la megasequía 2010-2015: una lección para el futuro

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  • 8/19/2019 La megasequía 2010-2015: Una lección para el futuro

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    Informe a la Nación

    La megasequía 2010-2015:

    Una lección para el futuro

    Noviembre 2015

    Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2

  • 8/19/2019 La megasequía 2010-2015: Una lección para el futuro

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    Una lección para el futuroLa actual sequía –extensa, prolongada y cálida- ha tenido impactos per-judiciales a lo largo de Chile central, pero ofrece una lección reveladorapara enfrentar el clima futuro, más cálido y seco, e incrementar nuestra

    resiliencia frente a las uctuaciones climáticas naturales y antrópicas. 

    Sequías de uno o dos años han afectado de manerarecurrente la zona central de Chile durante su historia,asociadas a variaciones climáticas de origen natural.Ocasionalmente, el décit hídrico ha superado el 50%(como sucedió en los años 1925, 1968 y 1989) impul-sando la construcción de embalses, la creación de

    subsidios agrícolas y otras medidas paliativas frente aeventos extraordinarios.

    Desde el año 2010 el territorio comprendido entre las re-giones Coquimbo y la Araucanía ha experimentado undécit de precipitaciones cercano al 30%. Esta pérdidade lluvias ha permanecido desde entonces en formaininterrumpida y ocurre en la década más cálida de losúltimos 100 años, exacerbando el décit hídrico a travésde la evaporación desde lagos, embalses y cultivos. Lapersistencia temporal y la extensión espacial de la ac-tual sequía son extraordinarias en el registro histórico.Este evento, que hemos denominado «megasequía»,tampoco tiene análogos en el último milenio de acuerdoa las reconstrucciones climáticas en base al crecimientode anillos de arboles.

    Ante los múltiples impactos de la megasequía nuestrasociedad ha respondido de diversas formas, no obs-tante, en general lo ha hecho suponiendo que este esun evento extraordinario pero transitorio. Sin embargo,al menos un 25% del décit de precipitación durante la

    megasequía es atribuible al cambio climático antrópico.

    Este impacto, se prevé, seguirá contribuyendo duran-te el siglo XXI a una progresiva aridicación de la zonacentro y sur de Chile, incrementando la ocurrencia desequías extensas y prolongadas como la actual.

    Considerando que este tipo de sequía tiene escasos

    análogos en el pasado y que será cada vez más fre-cuente en el futuro, el Centro de Ciencia del Clima yla Resiliencia (CR2) presenta este informe ante nuestropaís como un aporte al entendimiento de sus causas yconsecuencias junto a un análisis crítico de la maneraen que la sociedad y el Estado han respondido a esteevento.

    En una primera parte se presenta la caracterización ycontextualización hidroclimática del actual evento comoun análisis de los fenómenos climáticos -tanto naturalescomo antrópicos- que originan el décit de precipitacio-nes. Luego se identican los impactos sobre la provisiónde agua, la vegetación natural, la ocurrencia de incen-dios forestales y la productividad primaria en la costa.En una tercera parte se describe la percepción social yla respuesta del Estado a la megasequía. Finalmente sehacen recomendaciones relativas a la regulación de re-cursos hídricos, la prevención de riesgos climáticos y laarticulación de actores, así como el uso de herramientaspara la evaluación de la vulnerabilidad y de prácticasanes a la construcción de resiliencia.

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    CARACTERIZACIÓN

    2010-20141966-1969

    Estaciones consequía 59%

    Estaciones consequía 71%

    30ºS

    40ºS

    74ºW7 0ºW   74ºW7 0ºW

    superávit normal déficit

    Los registros de precipitaciones entre el sur de la re-gión de Coquimbo y el norte del Biobío muestran quecerca de un cuarto de los años comprendidos entre1940 y 2010 presentan un décit de precipitación su-perior al 30% - porcentaje indicativo de una sequía plu-viométrica. La mayoría de estos años secos ocurren enforma aislada, pero también se han presentado comoparte de cuatro eventos multianuales: El primero abar-

    ca desde 1945 a 1947, el segundo se ubica entre 1967y 1969, un tercero desde 1988 a 1990 y, nalmente, elperíodo 2010 - 2015. Este último evento, aún en desa-rrollo, es el de mayor duración y extensión territorial enel registro instrumental, por lo cual lo hemos denomi-nado «megasequía».

    La intensidad de cada sequía multianual varía a lo lar-go de Chile central. Por ejemplo, la sequía a nes delos años 60 fue particularmente severa en el Norte Chi-co e incluye el año 1968 cuando muchas estacionesen Chile central registraron décits superiores al 60%.Sin embargo, hacia el sur del Maule las condicionespluviométricas fueron cercanas a la normalidad.

    Una sequía larga y extensaAunque sequías de uno o dos años son un elemento recurrente en el climade Chile Central, los últimos seis años destacan como el período seco demayor duración y extensión territorial desde mediados del siglo pasado.

