la neurosis obsesiva hoy, en el psicoanalisis frances

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Brusset Bernard. La neurosis obsesiva hoy. El psicoanálisis Francés. Zona Erógena Volumen n° 41 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 30 LA NEUROSIS OBSESIVA HOY En el Psicoanálisis Francés Bernard Brusset Desde los primeros trabajos de Freud y su comentario de «El hombre de las ratas», la neurosis obsesiva constituye un cuadro nosográfico y un modo de organización ejemplar que ilustra directamente la conflictualidad intrapsíquica así como también diversos modos de manifestación del inconsciente. Los síntomas, obsesivos (idea: e imágenes obsesionantes) y las compulsiones (ritos conjuratorios, lavados, verificaciones) son típicos de los fenómenos constrictivos («de contrainte») en la medida en que se imponen al sujeto que los reconoce como patológicos y busca en vano desembarazarse de ellos. Bajo su negatividad aparente Freud supo ver sus relaciones con el goce y con la conflictividad intrapsíquica. El conflicto se encuentra desplazado, traspuesto y cortado de sus relaciones con la intencionalidad del sujeto y los fenómenos de sentido; el sujeto los percibe como absurdos y los considera sin sentido. Freud a distinguido la neurosis obsesiva respecto de la neurosis histéricas y fobicas en relación al complejo de edipo: la regresión del acto al pensamiento localiza el conflicto en el nivel del pensamiento (el espacio en la fobia, el cuerpo en la histeria), con una suerte de regresión del pensamiento al gesto en los ritos y las verificaciones. Mediante la referencia al estadio anal del desarrollo libidinal, él ha precisado la identidad estructural entre neurosis obsesiva y carácter anal, y ha dado cuenta de la proximidad de estructura entre la melancolía. la paranoia y la perversión. El modelo psicopatológico general de la neurosis obsesiva tiene mucha coherencia puesto que permite articular el síntoma, el conflicto, en la dimensión estructural del complejo de edipo y en la dimensión genética de regresión y fijación. Este corresponde así al modelo médico clásico en cuanto vuelve inteligible las relaciones entre la semiología, la etiología y la patogenia. Los límites reencontrados por el tratamiento psicoanalítico, su larga duración. sus dificultades y fracasos han conducido a los psicoanalistas a afinar la semiología y a describir formas híbridas, compuestas, graves, planteando la cuestión del trauma infantil y de las relaciones de la neurosis obsesiva con la psicosis. Esta última cuestión conduce a hacer lugar a las concepciones de la escuela kleiniana para la cual las formaciones neuróticas obsesivas tienen valor organizador en el curso de la elaboración de la posición depresiva en la superación de la posición esquizoparanoide. Desde diversos caminos se ha llegado a insistir sobre la rareza de aquellas formas coincidentes con las neurosis obsesivas del modelo de Freud; modelo que por otra parte tampoco terminaba de convencer del todo al propio Freud. Es preciso notar el hecho de que, incluso respecto de la neurosis obsesiva en la que se da una suerte de completud, aun con el cuadro clínico más logrado y el modelo

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la neurosis obsesiva

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  • Brusset Bernard. La neurosis obsesiva hoy. El psicoanlisis Francs.Zona Ergena Volumen n 41

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    LA NEUROSIS OBSESIVA HOYEn el Psicoanlisis Francs

    Bernard Brusset

    Desde los primeros trabajos de Freud y su comentario de El hombre de las ratas, laneurosis obsesiva constituye un cuadro nosogrfico y un modo de organizacin ejemplarque ilustra directamente la conflictualidad intrapsquica as como tambin diversos modosde manifestacin del inconsciente.

    Los sntomas, obsesivos (idea: e imgenes obsesionantes) y las compulsiones (ritosconjuratorios, lavados, verificaciones) son tpicos de los fenmenos constrictivos (decontrainte) en la medida en que se imponen al sujeto que los reconoce como patolgicosy busca en vano desembarazarse de ellos.

