la literatura italiana en españa

6

Click here to load reader

Upload: angelica-altamirano-santa

Post on 16-Aug-2015

227 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

La literatura italiana en España

TRANSCRIPT

LALI TERATURAITALIANAENESPAA(1800-1830): APROPSI TODETORQUATOTASSOY VI TTORI OALFIERI ASSUMPTA CAMPS UNI VERSI TTDEBARCELONA Enlapresentecomunicacinabordaremoselestudiodelastraduccionesde autores italianos llevadas a cabo en Espaa en las tres primeras dcadas del siglo pasado. Enprimerlugar,nosdetendremosespecialmenteenelanlisisdelaimagenquese construye por entonces en nuestro pas de la produccinliteraria italiana: los autores que ms inters suscitan, las obras o gneros que ms repercusin alcanzan, as como las lagunas y exclusiones significativas. En un segundo momento, nos centraremos en el estudio de dos de los autores ms significativos en la historia de la traduccin de este perodo, como son Torquato Tasso y Vittorio Alfieri. Los autores italianos susceptibles de traduccin en esos primeros aos del siglo XI Xeranfundamentalmente los clsicositalianoscomoDante,Petrarca,Boccaccio, acompaadosdeotrosmsrecientescomoMacchiavelli,Ariosto,Tasso,Goldonio Parini. Juntoaestos,cabehablardelosescritoresitalianoscoetneos.Laliteratura italianadeesosaosestabadominadaporelneoclasicismoyporelincipiente romanticismoque ya apuntaba a partir de1815, y cuyos autores se habanformado, porcierto,enelgustoneoclsico.Lasdirectricesdominantesdeesosmomentos,y desde finales del XVI I I , en Italia son el redescubrimiento del clasicismo de la mano de Winckelmann o Lessing, por ejemplo, el resurgir del platonismo y de la bsqueda de la bellezaidealenelarteyenlasletras...Sinembargo,sepercibeyaunclaro protorromanticismoen esos momentos en la superacin de la rigidez normativa de la Arcadiaprecedente,enla introduccindeRousseau,enel osianismoy el cultoa la poesa popular,en la recuperacinde Vico,en la obra de Alfieri, etc., que empieza a insinuarseenuncambiodesensibilidadenciertosautores,comoFoscolo,ms tmidamente en la prosa ilustre y liberal de Pietro Giordani,pero inclusoperceptible en algunos momentos en la poesa de Monti, sin duda ulica y fastuosa, tan amante de la reelaboracin neoclsica de los mitos y temas ofrecidos por la tradicin literaria, por otra parte. Incluso detrs de las discusiones de la poca sobre la corrupcin de la lengua literaria y el necesario o no retorno a las posiciones del siglo XIV, es decir de la polmica entorno al clasicismo que surge a partir de las importantesProposte dialcunecorrezioni ed aggiunte al vocabolario dellaCrusca de Monti(1817-1826), se percibe ya lo que ser untemafundamentaldelromanticismoitalianoposterior,anticipandotantolas discusiones entre clasicismoversus romanticismo como las teoras manzonianassobre la expresin lingstica, y los estudios de Tommaseo, por citar unos casos. Es esta Italia protorromntica en muchos aspectos, anclada por un lado entre la poesadeMontiydeotrospoetasmenoresdesumismaescuela,comoIppolito Pindemonte (1753-1828)o Cesare Arici (1782-1836)-famoso, por otra parte, como traductorde Virgilio-,y porelotroladoenlahistoriaylaprosapatriticadeun Mazzini, un Cattaneo, un Berchet, o un Vincenzo Gioberti; esta Italia donde imperan la prosa ilustre de Giordani, o la historiografa de Pietro Colletta, el neoclasicismo de la escuela montiana junto a la poesa sentimental, la prosa memorialista, y las primeras muestrasde novela histrica conManzoni;es una Italia que acoge conprudencia el romanticismo europeo con la difusin de los escritos de Mme