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ÍndicePortadaDedicatoriaMapadeHominumCapítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14Capítulo15Capítulo16Capítulo17Capítulo18Capítulo19Capítulo20Capítulo21Capítulo22Capítulo23Capítulo24Capítulo25Capítulo26Capítulo27Capítulo28Capítulo29Capítulo30Capítulo31Capítulo32

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Capítulo33Capítulo34Capítulo35Capítulo36Capítulo37Capítulo38Capítulo39Capítulo40Capítulo41Capítulo42Capítulo43Capítulo44Capítulo45Capítulo46Capítulo47Capítulo48DemonologíaMarmoseteEntraeneluniversode«Laleyendadelhechizero»NotaCréditos

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ParaRob,elhombremásvalientealqueheconocidojamás

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1

Fletcherabrió losojos,pero loúnicoquevio fueoscuridad.Gimiódedoloryempujóa Ignatius,queteníaunagarraapoyadaensubarbilla.Eldemonioprotestóconunsoñolientogruñidoysedejócaerdeespaldassobrelafríapiedraenlaqueambosyacían.

—Buenosdías.Olahoraquesea—murmuróFletcher,yencendióunaluzerrante.Laluzsequedóflotandoenelairecomounminúsculosolquegirabamuydespacio.Unresplandor

fríoyazuliluminólahabitación,yFletchercontemplólaestrechaceldasinventanascuyosueloeradepiedra.Enunrincónsehallabalaletrina,queenrealidadnoeramásqueunagujeroenelsuelotapadoporunairregular losadepizarra.Luegosequedómirandolaenormepuertadehierroempotradaenlapareddeenfrente.

Justoenesemomentoseoyóungolpeteometálicoylatrampillaquesehallabaenlapartebajadelapuerta se abrió.Apareció unamano, protegida conunguante de cota demalla, que palpó el suelo enbuscadelcubovacío,situadojuntoalapuerta.Despuésseoyóunaespeciedeborboteoylamanovolvióadejar el cuboen su sitio, estavez rebosantede agua.Fletcher siguió contemplando la trampilla conansiedadyluego,aloírelecodelospasosquesealejaban,selamentó.

—Hoytampocohaycomida,amiguito—dijo,acariciándolelabarbillaalalicaídoIgnatius.Noeraningunanovedad,puesaveceselcarceleronosemolestabaenllevarlescomida.AFletcherle

rugieronlastripas,perolasignoróybuscólapiedrasueltaqueguardabajuntoalcatreparahacerotramarcaenlapared.Aunquealestarsiempreaoscuras,sinluznatural,noresultabafácilsaberquéhoraera,yahabíadeducidoquelesllevabancomidayagua—o,aveces,sóloagua—unavezaldía.Nolehacíafaltacontarloscientosdemarcasquehabíagrabadoenlaparedparasabercuántotiempollevabaencarcelado.Selosabíadememoria.

—Unaño—suspiró,dejándosecaerdenuevosobrelapaja—.Felizcumpleaños.Sequedóallítendido,meditandosobrelosmotivosdesuencarcelamiento.Todohabíaempezadouna

nochecuandoDidric,suadversariodesdelainfancia,lohabíaacorraladoenunacriptayhabíatratadodeasesinarlomientrasalardeabadelosplanesdesupadreparaconvertir laaldeadePeltenunagranprisión.

YentonceshabíaaparecidoIgnatius,comoporartedemagia,yhabíaquemadoaDidriccuandoésteseacercabaaFletcher,asíqueFletcheraprovechóparaescapar.Eldiablillohabíaarriesgadosupropiavidapara salvar ladeFletcheryaen losprimerosmomentosde su relación.Luego,Fletcher sehabíaconvertidoenunfugitivo,puessabíaperfectamentequelafamiliadeDidriccontaríatodaslasmentirasnecesariasparaacusarloaéldeintentodeasesinato.Elúnicoconsueloquelequedabaeraque,denohaberocurridotodoeso,jamáshabríaentradoenlaAcademiaVocans.

¿Deverdadhabían transcurridodosañosdesdeque Ignatiushabíaaparecidoensuvidayélhabía

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pisadoporprimeravezaquelantiguocastillo?Recordabaconclaridadlosúltimosmomentosquehabíapasadoenlavenerableinstitución.Sumejoramigo,Othello,sehabíaganadoelrespetodelosgeneralesyhabíaconvencidoalosdemásenanosparaquenoserebelarancontraelImperiodeHominum.LaelfinaSylvahabíaconsolidadolapazentrelasrazasyhabíademostradoquetantoellacomolosdemáselfoseranunosvaliososaliados.InclusoSeraph,elprimerplebeyoqueentrabaaformarpartedelanoblezaenlosúltimosmilaños,habíaimpresionadoalrestodelosnoblesduranteeltorneo.Perolomejordetodo,quizá,habíasidoquelaconspiracióndelosForsythparainiciarunanuevaguerracontraenanosyelfos,conelúnicoobjetivodefavorecersunegociodeventadearmas,acabósiendouncompletofracaso.Sí,habíasidounaépocamaravillosa.

HastaqueelpasadodeFletchervolvióparaacosarlo.Ignatius,conscientedeldesalientodesuamo,conlosojoscolorámbarparecidosalosdeunbúho,

observó a Fletcher y pestañeó. Le acarició la mano con la punta del hocico y el muchacho trató deapartarlocondesgana,peroIgnatiusloesquivóylemordiólapuntadeundedo.

—Vale, vale —dijo Fletcher sonriendo al bullicioso demonio. El dolor en el dedo lo distrajomomentáneamentedesuspenas—.Vamosaentrenar.Aver,¿quéconjuropodemospracticarhoy?

Metiólamanobajoelmontóndepajaquelehacíalasvecesdecamaycogiólosdoslibrosquelehabíanpermitidomantenerlacorduraalolargodelúltimoaño.Nosabíaquiénseloshabíadejadoallí,pero sí sabía que esa persona había corrido un gran riesgo. Fletcher le estaba muy agradecido a sumisterioso benefactor, pues sin los libros se habría vuelto loco de aburrimiento. Eranmuy pocos losjuegosalosqueéleIgnatiuspodíanjugarenlasreducidasdimensionesdeaquellacelda.

Elprimerlibroeraelmanualdelosconjuros,elmismoqueutilizabanenlasclasesdeArcturus.Eraun libro delgado, pues sólo contenía unos centenares de símbolos y las técnicas adecuadas paragrabarlos. Antes de su encarcelamiento, Fletcher sólo conocía vagamente los símbolos, lo justo paraaprobarlosexámenes,pueshabíapreferidoconcentrarseenperfeccionarloscuatroconjurosbásicosdelmagodebatalla.Ahora,sinembargo,conocíadememoriatodoslossímbolosyeracapazdegrabarlosmientrasdormía.

Elsegundolibroeramuchomásgrueso,tantoquequienfueraquelohabíaescondidosehabíavistoobligadoaquitarlelastapasdecueroparapoderocultarloentrelapaja.EraeldiariodeJamesBaker,ellibrodeiniciaciónquehabíautilizadoFletcherparaconvertirseenunauténticomagodebatalla.Entreaquellaspáginas,Fletcherhabíadescubiertoalmenosunadocenadeconjurosqueeldifuntohechicerohabía copiado diligentemente de las ruinas de antiguas aldeas de los orcos. Es más, Baker habíaestudiadoamuchosdemoniosorcosyhabíaanotadocontododetallesupoderrelativo,suscapacidadesysusestadísticas.Ahora,Fletchertambiéneraunexperto.YlomásfascinantedetodoeraqueFletcherhabíaobtenidotodossusconocimientossobreelmundodelosorcos,incluidasestrategiasyarmas,deldiario.EraunaauténticafuentedeconocimientosqueFletcherhabíadevoradoenapenasunosdías,ylohabíaretomadoenseguidaenbuscadedetallesqueselepudiesenhaberpasadoporalto.

Esosdoslibroseranloúnicoquelodistraíadelabrumadorsilencioydesudesconocimientodeloque sucedía en el mundo exterior. Noche tras noche, soñaba con sus amigos y se preguntaba dóndeestarían.¿Luchandoenelfrentemientrasélsepudríaenlasentrañasdelatierra?¿Muertos,víctimasdelajabalinadeunorcoodeladagadeunForsyth?

Peroloquemáslotorturabaerasaberquesupadreadoptivo,Berdon,estabamuycerca,enlaaldea

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que tenía justo encima. Fletcher recordaba bien la noche en que el carro de los prisioneros lo habíallevadodevueltaaPelt.Habíaatisbadoentrelosresquiciosdelcarroblindado,ansiandovislumbrarunaimagendel lugar en el quehabía transcurrido su infancia.Pero, antes dequepudiera conseguirlo, loscarceleroslehabíantapadolacabezaconunsacoyselohabíanllevado.

MientrasFletcher se sumía una vezmás en un triste silencio, Ignatius gruñó, inquieto, y lanzó unapequeñaboladefuegoquechamuscólapajaquelosseparaba.

—¡Vaya,quéimpacienteestáshoy!—exclamóFletcher,canalizandounadescargademanahaciaundedotatuado—.Muybien,tútelohasbuscado.Aversitegustaelconjurodelatelequinesia.

Dejóqueunafinacorrientedemanasalieradelapuntadeldedo.Elsímboloenformadeespiralsevolvió violeta y el aire vibró a su alrededor. Ignatius empezó a retroceder, pero Fletcher apuntórápidamentelamanohaciaeltraviesodemonio,leciñólacinturaconellazodeenergíaylolanzóhaciaarriba.Eldemonioextendiólasgarrasylasclavóeneltecho,traslocualFletcherrecibióunalluviadepolvo.Antesdequeelmuchachopudierareaccionar,Ignatiussesoltóysediolavueltaenelaire,comoun gato, con la cola tiesa y las uñas apuntando hacia el rostro de Fletcher. El muchacho rodódesesperadamentehaciaunladoyconsiguióevitarelataque;luego,algirarsobresímismo,descubrióquelaceldavolvíaaestaraoscuras.Ignatiushabíagolpeadolaluzerrantedurantesuataqueylahabíaapagadocomosifueraunavela.

—Vaya,conqueésas tenemos—dijoFletchermientrascanalizabaelmanahaciaeldedo índice,elquenollevabatatuado.

En esta ocasión, grabó algo en el aire, sirviéndose de uno de los extraños símbolos que habíaaprendidograciasaldiariodeBaker.Giróeldedodeformaqueleapuntaradirectamentealacara.

Elsímbolollamadoojodegatoeraexactamenteloquedecíasunombre,unpequeñoóvalodentrodeuncírculo.Despuésdevariaspruebas,Fletcherhabíadescubiertoqueelconjuronosurtíaefectohastaquelaluznosereflejabaensusretinas.

Elsímbololuminosoyeldestelloamarilloqueseprodujoacontinuacióndelataronsuposición,peroFletcherrodóhaciaunladoparadespistaraIgnatius,queseguíasumidoenlaoscuridad.Notóquelosojos le empezaban a cambiar, que las pupilas se le agrandaban hasta adoptar un aire felino. Pocodespués,Fletcherempezóaverconclaridadydistinguió la figurade Ignatius,queenesemomentosearrastraba hacia el lugar que Fletcher había ocupado antes. Parecía un león acechando a una gacela.AunqueIgnatiusgozabadeunavisiónnocturnamuchomejorque ladeFletcher, teníadificultadesparaorientarseenlatotaloscuridaddelacelda.

—¡Tepillé!—gritóFletcherdespuésdeprecipitarsealotroladodelaceldaysujetaraldemonioconambosbrazos.

Cayeron los dos sobre la paja, y Fletcher se echó a reír ruidosamente al escuchar los gritos deprotestadeldemonio.

En ese momento se abrió la puerta y la celda se llenó de luz, hiriendo a Fletcher en los ojos,extremadamentesensiblesporelconjuro.Elmuchachoseapresuróaesconder los librosbajo lapaja,perorecibióenunladodelacabezaelimpactodeunabotaysecayócontralapared.

—Notanrápido—dijounavozáspera.Oyóelchasquidodeuna llavedechispaynotóen la frenteelgélidometaldelcañóndelarma.A

medida que iban desapareciendo los efectos del conjuro, consiguió distinguir un cuerpo borroso cuyo

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rostroseocultababajounacapucha.Lafiguraestabaagachadajuntoaélysosteníaunaelegantepistola.—Unsologestoytevuelolacabeza—dijolasiluetaoscura.Eraunavozáspera,comoladealguienqueestásediento.—Vale,vale—respondióFletcherlevantandomuydespaciolasmanos.—Eh,eh—dijolafigura,chasqueandolalenguayapoyandoelcañónconmásfuerzaenlasiende

Fletcher—. ¿Esque estás sordo?Ya sé loque eres capazdehacer con esosdedos tatuados.Deja lasmanosaloslados.

Fletchervaciló,conscientedequeaquéllaseríaprobablementesuúnicaoportunidaddeescapar.Elpistolerosuspiró,exasperado.

—Rubens—dijo—,enséñaletuaguijón.FletcheroyóunaespeciederevoloteobajolacapuchadelhombreydeinmediatosurgióunÁcarode

uncolorrojointensoyseleposóenelcuello.Notóundoloragudoy,enseguida,unasensacióndefríoqueseleextendiórápidamenteportodoelcuerpo.

—Bien,ahorayanopodrásusartustruquitos—murmurólafiguraalmismotiempoqueseponíaenpie.Susiluetaserecortócontralaluzdelaantorchaquesecolabaporlapuertaabierta—.Yhablandodetruquitos,¿dóndeestátuSalamandra?

Fletcherintentógirar lacabeza,peroeracomosi la tuvieraatornilladaalcuello.Aloír lapalabraSalamandra,IgnatiussemovióbajosucuerpoyFletchersupoquesedisponíaaatacar.Tratódeaplacarlasirasdeldemonioenviándoleunflujoconstanteatravésdesuconexiónmental.Aunqueentrelosdosconsiguieranderrotaraaquelhombre,Fletchernoconseguiríacruzarlapuertadelaceldaymenosaúnhuir.

—Ah,yaloveoahíenlapaja.Bueno,dilequeseestéquietosinoquieresquetevuelelossesos.Seríaunalástimamatarteahora,despuésdetodoslospreparativosquehemoshecho...

—¿Pre...pre...preparativos?—consiguióbalbucearFletcher,conla lengua torpeyentumecidaporculpadelvenenodelÁcaro.

—Paratujuicio—respondiólafigura,yextendióunamanoparaqueelÁcaroseposaraenella—.Lohemosretrasadotodoloquehemospodido,peroalparecertusamigoshansidomuyinsistentesensuspeticionesalrey.Unalástima.

LafiguraocultódenuevoalÁcarobajolacapucha,comosinosoportaralaideadetenerlolejos.Lapieldesumanoerasuave,parecíafemenina,ylucíaunasuñasmuycuidadas.Lasbotasquellevaba,depiel de becerro, estaban cosidas a mano, y los pantalones ceñidos tenían un aire moderno. Hasta lachaquetanegraconcapuchaestabaconfeccionadaconpieldelamejorcalidad.Fletchersediocuentadequeaqueldesconocidoeraunjovenacaudalado,muyprobablementeelprimogénitodealgúnnoble.

—Tevoyapermitirquemehagasunaúltimapreguntaantesdellevartealostribunales.Esperaremosunmomentoparaquesetepaselaparálisis,nomeapetececargarcontigo.

Fletcherpensóde inmediatoen sus amigos, enBerdonyen laguerra.Sinembargo,no sabía si eldesconocidoteníalasrespuestasqueélbuscaba.RecordóalosotroshechicerosquehabíaconocidoenVocans,peroningunodeellosteníalavozronca.¿PodríaserTarquin,queleestabagastandounabromacruel?Unacosaestabaclara:mientrassuoponentepermanecieraenelanonimato,conservaríatambiénlaventajasobreél.

—¿Quién...eres?—preguntóFletcherconloslabiosaúnentumecidos.Cadapalabralecostóungran

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esfuerzo.ElhechodequetodavíapudierahablarsignificabaqueRubenssólolehabíainoculadounapequeña

dosisdeveneno.Aúnpodíaluchar,pues.—¿Todavía no lo has adivinado?—dijo con su voz ronca el desconocido—.Menuda decepción.

Pensabaqueaestasalturasyalohabríasdescubierto.Detodasformas,miaspectohacambiadomuchodesdelaúltimavezquehablamos,asíquesupongoquenotieneslaculpa.

Lafiguraseagachódenuevoyse inclinóhaciadelantehastaqueFletchernopudovermásqueeloscurointeriordesucapucha.Lentamente,eldesconocidoselaechóhaciaatrásparadejarelrostroaldescubierto.

—¿Mereconocesahora,Fletcher?—siseóDidric.

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2

Didric torció los labios en una especie de lasciva sonrisa y se inclinó aún más para que la luz leiluminaraelrostro.Teníaelladoderechodelrostroamarillento,cubiertodemarcasrojas,ylamitaddela boca quemada, lo que dejaba al descubierto sus blanquísimos dientes. Tanto las cejas como laspestañashabíandesaparecido, y eso le daba el aspectodequien tiene los ojos siempremuy abiertos,comosiestuvieraconstantementealarmado.Enalgunaspartesdelcráneoseleveíaelcuerocabelludo,cubiertoúnicamenteporunoscuantospelosquecrecíanendesordenentrelapielcarbonizada.

—Bonito,¿verdad?—dijoDidric,acariciándoseconundedo,largoydelgado,lapieldestrozadadelrostro—.Lanocheenquemequemastelacara,mipadrepagóundineralparaquevinieraunhechiceroyme practicara el conjuro de la curación. Fue lord Faversham, para ser exactos. Tiene gracia que, sinsaberlo,estuvieratratandodearreglarloquesupropiohijohabíaestropeado,¿noteparece?

Fletcherestabaatónito,aunquenosabíasieradebidoalaparálisisoalasorpresa.¿CómosehabíaenteradoDidricdel supuestoparentescoentreFletchery losFaversham?Alparecer, las cosashabíancambiadomuchoenunaño.

—Enrealidad,creoquedeberíadartelasgracias—prosiguióDidricmientrassepasabalamanoporel pelo largo que le crecía en lamitad no quemada de la cabeza. Se lo echó hacia el otro lado parataparse el cuero cabelludo—. Eres el responsable de las peores y de lasmejores cosas queme hanocurridoesteúltimoaño.

—¿Yeso?—consiguiódecirFletchermientrasobservabaaRubens,queenesemomentoreptabaporelpechodeDidric.

Didric no era hechicero... ¿Acaso alguien estaba controlando alÁcaro para tenderle una trampa aFletcher?

—Todotelodeboati,Fletcher—dijoDidric.Lededicódenuevounasonrisatorcidayencendióunaluzerrante,quellenólaceldadeunresplandorazuleléctrico—.Setratadeunfenómenoquesólosehaproducido una vez en los anales de la historia, aunque en el mundo de los hechiceros abundan lasleyendas al respecto. Un ataque con magia que lleva a la víctima al borde de la muerte puede,ocasionalmente, transmitirle a ésta el don. Tiene que ver con la forma en que el mana del demoniointeractúaconelorganismo.PuedequelasllamasdetuSalamandramequemaranlascuerdasvocalesymedestrozaranlacara,perotambiénmeconcedieronundonvaliosísimo.Yprecisamenteporesotedoylasgracias.

—Esimposible—dijoFletcher,pensandoenlasimplicacionesdeloqueDidricacababaderevelar.—Te aseguro que es cierto—afirmó Didric, y le acarició el caparazón a su Ácaro—. Ya había

ocurrido en otra familia noble, hace siglos, tras una pelea entre hermanos que acabómal.Veneno demantícora, inoculado al hermano pequeño.Una dosis letal que tendría que haberlomatado y que, sin

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embargo,leotorgóeldon.DidricsonrióalverqueFletcherestabahorrorizado.Seloestabapasandoengrande.—Vamos, ha llegado elmomento de tu juicio. No te preocupes, volverás enseguida a tu inmundo

agujero.Noveolahoradeencerrarteaquídenuevoydetirarlallave.Fletchersepusoenpiecomopudo,vacilante,pues,debidoalveneno,losmúsculosletemblabanyse

letensabaninvoluntariamente.Unjuicio...¿Porfinseibaahacerjusticia?Porprimeravezenloqueleparecíaunaeternidad,percibióundébilrayodeesperanza.

Acercó la tatuadapalmade lamanoa lapaja,donde Ignatiuspermanecíaoculto.Elpentáculoquellevabagrabadoenlapielemitióundestellovioletayeldemoniosefuedisolviendoenfilamentosdeluzblancaqueresplandecieronsobrelasmanosdelmuchacho.Eramejorperfundiraldemonio,demaneraquenadiepudierasepararlos.Nisiquieraseatrevíaapensarenlaposibilidaddequeloencarcelarandenuevosinsudemonio.

—Túprimero—dijoDidric,señalandoconlapistolalapuertaabiertadelacelda.Fletcher salió tambaleándose.Duranteunmomento,disfrutódeaquella inesperada libertadyde la

sensacióndedarvariospasosseguidosenlamismadirección.Enseguida,sinembargo,notóenlanucaelfríocañóndelapistola.

—Niseteocurrahacermovimientosbruscos.Nomegustaríatenerquevolartelacabezaantesdequeempieceladiversión—seburlóDidricmientrasrecorríanunlargopasillodepiedra,encuyosmurosseveíanpuertasdepiedraidénticasaladelaceldadeFletcher.

Reinaba un silencio sepulcral, interrumpido sólo por el eco de sus pasos. Didric lo obligó adetenersejuntoalaescaleraqueseabríaenlamismapared.Aunladoyaotro,elpasilloseextendíadecenasdemetros,hastaperderseenunasiniestraoscuridad.

—Aquí es donde metemos a los prisioneros peligrosos, a la gente como tú: rebeldes, asesinos,violadores...Elreynospagaunagrancantidaddedineroparaquelosencerremosaquí,yloúnicoquetenemosquehaceresdarlesuncubodeaguayunacomidaaldía.Esunbuennegocio.

Fletcher se estremeció al pensar en loque supondría estar completamente solo enunade aquellasceldas,sinIgnatius,sinlibrosniconjurosqueloayudaranamantenerlacordura,acompañadoúnicamenteporlaconviccióndequenuncasaldríadeallí.Sintióunarepentinalástimaporlasalmasperdidasquevivíanallíatrapadas,pormuyhorrendosquefueransuscrímenes.Yentoncessediocuentadequetalveznotardaraenhacerlescompañía,sepultadoparasiempreenlasentrañasdelatierra.Elmiedoleatenazóelcorazón.

—Sigueandando—leespetóDidric,yloempujóescalerasarriba.Ascendieronenespiral,igualquehabíahechoenlacasadelosenanos,aunquedevezencuandose

encontrabanconpuertascerradasquealgúnguardialesibaabriendo.YsubieronysubieronhastaqueaFletcher le empezaron a doler las rodillas a causa del esfuerzo. Había hecho todo lo posible pormantenerse activo en el interior de la celda, pero después de tantosmeses sin caminar y sin apenascomer,sesentíadébilyestabadesnutrido.Nosecreíacapazdesoportarotroañoenesascondiciones,menosaúntodaunavida.

Didricloempujóalotroladodelaspuertasdoblesquesehallabanenloaltodelaescalera,haciaunconcurrido patio. A su alrededor, varios guardias formaban en filas, entrenando con mosquetes ybayonetas.Llevabanununiformenegroyamarilloquelesdabaaspectodeabejas,hechodecotademalla

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ycueroligero.HabíasuficientessoldadoscomoparaserelejércitoprivadodeDidric.Fletcheraspiróconfuerzabocanadasdeairefrescoydisfrutóporfindelaluznatural,delagradable

calordelsolenel rostro.Lasensacióndeamplitudhizoque ledieravueltas lacabeza,peroextendióambosbrazosynotólabrisafrescaenlapiel.Eraunamaravilla.

DidricempujódenuevoaFletcherycruzaronunasenormesverjasdehierropara salir a lacalle.Fletchersesorprendióaldarsecuentadequesabíadóndeestaban.Sevolvióycontemplólaprisiónqueteníaasuespalda.Reconocióalgunasdelasconstruccionesquelarodeaban:eralaantiguamansióndeDidric.

—Megustacómohasreformadolacasa—dijoFletcherconsequedad.—Ah, sí, mi casa de toda la vida. Ya iba siendo hora de cambiar, teniendo en cuenta mi nueva

posiciónsocial.¿Quéteparecenuestronuevohogar?Didricseñalóhaciadelante.LaaldeadePeltsealzabaalospiesdelpicomásaltodelasmontañas

DientesdeOso.Elpicoseerguíasobrelaaldeacomouninmensomonolitoylacubríadesombrasalatardecer.FletcherdirigiólavistaenladirecciónqueDidricindicabaconeldedoysediocuentadequela cima del pico había desaparecido: su lugar lo ocupaba ahora un castillo en el que abundaban lasalmenas, las torres y las troneras. En losmuros se veían cañones cuyas negras bocas amenazaban laciudad,dispuestosaabrirfuegoencualquiermomento.Másqueunhogar,eraunafortaleza.

—EllugarmássegurodeHominum.Tieneprovisionessuficientescomopararesistirunsitiodediezaños.Pormuchoqueloselfosnostraicionen,losorcosinvadanHominumylosprisionerossehaganconlaaldea...noconseguiránnada.Nielmejorejércitodelmundopodríaatravesaresosmuros,esoenelcasodequeconsiguieranescalarlosprecipiciosquecaenporloscuatrocostados.

—Estás paranoico, Didric—le respondió Fletcher, aunque en realidad las palabras de Didric lohabíancogidodesprevenido—.Niquetuvierasalgoqueocultar.

—Sólo nuestra inmensa riqueza, Fletcher. Mi padre no confía en los bancos. Y si lo diceprecisamenteél,queerabanquero...

—Unmezquinoprestamistanoesunbanquero—respondióFletcher.Didric se puso tenso, pero ignoró la pulla y siguió empujando a Fletcher.Mientras recorrían las

callesdesiertas,Fletcherreparóenlapobrezadellugar.Lamayoríadelascasasydelastiendasnoeranmás que esqueletos vacíos, mientras que otras se habían convertido en prisiones. En las ventanas,protegidasconbarrotes, seapiñabanhombresde rostro toscoy sucioqueobservabanensilencio,conmiradascargadasdeodio,lafiguraarrogantedeDidric.Aquellugarolíaamiseriayadesesperación;yanoseparecíaennadaalaaldeadehonradostrabajadoresenlaqueFletcherhabíacrecido.

ElpadredeDidric,CasparCavell,sehabíaconvertidoenelhombremásricodelaaldeaprestandodinero a quienes estaban necesitados o desesperados, para después obligarlos a firmar contratosdraconianos en virtud de los cuales acababan pagando una cantidad muy superior a la que habíanrecibidoenpréstamo.Dabalasensacióndeque,paraconstruirlaprisión,losCavellhabíanexigidotodoloqueselesdebía,sehabíanapropiadodelosahorrosdesusdeudoresyhabíanexpulsadodesuscasasalamayoríadeloshabitantesdePelt.

Asqueado,Fletcheraminoróelpasoyapretólospuños,tratandodesobreponersealdeseodeatizarleunpuñetazoenplenorostroaDidric.

—Muévete—levociferóDidric,yconlamanolibrelegolpeóaFletcherenlaparteposteriordela

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cabeza.Fletcher sintió crecer la rabia en su interior, pero aún tenía las manos entumecidas. La parálisis

entorpecía sus reacciones. Incluso de haber estado en plenas facultades, le parecía poco sensatorebelarsecuandoteníaunapistolaqueleapuntabaalanuca.Tendríaqueesperar.

Llegaronalaspuertasquellevabanalexteriordelaaldea,yaFletcherseleencogióelestómago.¡Lacasa de Berdon había desaparecido! Sin embargo, no era aquélla la única diferencia: la zona que seencontrabajustodelantedelaspuertasdelaaldeasehabíaallanadoylascasashabíandejadosusitioaarmerosrepletosdepicas,bayonetasyespadas.Másextrañoaún,sehabíaformadounacoladehombresqueaguardabanjuntoalaspuertas,anteunamesabajaylargaenlaqueseamontonabanuniformesrojos.

No.Noeranhombres.—¡Enanos!—exclamóFletcher.Se contaban a cientos,muchosmás de los que había visto en el consejo de guerra de los enanos.

Vestíanelatuendotradicionaldesupueblo:reciasprendasdecueroycamisasdeloneta.Leparecieronmás toscosque los enanosquehabía conocido en el pasado: lamayoría de ellos llevaban las trenzasmediosueltasomalhechas,ylaropacubiertadebarro,mugreysudor.Percibióexpresionessiniestrasyamargasensusrostrosylosoyóhablarconvozgraveyairada.

—Acaban de llegar a lasmontañasDientes deOso para recoger sus nuevas armas—dijoDidricsonriendo—,despuésdedosañosdefendiendoelfrentedelnorteasalvodeloselfos.Laguerracontraloselfoshasidomuylarga,aunqueyohubieradeseadoqueduraraaúnmás.LasconversacionesdepazseretrasaroncuandoloslíderesdelosclanesdeloselfosvieronenquéestadohabíaquedadolaelfinatraseltorneoenVocans.Eraamigatuya,¿no?

FletchernopudoevitarelrecuerdodelaimagendeSylva,maltrechaymagullada,perosemordiólalengua.SabíaquenopodíacreernadadeloqueDidriclecontarasobresuamiga.

—¡Milord!—exclamóunguardia,devolviendoaFletcher a la realidad—.Estemiserable tratódeasesinarloausted.Noesseguro.Dejequeloescoltemosnosotros.

—¿Acasotehepedidotuopinión,lameculos?—leespetóDidricalmismotiempoqueloamenazabaconlapistola—.Nooseshablarmeamenosqueyotedirijaanteslapalabra.Vuelvealtrabajo.

—Comoustedordene,milord—dijoelhombreinclinandolacabeza.Didriclediounapatadayelhombrecayódebrucesenelbarro.AFletcherleasqueólaformaenquesuadversariosecomportaba,comosisecreyeraporencimade

losdemás.SevolvióhaciaDidricjustocuandoselepasabanlosúltimosefectosdelaparálisis.—¿Obligasalosguardiasallamartemilord?—dijoFletchercondesdénybajandolavoz—.Estoy

segurodequeseríendetiatusespaldas.Noeresmásqueuncarceleroconínfulas,imbécilpomposo.Didricse loquedómirandoduranteun instanteyempezóaponerserojo.Fletcher intuyóquehacía

muchotiempoquenadielehablabaenesetono.Yentonces,parasusorpresa,Didricseechóareír.Suronca carcajada resonó por todo el patio y fueron muchos los que se volvieron a contemplar sualborozadoregocijo.

—¿Quieressaberporquémellamanmilord,Fletchy?—jadeóDidricmientrassesecabaunalágrimadelojo—.Porquesoyunlord.LordCavell.

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3

FletchercontemplóhorrorizadoaDidric.Derepente,cobraronsentidolospequeñosdetallesalosquenohabíadadoimportancia:elvoluminososelloqueDidriclucíaenelmeñique,loscoloresdeluniformedelos guardias, el armamento que llevaban... Constituían realmente el ejército privado de Didric: unprivilegioqueelreysólootorgabaalanobleza.

Didric llevaba también un escudo de armas bordado en la casaca, en los mismos tonos negro yamarilloqueeluniformedesussoldados:elemblemarepresentaba losbarrotesdeunaceldacondosespadascruzadastrasellos.Muyapropiado,desdeluego.

Eljovennobleladeólacabeza,claramentesatisfechoantelaconsternacióndeFletcher.Elmuchacho,sin embargo, trató de no mostrar ninguna emoción, aunque le resultó imposible. El asco queexperimentabaeramásfuertequeél.

—Mientrastútepudríasenunaceldadelacárcel,yoheestadoenVocans,enunahabitaciónprivadaymuylujosa.Yonomealojoenlosaposentosdelosplebeyos—sejactóDidric,desplegandosusonrisatorcida—.LordForsythfuemuyamableymeregalóaRubens,undemonioquellevabageneracionesensu familia. Lógicamente, no esmi único demonio, pero fue el primero. Tal vez te interese saber quequedansólounosdíasparaeltorneo.Enrealidad,ahoratendríaqueestarentrenándome,peronoqueríaperdermeestopornadadelmundo.

—Pues acabemos de una vez—le espetó Fletcher mientras miraba a su alrededor en busca deltribunal—.Hablasdemasiado.

—Ah,muybien.Mesorprendeque tengas tantaprisaporregresara tucelda.Siyoestuvieraen tulugar,disfrutaríadeestaspocashorasdeairefrescoyluznatural,Fletcher,porqueseránlasúltimas—dijoDidric,despuésleindicóelcaminoylehundiólapistolaunpocomásenlaespalda.

Elantiguoayuntamientodelaaldea,ungranedificiodeformaovaladaquecontabatambiénconunatorreyunasgrandespuertasdemaderaderoble,sehabíatransformadoentribunal.Lasparedesestabanreciénpintadasdeblancoyenlaspuertasaparecíagrabadoelsigilodelosjueces,unmartillonegroconsupeana.Elgrabadosealzósobreellos,imponente,cuandocruzaronlasgrandespuertasabiertas.

ElinteriordeledificiolerecordóaFletcherunaiglesia,conbancosrepletosdegenteaambosladosdelasala.Alfinaldelpasillocentral,habíadoscancerberosmontandoguardia,provistosdecadenasygrilletes.Trasellos,un juezdeexpresiónadusta, resplandecienteconsu toganegraysublancapelucaempolvada,losobservabasentadoaunestrado.

—Fuetodounaciertoconvertirestesitioenuntribunal—lesusurróDidricconlabocatorcida—.Ahorapodemosllevaralosacusadosdirectamentedeltribunalalacárcel.Porsupuesto,lasalanuncahaestadotanllenacomohoy.¡Hasatraídoaunaverdaderamultitud!

Fletchertratódeignorarlosrostrosqueloobservabanfijamentedesdeambosladosdelpasilloy,en

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elsolemnesilencioquereinabaenlasala,sesintiócohibido.Sediocuentaentoncesdequelaropaquellevabapuestanoeramásqueunpuñadodeharaposmalolientes,puespocohabíapodidolavarseenlaceldaconlaescasacantidaddeaguaqueleproporcionaban.Elpelolecaíasobrelacaraenunamatadegrasientos rizos, mientras que la escasa barba y el bigote propios de la adolescencia le crecíandesordenadamente.Dedujoque,sisemiraraenunespejo,nosereconocería.

Didricexpusoconorgulloasuprisioneroy loacompañóporelpasillo,comosiambosfueran losinvitadosdeunamacabraboda.Fletcher,porsuparte,lanzabarápidasmiradasaizquierdayderechaconlaesperanzadevislumbraraBerdon.Pero,siestabaallí,nolovio.Finalmente,llegaronalpúlpito.

—Encadenadlo—ordenóeljuezconvozatiplada.Fletcherpermitióquelosguardiasloencadenaranalsuelo,comosifueraunosoacosadoenunhoyo.

Notardaríanensoltaralosperros.Permanecióensilencio,atentoaloquepudieraocurriracontinuación.Noteníaasesescondidos,ni

forma de salir de allí. Su única oportunidad era tratar de huir una vez que se hubiera pronunciado lasentencia.NoleresultaríafácilsieraDidricelencargadodedevolverlopersonalmenteasucelda.Aunasí,Fletchersóloestabasegurodeunacosa:preferíamorirluchandoquepudrirseenaquellacelda.

—Que se acerque la defensa —dijo el juez, haciendo un gesto hacia las puertas situadas a suizquierda.

Un guardia llamó dos veces y luego, con una ceremoniosa floritura, abrió las puertas. Tras ellasaparecióunhombrealtovestidoconeluniformeazuldelosoficiales.Unacicatrizdeguerralecruzabaelrostro.

—¡Arcturus!—exclamóFletcher,olvidándosederepentedetododecoro.Arcturuslededicóunadiscretasonrisaylehizoungestoconlacabeza,comosiquisieraindicarle

quesetranquilizara.—Silencio —ordenó el juez, y señaló a Fletcher con un dedo largo y huesudo—. Otro grito y

tendremosqueamordazarlo.—Le pido disculpas, señoría —dijo Fletcher. Arcturus se acercó y se detuvo junto a él—. No

pretendíafaltaralrespetoalasala.—Ya.Bien—respondióeljuezalmismotiempoqueselevantabalasgafasyobservabaaFletcher

por encimade su larganariz aquilina.Parecía sorprendidopor los buenosmodales del joven, tal vezporquenoestabaacostumbradoaquelosacusadoslotratarancontantacortesía—.Peroqueconstequequieroordenenmisala.¿Quedaclaro?

—Sí, señoría—intervinoArcturus, adelantándose a Fletcher para que éste no pudiera decir nadamás.

Elmensajeestabamuyclaro:Fletchernodebíavolverahablar.—¿Quiénejercedeacusación?—preguntóeljuez,queestabarebuscandoentrelospapelesquetenía

sobrelamesa.—Yo,señoría—anuncióDidric,ysevolvióparaobservaralpúblico.—Hum.Esto esmuypoco... ortodoxo—respondió el juez cuandoDidric se dirigió pavoneándose

hacialasillaylamesasituadasenelladoizquierdodelasala—,peronopuededecirsequecontravengala ley. Le recuerdo que no podrá usted testificar para la acusación en el caso de que desee ustedrepresentarseasímismo.¿Meexplico?

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—Esuncasoclarísimo,señoría.Eltestimoniojuradodelosdostestigosesmásquesuficienteparacondenaraestevillano,subayoalestradoono—respondióDidricsonriendo,muysegurodesímismo,alpúblicoallípresente.

—Deacuerdo—dijoeljuez,peronegóconlacabezaenungestodedesaprobación—.Quesesientenladefensaylaacusación.¡Guardias,haganpasaralprimertestigo!

ArcturusyDidricsesentaron,cadaunoensucorrespondienteladodelasala,yFletcher,encadenadoalsuelo,permaneciófrentealjuez.Elguardiaesperóhastaquetodoelmundohuboocupadosusitioy,acto seguido, con una tosca inclinación de cabeza abrió la puerta lateral. Al principio, Fletcher noreconocióa la jovenqueacababadeapareceren lapuerta,peroentoncesella le lanzóunadesdeñosamiradaysupoalinstantedequiénsetrataba.

Calistahabíacambiadodesdelaúltimavezquelahabíavisto,justocuandoselehabíaacercadoenla cripta. El pelo, por aquel entonces una mata desgreñada y mal cortada, le había crecido hastaconvertirseenunaelegantemelenaderizosnegros.Habíaelegidoparalaocasiónunvestidoazulceleste,adornadoconvolantesyencaje,queledabaelaspectodeunamuñeca.Teníalasmismasfaccionestoscasydurasdesiempre,pero la joven—quizácon laayudadealguienentendidoen lamateria—sehabíaesforzadomuchoporempolvarseymaquillarse,suavizandoasísusrasgosydándolealapielunaspectoterso.

Hastasuformademoverseeradiferente,puescuandoseacercóalestradoparasentarsejuntoaljuez,nolohizoconsusandarespatizambosdeantes.Enesemomento,antelosojosdelpúblico,semordióellabioyseapartódeFletcher,comosiletuvieramiedo.

Fletcher supo que iba a tener problemas. Habían convertido a la poco femenina centinela en unainocentee ingenua joven.¿Cómoibaélaconvenceral juezdeque,enrealidad,habíasidoCalista—junto aDidric y Jakov—quien había intentado asesinarlo a él? Los asistentes ya habían empezado amurmurarylanzabanaFletchermiradasacusadoras.

—Recuerdoatodoelmundoquelaúltimapalabralatengoyo,lomismoqueentodaslascuestionesde derecho penal. No habrá jurado ni será juzgado por sus iguales... Eso es sólo para los tribunalesmilitares. Por tanto, no admitiré discusiones entre el público ni que los presentes tomen partido. Sialguienno está de acuerdo, le sugieroque abandonemi sala—concluyó el juez almismo tiempoquededicabaunaseveramiradaalospresentes.

Trasesaspalabras,sevolvióhacialatribunaqueteníajustoallado.—Bien,querida,¿estáslistaparaempezar?Calistaasintióyseretorciólasmanossobreelregazo.Didricsepusoenpiey,trasacercarseaella,

seapoyódemanerainformalenelestrado.—Nomeextenderé,paraqueCalistanotengaquepermaneceraquíarribamástiempodelnecesario.

Calista,concéntrateenmíyolvídatedelosdemás.Nodebestemernada.Sólotienesquecontarleaesteamablejuezquéocurriólanocheenquemeatacaron,yenseguidahabremosterminado.

Calistabajólacabezaenunrecatadogestoyleocultóelrostroalpúblicotraslaabundantemelenanegra.Surepresentacióneramagistral,hastaelpuntodequehabríaconvencidoalmismísimoFletcherdenoserporquelededicó,medioocultaentrelostirabuzones,unacruelsonrisa.

—Esanoche,Didric,Jakovyyoestábamosdeguardiaenlaspuertasdelaaldea—dijoCalista,conunligerísimotemblorenlavoz—.VimosaFletchersalirdesucabaña,cargadoconunpesadolibro.Ese

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mismodía, enelmercado,habíamosvistoaun soldado tratandodevenderun libroparecido, asíquesupusimosqueFletcherse lohabía robadoyquesedisponíaaesconder laprueba.Loseguimosen laoscuridad y, curiosamente, se dirigió al cementerio. Cuando le dimos el alto, aseguró que habíacompradoellibroyque...

Didricalzóunamanoparainterrumpirla.—Nótese,porfavor,queeneltranscursodelainvestigaciónquetuvolugarlanochedeloshechos,se

encontróunaconsiderablecantidaddedineroenlahabitacióndeldemandado.Espocoprobable,pues,quecompraraellibro.Podemosañadirelroboalalistadedelitos.

—Un...cargo...porrobo...—garabateóconunaplumadecisneeljuez—.Veoquenosenfrentamosaundelincuenteconsumado.

—Se lo aseguro, señoría. Lógicamente, confiscamos el dinero—dijo Didric, y le guiñó un ojo aFletcher—.Disculpaquetehayainterrumpido,Calista.Prosigue,porfavor.

—Gracias, lord Cavell —respondió Calista, con un fingido estremecimiento en la voz—.Ingenuamente, creímos la historia de Fletcher, quien nos dijo que se disponía a utilizar el libro parainvocar a un demonio. Nos preguntó si queríamos quedarnos a verlo y, como nos pareció divertido,dijimosquesí...

LajovenestabatemblandoynodejabadelanzarmiradasangustiadashaciaFletcher.Éstetuvoqueadmitirqueeraunagranactriz.

—Nosécómo,perolohizo.Hubomuchoruidoymuchaluz,¡parecíaelfindelmundo!Yfueentoncescuandoocurrió.

Unaúnicalágrimaleresbalómejillaabajo.Eljuezletendióunpañuelodesdesumesa.—Siga,querida—ledijo—.Cuéntenosquéocurrió.Calistatragósalivayapretólosdientesmientrassesecabalalágrimadelacara.Temblandoporla

emoción,señalóaFletcherconundedo.—¡Seenfrentóanosotros!¡Tratódematarnos!—gritó,ysepusoenpie—.Nosodiaba,nosculpóde

todaslasdesgraciasquelehabíansucedidoenlavida.¡Eracomosisehubieravueltolocoderepente!Recuerdoquenodejabadereírmientrasnosempujabahacialacapilla.Nuestrasespadasnoservíandenadacontralasllamasdesudemonio.Ycuandomeechéallorar,latomóconmigoymedijoqueseríalaprimeraenmorir.

BajódelatribunaysedirigióhaciaFletcher.Loapuntóconeldedocomosideunapistolasetratase.—«Lasdamasprimero»,¿nofueesoloquedijiste?—preguntóentredientes—.¡Monstruo!CalistagirósobresímismayocultóelrostroenelpechodeDidric.Éllediounaspalmaditasenel

hombro mientras la joven sollozaba desconsolada, cada vez más teatralmente. Fletcher la miró condesdén,asqueado,yseganóunaseveramiradadeljuez.Calista,porúltimo,seapartódeDidricysoltósudiscursofinal.

—Fletcher sólomedejó enpaz cuandoDidric, oh, el valienteDidric, se interpuso entrenosotros.Didrictratódehacerloentrarenrazón,perofueinútil.Derepente,eldemoniodeFletcherlelanzóunallamaradaa lacara. Inclusoconelpeloen llamas,Didricconsiguióquitarsealdemoniodeencima,yFletcher,asustado,huyóporelpasadizoqueseencuentrabajolacripta.FueentoncescuandoDidriccayóalsuelo,inconsciente,ysegolpeólacabeza.Lollevamosdeinmediatoacasadesupadre.Yelrestodelahistoriaesdetodossabido.

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El juezunió losdedosdeambasmanosyobservóaCalistaconairemeditabundo.Apesarde lossollozos, la joven teníael rostrocompletamentesecoy lasmejillasarreboladasdebidoalentusiasmo.Porunmomento,Fletchercreyóqueeljuezsehabíadadocuentadelengaño,peroentonceselancianolesonrió amablemente a la joven y le dio las gracias por su testimonio.Calista le dedicó aDidric unaprofundareverenciaantesdeabandonarlasalasinmolestarseenvolverlavistaatrás.

—¡Queentreelsiguientetestigo!—ordenóeljuez.

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4

Jakov había crecido en esos dos años que Fletcher había estado fuera. Los últimos vestigios de lapubertadhabíandadopasoaunhercúleogigante.Teníaunosmúsculosmuygruesosenlosbrazos,quesemovíancomolagrupadeloscaballos,ycaminabaconlosinestablesandaresdeungoriladelajungla.Elcentinela llevaba ahora el uniforme negro y amarillo de Didric; las rayas horizontales acentuaban suamplioypoderosopecho.

—Siéntese,porfavor,sargentoJakov—dijoDidricacercándoleunasilla—.Miprimerapreguntaeslasiguiente:¿puedeconfirmarustedquelahistoriadeCalistaesabsolutamenteciertayexacta?

—Puedo,milord.Mientras la escuchaba, era como si estuviera reviviendo los acontecimientos deaquellanoche.

—Bien.Séqueesustedunhombremuyocupado,asíquenoesnecesarioquenoslocuenteotravezcon sus propias palabras. Por favor, explíquenos qué ocurrió después de que Fletcher intentaraasesinarlos.

—Ahoramismo,señor—dijoJakov,ehizounareverencia.Respiróhondoyempezóahablar.—DespuésdedejaraDidricalcuidadodesupadre,mefuiadespertaral restode loscentinelas.

NosencontramoslapuertadelacasadeFletchercerradaacalycanto.Trasecharlaabajo,Berdon,elpadre adoptivodeFletcher, opuso resistencia.Apunto estuvodematarnos, pues, comousted sabe, escasi tan corpulento como yo..., pero conseguí desarmarlo. Algunos de losmuchachos se..., bueno, seentusiasmarondemasiadoydigamosque,despuésdeesanoche,Berdonestuvounatemporadasinpoderejercerdeherrero.Loshuesosrotostardanensoldar.

—¡Pedazodeanimal!—gritóFletcher.El odio, cáustico e hirviente, empezó a burbujear en su interior. Sabía que lo que pretendían era

provocarlo,demaneraqueélsolosepusieraenevidenciaanteeljuez,perolaspalabrasseleescaparonsinquepudieracontenerse.

—Unapalabramás,señorFletcher—dijoel juezmientrasgolpeaba lamesacon lamaza,comosiquisieraponermásénfasis—,unapalabramásyvuelveustedasucelda,desdedondepodráescucharelfallo.

Fletchertuvoquecontenerseparanogritarantetamañainjusticiaysemordióellabiohastaquenotóelsabordelasangrecaliente.SelellenólamenteconimágenesdeloscentinelasgolpeandoelcuerpoinconscientedeBerdonynoconsiguióapartarlasdesuspensamientos.

—Después,confiscamostodaslasposesionesqueencontramosenlacasa,paraquesirvierancomopruebas.Durantelapelea,sinembargo,elfuegodelafraguadeBerdonseextendiósinquesupiéramoscómoy,aquellanoche,lacasaquedóreducidaacenizas.

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Fletchernotólasabrasadoraslágrimasquelerodabanporlasmejillas.Sedejócaerderodillas.Enuna sola noche, el hombre al que más quería en el mundo lo había perdido todo. Y él era el únicoculpable.

—Señoría,noentiendoquétienequevertodoestoconloscargosdelosqueseacusaaldemandado.¿Podemos centrarnos en los hechos, por favor?—Se oyó en esemomento la voz, tensa y airada, deArcturus.

—Estoy de acuerdo con usted. Gracias, capitán Arcturus—respondió el juez, asintiendo—. LordCavell,amenosquetengaustedpruebasrealesquepresentar,creoqueesteinterrogatorioesirrelevante.¿Lastiene?

—No,señoría.CreoqueJakovyahadicholoqueteníaquedecir—respondióDidric.—Muybien.Puedeustedretirarse,sargentoJakov.—Gracias,milord.El hombretón bajó del estrado y salió por la puerta lateral. Antes de desaparecer del todo, sin

embargo, saludó a Fletcher con un gesto sarcástico. Fletcher apartó lamirada, pero se le encogió elestómagoenunnuevoarrebatodefuria.Secontuvo,sinembargo,puessabíaqueeltestimoniodeJakovnoeramásqueunaprovocaciónparahacerloreaccionar.

—Entonces,¿esoestodo,lordCavell?—preguntóeljuezmientrasrevisabasusnotas.—Sí, señoría. La acusación descansa ahora. Como ya le he dicho antes, es un caso clarísimo.

Recomiendounasentenciamínimadecadenaperpetua.—Gracias,lordCavell,lotendréencuenta—respondióeljuez,aunqueconlascejasarqueadasenun

gestodefastidio.Unmurmullose fueextendiendopor toda lasalamientrasArcturusseponíaenpieyordenabasus

notas.—Bueno,creoquetodamiformaciónparaejercerdejuezhavalidoalfinlapena,¿no,Fletcher?—

soltóDidricregresandoasusilla—.Aunquedespuésdeveraesecarcamal,nopodríaalegrarmemásdehaberseguidootrocamino.

—Teequivocassicreesquelehabríanpermitidoserjuezaunmonstruocomotú—replicóFletcher,enuntonocargadodeodio.

Didricenderezóloshombrosy,apesardelamenazadorcarraspeodeljuez,sevolvióhaciaFletcher.—Noloolvides,Fletcher,esmicárcel—ledijoentredientes,conunamiradademencialenlosojos

—.Sicreesqueprivartedecomidaeslopeorquepuedohacerte,esquetefaltaimaginación.—LordCavell,meveoobligadoapedirlequevuelvaasuasiento—ordenóeljuez.—Enrealidad,señoría,preferiríaqueDidricsequedaradepie—dijoArcturus.DiounpasoalfrenteyayudóaFletcheraincorporarse.AlnotarlasfuertesmanosdeArcturusenlos

hombros,elmuchachosetranquilizóysucorazónrecuperóelritmonormal.Respiróhondoyseenfrentóalamiradadeljuez.

—Muybien.LordCavell,porfavor,subaalestrado—dijoeljuez,haciéndoleungestoaDidricparaqueregresaraalatribuna.

—¿EspocoortodoxopedirqueregresentambiénelsargentoJakovylasoldadoCalista?—preguntóArcturus.

—Loes,peronocontravienelaley.Sinembargo,déjemequeanteslehagaunapregunta.Segúntengo

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entendido,noesustedunabogadotitulado,capitánArcturus.¿Porquéseencargaentoncesdedefenderalchico?—quisosabereljuez.

—Lodefiendoporquenadiemásquerríahacerlo;todostienenmiedoaenfrentarsealasrepresaliasdelTriunvirato.Sontodosunoscobardes—dijoArcturusentonoamargo,ynegóconlacabeza.

—Lo siento, pero no estoy familiarizado con el término «triunvirato»—dijo el juez frunciendo elceño.

Fletchersintiócuriosidad,pueséltampocoestabafamiliarizadoconesapalabra.—Lord Cavell, lady Faversham y lord Forsyth mantienen estrechos vínculos con la política y el

mundodelosnegocios.Yporesoseconoceconesetérminoalastresfamilias—respondióArcturus.AsíqueDidricestabaconchabadocon losFavershamycon losForsyth...Fletchersonrióparasus

adentros. Era de esperar. Las personas quemás lo odiaban en el mundo se habían confabulado paraacabarconél.Tendríaquehabérseloimaginado.

—Tal vez el motivo de que nadie quiera representarlo sea que, obviamente, es culpable —dijoDidricenvozalta—.Ningúnabogadoensusanojuicioaceptaríauncasocomoéste.

—¡Silencio!—le soltó Arcturus a Didric, volviéndose hacia él—. Yo no he hablado durante sudeclaración,asíqueleagradeceríaquemeconcedieralamismacortesía.

Didricdirigiólamiradaalcieloylevantóambasmanosenungestodefalsadisculpa.—QueentrenlasoldadoCalistayelsargentoJakov—ordenó—.Yquealguienlestraigaunassillas.Elguardiano tardómásdeunossegundosenhacerlosentrardenuevoen lasala,asíqueFletcher

supusoquehabíanestadoescuchandoaescondidasdetrásdelapuerta.—Bien,¿lesparecequeempecemos,entonces?—dijoel juez.Resopló, irritado,cuandoelguardia

arrastró dos sillas hacia el estrado, produciendo un molesto chirrido—. Exponga el caso y yopronunciarémifallo.

Fletcherobservóasustresenemigos,queestabanenesemomentoenlatribuna,ysepreguntóquéseproponíaArcturus.

Jamás le había contado a Arcturus, ni a nadie, toda la verdad de lo ocurrido aquella noche.Maldiciéndoseporello,elmuchachosesumióenunadesesperaciónaúnmásprofundacuandoArcturusempezóahablar.

—Enprimerlugar,megustaríahacernotaralhonorableseñorjuezquenoexistepruebaalgunaqueconfirme lasdeclaracionesde lasoldadoCalistaydelsargentoJakov,apartedesupropio testimonio.Por tanto, debemosconcluirque, si sedemuestraque lahistoriaquehancontadonoes cierta, el juezdeberáabsolveraFletcherdetodosloscargosqueseleimputan.¿Esasí,señoría?

—Bueno,esunainterpretaciónbastantesimplistadelaley—carraspeóeljuez—.Perosisearrojansuficientesdudassobrelahistoria,sí,mesentiríaobligadoadeclararinocenteaFletcher.Sinembargo,deberáustedaportarunaversiónalternativadeloshechosconlascorrespondientespruebas.

—Gracias,señ...—empezóadecirArcturus.—Peronoolvidequeuntestimoniocorroboradoportressujetosesmuypoderoso—lointerrumpióel

juez—.Debeustedaportardudasrazonables,capitánArcturus.Muyrazonables.—Deacuerdo,señoría—dijoArcturus,inclinandolacabezaenungestoderespeto—.Enesecaso,

empezaréporaportarunaversiónmuydistintadelosucedidoaquellanoche.Arcturuscruzólasmanosalaespaldaysevolvióhacialostrestestigos.

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—Enunafríanochedehacedosaños,Fletcherentablaamistadconunancianosoldado.Porloquesé,sunombreessoldadoRotherham,tambiénconocidocomoRotterentresuscompañerosdelfrente.Esehombre, precisamente, es quien en un primer momento se halla en posesión del libro del hechicero.FletcheryelhombreencuestiónestánbebiendoenlatabernadelaaldeacuandoselesacercaDidric,acompañadoporJakov,yexigeellibroacambiodeunmíseroprecioque,paraempezar,nisiquierasehabíaacordadoconantelación.¿Niegasesoshechos,Didric?

—LaformacorrectadedirigirseamíeslordCavell—respondióDidric,ycruzólosbrazossobreelpechoyretóaArcturusconunaobstinadamirada.

—LordCavell—rectificóArcturus,apretandolosdientes—,¿niegaustedloshechos?Heencontradoavariostestigosdispuestosajurarlo.Parecequenotodosloshabitantesdelaaldeaaceptansudinero,nisiquieraaquellosalosquesupadrearruinó.

Didricsepusorojodeira,peroconsiguióconservarlacalmayrespondióconvozserena.—No niego los hechos. Nos encontramos aquella noche en la taberna, aunque sería discutible si

habíamosacordadoonoelpreciodeventa.—Eso da igual—dijo Arcturus volviéndose hacia el público, y empezó a hablar más alto—. Se

produjounaltercadoentreloscuatrocaballeros,queconcluyócuandoDidricintentóasesinaraFletcherconladagaquellevabaescondida.Selopreguntodenuevo,lordCavell:¿niegaustedloshechos?

—Fueendefensapropia.Eselocoestabaapuntodeasfixiarme—respondióDidricmientrashacíaungestoconlamanocomosiaqueldetallenisiquierafuerarelevante—.Dehecho,loúnicoquepruebaesqueyateníalaintencióndematarme,pornohablardeunmotivoaúnmayorparahacerlo,dadoloquetrascendióaquellanoche.

—Mealegraquemencioneustedeltemadeladefensapropia—dijoArcturus,ysealejópaseandohasta el otro lado de la sala—, pues resultará de gran importancia más adelante. Bien, dado queRotherhamyFletchereranamigoseinclusohabíanpeleadojuntos,¿porquélesorprendiótantodescubrirmástardequeFletcherteníaellibro?

—Yonohedichoeso,lohadichoCalista.Ellanosevioinvolucradaenlapelea,asíquenolosabía.Supongo que ése fue el motivo de Calista para seguirlo, pero no el nuestro—se limitó a responderDidric,conelladobuenodelacaramediotorcidoenunaconfiadasonrisa.

—Entonces,¿porquélosiguióusted?—Porcuriosidad.Unchicoqueacudeauncementerioenplenanocheessospechoso,¿noleparece?—¿Ynoteníanadaqueverelhechodequeustedquisieravengarsedeélporhaberledadounapaliza

enlapeleadelanocheanterior?—insistióArcturus.Fletchertratódecontenerunaamargacarcajada,perolesalióunincomprensiblegruñidoquelevalió

unaseveramiradadeljuez.—No—respondióDidric,reclinándosedenuevoenlasillayvolviendoacruzarlosbrazos.—Bien.Supongoquetendremosqueotorgarleunvotodeconfianza.Peromeresultacuriosoqueni

ustedniJakovlemencionaranlapeleaaCalista,teniendoencuentaquepasaronvariashorasjuntos.Enfin,someteréesedetallealaconsideracióndelhonorablejuez—dijoArcturus.

Eljuezresoplóyluego,trasencogersedehombros,garabateóalgoensusnotas.—Bien,volvamosalcementerio—dijoArcturus,dándoseunosgolpecitosenlabarbilla—.Apesar

de que usted había estado a punto de destripar a Fletcher la noche anterior y de que no eran ustedes

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precisamente amigos... ¿Fletcher lo invita a presenciar su intentode invocar a undemonio? ¿Nohuboningunadisputaniresentimientocuandoustedlosorprendióenelcementerio?

—Soyunapersonaindulgente,capitán.Noloamenacéy,desdeluego,éltampocomeamenazóamí...,supongoqueporquemeacompañabandoscentinelasarmados.Lógicamente,loqueseproponíaFletchererainvocaraldemonioparaquenosatacara,asíquenostratóconamabilidadhastaasegurarsedequeteníaaldemoniobajocontrol.

—Ah,control.Mealegraquesaqueustedeltema.Dígame,¿quéesloprimeroqueseaprendeenlasclasesde invocación,en laacademia?Despuésde laperfusiónyde la formadeentrareneléter—lepreguntóArcturus.

—Controldemoníaco—afirmóDidric,perounasombradedudalecruzóelrostroporprimeravez.Fletcher no pudo evitar una sonrisa. Aquella clase de preguntas no eran las que, obviamente,

esperabaelbravucóndeDidric.—¿De verdad cree usted que, transcurridos apenas unos minutos desde que había invocado al

demonio,unaprendizcomoFletcherestabacapacitadoparaobligaradichodemonioaatacarleausted?¿Ysinquemediaraprovocación,además?—preguntóArcturusmientrasseñalabaaFletcherconungestovago,comosiquisieradaraentenderqueeraunincompetente.

Por primera vez, Fletcher se alegró de su aspecto inmundo, que realmente no le hacía parecer unhechiceroexperimentado.

—Comomuybiendebedesabereljuez,supongo,controlaraundemonioesprácticamenteimposibleparaalguienqueacabaderealizarsuprimerainvocación,sobretodotratándosedeunjovenquenoteníanocionespreviassobreesearte—prosiguióArcturusarqueandolascejas.

—Sí,esoescierto—dijoeljuezalcabodeunmomento—.Esuntemaquemerececiertareflexión.—Talvezenel libroencontró la informaciónparahacerlocorrectamente—sugirióDidric,aunque

habíapalidecido.—Tengoaquíunacopiadel libro encuestiónyquisierapresentarla comoprueba—dijoArcturus.

Regresóasumesaysacódelacarteraquehabíatraídoconsigounfajogruesodepapeles.Losdejócaersobrelamesaconungolpesordo,yalhacerloselevantóunanubedepolvo—.Puedoasegurarlealjuezqueestaspáginasnocontieneninformaciónalgunasobrecontroldemoníaco.¿Debemosaplazarlasesiónparaquepuedaustedleerlo,señoría?

Eljuezcontemplóhorrorizadoelvolumen.Lellevaríadíasleerloentero.FletchernopudoevitarunasonrisaalverlaexpresiónalicaídadeDidric.Elarrogantemuchachosehabíacavadosupropiatumbaalimpedirquelorepresentaraunauténticoabogado.SóloaunexperimentadohechicerocomoArcturusselehabríaocurridoesaclasedeargumentación.

—Confíoensupalabra,capitán—dijoeljuez,yseaclarólagarganta—.Admitoquearrojaciertasdudassobrelaversióndeloshechosquehapresentadolaacusación,perotambiénpodríaargumentarsequeFletcherposeeundonnatural.Sinembargo, losometeréaconsideración.Por favor,paseustedalsiguientepunto.

—Desde luego, señoría. Ahorame gustaría interrogar uno por uno a los testigos. También quieropedirlesquenohablenhastaqueyolodiga—dijoArcturus,yenlazólasmanosalaespaldaysecolocóante los tres testigos—. Bien, ahora quiero que aporten todos los detalles posibles. Empecemos porusted, soldadoCalista.Dígame, ¿qué ocurrió en el cementerio? ¿Qué utilizó Fletcher para invocar al

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demonio?—La... laverdadesquenomeacuerdo—respondióCalista,aquien lapreguntahabíacogidopor

sorpresa—.Ocurrióhacedosaños,¿sabe?—Losé.Veamos,ustedharememoradoexactamentequédijoFletcheraquellanocheycómolodijo.

Sinembargo...,¿norecuerdaquéobjetosutilizó?¿Presencióustedlainvocacióndeundemonioynoleparecióunacontecimientodignoderecordar?—preguntóArcturus.

Calista le lanzó unamirada aDidric en busca de ayuda, pero él siguió con la vista al frente y lamiradaclavadaenFletcher.

—Creoque...queleyóunasfrasesdellibro.Fletcher tratódeconservarunaexpresiónseria,aunquepordentroestabaalborozado.Eraevidente

queDidricnoleshabíacontadojamáscómosuelenobtenersuprimerdemoniolosaprendices.—¿Algomás?—preguntóArcturus.—No...,nomeacuerdo—dijoCalista,convoztemblorosa.ElrostrodeDidricnorevelabaningunaemoción,peroFletchersediocuentadequeestabaapretando

lamandíbula.—Qué curioso. Todo lo demás lo ha descrito con abundancia de detalles. ¿No le parece extraño,

señoría?—preguntóArcturus,conunaexpresiónqueeraelvivoretratodelainocencia.—Puessí,laverdad—respondióeljuezentonograve,yvolvióaanotaralgoenelpapelquetenía

justodelante.—TalvezJakovpuedaarrojaralgodeluzsobreelparticular—murmuróArcturus.Jakov,perplejo,abriólabocayconlamiradarecorriólasala,comosiestuvierabuscandopistas.—Por el amor de Dios —estalló Didric—. Utilizó un pergamino de invocación y un cuero de

invocaciónconunpentáculograbado,comohanhechosiempretodosloshechiceros.¿Aquévieneesteabsurdointerrogatorio?

—¡LordCavell!—leespetóeljuez,golpeandolamesaconsumaza—.¡Guardeustedsilencio!—Lepidodisculpas,señoría—dijoDidric,ylevantóambasmanosenungestodesúplica—.Esque

estoyimpacienteporcontarmiversióndeloshechos.—Niuna...palabra...más—leordenóeljuez,acompañandocadasílabaconungolpecitodeldedo.Fletcher sintió renacer la esperanza, pues finalmente había comprendido qué se proponía hacer

Arcturus.YDidricyahabíacaídoensutrampa.ArcturussedirigiódenuevoaJakov.—¿Esesocierto?¿Leyódeunpergaminoyutilizóuncuerodeinvocaciónparainvocaraldemonio?—EstalycomohadichoDidric—dijoJakovmuydespacio,ylelanzóunamiradadedesesperación

aDidricenbuscadesuconfirmación—.Ahorameacuerdo.—Ah,bien.Mealegraquehayamosaclaradoesacuestión—dijoArcturus,asintiendoparasímismo.Empezó a dirigirse de nuevo hacia su mesa, pero luego se detuvo, como si de repente hubiera

recordadoalgo.—LordCavell...,¿dóndediríaustedqueconsiguióesosdosobjetos?Creíaqueelancianosoldado

sólolehabíadadoellibro.Didric fulminó a Arcturus con la mirada, y Fletcher prácticamente vio al muchacho estrujarse el

cerebroenbuscadeunarespuesta.Evidentemente,noestabapreparado.

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—No tengo ni idea —respondió al fin mientras dirigía la mirada al techo, como si estuvierareflexionando—.Situvieraqueespecular,diríaqueFletchertambiénrecibióesosobjetos.Elsoldadolehabía robado labolsaaunhechicero,esdesuponerque labolsacontuvieraalgunaclasedecuerodeinvocación.Ylomismoconelpergamino.

—¿Puedeusteddescribirelpergamino?—preguntóArcturus—.Talvezpuedadecirnosdequécoloreralatinta.¿Quémedidasteníaelpergamino?¿Dequétonalidaddeblancoeraelpapel?

—Noestáustedponiendoapruebalaveracidaddemirelato,capitán.Loúnicoqueestáhaciendoesponer a prueba mi memoria—dijo Didric, para después reclinarse en la silla y sonreír. Sentía queacababadeanotarseuntanto.

—De todas formas, deme usted esa satisfacción—respondió Arcturus, dedicándole a Didric unainocentesonrisa.

—El pergamino era de un orco, evidentemente, pues estaba escrito en su lengua. Lo recuerdoperfectamente.

FletchersepreguntóporunmomentocómoeraposiblequeDidricsupieraqueelpergaminohabíapertenecido a unorco.Luego, sin embargo, recordóque en cierta ocasión élmismo le había dicho alinquisidorRook, delante de toda la clase, que el pergamino era de origen orco. Por tanto, cualquierapodíahabérselocontadoaDidric.FletcherrezóparaqueDidricnoconocieramásdetalles.

—Latintaeraoscura,esloúnicoquerecuerdo.Lasdimensionestambiénsondifícilesdeconcretar,pueselpergaminoestabaenrolladoporambosextremos.Enelcementeriohabíamuypocaluz,porloquenopuedoprecisarlatonalidaddeblanco.¿Respondetodoesoasupregunta?

—Desdeluego.Perodecirquelatintaeraoscura...Lógicamente,cualquierinscripcióntienequeseroscuraparaquepueda leerse.¿Estáustedcompletamentesegurodequenopuedeaportarmásdetallessobreelcolordelatinta?

—¿Deverdadcreeustedqueelhechodequeyonorecuerdeconexactitudelcolorde la tintadelpergamino demuestra la inocencia de un asesino? Debería limitarse a la guerra, capitán, pues comoabogadoesustedpatético.Latintaeraoscurayesoesloúnicoquepuedodecir.

—¿Estáustedseguro,entonces?—Totalmente—respondióDidric,cruzandolosbrazosenungestodesafiante.—¿Yusted, Jakov?¿Puedecorroborar lahistoria?—lepreguntóArcturusalmismo tiempoquese

acercabaaél.—Sí,señor—murmuróJakov.—Calista,¿estadescripciónlahaayudadoarecordaralgo?—Creoquehabíaunpergaminoyuncuerocomolosquedicen,sí—musitólajoven.—Bien, resumiendo: Didric y Jakov dicen que, para invocar al demonio, Fletcher utilizó un

pergaminoenrolladodedimensionesnodeterminadas,escritocon tintaoscura,ademásdeuncuerodeinvocaciónconunpentáculograbado.YCalistaacabadecorroboraresahistoria—anuncióArcturus.

—Sí, capitán, eso ya ha quedado claro—dijo el juez mientras releía sus notas—. ¿Puede usteddecirmeadóndeseproponellegarcontodoesto?

