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La Página Escrita Nº 14 Enero 2016 Revista literaria on-line de las Fundaciones Jordi Sierra i Fabra

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  • La Pgina EscritaN 14 Enero 2016 Revista literaria on-line de las Fundaciones Jordi Sierra i Fabra

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    La Pgina EscritaN 14 Enero 2016 Revista literaria on-line de las Fundaciones Jordi Sierra i Fabra

    N 14 Enero 2016Ilustracin de la portada: Mabel Pirola

    LA PGINA ESCRITARevista literaria on line de la Fundaci Jordi Sierra i Fabra de Barcelona (Espaa) y la Fundacin Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra de Medelln (Colombia)

    Edita: Fundaci Jordi Sierra i Fabra

    Directora: Hortnsia Gal

    Subdirectora: Antonia Cortijos

    Director de Arte y diseo: Albert Monterde Monguillot

    Fundaci JSiF en Madrid: Sara Moreno Valcrcel

    Fundacin Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra en Medelln: Director: Juan Pablo Hernndez

    Coordinadora: Sara Vsques Jaramillo

    Colaboradores: Yeimy Arango Jos R. Corts Criado Mar Corts Silverio Kane Gabriel Mirall Erick Quimbayo Jara Santamara Xavier Serrahima Poesa: Antonio Garca Teijeiro

    Contacto: En Espaa: [email protected] www.lapaginaescrita.com www.sierraifabra.com

    En Colombia: [email protected] www.fundaciontallerdeletras.org

    Sta

    ff

    Sguenos en: Fundaci Jordi Sierra i Fabra @FundacioSiF

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    4 Editorial EL PODER DE LAS PALABRAS (1 parte)ENTREVISTAS 6 As escribe FINA CASALDERREY24 As dibuja MABEL PIROLA38 As escribe MARA FERNANDA HEREDIALIBROS, JUEGOS, OPINIONES...56 Libros que NOS HAN GUSTADO65 El declogo de... THOMAS RUGGLES PYNCHON66 El humor y los libros QUINO 68 Cmo escribir... EL DILOGO72 No nos olvidemos de... ERICH KSTNER 74 Ventana a los EE.UU. BROWN GIRL DREAMING de Jacqueline Woodson76 Por qu leer... FRANKENSTEIN 78 Noticias del mundo literario QU ES, QU FUE, QU SER82 Elemental querido Watson LA HIPOTIPOSISDE VIVA VOZ87 CURIOSIDADES literarias88 Origen e historia de LAS PALABRAS90 CITAS para pensar92 DICHOS Y REFRANES De dnde vienen?94 VOX POPULI Nuestro latn de cada daOBRAS SELECCIONADAS98 LOS MEJORES RELATOS Y POEMAS del trimestrePARA ACABAR...106 Grandes narradores... pequeos relatos EL NADADOR por Eduardo Gmez Cerd110 ENA 2015 EL ESTADO DE LA NACIN DEL ARTE122 Premio a la Fundaci MEDALLA DHONOR DE LA CIUDAD DE BARCELONA124 Neurociencias y educacin para la paz HAPPY SCHOLLS 126 NAVIDAD 2015 Fiesta en la Fundaci130 EL HAIKU de la ltima pgina

    Sum

    ario

  • EL PODER DE LAS PALABRAS (1 Parte)

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    n conocido autor espaol conduca un coche por las calles de Medelln, Colombia. Le apeteca manejar en una ciudad tan distinta de las espaolas, con su con-trolado caos circulatorio. A su lado, iba su acompa-ante, que le indicaba por donde doblar, seguir, acele-rar o menguar la velocidad.

    De pronto, el acompaante le dijo:-Al llegar al rompoy, ponga direccional derecha, coja la oreja y en la bomba tenga cuidado con el polica.El escritor se qued paralizado. Rompoy? Direccional? Ore-ja? Bomba? Polica? Y todo en la misma frase! Cinco pala-bras curiosas construyendo una indicacin circulatoria que el acom-paante, adems, haba dicho con la mayor de las naturalidades.El espaol parpade. En Espaa, bomba y polica son tan antagnicas como muerte y vida. Las bombas estallan y ma-tan. La polica cuida y protege. Cmo deca el compaero del conductor que al llegar a la bomba, tuviera cuidado con el polica.Sigui conduciendo.Lo primero que comprendi fue que rompoy equivala a lo que en Espaa se llama rotonda. Lo segundo fue que direccional significa-ba intermitente. Lo tercero fue que oreja era el desvo para salir de la carretera y tomar otra.Hasta ah todo bien.Pero segua existiendo lo de la bomba y el polica.-Donde est la bomba? -pregunt el escritor.-Ah -su compaero seal una gasolinera.-Y el polica?-Ah delante -con su dedo apunt a un pequeo desnivel del suelo para que los coches redujeran la velocidad al mximo.Por fin el autor espaol logr traducir la frase al completo:-Al llegar a la rotonda, ponga el intermitente a la derecha, salga por el desvo y en la gasolinera tenga cuidado con el baden.Cuando el escritor le cont todo lo que le haba pasado por la cabe-

    UE

    dito

    rial

  • EL PODER DE LAS PALABRAS (1 Parte)

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    za a su compaero, los dos se echaron a rer. Lo cierto es que para l paisa colombiano, probablemente, la impresin habra sido la misma en el caso de darse la situacin en Espaa con l conduciendo.Una ancdota como esta sirve para ilustrar, una vez ms, la riqueza de nuestros vocabularios. De TODOS nuestros vocabularios, no slo de lo que en Latinoamrica se llama espaol y en Espaa llamamos castellano. A veces descubrimos una palabra catalana utilizada en Uruguay o una gallega familiar en Argentina. Pero lo fundamental es esa variada forma de decir lo mismo con otras palabras en cada uno de los pases que forman ese universo que va desde Espaa a travs del Atlntico y de Estados Unidos hasta el Canal de Beagle que cie-rra el mundo latino por el sur. De ah la importancia de conocernos, de aprender, y lejos de pensar que los dems hablan raro, habra que esforzarse por conocer las distintas formas en las que empleamos palabras diferentes para decir cosas tan elementales como gasolinera-bomba o polica-baden. En esta misma revista tratamos de comparar palabras y hacerlas ms cercanas a todos.La importancia de comunicarnos, y ms en un mundo tan global como el nuestro, es cada da ms acuciante. Si no nos conocemos, no nos entenderemos, nos distanciaremos unos de otros, nos aislaremos. Si viajar es fundamental, aprender lo es ms. Esos horribles turistas que van en manadas detrs de una gua con una banderita, y que ven sin or, que slo toman fotos sin pararse a pensar en lo que estn foto-grafiando, no son precisamente el paradigma de la culturalidad.En LPE tambin abogamos porque los libros se lean en el idioma que han sido escritos, cosa que hoy en da, y ms en la Literatura Infantil y Juvenil, no se hace. En Argentina se cambian palabras como concha o coger porque son ofensivas. En Mxico coger o culo. Y as en cada pas. Es decir, los libros se reescriben al gusto del lector (y de la censura) de esos pases, alterando as lo que el escritor quiso decir en su lengua. Por qu no tratamos de entendernos antes de cambiar nuestra forma de hablar? LPE

  • Cul es tu mtodo de trabajo? Si-gues pautas?Ya me gustara a m disponer de una frmula mgica, un mtodo infali-ble que garantice el xito de mis obras!, y poder deciros, sin mentir, claro: yo me levanto cada da a tal hora y, caiga el sol o se desintegren las aguas, escribo hasta media ma-ana.Siento decepcionaros, pero yo, que con mi alumnado -ejerc de ense-ante 40 aos- mostr siempre un aparente desparpajo a la hora de adiestrarlos en cmo inventar una historia, explicndoles y practicando con ellos una retahla de frmulas, resulta que, a la hora de enfrentar-me a una novela propia, lo que me sirve para una no funciona con otra. Tan solo se parecen en que suelen partir de algo que me conmovi de alguna manera.En todo caso, y por poner un ejem-plo, una pauta que utilizo para in-tentar huir del exceso de moralina es razonar as: Si yo no soy racista, ni xenfoba, machista, violenta o in-solidaria; si nada ms alejado de mi intencin que el hacerles dao a los lectores y lectoras de cualquier edad -otra cosa es remover conciencias-, si ciertos valores estn grabados a fue-go en la epidermis de mi alma, no

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    se notarn sin que haya de fingirlos? Eso no significa que no intervengan machistas, violentos o racistas, en algunas de mis historias; en esos casos, an queriendo tomar distan-cia con respecto a las actitudes de los personajes, siempre se me nota de qu lado estoy.Mi mtodoA veces te golpean situaciones que lees, que observas como especta-dora o que vives en carne propia Te van llenando, llenando Unas se quedan y otras te abandonan por-que no has podido, o no has sabido, aprovechar en el momento oportu-no. Unas veces apuntas en una ser-villeta de papel una cosa, otras no necesitas apuntar nada para que, de todas formas, se quede. Y toda-va las hay que se expanden, como humo de cigarro, hasta desapare-cer; quizs no eran suficientemente consistentes, aunque en el momen-to en el que pensaste en ellas por primera vez te hayan parecido ma-ravillosas.Luego hay otras que se quedaron habitndote desde nia y, sin saber la razn, en un determinado mo-mento brotan y ya no te dejan en paz hasta que les intentas hincar el diente. A m, alguna de ellas in-cluso me dio para hacer un corto-

    As

    esc

    ribe

    FINA CASALDERREYMis pautas se basan en encontrar una bonita historia y contarla de la mejor manera que s

  • Nace en Xeve, Pontevedra, en 1951. Profesora de educacin secundaria desde los 19 aos, periodista y estengrafa, destaca tanto por su ingente obra infantil y juvenil como por su faceta gastronmica, en la que es una gran experta. Ha ganado entre otros el Premio Nacional de LIJ en 1996, el Merln, el Edeb y el O Barco de Vapor

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    metraje. Sin embargo, hay una que no me deja en paz desde hace ms de veinte aos. Despus de mu-chas entrevistas con personas que, como yo, haban conocido el animal que inspir esa historia -hoy ancia-nas o ya desaparecidas-, despus de darle mil vueltas buscando la estructura ms idnea, de ordenar datos, de leer libros, de buscar en la red, de hacer guiones escrib 40 folios y ocurri algo en mi entorno que me hizo posponerla. La retom ms tarde, volv a corregir lo ante-rior, avanc otro poco y trat de dar-me nimo: cuando me jubile de la enseanza, podr terminarla. Los jvenes me ocupan y preocupan de-masiado, ahora no puedo con algo de tan largo aliento -me dije-... Hoy s que fue una disculpa, puede que debiera de haberla hecho an-tes, cuando las responsabilidades de hoy, las ocupaciones nuevas, no eran losas que me pesan mucho.Tengo todava ntido el recuerdo de una placita de escasa afluencia tu-rstica, en La Habana, hace unos 18 aos. Seran las dos de la maana, haca mucho calor y no se mova ni una paja, como solemos decir cuan-do se ausenta la brisa. Un grupo de amigas y amigos tombamos unas aguas. Me apeteca, tal como ped a la per-sona de la embajada que se ocupa-ba de nuestra seguridad -se trataba de un viaje oficial, programado por el Ministerio de Cultura-, conocer lugares menos transitados por ex-tranjeros, mezclarme con la gente de all Una agradable msica am-bientaba aquel lugar. Las mesas es-taban dentro y fuera de unos sopor-tales de viejas columnas. Mientras charlbamos distendidos, me fij en una seora muy mayor, delga-

