la monarquia en israel - andrea hojman

8
20/03/14 11:07 Revista Vida Pastoral - SAN PABLO Página 1 de 8 http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763 Revista Vida Pastoral - Año LIII - Nº 320 - 2013 Comentario bíblico Andrea Hojman La monarquía en IsraelUna lectura desde la antropologíaDesde los aportes de la antropóloga Mary Douglas, la autora nos propone una lectura de la monarquía en Israel tal como se nos presenta en la historia deuteronomística. Introducción Los ingentes esfuerzos de las instituciones para conseguir legitimidad y hacerla perdurar son el signo más evidente de su carácter construido. La fijeza y selectividad de su aparato cognitivo, una muestra de su contingencia. Pero, ¿cómo es que un sistema que bien podría ser diferente se presenta como necesario y puede llegar a ser evaluado como tal por sus miembros? ¿Cuáles son los motivos por los que unos individuos libres y racionales adhieren a las instituciones, delegan en ellas sus decisiones más críticas, amoldan sus razonamientos a las categorías presentadas como válidas por estas frágiles organizaciones e, incluso, algunos llegan a dar la vida por ellas? La antropóloga británica Mary Douglas indaga en estas problemáticas de modo original y penetrante. Sus aportes pueden ayudar a abordar, desde un ángulo sugestivo, un conjunto de instituciones del antiguo Israel tal como aparecen plasmadas en los escritos del Antiguo Testamento. Respecto de la obra de Douglas me concentraré en Cómo piensan las instituciones (Madrid 1996). En lo que concierne a la Biblia, selecciono una institución (la monarquía) y un corpus (la llamada “Historia Deuteronomística”). Tratándose de un abordaje antropológico a textos antiguos se hace necesario explicitar algunas limitaciones estructurales. En primer lugar, que no tenemos acceso a la sociedad productora de estos textos y, por tanto, sólo contamos con un conocimiento mediado en exclusiva por una obra literaria. En segundo lugar, estos textos expresan una concepción de la historia que difiere de las modernas expectativas científicas. Por tanto, cuando hablemos en adelante de “historia” no nos referiremos a una indagación moderna en eventos del pasado a partir de documentación empírica. Dicho de otro modo, “historia” tendrá el sentido del vocablo inglés story y no el de history, es decir, de un relato construido, creído e interpretativo sobre los personajes y acontecimientos fundacionales del grupo. Así, es necesario tener en cuenta desde el inicio que los relatos dicen más de las situaciones de composición que de los eventos que pretenden narrar. Una tercera limitación consiste en que no conocemos las creencias, aspiraciones, itinerarios, moralidades o reacciones individuales. Lo que tenemos es la versión de un grupo y una versión oficial. Esto hace que algunos desarrollos teóricos de Douglas no puedan confrontarse con el testimonio bíblico. Consideraciones preliminares sobre los dos corpus Acerca de Cómo piensan las instituciones

