LA PALABRA AMOR www.labibliadice.orgLa palabra amor es bastante utilizada en el mundo pero muy poco entendida en su verdadero significado. Casi siempre se relaciona al amor con el romance o la pasin entre personas de distinto sexo. En el pasaje que vamos a estudiar el da de hoy veremos al amor en su verdadera dimensin segn lo que ensea la Biblia. Antes de hablar del amor, permtame citar esta historia relatada por Arturo Hotton. Dice as: La ciudad de Buenos Aires es una ciudad extraamente hermosa, no obstante, sus monstruos de cemento, sus monolticas construcciones y su vertiginoso ritmo. Es una ciudad con alma. En sus calles viven y luchan un milln de sueos, ideales que enfrentan la realidad, aspiraciones que se frustran, anhelos que se cristalizan, recuerdos que se hacen lgrimas, esperanzas que construyen sonrisas. El majestuoso Plata que baa sus costas, inspira el romance y embriaga el corazn, sus aguas terrosas guardan centenares de conmovedoras historias. En una de ellas, la ciudad y el ro se confunden, pues entre los muchos monumentos que la perla del Sur ha levantado a sus hroes del pasado, hay uno junto al ro que recuerda el gesto y sacrificio de un hombre simple, sin mayor historia que su renunciamiento, su nombre: Luis Viale. Hace ya varios aos, en medio de una borrasca de proporciones dantescas, en la convulsin y el azote de las aguas enloquecidas, un barco de la carrera de Buenos Aires a Montevideo se hundi, arrastrando con l a un puado de ilusiones a la oscuridad de su abismo. Los medios de salvamento eran precarios, alguno que otro bote de auxilio sirvi para escapar del drama, la mayora con su salvavidas en mano luchaban contra la corriente y el vendaval. Luis Viale, fuertemente aferrado al suyo, se felicitaba por su buena fortuna y esperaba el rescate que no tardara en llegar. De pronto, sus ojos que escrutabam las penumbras, ansiosos de ver surgir de la niebla los barcos de socorro, se clavaron en cambio en una mujer que luchaba desesperadamente para mantenerse a flote, careciendo de salvavidas, daba incoherentes brazadas para supervivir en medio de aquella escena de muerte y tragedia. Viale, esforzndose con sus piernas semientumecidas por el fro, se aproxim hasta ella. Cuando estuvo a su lado pretendi ayudarla pero vanos fueron sus esfuerzos, el salvavidas suyo no alcanzaba a sostener a los dos. Fue entonces cuando en un gesto que lo enaltece, se quit su salvavidas, y rode con l cuerpo exhausto de aquella mujer desconocida. Sus fuerzas estaban terminadas. Poco despus se perdi entre la bruma, se hundi para siempre, sacrific su vida para salvar la vida de alguien a quien sin conocer am. Hoy, despus de tantos aos, una estatua recuerda su gesto, y su sombra se proyecta sobre el silencioso ro que guarda sus restos, y cobija su nobleza. Interesante historia amable oyente. Pinta con realidad lo que es capaz de hacer el amor. Un amor as no es algo natural en el hombre. Es algo sobrenatural que solamente Dios puede producir en el hombre. Esto es lo que se desprende del pasaje bblico que nos corresponde estudiar el da de hoy en el libro de Glatas. Abramos nuestras Biblias en Glatas 5:13 al 15 donde dice: Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no usis la libertad como ocasin para la carne, sino servos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amars a tu prjimo como a ti mismo. Pero si os mordis y os comis unos a otros, mirad que tambin no os consumis unos a otros. Estando en la condicin de esclavos de Satans, de esclavos del pecado, de esclavos de la naturaleza pecaminosa, de esclavos del mundo, y de esclavos de la ley, los Glatas escucharon las buenas nuevas de salvacin que garantizaba libertad de todas las cosas que antes les tenan oprimidos. Una vez que recibieron a Cristo, llegaron a tener esa libertad tan aorada. Es por eso que Pablo dice que los creyentes de Galacia han sido llamados a libertad. Libertad en todo sentido. Libertad de Satans. El diablo ya no tiene poder sobre alguien que ha sido liberado por Cristo Jess. Libertad del pecado. El pecado ya no tiene poder para dominar a quien ha sido liberado por Cristo Jess. Libertad de la naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa ya no tiene poder para obligar al creyente a pecar. Libertad de la ley. La ley ya no tiene poder para condenar a quien ha sido liberado por Cristo Jess. La vida del creyente es una vida de libertad plena amable oyente. Tiene Usted esta libertad? Si Usted ha recibido a Cristo como su Salvador personal, Usted est en capacidad de vivir este estilo de vida. Ahora bien. La libertad que tenemos