    Durante la actual megasequía el décit pluviométricopromedio también es máximo en el Norte Chico, perose mantiene sobre 30% hasta la región de la Arauca -nía. Este patrón se ha mantenido con pequeñas modi-caciones entre el 2010 y el 2015. Condiciones comolas actuales han ocurrido en el Norte Chico alrededorde una vez cada 15 años, mientras que en la mayoríade las estaciones en la zona centro y sur, la actual me-

    gasequía no tiene precedentes en los últimos 70 años.De manera similar, el período de retorno del año másseco de la actual megasequía varía aproximadamenteentre 10 años en el Norte Chico y más de 30 años enla zona centro y sur.

    Décit o superávit pluviométrico promedio para losperíodos 1966-1969 y 2010-2014. El décit, expre- sado en porcentaje, se calcula en cada estacióncomo el total anual promedio del período seco di- vido por el promedio de largo plazo (1970-2000).Se indica también el porcentaje de estaciones condécit promedio superior al 30% entre las regionesde Coquimbo y Los Ríos. Datos: Dirección Generalde Aguas y Dirección Meteorológica de Chile.

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    La megasequía ocurre durante la década más cálida registrada en Chilecentral, aumentando la pérdida de agua por evaporación y agravandoel décit hídrico.

    Sequía y calor

    La zona norte y central de nuestro país ha experimen-tado un gradual calentamiento desde mediados de ladécada de los 70, a excepción de la franja costera don-de las temperaturas se han mantenido o incluso dismi-nuido. Las temperaturas máximas se han incrementadode manera muy pronunciada en los últimos diez años,siendo este aumento más evidente sobre los 1000 me-tros de altura. Estos rasgos son consistentes con el

    cambio climático ocasionado por la emisión de gasesde efecto invernadero hacia la atmósfera terrestre.

    Así, la megasequía ocurre en la década más cálida delregistro histórico a lo largo de Chile central. Conside -rando el período 2010-2014, la mayoría de las estacio-nes meteorológicas en el valle central y la precordillera

    Evolución temporal del promedio anual de la temperatura máxima en la es- tación Quinta Normal (Santiago) entre 1914 y 2014 (línea blanca). La curvaroja es un promedio móvil de 3 años. La imagen de fondo (Google EarthTM) muestra la condición actual laguna de Acúleo (Abril 2015) y la línea decosta en Abril del 2006, enfatizando la reducción de su espejo de agua.Datos: Dirección Meteorológica de Chile.

    presentan temperaturas medias y máximas entre 0.5 y1.5°C por encima de la normal climatológica calculadaentre 1970 y 2000.

    Con temperaturas más altas, aumenta la pérdida deagua desde zonas cubiertas por nieve (sublimación),cultivos y vegetación natural (evapotranspiración), y la-gos y embalses (evaporación), exacerbando el décit

    hídrico. Como ejemplo, la evaporación anual de la la -guna Aculeo en la Región Metropolitana es cercana alos 1200 mm, de acuerdo al promedio 1970-1997. Estacifra se incrementa en cerca de un 10% debido al au-mento de la temperatura en 0.8°C durante la megase-quía. Con ello, la pérdida de agua desde esta laguna essuperior al millón de metros cúbicos.

    24.5

    24

    23.5

    23

    22.5

    22

    21.5

    21

    20.5

    1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 2020

       P  r  o  m  e   d   i  o  a  n  n  u  a   l   d  e

       t  e  m  p  e  r  a   t  u  r  a  m   á  x   i  m  a   (   °   C   )  e  n   S  a  n   t   i  a  g  o

    Linea de costa 2006

    El crecimiento anual de los anillos de los árboles permite estimar la preci-pitación en Chile central en el pasado, revelando el carácter excepcionalde la actual megasequía en los últimos 1000 años.

    La disponibilidad de agua determina de manera direc-ta el crecimiento anual de ciertas especies de árboles,como el caso del ciprés de la cordillera (Austrocedruschilensis ) que registra este proceso en el ancho de susanillos. A partir de mediciones en cientos de cipresesen las regiones de Valparaíso y O’Higgins, ha sido po-sible reconstruir la precipitación de Chile central para elúltimo milenio.

    En esta reconstrucción se observan períodos más hú-medos que la condición actual durante los siglos XII,XIV y XV y uno particularmente prolongado entre 1650y 1900. También se observan épocas secas durante elinicio y n del registro y entre 1300 y 1650.

    Variaciones multidecadales (curva azul) de la precipitación en Chile central(reconstrucción dendroclimática 1000-2005), expresada como anomalías deprecipitación con respecto al promedio 1925-2000 (escala a la izquierda). Lacurva roja es una estimación del período de recurrencia (en años, escala a laderecha) de sequías de tres años con décit pluviométrico igual o superior al20% respecto a promedio móvil de 100 años. La reconstrucción fue realizadapor Duncan Christie y Carlos Lequesne de la Universidad Austral de Chile.

