en las zonas receptoras, de manera que la generación
presente y las futuras tengan la posibilidad de disfrutar del hábitat y de todos sus recursos.
En el informe de Brundtland de 1987 la OMT aclara que la definición del concepto de
sustentabilidad proponía el objetivo de satisfacer las necesidades del presente sin
comprometer la posibilidad de satisfacciones propias de las generaciones futuras, del
mismo modo que la definición ofrecida por el World Conservation Union (IUCN) que
trataba el término de sustentabilidad en la trayectoria de un “proceso que permite el
desarrollo sin degradar o agotar los recursos que hacen posible el mismo
desarrollo”(1998:259).
Se incorporan, por tanto, en este nuevo concepto la planificación holística -tendencia a la
complejidad-, la protección del patrimonio humano, la biodiversidad, y la preservación
de los procesos ecológicos esenciales que contienen la idea de la productividad a largo
plazo, y el mantenimiento de un equilibrio económico que respeta los recursos naturales,
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sociales y culturales. El de turismo alternativo comprende otros espacios en los que la
satisfacción, el derecho y la necesidad de las personas al descanso, la recreación, el tiempo
libre y el entretenimiento se convierten en una parte del turismo, y se encamina hacia la
búsqueda de una nueva comunicación entre las personas, el hábitat y los ámbitos
socioculturales existentes.
Por último, el concepto de calidad en el turismo se relaciona con los cambios del entorno
y el logro de la competitividad, analizados por Fayos (1994:5-10) en las últimas
tendencias del turismo, y alcanza un sentido más general, porque pretende garantizar a
los clientes sus necesidades, deseos y expectativas, y son las propias organizaciones
turísticas quiénes tienen que demostrar, y hacer ver a los clientes que se les está
ofreciendo los mejores servicios. La calidad es un concepto que atiende a satisfacer a los
visitantes, las empresas y los residentes, y se basa en el logro del beneficio de todas las
partes intervinientes.
4. COMPRENSIÓN Y BÚSQUEDA DE RESPUESTAS A LOS NUEVOS
RETOS QUE SE PLANTEAN HOY EN EL SIGLO XXI
En la comprensión y búsqueda de respuestas a los nuevos retos que se plantean hoy en el
siglo XXI se dibuja un panorama de acontecimientos muy diversos que están marcados
por las nuevas tendencias de la globalización, la mediatización de la cultura tecnológica
y los riesgos del ocioturismo con los problemas sociales que acarrea.
La globalización ha adquirido unas características que están fuertemente marcadas por la
determinación de los mercados –como la que se ha vivido en la crisis económica y
financiera mundial en 2008–, y sus respectivas evoluciones en cada uno de los países, y
es una perspectiva que debe conocerse previamente para adentrarse en las desigualdades
sociales creadas en las zonas de destino turístico. El fenómeno de la globalización abarca,
por tanto, el libre comercio internacional, el movimiento de capitales a corto plazo, la
inversión extranjera directa, los fenómenos migratorios, el desarrollo de las tecnologías
de la comunicación y su efecto cultural.
Se pone el caso del turismo como una de las industrias más centralizadas y competitivas
del mundo, que comporta estrategias y tiene entre sus prioridades la creación de empleo.
Su gran expansión llega hasta la construcción de aeropuertos, la modernización de todas
las infraestructuras, la comercialización a escala internacional, la práctica asidua del
19
marketing y la incorporación progresiva y rápida a las nuevas tecnologías. Ahora bien, la
explotación de los recursos y los ingresos obtenidos por el turismo no siempre se quedan
en el país de las zonas ocioturísticas, y a veces, indica la ONU, tiene efectos devastadores
en las culturas de sus poblaciones y en el medio ambiente.
AIEST (International Association of Scientific Experts in tourism) dedicó un congreso en
1996 en Rotorua (Nueva Zelanda) al tema de la globalización y el turismo, y se estudió a
fondo la vulnerabilidad del sector turismo ante la globalización. De los impactos positivos
y negativos que se señalaron, destacaron los siguientes:
La expansión del turismo internacional viene acompañada del surgimiento de
nuevos mercados y destinos turísticos, y supondrá una redistribución de los flujos
turísticos a nivel mundial.
La desregularización del transporte aéreo que facilita el desarrollo de los viajes de
largas distancias.
El desarrollo científico permite incorporar progresivamente nuevas tecnologías.