    As escribe

    dita, que sonrea escuchando nues-tras conversaciones. Estaba de pie con la espalda apoyada en una de aquellas robustas columnas. Col-gada de un brazo llevaba una bolsa de plstico azul que se me mova al ritmo de la msica, y no porque la sacudiera el viento, la propia an-ciana la mova al ritmo de su cuer-po. Estos cubanos tienen la alegra metida en el cuerpo, son las dos de la maana y esa anciana se divierte escuchando msica y bailando, vaya marcha lleva!, coment. Nada ms levantarnos de la mesa, apenas nos habamos alejado un metro, la mujer se apresur a be-ber lo que quedaba en los vasos y enseguida meti en su bolsa azul

    Mi mtodo consiste en encontrar

    una historia, o dejar que la historia me encuentre a m, creer en ella, documentarme y aguardar a que lleguen -o provocar- las ganas de contarla, intentando hacerlo de la mejor manera que s

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    las botellas que todava tenan un poco de agua y se fue apresurada. Ese hecho desat una tempestad en mi estmago y escrib ms tarde A mscara de palma -solo est en gallego- la novela no trata de ella, pero Cuba y ella estn en la novela.Mi mtodo consiste en encontrar una historia, o dejar que la historia me encuentre a m, creer en ella, documentarme y aguardar a que lle-guen -o provocar- las ganas de con-tarla, intentando hacerlo de la mejor manera que s. En mis comienzos los prolegmenos eran menores, sin embargo ahora me parecen muy im-portantes, los necesito. Es parecido al sexo a cada edad: cada vez hace-mos ms el amor

    Yo tambin me atraganto a veces. Tambin soy de las que, antes de empezar, necesito saber incluso el final; siempre me pareci ms dif-cil que crear expectativas en el co-mienzo o en la trama que despier-ten curiosidad Preciso saber ms que cada uno de los personajes que el narrador He de conocerlos a to-dos, para poder decidir: no, as no va bien, esto no lo hara fulanitoSoy indisciplinada en lo que se refie-re a nmero de pginas cada da y a esas cosas A veces me sale una historia en poco tiempo y otras me atasco e incluso la he llegado a de-jar. El masoquismo, lo justo Qui-zs porque siempre tuve la fortu-na de poder vivir, econmicamente hablando, de otra cosa -igualmente hermosa- que me permiti la indis-ciplina en la escritura; me refiero a horarios fijos, nmero de folios es-critosCreo que leer y escribir han de dar-nos ms momentos de gozo que de angustia vital, y no me refiero a la que sufres metida en la piel de un personaje, que se asemeja a la del actor de teatro -en el cine existen ms trucos para la simulacin, y si no, que se lo pregunten a las barri-tas de menta que hacen llorar de verdad, como la cebolla-; desde luego, en mi caso, incluso las cosas que escrib en momentos de nimo bajo, fueron para m como un bl-samo.Mis pautas se basan en encontrar una bonita historia y contarla de la mejor manera que s. Esta segun-da parte es tan importante como la primera. Cuntas veces omos el en-ftico comentario: Mi vida s que es una novela! Seguramente, pero hay que ser un Frank McCourt, por lo menos, para contarla con seduccin.

    Junto a estas lneas, Fina durante una conferencia en la Feria del Libro de Cuba (2008).Abajo, recibiendo el Premio Pontevedresa del ao (2010), junto a otros galardonados.

  • As escribe

    Para ser capaz de empezar un nuevo

    trabajo tengo que deshacerme de todo lo anterior, dejar literalmente la mesa libre y empezar a llenarla de nuevo con notas y libros que me arropan

    {Cmo te organizas?Me gusta escribir por las maanas, madrugar incluso ms que el sol. Luego, cuando la historia parece que coge ruedas, cuando los per-sonajes respiran y yo siento su res-piracin ay, ese s que es un mo-mento gozoso!Algunas veces, pocas -que cuando mentimos acaban pillndonos- me levanto de noche porque tengo ga-nas de seguir y esas ganas no me dejan dormir. Luego, cuando est a punto de desperezar el sol tras las montaas de Xeve -como una ton-ta-, desde mi ventana le hago fo-tos al paisaje con el mvil. Quedan bonitas con el monasterio de San Benitio de Lrez al fondo. Luego contino escribiendo hasta que oigo ruidos en la cocina, entonces bajo a desayunar con mi compaero de toda la vida.Para ser capaz de empezar un nue-vo trabajo tengo que deshacerme de todo lo anterior, dejar literal-mente la mesa libre y empezar a llenarla de nuevo con notas y libros que me arropan. Conste que, hace aos, algunos de mis libros ms ce-lebrados fueron escritos en la mesa de la cocina o en el cuarto que mis hijos -todava pequeos- utilizaban para hacer sus tareas escolares; es decir, cuando ni siquiera posea un estudio para m sola. Conste que, aunque reconozco que mi sitio tiene un ventanal a pared corrida que es un privilegio, hay momen-tos en los que me siento encerra-da y he de buscar otro refugio. Me voy a otro sitio ms reducido -una pequea galera-, aunque all solo pueda ordenar cosas, tomar notas, leer o escribir a mano. A mano y en un balcn de hotel que daba al mar, escrib varios captulos de Isha, na-

    cida do corazn. Vaya, antes escri-ba a mano incluso estas entrevistas y mi marido me las pasaba. Ahora, me sobra algn dedo, pero me voy arreglando sola. A veces pienso que cuando escriba a mano tena el ce-rebro ms cerca del papel, ya a la primera haba de esforzarme en hacerme entender, sin oportunidad de suprimir o cambiar algo de sitio tan alegremente.

    Planificas mucho o te dejas llevar?Planifico, planifico cada vez ms, tanto que a veces el exceso me pro-voca grandes demoras. Lo de dejar-me llevar tambin me ha funciona-do en ocasiones, pero dentro de un plan Mientras no acierto con ese plan concreto, me vuelvo egosta e insoportable, sin darme cuenta. Esa primera fase es, casi siempre, la ms difcil.Cuando era joven me deca a mi misma -y a los dems- que nunca escribira nada por encargo, que solo lo hara si una fuerza interior, eso que llaman inspiracin, gol-peaba en mi pecho y en mi cabeza pidindome salir a la luz. Hoy pue-do asegurar que he incumplido mi promesa y que he aprendido que la inspiracin, las ideas y las ganas necesarias para escribir una histo-ria digna de encontrar lectores exi-gentes, se pueden conseguir traba-jando mucho. En varias ocasiones he escrito cosas que me han pro-puesto; por ejemplo, la historia de mi ciudad contada para nios y ni-as en forma de cuento fantstico: La hija de las ondas, y es que Pon-tevedra es hija del mar y de la ra Recuerdo paseos por mi propia ciu-dad, en solitario, a diferentes horas del da y de la noche, redescubrin-dola; leyendo y releyendo cuntos li-bros llegaron a mis manosLa ms reciente novela de encar-go que he publicado se llama Ica quere cambiar o mundo. Naci de una propuesta de la presiden-ta para dar a conocer las funciones del Parlamento de Galicia a nios y nias. Adems de visitar el edificio que alberga el Parlamento y de leer

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    muchas cosas sobre el tema, quise que me permitiesen merodear por los lugares ms recnditos, desco-nocidos incluso para los parlamen-tarios y parlamentarias. Luego, ya fuera, en das sucesivos, paseando, pegada al ro, en la paya le daba vueltas a las posibles tramas, a la estructura... Cuando por fin imagi-n la historia y comenc a escribir la aventura protagonizada por Ica, empec a gozarla como siempre, como cuando la idea sale direc-tamente de mi cabeza o de mi co-razn, o de los dos sitios. Eso s, mientras no la encuentro, mientras

    no consigo darle forma, me agobia bastante ms, me enfado conmi-go misma e incluso pienso en para qu diablos me habr metido en ese fregado; luego, cuando me parece que he conseguido lo que buscaba, cuando voy a la compra y pienso en la trama, cuando coso un botn que se me ha cado y sigo sin apartarla de la cabeza, cuando noto que me gusta, me olvido de los apuros.Me refiero siempre a los textos lite-rarios de creacin, de ficcin, no a los de ensayo o investigacin, como pudieron ser El libro de la empa-nada, Repostera en Galicia o El

    La ingente obra de Casalderrey -adems de en galego, su lengua propia- ha sido traducida al cataln, castellano, euskera e ingls.

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    libro de las fiestas gastronmi-cas -en colaboracin con Mariano Garca, mi compaero-, ms fci-les de programar porque desde un principio sabamos que el rigor en la informacin est por encima de la imaginacin.

    Cmo perfilas tus personajes?Los saco de mis sueos, de mis lecturas, de mi ambiente, del que conozco y del que imagino, de los viajes Los busco o me buscan Intento meterme en la piel de todos y cada uno de ellos, aunque nunca podr -o quizs no quiera, tampo-co- salir de mi misma del todo. Si un personaje ruin comete actos que a m me parecen atroces, trato de conocer sus razones y las expon-go, pero si no les encuentro justifi-cacin, el lector, la lectora, lo va a notar.Un momento mgico es cuando cobran vida. Me encanta que digan que mis nios son vivos, crebles, realesDicen que no hay mayor taller lite-rario que la vida y es verdad. Cuan-do ests metida en una historia, te acompaa a dnde quiera que va-yas; incluso sin darte cuenta vas ha-ciendo una radiografa de las per-sonas con las que te cruzas y que te recuerdan a tus personajes y los enriqueces con lo que ciertas ob-servaciones te aportan. Aclaro que las lecturas forman parte de la vida, tambin en ellas encuentro ideas para perfilar los personajes, incluso en los antagnicos.

    De dnde sacas las ideas?De debajo de las piedras de la me-moria, unas veces inmediata y otras remota, unas veces aparecen solas y otras las busco, unas veces las en-

    Cuando ests metida en una

    historia, te acompaa a dnde quiera que vayas; incluso sin darte cuenta vas haciendo una radiografa de las personas con las que te cruzas y que te recuerdan a tus personajes y los enriqueces con lo que ciertas observaciones te aportan

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    As escribe cuentro muy cerca fsicamente y otras lejos, unas veces fluyen como cas-cadas inmensas y otras me cuesta ex-traer una gotita... No tengo otro cuarto ntimo.Deca Lobo Antunes que la literatura no es ms que la me-moria fermentada y Lezama Lima que viajar es apenas un movimiento de la imaginacin. Esa imaginacin es la que nos hace me-ternos en la piel de un asesino, sin ne-cesidad que haber matado a nadie.Sabis que las per-sonas muy mayores se vuelven monolo-gistas. En una con-versacin de ancia-nos, cada uno est esperando su turno, si es que no se cue-la mientras habla otro. Cada uno quie-re contar trocitos de su memoria desde el ngulo en el que contempla el mun-do, literaturizando el pasado, sin poner el ms mnimo inte-rs en lo que cuen-tan otros, a no ser el aprovechamiento de lo que le sugie-ren otras declaraciones para contar luego lo suyo. Cuando escribimos nos volvemos un poquito viejos prematuros en lo que al proce-so creativo se refiere. La diferencia est en que tambin nos gusta leer y eso tiene mucho de escuchar a otros. Cuando tienes una idea es impor-tante estar convencido de que posee algo de original, de que descubres la plvora, aunque te equivoques y

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    que, osada, lo presen-tase al concurso, an sabiendo que los dos aos anteriores se les haba concedido a un gallego y una galle-ga, excelentes autores ambos. Poco despus, en enero de 1996, me comunicaron que me lo haban otorgado por unanimidad. Poco des-pus, en la revista CLIJ apareci un mono-grfico sobre el tema de la muerte en la LIJ universal, vaya, pues haba ms!, pero algo nuevo aport, a juzgar por la acogida. Y ah sigue, dndome ale-gras, y ahora en chino.Fue la ltima vez que me present a un con-curso literario. Ese mismo ao 1996, tuve la mala suerte de que me concedieran el Premio Nacional de LIJ por O misterio dos fillos de La (El mis-terio de los hijos de La), seis aos des-pus de empezar a pu-blicar -a ese premio no

    te presentas t- y ya nunca ms me present a ninguno. Por cierto, insisto en que no existen frmulas mgicas y nicas. En mi caso, cada historia tuvo una mane-ra diferente de gestarse, y mi forma de enfrentarme a ella tambin fue distinta El caso de El estanque de los patos pobres, por ejemplo, fue parecido a la formacin de una perla cultivada: se le hace un corte a la ostra viva y se le introduce en la

    la plvora ya haya sido descubierta; algo nuevo aportars con tu visin personal.Recuerdo cuando me present al premio Edeb en 1995 con O es-tanque dos parrulos pobres (El es-tanque de los patos pobres). Haba escrito sobre el tema de la muer-te, poniendo voz a una nia de seis aos, y crea que ese tema para pe-queos no lo haba tratado nadie. Ese convencimiento fue el que hizo

    En la imagen de arriba, Fina con Alfredo Conde y Manuel Rivas en la FIL de Guadalajara, Mxico. Junto a estas lneas, posando con Neira Vilas, un clsico vivo de la literatura gallega y con Garca Teijeiro -colaborador habitual de LPE- quien hizo la Laudatio en el homenaje a Fina en el Saln del Libro de Pontevedra.

