la lÍrica de amor durante el reacimiento

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1 LA LÍRICA DE AMOR DURANTE EL RENACIMIENTO (Detalle de Nacimiento de Venus, Botticelli) 1. ANTECEDENTES La corriente poética que recorre Europa durante todo el Renacimiento es, sin duda alguna, el Petrarquismo, que arranca del Cancionero de Petrarca y tiene su origen en la primera mitad del siglo XIII, durante la cual conviven en Italia dos corrientes poéticas: a) Por una parte, la que bebe directamente de la tradición provenzal-trovadoresca, en la que predominan las convenciones del amor cortés, que son un calco literario del sistema feudal. b) Por otra, la escuela siciliana, temáticamente emparentada con la anterior, pero creadora de innovaciones formales que se consagran para caracterizar todo el posterior Renacimiento europeo: el verso endecasílabo, combinado a veces con el heptasílabo, y la más fructífera combinación estrófica, el soneto. Esta corriente se extiende a la Toscana. Pero en la segunda mitad del siglo irrumpe una nueva corriente que tiene su foco en Bolonia y, sobre todo, Florencia. Entre los poetas que integran esta nueva poesía destacan especialmente los florentinos Guido Cavalcanti y Dante Alighieri. Su poesía, marcadamente innovadora se conoce como dolce stil novo. La expresión está extraída de un verso de la Divina Comedia de Dante.

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Apuntes Literatura Universal

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Page 1: LA LÍRICA DE AMOR DURANTE EL REACIMIENTO

1

LA LÍRICA DE AMOR DURANTE

EL RENACIMIENTO

(Detalle de Nacimiento de Venus, Botticelli)

1. ANTECEDENTES

La corriente poética que recorre Europa durante todo el Renacimiento es, sin duda

alguna, el Petrarquismo, que arranca del Cancionero de Petrarca y tiene su origen en la primera

mitad del siglo XIII, durante la cual conviven en Italia dos corrientes poéticas:

a) Por una parte, la que bebe directamente de la tradición provenzal-trovadoresca,

en la que predominan las convenciones del amor cortés, que son un calco literario

del sistema feudal.

b) Por otra, la escuela siciliana, temáticamente emparentada con la anterior, pero

creadora de innovaciones formales que se consagran para caracterizar todo el

posterior Renacimiento europeo: el verso endecasílabo, combinado a veces con el

heptasílabo, y la más fructífera combinación estrófica, el soneto. Esta corriente se

extiende a la Toscana.

Pero en la segunda mitad del siglo irrumpe una nueva corriente que tiene su foco en

Bolonia y, sobre todo, Florencia. Entre los poetas que integran esta nueva poesía destacan

especialmente los florentinos Guido Cavalcanti y Dante Alighieri. Su poesía, marcadamente

innovadora se conoce como dolce stil novo. La expresión está extraída de un verso de la

Divina Comedia de Dante.

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Fresco de la catedral de Orvieto en el que se representa al poeta Dante, de Luca Signorelli.

1.1. DANTE ALIGHIERI

Nació en Florencia en 1265. Como hemos dicho, formó parte del grupo de poetas del

dolce stil novo. En su juventud se entregó con pasión a la creación poética, cuyo ideal

espiritual y amoroso estaba centrado en la figura de Beatriz, dama a la que había conocido

cuando ambos eran aún niños y a la que reencontró unos años después. A tenor de la

importancia literaria de Beatriz en la obra literaria de Dante, cabe suponer que el amor

platónico que sintió el autor por la dama fue obsesivo, pero no existe constancia de que

llegaran a conocerse más que superficialmente. De esta etapa juvenil son los poemas (sonetos

y canciones entre los que se intercalan textos en prosa) que después reuniría en una de sus

obras capitales, Vita nuova, de clara adscripción stilnovista.

La muerte de Beatriz con apenas veinte años de edad, sumió al poeta en una profunda

crisis, que lo llevó a entregarse en profundidad al estudio. A los treinta años se casó con una

dama florentina con la que tuvo cuatro hijos.