La expansión empresarial hacia nuevos destinos será cada vez mayor.
Se producirá una transformación de la identidad cultural.
Tendrá también repercusiones en el medio ambiente que se deteriorará.
Las empresas pequeñas o polarizadas sufrirán marginación.
Por último, entre las alternativas que se abren en la desigualdad social en las zonas de
destino, surgen iniciativas que intervienen en la participación de aquellas zonas más
pobres en el mercado turístico internacional. Ta es el caso del proyecto Chalalán, que está
ubicado sobre el valle del río Tuichí a orillas de la Laguna “Chalalan”, y consiste en la
creación de una serie de cabañas rústicas situadas alrededor de la laguna. Aquí interviene
la comunidad indígena de San José de Uchupiamonas que tiene una situación complicada,
especialmente por la implicación de esta comunidad en salvaguardar su identidad y su
cultura.
Los objetivos que tienen planteados esta comunidad son la de evitar la desaparición de
su comunidad a través de una actividad económica alternativa que posibilite su viabilidad
económica. El turismo ecológico es una de las vías que han planificado para poner en
marcha. El segundo objetivo es el de crear alternativas de empleo, dada la alta tasa de
desempleo que padecen sus habitantes, y la necesidad que hay de atraer un flijo controlado
20
de visitantes que reactive el destino turístico a diferentes niveles. La mejora de las
condiciones de vida de los pobladores supone el tercer objetivo a conseguir con este
proyecto.
El proyecto se gestiona cien por cien a través de la comunidad indígena, se aprovecha la
energía solar mediante el uso de paneles solares, y se minimiza al máximo el uso de
baterías para linternas y combustible fósiles. Chalalán ofrece programas para aprender y
experimentar el bosque tropical, paseos en canoa, observación de aves, natación y baños
en la laguna, observación de flora y fauna, cocina vegetariana, sala de conferencias, etc.
La autenticidad, el desarrollo comunitario y la actividad económica van en sintonía, y
forman parte de esta nueva modalidad de turismo experiencial, con una actividad turistica
sensibilizada hacia el lado de la comunidad local y, en definitiva, de su supervivencia.
Sin duda, muchos son los retos que se presentan hoy en el siglo XXI, y hacen referencia
al cambio climatico, las catástrofes naturales y los conflictos bélicos. Tal es así, que el
turismo empieza hacer frente al cambio climático a través de reuniones mundiales en las
que se toma gran conciencia de la relevancia que tiene para los destinos turísticos en
general, y para las poblaciones en particular las consecuencias de estos cambios. Así,
pues, en Djerba (Túnez) tuvo lugar en 2003 la Primera Conferencia Internacional que giró
en torno al cambio climático, en la que intervinieron 450 participantes de más de 80 países
y 22 organismos internacionales, organizaciones y empresas del sector privado, centros
de investigación, medios de comunicación y ONG, para responder de forma oportuna y
equilibrada a los imperativos del cambio climático en el sector del turismo, que ya habían
empezado a sentir determinados impactos en las zonas de destino turístico.
En realidad, las sociedades en su conjunto han tomado conciencia de la importancia que
tiene el cambio climático, y han decidido desarrollar medidas concertadas en un marco
común de acuerdo con la dirección de las Naciones Unidas. Este deseo de la comunidad
internacional tuvo el propósito de establecer una hoja de ruta a largo plazo, tras las
experiencias de Kyoto, para que se llevasen a cabo en un corto tiempo, y con plazos y
objetivos bien determinados. El papel que ocupa el sector del turismo es de gran
relevancia, dado el valor económico y social que tiene a escala mundial, y sus funciones
en el desarrollo sostenible, además de las vinculaciones con el clima en general.
21
Para este fin, la Organización Mundial del Turismo (OMT), se dispuso a colaborar con
el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la
Organización Meteorológica Mundial (OMM), y obtuvo el apoyo del Foro Económico
Mundial y del Gobierno de Suiza para convocar la Segunda Conferencia Internacional
sobre Cambio Climático y Turismo en Davos (Suiza), del 1 al 3 de octubre de 2007.
La Conferencia de Davos convino que el clima es un recurso esencial para el turismo,
especialmente porque es un sector muy vulnerable a los efectos del cambio climático y
del calentamiento global, de hecho se estimó que contribuye aproximadamente en un 5%
a las emisiones mundiales de CO2. Pero, por otra parte, el turismo de negocios y de recreo
representa un componente fundamental en la economía mundial, y constituye una
actividad importante para el logro de los objetivos de Desarrollo del Milenio, que influye
positivamente en las sociedades de destino turístico a escala mundial.
