la mujer en el nuevo testamento

Upload: pauloarieu

Post on 30-May-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    1/15

    La mujer en elNuevo Testamento

    Samuel Gil Soldevilla

    Editado por:

    ArtculosTrabajos Universitarios

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    2/15

    Edita

    Diseo grfico y maquetacin: Esther Amig Marset

    Aula7activa-AEGUAEBarcelona

    Tel.: +34 616 754 880E-mail: [email protected]: www.aula7activa.org

    Todos los derechos reservados. Se permite la impresin de las publicacionesde www.aula7activa.org solo para uso personal. No est autorizada lareproduccin total o parcial de esta publicacin por cualquier medio o

    procedimiento para su difusin pblica, incluidos la reprografa, eltratamiento informtico y su difusin por Internet, as como la

    distribucin de ejemplares mediante alquiler o prstamos pblicos, sin la

    autorizacin previa y por escrito de los titulares del copyright. Losarchivos informticos de las publicaciones electrnicas no pueden ser

    manipulados bajo ningn concepto.

    2009, Samuel Gil Soldevilla 2009, Aula7activa-AEGUAE, de esta edicin en espaol para todo el mundo.

    Aula7activa no se hace responsable de las opiniones expresadas en esta obra.El texto publicado expresa exclusivamente la opinin de su autor.

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    3/15

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    4/15

    Samuel Gil Soldevilla

    2

    Introduccin

    Nunca ha sido un tema sencillo hablar de mujeres, sus tareas, sus derechos, etc. A pesar detal cosa, muchos han sido, y desgraciadamente son, los que hablando desde la altiveza desu corazn se atreven a promulgar falacias que vacan de sentido la vida de estas.Trgicamente algunos se frotan las manos cuando escuchan las palabras mujer, deberes yBiblia, asociando estos conceptos a un machismo irracional sobre el que fundamentar susposiciones antibblicas, y acogindose a algunos textos que tamizados por la visinprejuiciosa del que lo lee, hacen las delicias de aquellos que postulan el carcterretrgrado de la Biblia.

    En el estudio que presentamos, proponemos realizar un anlisis atento sobre el papelde la mujer, centrndonos en el perodo neotestamentario, demostrando cmo talesposiciones retrgradas no caben en la palabra de Dios y dejando que sea ella misma la queconteste. No pretendo hacer un estudio exegtico de los textos bblicos, que sobrepasaranmis posibilidades y el objeto del artculo, ni tampoco permanecer en el simple escaln de

    describir la situacin de inferioridad femenina en tal perodo, sino recoger los datos msrelevantes que atestiguan cul es el verdadero papel de la mujer y cmo Dios encarnadoprocura restituir su imagen igualitaria respecto al hombre, la cual se haba perdido.

    Primeramente haremos un recorrido social y de contexto sobre la situacin de lamujer, detenindonos en su vnculo con su pasado cultural del Antiguo Testamento;atravesaremos su vida pblica, matrimonial y familiar destacando cmo su posicin giraentorno a la vida en la casa, inicialmente supeditada a su padre y ms tarde a su esposo;para concluir observando cmo la mujer se convierte en un ser relegado social yreligiosamente, cuyo destierro de la vida es salvado en el caso de tener un hijo.

    En el segundo apartado, sern las esperanzadoras sentencias y acciones del propioJess las que den respuesta a ese contexto en el que la mujer se desarrolla sometida, y

    entenderemos cmo esas palabras frescas nos indican el verdadero valor de la mujer,devolvindole la imagen perdida a lo largo de los siglos. Veremos cmo fueron seguidorasen su ministerio, testigos de la muerte y anunciadoras de la vida nueva.

    En el ltimo apartado, ser interesante conocer el papel que adquiere la mujer en laincipiente iglesia y cmo ejercan labores importantes dentro de esta. Revisaremos dostextos conflictivos del corpus paulino que se encuentran en 1 Corintios y 1 Timoteo.Finalizaremos con Glatas 3: 28 cuya razn de ser proclama la igualdad en Cristo de todoslos creyentes, ya sean hombres o mujeres.