Upload: sergioraul

Post on 08-Sep-2015

216 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

la monarquia

TRANSCRIPT

  • 20/03/14 11:07Revista Vida Pastoral - SAN PABLO

    Pgina 1 de 8http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763

    Revista Vida Pastoral - Ao LIII - N 320 - 2013

    Comentario bblico

    AndreaHojman

    La monarqua en IsraelUna lectura desde la antropologaDesde los aportes de laantroploga Mary Douglas, la autora nos propone una lectura de la monarqua en Israeltal como se nos presenta en la historia deuteronomstica.Introduccin Los ingentes esfuerzos de las instituciones para conseguir legitimidad y hacerlaperdurar son el signo ms evidente de su carcter construido. La fijeza y selectividadde su aparato cognitivo, una muestra de su contingencia. Pero, cmo es que unsistema que bien podra ser diferente se presenta como necesario y puede llegar a serevaluado como tal por sus miembros? Cules son los motivos por los que unosindividuos libres y racionales adhieren a las instituciones, delegan en ellas susdecisiones ms crticas, amoldan sus razonamientos a las categoras presentadas comovlidas por estas frgiles organizaciones e, incluso, algunos llegan a dar la vida porellas?La antroploga britnica Mary Douglas indaga en estas problemticas de modooriginal y penetrante. Sus aportes pueden ayudar a abordar, desde un ngulo sugestivo,un conjunto de instituciones del antiguo Israel tal como aparecen plasmadas en losescritos del Antiguo Testamento. Respecto de la obra de Douglas me concentrar enCmo piensan las instituciones (Madrid 1996). En lo que concierne a la Biblia,selecciono una institucin (la monarqua) y un corpus (la llamada HistoriaDeuteronomstica).Tratndose de un abordaje antropolgico a textos antiguos se hace necesario explicitaralgunas limitaciones estructurales. En primer lugar, que no tenemos acceso a lasociedad productora de estos textos y, por tanto, slo contamos con un conocimientomediado en exclusiva por una obra literaria. En segundo lugar, estos textos expresanuna concepcin de la historia que difiere de las modernas expectativas cientficas. Portanto, cuando hablemos en adelante de historia no nos referiremos a una indagacinmoderna en eventos del pasado a partir de documentacin emprica. Dicho de otromodo, historia tendr el sentido del vocablo ingls story y no el de history, es decir,de un relato construido, credo e interpretativo sobre los personajes y acontecimientosfundacionales del grupo. As, es necesario tener en cuenta desde el inicio que losrelatos dicen ms de las situaciones de composicin que de los eventos que pretendennarrar. Una tercera limitacin consiste en que no conocemos las creencias,aspiraciones, itinerarios, moralidades o reacciones individuales. Lo que tenemos es laversin de un grupo y una versin oficial. Esto hace que algunos desarrollos tericosde Douglas no puedan confrontarse con el testimonio bblico.Consideraciones preliminares sobre los dos corpusAcerca de Cmo piensan las instituciones

  • 20/03/14 11:07Revista Vida Pastoral - SAN PABLO

    Pgina 2 de 8http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763

    La obra es una recopilacin de seis conferencias que la antroploga britnica dictdurante el ciclo Frank W. Abrams en la Universidad de Syracuse, en marzo de 1985.Uno de sus objetivos tericos fundamentales es la recuperacin del pensamiento deDurkheim, desde una perspectiva ortodoxa, en franca distancia de la inconstanciadurkheiminiana de Lvi-Strauss. El supuesto central de que son las instituciones lasque crean y organizan el pensamiento, clasificaciones y moralidades de los individuosconstituye su anclaje principal en Durkheim. El socilogo francs, en su bsqueda derespuestas a la cuestin del origen del lazo social, pona las categoras de pensamientoen relacin con las estructuras sociales que las sustentan y son sustentadas por ellas.La cuestin central para Mary Douglas es indagar en el rol de la cognicin en el lazosocial. Si Durkheim se desplazaba desde el lazo social a las categoras de pensamiento,el movimiento de ideas de Douglas ser el inverso. Dicho de otro modo, partiendo decmo piensan las instituciones se propone indagar en cmo se conforma el lazo social.Durkheim haba sido recibido con hostilidad en algunos ambientes de las cienciassociales, particularmente en razn de una mala comprensin de su concepto deconciencia colectiva. Se interpretaba que el socilogo francs hablaba de una mentenica, un sistema cognitivo suprapersonal con realidad ontolgica que, en definitiva,manejara a los individuos al modo de un totalitarismo indestructible y eficaz. Pero laindignacin que produce esta idea, tpica de las aspiraciones del individuo soberano explica Douglas, lejos de erradicar la idea durkheimiana, es en s misma sudemostracin, porque patentiza de algn modo la existencia de otra jerarqua queinfluye en las personas para que reaccionen de tal o cual forma.Para revalorizar el pensamiento de Durkheim, Douglas encuentra apoyo en LudwikFleck, mdico, bilogo e historiador de la ciencia. Ve en l planteos convergentes conlos de Durkheim, dado que ambos abordaban la cuestin de la solidaridad y lacooperacin en clave de cognicin social. Es decir, el lazo social es posible slo si losindividuos comparten categoras de pensamiento. Pero, al mismo tiempo, Douglasencuentra en Fleck un avance respecto de Durkheim. Mientras el ltimo hablaba de ungrupo social que posee una conciencia colectiva, Fleck dir que se trata de uncolectivo de pensamiento que comparte estilos de pensar. Tales estilos,permaneciendo ocultos, establecen lo pensable, lo verdadero, lo posible. Este enfoquees extendido por el autor a todo tipo de sociedad, no limitndolo a las que funcionanpor solidaridad mecnica. El lazo social existe porque los que se reivindican comomiembros de un colectivo comparten modos de pensar en los que se interpelanmutuamente. No todos los individuos piensan igual, pero los trminos y formas lgicasque utilizan son comprendidos y compartidos por todos.Las ideas de ambos pensadores fueron cuestionadas desde dos vertientes. Por un lado,por algunos autores funcionalistas, que los acusaron de omitir pasos necesarios. Por elotro, por los adscriptos a la teora de la eleccin racional, segn la cual el hombre es,ante todo, un individuo que sopesa y decide soberanamente segn sus propios balancesde costo-beneficio y acta en consecuencia.Asumiendo y buscando superar ambas crticas, Mary Douglas enfatizar el papel quedesempea la cognicin en la constitucin del lazo social. Esto le permitir unarespuesta novedosa a la cuestin de la estabilidad de las instituciones. Acerca de la Historia Deuteronomstica