—Desdeluego—respondióArcturus.Sedirigiódenuevoasubolsaysacódeellaunobjeto,quesostuvoenaltoparaquetodoslospresentespudieranverlo—.Aquítienen...elpergamino.

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5

Después de un año entero, Fletcher ya casi había olvidado el siniestro aspecto del pergamino deinvocación.

Elpergaminoeraenrealidadunaúnicahojadeunmaterialamarillentoyáspero.Lainscripciónenlenguaje orco consistía en una serie de toscas líneas en relieve, de modo que hasta un ciego habríapodidoleerlasconsólotocarlas.Justodebajo,apenasvisiblealojohumano,seencontrabalatraducciónqueBakerhabíaesbozado.

—Este pergamino, si es que así podemos llamarlo, no se parece en nada al objeto queDidric hadescrito.Nocontienetinta,noestáenrolladoenlosextremosniestáhechodepapelodealgoqueseleparezca—anuncióArcturus,acusandoaDidricconelíndice—.Enrealidad,estáhechodepielhumana.Alavíctimaselegrabalainscripciónenlaespaldayluego,cuandolasheridassehancuradoyyahancicatrizado,searrancalapielysedejasecarparaconseguirestedesagradableobjeto.

Seoyeronvariasexclamacionesdehorrorentreelpúblico.Unhombreabandonólasalaatodaprisa,tapándoselabocaconambasmanos.Mientraselsonidodesusarcadasinundabalasala,fueronmuchoslosquesiguieronsuejemplo,empujándoseunosaotrosenbuscadeairefresco.Notodosconsiguieronsaliratiempo.

—Guardias,quevengaalguienalimpiartodoeso—dijoeljuez,cuyorostrotambiénhabíaadquiridounatonalidadverde—.Serámejorquenostomemosunbrevedescanso—dijo,yapresuradamentebajólaescaleradelestradoydesaparecióporlapuertalateral.

Didric había palidecido, pero guardó un silencio absoluto. Mientras contemplaba fijamente aFletcher,elcolorfueregresandoasurostroylasorpresasetransformóenrabia.

—Fletcher—dijoArcturusmientrasseagachabajuntoaél—.¿Estásherido?¿Tehanhechodaño?—Estoybien.Me...mealegrodeverte.Derepente,Fletchersesintiómuytorpeytuvolasensacióndequelaspalabrasseleenredabanenla

lengua.Noestabaacostumbradoaquelo trataranconamabilidad...,yano.Le temblótodoelcuerpoynotólaslágrimassalobresqueleresbalabanporlasmejillas.Hastaeseprecisoinstantenosehabíadadocuentadelosoloquesehabíasentido.

Arcturusleapretóunhombro.—Tevamosasacardeaquí.Todosteechamosmuchísimodemenos.—¿Cómoestánlosdemás?—quisosaberFletcher.—ASylva no la hemos visto desde el torneo. Se la llevaron de vuelta a su país en cuanto el rey

Haroldtuvonoticiadequeestabaherida.Sepusomuyfurioso;lomismoqueloselfos,claro.—Arcturushizounapausayrespiróhondo—.ABerdonlohanmetidoentrerejasporculpadeunaseriedefalsasacusaciones.Sólopuedentenerloencerradounaspocasnoches,asíquenotepreocupes.Lohanrecluido

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porqueDidricnoqueríaquelovieras.Hastaesotehanegado.—Menuda víbora—gruñóFletcher, clavando los nudillos en los tablones demadera del suelo—.

Acabaréconélaunquesealoúltimoquehaga.—Cuidado—dijoArcturus,queechóunvistazoasualrededorporsialguienloshabíaoído—.Esto

esunjuicioporasesinato,noloolvides.—¿YOthello?—preguntóFletcher.—Othello está enVocans. Atilla y unamuchacha enana, Cress, se hanmatriculado este año en la

academia.Dehecho,enestosmomentosseestánpreparandoparasuprimer torneo.Hanobtenidomuybuenosresultadosesteaño.Othellodecidióquedarseparaasegurarsedequeseadaptaranbien,asíquetuvoquerenunciarasunombramiento.Perosignificaquepodrálideraralosenanosreclutas,locualesperfecto.

Arcturus echó un vistazo hacia atrás cuando el juez, cuyo rostro ya había perdido el color verde,ocupódenuevosuasiento.

—Othello te echamuchísimodemenos. Si se está celebrando este juicio, es gracias a su familia.Elevaronunapeticiónal reyparaquepudieras tenerun juicioyseasegurarondeque lopresidieraunjuezaquienelTriunviratonohubierasobornado.Créemesitedigoquesonmuypocoslosquenoestáncorrompidos.

—Espere...,respectoalTriunvirato...—empezóadecirFletcher.Pero en esemomento el juez golpeó lamesa con lamaza, y la sala al completo guardó silencio.

ArcturuslededicóaFletcherunamiradaquequeríadecir«luego».—Capitán, es evidente que existen algunas discrepancias entre el relato de los testigos y el de la

acusación.¿Tieneustedmáspruebasqueaportar?—Lastengo,señoría—dijoArcturus,acercándosedenuevoalatribunadelostestigos—.Peroantes

megustaríaformularunascuantaspreguntasmásalostestigos.Porfavor,respondanporturno:primeroJakov,despuésCalistay,porúltimo,lordCavell.¿Hayalgoquequierancambiarrespectoasurelato?

JakovmirófugazmenteaDidric,quienrespondióconunmovimientodecabezacasiimperceptible.—No—respondióJakov.—Norecuerdonada.No—murmuróCalista,quesecontemplabalasmanos.Didricsepusoenpieysedirigióalasalaconvozclarayserena.—Yo quisiera decir que ese pergamino orco no demuestra nada. La memoria es voluble y,

sencillamente,suspreguntasmehaninducidoadescribirlodelaformaenquelohehecho.—Sí,peroesoesporqueustednohabíavistojamásesepergamino.Nohasidosumemorialaquelo

hainducidoarespondercomolohahecho,sinosusmentiras—respondióArcturus,alzandolavozparaqueelpúblicopudieraoírlo—.Y,ahora,contesteamipregunta.

—Evidentemente,novielpergaminotanbiencomoyopensaba—respondióDidric,entonohastiado—. Pero mantengo mi relato. No se puede invocar a un demonio sin un pentáculo hecho de materiaorgánicaograbadoenella.Teníauncuerodeinvocación.Lovi.

Arcturussonrióyaplaudiócongestoresuelto.—Aciertaustedamedias, lordCavell.Sí senecesitaunpentáculohechodemateriaorgánicapara

invocar a un demonio. ¿Se le ocurre algo que Fletcher pudiera llevar encima y que encaje con esadescripción?

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—Unmomento...—balbuceóDidriccuandoundestellocruzósumirada.Sinembargo,yaerademasiadotarde.—¡Era,efectivamente,elpropiolibro!—anuncióArcturus,yrebuscóensubolsayextrajo,conuna

floritura,lacubiertadellibro.Era lamismacubiertaque alguien lehabíaquitado al libroqueFletcherguardaba en su celda.El

cuero estaba lleno de polvo y servía de cubierta a lo que sin duda era una copia del original, peroFletcherpudoreconocerelpentáculo.

—Otramentira—prosiguióArcturus,negandoconlacabeza—.Puedoaportardostestigos,madameFairhavenyelmismísimolordScipio,quecorroboraránqueelpropioFletcher lescontóaambosquehabíautilizadoesosdosobjetosparainvocaraldemonio.¿Loconsideraustednecesario,señoría?

—No,capitán.Lecreo.Porfavor,ofrézcanossuversióndeloshechos.Arcturuslediolaespaldaalpúblicoy,enestaocasión,dirigiósuargumentaciónhaciaeljuez.—Unanoche anterior a la de los hechos,Didric atacó aFletcher y sufrió unavergonzosaderrota,

cosaquelorebajóaojosdesusamigos.Lanochesiguiente,elpropioDidric,ounodesusamigos,vioaFletcher dirigirse al cementerio. Didric reunió a sus cómplices y decidieron seguirlo, pero llegarondespuésdequeFletcherhubierainvocadoasudemonio.Enbuscadevenganza,atacaronaFletcher,perosudemonioreaccionóinstintivamenteydefendióasuamo.Lavíctima,quenoagresor,huyó.SideverdadhubieraqueridoasesinaraDidricyasusamigos,envistadequegozabadeventaja,sehabríaquedadoaterminareltrabajo.—Arcturushizounapausa,comosiseleacabaradeocurriralgo—.Enrealidad,loquesucedióesanochenofuemásqueunarepeticióndeloshechosdelanocheanterior:DidricatacaaFletcheryresultaderrotadocuandoFletcheractúaendefensapropia.Yoveounpatrónqueserepite...Téngaloencuenta,señoría,alahoradepronunciarsufallo.

EljuezparpadeólentamentesindejardeobservaraArcturus,comosiestuvierapensando.Sereclinóensusillayserascólacabezaconlamaza.Enlasalareinabaunsilencioabsoluto,ytodaslasmiradasestabanconcentradasenelancianojuez,quehabíacerradolosojos.Losminutosibantranscurriendoyelsilencioeracadavezmásabrumador.Fletcherpensóqueeljuezsehabíaquedadodormido,asíquesesobresaltócuandoelancianohablóderepente,conlosojosaúncerrados.

—Hetomadounadecisión.FletcherWulf,seleacusadelintentodeasesinatodelordDidricCavell.Porfavor,póngasedepieparaescucharelfallo.

Fletchersepusoenpiecomopudo,perosevioobligadoapermanecer incómodamenteencorvado,pues la cadena que llevaba sujeta a las esposas era demasiado corta y no le permitía erguirse porcompleto.

Todo aquello estaba sucediendo demasiado rápido; apenas había tenido tiempo de asimilar loshechos.Sufuturopendíadeunhilo:porunlado,seenfrentabaauninmensoabismodedesesperacióny,por el otro, a un futuro desconocido. Notó que el pulso le palpitaba en las sienes y que se le habíadesbocadoelcorazón,conunlatidotanruidosoqueFletcherapenasoíaloqueestabadiciendoeljuez.

—Declaroaldemandado...inocentedetodosloscargosqueseleimputan.Fletchersedejócaerderodillas.NotólaspalmadasqueArcturusleestabadandoenlaespaldayoyó

elalborotodelpúblico.Y,aunasí,todoparecíatanirreal...Hastaesemomentonohabíasidoconsciente,peroestabaconvencidodeque lo ibanadeclarar culpable.Sinembargo,yaunqueno sabíamuybiencómo, la familiadeOthelloy susprofesoresde la academiahabíanconseguido salvarlode la cadena

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perpetua,yquizádecosaspeores.Conlosojosbañadosenlágrimasyaúnmedioaturdido,observóaDidric.Porextrañoqueresultase,

suadversarionoparecíamuyenfadado.Enrealidad,selimitabaafruncirelceño,comosielveredictosimplementelohubieracontrariadounpoco.

—¡Orden,orden!—mandóeljuez.Losespectadoresseguíangritandoalfondodelasala.Pocoapocosefueimponiendoelsilencioyelalborotosefueapagandoacadagolpedemazadel

juez.Sinembargo,seoyóotrosonido:unlentobatirdepalmasqueprocedíadelfondodelasala.Enlugar

de apagarse, fue aumentandode intensidad amedidaque se acercaba a ellos.El juez, quenoparecíatenerintencióndeacallaraquelsonido,fruncióelceñoyobservólaescenaconinterés.

—Excelente.Ungranespectáculo—dijoentoncesunavozsardónica.El inquisidorRook apareció en esemomento.Mostraba una sonrisa torcida en el rostro. Lucía el

uniforme de la Inquisición: un largo abrigo negro, parecido a una sotana pero con cierto airemilitar.Nadamásveraaquelhombre,aFletcherselehizounnudoenelestómago.Rookerauntiporacistaeintolerantey,porsiesofuerapoco,odiabaprofundamenteaFletcher.

—Debo reconocer que te has superado a ti mismo, Arcturus. Una excelente actuación. Por unmomentohepensadoqueestabasacabado,pero,caray,quémaneradedarlelavueltaalatortilla—dijoRook.

El inquisidor siguió aplaudiendomuydespaciomientras sonreía y asentía, ahora dirigiéndose a lamultitud.

—Disculpe,inquisidorRook.Leruegoquetomeasientoparaquepuedaprocederadejaraestechicoenlibertad.Notieneustedjurisdicciónenuntribunaldederechoconsuetudinario.Estonoesuntribunalmilitar—dijoeljuezconfirmeza,aunqueFletcherdetectóciertomiedoensuvoz,cosaquenolegustónada.

Rook,conairemeditabundo,asintió.Pasójuntoalastribunasydejóresbalarporellaslosdedosdeunamano.

—Lo entiendo, señoría.Disculpe usted la intrusión, pero yo no le quitaría las esposas tan rápido.TengootraacusaciónqueformularcontraelseñorWulf—dijoRook.

Mientrashablaba,ensusojosaparecióundestelloamenazador,aunquesurostroeraelvivoretratodelainocencia.

—Esto es absurdo—gruñóArcturus, situándose delante de Rook—. ¿De qué puedes acusar tú almuchacho?

Rook retrocedió despreocupadamente justo cuando un grupo de soldados cargados con pesadascadenasentrabanenlasala.

—Delpeordelitoqueexiste—dijoRookmientrasagarrabaaFletcherporlanuca—.Altatraición.

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6

Los soldados llevaron a Fletcher a un calabozo. En él había unamesa y sillas, e incluso jabón y unlavabo. Le quitaron las cadenas, tapándose la nariz para protegerse del hedor del muchacho, y semarcharonencuantoFletcherquedólibredesusataduras.Nadamáscerrarselapuerta,Fletcherempezóafrotarselacarayalavarseellargoygrasientopelo.Leparecíaunamaravillapoderlimpiarseconalgomásqueunsimplecubodeagua.

Dedicó unos diez minutos a frotarse el cuero cabelludo, y después se lavó el resto del cuerpo,lanzandodevezencuandofurtivasmiradashacialapuertaporsiacasoentrabaalguien.Mientrasdabaunoscuantossaltosparasecarse,metiólascalzasyeljustilloenellavaboylosdejóenremojounbuenrato,paraeliminarlamugreylasuciedaddeunañoentero.Cuandoterminó,elaguateníaunnauseabundocolormarrón,peroFletchersesentíacomonuevo.

InvocóaIgnatiusycogióenbrazosaldiablillo.Fletcher,queaúnnoestabadel todoseco, tenía lapieldegallina,asíquelaSalamandraselepegóalpechoylelanzóalacaraunaagradablebocanadadeairecaliente.

—Todoestoaúnnohaterminado,Ignatius,peroalmenostúnotendrásquecompartirmidestino.Simuero,regresarásaléter,sanoysalvo.

IgnatiuslomirócontristezayenroscólacolaentornoaltorsodesnudodeFletcher.—No te preocupes, conseguiremos salir de aquí—dijo. Trató de apartar al demonio Salamandra,

peroéstepermanecióobstinadamentepegadoaél—.Vamos,amiguito.Yaséqueatitegustaandartodoeldíaencueros,peroamíno.Losguardiassereiríanunbuenratosientraranahora.

Ignatiusbajóaregañadientesysecontentóconinspeccionarlanuevacelda.Seacercóalassillasy,receloso,lasolisqueó,aunquesiguiótemerosodequederepentelopudieranatacar.

Mientras Fletcher trataba de ponerse la ropamojada, llamaron a la puerta y, de inmediato, entróArcturus.Suexpresiónerasombría,transidadeangustia.LededicóaFletcherunasonrisaforzada.

—Parecesunaratamojada—ledijo—.NoséyoquépensaráBerdoncuandotevea.—¿Vaavenir?—preguntóFletcher,queapenaspodíacreerlo.—Sí. Su juicio era justo después del tuyo. Tras la bonita actuación de Rook, el juez ha creído

convenientedejartemporalmenteenlibertadaBerdonparaquevengahoyaverte,aunquetienequepasarlasdospróximasnochesenlacárcel.Enfin,supongoquenohaymalqueporbiennovenga.

Arcturusacercóunasillaysesentódelantedelmuchacho.—Gracias, Arcturus —dijo Fletcher, cogiéndole ambas manos al capitán—. Por todo. Me has

devueltomivida.Arcturus le dedicó una breve sonrisa, pero su rostro no tardó en adoptar de nuevo una expresión

sombríayagorera.

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—Yonomeprecipitaría.Pintamal,Fletcher.Teacusandematara soldadosde lordForsytheneltranscursodeunafallidarebelióndelosenanos.TienentestigosqueossitúanaOthelloyatienellugardeloshechos.Ytambiénpruebasdequeteoponesalrey.AOthelloloarrestaronhaceunosdías.Yonisiquiera sabíaqueestabaaquí.Losiento,Fletcher, todoestoesculpamía.NoshandespistadoconeljuiciodeDidricmientrasplaneabanestamaniobra.

Fletcher se dejó caer en una silla y ocultó la cara entre lasmanos.Hasta esemomento, no habíacomprendidolagravedaddelasacusaciones.Ignatiusgruñó,preocupado,yserestregócontralapiernadelmuchacho.

—Salgodelfuegoparacaerenlasbrasas—murmuróFletcher,aterrorizadoantelaideaderegresaralacelda—.Recuerdoesanoche.Estábamosallí,Arcturus.

—Esonoeslopeor.LaInquisiciónpresidelosjuiciosmilitares,ydadoqueerescadetedelejércitodelrey,setepuedesometeraunjuiciomilitar.Pornodeciryaquehabráunjurado,cuyosmiembrossindudahabránoídohablardeloscargosdeasesinatoquesetehanimputado,esosidirectamentenoloshacompradoelTriunvirato...

—Unmomento,cuéntamealgomássobreelTriunvirato.—Comoya tehedicho, lo forman lordForsyth, ladyFavershamyDidric—respondióArcturusen

tonograve—.DidriclosconociócuandolordFavershamvinoacurarlelasquemaduras.Éstedescubrióque los Cavell poseen un contrato en exclusiva para suministrar armas a la frontera norte, y, luego,FavershampresentóalosForsythyalafamiliadeDidric...SupongoquesabesquelosFavershamylosForsythsonaliadosdesdeantesdequetúpusieraslospiesenVocans.Juntas,lastresfamiliascontrolanahoralamayoríadelascárcelesdeHominumycasitodasuindustriaarmamentística...,locualexplicaporquésonencarnizadosenemigosdelosenanos.Estándecididosahacerloqueseaparaapartarlosdelnegociodelasarmasdefuego.Pordesgracia,tienenalaInquisiciónyalospinkertonesenelbolsilloy,porsiesofuerapoco,cuentanconelapoyodelancianoreyAlfric.

—Unaalianzadiabólica—murmuróFletcher.—Sí, y muy poderosa. Por desgracia, también la tienen tomada contigo y buscan una venganza

personal.Poralgúnmotivo,hasconseguidoofenderalastresfamilias:ledestrozastelacaraaDidric,elañopasadofrustrastelosplanesdelosForsythydicesser,supuestamente,hijodelordFaversham.

—¿Ycómosesuponequevamosasalirdeésta?—preguntóFletchermientrasseatusabaelpelo,queseguíahúmedo.

—Laúnicaposibilidadque tenemosdeganar esdemostrar, sin elmenor asomodeduda,queeresinocente,demaneraquealtribunalleresulteimposiblecondenarte.Bien,dime,¿quétienenentucontra?

Fletcher,sinembargo,nopudoresponder,pueslapuertaseabriódegolpeydejópasoalacorpulentafiguradeBerdon.Fletcherapenastuvolaoportunidaddeponerseenpie,porqueBerdonloatrapóenungranabrazoyelmuchachosesumergióeneloloracueroyacarbonilladesupadreadoptivo.

—Hijo...,hijomío—sollozóBerdon.ElherreroseapartóunpocoycogióconambasmanoselrostrodeFletcher,queexaminóconlosojos

rebosantesdelágrimas.—Hascrecido.Yacasimellegasalabarba—dijo,amediocaminoentrelarisayelllanto—.Eres

unhombre.Perosiguessintenerunbigotedeverdad.Fletcher sonrióyvolvió a abrazarlo, sin sabermuybienquédecir.Noera capazde encontrar las

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palabras necesarias para transmitirle a aquel entrañable gigantón hasta qué punto lo había echado demenos.

—Tengotantoquecontarte...—murmuróalfin.—TuamigoOthelloyamelohacontadotodo—respondióBerdon,ylerevolvióelpeloalmuchacho

—.Unañoesmuchotiempo,yheestadotrabajandoconsufamiliaparaconseguirteunjuiciojusto.Mehandichoqueeresungranguerrero.

Fletcherarrastrólospiesy,unpocoincómodo,negóconlacabeza.—ElpadredeOthello,Uhtred,esunherrerohonrado—prosiguióBerdon, llenandoasíelsilencio

quesehabíacreadotrasunabrevepausa—.Sabeselegiralaspersonas,hijo.—Son buena gente —asintió Fletcher, con los ojos empañados por las lágrimas—. No habría

soportadoVocansdenoserporellos.BerdonsesentódetrásdeFletcheryempezóadesenredarleelpeloconelpeinequellevabaenel

bolsillo. Ignatius, receloso, resopló a sus pies, como si no supiera qué pensar de aquel hombretón.Berdon bajó la vista y le rascó la cabeza al demonio, que lo observó con una mirada ofendida. LaSalamandra escupió una nubecilla de humo y se alejó con el hocico bien alto, cosa que hizo reír aBerdon.

—Hacíatiempoquenoveíaaestepilluelo.Esperoquehayascuidadobiendeél—dijoBerdon.—Digamosquehasidoélquienhacuidadodemí—respondióFletcher,yleenviómentalmenteun

mensajeaIgnatiusparaquesecomportara.Arcturus,queestabasentadojuntoaellosyparecíauntantoincómodo,carraspeóconcortesía.—Perdonadqueosinterrumpa,peroeljuicioempiezadentrodepocoynotengomuchotiempopara

prepararladefensa.Othelloysupadreasistiránaljuicio.MehancontadoloqueocurriólanocheenquesereunióelConsejodelosEnanos.

—Será mejor que termine de adecentarte mientras tú hablas con el capitán Arcturus —murmuróBerdon—.Nuncahassidodemasiadopulcro,laverdad.

—Gracias...,papá.La última palabra se le antojó extraña al pronunciarla, pero por la radiante sonrisa de Berdon,

Fletchersupoquehabíahecholocorrecto.—¿Puedo?—le preguntóBerdon aArcturusmientras señalaba el delgado cuchillo que el capitán

llevabasujetoalcinturón,dentrodeunafunda.—Desdeluego.—Arcturussonrióyseloofreció.Berdoncogióelcuchilloy,conunaseriedediestrosmovimientos,learreglóaFletcherelbigoteyla

barba.Luegocontemplóduranteunosinstantesellargopelodelmuchacho,perofinalmenteseencogiódehombrosyledevolvióelcuchilloaArcturus.

—Yalecortaréelpelomástarde—dijo,ycogiódenuevoelpeine.Arcturusseaclarólagargantay,poruninstante,Fletchercreyóverunalágrimaenelojodelcapitán.

Éste se volvió para guardar el cuchillo, y cuando miró de nuevo a Fletcher, la lágrima habíadesaparecido.Elmuchachosepreguntósilohabríasoñado.

—Recapitulemos. Si hay algo que Othello y Uhtred hayan omitido, por favor, cuéntamelo—dijoArcturus.

—Adelante—dijoFletcher.

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—TúySylvaseguisteisaOthellocuandoseescabullóparaasistira lareunióndelConsejode losEnanos.Alguienrevelóellugarenelquedebíacelebrarselareunión,yloshombresdelordForsythseapostaronenelexteriorparatenderunaemboscadaalosenanosconlaexcusadeaplastarunarebelión.Pudisteisadvertiralosenanosantesdequelossoldadosatacaran,perocincohombresmurieronmientrastú,Sylva,OthelloyAtillahuíaisdelazona.AtillaestabaheridoylollevastealaenfermeríadeVocans,guiadoporlacapitanaLovettatravésdesuÁcaro,Valens.Porelcamino,unjovensoldadoseosacercó,peroelÁcaroconsiguióparalizarlo.¿Fuemásomenosasí?

—Sí,másomenosesofueloquesucedió—respondióFletcher,estrujándoseelcerebro.NoleresultabafácilpensarmientrasBerdonlopeinaba,puesesaescenaletraíarecuerdosdeotros

momentos en que Berdon había hecho lo mismo, cuando los dos estaban sentados junto al cálidoresplandordelachimeneadesuviejacabaña,escuchandoelcrepitardelasllamas.

Alpercibirelestadodeánimodesuamo,IgnatiusregresóylelamiólosnudillosaBerdon,aunquearegañadientes.Luegoresopló,escupióyserestrególalenguaconlasgarras.

—Carbonilla—ledijoBerdonconunasonrisaaldiablillo—.Tevaasalirpeloenelpecho.Ignatius sumergió la cabeza en el lavabo para limpiarse la boca, pero nadamás probar el turbio

líquidomarrón,sedejócaerdeespaldasyempezóatoser.Fletcherseechóareíralverlosaspavientosdeldemonio,perolaexpresiónseriadeArcturuslodevolviódeinmediatoalarealidad.

—¿Seteocurrealgomás?Loquesea—dijoArcturus.—Grindleycuatrodesushombrespodríanacudircomotestigos—dijoFletcher,quepensabaenel

esbirrogordinflónqueprimerohabíaintentadomataraSylvayque,mástarde,quisoatacaralosenanosreunidosenelconsejo—.Peronocreoquerecurranaellos,sonunapandilladematonessiniestros.Nohaymáspruebas,queyorecuerde.Sólolosabremoscuandoentremosenlasala.

Arcturusnegóconlacabezaysefrotólosojos,tratandodepensar.—Nohetenidotiempoparapreparareljuicio.Osejecutaránporesto,Fletcher,atiyaOthello.Esla

únicapenaqueseaplicaalosdelitosdealtatraición:lahorcaoladecapitación.Ese recordatoriohizoque aFletcher se le formaraunnudoen el estómago.Sedio cuentadeque,

instintivamente,habíaempezadoafrotarselanuca,demodoqueenseguidabajólasmanosalregazo.Sele formaron gotas de sudor frío en la espalda y, de repente, notó un peso y una fuerte opresión en elpecho.

—Quierenacabarcontigoycon losenanosdeunsologolpe,deesonomecabeduda—prosiguióArcturus—.HastaelmenorindicioderebeliónprovocaráquesearrestealConsejodelosEnanosyquese confisquen todas sus armas y sus fraguas. De ese modo, el Triunvirato se desharía de su mayorcompetidor en el negocio de las armas, y ya sólo tendrían que enfrentarse a Seraph y a su familia.Emplearántodos losrecursosde losquedispongan.Loúnicoquenecesitamoses tiempoparaurdirunplan.

MientrasArcturushablaba,unodelosguardiasllamóalapuerta.—FletcherWulf.Teestánesperando.

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7

La sala estabamás abarrotada que antes, pero, a pesar de ello, flotaba en la atmósfera un incómodosilencio. Cerca del estrado que ocupaba el juez se habían colocado un par de bancosmás, donde sehallabandiezpersonasataviadasconunastogasrojasyrelucientes.LosmiembrosdeljuradoobservaronaFletcherconciertahostilidad,comosicreyeranquepodríaatacarlosencualquiermomento.

JustodetrásdeFletcher,enlasprimerasfilas,sehallabanlosgeneralesylosnobles,engalanadosconsustrajesmilitares.Unanubedehumoflotabaenelaire,puesmuchosdelospresentesfumabanlargospurosymurmurabanenvozbaja,comosiestuvieranenunteatroynoenuntribunal.

LordyladyFavershamestabansentadosenelprimerbanco.LordForsythestabacerca.Suenormeeimponentefiguraocupabaenelbancoelespaciodedospersonas.Juntoaélsehallabaunaelegantedamarubiaque,supusoFletcher,debíadesersuesposa.Didricysupadre,contrajesdeterciopeloygruesosanillosdeoroenlosdedos,eranlosqueestabanmáscercadeFletcher.

Todos ellos observaron a Fletcher y a Arcturus con miradas cargadas de odio. Los guardiasencadenarondenuevoaFletcheralsuelo,peroelmuchachocontuvounestremecimientoyseobligóaalzarlabarbilla:noqueríadarleslasatisfaccióndequelovieranasustado.Arcturus,porsuparte, losobservóatodosconindiferencia,aunqueFletchersediocuentadequealcapitánletemblabalamano.

—¡Todo elmundo en pie! ¡Adelante, inquisidoresDamianRook yCharles Faversham!—gritó unguardia.

Rookentróenesemomentoenlasala,seguidoporunhombredenarizganchuda,ojososcurosypelonegroazabache.SiRook tenía lapielcetrina,aquelhombre la teníablancacomoelpapel,y,másquedelgado,eraesquelético.Losdosinquisidoresocuparonsusasientosenelestradoyrecorrieronlasalaconunaregiamirada.

—Noestabaenlamismahabitaciónquemipadreymihermanastrodesdequeteníaquinceaños—murmuróArcturus,queseñalóconlabarbillaalinquisidordepelooscuro.

Fletcher contempló el rostro de Charles y lo comparó con el suyo. Si la teoría de Arcturus eracorrecta, Fletcher era hijo ilegítimode lordFaversham, lomismoque el propioArcturus, lo cual losconvertíaaambosenhermanastrosdeCharles.NoencontróungranparecidoentreélyCharles,aunquelosdosteníanelpelonegroyabundante.

—¡Quetraiganalcómpliceenlaconspiración!—ordenóCharlesconvozatiplada.Las puertas se abrieron de golpe y Jakov entró en la sala arrastrando aOthello tras él. El enano

estabacubiertodecadenas,tantasquesólopodíaavanzarunospocoscentímetrosacadapaso.Unasuciamordaza le cubría la boca y tenía un ojo hinchado y amoratado, del color de una ciruela demasiadomadura.

Uhtred losseguía,conuna iracundaexpresiónenel rostro.Caminabacon lospuñosapretadosyel

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andardesafiantedealguiendispuestoapelear.—¿Quélehashecho?—preguntóArcturuscuandoJakovencadenóaOthellojuntoaFletcher.—Noqueríaobedecer—respondióJakovconunamueca—,asíque lehemosdadounoscariñosos

golpecitosylohemosamordazadoparaqueseestécalladito.Eslaúnicaleyqueentiendenestosmediohombres.

—Déjelo,capitán—farfullóUhtredentredientesalmismotiempoquellevabaaArcturusaunlado—. No sirve de nada razonar con estos animales. Que lo vea el jurado, así quizá despertemos sussimpatías.

—Lodudo—susurróArcturus.Jakovsealejóysaludóconungestodelacabezaaunodelosmiembrosdeljurado.—Sólo uno de los dos puede hablar en defensa de los chicos. He pensado que usted está más

capacitadoparaellodespuésdesuvictoriaenelúltimojuicio—dijoUhtred,ylediountoscobesoasuhijo en la cabeza—. Prefiero nomirar, sé que no podré conservar la calma. He tenido que hacer untremendo esfuerzo para no despedazar a ese bestia. Buena suerte..., nos veremos cuando todo hayaacabado.

AntesdequeArcturustuvieratiempoderesponder,Rookseaclarólagarganta.Lasalaalcompletodejódemurmurarenvozbajayguardósilencio.FletcherlanzóunaúltimamiradaaUhtredmientraséstesealejaba,yenseguidasecerraronlaspuertaslaterales.

—Damasycaballeros,graciasporvenir—proclamóRookconun teatralgestode lamano—.Losinquisidoresnosolemostenerlaoportunidaddepresidiruncasodetraición.Alfinyalcabo,eselmásabyectodelosdelitosyestápenadoconlamuerte.

En esta ocasión, Fletcher experimentó un extraño sopor ante la amenaza de la muerte. Por algúnmotivo,leparecíaundestinomásagradablequepasarelrestodesuvidaencerradoenaquellacelda.

—Quisieraquefueraunjuiciorápido,puessémuybienquetodostenemoscosasquehacer—dijoentonomagnánimo—.Nosotros, la Inquisición, nos limitaremos a actuar en este caso como acusación yárbitros,peroseráeljuradoquiendecidasielacusadoesculpableoinocente.Sinolesimporta,iremosdirectamentealgrano.InquisidorFaversham,porfavor,describaloshechos.

CharlesestudiósusnotasyluegomiróaFletcher.—Durante un ejercicio nocturno de instrucción, cinco de los hombres de lord Forsyth fueron

asesinados.Uno de ellos presentaba quemaduras en el rostro, que concuerdan con las que produce elataque de una Salamandra, un demonio muy poco común que sólo Fletcher posee. Creemos que loacompañabaOthelloThorsageryqueloayudóaperpetrarlamasacre.

Charles señaló al enano encadenado, que no pudo hacer nada para defenderse, a excepción dedevolverlelamirada.

—ElataquerespondíaaldeseodederrocaralreyHarold,yseríaelprimerpasoenunarebelióndelosenanos.SinosehubieraarrestadoaFletcherporelintentodeasesinatodelordCavell,ahoramismonoshallaríamosenplenaguerracivil—concluyóCharles.

—Arresto que no estaba justificado—replicó Arcturus—, pues se han retirado todos los cargoscontraFletcher.SuertetienelordCavelldequenoselehayaacusadoaéldeintentodeasesinato.

—Ah,Arcturus,porfinleoímoslavoz—seburlóCharles,levantandounamanojustocuandoRookcogía aire para gritarle algo al capitán—. Háganos el favor de mantener la boca cerrada hasta que

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hayamospresentadotodaslaspruebas.—Puesprosigaenlugardeperdereltiempoconacusacionesinexistentes.Charlesloignoróydescendiódelestrado.—Presentaremostrespruebas.Laprimeradeellas,elarmaqueOthelloThorsagerutilizóduranteel

ataque. La segunda, la relación de Fletcher con los enanos disidentes. La tercera y definitiva, eltestimoniodeuntestigo.Estoyconvencidodequeesastrespruebasdemostraránquesonculpables,aloquesindudaseguirálarápidadecapitacióndeambosacusados.AunquecreoquealinquisidorRooklegustaríaproponerunaejecuciónmás...clásica:ahorcamiento,arrastramientoydescuartizamiento.Enfin,porsuerteparalosacusados,seráeljuradoquiendecidaelmétododeejecución.

Fletcher vio que Othello apretaba los puños. El enano observó al muchacho con los ojosdesorbitados.Eraunamuerteterribleenlaquenisiquieraseatrevíaapensar.Cambiódeideaalinstante.Talvezpasarelrestodesuvidaenlacárcelnofueratanmalo,despuésdetodo.

—CapitánArcturus, ¿desea usted presentar alguna prueba o llamar a declarar a algún testigo?—preguntóCharlesconexpresióninocenteyunmalévolocentelleoenlosojos.

—DadoqueloscargoscontraFletchersehanformuladohaceapenasunahorayqueyodesconocíaelarresto de Othello, creo que no le sorprenderá saber que no estoy del todo preparado—respondióArcturus,enuntonocargadodesarcasmo.

—Sino recuerdomal,ustedmismoelevóunapeticiónal reyHaroldenpersonaparaqueFletchertuvieraunjuiciorápido.¡Creíaquesealegraría!—respondióCharlesenelmismotonosarcástico.

—Existeunagrandiferenciaentreunañoyundía,comoseguramentesabeustedmuybien,Charles.Porsuerte,varios testigosyamigosyasedirigenhaciaaquí.Ynoestánmuy lejos—añadióArcturus,fulminandoaCharlesconlamirada—.Almenosunodeellos,siesqueharecibidomimensajeatiempo,hablaráenfavordeOthelloydeFletcher.

—¡Estupendo! —dijo Charles aplaudiendo—. Entonces, no le importará que sea la acusación laprimeraenaportarlaspruebas.Antesdeempezar,megustaríapresentarlemisrespetosalreyHarold.

SeoyóunbreveaplausoyFletcheraguzóeloído.Charlessonrióyprosiguió.—Y,lógicamente,nopuedodejardemencionarasuilustrepadre,fundadordelaInquisición,líderde

lospinkertonesysupervisordelosjueces...,elancianoreyAlfric.Fletchersevolvióyobservóadoshombresentreelpúblico,sentadosjuntoalTriunvirato.Hastaese

momento, ni siquiera había reparado en ellos, pues iban vestidos igual que el resto de los noblespresentesenlasala.Sinembargo,alfijarsemejorcomprendióelsignificadodelaroqueamboslucíansobrelacabeza.

—Notananciano—exclamóAlfricconvozcascada,locualprovocólasrisasdelpúblico.ElhijodeAlfric, el reyHarold,aparentabaunos treintaaños, lamismaedadqueArcturus.Elaro

doradoquellevabaenlacabezadescansabasobreunamelenarubiayonduladaque,asuvez,enmarcabaun rostro apuesto con unos penetrantes ojos grises. El anciano rey Alfric, en cambio, tenía la narizaquilina y lucía un aro plateado sobre una larga melena blanca. Contemplaba la sala con expresiónimpasible,aunqueentrecerróunpocolosojosalfijarlamiradaenFletcher.

—Bien,citoalossargentosMurphyyTurner,responsablesdelainvestigación,paraquepresentenlaprimeraprueba—anuncióCharles.

De inmediato, Rook dio una orden.Othello gimió bajo lamordaza al ver entrar en la sala a dos

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pinkertonescargadosconunpequeñoobjetoenvueltoenunpañoblanco.SeloentregaronaCharles,nosinantesdedicarunadesagradablesonrisaaOthelloyaFletcher.Noseentretuvieronmuchoenlasala,sinoqueselimitaronasaludaraljuradoquitándoselasgorrasdepicoysalieronporlapuertalateral.

Charles aguardó hasta que se hubieronmarchado y, a continuación, sujetó con dos dedos el pañoblanco.

—Nuestraprimeraprueba—exclamó,yconunaparatosomovimientoretirólatela—.¡UntomahawkqueperteneceaOthelloThorsager!

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8

Lasalase llenódemurmullosyquienesocupaban laprimera filase inclinaronhaciadelanteparavermejor. Othello trataba de gritar a través de la mordaza; le temblaban el bigote y la barba mientrasintentabadesgarrareltrapoconlosdientes.

—¡Esmentira!—gritóFletcher ennombredeOthello, apesardequeArcturus intentóobligarlo aguardar silencio—.Nos lo robaron varias semanas antes, cuando esos dosmonstruos le partieron lascostillasaOthello.

—¿Variassemanasantesdequé?—preguntóRook,quealzabaunamanoparapedirsilencio.LosmurmulloscesaroncasialinstanteyFletcherseconvirtióderepenteenelcentrodeatenciónde

todalasala.—¿Variassemanas...antes...dequé?—repitióCharles.—Antes...dequeseprodujeraelataque—respondióFletcher,pensandoatodavelocidad.¿Quéeraloqueacababadehacer?—Entonces..., ¿sabes cuándo se produjo el ataque? ¿Admites que estuviste allí? —lo interrogó

Charles,aprovechandoaquelmomentodedebilidad.—Yonohedichoeso—respondióFletcher,sindemasiadaconvicción.ArcturusleapoyóunamanoenelhombroaFletcheryseloapretócontantafuerzaqueeljoventuvo

quecontenerseparanohacerungestodedolor.—Yo lehecomunicadoaFletchercuándoydóndeseprodujosupuestamenteelataque.¿Responde

esoasupregunta?—dijoArcturus,mirandoaCharlesdearribaabajo.Seobservaronfijamenteduranteunosinstantes,comodoslobosquesedisputanlasupremacía.Fue

Charleselprimeroenapartarlamirada,aunquenadamáshacerloprosiguióconsuataque.—El arma asesina lleva el emblema de los Thorsager, de modo que sólo puede pertenecer a un

miembromasculino de la familia. Tanto el padre deOthello,Uhtred, como su hermano,Atilla, tienencoartadaparaesanoche.AunqueOthelloesalumnodeVocans,elpersonaldelaacademianohapodidoproporcionarle una coartada. Por tanto, resulta bastante claro que fue Othello quien asesinó a lossoldadosaquellanoche.

Losmiembrosdel juradoexaminaroncon interéselobjetoyhablaronenmurmullos.Fletcher supoquenoeraunabuenaseñal.

—Gracias,inquisidorFaversham,muyconvincente.Porfavor,presenteustedlasiguienteprueba—dijoRookmientrasgarabateabaalgoenelpapelqueteníadelante.

Enestaocasión,sinembargo,Charlesnollamóanadie.Selimitóasacarunatarjetadeunbolsillodesuuniformeyasostenerlaenaltoparaquetodoelmundopudieraverla.

—EsunatarjetadepertenenciaalosYunque.LaencontraronentrelasposesionesdeFletcherjusto

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después de que lo arrestaran. Tuvimos suerte de encontrarla, pues unmisterioso benefactor ya habíaregistradosuhabitación—añadióCharles,observandoconlascejasarqueadasaArcturus—.Despuésdepresenciareljuicioanteriorydeverelpergaminoenposesióndeladefensa,creoquepodemosasegurar,sintemoraequivocarnos,queyasabemosquiénlohizo.

Fletchersesintióalgoconfuso.Latarjetaselahabíandadomuchotiempoatrás,ensuprimerdíaenCorcillum. Sabía muy poco acerca de los Yunque, sólo que se trataba de un grupo de humanos queapoyabanalosenanosyluchabanporsusderechos.

—¿Y qué tiene eso que ver?Me la dieron hace dos años—dijo Fletcher para desesperación deArcturus,queledijoentredientesquesecallara.

—Inquisidores,¿meconcederíanustedesunbrevedescansoparahablarconmisrepresentados?—preguntóArcturus,aunqueenestaocasiónnoleclavólosdedosenelhombroaFletcher.

—Claro,¿porquéno?—dijoRookentonoalegre—.AlomejorasíconsiguequeeljovenFletchermantenga el pico cerrado.Aunque, en el fondo, da lomismo; lo cerrará definitivamente antes de quetermineestasemana.

ArcturussaludóconungestosecoysepusoencuclillasjuntoaOthelloyaFletcher.Antesdehablar,esperóaquetodoslospresentesenlasalaretomaransusconversaciones.

—Fletcher,duranteelañoquehaspasadoencarcelado,sehanproducidoexplosionesyataquestantoapinkertonescomoaciviles.Yentodosesoscasos,laspruebasapuntabanalosYunque.

Othellogruñóenvozaltaynegóconlacabeza.—Losiento,Othello.Telaquitaré,perodebesprometermequenohabrámásarranquesde ira.De

ninguno de los dos.Ya tendréis oportunidad de defenderos cuando la Inquisición haya presentado susargumentos.

Othellofarfullócuandolecortaronlamordaza.—Olíaataparrabosdeduendecillo—jadeó,escupiendolamordazaaunlado.—¿Porquéno le explicas aFletcher qué significa la tarjeta de losYunque?—dijoArcturus, y le

ofrecióaOthellolapetacaquellevabasujetaalacintura.OthellobebióvariostragosyluegosevolvióhaciaFletcher.—Me alegra que volvamos a vernos las caras, Fletcher, aunque preferiría que nos hubiéramos

encontrado en unas circunstancias más agradables. —Cogió a Fletcher por un brazo y lo obligó aacercarse—.Han pasadomuchas cosas durante el tiempo que has estado... fuera. La hostilidad entrehumanosyenanosnuncahabíasidotangrandeytodoporculpadeesossupuestosataquesdelosYunque.Formarpartedeesaorganizaciónesahorailegal,porloquelamayoríadesuslídereshanpasadoalaclandestinidad.

—Pero ¿por qué hacen todo eso los Yunque?—preguntó Fletcher—. Sin duda, sólo empeora lascosas.

—CreemosqueentrelasfilasdelosYunqueseescondeuntraidor,lamismapersonaqueinformóalosForsythsobrelareunióndelconsejoyquenoshametidoanosotrosenestelío—susurróOthello.

Rookseaclarólagarganta.—Creíaquehabíadichousted«breve»,capitán—dijo,dándoseunosgolpecitosenlamuñeca.—Escuchadmebien,ahoraqueostengoalosdosjuntos—susurróArcturus,haciendocasoomisode

lamiradadeRook—.Notenemostiemponimotivosparainventarunahistoria.Vosotrosdesconocéislos

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hechosy,portanto,permaneceréisensilenciotodoelrato.¿Deacuerdo?—Vamos,capitán—ordenóRook,ehizounaseñaalosguardias.Arcturusretrocedióylevantóambasmanos,comosiserindiera.—¿Love?Nohasidotandifícil.—SeechóareírRook,indicandoalosguardiasqueseretiraran—.

Creoquelatarjetahablaporsísola,¿nocreenustedes?Fletcher trató de ignorar los gestos de asentimiento de los miembros del jurado. ¿Acaso ya los

considerabanculpablesaélyaOthellooteníanalgunaposibilidaddeganar?—Queentreeltestigo.Escucharemossutestimonioy,luego,procederéainterrogaralosacusados—

ordenóRook antes de volverse haciaArcturus—.Puede usted presentarmañana los argumentos de ladefensa,capitán,perosideseahacersubiraalguienalestrado,esapersonatendráquetestificarhoy.Asíacabaremoscon lasdeclaracionesde los testigosypodremos tenerun rápidoveredictomañanapor lamañana.

Arcturus apretó lamandíbula, pero guardó silencio. Fletcher se preguntó a quién citaría Arcturuscomotestigo.¿Seraph,quizá?

Enesemomento,JakovhizoentrarenlasalaaunsoldadoquellevabaeluniformegrismarengodelosForsyth.Fletchernoloreconoció,peronoleparecíaquefueraunodeloshombresdeGrindle.Todoselloserancorpulentosymusculosos;elhombrequeacababadeentrarenlasala,encambio,erajovenydelgado,nomuchomayorqueelpropioFletcher.Eljoventomóasientoenlatribunadelostestigos.

—Ditunombreparaqueeljuradopuedaoírte—leordenóCharles.—SoyelsoldadoJohnButcher,delasFuriasdeForsyth—dijoeljoven,queparecíamuysegurode

símismo.TeníalamiradafijaalfrenteynosedignósiquieraamiraraFletcheryaOthello.—Cuéntame,John,¿quévistelanochedeloshechos?—Estábamoshaciendounejercicionocturnodeinstrucciónyoímosunosdisparos.Cuandollegómi

pelotón,encontramosacincohombresmuertos,asíqueprocedimosabuscaralosatacantes.Meseparédemi grupo en la oscuridad... y fue entonces cuando los vi.—En esemomento, Johnmiró por fin aFletcheryaOthelloylosseñalóaambosconeldedo—.Losretuveapuntadepistola,conlaesperanzade que los refuerzos llegaran a tiempo. Fue entonces cuando quedé paralizado por la picadura de unÁcaroyellosaprovecharonparaescapar.Ésafuelaúltimavezquelosvi.Mipelotónmeencontróvariashorasmástarde.

—Gracias,John,esoestodo—dijoRook.John se puso en pie y saludó antes de abandonar la sala. Fletcher, apesadumbrado, siguió con la

mirada la espalda erguidadel soldadomientras éste se alejaba.En esemomento reconociópor fin almuchacho.Ylopeordetodoeraquehabíacontadolaverdad.

—Y,conesto,laacusaciónhaterminadodepresentarsuspruebas—dijoRook,quecogiósusnotasparaleerenvozalta—.Resumiendo:tenemoselmotivo,queenelcasodeFletcheressupertenenciaalosYunqueyeneldeOthello...—Hizounapausaycogióotrahojadepapel—.Bueno,Othellotieneunalistadeantecedentespenalestanlargacomomibrazo:agresiónaunpinkerton,resistenciaalaautoridad,difusióndepropagandaantihumanos...Vamos,loquesellamaunalborotador.

—¡Circunstancial!—exclamóArcturusenvozaltaymirandoaljurado.—¡Peronodejadeserunmotivo!—gritóRook,retandoaArcturusallevarlelacontraria.

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AFletcherseleencogióaúnmáselcorazóncuandoRookleentregóaunmiembrodeljuradolahojade papel para que la pasara a los demásmiembros. Othello no era culpable de ninguno de aquelloscargos: sencillamente, había asumido las culpas—y las palizas—que le correspondían a suhermanogemelo,Atilla.

—Conocemos las armas homicidas gracias a las quemaduras que presentaban los cadáveres, queapuntan a la Salamandra de Fletcher, y al hallazgo del tomahawk de Thorsager —prosiguió Rook,señalandoconlabarbillaelarmaquedescansabasobrelamesa—.Porúltimo,tenemosuntestigocreíblequelossitúaaambosenellugardeloshechos.Ahorainterrogaremosalosacusados.¡Guardias,traiganalenanohastaelestradodelostestigos!

Othello consiguió ponerse en pie cuando le quitaron los grilletes y luego se dirigió a la tribunaarrastrandolospies.FulminóaRookconlamiradayelbigoteseleerizócuandotorcióloslabiosenungestodeasco.

—¿Dóndeteencontrabaslanochedelataque?—preguntóRook,uniendolosdedosdeambasmanos.OthelloobservóaRookconunamiradadesafianteycruzólosbrazossobreelpechoentreeltintineo

metálicodelascadenas.—¿Por qué atacaste a aquellos hombres? —exigió saber Rook, inclinándose hacia él—. ¿Lo

planeasteolosasesinastesinpensarlo?AOthello no le tembló lamirada. Estaba inmóvil, sin parpadear, y de no ser por elmovimiento

regulardelpecho,habríaparecidounaestatua.—Bien,parecequelamordazahacumplidosufunción,Jakov—dijoRooksoltandounarisotada—.

¡Sehaquedadosinhabla!Fletcheroyóunarisitaasusespaldasy,alvolverse,vioalancianoreyAlfricmuysonriente.—Aunasí,mesigueobservandoconunamiradaclaramenteirrespetuosa,¿nocreeusted,Charles?—

dijoRook,cuyavozyanoparecíatanalegre.—Cierto.Increíblementeirrespetuosa.Ytambiénparecebastantedesaliñado.Barbadescuidada,pelo

largo...—observó Charles frotándose la barbilla—. Su aspecto no le dispensa a esta sala el debidorespeto.

AFletchernolecupodudadequeestabanrepresentandounpapel.Eracomoestarpresenciandounalamentablepantomimay,derepente,sintióterror.Todoaquelloestabaplaneadodeantemano.

—Jakov,¿porquéno teacercasy lecortasunpocoelpelo?—dijoCharles,haciendounaseñaalcorpulentoguardiaparaqueseacercara.

Othellopalideció.Intentóponerseenpie,peroCharlesclavólasmanosenloshombrosdelenanoyloobligóapermanecerenlasilla.Encircunstanciasnormales,elmusculosoenanonohabríatenidoelmenor problema para zafarse de Charles, pero las cadenas se lo impedían, por lo que tuvo queconformarseconbalancearelcuerpohaciadelanteyhaciaatrás.

—¡Nopuedehacereso!—gruñóFletchertirandodesusesposas—.¡Cortarleelpeloaunenanoesunsacrilegio!

Siguiótirandodelascadenashastaqueelmetalseleclavóenlacarne.Varioshilillosdesangreleresbalaronporlosdedos.

ArcturussevolvióhaciaelreyHarold,peroelmonarcaseguíasentadoensilencio,conlosbrazoscruzados. Lord Forsyth, Didric y lady Faversham sonreían con una especie de perversa satisfacción,

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mientrasqueelancianoreyAlfricsusurrabaanimadamentealoídodeDidric.—Estovaencontrade losderechoscivilesdeOthello—dijoArcturus,apelandoal jurado—.¡Es

ilegal!—Losenanosnotienenderechos—seechóareírRookmientrasJakovseacercabaalatribuna—.Lo

dejaremosunpocomáspresentableparalasala.Uncortedepelonolehacedañoanadie.—¡Noloconsentiré!—rugióArcturus.Alzóundedo,quedeinmediatosevolvióazul.Elchasquidodelallavedechispadelosmosquetes,

sinembargo,loobligóadetenerse.Losguardiasdieronunpasoalfrente,apuntandoalpechodelcapitán.ArcturussedejócaerderodillasjuntoaFletcher,yJakovsacóuncuchillodefilocurvoysesituóentreCharlesyOthello.

—Nomires—susurróArcturus.SujetóaFletcherporlamuñecaparaqueelmuchachodejaradetirardelascortantescadenas—.Quierenvertesufrir.

FletcherobservóaOthellomientraséstesebalanceaba,moviendoelcuerpohacialaizquierdayladerecha,ytratabademorderlelasmanosalguardia.Laescenalohacíaparecerunanimalylosmiembrosdeljurado,asqueados,negaronconlacabeza.

—Yanopuedosufrir—respondiófinalmenteFletcher,conlosojossecos.Loúnicoquesentíaeralarabiaqueseibaacumulandoensuinterior.Tuvoquehacerunesfuerzopara

no arrancarse las esposas y lanzarse hacia el estrado. Pero sabía que sería un suicidio y que eso eraexactamenteloquequeríansusenemigos.

Con una mano sudorosa, Jakov obligó a Othello a permanecer inmóvil, y con la otra levantó elcuchillo.

—Quédatequietecito—gruñómientraslesujetabalabarbaalenano—.Noquerrásqueelcortemequededesigual,¿verdad?

Othellodejócaerlacabezahaciaelpechoy,alprimercortedeJakov,renuncióaluchar.Loúnicoque se oyó en el silencio de la sala fue el agudo chasquidodel filo.El enano le sostuvo lamirada aFletchermientrasunmechóndepelocaíalentamentealsuelo.

Unasilenciosa lágrimaleresbalópor lamejilla,peroOthellonosepermitió llorarenvozalta.Elcuchillodestellabaunayotravezy,encadaocasión,Fletchersesentíacomosiseloestuvieranclavandoaél enelpecho.Aquella lágrimadeOthello fue laúltima.Elenanosoportóenunestoico silencioelrestodelaagresión,yFletchertratabadetransmitirletodoelcorajeylafuerzadelmundo.

—¿Lesparecebienasí,inquisidores?—preguntóJakov,queretrocedíaunpasoparacontemplarsuobra.

LabarbadeOthelloahoraeracorta,casitantocomoladeRook.—Ajá.Lacoletamelavoyaquedarderecuerdo—dijoCharlesmientraslasujetabaconlamano.Othellocerrólosojoscuandoelcuchillocortódenuevo.—Podríahacermeconellaunabrochadeafeitar—añadióCharles,sacudiéndolacomosifuerauna

coladecaballo.—Estádemasiadosuciaparaeso—respondióRook,quearrugó lanarizenungestodeasco—.Y

ahora,elbigote.Todo.Siempremehepreguntadoquéaspectotendríaunenanosinbi...Peronoterminólafrase.Laspuertassituadasalfondodelasalaseabrieronderepenteydieronpaso

auna ráfagadevientoy lluvia.UnGrifo surgióde laoscuridadconun chillidoy cruzóel umbral.A

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lomos del demonio iba una jinete uniformada, cuya melena negra se le había quedado pegada a laspálidasmejillas.Sequitólasgafasprotectorasquellevaba,traslascualesseocultabansusojosgrises.Lamujercontemplólasalaconunagélidamiradacargadaderabia.

—CapitanaLovett—susurróFletcher,queapenaspodíacreerquefueraella.Laúltimavezquelahabíavisto,lacapitanaLovettestabaencomaysólopodíacomunicarseatravés

desuÁcaro,Valens.Lovett cabalgó por el pasillo hasta el centro de la sala, dejando tras ella un reguero de gotas de

lluvia,ysinfijarsesiquieraenlasmiradasasombradasquelelanzabanlospresentesdesdeambosladosdelpasillo.Aúnalomosdelamajestuosabestia,sedetuvofrenteaJakovylearrebatóelcuchillo.Rook,quesehabíaquedadomomentáneamentesinhabla,pareciórecuperarladerepente.

—CapitanaLovett. ¡Cómoseatreveusteda irrumpir enun tribunal! ¡Desmonte ahoramismosinoquierequeselaacusededesacatoaltribunal!

Lovettdejócaerelcuchilloalsuelo,conunaclaramiradadedesaprobaciónenelrostro.—Nopuedo—dijo.—¿Nopuedeonoquiere?—seburlóRook,quesehabíapuestodepietraselestrado.—Nopuedo—respondióLovett,apartándoseelpelodelacara—.Estoyparalizadadecinturahacia

abajo.

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9

MientrasRookfarfullabaalgo,sinsabermuybienquéresponder,LovettdirigiólamiradahaciaFletcher.Lo saludó con una discreta inclinación de la cabeza y, a continuación, obligó a suGrifo, Lysander, aacercarsealjurado.

—HevenidoparadecirlesqueniFletcherniOthellosoncómplicesdelosdelitosqueselesimputan.Enrealidad,seestabandefendiendodelataquedediezhombresysalvaronlavidademilagro.Elenanohabía recibido un disparo yFletcher cargó con él hasta un lugar seguro.Mi propioÁcaro,Valens, leclavóelaguijónaunsoldadoqueloshabíacapturado,locuallespermitióescapar.

—¿Ustedlosayudóaescapar?—rugióRook,ydescargóunpuñetazosobrelamesa—.¿Despuésdequehubieranasesinadoacincosoldados?

—Lossalvédeserasesinadosasangrefríaporhabersedefendidodeungrupodesoldadosquesededicabanacazarenanospordiversión—dijoLovettconvozclarayserena,mientrasmirabaunoaunoalosmiembrosdeljurado.

Charlesalzóunamanoymovióeldedoíndicealmismotiempoquesonreíaynegabalentamenteconlacabeza.

—No tan deprisa, capitana Lovett. Sé de buena tinta que, hasta hace unos pocosmeses, usted seencontrabaenestadodechoquetrasunviajealéter...Deahísudesafortunadaparálisis.¿Cómopudover,entonces,loquesucedióaquellanoche?

—AtravésdeValens,midemonio.Poseolacapacidaddeveratravésdesusojossinnecesidaddeutilizarunapiedradecristal,igualqueotroshechicerosantesqueyo—dijo.

AlzólabarbillayledevolvióaCharlesunamiradadesafiante.—Esoesabsurdo.Sóloloshechicerosmáscualificadossoncapacesdedominaresatécnica—dijo

Charles,queagitabaunamanoenungestodesdeñoso.—Exacto—selimitóaresponderLovett.Charlesfruncióloslabios,peronoseleocurrióningunarespuesta.—Bueno,siesoescierto,podemoscomprobarloahoramismo—dijoRook,yseechóareír.—Adelante,porfavor—respondióLovett.Rook guardó silencio un segundo mientras contemplaba a Lovett por encima de las manos

entrelazadas.Lacapitanaledevolvióunamiradapenetrante,comosiloestuvieradesafiandoaretarla.—Pongamosqueustedpuedeversinlaayudadeuncristaldecorindón—dijoRook,queseestaba

contemplando las uñas—. Su testimonio carecería de valor a pesar de esa capacidad suya. O,mejordicho,debidoaesacapacidadsuya.

—¿Porquédiceeso?—intervinoArcturus—.Existenotroscasosenlosquesehanaportadopruebasbasadasenloqueseviomedianteelusodecristales.

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—Sí,peroenesoscasosquienesaportaronlaspruebaspresenciaronloshechosconsuspropiosojos,enelcristal.Lovettafirmaqueloviotodoconelojodelamente,porasídecirlo.Noexistenprecedentesy,portanto,lodeclaroinadmisibleenuntribunal.Puedeustedretirarse,capitanaLovett.

—Estoesridículo—exclamóArcturus,yagrandeszancadassedirigióalestrado.—Eslaley,capitán.Yoladicto,ustedlasigue—dijoRook,quiennopudoevitarunasonrisaalvera

Arcturusenrojecerderabia.—Miembrosdeljurado,notendránencuentalasdeclaracionesdelacapitanaLovett—dijoCharles

mientras empujaba aArcturusdenuevohacia sumesa—.Y,Arcturus, si vuelveusted ahablar en esetono,lodetendremospordesacatoaltribunalylosacusadostendránquedefenderseellossolitos.

Arcturussehabíapuestomuyrígidoyteníalosbrazosencogidos,comosiapenaspudierareprimirlanecesidaddeabalanzarsesobreCharlesyderribarlo.

Haciendoungranesfuerzo,girósobresustalones,cogióaOthelloporunhombroylollevódenuevojuntoaFletcher.Elenanosecontemplólospies,ensilencio,yrehuyólamiradadesuamigo.Parecíamáspequeño,comosihubieraencogido.Elestoicoenano,quetantascosashabíasoportado,estabaderrotado.

Fletchersintióhervirensuinteriorelodiohaciasustorturadores.Ellosteníantodoelpoder,élnoteníanada.Aqueljuicioeraunafarsa,pueselveredictoyaestabaacordadodeantemano.Apesardelarabia que sentía, un único pensamiento se adueñó de su mente: iba a morir y nadie ni nada podríaimpedirlo.Berdon...,Sylva...,jamásvolveríaaverlos.

—Nomequedarésentadaanteunainjusticiacomoésta—dijoLovettcruzándosedebrazos.—Ya...Puedeponerseustedenpiesilodesea—dijoRook.Seriodesupropiabroma,yFletcheroyóalordForsythsoltarunacarcajada.LacapitanaLovettlosignoróaambosysevolvióhaciaeljurado.—Escuchen a su propia conciencia, no a estos charlatanes—dijo, señalando con un dedo a los

inquisidores—.Estosmuchachossólosonvíctimasdelascircunstancias.—Es suficiente, capitana—leespetóRook—.Mipaciencia tieneun límite.Unapalabramás...—

dijo,ylehizoungestoalguardiamáscercano.Elhombreempuñóelmosquete,aunqueelcañón le tembló ligeramentebajo laaceradamiradadel

GrifoLysander.—Bien, ¿tiene usted otros testigos a los que quiera llamar a declarar o lo dejamos por hoy?—

preguntóCharles.LacapitanaLovettsevolvióhaciaArcturus,yFletcherlaoyómurmuraralgo.—AsirCaulderlohanretenidolosguardiasenelexterior.Arcturusguardósilenciounsegundoyluegonególentamenteconlacabeza.—No..., es todo—anunció. Luego, volviéndose hacia Lovett, añadió en voz baja—: No servirá

absolutamentedenada,sealoquesealoquetengaquedecir.RooksonrióalescucharlaspalabrasdeArcturusylevantósumaza.—Bien, me alegra mucho que estemos todos de acuerdo en ese punto. La sesión se aplaza hasta

mañanaporlamañana.Entoncesescucharemoslosargumentosdeladefensa.Tendremoselveredictoporlatarde...yporlanocheseejecutaráalosconvictos.

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AFletchernolepermitieronquedarseconOthello,aunquecuandoloarrojarondenuevoasuceldasupoqueelenanonoandabademasiadolejos.Atravésdelasparedesdesucalabozo,lellegaronlosairadosgritosdeUhtred.Noconsiguióentender loquedecía,pues lavoz le llegabaamortiguada,perooyóunestrépitodemueblesrotosyalgunasexclamacionesdelosguardias.Momentosmástarde,JakovabriódegolpelapuertadelaceldadeFletcheryarrojóaUhtredalsuelo,alospiesdelmuchacho.

—Aquípodráscalmarte—leespetóJakovmientrassesecabaunhilillodesangredelacara.Teníaunlabiopartidoyleestabasaliendounmoretónenlamandíbula—.Silevuelvesalevantarlamanoaunguardia,teaplicaréelmismotratamientodebellezaqueatuhijo.

Fletcherseacercóalguardiayencendióunaboladefuego.—Lárgate—le escupió—, o seré yo quien te aplique a ti el mismo tratamiento de belleza que a

Didric.LapuertasecerródegolpeantesinclusodequeFletcherterminaradehablar.Laboladefuegogiraba

lentamentesobresudedoy,porunsegundo,Fletchersintiólatentacióndearrojarlacontralapuertaparavolarlaenpedazos.Adiferenciadelapuertadeacerodelaceldasubterránea,ladeaquelcalabozoerademadera.

—Gracias,Fletcher—gimióUhtredmientrassearrastrabahacialasilla.Elenanosesujetóuncostadoylediolaespaldaalapuerta.—Esunmonstruo,pordentroyporfuera—gruñóFletcher,reabsorbiendoconeldedoelmanadela

boladefuego.Necesitabatodoelmanadisponibleporsiselepresentabalaoportunidaddeescapar...Peroaúnno

eraelmomento.—Acércate,tengoalgoquecontarte—ledijoUhtred,quehablabaentrejadeos.Lasheridasdebíandeserpeoresdeloquehabíapensadoalprincipio,perobajolabarbaresultaba

difícilverlassecuelasdesupeleaconJakov.Fletcheracercóunasillaysesentójuntoaél.—Nopermitiréquetúymihijomuráisaquí.Tengounplan—murmuróUhtred—.Osayudaremosa

escapar.Fletchernosupoquéresponder,peroseleencogióelcorazón.Aquellonopodíaacabarbien.—Lastropasdelosenanosnoestánmuylejosdeaquí.Iréabuscarlasyarrasaremoslaaldea.—Niseteocurra—dijoFletcherentredientesmientrasdirigíaunatemerosamiradahacialapuerta

—. Las consecuencias serían catastróficas. Acabaríais con la buena voluntad del rey Harold, que oshabéisganadoapulso.Supondríaelfindelapazentreenanosyhombres.Condenaríaisaestepaísaunaguerracivil...ylaperderíais.

—No, Fletcher. Ahora, nuestros soldados están entrenados y disponen de armamento. Tenemos aOthello,quepuedecapturardemoniosparanuestrospropioshechi...

—¿Yqué?—lointerrumpióFletcher—.¿Nolorecuerdas?Escuchévuestrodebateenelconsejodeguerra.Nadahacambiadodesdeentonces.

—Síhacambiado,Fletcher.TomaremoselcastillodeDidric.Tienelassuficientesprovisionescomopararesistirunadécadayelreynodesperdiciarásustropasparasitiarlo.Conloscañonesnosbastarápara impedir un ataque aéreo de losmagos de batalla voladores, las FuerzasCelestiales, y podemosutilizar el dinero que allí esconden los Cavell para comerciar con los elfos. Construiremos nuestropropioreino—dijoUhtred.

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Elenano tenía lamiradadesenfocadaysuspalabrashorrorizaronaFletcher.Uhtredsiemprehabíacreídoenlapaz,comoOthello,peroalgosehabíarotoensuinterior.Fletcherconfióenpoderreparareldañoquelehabíanhecho.

—¿YquémedicesdeThaissaydeBriss,ydelosdemásenanosdeCorcillum?¿Haspensadoenloqueseríadeellos?

Uhtredguardósilencioyseretorciólascallosasmanossobreelregazo.Fletcherprosiguió.—ArcturusyLovett tambiénestánaquí.¿Creesqueellossequedaríandebrazoscruzadosmientras

vosotros os rebeláis abiertamente? ¿O los mataríais también a ellos? El rey y su padre también seencuentranaquí,pornohablaryadedocenasdenobles, todosellospoderososhechicerosporderechopropio.Yencuantoalcastillo,estáfuertementecustodiadonocheydía,debidoalosconvictos.SidicesquelasFuerzasCelestialesnopuedenhacernadacontrasuscañones,¿quéesperanzatenéisvosotros,losenanos?Vuestros soldadosmorirían como valientes, pero la sangre que empaparía la tierra el día demañanaseríaladelosenanos,nootra.

Uhtredparpadeóylerodaronunaslágrimasporlasmejillas.Larabiaquehastaesemomentolohabíaatenazadofuedesapareciendoyseconvirtióendolor.

—Lehefalladoamipueblo—sollozóUhtred,aquienleempezaronatemblarloshombros—.Lehefalladoamihijo.

Fletcher rodeóconunbrazo los robustoshombrosdelenano.Loenfurecíavera losThorsager tanhundidos,peroapartóesepensamiento.Loquedebíademostrarahoraeracompasión.

—Nopermitasque loqueesoscerdos lehanhechoaOthellopongaenpeligro todo loquehabéisconseguido.Esoesprecisamenteloquequieren.Recuerdaqueelrey...

—¡El reynoshaabandonado!—gritóUhtred,golpeando lamesaconunpuño—.¡Estabapresente!¡Estabapresentemientraslehacíanamihijoloquelehanhecho!Amivalienteygenerosomuchacho...

Enesemomento,seoyóuncortéscarraspeojuntoalapuerta,trasellos.Fletchersequedóinmóvilyseleerizóelvellodelanuca.Sieraunguardia,laconversaciónqueacababandemantenerbastabaparaqueacusarandealtatraiciónaUhtredyloejecutarantambiénaél.Preparóeldedodelatelequinesia,aúndeespaldasalapuerta.Conunasoladescarga,tendríamásquesuficienteparaincapacitaraquienfueraqueestuvieraallí.

—Vamos,Fletcher.Simeatacarasahora,síqueestaríascometiendotraición.Pordesgraciaparati,unjovenmagodebatallanotienelamásmínimaoportunidadanteunrey.

FletchergiróenredondoyvioalreyHaroldapoyadoenlapuerta.Teníalascejasarqueadas,enungestodeconsternación,peroensusojoscentelleabaunamiradaqueFletchernosupodescifrar.