    La situacin de la mujer

    Vinculada a su pasado horizonte cultural

    No podemos entender el escenario judo de la mujer del siglo I sin tener en cuenta que estese encontraba sometido a su pasado horizonte cultural desarrollado en el AntiguoTestamento. No nos atae discutir sobre la situacin de la mujer en este perodo, pero s esnecesario reconocer que la actitud que se tenga en el siglo I frente a la mujer estartotalmente vinculada a la que se tena anteriormente. En este sentido, la visin sobre elsexo femenino neotestamentario sigue sujeta a los cdigos de Israel y a sus leyes dadasprincipalmente en Levtico y Deuteronomio. No podemos olvidar que el judasmo es un

    movimiento encuadrado en el conservadurismo, a pesar de no ser uno solo, sino variaspercepciones del mismo; y que en tal movimiento son los ancianos, los saduceos y los

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    5/15

    La mujer en el Nuevo Testamento

    3

    fariseos los que dirigan al pueblo desde el Sanedrn, siendo estos estrictos observadoresde la ley escrita, la Tor; y los fariseos, adems, de la ley oral. Lo que quiero decir conesto es que hay una total dependencia de las leyes mosaicas, y la situacin femenina serdictaminada por tales, a pesar de las respuestas que el Maestro Jess imparta.1

    De esta manera, la condicin de la mujer contina quedando supeditada a su funcinmaternal y su posicin es siempre de inferioridad con respecto a los varones. Parahacernos una idea muy grfica de tal hecho, si Jos hubiera asumido la posicin con que lopresentan muchos artistas, caminando al lado del borrico que llevaba a Mara, hubiera sidoel hazmerrer de sus coetneos.2

    Tal contexto, por desdichado que parezca, era as. El orden social dominante pona alpadre sobre el hijo, al varn sobre la mujer, al rico sobre el pobre, al sano sobre elenfermo, etc.3 En contra de esto, veremos la respuesta de Jess.

    Sin vida pblica en Palestina

    En Oriente, y por tanto tambin en la cultura juda, la mujer no participaba en la vidapblica. Adems, estas deban pasar inadvertidas en pblico y las reglas de la buenaeducacin prohiban encontrarse a solas con una mujer, mirar a una mujer casada e inclusosaludarla. Ms tarde descubriremos cmo acta Jess frente a este dato concreto.

    No solo se la limitaba en cuanto a sus acciones exteriores, sino que cuando la mujersala de su casa en Jerusaln deba hacerlo con la cara cubierta con un tocado quecomprenda dos velos sobre la cabeza, una diadema sobre la frente y una malla decordones y nudos; as, no se poda ni reconocer los rasgos de su cara. La mujer que nocumpla con esta norma ofenda hasta tal punto las buenas costumbres, que su maridotena el derecho, incluso el deber, de despedirla. Se prefera que la mujer, especialmente la

    joven antes de su matrimonio, no saliese. As lo afirma Filn en uno de sus escritos: Las jvenes deben estarse en los aposentos retirados, ponindose como lmite la puerta decomunicacin, y las mujeres casadas, la puerta del patio como lmite.4

    Ante tales normas, algunos autores realizan una distincin entre las mujeres de bajorango, y las mujeres de elevado rango que estaban rodeadas de servidumbre,principalmente por razones econmicas. En este entorno, la mujer deba ayudar a sumarido en su profesin, y aqu, las normas no eran tan estrictas como en ambientes msinferiores.

    Tambin es cierto que las mujeres que desarrollaban su vida en el campo noobservaban la costumbre de velarse la cabeza como en la ciudad. Sin embargo, s que erapoco corriente que un hombre hablase con una mujer extraa.5 As, el espacio demovimiento de la mujer en Palestina se limitaba por tanto a la casa, con una orientacininterna.

    Fuera de tal paisaje se encuentra la mujer en Roma, la cual gozaba de una rica vidapblica y se halla en un espacio mucho ms libre y desinhibido. Asista a banquetes,coma, beba y rea, participaba en actividades ldicas e incluso en ciertos casos la mujer

    1 Marcos 10: 5.2 GOWER, Ralph. Usos y costumbres de los tiempos bblicos. Grand Rapids (Michigan): Editorial Portavoz,1990, p. 58.3

    PIKAZA, Xavier.Diccionario de la Biblia: Historia y Palabra. Estella: Verbo Divino, 2007, p. 678.4 JEREMAS, Joachim.Jerusaln en tiempos de Jess. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1985, p. 372.5 Juan 4: 27.

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    6/15

    Samuel Gil Soldevilla

    4

    poda divorciarse de su marido, aunque generalmente era el hombre el que solicitaba talderecho.6

    Esponsales y matrimonio: honor y vergenza

    Antes de llegar a los esponsales o posteriormente al matrimonio, la potestad del padresobre la hija era tremendamente grande. Hasta los doce aos y medio, la menor no tenaderecho a rechazar el matrimonio decidido por su padre e incluso este poda venderlacomo esclava. Pero tras esta edad, los esponsales no podan ser decididos sin su previoconsentimiento. A pesar de este avance en la autonoma femenina al pasar los doce aos ymedio, el padre era quien deba pagar la dote matrimonial, y por tanto, su decisin tenams eco que los intereses o gustos de la joven.

