La pandemia COVID-19 nos ha confrontado con nosotros/as mismos/as. Durante estos meses hemos cuestionado aspectos sociales, sanitarios, culturales y políticos, pero, por sobre todo, hemos comenzado a hurgar nuestros afectos y sentires, llegando a esos lugares que desconocíamos de nosotros/as mismos/as ¿Cómo nos ha afectado íntimamente la pandemia? ¿Qué nos ha hecho soñar, temer y añorar? ¿Cómo nos relatamos? ¿Qué imágenes construimos?Desde la virtualidad hemos comenzado a reconocer y compartir algunos miedos, frustraciones y angustias, como también deseos, anhelos y esperanzas. Con la misma rapidez que avanza este virus nos hemos virtualizado, y así también nuestras prácticas y relaciones, donde muchas veces los sentires han quedado atrapados en pantallas, limitados a teclados e imaginarios comunes. Para quienes trabajamos y nos expresamos desde las artes, este lenguaje ha sido tangencial durante este período, porque ha permitido mostrar y dar cuenta lo que no hablamos, compartimos y vivimos en situación de aislamiento e incertidumbre humana. Dar lugar a las artes en tiempos de pandemia es agenciarnos y compartir un sentido político que abre a la ciudadanía a ver, entender y vivir la pandemia desde otros lugares que trascienden lo periodístico, estadístico e informativo, para llegar a lo sensible. Sin duda, la pandemia ha abierto en nosotros/as una nueva humanidad, planteándonos preguntas y desafíos de sobrevivencia que desconocíamos. Las artes y nuestros/as artistas regionales juegan aquí un papel primordial, porque han logrado relatar visualmente eso que todos/as sentimos y vivimos en tiempos de pandemia, pero que no hemos podido gritar al mundo entero.Para no sentirnos desconocidos/as y aislados en este período de soledad, extrañeza e incertidumbre, el catálogo “A un metro” nos propone un sentido común, y nos invita al encuentro, a reconocernos en las distintas vivencias y percepciones de los/as artistas, porque sus imágenes también son nuestras; todos/as vivimos esta pandemia. Los relatos de este catálogo se encarnan en formas, colores, texturas y metáforas que nos confrontan con aquello que esta pandemia ha abierto

en todos/as nosotros/as, porque todas estas formas artísticas, expresivas, críticas y creativas nos enseñan la importancia de las artes y nuestros artistas regionales, para abrir al mundo las realidades imprevistas, subjetividades, dinámicas y cambiantes. Entre las obras que se presentan en este catálogo, principalmente se plantean tres grandes temáticas. En primer lugar, algunos/as artistas de este catálogo nos confrontan con los aspectos más duros y complejos de esta pandemia; la muerte, soledad, individualidad, rutina, angustias e incertezas ¿Quién no ha sido abrazada por la incertidumbre del futuro en estos meses y quién no ha extrañado a un ser querido/a?Como segunda temática apreciaremos un grito de esperanza. Algunas/os artistas nos comparten obras que, desde lo creativo, se proponen como espacio de superación, aprendizaje, relación y nos plantean la pandemia como una oportunidad para aprender y soñar. Como última temática, se aprecia un conjunto de obras que buscan unificar la problemática de la pandemia con el entorno natural y el contexto situado de quienes viven en esta región, porque no es posible separar eso que nos pasa, de nuestro lugar de incardinamiento.A través de estas obras, el conjunto de artistas que componen el catálogo “A un metro” nos invitan a ser parte sensible, reflexiva y estética de la pandemia; a hacerla nuestra. Las quince obras que se presentan son representaciones que despiertan políticamente nuestra sensibilidad, para hacer de los tiempos más complejos de nuestra humanidad una experiencia visual y afectiva trascendente.

Rosario García-Huidobro MunitaArtista, docente e investigadora Universidad de Los Lagos

Palabras de la Seremi de Las Culturas, Las Artes y El Patrimonio de la Región de Los Lagos

Como Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio es importante contextualizar el porqué nace esta importante iniciativa colaborativa con la Red de Espacios de la Visualidad, e indicar que en el futuro queremos realizar un trabajo en conjunto para el desarrollo creativo de la visualidad. El catálogo: “A un metro”, representa un registro que se gesta para dejar en evidencia como se visualiza por medio de ojos de artistas el vivir en pandemia, así de manera artística percibir qué significo para ellos el vivir este período que sin duda, nos ha cambiado la forma de vivir en nosotros y el mundo.

“El Bosque Como Refugio”. Fotografía digital, fotografía análoga y collage análogo / 130 x 90 cmts.

Durante la pandemia junto a mi hijo Luciano de 4 años, hemos estado haciendo durante nuestros desayunos un ejercicio que finalmente, se ha convertido en rutina: Hablamos de lo que soñamos la noche anterior e intentamos interpretar y representarlo a través de imágenes. Luego de semanas de diálogo nos dimos cuenta que el sueño que más se repetía en él, estaba relacionado con la naturaleza, especialmente con el bosque: sus parajes y especies que allí conviven; y de como ese lugar misterioso, muchas veces oscuro, se había convertido en un refugio de su subconsciente, para serenar el ánimo en tiempo de incertidumbre.