de Stal, de los hermanos Schlegel y de Schiller o Goethe, de Byron o Chauteaubriand, y de Walter Scott, y que empieza a mostrar un cierto cambio de sensibilidad, muy moderado respecto al gusto romntico imperante fuera de sus fronteras, pero que estar siempre contaminadode referencias polticas resurgimentales, as como de la polmica contra el clasicismo, tan persistente en un pas de fuerte tradicin literaria. Sinembargo,elanlisisdelastraduccionesregistradasdelitalianoporesas fechas no muestran demasiada atencin ni conocimiento profundo por ese particular momento efervescente de la historia literaria italiana reciente. Destacan, en este sentido, algunosautorescomoMacchiavelli,conuna traduccindeEl prncipepublicada en Madrid por Amarita en 1821 (algo anterior al centenario de su muerte, que se celebraba en 1827); Goldoni, cuya traduccin de La buena criada, obra de Fermn Rey, se public en Madrid hacia1804; y sobre todo Vittorio Alfieri y Torquato Tasso. Hay que decir, en lo referente a Goldoni, que su presencia en mbito hispnico es sin duda relevante en este perodo que abordamos, siendo muy interesante el estudio de la recepcin. No obstante,portratarsedeedicionesenitalianodesusobrasteatrales,publicadasen Barcelona ya sea por Generas, Dorca o Roca, caen fuera del estudio de la historia de la traduccin, que nos ocupa aqu.1Ni qu decir tiene que la recepcin catalana es muy posterior, dado que las primeras muestras de traducciones de obras goldonianas a esta lengua se sitan a principios del siglo XX. Unamencinespecialmerecenasmismodosautoresrelevantes,comoson Ugo Foscolo y Alessandro Manzoni, junto con un tercero, Silvio Pellico, cuya recepcin, sin embargo, se inicia en Espaa pocos aos despus de cerrar el perodo que abordamos aqu, es decir en los inmediatos aos 1830, en los tres casos, siendo claramente subsidiaria del gusto romntico, y dependiente, por lo tanto, del perodo inmediatamente anterior. 1 En el primer tercio del siglo se publicaron, todas en Barcelona, las siguientes obras de Goldoni en italiano: L'amore della patria.Tratta dalla commediadell'abbateP. Chiari(Generas,1801); La scelta dello sposo (Generas, 1806);Lasposa ditre mariti(Dorca,1819); AdeladiLusignano(Dorca1819),AurelianoinPalmira(Roca, 1822);LaschiavainBagdad(Roca,1822);Ilmatrimoniosegreto (Dorca,1822);Il falegnamediLivonia (Dorca,1822);Ipretendentidelusi (Dorca,1823);Ilcarnevale diMilano(Dorca,1823). Dichastraduccionesconsistenenlasltimascartasde J.Ortis,deUgoFoscolo, publicadas por A. Bergnes y Ca. en Barcelona en 1833 (reeditada en 1834), al parecer distinta de la versin anterior, obra de Jos Antonio Miralla, publicada por primera vez por la Imprenta Fraternal de Dios de La Habana en1822 (de escasa circulacin entre nosotros), reeditada en1835 por la Imprenta Argentina de Buenos Aires. En segundo lugar, la primera traduccin castellana de la obra maestra de Manzoni, conocida en un primer momento como Lorenzo o los prometidos esposos, en la traduccin de Flix Enciso Castrilln, editada en Madrid en 1833, novela que habra de conocerse ms tarde con el polmico ttulo de Los novios (,historiamilanesa del siglo XVI),que como es sabido se aleja del originalIpromessisposi, obra del traductor Juan Nicasio Gallego,presentada en cuatro volmenes por la Imprenta AntonioBergnes de Barcelona en1836-1837. En el mismo sentido, cabe hablar de Mis prisiones, de Silvio Pellico, obra que se presenta en traduccin castellana de un tal O. A. S. B. en Pars en1835 en dos ediciones, y en Burdeos, en traduccin castellana tambin de Pedro Martnez