    Bajo su negatividad aparente Freud supo ver sus relaciones con el goce y con laconflictividad intrapsquica. El conflicto se encuentra desplazado, traspuesto y cortado desus relaciones con la intencionalidad del sujeto y los fenmenos de sentido; el sujeto lospercibe como absurdos y los considera sin sentido.

    Freud a distinguido la neurosis obsesiva respecto de la neurosis histricas y fobicas enrelacin al complejo de edipo: la regresin del acto al pensamiento localiza el conflicto enel nivel del pensamiento (el espacio en la fobia, el cuerpo en la histeria), con una suertede regresin del pensamiento al gesto en los ritos y las verificaciones.

    Mediante la referencia al estadio anal del desarrollo libidinal, l ha precisado la identidadestructural entre neurosis obsesiva y carcter anal, y ha dado cuenta de la proximidad deestructura entre la melancola. la paranoia y la perversin.

    El modelo psicopatolgico general de la neurosis obsesiva tiene mucha coherencia puestoque permite articular el sntoma, el conflicto, en la dimensin estructural del complejo deedipo y en la dimensin gentica de regresin y fijacin. Este corresponde as al modelomdico clsico en cuanto vuelve inteligible las relaciones entre la semiologa, la etiologa yla patogenia.

    Los lmites reencontrados por el tratamiento psicoanaltico, su larga duracin. susdificultades y fracasos han conducido a los psicoanalistas a afinar la semiologa y adescribir formas hbridas, compuestas, graves, planteando la cuestin del trauma infantil yde las relaciones de la neurosis obsesiva con la psicosis. Esta ltima cuestin conduce ahacer lugar a las concepciones de la escuela kleiniana para la cual las formacionesneurticas obsesivas tienen valor organizador en el curso de la elaboracin de la posicindepresiva en la superacin de la posicin esquizoparanoide.Desde diversos caminos se ha llegado a insistir sobre la rareza de aquellas formascoincidentes con las neurosis obsesivas del modelo de Freud; modelo que por otra partetampoco terminaba de convencer del todo al propio Freud.

    Es preciso notar el hecho de que, incluso respecto de la neurosis obsesiva en la que seda una suerte de completud, aun con el cuadro clnico ms logrado y el modelo

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    psicopatolgico ms logrado que establecen una correlacin entre grilla nosolgica, teoray estrategia en la direccin de la cura, se hace visible su insuficiencia.

    DESPUS DE FREUD

    A propsito del caso del Hombre de las Ratas, Freud haba sealado particularmente elodio edipico reprimido hacia el padre, el cual reaparece en la transferencia, lafantasmtica sado-masoquista, la identificacin con la rata como un nio furioso quemuerde, la ambivalencia pulsional, la regresin del acto al pensamiento, el aislamiento yla anulacin retroactiva, la omnipotencia del pensamiento y el tab de tocar. Loscomentarios ulteriores de este caso clebre subrayan. principalmente, la importancia de lamadre, de la fantasmtica de la escena primitiva sado-masoquista y la homosexualidad.

    Pero la idea de la regresin anal frente al complejo de edipo (ms precisamente de laregresin estructural de la libido con la defusin pulsional y la predominancia delinvestimento destructivo por un lado, de la regresin solamente tpica del yo, del acto alpensamiento por otro lado) fue generalmente retenida como esencial y es a partir de estaque los desarrollos tericos de diversas orientaciones pueden ser ubicados y organizadosesquematicamente.

    La Psicologa del Yo (Hartman, Kris y Lowenstein) deriv hacia una perspectiva deldesarrollo. Aun cuando esta procura mantener la especificidad de la perspectivametapsicolgica. su determinismo estrecho y directo hace que an si es capaz de darcuenta de ciertos aspectos de la transferencia, desconoce otras dimensiones de la clnica.

