la lÍrica en el tiempo

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Page 1: LA LÍRICA EN EL TIEMPO

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LÍRICA ANTIGUA ORIENTAL

Kalidasa

Versos Suelos IX

Este día es la vida, la esencia misma de la vida. En su breve curso están todas las verdades y realidades de tu existencia: la bendición del desarrollo, la gloria de la acción, el esplendor de las realizaciones.

Porque el ayer es sólo un sueño. Y el mañana sólo una visión. Pero… el hoy bien vivido hace de todo ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza. ¡Cuida bien, pues, este día.

“Los grandes espíritus son como las nubes: recogen para derramarse.”

LÍRICA ANTIGUA CLÁSICA GRIEGA

Píndaro

A propósito de que de Gea descienden tanto los dioses como los hombres ("Hombres y dioses debemos el soplo a la

misma madre"):

"El de los hombres, él de los dioses, un origen;

pues algo común respiramos

de una madre ambos; (*)

pero nos separa un distinto tipo de poder,

pues uno es nada,

mientras el otro tiene su sede segura en un férreo y perenne cielo.

Pero nos asemejamos en algo a los inmortales

sea por la grandeza del espíritu,

sea por naturaleza,

y no sabemos, ni de día ni de noche,

a dónde el destino nos prescribe ir,

hacia qué fin."

(*) Una misma madre dio la vida a ambas razas.

Solón de Atenas

... La Moira es, en efecto, quien da a los humanos el bien y el mal y son inevitables los dones de los dioses inmortales.

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En todas las acciones hay riesgo y nadie sabe en qué va a concluir un asunto recién comenzado. Así que uno que pretende obrar bien no ha previsto que se lanza a un duro y enorme desastre, y a otro, que obró mal, le concede un dios para todo la suerte del éxito, que contrarresta su propia torpeza. De la riqueza no hay término alguno fijado a los hombres; pues ahora entre nosotros el que más bienes tiene el doble se afana. ¿Quién puede saciarlos a todos? Las ganancias, de cierto, las dan a los hombres los dioses, y de ellas procede el desastre, que Zeus de cuando en cuando envía como castigo, y ya uno, ya otro lo recibe.

Safo de Lesbos Inmortal Afrodita, la de trono pintado, hija de Zeus, tejedora de engaños, te lo ruego: no a mí, no me sometas a penas ni angustias el ánimo, diosa. Pero acude acá, si alguna vez en otro tiempo, al escuchar de lejos de mi voz la llamada, la has atendido y, dejando la áurea morada paterna, viniste, tras aprestar tu carro. Te conducían lindos tus veloces gorriones sobre la tierra oscura. Batiendo en raudo ritmo sus alas desde el cielo cruzaron el éter, y al instante llegaron. Y tú, oh feliz diosa, mostrando tu sonrisa en el rostro inmortal, me preguntabas qué de nuevo sufría y a qué de nuevo te invocaba, y qué con tanto empeño conseguir deseaba en mi alocado corazón. "¿A quién, esta vez voy a atraer, oh querida, a tu amor? ¿Quién ahora, aySafo, te agravia? Pues si ahora te huye, pronto va a perseguirte; si regalos no aceptaba, ahora va a darlos, y si no te quería, en seguida va a amarte, aunque ella resista". Acúdeme también ahora, y líbrame ya de mis terribles congojas, cúmpleme que logre cuanto mi ánimo ansía, y sé en esta guerra tú misma mi aliada.

Anacreonte

A mí mismo

Están grises ya mi sienes,

mi cabeza es cana y viejos

son mis dientes; ya no tengo

mi agradable juventud.

De la vida más sabrosa

me quedó no mucho tiempo;

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por lo cual sollozo, a veces,

mucho al Tártaro temiendo.

Porque horrible es la caverna

de Plutón, y trabajoso

el descenso; y quien desciende

no podrá nunca subir.

LÍRICA ANTIGUA CLÁSICA ROMANA

Virgilo Bucólicas

Égloga I. Tírito y Melibeo

Mel.- Tú, Títiro, a la sombra descansando desta tendida haya, con la avena el verso pastoril vas acordando. Nosotros, desterrados; tú, sin pena, cantas de tu pastora, alegre, ocioso, y tu pastora el valle y monte suena. Tít.- Pastor, este descanso tan dichoso Dios me lo concedió, que reputado será de mí por dios aquel piadoso, Y bañará con sangre su sagrado altar muy muchas veces el cordero tierno, de mis ganados degollado. Que por su beneficio soy vaquero, y canto, como ves, pastorilmente lo que me da contento y lo que quiero.

Horacio

Carminum III, 25 (A Baco)

¿Adónde, Baco, me arrebatas, lleno de ti?

¿A qué bosques, a qué cavernas

soy arrastrado velozmente por una mente nueva?