—Lamentomucho loquehapasadoahídentro.Dehaberpodido, lohubieraevitado.Simedejáisexplicarme,loentenderéis—dijoHarold.

—Adelante—respondióFletcher,tratandodemantenerlacalma.Elpoderdelreynolemerecíaningúnrespetosibajosuautoridadpodíanocurrircosascomolasque

acabandepasarenlavistaynosecastigabaanadieporello.—Ningunaexplicaciónpuedejustificarvuestraindiferencia—dijoUhtred,quesepusoenpieypasó

cojeandoanteelrey.—Uhtred...—empezóadecirelsoberano.—Ya hablaréis conmigo mañana, cuando haya terminado el juicio. Me gustará escuchar vuestras

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explicaciones,conlamuertededosmuchachosinocentesenvuestraconciencia—gruñóUhtred,traslocualsaliódandounportazo.

Se produjo un incómodo silencio en la celdamientras el rey seguía al enano con lamirada. Porúltimo,suspiróprofundamenteyacercóunasillaa ladeFletcher.Sequitóelaroque llevabasobre lamelenadedoradosrizosylodejósobrelamesa.Luegosefrotólassienes.

—Tevoyacontarunahistoria,Fletcher.Unahistoriaquetalvezyaconozcasenparte,peronoentera—dijoconlosojoscerradosel rey.Hablabaenvozbaja,comosi temieraquealguienpudieraoírsuspalabras—.Cuandonoeramásqueunniño,Hominumteníamuchosproblemas.Mipadrehabíasubidotanto los impuestos que los pobres apenas podían comer y hasta los nobles tuvieron que apretarse elcinturón.Segastabaeldineroenfrivolidades:grandesbanquetes,estatuas,cuadros...HastaseconstruyóunsuntuosopalacioenelcentrodeCorcillum.Elpueblollanoerainfelizylosnoblestambién.Noeracuestióndesiestallaríaonounarevuelta,sinodecuándo.AsíquemipadreabdicódeltronoyyomeconvertíenreynadamásgraduarmeenVocans.Sebajaronlosimpuestos,losplebeyostuvieronunnuevoreyy,unavezmás,serestableciólapaz.

Fletcherconocíavagamenteaquellahistoria,peronoentendíaquéteníaquevertodoaquelloconeljuicio.

—Yaloves,sólosoyreydenombre.Mipadresigueconservandotodoelpoder.Dicta las leyesatravés de los jueces, controla el ejército y la nobleza a través de la Inquisición. Gracias a lospinkertones, puede silenciar a cualquier alborotador. Cuando me cedió el trono, mi padre estabaconvencidodequeyomelimitaríaahacerloquemedijeran.Y,porsiacasonoeraasí,teníaalostrespoderesdelGobiernodesuparte.Nofuemásqueunardidpublicitario.

Fletcherestabaatónito.Enaquelmomento,tuvolasensacióndequeenciertomodoelreysehabíaencogido.Dequesupresenciayanopesabatantoenelcalabozo.

HaroldabriólosojosyconunamiradadesapasionadaobservóaFletcher.—Mipadreesintolerante,racistaysádico.Peroyo...,yocrecíentretutoresyeruditos,ylasniñeras

quemecriaroneranenanas.FletcheryahabíaoídocontarhistoriassobreelancianoreyAlfricylasleyesantienanosqueexistían

durante su reinado. Pero oír al propio Harold hablar de su padre en aquellos términos le resultabachocante.Elancianoreydebíadeserunverdaderomonstruo.

Mientras Harold se retorcía las manos, Fletcher no pudo evitar sentirse incómodo. ¿Por qué lecontabatodoaquelloelrey?Noleapetecíaconvertirseeneltíteredenadie.

—Hepasadomuchotiempoconloselfosenmisionesdiplomáticas,enlaépocaenqueaúnreinabalapaz—prosiguióelrey—.Nomeparezcoennadaamipadre,aunquepornuestrasvenascorralamismasangre.Avecesmepreguntosifuelamuertedemimadreloqueloconvirtióenalguientanodioso...—dijoHarold,perolavozselefueapagando,ypermanecieronensilencioduranteunrato.

—Oscompadezco,deverdad.Peromeresultadifícildecreer.¿Quémedecísdelacuerdocon losenanos y de la paz con los elfos? ¿Y de la guerra? Dicen que esos logros son vuestros—preguntóFletcher,incapazdecontenerse.

—Elconsejodelrey.Fuemimaneraderecuperaralgodepoder.Engañéamipadreparacrearlo:ledijequeelconsejoayudaríaconlasaburridastareasadministrativasqueimplicagobernarHominum.—Elreychasqueólalenguaygolpeólamesaconlosnudillos—.Seintrodujounsistemadevotaciónque

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mipadre,Alfric,creyópodercontrolar,dadasuamistadcon lamayoríade losmiembrosdelconsejo.Peroyoteníamispropiosaliados.Amedidaquesuspadresmoríandeviejosoenelfrenteprotegiendolasfronteras,misjóvenesamigosibanheredandolospuestosenelconsejo.Yasífuecomoconseguíqueseaprobaranlasnuevasleyes.Poresoeratanimportanteeltorneodelañopasado:fueideademipadreofrecer,comopremio,unpuestoenelconsejo.DehaberganadounodeloshijosdeZachariasForsyth,elequilibriodepodersehabríainclinadoenfavordemipadre,pueslosFavershamylosForsythsiguenapoyándolo.Debodartelasgraciasporimpedirlo.

—¿QuétienetodoesoqueverconOthelloyconnuestrojuicio?—preguntóFletcher.—Mi padre sigue creyendo que yo soy tan odioso como él y sus amigos, que las leyes que he

introducidorespondenamotivosprácticos,nomorales,pormuchoqueélnolasapruebe.Sisupierahastaquépuntomeopongoaél,iniciaríaunaguerracivilparahacersedenuevocontodoelpoder.IntentoqueHominumsemantengaunido,perolaseguridaddesushabitantesseencuentraenunequilibrioprecario.Apenaspodemosconteneralosorcos.Siestallaraunaguerracivilentremipadreyyo,osiseprodujeraunarebelióndelosenanos,osiloselfosdecidieraninvadirnos,nuestrosejércitosquedaríandiezmadosylosorcosarrasaríanelimperioymataríanatodoaquelquelessalieraalpaso.

—Esdecir,quenopodéisintervenireneljuicioporque,silohicierais,vuestropadresospecharía.¿Nopodéisindultarnos?

—Sólopuedoindultaramiembrosdelanobleza.Peroloquedicesescierto:aunquepudierahacerlo,necesitaríaunbuenmotivo—respondióHarold—.Peronohevenidoaquísóloparajustificarmisactos.Hevenidoparacontarte loqueocurrirá simañanaejecutanaOthello.Losgenerales, lanoblezay lossoldadosrasosrecibiránlanoticiadequesehacondenadoaunoficialenanoporelasesinatodecincohombresyporundelitode alta traición.Las tropasde los enanos sabránqueun inocente, el hijodelformidable Uhtred Thorsager, ha sido ejecutado por defenderse del ataque de un grupo de soldadosracistas.¿Imaginasloqueocurrirá?

—Que... que habrá disturbios..., que los humanos y los enanos se matarán entre ellos —jadeóFletcher,horrorizado.

Hastaesemomento,habíaestadotanabsortoenOthelloyensímismoquenohabíareparadoenlasprofundasrepercusionesquepodíatenereljuicio.

—Los enanosmorirán en una salvajemasacre, pero no sin antes plantar cara, lo que diezmará anuestrosejércitos—dijoHaroldentonoagorero—.Loselfosromperánsualianzadespuésdevercómohemostratadoalosenanos.Y,mientrastanto,elorcoalbinoseguiráreuniendosusfuerzas,preparándoseparaatacaranuestroejército,asediadoyocupadoenotraparte.Ytodoesosedeberáalamuertedeunúnicoenano.Sinembargo,elTriunviratonopiensamásqueensumalditonegociodearmasyenvengarsedeti.Loúnicoqueleinteresaamipadreesponeralosenanosyaloselfosensulugar.Siosayudo,estoyperdido;ysinolohago,también.Meenfrentoaunaguerracivilconmipadreoaunarebelióndelosenanos.

—¿Ynohaynadaquepodáishacer?—preguntóFletcher,desesperado,almismotiempoquelecogíalamanoaHarold.

ElreyobservóaFletchercontristezaylosujetócomosifueraunhombreapuntodemorirahogado.—No hay nada que yo pueda hacer. Pero sí hay algo que tú puedes hacer —dijo, observando

fijamenteaFletcherconunamiradacargadadeesperanza.

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—Haréloquesea.Detodasformas,yasoyhombremuerto—dijoFletcher.Sesentíamejorante la ideade tenerunpropósito,unplan, fueraelquefuera.Porunmomento,se

permitióalbergarunamínimaesperanza.Haroldrespiróhondo.—Confiesamañanatutraición.Measegurarédequetengasunamuerterápida.

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10

Fletchernorecibiómásvisitasaquellanoche.Dadoquenopodíaconciliarelsueño,invocóaIgnatiusyjugaronaun sencillo juegoqueconsistía enperseguirse alrededorde lamesa.Fletcher acabócon lasespinillasdespellejadas,peroalmenosdejódepensareneldestinoqueloaguardaba.

Finalmente,sinembargo,nopudohacermásquesentarseensilencioycontemplaraIgnatiusmientraséstedormía.Sealegródequeeldemonio,profundamentedormido,nopudierapercibirladesesperaciónquesehabíaapoderadodeél.

Jakov y sus guardias se presentaron temprano y entraron en la celda gritando y dando golpes,creyendoqueencontraríanaunconvictoaterrorizadoyaferradoalacama.Sinembargo,seencontraronaFletcherdepiejuntoalapuerta,preparadoparaloqueaquellamañanalereservaba.

Apesarde lo tempranode lahora, la salayaestabaabarrotada.Entreelpúblicosecontabanmásnoblesygeneralesqueeldíaanterior,yhastaunoscuantossoldados.NosirvióparaaplacarlosnerviosdeFletcher,peroelmuchachosereafirmóensudecisiónalpensarenlasconsecuenciasquetendríanoactuar.

Lo que se disponía a hacer exoneraría aOthello de toda culpa, haría creer al Triunvirato en unavictoriaeimpediríaunaguerraqueacabaríaporarrasarelimperioentero.

Ysóloleibaacostarsupropiavida.Arcturusparecíademacradocuandosesentóalamesadeladefensa,conunaenormepiladenotasy

papeles pegada al pecho. La capitana Lovett, que estaba tras él en el primer banco, incómodamenteapretujadaentreZachariasForsythyelancianoreyAlfric,noparecíamuchomásalegre.Fletchersefijóenladesvencijadasilladeruedasquelacapitanateníacerca.

Mientras Rook y Charles esperaban a que el público tomase asiento, los guardias arrastraron aOthello al interior de la sala y lo encadenaron junto a Fletcher. En esta ocasión, el enano semostróorgulloso:mantuvolacabezabienaltayunamiradadesafianteenlosojos.

AFletcherlepreocupóqueUhtredlehubieracontadosusplanesaOthello.Queestuvieradecididoaseguiradelante.Laamenazaquependía sobre lavidadesuhijohabía supuestoundurogolpeparaelgenerosoenano...Portanto,eramejorqueFletcherjugarasucartadeinmediato,porsiacaso.

—Othello,necesitoquemehagasunapromesa—dijoenunmurmullo—.Elreyvinoavermeanoche.Estádenuestraparteytieneunplan.Ahoranotengotiempodecontarteloqueestáocurriendo,peropaseloquepase,túsíguemelacorriente.

Othelloarqueólascejasylededicóasuamigounasonrisadecomplicidad.AFletcherseleantojóextrañoverlaspartesdelacaradelenanoquehastaesemomentodesconocía:bajolapocabarbaquelequedaba,seadivinabaunamandíbulafuerteycuadrada,comoelextremodeunyunque.

—Mealegraquealguien tengaunplan—respondióOthello, tambiénensusurros—.Despuésdel...

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arrebatoqueledioanocheamipadre,noscastigaronynosprohibieronrecibirlasvisitasdeArcturusydeLovett.Losoídiscutirconlosguardias,alaspuertasdemicelda.Amipadrenisiquieralepermitenasistiraljuicio.

OthellocurvóloslabiosenungestoderabiaylelanzóaJakovunamiradacargadadeodio.—¿Estássegurodequepodemosconfiarenelrey?—preguntó,torciendolaboca.—Nonosquedaotraopción—respondióFletcher—.NadadeloquediganArcturusoLovettpuede

cambiarlascosas.Othellodirigiólamiradahacialamesadeladefensaynegódespacioconlacabeza.—Parecequehanpasadolanocheenvela.Noveolahoradelanzarlosdados.FletcherlededicóaOthellounasonrisatristemientrassepreguntabasitendríatiempodeexplicarse

antesdequeloejecutaran.Respiróhondo.—¡Tengo algo que decir!—exclamómientras se retorcía incómodamente, entre las cadenas, para

volversehaciaelpúblico.—Fletcher,guardasilencio—gruñóArcturus,conlosojosmuyabiertosenungestodesorpresa.Rookgolpeólamesaconsumazacuandolasalase llenódemurmullosymuchosdelospresentes

inclusosepusieronenpieparaaveriguarcuáldelosdosprisioneroshabíahablado.—Lamento decir que estoy de acuerdo con el capitán Arcturus—se burló Rook—. No tenemos

tiempoparadiscursosapasionadosnigrandiosasúltimaspalabras.ConténesalenguaoJakovtendráqueamordazartecomohizoconelenano.

—Quieroconfesar—dijoFletcher,volviéndosehaciaél.—¡Nolohagas!—legritóArcturus—.¡Aúnpodemosganar!¡Aúnpodemosga...!LavozdeArcturusquedóamortiguadacuandoelcorpulentoJakov lo levantóy loarrojóal suelo.

Luegoselesentóahorcajadassobreelpechoyletapólabocaconunamano.Otro guardia se dirigió resueltamente haciaLovett, pero no le hizo falta intervenir. Fletcher vio a

ZachariasForsythsusurrarlealgoaloídoypercibióelbrillometálicodeunobjetoafilado,pegadoalascostillasdelacapitana.SólosirvióparareafirmaraFletcherensudecisión.Odiabaaaquelloshombresindiferentes y sin sangre en las venas; no eran más que recipientes vacíos, esclavos de sus propiosdeseos.

—Repítelo—dijoCharles,conlavozentrecortadaporlaeuforia—.Repíteloparaquepuedaoírtetodalasala.

Lasalaempezóamurmurardenuevo,yFletchernotóclavadaenéllamiradadeloshombresylasmujeresmáspoderososdeHominum.Sinembargo,noflaqueó:teníaqueparecerconvincente.

—Confiesolosasesinatosdeloscincohombres.Sí,asíes,yolohice—gritóFletcher,sorprendiendoalamultitudyobligándolaaguardarsilencio—.Yofuielúnicoautordeloshechos.EsanochelerobéeltomahawkaOthelloysalíenbuscadecamorra.PeronosabíaqueOthellomehabíavistocogersuhachayquemeestabasiguiendo.

Vaciló.Laspalabrasquecontantocuidadohabíaensayadoerancomobrasasardientesensuboca.Cadasílabaquepronunciabaloacercabaunpocomásalamuerte.

—Des...despuésdequemehubieraseguidodurantecasiunahora, lossoldadoslovieronmientraspatrullabanydecidieronqueunenanolesseríamuyútilparasusprácticasdetiro.Oíundisparoymeacerquéainvestigar.Cuandollegué,viquelehabíandisparadoaOthelloenlapierna.

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Respiróhondo,conscientedequesuspróximaspalabras locondenaríanamuerte.Sinembargo,enaquelúltimoacto,recuperólaserenidadyhablócondeterminación.

—Losmaté a todos.Othello yacía en el suelo, estaba casi inconsciente. Lo hice a sangre fría; nisiquieramevieronllegar.Othellonotuvonadaqueverconloshechos.Yosoyelúnicoculpable.

Laspalabrasresonaronenelsilenciodelasala.Rookgarabateaba a toda velocidad, sin apenas levantar la vista de lamesa.Pero la expresiónde

regocijodesapareciódelrostrodeCharlescuandoéstesediocuentadeloqueestabaocurriendo.—El...elenano.Éltambién...—farfullóCharles.Fletcheroyóunamaldiciónasusespaldasysonrióconairesiniestroalreconocerlavozrasposade

Didric.—Tenemosquedeliberar—dijoCharles,ycogiólamazaygolpeóconfuerzaenunladodelestrado.Subió apresuradamente los escalones y los dos inquisidoresmantuvieron una conversación en voz

baja. Fletcher, sin embargo, no pudo oír nada debido a los murmullos de la multitud. Se dio cuentatambiéndequelosmiembrosdelTriunviratonohacíanmásqueintercambiarmiradasconelancianoreyAlfric,locualconfirmósussospechas:Othelloeraelverdaderoobjetivodeljuicio.Lamuertedelenanoibaaserlaguindadelpastel,asíqueahoraelbanqueteyanolesparecíatanapetitoso.

Derepente,surgióunavoznuevadeentrelamultitud.—Tenemoselveredicto.Eraunodelosmiembrosdeljurado,unamujerdeaspectorancio,conelpelogrisypeinadohacia

atrás,yunasgafasdemonturadecarey.Teníadelanteunmontoncitodehojasdepapel.AFletcherlediounvuelcoelcorazónalverlas.Eljuradohabíavotadomientraslosinquisidoresestabandistraídos.

—Esperenunmomentosinolesimporta—dijoCharles,levantandoundedo.—Síquenosimporta—lerespondióconbrusquedadlamujerdeljurado—.Deberíaustedrecordar

queeselturnodeladefensayque,obviamente,Fletcherhadespedidoasurepresentantealdeclararseculpable.Somosnosotroslosquetomamoslasdecisionesenestasalaypodemosdarórdenescuandonosapetezca.Melimitaréapreguntarlealenanositienealgoquedecirantesdequeyoleaelveredicto.

OthellotitubeóyconunaexpresióndeindecisiónobservóaFletcher.Alcabodeunmomento,apartólamiradayfruncióelceño.Durantediezlargossegundos,elfuturodeHominumestuvoenlasmanosdeunenano.Finalmente,Othellonegóconlacabeza,incapazdehablarenvozalta.

—En ese caso, nuestra primera decisión es la siguiente. Declaramos a Othello Thorsager... noculpable.Fueunasimplevíctimadelascircunstancias.

Othelloapenasreaccionó.SelimitóacogeraFletcherdelamuñecaparaobligarloaacercarse.—¿Cuáleraelplan?—susurró—.Estonotieneelmenorsentido.De repente, observó a Fletcher con una intensa mirada. Y, en esta ocasión, los ojos de Fletcher

revelaronlaverdadquesuamigonopodíapronunciar.—No... —dijo Othello, sujetándole la muñeca con más fuerza a Fletcher cuando a éste se le

empezaronallenarlosojosdelágrimas.Fletcheryanonecesitabaserfuerte,puesOthelloestabaasalvo.—Dijistequehabíaunplan—soltóOthello,aferrándosealasropasdeFletchercomosiseestuviera

ahogando—.Elreyibaasalvarte.—Éste era el plan—le dijoFletcher.Observó al enano con los ojos empañados en lágrimas y le

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dedicóunaamargasonrisa—.Algúndíaloentenderás.Todoestoestáporencimadenosotros.Elveredictodeljuradollegóentonceshastasusoídos;cadapalabrafuecomounmazazoenelpecho.—DeclaramosaFletcherWulfculpabledetodosloscargos.Seráahorcadohastamorir.

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11

Elveredictoresonóenlasvigasdeltechocomosifuerauntoquededifuntos.Enciertamanera,pensóFletcher, lo era.El silencio sehabía adueñadode la sala; algunosde lospresentes estabanperplejos,otrosesperabanlareaccióndelacusado.

Y,entonces,enelfondodelasala,seoyóunaretahílademaldiciones.Alvolverse,FletcherviolafiguratullidadesirCaulder,quesedirigíacojeandoalcentrodelasala.Mientraselhombreseacercabaalestrado,sindejarniunsegundodesoltarunexabruptotrasotro,supatadepaloresonabaenelsuelodepiedra.

—¿Qué diantre cree que está haciendo?—gritó Rook, dando un golpe con lamaza—. ¡Guardias,expúlsenlodeinmediatodeestetribunal!

—¡Malditasea!Tengoalgoquedeciryabriréencanalalprimerguardiaquesemeacerque—gruñósirCaulder,desenvainandolaespadacortaquellevabaenunafundasujetaalacintura.

Lucíasuviejouniforme:cotademallaylasobrevesteverdeyplateadadelacasanoblealaqueenotrostiemposhabíaservido.Losguardiasvacilaronyloapuntaronconsusmosquetes.

ZachariasForsythnegóconlacabeza,asqueado,yluegosepusoenpiedeunsaltoysevolvióparadirigirsealamultitud.

—¿Queréis proporcionarle a este deslenguado una plataforma para que pueda arrojar susdivagaciones?Eljuiciohaterminado:dejemosallococonsuslocuras.

Pero resultóevidentequeZachariashabía juzgadomalalpúblico.Deseososdequeelespectáculocontinuara,lospresentesignoraronaZachariasyalgunosinclusolegritaronquesesentara.ElreyHaroldsepusoenpieyfulminóconlamiradaalosespectadores,hastaqueseimpusodenuevoelsilencio.

—MesientoinclinadoadarlelarazónaZacharias—anunció.AFletcherse leencogióelcorazón.¿PorquéahoraelreyseponíadepartedeZacharias?¿Había

sidotodounaconspiraciónparaobligarloaconfesar?—Pero...—prosiguióel rey—yoarmécaballeroa sirCauldery leofrecí el cargodemaestrode

armasenVocans.Esunbuenhombreyestáenplenousodesusfacultadesmentales.Porsimplerespetoauncaballerodelreino,debemosescucharloquetengaquedecir.

Elreysesentóconaireresuelto,yZacharias,quenopodíacontradecirasureyenpúblico,sevioobligadoaseguirsuejemplo.Fletchersuspiró,aliviado,ydirigiódenuevolamiradahaciasuantiguomaestrodearmas.

—Gracias,mi rey—dijosirCaulder, inclinando lacabeza.Carraspeóy,de inmediato,procedióahablarconvozaltayclara—:HaceveintiúnañosentréalserviciodelafamiliaRaleighparaprotegersucasasolariegadeRaleighshire.LafincadelosRaleighsehallabaalasafuerasdeunaaldeaquelindabaconlajunglayquesufríaconstantesataquesdelosorcos,peronoeradifícildedefender.Sóloexistíaun

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punto por el que los orcos podían adentrarse en nuestro territorio: un paso de montaña donde miscincuentahombrespodríanhaberderrotadoaunejércitoorcosihubierasidonecesario.Durantecincoañosdefendíesepasodemontañaynohubomásqueunascuantasescaramuzas.

LavozselequebróysirCaulderhizounapausapararecobrarlacompostura.Fletchernoentendíaloque estaba ocurriendo: sir Caulder intentaba ganar tiempo, pero no sabía con qué objeto. ¿Estabaalargando el juicio para queUhtred tuviera tiempode reunir a los enanos?Fletcher lanzóunamiradahacia las puertas de entrada, esperando contra todo pronóstico que Uhtred y los suyos no hubieranseguidoadelanteconaqueldescabelladoplan.

—Eraunanochecomocualquierotra—prosiguiósirCaulder—.Loscentinelasestabandespiertos,lasantorchasencendidas...Noseapreciabamovimientoalgunoentrelalíneadelosárboles.Nosupimosloqueestabaocurriendohastaqueunsirvientemoribundocruzótambaleándoselaentradaposteriordenuestro campamento. Llevaba una jabalina clavada en el vientre.Cuando llegamos, ya era demasiadotarde.LosRaleighylosaldeanosestabanmuertosoagonizando,yuncentenardeorcosnosatacaron.Fuielúnicosuperviviente.

SirCaulder levantó entonces el garfio que ocupaba el lugar de sumano, para que todos pudieranverlo.

—Perdíunamanoyunapierna,peroesonoesnadacomparadocon lamasacredeaquellanoche.Todosloshombres,mujeresyniñosdelaaldeafuerondecapitados.Suscabezasquedaronamontonadasen la plaza de la aldea.A losmiembros de la familiaRaleigh y a sus sirvientes los empalaron y losdejaron pudrirse en la frontera de la jungla, comouna advertencia al imperio para que semantuvieraalejadodelastierrasdelosorcos.Cuandofinalmentelosbajarondelasestacasparaenterrarlos,estabanirreconocibles.

ElinquisidorRookgruñóenvozaltayfruncióelceño,enungestodeexasperación.—Todos conocemos esta historia, sir Caulder, es el acontecimiento que desencadenó la guerra

después de ocho años de hostilidades.No tengo tiempo para escuchar a un anciano rememorando susfracasosdelpasado.Acabedeunavez.

SirCaulder fulminó con lamirada al pálido inquisidor y tuvo que hacer un notable esfuerzo paradirigirsedenuevoalasala.

—Aquel paso demontaña era el único acceso visible aRaleighshire. Pero había otra entrada: unpasadizo secreto bajo lamontaña, que sólo conocían losRaleigh y sus amigos. Por tanto, alguien lostraicionó.Ylomásprobableesqueeltraidorseencuentreenestasalaahoramismo.

Pronunció aquellas palabras en un tono que no era acusatorio, pero aun así provocaron que elmurmullodelasconversacionesllenaradeinmediatolasala.

Zacharias se puso en pie de un salto y apuntó a sirCaulder con un dedo, como si de una pistolacargadasetratase.

—¿SeatreveustedaensuciarconsusmentiraselrecuerdodeEdmundydesufamilia?—dijoentredientesmientrasaparecíaunresplandorazulensudedo—.¡Tendríaquematarloaquíyahora!

ElreyHaroldlepusounamanoenelhombroalenfadadolordy,consuavidad,loobligóasentarsedenuevo.

—Por favor,Zacharias, dejaqueelhombre termine...Fueelúnico testigode lamuertedenuestromejoramigo.—Sevolvióhacialasala—.LoquedicesirCaulderescierto.Eranmuchoslosniñosde

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cunanobleque jugaban en aquel pasadizo secreto.Recuerdoque jugábamos averquién era capazdeadentrarsemásenlaselvaantesdevolveralaseguridaddelaentradaoculta.SiempreganabaEdmund.

El recuerdo lohizosonreír,yFletchervioquealgunosde losnoblesasentían.Paraellos,pues,elpasadizotampocoeraunsecreto.

—Fueculpamíaquenohubierasuficienteshombresvigilandoelpasadizo—selamentósirCaulderal mismo tiempo que se frotaba los ojos como si estuviera tratando de contener las lágrimas—.Maldición,tendríaquehabersecerradomuchosañosatrás.Yotuvelaculpa.Y,poreso,jamáshenegadolasacusacionesqueselanzaroncontramí:sí,descuidémideber.

Elpúblicoempezóamurmurardenuevo,solidarizándoseconelanciano,yFletchernopudoevitarcompadecersedeél.Setratabadeunerrorquepodríahabercometidocualquiera.

—Me alegra que se haya usted desahogado... Espero que a partir de ahora su miserable vida leresultealgomássoportable—dijoRook,separandoambasmanos—.Perotodoesonotienenadaqueverconeljuicio.MárcheseantesdequemiMinotauroloagarredelpeloylosaquearastrasdelasala.

—Disculpe,perotodoestosíquetienequeverconFletcher.Estejuiciohasidounafarsadesdeelprincipio—dijosirCaulder,queseacercabarenqueandoalatribunadelostestigos—.Losinquisidoresno tienen poder alguno sobre el chico.Un jurado no puede acusar a un noble de delito alguno.A losnoblessólopuedejuzgarloselrey.

OcupósuasientoyobservóaCharles,quemostrabaunamiradadesorpresa.Elinquisidorseacercóalenjutoancianoyempezóahablar.

—Se refiere usted, si nome equivoco, a las reivindicacionesdeFletcher según las cuales es hijoilegítimodemipadrey,portanto,miherm...

—¡Yonuncahereivindicadotalcosa!—gritóFletcher.—Mihermanastro—concluyóCharles—.Unaafirmaciónabsurdaque,enelcasodesercierta,no

convertiríaaFletcherenunjovendenoblecuna,sinotansóloenunbastardo.SirCauldernegócon la cabezay seechóa reír.LuegogolpeóaCharles con laparteplanade su

espada,conloqueelinquisidorsetambaleóysevioobligadoaretroceder.—Meencantaríaexponeraquílasindiscrecionesdesupadre,ciertamente,peroFletchernoesunode

losbastardosdelordFaversham...,ydisculpeustedeltérmino,capitánArcturus.Arcturus,quefinalmentehabíaconseguidozafarsede losbrazosdeJakov,se limitóanegarcon la

cabeza,lívido.—No. Admito que, durante un tiempo, yo también creí que Fletcher podía ser su hermanastro,

inquisidor,perodespuésdehablarconBerdon,elpadreadoptivodelmuchacho,descubríelauténticolinaje de Fletcher—dijo sir Caulder, alzando la voz para que todos los presentes pudieran oírlo—.Anoche,BerdonmecontóqueaFletcher loencontrarondesnudoen lanieve, juntoa laspuertasdesualdea.Nohabíaningunanota,nimantanicesto.¿Quépadredejaríaasuhijoasí,paraquemurieraalaintemperie?¿Yporquéa laspuertasdeunaaldea tanalejadacomoPelt, tan remotaque se encuentrajuntoalafronteraconloselfos?Loquemedispongoacontaraclararáesosyotrosmuchosdetalles.

Porprimeravez,sirCauldermiróabiertamenteaFletcher.Elmuchachopercibióunamiradadedolorensusojos,talvezhastaundestellodearrepentimiento.

—Mientras estaba tendido en el barro frente a la casa de los Raleigh, con las extremidadesdestrozadas, vi a undemonioque salía volandode la alcobadelmatrimonio.Era elGrifuelo de lord

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Raleighyllevabaalgosujetoentrelasgarras.Miró a Fletcher con los ojos bien abiertos, pero lo único que pudo hacer elmuchacho fue negar

lentamenteconlacabeza,confuso.—¿Quéera?¿Unacarta?¿Dinero?UnGrifuelonoesmásgrandequeunmochuelo,elpájaroquele

danombre,asíquenopodíallevarnadademasiadogrande—seburlóCharles.SirCaulderlededicóaFletcherunaatribuladasonrisa.—Unniño.Unbebéde apenasuna semana, desnudo comoen elmomento enquehabía llegado al

mundo.

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12

Fletcherapenaspodíapensaracausadelalborotoqueseestabaproduciendoasualrededor.Losgritosairadosdehombresymujeresacallabansuspensamientos.Sedejócaerderodillasysetapólosoídos,tratando de comprender la historia de sir Caulder. Con el corazón desbocado, repasó hasta el últimodetallesinhacercasodelosgolpesdemazanidelosrugidosdeZacharias.

Sabíaquenoeramásqueunúltimo intentodesesperadopor salvarle lavida,peronopudoevitarconsideraresaposibilidadduranteuninstante.SideverdaderaunRaleigh,esoexplicaríasucapacidadpara invocar demonios, cosamuypocohabitual en losplebeyosno emparentados con la nobleza.Lasfechas,porotro lado, coincidían,pues teníadieciséis años.Peroahí terminaban lascoincidencias.LomismoqueenlateoríadeArcturussegúnlacualeranhermanastros,habíaenormeslagunasquerequeríanunaexplicación...,cosaqueelmismísimoRookseapresuróaseñalar.

—Estoesderisa—dijoel inquisidor.LosmurmullosdelasalasefueronapagandobajolaférreamiradadelreyHarold,quedenuevosehabíapuestoenpieparaobligaralpúblicoaguardarsilencio—.Aunque creyéramos su historia, sir Caulder, y tenemosmotivos para pensar que usted no dudaría enmentir para proteger a Fletcher, ¿por qué iba a terminar esa criatura en la frontera del norte siRaleighshireseencuentraenelpuntomásalsurdeHominum?¿QuémotivospodríahabertenidoEdmundRaleighparaenviarasuhijoallí?

—¡Quenosabíanenquiénconfiar!—soltósirCaulder,ydiounpuñetazosobrelatribuna—.AlguienqueríavermuertosalosRaleigh,puesfueunaliadoelqueguióalosorcoshastalamismapuertadesuhogar.LordRaleighsabíaquesuhijonoestaríaasalvoenningúnrincóndeHominum,asíqueloenvióalúnicolugarquenisiquieraelreypodíatocar:elterritoriodeloselfos.

—¿Yquépasó?¿EldemoniolodejóenPeltporqueseperdióporelcamino?—seburlóCharles.—LordRaleigh habíamuerto. ElGrifuelo estaba regresando al éter, como les ocurre a todos los

demonioscuandosuamomuere.Serompeelvínculoconnuestromundo.Jamáshabríaconseguidollegaralafronteradeloselfos.TuvosuertedepoderllegarhastalasmontañasDientesdeOso—selimitóaafirmarsirCaulder.Fletchervioasentiravariosdelosnobles—.Asíquedejóalniñolomáscercaquepudodelafrontera,enellugarenelquesabíaquealguienloencontraría:alaspuertasdelaaldeadePelt.Desnudoysolo,perollorandolobastantealtocomoparaqueloencontraraunherrerodelaaldea.

Tenía sentido, pensó Fletcher, si uno estaba dispuesto a dar un salto de fe. Pero al niño podríanhaberloenviadoacualquierotraparte:aunorfanato,acasadealgúnamigo...¿Deverdad loenviaríalordRaleighalastierrasdeloselfos?Yeso,asumiendoquesirCaulderestuvieradiciendolaverdad.Fletchernególentamenteconlacabeza.Noerasuficientepormuchoqueéldesearaenlomásprofundodesucorazónquelahistoriafueracierta.

—¿Porqué?—leespetóCharlesasirCaulder—.¿Porquénuncalehahabladoanadiedetodoeso?

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Delbebé,delaentradasecreta...¿Porqué?SirCauldersuspiróyseencogiódehombros,evitandolamiradadeFletcher.Elvalorloabandonóy

dejócaerlacabezahaciaelpecho.—Porque teníamiedo.Miedo de que el traidormematara para no levantar sospechas si yo se lo

contabaaalguien.Miedodequedescubrieraqueelniñosehabíasalvadoyfueraensubusca.PoresoaceptéelpuestoenVocans,porquecreíaquetardeotempranoeseniñoapareceríaenlaacademia.Yasífue.

SeoyeronalgunasexclamacionesdealarmacuandoZachariassepusoenpiederepente,leapartólamanoalreyHaroldysedirigióhaciasirCaulder.

—Nomecreoniunapalabra.Acostadelrecuerdodemidifuntoamigo,sehainventadoustedesahistoriaparasalvarleelpellejoalmuchacho.

Escupió lasúltimaspalabras frenteal rostrodesirCaulderalmismotiempoquegolpeabacon lasmanoslosdosladosdelatribuna.SirCauldernisiquierapestañeó;conunagranparsimoniaselimitóasecarsedelrostrounasalpicaduradesaliva.

—Eso será el rey quien lo decida. Puede creer que Fletcher es noble y, en honor a sus padres,indultarlo de esos falsos cargos que se le imputan.Opuedenohacer naday dejarlomorir—dijo sirCaulder.

LesostuvolamiradaaZachariashastaqueéste,asqueado,laapartó.—¿Creesesahistoria,Harold?—preguntóZacharias,incrédulo—.Esevidentequeestehombreestá

loco.NomancilleselrecuerdodeEdmundydeAlicesóloparaqueestechifladolesalvelavidaaunasesino.

Fletchervioesperanzaenlosojosdelreycuandoéstesepusoenpiey,trasunprofundosuspiro,sereunió con Zacharias delante del estrado.Y la esperanza del rey se reflejó en el corazón del propioFletcher.

AntesdequeHaroldpudierahablar,conunavozcargadadeemociónsirCaulderimploró:—Mirey.AmabaalosRaleighcomosifuerandemipropiasangre.Lesdebolavidaymuchomás

porhaberfracasadoenmitareadeprotegerlos.Estolohagoporellos,paraquesuhijopuedavivir,noporlealtadhaciaunalumno.

Haroldalzóunamanoyobligóalancianoaguardarsilencio.—Es una patraña, y preferiría haberla escuchado hace muchos años —le reprochó el rey—.

Empezamos una guerra debido a los sucesos de aquella noche. Contar una versión incompleta de loshechosrozalatraición.

—Asísehabla—dijoZacharias,queasentíaparamostrarsuaprobación.—Pero... mi conciencia me impide dejar morir al muchacho, por mucho que no exista forma de

probar su linaje.Y precisamente tú, Zacharias, deberías entenderlo.Considero noble al chico y, parahonrarlamemoriadeEdmundyAliceRaleigh,leofrezcoelperdón.

Sehabíaacabado.LaartimañadesirCaulderhabíafuncionado.FletchersintióunaoleadadealivioynotólamanodeOthello,queleestabapalmeandolaespalda.SuprimerpensamientofueparaBerdon.Erantantaslascosasqueteníaquecontarle...Lafelicidadloembargó.Sinsabermuybiencómo,habíaganado.

Enesemomento,sinembargo,unavozgélidaytemblorosacortóelaire.

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—Enrealidad,síexisteunaformadedemostrarsulinaje.Eraelancianorey.Fletchersevolvióy lovioponerseenpieconlaayudadeladyFaversham.Al

fijarsemejorenella,Fletcherpensóquedebíadehabersidounamujermuyhermosaensujuventud,puestenía unos pómulos delicados y una largamelenaplateadaque le caía en cascadahasta la cintura.Sumiradacargadadeodio,sinembargo,revelabaquelabellezaerasóloexterior.

—LosRaleighposeíanundemonioúnico,quehabíaidopasandodegeneraciónengeneraciónhastaque lo mataron hace unos cuantos cientos de años. Por eso el emblema del uniforme de sir CaulderrepresentaaunaMantícora,¿noesasí,hijo?—prosiguióelancianoreymientrascogíaellargobastónqueteníajuntoalasientoyseacercabacojeandoalosdemás.

¿Y aquél era el hombre al que tanto temía el rey Harold? Aquel ancianomarchito no parecía unterribleoponenteprecisamente,pensóFletcher.

—¿Recuerdaslaantiguahistoriadeunsegundohijoque,trasrecibirlapicaduradelaMantícoradelprimogénito,adquirióeldonatravésdelveneno?MásomenoscomonuestroamigolordCavell,queseconvirtióeninvocadorcuandolaSalamandradelasesinoFletcherlequemóelrostroconsusllamas—dijoelancianoreyAlfric,señalandoaDidricconlabarbilla.

—Rey Alfric, os rue...—empezó a decir Arcturus, pero Jakov lo silenció con un codazo en lascostillas.

—Pasado algún tiempo, el primogénito murió en la primera rebelión de los enanos, así que elsegundo hijo se convirtió en el heredero —prosiguió Alfric, sin hacer caso de Arcturus—. Desdeentonces,todoslosprimogénitosdelosdescendientesdelosRaleighhansidoinmunesalvenenodelaMantícora.

—Esonoesmásqueunafábula—dijoHarold,sonriendodebuentalanteasupadre—.NielpropioEdmundlocreía.UnagotitadevenenodelaMantícorabastaparamataradiezhombres.SóloelamodeunaMantícorapuedesobreviviralapicaduradeunodeesosdemonios,yúnicamenteenelcasodequesetratedelsuyo.IgualqueelamodeunÁcaroodeunArácnidoesinmunealvenenodesudemonio.

Fletcher sabía que Harold estaba hablando para el público, pues él ya conocía esa informacióngracias a las clasesdedemonología.Mientras estudiaba, lehabíaparecidounhecho irrelevante,peroahorasedabacuentadeloequivocadoqueestaba.

—Noteatrevasahablarmecomosifueraunmuchachoignorante—leespetóelreyAlfricmientrasseacercabarenqueandoaFletchery leestudiabaelrostro.Teníaunamiradafríaycalculadoraenlaquecentelleabauninstintosádico—.Estemuchachodebeserejecutadosindiscusión:esuncastigoacordeconsuabyectocrimen.Noconsentiréesasfantasíastuyas,hijo.Esabsurdocreerqueestarataplebeyapueda ser el hijo de nuestros estimadosEdmund yAliceRaleigh. Sólo el hedor que desprende ya espruebasuficiente.

ElreyAlfricserioentredientesysevolvióhaciasuhijo.LasonrisadelreyHaroldsefueapagandolentamenteylelanzóaFletcherunamiradaangustiada.

LadesesperaciónseadueñóunavezmásdelcorazóndeFletchery,comosideuntornose tratara,parecíaqueselofueraexprimiendo.Aúnderodillas,setambaleóyOthellotuvoquesujetarloparaquenocayeraalsuelo.

—Tengounapropuesta—dijoAlfricmientrassedabagolpecitosenlabarbillayelevabalamiradahacialasvigasdeltecho—.Administrémosleelveneno.Sielmuchachomuere,significaquenoeshijo

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deRaleighyquemerecíalamuertealaquelohacondenadoeljurado.Sisobrevive...,tedoymipermisoparaqueloindultes.

Haroldseruborizóalescucharquesupadrelehablabaenesetono.Alfinyalcabo,eraunhombrehechoyderecho,nonecesitabaelpermisodesupadreparanada.Duranteunsegundo,Fletcher loviodebatirsepara tomarunadecisión,perofinalmenteHaroldbajóloshombrosylededicóasupadreunbruscogestodeasentimiento.Nopodíadesafiarasupadre,ymenosaúnenpúblico.Aúnno.

—Debooponerme—dijolacapitanaLovett,aúnsentadaenelbanco—.LamuerteporpicaduradeMantícoraesterrible.Podríatardarhorasy,duranteesetiempo,experimentaríaunahorrendaagonía.

—Entonces,¡queledenunadosisentera!—leescupióelrey—.Esolomataráenseguida.—Nomereferíaaeso...—empezóadecirLovett,peroelreyalzóunamanoylainterrumpió.—Por suerte, hay un hechicero en esta sala que posee unaMantícora, ¿no es así,Charles?—dijo

Alfric,señalandoalinquisidordepelooscuro.—Un regalo demimadre.Me lo dio cuandome uní a las filas de la Inquisición—dijo Charles

Faversham,asintiendo—.Creoquefuisteisvos,señor,quienseladioaella.—Asíes,selaregaléamiprima—dijoelancianoreyAlfric—.Nonegaréqueheechadodemenos

a Xerxes, fuemi demonio favorito durantemuchos años. ¿Por qué no lo invocas? Supongo que hacemuchotiempoquenohatenidolaoportunidaddepicaranadie.

—Sí,miseñor—respondióCharles.Apoyó una rodilla en el suelo y chasqueó los dedos para llamar a uno de los guardias, que

desapareciótraselestradoyregresóconunlargotubo.Conlafacilidadquedalapráctica,Charlessacódeltubouncueroenrolladoyloextendióenelsuelo.

Apoyó la mano en el pentáculo grabado y cerró los ojos, con el ceño fruncido en un gesto deconcentración.Elpentáculoemitióunzumbidoyadquirióunapagadotonoazulquebrillabainclusoenelinteriorbieniluminadodelasala.Aparecieronvariosfilamentosdeluzblanca,quefueroncruzándoseyuniéndoseentresíhastaircobrandoforma.Encuestióndesegundossematerializóunainmensacriatura.AFletcherselehizounnudoenlagarganta.

Xerxes,muchomásaltoqueFletcher,teníaeltamañodeuncaballopurasangre.Enlaspatasyenelcuerpoteníalamusculaturadeunleón,yestabacubiertodeunagruesapieldecolorvioletaoscuro.Lacrineranegrayestabaenmarañada,ydeentrelospelossurgíanunasespinasmortales,queentrechocaronentresícuandolabestiasacudiósuleoninacabeza.Teníaunhocicocortoylabocaancha,perolosojos,deuntonoazulclaro,parecíancasihumanos.EldemonioobservóaFletcherconávidacuriosidad.

Perotodoaquellonoeranadacomparadoconlanegracoladeescorpiónquelecrecíaenlabasedelacolumnayquelacriaturasacudíaconmovimientoshipnóticos,comounaserpienteapuntodeatacar.En el reluciente aguijón resplandecía una gotita de color amarillo, parecida al pus pero mucho másviscosa.

—¡Ah!Aquíestáelgranujilla—dijoelreyAlfric,queseacercóarrastrandolospiesyleacariciólacolaalaMantícora—.Unhermosoejemplar.Yaveoquelohascuidadomuybien.

—¿Granujilla?—dijoOthello—.¡Esunmonstruo!AlfriclelanzóunamiradaseveraaOthello.—Guardias, llevaosal enanoyquealguien sujeteal señorWulf.Apuntadcon losmosquetesa los

capitanesArcturusyLovett.Elcariñoquesientenporelmuchachopodríaimpulsarlosahaceralgodelo

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quemástardesearrepentirían.Fletcheroyóelchasquidodelallavedechispadelosmosquetescuandolosguardiasempuñaronsus

armas.OthellomaldijomientrasJakovloagarrabaporelpeloylosacabaarastrasdelasala,enmitaddelchirridometálicodelascadenas.Sinembargo,FletchersóloveíalosojosextrañosehipnóticosdelaMantícora,quediounpasohaciaél.

—Sugiero que todo elmundo observe atentamente— dijo Charles en tono despreocupado—.NotodoslosdíasseveaunaMantícoraenacción,menosaúninoculandounadosiscompleta.Aunquequizáserámejorqueabandonenlasalaaquellosquetenganelestómagodelicado.

Elmonstruotensólacola,comosi fueraunarcoapuntodedisparar,yelevóelaguijón.Sequedóquieto, completamente inmóvil, a la esperade las instruccionesde suamo.Charles levantóunamano,dispuestoadarlaorden.

LaMantícora ronroneó, ansiosa; en esemomento, alguien le sujetó el brazo a Fletcher y, con vozronca,lehablóaloído.

—Quédatemuyquieto.Noqueremosquefalle,¿deacuerdo?Otramano,éstamásgrande,loagarródelhombroyleabrióeljustillo,rasgandoladeshilachadatela

paradejarleelpechoaldescubierto.—Tu sacrificio será en vano, Fletcher—dijo Zacharias entre dientes. Fletcher notó en la nuca el

cálidoalientodelnoble—.Loúnicoquehasconseguidoesretrasarloinevitable.Encualquiercaso,losenanosvolveránaocuparellugarquelescorresponde.Lástimaquetúnoestarásallíparaverlo.

LosdosnobleslesepararonlosbrazosaFletcher,tantoquecreyóqueacabaríanpordislocarleloshombros.PermanecióarrodilladomientraslaMantícoradabaunúltimoylentopasoalfrente.

—¡Elprisioneroestálisto,miseñor!—gritóCharles,conlavozcargadadeemoción—.¿Empezamoslaprueba?

—Adelante—selimitóadecirAlfric.CharlesbajóelbrazoylaMantícorahizolomismoconlacola.Elaguijónhendióelaireyseoyóun

desagradableruidocuandolapuntaseclavóenlapieldeFletcher.Elmuchachogritóy,porunmomento,sintió como si lo hubieran atravesado con una espada. A continuación, el abultado aguijón empezó apalpitarmientrasinoculabaelveneno.

Fletchercayóal sueloynotóel líquidohirviendoensu interior,comosi fueraácidoen lasangre.Entonces llegó el dolor, un dolor tan intenso que parecía que le estuvieran abrasando la carne desdedentro.Eldolorleatenazólosnerviosynotóespasmosyagarrotamientoenlosmúsculos.Pataleóyseretorciódedolorenelfríosuelodeltribunal.

ProntoFletcherviollegarlaoscuridadylarecibióconlosbrazosabiertos.Cualquiercosaeramejorqueaquelsufrimiento.Inclusolamuerte.

Mientras se dejaba caer en una bendita inconsciencia, oyó la voz socarrona deDidric, aunque leparecióquellegabadesdemuymuylejos.

—¡Adiós,FletcherWulf!

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13

Eldolorcasihabíadesaparecido,noeramásqueuna levepalpitaciónen laoscuridad.Sería tanfácildejarsellevar...Serinfinitoysernada,todoalmismotiempo.Serlibre.

Peroalgolollamabaenlainconmensurableoscuridad.Otraalma,tanperdidacomoél.Ignatius.Eraamor.YelamorimpidióqueFletchercayera,apesardeestaralbordedelabismo.Ignatiuslo

estaballamando.Percibióelvínculoquelosunía,cadavezmássutil,másdébil.Ysinembargo,Ignatiusse negaba a dejarlo marchar. El último hilo resistió, lo sujetó con fuerza y lo rescató del borde delabismo.Fletcherabriólosojos.

Lasparedesyeltechodelahabitaciónenlaquesehallabaerandemaderalisa,sinpulir,yenellasseveíanaúnlosnudos.Nohabíanadaquepudierallamarsepuerta,sólounaespeciedepasoquellevabahacia un oscuro corredor. Y lo más extraño de todo era que la estancia estaba iluminada por unosminúsculosfrascosrepletosdebolitasdeluzamarillaresplandecientesquerevoloteabanenelinterior,comosifueranluceserrantes.

Estabatendidoenunaespeciedecama,envueltoenpielesdeciervoqueloprotegíancomosifueraunbebédentrodeunaagradablecrisálida.

—Estásdespierto.—Oyóunavozsuaveycantarina.Enesemomentoapareciósobreélunrostroderesplandecientesojosazulesysediocuentadeque

tenía la cabeza apoyada en el regazode alguien.Unmechóndepelodel colordel oroblanco lehizocosquillasenelmentónyentoncescomprendióqueestabaviendoaSylva,aunquedelrevés.

—¡Sylva!—exclamó.Trató de sentarse e hizo unamueca de dolor. Le dolía todo, como si acabara de despertarse tras

protagonizarunapeleadelaquehabíasalidomalparado.Muymalparado.—Relájate—ledijoSylva,obligándoloconungestosuaveatendersedenuevo—.Tehaninoculado

unadosiscompletadelvenenodelaMantícora.Dejaqueseayoquienhable.Fletchervolvióatenderseyserelajósobreelcómodoregazodelaelfina.NotólosdedosdeSylva

cuandoéstaleapartólosrebeldesrizosdelrostroylemojólafrenteconunaesponjasuave.—Tienessuertedehaberestadotancercadenuestrafrontera.Recurrimosalamedicinadeloselfos

parapurgarelvenenodetucuerpo.YesoesalgoquenisiquierapuedelograreseconjurodelacuraciónenelqueHominumtantoconfía.

Fletcher le sonrióy,estavez,ella lepermitió incorporarsemuydespacioyponer laspiernasaunladodelacama.Sehallabaenunextrañoestantequeparecíasalirdelapared.Unagruesaysuavecapademusgocubríalasuperficie,amododecolchón.

Duranteunsegundo,Fletcherseruborizóaldarsecuentadequellevabaunsencillojubónazul,unospantalonesyunassuaveszapatillasdefieltroenlospies.Sepreguntóvagamentequiénlohabríavestido

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ydeseóquenohubierasidolapropiaSylva.—Mealegrodeverte—ledijoalfin,abrazándola.Ellaledevolvióelabrazoypermanecieroninmóvilesunosinstantes,disfrutandodelreencuentro.Fletchersefijómásdetenidamenteensuamiga.Sylva llevabaunacasacade terciopeloverde,con

ribetesdepielybordadosdeciervossaltando,tandetalladosquemásquebordadosparecíanauténticoscuadros.

Elmuchachonosuposiseríaporquellevabamásdeunañosinveraningunachicadesuedad,peroSylva le pareciómuchomáshermosaquenunca, especialmente vestida con el traje tradicional de loselfos.SylvarehuyólamiradadirectadeFletcher,bajódeunsaltodelacama,seacercódosdedosalabocaylanzóunenérgicosilbido.

Sarielentrócorriendoenlaestancia.ElCánidodepelodoradohabíacrecidodesdelaúltimavezqueFletcher lo había visto. Sariel, entusiasmada, le olisqueó los pies, y Fletcher contuvo el deseo deacariciarla, pues conocía las repercusiones de acariciar al demonio de otra persona.Así, se limitó atenderlelamanoaSarielparaqueselaolisqueara,yella,conelhúmedohocico,lefrotócariñosamentelosdedos.

Aquelbrevecontactoconundemonio le recordóquedebía invocara Ignatius,y laSalamandrasematerializó enseguida conun alegre gorjeo. Fletcher lo cogió en brazos y se llevó al pecho el cálidocuerpecillodeldemonio.

—Entonces..., me ha salvado vuestra medicina. Eso significa que no soy noble —dijo Fletcher,rompiendoasíelincómodosilencio.

Notó una punzada de decepción. Por un momento, había creído saber por fin quiénes eran susverdaderospadres.

—Noexactamente.Haymuchodequehablar.ElreyHaroldteestáesperando,élteloaclararátodo.¿Creesquepodrásandar?—lepreguntóSylva.

—Lointentaré.Se tambaleóalponerseenpie,demodoqueSariel lecolocóelhocicobajoelbrazoy loayudóa

apoyarseensulomo,eIgnatiusocupósuhabitualposiciónentornoalcuellodelmuchacho.FletcherseapoyótambiénenSylva,yjuntossalieronrenqueandodelahabitación.

Laelfinaabriólamarcha.Cogióunodelostarrosdelasparedesylosacudió.Ensuinterior,variasluciérnagasempezaronarevolotearmientrasotraspermanecíanenelfondo,alimentándosedeunlíquidoglutinoso.

—Néctar—explicó Sylva cuando vio a Fletcher contemplar el interior del tarro—.Lo utilizamosparaatraparlasalatardeceryporlamañanalasliberamos.Nousamosantorchashumeantes.

Sinembargo,Fletcherapenaslaestabaescuchando,puesacababandesaliralaluz.Setambaleódenuevo,peroestaveznofueporquesesintieradébil.Estabanadecenasdemetrossobreelsuelo,enunagruesaramatananchacomoungrantronco.

A su alrededor divisó una red de estructuras parecidas, cubiertas de enormes hojas de roble, lobastantegrandescomoparaservirdetejadoaunedificio.Alvolverse,descubrióqueacababandesalirdel interiordeun árbolgigantesco, cuyo troncoeramás anchoque el edificiomás altodeCorcillum.Estabanrodeadosdeárbolesdedimensionessimilares,queseelevabanhaciaelcielo.El lugarestabailuminadoporunadelicadaluzanaranjada,pueselsolhabíaempezadoyaaocultarse.

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—ElGranBosque.Nuestro hogar—dijo Sylva,muy orgullosa,mientras guiaba a Fletcher por laancharama.

Por encima y por debajo, en distintas ramas cubiertas de musgo, Fletcher vio a otros elfos quecaminaban tranquilamente de un lado para otro. Varios de ellos hicieron un alto en el camino paraobservarlo;algunoslosaludaronyotrosnegaronconlacabeza.Fletchersepreguntócuándohabríanvistoaunhumanoporúltimavez.Encuantoaél,jamáshabíavistoaningúnelfo,aexcepcióndeSylva,ylepareciófascinantequetodostuvieranlamismaestructuraóseayelmismopeloclaroquelaelfina.

—Tenmuchocuidado—dijoSylvamientrasseñalabaunpuentequeuníadosramas.Estaba hecho de extrañas raíces, similares a lianas, trenzadas entre sí para crear una especie de

pasarelaprovistadebarandasaambos lados.Alpisarla,sinembargo, lepareciómuysólida,comosiestuvierahechadepiedra.

Caminaronensilencioduranteunrato,bajolaluzdoradadelatardecerquesefiltrabaatravésdelabóvedadehojas.Seibanacercandocadavezmásalsuelo,aunqueaFletcherlehabríagustadomássubirhacia el cielo, y así poder contemplar desde allí elGranBosque y, tal vez, vislumbrar a lo lejos lasmontañasDientesdeOso.

Finalmente, se detuvierony, al llegar a la siguiente rama,Sylva llamóaun elfoque estaba cerca.Hablaronenun idiomacantaríny,acontinuación,elelfo saludócortésmentey,con laagilidaddeunaardilla,saltóalaramainferior.

—Disculpaquehayahabladoenélfico—dijoSylva ruborizándose—.Yoestudiémuchos idiomas,inclusolasrunasdelosorcos,peronotodoslosaltoselfoshantenidolamismasuerte.Loheenviadoabuscaraturey.

—Notepreocupes—lerespondióFletcherconunasonrisa—.Mehagustado.Sehallabansobreunaramalisayplana,aunospocosmetrosdelsuelo.Sylvaloacompañóhastael

borde,dondesesentaronjuntos.Desdeallícontemplaronelsuelodelbosque.—Queríaenseñarteesto—dijoSylva,señalandolasllanurasqueteníanasuspies.Cientos de ciervos caminaban lentamente allí abajo, en una interminable procesión de ruido de

pezuñas.Algomásapartados,losespléndidosmachosentrechocabansuscornamentas,persiguiéndoseyesquivándose,mientrascompetíanporlaatencióndelashembrasquepacíanasualrededor.

Había ciervos de todos los tipos: grises, marrones y con manchas blancas; ciervos pequeños yhermososalcesdeenormecornamentaytroterápido.

El suelo estaba cubierto por una gruesa capa de musgo verde brillante, el mismo que servía decolchónenellechoenelqueFletcherhabíayacidomientrasestabainconsciente.Alosciervosparecíagustarles, puesmordisqueaban la capa superior como si fuerahierbay la rumiaban lentamente, conelhocicomanchadodeverde.

—Éstas son las riquezas de nuestro pueblo. LosGrandesRebaños del bosque. Criamos todas lasclasesdeciervosqueexisten—dijoSylva,señalandoconunamanolosciervosqueteníanasuspies.

Fletcher echó un vistazo tras él y vio un inmenso rebaño de ciervos que se perdía en lasprofundidades del bosque. Debía de haber miles de ciervos, de distintos tamaños y razas: desdemuntíacos, con sus largos dientes superiores semejantes a colmillos, hasta ciervos comunes quecompetíanentreelloshaciendoentrechocarsuspoderosascornamentas.

—Miraesoscervatillos,debedehaberporlomenosuncentenar—dijoFletcher,señalandoungrupo

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deciervosenelextremodelrebaño.Eranpequeños,másomenosdeltamañodeunaliebre—.¿Dóndeestánsusmadres?

—No son cervatillos, son pudús—dijo Sylva, y se echó a reír—. ¿Ves esas dos púas que tienenalgunosenlacabeza?Eslacornamentadelosmachos.

—Oh—dijoFletcherfascinadoporaquellasminúsculascriaturas—.Puesesverdadquetenéistodaslasespecies.

—Los rebaños nos proporcionan todo lo que necesitamos: pieles y cuero para vestirnos y hacermantas,carney lecheparaservirnuestramesa,huesosycornamentaspara tallar, tendonesycuerosincurtirparabordaryparafabricararcos...Hastautilizamossugrasacomosebo,oparahacerjabón,velasypegamento.

Señalóhacialapartemásalejadadelrebaño,dondeFletchervioavarioselfosmontadosalomosdelosmismosalcesquehabíavistoenlosrecuerdosdeIgnatius:eranaltoscomocaballos,peroteníanunasgrandes astas con las que se retaban unos a otros. Ignatius vociferó al reconocerlos y los jinetes sesobresaltaron.

Los elfos llevaban arcos a la espalda y palos flexibles terminados en un lazo, que agitabansuavementeparaobligaralosciervosdescarriadosaregresaralrebaño.Elpelodeaquelloselfoseralargo y les caía sobre los hombros en delicadas ondas de color negro azabache, rojo o avellana, adiferenciadeloselfosqueFletcherhabíavistoenlosárboles.Vestíancapashechasdepieldeloboqueconservabaaúnlamandíbulasuperiordelanimal,lacuallescaíasobrelafrenteamododeyelmo.

—Nuestroselfosdelbosque losmantienenasalvo, lescuran lasheridasyayudana lashembrasaparir.Losguíanporsenderossegurosylosprotegendelosdepredadoresdelbosque.

Mientras Fletcher observaba el rebaño, un gran pájaro descendió volando de las alturas y fue aposarseenlamuñecadeunelfo.Clavólasgarrasenlagruesamuñequeradecueroquellevabaelelfo,yésteleofrecióunpedazodecarnecrudaamododerecompensa.

—¿Tenéiságuilascomomascotas?—preguntóFletcher—.¿Porqué?Porunmomento,sepreguntósiestaríademostrandodemasiadacuriosidad,peroSylvaseapresuróa

responder.ParecíagustarlequeFletchermostraratantointerésporlaculturadesupueblo.—Y también zorros, igual que los humanos tenéis perros. Pero las águilas son lo bastante fuertes

comoparallevarseaunlobo,siesnecesario,yvigilanaloscientosdejauríasquesiemprerondancercadelosrebaños.Sinembargo,nopodemosmantenerasalvoatodoslosciervos;demasiadaspresasjuntas.

Fletcherobservóaunelfodelbosquequenomuylejosdeallísacudíalapértigayconseguíasujetarconellazolaspatasdeuncervatillodescarriado,alcualobligóaregresaralaseguridadqueofrecíaelrebaño.

Fletchersedisponíaahacerotrapreguntacuandooyóquealguienseaclarabalagargantatrasellos.—Graciasportraerlo,Sylva—dijoelreyHarold,ysesentójuntoaellos—.Teveréenlareunión

delconsejo.—¿Lareunióndelconsejo?—preguntóFletcher.Sylva,sinembargo,selimitóasonreíry,mientrasseponíaenpieparamarcharse,lediounpellizco

enelhombro.Ydespuésdesapareció,dejandoaFletcherasolasconelrey.

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14

—Bien,Fletcher,veoquesiguesconnosotros—dijoHarold.Estaban sentados, contemplando los rebañosdeciervosdeallí abajo.El sol,queyacasi sehabía

ocultado,proyectabasombrasjaspeadassobreelconcurridosuelo.Fletcheroyó,alolejos,ellastimeroaullidodeunlobo.

—Esoparece—dijo,evitandolamiradadelrey.—Hasestadoalbordedelamuerte.Creíquenoloconseguirías.Tehaspasadocasitodalanoche

retorciéndotededolor.—Ledebomuchoaloselfos.Yavos,supongo.Nosécómohabéisconseguidoconvenceratodoel

mundoparapermitirquemecuraranloselfos,despuésdedescubrirquenosoyinmune—dijoFletcher,sindemasiadoentusiasmo.

—Oh,claroqueeresinmune.Perosiseleinoculaaalguientodoeseácidotóxico,esdesuponerquenosevaairandandotantranquilo,seainmuneono.Conladosisqueteinocularon,tendríasquehabermuertoalospocosminutos.Perodespuésdepasarteunahoraretorciéndotededolorenelsuelo,supimosqueloeras.Loúnicoquehanhecholoselfosesextraerteelvenenodelorganismo.

Fletcherestabaatónito.Erainmune.EraunRaleigh.Leparecíairreal.Imposible.—Teheindultado,perodebessaberquelosdemásnoblesaúnsiguendeliberandosobreloscargos

delosqueseteacusa...,yqueesposiblequeenelfuturoteencuentresconciertahostilidad—prosiguióHarold—.Lamayoríadeellosestándeacuerdoenquesóloestabasdefendiendoatuamigoenano.Peroyapuedesimaginartedequéparteestántusprimos,claro.

—¿Primos?—LosForsyth.Tu difuntamadre y lamadre deTarquin e Isadora eran gemelas idénticas.Alice y

JosephineQueensouth. Parece que tener gemelos es cosa de familia. Tu padre, Edmund, se casó conAlice,yZachariassecasóconJosephine.Nosconocemostodosdesdequeéramosniños,haceyamuchosaños.Todossabíandesdemuypequeñosconquiénsecasaríandemayores...Peronoesdeesodeloquehevenidoahablarte.Quierohablartedetuherenciao,mejordicho,delaausenciadeella.

Fletcherpermanecióensilencio,eufóricoytristealmismotiempo.Suspadressílohabíanquerido.Nolohabíanabandonadoparaquemuriera...,sinoparaquesobreviviera.Y,sinembargo,jamáspodríaconocerlosniescucharsusvoces.

—Laherenciamedaigual—murmuróFletcher—.Antestampocomeibatanmal.—Comoquieras,pero tienesderechoasaberquéocurrióconlaspropiedadesde tufamilia.Como

parientesmáscercanos,losForsythheredarontodoeldinero,lastierrasylaspropiedadesdetuspadres.—Harold hizo una incómoda pausa para aclararse la garganta—. Dado el supuesto crimen que hascometido,handichoquenisiquieradeberíasestarvivoyquenomerecesquesetedevuelvanada.Yo

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creoquenotienenrazón,asíquefinalmentehemosllegadoaunacuerdo.EllossequedarántodoeldineroylastierrasfértilesdelcentrodeHominum.Aunasí,tedevuelventuhogarnatal:Raleighshire.

Fletcherabrióunosojoscomoplatos.—¿Yesoquéquieredecir?ApenassabíanadasobrelastierrasdeHominum,menosaúnacercadelosRaleighshire.—Despuésde lamuertede tuspadresyde lossuyos, losedificioscayeronendesusoy lasaldeas

cercanasfueronabandonadas—dijoelrey,negandoconlacabezaenungestodepesar—.Apartedelastropasqueprotegenelpasodemontañaylaentradasecretaqueyanoestansecreta,nohayniunalmaencientosdekilómetrosalaredonda.Sontierrasbaldías,enrealidad.Perosontuyasypuedeshacerconellas loque te plazca.Te lodebodespuésdel sacrificioquehashechopormí.Te aseguroqueno loolvidaréfácilmente.

Fletcherasintió.Nadadetodoaquelloleparecíareal.Sóloerantierras...Yaestabanallíantesdequeélnacierayseguiríanestándolomuchodespuésdequemuriera.¿Quémásdabaaquiénpertenecieran?Nisiquieraestabanhabitadas.

—Tengo algomáspara ti.Aver cómo te lo explico—dijo el rey, frotándose los ojos—. ¿Tehaspreguntado alguna vez cómo pasan los demonios de generación en generación en las familias nobles,inclusocuandolospadresmuerenlejosdesuhogar?Almorirsuamo,eldemoniodeberíaregresardenuevoaléter,¿noescierto?

Fletcherasintió.—Loshechicerossabemoselriesgoquecorremos,puessiempreestamosluchandoenunaguerrau

otra.Así que el hechicero siempre deja los pergaminos para invocar a sus demonios enmanos de unamigo de confianza. Así, en el caso de que el hechicero muera inesperadamente, su hijo recibe elpergaminoypuedevolverainvocaraldemonioyhacerloregresardeléter.Enloqueatupadrerespecta,yoeraeseamigodeconfianza.

HaroldsepusoenpieyFletcher lo imitó,aunquecongestovacilante.Elreyse llevóunamanoalbolsilloysacóunpergaminoenrollado,sujetoconunacintaazul.Delotrobolsilloextrajouncuerodeinvocación,conunpentáculocifradograbadoenelcentro.Locolocócuidadosamenteenelcentrodelarama,aunosmetrosdellugarenelquesehabíansentado.

—ElCánidodeEdmundmurióduranteelataque,asícomoelVúlpidodetumadre.PeroelGrifueloquetellevóhastaPelt...esposiblequeestévivoenalgunapartedeléter.Ésteeselpergamino.Elcuerode invocación tiene un pentáculo cifrado; como ya sabes, se necesita un pentáculo cifrado cuando sequiereinvocaraundemoniodeléter.

A Fletcher le temblaban las manos mientras desataba la cinta. Desenrolló muy despacio elpolvorientopergamino,cuidandodequenoserompiera.Latintaestabadesteñidaysehabíavueltodeuntonomarrónoscuro,perolaspalabrasseleíanconclaridad.

—SiyoestuvieraentulugarantesperfundiríaalaSalamandra—sugirióelreyantesdequeFletcherpudieraempezara leer—.Avecesocurreque,comosuamonoconsiguecontrolarloporcompleto,undemonioreciéninvocadoatacaaotrodemoniodesconocido.

FletcherasintióyrecordóqueIgnatiushabíaatacadoaDidricdeformaespontánea.Aregañadientes,perfundióaIgnatiusenunfogonazodeluzvioleta.

—Empieza—dijoHarold,conungestodeasentimiento.

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—Dohrahgosimailogo—pronuncióFletcher.Lavozdelmuchachofueganandoenconfianzaamedidaqueibaleyendolaspalabras,ytambiénen

volumen,másymásaltocadavez,hastaquelosciervosdelsuelosedispersaron,asustados.—Failogodiailogo.Elpentáculoempezóaemitirunaluzpúrpuray,comoyalehabíaocurridoañosatrásenelcementerio

dePelt,Fletcherempezóavertodosloscolorescongrannitidez.Unaesferavioletaapareciósobrelaestrella y fue haciéndose cada vezmás grande, hasta alcanzar un tamañoparecido al de una rueda decarro.Empezóagirarlentamente.SeoyóentoncesunaespeciederugidoyFletcherpercibiólosgritosasustadosdeloselfosdelbosquealverquelosciervosdelrebañoempezabanacorrerporlasllanuras,temerososdeaquellaslucesydeaquellosruidos.