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    incisin un pequeo objeto extrao, un trozo de coral, una piedrecilla La ostra trata de mitigar el dolor que le produce la herida segregan-do una sustancia, ncar, que rodea al objeto hasta aislarlo. As se forma la perla. De un momento de dolor, nace algo hermoso. Nunca escri-b tan rpido una historia en la que no haba pensado con anterioridad, sin tomar notas, sin documentar-me, sin hacer guin Casi me da apuro decir que fueron dos das los que necesit. Y, sin ser masoquista -como he manifestado en otro mo-mento-, la escrib llorando descon-soladamente. El da anterior me ha-ban dicho que mi padre -entonces poco mayor que yo ahora- sufra un cncer galopante y que, como mu-cho, le quedaban dos meses de vida. Yo, que tena infinitas razones para adorarlo, quise huir de mi mis-ma, meterme en la piel inocente de una nia de seis aos para contr-selo a mi padre. Quera suavizar el drama ante sus ojos, tal como l me haba enseado con los relatos que me contaba de nia. Pretenda que, si se enteraba de lo que iba a pasar, no tuviese tanto miedo. El caso es que escrib la historia, la imprim y se la di a leer enseguida. l sonri y dijo: Que imaxinacin tes, mia filla! (Qu imaginacin tienes, hija ma!). l todava no saba que no me haba hecho falta mucha imagi-nacin, tan solo poner en prctica lo que deca Italo Calvino: Una carga de inmediatez vital no se puede simu-lar para escribir una novela, si real-mente no la sientes, pues eso, se trata de sentir, aunque, por fortuna, no siempre es necesario partir de la realidad ms absoluta. Yo llora-ba porque no poda ser solo la nia, tambin era su madre, su padre, el

    abuelo, la amiga, la vecina Era yo.Escribir es mirar dentro, mirar fue-ra

    Cmo te informas, enciclopedias, internet, viajas...?S, me informo en todo eso, y en-trevisto, y leo. Leo todava ms en momentos de sequa creativa, es bueno leer mucho, eso te pica. Luego viene lo difcil, despojarte de casi todo en un ejercicio de nece-saria contencin, para mirar dentro y mirar fuera desde tu ngulo. Deca Van Gogh: Intentemos dominar los misterios de la tcnica de tal forma que la gente jure por todo lo sagra-do que no tenemos ninguna tcnica, que nuestro trabajo sea tan sabio que parezca ingenuo e que non apeste a nuestra sapiencia. Aunque se refe-ra a la pintura, me parece un con-sejo extrapolable a la Literatura.

    Cmo trabajas los distintos gneros y en cul te sientes mejor?

    As escribe

    Excepcional imagen de la flor y nata de la LIJ espaola durante el XX Premio Edeb de Literatura Infantil y Juvenil.

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    Me gustan las historias crebles,

    por encima de todo, capaces de mantener un pie en la realidad, incluso cuando delibera- damente echo mano de la fantasa

    {Me atrae la aventura de lo cotidia-no, encontrar en un da cualquiera algo que pasa desapercibido a los dems y mostrar el misterio y la intriga que puede haber en ello: la realidad inslita, inesperada Me atrae, digo, lo suficiente como para no tener necesidad de matar a la Emperatriz de la Fantasa que otros autores utilizan ms a menudo y maravillosamente bien. En cierto modo esta Emperatriz impregna toda la literatura, incluso la realista. Hasta los escritores que hacen ex-clusivamente literatura fantstica, toman notas de la realidad.Me gustan las historias crebles, por encima de todo, capaces de man-tener un pie en la realidad, inclu-so cuando deliberadamente echo mano de la fantasa, como es el caso de Hola, estpido monstruo peludo! o Gela se ha vuelto vampi-ra! Ambas historias tratan sobre la violencia de gnero. Por desgracia existen nias y nios que la sufren,

    pero el tema me pareca tan duro que tan solo intent que ninguno de los lectores desee convertirse en un estpido y repugnante mons-truo peludo, ni en un cerdo volador que jams pueda tocar la tierra o la luna, eternamente en rbita.Si hubiera de escoger entre La his-toria interminable y Alicia en el Pas de las Maravillas, yo optara por Michael Ende. El seor Korean-der y Bastian me mantienen en la realidad y yo me creo esa historia.Buena parte de la literatura que he escrito se sita en lo que llamamos realismo social, refleja experien-cias que pudieran darse en nuestro entorno, aunque no hayan sucedido realmente; es decir, no he sido mi-mtica de la realidad, si es que eso fuera posible. Conste que en ms de una ocasin me dijeron: Fina, si tapan tu nombre, descubrira que es tuya de todos modos. Me interesa, por encima de realista, la verosi-militud, trmino que valoro en cual-quier literatura (incluida la fantsti-ca). Hay quien infravalora la literatura realista aduciendo que es una co-pia de la realidad, pero se puede copiar la realidad? Qu es la rea-lidad? En cuanto intentas transcri-birla en palabras para retenerla, te das cuenta de que es inconmensu-rable, pues ya entra tu imaginacin, tu mirada personal Anda, cunta-lo t que lo haces mejor, nos dicen. Y, en cuanto lo haces, ya ests utili-zando una opcin esttica, creando una realidad alternativa.Cada cierto tiempo surge la discu-sin entre los escritores que se au-todefinen como comprometidos con la realidad social y los com-prometidos con la literatura. Para empezar, me parece una clasifica-

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    Los antiguos aprendimos a tocar de

    odo, hoy mucha gente joven muestra una madurez envidiable a la hora de crear historias. Ya no resulta extrao encontrarte con una nia o un nio de doce aos que te dice con naturalidad que est escribiendo su tercera novela

    {cin desacertada. La literatura, si es literatura, nunca es la realidad mimtica -si es que esa mimesis, repito, fuera posible- y siempre es compromiso. Por mucha realidad que captes como material literario, es la belleza de la palabra lo que ms cuenta en literatura, es es el filtro del arte.

    Corriges mucho o crees en el ins-tinto?La corazonada, la intuicin, s, pero encauzada, trabajada. El instinto como motor de arranque es muy til, pero luego hay que justificar la razn por la que le has hecho caso. Yo, cada vez releo ms, corrijo ms. Ya ni me incomoda que alguien le ponga peros a algn original so-bre el que le pido una primera valo-racin honrada -dura-, de esas que no duelen prendas. En los comien-zos me molestaba que me contra-riasen, hoy lo agradezco. Ya s que no soy perfecta; incluso s, que no tengo por qu hacer caso, pero s, escuchar y repensar.

    Para un novel: premios literarios o presentar el libro a editoriales?Lo ideal sera que una editora apos-tase por su obra y volcase todas sus estrategias de marketing en ella, hasta convertirla en un fen-meno social al estilo Harry Potter; pero eso, con los pies en la tierra, no ocurre a menudo. Los premios, para la Literatura no significan nada, de acuerdo, pero para quien los recibe significan mucho. Un libro puede ser igual de bueno o malo haya ob-tenido premio o no -imaginemos un autor fabuloso que no se presenta a ninguno- pero es indiscutible que abren puertas a los lectores, que crean expectacin, curiosidad. Te-

    As escribe

    ner lectores y lectoras, que gozan con lo que hemos escrito, es el ver-dadero premio.Los antiguos aprendimos a to-car de odo, hoy mucha gente joven muestra una madurez envidiable a la hora de crear historias -doy fe gracias a los originales que tengo oportunidad de leer como jurado de concursos-, estn ms preparados de lo que yo estaba. Ya no resulta extrao encontrarte con una nia o un nio de doce aos que te dice con naturalidad que est escribien-do su tercera novela.

    Tienes un horario?No. Y si lo tengo, lo incumplo. Tan solo tengo la hora del silencio, solo esa msica y no es siempre en la misma fraccin del da, ni todos los das Hay etapas en las que escribo mucho y otras que no

    Crees que influye mucho tu lugar de nacimiento o tu entorno para ser escritora?El lugar de nacimiento no lo esco-g yo, el entorno en el que vivo, s; pero creo que en haber escogido este entorno influy mi lugar de nacimiento. Nac en Xeve, una pa-rroquia rural del ayuntamiento de Pontevedra. De nia, en mi ambien-te y en mi poca, ni soaba con que

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    un da iba a escribir un solo libro y mucho menos a publicarlo; sin em-bargo, hoy reconozco que all estuvo mi primera escuela de lo fantsti-co. Y mi primera biblioteca -cuan-do todava no la haba en la escuela ni en el barrio- fueron los cuentos populares de tradicin oral que me contaba mi padre. l, con aquellas historias -algunas polticamente incorrectas, de esas que por lo vis-to no deben contrsele a una nia y que me encantaban-, me ense que el humor suaviza el drama. Son libros orales que me habitan para siempre. Mi padre -mecnico con-tador de cuentos, tal como consta en la dedicatoria de El estanque de los patos pobres-, cada fin de se-mana, que era cuando le pagaban, me traa un cuento y mi madre -sin haber estudiado caractersticas psi-copedaggicas de la infancia ni m-todos eficaces de animacin lecto-ra- me deca, primero tienes que hacer esto y esto, ir a la fuente y yo interpretaba que lo de leer era una golosina, un premio que haba de merecer.Mi entorno ha influido hasta tal ex-tremo que fue un compaero de trabajo el que me anim a publi-car, despus de haberse ledo uno de mis originales. El mismo llam a una editorial gallega, a Va Lctea.

    Yo me mora de vergenza y dej quedar el original de Mutacins xenticas, en una emblemtica li-brera de Pontevedra, Michelena, que ya no existe por desgracia. All lo recogieron y al cabo de unos das me llamaron diciendo que lo iban a publicar. Poco despus, Bromera se interes por su publicacin en cata-ln. Enseguida me anim a presen-tarme al Premio Merln, de mucho prestigio en Galicia, tuve suerte y Das bgoas por Mquina (Dos lgrimas por Mquina) se hizo con el galardn. Ese libro, despus de tantos aos, sigue vivo gracias a los lectores y lectoras castellanos, catalanes, vascos y sobre todo ga-llegos. A m tambin me sigue gus-tando. Luego vino O barco de Vapor, el Edeb, el Nacional de LIJ Esos premios a m me abrieron puertas tanto a las publicaciones en mi tie-rra, Galicia, como a las traduccio-nes. Fue todo muy rpido, tal como expuse anteriormente. El resto de los premios son de otro tipo y me saben todava mejor porque no he tenido que presentarme.

