LA NUEVA JERUSALEM

La Iglesia de Dios de la Fé de Jesús Tomo: II, No. 51 ¿Será restaurada la antigua gloria de Jerusalem? ¿Será ella el trono de Jesús en el milenio? ¿El templo será reconstruido? ¿La nueva Jerusalem es la misma Jerusalem geográfica? ¿Cuál es “La Jerusalem de arriba”? ¿Cuál es ahora la ciudad del gran Rey? Hay muchos grupos que a pesar de que se denominan cristianos, interpretan la biblia con mentalidad Judía, creyendo que las profecías dadas a Israel antes de Cristo, todavía se han de cumplir., Pablo dijo: “más nosotros tenemos la mente de Cristo.” (1 Corintios 2:16) Por tal hecho debemos interpretar la biblia con mentalidad cristiana y no Judía. La Jerusalem del Antiguo Testamento ya cumplió su destino. Las profecías que respecto a ella no se cumplieron, están muertas y ya no se cumplirán. Las profecías sobre Israel y Jerusalem, se dieron con condiciones específicas que Israel debía satisfacer. Israel no llenó los requerimientos divinos y perdió el derecho a que Dios le cumpliese lo ofrecido bajo esas condiciones. El Señor les dijo: “Si diereis oído a mi voz y guardareis mi pacto...” (Éxodo 19:5) Esta fue la condición, ¿La cumplieron? No, Jeremías dice: “Ellos invalidaron mi pacto.” (Jeremías 31:32) Y si ellos no cumplieron, Dios tampoco les cumplió. Consecuentemente las promesas predichas están perdidas. El requisito condicional aparece en todas las profecías de carácter nacional, Isaías advirtió: “Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra: si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada: Porque la boca de Jehová lo ha dicho.” (Isaías 1:19,20) ¿Se cuidaron de esta advertencia? Veamos el testimonio de Esteban: “Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres así también vosotros.”

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(Hechos 7:51) No fueron dignos de recibir el bien y en cambio se ganaron el mal de ser “Consumidos a espada” tal y como Jesús también se los anunció: “Y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalem será hollada de todas las gentes...” (Lucas 21: 24) Quienes todavía esperan que se cumpla el bien predicho sin tomar en cuenta la condición pactada, deberán leer bien este pasaje: “Pero si hiciereis lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, ARREPENTIREME DEL BIEN QUE HABÍA DETERMINADO HACERLE.” (Jeremías 18:10)

“LAS COSAS VIEJAS PASARON, Y HE AQUÍ TODAS SON

HECHAS NUEVAS” (2 Corintios 5:17)

El viejo pacto quedó sin efecto y sus profecías de tipo condicional se cancelaron. Así se hizo necesario un nuevo y mejor pacto que tuvo esta justificación: “Porque si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado lugar de segundo.” (Hebreos 8:7) Nuevo y mejor pacto, significa nuevas y mejores promesas, nuevo y mejor mediador, nuevas y mejores condiciones, todo en prevención de otro fracaso como el del primer pacto. Jesús hizo nuevas todas las cosas y ya tenemos un nuevo pacto, entonces también tenemos una “Nueva Jerusalem”, la misma que Juan ve y define en el Apocalipsis, y que es la actual ciudad del nuevo pueblo que vive bajo el nuevo pacto del Señor. El Cristo como testador de este pacto lo ha confirmado Él mismo con su muerte. (Hebreos 9:16,17) En este pacto el testador hizo nuevas todas las cosas. (Apocalipsis 21:5) La vieja Jerusalem, aquella por la que lloró Jesús al anunciarle su fin, fue destruida y terminó su papel en el plan de Dios. (Lucas 19:42-44) Ahora aquella ciudad está fuera de los planes de Dios y las profecías que la mencionan están unas cumplidas y otras están perdidas para siempre. Todo lo bueno que ahora le sucede no es por el cumplimiento profético como se supone, sino por los esfuerzos muy humanos del nacionalismo Judío. Jerusalem e Israel parcialmente se han constituido en la patria de los Judíos desde 1948 por razones nacionalistas, apoyadas política y económicamente. Del mismo modo que en este siglo se han constituido y formado muchas pequeñas naciones tanto en Asia como en África, de modo