Lpez, en 1836. Y ya en nuestropas,entraduccinde A.RetondoporlaImprentaAguadodeMadriden 1837 y1838. Al margen de esta breve, pero significativa, presencia de la literatura italiana en Espaa, se abren los dos captulos ms relevantes, correspondientes como decamos, a Tasso y Alfieri. Enel primercaso,es decir el de la recepcinde Tassoentre1800y 1830, cabe citar las siguientes traducciones: en primer lugar, el poema pico El Godofredo o la Jerusaln restauradla, traducido en verso del italiano por Melchor de Sas, y publicado por la Imprenta de Toms Gorchs de Barcelona en1817 en dos volmenes, as como otra versin, obra de Juan Sedeo, conocida como La Jerusaln libertada, traducida en octavas y publicadaen Barcelona en1829en dos volmenes,esta vez porla Vda.e Hijosde Gorchs.Destacala siguiente traduccinconstatablede esta obra,ilustrada profusamente, con el mismo ttulo de la precedente, pero "traducida al castellano de la traduccin francesa hecha en prosa en 1774, corregida y publicada en 1814 por Antonio IzquierdodeWasteren",talcomoreza,publicadaasmismoendosvolmenesen Madridporelimpresory librero Toms Jordn,aunqueen1832.Setratadeunas primerasmuestrasde la obrade Tassoennuestropas-no la primeraestrictamente hablando, por descontado-, ya que como es sabido el grueso de su recepcin es bastante posterior. Pero sin duda la obra que ms atencin mereci de su produccin habra de ser la fbula pastoril que se conoce como LAminta,traducida en castellano ya a principios del siglo XVI I , pero ampliamente presente en el perodo de 1800-1830 que abordamos. En efecto, hallamos varias ediciones de esta obra maestra, desde la traduccin de Juan de Juregui, publicada por Edicin Estereotpica de Madrid en 1804 (con el monograma de la Academia Espaola),con sucesivas ediciones en1811en Madrid y en1820 en Burdeos,as comootrade1820deBarcelona(Imprentade JosBusquets)hecha a partir de la primera edicin italiana (es decir, con el razonamiento de Tirsi al final del primeracto).Lamismaversinde JureguisereimprimeporEusebioAguadode Madrid en 1829 en una edicin muy cuidada de tan slo 200 ejemplares, precedida de una advertencia al editor escrita por Fermn Caballero y con notas de Hidalgo. Un ao ms tarde (1830) aparece editada de nuevo por la Imprenta de Miguel de Burgos, de Madrid.Nomencionaremoslas siguientes ediciones de la mismatraduccin,que se suceden a partir de esta fecha, ya que caen fuera de nuestro campo de estudio, pero es obvioqueesaversinde Juande Jureguide1607(Roma)-oriundodeSevillay cortesano de los reyes Felipe III y Felipe IV, muerto en Madrid en 1650- constituye el texto base de la traduccin del original de Tasso que se conoce en Espaa, y que ha sido recurrentemente incluida en varias colecciones prestigiosas de clsicos. Existe, por otra parte, otra edicin castellana de esta obra que retoma la anteriormente publicada en Sevilla en 1618 (publicada junto a las Rimas de Juan de Juregui, en las pginas de la 1 a la 92), ya reimpresa anteriormente como tomo VI de la "Coleccin de poetas espaoles de D. Ramn Fernndez" en 1786, por cierto. sta se presenta en Madrid en 1822, en las pginas de la 207 a la 294 de la traduccin del Artede amar de Ovidio. Captuloaparte merecen las traduccionesde la obra apcrifaNoches deTasso, traduccindeLeveglie diTasso,publicadasporelexiliadoGiuseppeCompagnoni durante su estancia en Francia, y editadas en Pars en1800. De dicha obra, que goz de una notable aceptacinen Francia e Italia, por cierto, existen variastraducciones espaolas, empezando por la versin castellana directa del italiano