    Vas a empezar una novela, qu ha-ces ese da?Se supone que mi cabeza ya le dio mil vueltas y que la informacin que creo necesitar est recopilada, as

    Sus encuentros con estudiantes son parte de su vida como escritora de LIJ. A la izquierda, en Vigo, 2015 y junto a estas lneas, en Casablanca (Marruecos) 2009.

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    Tuve ocasin de ser testigo de

    situaciones dolorosas en las que alguno de mis alumnos tena ms cordura que sus padres, hijos, a su vez, de las primeras libertades, enganchados a las drogas

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    As escribe

    que toca limpieza general en mi es-tudio, toca ordenar. Es como si es-tuviese de mudanza y fuera a recibir una visita con la que todava no ten-go confianza aunque intuya que me va a caer bien, de otro modo no le abrira las puertas de mi intimidad.Tiro montones de papeles y, como si me fuera de viaje, me despido de los miedos previos y me digo: voy a descubrir la plvora! Lo siento, a veces ese primer da no me da para ms.

    Al terminar una novela, qu haces?Nada. En ese momento me parece que todo lo que saba ya lo utilic. Me fumara un buen cigarro, pero no fumo, as que lo que hago es esti-rarme a conciencia, sin levantarme siquiera de mi silla de ruedas -tie-ne ruedecillas-, bostezar y, despus de un rato, bajar para decirle a mi chico: Ya he terminado, nos vamos a dar un paseo?. Esa noche mi ca-beza estar habitada por la novela, o el relato, o lo que quiera que sea y a la maana siguiente me pondr a leerla de nuevo, ya todo seguido, quizs modificando alguna cosa que me martille durante la noche. Luego, se la paso a alguno de mis ntimos para que la lea y, si tengo oportunidad, me quedo mirando su cara un rato mientras lee algn ca-ptulo -fingiendo alguna otra ocupa-cin- para ver la expresin que se le pone. Alguna vez le digo, me lees, por favor, un trocito en voz alta? Cuando accede y lo que escucho me suena bien, muy bien incluso, es un momento muy placentero. Eso, la primera versin. Reflexiono sobre sus crticas para luego hacerle caso o no Puede que haga otro cambio diferente al que se me sugiere, pero si le chirra en algn sitio, no lo

    salto sin ms.Al considerarla terminada del todo, se la doy a alguna de las editoriales con las que trabajo y toca limpiar de nuevo...

    Hblanos de cmo hiciste tus tres mejores novelas, o las que ms te gusten, o las que tuvieron ms xito, y cmo surgieron?Menos mal que ya he ido soltando lastre. De El estanque ya he di-cho algunas cosillas. De El miste-rio de los hijos de La, tengo una placa de plata de SM que dice Pla-ca de Plata El Barco de Vapor, por 100.000 ejemplares vendidos, en marzo de 2003 (sigue leyndose). Ese libro junto con los premios que ha obtenido, incluido el Nacional de LIJ, se lo debo a una gata, pero se-ra muy largo de contar. Solo os dir que me rea mucho cuando lo esta-ba escribiendo.Luego, con tanta entrevista y con tanto ajetreo a los que no estaba acostumbrada, cre que ya no sera capaz de sentir lo mismo al escri-bir, pero vino Alas de mosca para ngel, que trata de una nia con ciertas discapacidades (yo tambin tengo unas cuantas) y, felizmente, supe que me equivoca-ba. No s cuantos ejem-plares se han vendido -en Anaya no dan pla-cas-, solo s que va por la 28 o 30 edicin.Pero, como tengo que escoger, dir algo de la novela juvenil La palo-ma y el degollado. In-gredientes con los que cocin esta historia:-Un alumno de 2 de la ESO que en cada traba-jo creativo que les peda, fuera teatro, relato re-alista, fantstico, en 3 persona, en primera, sin hacerlo mal, repe-ta siempre el mismo tema, un hombre y una mujer se separaban, el se juntaba con una

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    mujer odiosa que tena una hija im-bcil Pronto descubr que estaba contando su propia historia; no era capaz de asumir que el amor de sus padres haba caducado.-Entr en la era que rodea una casa rural de una persona que conoca y vi un inslito hospital para pjaros. Manolo, el seor de la casa, desde nio recoge pjaros que sus her-manos expulsan del nido, si los en-cuentra se los lleva a casa. Si entra en una pajarera y le parece que al-gn pjaro est inquieto en la jaula, lo compra. En su huerta tiene unas jaulas enormes, grandes como ha-bitaciones para humanos con r-boles dentro, cuyas ramas crecen entre los huecos en la rejilla. Estn comunicadas entre s por corredo-res, tambin de rejilla. Una de ellas, enorme, est cubierta con tejado para los das de lluvia. En ellas al-berga ms de 200 pjaros. Pero lo que a m me conmovi fue el saber que cada primavera -cuando en-cuentran simientes y frutos para desenvolverse por su cuenta- les abre las puertas de las jaulas. Unos ni se molestan en salir, otros se van

    y vuelven, y otros se van para siem-pre. Esto sucede desde hace unos 50 aos. En cuanto a mis genes, no s Mi abuelo Francisco les habla-ba a los pjaros de su huerta y ellos contestaban con trinos alegres. En Xeve lo conocan por Francisco o Paxareiro.-En cuanto al tema de la muerte, estamos acostumbrados a convivir con la de nuestros semejantes, pero cuando se trata de alguien muy cer-cano, se produce un cataclismo del que yo ya he tenido experiencia Quise plasmar ese cataclismo. No fui muy original en eso. De la muer-te no hablaron nicamente Jorge Manrique, Shakespeare o Goethe, tambin Neruda, Castelao Quizs esa presencia de la muerte se deba a que a mi razn le cuesta creer en el Ms all y la muerte se me pre-senta como un Nunca ms del que solo puedo hablar mientras es-toy viva.-Tuve ocasin de ser testigo de si-tuaciones dolorosas en las que al-guno de mis alumnos tena ms cordura que sus padres -hijos, a su vez, de las primeras libertades, enganchados a las drogas-. Efecti-vamente, es el padre de Andrs, el protagonista, quien intenta justificar su conducta y busca la absolucin de su hijo En todo caso me intere-saba ms la excepcin.-Luego, Internet me parece un me-dio poderoso que puede ser muy til, pero que no es fcil de dominar ya que en el caben las verdades y las mentiras.-Estaba, cuando escrib la novela, dando clase en un instituto en Ma-rn -una villa costera de Ponteve-dra-, y quise hacer un guio a esos atractivos espacios. Cada maana, en mi coche hacia el instituto, en la

    Fina, tomando notas en un espacio predilecto para ella, el claustro del Monasterio de Lrez, Pontevedra, el cual puede ver desde la ventana de su habitacin.

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    Muchas veces, cuando decimos

    esto no lo entendera un nio, tiene ms que ver con nuestra pereza -o incompetencia- que con su incapacidad emotiva o intelectual para la reflexin

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    As escribe

    orilla de la ra vea puntitos oscuros en invierno y de colores en los das ms claros. Eran las mariscadoras de la zona-Record algunas lecturas, por ejemplo un cuento que aparece en La ta Tula, ese que trata de una mueca que se haba cado en un pozo y pudo ser rescatada gracias a las lgrimas de la nia; o El cuer-vo de Poe que utilic como hiper-textos. Quise hacer un paralelismo entre la vida de Andrs y la de los pjaros. Llegar a la mdula de un ser hu-mano aparentemente insignifican-te, a la complejidad que puede ha-ber en una vida sencilla, entrar en su intimidad, en su mente Cuando escriba not ese proceso de exci-tacin que nos dice que debemos seguir con la historia Fue finalista de los premios Mandarache (a esos tampoco te presentas).En la literatura cabe todo, si somos capaces de traducirlo en palabras hermosas. Esta es una novela in-cmoda para las conciencias.Quise, tambin, experimentar con la estructura, hacer un fundido cine-matogrfico entre un captulo y otro, y que la historia presente transcu-rriera en menos de 24 horas, en un presente muy breve que ahonda en la memoria, en un deseo de trans-cribir sus pensamientos, hacindo-lo desembocar en la inmediatez de un presente instantneo desde un pasado remoto. Lo que se cuenta al final, est sucediendo a la vez que se narra. Intentando hacer coincidir las piezas del puzle, de hacer fcil la comprensin de la trama, no lo fue tanto el proceso creativo.Vaya, me encantara que leyerais Historia de la bicicleta de un hom-bre lagarto, tengis la edad que

    tengis. Trata de la mirada de un nio pastor en tiempos de la Gue-rra Civil, aunque en la historia no se nombre claramente de que guerra se trata. Creo que nos hemos libra-do de algunos prejuicios, que llega-mos a la conclusin de que todos los temas pueden ser abordados a diferentes edades, que los nios y nias son ms jvenes que noso-tros, no menos inteligentes y que la realidad nos demuestra que cier-tos libros que estn en colecciones consideradas para adultos podran estar en infantiles o juveniles, y vi-ceversa. Muchas veces, cuando decimos esto no lo entendera un nio, tie-ne ms que ver con nuestra pereza -o incompetencia- que con su inca-pacidad emotiva o intelectual para la reflexin. El perfil del lector ha cambiado; sabemos que mienten, ren, lloran, se emocionan, sienten miedo, pueden ser hasta crueles; sabemos que pueden percibir la in-justicia y que las buenas acciones no siempre obtienen recompensa. Los personajes ya no son modli-cos, pero son ms vigorosos, eman-cipados, complejos Las diferentes cuestiones capitales pueden afron-

    Nuestra entrevistada agradeciendo el homenaje que se le brind en el Saln del Libro de la LIJ Internacional de Pontevedra.

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    tarse a distintos niveles de la expe-riencia humana, que no de la inteli-gencia.

    Cmo ha evolucionado tu mtodo desde que empezaste?En general, tardo ms en arran-car que en los comienzos, cuando escriba sin pensar en publicar. No s si he perdido la frescura de los comienzos o me he vuelto ms exi-gente. Hoy s que la perfeccin es una meta que est ms all del in-finito. Releo mucho, hago curas de humildad, tengo inseguridades Y seguridades Y una sensacin de que s dnde est esa perfeccin, una novela absolutamente redonda, con todo siempre me parece que la meta, cuando creo que estoy cerca, se aleja mientras sigo persiguin-dola. No queda otra que continuar aprendiendo.

    Qu sueles leer o no leer?Me encantan los descubrimientos prodigiosos al azar Me gustan los lbumes ilustrados que son capa-ces de conmoverme a m y de gustar a un nio, esos capaces de contener el mundo en la palma de una mano. Suelo leer con gozo cosas que tie-

    nen algo que ver conmigo o que me remueven zonas inexploradas del pensamiento. No me gustan los li-bros que me dejan como estaba, in-diferente. No leo entero algo que no me gusta, si no es por obligacin.

    Vas al cine, al teatro? Cul es tu sistema de ocio?Hago cine y hago teatro, aunque toda-va est lejos de Martn Scorsese, Icar Bollan, Bertolt Brecht o Daro Fo.Cuatro de los guiones que hice, se llevaron a cabo hasta el final, dieron lugar a cuatro cortometrajes. Uno de ellos, Das letras, est aho-ra en formato DVD integrado en un libro que narra la misma historia y que, curiosamente, escrib des-pus, a instancias de un editor que haba visto el filme. La protagonis-ta es mi madre, que se aprendi el guin cuando tena 82 aos y al ver-se, dijo: Qu bien me habis disfra-zado de vieja! EL corto obtuvo varios premios Y pensar que naci de un recuerdo de infancia! Yo lea las cartas que reciba la Seora Aurora y escriba las que me dictaba y en ocasiones le haca trampa. Ella, ya mayor, solo saba leer en los silen-cios, en las nostalgias y en el ma-durar de las cerezas. Tienen razn quienes afirman que es en los pri-meros aos donde se fragua toda la literatura.Adapt a guin cinematogrfico una novela de un clsico de la literatu-ra gallega, Querido Toms de Xos Neira Vilas, donde tuve mi momen-to de gloria como actriz Me en-canta esto como ocio!En este momento estoy con otro corto, aqu ya me atrev a dirigir tam-bin. La protagonista es una nia de seis aos que, con los trucos que permite el cine, borda su papel de

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    Te lo pasas bien leyendo? Te gusta

    escribir? Te apetece mucho contar algo a los dems que te parece a ti interesante, hermoso? Pues, a qu esperas?Por cierto, no te obsesiones con lo de la fama, eso es como una ola que va y viene

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    As escribe

    nia sin memoria de hartura, que es seducida a partes iguales por una golosina y por la msica. A l-tima moeda es el ttulo. Ya estamos con el ajuste de color, el sonido, la banda sonoraLo del teatro, fijaos si me gusta que lo resumir as: empec en el mun-do de la creacin escribiendo obri-tas de teatro para representar con mi alumnado.