    Una mirada al pasado

       A  n  o  m  a   l   í  a  s   d  e  p  r  e  c   i  p   i   t  a  c   i   ó  n

       (   %    C

       R   A   1   9   2   5  -   2   0   0   0   )

    R  e c ur r  en ci   a d  e s  e q uí   a s  (   añ  o s  )  

    200

    150

    100

    50

    100

    33

    20

    1000 1100 1200 1300 1400 1500 1600 1700 1800 1900 20000

    La recurrencia de sequías multianuales como la actualvaría en torno a los 100 años durante la mayor partedel milenio, pero disminuye marcadamente durante elsiglo pasado. Así, la actual megasequía destaca comoun evento extremo enmarcado en una tendencia persis-tente hacia condiciones más secas que han prevaleci-do desde comienzos del siglo XX.

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    CAUSAS

    Anomalías (diferencia con las condiciones medias) de la temperatura super- cial del mar para un conjunto de inviernos (Mayo-Septiembre) de La Niña(promedio 1974, 1975, 1985, 1988, 1998, 1999, 2000) y el período de la me- gasequía (promedio 2010-2014). Datos: Earth System Research Laboratory,NOAA, EEUU (producto OISST).

    Parte importante de las variaciones entre un año y otrode la precipitación acumulada en Chile central son mo-duladas por El Niño - Oscilación del Sur (ENOS). Estees un fenómeno de origen natural caracterizado por laalternancia entre tres y siete años de temperaturas delocéano Pacíco tropical más frías (La Niña) o cálidas (ElNiño) que el promedio de largo plazo.

    Las alteraciones de la circulación atmosférica duranteaños de La Niña incluyen un debilitamiento de los vien-tos del oeste sobre Sudamérica y una intensicación delanticiclón del Pacíco, elementos que favorecen condi-ciones más secas que el promedio en Chile central. Porel contrario, durante El Niño tienden a ocurrir condicio -nes más lluviosas en esta región.

    Promedio La Niña Promedio megasequía

    La Niña y la megasequíaAunque La Niña tiende a producir décit de precipitaciones en Chilecentral, su contribución al actual evento ha sido menor, incluso El Niño2015 no ha logrado revertir la situación.

    -1 10

    Los años que conforman la megasequía se caracteri-zaron por condiciones neutras en el Pacíco ecuatorial,sin observarse un enfriamiento signicativo del Pacícotropical, a excepción del 2010 caracterizado como unevento de La Niña. A pesar que el 2015 se ha observadoel desarrollo de un evento de El Niño intenso con ocu-rrencia de tormentas importantes en el norte de Chile,el décit de precipitación se mantuvo en la zona central

    del país.

    Históricamente, bajo condiciones neutras puede haberdécit o superávit de precipitación en Chile central. Laprobabilidad de que al azar ocurra una secuencia decinco años secos como la observada es extremadamen-te baja, sugiriendo la actuación de otros factores climá-ticos en la mantención e intensidad de la megasequía.

    -1ºC 1ºC

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    Los círculos indican la precipitación promedio en Santiago (eje vertical) y el promedio delíndice de la PDO (eje horizontal) para cada uno de los ocho períodos cálidos y fríos deesta oscilación registrados desde comienzos del siglo pasado. Por ejemplo, entre 1977 y1990 la PDO experimentó una fase cálida, con un índice promedio de +0.6, y la precipita- ción en Chile central estuvo cerca de un 15% por encima de valor promedio climatológico(calculado entre 1970 y 2000). Datos: Dirección Meteorológica de Chile (precipitación) yEarth System Research Laboratory, NOAA, EEUU (índice de PDO).

    Un segundo factor que modula la precipitación en Chi-le central es la Oscilación Decadal del Pacíco (PDOpor sus siglas en Inglés). La PDO es un modo natural«tipo ENOS», pero sus fases cálidas y frías tienden aprevalecer por décadas. Tal como ocurre durante unaño de La Niña, los períodos fríos de la PDO se carac-

    terizan por una intensicación del anticiclón del Paci-co y un debilitamiento de los vientos del oeste, lo quetiende a producir condiciones relativamente secas enChile central.

    Variabilidad decadal y megasequíaLa actual fase fría de la Oscilación Decadal del Pacíco –otro fenó-meno global de origen natural– ha contribuido a mantener el décit

    de precipitaciones, pero solo explica cerca de la mitad de la intensi-dad de la megasequía.

    Considerando el promedio del índice de la PDO entre2007 y 2014 (-0.5) sería esperable un décit pluviomé -trico en Chile central cercano al 15%, valor bastantemás moderado que el observado (cercano al 30%).Esta discrepancia apunta a la acción del cambio climá -tico antrópico para producir un décit hídrico tan mar-

    cado y persistente como el de la actual megasequía.