    El acento puesto en la relacin de objeto narcisista y la ambivalencia, la homosexualidad,la clnica de la transferencia y la tcnica caracteriza los trabajos de Maurice Bouvet, decuyo valor y fecundidad dan cuenta la gran cantidad de escritos posteriores que serefieren a estos. En una primera aproximacin de los estados limtrofes con formaobsesiva l insisti acerca de la relacin entre elementos obsesivos y riesgo dedespersonalizacin. Debido a la intensidad de la relacin de ambivalencia la relacin conel objeto puede producir desorganizaciones. De all la importancia, en la conduccin de lacura, de la nocin de distancia al objeto definida como solucin de compromiso queestabiliza la relacin de objeto en la imposibilidad fundamental de la realizacin del deseoque la subtiende. Sus variaciones ponen en juego el frgil lmite de una diferenciacincomprometida pulsionales inconciliables en el juego de las proyecciones y lasintroyecciones. Al trmino de su texto sobre el yo en la neurosis obsesiva (1953 MauriceBouvet) concluye sobre la existencia de formas mixtas de perversin y de obsesin, detoxicomana y obsesin. y subraya la proximidad en ciertos casos entre la melancola y laparanoia, lo cual va en la misma direccin que sus referencias a Melanie Klein y aEduard Glover.

    La importancia de la transferencia y correlativamente de la contratransferencia, ubicadacomo referencia mayor, conduce a salir de una concepcin jerrquica y rgida de estadiossucesivos para concebir las relaciones dialcticas entre problemticas, posiciones deequilibrio relativas a la psique, dejando as un amplio espacio a las modalidadessingulares de las experiencias constitutivas de la sexualidad infantil dentro de lo quepodemos llamar la intersubjetividad deseante de los padres y los nios. Lo cual ha

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    permitido considerar mejor la cuestin moderna del objeto en sus relaciones con elnarcisismo, es decir de las funciones de los objetos en el escalonamiento de sus gradosde alteridad y de exterioridad en relacin al aparato psquico y al sujeto.

    La concepcin kleiniana de la neurosis obsesiva prolonga las consideraciones de KarlAbraham sobre la analidad primaria. El primer estadio anal en el cual la expulsin y laprdida de objeto prevalecen corresponde a la persistencia de mecanismos de la faseesquizo-paranoide: esta determina la identificacin proyectiva en la forma que DonaldMeltzer remite a la masturbacin anal, y por la cual partes del self son proyectadas en elobjeto. Estos autores ven all el origen de los fenmenos de despersonalizacin. Segn lanaturaleza y la intensidad de este mecanismo de identificacin proyectiva se distingue(cf.L.Grinber, 1967) el control obsesivo, factor de adaptacin, y el control omnipotente. Enel primer caso, de nivel neurtico, el control comporta el sobreinvestimiento del objetoexterior. Es un factor de dependencia pero tambin es garante del lazo con la realidad yde la integracin; mientras que en el segundo caso prevalece la retraccin narcisista.

    En el segundo estadio anal, que corresponde a la posicin depresiva, el aislamiento essustituido por el clivaje, las formaciones reactivas estn al servicio de los deseos dereparacin. El control de las partes del self proyectadas sobre el objeto es efectuado porlas defensas obsesivas. A partir de all, es posible comprender mejor la nocin clsica demecanismos de contencin de tipo obsesivo en el comienzo de las psicosis disociativas,en los estados limtrofes y en los trastornos de la identidad.Por el fracaso de la elaboracin constitutiva del segundo estadio anal, los mecanismos declivaje y proyeccin predominaban, de suerte que las neurosis obsesivas graves secaracterizan por la prdida de control de partes del self proyectadas en el objeto. con laalteracin del sentimiento de la realidad. reacciones de despersonalizacin. y por laregresin narcisista, la denegacin omnipotente ligada a la omnipotencia delpensamiento. y el pensamiento mgico. De lo cual resulta, como con las defensasmanacas, la liberacin respecto del superyo arcaico. los sentimientos de triunfo, dedesprecio y de control del objeto cuya alteridad es negada.