    Crees que el genio nace o se hace?Como poco, es susceptible de ser estimulado y encauzado. Creo que se nace, como con los genes de una enfermedad, en unos se desarrolla y en otros, no. Tienen que darse las condiciones propicias. Mi madre, por ejemplo, apenas ha tenido opor-tunidad de ir a la escuela, aprendi a leer y a escribir nicamente en castellano, mientras se expresa-ba en gallego. Muri mi padre y mi madre comenz a ejercer de poe-ta, en gallego de manera espont-nea. A l van dirigidos, mayormen-te, sus poemas. Les falta artificio literario, pero provocan desgarro en quien posea un mnimo de sen-sibilidad. Ahora, con 86 aos, est escribiendo sus memorias en un cuaderno rayado, cuadriculado o en blanco le resulta ms difcil. A veces me lee trocitos y descubro cosas que ni sospechaba. Si hubiese teni-do ms oportunidades, quin sabe, puede que haya nacido, pero no se hizo.

    Hblanos del lugar en que naciste y del lugar en el que vives ahora, en relacin a tu literatura.Nac en Xeve, como he dicho. Con trece meses, asist a la boda de mi padre y de mi madre. El brindis que hice, despus de exigir: Bota vio,

    bota! (Echa vino, echa!), fue apo-tesico. Qu pena que no tenga re-cuerdos propios, para poder narrar en primera persona aquel hecho cierto, hermoso como todas las his-torias de amor.Los paisajes de mi infancia y de mi entorno actual, en Lrez, ms cerca de la ciudad de Pontevedra, emer-gen en mis cuentos, en mis nove-las, incluso sin darme cuenta. Hasta el ro en el que creen que se ahog Estrella, la protagonista de Alas de mosca para ngel, es el ro Lrez, que da nombre a mi lugar. Quienes me conocen mucho me descubren en los espacios que aparecen en de-terminados momentos. Ya he dicho, yo, como el carpintero. Ciertos re-cuerdos tienen ruedas, pero no quie-ro abusar de vuestra atencin

    No des consejos, pero dile a un chi-co o chica que escribe qu debe o no debe hacer.Te lo pasas bien leyendo? Te gusta escribir? Te apetece mucho contar algo a los dems que te parece a ti interesante, hermoso? Pues, a qu esperas? Por cierto, no te obsesio-nes con lo de la fama, eso es como una ola que va y viene. Fjate que en una ocasin le cambiaron el nom-bre a la Comunidad Valenciana por

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    el mo! No exagero, busca en la red y vers Luego resulta que se tra-taba de un error de Facebook. Bue-no, existe un colegio en Pontevedra que lleva mi nombre de verdad, des-de hace unos 5 aos, y eso me son-roja pero a la vez me hace muy feliz.Ah, muy importante! Si piensas imitar a otro, intenta superarlo, de otro modo, qu aportaras? Y si eres de los que necesita vivir tanto sus personajes y sus historias que, si su novela va de asesinatos, tiene que matar a alguien, djalo, porque te olvidas de una cosa sencilla e im-prescindible que se llama imagina-cin.

    Cmo fueron tus primeros pasos? Hblanos de cundo deseaste ser escritora y de lo primero que escri-biste, cmo llegaste a publicar, etc.Vlgame Dios!, (exista o no). Creo que me he adelantado a esta pre-gunta y ya la he contestado. Puedo aadir que cuando tuve en mis ma-nos aquel Mutacins Xenticas, que ahora ya est publicado en otra editorial -aquella desapareci- me sent como un acorden, estirada de satisfaccin Fina Casalderrey, ooooh!!, pero inmediatamente me entr un miedo gigante que me en-coga Y si a nadie le gusta? Y si

    no encuentra un solo lec-tor, una lectora? Lo dicho, como un acorden, ya que a la vez oa msicas.

    Qu libros influyeron en tu proceso lector y/o escri-tor?Creo que ni yo misma lo s, lo notan los dems.En mi infancia influy, como he dicho, la biblio-teca oral de mi padre, los

    cuentos de hadas que me traa, y El capitn Trueno, El Cosaco Verde, El Jabato Los conservo! Y aque-llas fotonovelas que a las nias nos hacan soar con prncipes azules De algunos libros que descubr en la adolescencia y ms tarde, unas veces no recuerdo el ttulo, otras no recuerdo el autor aunque haya fragmentos flotando en mi memo-ria que no se van. De El viejo y el mar si me acuerdo. Termin su-dando en mi intento de ayudarle a pescar el pez. Ya, ya s que tena que decir La isla del tesoro, de hecho una epidemia generalizada, en aquel tiempo en el que no todas las personas que luego nos dedica-mos a escribir tenamos biblioteca en casa o en la escuela de nuestras respectivas aldeas, resulta que se leyeron esa deliciosa historia cuan-do nios. Yo la le ms tarde, igual que El Principito, que hoy me s de memoria y en su da transform en una obra teatral que mi alumna-do de la ESO bord en el escenario.No s si influyeron, pero me gustan, desde siempre Delibes, Jos Luis Sampedro, Casteao, Dieste, Miguel Hernndez por nombrar alguno de los de cerca.Si alguien quiere saber ms sobre m: http://fina.casalderrey.com LPE

    Fina Casalderrey,

    posando agradecida

    tras su ingreso

    en la Real Academia

    Galega, en 2013.

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    As

    dib

    uja

    Desde que comenc, no quise tener estilo, no me interesaba que me reconocieran, yo estaba al servicio de las palabras

    MABEL PIROLA

  • Nace en Madrid el 30 de noviembre de 1953 y estudia Bellas Artes en Madrid y Barcelona para convertirse rpidamente en una de las ms personales ilustradoras de libros infantiles y juveniles tanto a nivel nacional como internacional, destacando as mismo sus grafismos nicos y personales. Ha hecho exposiciones individuales y colectivas con sus trabajos en Japn, Estados Unidos, Corea, Mxico, Irn, etc.

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    Cul es tu mtodo de trabajo? Si-gues pautas?Bueno, cuando ilustro leo detenida-mente el cuento. Al mismo tiempo voy haciendo seales con un lpiz en los mrgenes, al lado del texto cuando se me aparece una imagen sugerente.Despus dejo reposar ambas co-sas: La palabra y las imgenes. Y pienso de qu manera puedo ilus-trarlo. Cul es la tcnica apropiada para el espritu de ese libro.Es donde empleo ms tiempo. Lue-go la ejecucin es rapidsima.

    Cmo te organizas?Trabajo como si fuera al colegio. Con luz del da. Ya no trabajo por las noches. Convino el trabajo con las cosas del vivir: riego las plan-tas, dibujo, friego los platos, borro y corrijo, me hago un te, elijo la plu-milla, limpio cristales, aclaro la tin-ta, pongo una lavadora, perfilo las lneas, voy a comprar, dejo secar la

    Desde que comenc, no quise tener estilo, no me interesaba que me reconocieran, yo estaba al servicio de las palabras

    MABEL PIROLA

  • 26

    tinta, atiendo el telfo-no, borro el lpiz, me hago la comida, saco los pinceles, tiendo la ropa, lleno un vaso de agua, me coso un bo-tn, preparo las acua-relas, quito el polvo, voy coloreando, saco a mi perra, dejo secar el dibujo, hablo con una amiga, doy algunos toques con lpiz, voy a correosSE ACAB!!!Parece que no tenga tiempo de dibujar Pero si se puede.

    Planificas mucho o te dejas llevar?No hago bocetos. Porque el boce-to ya esta dentro de mi cabeza. As que ataco directamente al papel. Hay veces que cuando lo estoy rea-lizando, me doy cuenta que no me gusta Pero sigo hacindolo hasta terminarlo por completo. Y cuando est terminado, cubierto con el pa-pel de seda, firmado y numerado, ya listo como si lo fuera a entregar, es entonces cuando lo rompo. S, lo rompo en mil pedazos y lo lanzo a la papelera.Esto no os tiene que resultar extra-o. Este oficio, y lo llamo as porque me ha enseado muchas cosas que se pueden aplicar a la vida. Y esta es una de ellas.Del mismo modo que el zapatero. De tanto unir y coser suelas con la horma de arriba, finalmente supo unir lo de arriba con lo de abajo, la tierra con el cielo. Yo trato de unir lo que est afuera con lo de dentro.Si yo no terminara el dibujo, en el siguiente que empezara se repetira el mismo error Igualito que en la vida! Saber terminar aunque lo que vivamos no nos guste, exprimir la

    As dibuja

    experiencia y sacar todo su jugo, as pasamos pgina y aparece lo nuevo.

    Cmo perfilas tus personajes cuan-do los creas y cmo cuando los ha creado un escritor?Pues del mismo modo. Aunque se-guramente para el escritor sus per-sonajes, no tiene que ser los mis-mos que los mos. Aunque en una ocasin la cosa si que fue de lo ms parecida. Recuerdo que Esther Tus-quets, que era editora de la Editorial Lumen, escribi un cuento y quiso que se lo ilustrara Al leerlo me pareci que era un desfile de per-sonajes y ancdotas, de tal manera que me dediqu a hacer una gale-ra de retratos. Fui copiando de mi interior los rostros que se me apa-recan Cuando le entregu los 10 dibujos, se los mir detenidamente e inmediatamente llam a su equi-po ms cercano que intimaban con ella desde haca muchos aos. Les fue enseando los dibujos, al mis-mo tiempo que les iba preguntando a quien les recordaba aquellos ros-tros. Como en una coral iban dicien-do nombres del entorno de Esther, cosa que yo los desconoca, es ms no los haba visto en mi vida.

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    Frente a mi desconcierto Esther me fue explicando que en aquel cuento haba querido hacer un homenaje a seres que conoca y quera, y que yo haba tenido el acierto de hacerlos tan parecidos, que les haba sor-prendidoLe respond que dentro de mi cabe-za, se conocen todos y que sin pe-dirme permiso, graciosamente se invitaron a la fiesta y a su ruido.Estamos habitados por muchas imgenes. Como las imgenes es-tn unidas ntimamente a las pala-bras y a su vez a la experiencia indi-vidual, es muy difcil que coincidan las imgenes entre los individuos.Si por ejemplo yo hago cerrar los

    ojos a mucha gente, y lanzo al aire una palabra como: MESA. A cada una de las personas les aparecer una mesa en su interior. Y cuando tengan que dibujarla, la represen-tacin ser completamente distinta en cada uno. Habr vinculaciones emocionales: con la mesa de su abuela, la del colegio, la del despa-cho de su padre, la que ella coma cuando era pequea, la que haba en aquella casa de campo que tan-to le gustaba En fin, infinitas. Muy importante y a tener en cuenta, lo Arquetpico jams se representa. La Mesa, El Limn, La Mujer. Por muchas representaciones que haya nunca conseguiremos realizar la arquetpica. Me siguen, o es muy di-fcil lo que cuento?