  • 20/03/14 11:07Revista Vida Pastoral - SAN PABLO

    Pgina 3 de 8http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763

    Las temticas en torno al origen y la consolidacin de la monarqua en Israelconstituyen un campo de cuestiones apto para poner en relacin con los aportestericos de Mary Douglas. Nos acercaremos a este campo exclusivamente desde el testimonio recogido en lostextos bblicos conocidos como la Historia Deuteronomstica. Se trata de una grancantidad de material literario recogido en los libros de Josu, Jueces, Samuel Reyes.Estos libros contienen, sobre todo, material narrativo, y tienen al libro delDeuteronomio como su base teolgico-legal a partir de la cual se narra e interpreta lahistoria. Es decir, todo aquello que en el Deuteronomio aparece como legislacinsacralizada (lo que el pueblo de Israel debe hacer segn la voluntad de Dios encarnadaen la Ley de Moiss), se ver confrontado con el curso de una historia que va desde laconquista de la tierra hasta su prdida a manos del imperio babilnico. En los avataresde la historia se ver si el pueblo y sus reyes fueron o no fieles a la ley delDeuteronomio.El extenso corpus de la historia deuteronomstica ha sido escrito en etapas sucesivas decomposicin. Un considerable nmero de investigadores actuales habla, al menos, dedos o tres estratos diferentes. Aun a riesgo de ser algo esquemticos, podemos presentar el siguiente proceso decomposicin. La primera gran etapa se ubicara, aun recogiendo materiales msantiguos, durante el reinado de Josas en Jud (640-609 AC), una poca de relativa paz.La decadencia del Imperio Asirio en el Medio Oriente Prximo dejaba a los reinospequeos, cuya suerte estaba siempre a merced de los vaivenes de la polticainternacional como era el caso de Jud, cierta tranquilidad para poder mirar haciaadentro. En Jud, esto se traduce en una serie de reformas polticas y religiosas queJosas llevar a cabo y que incluyen la redaccin de una historia. En los relatos de esteperodo el tono es optimista y netamente promonrquico. Ms aun, este primer estratopuede considerarse una literatura de propaganda, cuyo objetivo principal no parece serotro que la legitimacin de la dinasta davdica, de la cual Josas era el representante deturno.El segundo gran hito sera el exilio de las clases influyentes (el rey y su corte, lossacerdotes, escribas, artesanos, comerciantes) ocasionado por la emergencia delimperio babilnico, la invasin y sitio a Jerusaln, y la destruccin de su Templo(587/6 AC). Durante un perodo crtico de exilio (586-538 AC), donde se derrumbanlas instituciones forjadoras y sustentadoras de las certezas fundamentales del grupo (laMonarqua, el Templo, la Tierra), se genera una literatura marcada por el pesimismo yla revisin. Si el Dios de Babilonia, Marduk, haba sido ms fuerte que el de Israel,YHWH, esto generaba una crisis profunda que mereca nuevas interpretaciones yrelecturas de la historia. As es como, sobre la historia ya escrita en la primera etapa seda forma a otro estrato literario que ampla, revisa y modifica el anterior, introduciendoimgenes y valoraciones negativas de la monarqua.El tercer momento comprende nuevas modificaciones a cargo de grupos de retornadosdel exilio y de los instalados en una situacin de dispora. Entre las transformacionesms destacadas est el relato de una incipiente restitucin del poder real al exiliado reyJoaqun quien, luego de haber sido humillado, es nuevamente revestido de la dignidadreal y sentado a la mesa del emperador (ver II Re 25,27-30). Corresponde a esteperodo el resurgimiento de la expectativa mesinica y, sobre todo, la escatologizacin