    Para Lacan la obsesin se revela en su estructura de frase, de enunciado: chantajes,ordenes, prohibiciones, formulas conjuratorias: es con el lenguaje que se despliega unavana tentativa de puesta aparte del sujeto, en tanto que este se define por la falla. el corteentre dos significantes. es decir por una relacin contradictoria con lo simblico, con elGran Otro. Este reenva al padre simblico que escapara a la castracin y que no puedeser otro que el padre muerto (descripto por Freud en "Ttem y Tab"). El deseo semantiene en la imposibilidad de su satisfaccin, de su prohibicin, en la dependenciaabsoluta al Otro, la cual implica la muerte y el rechazo de aquel.

    A partir del mismo caso del Hombre de las ratas, Lacan describi el "mito individual delneurtico" (1953) que da lugar en el edipo a las particularidades de la constelacin familiary de la historia de los padres, as como al cuarto elemento de la estructura, la muerte. Lasideas y representaciones obsesivas del hombre de las ratas repiten numerosos aspectosde la historia de los padres. sobretodo de la deuda de juego del padre no reembolsada aun amigo desconocido y nunca reencontrado, que introduce en la leyenda familiar uncuarto personaje: para la neurosis "el cuarto se reencuentra efectivamente encarnado yreintegrable en la historia del sujeto". Se encuentra all, tambin. la cuestin de la parte

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    respectiva del amor y del dinero en la eleccin conyugal: el dilema entre al mujer bellapero pobre y la mujer rica. A travs de sus sintamos el Hombre de las ratas reedita losconflictos sin solucin de la historia de sus padres: de all la cuestin, tan debatidaactualmente. de la transmisin transgeneracional.

    Jean Laplanche se ha opuesto vivamente al reduccionismo que puede resultar de laposicin antedicha: "...Es escotomizar lo esencial del Hombre de las ratas quererreencontrar all simplemente la repercusin del conflicto parental . Y precisa: "Entre elcircuito de la deuda paterna y el circuito del intercambio y la deuda en el sntoma, hay otrocircuito que es la imprescindible correa de transmisin - el engranaje necesario que da alconflicto la marca de lo pulsional: el tercer circuito, aquel de las ratas, los excrementos. loque generalmente llamamos el circuito de los objetos parciales".

    Este autor agrega que las ratas, actores del guin fantasmtico sadomasoquista,representan tambin al nio. el hombre de las ratas l mismo y el nio que l desea tener(el fantasma de embarazo del nio), pero tambin. la palabra rata se engrana con todauna serie de palabras, los pensamientos mismos: el sujeto se defiende como se lo harafrente a ellos de darse en la realidad.

    As, para Jean Laplanche, contrariamente a Lacan, la fantasmtica no podra ser reducidaa lo imaginario como opuesto a lo simblico-concebido en referencia al lenguaje y al edipoestructural y determinando lo imaginario.

    Pero para Lacan en 1953, lo esencial es la problemtica narcisista y la relacin con elpadre. En la transferencia, detrs de la figura paterna de Freud, aparece aquella de suhija con la que l espera casarse. Estos desdoblamientos, de los cuales aquel del padreimaginario y del padre simblico reenvian a aquel del sujeto consigo mismo en la relacinnarcisista especular que est ligada a la primera experiencia implcita de la muerte. AsLacan introduce en la problemtica neurtica obsesiva la relacin intersubjetiva delestado del espejo como teora del narcisismo en la cual se deja ver la fuente hegelianade la dialctica del amo y el esclavo. En esta dimensin narcisista, el sujeto viene asituarse en el lugar de la instancia omnipotente del maestro que comanda el ceremonialde los sntomas, pero cuyo poder se encuentra desafiado y cuestionado hasta lo irrisoriopor el hecho mismo de que el sentido del mismo se le escapa.