    Ya en el siguiente estadio, los esponsales, que precedan a la peticin en matrimonio ya la estipulacin del contrato matrimonial, significaban la adquisicin de la novia por el

    novio, conformando as un matrimonio vlido tras pasar del poder del padre al del esposo;la prometida ahora se llama esposa, y ya legalmente poda quedar viuda, ser repudiadamediante un impreso de divorcio y condenada a muerte en caso de adulterio.7

    A este respecto, en el matrimonio, la esposa quedaba integrada en el honor del esposo.Ella, a su vez, simbolizaba la vergenza de la nueva familia. Honor y vergenza son dostrminos puramente enraizados en el mundo mediterrneo judo que nos interesan en tantoen cuanto ofrecen una imagen ms clara de la situacin de la mujer. Para razonarlo, habrque entender el honor dentro de un marco puramente masculino, orientado hacia afueracon los siguientes rasgos: autoritario, sexualmente agresivo, defensor del honor familiar,inters por el prestigio y precedencia, atrevimiento y audacia. Mientras que para la mujer,el concepto ser no de honor sino de vergenza, orientado hacia adentro: no recuperado

    una vez perdido, sexualmente exclusiva, sumida a la autoridad masculina, deferencia,timidez y moderacin.8 De nuevo vemos cmo el eje femenino gira entorno a una vida enla casa.

    En la familia: la vida conyugal

    Sin dejar a un lado el parentesco, la novia no quedaba integrada en la familia del esposo,sino que permaneca la mayor parte de su vida en la periferia. Esta no espera de lcompaerismo o consuelo, normalmente, era una extraa en la casa. Adems, as comola vida en el mundo mediterrneo estaba de tal modo organizada que los hombres y las

    mujeres se movan en crculos exclusivos que podan tocarse pero nunca coincidir,tambin el matrimonio era una fase de contacto entre crculos masculinos y femeninos,donde no se esperaban ni siquiera coincidencias parciales. En este sentido, la nicaseguridad que poda recibir era la que le confera tener un hijo, y la mujer tan soloencontraba apoyo seguro en sus parientes de sangre (por ese motivo en algunas ocasionesse practicaba la endogamia y todo el proceso visto se desarrollaba dentro de la familia,confiriendo ms confianza a la joven).

    6 MAAS NUEZ, Manuel. Mujer y Sociedad en la Roma imperial del siglo I.Revista de Historia, 2003,

    vol. 16, p. 194-195.7 JEREMIAS, Joachim, 1985, p. 376.8 MALINA, Bruce J., 1995, p. 72, Figura 3.

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    7/15

    La mujer en el Nuevo Testamento

    5

    En la vida conyugal el marido tena que asegurarle alimentacin, vestido yalojamiento. Los deberes de la esposa consistan en atender primariamente a lasnecesidades de la casa: moler, lavar, cocinar, amamantar, lavarle la cara a su marido, lasmanos y los pies. Es clara la situacin de sirvienta de la mujer, la cual deba tenerobediencia total hacia su marido, llegando a ser esta obediencia un deber religioso.9 Si eneste contexto la mujer no tena hijos poda ser repudiada o sino, su marido poda tomaruna segunda mujer, y la carencia de estos era considerado como una terrible desgracia, uncastigo.

    Relegada social y religiosamente

    As vemos una unidad familiar y de parentesco muy limitada, guiada por unas normasestablecidas en funcin al honor y la vergenza de las familias, en la que la mujer gozabade exigua palabra. La figura de la mujer se ve incorporada al hombre, y nunca al revs.

    Incluso desde el punto de vista religioso, la mujer del Nuevo Testamento estabasometida a todas las prohibiciones de la Tor y a todo el rigor de la legislacin civil ypenal, comprendida hasta la pena de muerte. Las escuelas eran exclusivamente para losmuchachos y no para las jvenes. Sus derechos religiosos estaban limitados, y segn elhistoriador judo Flavio Josefo, estas solo podan entrar en el templo al atrio de losgentiles y al de las mujeres, aunque en perodo de impureza, ni siquiera eso. Talinferioridad se refleja bien en una de las oraciones diarias que rezaban y deca as:Alabado sea Dios por no haberme hecho mujer.10

    Desterrada del estudio de la Escritura, confinada a un patio especial para ellas en eltemplo y limitada en la sinagoga a escuchar. E. Bautista resume as su triste condicin:

    La mujer juda de los tiempos de Jess: sin derechos, en eterna minora de edad,

    repudiada por su marido, confinada en la casa y con muy escasas posibilidades de mantenercontactos sociales, alejada del templo en determinados das a causa de las leyes de purezaritual, y relegada en todo momento a un recinto especialmente sealado para ella en eltemplo y fuera del atrio de la casa de Israel, sin derecho a la enseanza de la ley, y por tantoincapaz de merecer; la mujer juda, pobre, pecadora y pequea, se encontraba en unasituacin que la constitua en un paradigma de marginacin.11

    Solo partiendo de este trasfondo de la poca podemos apreciar plenamente la posturade Jess ante la mujer.