—Leigosimaidohroh!Alpronunciar esasúltimaspalabras, la esferade luz se apagóydejó en su lugaruna criaturaque

aleteabaenelaire.—¡Disculpadnos!—dijoelreyriendo,mientrasloselfosdelbosqueleslanzabanunaretahíladelo

quesólopodíansermaldicionesenélfico.Fletcher,sinembargo,nosediocuentadenada,pueslanuevaconcienciaquepercibíaenlamenteno

se parecía a nada que hubiera conocido hasta entonces. Mientras que la mente de Ignatius era unadelicadamezcladeemocioneseintenciones,ladeaquellacriaturaeratanagudacomorápida,ysaltabadeunpensamientoaotroconunaclaridadabsoluta.

El demonio se parecía bastante a unmochuelo, pues tenía el rostro en forma de corazón, plumasblancaspordebajoymarrónrojizoporencima.Adiferenciadeunmochuelo,sinembargo,poseíacuatropatasfelinas,ademásdecola,orejasygarrasdegato.Enelcuerpo,elsuaveplumajesemezclabaconelpelo.El rasgomás atractivo eran sus ojos—tan redondos y expresivos como los de Sylva—, que lacriaturaposóenFletcherconunamiradadecuriosidad.

—LosGrifuelos son extremadamente poco comunes, así que quizá no hayas oído hablar nunca deellos—dijoHarold, apartándose un poco del demonio cuando éste emitió un contrariado chillido—.Comoseguramenteyahabrásadivinado,setratadeunhíbridodemochueloygato,nivelcuatro.TupadrelallamóAthena.

—Es preciosa—dijo Fletcher en un susurro, tratando de ejercer sobre ella el control que habíaaprendidoenVocans.

Acarició su vínculo conAthena y le transmitió sus intenciones, para que ella pudiera leerlas delmismomodoenqueFletcherhabíaleídolassuyas.

ElGrifueloladeólacabezay,trasbatirlasalas,seposóenelhombrodeFletcher.Tuvocuidadodenosujetarseaélcondemasiadafuerza,puesposeíaunaspatasterminadasenunamezcladezarpaygarraafiladacomouncuchillo.AlpercibirelgestodedolordeFletcher, sinembargo,conunsuavesonidometálicoAthenaescondiólasgarrasretráctiles.

—Creo que deberías perfundirla antes de que la vea alguien—dijo el rey, echando un cautelosovistazoasualrededor—.Loselfosquierenquelosdemoniosextrañospermanezcanperfundidosentodomomento.Tendríaquehaberesperado,peroqueríadartealdemonioantesdequeZachariasexigieraelpergamino.Esperoquelacuidesbien.

Fletchersesintiódecepcionado,pues leapetecíaconocerunpocomejorasunuevodemonio.Aun

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así,apuntólapalmadelamanoporencimadelhombro.Elpentáculosevolvióotravezvioleta,hastaqueFletcherpercibiólaformayelcontactocálidoenlapiel.Trasunaespeciedetiróndelamente,AthenasedeshizoenfilamentosdeluzblancaquesedirigieronalapalmadelamanodeFletcher.Elmuchachosetambaleódebidoalapoderosaeuforiadeaquellaprimeraperfusión,ysuconcienciasefundióconladeAthena,comodosríosqueconfluyenelunoenelotro.

Ensuinterior,Fletchernotóincrementarselasreservasdemanaylosfilamentosqueconectabanalamoconlosdemoniosparecierontrenzarseentresí.Sesintiómáspoderoso,ylaenergíaeléctricahizopalpitarelvínculocomosideuncorazónsetratase.

Encuantoalaconcienciadelosdosdemonios,semantuvieronseparadas,incapacesdepercibirlospensamientoslaunadelaotra.Fletcher,encambio,síapreciabalasintencionesdelasdosconcienciasmientraséstascontemplabanelmundoatravésdesusojos.

Tenía lamenteconfusa,comosi laconcienciadeambosdemonios laempujaraendosdireccionesdistintas.RecordóqueSeraph lehabíahabladoenunaocasióndeunhechiceroqueposeíadecenasdeÁcaros.Nisepodíaimaginarloquedebíadeseraquello.

—¡Bien!—dijoHarold,yrecogióelcuerodeinvocaciónyempujóaFletcherporlaramaantesdequeelmuchachotuvieratiempoderecuperarelaliento.

Elsolyacasisehabíaocultadoporcompleto,porloqueelreyliberóunagranboladeluzerranteparailuminarlaramamientrascaminaban.

Aturdido aún tras la perfusión, Fletcher vio otras luces que poco a poco iban apareciendo en lasramas,asualrededor,yqueiluminabanaloselfosqueaúnquedabanenlasramassuperiores.Peronoeranluceserrantes.

Las setas luminosas, antes simples hongos marrones que crecían entre las grietas de los troncoscubiertosdemusgo,despedíanahoraunaintensaluzverde.Porencimadesuscabezas,laparteinferiordelasramasemitíaunresplandorazul:erangusanosluminososque,colgadosdefinísimoshilosdeseda,formaban una especie de telaraña azul. Mientras Fletcher, fascinado, contemplaba la escena, lasluciérnagas emprendieron el vuelo y formaron una especie de nube de chispas de color naranja querevolotearonentornoaambos.Eraunverdaderocaleidoscopiodecolores,queenvolvíaellaberintoderamasenunaluzextrañaycambiante.

—Asombroso,¿nocrees?Edmundmelodescribióenunacarta,yahacemuchosaños.SolíaveniramenudoalGranBosqueparanegociaracuerdoscomercialesconlosclanesdeelfos.Arcos,cuero,pielesymedicinas...TodasesascosaseranmuynecesariasenHominum.Edmundsoñabaconunasociedadenlaque elfos y humanos pudieran adentrarse sinmiedo en el territorio de los otros; soñaba con el librecomercioylalibrecirculaciónparatodos.Lógicamente,todoesocayóenelolvidocuandoélmurió.

Fletcher lo escuchaba atentamente y devoraba todos los detalles que el rey le contaba sobre suspadres.Lehubieragustadosabercómoerany,derepente,sintióunapunzadaaldarsecuentadeque,enciertomodo, ya lo sabía. ¿Acasonohabía visto a la esposadeZacharias entre el público, durante eltorneoyduranteeljuicio?Teníaunrecuerdoborroso,peroevocólaimagendeunadamarubiasentadajuntoalordFaversham.Supuso,pues,quehabíaheredadoelpelooscurodesupadre.

—¿Podéiscontarmealgomás...sobremispadres?—preguntócontimidez.ElreysuspiróprofundamenteycondujoaFletcherporunpuentequellevabaaotrarama.—Edmunderamimejoramigo,yAlice...,enfin...,silascosashubieranidodeotramanera,talvez

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habríasidomiesposa.Perojamásquiseinterponermeensufelicidad.Túeresloúnicoquequedadelasdospersonasalasquemásquería.

FletcherobservóelrostrodeHaroldyleparecióverenélunaexpresióndedolor.Talvezsetrataradeunatristezaquehabíaocultadodurantemuchotiempo,inclusoantelosnoblesalosqueconsiderabasusamigos.Noeracorrectoqueunreymostrarasusemociones.

Fletchersiemprehabíacreídoqueelreyeraunsercalculadoreindomable,peroahoraseencontrabaanteunhombredebuencorazónyprofundosentidodelamoralque,sinembargo,estabamuysoloynodisponíadelpodernecesarioparallevaracaboloscambiosconlosquesoñaba.

—Ojalápudieraayudaros—dijoFletcher—.Puedolucharabiertamenteconellosmientrasvosotroslohacéisenlasombra.Peronosoymásqueunmuchacho,noesquepuedahacergrancosa.

—AhoraeresunRaleighypuedeshacermuchascosas—locontradijoHarold.Laramapor laquecaminabandesembocabaenunaampliacavidad,enelinteriordeuntroncodeárbolespecialmenteancho—.Laprimeradeellasesformulartuvotocomomiembrodelconsejo,derechoquetecorrespondeporhaber ganado el torneo. Los jefes de los clanes de elfos y los ancianos del pueblo enano tambiénasistirán.En lahistoriadenuestrospueblos, es laprimeravezqueocurrealgoasí.Eselmomentodefortalecerdeunavezportodaslaalianzaentrehumanos,enanosyelfos.

Fletchertragósalivacuandocruzaronlaoscuraentradadeltronco.—¿Ycuándoseráeso?—preguntó.—Ahoramismo.

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15

Nadamáscruzarelumbral,seencontraroncondoselfos.Depiejuntoalapared,loselfosempuñabanunasespadaslargascomolanzasconlasqueimpedíanelpasoatodoaquelquequisieraentrar.

Fletcherreconocióaquellasarmasgraciasasus tiemposenlafragua:eranfalces,provistasdeunaempuñadurainusualmentelargaparapodersujetarlasconambasmanos,yunfiloaúnmáslargo,curvo,conlamismaformaqueelextremodeunarco.

Elextremocurvolesdabalaspropiedadesdeunhacha,mientrasquelalargaempuñaduralashacíamáspoderosasa lahorade lanzaryesquivargolpes.Eranarmas temiblesy, siFletcherno recordabamal,tambiéneranlasfavoritasdeloselfos.

—Tranquilos,podéisdejarlospasar.—LesllególavozdeSylvadesdelaoscuridad.Laelfinasurgiódeentrelassombras.Fletchersesorprendióalverquelajoventambiénllevabauna

falcesujetaalacintura,porlaespalda,asícomounarcoflexibleyuncarcajllenodeflechas.Elpelo,quenormalmentelucíasuelto,estabaahorarecogidoenunaúnicatrenzauntadadeaceite,quelecaíaporencimadelhombrohastallegaralombligo.Unapiedradejade,sujetaalextremodelatrenza,hacíalasvecesdecontrapeso.

LoquemássorprendióaFletcher,sinembargo,nofueronlasarmas,sinolaarmaduradelaminillasque llevaba la elfina.Estada formadapor cientos depiezas de cuero rectangulares, cadaunade ellasagujereadaenlascuatroesquinasyenlazadaalasquelarodeaban.Seleceñíaalcuerpoy,acadapasoquedabalaelfina,laarmaduraseadaptabaasusmovimientos.Llevaba,además,proteccionesenmuslos,espinillas,hombrosymuñecas.Todos loselementosestaban lacadosdeun resplandeciente tonoverdeoscuro.

—Bueno,estoesunconsejodeguerra,¿no?—dijolaelfinaconunaatribuladasonrisa,alrepararenlaexpresióndesorpresadeFletcher.

Harold la saludó con una respetuosa inclinación de cabeza y siguió adentrándose en el oscuropasadizohastallegaraunasalailuminadaporlatemblorosallamadevariasantorchas.Sylvalosiguiósinvolverlavistaatrás.

La sala era tan grande como el comedor de Vocans. Tenía el techo abovedado y las paredes—desnudas a excepción de la entrada que acababan de cruzar— tan sólo tenían unas pocas decenas deantorchas.Enelcentrodelasalasehallabaunagranmesaredondademaderapulida,encuyocentrosealzabaunextrañoobjeto,ocultobajounatelaytanaltocomounhombre.Entornoalamesa,seveíanvarias sillas de respaldo alto, cada una de ellas con un estandarte en lo alto. Lamayoría ya estabanocupadas:algunasporhombresymujeres,otrasporelfosyunaspocas,lasqueFletcherteníamáscerca,porenanos.

Todos lospresentessehabíanvueltoparaobservara losrecién llegados,yFletcherseencogióun

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pocoalpercibirsusmiradas.—Aquíestátuasiento,Fletcher—susurróunavozquenoleeradesconocida.ElrostrodeOthelloaparecióentoncestrasunadelassillas;labarbacortaresultabaextrañajuntoa

lahileradeenanosconlabarbagrisylargaqueteníajustoallado.OthellosonrióalverunaexpresióndealegríaenelrostrodeFletcher,perosellevóundedoaloslabiosparapedirlequeguardarasilencio.

Fletcher contempló el asiento que estaba junto a Othello y descubrió que en lo alto había unestandartequerepresentabaelemblemaverdeyplateadodelosRaleigh.Leparecíatanextrañotenerderepente una historia y hasta una divisa familiar... Sabía que jamás llegaría a acostumbrarse del todo,especialmente porque en el centro del emblema aparecía el grabado de una Mantícora. Se sentótímidamentemientrasSylvayelreysedirigíanasuspropiosasientos.

Harold se sentó a la izquierda de Fletcher, junto a Alfric, Zacharias y lady Faversham, que seesforzaban por evitar la mirada de Fletcher. Cerca de los elfos se encontraban cuatro generales deabundante bigote y patillas debocadehacha.Permanecíanmuy erguidos en sus asientos, con la vistaclavadaalfrente.

Unadamanobledeaspectohostil,alaqueFletchernoconocía,saludóconunainclinacióndecabezaalmuchacho.Erabastantecorpulentaylucíaunamelenarojasalpicadadehebrasplateadas.Juntoaella,completaba el grupo de los humanos un noble de piel oscura que observaba a Fletcher con los ojosentrecerrados.AFletcherlecostabacreerqueélfueraahoraunjovendelamismaalcurniaquetodoslosnoblesallípresentesyqueéstosloconsideraransuigual.

Apenasunashorasantes, todoelmundoloconsiderabaunvulgarasesino,condenadoaunamuertebrutal.Lesobrevinounescalofríodehorrory,ensuinterior,lamentedeIgnatiusseencogióalpercibirelmalestardelmuchacho.

Athena nomostró reacción alguna. Tal vez el padre de Fletcher la hubiera entrenado para que nopermitieraquesusemocionesempañaranlasdesuamo.

Asuderecha,Othello,Uhtredycincoenanosdepeloblancopermanecíansentadosenunescrupulososilencio,alaesperadequeempezaselareunión.Alparecer,padreehijohabíansidoadmitidosentrelospatriarcas a lo largo del año anterior, tal vez por sus respectivas contribuciones a la alianza conHominum,oporlabuenaconsideracióndequegozabanentresusiguales.

Habíaentotaldiezelfos,entreellosSylva,quiensindudaestabaallíenrepresentacióndesupadre,jefedeclan.Todoseranaltoselfosyentreellossólosecontabantreselfinas.VestíanlamismaclasedearmaduraqueSylva,aunqueelcolorvariabaenfuncióndelestandartequeondearasobresussillas.

—Bien,ahoraqueyaestamos todos,empecemos—anuncióel reyHaroldconvozaltayclara trasgolpearlamesaconunpuñoparaconseguirlaatencióndelospresentes.

AFletcherlesorprendióaquelcambioenelrey.Suvozhabíaadquiridountonodistintoy,derepente,suautoridadcobrófuerzaenlasala.

—Tenemostresproblemasquesolucionar.Elprimero,ymásurgente,eseldelamoral...queafectaahumanos,enanosyelfosporigual.

ElreyseñalóaSylvayrelajóunpocoeltono.—Vosotros,loselfos,habéisretrasadonuestraalianzadurantecasiunaño,porqueestabaismolestos

porlasheridasquehabíasufridoSylvaennuestrotorneodefinaldecurso,nadamenosqueamanosdelhijo deunmiembrodel consejo.La animosidad siguepresente, tanto entre los elfos del bosque como

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entrelosaltoselfos.¿Meequivoco?—preguntó.—No,noosequivocáis—dijoSylva,quesepusoenpieycontemplóalosdemásjefesdeclan—.

AunquehehechotodoloqueestabaenmimanoparaaclararquetodoslosalumnosdeVocanscorríamoslosmismosriesgos.

—Esoescierto—dijoHarold,ylehizoungestoconlamanoparaquevolvieraaocuparsuasiento.Sylva entrecerró los ojos al ver que Zacharias y Alfric intercambiaban unamirada burlona, pero

volvióasentarse.Harolderaunexcelenteactor.—En cuanto a los enanos, los atentados de los Yunque han despertado el odio entre nuestros

respectivospueblos.Hederogadolasleyesdepoblaciónypropiedades,paratratardeaplacarlasirasdelosenanos,peronohaservidoparanada—prosiguióelrey.

—¿Ydequésirvepermitirnostenertierrassivuestrosnoblesnonoslasquierenvender?—preguntóconvoztemblorosaunodelosenanosancianos.

—Si las tierras son suyas, yo no puedo decirles a quién deben vendérselas o arrendárselas —respondió el rey—.Muchos nobles no se muestran precisamente partidarios de desprenderse de sustierras.Yyonosoyningúntirano,puedenactuarcomolesplazca.

—Ylas leyesdepoblación tampocosirvendeayudacuandolamayoríadenuestroshombresestánlejos, formándosepara el ejército—añadióUhtred—.Este añohannacidomenosenanosqueenañosanteriores.

Haroldsuspiróprofundamenteyluego,sinhacercasoaUhtred,pasóaotracuestión.—Loshumanostienensuspropiosmotivosparaodiaraloselfos,sobretododespuésdelacarísima

guerraalaquenoshanllevado.Silascosassiguenempeorando,estallaránluchasinternasentrenuestrossoldados.Enanos,hombresyelfosseatacaránunosaotros.Yesoseríaunacatástrofequenosllevaríaaperderlaguerra.¿Estáisdeacuerdoenquesetratadeunproblemagrave?

Todoslosqueestabansentadosalamesaasintieron.—Bien,mealegraqueporlomenosestemosdeacuerdoenalgo—dijoHarold,reclinándoseensu

asiento—.Losdosproblemassiguientesnoslosexplicarámejorotrapersona.LordForsyth,porfavor.Zachariassepusoenpieysevolvióhacialaentrada.—¡Queentreelmuchacho!—exclamó.Se oyó el chirrido de las armas al descruzarse y, en esemomento, un joven de pelo oscuro entró

tambaleándoseenlasala.Estabadelgadocomounpalo,hastaelpuntodequelaropalecolgabalaciacomo lasvelasdeunbarcoenundíasinviento.Tenía losojoshundidosy lapielcurtida,deun tonomarrónoscuro,comosisehubierapasadotodalavidatrabajandobajoelsol.

—Reciénhuidodeuncampoorcodeinternamiento—dijoZacharias,arrastrandoalmuchachohastaelresplandordelasantorchas—.Catorceañoscuandosealistó,quincecuandolocapturaronydieciséisahora. Ha sido su esclavo durante dos años: les llevaba leña, pescaba para ellos, construía susmonumentos,fabricabasusarmas...

Elmuchachoevitómiraraquienesloestabanobservandoyoptóporcontemplarselospies.—Comounduendecilloperounpocomásalto,¿verdad?—soltóZacharias,cosaquesobresaltóal

muchacho—.Vamos,habla.Elchicoabriólaboca,peroloúnicoquepudopronunciarfueunbalbuceosinsentido.Zachariasle

diounmamporroenelcogoteyelmuchachoseencogió.

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—Ypensarqueensudíaformabaspartede lasFuriasdeForsyth... ¡Malditocobarde!¡Hablao tearrancaréyolaspalabras!

Levantóunamanoenungestoamenazadoryelmuchachoempezóahablar.Lalenguase le trababaporlasprisas,perofinalmenteconsiguióhablar,aunquedeformaatropelladayconelacentomástoscoyvulgarqueFletcherhabíaoídojamás.

—Éramos como unos diez. Y nos dedicábamos a las tareas pesadas cuando los duendecillos nopodíanconellas.Otrosdieztiposyyo.Perohabíaotrapersona.Unamujer.Paramíqueeranoble.Ymásviejaquenosotros.Esquenolapudeverbien,¿saben?,porquelosorcosnonosdejabanacercarnosasujaula. Pero, por la ropa que llevaba... Bueno, era como un uniforme de oficial, ¿vale?, pero de otraépoca.Yporesomedijeyoqueteníaqueserdelossuyos.

Seoyeronmurmullosentrelosnoblesy,enesemomento,lamujernobledelpelorojosepusoenpieyhablóconvozsuaveymelodiosa.

—ElizabethCavendish.Tienequeserella.Elizabethysudemonio,unPeritio,seadentraronenlaslíneasenemigashacedoceaños.¿Locreesposible,Ophelia?

LadyFaversham,hastaaquelmomentosumidaensuspensamientos,levantólamirada.—Tienesrazón,Boudica.JamásvielcuerpodeElizabeth.FueelPeritioquienrecibióelimpactode

lajabalina.Podríaestarviva,aunqueseprecipitóalvacíodesdeunagranaltura.Ojaláhubierapodidocorrerensuayuda,peronosperseguíanvariosjinetesalomosdesusGuivernos.Talvezlacapturaran.Ylatorturaranparadescubrirnuestrossecretos.

—LamadredeRufus—susurróOthello.Fletcher recordóaunmuchachodeVocans,menudoydepelo castañoclaro,que seguía aTarquin

Forsythcomosifuerauncachorrilloperdido.Asumadre,damadelanobleza,selaconsiderabamuerta,mientrasquesupadreeraunplebeyo.

—Nopodemos tolerarquesigaenmanosde losorcos.Es indecorosoabandonarallíaunode losnuestros. Elizabeth era muy popular entre plebeyos y nobles, gracias a su matrimonio con un vulgarcriado—dijoOphelia Faversham, torciendo los labios en un gesto de desdén—.Sería bueno para lamoral,yparasusdoshijos,quelarescatáramos.

—Exacto—convinoHarold—.Biendicho,Ophelia.Unaelfinasepusoenpieenesemomento.Eracorpulenta,demandíbulapoderosaypelopeinadoen

finastrenzasque,casicomorastas,lecaíanaambosladosdelrostro.—Esadamanoblenoesasuntonuestro.Dejadesetemaparacuandosereúnavuestropropioconsejo.Hablabaconunmarcadoacento,perosuvozresultababastanteclara.—Porfavor,jefaCerva—leimploróHarold—.UnavictoriadeHominumesunavictoriadetodos.

¿Acasonoestamosjuntosenesto?Cerva,quenoparecíaafectada,ledevolviólamirada.—Noarriesgaremoslavidadeningúnelfoenunadescabelladamisiónderescate.Siesesoloque

nosestáispidiendo—selimitóaafirmar.—Teaseguroquenosetratadeeso.Porfavor,permitequeospresentemosnuestroplan,ysicuando

acabemosnoestáissatisfechos,trataremosdedisiparvuestrasdudas.Cervaocupódenuevosuasiento,perosiguióconlosbrazoscruzados.Harold,porsuparte,hizounapausahastaqueelsilenciosehuboadueñadodelasala.

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—Nuestrosiguienteproblemaes,quizá,elmássorprendente.Setratadealgonuevo.Algoquepodríasuponernuestramuerte,seamosonoaliados.LordRaleigh,¿osimportaríaretirarlatelaquecubreeserecipiente?

Fletcher tardóvariossegundosencomprenderqueHaroldseestabadirigiendoaél.LordRaleigh.¿Llegaría a acostumbrarse alguna vez?Contempló el objeto durante varios segundos y luego, al darsecuentadequenolequedabaotraopción,subióalamesa.

La madera crujió bajo sus pies, y uno de los elfos emitió un murmullo de desaprobación, peroFletchersedirigióhaciaaquellaespeciedecilindrocubiertoporunatela.Cogiólasábanaytiródeella.Mientraslohacíaoyóunaespeciedechapoteoprocedentedelinteriorcuandoelcilindrooscilósobresubase.Fletchernoteníaniideadeloqueesperabaencontrar,perolosgritosdehorrordelospresentesnofueronmásqueelecodelossuyos.

Enelinteriorhabíaunacriatura.

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16

Flotaba,suspendidaenunlíquidoverdosoqueoscilabahaciaunoyotrolado.Lahabíansumergidoenaquel líquido para que no se pudriera. En el centro de su escuálido pecho, se apreciaba un orificioirregular.

—¿Quéeseso?—preguntóCerva,enuntonoamediocaminoentreelhorrorylacuriosidad—.¿Unaespeciededemonio?

—No —dijo Harold con expresión grave—. No es un demonio. Es una aberración, unamonstruosidad.Unaextrañamezcladeorcoyduendecillocreadamedianteoscurasartesqueescapananuestroconocimiento.

Fletcher observó la criatura atentamente. Se parecía en algunos aspectos a un duendecillo, puesposeía lasmismasorejasgachas,de forma triangular, lanarizalargaday losojos saltones.Losdedoseran largosy finos, tambiéncomo losdeunduendecillo,yposeíauna joroba similara ladeaquellosseres, aunque algo menos pronunciada. Hasta llevaba un taparrabos como los que solían usar losduendecillos.

Sin embargo, era demasiado grande. Su estatura estaba entre la de un enano y la de un humano.Poseía,además,unabocallenadedientesamarillosyafilados.Delamandíbulainferiorlesobresalíandos gruesos caninos que hicieron pensar a Fletcher en los colmillos de un orco joven. Eramás biendelgado,perolosmúsculospresentesensusextremidadeshacíanpensarenunacriaturaágilenlalucha.La piel del cadáver, gris como la de los orcos y los duendecillos, se había arrugado ligeramente encontactoconellíquido.

—Los llamamos trasgos y los están criando a mil... —empezó a decir el rey, pero Uhtred lointerrumpió.

—¿Miles?—gritóelenano—.Siyacasinopodemosconteneralosorcos.¡Lasuperioridadnuméricaeranuestramayorventaja!

—¿Qué armas utilizan esos trasgos?—preguntó Sylvamientras subía también ella a lamesa paraexaminarmásdecercaalacriatura.

—Porloquesabemoshastaahora,lasmismasquelosorcos—dijoelreyHaroldentonograve—.Garrotesconremachesdecristalvolcánico, jabalinas,escudosdecuerosincurtir, lanzasconpuntadepiedrayesascosas.TalycomohadichoUhtred,loquenospreocupaessunúmero.Aunquecontemosconlastropasdelosenanosydeloselfos,esposiblequeyanossuperenennúmero.

—¿Cómoloshabéisdescubierto?—preguntóFletcher,ruborizándose.ElreyHarold,sinembargo,seapresuróaresponder.—Porelchico.¿Cómotellamas,chico?—preguntóHarold,chasqueandolosdedos.AFletcherlesobresaltólabrusquedaddelrey,peroentoncesrecordóqueseguíaactuando.

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—Mason,señor—murmuróelmuchacho.—Masontrajoelcuerpo.Capturóaunodeesosseresdespuésdehuir.Eresunchicolisto,¿verdad,

Mason?—Sivoslodecís,majestad—respondióelmuchacho,einclinólacabezaenungestoderespeto.—Masonnoshacontadoqueloshavistosalirdehuevos,nadamenos,enlascavernasquelosorcos

tienen en la jungla. Ese que veis es un adulto, uno de los primeros ejemplares. Asexuado bajo esetaparrabos.

—¿Cuántosdeesosprimerosejemplaresexisten?—preguntóUhtred,dirigiéndoseaMason.—Puesmetendráqueperdonar,señor,peronosabríadecirlo.Paramíqueunospocoscentenares—

dijoelmuchacho,traspensarlounosinstantes—.Seescondenbajotierra,paraocuparsedeloshuevosyeso.Ydebende incubar loshuevosmucho tiempo,porque los trasgos salenyaadultos.Nohevistoaningúnbebécorreteandoporahí,laverdad.Algunosdeesoshuevosdebendetenercientosdeaños,porlomenos,envistadelpolvoylaporqueríaqueacumulan.Cuandoestanidadasalgadelcascarón,puedequepasealgúntiempohastalasiguiente.

—Bueno,algoesalgo—dijoUhtred.—Desdeluego—asintióelrey,congestograve—.Loquemellevaalsiguientepuntodelareunión.

Hayquedestruiresoshuevos.DebemosrescataraladyCavendish.Nuestrospueblosdebenunirseparareforzarlamoral.Lapreguntaes:¿cómo?

—Dejandoaunladoelproblemadelamoral,nopodemosplanearunataquetotalalosorcos—dijoCervamientrasSylvabajabadelamesa.

Fletcher siguió su ejemplo, contento de poder alejarse de aquel cadáver en conserva. Cerva noesperóaqueFletcherhubieraregresadoasuasientoantesdeseguirhablando.

—Paraquevuestrossoldadospuedanemplearlosmosquetes,necesitáisunterrenoabierto.Losorcosestaríanluchandoensupropioterreno.Seríaunamasacre.

—Estoydeacuerdo—afirmóunode losgenerales—.LadyFaversham,¿podríanplanearunataquesushechicerosvoladores?

Opheliasevolvióhaciaelgeneralylededicóunamiradahiriente.—Masonnoshacontadoquelomanteníanocultoenlaespesuradelaselva.Quesiconsiguióhuirfue

sóloporque loarrastróun río,yqueutilizóelcadáverdel trasgoparamantenersea flote.¿Noesasí,muchacho?—dijo, aunque apenas esperó a queMason asintiera para seguir hablando—. Si hay queadentrarsetantoenlajungla,lomásprobableesquedescubranalasFuerzasCelestialesinclusoantesdequeestemosamitaddecamino,demodoquelosbrujosenviaríanasusGuivernosparainterceptarnos.Suejércitoaéreoesmáspoderosoqueelnuestro,aunquenosotrosseamosmásrápidos.Pormuchoqueconsiguiéramosalcanzarelobjetivo,sólopodríamosaterrizarduranteunosminutosyluegotendríamosque huir volando antes de que los brujos movilizaran a sus Guivernos para darnos caza. Nodispondríamosdetiemposuficienteparabuscarlascavernas,destruirvariosmilesdehuevosdetrasgoyliberaraunaprisionera,especialmenteconlamitaddelosorcosalertadosyadenuestrapresencia.

Al oírla hablar de losGuivernos y de sus jinetes, Fletcher recordó una de las largas y aburridasclases de demonología con el comandanteGoodwin, en la que por primera vez había oído hablar deaquellos demonios.Eran criaturas enormesy cubiertas de escamas, provistas de dos poderosas patas,alas de murciélago, larga cola con púas y cabeza de reptil con cuernos. De nivel quince, estaban

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consideradoslosdemoniosmáspoderososdelarsenaldelosorcos,locualeraunaexcepciónrespectoalacreenciadeque losdemoniosde losbrujosorcoseranmásdébilesque losdemoniosdeHominum.Sólo existían alrededor de una docena, pero contra aquellas temibles bestias nada podían hacer losdemoniosdeHominum,comoAlicornios,Hipogrifos,PeritiosyGrifos.

ElreyAlfrichablóporprimeravez.Fletchersearmódevalorytratódenofulminarconlamiradaalhombrequehabíaqueridomatarlo.

—Miqueridaprimatienerazón—dijo,señalandoaOpheliaconlabarbilla—.SiperdiéramosalasFuerzasCelestiales,nosquedaríamossinnuestraúnicadefensaaérea.Entonces, losGuivernospodríancamparasusanchasyatacarHominumcuandolesvinieraengana,yaquenopodríamoshostigarlos.

—Entonces,esaopciónquedadescartada—dijoHarold,aunquesutonodevozdabaaentenderqueya lo había previsto—. Pero creo que tengo una solución: es un plan arriesgado, y debemos estar deacuerdodeformaunánime:propongoqueenviemosacuatroequiposdehechicerosgraduadosenVocansparaqueseadentrenenlaslíneasenemigas,rescatenaladyCavendishydestruyanloshuevosdetrasgo.Comomagosdebatalla,disponenderecursosparadefenderseeficazmente.Además,elhechodeactuarenpequeñosgruposlespermitirámoverseporlajunglasinquelosdetecten.Nopodemosponerenriesgoanuestrosoficiales:lossoldadoslosnecesitanenelfrente.

Haroldhizounapausaparaobservarlareaccióndelosmiembrosdelconsejo,peroenestaocasiónel silencio lo había motivado la sorpresa y no el desinterés. Fletcher pensó a toda velocidad paraanalizarelplan.Podíafuncionar,sí,peroeramuymuypeligroso.

Tenía una ligera idea de a quién iban a enviar a esa fatídicamisión y, al recibir una patadita deOthellopordebajodelamesa,supoquenoeraelúnico.CruzóunamiradaconSylva,queestabaalotrolado de la sala. La elfina le devolvió una expresión impasible, pero Fletcher se fijó en que tenía lasmandíbulasapretadas.

—Cada equipo tendrá un líder —prosiguió Harold con aire despreocupado—. Y cuando hayancompletadosumisiónyhayanabandonadolascavernas,lasFuerzasCelestialeslossacarándeallí.

Sehizodenuevoelsilencio.EldiscursoqueHaroldhabíaensayadotancuidadosamentenoestabaprovocandoelefectodeseado.

—Peroesonoes todo—dijoelrey—.Podemosunira las tresrazasconunobjetivocomún.LordForsyth,porfavor.

Zachariassepusoenpieysacóunobjetoquellevabaenelbolsillo.Loacercóalatemblorosaluzdeuna antorcha para que todos pudieran verlo. Se trataba de un cristal de color violeta, perfectamentepulidoytalladoenformadegemaplanayredonda.

—Cristal de corindón. Con él se hacen las piedras de cristal, los realizómetros y las piedrasrecargables.Hastahaceunas semanas, eraunode los elementosmáscarosydifícilesdeencontrar enHominum.Peroyanoesasí.

Zachariasarrojóelcristalhaciaelotroladodelamesa,comosinotuvieraningúnvalor.—El Triunvirato —prosiguió— ha invertido en actividades mineras para aumentar las limitadas

reservasqueHominumtienedeazufre,elingredienteprincipaldelapólvora.Peroenlugardeazufre,loquehemosencontradoesunenormedepósitodecorindón.Suficientepara llenardepiedrasdecristaltodoslosbarracones,tabernasyayuntamientosdelpaís...,yaúnsobraría.

Si lo que esperaba era una reacción de los asistentes al consejo, sin duda debió de llevarse una

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decepción,puessólolededicaronmiradasinexpresivas.—Felicidades—dijoSylvaenuntonodeligerosarcasmo.—¿Entendéisloqueesosignifica?—intervinoOphelia,perplejaantelafaltadeinterés—.Todoslos

habitantes de Hominum podrán utilizar las piedras de cristal para ver lo que está sucediendo en losfrentes.Podríaserunaauténticainyeccióndemoral.

—Sí, pero desde la perspectiva de un único demonio por cada cristal—apuntó Othello—. Y nopodríanescucharniunasolapalabra.Esosólopuedehacerloeldueñodeldemonio.

—Peroveríana las tropasdeelfos,enanosyhumanosluchandocodoconcodo—dijoUhtred,queempezabaaentusiasmarseconlaidea.

—Eso sólo ayudaría a la larga—objetóCerva—.Las tropas de elfos y de enanos llegarán a losfrentesenlaspróximassemanas.Tenemosqueacabarconlastensionesracialesantesdequelleguen.Sino loconseguimos, estallarán luchas internasentrenuestros soldados,noolvidéis loqueosdigo.Unapeleadetabernapodríacomplicarsetantoqueacabaraconvirtiéndoseenunaguerraentrelasrazas.

—Bueno, ésa es la segunda parte demi plan—dijoHarold, que se puso en pie de un salto y sedirigióatodalamesa—.Lamisióndebellevarseacaboantesdequelleguenesastropas,paraquepuedatransmitirseahumanos,elfosyenanosatravésdelaspiedrasdecristalquelordForsyth,aquípresente,cedegenerosamente.Ylomásimportantedetodo,sicontamosconenanosyelfosgraduadosenVocans,nuestrospuebloscomprenderánqueestamosunidosenestoyquelosverdaderosenemigossonlosorcos.

Haroldhizounanuevapausaparapermitirquelospresentesasimilaransuspalabras.Fletcherconsideróelplan.Eramuyarriesgadoypodíahacermásmalquebien.Noexistíagarantía

algunadeque las distintas razas llegaran a entendersedurante lamisión, pensómientras recordaba larivalidadquehabíapresenciadoenVocans.Unsimpledescuidoyestallaríandisturbiosenlascalles.

—Nuestrastresrazassonramasdelmismoárbol—dijoHarold,contemplandoconseriedadatodoslosqueestabansentadosalamesa—.Éstepodríaserelprincipiodeunanuevaeraenlaquehumanos,enanos y elfos convivan en paz, unos junto a otros. Nunca hasta ahora se nos ha presentado unaoportunidadasí.¡Aprovechémoslajuntos!

—Tengounapregunta—dijoSylvalevantandounamano—.¿Quiénessonesosgraduadosdelosquehabláis?Elúnicohechicerodeloselfos...soyyo.

—Sí, bueno..., ése es en parte el motivo por el que os he reunido aquí—carraspeó Harold. Suvalentíaseviorápidamentesustituidaporunarepentinaincomodidad,locualpermitióvermásalládesumáscaradurante apenasunminuto—.LadiversificacióndeVocans está aún en sus inicios.Tú eres laúnicaelfinagraduadayOthelloeselúnicoenanograduado.

—Entiendo—respondióSylvaconairepensativo,mientrasanalizabalaspalabrasdeHarold.—OsnecesitamostantoaOthellocomoatienestamisión—prosiguióelrey—.LordRaleighesotro

deloscandidatos;susraícesplebeyasysulinajenobleconquistaránalasgentesdeHominum.Ytambiénseríalojusto,claro:unmiembrodecadaunodenuestrosconsejos.Tambiénhemospensadoenbuscaraunvoluntariodeprimercursoparacadaequipo.Tenemos la esperanzadequeAtillayCress, losdosenanosdeprimercurso,quieranunirse.

Unpesadosilencioseadueñódelasala.Losenanossereunieronparadeliberarensusurrossobrelapropuesta.Variosdeellosasintieron.Desdeelotroladodelamesa,FletcheroyólosairadosmurmullosdeCerva.

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—Silamisiónfracasa,harámásmalquebien—gruñó,yagarróaSylvaporelantebrazo—.Yaesunamisiónbastantepeligrosa...Tupadrenuncanosloperdonaríasisuúnicahijamuriera.

FletchersefijóenHarold.Teníalassienesperladasdesudorylosdoradosrizospegadosalafrenteacausadelahumedad.LelanzóunabrevemiradaaFletcheryasintiócasiimperceptiblemente.

Habíallegadoelmomentodeponerseenpieyhablar,pero¿eralajugadaadecuada?LoúnicoquesabíaFletchereraquelaalianzaseestabadesmoronandoyqueelodioentrelasrazasestabayacasialrojovivo.Tardeo temprano,entraríaenunadescontroladaespiral.Unataquemásde losYunque,unadisputa más que acabara a puñetazos, incluso un comentario de tintes racistas... Cualquiera de esosmotivospodíahacerquetodoestallara.Enalgunasocasiones,sinembargo,elmayorriesgoconsistíaenquedarsedebrazoscruzados.

—Yoloharé—dijounavoz,interrumpiendoelmurmullodelasdeliberaciones.Fletchertardóunossegundosendarsecuentadequeeraélquienhabíahablado.Tragósalivacuando

todaslasmiradassevolvierondenuevohaciaél.—Notengomiedo—prosiguió.Sepusoenpieyapoyósobrelamesalosnudillosdeambasmanos

—.Hominumnorehúyelabatalla.En realidad, sí teníamiedo, pero nadamás pronunciar aquellas palabras supo que había dicho lo

correcto.Cervatorcióelgesto,molestaanteaquellaacusaciónvelada.—Loselfos tampoco tienenmiedo—dijoalzando labarbilla—.Deentre losnuestros,Sylvaes la

mejor.Nopuedohablarporella,perolosclanesapoyaránsudecisión.Sylva se puso en pie para hacer frente a Fletcher y observó al muchacho con una mirada fría y

calculadora,comosiquisieradaraentenderquenoibaabasarsudecisiónenlaamistadquelosuníaaambos.Fletcherlesostuvolamirada,tratandodetransmitirleunaconfianzaqueenrealidadnosentía.

—Losenanosnoteabandonarán—dijoalguienenesemomento.Fletchersuspiró,aliviado,alescucharelrugidodeOthellojuntoaél.—Si el pueblo de Hominum quiere ver a un enano enfrentándose a los orcos, yo le daré esa

satisfacción.Uhtredletiródelamangaasuhijo,peroerademasiadotarde,eljovenyahabíadicholoquetenía

quedecir.OthellolehizoungestodeasentimientoaFletcheryésteleapretólamuñecaparamostrarlesuagradecimiento.

—Deacuerdo—dijounodelosenanosdebarbablanca,trasintercambiarunarápidamiradaconlosdemásancianos.

SylvanoparecíaconmovidayfuedesviandolamiradadeZachariasForsythaOpheliaFavershamy,porúltimo,alancianoreyAlfric.Fletchersintióarraigarladudaenelcorazón.¿Dequiéneraenrealidadaquelplan?Algonoencajaba.¿PorquéibalordForsytharegalaraquellosvaliososcristalescuandoenrealidad loúnicoque le interesabaeraeldinero?No leconveníaque las razasseunieran: losenanoseran sus principales competidores en la industria de las armas,mientras que una guerra con los elfossignificabaparaélunademandaconstantedearmasenelfrentedelnorte.

Ylomásextrañodetodo:OpheliaparecíaapoyarladecisiónapesardeestartaninvolucradacomoZachariasenlaindustriadelasarmas.TalvezhubierancomprendidoporfinlopeligrosaqueseríaparalaestabilidaddeHominumunaguerraentrerazas.

MientrasFletcherseguíapensandoenelextrañocomportamientodelosnobles,Sylvaalfinhabló:

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—Adelante,pues.

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17

—Nopiensohacerlo—dijoFletchercuando lacapitanaLovett se inclinódesdesusillay loobligóamontartrasella.

—Demasiado tarde—respondió Lovett riendo. Le cogió lasmanos a Fletcher y se las colocó entornoalacintura.

Habíapasadoundíayseencontrabanenunaancharamadeárbol.Lysanderarañabaconlasgarraslacorteza,listoparaemprenderelvuelo.Hastaentonces,aFletchernolehabíapreocupadomuchoestarenlo altode los árbolesdel bosque, pero ahoraque sabíaque iba avolar por encimade ellos, tenía lasensacióndequeelsueloestabamuylejos.

Losotros jinetes,Arcturus incluido,yaestabanallí abajo, listosparael largoviajepor airehastaVocans,dondeesperabanasistiral torneo.VioaSylvaentre losdemás, laúnicaelfinaenunamultitudformadaporhumanosyancianosenanos.Leinquietabaunpocoloquehabíaocurridoentreellosdurantela reunión del consejo, pero desde entonces no habían hablado. Nada más terminar la reunión, unatribuladosirvienteelfohabíaacompañadoaFletcherasuhabitaciónyallíhabíapermanecidohastaqueLovettlohabíadespertadoporlamañana,trasunanochedesueñoagitado.

Sylva siempre antepondría su pueblo a la amistad que la unía a Fletcher. Sin proponérselo, elmuchacho evocó el recuerdo del intento de alianza de Sylva con los gemelos Forsyth, enVocans.Nopodíaculparlaporactuarasí,peroalrecordarlasprioridadesdeSylvaenlareunióndelconsejo,notóunaopresiónenelpecho.

—¿EstásseguradequenoteimportallevarmeantesaPelt?—preguntóFletcher,tratandodenomirarhaciaabajo.

—Claro.Entretúyyo,noesquemeapetezcapasartiempoconlasFuerzasCelestiales,aunquesigaformandopartedeellas—dijoLovett,hablándolebienaltoparaquelopudieraescuchar—.PoresomeofrecívoluntariaparadarclasesenVocans.OpheliaFavershames lacabomásdesagradablea laquejamásheservido...,aunqueellaprefiereque la llamen lady,puesdicequeese rangosuenademasiadomasculino.YomesigollamandocapitanaLovett,asíque...¡ojoconloquedices!

—Yotambiénsoycapitán,¿sabes?—gruñóFletcher,tratandodeconcentrarseenlaespaldadeLovett—.Alfinyalcabo,ganéeltorneo.

—¡Yanomeacordaba!—Lovettseechóareír.Fletchersonrió,pueshastaentoncesjamáslahabíavistoreír.Suvoz,porlogeneralfirmeyresuelta,

habíaadoptadountonocálidoysugerente.—Creoque...PeroFletchernollegóadecirloquepensaba,puesLysanderdespegóenesemomentodelaramay,

alrededordeFletcher,elmundoseconvirtióenunaborrosamanchaverdeymarrón.

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ElGrifoemprendióelvuelo,esquivandolasramas,yFletchertuvolasensacióndequeelestómagoselesubíaalagargantayluegodabaunavoltereta.Lovettchillóconunaalegríadesenfrenada,animandoaLysanderairaúnmásrápido.

Trasbatirunascuantasvecesmáslaspoderosasalas,elGrifoatravesóelfollajeenlapartemásaltade los árboles. Las gruesas hojas amarillentas les golpearon suavemente el rostro. Finalmente,emergieronalairedelamaneceryFletchernotóenlapiellostenues,peroyacálidos,rayosdelsol.

A lo lejosdespuntaban lasmontañasDientesdeOso, cuyospicos recortados se elevabanhacia elcielocomosifueranloscolmillosquelesdabannombre.Apesardelvertiginosoascenso,Fletchersesintióinvadidoporunarepentinacalma.Uninmensomarverdeseextendíabajoellos:lascopasdelosárboles se mecían al viento, acompañadas por el delicado quejido de las ramas al moverse. Era unpaisajehermoso.

—Nuncamecansodevolar—exclamóLovett,queleacariciabaelcuelloaLysander—.¿Quétalporahídetrás?

Fletchercontemplóelpaisaje.NisiquieracuandoseasomabaalaventanadesuhabitacióndeVocansestabatanalto.Tampocopodíadecirsequehubieravistomuchomundo.

—Yotampocomecansaríajamás—dijoFletcher,reclinándoseenlasillademontar.Elmiedohabíadesaparecidoyen su lugarnotóuna repentinanecesidaddemoverse, saltar, sentir

todoloquepudiera.Estabavivo,eralibrey,porfin,podíaserélmismo.QuisoinvocaraIgnatius,paracompartiraquelmomentoconél,peroerapeligroso.Apenasquedaba

sitioenlasillademontar.Sinembargo,habíaalguienconquiensípodíacompartiraquelprimervuelo,demodoqueFletcheralzóunamanoenelaire.Notóunabrevepunzadadedolorcuandoelpentáculosevolvióvioletay,alinstante,Athenacobróvidaconunronroneodesatisfacción.ElGrifuelorevoloteóentornoaLovettyaFletchercomounaexhalaciónblancaymarrón.CuandoLysandervolviólacabezaparaveralareciénllegada,Athenarecobrólacompostura,seacomodóenelhombrodesuamoyloobservócon una mirada serena. Fletcher extendió una mano para acariciarla y notó la punzada de celos deIgnatius.Aquelsentimientodesapareciótanrápidocomohabíaaparecido,peroFletcherbajólamano.

—RecuerdomuybienaAthena—dijoLovett,enuntonoderepentetriste—.YocoincidíenVocanscon tus padres, Fletcher. Eran mayores que yo, claro, y tienes que saber que eran buenas personas.EdmundyAlicesiemprefueronmuyamablesconmigoyseasegurarondequeestuvierabienatendida,pues en aquella época yo era la alumnamás joven de la academia.YArcturus hizo lomismo, desdeluego.

—¿Arcturusconocióamispadres?—preguntóFletcher.—Sí.Fue el primer plebeyoque estudió enVocans.Edmund,Alice y yo fuimos los únicos que lo

aceptamossinreservas.—Talvezsehayallevadounadecepciónalsaberquenosomoshermanastros—dijoFletcher,cuyo

estadodeánimotambiénhabíadecaído.Siemprehabía sabidoquepodía confiar enArcturusparaque lodefendiera, comoharía cualquier

hermanomayor.Pero,ahoraqueArcturussabíalaverdad...,¿seguiríapreocupándoseporél?—Creoqueaún tequieremásprecisamenteporello—dijoLovettpara tranquilizarlo,mientras se

volvíaligeramenteparaobservarlo—.Tuspadresmurieronsólodosañosdespuésdequeélsegraduara,yleafectómuchísimo.Lacicatrizdelacaraselahizomientrasbuscabaalosorcosquehabíanmatadoa

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losRaleigh.—Nolosabía—dijoFletcher,quesecontemplabalasmanos.Notóuncariñosopellizcoenlaoreja.EraAthena,quetratabadeanimarloyleacariciabalanuca.

FletchernotóelcosquilleodelasplumasysesintiómejoralsaberqueAthenatalvezlehubierahecholomismoasupadre,muchosañosatrás.ElGrifueloeraelúnicovínculoqueteníaconsupasado.

Redoblósudeterminaciónydecidióocuparsedelatareamásurgente.Sinduda,sirCaulderyBerdonsealegraríandesaberqueestababien.

—LlévanosaPelt,capitana—dijoFletcher,sujetándoseconfuerzaalasillayseñalandoelpicomásaltodelasmontañasDientesdeOso—.VeamoslorápidoquepuedevolaresteGrifo.

Mientras descendían lentamente, en espiral, Fletcher se sorprendió al ver los nuevos edificios que sehabían construido a las puertas de Pelt. Cientos de precarias cabañas salpicaban el paisaje comoguijarros,construidasconbarro,pajayramassueltas.Enelcentroseabríaunaespeciedeclaro,dondesehabíareunidounalegióndehombresymujeres.FletcherviolaimponentefiguradeBerdonalacabezadelamultitud,acompañadoporsirCaulder.Frenteaellos,divisóunahileradeguardiasdelejércitodeDidric,cuyosuniformesnegrosyamarillosdestacabancontraelfangososuelo.

—¡Aterrizaahí!—gritóFletcher,señalandoconeldedounespacioentrelosdosgrupos.Mientrasseacercabanalamultitud,Fletcheroyógritosairados.Viohorcas,ladrillosypalasenalto.

Estabaapuntodeempezarunabatallacampal,yelloshabíanllegadojustoatiempo.Lysander aterrizóenmitaddeuna lluviadebarroy salpicóa losguardiasqueestabanmáscerca.

FletchersaltóalsueloyLovettemprendiódenuevoelvuelo.Sededicóatrazarcírculosenloalto,conunamiradaseveraquedejababienclarodequéparteestaba.Athenalasiguió,listaparadescenderenpicadoalaprimeraseñaldeproblemas.

—LordRaleigh—gritóunodelosguardias—.Lesugiero,conelmayorrespeto,quesemantengaalmargen.EstamosaquíporordendelordCavell.Estosocupantesilegalesdebenabandonardeinmediatoestastierras.

FletcherloignoróysedirigióhaciaBerdonyhaciasirCaulder.AlzólapalmadelamanoeIgnatiussematerializó de inmediato junto a él. El demonio escupió una llamarada de advertencia cuando losguardias,nerviosos,empuñaronsusmosquetes.

—¿Qué ocurre aquí? —preguntó mientras pensaba en lo mucho que le habría gustado tener sukhopeshenaquellosmomentos.

—Intentanecharnos—dijoBerdon—,peroésteesnuestroasentamiento...—Ynopensamosmarcharnos—afirmóunamujerentre lamultitud—.Nonosdejaréisotravezsin

hogar.Losqueestabancercadelamujerempezaronagritarparamostrarlesuapoyo,ylamultitudselanzó

haciadelantehastadetenerseapocospasosdeBerdon.Fletcherreconocióalamujerquehabíahablado:eraJanet,laartesanadelcueroquelehabíaconfeccionadolachaqueta.

—Lamayoría de los habitantes de Pelt viven en este asentamiento desde que el padre deDidricexigióel cobrode lasdeudasparaconstruir lacárcel—leexplicóBerdonaFletchermientrasambosseguíanobservandoalamultitud—.PerocuandoaDidriclonombraronnoble,leconcedieronlastierras

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enlasqueconstruimosnuestroasentamientoy,desdeentonces,sehapropuestoexpulsarnos.—Noteníaniidea—murmuróFletcher,asqueadoynegandoconlacabeza.—Lacosanoacabarábien—gruñósirCaulder,quedesenfundabasuespadayempujabaconellaa

unodelosfuriososaldeanos—.Losguardiasempezaránadispararencualquiermomento.Berdondicequeeslaprimeravezquehanvenidoconlosmosquetes.

—Sí,hijo.Creoqueestoesunavenganzapor tuvictoriaenlos tribunales—convinoBerdon,paraluegoecharunvistazohaciaatrás—.Nopodrécontenerlosdurantemuchomástiempo.

Fletchermiróa los soldados,queestabancadavezmáscerca.Él tenía laculpade todoaquelloydebíaarreglarlo,pero¿cómo?

Los hogares que veía a su alrededor no eran más que inmundas casuchas, pues los arruinadosaldeanos no podían permitirsemateriales de construcciónmás resistentes.No había pozo de agua, niempalizadaquemantuvieraalejadosalobosyaladrones.Lospropiosaldeanosvestíanharaposyteníanelrostrocubiertodemugre.HastaBerdonibapobrementevestido.Fletchersefijóenquetambiénhabíaperdidopeso:sianteseracorpulento,ahorasucuerposehabíavueltoenjutoynervudo.

A eso los había reducido Didric: quienes antes eran orgullosos cazadores y artesanos, ahora sehabíanconvertidoenvagabundosquevivíanenunapocilga.YDidric sehabíapropuestoarrebatarlestambiénloúnicoquelesquedaba:untechosobresuscabezas.

—Pagará por esto—susurróFletcher, justo en elmomento en que una piedra trazaba un arco porencimadesucabeza.

La piedra aterrizó a pocos metros de los guardias, quienes de repente alzaron los mosquetes ycolocaroneldedoenelgatillo.

—No puedenmatarnos a todos, compañeros—animó de nuevo Janet—. ¡Nuestros hogares son loúnicoquenosqueda!

—¡Novalelapenamorirporesto!—gritóFletcher.Lasvocesdelamultitudseconvirtieronenmurmulloscuandotodoelmundosevolvióparamirara

Fletcher.—Notenemosnadamás—respondióJanet,torciendoloslabios,ydespuésescupióalsueloconun

gesto de desdén—. Sin estos «hogares» nos veremos obligados a mendigar comida en las calles deBoreas, eso si los pinkertones no nos expulsan antes de la ciudad. Lamitad de los que estamos aquímoriremoscongeladosantesdequeacabeelaño.

Laspalabrasde lamujer impactaronprofundamente aFletcher.Eramuy fácil dar por sentadoquepodían reconstruir susvidas,encontrarempleoenotraparte.Sinembargo,Fletchernohabíaolvidadoaúnaquellafatídicanoche,hacíayadosaños,enqueélmismosehabíavistoobligadoaabandonarPelt.Nohabíaolvidadoelmiedonilasdudas.Yélteníadinero,ropayarmas.Aquellagente,encambio,noteníanada.Deseópoderayudarlos,peronosabíaquépodíaofrecerles.

—¿Setehacomidolalenguaelgato,«lord»Raleigh?—semofóJanet—.Sí,asíes,ahoratodoelmundoconocetusorígenes.Bajaunpocoesoshumosyhazteaunlado.Aquínosquedamos.Notenemosotrositioadondeir.

Perosíquelotenían.Fletchercayóderepenteenlacuentayfuecomosiunrayodesolsehubieraabiertopasoentre lasnubes.Tendríanque trabajarduroyélnoestaríaallíparaayudarlos.Perose lodebíaaaquellagente.SelodebíaaBerdon.

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—¡Esperad!¡Síquehayunlugaralquepodéisir!—gritóFletcher.Ignatiusgruñócuandolosguardiasdieronunpasoalfrente—.¡Raleighshire!Podéisestablecerosallí.

Sehizoelsilencio,interrumpidoúnicamenteporeltintineometálicodelosuniformesdelosguardias.—Hayaldeasabandonadas.Tierrasenlasquecazar,ríosenlosquepescar.Esunlugarcálido,enla

fronteradelajungla.Podéisreconstruirlo.Empezardenuevo.Fletcherhablabadeprisa, pues Ignatiusgruñódenuevopara advertirlodeque losguardiashabían

dadootropasoalfrente.—¿Creesqueestaríamosmássegurosallí,cercadelajungla?¿Expuestosalosorcosqueasaltarían

lafronteradíatrasdíaparamatarnos?Prefierocorrerelriesgoaquíyahora—dijoJanetentredientes.—Todosmeconocéis—dijoFletcherdirigiéndosealamultitud—.Seréelseñorfeudaldelastierras

enlasqueviviréisyosjuroqueharétodoloqueestéenmimanoparaprotegerosymantenerosasalvocuandoregreseallí.

Ignatiusletrepóporunapiernayselesubióaloshombros.FletchercogiódelbrazoaBerdonyasirCaulder.Habíallegadoelmomentodecambiardetáctica.

—Podéismoriraquí,comounosestúpidoscabezotas—dijoelmuchacho,acercándosealamultitud—.Opodéisseguirnoshaciaunanuevavida.Ladecisiónesvuestra.

Fletcherseabriópasoentrelamultitudysealejódelossoldados.Notólasmiradasdelosaldeanosalpasarentreellosyrezóparaquenadievieraelruborrojizo,causadoporelmiedo,queleardíaenlanuca.¿Habríafuncionadosutáctica?

Berdonhablóentonces,consuvozgravedebarítono,mientrasemergíandeentreelgentío.—Losquequeráisacompañarnos,recogedvuestrascosasyesperadmealaspuertasdelcampamento.

Cogedsóloloquepodáisllevar,pueselcaminoeslargo.Alosdemás,nosvemosenlaotravida.Fletcher,BerdonysirCauldersiguieroncaminando,sinvolverlavistaatrás.Oyeronentonces,asu

espalda,elchapoteodepasossobreelbarro,peroFletchernosabríadecirsieranmuchosopocos.—¿Cuántos nos siguen?—susurró sirCaulder, torciendo los labios y jadeando por el esfuerzo de

caminarporelbarroconsupatadepalo.—Niidea—respondióBerdon,tambiénensusurros—.Nomiréis.Dadlesunosminutos.Siguieroncaminandohastadejaratráslaúltimadelascasuchasysedetuvieronjuntoalsenderode

montaña que partía desde la aldea. No oyeron ningún disparo, pero aun así siguieron mirando haciadelante,conlavistafijaenloslejanosvalles.Elsolaúnestabasaliendo,alolejos,yteñíadeunaluzdoradalascopasdelosárboles.

—Siteparecebien,megustaríairmeconBerdon,volveraRaleighshire—dijosirCaulderconvozapagada,apenasunsusurro—.Aquélesmihogar,ydespuésdetodoloquecontéduranteeljuicio,creoqueenVocansnoestaríamuyseguro.

—Porsupuestoqueesustedbienvenido.Nohetenidolaocasióndedarlelasgracias,séquecorrióustedungranriesgoalcontaresahistoria—ledijoFletcherasirCaulder.

—No tepreocupesporeso,muchacho.Eramideber.Mealegrahaberpodidosalvarte,pormuchoquenopudierasalvaratuspadreshaceyatantosaños.¿Podrásperdonarme?

LetemblólavozyFletcherrecordóque,sibieneraunvalienteguerrero,sirCauldereratambiénunancianoqueyaseaproximabaalfinaldesuvida.Seimaginóloterriblequeteníaquehabersidoparaélocultardurantetantotiemposusentimientodeculpa.

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—No hay nada que perdonar. El pasado es el pasado —dijo Fletcher—. Ahora tengo queconcentrarmeenlafamiliayenlosamigosquemequedan,incluidousted.

HizounapausaysevolvióhaciaBerdon,queestabacontemplandoelamaneceryrehuíalamiradadelmuchacho.

—Sabesquesiguessiendomipadre,¿verdad?Berdoncerrólosojosysonrió,comosilehubieranquitadounpesodeencima.—Tengo que hacer algunas cosasmuy pronto—prosiguió Fletcher, y pasó un brazo por la ancha

espaldadeBerdon—.Cosasquememantendránalejadodeti.Peroteprometoquevolveré.Buscaremosjuntosunanuevaaldea,lejosdelinmundolugarenquePeltsehaconvertido.

—Tetomolapalabra,hijo—dijoBerdon,yestrechóaFletcherhastaquelecrujieronlascostillas.Enesemomento,oyeronunincómodocarraspeotrasellos.Fletchermiróporencimadelaespaldade

Berdon y vio a unamultitud de personas allí de pie. Sus pertenencias estaban amontonadas en variascarretillasyunúnicocarro,bastantedestartalado.JanetseabriópasoentrelamultitudyelrostroseleoscurecióuninstantecuandolasombradeLysandersedeslizódelantedeella.

—Bueno,noshasconvencido.Y,ahora,déjatedesentimentalismosydinoscómollegarhastaallí.

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18

LosdemoniosdeFletcher se ignoraronmutuamentedurante el viaje por aire hastaVocans, a pesar deestar a escasos centímetros el uno del otro: Athena encaramada al hombro del muchacho e Ignatiusalrededor del cuello. No era que no se cayeran bien. Fletcher intuía que se trataba de una extrañasensacióndeincertidumbre,agravadaporlacompetitividad.

Elviajeresultótranquilo.Lovettyélnohablaronmucho,aunqueleshubieraresultadodifícilhacerlo,pues el viento se llevaba las pocas palabras que intentaban pronunciar. Fletcher trató de no pensardemasiadoen lossucesosde losúltimosdías,pues todo loocurrido loangustiabaprofundamentey lollenabadedudas.HastapensarenBerdonleresultabaamargo,pueselencuentroentreamboshabíasidomuybreveyladespedida,tandolorosacomolaprimeravez.

Así pues, se dedicó a contemplar el paisaje que sobrevolaban, que se extendía hasta el horizontecomounasuavecolchaderetalesamarillos,marronesyverdes,salpicadosporloshilosazulesygrisesdelosríosydelascarreterasqueserpenteabanentrelasllanuras.

YacasihabíaanochecidocuandoFletcherdivisóa lo lejos laoscura fachadadeVocans.Mientrassobrevolaban en círculos el edificio para aterrizar en el patio, se dio cuenta de lomucho que habíaechadodemenosaqueldecrépitocastillo.

—Serámejorquetedesprisasiquieresverelfinaldeltorneo—ledijoLovettcuandollegaronalsuelo,yloempujóhacialaspuertas—.TúveentrandomientrasyodesensilloaLysander.

—Gracias por traerme.Nosvemosdentro—ledijoFletcher—.Lamentonohaber sidounabuenacompañía.

Lovettchasqueólalenguaylosaludóconlamano.—Notepreocupes.Fletcher cruzó a todaprisa las puertas doblesy entró en el atrio, silencioso comouna tumba.Sus

pasosresonaronenaquelespaciovacío.Seleantojabaextrañoestardevuelta.Habíapasadounaño,elmáslargodesuvida,perotuvolasensacióndequeeraapenaseldíaanteriorcuandohabíarecorridoporúltimavezaquellospasillos.Enciertamanera,Vocans leparecíamássuhogarque lapropiaaldeadePelt.

Curiosamente, tener a Ignatius y a Athena encaramados a los hombros apenas le impedía correr,aunqueAthenaaprovechólaoportunidadparaextenderlasalasyrevolotearenelaire.Seelevóhacialoalto, en busca de posibles peligros,mientras Ignatius la observaba bostezando y luego se acomodabamejorenelcuellodeFletcher,comosiquisieradarleaentenderalotrodemonioqueestabaperdiendoeltiempo.

Fletcherno tardóendescender la escaleray llegar al corredorde las celdas.Oyóel rugidode lamultitud,queresonabaaintervalosentrelosfríosmurosdepiedra,mientrasseluchabaunabatallaporla

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supremacía en la arena del recinto.Amedida que se acercaba a la entrada, Fletcher comprendió quedebía de tratarse de la ronda final, pues las celdas estaban vacías, y eso significaba que todos loscontendientes—exceptolosdosqueestabanenesemomentoenlaarena—yahabíansidoeliminadosdeltorneo.

Losespectadores,concentradosenloqueestabaocurriendoasuspies,norepararonenlallegadadeFletcher. Nobles, generales y sirvientes sumaron sus gritos al coro de voces, pero Fletcher ya podíaahoradistinguirelnombrequecoreaban.

—¡Didric!¡Didric!En el sofocante calor de la arena, dos figuras se movían en círculo sobre la tierra, lanzando y

esquivando golpes mientras buscaban un punto en el que herir al adversario. No había demoniospresentes,pueslasnormasdelaúltimarondaestablecíanquelosdoscontendientesdebíanenfrentarseenunduelo,igualqueFletchersehabíaenfrentadoaMalikdurantelasegundarondadesupropiotorneo.

Didricibaarmadoconunlargoyfinoestoque,deempuñaduradecesta,másadecuadoparapracticarlaesgrimaqueparamatarorcos.Teníaelpelorubiopegadoalafrente,puesestabasudandoacausadelbochornosocalordelaarena,yloslabiosylabarbillacubiertosdesangrereseca,sindudalosrestosdeunahemorragianasaldetenidahacíamuypoco.

Didric torcióel rostrodeformeenuncruelgestodedicadoa suoponente.Enotros tiempos fueunmuchachoregordete,peroDidriclucíaahorauncuerpoesbeltoyfuerte,ysemovíahaciadelanteyhaciaatrásconlaagilidaddeunexperimentadoespadachín.

Elotrocombatienteerasindudaunenano,delargacabellerarojaqueondeabaenelairecuandolosdosadversariosesquivabangolpesycontraatacaban.Elenanollevabaenunamanounbrazaletedepúas,queutilizabaamododepuñodeaceroparagolpearyesquivar,yenlaotrateníaunahojaenformadecuña,conempuñaduradehuesotallado,queFletcheridentificócomounseax.

ElenanoretrocedióunospasosparaprotegersedelalluviadegolpesqueDidricestabadescargandoenesemomento,yluegoadelantóderepenteunpieparalanzarletierraalrostrodesuoponente.Didricgirósobresímismoyseapartófrotándose losojos.Elenanoaprovechóelmomentoparadesplazarsehaciaunespaciomásdespejado,pueslaluchaloshabíallevadoaamboshastalapareddelaarena.

Fletchersesorprendióentoncesalverleelmentóndesprovistodebarbaycomprendióqueelenanoeraenrealidadunaenana.TeníalosojostanverdescomoOthelloyunanarizchataypequeñasalpicadade pecas. No llevaba velo, como la mayoría de las enanas, pero Fletcher se dio cuenta de que elbrazaletedepúasquelucíaenlamanoeraenrealidaduntorq,elequivalentefemeninodeltomahawk.

—Aquí,Fletcher—gritóOthello.Fletcher lo vio unos cuantos escalonesmás abajo, saludando con lamano. Se abrió camino hasta

llegarjuntoaélysesentóasulado,sinapartarniuninstantelamiradadelosdoscontendientes.Didricvolvió a acercarse a la enana, escupiendo palabras entre dientes. Fletcher no pudo oír qué estabadiciendo,peropor la formaenque lamuchachaabrió losojos,dedujoquedebíadeseralgobastanteofensivo.

—¿Cómodijistequesellamaba?—preguntóFletchercuandolajovenesquivóotrogolpeconsutorqysegóconelseax laspiernasdeDidric,elcualsevioobligadoasaltar torpementeporencimade lahoja.

—Se llama Cress. Y ya tendría que haber ganado este combate. Didric no está preparado para

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enfrentarseaalguienqueluchacondosarmas.¿Lehasvistolanariz?Cresslohagolpeadoenlacaraconeltorq,peroRookhaconsideradoquenoeraungolpemortal.Típico.

Othello señaló al árbitro vestido de negro que estaba en un rincón. Fletcher vio en los ojos delhombreuncentelleoderabiacuandoCresslerasgóconelseaxelcuellodeluniformeaDidric.Graciasalconjurodelabarrera,elarmanollegóatocarlapiel.

—¡Vengaya!—espetóOthello, aunque su voz se perdió entre el griterío, pues en esemomento lamultitudabucheabaaDidricporsulamentabledefensa—.¡Ungolpeenelcuelloesletal!

Rooknegóconlacabezayfruncióloslabios.ApesardequecasitodosloshumanospresentesenlaarenaestabandepartedeDidric,variosrecibieronladecisiónconunabucheo.FletchersefijóentoncesenquenohabíamásenanosentreelpúblicoylediouncodazoaOthello.

—¿DóndeestáAtilla?¿Enlaenfermería?—No—respondióOthello—.DigamosqueélyCress... no se llevandemasiadobien.Despuésde

perdercontraDidric,sehamarchadohechounafuria.En laarena,Cress tratódegolpearenelestómagoaDidric,quien tuvoquedoblarelcuerpopara

evitarlo.Laenanaaprovechóelmomentoparadescargarungolpeconsutorq,quehendióelaireydejóenel rostrodeDidric lasmarcasde laspúas.El impactoprovocóunsonorocrujidoqueFletcheroyóclaramente, a pesar de los gritos del público.Didric cayó como un saco y quedó despatarrado en elsuelo.Aun así,Rook esperó diez largos segundos antes de asentir, cosa que provocó los aplausos dequienessehallabanmáscerca.

—¡Cresseslavencedoradeltorneo!—dijo.Diounpardepalmadasyluegodejócaerlosbrazosaambosladosdelcuerpo.Despuéssaltóala

arenayayudóaDidric,queestabaaturdidoperoempezabaa recuperarelconocimiento,aponerseenpie. Cress se secó el sudor de la frente y se irguió con orgullo, a pesar de que nadie parecía estarcelebrandosutriunfo.