    A partir de la distincin lacaniana de la necesidad, de la demanda y del deseo, SergeLeclaire, en otra direccin, concibe el deseo del obsesivo. especialmente en su relacincon el tiempo y la muerte. en tanto que determinada por la respuesta de la madre a lademanda del nio. Por su doble expectativa que mezcla necesidad y demanda, el nioentra en el campo imaginario del deseo mediador, interrogador, exigente, en torno de sumadre. Tornada ella misma por el deseo de su nio, nueva y secretamente solicitado, ellasiente resurgir su propio deseo y su insatisfaccin particular. Estas son las condicionesgenerales, fcilmente reconocibles, a base a las cuales sobreviene el cortocircuitoevolutivo que funda la neurosis obsesiva. La madre responde mediante la manifestacinde su deseo con la esperanza de su hijo. El deseo naciente del nio, apenas salido de laexigencia de la necesidad y de la espera de la demanda se encuentra as, de golpe,separado, confirmado, y ms an, satisfecho. Leclaire agrega: "...No hay ms una parcelaque escape a la exuberancia fantasmtica del deseo ms violento, aquel que ha sido

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    prematuramente colmado . Su paciente Philon realiza, siendo nio, su deseocompartiendo aquel de su madre insatisfecha con su padre, una efusin de intensobienestar a travs de la mirada: la "segunda mirada" como si ella haba encontradoconmigo la satisfaccin que no encontraba con mi padre". De modo tal que l se consagraa la bsqueda de la referencia paterna en sus sintamos. El complejo de edipo permaneceen posicin central.

    Se puede acercar esta problemtica, puesta de relieve por Jean Laplanche, de laseduccin originaria: los significantes enigmticos, aportados por los mensajes enviadosal beb durante la satisfaccin de sus necesidades, da lugar a la formacin de objetos-fuentes que estn en el origen de la transferencia. Por all retoma entonces lainterrogacin acerca del traumatismo, pero tambin acerca del rol de la sexualidadinconsciente de la madre en la transmisin transgeneracional.

    Se puede hallar en los escritos actuales los efectos directos de los desarrollos tericosrecientes sobre la problemtica narcisista, particularmente aquella de los lmites queciertas formas clnicas vuelven ejemplar (fobias al contacto y delirios de tocar), aquella dela regresin al pensamiento mgico (ritos de conjura. anulacin retroactiva) y a laomnipotencia del pensamiento (las premoniciones), regresiones cuya naturaleza y funcindan lugar a discusiones. La experiencia psicoanaltica contempornea conduceigualmente a nuevas interrogaciones sobre la relacin de dominio y el deseo de saber, y,reconstrucciones hipotticas, usualmente complejas sobre el tipo de carencia. detraumatismo o de seduccin materna originaria y los modos de respuesta del nio en lasinterrelaciones precoces.

    PERSPECTIVAS ACTUALES

    En el movimiento contemporneo de revisin de la psicopatologa, el desmembramientode la neurosis obsesiva podr permitir reagrupamientos que estaran sobretodo dentro dela lgica de la investigacin clnica y del trabajo psicoanaltico. Estos son susceptibles dedar cuenta de la asociacin, ni constante ni exclusiva. de dimensiones psicopatolgicasde naturaleza y de estructura diferentes, y de la diversidad de articulaciones deestructuras parciales que el proceso analtico disyunciona y transforma. Se llega as adistinguir - lo cual es testimoniado por numerosas obras - problemticas transnosogrficasque amplan notablemente el campo de las construcciones metapsicolgicas y genticas,siguiendo el ejemplo de lo que hizo Freud respecto del narcisismo. el fetichismo o elmasoquismo.

    Un cierto nmero de conclusiones que son tambin nuevas perspectivas o lneas para lainvestigacin actual pueden ser provisoriamente extradas de esta evolucin:

    1- Numerosos trabajos han permitido distinguir mecanismos. de tipo obsesivo, decontencin de las psicosis (particularmente al comienzo de las psicosis disociativas) queprocuran hacer frente a la amenaza de desorganizacin y a las angustias defragmentacin, y a la existencia de un registro de funcionamiento psquico neurticoobsesivo que. en los estados limtrofes, puede coexistir de manera diversa con un ncleopsictico.