de un tal D. F. M. S. y R., publicada en Barcelona en1832 por la Librera de Jos Torner(Imprenta de J . Verdaguer). Asimismo, cabe hacer mencin de la traduccin libre del original italiano, acompaada por una sucinta biografa del autor, que publica con licencia A. Bergnes y Ca.enBarcelonatambinen1832.Estatraduccin,aunquenoespecificabael traductor, sabemos que fue obra del insigne Manuelde Cabanyesacompaadode J . Roca Cornet, y fue publicada antes del 23 de agosto de ese ao. De ella aparecer una segundaedicinilustradapublicadaenBarcelonaen1839(conposterioridadala muerte de Cabanyes), editada por la Librera de Serafn Bergnes. Lo cierto es que tanto D. F. M. S. y R., como Cabanyes y Roca Cornet creyeron estar traduciendo una obra de Tasso, puesto que ignoraban cul era verdaderamente su autor. Por lo tanto, a efectos de la recepcin espaola de Tasso, hay que incluir dichas traducciones, perfectamente vlidas para los autores de la poca. Ciertamente nadie pondr en duda la maestra deL'Aminta,fbula pastoril a mediocaminoentrelaglogadialogaday elmelodrama,dondeelautornarralos amores del pastor Aminta por la ninfa Silvia, que al final se muestra condescendiente. Esta historia, donde la temtica sentimental se viste de un preciosismo literario, y de un gran refinamiento cortesano, para acabar proyectndose en el mundo mtico, en un ambienteidlicoabarrotadodereferenciasliterarias,debiseducirfcilmentealos traductores espaoles que mencionamos -as como lo hizo con Leopardi-, y merece sin dudala atencinque suscit entre nosotros,pero sorprende,quiz, que superara en este perodo histrico a otra gran obra de Tasso, es decir al poema heroico La Gerusalemme liberata, de gustosinlugaradudasmstrgico,deexpresinlricamsbarroca,de sensibilidad ms turbulenta y protorromntica, en fin, ms acorde con los tiempos. Elsegundocasoqueproponamos,lastraduccionesde Alfieriaparecidasen estas fechas, nos sitan de lleno dentro del inters de la poca por la tragedia de temtica clsica. En esos aos nos constan un total de cinco obras dramticas alfierianas, sobre todopublicadasenMadrid,aunquenoexclusivamente.Asaber:Romalibre,en traduccin de Antonio Savin -que es un nombre recurrente en este caso- publicada en Cdiz en 1812 -fecha y lugar no casuales, por cierto, como tampoco el ttulo escogido-por la Imprenta Tormentaria, edicin retomada por la Imprenta que fue de Garca, de Madrid, en 1820. Del mismo traductor es la versin castellana de Polinice o los hijos de Edipo publicada por la Imprenta de Catalina Piuela en Madrid en 1814. En la misma lnea cabe mencionar, sin duda, la traduccin deVirginia -una de las llamadas "tragedias de libertad" del autor-, obra de Dionisio Sols, publicada por la Imprenta Repulls en Madrid en1813, con reedicin aos ms tarde, en un contexto histrico distinto per sin duda con una funcionalidad similar, en Madrid en1869.Merope, por su parte, en traduccincastellanadeMigueldeBurgos,aparecipublicadaporlaImprentade BurgosenMadridporlasmismasfechas,enconcretoen1815.Mientrasque Orestes fue publicada sin mencin del traductor por la I mprenta que fue de Garca en ese mismo ao y ciudad, siendo reeditado por la Imprenta de I ldefonso Mompi de Valenciaen1815y en1816.Porciertoqueambasobrassereproponenms tardeallectorespaol,aligualqueocurriconlatragediaVirginia-.Meropeen 1870,porobrade J .EugenioHartzenbusch,enunaedicinquese presentaen Barcelona; yOrestes en traduccin de Santiago I nfante de Palacios, por la I mprenta RamrezyCatambindeBarcelona,en1869.Niqudecirtienequedicha recepcinesunode loscasosmsfehacientesde