    Actitud de Jess con las mujeres

    Jess va a imprimir un nuevo sentido a este contexto en el que se desarrolla su ministerio.Jess va a restaurar la imagen de la mujer que haba sido desfigurada por la dureza delcorazn de los hombres.12 Jess va a introducir pensamientos que rompen radicalmentecon la tradicin juda y con el paisaje que previamente hemos analizado. Su paso por estemundo no es el de un rabino o maestro de la Ley cualquiera, sino que desafiando a mentesprisioneras de sus propias ideas, contender con ms que palabras y acciones a unhorizonte que como vemos, brillaba por su anclada ceguera espiritual que mantena a la

    9 JEREMIAS, Joachim, 1985, p. 380.10

    Ibd., n. 151, p. 386.11 BAUTISTA, E, 1993, p. 52.12Mateo 19: 7-8.

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    8/15

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    9/15

    La mujer en el Nuevo Testamento

    7

    por parte del hombre, aunque, evidentemente, el sentido principal del dicho tenga msdirecta relacin con el adulterio del cual Jess tambin discuti en repetidas ocasiones conlos lderes judos.

    Contrariamente a las maneras rabnicas las cuales generalmente obviaban mencionar alas mujeres en sus enseanzas, Jess lo hace con continuidad y siempre en un sentidopositivo, ilustrando los principios de Su reino.

    Palabras frescas, toques restauradores

    Sin embargo Jess va mucho ms all de las enseanzas y parbolas, y se encamina a lapura pragmtica que revela la posible conjuncin entre teora y praxis. Jess se presentams que como un gran predicador, como un gran hombre que pone en prctica ymovimiento los principios que cree e imparte. De esta manera los Evangelios nos ofrecengran cantidad de momentos en los que las mismas manos que se movan en el aire

    ejemplificando las palabras frescas que salan de la boca de Jess, se transformaban enunas manos cuyo toque restaurador haca que leprosos y ricos, hombres y mujeres,fariseos y prostitutas quedasen limpios de sus pecados.

    Jess no tiene reparo en hablar en pblico e instruir a la samaritana del pozo de Juan 4:27, pese a la costumbre que al principio del artculo comentbamos de no hablar conmujeres extraas, y aadiendo que esta era samaritana e inmoral; pero Jess rehsa decumplir tales restricciones de convenios culturales, revelndole as su misin mesinica.En su conversacin Jess considera a la mujer como capaz de comprender la profundidadteolgica de los conceptos de agua viva (4: 10), el correcto lugar de adoracin (4: 21) yla espiritual naturaleza de Dios (4: 24). Es curioso que sea a una mujer a la cual Jess, enel Evangelio de Juan, se revele as mismo como el Mesas;17 adems esta misma mujer

    ms tarde hablar a todo el pueblo de ese Jess como el Mesas y muchos de aquellaciudad creyeron en l por la palabra de la mujer que daba testimonio (4: 39). Ms all sedeja tocar el manto por una mujer, que desde haca doce aos padeca de flujo de sangre, apesar de su estado de impureza continuo en Marcos 5: 25-34. Cura en el da del sbado auna mujer encorvada y la llama hija de Abraham en Lucas 13: 10-16, siendo este ttulocomnmente usado para enfatizar el valor de un hombre como miembro de unacomunidad.18 Se registra en Juan 8: 3-11 el momento en el que Jess impide que unamujer adltera sea apedreada, como exigan sus acusadores, y le dirige unas palabras dealiento y de confianza que le devuelven la vida. Jess se deja besar los pies y ungir conperfume por una mujer pecadora, con gran escndalo del fariseo que lo invit y de losdems comensales en Lucas 7: 36-50, la cual tras secar los pies del Maestro con sus

    cabellos es perdonada y salvada. Marcos 1: 29-31 nos cuenta cmo Jess cura a la suegrade Pedro y la coge por la mano. Se deja ungir la cabeza en Betania, en casa de Simn elleproso, con un perfume carsimo y defiende a la mujer que realiz aquella accin enMarcos 14: 3-9; al final del relato Jess proclama unas palabras que definen su figura ymisin: de cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo elmundo, tambin se contar lo que esta ha hecho, para memoria de ella, vinculando lamemoria de Jess con la accin de esta mujer, que aparece as como expresin ytestimonio vivo de lo que ms tarde significar la muerte y resurreccin de Cristo.19 La fede una mujer cananea que sigue a Jess hace mediante el poder de este que su hija sane,

    17

    Ibd., p. 48.18 Ibd., p. 47.19 PIKAZA, Xavier, 2007, p. 676.