(Llanquihue, Marzo-Agosto de 2020)

Detalle de la obra

“Orden Natural”. Fotografía digital / cada foto de 40 x 50 cmts.

Ensayo fotográfico que va en busca de la luz y la sombra, realidad y fantasía, del lugar donde habito. Una forma de evadir la realidad que nos obliga al aislamiento y soledad. Es un registro del ritmo lento de la ciudad que forma el fondo donde transcurre la vida. Diario visual melancólico que se mueve entre lo liviano y trivial de la vida diaria y el peso de la realidad que se convierte en memoria.

Detalle de la obra

“Galleta de la Fortuna”. Fotografía digital / dimensiones variables.

“Galleta de la fortuna” es una invitación a mirar en la niebla. Una ironía que esconde esta creencia, de mensajes de profecías propios de la cultura China, vista a la vez como una oportunidad a ver esta pandemia con otros ojos. Si bien ha sido un período duro e incierto es posible dentro de esa dureza, descubrirnos a nosotros a mismos en espacios que no conocíamos.

Detalle de la obra

“Cuanto mas siento el estar dentro, mas afuero siento el estar”Instalación modular. Madera en base a ramas de Chacay, Chilco y

plantas de trébol revestidas en su raiz con tierra y fibra de palmera. 1,50 mt diametro x 1,20 mt altura.

La naturaleza lo ha reclamado, pero no del todo, se acopla a la forma consensuada, la acentúa y la habita en su desarrollo. Se enfrenta a su extensión como el velo orgánico que es. Todo ocupa un lugar, por ende nada carece de vacío. Todo suma a un sistema de relación en el que cuerpo y existencia dan testimonio de la distancia que nos acerca. En el hoy surge la conciencia del estar cautivos, en el ayer, el añorado trayecto habitul del estar afuera. La medula del habitar recuerda la esencia del lugar habitado. Cuanto mas siento el estar dentro, mas afuero siento el estar (tiempo presente). Estoy (Espacio) vivo ( Habitar).

Detalle de la obra

“Transición hacia la libertad”. Óleo sobre tela / 30 x 20 cmts.

Auto retrato surreal que deja al descubierto los cambios internos del cuerpo humano, convirtiendo estos en la necesidad latente de volver a ser libre. El pensamiento gobierna ese gran anhelo creando etapas y dividiendo cada escena en la transición de un viaje en busca de la libertad de reencontrarse con la naturaleza y conectarse nuevamente con nuestro origen. Al sentirse encerrado y lejos de lo que amamos, al guardar por tanto tiempo lo que nos convierte en ser humanos, el corazón bombea fuego caliente a través de nuestras venas y silenciosamente conduce la ansiedad, el estrés y las preocupaciones a estallar como un volcán que brama libertad.

Detalle de la obra

“Vuelo”. Pintura digital (dibujado con dedos) Paper53 / 15 x 20 cmts.

Escapo por mi ventana para mirar la Isla Maillén y la boca del Estuario de Reloncaví.

Detalle de la obra

“Volveremos a estar juntos”. Acrílico sobre tela / 120 x 110 cmts.

Los niños son como los pájaros, alegres, juguetones, inquietos y con ansias de estar con sus pares.

Detalle de la obra

“Isla Roja”. Pintura digital / 21 x 17 cmts.

Uno de los factores más dramáticos de la pandemia, más allá de la incertidumbre y lo desconocido, es la sensación de aislamiento, que deviene de la aceptación de seres individuales que sobrevivimos en una biota colaborativa. Sin esta, nos alienamos, nos estresamos, nos deprimimos. Nos dimos cuenta que somos tanto isla como continente. Interdependientes.

Detalle de la obra

“Clase de historia”. Dibujo sobre papel / 29,7 x 42 cmts.

Clase de historia, se centra en la nueva problemática de las relaciones sociales (en el contexto de pandemia global), interacción que hemos ido resignificando inconscientemente por medio del uso de la tecnología. Nuestras acciones y momentos cotidianos han sufrido un severo vuelco, volviendo imprescindible la conectividad artificial que nos entrega una sensación ficticia de afecto, reunión y consuelo.

Detalle de la obra

“Pudú”. Collage digital y análogo / 56x76 cmts.

Esta es una obra mixta con un trabajo análogo y digital, en un proceso nuevo dónde mezclo fondos experimentales de grabado y veladuras de acrílico. Intenta mostrar la dicotomía actual en relación al paisaje, ecología y crecimiento sustentable.

Detalle de la obra

“Tres Brujos sacrificando a un Invunche”. Óleo sobre tela / 120 x 100 cmts.