       P  r  o  m  e   d   i  o   d  e  p  r  e  c   i  p   i   t  a  c   i   ó  n  e  n   S  a  n   t   i  a  g  o   [  m  m   /  a   ñ  o   ]

    Promedio del índice de la PDO

    Período de recurrencia en años (escala a la izquierda) de una sequía (>30% de décit de preci- pitación en Chile central) de tres o más años de duración, empleando siete modelos climáticosque simulan climas pasados, presentes y futuros. El período de recurrencia se calculó para cadamodelo. Los círculos rojos indican el promedio y las líneas verticales la desviación estándar entremodelos. Las barras celestes indican el promedio multimodelo de la precipitación relativa a la media1970-2000 (escala a la derecha). Datos: Coupled Model Intercomparison Project (CMIP5-WCRP).

    Durante las últimas cuatro décadas se observa ungradual desplazamiento hacia el sur de la corrienteen chorro del oeste y del cinturón subtropical de altaspresiones. Los modelos climáticos que consideran losefectos antrópicos (aumento de gases de efecto inver-nadero (GEI) y disminución del ozono estratosférico)

    son capaces de reproducir estos desplazamientos eindican su continuación durante siglo XXI bajo escena-rios de incremento de GEI. Consistente con lo anterior,los modelos proyectan una reducción en la precipita-ción anual de hasta un 30% respecto al promedio ac-tual sobre Chile central hacia nes de este siglo.

    En simulaciones preindustriales (años 1850-1750 d.c),sin efecto antrópico, una megasequía ocurre en pro-

    Efecto del cambio climático antrópicoCerca de un cuarto del décit de precipitación durante la megasequíaes atribuible al cambio climático antrópico. Este factor permanecerá enel futuro, incrementando la ocurrencia de sequías como la actual y au-mentando la aridicación de la zona centro y sur de Chile.

    medio cada 300 años. Las simulaciones históricas(1850-2005) consideran el incremento observado deGEI. En ellas, una megasequía es aún excepcional (1vez cada 100 años) hasta mediados del siglo XX, perosu frecuencia se duplica en la segunda mitad del siglo.

    Las simulaciones para el período 2010-2050, utilizan-do un escenario pesimista de emisión de GEI, mues-tran la presencia de una megasequía cada 20 años. Amedida que avanza el siglo XXI la denición de sequía,como una condición transitoria pierde sentido ya queexistirá una disminución sustancial y permanente de laprecipitación anual. Así, la condición media en el futu-ro podría ser similar a la observada durante la actualmegasequía.

    140

    130

    120

    110

    100

    90

    80

    70

    60

    Preindustrial850-1750

    Histórica1850-1950

    Simulaciones climáticas

       T  a  s  a   d  e  r  e  c  u  r  r  e

      n  c   i  a   d  e   M  e  g  a  s  e  q  u   í  a  s   [  a   ñ  o  s   ]

    P r  e ci   pi   t   a ci   ó nm e d i   ar  el   a t  i  v  a a1  9 

    7  0 -2  0  0  0  (   % )  

    H is tó ri ca R CP 8. 52010-2050

    RCP8.52050-2100

    20

    50

    100

    200

    500

    1000

    1950-2000

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    A la merma de caudales en el centro y sur de Chile(cuencas del Maipo, Mataquito, Maule, Itata y Biobío)se suma una de sus consecuencias directas: la dismi-nución de entre un 25% a un 75% en la descarga denutrientes como el nitrato y el fosfato desde los ríoshacia la zona costera en los meses de otoño e invierno.

    La descarga de nutrientes y material en suspensión

    de los ríos al mar genera plumas de sedimentos, cuyaforma, extensión y niveles de nutrientes supercialesdependen directamente del volumen de agua dulcedescargado en el océano. Existe una reducción dehasta un 60% de las áreas de las plumas generadas

    Impactos en los recursos costerosProducto del bajo caudal de los ríos durante la megasequía, nutrientescomo el nitrato y el fosfato drenan en menor cantidad al mar, afectandodirectamente la productividad biológica de la zona costera.

    por los ríos de la zona central durante la megasequíaen comparación al período 2000-2009. Además, se re -gistra una baja de los niveles de biomasa fotosintética,expresada como clorola.

    Dicha disminución de los niveles de clorola se corre-laciona con la disminución de los niveles de nutrientesexportados. Estos nutrientes son indispensables para

    el crecimiento del toplancton (el primer eslabón de lacadena tróca acuática), esencial durante el desove,desarrollo larval y alimentación de peces y crustáceos.Parte de esos peces son de gran importancia econó-mica para Chile como la anchoveta y sardina.

    Imagen satelital (SeaWIFS, NASA) del color del océano ilustrando las plumas de se- dimentos generadas por los ríos de Chile central. El tamaño de los círculos es propor- cional al área de estas plumas durante un invierno normal (2008) y un invierno de lamegasequía (2013).

    Río Maipo

    Río Mataquito

    Río Maule

    Río Itata

    Río Biobío

    Área de la pluma desedimentos

    2008 2013

    Para enfrentar la disminución de humedad del suelodurante períodos de sequía, las plantas reducen supérdida de agua por evapotranspiración cerrando losestomas de sus hojas, reduciendo a la vez su nivel defotosíntesis y crecimiento. Si la sequía persiste, la vege-tación entra en un período de estrés hídrico en que susfunciones se deterioran y se encuentra más propensaa infecciones.