Esta circunstancia llevó a adoptar con urgencia una serie de medidas políticas para
fomentar un turismo realmente sostenible, que incida en la cuádruple cuenta de
resultados en los ámbitos ambiental, social, económico y climático. En consecuencia, al
sector del turismo le urgía responder al cambio climático en el marco de las Naciones
Unidas, e ir reduciendo de manera progresiva la emisión de gases de efecto invernadero
(GEI) que genera y poder, así, crecer de forma sostenible. Las medidas a tomar fueron
las siguientes:
Mitigar sus emisiones de GEI, procedentes de las actividades de transporte y
alojamiento.
Adaptar las empresas y los destinos turísticos al cambio de las condiciones
climáticas.
Aplicar las técnicas nuevas y las ya existentes para aumentar la eficacia del uso de
la energía.
Recabar recursos financieros para ayudar a las regiones y a los países pobres.
Lógicamente, estos objetivos necesitarían adoptar procedimientos en los que estuviesen
implicados los Gobiernos y organizaciones internacionales, el sector turístico y los
destinos, los consumidores y las redes de investigación y comunicación. De esta manera,
los Gobiernos y organizaciones internacionales incorporaron el turismo dentro de los
compromisos adquiridos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
22
Cambio Climático (CMNUCC) y su Protocolo de Kyoto, para responder al llamamiento
del Secretario General de las Naciones Unidas, y presentar en diciembre de 2007, en el
decimotercer período de sesiones de la Conferencia de las Partes de la CMNUCC en Bali,
un marco eficaz y completo que permita hacer frente al cambio climático después del año
2012.
Este proyecto mundial suponía emprender a la vez una serie de actividades concretas y
compatibles con los objetivos de Desarrollo del Milenio, para mitigar, adoptar e
implementar tecnologías en los destinos y operadores turísticos de los países en desarrollo
(especialmente los menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo).
Dispondrían de apoyos financieros, técnicos y de formación, que garantizasen en el marco
mundial de acción, su participación frente al cambio climático, a través de iniciativas
establecidas en orden a un desarrollo totalmente limpio.
Por tanto, se fomentarían asociaciones, redes y sistemas de intercambio de información
interdisciplinarios, y se colaboraría en estrategias, políticas y planes de acción
internacionales para reducir las emisiones de GEI en el transporte (en cooperación con
organizaciones de transporte aéreo), en el alojamiento y en las actividades de turismo
conexas.
Además, se introducirían programas de educación y sensibilización dirigidos a todos los
agentes del turismo de los sectores público y privado, y también a los consumidores. Se
crearían unos servicios regionales y locales de información sobre el cambio climático
ajustados a las necesidades del sector turístico, reforzando la colaboración con los
Servicios Nacionales de Meteorología de la OMM, y se aplicarían medidas de política
general, reglamentación, finanzas, gestión, educación, comportamiento, diversificación,
investigación y seguimiento.
Respecto al sector turístico y los destinos en su conjunto les correspondería asumir el
liderazgo en la aplicación de medidas concretas (como incentivos) para mitigar los efectos
del cambio climático, y definir objetivos e indicadores para supervisar los progresos
adquiridos. En esta escala de acción más concreta, el sector turístico requeriría fomentar
y realizar inversiones en programas turísticos ahorrativos de energía, y en el uso de
recursos de energías renovables, para poder reducir la huella de carbono de todo el sector
del turismo.
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Por tanto, se elaboraron estrategias de adaptación y mitigación en los planos regional,
nacional y local, y en sus planes de puesta en práctica. Y se esforzaron en conservar la
diversidad biológica, los ecosistemas naturales y los paisajes de formas que refuercen su
resistencia al cambio climático, y garanticen un uso sostenible a largo plazo,
especialmente los que sirven de pulmones a la Tierra, a través de programas de gestión
forestal y otros programas biológicos, y los que protegen la línea de costas (los manglares
y los arrecifes de coral).
A partir de aquí, el sector turístico con este nuevo planteamiento se encaminará a
conseguir entornos cada vez más exentos de carbono, y a diversificar los productos que
oferte en función de los factores climáticos, para reposicionar los destinos y sus sistemas
de apoyo, así como favorecer la oferta y la demanda en todas las estaciones del año, de
esta manera se podrá sensibilizar a los clientes y al personal en general de los efectos del
cambio climático.