Detalle de la obra

La representación de relatos mitológicos o históricos ha sido utilizada a través de la historia de la pintura no sólo como mera ilustración, sino también como una serie de comentarios del artista sobre su propio contexto. Personalmente, la alegoría ha sido mi herramienta preferida al momento de representar problemáticas reales en la pintura. La obra “Tres brujos sacrificando a un Invunche” fue ejecutada durante los primeros meses de la pandemia en Chile, y a pesar de no ser tan literal como la obra siguiente llamada “La peste fantasma”, creo que describe más acertadamente la dinámica de la pandemia en el país y sus efectos a lo largo del tiempo. Cuenta el mito sureño que cuando el Invunche envejece y no puede seguir cubriendo las necesidades de sus amos los brujos, es sacrificado y aprovechado hasta sus últimos restos cual animal de ganado. De esta manera, esta desdichada criatura es destinada desde su temprana existencia

a la servidumbre, y forzada a seguir este propósito aún en la muerte. El acto y símbolo del sacrificio como instrumentalización es una característica del ejercicio descarnado del poder, y como ya se podía vaticinar los primeros meses de la pandemia, las decisiones relativas a su manejo siguieron aquella lógica hasta el día de hoy. No importa la cantidad de sacrificios al que la población se exponga, no es más que un problema de cifras y recursos mientras los amos puedan continuar con sus intereses a expensas de ellos. Mientras los brujos desarrollan sus actividades, son los invunches quienes quedan al exterior de la cueva esperando un solo destino. Por otro lado, el procedimiento técnico de la obra y su conexión con la escena representada remite a la reflexión sobre la condición interproductiva y anacrónica de la pintura contemporánea post-histórica. Se han tomado fragmentos de obras de autores barrocos insignes (Caravaggio, Velázquez, Ribera, Gentileschi) desde la distancia de sus reproducciones, y se han mutilado y despojado de su integridad original, poniéndolas al servicio de una perspectiva local y periférica.

“Retrospectiva natural”. Óleo sobre tela / 60 x 90 cmts.

La obra representa una mirada desde el punto de vista de la naturaleza, observando con retrospectiva que lo que fue para los humanos un lugar turístico y de viajes placenteros, ahora son sólo recuerdos rememorados al ver sus fotografías en celulares, tablet o computadores. El picaflor, ser apacible y sensible, observa con gratitud, que aquellos tiempos de gran actividad humana han pasado y puede volver a tomar su lugar junto a su antiguo entorno. Además se cuestiona de manera pasiva, la escasa actividad humana en un sector tan poblado, como es en los palafitos de la comuna de Castro ( Chiloé). Mientras las personas esperan en sus casas que pase la pandemia, el futuro es incierto, pero la naturaleza prevalecerá.

Detalle de la obra

“Eslabones”. Ready-made / Dimensiones variables.

Detalle de la obra

La obra se establece como un ejercicio de reflexión en torno a las medidas tomadas por las diferentes autoridades en relación al actual contexto sanitario y su repercusión en la ciudadanía. La cuarentena, el toque de queda, el cierre y apertura de locales comerciales, ciudades vacías, aisladas, medidas que un cuerpo social se ve obligado a seguir, disposiciones tomadas por quienes poseen la facultad de abrir o cerrar el paso a oportunidades, que acarrean tras de si el peso de sus acciones sobre la población, una conformada por sujetos que están para servir a quienes se encuentran en posiciones de privilegio y poder. En un constante vaivén, un ir y venir que termina por resaltar la relación heterogénea de dos eslabones de una misma cadena. En términos formales la obra se encuentra conformada por 15 llaves en la parte superior, las que se encuentran enganchadas a una cadena de 1 mt (distancia mínima establecida entre sujetos durante la pandemia) la que en su

extremo inferior posee sujetos 18 llaveros elaborados con cabezas de plástico pintadas de blanco, aludiendo a la esterilidad que la crisis sanitaria refiere. La obra gira sobre su propio eje en un constante movimiento otorgado por la suspensión de la misma y el peso que posee en su extremo inferior, representando el constante movimiento sobre un mismo lugar que significa para la población el recluirse a sus hogares.

““Paisaje Costumbrista”. Acuarela sobre papel / 47 x 73 cmts.

Representación en acuarela de imágenes cotidianas, encuadradas en siete composiciones. Muchas veces las cuarentenas no son obligatorias, nos las imponemos. Muchos creímos estar preparados para tal evento, ya que estuvimos años “practicando”, pero que diferente es cuando somos libre de tomar decisiones. Esta no es la ocasión, esto es por un bien común, suponemos algunos. Quizás nos equivocamos, es lo más probable, ya que la vida está regida por el caos. Atrapados en nuestro hábitat, sumidos en nuestra dimensión, miramos el entorno como si fuera lo único que veremos durante mucho tiempo, el paisaje ha cambiado y tras tantos meses, lo conocemos de memoria. La Pandemia es como el panóptico que nos observa desde las alturas y desde todos los ángulos, los objetos se vuelven naturaleza en movimiento en estas circunstancias, somos sus espectadores en el día a día y se vuelven costumbre.

Detalle de la obra

“Desaparecer”. Acrílico y tiza sobre tela / 120 x 150 cmts.

La obra transita en la sensación vida-muerte. Dejar este mundo en tiempos de Pandemia supone desaparecer en soledad e irse en silencio. Devolverte a la tierra sin despedidas ni flores ni lágrimas. Sin el desgarro afectivo, solo con el abrazo de la tierra

Detalle de la obra