  • 20/03/14 11:07Revista Vida Pastoral - SAN PABLO

    Pgina 4 de 8http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763

    de la figura del rey-mesas.En esta breve presentacin puede ya advertirse la propuesta de discutir los aportes deMary Douglas en el marco de una literatura compleja en la que, segn las tendenciasideolgicas dominantes en cada perodo de composicin, podremos apreciar estrategiasdiversas y a veces contrastantes de construccin y legitimacin del pensamientoinstitucional.Legitimacin por analogasUna institucin es, segn Douglas, una agrupacin social legitimada (Douglas,Cmo piensan las instituciones, 75). El carcter frgil, contingente y convencional detoda institucin requiere, para sustentarse, de legitimacin. Para adquirirla necesitaelaborar una serie de analogas que fundamenten su necesidad y bondad, sea en lanaturaleza, en la razn o en el orden sobrenatural. Cuando Douglas habla de analogasse refiere, no a una simple comparacin, sino a una relacin formal entre dosconjuntos, uno social y otro del mundo fsico o sobrenatural. Dichas analogas sonrecurrentes (se aplican de modo persistente) y tienden a universalizarse (se aplican adiversos conjuntos de relaciones sociales). El resultado es mltiple: por un lado, senaturalizan las clasificaciones sociales y la propia institucin, al punto de parecernecesarias, no urdidas por los hombres y tan antiguas como el mundo; por el otro, lainstitucin otorga a los individuos un complejo de clasificaciones, operaciones lgicasy metforas, de modo que terminan dependiendo de ellas sin advertirlo. Fiel al planteodurkheimiano, Douglas sostiene que este proceso cognitivo est en la base del ordensocial.Este aspecto de la lgica institucional puede observarse en la historia deuteronomstica.De hecho, la monarqua no lleg a imponerse sin conflictos. Los textos dejan ver unaserie de debates entre distintos grupos contemporneos y a lo largo de las distintasetapas de composicin; una verdadera lucha hermenutica en la que los grupos pugnan,ya por su imposicin y estabilizacin, ya por su destierro de la vida poltica de Israel.As pues, la monarqua en Israel tambin fue una institucin sumamente frgil einnecesaria, que lleg a presentarse como necesaria, legtima y, aun ms, sagrada.Contraintuitivamente, las imgenes reales aplicadas a Dios no sirven, en la literaturadeuteronomstica, para legitimar la monarqua. Al contrario, cuando se hable de Dioscomo Rey ser para subrayar la unicidad de su poder sobre el pueblo y la ilegitimidadde nombrar un rey humano. La existencia de un rey humano equivaldra a suplantar lanica monarqua de Dios sobre Israel (ver Jue 8,23). Estas ideas, como es lgico,aparecen en el segundo estrato de composicin, cuando las crticas al sistema dinsticoya colapsado frente al poder babilnico hacen que se interprete el pedido de un reycomo el gran pecado original del pueblo (ver 1 Sam 12,17b-18).Cuando se trate de sustentar la monarqua, en cambio, la analoga ms aplicada ser lade la paternidad humana. En realidad, se trata de una cadena de analogas queinvolucran a Dios, al rey y al pueblo. Como un padre ama incondicionalmente a su hijoy se ocupa de l ofrecindole todo lo necesario para su sustento, as Dios es un padrepara el rey David y para su dinasta. Dios es quien lo mantiene y mantendrperpetuamente en el trono. Lo sustenta con lo necesario: territorios, ejrcitos, riquezas.Si el rey llegase a desobedecerlo, Dios lo corregira, pero nunca apartara su amor de l(ver II Sam 7,12b-16). A la vez, el rey es y debe comportarse como el padre del