¿En qué antro seré oído

meditando introducir la gloria eterna

del egregio César en los astros y en la asamblea

de Júpiter? Cantaré lo insigne, lo nuevo,

lo que ninguna boca ha cantado.

No de otro modo que la insomne Bacante

se queda atónita mirando desde la cumbre el Hebro,

la Tracia blanca por la nieve

y el Ródope hollado por pie bárbaro:

así a mí me complace, extraviado,

admirar las riberas y los bosques desiertos.

* Bacante: Mujer descocada, ebria y lúbrica.

LÍRICA ANTIGUA MEDIEVAL

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Gonzalo Berceo

Milagros de Nuestra Señora

(…)

Pero quiero dejar los pájaros cantores,

Las sombras y las aguas, las antes dichas flores:

Quiero de estos frutales, tan llenos de dulzores,

Hacer algunos amigos y señores.

Me quiero en estos árboles un ratito subir

-es decir, quiero algunos milagros escribir-.

La Gloria me guíe que lo pueda cumplir,

Que solo no podría bien airoso salir.

Tendré por un milagro más que hace la Gloriosa

El que quiera guiarme a mí esta cosa:

Madre, llena de gracia, Reina poderosa,

Guíame Tú en esto, Tú que eres piadosa.

LÍRICA MODERNA RENACIMIENTO

Fray Luis de León

A la Vida Retirada ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas y mortal cuidado? ¡Oh campo, oh monte, oh río! ¡Oh secreto seguro deleitoso! roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso.

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Gutierre de Cetina

Ojos claros serenos Ojos claros, serenos, si de un dulce mirar sois alabados, ¿por qué, si me miráis, miráis airados? Si cuanto más piadosos, más bellos parecéis a aquél que os mira, no me miréis con ira, porque no parezcáis menos hermosos. ¡Ay, tormentos rabiosos! Ojos claros, serenos, ya que así me miráis, miradme al menos.

Juan Boscán

Villancicos 1 Si no os uviera mirado no penara, pero tampoco os mirara. Veros harto mal á sido, mas no veros peor fuera; no quedara tan perdido pero mucho más perdiera. ¿Qué viera aquél que no os viera? ¿Cuál quedara, señora, si no os mirara?

Garcilaso de la Vega

Copla VIII

Nadi puede ser dichoso, señora, ni desdichado, sino que os haya mirado. Porque la gloria de veros en ese punto se quita que se piensa en mereceros. Así que, sin conoceros, nadi puede ser dichoso, señora, ni desdichado, sino que os haya mirado.

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LÍRICA MODERNA BARROCO

Francisco de Quevedo

A un avariento

En aqueste enterramiento

Humilde, pobre y mezquino,

Yace envuelto en oro fino

Un hombre rico avariento.

Murió con cien mil dolores

Sin poderlo remediar,

Tan sólo por no gastar

Ni aun gasta malos humores.

Luis de Góngora

A los celos

¡Oh niebla del estado más sereno, Furia infernal, serpiente mal nacida! ¡Oh ponzoñosa víbora escondida De verde prado en oloroso seno! ¡Oh entre el néctar de Amor mortal veneno, Que en vaso de cristal quitas la vida! ¡Oh espada sobre mí de un pelo asida, De la amorosa espuela duro freno! ¡Oh celo, del favor verdugo eterno!, Vuélvete al lugar triste donde estabas, O al reino (si allá cabes) del espanto; Mas no cabrás allá, que pues ha tanto Que comes de ti mesmo y no te acabas, Mayor debes de ser que el mismo infierno.

LÍRICA CONTEMPORÁNEAROMANTICISMO (SIGLO XIX)

Víctor Hugo

A una mujer

¡Niña!, si yo fuera rey daría mi reino, mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado, mi corona de oro, mis piscinas de pórfido, y mis flotas, para las que no bastaría el mar, por una mirada tuya. Si yo fuera Dios, la tierra y las olas,

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los ángeles, los demonios sujetos a mi ley. Y el profundo caos de profunda entraña, la eternidad, el espacio, los cielos, los mundos ¡daría por un beso tuyo!

* Pórfido: Roca compacta y dura, formada por una sustancia amorfa

Gustavo Adolfo Bécquer

Volverán las oscuras golondrinas Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán; pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquéllas que aprendieron nuestros nombres... ésas... ¡no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aun más hermosas, sus flores se abrirán; pero aquéllas, cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día... ésas... ¡no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de su profundo sueño tal vez despertará; pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido..., desengáñate: ¡así no te querrán! Sílabas: Versos de once y de siete sílabas Rima: Asonancia en á en los versos pares.