    Empleando datos satelitales y en comparación al pe -ríodo 2000-2009, se constata una amplia y marcadadisminución del crecimiento de la vegetación durantela megasequía (sombreado rojo en mapa adjunto), ensectores costeros y valles interiores desde la región deCoquimbo a O’Higgins. Más al sur, la señal de la me-gasequía es menor pues parte importante del territorioestá cubierto por vegetación bajo riego, donde el dé-cit de precipitaciones se ha compensando con mayo-res tasas de irrigación.

    En los árboles, la disminución del crecimiento duran-te períodos de sequía queda reejado en el ancho delos anillos de sus troncos. Por ejemplo, en el caso delos robles de Monte Oscuro la sequía de 1998 tuvo unefecto menor, sugiriendo que esta especie se ha adap-tado para resistir períodos secos intensos pero de cor-ta duración. En contraste, el efecto de la mega sequíase advierte en una progresiva y sustancial disminución

    de su crecimiento radial desde el año 2008.

    Impactos en la vegetaciónAunque la vegetación nativa y ciertas especies exóticas se han adaptadopara resistir sequías intensas pero de corta duración, la persistencia de laactual megasequía está comenzando a producir un notable deterioro dela vegetación no irrigada en gran parte de Chile central.

    Diferencia del Índice Mejorado de Vegetación (EVI)durante el inicio de la primavera (julio-septiembre)entre la megasequía (promedio 2010-2014) y ladécada anterior (promedio 2000-2009). Datos: ElEVI es obtenido del sensor MODIS abordo de lossatélites TERRA y AQUA de la NASA, EEUU. Gen- tileza de David López, CEAZA.

    RÍO ITATA

    RÍO MATAQUITO

    RÍO MAULE

    Desierto

    Copiapó

    La Serena

    Salamanca

    Santiago

    Nieve

       S  e  q  u  e   d  a   d   +5

    0

    -5

    Talca

    Cambio de vegetación

    Área sin vegetación

    Área sin vegetación

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    En la actual megasequía, el número de incendios degran magnitud (sobre 200 hectáreas) desde las regio-nes de Valparaíso hasta a La Araucanía se incrementóen un 27% respecto al promedio histórico. El aumentode la supercie quemada es aún superior, llegando aun 69%. Esto producto de algunos incendios de gran

    extensión ocurridos durante la megasequía, lo cual esconsistente con la relación negativa entre el área que-mada y la precipitación.

    El incremento en los incendios forestales ha sido par-ticularmente marcado en las regiones Metropolitana yde El Maule, perjudicando en su mayoría a plantacio-nes forestales (20.000 hectáreas por año), lo que repre -senta el 34% de la supercie promedio total afectada.

    Otro de los impactos de la megasequía en el régimende fuego ha sido la prolongación de la temporada deincendios. Típicamente, ésta comenzaba a nes deseptiembre para terminar hacia mediados de mayo delaño siguiente. Durante la última década, la temporadade incendios se ha extendido al año completo (desdeel 1 de julio al 30 junio del año siguiente). Los incen -dios de gran magnitud durante la megasequía se hanprolongado en promedio 53 días adicionales por tem-porada al comparar el período 2010-2014 respecto a1985-2009. Estos incendios representan más del 70%del área quemada en la actual sequía.

    Impactos en los incendios forestalesLa supercie forestal quemada en la zona centro-sur ha aumentado un70% durante la megasequía, mientras que la temporada de incendios seha extendido a todo el año. En las últimas dos temporadas el área quema -da superó las 100.000 hectáreas, un hecho sin precedentes en 50 años.

    Los símbolos de fuego son proporcionales al áreaquemada anualmente por incendios de gran mag- nitud (sobre 200 hectáreas) en cada región du- rante la megasequía (2010-2014, símbolos rojos)y el período base (2000-2009, símbolos grises).Los números indican el aumento porcentual delárea quemada. En paréntesis se indica el aumentoporcentual del número de incendios de magnitudentre el período 2010-2014 y 2000 -2009. Estadís- ticas de incendios forestales provistos por la Cor- poración Nacional Forestal.

    Cambio de nº

    Cambio de área

    1990-2009

    2010-2014

    22% (-6%)277% (210%)

    RM

    V

    VI

    VII

    VIII

    IX

    4% (12%)

    227% (76%)

    50% (-20%)

    52% (69%)

    Los impactos de la megasequía en la vulnerabilidad deun sociecosistema particular resultan de la magnitudde la exposición (cambios en temperatura y precipi-tación), la sensibilidad del sistema a dicha exposición(medida a través del cambio en los ujos y beneciosde servicios ecosistémicos clave), y su capacidad de

    resistir y adaptarse. A través de la evaluación de estostres componentes, se determinó la vulnerabilidad frentea cambios climáticos en la Región del Maule por seruna zona Mediterránea altamente expuesta, con un in-tenso cambio de uso de suelo y una alta proporción deagricultura familiar campesina (AFC). Aquí se muestrael caso de la provisión de alimentos desde cultivos depapa, trigo y maíz para el período entre 1997 y 2013.La exposición se representó como el décit hídrico (osuperávit) sobre la precipitación media de los últimos30 años. La susceptibilidad de la provisión de alimen-tos como servicio ecosistémico se estimó como la pér-dida de biomasa y de rendimientos de los cultivos de