  • 20/03/14 11:07Revista Vida Pastoral - SAN PABLO

    Pgina 5 de 8http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763

    pueblo, velando por su sustento. Una insistencia especial en la cuestin cltica, propiade esta literatura, conlleva que los dos grandes mandatos para el rey y el pueblo sean elrespeto por la unidad-unicidad de Dios (contra toda forma de idolatra) y lacentralizacin del culto en el Templo de Jerusaln. As pues, velar por el sustento delpueblo no implica, en esta teologa, cuestiones relativas a la justicia social, sino alcumplimiento de estos dos mandatos religiosos.Un segundo recurso para la estabilizacin de la monarqua ser la creacin de untringulo autosustentado. Sus vrtices son: el rey, Dios y el Templo de Jerusaln. Cadauno de ellos mantiene a los otros y es mantenido por ellos. La razn formal en la quese basa la analoga es el concepto de unidad-unicidad. As como Dios es Uno y nico,el Templo debe ser uno y nico (ubicado en la ciudad elegida por Dios, Jerusaln). Enese nico lugar, Aquel que tiene su morada en los cielos, se hace cercano a su pueblo.De modo anlogo, debe haber un solo jefe poltico-religioso del pueblo y una sola lneahereditaria de la dinasta, con la que el Dios Uno ha hecho una alianza perpetua: Davidy sus descendientes. Este tringulo se legitima, a su vez, en el completo aparatocognitivo-hermenutico de la historia deuteronomstica.Definicin de lo idntico y lo distintoLas instituciones establecen un sistema de clasificaciones en el que se renen ciertosobjetos heterogneos, otorgndoles la cualidad de idnticos. En la misma operacin, sedistinguen otros que quedan excluidos del conjunto. La identidad y la diferencia no soncualidades inherentes a las cosas ni radican en la capacidad de la mente humana parareconocerlas, sino que son clasificaciones fundadas y fijadas por las instituciones. Unavez establecidas, estas clasificaciones se revisten de una autoridad basada en unapretendida evidencia. Elementos hasta ahora lbiles, voltiles y huidizos adquieren unacondicin de fijeza y empiezan a pertenecer, de modo claro y distinto, a un colectivo.As, las cosas idnticas comienzan a verse como evidentemente idnticas; lasdistintas como claramente distintas. Esta operacin tiene su asidero en la capacidadde las instituciones para organizar y componer las relaciones entre los miembros de uncierto mundo de pensamiento en torno a un estilo de pensamiento (ver Douglas,Cmo piensan las instituciones, 90-91).La correlacin de los conjuntos polarizados de lo idntico y de lo distinto con lasanalogas anteriormente descriptas resulta en una organizacin social de grupos, a losque las instituciones dotan de contenido moral y poltico. De este modo, lasclasificaciones justifican y fosilizan roles, exigencias, expectativas y jerarquas en eltejido social.Lo idntico y lo distinto, en la interpretacin deuteronomstica de la monarqua, sedefinen del siguiente modo: en el primer conjunto se ubican los reyes sucesores deDavid, es decir, los del Reino del Sur o Jud; en el segundo, los reyes del Norte oIsrael. Los vrtices del tringulo antes mencionados son criterios decisivos a la hora dela marcacin de los lmites entre lo idntico y lo distinto. En el Reino de Jud siemprese mantuvo la lnea de sucesin dinstica de David. En el Norte, en cambio,sublevaciones, traiciones y regicidios fueron la constante. Los juicios que emite elnarrador de la historia deuteronomstica respecto de los reyes son claros yconsecuentes con las clasificaciones establecidas. De un total de veinte monarcas, seemite un juicio positivo sobre ocho, negativo sobre diez y de los dos restantes no seexpresa un juicio claro. Dentro del grupo de los idnticos se admite gradacin en el