José Zorrilla

Cristo, legislador Cristo, legislador, no escribió nada; ni papiro dejó ni un pergamino: quedó tras Él su espíritu divino, su fe con su memoria inmaculada. Cristo, rey, no empuñó cetro ni espada; en el polvo sembró de su camino de su fe la semilla; a su destino dejándola y al tiempo encomendada. Germen de amor, de paz, de fe y cariño, culto del alma, religión interna,

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de fausto exenta y de mundano aliño, la propagó el amor, la amistad tierna, la fe del pobre, la mujer y el niño: y por eso es veraz, única, eterna.

LÍRICA CONTEMPORÁNEA REALISMO(SIGLO XIX)

Walt Whitman

Canto a mí mismo

1. Me celebro y me canto a mí mismo. Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti, porque lo que yo tengo lo tienes tú y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

Vago... e invito a vagar a mi alma. Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra para ver cómo crece la hierba del estío. Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí, de esta tierra y de estos vientos. Me engendraron padres que nacieron aquí, de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí, de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.

Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta. Y con mi aliento puro comienzo a cantar hoy y no terminaré mi canto hasta que muera. Que se callen ahora las escuelas y los credos. Atrás. A su sitio. Sé cuál es su misión y no la olvidaré; que nadie la olvide. Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal, dejo hablar a todos sin restricción, y abro de para en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada.

LÍRICA CONTEMPOÁRANEA MODERNISMO HISPANOAMERICANO(SIGLO XIX)

Rubén Darío

Sonatina

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y vestido de rojo piruetea el bufón.

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La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar; ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Manuel Gutiérrez Nájera

Resucitarán

Los pájaros que en sus nidos mueren, ¿a dónde van? ¿Y en quelugar escondidos están, muertos o dormidos, los besos que no se dan? Nacen, y al punto traviesos hallar la salida quieren; ¡pero como nacen presos, se enferman pronto mis besos y, apenas naces, se mueren! En vano con raudo giro éste a mis labios llegó. Si lejos los tuyos miro... ¿sabes lo que es un suspiro? ¡Un beso que no se dio! ¡Que labios tan carceleros! ¡Con cadenas y cerrojos los aprisionan severos, y apenas los prisioneros se me asoman a los ojos!

José Martí

Fuera del mundo

Fuera del mundo que batalla y luce Sin recordar a su infeliz cautivo, A un trabajo servil sujeto vivo Que a la muerte temprano me conduce. Mas hay junto a mi mesa una ventana Por donde entra la luz; y no daría

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Este rincón de la ventana mía ¡Por la mayor esplendidez humana!

José Asunción

A un pesimista

Hay demasiada sombra en tus visiones, algo tiene de plácido la vida, no todo en la existencia es una herida donde brote la sangre a borbotones. La lucha tiene sombra, y las pasiones agonizantes, la ternura huida, todo lo amado que al pasar se olvida es fuente de angustiosas decepciones. Pero, ¿por qué dudar, si aún ofrecen en el remoto porvenir oscuro calmas hondas y vívidos cariños la ternura profunda, el beso puro y manos de mujer, que amantes mecen las cunas sonrosadas de los niños?

LÍRICA CONTEMPORÁNEA VANGUARDISMO POSMODERNIMO (SIGLO XX)

Guillaume Apollinaire (cubista)

El cochecito

André Bretón (surrealista)

La unión libre

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Mi mujer cabellera de lumbre de leño Pensamientos de relámpagos de calor Talle de reloj de arena Mi mujer talle de nutria bajo los dientes del tigre Mi mujer boca de escarapela y de ramillete de estrellas de última magnitud Dientes de huellas de ratón blanco sobre la tierra blanca Lengua de ámbar y de vidrio frotados Mi mujer lengua de hostia apuñalada Lengua de muñeca que abre y cierra los ojos Lengua de piedra increíble Mi mujer pestañas de palotes de escritura de niño Cejas de borde de nido de golondrina Mi mujer sienes de pizarra de invernadero Y de vapor en los cristales

* Escarapela: Adorno distintivo

Antonio Machado

Coplas Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo ya nadie sabe el autor. Tal es la gloria, Guillén, de los que escriben cantares: oír decir a la gente que no los ha escrito nadie. Procura tú que tus coplas vayan al pueblo a parar, aunque dejen de ser tuyas para ser de los demás. Que, al fundir el corazón en el alma popular, lo que se pierde de nombre se gana de eternidad.

Arthur Rimbaud

Canción de la torre más alta Ociosa juventud sometida a todo, por delicadeza he perdido mi vida. Ay, que venga el tiempo en que los corazones se enamoren. Me dije: abandona, y que no se te vea, y sin la promesa de más altos gozos. Que nada irrumpa el augusto retiro.

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He tenido tanta paciencia que para siempre olvido. Temores y dolores han subido al cielo. Y la dañina sed oscurece mis venas.