en Cristo los que a Cristo hemos recibido como nuestro Salvador, no es una libertad para vivir como nos venga en gana. Por eso dice Pablo: Cudense de no usar la libertad que tienen en Cristo como ocasin para la carne. La carne es la naturaleza pecaminosa que todos poseemos. La libertad en Cristo no debe ser el pretexto para hacer lo que la carne nos pide hacer. La carne me pide emborracharme, como soy libre en Cristo, me emborracho. Esto no es as. Recuerde que los creyentes hemos sido llamados a libertad. Libertad de muchas cosas, entre ello, libertad de nuestra naturaleza pecaminosa. Libertad de la carne. Antes de ser creyentes ramos esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa. Hacamos lo que ella quiere, cualquier cosa que pida. Pero una vez que llegamos a la maravillosa libertad en Cristo, dejamos de ser esclavos de la carne o de la naturaleza pecaminosa. Por tanto, perfectamente podemos decir: Esto que me est pidiendo mi carne no es algo que agrada a Dios, as que no voy a dar gusto a mi carne. Antes no podamos razonar as, pero una vez que llegamos a ser creyentes s podemos. Siempre ser algo que me confunde ver a un creyente viviendo en pecado. Por supuesto que yo no puedo saber lo que hay en el corazn de un creyente as, pero el hecho de vivir esclavizado al pecado me deja una gran duda acerca de si es o no un genuino creyente. Un genuino creyente no puede vivir esclavizado al pecado. Puede ser que peque espordicamente, pero siempre reconocer su pecado, lo confesar y se apartar del mismo. Pero jams se acomodar a vivir en pecado. De modo que, amable oyente, la libertad que tenemos en Cristo no debe ser pretexto para vivir en pecado. Todo lo contrario, la libertad que tenemos en Cristo debe ser el motivo para servir por amor a los dems. Aqu es donde entra el amor. Este tipo de amor es el resultado de la libertad que tenemos en Cristo. Antes de ser creyentes no podamos expresar este tipo de amor. Si ambamos a alguien siempre estaba algn tipo de inters de por medio. Pero cuando recibimos a Cristo como Salvador, el amor del Padre se derram en nosotros y quedamos en libertad de expresar este amor de diversas maneras. Una de esas maneras es en el servicio. A la naturaleza pecaminosa, o a la carne le gusta ser servida. Pero cuando Cristo nos libera del poder de la naturaleza pecaminosa, podemos servir por amor, sin el temor de ser humillados o de ser objeto de abuso de parte de la gente a quien servimos. Con la idea de este tipo de amor en su mente, Pablo dice que toda la ley se cumple en un solo mandato: Amars a tu prjimo como a ti mismo. Lo maravilloso del amor es que sustituye a todas las leyes de Dios. En qu sentido? Pues si Usted ama a su prjimo, no le robar, no le mentir, no codiciar a su cnyuge, no le tendr envidia, no buscar hacerle dao, no murmurar contra l, etc. De esta manera estar cumpliendo todas las demandas de Dios expresadas en la ley en cuanto a la relacin con el prjimo. Pero este cumplimiento no ser porque hay una ley externa a la cual Usted debe someterse quiera o no quiera, sino que ser un cumplimiento porque dentro de Usted hay un poder que antes no lo tena. Ese poder se llama el amor de Dios derramado en Usted por el Espritu Santo. Este amor en el corazn de los creyentes hace que los creyentes no se muerdan y se coman unos a otros. Qu triste es ver que a veces, en las familias cristianas o en los ministerios cristianos, o en las iglesias cristianas, los creyentes actan como si fueran fieras salvajes que estn listas para caer sobre su presa y acabar con ella. Algo as estaba sucediendo con los creyentes Glatas. Pablo les dice: Tengan cuidado, no sea que vayan a acabar consumindose entre Ustedes. Cuando se sustituye la gracia por el legalismo, son inevitables los pleitos, las discusiones, las discordias y los celos. El legalista dice: Si Usted quiere demostrar que es espiritual debe someterse a este reglamento. Como siempre habr algunos que no quieran someterse a ese reglamento y sern inevitables las peleas, las acusaciones, las expulsiones, etc. El legalismo impide que se manifieste el amor de Dios en toda su expresin. Si en su familia hay un ambiente de tensin, si en su iglesia hay ambiente de tensin, No ser que el legalismo est tratando de abrirse paso? Tenga cuidado. Recuerde que la naturaleza pecaminosa no se domina con la lista de lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer. La naturaleza pecaminosa se domina por la gracia, la cual resulta en el amor de Dios inundando el corazn de una persona. Ser ese amor que permite servirnos por amor los unos a los otros.