la pena de muerte

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La pena capital no sólo evita que el criminal siga perjudicando a la sociedad, sino que también disuade a otros de cometer actos semejantes. La mayor parte de la gente se siente tentada alguna vez de cometer actos ilegales, pero las personas normales no los llevan a cabo normalmente por razones de conciencia o por miedo a la condena publica. Quizás algunas personas necesitan motivos más poderosos para superar sus impulsos criminales, y sólo los tipos más duros de castigo pueden mantener a raya las fuertes emociones que causan los mayores crímenes. Puesto que la muerte atemoriza a casi todo el mundo, la pena capital proporciona este saludable motivo. La ejecución de un criminal condenado sirve a los demás como ejemplo de lo que les puede ocurrir si se dejan arrastrar por sus impulsos criminales. Aunque muy pocos criminales han presenciado ejecuciones personalmente, y mucho menos aún las han sufrido, la publicidad que se da al ahorcamiento o electrocución de los asesinos condenados, ha hecho que todo el mundo sea consciente de que la amenaza de la pena de muerte no es un gesto vacío. Al estimular el poderoso y profundo miedo inherente a la naturaleza humana, esa conciencia hace desistir a los criminales en potencia de la realización de actos socialmente perjudiciales, que de otra manera hubieran cometido. Puesto que la pena capital algunas veces hace desistir a esos criminales en potencia de llevar a cabo actos socialmente perjudiciales, y puesto que es correcto proteger a la sociedad de actos gravemente perjudiciales, la pena capital es algunas veces correcta”. (Carl Wellman. Morales y Éticas. Madrid, Tecnos, 1975).

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Caso de analisis sobre argumentos.

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La pena capital no slo evita que el criminal siga perjudicando a la sociedad, sino que tambin disuade a otros de cometer actos semejantes. La mayor parte de la gente se siente tentada alguna vez de cometer actos ilegales, pero las personas normales no los llevan a cabo normalmente por razones de conciencia o por miedo a la condena publica. Quizs algunas personas necesitan motivos ms poderosos para superar sus impulsos criminales, y slo los tipos ms duros de castigo pueden mantener a raya las fuertes emociones que causan los mayores crmenes. Puesto que la muerte atemoriza a casi todo el mundo, la pena capital proporciona este saludable motivo. La ejecucin de un criminal condenado sirve a los dems como ejemplo de lo que les puede ocurrir si se dejan arrastrar por sus impulsos criminales. Aunque muy pocos criminales han presenciado ejecuciones personalmente, y mucho menos an las han sufrido, la publicidad que se da al ahorcamiento o electrocucin de los asesinos condenados, ha hecho que todo el mundo sea consciente de que la amenaza de la pena de muerte no es un gesto vaco. Al estimular el poderoso y profundo miedo inherente a la naturaleza humana, esa conciencia hace desistir a los criminales en potencia de la realizacin de actos socialmente perjudiciales, que de otra manera hubieran cometido. Puesto que la pena capital algunas veces hace desistir a esos criminales en potencia de llevar a cabo actos socialmente perjudiciales, y puesto que es correcto proteger a la sociedad de actos gravemente perjudiciales, la pena capital es algunas veces correcta. (Carl Wellman. Morales y ticas. Madrid, Tecnos, 1975).