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    Estos hechos muestran el valor positivo paradojal de las formaciones obsesivas. Estassuponen la fusin pulsional, es decir la ligadura de la pulsin de muerte con lo pulsionallibidinal, la sexualidad psquica; de all su valor elaborativo de la destructividad primaria(Freud 1920 y 1924); de all el valor positivo de la relacin de objeto fantaseadasadomasoquistas en relacin a los destinos pulsionales mortferos y destructores quetienden a prevalecer en la psicosis, en ciertas adicciones y en las somatizaciones. (En lasrectocolitis ulcero-hemorrgicas, por ejemplo, la aparicin de la fantasmtica sado-masoquista es un buen pronstico). (Cf, Beno Rosemberg).

    La aparicin de las formaciones obsesivas en el curso del tratamiento psicoanalticopuede ser entonces un elemento favorable de evolucin: estas testimonian la constitucinde una neurosis de transferencia que tiene relaciones analizables con la historia infantil talcomo ella puede ser rememorada y reconstruida. La clnica de la obsesividad en el nio yel adolescente toma as un renovado inters (cf.G.Lucas).

    2- Somos llevados tambin a oponer la obsesin y la compulsin obsesiva. que dejan elconflicto en el seno del funcionamiento psquico individual, a los procesos deantipensamiento, los mecanismos de defensa con predominancia expulsiva que tienden aevitar el conflicto intrapsquico o le dan modalidades arcaicas: el clivaje, la denegacin, laidentificacin proyectiva, la idealizacin primitiva, la somatizacin, o incluso latransposicin en sistemas de exteriorizacin.

    Las diferencias entre el Hombre de las ratas y el Hombre de los Lobos son al respectoesclarecedoras, tanto en el plano de las relaciones con los objetos como en el plano delfuncionamiento psquico. Andre Green se ha ocupado de esto, en la lnea de sus trabajossobre los estados limtrofes y en referencia estrecha con las caractersticas de latransferencia, al definir lo que ha denominado como analidad primaria.

    3- En una concepcin ms general de "la contrainte" (N.del trad.: "contrainte" sgnificaliteralmente "apremio, constreimiento, forzarmiento") de la compulsin de repeticinconsiderada como caracterstica del inconsciente, la neurosis obsesiva no es sino un casoparticular. (La nueva traduccin de "Zwangsneurose" - tradicionalmente "neurosisobsesiva" - como "neurosis de contrainte" propuesta por Jean Laplanche va en esesentido pero ella est lejos de suscitar una aprobacin general y a encontrado criticasmltiples). Este punto de vista relativiza las separaciones de la psicopatologa propias dela psicopatologa clsica, para introducir el punto de vista dimensional que abordacomparativamente las diversas formas de "contrainte"(1).

    Otras formas de esta son actualmente objeto de investigacin que, procurando otrosmodelos, aportan nuevos esclarecimientos sobre la compulsin obsesiva: as ocurre conla puesta en relacin con las perversiones (J. Chasseguet-Smirgel, R.Dorey), con lasimpulsiones, las adicciones y las anorexias mentales, entre otros ejemplos.

    Piere Fedida, partiendo de la intersubjetividad en la situacin analtica, avanza la idea deun investimiento hipocondraco del pensamiento en el origen de las defensas que operanmediante el aislamiento, es decir mediante la desconexin de los afectos. Aportailustraciones clnicas que lo conducen a proponer hiptesis sobre las relaciones delpensamiento obsesivo y el cuerpo, y a sostener una interrogacin renovada sobre el

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    autoerotismo.

    Desde otro punto de vista, Michel Fain propone una construccin gentica original queabre perspectivas en cuanto a la direccin de la cura. La prematuracin del desarrollo delYo en relacin a las pulsiones - invocada por Freud en 1913 - es sealada en sus efectostraumticos cuando existe una falta de apuntalamiento de parte de los padres, y esconsiderada como determinante de un clivaje entre representaciones de palabra yrepresentaciones de cosa, suerte de defensa prematura frente a las excitaciones antes dela diferenciacin entre sexualidad y agresividad. La erotizacin de la retencin analpermitira la organizacin del masoquismo de modo tal que vuelve posible la regresinformal, y por esa va, la produccin de fantasas susceptibles de ser figurados yanalizados. As la sexualizacin del preconciente, tpico de la neurosis obsesiva,encuentra una explicacin gentica. No se trata tanto de la regresin anal frente alcomplejo de edipo como de la fobia de tocar en tanto defensa contra las excitacionestraumticas que amenazan al yo y que son factores de despersonalizacin, como M.Bouvet lo haba mostrado.