    Vulnerabilidad frente a la sequíaA la hora de implementar medidas de mitigación o reparación frente a losimpactos adversos de la megasequía u otro evento se hace necesariocontar con herramientas que permitan focalizarlas en las zonas y pobla-ciones más vulnerables.

    Cambio en la vulnerabilidad integral frente a la sequía entre 1997 y 2013respecto de la provisión de alimentos en la Región del Maule. Los valo- res se muestran normalizados respecto del valor más alto. Para la zonaachurada no se cuenta con datos.

    la AFC suponiendo condiciones de secano. La capa-cidad adaptativa del socioecosistema se estimó comola resultante de la interacción de variables económicas(ej. presencia y acceso a sustitutos del SE analizado,nivel de tecnología), sociales (ej. educación de la po-blación), e institucionales (ej. presencia de redes, tales

    como juntas de vigilancias de agua).

    Los resultados preliminares de esta herramienta indicanque en la Región del Maule la megasequía ha llevadoa un aumento en vulnerabilidad al año 2013 en relacióna 1997. El período de análisis queda determinado porla disponibilidad de información socioeconómica com-pilada a través de los censos. La capacidad adaptativano es capaz de revertir los efectos de la exposición y lasusceptibilidad del socioecosistema. La utilización deesta herramienta permite focalizar las medidas consi-derando los aspectos físicos y sociales.

    05 0 100 200

    Alta

    Baja

    GradosDecimales

    Cambio de vulnerabilidad

    entre el 1997 y 2013

    Curicó

    Talca

    Linares

    Alto

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    RESPUESTAS

    De acuerdo a encuestas aplicadas durante un estudiopiloto en las comunas de Paine y La Pintana en la Re-gión Metropolitana, la totalidad de los consultados re-conoce que Chile enfrenta un período de sequía. Losentrevistados mencionan que los principales impactosde la sequía en su vida diaria son la limitación y pérdi-

    da de cultivos, la falta de agua supercial para riego,la desaparición de zonas de baño y pesca, e inclusoenfrentamientos por el uso de agua.

    En cuanto a su origen, los encuestados entregan unamplio rango de explicaciones: desde que es un even-to normal, parte del ciclo natural del clima, hasta queresponde a un impacto del cambio climático antrópicoo al aumento de la demanda hídrica por las actividadeshumanas.

    La preocupación ante la sequía también tiene su corre-lato en los medios de comunicación. Un análisis de lasapariciones del concepto «sequía» en prensa escritaa nivel nacional y regional muestra que en 2014 fue-ron publicadas 554 noticias relacionadas directamentecon el tema. De ellas, la mayor parte se concentran enla regiones de Coquimbo, Metropolitana y del Biobío,correspondiendo al área geográca más afectada poreste fenómeno. Sin embargo, al considerar el númerode medios analizados, la cantidad de menciones sobreel tema es mayor en la región de Coquimbo, mientras

    que en O’Higgins y El Maule es relativamente menor.

    Percepción de la megasequíaEl décit de precipitaciones en la zona centro sur de Chile es reconocidopor sus habitantes como un fenómeno que afecta sus actividades diarias.Los medios de prensa reejan esta preocupación, siendo un tema recu-rrente en las regiones con mayor escasez hídrica.

    El tamaño de los símbolos es proporcional al nú- mero de apariciones del concepto «sequía» enmedios de prensa escrita en cada región duranteel año 2014. Este número también se indica paracada región. Elaborado a partir de datos aporta- dos por Litoral Press.

    -16

    -172

    -129

    71

    11

    84

    7

    4

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    RM

    V

    IV

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    X

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    Hemos podido identicar 148 prácticas para enfrentarel prolongado décit hídrico de la zona centro y sur deChile. El análisis arroja que un 50% de ellas son ejecu-tadas por agentes de gobierno, 29% por la empresaprivados o sectores productivos y un 21% por la socie -dad civil. Estos tres grupos actúan de manera autóno -ma o bien colaborativamente con otros actores.

    La actividad silvoagropecuaria concentra más de untercio de las respuestas emanadas para abordar esteevento de megasequía. En segundo lugar -y abarcan -do un 20% de las estrategias contra la sequía- desta -ca el sector sanitario, clave para asegurar el abasteci-miento de agua potable para la población. Una menorcantidad de prácticas se enfoca en la construcción deresiliencia: por ejemplo, solo un 6% se dedica a la trans -ferencia tecnológica para mejorar la eciencia hídrica.

