la metaficción

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La metaficción La metaficción es una estrategia narrativa que muestra los elementos que hacen posible la ficción, es una ficción dentro de la ficción (o ficción acerca de la ficción), un metalenguaje (al decir de Jakobson) puesto que la ficción reflexiona en sí misma (Barthes la llama "invención de segundo grado"). Dentro de un texto de metaficción, la frontera realidad-ficción y el pacto de lectura de ésta se ven quebrantadas, llamando el texto la atención sobre su propia naturaleza ficcional y su condición de artefacto El recurso metaficcional es muy interesante porque permite dialogar sobre el proceso de la creación literaria y hasta revelar una poética (una teoría) de la literatura. Muchas veces nos aclara los problemas con los que se enfrenta un autor al escribir. Para lograrla, por ejemplo, podemos ver que en la narración los personajes son escritores o bibliotecarios o editores que platican entre sí sobre un libro que están leyendo o sobre un determinado escritor que vivió en el siglo V o vivirá en el siglo XXII, y hasta comentar sobre la misma escena que ellos están viviendo: nos hace reparar que la oposición realidad/ficción es substancial para la metaficción al debatir los límites entre literatura y realidad. El lector decidirá acompañar o no a los autores en estos laberintos verbales aunque estará avisado de los procedimientos más evidentes: ficcionalidad, intertextualidad, autoconciencia, autorreflexividad, mise en abyme, entre otros. La metalepsis, según Gérard Genette, “es el pasaje de un nivel narrativo a otro, toda intromisión del narrador o del narratario en el universo diegético o a la inversa” (1972: 243-244). Lo interesante de este teorizador es que pone como ejemplo “Continuidad de los parques” de Julio Cortázar para ejemplificar sus conceptualizaciones y, aun más, juzga que este mecanismo produce un “efecto bizarro” o fantástico en el lector, asimismo -agrego yo- de irrealidad y de imposibilidad. Estos juegos metalépticos unidos a la autoficción son también practicados por Borges en varios cuentos, citaré sólo dos antológicos: “El Aleph” y “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”. La metalepsis permite la confluencia de historia y discurso (Benveniste) o de historia y relato (Genette) -según la denominación que se prefiera- o de las permanentes y constantes alternancias entre el sujeto del 1

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Page 1: La Metaficción

La metaficción

La metaficción es una estrategia narrativa que muestra los elementos que hacen posible la ficción, es una ficción dentro de la ficción (o ficción acerca de la ficción), un metalenguaje (al decir de Jakobson) puesto que la ficción reflexiona en sí misma (Barthes la llama "invención de segundo grado").Dentro de un texto de metaficción, la frontera realidad-ficción y el pacto de lectura de ésta se ven quebrantadas, llamando el texto la atención sobre su propia naturaleza ficcional y su condición de artefactoEl recurso metaficcional es muy interesante porque permite dialogar sobre el proceso de la creación literaria y hasta revelar una poética (una teoría) de la literatura. Muchas veces nos aclara los problemas con los que se enfrenta un autor al escribir. Para lograrla, por ejemplo, podemos ver que en la narración los personajes son escritores o bibliotecarios o editores que platican entre sí sobre un libro que están leyendo o sobre un determinado escritor que vivió en el siglo V o vivirá en el siglo XXII, y hasta comentar sobre la misma escena que ellos están viviendo: nos hace reparar que la oposición realidad/ficción es substancial para la metaficción al debatir los límites entre literatura y realidad.

El lector decidirá acompañar o no a los autores en estos laberintosverbales aunque estará avisado de los procedimientos más evidentes: ficcionalidad,intertextualidad, autoconciencia, autorreflexividad, mise en abyme, entre otros.La metalepsis, según Gérard Genette, “es el pasaje de un nivelnarrativo a otro, toda intromisión del narrador o del narratario en eluniverso diegético o a la inversa” (1972: 243-244). Lo interesante deeste teorizador es que pone como ejemplo “Continuidad de losparques” de Julio Cortázar para ejemplificar sus conceptualizacionesy, aun más, juzga que este mecanismo produce un “efecto bizarro” ofantástico en el lector, asimismo -agrego yo- de irrealidad y deimposibilidad. Estos juegos metalépticos unidos a la autoficción sontambién practicados por Borges en varios cuentos, citaré sólo dosantológicos: “El Aleph” y “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”. La metalepsispermite la confluencia de historia y discurso (Benveniste) o dehistoria y relato (Genette) -según la denominación que se prefiera- ode las permanentes y constantes alternancias entre el sujeto delplano de la enunciación y el del enunciado en una continuainteracción. Se trata de los mecanismos metaficcionales queadvierten al lector sobre el proceso de creación de la obra narrativa,sobre su carácter de artificio, explicitando así su estrategia semiótica(Orejas, 2003: 123) y esa obra es nada más ni nada menos que laque estamos leyendo.

Procedimientos metaficcionales :

La autoconciencia que cuestiona los límites entre realidad y ficcióndesde el interior de la propia ficción con recursos análogos al género

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ensayístico, acentuados por datos autobiográficos (Borges deFicciones y Cortázar en los relatos de la segunda época); laautorreferencialidad: el texto literario remite a sí mismo o a otrostextos del autor o a la tradición literaria en la que éste se inscribe,convirtiéndose en texto espejo; la ficcionalidad afecta, en primertérmino, al régimen de enunciación aunque al mismo tiempo interfiereen la historia misma; la hipertextualidad: un mismo texto suma citasexplícitas o implícitas de otros textos –literarios o no-, frases hechas,canciones, etc.; y por último, la mise en abyme o relato especular(Orejas, 2003: 133-143). Quizá podría resumirse este entretejido –verdadero collage textual- con la expresión de Borges: “cuando laficción vive en la ficción” ([1939] 1996: 433-435). Así, los teóricos ycríticos consultados coinciden en afirmar que estos recursosmetafictivos producen la sensación de mayor ficción, sin embargo, noestoy tan segura de que el lector no se desconcierte en la conjunciónde la metaficción con las intromisiones del autor (autoficción) quepuede considerar como confesiones de la cocina del escritor, comonudos que muestran el revés de la trama. Es casi imposible nopreguntarse con Roland Barthes: “¿Quién habla así? ¿es el héroe dela novela? [...] ¿es el individuo [...]? [...] ¿es el autor [...]? [...] ¿es lasabiduría universal? ¿La psicología romántica?” (Barthes,(1968)1984: 66).

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