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    10/15

    Samuel Gil Soldevilla

    8

    tal y como se cuenta en el episodio de Mateo 15: 21-28. Concluyendo este apartado,incluso Juan el Bautista haba predicado y bautizado a mujeres, tal y como se refleja enMateo 21: 32, preparando el camino a Jess hasta en la relacin que se deba tomarrespecto a las mujeres. Jess no se contenta con colocar a la mujer en un rango mselevado que aquel en que haba sido colocada por costumbre; en cuanto Salvador enviadoa todos, la coloca ante Dios en igualdad con el hombre.

    Es as como gran cantidad de mujeres son recibidas por Jess, que atiende susnecesidades dndoles un trato lleno de compasin y restauracin. Si puede obrar as esporque exige una actitud limpia ante la mujer, actitud que vence al deseo: de nuevo Mateo5: 28.20 Mediante sus acciones Jess pretende demostrar la igualdad a la que deben sersometidos hombres y mujeres por el simple hecho de ser hijos de Dios. Sus miradas erantan cercanas tanto para hombres como mujeres, sus palabras tan frescas tanto para unos ypara otras, y sus toques tan restauradores que no distinguan entre ellos y ellas. l lasrecibe como plenas participantes de las bendiciones del pueblo de Dios.

    Seguidoras de Jess

    Hay cuatro perodos significativos en la vida de Jess: su nacimiento, su ministerio, sumuerte en el Calvario y su resurreccin. Cuatro momentos necesarios todos ellos pararealizar la obra que desde el cielo se haba planeado; y es precisamente en estos cuatromomentos donde la Biblia se detiene y nos describe lo que suceda, qu le rodeaba, quinle acompaaba. Desde el principio hasta el fin las mujeres ocuparon un lugar importanteen estas situaciones las cuales merecen ser analizadas desde el punto de vista en el que nosencontramos.

    El Seor del universo quiso nacer de una mujer,21 Mara, virgen y madre. Esta encarna

    el ideal de mujer, pues ella dio nacimiento al prncipe de la vida.22 Elegida por Dios losigui en su ministerio, pasin y ms tarde se reuni con los discpulos y ms mujeres.23Pero lo que nos interesa es que desde su nacimiento una mujer fue la que ms contactotuvo con l, procurndole una buena y consagrada educacin, y guardando todas estascosas en su corazn;24 mientras Jess creca en sabidura, en estatura y en gracia para conDios y los hombres.

    Ya en su ministerio, el rol que algunas mujeres tomaron fue absolutamente nico.Despus de que Jess sanara a la suegra de Pedro, ella vino y los serva, tal y como diceen Mateo 8: 15. Mucho ms trascendente que este hecho, es el registrado en Marcos 15:41 donde se habla de un grupo de mujeres seguan constantemente a Jess. TambinMarta es nombrada en dos ocasiones prestando su servicio a Jess en Lucas 10: 40yJuan12: 2. El verbo griego usado en todos los ejemplos es diakon [diakone,w] que estraducido como servir o ministrar. Este verbo tiene la especial cualidad de indicar unservicio muy personal proporcionado a otro; de hecho, de ah deriva nuestra actual palabradicono. El servicio personal y dedicado que las mujeres ofrecan a Cristo inclua lapreparacin y el servir la comida, especialmente desde que el sentido original de diakonse entenda como esperar en la mesa.25 Pero ante todo esto, quizs el aspecto ms

    20 JEREMIAS, Joachim, 1985, p. 387.21 Glatas 4: 4.22LEN-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de teologa bblica. Barcelona: Herder, 1996, p. 570.23

    Lucas 1: 26-56, Juan 2: 1-5, Juan 19: 25-27, Hechos 1: 14.24 Lucas 2: 51.25 BACCHIOCCHI, Samuele, 1987, p. 50.

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    11/15

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    12/15

    Samuel Gil Soldevilla

    10

    significacin un papel en el ministerio de Cristo ahora continuaban su servicio en la vidade la comunidad.