    De dnde sacas las ideas?Copio lo que veo. Pero dnde veo lo que veo? Pues copio de adentro. De ese espacio al que se le han dado muchos nombres a lo largo de la historia: pas de la fantasa, mundo de la imaginacin, lugar de los sue-os, paraso de los dioses, incons-ciente De ah copio.Mi memoria registra imgenes. Mi-llones de ellas, por eso no tengo que copiar de afuera. Si no hubiera practicado este oficio, estoy segura que me hubiera vuelto loca.

    Cmo te informas, enciclopedias, internet, viajas...?Vivo y recuerdo.

    Crees en el instinto?No se si es una cuestin de creer o no creer. Creo en pocas cosas. Con respecto al instinto, me considero una mamfera terrestre, cercana a las morsas o a la elefanta marina. Torpe en la tierra, donde me gusta

    No hago bocetos. Porque el boceto ya

    esta dentro de mi cabeza. As que ataco directamente al papel. Hay veces que cuando lo estoy realizando, me doy cuenta que no me gusta Pero sigo hacindolo hasta terminarlo por completo

    {

  • solearme, pero extraordinariamen-te gil en el agua. Con la parte hu-mana que me queda respondo en la vida con la intuicin. Que es una funcin psquica, como las dems. Pero que en mi caso es una lcida superdotada.

    Qu hace un ilustrador novel para darse a conocer?A mi se me dio muy bien presentar-me a concursos. Al ganar alguno fue una carta estupenda de presen-tacin. Presentarme a Editoriales, lo hice poco. Os dir que slo fui a dos que me recomendaron y a otras dos de motu propio por curiosi-dad. Y que despus corri la voz Y ya no me mov, slo acud a donde me llamaron. Esto es un caso extra-o y algo excepcional. Pero me pa-rece que fue el resultado de 13 aos de trabajo en la oscuridad, y que al asomarme se llen de luz.

    Tienes un horario?Maanas cuando trabajo sobre pa-pel. Maanas y tardes cuando tra-bajo con el ordenador.

    Crees que influye mucho tu lugar de nacimiento o tu entorno para ser ilustrador?En mi caso, el lugar no ha sido lo mas importante. Cada 10 aos he cambiado de lugar, y en cada sitio soy de donde estoy. Pero si soy de una tierra variopinta, llena de sol, donde los nios pueden jugar en la calle. De ah que todos mis perso-

    najes tengan coloretes y vayan des-peinados.Tambin hay determinados acon-tecimientos que unidos a mi pro-pia estructura interna, hicieron que desde muy temprana edad regis-trara imgenes. Al morir mi madre cuando tena 4 aos me oblig a ob-servar por mi misma. Ya no estaba aquella persona que miraba por mi, y me deca el nombre de las cosas Creo que eso fue importante y tam-bin ser la menor de cinco herma-nos, pues de alguna manera tena que sobresalir. Y haciendo dibujos pareca que gustaba a todos y que lo consegua.Esos dos hechos me parecen im-portantes. La perdida de mi madre me hizo mirar hacia arriba y a regis-trar imgenes, por lo tanto la nece-sidad de expulsarlas y de ser queri-da en aquel pequeo ncleo.De manera natural era una nia contemplativa. Me cuentan que poda estar horas absorta con una mosca en el cristal, orientndola con el dedo; eso me dio el pasaporte para la mstica. Vivir momentos es-pirituales inolvidables. As pues en mi vida ese aspecto lo he alimenta-do y siempre lo he tenido en cuenta.Despus, reconozco que he sido una psima estudiante, pero con sobre-salientes y matriculas de honor ni-camente en dos asignaturas: dibujo y literatura Muy enfocada desde la infancia a estos oficios.An recuerdo cuando escrib mi pri-mera poesa. En ese instante, not en el pecho un globo que me emer-ga. Y recuerdo mi compromiso pro-fundo con aquella experiencia, a no olvidarla y a repetirla. Tambin la primera vez que le, mi primera lectura. Se me abri la ca-beza llenndose de lucecitas y que-d maravillada al comprobar que aquellas letras sueltas que haba

    As dibuja

    An recuerdo cuando escrib mi

    primera poesa. En ese instante, not en el pecho un globo que me emerga. Y recuerdo mi compromiso profundo con aquella experiencia, a no olvidarla y a repetirla

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    aprendido y que para m no tenan ningn sentido, se trasformaban en palabras y sonido Un autntico prodigio!Haca pequeos cuentos. Libritos de poesas. Miraba al cielo y habla-ba con la luna. Festejaba con las golondrinas la llegada del verano. Colgaba del balcn con una lana

    antiguas estampitas, esperando al-gn incomprensible milagro. Jugaba a enterrar muequitos en las macetas para ver posibles resurrecciones. Co-cinaba en la terraza para mis queridos muecos-hijos.Finalmente no s cmo explicar que el entorno, las cosas que suceden, nos van tiendo, pero que uno cuando vie-

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    ne a esta vida, ya llega teido So-mos sustancia de paradoja. Ya pue-de haber un entorno externo hostil, que como un milagro, asomar un ser sensible que en medio de tanto cardo, conseguir ser una rosa. La sensibilidad no me parece que se aprenda, ms bien te toca.

    Vas a empezar un trabajo desde cero, qu haces ese da?Limpio y despejo la mesa de otras cosas que no sean el futuro pro-yecto. Preparo los materiales. Me concentro en ello Y ya sabis: Me preparo un te, dibujo, contesto el te-lfono, dibujo, voy a buscar el pan, dibujo, pongo una lavadora, dibujo, cocino, dibujo, limpio un cristal, di-bujo, arreglo la cama, dibujo, tiendo la ropa, dibujo, paso la aspiradora, dibujo, llega el cartero, dibujo, hablo con la vecina, dibujo, espanto a un gato, dibujo, pongo msica, dibujo Muy concentrada en todo ello.A veces es cierto, se me olvida co-mer

    Al terminar de ilustrar un libro, qu haces?Quedo en reposo, dira que no con la depresin postparto. Ms bien con la reposada paciencia de aguardar, haciendo espacio para gestar otra idea o esperar a otro encargo. No hay nada ms creativo que un en-cargo, y mientras no llega, entrete-nida con las cosas del vivir.

    Hblanos de cmo hiciste tus tres mejores trabajos como ilustrador, o los que ms te gusten, o los que tu-vieron ms xito, y cmo surgieron?Pues el proceso creador es muy variado, comenzar por un trabajo que nunca vio la luz. Recin llegada al oficio se me encarg que ilustra-

    Pasaban los das y segua sin saber qu

    hacer, cmo ilstralo. Qu tcnica emplear. Finalmente una tarde, tumbada en la cama y con la cabeza a punto de estallar me vinieron las palabras justas: No lo tienes que ilustrar tu, qu carajo! que lo ilustre Martin Fierro

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    As dibuja ra una adaptacin escrita por Ricar-do Alcntara de el Martin Fierro. Ese libro haba llegado a mis manos cuando tena 9 aos. Se lo haban regalado a mi padre, era una edi-cin de formato muy grande y con unas esplndidas ilustraciones en bicolor, editado por la Universidad de Buenos Aires. En aqul enton-ces me sumerg en aqul libro. Pa-saba las pginas como quien hace gimnasia, dado su tamao. Flotaba en las palabras, eran en espaol pero sonaba tan distinto! Navega-ba por aquellas imgenes que po-sean una fuerza tan inusitada que parecan haber sido realizadas a la-tigazos o a golpes de boleadoras Viv un encantamiento con aqul li-bro, de tal manera que a su recuer-do, me vea incapaz de igualar aquella maravilla. Demor la ejecu-cin por un tiempo, no saba cmo rea-lizarlo. Mientras, escriba coplas a la manera de Martin Fierro de una mane-ra compulsiva, dan-do explicaciones a mi impotencia, por no tener el pulso a la al-tura de esa obra, por ser mujer y tratar de entrar en un territorio tan masculino. Relle-n tres folios de co-plas. Entonces llam a la casa de mi infan-cia para que trataran de recuperar aquel ejemplar. Una sema-na despus tena en mis manos el libro, ms pequeo, viejo y ajado. Recuperado en un b a l y salvado milagrosamente de una inundacin.Pasaban los das y segua sin saber qu hacer, cmo ilstralo. Qu tc-nica emplear. Finalmente una tarde, tumbada en la cama y con la cabeza a punto de estallar me vinieron las palabras justas: No lo tienes que ilustrar tu, qu carajo! que lo ilustre

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    me lo enviara.La cosa pues se trataba, de que un buen da pa-seando, encontr per-dido en la Pampa un zurrn que perteneci a Martin Fierro. Den-tro haba un cuaderno medio roto en el que l haba realizado algu-nos apuntes con grafito. Con los trozos de pape-

    les dibujados por Martin Fierro, yo los completaba con tinta las partes que faltaban. Como colores empleara mate, vino, caf y agua estancadaLas iniciales de capitulo eran las divisas con las que marcaban al gana-doPasado casi un mes, entregue el trabajo. En la editorial se organiz una algaraba. Varias personas rodeaban los dibujos que se espar-can sobre la mesa. El responsable me dijo: Esto es una obra de arte Mabel! Me pagaron, pero nunca se public. La edito-

    rial se fue a pique y la coleccin donde tena que

    salir se detuvoOtro de los libros amados es No s. Es el resultado existencial de mi vida. A penas hay color, predomi-na el gris. Est hecho con papeles rotos, rasgados A veces la vida, no es un jardn de rosas. Prefiero trans-cribir el discurso que hice cuando me entregaron el Premio Interna-cional de Ilustracin, la Fundacin Santa Mara 1998. Explica muy bien

    Martin Fierro. Y as fue como en-contr la liberacin y la manera de hacerlo.Me puse manos a la obra. Escri-b a una amiga que se encontraba por entonces de paseo por Argen-tina. Le ped que se paseara por la Pampa y que recogiera todo tipo de plantas, ramas, pajas, musgos, pie-dras Que hiciera un paquete y que

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    el proceso de cmo llegu a l. Nos dijeron que no haba tiempo para hablar, pues el acto estaba muy lle-no. Despus en el ltimo momento, nos dijeron que disponamos de 3 minutos Finalmente improvis lo siguiente: Estoy contenta. Contenta y al mismo tiempo estremecida. Contenta porque hoy no he ganado yo, han ganado los nios. Y junto a ellos, la nia que fui y la que soy. El proceso hasta llegar a esta histo-ria ha sido largo y sencillo. Desde que tengo uso de sin razn, me he pa-sado la vida dibujando y rompiendo juguetes. He querido saber qu ha-ba dentro de las cosas Me ha inte-resado vivamente el movimiento, por qu las cosas se movan, por qu nos movamos Y as, rompiendo jugue-tes, descubr que dentro haba una maquinaria, en algunos compleja, en otros ms sencilla Y que esa maqui-naria estaba compuesta por mltiples piezas, y que cada una de esas piezas estaba regida por unas leyesPues bien, aprend fsica, qumica, matemticas. Aprend biologa, psi-cologa, antropologa, sociologa. Es-tudi las filosofas, todas las religio-nes, geometra. Me acerqu a la fsica cuntica, a la astronoma, a la meta-fsica Y cuando todo eso estaba en mis manos, mir a mi alrededor y vi que todos los juguetes que haba des-tripado continuaban movindose. Que nada de lo que tena en mis manos, ni los motores, ni las leyes, ni los sabe-res eran lo que haca posible que esos juguetes se movieran. Todos ellos se movan impulsados por la NADA. Todos se movan a pesar de que sus vientres estaban vacosSe imaginan cmo me qued? Aqul da qued estupefacta. Desde aqul da, y hoy es uno de esos das, cada