    Se ve bien el inters, pero tambin la complejidad. de estas concepciones cuyo valor ypertinencia son corroborados por la inteligibilidad que introducen en el material analtico.por lo oportuno y eficaz de las interpretaciones que estas pueden inspirar. Su diversidadlleva a preguntarse si existen formas diferentes o slo de diferentes ngulos deperspectiva. Cualquiera sea la respuesta que se d a esta pregunta desde el punto devista de la estructura, es preciso admitir que los modelos genticos propuestos hacenjugar roles muy distintos a los traumatismos y/o a las primeras inscripciones significantes.a la dimensin intrapsquica de la relacin madre-nio tal como la actualiza latransferencia.

    De una manera ms general, el ejemplo de la neurosis obsesiva muestra la organizacincompleja del conflicto psquico en la economa propia del aparato psquico individual ensus diferentes lugares. As la dimensin significativa de la relacin con el objeto. en elescalonamiento de los grados diversos de alteridad, se relaciona a la vez que se distinguede aquel de la fijacin libidinal. Este articula lo corporal y el otro, el narcisismo y laobjetalidad. el objeto parcial y el objeto total en un juego dialctico de procesos primariosy secundarios, pero el investimiento de los procesos de pensamiento tieneparticularidades de las que debe poder dar cuenta una teora psicoanaltica delpensamiento.

    Lejos de ser especulativas, estas perspectivas, adems de su inters para la investigaciny la confrontacin con las ciencias llamadas neurocognitivas, tienen unas aplicacionesdirectas en la conduccin de la cura: de all. por ejemplo, la importancia otorgadaactualmente al encuadre analtico, al interjuego de la tranferencia y la contratransferencia,y a las intervenciones que toman en cuenta el valor estructurante de la represin, y enciertos casos la funcin positiva del sntoma. Este ltimo persiste en ocasiones auncuando se han producido transformaciones estructurales del funcionamiento psquico.

    Esta ltima es una cuestin importante, especialmente cuando hoy una semiologaordenada por las metas conductistas. comportamentalistas o quimioterapeuticas, intentamantenerse en un nivel puramente emprico (validando por ejemplo las viejas

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    descripciones de Esquirol) y hace desaparecer el cuadro de neurosis de la nosografa.

    As, en todos los planos, las terapias comportamentalistas y cognitivistas, cuya meta es ladesaparicin de los sntomas mediante el refuerzo de las defensas, van en la direccininversa al tratamiento psicoanaltico. Estos van en la misma direccin de aislamiento yanulacin del obsesivo: reducir la idea obsesionante, la compulsin o el rito. Siempre de loque se trata es de hacer desaparecer los sntomas, de desafectivizarlos, dedesubjetivizarlos, de hacer de ellos un insignificante fenmeno parasitario del que hay queolvidarse, aislarlos del afecto y anularlos mediante alguna tcnica.

    Notas

    1 N.del Traductor: La palabra francesa "contrainte" carece de traduccin unvoca encastellano as como de traduccin instituida/consensuada en el vocabulario psicoanaltico.Por eso, y porque se halla en el centro de un debate actual referido a la traduccin deltrmino original freudiano "Zwangsneurose" y por aadidura tambin del trmino "zwang",todo lo cual involucra opciones que trascienden lo meramente idiomtico y que sondirectamente tericas, nos ha parecido pertinente mantener el trmino trances con lareferencia al castellano entre parntesis, con la intencin de evitar una traduccin/definicin precipitada que dara por "resuelto" una cuestin que parece preferiblepresentar. con sus dificultades, abierta a la discusin.

    Traduccin del francs: Lic. E Urribarri