Dante participó activamente en la política. Perteneció a los güelfos, una de las

facciones que agitaron la vida política florentina de aquella época. Ocupó el cargo de

magistrado de la ciudad de Florencia. Fue desterrado de la ciudad al ser partidario de la

facción blanca del partido. Durante su exilio se pasó al bando de los gibelinos y escribió,

entre otras obras, la Divina Comedia. Jamás regresó a Florencia y murió en Rávena en 1321.

1.2. FRANCESCO PETRARCA

Nació en Arezzo en 1304, pero se instaló en Aviñón (Francia) con sus padres cuando

sólo tenía ocho años. Fue también en Aviñón donde conoció a Laura, de quien se enamoró

instantáneamente y que sería para siempre la inspiradora de toda su poesía amorosa. Parece

ser que ella nunca aceptó de Petrarca más que un trato de cordial espiritualidad. La distancia

que siempre mantuvieron no fue suficiente para apagar en el poeta el ardor amoroso; por ello

recibirá con gran dolor la noticia de que Laura había muerto como una de las miles de

víctimas de la peste que asolaba Europa desde el año anterior.

La poesía stilnovista responde al declive del

sistema feudal y a la mentalidad de la nueva clase

emergente: frente a la nobleza de sangre (heredada)

se proclama la importancia de la nobleza de corazón,

el cor gentil, propia del hombre que alcanza valor

por su propio mérito y su esfuerzo, y que se

manifiesta en su manera de sentir el amor. Este se

entiende como símbolo de la divinidad y su

destinataria es la donna angelicata, venerada como

medio de perfeccionamiento del alma del

enamorado, que de este modo aspira a ganarse el

cielo.

Formalmente, los poetas del stilnovismo

contribuyen a arraigar las innovaciones de los poetas

sicilianos de la primera mitad del siglo.

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Estudió leyes en la universidad de Bolonia. Trabajó toda su vida al servicio de la

Iglesia. Viajó por toda Italia, Francia y Alemania, viajes en los que entabló amistad con

muchas personalidades de la cultura de su época, entre ellas, la que le unió

inquebrantablemente con Giovanni Boccaccio.

Dedicó la mayor parte de su vida a la labor

filológica de recuperar y divulgar a los clásicos latinos,

así como a su propia creación literaria, que sometió a

constante revisión. Murió cerca de Padua en 1374.

Francesco Petrarca cultivó tanto la literatura en

latín como en la lengua vernácula (o vulgar) italiana. En

lengua vulgar escribió dos obras: el Cancionero y Los

triunfos, largo poema alegórico-narrativo con el que

siguió la estela de Dante.

Francesco Petrarca

El Cancionero

Habría de ser la vena lírica de Petrarca empleada en la expresión del amor la que

influyera decisivamente en toda la poesía renacentista europea, dando lugar a la corriente

denominada petrarquismo. Todas las composiciones líricas en lengua italiana las recogió

Petrarca en el Cancionero, que fue ampliando a lo largo de toda su vida desde 1330 y que

sometió a constantes revisiones hasta el momento mismo de su muerte. En su forma

definitiva, esta obra consta de 366 poemas, con predominio absoluto de los sonetos, aunque

figuran también canciones y otros subgéneros líricos.

En el Cancionero confluyen tres corrientes: la de la tradición provenzal, cuyo código

del amor cortés sigue ejerciendo un importante influjo; la de la poesía de la corte siciliana

del siglo anterior, que impuso sus innovaciones formales, y la influencia más directa del

dolce stil novo.

El tema principal es el amor, y en relación con él todo el conjunto se divide en dos

partes: “En vida de Laura” y “En muerte de Laura”. La obra aborda múltiples sutilezas y

matices del sentimiento amoroso: la pasión desasosegante del amor no correspondido, el

deseo de liberarse del sufrimiento provocado por la pasión, el anhelo de la contemplación

divina de Laura en el cielo, etc. Aunque Laura está presente en todos los poemas, el

verdadero centro de interés es el análisis pormenorizado de los sentimientos que ella inspira

en el poeta.

En el estilo empleado para la expresión del amor hay que destacar el uso de un lenguaje

sencillo y a la vez exquisito y el empleo abundante de recursos retóricos (antítesis, paradojas,

metáforas...) que contribuyen a sugerir matices muy variados del sentimiento.