    En los Hechos de los Apstoles se narran los comienzos de la iglesia bajo la accin delEspritu Santo. La importancia de sus relatos estriba en que los acontecimientos delprincipio son un paradigma de lo que acontece en las diversas etapas de la vida de laIglesia; por ejemplo, en el da del Pentecosts todos fueron llenos del Espritu Santo, y enel discurso de Pedro en Hechos, citando al profeta Joel, deca: derramar mi espritusobre toda carne, y vuestros hijos e hijas profetizarn y sobre mis siervos y siervas, enaquellos das derramar mi espritu, y profetizarn (Hechos 2: 17-18). Lo que aqu serefiere es vlido para toda la historia de la iglesia.

    En las reuniones de los primeros cristianos para orar, escuchar las enseanzas de losapstoles y partir el pan, las mujeres desempearon sin duda un papel importante, entreotras razones, porque las reuniones se tenan con frecuencia en casa de alguna mujer deposicin acomodada. Al ser liberado Pedro de la crcel, se dirige a la casa de Mara, lamadre de Marcos, donde se hallan reunidos los fieles en oracin.31 En el ambiente griego,

    Pablo y sus compaeros se hospedan en casa de Lidia, la vendedora de prpura, despusde haberse bautizado ella y los de su casa,32 en el que nada se nos dice ni de su maridoni de sus hijos, signo evidente de que la protagonista era Lidia. Otras veces se resaltan lasobras de caridad de una mujer, como en el caso de Tabita, rica en buenas obras ylimosnas (Hechos 9: 36-39). Se mencionan adems las cuatro hijas del dicono Felipe,que eran vrgenes y profetizaban.33 Aqu se trata de un ministerio proftico, aunque no seespecifica su contenido ni su frecuencia. Priscila y Aquila completan en feso lainstruccin cristiana de Apolo, ensendole con mayor exactitud el camino de Dios(Hechos 18: 26). Tambin aqu el nombrar a Priscila antes que a su marido indica que eraella la principal agente de esta instruccin. Lucas anota que los que crean en el Seoraumentaban ms, gran nmero de hombres y de mujeres (Hechos 5: 14); y cuando Felipe

    predica en Samaria tambin ambos, hombres y mujeres, son bautizados pese a lasrepresalias y la asolacin que algunos como Saulo procuraban a la iglesia, entrado casapor casa, arrastrando a hombres y mujeres y envindolos a la crcel. 34

    Pablo tambin eleva en Romanos 16 una larga lista de agradecimientos en la queaparecen mujeres como Febe, recomendada diaconisa de la iglesia de Cencrea que haayudado a muchos; tambin a Mara, Trifena, Trifosa, Prsida, Julia y la hermana deNereo. Todas ellas fieles seguidoras que no solo realizaban un apostolado a nivel localsino tambin misionero fuera de sus propias iglesias. Mucha de esta actividad misionerareflejada en el Nuevo Testamento se centra en Pablo y sus compaeros cercanos, algunosde ellos mujeres35 En 2 Timoteo, Pablo recuerda la fe no fingida de Loida y Eunice,abuela y madre respectivamente de Timoteo,36 a quien va dirigida la carta. Por ltimo

    tambin se cita a Claudia en la misma carta.37 Y en la carta a los Filipenses a Evodia ySntique como mujeres que combatieron juntamente con Pablo en el evangelio.38

    Diaconisas, misioneras, profetas, caritativas Estos datos del Nuevo Testamento noson muchos ni excesivamente importantes, pero manifiestan suficientemente que la mujerno estuvo ausente en los comienzos de la evangelizacin y formacin de la Iglesia. Esta

    31 Hechos 2: 42-46.32 Hechos 16: 14-15.33 Hechos 21: 8-10.34 Hechos 8: 3.35 BACCHIOCCHI, Samuele, 1987, p. 57-5936

    2 Timoteo 1: 5.37 2 Timoteo 4: 21.38 Filipenses 2.

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    13/15

    La mujer en el Nuevo Testamento

    11

    participacin supone una nueva dimensin par la mujer. As Pablo elabor una teologa dela mujer, mostrando en qu sentido se supera y se consagra la divisin de los sexos.

    1 Corintios 11: 3-13 y 1 Timoteo 2: 11-12

    Algunos autores consideran a Pablo como inconsistente, arguyendo que unas vecesexplica sus mejores pensamientos como luego veremos en Glatas 3: 28, y en otrasocasiones es su duro pasado de entrenamiento y aprendizaje rabnico el que se expresa ensus escritos como en 1 Corintios 11: 3-13 y 1 Timoteo 2: 11-12 tenemos en cuenta quehay otros textos controvertidos que seran dignos de anlisis, pero consideramos suficienteel detenernos nicamente en estos dos por su fuerte relacin con el ministerio en laiglesia.

    Ciertos autores ven el texto de Glatas 3: 28 como normativo, mientras que los otrosven como una descripcin o condicionado por el problema de su tiempo histrico.