    Desde que tengo uso de sin razn,

    me he pasado la vida dibujando y rompiendo juguetes. He querido saber qu haba dentro de las cosas Me ha interesado vivamente el movimiento, por qu las cosas se movan, por qu nos movamos

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    As dibuja

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    movimiento me hace estremecer. Pero aqul da tambin me puse muy contenta, levant los hombros y dije: NO S.Hace algunos aos, o al premio No-bel de Fsica decir estas palabras: Algo, no sabemos quin, est ha-ciendo no sabemos qu. Y al orlas, me dije: Bien, otro como yo, otro que no sabe!No s no es un cuento. Es un paseo ldico y lrico por el no saber. Es un paseo minimalista lleno de preguntas que no esperan respuesta. Y deseara que no se me respondiera a ninguna de esas preguntas. Porque si se me responde a cualquiera de ellas, se me estar arrancando de un lugar, de un espacio, de una atmsfera en la que estoy sumergida desde que nac. Si se me responde a cualquiera de esas preguntas se me estar arrebatando y robando el tesoro ms valioso que

    posee la vida. Ese tesoro es su MISTE-RIO.Estamos rodeados de MISTERIO De cientos de pregun-tas que no tienen respuesta. Y es pre-ciso aprender a vi-vir rendidos a ese MISTERIO. Es pre-ciso aprender a vivir como nios, con-tentos y rendidos a la evidencia de que no sabemosQuiero dar las gra-cias a la Funda-cin Santa Mara y a Ediciones SM por el amoroso gesto al convocar estos pre-mios. Y digo que es amoroso porque, a lo mejor lo amoro-so no es otra cosa que el respeto. Y, a lo mejor el respe-to no es otra cosa que dejar espacio a la libertad del otro. Con esta convocato-ria hace posible que

    escritores e ilustradores de todo el mundo puedan expresarse libremen-te y concurrir a l. Y esto es cosa que hay que agradecer. Tambin quiero dar las gracias a los miembros del ju-rado, que en su momento y en su da eligieron esta historia y apostaron por el no saber. Y a todos los que estn aqu presentes, darles las gracias por su amoroso y respetuoso silencio.Para todos, mucha paz y un beso azul. Gracias.El tercer libro a mencionar es el que est por venir Est digitalizado, lo realic hace ms de 17 aos. con pigmentos de batik y agua de mar. Y la plumilla con tinta negra y usan-do todas las grafas de las lenguas vivas, escritura anglica y algunas desaparecidas. Es la adaptacin de un cuento suf. Pero no quiero hablar mucho ms de algo que no est publicado. Tengo una mala ex-periencia sobre ello. He visto cmo me han raptado las ideas y ya no asomo nada ms aunque ande re-gistrado.

    Cmo ha evolucionado tu mtodo desde que empezaste?No tengo mtodo. O mejor dicho el mtodo es no tenerlo. La ilustracin est al servicio de la palabra. Tengo que reinterpretar y no repetir lo que se dice, pasarlo por mis filtros, ha-llar la tcnica apropiada, pensar en los nios, los adolescentes o los fu-turos lectores. Hacerles participar de mi pacto con la belleza. Justo cuando empec haba una revolucin en los talleres de impre-sin. Haban aparecido unos esca-ners que eran capaces de reprodu-cir imgenes ms complejas. Y ah aparec, arriesgando con mtodos no ortodoxos y abriendo campo a los que me siguieron.

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    Vivo en el sur de Espaa. En un

    pueblo llamado Alfacar. Est a 6 km de Granada. La veo a mis pies y tambin oteo la Sierra Nevada. Es un pueblo con aspiraciones de ciudad, y que an, a Dios gracias, no lo consigue. Porque de momento pasa el rebao de vuelta por las calles y los caballos golpean sus herraduras en el asfalto...

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    Desde que comenc, no quise tener estilo, no me interesaba que me reconocieran, yo estaba al servicio de las palabras. Y las palabras son muy distintas. Bajo ningn concepto quera que se me encasillara en al-guna tcnica o me sealaran de le-jos.Ahora, que por otras cuestiones, pasan por mis manos los libros de hace 20 o 30 aos, quedo sorprendi-

    As dibuja

    da porque no se muestran nada an-tiguos. Se ven modernos y jvenes a pesar de la edadDesconozco si ha habido evolucin. A lo mejor es que llegu antes de tiempo.

    Qu sueles leer o no leer?Pues leo en verano, con el calor. Frente a un ventilador y una bote-lla con agua helada. O en invierno

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    frente al fuego o junto a la estufa de lea. Leo libros esotricos, filosfi-cos, cientficosY poesa. Me intere-sa todo lo que tenga que ver con el conocimiento.Mi biblioteca es pequea y escogi-da, como dira Quevedo: Con pocos pero doctos libros juntos

    Crees que el genio nace o se hace?Talento, Sensibilidad, Compromi-so y Constancia. Si se renen todas esas cualidades, sin que falte nin-guna, estaremos frente a un gran artista. El ser genio requiere de un entorno favorable, de factores ex-ternos tambin. Ms bien es encon-trarse en el lugar preciso con los seres precisos. El Arte esta lleno de artistas con ese punto de genialidad que roza la locura. Gracias a ellos el arte se ha nutrido de sus corrientes y estilos. Algunos se murieron de hambre, otros encontraron a un ga-lerista que le hizo genios y vivieron de ello.Es difcil precisar esta pregunta. Buenos maestros pueden ense-ar a ser artistas, pero no s si los alumnos acaban siendo funciona-rios, y entre ellos puede que sal-ga algn artista. Y quizs solo sea, el que se siente escogido desde la cuna

    Hblanos del lugar en que naciste y el lugar en el que vives ahora, en re-lacin a tu trabajo.Nac en Madrid, pero no he sido una nia de ciudad. Tampoco soy una mujer urbana. Tengo en sangre un 80% de rural, y a ello me debo. Cada 10 aos me he mudado de pueblo, en todos ellos he sido muy feliz. Ahora y desde hace dos aos vivo en el sur de Espaa. En un pue-

    blo llamado Alfacar. Est a 6 km de Granada. La veo a mis pies y tam-bin oteo la Sierra Nevada. Es un pueblo con aspiraciones de ciudad, y que an, a Dios gracias, no lo con-sigue. Porque de momento pasa el rebao de vuelta por las calles y los caballos golpean sus herraduras en el asfalto, tronando por los barrios.El mundo editorial est detenido. Es como si no existiera para l en estos momentos de mi vida. Vivo de los derechos de autor y de los encargos de particulares. No es que me haya retirado, sencillamente me han re-tirado. Es un mundo muy mutable. El personal cambia con frecuencia. Relevos generacionales, fusiones editoriales. Las personas nuevas que entran tienen poca cultura so-bre ilustracin. Me he pasado toda la vida presentndome como si aca-bara de empezar. No ha sido fcil.Ahora me dedico a digitalizar mu-cha obra indita y la que est libre de derechos. Poco a poco lo ir ha-ciendoMe falta financiacin.

    No des consejos, pero dile a un chi-co o chica que dibuja qu debe o no debe hacer.Pues que siga dibujando si le im-pulsa la necesidad. Que aprenda en academias a copiar la realidad, aunque le cueste. Pero que persis-ta. Los sentidos se educan dijo el catedrtico en la escuela de Bellas Artes a una Mabel que no tena con-suelo y se pasaba los das llorando. Despus de conseguir dibujar y pin-tar la realidad, puedes crear lo que quieras! Porque el pulso te sigue, la mirada se llena de miles de matices y puedes trazar cientos de referen-cias. Persistir, no hay otra cosa si tu corazn lo siente!

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    Cuando de nia me pregun- taban qu

    iba a hacer de mayor, la mirada se me nublaba y no acertaba a dar respuesta a tan ambigua pregunta. Pero cuando me preguntaban qu iba a ser de mayor, no tena ninguna duda. Les responda: Madre y San Francisco de Ass

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    As dibuja

    Cmo fueron tus primeros pasos? Hblanos de cundo deseaste ser ilustrador y de lo primero que hicis-te, cmo llegaste a publicar, etc.Cuando de nia me preguntaban qu iba a hacer de mayor, la mirada se me nublaba y no acertaba a dar respuesta a tan ambigua pregunta. Pero cuando me preguntaban qu iba a ser de mayor, no tena ninguna duda. Les responda: Madre y San Francisco de Ass.Y ciertamente que eso tan esencial a lo que aspiraba mi alma como una vocacin, se ha cumplido. No por la literalidad de los enunciados, sino por lo que representan. Ser madre: la capacidad de gestar ideas, pro-yectos y nutrir. Y San Francisco: No ser una santa, sino tener la posibi-lidad de hablar con todo. Con el sol, las montaas, una piedra, las flo-res, el loboEstas vocaciones se han unido en perfecta armona en el oficio que he practicado durante casi toda mi vida.Yo no saba si sera ilustrador. La realidad era que desde la infancia escriba pequeos cuentos y poe-sas. Y fui creciendo y segu hacin-dolo. Pero los cuentos que haca se los regalaba a mis amigos y gente

    conocida.Una vez hice un cuento que se llama-ba La piel. Se lo regal a un amigo. De inmediato me dijo que haba vis-to en prensa un concurso de cuen-tos ilustrados y que lo presentase. Yo qued algo desconcertada porque no era ese su fin, pero le hice caso. Paralelamente quise exponer en una galera de Barcelona unos dibujos que correspondan a un poema. All me hablaron por primera vez de ilus-tracin. En esa semana gan el premio y una

    editorial para la que haba trabajado en un proyecto en el rea de plstica, me lla-m y me dijo: Mabel, eres ilustradora? Cmo no nos lo has dicho? Qued en silen-cio y desconcertada. Sigui preguntando: Tienes cosas para ensearme? Asent bal-buceando por el telfono y al da siguiente baj en el tren a Barcelona con un carro de la compra lleno de dibujos y de cuentos. De inmediato me encargaron la portada de

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    una revista y un libro de texto de lite-ratura. Al salir fui a tomarme un caf y me encontr con un muchacho con una gran carpeta de dibujo. Nos mos-tramos las cosas y despus de verlos, me dijo: Mabel, yo soy un artesano y tu eres una artista. Si a m me piden dibujar a un nio viendo la televisin a las tres de la tarde, yo voy a dibujar eso. Pero tu no vas hacer eso verdad?. Frente a mi insistencia por ilustrar poesa, me recomend dos Editoria-les Fui a presentarme, aquella ma-ana. Y ya no me mov ms, corri la voz y hasta ahoraSegu presentndome a concursos y por curiosidad me acerqu a dos editoriales ms, Lumen y S.M. En ambas encontr a seres maravillo-sos que formaron parte de mi en-torno ms cercano e ntimo durante aos, hasta que algunos se fueron a batir plumas all en lo alto.