EraevidentequelosataquesdelosYunquehabíancumplidosufunción.Elodiohacialosenanoseraaún más intenso que cuando Fletcher había llegado a Vocans por primera vez. La mayoría de losespectadoresyahabíanempezadoadispersarse,decepcionadosdespuésdequesufavoritoperdieraelcombate. Othello movió la cabeza con tristeza cuando el recinto empezó a quedar vacío. Era unacelebraciónmuypocoentusiastadeunamerecidavictoria.

—Cuidado...,ahíestánlosgemelos—susurróelenano.Tarquin e Isadora subían en esemomento los escalones, acompañados de un sudorosoDidric. Se

detuvieronlostresunoscuantosescalonesmásabajoyobservaronaFletcheryaOthello.—Quéencuentrofamiliartanemotivo—seburlóDidric,conloqueseganóqueTarquinledieraun

puñetazoenelbrazo.TarquinsefijóenlamiradadeodioqueFletcherleestabalanzandoaDidric.Fletcher,enrealidad,

tuvo que hacer un gran esfuerzo para no arrojar aDidric escaleras abajo y sólo lo consiguió porqueOthellolesujetólamuñecaparaquesecalmara.

IsadoralevantólamiradaalcieloychasqueólosdedosparallamarlaatencióndeFletcher.—Queridoprimo,cuántotiempo.—SonriógentilmenteylededicóaFletcherunateatralreverencia

—. ¿Cuánto hace que no nos vemos?Más de un año, ¿verdad? ¿Qué has estado haciendo todos estosmeses?

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—Vosotrosyyonosomosfamilia—soltóFletcher.Aún tenía muy fresco el recuerdo de su encarcelamiento y de todas las personas que habían

conspiradoparaconseguirlo.—Nopodríaestarmásdeacuerdo—respondióTarquin,conunamaliciosasonrisaenelrostro—.El

que es plebeyo, plebeyo se queda.Mientras la herencia de tíaAlice siga siendo nuestra,me da igualcómotehagasllamar.

—Podéisquedarosvuestromalditodinero—dijoFletcher—.Peroniseosocurraacercarosamí.—Conmuchogusto—respondióIsadora,cuyasonrisayahabíadesaparecido.Alzóunpocolanarizy

olisqueódeliberadamente—.Vamos—dijosonriendo,ysealejódandounossaltitos—,queaquíapestaaenano.

OthelloenrojecióderabiayFletchercontuvoungestodedolorcuandoelenanoleapretóconfuerzalamuñecaparareprimireldeseodeabalanzarsesobreellos.

—Porcierto,bonitocortedepelo—dijoTarquin,volviéndoseparahablarporencimadesuespalda—.Tienesquedecirmedóndetelohancortado.

—Yabasta...—rugióOthello,poniéndoseenpiedeunsalto.Fletcherlosiguióalinstante,peroDidric,TarquineIsadorayahabíandesaparecido.Seencontraron,

encambio,conRoryyconGenevieve,quelosobservaronsobresaltados.—Hola—dijoFletcher,conaireuntantovacilante.Nosehabíandespedidoprecisamentedebuenasmaneras,puesFletchercasihabíamatadoalÁcaro

deRoryduranteeltorneo.—Hola.Veoqueyatehandejadosalir—dijoRory,tambiénincómodo.—Esoparece—respondióFletchermientrasserascabaelcuello.—Bien...,bien—dijoRory,evitandoaúnlamiradadeFletcher—.Mealegro.SeimpusounincómodosilenciohastaqueGenevieve,conunasonrisaalgoforzada,diounpasoal

frente.—Bienvenido—dijo, y saludó a Fletcher con un rápido abrazo—.Ya nos pondremos al díamás

tarde.Y,trasesaspalabras,cogióaRorydelbrazoylosdossealejaronrápidamente.—Bueno,nohaidodeltodo...mal—dijoOthello.—Necesitamos un poco de tiempo—repuso Fletcher—.No espero queme perdonen de buenas a

primeras.—Ya—dijoOthello—,aunqueyodiríaqueunañoestiemposuficiente,¿no?Fletcher, sin embargo, no respondió, porqueCress acababa de abandonar la arena y subía en ese

momentohaciaellos,sacudiendolatierradesuuniformedecadete.Instantes después, con los brazos en jarras y una mirada centelleante, se detuvo junto a los dos

muchachos.—AsíquetúereselgranFletcher—dijoconunasonrisaradiante—.Pensabaqueseríasmásalto.—Tampocoesquetúseasmuyalta—lerespondióFletcher,aunquenopudocontenerunasonrisa.El

buenhumordeCresseracontagioso.—CressyAtillahanhechoungranpapelesteaño—dijoOthello,quetambiénsonreía—.Derrotara

esefanfarróndeDidrichasidoelpuntoculminantedeunañodetrabajoduroymuchoentrenamiento.Ni

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teimaginaslodesagradablequehasidoestudiarconél.DidricyAtlassehicieronamigosdelalmadesdeelprimerdía.

—Yquelodigas—afirmóCress.Señalóconlabarbillahaciaelotroextremodelrecinto,yFletchervioaDidricsentadoalotrolado

delaarena, juntoaTarquin,IsadorayAtlas.AunqueDidric lucíaelmismouniformenegroyamarilloqueFletcheryalehabíavistoantes,elmuchachosefijóenquetantoAtlascomolosgemelosvestíaneluniformedelasFuriasdeForsyth,depañonegroconcharreterasybotonesplateados.

—¿Porquéllevanuniforme?Seacabandegraduar,¿no?—ATarquinyaIsadora losascendierona tenientedespuésdel torneodelañopasado.YaSeraph

también—dijo Othello, siguiendo la mirada de Fletcher—. Así que los gemelos llevan todo el añosirviendoenelregimientodesupadre.Ysupongoque,ahoraqueAtlastambiénsehagraduado,lehabrántraídosuuniforme.

Despuésdeunañoluchandoenelfrente,sindudalosgemelosdebíandesermásdifícilesdevencerquenunca,pensóFletcherconciertotemor.

—Por cierto, ya sé lo de la misión—susurró Cress, y se sentó junto a ellos—. Rook nos lo hacontadoantesdequeempezaraeltorneo.Quierounirmeavuestroequiposiesquemelopermitís.Creohaberdemostradoquesoyunaaguerridaluchadora.

—¿Equipo?—preguntóFletcher.Antesdequetuvieratiempodecontestar,Sylvaseabriópasoentreellosysesentó,vestidaaúncon

laarmaduraverdequellevabaeldíaanterior.—¿Quémeheperdido?—lepreguntóaFletcher—.¿HaganadoDidric?Mehabríaquedado,perote

estababuscando.—Oh,no,Cresslohaderrotado—dijoFletcher,queseinclinócongestotorpehaciadelanteyseñaló

alajovenenana.—Bienhecho—dijoSylva,yletendiólamano.Cress se la estrechó con el ceño ligeramente fruncido, pues no le había gustado aquella brusca

interrupción.AFletcherleincomodabaestarsentadoalladodeSylva,yaquenohabíanhabladodesdelareunión

delconsejo.Paraélnoerafácilpasartanrápidamentedelaamigaaladiplomática,sobretododespuésdequeSylvahubieradudadoalahoradeofrecerlesuapoyo.

—Bueno, como estaba dicien... —empezó Cress, pero se interrumpió cuando Atilla bajóatropelladamentelosescalones,trasellos.

ElenanoevitódeliberadamentelamiradadeCressysaludóaSylvayaFletcherconunarespetuosainclinacióndecabeza.

—Mealegrodeveros...Fletcher,Sylva—murmuró,rehuyendoaúnlamiradadirectadeCress—.Hapasadomuchotiempo.

—¿Yamínotealegrasdeverme?—dijoCressjovialmente,enuntonoquerozabaelsarcasmo.Atillasepusorojoyvolviólacabezahaciaotrolado.—Yaesbastanteincómodoentrelosdemásalumnos—gruñó,entredientes—,pero¿delantedetodos

ellos?Es...indignante.Fletcherarqueólascejas,confuso.¿DequéestabahablandoAtilla?

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—¿Tanfeasoy?—dijoCressmientrassesujetabaelrostroconambasmanosypestañeabasindejardemiraraAtilla.

—Hazelfavordetaparte—dijoAtilla,ruborizándoseaúnmás.—Tienes que entender una cosa, Atilla —dijo Cress, cuya voz amable había adoptado un tono

amenazador—.Lasenanasllevanveloporquequieren.Lohacenporellasmismas,noporvosotros.Siyoquieromostrarelrostro,ladecisiónesmía.Túnopintasnada.

—Esimpúdico—dijoAtillaapartandolamirada—.Teexhibesparaquetodoelmundotevea.—¿Yyoqué,Atilla?—intervinoSylva.Lohabíadichoenuntonosereno,peroFletchersediocuentadequeselehabíapuestorojalapunta

delasorejas,locualsignificabaqueestabafuriosa.—Noteentiendo—respondióAtillaconfuso.—¿Yotambiénsoyimpúdica?¿Yotambiénmeexhibo?Atillaempezóabalbucearalgo,peronosupoquéresponder.—¿Ytúqué,Atilla?—lepreguntóCress,aprovechandolaventaja—.Tienesunrostroatractivo,un

bigoteexuberante...Hastatehevistoentrenarconelpechodesnudo.Teexhibesanteelmundoenteroyantemí.Quéimpúdico,¿no?

Atilla,furioso,lediounapatadaalsuelo.—No pienso discutir con una pandilla de estúpidos. Cress sabe que lo que hace está mal, pero

vosotrosnopodéisentenderloporqueno soisenanos.Y tú,hermano,nodeberías ser tan tolerante.Sesupone que ella es un ejemplo para los demás enanos, y si se une a la misión, todo el Imperio deHominumleveráelrostro.¿Quépasarásilasotraschicasdecidenimitarla?

OthellomiróaCressylededicóunatímidasonrisa.—Yonotengomotivosdequeja—dijo.Atillaresoplóysealejóhechounafuria.RodeólaarenaparadirigirsehaciaSeraph,queacababade

descubrirlapresenciadelgrupoylossaludabaalegrementeconlamano.Llevabaunllamativouniformedecolorámbarconunafajarojoescarlataeibaarmadoconunacimitarrayunapistolaenfundada.

Mientras Fletcher y sus amigos le devolvían el saludo, Rook se dirigió al centro de la arena yprocedióagrabarunconjuro.Cuandoterminódegrabarlo,untremendoestallidoresonóentodalasala,tanpoderosoqueaFletcher leempezaronadoler los tímpanosynotóunsordomartilleodentrode lacabeza.

—Bueno,yahoraqueyaoshabéiscallado,podemosempezarlaselección.Fletcher,Isadora,MalikySeraph,bajadahoramismoalaarena.

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19

Mientrasbajabaalaarena.Fletchernotólaespaldaempapadaensudor.ExtendiólapalmadelamanoparaperfundiraIgnatiusyaAthena,pueseranlosúnicosdemoniosdelasala.Aúnpercibíaenlamentelapresenciadeambosy,lomásextraño,notabauntercervínculoqueseibaformandolentamenteentrelasdoscriaturas.TalvezAthenaeIgnatiushubieranempezadoaconfiarelunoenelotro.

Al adentrarse en la luz temblorosa que proyectaban las antorchas, Fletcher evocó de golpe losrecuerdosdelaprimeravezquehabíapisadoaquellaarena.Lospeligrosquehabíaafrontadoentonces,sinembargo,noerannadaencomparaciónconlosqueleesperaban.

—Yaoshandichoatodosporquéestáisaquí—lesanuncióRookmientraspaseabadeunladoaotrosobre la tierraquecubríaelsuelo—.Vuestramisión tienedosobjetivos.Elprimerodeellos,destruirvariosmiles de huevos de trasgo antes de que eclosionen. El segundo, rescatar a ladyCavendish, lamadredeRufus.

Rufus, sentadoen lasgradas, se irguióunpococuando losdemásalumnossevolvieronamirarlo.Fletcher lo vio sujetar con fuerza la empuñadura de su espada, hasta que los nudillos se le pusieronblancos.Rufus,queelañoanteriorsehabíamostradomuylisonjeroconlosgemelosForsyth,nohabíaimpresionadoespecialmenteaFletcher.EljovencapitándeseóqueRufusnoacabaraconvirtiéndoseenunlastredetanpeligrosamisión,especialmenteporlapresiónañadidaquesuponíatenerquerescatarasupropiamadre.

Un fogonazo azul obligó a Fletcher a concentrarse de nuevo en Rook. El profesor acababa deproducir una luz errante y, en esemomento, la bola de luz oscilaba de un lado a otro en el aire. Aldesplazarse,dejabatrasdesíunaesteladeluzazuladaqueibagrabandoenelaireunaforma,comosideunconjurosetratara.

Derepente,unaenormepirámidedecuatrocostadosquedóflotandoenelaire.Unaextrañareddetubosrodeabaunacámaracentral,situadajustodebajo.Lapirámidegirabalentamente,tiñendolasaladeunainquietanteluzazul.

—Nuestras fuentes de información revelan que los huevos de trasgo se encuentran en una cuevavolcánicasituadabajoestaantiguapirámide,enlasprofundidadesdelajungladelosorcos—dijoRook,señalando con el dedo el laberinto de túneles que se encontraba bajo la pirámide—.LadyCavendishtambién tiene que estar en algún lugar de esa cueva, lo cual no es de extrañar: se trata del lugarmássegurodetodoelreinodelosorcos.Lapirámideessulugarmássagrado.

Todo aquello era nuevo para Fletcher. El corazón se le desbocó y tuvo la sensación de que legolpeabaconfuerzalascostillas.Estabaconvencidodequedebíanatacarunaremotaaldeadeorcos,noperderseenlasentrañasdelatierra.

—LasFuerzasCelestialesosdejaránlomáscercaquepuedan;luegotendréisqueseguirapiehasta

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allí.Debéisencontraros,einsistoenestepunto,debéisencontrarosamedianocheenlaentradaposteriorde la pirámide, tres días después de que las Fuerzas Celestiales os dejen en la jungla. A partir deentonces,dispondréiscomomuchodeochohorasparacompletarvuestramisión.Esel tiempomáximoquepuedenausentarsedeHominumlasFuerzasCelestialesydejardepatrullarelcielo.Recordadque,acadahoraquepase,aumentaelpeligroparaloshabitantesdeHominum,puessilosorcosdescubrenqueloscielosnoestánvigilados,enviaránasusGuivernosaarrasarnuestrasindefensasciudades.

Fletcher tragó saliva al imaginar la destrucción que un único Guiverno podía causar en unasentamientonoprotegido.Elriesgoeramuyelevado.

—Las FuerzasCelestiales os observarán a través de las piedras de cristal y tratarán de llegar encuanto hayáis completado vuestra misión. Si en ese momento falta uno de los equipos, tendrá queencontrarporsucuentaelcaminodevuelta.

Rookhizounanuevapausaparaquelospresentespudieranasimilarlagravedaddesuspalabras.Fletchersabíamuybienqueintentarvolveracasaasolaseralomismoqueunacondenaamuerte.A

su alrededor, los demás también estaban inquietos. Hasta Tarquin e Isadora, que habían palidecido,parecíanpreocupados.Habíanpasadoun año entero luchando en el frente... y sabíanmejor quenadiecuáleseranlospeligrosquedeberíanafrontarlosequipos.

—Comoyasabéis,sevanarepartirpiedrasdecristalportodoHominum—dijoRook—.Dentrodepoco,habrácuatrocristalesencadataberna,plazapúblicayayuntamiento.Unoporequipo,demaneraqueelpopulachopuedaseguirelavancedelamisión.Vosotrosnorecibiréispiedrasdecristal,porqueenelcasodequelosorcoscapturaranaunodelosequipos,podríanutilizarlasparalocalizaralresto.

Rookchasqueólosdedosylapirámidedesapareció,traslocualelrecintoquedósumidodenuevoenlaluzanaranjadadelasantorchas.

—Para que podáis concentraros plenamente en lamisión, cada equipo necesitará un demonio quehaga las veces de canal para esas piedras—prosiguió Rook—. Así pues, hemos solicitado a cuatropadrinosquecedanasusdemonios.Esospadrinostambiénproporcionaránalosequiposunguíaexperto,paraqueosayudeaorientarospor la jungla.Muyprontodescubriréisquiénessonvuestrospadrinosyvuestrosguías.

Rookdiounascuantaspalmadasysefrotólasmanos,expectante.—Bien,ahoravamosaorganizar losgrupos.Necesitamoscuatroequiposdecuatromiembroscada

uno:tresalumnosdesegundocursoyunvoluntariodeprimercurso.Voluntarios,encuantopongáislospiesenestaarena,yanohabrávueltaatrás...—dijo.

Dejóque lavozse le fueraapagandomientrasobservabaal reducidogrupodealumnosdeprimeraño,alotroladodelaarena.

—Ya sehan seleccionadoa los capitanes—prosiguióRook,desenrollandoun largopergamino—.Lostenéisdelanteahoramismo.

Fletchernotóunapunzadadeorgulloydenervios,dosemocionescontrariasque leprovocaronunincómodonudoenelestómago.Llevaba tanto tiempo lejosde todo...Apenashabíahabladoconnadieduranteunaño,aexcepcióndeIgnatius...,yesoeraprácticamentecomohablarsolo.¿Deverdadestabapreparadoparaliderarunequipoenunapeligrosísimamisión?

RookseaclarólagargantayFletcher, trasvolversehaciaél,contuvolarespiracióna laesperadesaberquiénesibanasersuscompañerosdeequipo.

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—Tras muchas deliberaciones del consejo del rey y los profesores de la academia, los equiposquedancomosigue.Porfavor,colocaosjuntoavuestrocapitáncuandoleavuestrosnombres.—Seaclaródenuevo lagarganta—.EnelequipodeIsadora tenemosaTarquinyaAtlas.EnelequipodeSeraphestánRoryyGenevieve.EneldeMalik,PenelopeyRufus.YeneldeFletcher,OthelloySylva.

Fletchersuspiróaliviadocuando losalumnossaltarona laarenapara reunirseconsus respectivoscompañerosdeequipo.SylvalededicóunasonrisaalllegarjuntoaélyOthellolediounsuavepuñetazoenelbrazo.

—Era de esperar que pusieran a un humano almando—susurró el enano, pero le guiñó un ojo aFletcherparadarle a entenderqueen realidadno le importaba—.Parecequenoshandistribuidoporafinidades,¿no?

—Estoydeacuerdo—respondióFletcheralegremente—.Isadoraparececontenta.MejuegoloquequierasaquedespuésdequeyoderrotaraaTarquineneltorneo,consideraronqueellaeralamásfuertedelosdos.

Mientras los demás alumnos formaban una fila, Fletcher vio que en las gradas quedaban cuatroalumnos:Atilla,Cress,DidricyunamuchachadepelooscuroalaqueFletchernoreconoció.Rookhizoungestoconlamano,queabarcabatodalaarena,yluegolosfueseñalandounoauno.

—Bien, ahora tendréis la oportunidad de elegir al cuartomiembro de vuestro equipo de entre losalumnosdeprimerañoquesehanpresentadovoluntariosparaestamisión.Isadora,setehaseleccionadoalazarparaserlaprimeraenelegir.

—Sí,ya—lesusurróSylvaaFletcheraloído.Derepente,Fletchersediocuentadequelaelfinaleestabarozandosuavementelacinturaconlamano—.Total,dalomismo,yasabemosaquiénvaaelegir.

—AlvalerosoDidricCavell—dijoIsadora,ylehizoaDidricunmagnánimogestoconlamanoparaqueseacercaraaella—.Porsubrillanteactuacióneneltorneo:sólolamalasuertelehaarrebatadolavictoria.

—La suerte no ha tenido nada que ver—exclamóCress, haciendo caso omiso deRook, quien lareprendióentredientesporhablarcuandonolecorrespondía.

Didric saltó a la arena y se tambaleó un poco, aturdido por lo que probablemente era una ligeraconmoción.TarquinleestrechólamanomientrasAtlaseIsadoralepalmeabanlaespalda.

—Bien, ahora Fletcher —dijo Rook, con la mirada clavada aún en Cress, como si la estuvieraretandoahablardenuevo.

Fletcherpalideció.Nosabíaporqué,peroestabaconvencidodeque ibaaserelúltimoenelegir.TitubeóyAtillalofulminóconlamirada.Resultabaevidenteaquéequipoqueríaunirseelenano.Aunasí...,Cressacababadeganareltorneoylehabíapedido,educadamente,queladejaraformarpartedesuequipo.LuegoestabalarecientepataletadeAtillaporlaformadevestirdeCress.Fletcherqueríaquesuequipofueraunmagníficoejemploparaelmundo:desolidaridad,deamistadydetolerancia.

Atilla tenía buen corazón y era un excelente guerrero, pero Fletcher decidió no elegirlo para elequipo.AhorasólonecesitabaunmotivoqueAtillapudieracomprender.

—Elijo a Cress—dijo, y alzó unamano en cuanto vio queAtilla se disponía a protestar—. LospadresdeAtillayOthellonomeperdonaríannuncasisusdoshijosestuvieranenelúnicoequipoquenoconsiguiera superar la misión, si murieran los dos en un mismo golpe de mala suerte. Es mejordiversificarelriesgo.Enelejércitodelrey,nosepermitealoshermanosservirenelmismoregimiento

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precisamenteporesemotivo.Atillainclinólacabezayasintióconungestolacónico.—Y, además, yo he ganado el torneo. No sé si te acuerdas, Fletcher —dijo Cress en voz alta,

caminandoyasobrelatierra—.Y,porcierto,mellamoCressFreyja.—Me acuerdo perfectamente—le susurróFletcher a la enana, cuando ésta ocupó su lugar junto a

ellos—.Éseeselotromotivo.Bienvenidaabordo,CressFreyja.—Tetoca,Seraph—dijoRook,dándolesdenuevolaespalda.Seraphobservódereojoalamuchachadelpelooscuro,perosóloduranteunsegundo.—AtillaThorsager, claro.Ven aquí, granuja gruñón—dijo al finmientras le dedicaba una amplia

sonrisaaAtillayleindicabaqueseacercara.Atillalevantólamiradaalcielomientrasbajabalosescalones,peroenrealidadseleescapabauna

sonrisa.Fletcherpensóqueel enanoySeraphdebíandehaberhechobuenasmigasmientrasél estabalejos.

—Y,finalmente,Malik—dijoRook.—MealegramuchísimopoderelegiraVerityFaversham.—Maliksonreíamientraslamuchachadel

pelooscuroseacercabaalaluzdelasantorchas—.Mesorprendequenolahayanelegidolaprimera.Cuando la muchacha se reunió con sus compañeros, sacudió su negramelena y Fletcher no pudo

evitar mirarla fijamente. Era preciosa, más que cualquier otra chica que Fletcher hubiera visto hastaentonces: tenía el rostro en forma de corazón y unos ojos grandes,muy expresivos, que lamuchachapareciódetenerenélmástiempodelnecesariomientrassedirigíahaciasuequipo.Duranteunsegundo,Fletchernoasimilóaquelnombre...hastaqueOthellogruñó,asqueado.Sóloentoncescayóenlacuenta.

—EsigualitaquesuabuelaOphelia,¿nocrees,Fletcher?Elmuchachoadvirtióelparecidofísico,perolecostórelacionarloconlamujerdemiradaseveraque

formaba, junto a Zacharias y a Didric, el Triunvirato. También parecía muy distinta a su padre, elinquisidorCharles, aunque ambos tenían lamismapiel clara.Verity saludó aMalik conuna amplia ycálidasonrisayabrazócordialmenteaPenelopeyaRufus.

SylvalediouncodazoaFletcherenlascostillasysóloentoncescomprendióquesehabíaquedadoembobadomirandoa lachica.Sacudió lacabezayserecordóasímismoque losFavershameransusenemigos.

—¿Esdeprimercurso?—preguntó.—Sí—confirmóOthello—, aunqueno lahevistomuchopor ahí.Esmuy reservada, sepasaba la

mayorpartedeltiempolibreensuhabitación,estudiando,oenCorcillum.Fletcherobservóalosdemásequiposmientrasformabanunafila,alaesperadeloqueRooktuviera

quedeciracontinuación.—Comoyasabéis,laspiedrasdecristalquehanhechoposibleestamisiónsoncortesíadelpadrede

TarquineIsadora,delaabueladeVerityydelpropioDidric—dijoelinquisidormientrasibaseñalandoconlabarbillaalosalumnosalosquehabíanombrado—.Creoquedeberíamosdedicarunmomentoadarlasgraciasaesastresfamilias,losForsyth,losFavershamylosCavell,porsugenerosidad.

Observóalosotrosalumnosconaireexpectante.LosgemelosForsythyDidricsonrieroncondesdéncuandoFletcherysuequipolesdieronlasgraciasconunpocoentusiastamurmullo.Verity,encambio,seruborizóybajólamiradahacialospies.

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—Muybien—prosiguióRook—.Ahoradebocomunicarosalgo.Estamisión tendráunpremio,demanera que resulte más interesante tanto para quienes vais a tomar parte en ella como para losespectadoresdetodoelimperio.ElequipoqueconsigarescataraladyCavendishrecibiráunpremiodemilsoberanos,queserepartiránapartesigualesentresusmiembros.Habráotropremio,dequinientossoberanos,paralosequiposquetomenparteenladestruccióndeloshuevosdetrasgo.Alfinyalcabo,nohaynadamejorqueunpocodesanacompetición.

Rooksonrióalosalumnoscuandoelrecintosellenódemurmullosfurtivos.Eraundineral,suficientepara equipar a un pequeño ejército. La recompensa no sorprendió en absoluto a Fletcher, aunque enrealidadaélleimportaramuypoco.Sienelespesordelajunglaalgunodelosequipossedesanimaba,larecompensaseríaunafuertemotivaciónparaquecumplieraconsudeber.

—Y,ahora,siosqueréisdarlavuelta,porfavor—ordenóRook,señalandolapuertaqueteníantrasellos.

Fletchergirósobresustalonesyviocuatrodemoniosenlaentrada:atresdeelloslosreconocióalinstante.

—Equipos,ospresentoavuestrosnuevosdemonios.Lysander, elGrifodeLovett, descendió conorgullo los escalonesybatió las alas, levantandouna

nubedetierraendirecciónalequipodeIsadora.Estabaclaroaquéequipolohabíanasignado,pueselGrifosefuedirectamentehaciaFletchery,unavezallí,restrególasgarrascontraelsuelo.

—Nopuedehacerlo—susurróFletcher.SeleencogióelcorazónalimaginarsealacapitanaLovettsola,confinadaensusilladeruedas—.LasalasdeLysandersonlaspiernasdelacapitana.Essumejoramigo.LoúnicoquelequedaahoraesValens.

—Quiereprotegernos,Fletcher,yéstaessuformadehacerlo—murmuróSylva—.Selotraeremosde vuelta sano y salvo. Y será como si ella estuviera con nosotros. La capitana Lovett puede verutilizandolamente,introducirseprácticamenteenelcuerpodeLysander,comohizoconValens.Nomesorprenderíaqueloestuvierahaciendoahoramismo.

LysanderlediounsuavepicotazoaFletcher,comosiquisieradesviarsuatenciónhaciaeldemonioqueenesemomentobajabaasaltoslaescalera.ElgestodeLysanderlepareciómuyhumanoy,cuandoFletchersevolvióhaciaél,elGrifoleguiñóunojo.Sí,nocabíadudadequeLovettestabaallí.Fletcherledevolviólasonrisa.

Sacharissa,elCánidodeaspectolobunodeArcturus,llegócorreteandoysedetuvouninstanteparadarleunjuguetónempujoncitoaLysander.ElGrifosacóunagarra,perosólopudorozarlapuntadelanegraypeludacoladeaquelCánidodecuatroojos.

—Parece que Arcturus estaba pensando más o menos lo mismo —dijo Seraph, que le dio labienvenidaaSacharissaconunatiradececinaque,comoporartedemagia,acababadesacarsedeunbolsillodelachaqueta.

AunquelosGrifoseranmáspoderososyversátilesquelosCánidos,Fletcherdeseópodertenerlosaambosensuequipo.ConlosdemoniosdeArcturusydeLovettasulado,sesentiríamuchomásseguroenlapenumbradelasjunglasdelosorcos.

—¿Quénariceseseso?—preguntóCress,queseñalabaalaenormeyesqueléticacriatura,deformavagamentehumanoide,queenesemomentodescendíasigilosamentelosescalones.

Poseíaunasgruesasastasramificadasque,comocuernosenmarañados,lesobresalíanaamboslados

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delacabeza.Lacabezaensíeraunhíbridoentreciervoylobo,aunquesinpelo,ylacriaturateníaunosojosnegrosdeávidamiradaquebarrieronlaarena.Losbrazos,larguísimos,learrastrabanporlatierraylas manos terminaban en unas afiladísimas garras. La piel era del mismo tono gris moteado que uncadáver putrefacto, e igual de putrefacto era el olor quedespedía.Bajo la piel tersa de aquel cuerpolarguirucho,sinembargo,seocultabaunamusculaturaquese lemarcabaalmoverse,comosi fueraunalambrequealguienestirahastatensarlo.

—Un Wendigo —respondió Othello, con un tono de voz en el que se mezclaban el horror y elsobrecogimiento—.De nivel trece ymuypoco común.Es el demonio principal deZacharias Forsyth.Casi todo loque sabemosde losWendigos lohemosaprendidoestudiandoa esa criatura..., pues casinuncasedejanvereneléter.

—Esdesuponeraquéequipovaesacriatura—dijoFletcher.Enesemomento,eldemoniosedetuvojuntoalequipodeIsadora.FletchersonrióalverqueTarquin,

queeraelqueestabamáscercadelacriatura,arrugabalanarizacausadelhedor.—YmiqueridoCalibanseuniráalequipodeMalik—anuncióRook,y lehizoungestoalúltimo

demonioparaqueseacercara.EraelMinotaurodeRook,unamusculosabestiacubiertaporunpelonegroyenmarañado.Erade

complexiónfuerte,yadiferenciadelWendigo,queerademayortamañoperotodohuesoytendones,ésteeratodomúsculosycarne.Mientrasdescendíaruidosamentelosescalonessobresuspezuñashendidas,elMinotauroexpulsóaireporlosorificiosnasalesdesucabezadetoro.CadaresoplidoeracomoelairequesalíadelosfuellesenlafraguadeBerdon.

—Graciasporapadrinarnos,inquisidor—dijoMalikconunaprofundainclinacióndecabeza.—NopodíamospermitirqueelúnicoherederodelosSaladinyelúnicoherederodelosFaversham

quedarandesprotegidos—dijoRook.ElinquisidorhabíaignoradodeliberadamenteaPenelopeyaRufus,cuyasfamilias—aunquenobles

—noerantanadineradas.Rufus,sinembargo,nopareciódarsecuenta,pueslecogióunamanoaRookyselaestrechócongranafecto.

—Nosearrepentirá, inquisidor—dijoelmuchacho—.Mihermanomayor le recompensaráconunimportediezvecesmayorcuandorescatemosamimadre,¡selojuro!

—Estanocheconoceréisavuestrosguías,quehansidoelegidosporvuestrospropiospadrinos—dijoRook—.ElequipodeMalikquesequedeaquíconmigo.Losdemás,seguidavuestrosdemonios.

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20

Lysanderloscondujofueradelaarena,devueltaalatrio.Sacharissacaminabasigilosamenteasulado.Fletcherestabaconvencidodequesaldríanporlaentradaprincipal,comohabíahechoCaliban,perolosdosdemoniosempezaronasubirlaescaleradelalaoeste.

Tardaronbastanteensubir,peroFletcherseentretuvoobservandoaLysander,que,acostumbradoamoverse por el aire y no a subir escaleras, especialmente tan estrechas y tortuosas como aquélla,resbalaba una y otra vez. Sacharissa, atenta y vigilante, lo esperaba pacientemente en lo alto de cadatramo,sindejardeobservarconsusradiantesojosazulesalatribuladoGrifo.

—Alomejortendríasquehabersubidovolandoyesperarnosenloalto—seburlóFletcher.El comentario le valió una severamirada deLysander, que, obviamente, le llegaba a través de la

propiacapitanaLovett.Fletcher apenas había pisado aquella parte de la academia durante su primer año enVocans, pues

estaba reservada a los aposentos privados de los profesores, así como a las dependencias de lossirvientes,lalavanderíayladespensa.Nosesorprendió,pues,cuandogiraronaladerechaenelpasilloprincipaldelaúltimaplantaysedirigieronhacialatorrenoroeste.

Mientras seguían a los dos demonios, Fletcher no dejó de admirar los cuadros y los tapices quecolgaban de las paredes de aquel pasillo, situado en lo más alto del edificio. La mayoría de ellosrepresentabanantiguasbatallasenlaqueseluchabasinarmasdefuego.Sinembargo,sedetuvoalpasarante un cuadro bastante más antiguo, de colores desvaídos. En algunas partes, la pintura se habíadesprendidodellienzo.

Enaquellaimagennoeranlosorcoslosqueaparecíanderrotados,sinolosenanos.Alfondo,seveíaaunascuantasmujeresenanasconelvelorasgado,mientrasqueenprimerplanoaparecíanvariashilerasde enanos arrodillados, cuyas barbas estaban cortando unos hombres vestidos con resplandecientesarmaduras. En el suelo se amontonaban los cadáveres de los enanos muertos en la batalla, y varioshechicerosvoladores,armadosconlanzasensangrentadasdesdelabasehastalapunta,contemplabanlaescenadesdeelcielo.

Los tres enanos, además deSeraph ySylva, se detuvieron junto a Fletcher.Rory yGenevieve, encambio, pasaron de largo sin apenas reparar en el cuadro, como si no se diferenciara en nada de losdemás.

—Contraestoluchamos—dijoOthello,conunhilodevozapenasaudiblemientrasreseguíaconlasyemas de los dedos las figuras de los enanos muertos en la batalla—. Podría volver a suceder. Heestudiado los textos que recogen nuestra historia y he aprendido lo rápido que ambas partes puedenengendrarelodio.Cuatrovecessehanrebeladolosenanosycuatroveceshanfracasado.Cuatrovecessehacastigadoanuestrarazaysenoshareducido,aojosdelahumanidad,avulgaresalimañas.Debemos

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romperesecírculo.Sóloatravésdelaunidadpodremosserverdaderamentelibres.Atillasealejó,indignado,yFletcherpensóquenopodíaculparloporello.Laimageneraodiosa,no

eraalgoquehubieraqueensalzarenlossacrosantossalonesdeVocans.Seraphechóacorrertrasélylepasóunbrazoporloshombrosaljovenenano,peroésteseloapartó.

—Vamos—murmuróFletcher.Al darse media vuelta para seguir caminando, oyó un extraño chisporroteo. Echó un vistazo por

encima de su espalda y vio que la superficie del lienzo estaba ahora carbonizada y que frente a ellaflotabaelsímbolodelconjurodelfuego.

—Uy—dijo Cress al mismo tiempo que pasaba junto a Fletcher y le daba una palmadita en laespalda—,semeharesbaladolamano.

EcharonacorrerparaalcanzaraRoryyaGenevieve,queyacasihabíanllegadoalomásaltodelatorrenoroeste.Losescalonesestabancubiertosporlaespesacapadepolvoquesehabíaidoacumulandoen todas partes: sólo un estrecho sendero, en el centro, estaba libre de polvo, como si habitualmentepasaraalguienporallí.

Finalmente, los dos equipos se apelotonaron ante una puerta cerrada a cal y canto, provista demecanismosdehierroquelaaseguraban.Lysanderlevantóunagarradelanterayllamóalapuertaconunamezcladegolpecitosyarañazosque,sinduda,constituíanunaespeciedecódigo.Trasunapausa,alguienempezóagiraryadescorrer loscerrojosdesdeel interior.Y,entonces,conuninquietantechirrido, lapuertaseabrió.

Elinterioreratanoscurocomolaescalera;laescasaluzprocedíadelaúnicalámparadearañaquecolgabadelaltísimotecho.

—¡Adelante, adelante!—dijo,desde lasprofundidadesde la estancia, unavozáspera—. ¡Peronotiréisnadaalsuelo!

Fletcher y Sylva abrieron la marcha tras lanzar con la punta de los dedos luces errantes queiluminaron el camino.La luz azul proyectó un inquietante resplandor que reveló una gran cantidad deestantes,mesasybancosdetrabajo,todosellosrepletosdeobjetosdecristalydeherramientas.

Alaizquierda,Fletcherviodemoniosqueflotabanentarrosllenosdeunlíquidoverdeclaro,comoeltrasgo.Alamayoríadeelloslesfaltabaalgunaextremidadoinclusolacabeza;sobrelasuperficiedelasmesas,podíanverselosrestosdiseccionadosdevariosdemonios.Aladerecha,enlugardedemoniosseveían macetas llenas de plantas y minúsculos quemadores que calentaban lentamente vasos deprecipitado,enloscualesborboteabanunoslíquidosviscosos.

Todaslasplantaserancuriosísimas.Unadeellasposeíagrandesfloresbulbosasqueseabríanysecerrabanalpasarjuntoaellas,comolabiosquelanzanbesos.Otraestabacompuestacasiensutotalidadporraícestuberosasqueparecíanmoversehacialaluzalpasarjuntoaellas.

—Adelante,notengáisvergüenza.Comosiestuvieraisenvuestracasa—dijolavoz.Justoentonces,unafigurasurgiódeentrelassombras.TeníalapielmásoscuraqueSeraphyunamata

de rizos grises sobre la cabeza. Llevaba una larga bata de algodón blanco y unos guantes de cuero,ennegrecidos, que le cubrían las mangas. En el rostro se adivinaba una sonrisa radiante, pero algodemencial.Lamujerlosobservóatravésdeunasgafastangruesasquehacíanquelosojosparecieraneldobledegrandes.

—Perdonadeldesorden—dijo, señalandoconungesto lasmesascubiertasdeplantasy restosde

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cadáveres—.Jeffreyteníaqueveniralimpiar,perosehaescabullidoparavereltorneo.Los dos equipos guardaron silencio y la mujer cambió de postura, incómoda, como si estuviera

esperandoaqueloschicoshablasen.—¿Unatazadeté?¿Oeracafé?—preguntó,mirandouncalderocercano.Ensuinteriorhervíauna

misteriosasustanciamarrón,deconsistenciafangosa—.Alomejoresginseng.Ochocolate.Bueno,noséquées,peroestámuyrico.

—Eh...No,gracias—dijocortésmenteFletcher.Seoyóun¡ploc!alestallarenlasuperficiedelcalderounaenormeburbuja.Lamujer siguió observando a los recién llegados durante un tiempo y la sonrisa de su rostro fue

desapareciendo.Finalmente,Fletcherseaclarólagargantaypreguntóloquetodosdeseabansaber.—¿Quiénesusted?¿Quéesestesitio?Lasonrisaregresóalrostrodelamujer,queleshizounaseñaparaqueseacercaranalamesaque

teníaallado.Estabamejoriluminadaquelasdemás,puessobreellacolgabauncandil.—SoyElectraMabosi,delpaísdeSwazulu,alotro ladodelmarVesánico.Soybotánica,bióloga,

química, demonóloga... Un poquito de todo, en realidad. Supongo que alquimista es la palabra másadecuada.Peronosoyvuestraguía,siesesoloqueospreocupa.Hacecuatroañosquenosalgodeestasalaynotengoprevistohacerloenunfuturopróximo.

Fletcherechóunvistazoa lahabitaciónenpenumbray tratóde imaginarcómodebíade serpasarcuatroañosdelavidaenunlugarcomoaquél.Eramejorquesuceldadelacárcel,perotampocomuchomejor.¿Quéclasedepersonaquerríapasarallítantotiempo?

—Desdequelleguéaquí,estoyrealizandounainvestigaciónsecretaporencargodelreyHaroldydelrector Scipio. Losmantengo informados demis progresos siempre que puedo, pero nome dejan darclases,pormuchoqueselopida.Dicenqueesmejorquedediquetodomitiempoainvestigar.

Lamujercogiódeunestantecercanountarroconuntapóndecorchoyextrajodelinteriorelcadáverempapadodeundemonio,másomenosdeltamañodeunamanohumana.Lodepositósobrelamesadetrabajoqueteníadelanteydesenrollóunatiradecuerorepletadeinstrumentalmédico.

—Mirad.EsunejemplarjovendeArácnidoqueapareciómuertoeneléterhaceunosmeses.Nivelderealizaciónseis.Pococomún,peronoraro.Loheestadoguardandoparaestemomento.Porfintengolaoportunidaddeenseñar.

Parecíaunaarañagrandeypeluda,conojoscompuestosrelucientesenlacabeza,unpardecolmilloscurvados justo debajo y un afilado aguijón, similar al de una abeja, en la parte posterior del cuerpo.Electralefuearrancandolaspatasconunaspesadastijeras,igualquesiestuvieracortándolelasuñas.Luegobarriódelamesalosmiembrosamputadosylosarrojóauncubo,conloquequedóúnicamentelacabezayeltórax.Genevieveseestremecióyseapartódeunsaltoalverqueunadelaspatashabíacaídofueradelcuboyhabíaidoapararjuntoasuspies.

—¿Veisesteagujero,justodebajodelaguijón?—lespreguntóElectra,sujetandoelaguijónconunaspinzas—.LosArácnidospuedenexpulsarunasustanciapegajosa,compuestademana,poresteagujero.Comosifueraunatelaraña.

Acercóelcandilquecolgabasobresucabezaparaobservarmejorelespécimen.—Hayquetenercuidado,pueslospelosdelcuerposepuedendesprenderypuedenquedarflotando

enelaire,ycausaríanirritaciónenlapielyenlosojos.JeffreymehacontadoqueelArácnidodelord

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Cavellyahacausadounoscuantosproblemasenalgunasdelasclasesdelosalumnosdeprimercurso.¿Noesasí,Cress?

—Sí—afirmó ella, almismo tiempoque se rascaba involuntariamente lamuñeca—.Mepasé unasemanarascándome.

Fletcherseestremeció,puestuvolasensacióndequeaquellacriaturaloestabaobservandoconsusojos sin vida.No se atrevía a imaginar el aspecto que debía de tener unArácnido adulto, aunque enrealidad ya había visto alguna ilustración en las clases de demonología. Era muy mala suerte queprecisamenteDidrictuvieraunodeaquellosdemonios,porqueseríaunenemigoformidablesialgunavezllegabaabatirseendueloconIgnatius.

Electratarareóunaalegremelodíaparasusadentrosmientrasintroducíauninstrumentoenformadetubo por el orificio que el Arácnido tenía debajo del aguijón, como si se dispusiera a extirparle elcorazónaunamanzana.Cuandoextrajoeltubo,estabarepletodeunosórganosviscosos,quelamujerfuedepositandoconlaspinzassobrelamesa.

—Esasqueroso—dijoRory,pasándoseunamanoporelpelorubio,quellevabacortoypeinadodepunta.

EstabamáspálidoquedecostumbreyretrocedióunpocohastareunirseconGenevieve.—No seas crío —murmuró Electra. Cogió a Fletcher con una mano enguantada y lo obligó a

acercarse—.¿Quévesaquí?Durante un segundo, a Fletcher se le ocurrió la descabellada idea de que aquellamujer le estaba

pidiendo que adivinara el futuro, como hacían los brujos orcos con las entrañas de sus enemigos.Alacercarse,sinembargo,reconocióelextrañosímboloque,comosifueraunamarca,aparecíagrabadoenunodelosórganosdeldemonio.

—Es... el símbolo de un conjuro —dijo el muchacho, negando con la cabeza en un gesto deperplejidad.

—¡Exacto!¿Sabéiscómosedescubrieronlosconjurosylossímbolos?—preguntóElectra.Sevolviótandeprisaquedelutensilioqueacababadeutilizarsaliódespedidaunagotaviscosa,queaterrizóenlamejilladeSeraph.

Elmuchachotuvounaarcadayselimpiófrenéticamentelamejillaconlamanga.—Parautilizarsusaptitudesespeciales,losdemoniossiemprehancanalizadoelmanaatravésdelos

símbolosorgánicosquellevanenelinterior—prosiguióElectra,ignorandolosgestosdeascodeSeraph—.Losprimeroshechicerosdebierondedescubrirloaldiseccionarasusdemoniosmuertos,comoacabodehaceryoconéste,yluegocopiaronlossímbolos.Mimisiónesaumentar,mediantelainvestigación,lalistadeconjurosquepuedenutilizarlosmagosdebatalla.Esunarteolvidadohaceyamuchotiempoqueheresucitado.Loqueocurreesqueyonosoyhechicerayesocomplicaunpocolascosas.

SevolvióhaciaFletcherylosujetóporloshombros.—TuSalamandra, por ejemplo, debe de tener el símbolo del fuego grabado en alguna parte de la

garganta.Simedejarandarclasesenlaacademia,todoshabríaisaprendidoyaestascosas.Suspiró,frustrada.FletcherbuscólamiradadeOthelloeintercambiaronunasonrisadecomplicidad.

InclusocomparadaconelfanáticodeRook,ElectraerademasiadoexcéntricacomoparadarclasesenVocans.

—Bueno, ¿y para qué son todas esas plantas?—preguntó Fletcher mientras señalaba una maceta

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grandeenlaquecrecíaunaespantosaplanta,deaspectoparecidoaldeunavenusatrapamoscas.—Técnicamente, también sondemonios—respondióElectra, que estaba acariciando el tallo de la

plantacomosi fueraunamascotaa laquehubieraechadomuchodemenos—.Plantasdeléter.Noheencontradoniunsolosímboloenningunadeellas,perohedescubiertoalgo.Conlospétalos,lasraícesylashojasdeciertasespeciespuedenfabricarseelixiresque,unavezingeridos,tienenefectosmuyútiles.

Señalóentoncesunestantedemaderacercano,repletodeampollas.Enrealidad,erantubosdeensayoconuntapóndecorcho,repletosdelíquidorojo,azuloamarillo.

—Por suerte, la capitana Lovett se ofreció voluntaria para probarlos. Por ejemplo éste: quien loconsuma se curará de sus heridas, como si se tratara del conjuro de la curación.Ayudó a la capitanaLovett a recuperarse parcialmente de la parálisis—concluyó mientras cogía un frasco y lo sacudía,haciendoasíqueellíquidorojooscilaradeunladoaotro.

—Éste, en cambio, puede reponer elmana de un demonio cuando su dueño lo bebe—prosiguió,señalóunodelosfrascosazulesydevolvióelrojoasusitio.

SeprodujounincómodosilenciomientrasElectradejabalamanoinmóvilsobrelostubosllenosdelíquidoamarillo.Finalmente,seencogiódehombrosysevolviódenuevohaciaelgrupo.

—Acabodeempezarainvestigarconplantas,¡peroporalgoseempieza!—dijoalegremente.—¡Desdeluego!—exclamóSeraph—.¡Nosvaadarunagranventaja!—¿Ylostubosamarillos?—preguntóSylva—.¿Paraquésirven?Electrafruncióelceño;luegonegóconlacabezayseencogiódehombros.—Notengoniidea.Séquehadeteneralgúnefectoenalgo,peroesoestodo.Albeberlo,setienela

sensacióndequeestápasandoalgo,peroaúnnohedescubiertoqué.LediounmanotazoaSeraphcuandoéstesedisponíasigilosamenteacogerunodelosfrascos.Enese

momento,secerróviolentamentelapuertaqueteníantrasellosyseoyeronunospasos.—Ah,aquíestá Jeffrey—dijoElectraaplaudiendo—.Susoídosysusojosson losmíos,¿sabéis?

Arriesgalavidapararecogercadáveresdedemoniosorcoscadavezqueseproduceunabatallaenlasjunglas.Esasespeciesdedemoniossonlasquecasinuncavemosennuestrapartedeléter,porloqueesmásprobablequenosrevelenunconjuroqueaúnnoconocemos.

FletchersediolavueltayvioaJeffrey,queenesosmomentossedirigíahaciaellos.Latenueluzdela sala resaltaba aúnmás susojoshundidosy supalidez.El joven sirviente sonrió aFletcherbajo suenmarañadamelenacastaña,peinadaunpocoalestilodeFletcher.

—Elasma,claro,loobligaairdespacio—dijoElectra—,peroconocelajunglapalmoapalmo,locualosresultarávaliosísimo.Además,hacedosañosqueleestoyenseñandoalquimia.

—Hola a todos —dijo Jeffrey, saludando tímidamente con la mano—. Tengo muchas ganas detrabajarconvosotros.Llevomuchotiempoesperandolaoportunidaddeayudar,peronomehandejadoporculpademispulmones.Hallegadoelmomento.

—¿Qué?¿Élvaasernuestroguía?—exclamóSeraph.—Elguíadeunodelosequipos—dijoElectraconvozronca,observandoconlascejasarqueadasa

Seraph—.LohaelegidolacapitanaLovett,perocreyóquedebíadaraambosequiposlaoportunidaddeelegirlo.Arcturustienesupropiocandidato,enelcasodequedecidáisrechazarlo.

—Contodoslosrespetos,amímepreocupaunpoco—dijoOthello,restregandolospiescontraelsueloenungestoquedenotabaincomodidad—.Silosmédicosmilitarescreenquenoesaptoparaluchar

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enelfrente,¿cómopuedeserloparaunamisióntanpeligrosa,enlomásprofundodelajungla?Creíaquenosproporcionaríanaunexplorador,oaunrastreador.

—YopensémásomenoslomismoquetúcuandoJeffreymelopropuso—respondióElectra—,perolepreparéunremedioabasedehierbasquealiviaenpartelossíntomasdesuenfermedady,comoyaoshedicho,conocelajunglamuchomejorquecualquierexplorador.Haestudiadosuecosistema,igualqueyoheestudiadoeléter.Sabequéplantassepuedencomerycuáleshayqueevitar.Velaráporvosotrossidecidísaceptarlo.

—¿Esquetenemosotraopción?—preguntóFletcher.—Sí.Nadieosobliga a elegirlo comoguía,pero séque la capitanaLovett aúnestábuscandouna

segundaopciónparavuestroequipo.Siqueréismiselixiresy losnuevosconjurosquehedescubierto,elegidlo a él.Os adentraréismuchoen las líneas enemigas, quién sabequé clasededemoniospodéisencontrar.Quierounalquimistaallí—respondióElectra.

FletcherobservóaJeffreyduranteunsegundo.Eljovensirvienteseirguióunpoco,conunaexpresiónresueltaenelrostro.

—Loacepto—dijoFletcher.

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21

Fletcherysuequipoestabansentadosentornoaunamesadelataberna,estudiandoelmapaqueteníandelante.

—¿Por qué nos van a dejar tan lejos del objetivo de lamisión?—preguntóOthello, señalando elpunto apartadodelmapa en el queunaXmarcaba la zonade aterrizaje—.Tardaremosdías en llegarhastaallí.

—Supongoqueeslomáximoquepuedenacercarsealapirámidesinquelosdescubran—murmuróSylvamientrasrecorríaconeldedoladistanciadesdelaXhastaelfrente—.Dejarnosenunsitioenelquepuedanvernosseríalomismoqueanunciarnuestrallegadaconfuegosartificiales.

Fletcher,conlabarbillaapoyadaenlasmanos,escuchabaeldebate.Estabademasiadocansadoparaaportar su propia opinión.El trayecto en carro hastaCorcillumhabía sido undesastre, pues nohabíadejadodecaerunafinalluviaqueloshabíaempapado.Habíanhechoelviajeensilencio,acurrucadosparaprotegerelmapaylasinstruccionesqueRookleshabíadadoalsalirdeVocans.

Cuando finalmente habían llegado, Othello los había conducido directamente a una taberna cuyasventanasestabanprotegidasportablasdemaderayleshabíadichoqueallípodríanpasarlanoche.Elequipo de Seraph, por su parte, había seguido a Sacharissa, supuestamente para encontrarse con lapersonaa laqueArcturushabíaelegidocomoguía.Lysander tambiénsehabíadespedidoo,másbien,habíasalidovolandosinprevioaviso.FletchersupusoqueLovetthabíadejadodeveratravésdeélyqueelGrifoansiabavolverjuntoasudueña.

Lasvigasdelatabernasehallabanaescasaaltura,comosiellocalestuvieradiseñadoparaalbergaraenanosynoahumanos.Ajuzgarporelinterior,hacíatiempoquenadieentrabaallí.Lasmesasylassillas estaban desperdigadas y, a pesar de que Othello nada más entrar había encendido los pocoscandilesqueaúnquedaban, lasalaseguíaenpenumbra.Casi todala luzprocedíadelosrayosdelunaquesecolabanporlasventanascerradas.

—¿Sepuedesaberdóndeestamos?—selamentóFletcher,despuésdepasarundedoporelbordedeunamesaydelevantarloparamostrarleselpolvo—.Estoestáquedaasco.

—LatabernaElYunque—lecontestóCress,señalandouncartelsobrelapuertaenelquesepodíaveresenombreyelcorrespondientesímbolo—.AquíesdondesereuníanlosYunque,aunquenotelocreas.Lapistaestáenelnombre—añadióguiñándoleunojo.

El nombre le sonaba.Recordóvagamenteque, durante suprimerdía enCorcillum,Athol le habíadichoquefueraaaquellatabernatrasentregarlelatarjetadelosYunque,quemástardehabíasalidoarelucirduranteeljuicio.

—Yosolíaveniraquí—dijoJeffrey,despuésabandonólamesayseapoyóenlabarra.Apenashabíaabiertolabocadesdequelohabíanelegidocomoguía—.Hastafuimiembrojuvenildelaorganización

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antesdequelosYunquesevolvieranincendiariosyseclausuraraestelocal.LamejorcervezadetodoCorcillum.Sóloporeso,yavalíalapenaunirseaellos.

—Losdueñossonenanos—dijoOthello,conelpechohenchidodeorgullo—.Esmás,eldueñoesmiprimo.Mehadichoquepodíamosveniraquíaprepararnosparalamisión.

—Segúnlasinstrucciones—dijoFletcher,sinhacerlesdemasiadocaso—,lamisiónempiezadentrode dos días. O sea, que será mejor que nos echemos un sueñecito, porque no creo que en la junglapodamosdormirmucho.Yahablaremosdetodomañanaporlamañana.

—Enrealidad,Fletcher,creoquetendrásquequedartedespiertounpocomás—dijoOthelloconunatímidasonrisa—.Estamosesperandounasvisitas.Conunpocodesuerte,llegaránencualquiermomento.

Justoentonces,seoyóuntoc,tocenlapuertayFletchersesobresaltó.—¡Quépuntualidad!—Othellosonrióyechóacorrerhacialapuertaparaabrirla.En el umbral aguardaban dos figuras. La más cercana llevaba una larga capa rosa y azul, con

recargadasfloresbordadasenelcentro.Aunqueseocultabatrasunvelo,Fletchersupo,porlaformaenqueOthellolaabrazaba,quesetratabadeBriss,sumadre.

Junto a ella se encontrabaAthol, con lasmanoshundidas en los bolsillos de los pantalones y unasonrisacansadaperosatisfechaenelrostro.

—¿Nosecháisunamanocon lascosas?—dijoelenano,queseñalabacon lacabezaasuespalda,dondeaguardabauncarrotiradoporunjabalí.Elcarroestabarepletodepaquetes,yeljabalíteníalosflancos sudorosos debido al esfuerzo—.Con cuidado, es una cargamuy valiosa.Os podría salvar lavida.

El enano de pielmorena le guiñó un ojo a Fletcher y luego, cuando se abrazaron, se echó a reírescandalosamente.FletcherlediounaspalmadasenlaespaldamientrasJeffrey,SylvayCressentrabanlospaquetesylosdejabansobrelamesa.Hastaesemomento,FletchernisiquierasehabíadadocuentadelomuchoquehabíaechadodemenosaAthol.

No tardaron demasiado en descargar el carro entre todos, tras lo cual Athol le dio al jabalí unapalmadaen lagrupa.Elanimalchilló,contrariado,peroenseguidapartióal trote,arrastrandoelcarrotrasél.

—Conoceelcaminodevuelta.Sonlistoslosjabalíes.Másqueloscaballos—dijoAthol.Seapoyóenunamesa,introdujolospulgaresbajolostirantesy,trasecharunvistazoasualrededor,

silbóenvozbaja.—Cómoestátodoesto...—selamentómientrascogíaunajarradelamesaqueteníadetrás.Lediolavueltaydelinteriorcayóunhilillodepolvo.Atholarrugólanariz.—AnteseralamejortabernadetodoHominum—murmuró—.Justodespuésdelprimeratentado,la

tapiaronylaclausuraron.Denoserporeso,lehabríapegadofuegoalgúnhumanoconmuchainiciativa.Quévergüenza.

—¿Quéocurrió?—preguntóFletcher,tratandodeentenderhastaquépuntohabíancambiadolascosasdurantesulargoencarcelamiento—.¿QuétienenqueverlosYunqueconesosataques?

Atholsuspiróysefrotólosojos.—Alprincipio, losYunque sólo eranhumanosque simpatizabancon los enanos—empezóadecir

Atholmientras se sentaba en uno de los bancos bajos—.Todo empezó cuando unos cuantos humanosfueronabeberaunodenuestrosbares,porquelacervezaeralamejor,claro.Pocodespués,empezamos

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arepartirtarjetasdesocioparamanteneralejadosaloscamorristas,porejemploalosgruposracistasque venían de vez en cuando en busca de pelea. Por su parte, ellos también formaron una especie degrupo: se aseguraban de que sus amigos enanos llegaran a casa sanos y salvos, acudían a lasmanifestacionesdenuestragenteycosasasí.Nadaviolento.Nadaqueverconloqueocurriómástarde.

Atholhizounapausaparaordenarlasideas.—La primera explosión —prosiguió Athol con una lúgubre expresión— se produjo durante una

manifestaciónqueseorganizóparaprotestarporelinjustoarrestodeunjovenenano.Pólvoraybalasdemosquetemetidasenunbarrilqueestabajuntoalospinkertonesyquealguienhizodetonarconunalargamecha.Laexplosiónmatóa trespinkertonesyadiez inocentes.Según la investigación,sólopodíaserobradeunmiembrodelosYunque.Elbarrilllevabaallívariosdíasparanolevantarsospechas.Ylosúnicos que conocíamos el recorrido que haría la manifestación éramos nosotros y los Yunque. Noshubieran cargado a nosotros elmuerto de no ser porque un testigo vio al terrorista salir huyendo dellugar.Demasiadoaltoparaserenano,dijeron.

—Pero¿porqué?—preguntóFletcher—.¿Quépretendíanconseguirconunataqueasí?—Jamás lo sabremos —respondió Cress con los ojos cerrados. Las manos le temblaron en un

repentinoataquede rabia—.Los líderes seesfumaronesemismodía.Perohubomásataques.Unodeellosduranteeljuiciodeljovenenano.Enesaocasiónmurierontreintapersonas,incluidoelmuchacho.Eracomosilesdieraigual.Hastadejaronunatarjetadevisita,literalmente.Unatarjetadesocio,delasquenosepuedenfalsificar,pertenecienteasuslíderes.

—¿Comolaquetúmediste,laquemostraronduranteeljuicio?—preguntóFletcher.—No, esas tarjetas eran para los miembros juveniles, si se les puede llamar así. Casi todos los

muchachosylasmuchachasdeCorcillumhantenidounatarjetaenunmomentouotro,pueslasrepartíancomo si fueran caramelos —respondió Athol, negando con la cabeza—. Y yo el primero, comorecordarás.Elúnicomotivodequelapresentaraneneljuicioeraconfundiraljurado,puessiendocomoeran susmiembros de tan al norte, sin duda desconocían ese detalle. Pero en realidad esa tarjeta eraprácticamenteunticketdeentrada.

—RoryyGenevievetambiénteníanuna—confirmóJeffrey—.Hastaalgunosdelosnobles.Además,la mayoría de los sirvientes, como la señoraMayweather, la cocinera, solían venir por aquí. Todosqueríanprobarlacerveza.Inclusoamímegustaba.

Sehizoelsilencioyunaatmósferalúgubreseapoderódelaestanciaalcomprenderlosallípresenteshastaquépuntoeracomplicadalasituación.Despuésdeloqueacababadeescuchar,Fletchersepreguntósilamisiónserviríaparacambiaralgo.Verjuntosaenanos,elfosyhumanosluchandocodoconcodo...¿serviríadeverdadparatraerlapaz?

—Secargarondeunplumazolosprogresosquesehabíanconseguidoalolargodevariosaños—susurróOthelloconlamiradaperdida—.Absurdo,absurdo,absurdo.Todoelmundoculpóalosenanos,claro.Dijeronquenosdedicábamosaembaucarconalcohola los jóvenese impresionableshumanos,queleslavábamoselcerebroparaquenoshicieraneltrabajosucio.

—Cuéntales lo quepiensaUhtred—dijoBriss, cuyo rostro inescrutable permanecía oculto tras elvelo.

Othello hizo un gesto de impaciencia y negó con la cabeza, como si le pareciera una pérdida detiempo.Cresslediounapatadayelenanogritóydespuéssefrotólaespinilla.

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—Quieroverquécontienenesospaquetes,asíque...acabadeunavez—ledijoCress,cruzándosedebrazos—.Yhazlecasoatumadre.

—¡Puesvale!Esuna teoríaestúpida,peronomásdescabelladaque lasotrasexplicacionesqueheoídoporahí—gruñóOthellomientrassesentabayseexaminabalaespinilla,cubiertadevellorojizo,enbuscadealgúnmoretón—.MipadrecreequealgunodelosdirigentesdelosYunquetrabajaenrealidadparaelTriunvirato.Esenuevoodiohacialosenanosestáacabandoconnuestronegociodearmas.Losintendentes se niegan a comprarnos las armas a nosotros, pues corren rumores de que saboteamos losmosquetesparaqueestallenenelrostrodesusdueñoscuandolosmanipulen.

—Opodíatratarsetambiéndeunenanofanático,convencidodequedebemosiniciarotrarebelión—dijoCress,quenoparecíamuyimpresionadaporlateoríadelpadredeOthello—.Porejemplo,alguiencomoUlfr.Eselpeor.YantesteníadominadoaAtilla...Bueno,hastaqueteconocióati,Fletcher.

LededicóaFletcherunaradiantesonrisayluegosevolvióhaciaAtholyhaciaBriss.—Bien, sé que vosotros dos os habéis pasado el día trabajando sin descanso en un proyectomuy

secretoyqueporesonohabéispodidoveniravermeganareltorneo—dijoCress,enuntonodeligerareprimenda—.Asíquevamosaveraquévienetantomisterio.

Brissempezóaaplaudir,entusiasmada,yluegoprocedióarepartirlospaquetesentrelosmiembrosdel equipo. Fletcher no pudo esperar y abrió el suyo inmediatamente. Bajo el envoltorio marrón seencontrabaalgoblandoyelmuchachoadivinóalinstantedequésetrataba:ununiforme.

Lo desplegó y lo acercó a la luz, fascinado por el tono azul oscuro de la tela con que lo habíanconfeccionado.

Lacasacaestababordadaconhilodeplata,teníaelcuelloredondoyunasanchassolapasblancas.Eratanlargaquelellegabapordebajodelasrodillas,igualquesuúltimacasaca,aunquelateladeéstaeramuchomásgruesa.

—Eslobastantelargaygruesacomoparaqueteabrigueporlanoche,perotambiénlaheuntadocongrasaparaqueseaimpermeable.Aunquelalanadeporsíyaesresistentealagua.

Fletchersefijóentoncesenquelosotrosmiembrosdelequipoestabancontemplandounosuniformesidénticos.

—Esperfecto—suspiró—.YtieneloscoloresdelacasaRaleigh,¿verdad?Azulyplateado.—Sí—respondió Briss, echándose a reír—. ¡Me alegra que te hayas dado cuenta! Al principio

queríahacerlosverdes,paraquesecamuflaranenlaselva,peronecesitamosqueelmundoenteropuedaveros a travésde laspiedrasde cristal.No loolvides: se tratade conquistarmentesy corazones.Ununiformedecoloresllamativosserviráparaquetodoelmundopuedaidentificaratuequipo.

—Esoescierto—dijoFletcher.Sepusolacasacaycontemplólospantalonesquehacíanjuego—.Amínosemehabríaocurrido.

—Tambiénoshehechounasbotas—dijoBriss,yseñalóunahilerademocasinesaltoshastaelmusloqueAtholhabíadejadosobrelamesa—.Hechasconlapielquetrabajanloselfos,suaveperoduradera.Lamejorquehay.

Sylvasonrió,complacidaporelcumplido,yasintióalegrementeparaexpresarsugratitud.TodosledieronlasgraciasrepetidamenteaBrissmientrasAtholesperabaimpacienteaqueabrieransuspaquetes.

—Ahorametocaamí—dijo,antesdequeBrisstuvieraoportunidaddehablar—.Yaséquetienesunarco y una falce, Sylva, así queme temo que no tengo nada para ti excepto unas cuantas flechas de

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emplumadoazul...,elcolordetuequipo.—Nopasanada—respondióSylva,aunqueen suvozseadivinabaciertadecepción—.Lasarmas

erandemipadre,ycreoqueservirán.—Bien,bien—dijoAthol,distraído,mientrassefrotabalasmanoscongestoexpectante—.Cress,a

tiyatehiceeltorqyelseaxparaeltorneo,asíquedisponesdebastantesarmasparaelcombatecuerpoacuerpo.Mañanatetraeréunaballestayunascuantasflechasazules,ytambiéntraeréunaespadaparaJeffrey.Esquenomecabíatodoenelcarro.

—¡Bah!—resoplóCress,ysedejócaerpesadamenteenelbanco—.¡Llevotodoeldíaesperandomisnuevasarmas!

—Bueno,Othello—dijoAthol,quelehacíaunaseñaasuamigoparaqueseacercara.LeentregóunpaquetedelapilayOthelloloabrióconavidez.—Esto es un trabuco—le explicómientrasOthello sacaba el arma de un paño engrasado—.Está

cargadoconperdigones,unospequeñosproyectilesesféricosquesedispersanaldisparar.Noesqueseaunarmamuyprecisa,peroconellapodrásdeteneralenemigo.Unorcotoroenfurecidopuederecibirunabalademosquete,matarteyvolveracasaacenarantesdedarsecuentadequelehandisparado.Ylomismocon las flechasdearcoy lassaetasdeballesta.Sí, tardeo tempranomorirá,peroa tiyano teservirádemucho.Perosiledisparasunpuñadodeperdigones,caeráredondoalsuelocomosihubierarecibidounmazazo.

Othelloacercóelarmade fuegoa la luzydescubrióqueseparecíamuchoaunmosquete,aunqueteníaelcañónmáscortoylabocaacampanadacomoladeunatrompeta.Elmetalbruñidoresplandecíacomoelbronce,ylamaderateníalatonalidadoscuradelatecapulida.

—Hedudadoalahoradeentregárteloparaunamisiónencubiertacomolavuestra,pero,siporloqueseaosdescubren,teseráútil—dijoAthol,queseapartóalverqueOthellolevantabaelarmaymirabapor encima del cañón—. Sólo debes tener en cuenta que si disparas, la detonación se oirá en varioskilómetrosalaredonda.

LaexpresióndeOthelloaldejareltrabucosobrelamesaeralavivaimagendelafelicidad.IdénticaeralaexpresióndeAtholcuando,sinpronunciarpalabra,leentregóaOthellounafundadecueroparacolgárselaalhombro.

—Tambiéntengounhachadeguerraparati—dijoalfinAthol,yseñalóelpaquetequeteníaallado—. La he cogido del armero... Es una de las mejores de tu padre, pero no he tenido tiempo depersonalizarla.Heañadidounascuantashachasdelanzar,también.

—Gracias,deverdad—dijoOthelloconvozatiplada—.Tehassuperadoatimismoconesetrabuco.Mipadretehaenseñadomuybien.

—Ah, no es nada, lo habría hecho élmismo de no haber estado tan ocupado con el consejo. Porsuerte,despuésdeljuicioconsiguiórecuperareltomahawkquetehabíanarrebatadolospinkertones...Telodarácuandovayaadespedirte.

Othellosesentóy,conunasonrisaatribulada,negóconlacabeza.—Bueno,yahoraletocaaFletcher...,amenosquequierasirteadormir,claro—dijoguiñándoleun

ojo—.Podemosesperarhastamañanasiloprefieres.—Muygracioso—dijoFletcher,quenolequitabaelojoatodoslospaquetesqueAtholteníaasu

espalda.

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¿Deverdaderantodosparaél?—Deboadmitirqueloquecontienelamayoríadeestospaquetessontusposesiones,quetedevuelvo

porcortesíadeArcturus—dijoAtholalmismotiempoqueapartabavariospaquetesgrandes—.Telosguardómientrasestabasenlacárcel.Tuarco,elkhopesh, lafunda,lapiedradecristal,dinero,ropayflechas...Estátodoaquí.Tambiénmepidióquetedieraesto.