    Si analizamos con atencin la primera carta que Pablo escribe a la iglesia de Corinto,de reciente conversin y sometida a tensiones espirituales y morales, seremos capaces dever ms all que incongruencias en Pablo. Dice as:

    3Pero quiero que sepis que Cristo es la cabeza de todo varn, yel varn es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo. Todovarn que ora o profetiza con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza.Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta,deshonra su cabeza, porque es lo mismo que si se hubiera rapado. Sila mujer no se cubre, que se corte tambin el cabello; y si le esvergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. Elvarn no debe cubrirse la cabeza, pues l es imagen y gloria de Dios;pero la mujer es gloria del varn, pues el varn no procede de la

    mujer, sino la mujer del varn; y tampoco el varn fue creado porcausa de la mujer, sino la mujer por causa del varn. Por lo cual lamujer debe tener seal de autoridadsobre su cabeza, por causa de losngeles.

    11 Pero en el Seor, ni el varn es sin la mujer ni la mujer sin elvarn, porque, as como la mujer procede del varn, tambin el varnnace de la mujer; pero todo procede de Dios. Juzgad vosotrosmismos

    1 Corintios 11: 3-13

    Pablo no duda en usar su estrategia de acomodacin, tal y como lo sugiere en elcaptulo 9: Me he hecho a los judos como judo, para ganar a los judos; a los queestn sujetos a la Ley como sujeto a la Ley, para ganar a los que estn sujetos a la Ley(1 Corintios 9: 19-23). Es importante notar cmo desde el versculo 3 hasta el 11 Pablorefleja el pensamiento judo de la poca, no el pensamiento de Dios. Debemos darnoscuenta de ese pero,pln [plh.n], que separa ese pensamiento con lo que ahora va a decir,expresando una horizontalidad en cuanto a la diferencia entre hombre y mujer, asegurandola procedencia de ambos de Dios. Adems, a Pablo no le interesan tales discusiones, nientrar en ellas; as lo reflejar en el versculo 13: juzgad vosotros mismos, y msadelante en el 16 dir: Con todo, si alguno quiere discutir, sepa que ni nosotros ni lasiglesias de Dios tenemos tal costumbre.

    El segundo texto que vamos a analizar se encuentra en la primera carta que Pablo

    escribe al pastor de la iglesia de feso, Timoteo. En esta, Pablo est preocupado por las

    Pensamientojudo de lapoca

    Pensamientoen el Seor

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    14/15

    Samuel Gil Soldevilla

    12

    falsas doctrinas y vanas palabreras que comienzan a introducirse en la iglesia,39 y reclamaa Timoteo que dirija a su iglesia con orden, organizacin y administracin: La mujeraprenda en silencio, con toda sujecin. No permito a la mujer ensear, ni ejercer dominiosobre el hombre, sino estar en silencio (1 Timoteo 2: 11-12).

    Recordando que un texto sacado de su contexto es un pretexto, hemos de entender, ycreo que lo hemos hecho a lo largo de este ensayo, la posicin que tena la mujer en talsociedad. Desarrollado en un marco cultural donde esta no tena derecho a la enseanza,no conoca la escritura, Pablo s introduce a la mujer en este crculo de aprendizaje, lamujer aprenda; pero no podemos pretender que alguien recin llegado a taleslecturas e instrucciones teolgicas y religiosas procure ensear, sino que entiendo quePablo considere oportuno dar tal consejo. Antes de ser maestro, hay que ser alumno. Trasadquirir conocimiento no se dice que no pudiesen impartirlo, de hecho ya hemos visto ycomentado varios momentos en los que mujeres realizan tareas como la instruccin oprofetizan hablando movidas por el Espritu Santo.

    Algunos autores afirman la existencia de rebeliones femeninas en tal iglesia agitada

    por falsas doctrinas que incluso ellas impartan, desviando as la aprobacin de Dios. Estasrevueltas incluso se dirigieron contra los hombres rompiendo as con la horizontalidadentre hombre y mujer.

    Por otra parte, es un error recurrir solo a ciertos versculos a travs de los cualesinterpretar el resto de la Palabra, como se hace con frecuencia, en vez de recurrir a toda lainformacin que corporativamente nos ofrecen las Escrituras.

    Glatas 3: 28

    Escribe Pablo a la iglesia de Galacia y responde a judaizantes que pretendan perpetuar la

    vigencia de normas que en Cristo haban quedado superadas: porque todos sois hijosde Dios por la fe en Cristo Jess, pues todos los que habis sido bautizados en Cristo, deCristo estis revestidos. Ya no hay judo ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombreni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jess. (Glatas 3: 26-28).