    Qu ilustradores influyeron en tu proceso creativo?La verdad es que cuando aparec en este mundo de la literatura infantil y juvenil, desconoca las representa-

    ciones de mis colegas. Saba de l a travs de los cuentos que lea y te-nan mis hijos. Me asom a la ilus-tracin, despus de dibujar durante trece aos en blanco y negro, que-riendo mostrar el color que apare-ca de nuevo en mi vida. Y la ilustra-cin apareci. Mis modelos estaban en el arte y en el pasado. En mi casa haba una excelente biblioteca en torno a la pintura, exposiciones, en-ciclopedias y museos. Desde nia hojeaba las lminas y quedaba ex-tasiada con muchsimos cuadros y representaciones.Cada edad y en cada etapa de mi vida me ha gustado alguien o me sentido atrada por algn movi-miento. Desde el realismo e hipe-rrealismo de la infancia, al impre-sionismo, expresionismo y fobismo en la adolescencia, al subrealismo en la adultez, para acabar adorando el abstracto en la madurez.Ahora recuerdo una ancdota que no quiero olvidar. Cuando acompa- a Rigoberta Mench a visitar el Museo del Prado en Madrid. Visit-bamos salas llenas de retratos y bo-degones. Notaba que Rigoberta se aburra solemnemente, me miraba y me deca que se extraaba que hubiera tanta pintura parecida Tanto los cuadros de bodegones como los de los retratos, conside-raba que eran incapaces de comu-nicar o trasmitir algo. Pero cuando lleg frente al Jardn de las Delicias de El Bosco, dio un respingo y sali del sopor como por encantamiento exclamando: Este si que sabe!No es delicioso asistir a este suce-so? Cun cerca est El Bosco con sus imgenes aparentemente deli-rantes y caprichosas a la compren-sin indgena de todo un continente! Maravilla de las maravillas! LPE

  • Cul es tu mtodo de trabajo? Si-gues pautas?Si existe eso a lo que suelen lla-mar inspiracin yo dira que ese es el punto de partida de mi traba-jo. Hay un momento en el que una idea que ha estado dando vueltas por mi cabeza con muchas otras, gana espacio, crece y pide ms. Es una idea, que se traduce tambin en una emocin, en una voz, en un re-cuerdo, en un sueo o en una frase que se hace grande y ya no puedo librarme de ella. La comparo con ese momento mgico en el que

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    una persona entra en tu cabeza y ya no logras sacarla de ah porque te seduce, te enamora y te fascina. Despiertas pensando en esa per-sona, desayunas como un bobo re-cordndola, pasas todo el da como una mariposa torpe tropezando con todo por culpa de esa imagen pode-rosa. Esa idea no me deja en paz! Todo el da est presente, en mitad de la noche despierto y est ah, y aunque al principio no tiene ningn orden, poco a poco se va afirmando y me aclara el panorama.

    As

    esc

    ribe

    MARA FERNANDA HEREDIA

    Nace en Quito, Ecuador, el 1 de marzo de 1970. Trabaja durante aos en el mundo del diseo grfico y de l pasa a escribir para nios y jvenes, incursionando tambin paralelamente en la ilustracin. A ganado cinco veces el Premio Nacional de LIJ Daro Guevara Mayorga as como el Latinoamericano de Norma-Fundalectura y el Premio A la Orilla del Viento en Mxico

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    MARA FERNANDA HEREDIA

    Ese es el punto de partida, cuando s que algo se avecina. Despus intento rodearme de mucho silencio para escuchar esa voz interna. El si-lencio y la soledad son indispensa-bles para mi trabajo, me ayudan a concentrarme, a tomar apuntes sin interrupciones, a aclarar las ideas.Recuerdo cuando escrib mi pri-mer cuento (Gracias, 1994, Li-bresa, Ecuador). Mi abuelo, que fue un ser extraordinariamente bueno e importante en mi vida, se haba puesto viejito y muy frgil, y un da me di cuenta de que el tiempo de

    la despedida se acercaba. En me-dio de la tristeza y de la impotencia que esa realidad me provocaba, una frase creca en mi cabeza: Gracias, abuelo. Y entonces me acerqu a l y le dije que no quera que se fue-ra, pero que si no poda evitarlo al menos quera que se llevara a ese viaje un regalo que necesitaba ha-cerle. l me dijo que a ese viaje no poda llevar ningn regalo, que para ese viaje no haba equipaje posible. Le tranquilic dicindole abuelo, lo que quiero que te lleves es una pa-labra: Gracias, y as precisamente

    Son los lectores los que me dejan saber qu les inquieta, qu situaciones atraviesan, qu les conmueve

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    fue como se titul mi primer cuen-to. Entre sus lneas se fueron te-jiendo mis razones, mis recuerdos, mis promesas, mi gratitud al abue-lo que se iba. En ese instante, como en todos los que recuerdo como momentos de creacin, las ideas se fueron encadenando unas con otras a partir de una palabra inicial.Cada libro que escribo tiene su pro-pio camino, sin embargo el punto de inicio siempre es similar, esa idea de la que no puedo ni quiero esca-par. Los personajes van surgiendo dentro de m y yo hago silencio para poder escucharlos. La historia se va tejiendo lentamente y yo intento es-tar atenta.Ahora, despus de veinte aos como escritora, ya s que no puedo ni merece la pena huir. Me dejo llevar y entro en esa espiral apasio-nante y a veces muy dura, que sig-nifica escribir.

    Cmo te organizas?Lo ms difcil -como en toda activi-dad exigente- es lograr una disci-plina. A veces entras a la primera pgina con gran entusiasmo, con ganas de contar la mejor historia, y poco a poco, mientras la historia avanza y se torna ms compleja y te va exigiendo mucho (tiempo, com-promiso, lucidez, entrega), corres el riesgo de abandonar. Yo adoro el ejercicio creativo, es algo que me apasiona, pero debo admitir que el organizar mis tiempos de trabajo a veces me cuesta mucho. Sobre

    As escribe

    todo cuando la obra en la que estoy metida sacude mis propias emocio-nes, cuando habla de una situacin que por alguna razn personal me mueve a la nostalgia o a la tristeza o a las preguntas que quiz no he ter-minado de responder en mi vida. A veces la obra te duele, te quema o te pincha en algn lugar sensible. En esos momentos en que me siento tentada de abandonar, de tomar un receso que a veces puede ser ne-cesario pero tambin peligroso, in-tento cambiar la mirada y fijar con-diciones de trabajo con las que me puedo comprometer.Me organizo creando, en primer lu-gar, un mapa que me permita sen-tir que no voy como un ciego en ese viaje hacia la novela que quiero es-cribir. Ese mapa es un esbozo gene-ral, con pautas sobre los momentos que pueden ser sustanciales para armar la novela (un inicio, un con-flicto, unos caminos posibles para los personajes, un desenlace). Ese boceto puede cambiar (de hecho, casi siempre cambia) pero es indis-pensable para m salir de viaje con ese mapa en la mano. Soy diseadora grfica de profe-sin, el poder colocar en un papel una imagen con un significado me da tranquilidad, me permite com-prender fcilmente el camino; en ese sentido ese esbozo de estructu-ra se convierte en mi principal com-paero, lo coloco en un corcho jun-to a mi escritorio y con frecuencia vuelvo la mirada para saber a dnde

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    voy. El destino final es siempre una tentacin y me ayuda a generar dis-ciplina.Cuando estoy trabajando en una no-vela escribo aproximadamente cua-tro horas diarias, con tiempos de descanso. Mis cervicales y mi nece-sidad creativa requieren de pausas, de cambios de mirada y de sensa-ciones. Escribo una hora de corrido, despus leo, escucho msica, hago deporte, cualquier cosa que me de-vuelva energa y entonces regreso al teclado y a la pantalla para es-cribir una hora ms. Y as... repeti-tivamente a lo largo del da y de la semana.Despus de escribir una novela y de corregirla lo necesario para enviar-la a la editorial, me mantengo lejos de la escritura durante unos meses. Necesito hacerlo para desconectar-me de los personajes y de las emo-ciones que he vivido durante el pro-ceso. Es como abandonar una casa, unos amigos, unos enemigos, unos recuerdos y unas emociones que han formado parte de mi cotidiani-dad durante meses.

    Planificas mucho o te dejas llevar?Planifico lo necesario, es decir, trato de dibujar una estructura coherente de ese libro que quiero escribir. Me cuento a m misma de qu se tra-tar, escribo brevsimas reseas de lo que podran ser los captulos. In-tento encontrar ese punto en el que la novela podra desafiar al lector y ponerlo contra las redes, y tambin

    trato de imaginar cul podra ser el desenlace -aunque este pueda va-riar en el transcurso de la escritura.Si bien la primera idea surge de una manera espontnea como un gran tema en el que trabajar, los deta-lles que vienen a continuacin exi-gen un trabajo de arquitectura pla-nificado.Me dejo llevar cuando ya estoy den-tro de la novela, tengo un compro-miso personal muy liberador- de que si en un momento surge un ca-mino, una intuicin que no est en el mapa original, pero que responde a un plpito en el que decido creer... cambio de camino sin crearme nin-gn tipo de angustia o ansiedad.Siempre he tenido la sensacin de que hay situaciones o personajes de una novela que tienen su propio motor, al margen de la intencin del autor, y en un momento dado piden libertad de movimiento, eli-gen su propio derrotero. Como una cometa en el cielo que al principio se eleva tmida y torpemente, y des-pus gana fuerza y seguridad y con eso exige ms hilo. Yo intento estar atenta para responder a esa nece-sidad.Tambin planifico las emociones que me gustara que estuvieran presentes en la historia, y en este punto hago acopio de las emocio-nes que conozco e investigo en las que me son ms ajenas. Es posible que yo sepa definir las mariposas en el estmago del primer amor de adolescencia porque lo he vivido, y

    Soy diseadora grfica de profesin,

    el poder colocar en un papel una imagen con un significado me da tranquilidad, me permite comprender fcilmente el camino; en ese sentido ese esbozo de estructura se convierte en mi principal compaero

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  • As escribe

    que me cueste imaginar lo que sen-tir un nio abandonado en la calle porque esa no ha sido mi realidad. En ese sentido creo que los escrito-res tenemos que conocer las emo-ciones humanas e intentar transmi-tirlas en nuestras historias.

    Cmo perfilas tus personajes?Lo primero es definir qu persona-jes necesito para contar la historia. Enfatizo en el necesito porque creo que es importante tener claro que cada personaje debe cumplir una funcin en la novela, no sim-plemente pasar por ah sin dejar un aporte a la historia.Despus elaboro esquemas de cmo sern mis personajes, los describo, los coloco en distintas si-tuaciones, imagino lo que podran pensar o sentir, juego a cambiar sus rasgos fsicos y psicolgicos, los pongo a prueba, trato de pensar de qu seran capaces y de qu no. Los dibujo o busco fotografas en revis-tas que me ayuden a imaginarlos como personas reales, estas im-genes van al corcho que est junto a mi mesa, y as sus rostros van en-trando en mi mente da tras da.Aunque las descripciones ntegras de los personajes no sean tiles en la novela, yo necesito tener cerca muchos rasgos de su personalidad. Al final sern dos o tres caracters-ticas las que lo definan ms que las dems, pero el conjunto me aporta informacin necesaria para sentir-los reales y verosmiles para el lector.A veces pienso en personajes que conozco, una profesora de mi es-cuela, la duea de casa, el vecino, el polica, el panadero de toda la vida, un to, una abuela... y entonces siento que es ms fcil definirlos.

    Pero incluso a esos personajes que aparentemente me resultan ms cercanos intento crearles ciertos detalles de sus vida que son ficticios pero que pueden ser interesantes, divertidos o sorprendentes para m; por ejemplo el imaginar que el pa-nadero de la esquina trabaj antes como equilibrista en un circo; o que mi abuela estuvo a punto de casar-se con otro seor antes de hacerlo con mi abuelo.Crear personajes me encanta, me divierte, me deja sentir como cuan-do era nia y tena plastilina entre las manos: una nariz grande, una nariz pequea, una nariz como bo-lita, una nariz gorda, una nariz larga como un salchichn. As!

    De dnde sacas las ideas?De lo que veo, de lo que escucho, de lo que recuerdo, de lo que no he vi-vido, de lo que sueo, de lo que leo.Son muchos los detonantes de una idea y me he preguntado en repeti-

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    Crear personajes me encanta,

    me divierte, me deja sentir como cuando era nia y tena plastilina entre las manos: una nariz grande, una nariz pequea, una nariz como bolita, una nariz gorda, una nariz larga como un salchichn

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    das ocasiones qu es lo que me lle-va a elegir tal o cual tema para una historia, por qu es esa idea la que se apodera de mi mente duran-te un tiempo y no me deja al