AtholleentregóunpaquetequeaFletcherleresultabafamiliar.Alverdequésetrataba,elmuchachoseechóa reír: eldiariode JamesBakery el librodeconjuros, amboscuidadosamenteatadosconuncordel.Arcturusselashabíaarregladopararecuperarlosdelacelda.Alcogerelpaquete,Fletcherviounanotapegada.

Fletcher:

Me alegra que estos dos libros te llegaran el año pasado. Si te digo la verdad, no estabamuysegurodequeelsobornoqueleofrecíalguardiadelaprisiónfuerasuficiente.Luegomelosrevendióaunprecioabusivo. Supongoquea estasalturas yahasmemorizadoel diario, peronoquieroqueDidriclepongalasasquerosasmanosencima.TesugieroqueselodesaAtholparaqueteloguarde.Buenasuerteenlamisión.Estarécontigoenespíritu(bueno,ytambiénatravésdeSacharissa).

ARCTURUS

Fletcheresbozóunasonrisadeorejaaoreja.Ahorayasabíaquiéneraelmisteriosobenefactorquele

había hecho llegar los libros hasta la celda. Aunque se había desvelado que no eran hermanastros,Arcturushabíahechoporélmuchomásquecualquierhermano.Fletcherledebíamucho.

—Esotendríaquehabértelodadoalfinal—gruñóAthol,alverlaexpresiónalegredelmuchacho—.Enfin,toma.

LeentregóaFletcherunpesadopaquete,queelmuchachodepositóconcuidadosobrelamesaparadespuésabrirlo.Dospistolascentellearonbajolaluz:unadeellasteníauncañónlargo,mientrasquelaotrateníadoscañonescortos.EnlaempuñaduradelapistoladelcañónlargoseapreciabaungrabadoquerepresentabaunaSalamandracontodolujodedetalles.Eramás laobradeunartistaque ladeunfabricante de armas. En la otra pistola había representado un Grifuelo de igual belleza, con un alaapuntandohaciacadacañón.

—LacapitanaLovetthavenidoavernosymehaayudadoconeldibujo.Esperoqueteguste—dijoAthol,frotándoselascallosasmanosyobservandoaFletcherconunaávidamirada.

Con cuidado de no apoyar el dedo en el gatillo, Fletcher levantó la pistola que representaba a laSalamandra.

—Esasombroso—dijoenvozbajamientraspasabalamanoporlamaderapulida.Lamadera,suavecomolaseda,teníaunatonalidadrojiza.—Mealegraquelopienses—dijoAthol.Elenanodesplegóunaampliasonrisa,yFletchernoentendióporquéelenanohabíapensadoquetal

veznolegustaraaquelregalo.Atholseacercóentonces,lecogiólapistolaylaacercóalaantorchamáspróxima.

—Es un prototipo. El interior del cañón está «estriado»: tiene un surco en el interior que gira en

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espiral,locualledaefectoalabala.Disparamáslejosyconmásprecisiónquecualquiermosquete,yaloverás,perotambiénesmásdifícildecargar.

Fletcherechóunvistazoalinteriordelcañón,perocambiódeideacuandoAthollequitóelarmadelasmanosyladejóaunlado.

—Éstatambiénesunprototipo—dijoentonceselenanocuandocogíalasegundapistola—.Condoscañonespuedeshacerdosdisparos,perotambiéntardaseldobledetiempoencargar,asíqueloscañonesnosonestriados,sinodeánimalisa.Othelloyateenseñarámástardeacargarlasyadispararlas.

—Ydeberíasponerlenombreatusarmas—dijoOthello,conlamiradafijaaúnenelrelucientemetaldesutrabuco—.ÉstasellamaBess.

SeruborizóunpococuandovioqueCresssonreíaalescucharelnombre.—Unamordelainfancia—admitióOthello,aquienselehabíansonrojadolasorejas.Fletcherseechóareíryluegoseconcentródenuevoensusdospistolas.Duranteunmomento,pensó

enponerleslosnombresdesuspadres,peronoleparecióbien.No,laclaveestabaenlosgrabados.—Llamarada y Vendaval—dijo sosteniéndolas en alto—. Llamarada por el fuego de Ignatius, y

VendavalporlaformaenqueAthenaplaneaconelviento.—Unosnombresmuyadecuados—admitióSylva,queasentíacongestosolemne.LaspistolaslepesabanmuchoyFletcherpudosentirelpoderqueemanabadeellas.Sóloconapuntar

ydispararpodíaacabarconunavida.Sí,eranunasarmasformidables.—Siteenfrentasaunorco,apuntaalacabezaycuidadoconelruido—aconsejóAtholmientrasle

bajabalasmanosaFletcherdemaneraquelaspistolasapuntaranalsuelo—.Y,ahora,elúltimoregalo.HetenidoquehacerleunosreajustesdeúltimahoracuandolacapitanaLovettmehadichoquehabíasaceptadolaofertadeElectra,deahíquehayamosllegadounpocotarde.

El mismo Athol abrió el paquete y descubrió una larga bandolera de cuero provista de correas,fundasybolsillosalargados.

—Ésteestuarnés—dijomientrasselopasabaaFletcherporlacabezayleajustabalascorreas.Seloajustóasumedidayluegoretrocedióunpasoparacontemplarsuobra.—Te irá de perlas.Bien, vamos a equiparte. Enfunda esas pistolas, ¿quieres?Me pones nervioso

apuntandotodoelratoaquíyallá.Fletcherintrodujolaspistolasenlasfundasqueahorateníaaambosladosdelcuerpoynotóenlas

caderaselpeso repartidode lasdosarmas.Atholabrióentonces lospaquetesque teníaa suespalda.Fletcherloobservómientraslefijabaelarcoyelcarcajalaespalda,ylafundadelkhopeshalcinturón.Por último, el enano rebuscó a su alrededor e introdujo en la bandolera que le cruzaba el pecho aFletchercuatrodelosfrascosqueElectraleshabíadado.

—Perfecto—dijoalfin—.Vasarmadohastalosdientes,peropodrásmoverteporlajunglacomounespectrosinquesetecaiganadaysinhacerdemasiadoruido.

—Esperfecto—dijoFletcher,buscandounespejoparacontemplarse.Puestoquenoloencontró,seconformóconbajarlamiradahaciaelpecho.Apoyólasmanosenla

empuñaduradelaspistolasypercibióelpoderqueemanabadeellas.—Nosécómopagartetodoesto,Athol.Niati,Briss.Tengounpocodedineroynocreoquevayaa

necesitarloenlajungla.Porfavor,dejadmequealmenoshagaesoporvosotros.—Niseteocurra—dijoAtholaltiempoquesemetíalasmanosenlosbolsillos.

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Fletcher cogió la bolsa de dinero, que aún estaba en uno de los paquetes deArcturus, y trató dedárselaaBriss,peroéstaalzóambasmanosyretrocedió.

—Mebastaconquesobrevivas—dijolaenana,yluegolepasóunbrazoporloshombrosaOthello—yconquecuidesdemihijo.

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EldíayaestabamuyavanzadocuandoFletchersedespertó.La luzdel sol secolabapor lasventanassuperioresdelataberna.IgnatiusronroneabasuavementesobreelpechodeFletchery,soñando,movíalacola.HabíaalteradodeliberadamentesuacostumbradaposiciónentornoalcuellodeFletchersóloparaqueAthenanopudieraposarseenelpechodeljoven.AlGrifueloparecíahaberlemolestadounpocolaactituddeldiablillo,por loqueFletcherhabía tomado lasabiadecisióndeperfundirlayevitarasíunconflicto.

Juntoaellos,Othello roncaba ruidosamentecon labocaabierta, separandomucho lasaletasde lanarizcadavezquerespiraba.Alecharunvistazoentrelospostigosyverqueelsolestabayamuyalto,Fletcher le dio una patadita a Othello. El enano se despertó con un resoplido y gimió, tapándose deinmediatolacabezaconlasmantas.

—Metemoque,despuésdepasarnoslanocheenvelaparaorganizar laruta,hemosdesperdiciadobuenapartedeldíadurmiendo—selamentóFletcher,queaúnseguíamirandoporlaventana—.Yatedijeanochequeteníamosqueacostarnos.

—Bueno,tenemoscasitodoeltrabajopreviohecho—dijoOthello,aunquenisiquieraélparecíamuyconvencido—,asíquepodemospasarnoseldíadecompras.¿Noquieresdisfrutardeundíaenlibertad?Nohasparadoniunminutodesdequesalistedeaquellacelda.

Fletcher se desperezó y empezó a calzarse las botas, intentando que Ignatius bajara al suelo. Eldiablillo, sin embargo, permaneció en su espalda con las piernas arqueadas, negándose a que lodespertaranapesardelcodazomentalquelepropinósuamo.

—Créeme,nadamegustaríamás—contestóFletcher—,peroanocheJeffreypropusoquefuéramosalfrenteaconoceralossoldados.Nuncaheestadoallí.Megustaríasabercómoesaquello,cómosonlossoldados.

—¿Estásseguro?—lepreguntóOthello,conevidenteaprensión.—Sí—dijoFletcher,pasandodepuntillasanteJeffrey,queseguíadurmiendoenelsofáqueestabaal

otroladodelasala—.Estamosapuntodecruzarlaslíneasenemigasynisiquierasabemosquéaspectotienennuestrossoldados.Voyaversilaschicasestándespiertas.

Salióde laestanciay llamóconsuavidada lapuertacontigua.Noobtuvo respuesta,demodoquellamóconunpocomásdefuerza.Justocuandolevantabaelpuñoparallamarporterceravez,unobjetocontundenteseestrellócontraelotroladodelapuertay,acontinuación,seoyóunavoz.

—¡Largodeaquí!—gritóCress.Fletcherhizounamueca,perosealejódelapuerta.—Parecequeseremossólonosotrostres—dijo,zarandeandoaJeffreyparadespertarlo.

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Eltrayectoencarruajehastaelfrenteerabastantelargo,demodoque,cuandoelcocherogolpeóeltechopara indicarles que ya habían llegado, la primera luz anaranjada del atardecer ya teñía el cielo.Unaatmósferalúgubresehabíaidoapoderandodelostresjóvenesduranteelviajealdarsecuentadelatareaalaquetendríanqueenfrentarsealdíasiguiente.FletcherinclusohabíaperfundidoaIgnatiusduranteelviaje, pues el demonio había captado el abatimiento general y sus lastimeros ronroneos no servíanprecisamenteparaalegrarlosánimos.

—Vamos—dijoFletcher,ysaltódelcarruaje.Losotrosdospermanecierondentro,contemplandolaspuertasconciertotemor—.Exploremosunpoco.

El carruaje se había detenido en lo alto de una colina baja, lo que permitió a Fletcher divisar elfrente,queseextendíavarioskilómetroshaciacadalado.Consistíaenunaúnicatrinchera,bastanteanchaytanprofundaqueunhombrepodíaintroducirseenellahastaloshombros.Elfondoestabacubiertoporunaespeciedeescalóndemadera,alquelossoldadospodíansubirseparaapoyarlasarmasenelbordedelatrinchera.Lalíneadelatrincheraquedabainterrumpidadevezencuandoporbúnkersdemaderaque albergaban cañones.Fletcher creyóoír el ecodistante del fuegode los cañones y dedujoque losorcosdebíandeestarasaltandoalgúnpuntolejano.

Unospocoscentenaresdemetrosmásalládelatrinchera,seveíanyalasverdesfrondasdelajungla.Elterrenoqueseparabaelhoyodelavegetacióneraunafranjadetierrayermacubiertadebarrodespuésdeañosdecañonazosybatallascampales.

Hasta ese momento, Fletcher no había visto jamás la jungla. Se quedó atónito al comprobar laintensidaddelcoloryelespesordelavegetación,queloocultabantodoalavistaexceptolalindedelajungla.Cuandoseacercóparavermejor,selehizounnudoenelestómago.Notardaríaencruzaraquellafrontera,enalejarsedelaseguridadqueofrecíaelterritoriodeHominum.

Másalládelatrinchera,peroenelladodeHominum,cientosdesoldadosvestidosconuniformerojoibandeun ladopara otro, deambulando entre ungrandesordendehogueras y tiendas.Unos fumaban,otros comían y bebían. También se oyó el discordante chirrido de un violín, que interpretaba unalastimeramelodíaquenotardóensersilenciadaporelairadogritodealguieninsensiblealosméritosdelmúsico.

—Genial,Fletcher—gruñóOthello,situándosejuntoaél—.Pareceunsitiomuydivertido.Havalidolapenaestarcuatrohorasdeviaje.

—Espera un poco—dijo Jeffrey, con la mirada fija en la tienda más grande, desde la cual lesllegabangritosy risas—.Veamosquéestápasandoallídentroy tomemosalgo.Podemosdormirenelcarruajeduranteelcaminodevuelta.

—Deacuerdo—dijoFletcher.Enesemomento,dosguardiasarrojaronaunhombredesdelaentradadelatienda.Elpobreinfeliz

aterrizó sobre el barro. Otro hombre salió tambaleándose tras él, vomitó de repente y acabódesplomándosesobreelhediondocharcodevómitoqueélmismohabíadejado.

—Aunqueserámejorqueseaunavisitabreve—añadióFletcher,antesdevolversehaciaelcochero—:Sinosesperasaquí,tepagaremostambiéneltrayectodevuelta.

—Hecho,señor—respondióelcochero,guiñándoleunojo.Empezaronadescender,tratandodenomancharsedebarrolosflamantesmocasines.Cuandopasaron

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antelossoldados,algunosdeellossepusieronfirmesylesdedicaronunareverenciaounsaludomilitar.Jeffrey,conciertaarrogancia,irguióelcuerpo.Losuniformesquellevabanerancaros,deesonocabíaduda, y los identificaban como oficiales de alguna clase. Hasta los dos guardias se apartaroneducadamenteaunladoparadejarlospasar.Prontosehallaronenelinteriordelatienda.

Hacíauncalor infernal.Elaireapestabaasudor,humoacreycerveza.Latiendaestabarepletadehombres que bebían en jarras y fumaban cigarros. Una densa humareda se había formado sobre suscabezas.

A laderecha seveíaunabarra. Jeffrey sedirigióde inmediatohacia allí paraunirse a la coladehombresqueesperabanuna jarradecerveza.FletcheryOthello,encambio, se fijaronenungrupodehombresapiñadosenel centrode la sala en tornoa loqueparecía serunhoyocercadoporunmuro.Mientrassedirigíanhaciaallíparainvestigar,selesacercóunhombredesdentadoquellevabalacabezaafeitada.Sujetabaunmugrientofajodepapelesentrelasmanos.

—Haced vuestras apuestas, chicos. Cinco a uno en los cuatro combates. Podéis elegir entre azul,rojo,verdeoamarillo,lomismoda.Elúltimoquequedeenpiesalvalavida.

Othello y Fletcher lo ignoraron y se abrieron paso hasta la primera fila. Othello era apenas lobastantealtocomoparaecharunvistazoporencimadelbordedelmuroyverquéhabíaalotrolado.

En el centro del cercado, sobre la arena ensangrentada, había un gran cajón de madera en cuyointeriorsemovíaalgo.Asualrededorseveíanotroscuatrocajonesmáspequeños,alineadosjuntoalapareddelfoso.Teníaneltamañoaproximadodeunbarrilpequeñodecervezaycadaunodeellosestabapintadodeunodeloscuatrocoloresqueelcorredordeapuestashabíamencionado.Estabanunidosaunacuerdaquepasabaporel interiordeunaanillaclavadaenelmuroquerodeabael foso.Al tirarde lacuerda, se levantaba el cajónyquedaba en libertad loque fueraquehubieradentro.Habíahuesosdeanimales esparcidos por la arena, como si fueran colillas en un cenicero. En un rincón, se pudría elcostillardeunanimal,talvezunperrogrande.

En torno al foso, se había congregado un buen número de ruidosos individuos. Algunos de ellosinclusoescupíaneinsultabanalosmisteriososocupantesdeloscuatrocajones.

—Últimas apuestas... ¿Quién quiere apostar?—gritaba el hombre desdentado, pero nadie le hacíacaso.

ElhombreavanzóhastalabarreraysesituójuntoaFletcher.Cuandotodoslospresentesvolvieronlamiradahaciaél,Fletchercomprendióqueaquelhombreeraelorganizadordelespectáculo.

—Soltadalosduendecillos—ordenó.Muydespacio,lascajassesepararondelsueloy,algirarlasbisagrasdelabase,cayeronalsuelo

unasescuálidascriaturasdepielgrisáceayvestidasconharapientostaparrabos.Noeranmásaltasqueunniñodeunoodosaños.Teníanlanarizlargaylasorejaspuntiagudas,ademásdeojossaltonesyunosdedoslargosyfinos,depianista,conlosqueseaferraronalascajasenunintentodepermanecerdentro.Cadaunodeellosllevabaunamarcapintarrajeadaenlaespalda,delmismocolordelacajaenlaquehabíanpermanecidohastaesemomento.

Curiosamente, uno de los duendecillos le llamó la atención a Fletcher.Mientras que los otros seencogieronyhuyeronde inmediatohacia losrinconesdel foso,elduendecilloazulse irguiócongestoorgulloso.Conlasorejastriangularescaídashacialaespalda,dejóvagarlamiradaasualrededor,desdeel enorme cajón del centro hasta la multitud. Durante un segundo, clavó la mirada en Fletcher, para

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despuéscogerdelsuelounfémurroto:unodelosextremosterminabaenunapuntairregularperoafilada,mientrasqueelotroeracomounagruesaporradoblehechadehueso.

—¡Parecequetenemosunvaliente!Elazultieneagallas—dijoelhombredesdentado.SoltóunaruidosacarcajadayledioaFletcherunapalmadaenlaespalda,comosiquisieracompartir

la broma con él. Luego, sin embargo, adoptó un tono siniestro y le dedicó al muchacho una sádicasonrisa.

—Normalmente,sonlosprimerosencaer.ParaaliviodeFletcher,Jeffreyseinterpusoentreambosenesemomento.Conunamiradayavidriosa

porelalcohol,leentregóunajarraaOthelloyotraaFletcher.Eljovenleechóunvistazoalhediondolíquidodesujarray,sinqueJeffreysedieracuenta,seladioalhombredesdentado.

Elhombreleguiñóunojoparadarlelasgraciasyluego,trasderramarseenlacamisapartedellargotragodecerveza,gritó:

—¡Soltadalasratas!Se levantóelcajóngrandeydeélsurgióunamasaserpenteantedefuriosascriaturas,unagrotesca

mezcladecolas,incisivosyenmarañadopelonegro.Debíadehaberporlomenosuncentenarderatasque,consusminúsculasgarras,dejabanasupasovariashuellasdesangre.

El hombre desdentado le pasó un brazo por los hombros aFletcher, pues éste se había ganado susimpatíaalregalarlelajarra.

—Las tenemos sin comer durante un tiempo, así se vuelven voraces—confesó el tipomientras ledabaungolpecitodecomplicidadaFletcher—.Tardanunpocoenrecurriralcanibalismo;loóptimosontresdías,peroparecequeéstasllevanalgomásdetiemposincomer.

Sualientoerahediondo,unavaharadafétidaqueselecolóaFletcherporlosorificiosdelanariz.Desvió el rostro, asqueado, y dirigió de nuevo la vista hacia el foso, incapaz de apartar los ojos delespectáculo.

Lasratashabíanpercibidoalgúnmovimiento,aunquelamayoríadeellasaúnestabanintentandosalirdelapila.Azul,conelfémurenlamano,estabahablandoconsuscompatriotas,alosquealparecerdabainstrucciones en un extraño idioma. Pero si era eso lo que estaba haciendo, los otros duendecillosignoraron sus súplicas. Se limitaron a permanecer sentados con la cabeza oculta entre las piernasmientrasunodeellosseaferrabaalassuciasparedesdelfoso,tratandodeencontrarunpuntodeapoyoenaquelmaterialquesedesmoronaba.

LaprimerarataatacóaAzul,peroéstelalanzólejosconundesesperadogolpe.Llamódenuevoasus amigos, aunque sin éxito. Otras dos ratas se abalanzaron sobre él, por lo que no le quedó másremedioqueecharsealsueloyrodardesesperadamentehaciaunlado.

Enesemomentocayóal sueloelduendecilloverde, rodeadoporunejércitodechillonas ratasdeojosrojos.Azulgritó,angustiado,perosugritonofuenadacomparadoconloschillidosylosaullidosdedolordelescuálidoduendecilloverdemientraslasrataslodespedazabanamordiscos.

OtrasalimañasconsiguieronsalirdelapilayAzulretrocedióarrastrándoseporelsuelohastatocarconlaespaldaelcostillarputrefacto,decuyoshuesosaúncolgabanjironesdepelo.Sólolostendonesmediopodridosmanteníanelcostillarunido.Elduendecilloamarillofueelsiguienteendesaparecerbajounamasaderatasnegras.SuslastimeroschillidosleresonaronaFletcherenlosoídos.

Aparte de Azul, ya sólo quedaba el duendecillo rojo, que de alguna manera había conseguido

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encaramarse a la pared del foso.Estaba allí aferrado, incapaz de seguir escalando.Debajo de él, lasrataschillaban,saltabaneintentabanmorderalapobrecriatura,quelasapartabaapatadas.Enelrincón,Azulseescabullóbajoelcostillareintrodujolapuntaafiladadelfémurporlaparteabierta.Desdeallí,acuchillabaatodarataqueseleacercara.

Horrorizado,Fletchervioaunhombreinclinarseporencimadelmuroyempujaralduendecillorojo,que cayó gritando enmitad de aquella jauría aullante.Algunos de los espectadores gritaron, furiosos,perosóloporquehabíanapostadoporelrojo.Lapobrecriatura,amerceddeaquelbancodepirañas,fuedevoradahastaquenoquedódeellamásqueelesqueleto.

—¡GanaAzul!—exclamóelhombredesdentadoentrelosvítoresdelosespectadores—.Bien,¿quiénquiereapostarsobrecuántodurará?Dosaunoaquenoresistemásdeunminuto.

Sealzóunamareadehombresque,soberanodeplataenmano,sedirigióahacersusapuestas.—Creíaqueelganadorsalvabalavida—gruñóFletcher.—Nunca habíamos tenido un espectáculo tan apasionante como éste —le susurró el hombre,

torciendolaboca—.Nopiensodesperdiciarlaoportunidad.—Nomeencuentrobien—murmuróJeffreymientrasseagarrabaalbrazodeFletcher—.Creoque

esacervezamehasentadomal.Sácamedeaquí,porfavor.Enelfoso,Azulseguíaluchandoconvalentía.Unaratachillóalrecibirungolpeenelojo,mientras

queotraaporreabaelcostillar.—Vámonos—dijoFletcher,yseabriópasoentrelamultitud.Derepente,latiendaleparecíamuypequeñayelcalor,sofocante.Necesitabarespirarairefresco.Cruzaron la entrada y Jeffrey se alejó tambaleándose, seguido por Othello y Fletcher. Empezó a

vomitar,yOthellolefrotólaespaldaalmismotiempoquevolvíalacabeza,asqueado.Lanocheyahabíacaído,peroalolejosaúnsevislumbrabanlosúltimosvestigiosdelapuestadesol.

—Yo he bebido un trago de esa cosa y el resto lo he tirado—dijo Othello—. Parecían meadosfrescosdecaballo.Aunquelabebidanoesmásquelaformaquetienenloscobardesdereunircoraje.

Coraje. Eso era lo que acababa de ver Fletcher. El coraje de un duendecillo que se enfrentaba adificultadesinsuperables.Alimaginarsealacriaturaluchando,tomóderepenteunadecisión.Apretólamandíbulayechódenuevoacorrerhacialatienda.

—Espera,Fletcher—murmuróJeffrey,escupiendosalivaporlaboca.PeroFletcheryahabíacruzadolaspuertasysehabíaabiertopasoentrelamultitud.Salvólabarrera

delfosodeunúnicosaltoyluego,usandolaenergíacinética,hizovolarporlosairesalasratas,cuyosgordoscuerposseestrellaroncontralosmurosdetierra.

Invocó a Ignatius con una corriente de mana y, tras aparecer, el demonio empezó a luchar deinmediato,atacandoadiestroysiniestrocon lasgarras.Expulsópor labocauna llamaradaqueacabócon una docena de ratas. El olor de la carne chamuscada, sin embargo, les resultó irresistible a lasdemás,queseabalanzaronconchillidosdejúbilosobresuscarbonizadascompañeras.

Azulestabaatrapadoenunmortalabrazoconunagigantescarataquehabíaconseguidointroducirseenelcostillaryleclavabarepetidamenteelfémurenelcostado.Fletcherdesenfundóenesemomentosukhopesh y atravesó limpiamente al roedor. Luego, con el cuerpo aún ensartado, usó la espada paralevantar el costillar. Y, entonces, cuando los gritos de entusiasmo empezaban a apagarse, Fletcherenfundólaespadaycogióenbrazosalduendecillo.ElpobreAzul,exhausto,respirabaagitadamente.

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Lamultitud,perpleja,observóaFletcher.—¿Quénaricestecreesque...?—empezóadecirelhombredesdentado.Sinembargo,noconsiguióterminarlafrase,puesderepenteelmundoenterosevinoabajocuando

unaexplosiónreventólatiendaylametralladerribóaaquelejércitodehombresbebidoscomosifueraunaguadañaquesiegauncampodetrigo.

FletchereIgnatius,aúnenelfondodelfoso,vieronpasarporencimadesuscabezasladeflagración,comosi fueraunabolade fuego.Elmuchachonotóun intensodoloren losoídos,que leempezaronasangrardebidoaltremendoestallido,ylaondaexpansivaquesacudiólatierralolanzóalsuelo.

Instantes después, trepó por la pared del foso y echó a correr entre los cuerpos de los soldadosheridos,quegemíandedolor.AzulseguíaaferradoalpechodeFletcher.AlguienlesujetóuntobilloyFletcherapartóesamanodeunapatada,paradespuésseguiravanzandoyempujando,comounhombreapuntodeahogarsequeintentallegaralaorilla.Ignatiusletirabadelamangayloguiabaentreelhumo.YentoncesnotólasmanosmusculosasdeOthello,quetirabandeélyloarrastrabanporelbarro,hastaquelosdossedesplomaronenlabasedelacolina.Elenanomiróasuamigoconunaexpresióndealivio.

—Estásvivo—jadeó—.¡Esunmilagro!Fletchercontemplólacarnicería,asuespalda.Lossargentosgritabanórdenessindescansomientras

lossoldadosarrastrabanalosheridosporelsueloennegrecidoycubiertodesangre,paradepositarlossobrecamillasrápidamenteimprovisadasconlanzasychaquetas.

—Noesningúnmilagro—dijoFletcher.Tosió,pueselaireestaballenodehumo.Variosfuegosmáspequeñosardíanenmitaddelamasacre.

Ignatiusempezóaparlotear,asustado.TrepóalhombrodeFletcherylefrotólanucaconelhocico,paratranquilizarse.

—Tenemosqueayudarlos—jadeóJeffreymientrassedirigíaalatiendadestrozada.Fletcher,sinembargo,losujetóporelcuellodeluniformeyloobligóavolver.—Othello,serámejorquenoteveanporaquí—seapresuróadecirFletcher,alescucharlasvoces

airadasquesemezclabanconlosgritosdelossoldadosqueestabanagonizando—.Unaexplosión...,unenanocerca...

Othelloabriómucholosojosenunaexpresióndehorrory,uninstantemástarde,FletcheryéltirabandeJeffreycolinaarriba,aunqueelmuchachonodejódepelearniuninstante,exigiendoquelodejaranvolverparaayudaralossoldadosheridos.

Notardaronmuchoenllegaralcarruaje,quemilagrosamenteaúnlosestabaesperando.—¿Qué narices ha ocurrido? —les preguntó el cochero, realmente sorprendido al fijarse en el

duendecilloqueFletcherllevabaenbrazos.El muchacho sacó un puñado de monedas de su bolsa y las depositó en las manos del cochero.

OthellometióaJeffreyaempujonesenelcarruaje.—LlévanosdevueltaaCorcillum—gruñóFletcher—.Yrápido.

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23

—¿Enquénaricesestabaispensando?—soltóUhtred,ydiounpuñetazosobrelamesa.SeencontrabanenlabodegadeElYunque,recibiendoelmayorrapapolvodesusvidas.Uhtredhabía

llegado hacía apenas unos minutos y los había arrastrado hasta allí nada más conocer la historia,temerosodequealguienestuvieraobservandola tabernaenbuscademovimientossospechosos traselnuevoatentadodelosYunques.

—¿Ysioshubieranvisto?—gritó,acercándosealostres—.Elúnicoenanosoldadoenkilómetrosalaredondaycasualmentetienesqueestarenelsitiodondeestallaunabomba.EstamosenlatabernaElYunque,¡porfavor!Teacabasdelibrardeunaacusacióndetraición.Sicorrelavoz,vuestramisiónharámásmalquebien...¡Lagentepensaráquesoisunostraidores!

—Creoquesímehanvisto—murmuróOthello—.Peroconlabarbaafeitada, talveznomehayantomado por un enano, sino por un humanomuy bajito. Estaba oscuro, lleno de gente y estaban todosborrachos.Lamayoríadelosquemehanvistoseguramentehanmuertoenlaexplosión.

—Iralfrentehasidoideamía—añadióFletchermientrasOthelloseencogíacadavezmásbajolamiradadesupadre—.Pero¿cómoíbamosasaberquehabríaunatentado?Sóloqueríamosvercómoeselfrente.

Uhtredabriólaboca,peroluegohizounamuecayvolvióacerrarladuranteunossegundos.—Bueno, sea como sea, estáis los tres en peligro —dijo, aunque había suavizado un poco la

expresión.—¿Podéisbajarlavoz?—murmuróJeffrey,sujetándoselacabeza—.Mevaadaralgo.—Telomereces—murmuróUhtred,y luego leofrecióalmuchacho lapetacadeaguaque llevaba

sujetaalacintura—.Bébeteesto.Mañanaporlamañanatienesqueestarenplenaformaparalamisión.Othellogimióenvozaltaaloírhablardelamisión,yUhtredsevolviódenuevohaciaél.—Yano teacordabas,¿verdad?El futurodeHominumdependedevosotros, tantoparaunificar la

nacióncomoparadestruirlaamenazadelostrasgos.NimeatrevoapensarenloquediríaelreyHaroldsisupieraloquehaocurridoestanoche.

Fletcher bajó la cabeza, avergonzado, pero una parte de sumente seguía ocupada, pensando en lareaccióndeUhtredsi supieraqueen lamochilaquecolgabaenesosmomentosde labarandillade laescalera había unduendecillo dormido.No tenía ni ideade lo que iba a hacer con aquellaminúsculacriatura,yOthellonolohabíaayudadomucho.Jeffrey,porotrolado,nisiquieralosabía,puessehabíasumidoenunprofundosopornadamásentrarenelcarruaje.

UhtredcontemplólaspistolasdeFletcherysuspiró.Sacóunadelasarmasdesufundayapuntóconelcañón.

—Mientrasestabaisporahí,¿tehaenseñadoalmenosmihijoacargaryadispararestasarmas?—

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preguntó,aunquesutonodevozdabaaentenderqueyaconocíalarespuesta.—Bueno...,conlaexplosiónytodoeso...—murmuróFletcher,evitandolamiradadeOthello.—Enlajunglanopodráspracticar,porqueteoiránenvarioskilómetrosalaredonda—dijoUhtred

exasperado—.Ymañana tampoco tendrás tiempo.Bien, estoestábastante insonorizado, aunquepuedequenosretumbenunpocolosoídos.Peronadienosoirádesdelacalle.

Alfondodelabodegahabíaunoscuantosmueblesrotos,apiladosdemaneradesordenadajuntoalapared.Enelcentro,unasillatapizadaderojo,mirandohaciaelexterior.Elblancoperfecto.

Sinvacilar,Uhtredapretóelgatilloyunalargalenguadefuegobrotódelcañóndelapistola.Enelinteriordelabodega,ladetonaciónsonómáscomounestallidoquecomoundisparo.Unanubecilladehumo surgió del lugar donde el pedernal había golpeado el rastrillo, encendiendo así la pólvora delinterior.

El tapizado de la silla apenas se movió, pero Fletcher vio enseguida un nuevo agujero en ladeshilachadatela,próximaalcentro.

—Noestámal—dijoUhtred,amartillandodenuevoelarma—.Ahora,fíjatebien.Sacóunpequeñocartuchodelbolsillotrasero.Eraenrealidaduncilindrodepapelamarillodoblado

enunode los ladosparamantenerlocerrado.Uhtredsujetóelplieguecon losdientesy rasgó lapartesuperior,descubriendoasíelfinopolvonegrodelinterior.

—Tienesqueecharloenelagujerocuadradoqueestájustodondeelpedernalgolpeaelacerodelapistolaalbajar.Esloquesellamalacazoleta—dijoUhtredmientrasvertíaunapequeñacantidad—.Deaquívienelafrase«másduroqueelpedernal».

Fletchersiguióconunaávidamirada losmovimientosdeUhtredcuandoéste introdujoel restodelcontenidodelcartuchoenelextremodelapistola.

—Luegometeselrestoenelcañónyusaslabaquetaparaempujarlahastaelfondo.Uhtredcogióunadelgadavarademetalque sobresalíade la culatademaderade lapistola, justo

debajodelcañón.Lahundióhastaelfondodelcañónvariasveceshastaasegurarsedequeelcartuchohubieraentradoperfectamenteenlapistola.Luego,devolviólabaquetaasusitioyapuntódenuevoalcojín.Enconjunto,elprocesonohabíaduradomásdequincesegundos.

—Bien,ahorapruebaadisparar.¡Recuerdaquetieneunpocoderetroceso!Uhtred le entregó lapistola aFletcher.El armapesabay le temblóunpocoelbrazoal levantary

apuntar por encima del cañón. No tenía nada que ver con un arco: el punto de enfoque quedabademasiadolejosyelpesoestabadesequilibrado,puesdebíasostenerlapistolaconunaúnicamano.

Disparóycerrólosojoscuandosurgiólanubecilladehumodelacazoleta.Ladetonaciónlepareciótanfuertecomolaexplosióndelatentadode losYunques.Nosabíasi lehabíadadoaalgoono,pueshabíademasiadohumo,perocuandodejaronderetumbarlelosoídosysedisipóelhumo,sediocuentadequeelcojíndelasillaestabaexactamenteigualqueantes.

—¿Adóndehedisparado?—preguntó.Muy lentamente,empezóa tambalearse lapatadeunasillaen lazonasuperiorderechade la sala,

para después soltarse con un crujido demadera rota.Una bala se había alojado en la ensambladura.Othelloseechóareírcuandolapatadelasillacayóalsuelo,bastantelejosdellugaralqueteóricamentehabíaapuntadoFletcher.

—Bueno,mejorapuntaalpechoenlugardealacabeza—dijoUhtred,echándoseareírydándole

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unapalmadaaFletcherenlaespalda.Elmuchachosuspiróyvolvióaguardarelarmaensufunda.—Bien,quitaoslaropa—lessoltóentoncesUhtred,chasqueandolosdedos.—¿Qué?—exclamóFletcher.¿DequéestabahablandoUhtred?Y,entonces,Fletcherleechóunvistazoasuropa.Lapartedelanteradelflamanteuniforme,tantola

casacacomolospantalones,estabamanchadadehollín,barroysalpicadurasdesangredelamasacre.Eluniforme de Othello estaba igual de sucio después de haber arrastrado a Fletcher. El de Jeffrey, encambio,estabaimpecableapesardelavomitera.

Fletcherseencogiódehombrosy,muydespacio,sefuequitandolasarmasylaropa,hastaqueélyOthellosequedaronen ropa interior, temblandoen laatmósferagélidadeaquellapolvorientabodega.Uhtredseechóareíralverquelosdosestabanavergonzados.

—Tenéissuertedequemiesposasealamejormodistadelosalrededores.Cambiarálaspartesquenosepuedanlimpiarymañanaporlamañanatendréislosuniformeslistos.

AntesdequeFletcherpudieradisculparseporhaberestropeadosuuniformenuevo,oyeronuncrujidoenelpisodearriba.Y,entonces,sinquelesdieratiempoamoverse,lapuertadelabodegaseabriódegolpeyalguienlosapuntóconunaballesta.

—¿Quién anda ahí abajo? —gritó Sylva, que en ese momento apareció con el arco ya tensadomientrasCresslosapuntabaconsuballesta.

—Somosnosotros—admitióFletchertímidamente.UhtredsubióruidosamentelaescalerayobligóaCressabajarelarco.—Descansadunpoco—lesdijo,chasqueandolalengua—.Osveréatodosmañanaporlamañana.Duranteunsegundo,CressySylvasequedaronmirandoalosdoschicos,mediodesnudosyconel

rostroaúntiznadoacausadelaexplosión.Jeffreyestabadespatarradoenelsuelo,borracho.ParadesesperacióndeFletcher,lasdosmuchachasseecharonareír.—Vaya,vaya—dijoCress,conunrisueñodestelloen lamirada—.Parecequenoshemosperdido

unafiesta...

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24

Loscuatroequipossehallabanenunaampliaplataformademadera,contemplandoaunmardehombresuniformados de rojo, un poco más allá de las trincheras del frente. Los soldados los miraban conexpresión seria, y todo estaba en silencio, a excepción del viento ululante que les hacía aletear losfaldonesdelascasacas.

Fletchernotóunmovimientoenlamochilaysequedóinmóvil.Azulllevabatodalanochedurmiendo,ofingiendoquedormía.ElplandeFletchereraocultarloenlamochilaysoltarloenlajunglaencuantoaterrizaran.Pordesgracia,elprofundosueñodelduendecilloparecíahaberllegadoasufin.

MientrasFletcher rezabaparaqueAzulvolvieraadormirse, el rectorScipio subió lentamente losescalonessituadosaunladodelatribuna,resplandecienteconsusmejoresgalasdegeneral.Saludóconunainclinacióndecabezaacadaunodeloscuatroequiposy,acontinuación,sevolvióhacialamultitudqueformabanlossoldados.

—Todosmeconocéis—dijoScipio,con lasmanosunidasa laespalda—.Héroede labatalladelpuenteWatford,rectordelaAcademiaVocans.Luchéduranteunadécadaenestaguerra:yadefendíalasfronterasmuchoantesdequelamayoríadevosotrosmeconocieraispersonalmente.Asíque,cuandoosdigoqueloqueestáisapuntodeescuchareslaverdad,quieroqueconfiéisenmí.

Variosdelossoldadosqueloobservabanasintieron,otrosrelajaronloshombrosyalgunosinclusosonrieron.

—Habréisoídohablarde ladyCavendish,que llevamuchosañossufriendoencautividad.Habréisoídohablardelostrasgosydelosmilesdehuevosqueesperanelmomentodeeclosionar.Estoscuatroequipos liderarán una expedición que se adentrará en las líneas enemigas para neutralizar dichasamenazas. Es lamisiónmás arriesgada que he despedido jamás. Todos y cada uno de estos jóvenesguerreros están arriesgando la vida para salvar a nuestro país.Y quiero que lo recordéis cuando lastropasdeelfosyenanoslleguenalfrente.

HizounapausayFletcheraprovechóparadesviarlamiradamásalládelamultitud,hacialatierraennegrecidadondeaúnseapreciabanlassecuelasdelarecienteexplosión.

—Anocheperdimosacuarentaytreshombres,todosellosbuenossoldados,enunatentadobrutalysinsentido.Loshombresqueloperpetraronsonsóloeso:hombres.Lospatriarcasenanoshancondenadolosatentadosunayotravez,yaseguranqueesasatrocidadesnosehancometidoensunombre.Yesoesalgoquetambiéndebéisrecordar.

Los presentes recibieron esa última afirmación con un silencio glacial. Algunos negaron con lacabeza;otrosselimitaronaseguirmirandoalfrenteconunaexpresiónimpasible.

—LasFuerzasCelestiales no tardarán en llegar, junto con los guías de los distintos equiposy losdemonios de sus padrinos. Quiero que demostréis a todos esos hombres y mujeres vuestro

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agradecimientoporelsacrificioquevanarealizarhoy.Justocuandolamultitudempezabaaaplaudir,aparecieronunosminúsculospuntitosentrelasnubes.

Al principio, trazaban círculos, como las abejas en torno a un tarro de miel, pero luego fueronaumentando de tamaño hasta que el campo de visión de Fletcher se llenó de gigantescas alas que semovían sin descanso. Eran docenas de poderosas bestias voladoras que, en perfecta formación,descendíantrazandocírculos.

Lovettaterrizójuntoaellos,contantasuavidadqueapenasseoyóelsonidodelasgarrasdeLysanderaltocarelsuelo.ElGrifoescondiólasalasysearrodillójuntoaFletcher.

—Puedollevaradosdevosotros—susurróalmismotiempoqueayudabaaFletcheramontarjuntoaella.

Sylva, con la frente cubierta por una fina capa de sudor, se deslizó en silencio tras él. Apoyó lacabezaenlamochiladeFletcheryconambosbrazossesujetóalacinturadelmuchacho.

—Todoirábien—dijoFletcher,aunquenoestabademasiadoconvencidodesuspropiaspalabras.Azulnosemovió.Eracomosielduendecillosupieraquedebíapermanecerensilencio.Otro demonio aterrizó entonces junto a ellos y sus cascos resonaron en el suelo. Se trataba de un

Alicornio, uno de los demonios menos corrientes en el arsenal de Hominum. Mientras el demoniopaseaba con elegancia entre los alumnos, Fletcher contempló fascinado su hermosa piel blanca y susplumasdecisne.Parecíaungrancaballoblanco,aexcepcióndesusanchasalasydel largocuernoenformadeconoquelesurgíadelafrente.

Elrostrodeljinetepermanecíaocultotrasunagorradepielyunasgrandesgafas,peroleshizoseñasaOthelloyaCressparaqueseacercaranyluegolosayudóasentarsejuntoaél,pueslacortaestaturadeamboslesimpedíasubirporsímismos.

No tardaron en llegar otros demonios, cada uno de los cuales aterrizó entre los vítores de lossoldadosqueseguíanlaescena:Hipogrifosquedescendíanenpicado,idénticosalosGrifosencuantoala forma pero con el cuerpo y las patas traseras de un caballo y no de un león; Peritios de largacornamentaquepisoteabanlatribunayque,denoserporlasgrandesalasrojizas,laslargasplumasdelacolaylasafiladasgarrasdelaspatastraseras,podríanpasaratodoslosefectosporalcesdeelfos.

TambiénaparecióalgúnqueotroChamrosh,queeracomounGrifominúsculo,peroconcabezayalasdehalcón,ycuerpoyrasgosdeperro.Erandemasiadopequeños—apenasdoblabanentamañoaAthena— para que se pudiera volar en ellos, por lo que su tarea consistía en prestar apoyo. Además, eranexcelentescompañerosparalosdemoniosprimariosdelasFuerzasCelestiales.

Fletcherestabamaravillado.Nuncahabíavistotantosdemoniosjuntos,especialmentetratándosedeejemplarestangrandesypoderososcomoaquellos.SehabíaacostumbradoaversiemprealosmismosdemoniosenVocansy,enciertomodo,casihabíaolvidadolagranvariedaddeespeciesqueHominumteníaasudisposición.

TambiénsealegródenoveraotrosGrifuelos.Athenaeraunarareza,yFletcherteníaintencióndepermitirleestirarlasalasduranteelvuelohastalajungla.SehabíaaseguradodequetantoIgnatiuscomoAthena estuvieran perfundidos elmáximo tiempo posible antes de lamisión, demanera que pudierandescansaryreponercasitodoelmana.Sinembargo,leseguíapareciendoraropasartantotiemposinvera Ignatiusy lehabía costadounpocoacostumbrarse a lapresenciadeAthenaen sumente.AunqueelGrifuelo no solía inmiscuirse mucho en sus pensamientos, como era de esperar en un demonio bien

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entrenado, a Fletcher aún le costaba bastante dirigir instrucciones sólo a la mente de uno de losdemonios.

—¿Estáis todos preparados?—gritóScipiomientras los últimos alumnos subían a sus respectivasmonturas.

FletcherdivisóaOpheliaFavershamalomosdesupropioPeritio,encabezandolamarcha.Suclaropeloondeabaalviento.ZachariasForsythmontabatrasella,talvezparaverpartirasuWendigocuandollegaranalazonadeaterrizaje,otalvezsólocomoapoyo.Rooktambiénhabíasubidoaundemonio;elinquisidor,aferradoalacinturadeotrooficial,parecíaunpocomareado.

DeCaliban, Sacharissa y elWendigo no había ni rastro, pero Fletcher sabía que no se les podíaperfundir,porqueentoncesseinterrumpiríalaconexiónquesehabíaestablecidomediantelaspiedrasdecristal.Enesemomento,sefijóenquelossoldadosestabanseñalandoendirecciónalcielo.Siguiósusmiradasysequedóatónitoaldescubrirtresenormescajonessuspendidosenloalto,cadaunodeellostransportadopordosmiembrosde lasFuerzasCelestiales.NoeradeextrañarqueRookpareciera tanmareado,pues loscajonesoscilabandeun ladoaotro, comopéndulos,y losdueñosde losdemoniospodíanpercibirelmovimientoatravésdeéstos.

—¿Dónde está Arcturus? —preguntó Fletcher, al descubrir que el padrino de Seraph no estabapresente.

LovettseñalóentoncesalhombrequeestabasobreelAlicornio, juntoaellos.Derepente,Fletcherreconociólaparteinferiordeaquelrostroyvislumbró,bajolasgafas,elextremodelacicatrizquelocruzaba.

—¡Unregalodel reyHarold!—gritóArcturus,dándoleunapalmaditaalAlicornioenelcuello—.LosllamoBucephalus,oBuck,paraabreviar.MeharácompañíamientrasSachaestéfuera.

LovettsevolvióhaciaFletcheryhaciaSylvaconunaalegreexpresiónenelrostro.—Arcturusformarápartedelequipoderescatequeos traerádevueltacuandohayáis terminadola

misión, o bien os sacará de la selva antes si necesitáis ayuda.Será agradable tener un compañero deviaje...cuandomehayáisdevueltoaLysander,claro.

Fletchersefijóentoncesenquetodoslosdemás,incluidoJeffrey,yahabíanmontado.Sinembargo,contantodemoniopululandoporahíytantobatirdealas,noresultabafácilverquiéneraquién.

DespuésdequeOpheliagritaraunaorden, lasFuerzasCelestiales sevolvieronhacia la jungla.Y,entonces,conlabocasecayelcorazóndesbocado,Fletchersaliódisparadohacialasalturasporsegundavezenlamismasemana.

Sefueronalejandodelsuelomuchomásrápidodeloquecreíaposible.Elmardeuniformesrojossefueencogiendohastaconvertirseenuncharquitorojopegadoalaoscuralíneaqueeralatrinchera.Sinembargo, siguieron elevándose y Fletcher tuvo la sensación de que las nubes se precipitaban a suencuentro.

Antesdequelasatravesaran,Fletchervislumbróunmantoverde,inmensoyondulado,interrumpidotansóloporelanchoysinuosocursodeunrío,queserpenteabahaciaelfrenteantesdecurvarsesobresímismoparavolveratrás.

—Éseesel ríoporelque llegóaquelmuchacho,Mason—gritóLovett, tras salirde lasnubesenmitaddeunalluviadevapordeagua—.Elquetrajoelcadáverdeltrasgo.Esunmuchachovaliente.Yonohubieratenidoelvalordehacerloqueélestáhaciendo.

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Enesemomentoplaneabansobreun inmensomantodeblancasnubes,queseextendíahastadondealcanzabalavista.Ahoraqueestabantanalto,elsolbrillabaconfuerzaenelcieloy,alreflejarseenelbancodenubes,despedíaunresplandordeslumbrante.Resultabaextrañoporque,antesdeatravesarlasnubes,elcieloestabagrisyencapotado.

—¿A qué te refieres? ¿Por qué dices que Mason es valiente? —preguntó Sylva, con la vozentrecortadaporelentusiasmoylasmanosfirmementesujetasalacinturadeFletcher.

—¿PorquéquiereserelguíadelequipodeMalik?—replicóLovett—.¿Recordáisenquéestadoseencontrabacuandollegóalfrente?Oestálocoonotienemiedodevolver.Nosabríadecirsilohaceporlealtadalosamigosqueaúnsiguencautivososiloqueleinteresaeseldinerodelarecompensa.

La formación de demonios voladores empezó a virar hacia el sur, la mayoría de ellos justo porencimadelasnubes,rozándolasconlaspatas.Fletcherextendiólospiesconlaesperanzaderozarlasynotaralgo,peroloúnicoquepercibiófueunacrecientehumedadenlosmocasines.

—Tengo algo para ti —le dijo Lovett mientras rebuscaba en las alforjas de su silla. Cogió unpergaminopulcramenteatadoconunacintaroja—.Simeocurrealgomientrastúestáslejos—añadió,yselopusoaFletcherenlasmanos—,aquítieneselpergaminoparainvocaraLysander.Enelcasodequeocurralopeor,noquieroqueregresealéterenmitaddetumisión.

—Gracias—dijoFletcheremocionadoporelgesto—.Telodevolveréencuantoregresemos.Loguardóenelbolsillolateraldesumochila,concuidadodenodespertaralduendecillo.Nosabía

muybienquéexplicacióndaríaenelcasodequeLovettdescubrieraqueescondíaaunfugitivo.Siguieronvolando,bajoelsolque lescalentaba lapielycon las lágrimasque leshumedecían los

ojosacausadelviento.Sinembargo,elentusiasmoporeliniciodelviajenotardóendesaparecerparadejarpasoalarealidaddellugaralquesedirigían.

—¿PorquénodejassaliraAthenaparaqueestirelasalas?—lepropusoLovettalpercibirlatensióndelmuchacho.

Fletchersonrióydirigió lapalmahaciaelcielo.Athenacobróformaenunfogonazode luzazulytrazóunaelegantepiruetaenelcielo,paradespuésplanearjustopordelantedelpicodeLysander.

—Serámejorquelaapartes—dijoLovett,riendoentredientes.Fletcher, sin embargo, no entendió la broma. Se estrujó el cerebro, confuso, hasta que Sylva le

susurróalgoaloído.—LamayoríadeloshabitantesdeHominumvenatravésdelosojosdeLysander.Nosésilesvaa

gustarmucholaideadeverleeltraseroaAthena.—¡Ah!—exclamó Fletcher, y se echó a reír. Le lanzó un rápido pensamiento a Athena para que

descendieraunpoco—.¡Yanomeacordaba!—Yo tardaré bastante en olvidarlo—gruñó Lovett, y le acarició a Lysander las suaves orejas—.

Lysander tuvoqueaguantarayerunmontóndegolpesyempujonesmientrassedistribuían loscristalesportodoelimperio.YnostocóestartodoelratojuntoaHannibal,elWendigodeZacharias.Esacosahuelepeorqueeltaparrabosdeunduendecillo.

AzulsemovióenlamochiladeFletcher,comosihubierareconocidolapalabra.Fletchernisiquierasabíasilosduendecillospodíanhablar,peroporsiacasocambiórápidamentedetema.

—¿Por qué volamos por encima de las nubes? —preguntó—. ¿No sería mejor que viéramos elterreno?

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—Enrealidad,esunasuertequeelcieloestétanencapotado—dijoLovett,negandoconlacabeza—.Ahíabajohaymilesdeorcos,duendecillosypuedequehastatrasgosocupándosedesustareas.Ahora,ésteessuterritorio.Bastaconqueunodeellosnosveavolandoaquíarribaparaqueestamisiónacabeantesinclusodehaberempezado.No,dejaremosquelasnubesnossiganocultandohastallegaralazonadeaterrizaje.Allíestaréisbastanteseguros,pues,segúnlasFuerzasCelestiales,setratadeunterritorioprácticamentedeshabitado.

Fletcher tragó saliva. De repente, aquel grueso banco de nubes le parecía una barrera muy pococonsistente entre él y las tierras de allí abajo.En realidad, devez en cuando la niebla sevolvíamásdelgadaylepermitíavislumbrarunterrenomontañosocubiertoporunespesomantodevegetación.Nisiquiera se atrevía a pensar en el tiempo que tardarían en regresar si, por algúnmotivo, las FuerzasCelestialesnoconseguíansacarlosdeallí.Esoenelcasodequeconsiguieranregresar,claro.

Enesemomento,reparóporprimeravezenunacortalanzaquesehallabasujetabajoelcostadodelasilla.Parecíaunadeaquellas lanzasqueusabanen las justas loscaballerosdeantaño,peroalgomáscorta y recia. Estaba pintada con rayas blancas y azules, pero tenía una temible punta metálica quecentelleababajoelsol.

—¿Quéeseso?—preguntó,señalándola.—Unalanza,¿quévaaser?—respondióLovett.Lasacódesufunday,amododedemostración,sela

colocóbajoelbrazo—.CuandoteenfrentasaunGuiverno,loúnicoquepuedeatravesarlelapielesunalanza...,yparaasestarelgolpehacefaltairagranvelocidad.

Fletcherseestremecióalimaginarunabatallaentrejinetesaaquellasalturas,alomosdedemoniosenzarzadosenunviolentocaosdealasygarras.

—Devezencuando—prosiguióLovettmientrasdevolvíalalanzaasusitioysacabauncuchillodelafundaquellevabasujetaauncostado—,subeabordounpasajeronodeseado:Alcaudones,EstirgesoAvispas,porlogeneral.Sondemoniosvoladoresdepequeñotamañoy,siseacercandemasiado,hayqueahuyentarlosconesto.

Fletchersediocuentadequeeraunadagaderodela:unarmaconfiloypuntadeagujaydosguardasenformadedisco,enlapartesuperioreinferiordelaempuñadura,paraprotegerlamanodequienlautiliza.

—Lógicamente, nohayqueolvidar todos los conjuros debatalla que revoloteanpor ahí—añadióLovett, girando la daga con un diestro movimiento y devolviéndola a su funda—. Si los conjuros teparecíandifícilesantes,esperaatenerqueenfrentarteaellosenmitaddeuncombateaéreo.

Fletcherseestremeciódenuevoy,porprimeravez,lamentóhaberpasadotanpocotiempoenVocans.Un año no era suficiente para aprender todo lo que un hechicero podía aprender, ni siquiera paraperfeccionarlaspocastécnicasquehabíaconseguidoaprender.

Le habían dicho que los brujos orcos poseían, en general, demonios más débiles, pero ahora sepreguntabasiseríaverdadosólountrucopropagandístico.Alfinyalcabo,losGuivernossecontabanentrelosdemoniosmáspoderososconocidoshastaelmomento.Talvezsóloenviabanaprimeralíneaasusdemoniosmásdébilesyreservabanasusdemoniosmáspoderosos.Porahora.

—Estamos siguiendo el curso del río —gritó Lovett, aunque el viento sopló con fuerza en esemomentoysellevósuspalabras—.Osdejaremosenunpantanocuyasaguasdesembocanenunadelasfuentesdelrío.¡Yanofaltamucho!

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Como si hubiera escuchado aquellas palabras, Ophelia se detuvo a la cabeza del escuadrón.Permanecióflotandoenelaireunossegundosmientrasmirabahaciaabajo,yluego,enrápidasucesión,lanzótresluceserranteshaciaelcielo.

Trasesaseñal,Lysanderrecogiólasalasaloscostadosylosdemoniosatravesaronlasnubescomosifueranflechas,atantavelocidadqueelvientoleazotóelrostroylosojosaFletcher.Consiguióverunamasaborrosadeverdepaisajeyenseguidanotóenbrazosypiernaselrocedelashojas.

Lysanderparecía ir saltandode ramaen rama.Comoárboles jóvenes, las ramas se ibandoblandobajo su peso, hasta casi romperse, y volvían a su sitio amedida queLysander pasaba de una a otra,frenandoasíeldescenso.Finalmente,cuandoFletcheryaempezabaacreerquenollegaríannunca,seoyóun ruido sordo cuando el Grifo clavó las garras en el suelo. El demonio se deslizó entonces por lasuperficie,dejandotrasdesícuatrosurcos.Sedetuvieronunsegundoantesdechocarcontraunamarañadezarzalesespinosos.

—Bueno,esoesloqueyollamoundescensorápido—dijoLovett,levantandounpuñoenelaire.Fletcher se dio cuenta de que Sylva estaba descendiendomuy despacio del lomo deLysander. La

elfinasedejócaeralsueloconlaspiernasarqueadas,adaptadasaúnalaformadelasillademontar.—Hasidoespantoso—dijo,hundiendolosdedosenlatierra.—Pensabaqueestabasacostumbradaalasalturas,yaquevivesenelGranBosqueytodoeso—dijo

Fletcher,aunqueelcorazónleibatanrápidoquecasileparecíaoírlolatirenlasorejas.Saltóalsueloyenseguidasedesplomójuntoalaelfina,conlaspiernasaúnentumecidastrashaberse

sujetadocontantafuerzaaloscostadosdeLysander.—Lomalonoes laaltura, sinoeldescenso—respondióSylva,y lediounapalmadaenelpecho,

medioenbroma.Permanecieronallí tendidosun ratomientrascontemplabana losotros jinetes,quedescendíanmás

despacioentrelavegetación.—Estúpidos—gruñóLovettmientrascontemplabaaunpardeindecisosGrifosquebajabanunode

loscajonesentrelascopasdelosárboles—.Cuantomástardemosenaterrizar,másfácilseráquenosdetectenlosorcos.

AthenadescendiórevoloteandoyseposóenelpechodeFletcher.Parpadeómientrasexaminabaalmuchacho,tocándoleelestómagoylaspiernasconlaspatas,comosiquisieraasegurarsedequeestabaentero.Fletchersonrióy laacarició,maravilladopor laextrañaformaenqueelesponjosoplumajesefundíaconlasuavepieldelpechoydelaespalda.

Luegosesentóparaecharunvistazoasualrededor.Aquelbosqueeramásdensoyexuberantequeelterritoriodeloselfos,formadobásicamenteporinmensostroncosquecrecíanenunlisomantodemusgo.El suelo de aquella jungla, en cambio, estaba cubierto por un lecho de mantillo, ramas espinosas,vegetacióndehojagrandeyplantastrepadorasquellenabanlosespaciosentrelosnudososyretorcidostroncosdelosárboles.Latierraeraoscurayolorosa,alimentadaporlasmuchashojasmuertasquecaíanconstantementedelosárboleshastaformarunsueloblando.Unpocomásalládelclaroenelquehabíanaterrizadoély losdemás,Fletcherviocharcos repletosdeun líquidohediondo: aguanegray salobrecubiertaporunacapadefollajeputrefactoymohoso.

—Nopiensovolverahacerestoenmivida—anuncióCress.Fletcher segiróyvioa la jovenenana tendidabocaabajoenel suelo, abrazándolocon todas sus

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fuerzas.Othellotampocoparecíaencontrarsemuchomejor,puesestabaarrodilladojuntoalAlicorniodeArcturusconunaexpresióndealivioenelrostro.

—Prefierocaminar—prosiguióalegrementeCress—.Váyansealcarajoustedysuestúpidamaníadevolar, Arcturus. Por mí, Buck y usted ya se pueden quedar durmiendo en la cama cuando llegue elmomentoderescatarnos.

Arcturusseechóareír.Sequitólagorradepielysacudióunaespesayenmarañadamelenadepelonegro. Fletcher creyó ver a Lovett ruborizarse mientras observaba a Arcturus, para después apartarrápidamente lamirada.Lovett sorprendióalmuchachomientraséste reíay laobservaba fijamente,asíquelelanzóunamiradaseveraqueborródeinmediatodichasonrisa.

—Todoelmundoabajo.—SeoyóentonceslavozdeOphelia,entrelosdemoniosquepaseabandeunladoaotro—.Nosvamos.

Unavezreunidoslosequipos,seabrieronloscajones:Sacharissa,HannibalyCaliban,libresporfin,fueronareunirseconlosdemás.ArcturuscogióenbrazosaLovett,queaúnestabaalomosdeLysander,y,acunándolacomosifueraunaniñadormida,lasubióalomosdeBucephalus.Fletcherhabíaolvidadomomentáneamente que la capitana no podía moverse de cintura hacia abajo y sintió una punzada deculpabilidadporelhechodellevarseaLysander.

Ophelia, impaciente,paseabadeunladoaotro,deseosadevolvera laseguridadqueleofrecíaelfrentedeHominum.

—Quiero que recordéis que el mundo entero os estará observando a través de los ojos de losdemoniosquevuestrospadrinososhancedido—lesespetó,dejandovagarlamiradadeunrostroaotro—.DebéiscomportaroscomocorrespondealosgraduadosdeVocans.Noeludáisvuestrodeber.

Sunieta,Verity,levantóunamanoenuntímidogesto,peroOphelialafulminóconlamirada,demodoque lamuchacha dejó caer de nuevo lamano a un costado.Arcturus tardó unos cuantos segundos enquitarlelasillademontaraLysanderyponérselaaBucephalus.Uninstantedespués,losjinetesdelasFuerzasCelestialesestabanyaalomosdesusmonturas.

—CuídameaLysander,¿deacuerdo?—ledijoLovettaFletcher,levantandolavozparahacerseoírentrelasdespedidasdelosotrosjinetes.

—YaSachatambién—exclamóArcturus.Y,entonces,sinmás,emprendieronotravezelvuelo,abandonandoalosgraduadosdeVocansasu

destino.Losequipospermanecieronensilenciounrato,observandoalasFuerzasCelestiales,hastaqueéstasseperdierondevista.

—Bueno—dijoentoncesSeraph,alegremente—.¿Yahoraquéhacemos?

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25

Losmiembros de los cuatro equipos se reunieron en un tosco círculo, acuclillados para no tener quesentarseenelhúmedosuelo.Seraphhabíaextendidosobresumochilaelmapaenelquehabíatrazadolarutaqueélmismohabíaplaneado.

Elríoseguíauncursoserpenteanteyeraelúnicorasgoquedestacabaenunmarverde.Enunodelosmeandrosmásmarcadosdelrío,unaXrojamarcabaellugarenelqueseencontrabanlascavernasdelosorcos.También se veía unapirámide toscamente dibujada.Enuna esquinadelmapa se encontrabaundiagrama que representaba con más detalle el campamento de los orcos, realizado a partir de losrecuerdos queMason conservaba de su estancia como esclavo en aquel lugar. La pirámide de cuatrocostadosdestacabaclaramenteconsulaberintodetúnelessubterráneos.Allí,precisamente,permanecíanocultosloshuevosdetrasgo.

—Seguiremos el río por la orilla oeste, así no tendremos que cruzarlo para llegar hasta elcampamento—dijoMalik,resiguiendosurutaconundedo—.ConMasoncomoguía,podremosevitarconfacilidadlaspatrullasdelosorcos.

—Iremosporlaorillaestedelríoycruzaremosenplenaoscuridad—dijoSeraphmientrasnegabacon lacabezay señalaba la líneadepuntosque suequipoyahabíadibujadoa lo largodeunade lasorillas—.Laorillaoesteseencuentramáscercadeloscampamentosdelosorcos.Yoprefieromojarmeantesquemoriramanosdelosorcos.

Señalóconlabarbillaasuguía,unveteranodepeloblancoqueibaarmadoconunapesadaballesta.—AlsargentoMusher lodieronpormuertoelañopasado, trasunabatallaen la jungla.Consiguió

evitarduranteveintedíasquelocapturaran.Sealimentódeloqueleofrecíalatierrayseguioporlasestrellas.Élseocuparádeque...

—Osequivocáislosdos—lointerrumpióIsadora.LeapartólamanoaMalikytrazóunarcoaúnmásamplio, situadomás al oeste—.CruzaremoscomoMalik, perodaremosun rodeopara evitar laorillaoeste.Elríoesfuentedepescadoyagua,esprobablequelosorcosseconcentrenahí.Tendremosquerecorreruntrechomáslargo,perotambiénserámásseguro.

AFletcherlecausabaunaextrañasensaciónencontrarsetancercadeIsadora.SupadrehabíahechotodoloposibleporconseguirquelosejecutarantantoaélcomoaOthello,pornohablardequelapropiaIsadora y su hermano Tarquin habían planeado el asesinato de Sylva. Y, sin embargo, allí estaban,trabajandotodosjuntosparavenceralosorcos.

—Fletcher—dijoSeraphalmismotiempoqueledabauncodazo.Fletcher alzó entonces la mirada y se dio cuenta de que los líderes de los otros tres equipos lo

estabanobservandoconaireexpectante.—Estoydeacuerdoenquelasorillasdelríoestaránmáshabitadas—dijo,recordandolarutaqueél

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ylosmiembrosdesuequipohabíanacordado—.Haremoslomismo,peroenestelado.Cruzaremosdenoche,comodijoSeraph,peroantesdecruzarnosmantendremosalejadosdelaorilladelrío.

—Noblesenunaorilla,plebeyosenlaotra—dijoIsadora,condesdén,mientrasasentíasatisfecha—.Puesaverquiénllegaprimero.

Seraphfruncióelceñoalescucharsuspalabrasyenrollóelmapa.—Esunabuenaideaquenosdividamos—dijoMalik,ignorandoaIsadora—.Silosorcoscapturana

unequipo,quedaránotrostresparaterminarlamisión.Perotambiéntieneuninconveniente.—¿Cuál?—preguntóFletcher.—Serádifícilquelleguemostodosalapirámidealmismotiempo,comodijoRook.Ysiesopasa,el

equipoquellegueenprimerlugartendráqueentrarasolas,loquedejaráalosotrostresequiposenunasituacióndevulnerabilidadcuandosedélaalarma.YlasFuerzasCelestialestendránuntrabajoincreíbleparalocalizaraloscuatroequiposantesdequelleguenlosGuivernosysusjinetes.

—Tiene razón—asintió Isadora, aunque a regañadientes—. Tendremos que hacerlo lo mejor quepodamos.Elequipoque llegueenprimer lugarqueesperedentrode lapirámide.SegúnMason,esunlugarsagradoquesóloseutilizaparacelebrarceremonias,demodoqueestaremossegurosenelinterior.Quienlleguetarde...tendráquebuscarelcaminodevueltaacasa.

—Amímeparecebien—dijoFletchermientrasMalikySeraphasentían.—Nosdirigiremosporelpantanohastadondeseunealrío—dijoMalik,ysepusoenpie—.Luego

seguiremosporseparadoynosencontraremosenlapirámide.Mientras los líderes se reunían con sus respectivos equipos, Fletcher se dio cuenta de que el

duendecilloquellevabaenlamochilaestabacadavezmásinquieto.Lógicamente,aquellacriaturahabíaolfateado que se encontraba de nuevo en la jungla y estaba haciendo todo lo posible por liberarse.Fletchernecesitabaunmomentodedistracción.

—Tengounaidea—anunció,dirigiéndosealoscuatrogrupos,aunquesinlevantarmucholavozporsiacasoretumbabaenlaselva—.Cadaunodenuestrosguíasposeeunascualidadesespecialesquenotienenlosotros.Porejemplo,Jeffreyconoceunaseriedeconjurosnuevosquesehandescubiertohacemuypocoyestámuyfamiliarizadoconlafloralocal.Meencantaríacompartiresosconocimientosconvosotros.ElguíadelequipodeSeraph,elsargentoMusher,sabecómoevitaralosorcosyescapazdeorientarseenlajungla.Vuestro...—dijoFletchermientrasdirigíalamiradahaciaelguíadelequipodeMalik,Mason,queenesemomentoparecíamuyocupadodevorandounapiladefrutossilvestres—.Enfin,estoysegurodequetodostenemosalgoqueaportar.

—¿Yyoqué?—gruñóunavozprocedentedelequipodeIsadora—.¿Yosirvoparaalgo?Contantoajetreoynerviosismo,Fletchernisiquierahabíatenidotiempodefijarseenquiénerael

guíadelequipodeTarquin.Sinembargo,selehizounnudoenlagargantaalveralhombrecorpulentoquehabíahablado:Grindle.

Erauntipofeo,conelrostroaplastadocomounbulldogyunaconsiderablecapadegrasaportodoelcuerpo.EraaúnmásregordetequeAtlas,queestabajustoasulado.Grindle,comoelrestodelequipodeIsadora,vestíaeluniformedelasFuriasdeForsyth.

—Serví como guardaespaldas de lord Forsyth durantemuchos años—dijo, avanzando torpementehacia Fletcher—. Ya sabes, manchándome de sangre las manos para que no tuviera que hacerloZacharias.Nopodíadejarquesusmuchachosseadentraranenlajunglasinvigilarlosdecerca.

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GrindleleguiñóunojoaSylva,quesehabíapuestolívida.Apenasdosañosatrás,aquelhombrelehabíapuesto lacabezaenel tajoy,dispuestoamatarla,había levantadoelmismogarrotenudosoquellevaba en esemomento a la espalda.Denohaber sido por la intervencióndeFletcher y deOthello,Sylvaestaríamuerta,yelimperiodeHominum,sumidoenunaguerracontraloselfos.

Sylvacolocóunaflechaenelarco,peroOthellolaretiródelacuerdadelarcoantesdequelaelfinatuvieratiempodeapuntar.