    El carácter de las medidas identicadas cubre un am-plio espectro y niveles de acción, siendo las obras de

    Respuestas de la sociedadLa sociedad responde a la megasequía con múltiples prácticas, instru-mentos y estrategias a escala nacional y local. En la mayor parte de estasinstancias, se calica a esta sequía como un evento extraordinario.

    Bosquejo de la red del Estado y sistema de tomade decisiones ilustrando lo intrincado del mismoasí como las múltiples y diversas instancias queabordan las sequías

    ingeniería e infraestructura las más comunes, seguidaspor los subsidios agrícolas. En el sector público, la Pre -sidencia de la República actúa a través de la desig-nación del Delegado Presidencial para los RecursosHídricos, mientras que la Dirección General de Aguasdicta decretos de escasez a nivel regional y de cuen-cas, y las municipalidades tratan de paliar los efectosde la megasequía arrendando camiones aljibes o inten-

    sicando la entrega de agua potable. Por su parte, elsector privado y la sociedad civil tienden a planicar aescala local, con prácticas como la profundización depozos, mejoramiento en la tecnicación e infraestruc-tura de riego y talleres de educación para el cuidadodel agua.

    Esta diversidad de actores y niveles de decisión, asícomo la ausencia de un marco de gestión coordina-da de los recursos hídricos, podría estar afectando laecacia de las prácticas y haciéndolas más costosaspara todos los involucrados en su gestión.

    Todos los Códigos de Aguas del país (1951, 1967 y1981) han contemplado competencias especiales dela Administración para enfrentar situaciones de esca-sez ordinaria o extraordinaria (sequía). En el caso de laescasez ordinaria, se considera la preservación del re-curso y la seguridad jurídica. Para la sequía, el objetivoes asegurar el abastecimiento de agua a través de losdecretos de escasez hídrica. Así, el legislador faculta a

    la Dirección General de Aguas (DGA) para redistribuirlas aguas, suspender las atribuciones de las juntas devigilancia, seccionar las corrientes naturales, autorizarextracciones de aguas subterráneas y/o superciales,sin necesidad de constituir derechos de aprovecha-miento, ni de respetar el caudal ecológico mínimo. Enningún caso se contempla un uso eciente del agua.

    Sequía y Código de AguasLa legislación de aguas vigente busca asegurar el abastecimiento connes productivos y de consumo de los recursos hídricos, pero supone lasequía como un fenómeno excepcional.

    Los símbolos al lado izquierdo del mapa sonproporcionales al número de decretos de es- casez dictados por la Dirección General deAguas (DGA) entre 2010 y 2015. Los símbolosal lado derecho son proporcionales al gastoejecutado por la Ocina Nacional de Emer- gencias (ONEMI) en agua y camiones Aljibesentre 2011 y 2014 en millones de pesos. Datos:DGA y ONEMI respectivamente.

    Los mecanismos se mantienen en el tiempo, pese alos distintos paradigmas que han impregnado la legis-lación de aguas. En efecto, bajo el código de aguasde 1967 (más proclive al Estado) y el de 1981 (másproclive al mercado) se considera a la sequía como unevento extraordinario y lo abordan de manera similar.El debate actual sobre reforma al régimen legal y cons-titucional de las aguas no contempla la sequía como

    un evento recurrente y prolongado.

    Las declaraciones de escasez (sequía) correspondenal 74% de todos los instrumentos empleados en el pe -ríodo 2008-2014 por la DGA para salvaguardar los re-cursos hídricos. Las regiones de Coquimbo, Valparaí-so, El Maule y Metropolitana concentran el 86% de laaplicación de instrumentos por parte de la DGA.

    Estas mismas regiones centralizan el mayor gasto enreparto de agua a t ravés de camiones aljibes por partede la ONEMI, el cual casi se ha triplicado entre el año2011 y 2014.

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    CONCLUSIONES Y

    RECOMENDACIONES

    En este informe hemos abordado causas, consecuen-cias y respuestas frente a la extensa, prolongada y cáli-da sequía que hemos experimentado en gran parte deChile desde el año 2010. A la luz de estos antecedentes,nuestras principales conclusiones son las siguientes:

    • La sequía experimentada por la zona más habitadade Chile es un fenómeno extraordinario por su duracióny extensión, sin parangón en registros instrumentaleshistóricos ni paleoclimáticos de los últimos 1000 años.

    • Más de la mitad del décit pluviométrico durante lamegasequía es producto de alteraciones climáticas deorigen natural y que varían en el tiempo. Sin embargo, elcambio climático antrópico es responsable de al menosun cuarto del décit observado, una fracción que, seprevé, aumentará en el futuro.

    • Se constatan impactos sustanciales sobre los cauda -les de las aguas subterráneas, las zonas costeras, lapropagación de incendios y la cobertura vegetal. Estosimpactos no constituyen una lista exhaustiva sino queejemplos que denotan la diversidad y concatenación delos mismos a nivel de cuencas y socioecosistemas.