La implicación de los turistas como consumidores es otra pieza fundamental, sobre todo
en el momento de tomar las decisiones de viajar, para que tengan en cuenta las
repercusiones climáticas, económicas, sociales y ambientales en las opciones de viaje y
de los destinos, y reduzcan en la medida de lo posible su huella de carbono. A
continuación, y una vez en su lugar de destino, podrán elegir actividades respetuosas con
el medio ambiente, y contribuir a la conservación del entorno natural y del patrimonio
cultural.
Otro tema de gran preocupación y muy relacionado con el turismo son los desastres
naturales, que son gran parte de las consecuencias del cambio climático y de fenómenos
naturales como terremotos, deforestación, tsunamis, inundaciones, deslizamientos de
tierra, contaminación ambiental, etc. Los expertos de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) confirman que los seres humanos están afectando al clima mundial, y relacionan
las siguientes consecuencias (www.mppee.gob.ue, 2015):
Desastres naturales: en la última década del siglo XX, los desastres naturales
relacionados con las condiciones meteorológicas produjeron aproximadamente
600.000 muertes en todo el mundo, el 95% de ellas en países pobres.
Variación en las temperaturas: éstas pueden afectar a la salud como estrés térmico o
frío extremo (hipotermia), y provocar enfermedades cardíacas o respiratorias.
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Asmas y alergias: el incremento de temperatura global modifica los niveles y la
distribución de partículas aéreas naturales como el polem en las estaciones, y ello
ocasiona asma.
Inundaciones y desplazamientos de población: una de las consecuencias del
calentamiento global es la elevación del nivel del mar, lo que aumenta el riesgo de
inundación de las costas y ocasionaría desplazamientos de las poblaciones afectadas.
Las inundaciones también pueden aumentar el riesgo de infecciones transmitidas por
el agua y por vectores, y os desplazamientos de las poblaciones influirían en el
aumento de las tensiones y en riesgo de conflictos.
Escasez de agua dulce: el incremento de la variabilidad de las precipitaciones puede
poner en riesgo el suministro de agua dulce, y su escasez afecta ya a un 40% de la
población mundial, y junto a la mala calidad de la misma pueden poner en peligro la
salud y la higiene. Todo ello llevaría al aumento del riesgo de enfermedades
diarreicas, tracoma (infección ocular) y otras enfermedades.
Condiciones no potables: la escasez del agua lleva a que las personas tengan que
transportar el agua desde lugares muy distantes para almacenarla en sus casas. Esta
situación aumentaría el riesgo de contaminación del agua y de las enfermedades, y
servir de criadero de mosquitos (paludismo y dengue).
Enfermedades sensibles al clima: las enfermedades transmitidas por el agua y por
vectores como los mosquitos son consecuencia de las condiciones climáticas la
diarrea, el paludismo y la malnutrición proteinocalórica que ocasionaron más de tres
millones de muestres en 2004.
Malnutrición: la falta de nutrientes y la vulnerabilidad a enfermedades respiratorias
infecciosas causa millones de muertes al año. El aumento de la temperatura del
planeta y la variabilidad de las precipitaciones reducirá cosechas en regiones
tropicales en desarrollo.
Medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: el uso de
transporte público y los medios activos (ir caminando o en bicicleta) es una alternativa
que incide en la reducción de emisiones de dióxido de carbono, mejorar la salud,
reducir el tráfico, disminuir la contaminación del aire, las enfermedades respiratorias
y cardiovasculares asociadas.
Finalmente, los conflictos bélicos representan uno de los elementos de inseguridad en las
zonas de destino turístico, que han experimentado un importante ascenso en los años de
la crisis económica y financiera.
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Una de las características básicas del Turismo Moderno y Post-Moderno se asienta en el
empoderamiento del turista como consumidor selectivo, que autogestiona sus actividades
de ocio y turismo con las nuevas tecnologías. Todo ello ha venido condicionado por los
nuevos hábitos de vida y el efecto de la globalización de la sociedad, que ha dado lugar
con el uso de internet a nuevos perfiles de turistas, que se conectan frecuentemente por
mediación de la cultura tecnológica.