—El mundo entero nos está viendo ahora mismo —le dijo entre dientes mientras señalaba alWendigo,queteníalosojosclavadosenellosylosobservabaconunamiradadeinterés.

—¿Quieresayudarlos?—escupióSylva,dirigiendosurabiahaciaFletcher.—PuedequesólocompartamosnuestrosconocimientosconelequipodeSeraph—dijoFletcher,con

unavoztensaycargadaderabia—.Parecequevosotrosyatenéistodalaayudaquenecesitáis.—¿Yquéayudapodríanofrecernosunasquerosocriadoconínfulasyunsoldadolobastanteimbécil

comoparaperderseenlajungla?—preguntóTarquin,contemplándoselasuñas—.Marchaosycompartidloquequeráis.Nosotrosnosvamos.

IsadoralesdedicóunadesagradablesonrisaylesusurróalgoalWendigo.Lacriaturaseadentróenlamaleza,apoyándoseenlosnudillosalcaminarydesplegandolasgarrasparairabriendounsendero.

—Hastaluego,Fletcher—exclamóDidric,dándoleungolpecitoalaespadaquellevabaauncostado—.Nosveremosmuypronto.

Y,trasesaspalabras,elequipodelosForsythseadentrótranquilamenteenlajungla.Susmiembrossefueronalejandohastaqueloúnicoquequedódeellosfueeldistantecrujidodelasramasquepisaban.

—Bueno,prefieronosaberaquéhavenidotodoeso—dijoalegrementeVeritymientrasdabaunpasoalfrente—,peronosotrossíqueestamosdispuestosacompartir.Masonospuedeenseñarareconocerelterreno y a no dejar huellas, algo de lo que también podrían haberse beneficiado esos estúpidos—añadió, señalandoconelpulgarporencimadelhombro,endirecciónal rastrode ramas rotasy tierraremovidaquelosForsythhabíandejadotrasellos—.¿Quédecís?

La muchacha le dio una patadita a Malik, que carraspeó y asintió para expresar que estaba deacuerdo.

—Eres unaFaversham—dijo bruscamenteFletcher, aunque se ruborizó nadamás pronunciar esaspalabras.

Noteníaporcostumbresertanbrusco.—YtúunRaleigh—lerespondióVerity,entonosarcástico—.Yaséquemipadrellevólaacusación

entujuicio,peroéseessutrabajo.Intentonojuzgaralaspersonasbasándomeensufamilia.¿Ytú?Fletchervacilóalverqueellalesonreía,conuncentelleodemaliciaensusgrandesojososcuros.

Era realmente muy guapa. Tartamudeó, cohibido. La forma un tanto hostil en que Sylva lo estabaobservando,porotrolado,tampocoayudómucho.

Porsuerte,Seraphhablóantesdequeelsilencioseprolongarademasiado.—Dañononosvaahacer—dijoSeraph,hinchandoelpecho.Nopodíaresistirseaunacarabonita

—.Siunodelosequiposcaeprisionero,losdemáslotendránmásdifícil.Propongoquepasemoseldíaaquí,compartiendoconocimientos,yqueluegoacampemosparapasarlanoche.Detodasformas,yaestarde.Todosestosplanestendríamosquehaberlosperfiladoantesdellegaraquí,peroenfin,yanohayremedio.

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FletcherobservóaOthello,enbuscadeconsejo.Trasunabrevepausa,elenanoasintióconungestoseco. Fletcher, sin embargo, acabó de decidirse cuando oyó unos débiles arañazos procedentes delinteriordesumochila.

—Perfecto,pues—dijo.Seabriópasoentre losmiembrosdesuequipoysedirigióa la lindedelbosque—.Yahora,simedisculpáis,tengoqueirahacerleunavisitaaunodeesosárbolesdeahí.

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26

Fletcher seadentrócorriendoen la jungla, rojodevergüenza.Miraque fingirque teníaquehacer susnecesidades...¿Noselepodríahaberocurridounaexcusamejor?

Se abrió paso entre la enmarañada vegetación y le escoció un poco la piel al enredarse con unapegajosa telaraña. En torno a sus oídos, percibía el silbido de losmosquitosmezclado con el suavezumbidodelasmoscas.Laatmósferaestabacargadaderocío,pero,aunasí,losinsectosparecíanmásinteresadosporlahumedaddelosojosydelabocadeFletcher.Elmuchachosiguióavanzando,sindejardetoseryescupir,hastaperderdevistaalosdemás.

Consciente de que al alejarse de los otros chicos resultabamás vulnerable, invocó a Ignatius y aAthenalanzandodosfogonazosconlapalmadelamano.Athenarevoloteódeinmediatohastalacopadelárbolmáscercanoeinspeccionólazonaenbuscadeposiblespeligros.Ignatius,encambio,seconformócon trepar hasta el hombro de Fletcher y darle a su amo un rencoroso golpe con la cola por haberlomantenidoperfundidodurantetantotiempo.

Trasecharunafurtivamiradahaciaatrás,Fletcherseagazapóentrelosarbustosyabriólamochilamuydespacio.Desdeelinterior,Azulloobservóconunaexpresióntemerosaensusenormesojos.Paradefenderse, se había hecho con un anzuelo, uno de los muchos utensilios que Uhtred y Briss habíandepositadoenlasmochilasdecueroqueleshabíanproporcionado.Comoarmaerabastanteinútil,peroel duendecillo la sostuvo en altomientras Fletcher retrocedía con los brazos levantados para darle aentenderquenoqueríahacerledaño.

Muydespacio,sinperderdevistaaFletcherniuninstante,elduendecillofuesaliendodelamochila,hasta quedar agazapado en el suelo, respirando tan agitadamente que se podía ver cómo el escuálidopecholesubíaylebajaba.

—Nodeberíaestarhaciendoesto—dijoFletcher.Nadamáspronunciaresaspalabras,loinvadieronlasdudas.Azulpodíaregresardirectamentejuntoa

sus amos orcos y revelarles los detalles de lamisión. Sin embargo, ya era demasiado tarde, pues elduendecillo estaba fuera de su alcance. Fletcher vislumbró en lo alto un destello blanco y supo queAthena había percibido sus miedos y que estaba dispuesta a abalanzarse sobre aquella criatura. Y,entonces,elduendecillohabló.

—Gracias—trinóAzul,ydejócaerelanzuelo.¡Sabíahablar!Fletcher empezó apensar a todavelocidadmientrasAzul seperdía en la espesura.

Medio segundomás tarde,Athena aterrizó con un ruido sordo en el lugar que hasta poco antes habíaocupadoelduendecillo.Frustrada,ululó.

—Dejad que se vaya—les susurró Fletcher, mientras Ignatius saltaba al suelo y olisqueaba losarbustos—.Nodiránada.

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O,almenos,esperabaqueasífuera.

Amedidaqueavanzabala tarde,FletchersealegródequeelequipodeMalikhubieracompartidolosconocimientosdesuguía.Masonlesenseñóaevitarlosterrenoshúmedosyacaminarencambiosobreelsuelosecopróximoalasraícesdelosárboles,paradejarasímenoshuellas.Lesdijoque,alahoradeexaminarhuellas,debíanrecordarqueloslincescaminabanconlasgarrasretraídas,perolashienas—lasmascotaspreferidasdelosorcos—no.Yqueunospocosdíasdeviento,ounasolanochedelluvia,podíanborrartodasesashuellas.

Les enseñó también a enmascarar supropioolor y amantener alejados a losmosquitos, para ellodebíanfrotarseajodeosoenlapielyenelpelo.Leshablódelassendasnaturalesdelbosque,quehabíacreadoelpasodelosanimalesalolargodelosaños.Fletcher,quehabíapasadomuchotiempocazandoen las montañas Dientes de Oso, ya conocía algunas de aquellas cosas, pero le resultaba fascinanteoírselasdeciraotrapersona,enlugardecreerquelashabíaaprendidoporpuroinstinto.

Mientras Mason hablaba, Jeffrey inspeccionaba la linde del bosque, recogió plantas y guardódistintos especímenes en su bolsa. Cuando le llegó el turno de hablar, sus conocimientos de botánicaresultaronmuchomásimpresionantesquelosconjurosquerevelóalfinal.

—Mirad,estoesuvademonte—dijomientrasseñalabaunaliananormalycorrientequecolgabadelascopasdelosárboles.

Lasujetóporlaparteinferior,lacortóconunfinocuchilloyselaacercóalaboca.Delcorteempezóabrotaraguacomosifueraungrifo.

—Aguafrescacomoladelosmanantialesdemontaña—sonrió,ysesecólaboca—.Sinoencontráisaguadelluvianicocos,estoeslomásparecido.

Sedirigióentoncesaotraplantacercana,unaespeciedepalmerajoven.Trasserrarcondelicadezaunosinstantes,retiróelcogolloblancoquesehallababajolacortezaylomordióconavidez.

—Palmito.Sabeaapio—farfullóconlabocallena—.¡Peroesmuynutritivo!Cortó el cogollo envarios trozosy los repartió entre los chicos.AFletcher le pareció algo soso,

aunqueconuntoquealmendradoquelegustóbastante.Tras alejarse un poco del improvisado campamento, Jeffrey lesmostró una flor blanca y lila. La

arrancóyextrajodelsuelounnudosotubérculodecolornaranja.—Boniato—dijo,yselaguardóenelbolsilloparamástarde.Duranteunahora,loscondujoporlajunglasinalejarsemásdetreintametrosdelcampamento.Delas

copasdelosárbolescolgabanpapayas,guayabas,cocosymaracuyás,frutostodosellosalosquesólolos demoniosmás acrobáticos conseguían llegar.Malaqui yAzura, losÁcaros deRory yGenevieve,arrancaronloscarnososfrutosdesusramasylosdejaroncaeralsuelocongolpessordos.EldemoniodeVerityresultóserunaDamisela,seaparecíaenformade libélula iridiscenteydoblabaen tamañoaunÁcaro.Elaguijónylaspoderosasmandíbulasledabanunaspectociertamentepeligrosoaaquelcoloridoinsectoquerevoloteabaentrelosárboles.Paratratarsedeunahechiceradefamilianoble,Verityhabíamostradoundemoniodenivelbajo,porloqueFletcherdedujoqueaquélnoeraelúnicodemonioquelamuchachateníaensuhaber.

Peronotodofueronjuegosydiversión.Jeffreysedetuvojuntoaunaplantagrande,detalloúnicoy

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hojas en forma de corazón. No parecía tener nada en especial, a excepción de unas bayas rosadas,prácticamentetraslúcidas,quecolgabandeltallocomosifueranracimosdeuva.

—Esteárbolsellamagimpigimpi.Mirad,¿veisestospelosquecubrenlosfrutosylashojas?—dijomientrasextendíaunbrazopara impedirque loschicosseacercaran.Conelcuchillo levantóunahojaparaquetodospudieranverla—.Cadaunadeestasfibrasestáimpregnadadeunaneurotoxinaquecausaelpeordolorquepodáisimaginar.Esmás,eldolorpuededurarmeses,hayquiendicequeinclusoaños.Noosacerquéisaestaplanta.SargentoMusher,ustedhabráoídohablardeella,¿no?

ElcanosoveteranoquehabíaasumidoelpapeldeguíadelequipodeSeraphnegóconlacabeza,congestodepesar.

—Aunmuchachodediecisieteañosqueestabaunanochedepatrullaleentraronganasdehacersusnecesidades.Semetióentrelosárbolesy,alterminar,selimpióconunahojadeésas.Susgritospodríanhaberdespertadoalosmuertos.Desdeluego,despertóaunoscuantosorcos,porquetuvimosquesalirdeallíatodaprisa.Lollevamosalcampamento,lovisitóunmédico,hastapedimosaunhechiceroquelocurara.Nosirviódenada,elmuchachonoparabadegritar.Elpobresepegóuntirodossemanasmástarde.

Unlúgubreestadodeánimoseapoderódeloschicos.Fletcherseestremeció,puesaquellaplantanoseencontrabamuylejosdellugarenelquehabíaliberadoaAzul.Aquellajunglaeraunparaíso,desdeluego,perotambiénunatrampamortal.

Jeffreyloscondujounpocomáslejosestavez,juntoaunárboldemayortamañoquenodestacabapornadaenespecial.

—El árbol de lamuerte—dijo señalando las ramas—. Si quemáis las ramas, el humo os dejaráciegos.Siosrefugiáisbajosushojascuandollueve,unasolagotaoscausaráampollasenlapiel.Losorcosrecubrensusjabalinasconlasaviadeesteárbolparaquelasheridasseenconen.Inclusoatanalosduendecillosfugitivosaltroncodeestosárbolesparaquetenganunamuertelenta.Espeorquequemarse,dicen.Elfrutoseconocecomomanzanilladelamuerte—dijo,señalandounasgrandesbayasverdesquecolgabandelasramas—.Yaospodéisimaginarloqueosocurrirásioscoméisuna.

Esatardehubootrasmuchasrevelaciones.Jeffreylesexplicóquémaderasdespedíanmenoshumoalarder,paranodelatarsupresencia.Recogióhierbacinta,unaplantadehojastanafiladasqueunopodíahastaafeitarseconellas.AquelloscarnososfilosseparecíanbastantealasespinasqueteníaenellomoelLeñosodeSeraph.Hastaencontraronlianasrepletasdeespinascondientestanafiladosyresistentesquepodíanusarsecomosierrasdecuerda.

Finalmente,Jeffreylesmostróundiagramaconlossímbolosdetresnuevosconjuros.Elprimerodeesossímbolos,enformadehoja,eraeldelconjurodelcrecimiento,cuyopoderconsistíaenconvertiruna semilla en planta en apenas unos minutos. Sin embargo, ninguno de los muchachos se atrevió aintentarlo,puesJeffreylesdijoquerequeríaunaconsiderablecantidaddemana.

Elsiguientesímboloeraunalínearetorcida,queJeffreydefiniócomoelconjurodelenredo.Servíaparaapretaryasegurarcualquiernudo.Sisetrazabaelsímboloinvertido,seconseguíaaflojarelnudo.Tenía unos usos bastante limitados, pero, para regocijo de todos, Fletcher se lo pasó en grandeprobándolo con los cordones de las botas de Seraph cuando éste nomiraba. Fletcher sintió alivio alcomprobar queGenevieve y Rory lo trataban relativamente bien. Al parecer, ya habían olvidado susdiferenciasdelañoanterior.

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Elúltimo símboloera, talvez, elmás interesantede todos. Jeffrey lodefinió comoel conjurodelhieloy lesaseguróquesehabíadescubiertoenelcadáverdeunPolarión.Enformadecruz,comouncopodenievesimplificado,lanzabaunaráfagadehieloquecongelabatodoloquetocaba.

—Unabendición,conestecalorquehaceaquí—exclamóMalik,lanzandoelconjurohaciaelcharcodeaguamáscercano.

Lasuperficiecrujióysecongelódeinmediato.Elvapordeaguaqueflotabaenelairecayóalsueloenunalluviadecoposhelados.

—Bueno, tal vez demasiado poderoso si lo que quiere uno es refrescarse un poco —añadió elmuchacho—,peroalmenoslepodréecharunpocodehieloalaguadecoco.

Fletchersepreguntóporquéaquellosconjurossehabíanmantenidoensecretodurantetantotiempo,puessindudaresultabanmuyútilesparacualquiermagodebatalla.TalvezfueranlasúnicasbazasconlasquecontabaElectrayhabíadecididoutilizarlasparaconseguirqueJeffreysiguierainvestigandoparaellatraslaslíneasenemigas.

En cuanto los equipos hubieron probado el conjuro del hielo, le llegó el turno de compartir susconocimientos al sargentoMusher.Y fue de lomás oportuno, pues ya había oscurecido y en el cielonocturno brillaban las primeras estrellas. Se sentaron todos y se fueron acurrucando amedida que elcalordeldíasedisipabaylosdejabaamerceddelahumedaddelajungla,quepocoapocoselesibametiendoenloshuesos.

La voz de Musher los envolvió en la oscuridad. El sargento les fue indicando las distintasconstelaciones y la dirección en que caminaría quien las siguiera: la constelación Flecha Élfica, queindicabaelnorte,oCetrodeCorwin,queindicabaeleste.

Acurrucadoycalentitoentresusamigos,Fletcherempezóasoñar.

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27

Athena leacarició lospiesalbebé,cuidandodemantener lasgarras retraídas.LacriaturabalbuceóyobservóalGrifueloconsusgrandesojososcuros.

—¡Athena!¿Quétehedichodejugarconelbebé?Estanpequeñoqueapenasseaguantasentado—dijo,desdeloalto,unavozdulceyafectuosa.

Unosrubiostirabuzonesleacariciaronelrostroalniñomientrasunasmanoslosacabandesucunita.Athena, aún entre las sábanas, levantó la mirada hacia los ojos azules de una dama noble. Lamujersonreía,aunqueseapreciabaunaarrugaenelceño,entrelasdosdelicadascejas.

—Edmund—dijoladamanoble—.¿QuieressacaraesteGrifuelotontorróndelacunita?—Losiento,Alice,noestabaatento.SeestáquemandounacasaenRaleighshire.Sevenlasllamas

desdelaventana.Seoyeronunospasosapresuradosyenseguidaaparecióunhombre,quelehizoseñasaAlicepara

quelosiguiera.IgualqueAlice,elhombresólovestíaunacamisadedormir,desabrochadaenelpecho.Teníaelpelonegroyenmarañado,ylamitadinferiordelrostrocubiertaporunaespesabarbadepocosdías.

Athenaabandonólacunitayseposóensuperchadeloro.Losdosnoblesestabanabrazadosjuntoalaventanadelcuartodelosniños,contemplandoundébilresplandorqueseintuíaalolejos.

—¿Eslapanaderíaolaherrería?—preguntóAlice,entrecerrandolosojos.—Ningunadelasdos.Estánenelladoestedelaaldea.Unmomento...,¿quéeseso?Athena percibió en su amo una repentina sensación de alarma. Se oyó un grito débil, que se

interrumpiótanbruscamentecomohabíaempezado.VolóhastaelhombrodeEdmundymiróconmásatenciónatravésdelcristal.Elcéspeddelacasa

solariega,perfectamentecuidado,estaba iluminadopor la trémula luzdevarioscandilesen lospuntosmásalejados.Enelhorizonte,elresplandordelaaldeaenllamaseracadavezmásvisible.Y,entonces,comosifueralamareaquesube,unaolagrisaparecióenlaoscuridad.

—Queelcielonosproteja—susurróEdmund.Surgieron corriendode la oscuridad como jaurías de lobos.Eranorcos, cientos de ellos: gigantes

delgadosymusculosos,dehombroshundidosypobladascejas,queexhalabannubesdecálidoalientoenelfríoairenocturno.Loscortoscolmillosquelessobresalíandelamandíbulainferiordespedíanblancosdestellosalaluzdeloscandiles.Lascriaturasblandíangarrotesyhachasmientrascorríansindescanso.Athenacasipudooírelretumbardesuspasosy,sinembargo,losorcosnoaullabannigritaban,conlaesperanzadesorprenderaloshabitantesdelacasa.

—Todoslosguardiasestánenelpasodemontaña—susurróAlice,aferrándosealbrazodeEdmund—.Tendríanquehaberdadolaalarmasilosorcoshanconseguidollegarhastaaquí.Alguien...¡alguien

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noshatraicionado!—Sí —dijo Edmund mientras se dirigía a la puerta del cuarto de los niños—. Alguien les ha

mostradoelpasadizosecreto.—Reúnealoscriadosydalestodaslasarmasquetengamos—dijoAlice,ybesóalbebéyvolvióa

dejarlosuavementeenlacunita—.Yoloscontendréenlapuertaprincipal.Losorcosyahabíanllegadoalazonadegravaquerodeabalacasasolariega.Seoyóunfuertegolpe

enlaplantabaja,seguidodelestruendodepiescallososygarrotesqueaporreabanlapuerta.Edmund abandonó apresuradamente la habitación, pero Athena percibió su deseo de que ella se

quedaradondeestabaparavigilaralbebé.Aunqueansiabacontodassusfuerzasacudirjuntoasuamo,Athenaseposóenlacunaymontóguardia.

—Protégelo—ledijoAlice,justoantesdemarcharsetambiénella.Athena tuvoque limitarse aobservar a losorcosque seguían llegandodesde la aldea, empuñando

armasquechorreabansangresobrelagrava.Lapuertadelaplantabajacedióconuncrujidodemaderarotaantelasarremetidasdelosorcos.LuegoseoyóunestrépitodecristalesrotosylaventanadelcuartodelosniñosestallójustofrenteaAthena.UnajabalinaentróvolandoypasótancercadeAthenaqueelGrifuelopudonotarqueelairesemovía.

Y, entonces, mientras observaba lo que pasaba al otro lado de la ventana abierta, una explosiónprocedentedelaplantainferiorarrojósobreelcéspedalosorcos,comosifueranmuñecasdetrapoquehubieralanzadounniñoenfadado.

Acontinuaciónhubovariasbolasdefuego,quecentellearoncomometeoritosendirecciónalosorcosqueaúnsemanteníanenpie.Impactaroncontraellosconunafuerzaexplosivaquelosderribócomosifueransimplesmoscas.

Peroporcadaorcoquecaía,otrosmuchosocupabansulugaryseamontonabanantelosrestosdelapuerta,quehabíasaltadoporlosaires.

—¡Resiste,losguardiasnotardaránenllegar!¡Tienenquellegar!—dijoentoncesEdmund.Su voz se escuchó claramente en el patio, a pesar de los furiosos aullidos de los orcos. Varios

fogonazosimpactaroncontraaquellascriaturascadavezmásnumerosas,quecaíanalsueloretorciéndosededolor.Athenasediocuentadequeseleibaescapandoelmana.Yanolequedabamucho.

Seoyóentoncesunzumbidosordocuandounorcolanzóunajabalinaa travésdelapuerta.Athenanotóunaagudapunzadadedolorenlamente.Edmundhabíaresultadoherido,peroAthenasabíaqueerasólounaheridasuperficial.

Unorcotoro,muchomayorquelosotros,cargóenesemomentocontralapuerta.Lasangresalpicóentodas lasdireccionescuandoun fogonazocinético learrancó lacabeza,pero losorcosque lo seguíanconsiguieronentrar.

Másgritos.UnaullidodeGelert, elCánidodeEdmund,cuandosuamo loazuzócontra losorcos.Reynard, elVúlpidodeAlice, debía de estar luchando junto aGelert, pues los aullidos le llegaban aAthenaacompañadosdeagudosgruñidos.

Pero,pormuchoscuerposquesalierandisparadospor lapuerta,quemadosoensangrentados,cadavez eran más numerosos los orcos que se abrían paso a empujones para entrar en la casa. Estabanganandoterreno.

Dolor.Más intensoestavez.Unbrazodestrozado.ÓrdenesdeEdmund, imágenesenviadasconun

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claropropósitoatravésdelvínculoquelosunía.El recuerdodeunárbolenorme.Deunelfoalquehabíanconocidoenunaocasión.Llevaalbebé

hastaallí.Esebebéquenisiquierateníanombreaún.Notedetengaspornadadelmundo.Athenacogióalbebéconlasgarrasylosujetóporambosbrazos.Pesabamuchoysudestinoestaba

muylejos.Peroteníaqueintentarlo.Oyóentoncesungritoroncoenelexterior,queseimpusoalosaullidosyalosrugidosqueprocedían

delasangrientabatalla.SirCaulder,cubiertodesangre,setambaleabaenelcésped,delantedelacasa.Estabatanagotado

queapenasseteníaenpie,pueshabíacorridohastaallívestidoconsuarmaduradecotademalla.Aunasí,sirCaulderlesególasrodillasalprimerorcoqueseatrevióaatacaryluegolopisoteóconlasbotasde su armadura.Cuando el siguiente orco se volvió hacia él, recibió un flechazo en el cráneo que loderribó.Notardaronensurgirotrossoldadosdelaoscuridad,quedisparabansusarcosunayotravez.

Peroestabaneninferioridadnumérica:cientosdeorcoscontraunaspocasdocenasdehombres.Unotras otro, los exhaustos soldados fueron cayendo al suelo, víctimas de las jabalinas o de las hachas,arrancadosdelabatallacomomarionetasqueabandonanelescenario.Loshombresquesehallabanmáscercadelacasacayeronalsueloagolpedegarrote,mientrasquelosgigantesgrisesululabanunayotravezsusgritosdeguerra.

SirCauldersiguióluchandoinclusodespuésdequeunorcoledestrozaraelbrazodeungarrotazo.Elbrazolecolgabafláccidoauncostadomientrasélseguíaesquivandogolpesyatacando,haciendopagarmuy caro a los orcos cada paso que se veía obligado a retroceder. Una de aquellas criaturas, sinembargo,leasestóungolpepordetrásqueprácticamentelecercenóunapierna.Laextremidadlequedócolgandodeformahorrenda.Fueentoncescuandocayóalsueloydirigiólavistahaciaelcielo.

Athena cruzó el aire nocturno justo cuando una explosión procedente de la planta baja lanzabacascotes en todas las direcciones. Como si fueran enormes perdigones, los fragmentos de piedraimpactaroncontralamuchedumbredeorcosenunauténticobañodesangre.

LaconexiónconEdmundhabíadesaparecido,lomismoqueelpropioEdmund.Athenapercibíayalafuerzadeléter,quetirabadeella.Peroelbebéquesujetabaestaballorandoylevantabalastimeramentelosbracitosporencimadesuminúsculacabecita.ElairenocturnosefuevolviendomásfríoamedidaqueAthenaseelevabaenelaire.

Oscuridad.Incesantebatirdealas.Estrellasinmóvilesquebrillabanenloalto,ciudadesiluminadasallíabajo.Lallamadadeléter,másymáspoderosacadavez.

Horasqueibanpasando.

Montañasdecumbresnevadasquesurgíandelatierracomoirregularescolmillos.Uncuerpoqueseibadesdibujando.Eléterqueibaganandoterreno.

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Yunaaldea,allíabajo.

Nohabíatiempo.

Noteníanelección.

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28

—¡Despierta,Fletcher!El muchacho vio justo encima de él los ojos de Othello, del mismo verde que la bóveda de

vegetación,alláenloalto.—Malikysuequiposehanmarchadosinnosotros.Fletchersesentódegolpe.ElrecuerdodeAthenaseguíavivoensumente.—¿Porqué?—murmuró.—Handejadounanota.Quequeríanaprovecharalmáximola luzdelsolymarcharsetemprano.Y

quenoqueríandespertarnos.—Pormíperfecto—dijoSylvadesperezándose—.Sielcaminonosdeparaalgunasorpresa, se la

encontraránellosantesquenosotros.Seraphylosmiembrosdesuequipoestabanrecogiendosuscosas.Habíaninvocadoasusdemoniosy

FletchersealegródeverqueRoryposeíaahoraunsegundoÁcaro,ésteconelcaparazónamarilloyalgomáspequeñoqueMalaqui.

Sinembargo,eldemoniomássorprendenteeraeldeAtilla:unpájaroblancocomolanieve,provistodelargasplumasenlacola,quedescansabasobreelhombrodelenano.EraunCaladrius,undemoniodenivelsietequeposeíalacapacidaddecurarheridasconsólotocarlasconlasalas.

Junto con el Fénix que renacía de sus cenizas, el gélido Polarión y el Alción impulsado porrelámpagos—deplumaje rojo, azul y amarillo, respectivamente—, elCaladrius formaba parte de loscuatrodemoniosaviaresmenoscomunesy,sinembargo,máspoderosos.FletchertuvolaligerasospechadequenoeraúnicamenteArcturusquienhabíarecibido,comoregalodelreyHarold,undemonio.EstabaconvencidodequesetratabadeunmododedisculparseantelosThorsagerporloquelehabíaocurridoaOthello.SepreguntóquédemoniohabíarecibidoantesAtillaysiaúnloconservaba.

—Deberíamos seguir su ejemplo—dijo Seraph, y Fletcher se apartó de sus pensamientos—.Noslargamosdentrodeunminuto,nosacompañéisono.

Sacharissa ya estaba olfateando el suelo, ansiosa por conducir a su equipo hacia el río. Soltó ungañido al ver vacilar a Fletcher, como si quisiera darle a entender que Arcturus no quería que sesepararan.

ElequipodeFletchernotardómuchoenestar listo.ElmayorretrasoloprotagonizóCress,quenoparecíaprecisamentecontentadetenerquelevantarsetantemprano.

—¿NopuedespedirleaSolomonquemelleve,Othello?—selamentólaenanamientrasseechabaalhombrolapesadamochila.

—¿Quetelleveélati?¿Notendríaqueseralrevés?—dijoFletcher,yseechóareír.—Bueno,Fletcher,pueslaverdadesqueSolomonpodríahacerlo—dijoOthello,ruborizándosede

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orgullo.Sacóunatiradecueroenrolladodelbolsillolateraldesumochilaylaextendiósobreelsuelo.La

rozóconlosdedosyelGólemsematerializóenmitaddeunfogonazodeluzvioleta.Solomonhabíacrecido.YaeratanaltocomoelpropioOthello,aunquemásfornidoyconlaspiernas

más robustas.Al ver a Fletcher, la criatura desplegó una sonrisa en el curtido rostro. Se lanzó haciadelante con los brazos abiertos y Fletcher se vio obligado a retroceder para evitar aquel abrazoquebrantahuesos.

—¡Quieto,Solomon!—loreprendióOthello,paradespuéshacerungestodeimpacienciaalverqueelpobreGólembajabalacabeza,avergonzado—.Esqueaúnnosabecontrolarlafuerza.

—Cómohacambiadoenunaño.Prontoserátanaltocomoyo—dijoFletcher,maravillado.—Sí, es verdad. Pero, bueno, no nos entretengamos, que ya se han marchado —dijo Othello,

señalandoconlabarbillahaciaelbosque,detrásdeFletcher.Seraphysuequipoyahabíandejadoatráselpantanoparaadentrarseenlaespesuradelajungla.—Si no nos andamos con cuidado, vamos a pasar por losmás perezosos de todos—dijo Sylva,

tirándoleaOthellodelamanga.SeñalóconlabarbillaaLysander,quehabíadesviadodiscretamentelamiradahaciaelcielo—.Noloolvidéis,elmundoenteronosestáobservando.Estoesmuchomásqueunamisión.

OthelloySylvaseapresurarontraslosdemás,yCressyFletchernotardaronenseguirlos.Lysanderechóa andarpausadamente junto a ellos, evitando el enmarañado sotobosque con sus andares felinos.Sobresuscabezas,Athenarevoloteabadeunaramaaotra,lanzandosobreFletcherunalluviadehojaseinsectos.Almuchacho, sinembargo,no le importó,pues sedabacuentadequeeldemonioechabademenoseléter.Alfinyalcabo,habíapasadoallílosúltimosdiecisieteaños.

Fletcher se puso a pensar en sus padres. Había pasado tantos años buscando sus rostros en Pelt,preguntándose qué aspecto tendrían... Y ahora, gracias al vívido sueño de Athena, lo sabía. Habíaheredadodesupadreelpelonegroyenmarañado,asícomolosojosalmendrados,peroteníalamismapielclaraylamismanarizrectaquesumadre.

Y,enotrostiempos,habíasidounniñoquerido.Lohabíapercibidoenelsueño,contantafuerzaqueunainmensafelicidadlehabíacolmadoelcorazón.Peroselohabíanarrebatadotododelaformamásbrutal.

Amedidaquelabóvedadevegetaciónseibavolviendomásespesa,elmundosefueoscureciendo.Losrayosdelsolsecolabanentrelashojasyloteñíantododeuntonoverdeoscuro.

Elcaminoeraclaramentevisible,pueselWendigohabíaidoapartandolasplantasmásgrandes,queluegohabíanpisoteadolosdemásmiembrosdelequipodeMalik.Demomento, todoestabaresultandobastantefácil,demodoqueadoptaronunritmocómodoquelespermitióirganandoterreno.

Mientras caminaban, Fletcher trató de grabar en la memoria los rostros de sus padres, pero semaldijoasímismoalvercómosedesdibujaban.Todohabíasucedidodemasiadorápido.

—Bueno...,¿eslaprimeravezquevesaunaenana?—lepreguntóCress,interrumpiendoelincómodosilencio—.Sinvelo,quierodecir.

—UnavezvialamadredeOthello—respondióFletcher.Hizounapausa,sinsabercómoproseguir.AúnseguíapensandoenlosrecuerdosdeAthena.—¿Yteparecemosguapas?—preguntóCress,sonriendoalverqueFletcherseruborizaba.

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ElmuchachosediocuentadequeCressseestababurlandodeél.—Comocualquierotrachica—respondió.AlcontemplarelrostrosonrientedeCress,sinembargo,Fletchersupoquehabíadicholaverdad.De

hecho,Cress leestabaempezandoacaerbien,ahoraqueyahabíapasadounpocomásde tiempoconella.Enciertomodo, le recordabaaSeraph: toscay talvezunpocoordinaria,peroencantadoraa sumanera.

—Losenanosdesexomasculinopiensanigualquetú.—Cressseechóareír,trasunosinstantesdereflexión—.Noestanraroqueunajovenenanahuyaconunmuchachohumano.MetemoqueaAtillalepreocupaqueyohagalomismo.

LeguiñóunojoyFletchernopudoevitarecharseareírantelafranquezadeCress.Percibióunalegredestelloenlosojosdelajovenytuvolasensacióndehabersequitadounpesodeencima.

—¿Tanmalosería?—preguntó.Sediocuentaentoncesdequesabíamuypocoacercadelasaventurasamorosasentrerazas.—Bueno,estabú,tantoparaunoscomoparaotros—dijoCress,negandoconlacabeza—.Vacontra

el decoro, dicen. Pero ocurre, y los más perjudicados son los hijos. Algunos consiguen pasar porhumanosbajitosdurantealgúntiempo,perosiemprelosacabandescubriendo,especialmentesiadoptanlascostumbresdelosenanos.Sufrenelrechazodeambasrazas,porloquelasfamiliasacabanhuyendoalastierrasqueseencuentranalotroladodeldesiertodeAkhad,ocruzanelmarVesánicoparadirigirseaSwazulu.

—Habíaoídohablardemedioelfos,peronuncademedioenanos—murmuróFletcher.—Paralosmedioelfosesaúnpeor,peronoesmuyfrecuenteencontrarlos.Loselfossoncontrariosa

lamezclaentrerazas,ytambiénalamezclaentrecastas,esdecir,entrealtoselfosyelfosdelbosque.LosmedioelfosnotienenlasorejastanlargascomoSylva,perosísonpuntiagudas.

—Sabes mucho de todas estas cosas, ¿no?—dijo Fletcher—. La verdad es que yo nunca habíapensadoentodoesto.Admitoquemeavergüenzaunpoco.

—Puesnoteavergüences.Amímeinteresapormotivospersonales.Mihermano...—empezóadecir,paraluegodesviarlamirada—.Huyódecasaparaestarconunahumana.Yahorayosoylaúnicadelacomunidadqueledirigelapalabra.

Pordelantedeellos,losdemásaceleraronelpaso,demaneraqueCressyFletcherdejarondehablar.Alaconversaciónlasustituyólarespiraciónagitadadeambosjóvenesalabrirsepasoporelsotobosque.En esta ocasión, sin embargo, el silencio les resultó cómodo, aunque la atmósfera hubiera dejado deserlo. En el pantano hacía mucho calor, pero era tolerable. En la jungla, en cambio, el calor eraasfixiante,pormuchoquelateladesuscasacasfueratranspirable.

Incluso los sonidoshabíancambiado.En losárboles, lospájarosprotagonizabanunacacofoníadellamadasdeapareamientoqueseimponíaalagudozumbidodelosinsectos.

—¿Ysidejamosquesalgannuestrosdemoniosaestirar laspiernas?—preguntóCressmientrassequitabadelhombrounadelascorreasysujetabalamochilaanteelpecho—.AsítendrélaoportunidaddeprobarelguantedebatallaquemehizoAthol.

—¿Guantedebatalla?—preguntóFletcher,intrigado.Rebuscóensumochilasindejardecaminarysacóunguantedepiel.Eldorsoestabareforzadocon

tirasdemetalquellegabanhastalamuñeca,peroesonoeralomásllamativo:enlapalmadelamanoy

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en lasyemasde losdedos estabangrabados losmismos símbolosqueFletcher llevaba tatuados en lamano.

—No me van las agujas, así que... ¡nada de tatuajes! —dijo guiñándole un ojo—. Lo que mesorprende es que aún no se hayan puesto demoda. Supongo quemuchos hechiceros se aferran a suscostumbres.

Cress se puso el guante y enfocó el pentáculo hacia el suelo, delante de ellos. Para sorpresa deFletcher,delguantesurgióunfogonazovioletaydeinmediatoaparecióundemonio.

Erauna especie dehíbrido entremapachey ardilla, depelo azul oscuro salpicadopormotitas decolorverdeazulado.Nadamásmaterializarse,eldemonio,deojosredondosyamarillos,fijósumiradaenFletcherysacudiódeunladoaotrolapeludacola.Alparecerestabamuycontento.ApesardetodoloquehabíaestudiadoenVocans,Fletchernoteníaniideadeloqueeraaquellacriatura.

—EsunRaiju—dijoCress,ylediounapalmaditaenelhombroalacriatura.Eldemonioteníadedosalmohadilladosygarrascurvasparatrepar,característicasquelepermitían

encaramarseacualquiersitioconágilessaltos.—TanpococomúncomotuSalamandra,oesomehandicho—afirmóCress,echándoseareíralver

laexpresiónfascinadadeFletcher—.Tambiéndenivelcinco.Toskpuedelanzarrayosconlacola,igualqueunanubedetormenta,asíqueprocuranotocárselasinoquieresrecibirunabuenadescarga.

—¡Esfabuloso!Aunquenocreoquemehubierandejadoponermeeseguanteduranteeltorneo...¿Dedóndehassacadoesedemoniotanraro?—preguntóFletcher.

Raijuseestabaacicalandolosbigotesconungestocasicoqueto.—El reyHarold.Teniendoun nivel de realización tan alto, es casi un coleccionista de demonios.

Cuandoseenteródequeotrosdosenanosibanaestudiarenlaacademia,leofrecióaAtillasuCaladriusyamísuRaiju.Estádenuestraparte.

AntesdequeFletchertuvieratiempodehacermáspreguntas,oyeronunaalegreexclamaciónunpocomásadelanteyelgruposedetuvo.Lavegetacióndelajunglasehabíaabiertoy,porelsonidodeaguaenmovimiento,Fletcherintuyólarazón.

Lasaguasdelpantanoydeunadocenadearroyuelosconfluíanpara formarunaespeciede reddecanalesquealimentabanunacascada.Muypordebajodeellos,elaguacaía ruidosamentey levantabauna nube de vapor que se extendía varios kilómetros a la redonda. A lo lejos, emergía un gran ríoserpenteante, que se abría paso entre estrechos valles.En el puntomás alejado del lado en el que sehallaban,unamoletriangulardeunapagadocoloramarillomarcabasudestino:lapirámide.

—¿Cómovamosabajar?—sepreguntóOthelloenvozalta.Aambosladosdelacascada,eldescensohastaelsueloeramuyescarpado,peroFletchersealegró

denotenerquecruzarelríoenaquelpunto,pueseranmuchoslosarroyuelosquealimentabanlacascadayestabanseparadosentresíporzonasdeterrenopantanoso.

—Supongo que los equipos de Malik y de Isadora ya han cruzado —dijo Seraph, un tantodecepcionado—.Mehabríagustadoverlosvadeartodosesoscanales.

—Bueno,esperemosqueanosotrosnosresultetanfácilcruzarcomoaellos—replicóFletcher.Inspeccionaronelterrenoynotardaronendarsecuentadequehabíadosposiblescaminosparabajar.

Uno de ellos era un sendero rocoso que descendía junto a la cascada, mientras que el otro era unaestrechapistadebosquequeserpenteabahaciaelesteporunterrenoaccidentado.

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—Bueno—dijoFletcher,ylepalmeólaespaldaaSeraph—.Aquíesdondenosseparamos.

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Fletcher seprotegió losojoshaciendoviseracon lamanomientrascontemplaba lapuestade sol.Losúltimos rayos del atardecer se filtraban entre la enmarañada vegetación. Se alegraba de que hubierandecididomontarelcampamentoantesdequeanocheciera,pueslalunaeraapenasunarendijaenelcieloylasluceserrantespodíanllamardemasiadolaatención.

Losmonosaulladoresanunciaronlallegadadelanochecerconsusroncosbramidos,queretumbaronportodoelbosquebajolabóvedadevegetación.Elequiposepreparóparapasarsuprimeranocheasolas en territorio enemigo, para lo cual eligieron un claro a una distancia prudencial de la pista delbosque.

CuandoIgnatiusseleenroscóenelcuelloyempezóaadormilarse,Fletcherreflexionósobresuviajehastaesemomento.Lapistanaturalqueseguíansehabíadesviadoenvariasocasioneshaciaelrío,perose habían asegurado de dirigirse colina arriba, apartándose del río. A pesar del desnivel, habíanavanzadoabuenritmo,porloqueFletcherestabaconvencidodequellegaríanasucitaconlapirámidedentrodedosdías.

SarielyLysanderhabíanocupadolaretaguardiadelgrupodurantetodoeldía,atentosaunaposibleemboscada.Athena,porsuparte,seocupabadelabóvedadevegetacióny,devezencuando,alzabaelvueloporencimade lascopasde losárboles.Deesemodo,ygraciasasupiedradecristal,Fletcherpodía asegurarse de que avanzaban en la dirección correcta.Mientras, Ignatius y Tosk protegían losflancos, pues podían deslizarse entre la abundante vegetación del sotobosque sin apenas hacer ruido.Solomoneraelúnicoquepermanecíaalmargendeesas tareas,pueserademasiado lentoy torpe.Sinembargo,sehabíaconvertidoensumuladecarga:cuandoloschicossecansaban,eracapazdellevarsobresuspedregososhombrostodaslasprovisionesylospertrechos.

—Ahoraqueestamosloscuatrosolos,lamisiónparecemásreal—dijoSylvamientrasremovíaconunaramalaleñadelahogueraqueaúnnohabíanencendido—.Cuandoestábamostodosjuntos,mesentíacapazdederrotaraunejércitoentero,peroahorayanoestoytansegura.

—Nosé—dijoFletcher,ytiródeIgnatiusparaquitárselodelcuello—.Creoquesomosunequipoformidable.Tenemosadosganadoresdeltorneoyadosfinalistas.Sinostopamosconunapatrulladeorcos,creoquepodemosderrotarlos.

Ignatius gruñó,molesto porque lo habían despertado, y Fletcher tuvo que engatusarlomentalmenteduranteunrato,hastaqueeldemonioescupióaregañadientesunaboladefuegosobrelapiladeleña.

—Lo queme preocupa no es si podemos o no derrotarlos—dijo Sylva, que se protegió la caracuandolasramasempezaronadespedirllamas—.Medamiedoqueunodeellosconsigahuirmientrasluchamos.Sidanlaalarma,seacabónuestramisión.

—Bueno,SarielyLysanderpuedenperseguirlo—dijoOthello.Elenanogruñómientrassequitaba

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lasbotasyloscalcetines—.Porqueloqueesestebrutodeaquí,nocreoquepuedaperseguiranadiedemomento.

Leacaricióafectuosamente lacabezayeldemoniodejóescaparungruñidodefelicidad. Igualquehabíahechoenaquelcobertizo,alasafuerasdeCorcillum,elGólemcogióloscalcetinesdeOthelloylosacercóalfuego.Porprimeravezenaños,Fletchersesintiósatisfecho.

—Bueno, ¿cómo os encontráis?—preguntó a sus amigos, y después abrió su mochila y sacó unenvoltorioqueconteníacarnesecadevenado.

Cogióuntrozo,loclavóenunaramitayloacercóalfuego.—Yotanmalcomohuelo—dijoOthello,haciendounamueca—.Estecalornoesbuenoparamí.Ni

paravosotros.—Yquelodigas—dijoCress,yseechóareíralmismotiempoquesetapabalanariz—.Seguroque

losorcospuedenolernosdesdevarioskilómetrosalaredonda.Empezóabuscarcomidaensumochila,peroseinterrumpióenseguida.—¡Eh!Mefaltanvariassaetasdelaballesta—dijo.Fruncióelceñoylesmostróalosdemáselcarcajquellevabasujetoalamochila.Yanoestaballeno

y,alsacudirlo,lospocosvirotesquequedabanentrechocaronenelinterior,sueltos.—Amímepasalomismo—dijoSylva,ylesmostrósucarcaj.Elemplumadodesusflechas,igualqueeldelassaetasdeFletcherydeCress,estabateñidodeazul,

elcolordelequipo.Eranunasflechaspreciosas,depuntamásestrechayafiladaquelasdeFletcher.NisiquieracuandoFletcheremplumabasuspropiasflechas,enPelt,habíaconseguidounosresultadostanespectaculares.

—¿Nosetehabráncaído?—sugirióelmuchacho.Palpósupropiaaljaba,peroalpareceraúnconservabatodaslasflechas.Mientras,Cressseencogió

dehombrosydevolvióelcarcajasusitio.—Aúnmequedanbastantes,perodebemostenercuidado.Losorcosnousanflechas,ysiencuentran

unaenelsuelo,sabránqueestamosaquí.Sariel y Lysander, que hasta ese momento habían estado patrullando en las proximidades del

campamento, regresaron y se tendieron cerca del fuego. La ancha espalda de ambos demonios seconvirtióenunacómodaalmohadaparaloschicos.FletchersefijóenqueTosktambiénhabíavueltoyquesehabíaacurrucadocomounperritosobreelombligodeCress,locualsignificabaquesólofaltabaundemonio.

Elmuchacho se colocó ante el ojo la piedra de cristal para ver dónde se encontrabaAthena. Laimagendeldemonioapareciócomouna lámina rosadaqueocupaba lamitadde lavisióndeFletcher:estabavigilando,posadaenunaramaalta.Graciasasusojosdemochuelo,podíaverenelcrepúsculoanaranjadocomosifueradedía.Cadapocossegundos,girabalacabezahaciaelotrolado,cualcentinelaquemontaguardia.Conlamente,Fletcherleordenóquedescendieraenseguida,peropercibióeldeseodeAthenadequedarsedondeestaba.

—Bueno, pues parece que no tenemos que preocuparnos por establecer un horario de guardiasnocturnas—dijoFletcher—.Athenatieneintencióndequedarseahítodalanoche.

—Genial—dijoSylvabostezando—,porqueamísemecierranlosojos.Sequedaronsumidosenunagradablesilenciomientraselcalordelahogueraibaaliviandopocoa

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pocoeldolorquelesatenazabalosmúsculos.Losruidosnocturnosdelajunglayahabíanempezado:elcantodelosgrillosaportabaunmonótonomurmulloalsilencio,interrumpidosólodevezencuandoporlasllamadasdelasavesnocturnas.LaatmósferaresultabaextrañamentetranquilizadorayaFletcherlerecordóelsonidodelosbosquesdePelt.

Jeffrey,quehabíaguardadosilenciodurantebuenapartedelviaje,hablóporprimeravezentodalanoche.

—Noséquéhagoaquí.—Lloriqueó.Elmiedodesuvozseimpusoalagradablechisporroteodelahoguera—. Lo único que tengo es la espada corta que me regaló Uhtred. Sólo sé de biología y debotánica, perodudodeque encontremos algúndemoniomuertopor aquí y, cuando empiece el ataque,diseccionardemoniosnoseráprecisamentemiprioridad.

—Teprefiero a cualquierotroguía—dijoSylvaen tonomagnánimo—.Nohemospasadohambregraciasatodaslasfrutasylasverdurasquehasidorecogiendomientrascaminábamos,yhemospodidoreponer el agua varias veces gracias a esas lianas. No necesitamos explorador porque esa enormepirámide ya nos indica el camino y tenemos unmapa del campamento de los orcos. Sólo tienes quemantenertealmargencuandoempiecelabatalla,yanosocuparemosnosotrosdelosorcos.

—Gracias—murmuróJeffrey,aunqueeraevidentequeSylvanolohabíaconvencido.Setumbódeespaldasaellosy,graciasalaluzdelahoguera,Fletchercreyóvereldestellodeuna

lágrimaenlamejilladelmuchacho.Peroentoncessefijódenuevoeneldestelloycomprendióquelohabíavistoatravésdesupiedradecristal.

—¿Quénariceseseso?—murmuró.Alguien había encendido un fuego en la pista del bosque, apenas a unos centenares demetros de

dondeellosseencontraban.Laluzsehallabatancercaque,duranteunmomento,creyóqueestabaviendoatravésdeAthenalahogueraqueellosmismoshabíanencendido.

Sequitóelcristaldelojoylosdemásseacercaronparaintentarveralgoatravésdeaquelcristal,pequeñocomounamoneda.

—¿Orcos?—preguntóJeffreyconvoztemblorosa.—Le pediré aAthena que se acerque—dijo Fletcher, y le transmitiómentalmente sus órdenes al

demonio.Cuando el Grifuelo sobrevoló las copas de los árboles, los chicos vieron a través del cristal la

vegetaciónmecidaporlabrisa.Athenatardóapenasunossegundosenllegarallugarencuestión,traslocualseposóconfelinosmovimientosenunaancharama.DadoqueFletcherpodíaoírmentalmentetodoloquesudemoniohacía, seestremecióalescucharelcrujidode la ramabajoelpesodeAthena.Sinembargo,lasfigurasquesehallabanenelsuelonoparecieronadvertirlo.

Athena se había posado en una rama demasiado alta para poder distinguir los rostros de aquellasfiguras,peroelsermonstruosoquemontabaguardiajuntoaellasdespejócualquierduda.

Isadoraysuequipolosestabansiguiendo.—¿Quéhacenaquí?—dijoSylvaenvozbaja—.¡Sesuponequeteníanqueestaralotroladodelrío!—Nolosé,peroseguroquenoesnadabueno—susurróOthello—.Lacuestiónesquenopueden

hacernadasitodoelmundolosveatravésdeLysander.Amenosqueataquenenplenaoscuridad...Guardaronsilenciounosinstantesmientrasmeditabanlaspalabrasdelenano.—Alomejorsehanperdidoohanpensadoqueeramejornocruzarelrío—propusoCress.

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—Túnolosconoces—lerespondióFletcher—.Estánintentandosabotearnosparademostrarqueunequipoquecuentaconelfosyenanosnofunciona.Puedeneliminarnosconconjurosenlaoscuridad,demodoqueparezcaquelosorcosnoshantendidounaemboscada.

—Es un buen incentivo para tendernos una emboscada —dijo Sylva—. Aunque tampoco es quenecesitenunabuenarazón...Lesbastaconelodioquenostienen.

Fletchersesentóycontemplólaoscuridadquerodeabaelcampamento.—Tenemosquemarcharnosconlasprimeraslucesyconseguiralejarnostantocomonosseaposible.

Athenalosvigilaráparaasegurarsedequenodescubranlocercaqueestamos.Contemplólaalegrehogueraquehabíanencendidoyluegoempezóagrabarenelaireelsímbolodel

conjurodelhielo.Tras lanzarunflujodemana,una lluviadecristalesdehielocayósobre lamadera,sumiendoelcampamentoenunaimpenetrableoscuridad.

—Serámejorquedurmamosunpoco—murmuróFletcher,queyaseapoyabaenelsuavevientredeLysander—.Quiénsabecuándopodremosvolveradescansar.

Mientras los demás iban sacando lasmantas de susmochilas, Othello se arrastró hasta donde seencontrabaFletcher.

—Ya sabía yo que ibas a acaparar a Lysander para usarlo como almohada—susurró Othello—.Hazmesitio.

FletchersehizoaunladoyOthellosetendiójuntoaél.AFletcherlereconfortótenerasuamigotancerca.

—Eh—dijoOthelloderepente—.¿Quéhicistealfinalconaquelduendecillo?—Yo...pues...lodejémarchar—respondióFletcher.Othellosuspiró.—Sabíaqueloharías...peromepreocupaunpoco.AFletcherseleencogióelestómagoalescucharlaspalabrasdeOthello.Yacasisehabíaolvidado

deAzul,contodoloqueestabapasando.—Estoy bastante seguro de que no nos traicionará. Y, de todos modos, dejarlo marchar era lo

correcto—replicóFletcher.Nosabíamuybienaquiénqueríaconvencer,siasímismooaOthello.—Bueno,esperoquetengasrazón—murmuróOthellotendiéndosedelado—.Porelbiendetodos.Fletcherrespiróhondopara tratardeahuyentarsusdudas.Ya teníabastantesproblemascomopara

tenerquepreocuparsetambiénporelduendecillo.—Llevastodoeldíamuypensativo—dijoOthelloenvozbaja,paraquelosdemásnolooyeran—.

¿Tepreocupaalgomás?Fletcherguardósilencio.Sabíaqueeramejordormir,perotambiénestabaconvencidodequeseibaa

pasartodalanochepensandoenelsueñoquehabíatenidoAthenamientrasestabaperfundida.Talvezlefueradeayudahablarsobreello.

—Hevistomoriramispadres—murmuróalfin.—¿Lohasrecordado?—lepreguntóOthello.—No...HevistolosrecuerdosdeAthena.Alperfundirla,quierodecir—respondióFletcher,conlos

ojosempañadosenlágrimas—.Erantanfelices...Yentonces,derepente...Fueespantoso.—Oh...—susurróOthello,perodespuésseinterrumpió—.Losiento—dijoalfin.

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Silencio.Y,luego,Othellovolvióahablar,conlavozroncaporlaemoción.—¿Tehecontadoalgunavezqueyoteníaotrahermana?—No—dijoFletcherarqueandolascejas.¿Tenía?—Essie nació cuando nosotros teníamos tres años, dos años antes de que mi madre se quedara

embarazadadeThaissa,cuandorelajaronlasleyes.Teníamosquemantenerlaescondida,puesenaquellaépocaalosenanossóloselespermitíatenerunhijo.DadoqueAtillayyosomosgemelos,mispadreshabían conseguido quedarse con dos hijos en virtud de un tecnicismo jurídico. Lamanteníamos bajotierra, y cuando los pinkertones venían a hacer alguna inspección, la escondíamos bajo las tablas demaderadelsuelo.Perocuandocumplióunaño,Essiesepusoenferma.Muyenferma.Yacudimosaunmédicohumano.

OthelloguardósilencioyFletchersediocuentadequesuamigoteníaelrostrobañadoenlágrimas.—Elmédicoavisóa lospinkertones,Fletcher,yse llevaronaEssie.Nonosdijeronadónde.Unas

cuantassemanasmástarde,noscontaronquehabíamuertoacausadesuenfermedad.Yyaestá.Sehabíaido.Nisiquieranosentregaronsucadáver.

Fletcherextendióunbrazoyapoyólamanoenelhombrodesuamigo.—Lamentomucholoqueteocurrió,Othello.Atuhermana,atufamilia.Nisiquierameimaginolo

quesedebedesentir.—Nunca hablamos de ella—afirmó Othello, secándose las lágrimas con la manga—. Thaissa ni

siquieralosabe.Perosi tuvieralaoportunidaddeconocerloquelesucediódeverdad...Situvieralaoportunidaddeoírlareír,deversusonrisaunavezmás...Daríacualquiercosa.

FletchersabíaqueOthelloestabaen locierto.Verasuspadres,conocersusvocesysus rostros...habíasidounabendición.Loqueleshabíaocurridoeraunaauténticatragediayconocerlaverdadsobresumuerteeradoloroso...,perotambiénnecesario.

Tras él, Lysander volvió la cabeza y contempló el rostro bañado en lágrimas de Fletcher. Muydespacio,acercóunagarrayleacariciólamejilla,enungestoqueparecíademasiadohumanoparahabersurgidoúnicamentedeldemonio.Luegolostapóaambosconunadesusalas,comosifueraunamanta.YFletchersupoqueLovettestabavelandoporellos.

—Graciasporcompartirloconmigo,Othello—dijoFletcher—.Nuncaloolvidaré.

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Eramuytempranoylosmiembrosdelequiposemovíanconrapidezporlajungla.Seesmerabaninclusomásqueantespornodejarhuellas,aunqueporsuertelapistaporlaquecaminabaneraunlugardepasodelosanimalesdelajungla.Así,enelsueloseconfundíandistintashuellasdepezuñasycascos.

Lomásextraño,sinembargo,eraquetambiénhabíanencontradoenlapistalashuellasplanasdelosorcos:separecíanalasdeloshumanos,peroeranmásgrandesydejabanmarcasmásprofundasenlosdedos.Resultabadifícil sabercuánto tiempo llevabanallí aquellashuellas,peroFletcher sealegródequeAthenavigilaradesdelasalturas:lasimágenesqueellaveíaaparecíandirectamenteenlapiedradecristalqueFletcherllevabasujetaconunacorreaalacabeza.

—¿Podemos... ir... un poco... más... despacio? —jadeó Othello mientras arqueaba las piernas y,dandounsaltito,serecolocabalamochila.

ElenanohabíaperfundidoaSolomon,pueselGólemerademasiadolentoparaseguirleselritmoy,consusrobustaspatas,hubieradejadohuellasmuyclarasenelsuelo.Portanto,loschicoshabíantenidoquecargardenuevolaspesadasmochilas,locualcomplicabaaúnmáslamarcha.

Debidoalasma,Jeffreyteníaqueacercarsedevezencuandoalanarizunpañuelorepletodehierbasy respirar profundamente,mientras que Cress yOthello, de piernasmás cortas, se veían obligados acorreteararatosparanoquedarseatrás.

—Descansodecincominutos—lesanuncióFletcher.Elcorazónlemartilleabaelpechoy lecaíangotasdesudorpor laespalda.Despuésdeunañoen

cautividadyunaspocasflexionesportodoejercicio,éltambiénestabasufriendo.Enrealidad,laúnicaqueparecíadescansadaeraSylva.

Hicieron un alto y se dejaron caer al suelo, apoyando la espalda en los troncos de los árboles aambos ladosdelcamino.Duranteunospocosminutos, sóloseoyóa loschicosbeberaguaomasticarfrutaytubérculos.Justoentonces,Sylvaseñalóelsendero.

—Aunquesigamosaesteritmo—selamentó—,Isadoraylosdemásnosalcanzaránalcaerlanoche.Nopodemosviajartanrápidocomoellos.

—Bueno, hay que intentarlo—gimoteóOthello, apoyando la cabeza en el hombro de Fletcher—.Deberíamosllegaralapirámideaúltimahorademañana.Siconseguimosevitarloshastaentonces,todosaldrábien.

Siguieronsentadosy,apesardequeyahabíantranscurridoloscincominutospactados,Fletcherlosdejódescansarunpocomás.Habíadedicadobuenapartedelanocheanterioraobservaralotroequipoatravésdelapiedradecristal,conlaesperanzadeescucharsuconversación.Parasudesesperación,elWendigosehabíapasadocasi todalanochepatrullandoalrededordelcampamento,por loqueAthenahabíatenidoquemantenerseaciertadistancia.Y,finalmente,Fletchersehabíaquedadodormido.

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Elmuchacho percibió de repente elmiedo de sus demonios. Ignatius surgió de la jungla y, en laláminadesupiedradecristal,Fletcherdetectóuntumultoenelsendero,unpocomásadelante.

—¡Saliddelapista!—dijoentredientes.Sylva y él se adentraron rápidamente en la jungla.Othello, Cress y Jeffrey se ocultaron entre los

arbustos,alotroladodelsendero.LysanderySariellossiguieronysetendieronbocaabajoenelsuelo,arrastrándose hasta los espesos matorrales. Y lo hicieron justo a tiempo, pues los responsables deltumultonotardaronendejarsever.

Tresrinocerontes,cuyoslargoscuernosasemejabanlaproadetresnavíosdeguerra,aparecieronderepente.Poseíanunapielduraycorreosa,deuntonogrisquecombinabaalaperfecciónconeldelastrescriaturashercúleasquelosmontaban.

Eranorcostorodemásdedosmetrosdealtura,esdecir,quehabíanalcanzadoyaeltamañoadulto.Suscolmillosmedíansieteuochocentímetros,porlomenos,ysehabíanadornadoelcuerpoconpinturasdeguerra,enformadeespiralesrojasyamarillas.Empuñabanenormesmacanas,queerancomogarrotesplanosdemaderaconfragmentosrectangularesdeobsidianaincrustadosenloscantos.Fletchersefijóenqueaquellosfragmentosdeobsidianaparecíanmuchomásafiladosquecualquierhojaeimaginóeldañoque podían causar. Sin duda, podían decapitar a un caballo de un solo golpe. En el diario de JamesBaker,aquellasarmassedescribíancomounamezclaentremazayespada,capacestantodehenderunaarmaduracomodedescuartizaraalguien.

Traslosorcos,aparecióunafiladobledetrasgosvestidoscontaparrabos.Ibanarmadosconlanzasprovistas con una punta de piedra y de garrotes irregulares hechos con las ramas de los árboles. Separecían bastante al espécimen que Fletcher había visto en la reunión del gran consejo: almenos unpalmomásbajosqueél,sumamenteescuálidosydotadosdeunanarizlargayorejasdesoplillo.

Ibanalomosdecasuarios,grandesavesparecidasalosavestruces,cuyohermosoplumajenegroeratansuavequecasiparecíapelo.Lomismoquelosavestruces,eranavesnovoladoras,provistasdeunlargocuellodecolorazul,sinplumas,ydeunalargacarúncularojasituadabajoelpico.Lomáscurioso,sinembargo,eralaespeciedecascoquelesadornabalacabeza,amododeprotuberanciaóseacortayromasobreel cráneo.Fletcher seestremecióalver susgarrasdeave rapaz,quearañabanel suelo,ypensóqueconellaspodíandestriparaunhombredeunsologolpe.

PorlasanotacionesdeBakerensudiario,sabíaquesólolosorcosjóvenesmontabancasuarios,pueseranlobastantepequeñosparaqueaquellasavespudieranaguantarsupeso.Alparecer,ygraciasalallegadadelostrasgos,losorcosleshabíanencontradootrautilidadaloscasuarios.

—Madremía,sonmuchísimos—susurróSylva.EstabamuycercadeFletcher.Dehecho,losdossehabíanarrojadoalsuelotanapresuradamenteque

casihabíanacabadoelunoencimadelotro.Contaronporlomenoscincuentatrasgosenlafila,queescudriñabanconsussaltonesojoselbosque,

atentos a cualquier movimiento. Dos hienas manchadas acompañaban a la comitiva. De aspectoimponente, recorrían la fila de arriba abajo con el lomo encorvado, olisqueando el suelo.Una de lashienassedetuvouninstantejuntoalapistayacercóelalargadohocicoaunosarbustos,justodelantededondeFletcherylaelfinasehallabanagazapados.Observaronlosdosensilenciomientraselanimalseles iba acercando. La hiena empezó a aullar, y Sylva, asustada, se aferró al brazo de Fletcher. Sinembargo,unodelosorcoslesoltóunguturalladridoylahienaregresócorreteandoalacabezadeaquel

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pelotóndeguerra.Porsuerteparaelequipo,parecíanseguirendireccióncontrariaelrastroqueelloshabíandejadoen

la pista. Fletcher pensó entonces que tal vez hubieran olisqueado algomás, nomuy lejos de allí. ¿ElWendigo,quizá?

No tardaron más de un minuto en pasar, pero a Fletcher le costó una eternidad reunir el valornecesariopararegresaralsendero.Justoenesemomento,AthenadescendióplaneandoyseleposóenelhombromientrasIgnatiuslesaltabaalosbrazosyseleacurrucabaenelpecho.Habíafaltadomuypoco.

—Bien, creo que será mejor que abandonemos esta pista —dijo Fletcher decidido, aunque letemblabaunpocolavoz.

—Yoestoydeacuerdo—dijoOthellomientrassalíadelbosqueconlosdemás—.Cuandoseenfríeelrastro,regresaránporaquí.

—Esospájaros parecíandemonios—dijoCress, siguiéndolos con lamirada—. Jamáshabía vistonadaigual.

—Créeme, son animales de verdad—informó Jeffrey—. Son rapidísimos y cocean como mulas.Tendríasqueverloshuevosqueponen:sonverdesyenormes.Aprimeravista,sepodríapensarquesonhuevosdetrasgo.Imagínateloqueseríacomerseunodeesoshuevosparadesayunar...

—¿OsdaiscuentadequevandirectoshaciaIsadoraysuequipo?—lointerrumpióCress,mirandohaciaellugarporelquesehabíaalejadolafila.

—Perfecto—dijoSylva—.Aversisematanunosaotros.Fletcher, sin embargo,miró a Lysander, que observaba con una expresión angustiada al ya lejano

ejército.LordForsythdebíadetenerunadelaspiedrasdecristaldeLysander,demaneraqueHannibalpodríalanzarunaadvertenciaaTarquinyalosdemás.PeroFletchersabíaqueeltamañoyelhedordelWendigolesimpediríadespistaralashienas.Eratentador...LaideadequeDidricylosgemeloscayeranenunaemboscadadelosorcoseraunaimagenquehabíaevocadomásdeunavezdurantesuslargasysolitariasnochesenlacelda,perojustoenesemomentopercibióunaespeciedereprimendaenlamenteque lo conectaba con Athena. Fletcher suspiró y pensó que Athena tenía razón. Se volvió hacia susamigos.

—¿Paraquéhemosvenidoaquí?—preguntó,mirándolosalosojos.—Para destruir unos cuantos miles de huevos de trasgo y rescatar a la madre de Rufus, lady

Cavendish—respondióSylva,queyaseestabacolocandolamochilaenloshombros.—No.¿Paraquéestamosaquí?—volvióapreguntarFletcher.Todosseloquedaronmirandoensilencio,comosilapreguntalosconfundiera.—Sesupone—prosiguióFletcher—quenuestroequipohadeserunbrillanteejemploanteelmundo

enterodecooperaciónentrelasrazas.Tenemosquedemostrarqueenanosyelfossonmerecedoresdelrespetodelahumanidad.Bien,megustaríaverlosmuertostantocomoavosotros;esmás,losmataríaconmispropiasmanos si tuviera laoportunidad.Pero¿qué imagendaremos si abandonamosal equipodeIsadora?,¿sidejamosquelosmatensincompasión?

OthelloySylvarehuyeronlamiradadeFletcher,perosabíanquesuamigohabíadicholaverdad.—Ellosnosestánacechando—susurróSylva—.Esnuestraoportunidad.—Eso no lo sabemos —respondió obstinadamente Cress—. Podrían haber cambiado de idea

respectoalaruta.

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—Si los matan, es un equipo menos que participará en la incursión. Y por mucho que consiganescapar,losorcosdaránlaalarma—afirmóOthelloaregañadientes,poniéndoseasídepartedeFletcher.

—¡PerosetratadeDidric,Tarquin,IsadorayGrindle!Todoselloshanintentadomatarnos.Eresmuyingenua,Cress...Elmundoseráunlugarmuchomejorsinellos—leespetóSylva.

Fletcher no podía culparla por esas palabras. ¿De verdad estaba dispuesto a salvar a lasmismaspersonasquehabíanplaneadosuejecución?Elmuchachovaciló,peroentoncesCresshablódenuevo.

—¿YquépasaconAtlas?¿Semerecemorir sóloporqueanosotrosnonosgusten susamigos?—preguntó envozbaja—.Si losdejamosmorir, no seremosmejoresque ellos: antepondremosnuestrospropiosfinesalaseguridaddeHominum.

Sylvaresopló,frustrada,yluego,mientrascogíasuarco,sevolvióhaciaelmismolugarporelquehabíanllegado.

—Acabemosconestodeunavez—gruñó.

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31

Siguieronalapatrulladeorcosdurantemediahora,sirviéndosedelavisióndeAthenaparaasegurarsedequeaquellascriaturasnopudieranverlos.Porsuerte,losjinetesteníanelvientoencontra,porloquelasinquietashienasnopodíanolerlos.

—Alto—dijoFletcherentredientes,yalzóunpuño—.Sehandetenido.Desdesuprivilegiadaposiciónenlasalturas,Athenavioqueeltríoderinocerontesalacabezadela

filasehabíadetenido.Unpocomásadelante,lashienaslanzaronsuagudarisamientrasobservabanlosárbolesasualrededor.

—Nadadearmasdefuego—susurróFletcher—.Sóloarcos.Disparadcuandodélaseñal.Se apostaron a ambos lados de la pista, cerca de los arbustos. Había transcurridomucho tiempo

desdelaúltimavezqueFletcherhabíausadosuarco,pero,encuantolotuvoenlasmanos,fuecomosinohubiesepasadoeltiempo.Lacuerdacediódócilmentecuandotiródeellaconlosdedosparaapoyarelculatíndeunaflechadeemplumadoazul.JuntoaFletcher,Cressgruñóalcargarsuballesta,pueslallavemetálicadellateralleresbalabaentrelossudorososdedos.

—Jeffrey,quédateatrásycubrelaretirada—leordenóFletchermientraspreparabasudisparo—.Sillegaotrapatrulla,quierosaberlocuantoantes.

Fletcher no tensóde inmediato la cuerda, pues sabía que se le dabamejor disparar enunúnicoyfluidomovimiento.Decidió,encambio,concentrarseenlosorcos,elprimerodeloscualesacababadedesmontarparaecharunvistazoalbosque.