2. EL PETRARQUISMO

Un siglo después de que Petrarca escribiera su historia amorosa en el Cancionero,

PIETRO BEMBO (1470-1547) fija la forma en que la poesía amorosa será abordada

durante el siglo XVI. Los rasgos que definen la lírica petrarquista se organizan en torno a dos

núcleos de interés: la forma de expresión y los temas poéticos.

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La expresión poética se caracteriza por lo siguiente:

Las estrofas preferidas son el soneto y la estancia, que combina endecasílabos y

heptasílabos.

Los poemas se agrupan en cancioneros que relatan una historia amorosa unitaria.

La expresión de los sentimientos es moderada, pues el poeta debe controlar su

sufrimiento.

El lenguaje empleado aspira a la expresión sencilla y huye de los juegos verbales y

conceptuales.

El tema poético casi único es el amoroso. Su tratamiento es fruto de distintas fuentes, entre

las que destacan Platón, Ovidio, el amor cortés y, por supuesto, Petrarca. La nueva forma de

entender el amor puede descomponerse en una serie de motivos temáticos:

Concepto de amor. Se produce un enfrentamiento entre una idea espiritual y

purificadora del amor y otra impura y carnal. Las dos concepciones llevan al poeta a

debatirse entre sentimientos contradictorios.

Enamoramiento. La belleza de la amada es la causa del enamoramiento del poeta y

produce en él una herida agradable, pues la pasión amorosa da sentido a su vida. El

enamoramiento puede producirse por voluntad propia o a causa del destino ciego.

El amor tiene efectos físicos en el poeta (palidez, debilidad, timidez) y anímicos,

entre los que destaca el dolor provocado por la indiferencia de la amada o por su

ausencia.

La amada se caracteriza por su belleza y virtud. Sin embargo, encierra el defecto de

la falta de piedad hacia el enamorado, lo que la convierte en “dulce enemiga”.

El poeta enamorado se define por dos caracteres: el sometimiento a la amada y el

sufrimiento por sus desdenes o por su ausencia.

Junto al amor, otros temas aparecen en los textos como complemento de la idea central:

La naturaleza, que el Renacimiento considera reflejo de la perfección divina, es

frecuente escenario de las historias amorosas y se ajusta al tópico del locus amoenus.

La mitología es empleada con dos sentidos: como un simple adorno o como

representación del estado espiritual que el poeta quiere comunicar.

Este esquema poético creado en Italia a finales del siglo XV se exporta a otras literaturas a

lo largo del XVI. En España triunfó en los primeros años del siglo con Gracilaso de la Vega

y Juan Boscán. En fechas similares se introdujo en Portugal gracias a Francisco Sá de

Miranda y António Ferreira. Algo más tardía es la llegada a Francia, ya que hasta 1545 no

aparece el primer cancionero de estilo petrarquista de manos de Maurice Scève. En la

literatura inglesa, el petrarquismo no se incorpora plenamente hasta el último tercio del siglo

XVI con Edmond Spenser y Philip Sidney.

3. LA SUPERACIÓN DEL PETRARQUISMO

En la segunda mitad del siglo XVI comienza la transformación del petrarquismo, que se

advierte, sobre todo, en la ampliación temática de los poemas. El amor sigue siendo tema

capital de la poesía, pero fue habitual encontrarlo vinculado a otros asuntos, como el paso

del tiempo. Así sucede en la poesía de La Pléyade (grupo poético francés entre cuyos

miembros destacan Joachim du Bellay y Pierre Ronsard). Los rasgos que unifican al grupo

son los siguientes:

La aceptación del código petrarquista, aunque acaben superándolo.

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El carácter intelectual y algo elitista de su literatura.

La presencia de la personalidad de los poetas en los poemas, en los que incluyen

frecuentes referencias autobiográficas.

La variedad temática, que les llevó a escribir sobre el amor, la naturaleza, el goce de

los placeres; pero también sobre el paso del tiempo, la política y la realidad

contemporánea francesa.

El sentimiento religioso hace acto de presencia también en la segunda mitad del siglo.

Poetas como San Juan de la Cruz utilizaron el lenguaje y los motivos temáticos petrarquistas

para expresar sus experiencias místicas. Es lo que se conoce como “petraquismo a lo

divino”.

Garcilaso de la Vega