apropiaciny utilizacindela imagen de un escritor, y su colocacin histrica en estos dos momentos de nuestro siglopasado-quenohemosqueridodesligar,nipodemoshacerlosinperdersu verdadero significado- nos habla bien a las claras de la imagen que Alfieri muestra en Espaa por entonces.Losorprendentequiz, y slo en parte,es que hayaque esperarbastantesaos-hastaprincipiosdelsigloXX,paraserexactos-antesde ver traducido en castellanoDellatirannide(1777), conocido entre nosotroscomo elTratado de la tirana,el mismo que en1832, sin embargo, aparece publicado en Pars en versin portuguesa. Y decimos slo en parte porque muyprobablemente dichaobra,dondesedesarrollaelconceptoalfierianodelibertad,fueradeun propsito demasiado explcito para el contexto espaol, mientras que ste, aunque nodesapareca,ciertamentepermanecamsveladoenlastragediasdelautor italiano. Pero lo cierto es que el gusto por el teatro en verso, y por las figuras heroicas, porel mpetuy el ardorlrico del autor,encajabaperfectamente en esasensibilidad protorromnticadelmomento.Hayque ponerde manifiesto,sin embargo,que los traductores prefirieron no las obras de Alfieri que pasan por ser sus mejorestragedias, es decir el Sal y la Mirra, sino otras de menor relevancia, pero donde la representacin lricadelossentimientossemuestra,noobstante,contodasuviolencia(comoen Polinice o enOrestes, por ejemplo,). Lo cierto es que en el contexto espaol de esos aos1800-1830hallamos una laguna absoluta en lo referente a los clsicos italianos, especialmenteDante,Petrarca (cuyos V centenariode la muerte en1821, y V centenariodel nacimientoen1804, respectivamente, pasan completamente desapercibidos), y Boccaccio, as como Ariosto (se prefiere a Tasso,comovimos),o Vico(cuyarecepcines algoposterior,a decir verdad). Por su parte, de los autores del siglo XVI I I , relativamente recientes, por tanto, se prefiere claramente a Alfieri, a la vez que se prescinde del ilustrado Parini, mientras que Goldoni interesa sobre todo en relacin a las representacionesteatrales, y slo en italiano. Y entre los coetneos, tanto Foscolo como Manzoni empezarn a ser conocidos entre nosotrosalgomstarde,enla mismadcadade losaos1830,mientrasque Leopardi,comosabemos,gozadeunarecepcinmuchomstarda,plenamente contempornea. Nada podemos decir de los autores neoclsicos italianos, que marcan la primeraparte delperodoestudiado:ni VincenzoMonti,ni VincenzoCuoco,ni Cesare Arici, ni Ippolito Pindemonte, por no hablar ya de un Romagnosi, un Fornaciani, unPerticari,unColletta,nisiquieradeunPietroGiordani.Ytampocoesanueva sensibilidad que ya se respira al final de ese perodo en Italia, en obras como las de Di Breme o Vincenzo Gioberti, en los escritos de Giuseppe Manzini o Giovanni Berchet. O en Borsieri, en Silvio Pellico, en Cesare Balbo. O, en fin, en los estudios de Tommaseo. Ni siquiera el teatro romntico italiano -un Niccolini, un Giraud, etc.- est representado eneste captulodelastraduccionesenEspaa,porentonces.Paraalgunosdeesos autoreshabrque esperaranunosaosparaello;otrosni siquieragozarnde esa suerte. Pero resulta de todo punto evidente que la traduccin -as como la recepcin en general- se orienta en un determinado sentido, aqu como en otros contextos, y como siempreocurre,porotraparte,respondiendoaunaciertafuncionalidadquecobra significadogracias,precisamente,alcontextohistricodelsistemadeacogida, prescindiendo, en muchos casos, no en todos, del significado o valor de los autores en su pas de origen. Es, como decamos al principio, una lectura, que pone en evidencia su carcter de apropiacin.