  • 20/03/14 11:07Revista Vida Pastoral - SAN PABLO

    Pgina 6 de 8http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763

    bien y el mal: el modelo ideal es David, al comienzo de la cadena de sucesin, yEzequas y Josas, hacia el final; en el extremo opuesto se ubica a Manass, a quien seatribuye la causa de la catstrofe del exilio, por no haber seguido los ejemplos deDavid. Los reyes del Norte, los distintos, son malvados por definicin. El primero de ellos,Jerobom, fue quien se sublev contra Salomn, ocasionando el cisma de origen, quedividi la monarqua en dos reinos. Consecuentemente y para evitar que todo el poderpoltico se centralizara en Jerusaln, estableci santuarios en el Norte (Betel y Dan),por tanto, fuera de Jerusaln. A partir de l, se inaugur una lnea dinstica que en todose apart de los designios de YHWH y ador a otros Dioses. El fin del Reino del Norteen manos de Asiria no se explica por la grandeza y podero del Imperio o por lainhabilidad militar, poltica o diplomtica de Israel, sino que se justifica teolgicamenteen el pecado acumulado de los reyes (ver II Re 17, 5-18).Una memoria selectivaLas instituciones son expertas en crear relatos sobre su propia historia. Las analogasles brindan un arraigo que les posibilita trazar sus narrativas desde los orgenes mticoshasta un destino de grandeza. El amplio arco temporal que pretenden llenar con susexistencias se yergue como prueba contundente de su legitimidad. Pero su memoria esselectiva, es decir, existen zonas que simplemente olvidan o desdibujan en un borrosorecuerdo, mientras que a otras las recuerdan con sumo detalle y precisin. Para esto,las instituciones desarrollan estrategias que regulan la curiosidad de los individuos, demodo que sta se dirija slo a aquellas zonas sobre las que se puede y convienepreguntar. Para los individuos, esta regulacin institucional de la memoria produce unahorro notable de energa cognitiva. Por otra parte, la narrativa histrica permite insertar todo aquello que amenace laperdurabilidad de la institucin en un relato armnico. Tanto las crisis de su pasado opresente, como los grupos que mantienen una dbil solidaridad con ella, se integran enla lgica del relato donde adquieren un lugar significativo. De este modo, se evita quedespierten sospechas sobre la legitimidad institucional.La seleccin de los objetos de la memoria colectiva tiene como parmetro el sentir deltiempo. La eleccin de algunos hitos y personajes, y el desecho de otros, suordenamiento, la lgica y direccionalidad de la narracin, sus nfasis y dilucionestienen que ver ms con el presente de la institucin que con su pasado. Observarlos esindagar en los mecanismos por los que las instituciones influyen sobre el orden social,haciendo recordar y olvidar acontecimientos, otorgando autoridad a ciertosprocedimientos lgicos y desacreditando otros, destacando comportamientos loables ysealando cules requieren castigo o purificacin.La narrativa histrica deuteronomstica sobre la monarqua comienza con un relatomtico que utiliza un motivo literario repetido: el del pastor convertido en rey casiinadvertidamente. En el caso de Sal, quien inaugura la monarqua, se trata de unjoven pastor que va en busca de unas asnas perdidas de su rebao y terminaencontrndose, repentinamente, con el profeta Samuel que lo unge rey de Israel.Posteriormente, por incumplir un mandato cultual en un mnimo detalle es rechazadopor Dios. El segundo rey, David, es el ms joven de ocho hermanos que pastorea susovejas en el campo, cuando el profeta Samuel llega a la casa de su padre a fin de ungir,

  • 20/03/14 11:07Revista Vida Pastoral - SAN PABLO

    Pgina 7 de 8http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763

    entre sus hijos, al nuevo rey elegido por Dios. Nadie en la escena, excepto Dios, sabequin es el elegido. Todos los hermanos pasan delante del profeta, quien pondera encada uno aptitudes para la tarea. Sin embargo, Dios no seala a ninguno de ellos.Sorprendido, el profeta pregunta si no queda nadie ms. Slo all, el padre cae en lacuenta de la ausencia de su hijo menor. Lo llaman y David es ungido delante de todossus hermanos. As pues, los relatos originarios de la monarqua se encargan desubrayar tanto la ignorancia de los personajes humanos como la eleccin anticipada,gratuita y exclusivamente divina. Los motivos por los cuales Sal es rechazado por haber desobedecido un mandatorealmente irrelevante (ver Sam 13, 13-14), mientras David es elegido y confirmado enel trono aun con grandes desobediencias en su haber (ver II Sam 11; I Sam 18,3; 20,14;23,17; I Sam 27), nos lleva a la cuestin de la memoria selectiva. El primer motivo es,con certeza, que los autores y compositores de esta tradicin estn ligados a la dinastadavdica. El segundo, que han desarrollado una mayor preocupacin por las cuestioneslitrgicas que por las polticas o morales, y dirigen la atencin de los lectores en esamisma lnea. Por ltimo, en tanto prototipo de la dinasta legtima, David, pudocometer pecados, pero el menor atisbo de arrepentimiento sirve para convencer de suradical bondad (ver Sam 12,1-15).El diseo excesivamente esquemtico con que la literatura deuteronomsticareconstruye el itinerario de la monarqua es testimonio elocuente de la memoriaselectiva institucional. En efecto, se desarrolla en un camino de progresivo deterioroque, desde un inicio ideal se desenvuelve en creciente decadencia hasta concluir en lacatstrofe del exilio. La aparicin de profetas que denuncian el comportamiento de losreyes va en aumento a medida que avanza la historia. Se crea, de este modo, la ilusinde que una vez el sistema monrquico existi sin grietas ni perforaciones. A ese idealse pretende volver.Sobre este esquematismo bsico, aparecen algunos exponentes que no tienen nada queenvidiarle a David (Ezequas y Josas) como otros ejemplos que expresan la francadecadencia de la monarqua. Tanto los reyes buenos como los malos demuestran,cada uno a su modo, la bondad del sistema. La obediencia de unos y la infidelidad deotros, como por contrapunto, sostiene la misma base de legitimidad.