    • Las respuestas emanadas del Estado, el sector pri-vado y la sociedad civil organizada suponen un eventotransitorio en analogía a eventos experimentados en elpasado. Por otro lado, la multiplicidad de agencias esta-tales con competencia sobre los recursos hídricos resul-ta en escasa coordinación y, posiblemente, en medidassubóptimas desde un punto de vista social y económico.

    Un futuro más seco y cálido sin análogo en el últimomilenio, conjugado con una sociedad cada vez máscompleja y demandante, nos obliga a buscar medidasy soluciones innovadoras que trasciendan las fronteras

    administrativas, el interés de uno u otro sector y quecontemplen múltiples actores y disciplinas del conoci-miento. Las grandes obras de ingeniería que una vezfueron el factor facilitador del desarrollo agrícola, hoydeben diseñarse de modo diferente, con la nalidad deconsiderar escenarios climáticos y sociales cambiantesen un país altamente urbanizado.

    No existen soluciones “mágicas” que hagan aparecer–sin repercusiones económicas, ambientales y socia-les– nuevos recursos hídricos que podamos seguir con-sumiendo en la tasa y modo con que lo hemos hechohasta ahora. Las medidas emergentes y estructurales,deben ser evaluadas en forma regular y participativa,especialmente a nivel local, permitiendo identicar ba-rreras y deciencias, recoger conocimiento tradicionaly promover el aprendizaje social. De igual forma, laadaptación ante un clima cambiante requiere evaluar lavulnerabilidad de modo integral, contemplando la expo-sición, la susceptibilidad y la capacidad adaptativa delsocioecosistema. Esto requerirá a su vez, de más cono -cimiento y del fortalecimiento de redes sociales.

    Resulta importante agilizar la instauración de un orga-nismo de coordinación interinstitucional responsablede la gestión de recursos hídricos a nivel nacional y decuencas y que sea capaz de fomentar la capacidadadaptativa de nuestro país, acentuando la conscienciarespecto de la nitud de los recursos hídricos. De lamisma forma, una reforma al código de aguas, ademásde hacer concreta la consagración del derecho huma-no al agua como primera condición, también debieraincorporar la preservación del medio ambiente, ambasimprescindibles para un desarrollo sustentable.

    El conocimiento de nuestros principales reservorios deagua dulce –glaciares y aguas subterráneas– si bien haido mejorando paulatinamente debe ser ampliamentefortalecido, focalizándose en recopilación y elaboraciónde información cuantitativa, oportuna, dedigna y repre-sentativa sobre la cual fundar decisiones. Estos reser-vorios son parte de cuencas hidrográcas complejasy sujetas a cambios, perturbaciones y demandas quedeben ser adecuadamente cuanticados. El seguimien-to de las condiciones climáticas locales y globales debe

    realizarse también en forma sistemática y regular, juntoa un periódico análisis de las proyecciones climáticasde mediano y largo plazo.

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    La zona más poblada de Chile debe adaptarse desde hoy a un clima futuro más

    seco y cálido que el actual. Las proyecciones climáticas indican de manera con-

    sistente que en un horizonte de algunas décadas la condición media será similar a

    la que hemos experimentado en los últimos cinco años, acentuando y extendiendo

    hacia el sur el desbalance entre la oferta y demanda de agua dulce. Frente a esto,

    Chile debe tomar medidas hoy para enfrentar el mañana. De nosotros depende

    aprender a tiempo la lección de la megasequía.

    Representación artística de la tendencia simulada deprecipitación en Chile durante las últimas tres décadas.(Período 1981-2020)

    Datos obtenidos con los modelos predictivos CESM1 y CAM5.

    Artista: Tully Satre (ww w.tullysatre.com)

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    Los resultados presentados en este informe son parte del trabajo interdisciplinario que realiza el Centro de In-vestigación del Clima y la Resiliencia (CR2). La versión electrónica de este documento y material adicional estándisponibles en el sitio web www.cr2.cl/megasequía. El CR2 es un centro de excelencia nanciado por el programaFONDAP de CONICYT (Proyecto 15110009) en el cual participan cerca de 60 cientícos asociados a la Universi-dad de Chile, la Universidad de Concepción y la Universidad Austral de Chile.

    Coordinación general: René Garreaud

    Edición general: Susana Bustos, Laura Gallardo, René Garreaud y Nicole Tondreau

    Contribuciones: Paulina Aldunce, Gabriel Araya, Juan Pablo Boisier, Deniz Bozkurt, Alejandra Carmona, DuncanChristie, Laura Farías, Laura Gallardo, Mauricio Galleguillos, René Garreaud, Mauro González, Paulo Herrera,Nicolás Huneeus, Dana Jiménez, Antonio Lara, Daniela Latoja, Gloria Lillo, Ítalo Masotti, Pilar Moraga, Laura Na -huelhual, Pablo Paredes, Jorge Ossandón, Maisa Rojas, Anahí Urquiza, Mariela Yévenes, Mauricio Zambrano.

    Diseño gráfco: Cristóbal Bustamante

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