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que Israel no es ni excepción ni milagro. LA NUEVA JERUSALEM

La revelación le muestra a Juan una nueva ciudad y el exclama: “Vi la santa ciudad nueva de Jerusalem que descendía del cielo de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.” (Apocalipsis 21:2) En esta ciudad están solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. (Apocalipsis 21:27) Lo más relevante de la vieja ciudad era su templo, pero ésta no tiene templo porque su templo son Dios y el Cordero. (Apocalipsis 21:22) En ella andarán las gentes que han sido salvas. (vso. 24) Ella desciende (proviene) del cielo (pueblo) de Dios. (vso. 10) No tiene templo, porque esta ciudad toda ella es el templo de Dios. (Apocalipsis 21:3 y 1 Corintios 3:16,17). Está ubicada entre los hombres y mora con ellos. (vso. 3) Esta nueva ciudad está plenamente identificada como la iglesia cuando a Juan se le dice que es “La esposa mujer del Cordero.” (Apocalipsis 21:9,10) Y la esposa de Cristo es vista como la iglesia en el contexto de las Escrituras. Juan dijo de Jesús y los suyos: “El que tiene la esposa es el esposo.” (Juan 3:29) Y el mismo Jesús se declaró como esposo de sus discípulos. (Marcos 2:19) Y Pablo también escribió a los hermanos: “Porque os he desposado a un marido, para presentaros como una esposa pura a Cristo.” (2 Corintios 11:2) De modo que la nueva Jerusalem no es otra cosa que la iglesia, y la interpretación que la ve como una ciudad literal que bajará del cielo, no concuerda con la definición que hemos visto en los pasajes citados. La nueva Jerusalem es entonces una ciudad espiritual constituida por aquellos a quienes se pregunta: ¿No sabéis que sois el templo de Dios?” (1 Corintios 3:16) Y todo lo dicho de ella, está contenido en (Apocalipsis 21:3). Donde podemos ver que no se trata de un conjunto habitacional que vayan a estrenar los milenaristas. La nueva Jerusalem es una patria espiritual y celestial. Espiritual porque la constituye la iglesia sobre la tierra. Y celestial porque durante veinte siglos los que han partido para estar con Cristo la conforman también en el cielo, en donde está la verdadera patria de los redimidos, (Hebreos 12: 22,23 y Filipenses 3:20) Esta es la patria celestial que deseaban los padres de la fe. (Hebreos 11:14-16) La Jerusalem de arriba que es la madre de todos nosotros y que ha sido libertada por Cristo de la servidumbre de la ley.

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(Gálatas 4:25,26) Esta es la iglesia victoriosa y gloriosa que ha alcanzado el cielo y que por ello es llamada con propiedad “Jerusalem la celestial la ciudad del Dios vivo”. La Nueva Jerusalem formada por los redimidos desde la tierra hasta el cielo constituye la parentela nombrada con el nombre de Dios (Iglesia de Dios) en los cielos y en la tierra. (Efesios 3:15) Ella es el paraíso de Dios enmedio del cual se encuentra el “árbol de la vida que es Cristo.” (Apocalipsis 2:7) Este nombre de “Nueva Jerusalem” tan lleno de significado, es un premio y una promesa que designa e identifica a los vencedores en Cristo. (Apocalipsis 3:12) Jesús ha dicho: “Escribiré sobre todo el que venciere el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem.” Amén.

RESUMEN Jesucristo vino a cumplir las Escrituras y nos dejó en el Nuevo Testamento la llave de la interpretación del Antiguo Testamento. Los Judíos rechazaron a Cristo y consecuentemente rechazan la interpretación cristiana de la biblia. Hay muchos cristianos que igual que los Judíos esperan que las profecías del Antiguo Testamento. se cumplan todavía, porque desconocen que su cumplimiento ya se realizó. El Nuevo Pacto ha sido formado “sobre mejores promesas” por lo que los compromisos del viejo Pacto terminaron con él y no tienen más valor. Lo que sucede en Israel y que muchos consideran como cumplimiento profético, sólo se debe al esfuerzo de los Judíos por restaurar la gloria perdida. La Nueva Jerusalem es la ciudad de Dios a la que la vieja Jerusalem sólo le sirvió de figura, cuando Jesús fundó su iglesia, entonces nació la Nueva Jerusalem.