    Sentencia lapidaria que arremete contra muchos prejuicios sociales y estamentales, yque muestra el estado de iguales ante los ojos del Dios viviente. Pablo enfatiza que en elbautismo en Cristo un nuevo sistema de valores comienza, en el cual ni las religiones(judo/griego), ni las escalas sociales (esclavo/libre) y ni la sexualidad (hombre/mujer)toman parte de la nueva criatura que se es en Cristo, siendo todos herederos segn lapromesa.

    La nocin de llegar a ser una persona en Cristo est posiblemente en referencia a la

    creacin original de la humanidad en la imagen de Dios. En otras palabras, como no habadistincin de estatus entre hombre y mujer en la creacin original de Dios porque ambosfueron creados a la misma imagen de Dios, tampoco en la redencin de Dios porqueambos son recreados en la imagen de Cristo.

    Esta interpretacin se sostiene en textos paralelos como el de Colosenses, en el cualPablo dice: revestidos de una nueva naturaleza. Conforme a la imagen del que lo cre,se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judo, circuncisinni incircuncisin, brbaro ni extranjero, esclavo ni libre, sino que Cristo es el todo y entodos (Colosenses 3: 9-11). Tambin 1 Corintios 12: 12-13 lo apoya. As, Pablo aseguraque todos los cristianos comparten igualmente la restauracin de la imagen de Dios atravs de Cristo, a pesar de la nacionalidad, religin u orden social. Esto significa que el

    39 1 Timoteo 1: 3-7.

  • 8/9/2019 La mujer en el Nuevo Testamento

    15/15

    La mujer en el Nuevo Testamento

    13

    orden de la redencin no puede abolir el orden de la creacin. Al contrario, la redencinpretende restaurar el orden de la creacin en la vida humana, esto es, la individualidad delhombre y la mujer con Dios entre ellos.40 Siendo tal restauracin un punto importante, esteapartado debera ser el eje sobre el cual mover el resto de la maquinaria para poderentender los textos. Solo con la mirada de Cristo podemos comprender el valor real de loque somos, y ya hemos visto que su mirada es igual de amante con unos que con otros.Posiblemente sea esa mirada la que nos falta a la hora de leer su palabra.

    Conclusin

    Jess no ha creado una escuela elitista, sino un movimiento de humanidad mesinica,dirigido por igual a mujeres y varones. Jess no quiere remendar el viejo manto israelita,ni echar su vino en odres gastados, sino ofrecer un mensaje universal de nuevonacimiento. No distingue a varones de mujeres, sino que acoge por igual a todos,

    ofrecindoles la misma palabra personal del Reino y la misma tarea de servicio a favor delos dems.Poco ms podemos decir. Concluyo con la esperanza de que la prxima vez que

    escuchemos las palabras mujer, deberes y Biblia sea una sonrisa la que aparezca ennuestro rostro teniendo por seguro que estos conceptos se fundamentan sobre la mayorverdad bblica, el amor; que Jess trat con ellas como a iguales, y mucho ms, con unmayor cuidado en un contexto tan necesitado oscurecido por el infortunio de nacer mujer;que miremos como Cristo mir y entendamos con su ejemplo cmo nosotros debemosactuar.

    Bibliografa

    BACCHIOCCHI, Samuele. Women in the Church: A Biblical Study on the Role of Womenin the Church. Michigan: Biblical Perspectives, 1987, p. 44-97, 92-97.

    GOWER, Ralph. Usos y costumbres de los tiempos bblicos. Michigan: EditorialPortavoz, 1990, p. 57-60.

    JEREMIAS, Joachim. Jerusaln en tiempos de Jess. Madrid: Ediciones Cristiandad,1985, p. 371-389.

    LON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de teologa bblica. Barcelona: Herder S.A., 1996,p. 568-571.

    MAAS NUEZ, Manuel. Mujer y Sociedad en la Roma imperial del siglo I. Revista deHistoria, 2003, vol. 16, p. 191-198.

    MOLINA, Bruce J.El Mundo del Nuevo Testamento: Perspectiva desde la AntropologaCultural. Estella (Navarra): Verbo Divino, 1995, p. 13-80, 145-180.

    PIKAZA, Xavier.Diccionario de la Biblia: Historia y Palabra. Estella (Navarra): VerboDivino, 2007, p. 675-689.

    TEPEDINO, Ana Mara. Las discpulas de Jess. Madrid: Narcea S.A. de Ediciones,1990, p. 121-146.

    TUNC, Suzanne. Tambin las mujeres seguan a Jess. Maliao (Cantabria): Sal Terrae,1999, p. 9-24.

    40 BACCHIOCCHI, Samuele, 1987, p. 95