A través de las TIC todo un mundo aparece ante el perfil del consumidor de ocio y
turismo, que está meditizado por el uso e impacto de las redes sociales, los blogs de viajes,
las opiniones y valoraciones de otros turistas, los sistemas de geoposicionamiento, las
agencias de viaje online, los destinos inteligentes, etc., y que en su conjunto forman parte
de una revolución tecnológica que circula a un ritmo vertiginoso.
Sin duda, la importancia de internet y las nuevas tecnologías se han instalado en la
dirección de las agencias de viajes, los agentes de viajes, y todo el sector ocioturístico que
saben la importancia que tiene hoy en día disponer de un smarpthone y saber navegar a
través de la cultura tecnológica.
A partir de aquí una diversidad de turismos aparecen en el mercado con sus distintos
perfiles de turistas que demandan nuevas actividades y servicios. La experiencia tanto
individual y grupal se encuentra actualmente mediatizada por esta cultura tecnológica con
una perspectiva sociológica que sitúa en el centro el nuevo perfil del consumidor
ocioturístico del siglo XXI.
5. CONCLUSIONES
En el modelo teórico de la perspectiva sociológica del ocioturimo en la sociedad
posmoderna, figuran varios planos de conocimiento, observación/investigación,
comprensión y búsqueda de respuestas. El primer plano del modelo teórico corresponde
a la perspectiva sociológica del ocioturismo como conocimiento sociológico que
representa varios procedimientos, uno de inicio en lo que se está observando, otro final
en la comprensión y búsqueda de soluciones de las realidades indagadas y, finalmente, el
dinamismo y desarrollo social para las zonas de destino de ocio y turismo.
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El procedimiento final da cuenta del último paso que culmina y cierra la comprensión y
búsqueda de respuestas a los nuevos retos del ocioturismo en el siglo XXI. En la
actualidad los estudios e investigaciones muestran la gran vulnerabilidad, flexibilidad y
dinamismo según las características y peculiaridades de las sociedades modernas, con sus
nuevos procesos de producción, y los retos que plantean las nuevas modalidades del
turismo, como el turismo colaborativo, y los riesgos diversos que acaecen con el
ocioturismo.
El conocimiento de los fenómenos ocioturísticos se obtiene de la elaboración de la parte
teórica y metodológica/práctica, es decir, del primer acercamiento en la observación,
investigación y elaboración de diagnósticos de la realidad social indagada con los niveles
macro y micro. En la elaboración de la parte teórica se halla el marco teórico que abarca
el paradigma del ocioturismo en la sociedad posmoderna, que se caracterizara por su
dinamismo, carácter multidisciplinar y multidimensionalidad. Al igual que las teorías
sociológicas ocioturísticas y la tipologías de turismo que hay en la actualidad.
En la otra cara está la parte metodológica y práctica que está referida a la investigación y
análisis de los fenómenos ocioturísticos. En efecto, la investigación (investigación social)
se introduce aquí para conocer qué es lo que está pasando en un período determinado en
relación a los acontecimientos —fenómenos socioculturales y problemas sociales—,
motivaciones para efectuar viajes, situaciones laborales, opiniones respecto a cuestiones
de turismo y de ocio, y en definitiva, para indagar los impactos positivos y negativos que
conciernen a la sociedad de destino ocioturístico. En realidad, todo lo que surge en el
encuentro entre sociedades es susceptible de indagación, estudio, análisis y mejora o
transformación de situaciones que pueden modificarse.
La investigación pertenece al ámbito de la práctica, es decir, al área de aplicabilidad para
el desarrollo y progreso social, que va a constituir el punto de partida de la obtención de
un conocimiento lo más aproximado posible a las realidades socioeconómicas en las
regiones turísticas.
Y un tercer plano se refiere a la parte de implementación/práctica en la realidad social de
los ámbitos ocioturísticos, que culmina y cierra la comprensión y búsqueda de respuestas
a los nuevos retos y necesidades. Con los diagnósticos de la realidad social indagada y
sus niveles macro y micro se confeccionan e implementan Programas, Políticas, Guías y
Rutas turísticas, actividades lúdicas y de recreación. Igualmente, el conocimiento
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sociológico de los diagnósticos sirve para prevenir riesgos del ocio y el turismo, y de las
infraestructuras medioambientales y logísticas de las zonas de destino. Por último, ofrece
soluciones en el tratamiento de las necesidades y problemas sociales que fluyen en el
encuentro entre sociedades ocioturísticas.
BIBLIOGRAFÍA
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