    Una ulterior estrategia sumamente eficaz que utiliz la memoria selectiva fue la deoperar un acercamiento de dos lneas teolgicas hasta el momento independientes: lateologa de la Ley de Moiss y la de la dinasta davdica. Si permanecanindependientes, corran el riesgo de atentar una contra la otra. En la primera de ellas, laobediencia a la Ley era la nica condicin necesaria para vivir en absoluta dependenciade Dios. La prosperidad en la justicia social y la libertad frente a las potenciasextranjeras seran sus consecuencias. La Ley dada por Dios a Moiss era unainstitucin que gozaba de pleno crdito. Por su parte, la monarqua, al proponer un reydistinto de YHWH, ira en contra de la dependencia de Dios, introducira la opresininterna y hara del pueblo una presa fcil para la dominacin extranjera. (Es sta laimagen de la monarqua que Samuel presenta a los ancianos que piden un rey. Segnesta interpretacin, el resultado ineludible sera la opresin y esclavitud del pueblobajo el poder real. En definitiva, sera una vuelta a la esclavitud vivida en Egipto; ver ISam 8,11-18.)Unir la imagen de David al cumplimiento de la Ley de Moiss fue una estrategia

  • 20/03/14 11:07Revista Vida Pastoral - SAN PABLO

    Pgina 8 de 8http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=763

    especialmente efectiva que neutraliz el riesgo de que otro principio de legitimacin laamenace. Desde esta nueva sntesis, se dispone que el rey deba hacerse una copia de laLey, llevarla consigo y leerla todos los das de su vida para aprender a temer a Dios.De este modo, asegurar la perpetuidad de su casa en el trono (ver Dt 17,18-20). Davidy Josas son presentados como los ejemplos singulares de cumplimiento de la Ley deMoiss. De Josas se dice: No hubo antes de l ningn rey que se volviera como l aYHWH, con todo su corazn, con toda su alma y con toda su fuerza, segn toda la leyde Moiss, ni despus de l se ha levantado nadie como l (II Re 23,25). Un nuevo contexto, provocado por la consolidacin del Imperio Persa, requerir porparte de los judos nuevas estrategias de supervivencia. Dos situaciones diferentes sepresentan: la de quienes deciden quedarse fuera de la Palestina y la de algunos gruposque retornan a la tierra gracias al edicto de Ciro (538 AC). Esto tiene consecuenciasrespecto de las formas de resolver la cuestin del poder real. Entre los grupos deretornados habr un breve perodo de reavivamiento de las expectativas monrquicasen la figura de Zorobabel, un descendiente legtimo de la lnea davdica. Para los otros,en cambio, la experiencia de fracaso y desaparicin de la monarqua conlleva una crisisdel modelo. Esta se resuelve, por un lado, resignificando su actual situacin de exilioen una de dispora; por el otro, con la proyeccin a futuro de la figura real en undiscurso escatolgico. De este modo, la memoria del pasado se transforma en memoriadel futuro. Se inaugura, as, una esperanza mesinica con apoyo en la figura de un reyque llegar de parte de Dios para conducir al pueblo a un destino de liberacin total ydefinitiva.ConclusinEl dilogo entre los aportes tericos de Mary Douglas en Cmo piensan lasinstituciones con las concepciones de la monarqua en Israel segn la historiadeuteronomstica ha significado un ensayo de distanciamiento crtico del texto bblicoen clave antropolgica. Esto posibilit la visibilizacin de las estrategias discursivaslegitimadoras que los autores y compositores han utilizado: analogas, clasificaciones,memoria selectiva.

    Los lectores podrn aplicar la productividad de los aportes douglianos a otra cantidadde instituciones, de diferentes magnitudes, contextos, estilos e incumbencias, des-cubriendo la vulnerabilidad escondida en su aparente fuerza, la contingencia ocultabajo ropajes de necesidad, en fin, la provincialidad disimulada en su pretendidauniversalidad.

    2014 SAN PABLO - Riobamba 230 - C1025ABF Buenos AiresTel. (011) 5555- 2400/2401 Fax (011) 5555- 2425

    www.san-pablo.com.ar