Unaboladefuegoalcanzóenesemomentoalorco,quesaliódespedidohacialajungla.Otrasbolasde fuego chisporrotearon en el aire, haciendo que la fila se dispersase de inmediato. Al parecer, elequipodeIsadoraleshabíapreparadounaemboscada.

—¡Ahora!—gritóFletcher, justocuandolos trasgosqueibanalfinalde lafilasepreparabanparahuir.

Dosflechasyunasaetaseprecipitaronentoncessobrelasjadeantescriaturas,derribándolasdesusmonturasconunaprecisiónletal.

—Otravez—gruñóFletcher.Unasegundalluviadeflechas,quealcanzóporigualacasuariosytrasgos,siguióalaprimera.Enla

partedelanteradelafila,elWendigosurgióderepenteentrelavegetaciónygolpeóalosdosorcosquequedaban,aizquierdayderecha,mientrasdelcielocaíanendesordenvariasbolasdefuego,relámpagosydescargascinéticas.

Milagrosamente, un trasgo había conseguido abrirse paso entre la lluvia de flechas y huía de labatallaalomosdesucasuario.Fletchergritóparaadvertiralosdemás.

—Nodejéisqueescap...

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Enesemomento,unhachade lanzarhendióelairey leseccionóunapataalcasuario, locualhizocaer al animal. Un segundo después, Othello surgió de entre la vegetación del sotobosque y, en doshachazos,acabóconeltrasgoyelcasuario.

Docenasde trasgosempezaronentoncesaaullar, furiosos,ysedirigieronen tropelhaciaelenano,que estaba desprotegido. Sin embargo, se detuvieron sobre sus pasos al escuchar un chillido queprocedíadelasalturas.Lysandersurgióentoncesdeentrelasramasyseabatiósobrelosjinetesdeloscasuariosenunremolinodealasygarras.Mientraslosjinetescaíanalsuelo,lasavesatacaronalGrifocongarrasypicos,arrancándolerugidosdedolor.

—¡Acercaos!—ordenóFletcher.Echóacorrerconelkhopeshenlamano.Loslatidosdesucorazónresonabanconlamismafuerza

quesuspasossobreelsuelo.Elprimertrasgolanzóungolpeconsugarrote,aturdidoaúndespuésdehabersidoderribadodesu

montura.Fletcheresquivóelgolpeyatacóasuvez,alcanzandoaltrasgoenelesternónyarrancándololuegodelahojaconunadescargadeenergíacinética.CressderribóaotrotrasgoconsutorqmientrasSylvadecapitaba,conungolpedesufalce,auncasuarioquerevoloteabadeunladoaotro.LashachasdelanzardeOthellopasaronporencimadeloshombrosdeFletcher,peligrosamentecercadesusorejas,yacribillaronalostrasgosapelotonados.

Lysander,pues,dispusodeltiemponecesarioparaemprenderdenuevoelvuelo.Alhacerlocayeronalsuelovariasgotasdesangre.Loschicos,sinembargo,nopudierondetenerseaexaminarlasheridasdelGrifo, pues, nadamás caer la primera hilera de trasgos, otra ocupó inmediatamente su lugar. LascriaturasseabalanzaronconaullidosderabiasobreOthello,CressyFletcher.

—Atrás—jadeóFletcher.Enesemomento,recibióungarrotazoenelcodoizquierdoylamanotatuadalequedócolgandoaun

costado, sin fuerza. Othello se apostó junto a Sylva para cubrir el lado derecho de la pista. Cress yFletcherhacíanlopropioenelladoizquierdo.

Trasgosycasuariossedirigieronenmasahacialaestrechalíneaqueformabanloshechicerosysedesplegaronhacialajunglaenunintentoderodearlos.Unaboladefuegoprocedentedelsotobosquehizoretrocederapresuradamenteaungrupodetrasgos.Unodeellosempezóaaullaryagirarsobresímismo,puesIgnatiusleestabaarañandoelrostro.Trasunúltimozarpazo,laSalamandraseperdiódenuevoenlavegetación,comosiquisieradesafiaraaquellasbestiasaabandonardenuevolapista.

Al otro lado, un rayo alcanzó a las criaturas apelotonadas. Varias de ellas cayeron al suelo y sequedaronallíretorciéndosededolor.EldemoniodeCress,Tosk,sehabíaunidoalabatalla.

—¿Dónde está Sariel?—gritó Fletcher. Trazó un amplio arco con su khopesh y un trasgo saliódespedidohaciaatrás,conunprofundocortebajolascostillas—.¿YSolomon?

Enesemomento, seoyóun ruidodemaderaquebrada justodetrás, locual respondióa la segundapreguntadeFletcher.Sobresuscabezas, lasramasdelosárbolessedoblaronyfueronagolpearalossalvajestrasgos.FletcheroyóentoncesunguturalrugidoycomprendióqueSolomonestabarecurriendoasudescomunalfuerza.

Justoentonces,Sarielsaliódelaespesura,agarróauncasuarioporlaspatasyloarrastródenuevoalavegetación.Sylvacontuvounaexclamaciónalveralasdoscriaturasenzarzarseenunaviolentapelea,acompañadadegruñidos,gritosycrujidoderamasrotas.

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—Conjurosdebatalla—ordenóFletcher,alnotarquehabíavueltoarecuperarlasensibilidadenelbrazo—.Peronoagotéisvuestromana.

Sylva fue tan rápida a la hora de grabar un símbolo queFletcher apenas había terminado la frasecuandolaelfinayaestabalanzandounaboladefuegoquealcanzóaltrasgomáscercano.Lacriaturacayóalsuelo,aullandoyretorciéndosededolor,mientrassearañabaelpecho.CressyOthellodispararonmásbolas, yFletcher lanzó al aire una lenguade energía cinética quederribó a los pocos jinetes que aúnquedaban.

Aunasí,lostrasgossiguieronavanzando.EsquivabanlosataquesdelfinokhopeshdeFletchery,consusnudososgarrotes,golpeabanalmuchachoportodoelbrazo,hastaelhombro.UnalanzasilbóenesemomentojuntoalrostrodeFletcher,quenotóunagudodolorcuandolapuntalearañólamejilla.Lebrotóunhilillodecálidasangrequefueamezclarseconelsudorqueleempapabalanuca.Volvióbruscamentelacabezaygolpeóauntrasgoenplenacara.Lacriaturasaliódespedida,sujetándoselacabeza.

Cress salió lanzada hacia atrás al recibir el picotazo de un casuario, pero el ave no consiguióperforarlelacasaca.Laenanarespondiódisparandounrayoquelearrancólacabezaalanimalysalpicósangreentodaslasdirecciones.Después,seentregódenuevoalabatalla.

Ignatiuslanzóunallamaradaqueenvolvióalostrasgos,justocuandoseabalanzabansobreellosunavezmás,yloscegó.Toskcolaboróconunirregularfogonazoazul,quehizosalirdespedidoshaciaatrásalosprimerostrasgosyprovocóquecayerantodosalsueloenunamarañadepiernasygarrotes.Fletcheraprovechó aquella breve oportunidad para concentrarse en su piedra de cristal y vio, en la láminasuperpuesta,unaimagencompletadelabatalla.

LosdosorcosleestabanplantandocaraalWendigo,mientrasqueelequipodeIsadorapermanecíaocultoentrelavegetación,sirviéndosegenerosamentedelosconjurosparamantenerarayaalostrasgos.La estrategia estaba acabando con sus reservas demana, pero sin duda era efectiva, pues en el sueloyacíanloscadáveresdedecenasdetrasgos.Losqueaúnseguíanconvidasehabíanrefugiadotras loscuerposdelosrinocerontes,quetambiénhabíanmuerto.Deloscincuentatrasgosmontadosdelprincipio,apenas quedaba una veintena. Hasta las hienas habían muerto; sus pesados cadáveres yacíandescuartizadosenunamacabracarnicería.

Fueenesemomentocuandotodosecomplicó.Unodelosorcosqueaúnquedabanconvidaseapartódelgrupoyhuyóhacialaselva.ConLysanderfueradecombateySarielenzarzadaenalgunaparteenunaluchaavidaomuerte,aFletchernolequedómásremedioqueabandonarasuequipo.

—¡Nodejéissupervivientes!—gritó,echandolavistahaciaatrás.Yseadentróenelbosque,siguiendoelcrujidodelasramasqueelorcoibapisoteandomientrasse

abríapasoentreel sotobosque.De repente, todoquedó inmóvilyen silencio.Sólounconjuroquenohabíadadoenelblancosacudiólashojas,enloalto.FletcherpercibiólapresenciadeIgnatius,queloestabasiguiendo,peronoteníatiempoparadetenerseaesperarlo.Enlugardeeso,ledioinstruccionesaAthena para que sobrevolara el lugar de la batalla, atenta a otros posibles fugitivos. Gracias a laprivilegiadaposicióndeAthena,FletchersediocuentadequeSolomonhabíaocupadodenuevosulugarenlalíneayqueteníaenlamanounárboljovenqueutilizabaamododegarroteparaderribaratrasgosyacasuarios.

Enaquelrepentinosilencio,Fletcherempezóanotareldescensodeadrenalina.Elcorazónaúnleibamuydeprisaysentíaenlamejillaheridacadaunodeloslatidos.Ledolíantodosloshuesosyteníalos

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pulmonesapuntodeestallar.Perosiguióavanzando,ignorandolasmoscasquelerevoloteabanentornoalacabeza,buscandoávidamentelasaldelasangreydelsudorquelecubríanlapiel.

Enposdelorco,siguióloscrujidosyloschasquidosdelasramas,intuyendoquetalveztendríaquehabérselopensadomejor.LosdosorcossehabíanenfrentadoalWendigosindemasiadosproblemas.Y,ahora,éltendríaqueenfrentarseasolasaunadeaquellascriaturas.

Enesemomento,oyóelsusurrode lavegetacióny,derepente,unorcodepielgrisapareció justodelantedeél:estabatratandodeapartarconsumacanalasespinosasramasdeunarbusto.Vistodecercaeraenorme,muchomásaltoqueFletcher.LepareciótancorpulentocomoBerdonyJakovjuntos.

Fletcher,sinembargo,novaciló.Sujetóelkhopeshconambasmanosyseabalanzósobrelacriatura,apuntandodirectamentealcentrodesuespalda.Noleacertóenlacolumnapormuypoco.Elfilo,queencontrómuchamenosresistenciadelaqueFletcheresperaba,sehundióenlapieldelorcoyleatravesóelcuerpohastalaalturadeldiafragma.

El muchacho lanzó un grito triunfal cuando el orco tensó el cuerpo y dejó escapar un aullido,escupiendoalmismotiempogotasdesangrequemancharonlashojas.Sinembargo,derepenteFletchersintióundoloragudoenlacabezaynotóenlabocaelsabordelasangremezcladoconeldelashojaspodridas. El orco había girado el cuerpo, había arrojado a Fletcher al suelo de un golpe y le habíaarrancadodelamanoelkhopesh,cuyahojaaúnllevabaclavadaenelpecho.

Un pie calloso descendió entonces hacia él y se hundió en el suelo, un instante después de queFletcherrodarahaciaunlado.Disparóentoncesunadescargacinéticaparaponerseenpiedeunsalto.Nadamásincorporarse,selanzóhaciaunladomientraslamacanadelorcohendíaelaireytrazabaunlarguísimoarco.Cayódebruces sobreel espinosoarbustoque lehabía impedidoelpasoalorco.Lacasaca se le enganchó en las afiladas espinas y quedó con los brazos extendidos, como si estuvieracrucificado.

Elorcoescupiósangreallanzaruntriunfalaullido.Lavida,sinembargo,seleibaescapandoencadaoscuragotadesangrequelebrotabadelpecho,alrededordelaherida.Lacriaturalevantólamacanaysoltóunarisaronca,yconlaparteplanadelarmaobligóaFletcheraalzarlabarbilla.Losfragmentosdeobsidianadelapuntaseleclavaronenladelicadapieldelagargantacuandoelorcoseinclinóhaciaélconungestoquecasiparecíaamable.Noibaatenerunamuertelenta.

Enesemomento,Ignatiussurgiódisparadodelsotobosqueyaterrizóenlacabezadelorco,precedidoporunapoderosaoladefuego.Legolpeófuriosamenteconlacola,comosifueraunescorpión.Elorcorecibióimpactosenlosojos,enlanarizyenlabocamientraslasllamasleazotabanlacaraunayotravezenformadeincansablesolas.Fletchersezafódelacriaturay,trasunoscuantosforcejeos,consiguióarrancarlacasacadelasespinosasramas.Ynopodríahabersidomásoportuno,porqueenesemomentoel orco empezó a repartir golpes a ciegas, e incluso consiguió arrancarle un pedazo de manga almuchacho.Después,todoacabó:elorcocayóderodillasysedesplomó.Losúltimoschorrosdesangredelaheridasefueronconvirtiendoensimpleshilillos.

Ignatius saltóa losbrazosdeFletcher, sollozando,y le lamió lasheridasa suamoenungestodeafecto.Permanecieronasíunosinstantes,disfrutandodelaalegríadeestarvivos.AFletcherleescocíalapieldelcuellocuandoIgnatiuslepasabalalenguaporlasheridas,peroalcabodeunratolasensaciónleparecióextrañamentereconfortante.Sepasómuydespaciolosdedosporelcuelloynotardóendescubrirquelasheridashabíandesaparecido.

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—¡Portodoslos...!—exclamó.Sostuvo a Ignatius frente a su rostro, y el demonio lanzó alegres gañidos y le lamió la nariz al

muchacho.—Debesdetenerelsímbolodelacuracióngrabadoenalgunapartedelalengua.—Yseechóareír

mientrasleacariciabacariñosamentelacabezaaldemonio—.Apesardetodoel tiempoquellevamosjuntos, aún consigues sorprenderme. Pero será mejor que no se lo digamos a Jeffrey. A la que nosdespistemos,tulenguaacabarásobrelamesadeoperaciones.

Ignatius empezó a retorcerse yFletcher lo dejó en el suelo.Al hacerlo, vio la cara del orco y seestremeció.Elfuegolahabíaconsumidoporcompleto, tansóloseveíaelcráneoennegrecido.Lapielcorreosadelvientreydelaspiernas,encambio,estabaempapadaensangre.Enelpecho—yenloquequedabadelasmejillas—seveíanlosrestosdesuspinturasdeguerra:rayasyespiralesentonosrojoyamarillo. Aparte de la pintura, y de la tosca falda que le cubría las partes pudendas, el orco estabacompletamentedesnudo.

ElkhopeshdeFletcherseguíaprofundamenteclavadoenelcuerpodelorco.Elmuchachohizounamuecadeascoalverloyseinclinópararecuperarlo.

Enesemomento,lasaetadeunaballestasilbóporencimadesucabeza,comounaserpientequeselanzaalataque,yseclavóenunárbolasuespalda.Fletchersedejócaeralsueloyarrastróelcadáverdelorcohaciaél,parautilizarloamododeescudo.Uninstantemástarde,seoyóelsilbidodeotrasaeta,queenestaocasiónseclavóenelhombrodelorco.LohizocontantafuerzaqueleatravesólimpiamentelacarneysedetuvoaunpardecentímetrosdeFletcher.Lapunteríaylavelocidaddeaquellosdisparoseranasombrosas,dignasdeunasesinoprofesional.

Y, entonces, cuando Fletcher preparaba el dedo tatuado para contraatacar, el agresor se retiró,dejandotrasélunrastroderamaspisoteadas.ElcráneodelorcoparecióreírsedeFletchercuandoéste,asqueado, apartó el cadáver a un lado. Se detuvo un momento a recobrar el aliento. De no haberseagachadopararecuperarelkhopesh,laflechalehabríaatravesadoelpecho.

Recuperólasaetaquesehabíaclavadoenelárbolyselaacercóparaverlamejorenlatenueluzdelajungla.Emplumadoazul.IgualquelasdeCress.

Cuando Fletcher regresó junto a los demás, la batalla había terminado. Solomon estabamuy ocupadocavandounagran tumba, para lo cual iba apartando la tierra con sus fuertesmanos.Poco apoco, fuehaciendoun claro.Bien pensado: aquella cantidadde cadáveres no tardaría en atraer a toda clase decarroñeros.Lasbandadasdebuitres,porotrolado,podíanllamardemasiadolaatención.Jeffreysehabíaalejadounpocopor la pista: estaba examinando el cadáver de un trasgoy tomabanotas en undiarioencuadernadoencuero.Lasmanosletemblabanacausadelaadrenalina,conloquesucaligrafíaeraunamarañadegarabatos.

Othello acababa de curarle las heridas a Lysander. Los últimos vestigios de luz blanca ibandesapareciendodelasensangrentadasplumas,enelcostadodelGrifo.DeCressnohabíanirastro.

—¿DóndeestáelequipodeIsadora?—gritóFletcheralmismotiempoqueblandíalassaetas.Sylva,quesehabíaarrodilladojuntoaSarielparacurarlelasheridas,levantólacabeza.—Sehanlargadocorriendo—dijolaelfina,conunavozquedejabaentreversuagotamiento—.Ni

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siquieranoshandadolasgraciaspornuestraayuda.—Unodeelloshaintentadomatarme—afirmóFletcher,sosteniendoenaltolassaetasdeemplumado

azul—.Conesto.—¿NosondeCress?—Pareceserquenolashabíaperdido,sinoqueselashabíanrobado.—Estás de broma —gruñó Othello, que extendía su cuero de invocación para que Solomon se

colocaraencima.Elenanoperfundióaldemonioconunfogonazodeluzblanca,pueselpobreGólemestabatemblando

deagotamiento.—Ojalá—respondióFletcher.Seinterrumpióaldarsecuentadeloqueaquellosignificaba:losatacantespodríanhaberutilizadoun

conjuro, o una de sus propias flechas. Sin embargo, habían elegidomunición que sólo Cress poseía.Queríanincriminarla.

Othello,alparecer,estabapensandomásomenoslomismo.—Si hubiéramos encontrado tu cuerpo con esa flecha clavada, todoHominumhabría pensado que

Cresstehabíamatado—dijoelenano,ylearrancódelasmanoselofensivoproyectil—.TalvezinclusohabríanpensadoqueCresstrabajaparalosYunque.

—No lo sé... —dijo Sylva examinando la saeta—. Estamos sacando conclusiones precipitadas.Apenaslaconocemos.PuedequesítrabajeparalosYunque.

—Ya,yyo soyun trasgodisfrazado—seburlóOthello—.Si fuerauna traidora,yo lo sabría.Losenanos somos una comunidad muy pequeña, apenas quedamos unos pocos miles. Sé perfectamentequiénessonlosalborotadores.

Fletcherechóunvistazoasualrededor.—YyaquehablamosdeCress...¿Dóndeestá?—Aquímismo—dijounavoztrasél.Cress salió en ese momento de la jungla, con el rostro empapado en sudor. Llevaba a Tosk

encaramadoalhombroylaballestacolgandodeunamano.—Veoquehasatrapadoalorco—dijo—.Bienhecho.Heintentadoalcanzarte,peromeheperd...—

añadió,peroseinterrumpióalfijarseenlasmiradasdeasombrodelosdemás—.¿Dedóndehassacadoeso?—preguntóalverelvirotequeOthellososteníaenunamano.

—Dínoslotú—respondióSylvaalmismotiempoqueseponíaenpieyconlosojosentrecerradoscontemplabaalaenana—.AlguienacabadeintentarmataraFletcherconesasaeta.

Cressguardósilencio.Teníalamiradafijaenlasaeta.Sylvaseñalóconlabarbillahacialajungla,justodetrásdelaenana.

—Ahídentro—añadió.—Las... las... había perdido—balbuceó Cress, volviéndose para mirar levemente hacia atrás—.

Quienlohayahechodebiódecogérmelasdelcarcajcuandoestábamosenelcampamento,comoyaosdije.

—Unahistoriamuyconvincente—dijoSylva,conlosbrazoscruzadosycontemplandoelrostrodeCress.

—Atitambiéntehandesaparecidoalgunasflechas—replicólaenana.

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AlgolepicóaFletcherenelcuelloyelmuchacho,irritado,sediounapalmada.—HasidoelequipodeIsadora,losé—dijo,ylepasóunbrazoporloshombrosaCress.Derepente,sesentíamuydébilyleprodujoalivioapoyarseenella.—Estoesexactamenteloquequieren,quenosenfrentemosentrenosotros.Ahorayasabemosporqué

nosestabansiguiendo.Sylvalofulminóconlamirada,paradespuésponerseenpiedeunsaltoydarseunapalmadaenel

muslo.—Malditosinsectos—gruñó,yseapartóunbichodelapierna.Loqueteníaentrelosdedos,sinembargo,noeraningúninsecto.Eraunminúsculodardo.Fletcherviounsegundoelproyectil,peroenseguidase leensombreció lamiraday,de repente, le

fallaronlasrodillas.Uninstantedespués,cayódebrucesalsuelo.

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32

Lacárcel en laque sehallabanestabahechade recias ramasentretejidas.Másqueuna jaula, eraunaespeciedecestaesférica.Colgabadeunarama,comosifueraunpéndulo,yelvientolamecíadeunladoaotro.

—Estoeselfin—susurróJeffreymientrasechabaunvistazoatravésdelosresquiciosdelasramas.Sehabíandespertadoallíhacíaalrededordeunahora,conlaropasuciadetierradespuésdeque,al

parecer, los hubieran arrastrado por la jungla. Ya habían abandonado toda idea de huir después dehaberlointentadounavez:Othellohabíasacadounbrazoentrelasramas,dispuestoahacerunagujeroquelespermitieraescapar.Segundosmástarde,despuésdehaberrecibidoenlamanoelimpactodeotrodardo,roncabaruidosamente.

Porsupuesto, siempre lesquedaba laposibilidaddeutilizarelconjurodelescudo,pero labatallahabíamermadosusreservasdemanay,porotrolado,leshabíanquitadolasarmas.Pornohablardequesidestrozabanlajaula,seprecipitaríanalsuelodesdeunaalturaconsiderable.

—¿Quéves?—lepreguntóFletcheraJeffrey.EstabaincómodamenteapretujadoentreSarielyLysander,queloestabanaplastandoconsuspesados

cuerpos.AthenasehabíaacomodadoenelcuellodeLysanderylehabíaenroscadolacolaenelpicoalGrifo.Detodoelgrupo,parecíalaúnicaqueconservabalacalma,pueshabíaaprovechadoparaecharunacabezadita.

—Sóloduendecillos.Nohaynirastrodeorcosaún—murmuróJeffrey.FletcherretorcióelcuerpoytratódeveralgoatravésdelagujeroqueOthellohabíahecho.Colgabansobreunamplioclaro,enelcorazónde la jungla.Lavegetaciónquelosrodeabaera tan

densaquepodríantardarundíaenteroenabrirsepasoentreella.Enelsueloseveíanunoscuantoshoyosdegrantamaño,comogigantescasconejeras.Variosduendecillos,armadosconcerbatanascasieldobledealtasqueellos,patrullabanenloslímitesdelclaro.

—Parecen trasgosenminiatura—dijoCress,haciéndoseunsitio juntoaFletcher—,aunque tienenlasorejasylanarizmáslargas.

Fletcher asintió con un gruñido, aunque en realidad apenas la estaba escuchando. Le sorprendíacomprobar que los duendecillos iban armados. Según todo lo que había estudiado acerca de aquellosseres, eran poco más que esclavos, criaturas miedosas que no dudaban en obedecer. Pero aquellosduendecillosteníanunairehostily,envariasocasiones,Fletcherlosvioseñalarlajaulaydiscutirentreellos.

—¿Medejasecharunvistazo?—dijoCressalmismotiempoquesepegabamásaFletcher.Sylvacarraspeósindisimuloen laoscuridad.Cressacercóelojoalagujero,mientrasFletcher se

preguntabaporquéhabríapensadoSylvaqueCresshabíaintentadomatarlo.Eraimposible.

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Desdeelsuelolesllegóunchillidosimilaraldeunáguila.Losduendecillosdejarondepatrullaryentonces,todosalmismotiempo,apuntaronsuscerbatanasendirecciónalajaula.

—Oh...,portodoslos...—susurróCress.Varios dardos acribillaron la jaula. Algunos rebotaron y fueron a parar al suelo, pero los

duendecillos losrecogieronparautilizarlosdenuevo.Enpocotiempo, todos losmiembrosdelequipohabían recibidounpinchazo.Fletcher tuvo apenas el tiemponecesariode examinar undardo antesdesucumbir al veneno: tenía unas minúsculas plumas amarillas en la parte posterior, como las de unperiquito,ylapuntaeraunaafiladaespinaobtenidadealgunaplanta.

Enestaocasión,sinembargo,Fletchernoperdióelconocimiento,sinoquenotóunafríasensacióndeentumecimiento que se extendía desde elmuslo, donde había recibido el impacto del dardo. EramuyparecidoaloquehabíaexperimentadoenlaceldacuandoRubenslehabíapicado,aunqueelefectoeramenospoderoso.Aunquemuydespacio, aúnpodíamover laspiernasy lasmanos.Unascuantasdosismáslohabríandejadocompletamenteparalizado,sinduda,peroloscuerposdeLysanderydeSariellohabíanprotegidodelalluviadeproyectiles.Talvezhastapudieralanzarunconjurosiconseguíalevantarlamanoatiempo.Detodosmodos,pensó,tampocolesseríademuchaayudaenaquellasituación.

Ignatiushabíautilizadounagrancantidaddemanaalquemaralorco,peroFletchersediocuentadequelasreservasdeAthena,aunquemáspequeñas,estabancasiintactas.LosnivelesdemanadeFletcherprácticamentesehabíanduplicadoenelmomentoenquelahabíainvocadoporprimeravez.Disponía,pues,delmanasuficienteparacrearunpoderosoescudocapazdemantenerlosconvidaunpocomásdetiempoenelcasodequelosduendecillosdecidieranmatarlos.

Fletchernotóenesemomentounasensacióndevértigoenelestómagoy luegoungolpetazoquelesacudiótodosloshuesoscuandolajaulaseestrellócontraelsuelo.Losmiembrosdelequipogimierondedolorycayeronunossobreotros.Variasmanoshuesudas sujetaronentonces las ramasy las fueronserrandoconcuchillosdentados.Parecíandagasdemaderacondientesdetiburónincrustados,alestilodelasmacanasqueusabanlosorcos.

En cuestión de segundos, la jaula se abrió en dos, como un huevo cascado, y los muchachosparpadearon,cegadosporlaluz.

Variosparesdeojossaltones losobservabanporencimadelascerbatanas,cuyosextremoshuecosresultabantanamenazadorescomotubosdecañones.Losduendecillosestabandiscutiendoentreellos,enlamisma lengua de gorgoritos queFletcher le había oído aAzul en el foso.Elmuchacho levantó lasmanosmuydespacio,peroenseguidasemaldijoentredientes.Ahorayasabíanquenoestabaparalizado.

—Ahí quieto, ahí quieto—gorjeó el duendecillo que estabamás cerca, y golpeó a Fletcher en elpechoconunpiepalmeado.

Fletchernosintiódolor,peroapenasseatrevíaarespirar.FueentoncescuandosediocuentadequeIgnatiusnohabíarecibidoningúnimpacto,pueslaágilSalamandrasehabíaencajadosindificultadentreFletcheryCress.¿Habíallegadoelmomentodeintentaralgo?

Mientrasesaideacruzabapor lamentedeFletcher,unduendecilloseabriópasoentre lamultitud.Eraunpocomásaltoquelosotros,lefaltabamediaorejayensusojoscentellabaunamiradarecelosa.

—¿Porquéaquíestáis?—canturreómientrassearrodillabayleapoyabaunadagaaFletcherenlapieldesnudadelcuello.

—Matamosorcos—jadeóelmuchacho.

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Losafiladosdientesdelarmaseleclavabanenlagargantaylecostabahablar,puesteníalalenguaacartonadaacausadelvenenoparalizador.

—Humanos duendecillos matan —susurró Mediaoreja. A su alrededor, los demás duendecilloscorearonsuspalabras—.Humanosmásduendecillosmatanqueorcos.

Enesemomento,Fletchercomprendióquelacriaturateníarazón.Cuandolosejércitosseadentrabanenlasselvas,sóloencontrabanduendecillos.Frustradosydeseososdeanotarseunascuantasmuertes,lossoldadosasesinabanimpunementealaspobrescriaturas.

—Yosalvéaunduendecillo—dijoFletcher.Tragósaliva,pueslapresióndeladagaeracadavezmayor—.Salvéalduendecilloazul.

Tras esas palabras, se produjo un silencio. Fue entonces cuando Ignatius decidió atacar. Saltó deentreloscuerposparalizadosdelosmuchachosyderribóalsueloaMediaoreja.Leapuntódirectamentealojoconlaafiladapuntadesucolayluegoladró,comosiretaraalosotrosduendecillosamoverse.

FletcherseapoyóenlaprotuberanciadellomodeLysanderparasentarse.ElinteligenteGrifohabíacerrado losojos,o talvezeraque la capitanaLovetthabíaasumidoel control.Si estabanapuntodemorir,Lovettnopermitiríaqueelmundoenteroloviera.

Seprodujoentoncesciertoalborotoentrelosduendecillosquesehabíancongregadoasualrededor.Alguien se estaba abriendo paso desde las últimas filas y fue avanzando hasta llegar justo delante deFletcher.Respirabaagitadamenteporelesfuerzo.

Elduendecillocojeabaligeramenteyllevabaunarpóndentadoenlamano.Sinembargo,noeranesosdetalles los que lo diferenciaban de los demás. No, era la pintura que aún le teñía la espalda y loshombros.Algomásaclarada,talvez,peroaúnmuyvisible.

EraAzul.

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33

Azulno lesdirigióniunasolapalabraa losmuchachos,sinoquesearrodilló juntoaMediaorejay lesusurróalgojuntoalaorejaqueaúnconservabaentera.Discutieronduranteunosminutos,peroIgnatiusnotitubeóniunasolaveznidejódeobservaralosduendecillosquelosrodeaban.

Tras loqueparecióunaeternidad,Mediaorejaadmitióporfinsuderrota.Suspiróprofundamenteyles vociferó unas cuantas órdenes a los guerreros que permanecían a su alrededor. Los duendecillos,confusos, se quedaron inmóviles, hasta que bajaron muy despacio, pero sin vacilar, las cerbatanascargadas.

Amododerespuesta,FletcherleordenómentalmenteaIgnatiusquebajaradelpechodeMediaoreja,peroquesiguieraconlacolapreparadaparaatacar.Seguíanestandoamerceddelosduendecillosynoqueríarenunciartodavíaalaúltimacartaquelequedabaporjugar.

—Gracias—dijoFletcher,ehizoungestoconlacabezadirigidoaAzul.Elduendecillo,sinembargo,losignoródenuevoysealejóentrelamultitud,paradespuésadentrarse

en la jungla.Curiosamente, los demás duendecillos lo imitaron y desaparecieron en las conejeras. ElúnicoquesequedófueMediaoreja,quelosobservóconunamiradadeodio.

Mientrasesperaba,Fletchernotóunhilillodesudorquelecaíaporlaespalda.Tratódeignorarlamiradadelduendecilloysediocuentadequeelsolyaseestabaocultando.Sepreguntócuántotiempohabíanestadoinconscientes.Sisólohabíansidounaspocashoras,noeragrave.Perosillevabanallímásdeundía,searriesgabanallegartardeasucitaconlosotrosequipos.

—Bueno...,¿yahoraquéhacemos?—murmuróSylvatrasél.Fuelaprimeraenrecobrarsedelefectodelosdardos.SearrastróhastaFletcheryleapoyólacabeza

enelhombro.Fletchernosuposiaquelgestosedebíaalosefectosdelaparálisis,alcansanciooaotrosmotivos.Enel fondo, le importabamuypocoaquésedebiera.Hacíamuchotiempoquenoestaba tancercadeotrapersonaylasensacióneraagradable.

—Nada—susurróelmuchacho.Apoyólacabezaenladelaelfinaysequedaronallísentadoscontemplandolaluzdelatardecerque

se filtraba entre las hojas, por encima de sus cabezas.A pesar de la situación en que se hallaban, eldesbocadocorazóndeFletchersefuetranquilizando.SólolaférreamiradadeMediaorejaestropeabaunmomentoperfecto.

—Estássangrando—dijoSylvaderepente.SylvaapartólacabezayFletchersefijóenquelaelfinateníaunamanchadesangreenlasien.—Tesangralamejilla—murmurólajoven,yselaacariciódelicadamenteconlosdedos.Erajustodondelehabíarozadolalanzadeltrasgo.Laheridaeraprofunda,peronoledolía.Talvez

fueraunefectosecundariodelaparálisis.

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—Déjamequetecure—dijolaelfina,ytrazóelsímbolodelcorazónenelrostrodeFletcher.El muchacho sintió un extraño cosquilleo cuando el mana de la elfina se fundió con su piel. Un

instantedespués,laheridaempezóacerrarsegraciasalflujofrescoyreparadordelaenergíasanadora.—Gracias—dijoFletcher.LaelfinaobservóelrostrodeFletcher,muyconcentradayconloslabiosentreabiertos.Entonces,ella

fijósumiradaazulenlosojosdeFletcheryéstesintiólaimperiosanecesidaddeacercarsemásaella.En esemomento, sin embargo,Cress gruñó tras ellos e intentó levantarse del suelo.Los codosno

soportaronsupesoycayósalpicandobarrohacialoslados.FueadarsedebrucescontraeltraserodeOthello.

—¿Esquenadiemevaaayudar?—gimoteó.Altenerlacaraenterradaenlospantalonesdelenano,suvozquedóamortiguada.Cressseacababa

decargarsumomentoconSylva,peroaunasíFletchernopudoevitarecharseareír.AgarróaCressdelacasacaylaayudóaincorporarse.

—Portodoslos...—jadeó,aspirandounabocanadadeairefresco—.Creíaquemeibaaasfixiardelapeormaneraposible.

Apesardel cabezazoqueacababade recibir enel trasero,Othello seguíacompletamenteajenoalmundo,roncandoapiernasuelta.

—¿Yquépasaconeseduendecilloazul?—preguntóSylva,cuyaexpresiónderepentevolvíaasersevera—.¿Quéesloquenonoshascontado?

—Pues..., es posible que rescatara a un duendecillo en el foso de peleas, en el frente—admitióFletcher,rehuyendolamiradadelaelfina.

Le gustabamás la Sylva de hacía apenas unminuto, pero elmuro que ella levantaba entre amboshabíaregresadounavezmás.

—¿Quequé?—exclamóCress,envoz tanaltaqueunduendecilloasomó lacabezaen laconejeramáscercana.

Cresslearrojóunguijarroylacriaturavolvióadesapareceralinstante.—¿Aquéterefierescon«rescatar»?—preguntóSylvaentrecerrandolosojos.—Queloliberé.Lodevolvíalajungla—murmuróFletcher.Notóqueseruborizabadebidoaunaextrañamezcladevergüenzayremordimientos.—Serábroma,¿no?—dijoCressalmismotiempoqueseponíaenpieconungruñido—.¿Esquete

hasvueltocompletamenteloco?Sylvanoestabamenosasombrada.—Nospasamos losdosúltimosdías intentandoquenonosdetecten... ¿y a ti no se teocurrenada

mejorqueenviarlesunmalditomensajero?—Bueno,nosacabadesalvarlavida,¡asíquesupongoqueloquehicetampocofuetanmalo!—dijo

Fletcherconlosbrazoscruzados,enfurruñado.—Si nos han encontrado, es precisamente porque tú dejaste escapar al duendecillo —respondió

Sylva,torciendoloslabiosconrabia—.Seguramentellevabandíassiguiéndonoslapista.Fletchersemordiólalenguaparanoresponder.Loquehabíahechoestabamal,entodoslossentidos.

Peroalver a aquellaminúsculacriaturaque senegabaa rendirse, apesardeno tener lamásmínimaoportunidad...,nohabíasidocapazdedejarlamorir.Dehaberlohecho,jamássehabríaperdonadoasí

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mismo.Almismo tiempo, se preguntaba si habría tomado lamismadecisión de haber sabido que losduendecillospodíanhablar.

—Loqueestáhecho,hechoestá—dijoFletchernegandocon lacabeza—.Ya lodiscutiremosmástarde.Ahoramismotenemosqueaveriguarloqueestásucediendoypensarencómovamosa...—dijo,pero,alcaptarlamiradadeMediaoreja,bajólavozhastaconvertirlaenunsusurro—salirdeaquí.

Antesdequealguienpudieraresponder,sinembargo,lesllegóunavozdesdeelagujeromáscercano.—Haceresononecesitáis—dijo.Teníaelmismotonocantarínque losdemásduendecillos.Peroenestecaso laentonacióneramás

clara, aunque algo forzada y formal. Un extraño animal, a lomos del cual iba Azul, apareció en esemomentoenlaentradadelaconejera.

Elanimalseparecíamuchoaunaliebredemontaña,aunqueteníaunhocicoligeramentemáslargo,lasorejasmáscortasylaspatasmásrobustas,depotrillo.AFletcherlehizopensarenelaspectoquetendríaunaliebreconelcuerpodeunantílopeylaspatastraserasdeuncanguro.

—Unamara—jadeóJeffrey—.Jamáshabíavistounadeverdad.—¿Esoesundemonio?—preguntóCress,abriendomucholosojosenunaexpresióndeincredulidad.—No,esunanimaldeverdad—respondióJeffreybajandolavoz—,peronoesnadacomún.Azulobligóalamaraadetenerse,paralocuallediounbrevetirónenelpelodelaparteposterior

delcuello.—¿Cómoesquehabláisnuestralengua?—exigiósaberSylva,enuntonosuspicaz.AzuldesmontóyseagachójuntoaMediaoreja.Negóconlacabeza,sehabíapuestotriste.—Muchosduendecillos aprendendehumanos, cuandocapturan.Muchosduendecillosdepeleas se

salvan.Aquíamigo,sehizomuertodespuésdepeleacontraperrorabioso.Lodejaronpudrirentumbaconotroscadáveres.Ahoraentendéisvosotrosporquéquierequeduendecillososmaten,aunquevuestrodemoniomateanosotros.

—¿Te enseñó a hablar aquel vulgar maestro de ceremonias?—preguntó Fletcher, en un tono deescepticismo.

—No,míaprendedeotro.Mujernoble,queviveenunajaula.Losesclavoshumanosnopoderhablarconella,asíqueellaenseñaamíensecreto.Eramíelencargadodellevaraguaycomidaamujer,decambiarpajadejaula.

—¿ConocesalacapitanaCavendish?—exclamóSylva.—Nosénombre.Nuncaconfióbastanteenyoparadecirnombre.Peroellahablóamídevuestras

tierras.Dequevosotrosodiáisaorcoscomonosotros.Mínocreíaloquedecíanotrosduendecillos,quenosmatáiscomosinosotrosunaplaga.—Seinterrumpióunmomentoyensusojosaparecióunamiradanostálgica—.En últimos años estar como loca. Por esomí escapa y viene aquí. Luego capturan amícuandoestabareconociendoterreno.Hombresmalosobliganamíapelear.Luegotúsalvasmí.

Era demasiada información para procesarla de golpe. Sin embargo, una pregunta obvia seguía sinrespuesta.

—¿Dóndenaricesestamos?—preguntóFletcher.

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Azulnorespondió.Encambio,soltóunaretahíladeórdenesensulenguadesilbidosygorgoritos.Enapenasunsegundo,sevierondenuevorodeadosdeduendecillos,quehabíanaparecidocomopor

artedemagia.Muchosdeellossehabíanpintadolapielentonosverdesyocres,paracamuflarseentrelavegetación.Otros iban a lomos demaras y apuntaban fijamente con sus cerbatanas a Fletcher y a losdemás.Estosduendecillosparecíanaúnmásbelicosos:llevabanarponestalladosenhuesocolgadosalaespaldaycuchillosmuyafiladoscomoelquecasilehabíarebanadoelpescuezoaFletcher.

—OsllevamosalaMadriguera,aconoceralíder—trinóAzulmientraslosduendecillosqueestabanmás cerca se dirigían hacia las conejeras—. Advierto, dardos pueden dormir, paralizar o matar. Sidisparamos otra vez, usamos dardos que matan. No pongáis nerviosos a duendecillos. Esperan elmomentodemataros.Osodiantantocomoaquíamigo.

Mediaoreja gruñó y se puso en pie cuando Azul le dio un empujoncito con su cerbatana. ElduendecillomutiladonodejóniunsegundodeobservaraFletcherconunamiradacargadadeodio,peroretrocedió con las manos abiertas y vacías. Fletcher no lo culpó. Tras las crueldades que habíapresenciadoapenastresnochesantes,supusoqueélsesentiríaigual.

Othelloseguíadurmiendo,asíque,aunquearegañadientes,lodejaronconSolomon.Athenatambiénsequedóparavigilardesdelosárboles.Lysanderseguíaconlosojoscerrados,demaneraquelodejaronallí.YencuantoaSariel,erademasiadograndeparapoderentrarenlasconejeras.

Azulentróenlamismaconejeradelaqueacababadesalir,queeratambiénlademayortamaño.Laentradaeracomounabocaoscurayamenazadora,peroalolejos,enelinterior,FletcherviolasmismassetasluminosasquecrecíanenelGranBosque.

Auntratándosedelaconejerademayortamaño,Fletcherylosdemástuvieronqueponerseacuatropatasparapoderentrar.IgnatiusyToskcorreteabanpordelantedeellos,siempreatentosaunaposibleemboscada. Los muchachos sintieron un gran alivio al ver que el estrecho túnel daba a una ampliacámara,lobastantegrandecomoparaacogerlosatodossiseencorvabanyseapretujabanunpoco.Lacapadehongosluminososeraaquímásgruesaydespedíauninquietanteresplandorverde.

—¿Estamossegurosdequeestoesunabuenaidea?—susurróSylva.—Sinosquisieranmuertos,yaestaríamosbajo tierra—respondióCress.Miróhaciael techoyse

echóareír—.Bueno,yameentendéis.—Laenanahablaverdad.Noosharemosdañosinodaismotivo—dijoAzul,dirigiendoasumara

haciauntúnelquedescendíaaúnmás—.Poraquí.Madreesperaabajo.Siguieronavanzando.Susropas,yabastanteestropeadas,seensuciaronmástodavíaporculpadela

tierraoscurayhúmeda.Amedidaquedescendían,arrastrándose,latemperaturaparecíaaumentar.Fueronpasando ante distintas salas, a ambos lados del pasillo que seguían. En ellas, peludas crías demara

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mamabandesusmadres.Erantanpequeñasquenisiquierahabíanabiertoaúnlosojos.Alosladosdelpasilloseamontonabanfrutas,tubérculosyhierbareciéncortada,quelamaraadultaibamordisqueandoporelcamino.

Enlasiguientecámaravieronunoshuevosverdesesféricos,empolladospormatronasque,alveralos intrusos,protegieronconel cuerpoaquelloshuevos, aproximadamentedel tamañode lospomelos.CuandoFletchersevolvióparaecharunvistazo,bufaroncomogatos,porloqueelmuchachoseapresuróaseguirarrastrándose.

—Huevosdeduendecillo—lesusurróaSylva.Algomásabajo,Fletchersedistrajodenuevoy,atraídoporunzumbidodeinsectos,echóunvistazo

alinteriordeotracámara.Lacámaraeraunavoráginedegrillos,langostasygorgojosdelaharinaquepululabanportodalacavidadconunaenergíafrenética.Enelcentrodelacámarasealzabaunamontañade pieles y cáscaras de fruta,mientras que los duendecillos iban cogiendo con elmayor cuidado losespecímenesmásgrandesdeentretodoslosinsectos.Lossujetabanconsusfinosdedosylosdepositabanen los cestos tejidos que llevaban sujetos a las caderas. Cuando uno de los duendecillos se llevó uninsecto a la boca y lomasticó, Fletcher comprendió para qué servía aquella cámara. Se estremeció ysiguióavanzando.TuvoquellevarseaIgnatiusarastras,puesaldemonioselehacíalabocaagua.

—Vivencomolosconejos,enunaespeciedemadriguera—susurróJeffrey,trasellos—.Mantienensus huevos bajo tierra, a salvo de los depredadores, y crían insectos para alimentarse. Incluso handesarrollado una especie de relación simbiótica con lasmaras. Fijaos: los taparrabos que llevan losduendecillossondepieldemara.Sí,lasusancomonosotrosutilizamosaloscaballos,perotambiénlasprotegenyseencargandealimentarlas,proporcionándolesfrutayhierba.

Fletcherestaba fascinado,peronopodíaevitarciertaangustiaalverseenel reducidoespaciodeltúnel. Le recordó la celda de la prisión, cosa que le produjo un estremecimiento. Ignatius,compadeciéndosedelmuchacho,gruñóyaminoróelpasoparapoderfrotarellomocontraelbrazodesuamo.

—Gracias,amiguito—lesusurróFletcher.Siguieron avanzando, hasta que dejaron de encontrar cámaras a los lados y el túnel empezó un

descensotanempinadoque,másquearrastrarse,sedeslizabanporél.Latemperaturadelatierraparecíacadavezmásalta.Fletchersudabacopiosamenteyelsudorleresbalabaporlacarayselemetíaenlosojos.Hasta lacapadehongosempezóaescasear,por loqueFletcher tuvo lasensacióndequeestabadescendiendoporlanegragargantadeunabestiaenorme,directoasuestómago.

Finalmente,vieronunresplandornaranjayFletchersupoquehabíanllegadoalfinaldesuviaje.Azullos esperó al otro ladode la entradade la cámara iluminaday, uno tras otro—como si fueranbebésreciénnacidos—,fuetirandodeellosparaayudarlosacruzarelumbral.

—Madre está aquí—dijo en tono reverencial, cuando todos estuvieron dentro—. Os presento aMadre.

Fletcher parpadeó, deslumbrado. El calor era tan intenso que casi le irritaba la piel. Unresplandeciente arroyo de líquido fundido, delmismo color anaranjado oscuro que el metal caliente,partíadeaquellasala.Lalavasurgíadeunagrietaenlapareddelacavernayfluíaporunprofundocanalhacia un túnel larguísimo que se perdía en la distancia. En la superficie se formaban burbujas, queescupíanviscosasgotasalrojovivoconsonorosestallidos.

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Del suelo y del techo brotaban estalagmitas y estalactitas, respectivamente, que parecían afiladoscolmillos.Variascolumnas,nacidasdelaunióndeunasyotras,parecíansostenereltechodelacaverna.Fletcherpensóenlascolumnasdeunagrancatedral.

—Los duendecillos salvajes construyeron aquí laMadriguera, por la lava—dijo una voz en lasprofundidadesdelacaverna,allídondenoalcanzabaailuminarelresplandordelmagma—.Manteníalatierracaliente.

Eraunavozalgodistorsionada,comosialguienestuvierahablandoconlabocallenadearena.Sinembargo,yapesardelaentonacióngutural,parecíaclaramentefemenina.Sudueña,además,debíadeseranciana,pueslavozletemblabayselequebrabaenlagarganta.Fletcher,sinembargo,estabasegurodealgo:noeralavozdeunduendecillo.

—Necesitanelcalorparacuidardeloshuevos,¿sabéis?—prosiguiólavoz,cadavezmáscerca—.Igualquelostrasgos.Asíescomolosllamáis,¿verdad?¿Trasgos?Misespíasoshanoídollamarlosasí.

Seoyóentoncesellevegolpeteodeunbastónyalguienapareciójustodondeempezabalaoscuridad.Fletcherentornólosojos,peronoviomásqueunafiguraenvueltaenunacapa.

—Muéstrate—ordenóSylvamientrassesituabajuntoaFletcher.—Dadmevuestrapalabradequemantendréislapaz—dijolasombra—.Nodeseovermásmuertes

estanoche.—Lo juro—dijoSylva,ymiróunoporunoa suscompañeros,a laesperadequeasintieran—.Y

tambiénlojuranmisamigos.—Muybien.Lafiguraabandonó lassombras.Sujetabaentresusarrugadasmanosun largobastóndemaderade

endrino. Estaba encorvada como un buitre, pues la carga de su avanzada edad le pesaba sobre loshombros.Elpelo,negroyenmarañado,lecaíahastalacinturaycubríasudesnudez,puesloúnicoquellevabapuestoeraunaespeciedefaldadeplumasyuncollargruesohechoconloshuesecillosdeunadecenadedesafortunadosanimales.

Llevabalaimagendeunesqueletopintadaenelcuerpoyenlacara.Lostrazosdeuncráneodibujadoconvertíansusojosenagujerosnegros,quecontrastabanconelblancoterrosodelapintura.Perohabíaalgoquedestacabaporencimadetodolodemás,algoquesobresalíadesulabioinferior,comosifueranlasestalagmitasjuntoalasquesehallaba.Colmillos.

Madreeraunorco.

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35

Madrepermanecióensilencio,lavistaalfrenteconlamiradavacía.Sylvaabrióycerrólabocacomounpez,yFletchersólopudotartamudear.Apesardeltamañodelareciénllegada,supresencianoleparecióamenazadora,puesMadreparecíatanfrágilcomoelmarchitobastónquesujetabaentrelasmanos.

—¿Quiéneres?—lepreguntóCress,casicortésmente.Más que asustada,Cress parecía sentir respeto por la avanzada edad de aquella hembra de orco.

Jeffrey,porsuparte,sedesplazóhastacolocarsedetrásdeCress,tratandosinéxitodeocultarsetrasloshombrosdelaenana.

Lavenerableancianasonrió,dejandoaldescubiertounairregulardentadura.—Podéis llamarmeMadre—graznó, acercándose aún más—. Desde hace medio siglo, nadie me

llamaporotronombre.Nitampocohevistolaluzdeldíaconmispropiosojosentodoesetiempo.Sylvaseacercóunamanoalaespalda,comosiaúnllevaralafalcesujetaalhombro.Madrereparó

ensumovimiento,peroselimitóachasquearlalenguaenungestodedesaprobación.—¿Contuspropiosojos?—preguntóFletcher.VioconfirmadassussospechascuandodelpelodelahembradeorcosurgióunÁcarodecaparazón

marrónverdoso,queseposóenelbastóndemaderadeendrinoy losobservóconsusojosbrillantescomo cuentas.Aquel demonio eramás pequeño que lamayoría de losÁcaros, casi del tamaño de unescarabajo normal. Fue entonces cuando Fletcher se fijó en el blanco lechoso de los ojos deMadre,empañadosporlascataratas.Eraciega.

—MisÁcaros,ApophisyRa,sonmivistaymioído.Ahorapuedovertodoloquequiera.Tengomásojosquecuandonací.

—Unabruja,pues—dijoSylva,quienalparecerhabíarecuperadolavoz.—Soyhechicera,igualquevosotros—selimitóadecirMadre.Sudemoniorevoloteóenelaireysedetuvouninstanteanteelrostrodecadaunodeellos,comosi

estuvieraasimilandolaimagen.EraevidentequeMadreteníalamismacapacidadquelacapitanaLovett,esdecir,quepodíaverutilizandolamenteenlugardeunapiedradecristal.

—NoospreocupéisporApophis.Oshaestadosiguiendodesdequemeenterédevuestrallegada.Uninsectomás entre los árboles. Pero tendríais que estarmás atentos—dijo entre dientes, con una risaroncaygutural.

—Telodije—murmuróSylva,dándoleuncodazoaFletcher.Elmuchacholaignoró.Aquellasparedesoscurasletraíanrecuerdosdesusmesesdecautiverioyse

leestabaacelerandoelcorazón.Yaerasuficiente.—¿Dóndeestamos?—gruñó—.¿Porquéjuegasasíconnosotros?LahembradeorcomostrólosdientesyFletchertardóunossegundosendarsecuentadequeestaba

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sonriendo.—Venidconmigo—resollómientrasretrocedíadenuevohacialassombras.Madre lanzó varias luces errantes por encima de su cabeza y las repartió por aquel laberinto de

formaciones de roca calcárea de manera que proyectaran una miríada de inquietas sombras sobre elsuelo.

Losmuchachoslasiguieronaregañadientes,mientrasquevariosduendecillosa lomosdemarassemanteníanatentosacualquierpeligro.SóloAzulpermaneciócercadelosmuchachos,cabalgandojuntoaellos.Aúnalomosdesumara,lacabezasólolellegabaalaalturadelacinturadeFletcher.

Elreciéniluminadoespacioeraamplioycavernoso.Eltechoeramásalto,loquedabalugaraunasalamásabierta.Lospasosresonabanyelsonidosemezclabaconelburbujeodelalavayconelruidode las gotas de agua que caían de las estalactitas. Todo indicaba que allí vivía alguien: en el suelo,esterillasdejuncotrenzado;apiladosdecualquiermaneraenunrincónhabíacacharrosllenosdepolvo,cuencos,morterosymanosdemortero;y,sobrelasbrasasdeunfuegobajo,uncalderoenelquehervíaalgodeunextrañocolor turquesa.EraobvioqueMadreeraunaespeciedeboticariaquecurabaa losduendecillosdeheridasyenfermedades.

—Daosprisa,notenemosmuchotiempo—dijoMadre,convoztemblorosa,enlapenumbraquelosprecedía—.Habéistardadoendespertarmásdeloqueesperaba.

—¿A qué vienen tantas prisas? —gruñó Jeffrey, quien en ese momento tropezó con el huesoabandonadodealgúnanimal.

Madre se detuvo de golpe.Las luces errantes avanzaron hasta donde se encontraba y se quedaronflotandoenelairejustoencimadeella,iluminandoalmismotiempoelfinaldelacaverna.Yloqueallíaguardabaeraincreíble.

De la roca, como si se tratara de carámbanos de todos los colores posibles, surgían cristales sinpulir. Algunos eran de forma alargada y sobresalían como la proa de los barcos. Otros, en cambio,parecían flores de afiladospétalos quedespedían, bajo la luz, un centelleo rojo rubí.Madre se abriópasoentreloscristales,sinvacilar,guiándoseúnicamenteporsumemoria.

Peroni siquieraaquelcaleidoscopiodecoloresy formashizoqueFletcherapartara lavistade lagemaquesehallabaincrustadaenlapared,justoalfinaldelacaverna.Teníaformadeóvaloylahabíanpulidohastadotarladesuavescurvas.SeparecíaalÓculodeVocans,peroeraalmenostresvecesmásgrande.Enelcentroseveíalaimagenclaraynítidadeunahoja,quetemblabaporculpadelabrisa.Era,pues,unagigantescapiedradecristal.

—Aquí esdonde instruyo a las críasdeduendecillo acercade la jungla, pues sólo los forrajeros,pescaderosycazadores tienenpermisopara salirde laMadriguera—dijoMadremientras señalabaaciegaslapiedra—.Y,ahora,tambiénosinstruiréavosotros.Tomadasiento,porfavor.

Juntoalapiedrahabíaunaespeciedelisosalientederoca,gastadoporgeneracionesdetraserosdeduendecillos.Alverlo,Fletchernopudoevitarpreguntarsequéedadtendríaaquellahembradeorco.

SesentarontodosexceptoIgnatiusyTosk,quemontaronguardiadetrásdeloschicos,sinperderdevistaalosduendecillosguerreros.Ignatiusestabaespecialmenteagitado,puesnodejabademerodeardeunladoaotro,resoplandoentredientes.

LaimagenempezóavibrarcuandoelÁcarodelcristal,Ra,emprendióelvuelo.Lahojadesapareció,mostrandoconunaasombrosaclaridadelmundoquesehallabatrasella.Enaquellapartedelajungla,la

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vegetaciónparecíaaúnmásdensa.Losárboleseranmásviejos,lostroncosestabanretorcidosyelsueloparecíacubiertoporsombrasaúnmásprofundas.

—Hacemuchotiempo,yoeraunorcocomolosdemás.Veníadeunapequeñatribumuylejana,alsur.Nisiquierasabíamosdelaexistenciadeloshumanos.

Laimagengiródenuevo.Alolejos,seveíaunaaldeaquenoseparecíaanadaqueFletcherhubieravistohastaentonces.Enelcentrodeunclaro,sealzabanvariascabañashechasdepajatrenzadayadobe.Laausenciadevegetaciónenloaltopermitíaelpasodeunacolumnadeluzqueiluminabaelpoblado,ensombrecida tan sólo por las volutas de humo de la hoguera que ardía en el centro. En torno a lasllamas,sehabíanreunidovariasfiguras.Algunasdeellassemovíandeunladoaotro,interpretandounaextrañadanza.Otraspermanecíansentadasconlaspiernascruzadas,formandounsemicírculo.

Orcos.Apenasunaveintena...,peronoerantalycomoFletcherloshabíaimaginado.Algunasdelasmujeressepeinabanconpeinesdecarey,mientrasqueotrasamamantabanasuspequeños,quellevabancolgadosdelpechoenbandolera.Variosancianos,depielmuyarrugada, aspirabanelhumode largaspipasyse ibanturnandopara llenar lascazoletasdehierbasy tabaco.Lamayoríadeellosnisiquierateníandientes:obienhabíanperdidoloscolmillosobienseleshabíanroto.Entretodosaquellosorcosvenerablessólohabíadosmachos.

Estabanahumandocarne juntoal fuego,envueltaenhojasdeplátano.Losqueaúnconservaban losdientesmasticabanlacomidaylaescupíanencuencosdecoco,dedondelalamíanconavidezlosorcosqueyanoteníandientes.

Enlugardesentirseasqueado,Fletchersediocuentadequeestabasonriendoanteaquellaimagen.Seayudaban los unos a los otros, cosa que jamás habría imaginado que sucedería entre orcos. Parecíanllevarunaexistenciapacífica.Idílica.Inocente.

Losorcosjóvenesdabanvueltasalrededordelfuego,cogidosdelamano.Abríanycerrabanlabocaalmismo tiempo. ¡Estaban cantando! Fletcher deseó poder oírlos, pues la forma en que golpeaban elsueloconlospiesymovíanloshombrosleparecíafascinante.

—Yo vivía en una aldea como ésa—susurróMadre—. Tan sólo unas cuantas familias. En otrostiempos,hacemilesdeaños,todosvivíamosasí.Antesdequeellosllegaran.

Algoocurríaenesemomento.Unodelosorcosancianoshabíavistoalgo.Seponíaenpie,gritabayagitaba frenéticamente los brazos. Los orcos más jóvenes se dispersaban, mientras que las mujeres,asustadas,secubríanlacabezaconlasmanos.

Madre negó con la cabeza, y Ra imitó ese movimiento. Varios rinocerontes irrumpían en elcampamento, abriéndosepasoentre lavegetacióngracias a susgruesos cuernosdobles.Losmontabanorcostoro,quehacíangirarsobrelacabezaredesdecaptura.Otrosjinetesvolteabanlazosconlosqueatrapabanalosorcosjóvenesporlospies,quegritabandesesperados,yselosllevabanarrastrándolos.

Enesemomento,unorcoancianosalíatambaleándosedesucabaña,armadoconunsencillobastón.Antes de que pudiera empuñarlo, una jabalina —que había lanzado prácticamente al azar un jinetecercano—leatravesóelpecho.

Para consternación de Fletcher, el resto de los aldeanos no tardaron en verse apresados bajo lasredes,oconducidosdenuevohacialahoguera.Inclusolosmásjóvenes,quehabíanconseguidollegaraloslímitesdelajungla.Setratabadeunataqueorquestado,llevadoacaboporjinetesexperimentados.Entotal,nodurabamásdeunminuto.

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—Nosotroséramoscomoesafamilia.Ynosconvirtieronen losmalvadosqueahorasomos—dijoMadre,conunavozquesonómásbienagruñidogutural.

Alosmachosjóveneslosseparabandelosdemás.Ancianosymujerespermanecíanjuntoalfuego,llorando y gritando. Los orcos toro cogían las largas pértigas que llevaban sujetas a la grupa de losrinocerontes,provistasdevarioslazosdecuerda.Fijabanloslazosalcuellodecadaunodelosorcos.Unodeelloseraaún tan jovenque teníaqueponersedepuntillasparaestara lamismaalturaque losdemás.Los colmillos apenas le habían empezado a salir, pero, aun así, los orcos toro lo obligaban aocuparsupuesto.Despuéssujetabandenuevolaspértigasa lagrupade losrinocerontesy,sinapenasdirigirunapalabraalossupervivientes,losjinetessellevabandelaaldeaaloscautivos.Notardabanendesaparecerenlapenumbradelaselva.

—¿Porqué?—selimitóapreguntarSylva,quenoconsiguiódisimularenlavozundejedetristeza.—Soldadosparasuejército.Sellevanalosmuchachoscuandoaúnsonmuyjóvenes, losmaltratan

hastaderrotarlosmentalmente.Losllenandeodio,lesenseñanamatar.Éseessumétodo.—Madreteníalabocallenadesalivayhabíaempezadoafarfullar.Tragócondificultadysiguióhablando—.Primeroempiezanconlosduendecillos.Obliganalosorcosacazarlospordiversión.Matanalamayoríadeellosyesclavizanycríanalresto.Luegoobliganalosmuchachosalucharentreellos,paraeliminarasíalosmás débiles. Cuando termina el proceso, los que quedan sólo ansían matar y dominar. Ya no tienenconciencia,yahanperdidoelcandor.

Se sumió en un profundo silencio y clavó en el bastón las negras uñas de sus manos arrugadas.Apophis revoloteóconaire tristehastaMadrey le secóconunapatitadelantera la lágrimaquehabíaempezadoarodarleporlamejilla.Lalágrimadejóunrastroenelblancocráneo,comounafracturanegraenelhuesopintado.

—¿Y...quétienequevertodoesocontigo?—preguntóFletcher, incómodo,mientrasseretorcíalasmanos.

—Losseguí.No...,loseguíaél.Almuchachoalqueamaba.Hablabaasacudidas,comosiestuvieraapuntodeecharseallorardesconsoladamente.Parpadeóy

respiróhondo.Cuandovolvióahablar,noeradolorloqueseadivinabaensuvoz,sinorabia.—Trabajé como sirvienta de un brujo, con la esperanza de que algún díame condujera hasta los

guerreros.Fueallídondeaprendíensecretoainvocar,despuésdehaberrobadounodelospergaminosdemiamo.CreíaqueunÁcaromeresultaríaútilalahoradeencontraramiamado.

LeacaricióelcaparazónaApophisysonrió,dejandoaldescubiertolosdientes.—Cuandoporfinloencontré,unañomástarde,elmuchachoalqueconocíayanoexistía.Loúnico

quequedabaeraunanimaldespiadado.Loavergoncéalpresentarmeenaquelcampamento,delantedesus compañeros guerreros, con la pretensión de salvarlo.Me propinó una brutal paliza yme dio pormuerta.Losduendecillosmeencontraronymetrajeronaquí.

Todo empezaba a cobrar sentido. La ciega ferocidad de los orcos, las despiadadasmasacres quecometían...NisiquieraeneldiariodeBakersemencionabaaquellaextrañaesclavizacióndelosorcosamanosdesusiguales.

Fletcher se preguntó entonces por quéMadre permanecía oculta en las entrañas de la tierra. Y...¿quiéneseranaquellosduendecillosquevivíanalmargendelosorcos?Madrerespondióantesdequeelmuchachopudieraformularlaspreguntas.

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—Éstossonlosduendecillossilvestres,losquenuncahansidoesclavizados,pero,aunasí,temenalosorcos.Hayotrasmadriguerasrepartidasporlajungla,peroéstaeslamayordetodas.Mideseoesliberaratodoslosduendecillosdequieneslosesclavizanyterminaralgúndíaconelcírculoviciosodeodioenelqueseencuentraatrapadomipueblo.

—Perosigosinentenderlo...—murmuróCressentredientes.—¿Elqué?—preguntóMadre,queposeíaunoídomuyagudo.—¿Quésentidotienetodoesto?Lossoldados,losejércitos...¿PorquéqueréisdestruirHominum?—

preguntólaenanaconbrusquedad.—Yo no quiero destruir nada. Ellos siguen una profecía, escrita en los muros de una antigua

pirámide:laprofecíadicequeunorcoalbinolosconduciráalaconquistadelmundoconocido.Yquecadamil años aparece un orco albino.No sémás. Sólo los brujos conocen lo que está escrito, puesúnicamenteellospuedenentrarenlapirámide.

—Y los trasgos—añadióSylva arqueando las cejas—.Pareceque a ellos también se les permiteentrar,puesvivenconsushuevosenellaberintodecavernasqueseencuentradebajodelapirámide.

—Delostrasgossémuypoco—susurróMadre,ylevantóundedoparaqueApophisseposaraenél—.Dehecho,ni siquierameatrevoaenviaramisÁcarosparaqueechenunvistazoal interiorde lapirámide,pues sedicequeestáprotegidapordemoniosen todomomento.Ypodrían reconocer amisÁcaroscomotales.

—Bien, pues lo descubriremos cuando lleguemos—dijo Jeffrey. Luego se interrumpió y bajó lamiradahaciaelregazo—.Siesquellegamos.

—GraciasaApophis,hesabidodevuestramisiónyquieroayudaros.Lamujernoblefuemuyamableconesteamiguitomío,igualqueunodevosotros—dijoMadremientrasseñalabaaAzul.Elduendecilloinclinólacabezaenungestosolemne—.Esteduendecillo,asuvez,meenseñólosrudimentosdevuestralengua. El resto lo aprendí mientras mis Ácaros observaban a vuestras tropas en el frente. Esosconocimientoshansalvadolavidademuchosduendecillosydebodarlasgraciasporello.

—¿Ylostrasgos?—preguntóSylva—.¿Quépuedesdecirnosdeellos?—Sonunaaberraciónquedeberíaserborradadelafazdeestemundo—leespetóMadre.La anciana empezó a carraspear de repente. Tosía y resollaba, hasta el punto de que tuvo que

sentarse,inclinadahaciadelanteyconlaespaldaencorvada.Enesemomento,sedieroncuentadequeeramáspequeñadeloqueleshabíaparecidoalprincipio,comosisehubieramarchitadoyencogidoconlaedad.Lapinturaocultabalasprofundasarrugasdelacara,peroahoraqueestabaalamismaalturaqueFletcher,parecíaunacriaturafrágileinsustancial.

—Estoycansada—suspiróMadreconunavozqueeraapenasunsusurro—.Recordadloqueoshedicho...,notodossomosmonstruos.Osdoymibendición.Misduendecillososguiaránapartirdeaquí.Sóloosquedanunaspocashoras.

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36

CuandosalierondelaMadriguera,Fletchernopudoevitardejarsecaeralsueloycontemplarelcielo,disfrutandodelaire frescoydelatardecer.El sol seestabaocultandoyproyectabasobreelclarounacálidaluzanaranjada.Noteníaniideadedóndeseencontraban,nitampocodeaquédistanciaestabalapirámide.Debíanmarcharsepronto,peroapenasteníalaenergíasuficienteparaaguantarsesentado.

Losduendecillos sequedarondentrode laMadriguera, a excepcióndeAzul, queobservaba a losmuchachos con cautela desde la entrada principal. Otros duendecillos se asomaban, movidos por lacuriosidad,ysusojillossaltonesaparecíandevezencuandosobreelbordedesusrespectivosagujeros.

Hastalosbebésdeduendecillosseasomaban.Unodeellosseatrevióasalir,paravermejor,perosumadreloregañódeinmediatoyloarrastródenuevoalamadriguera.Porlosgritosdeprotestaqueseoyeronacontinuación,Fletchersupoqueelpequeñínhabíarecibidounbuenazote.

FletcherdejócaerlacabezahaciaunladoyvioqueOthelloaúnseguíadurmiendoenelsuelo.Lasaletasdelanarizseledilatabancadavezqueroncaba.Elenanoentreabrióloslabiosenesemomento,sediolavueltayseaferróalagarradeLysandercomosifueraunmuñecodepeluche.

—Bueno,vamosallá—gruñóCress,ysesacudióelpolvoyelbarrodeluniforme—.Seacabó lasiesta.

SesentóahorcajadassobreelpechodeOthelloyleempezóatirardelbigote.—Brr...—farfullóelenano,apartándolelasmanos.—Venga,despierta,arriba—insistióCress,ysonrió—.¿Nocreesqueyahasdormidobastante?Othellolaapartódeunempujónyseincorporó,frotándoselosojos.—Mesientocomosimehubierandadoconunapiedraentodalacabeza—gimió.Aldarsecuentade

dóndeestaba,sequedóinmóvil—.Hum...¿Quéestápasandoaquí?Echó un vistazo a su alrededor y se fijó en los muchos pares de ojos de duendecillos que los

observaban.—Vamos—dijoCress,ayudándoleaponerseenpie—.Teloexplicaréporelcamino.—¿Porelcamino?—murmuróFletcher.Notabaelcontactofrescodelsueloenlaespaldaynoleapetecíaenabsolutolevantarse.—Parecequenosvamos—dijoSylva.LedioungolpecitoenlafrenteyseñalóaAzul,queyahabía

dadomediavuelta.Elduendecilloysumara,dehecho,yaseestabanadentrandoenlajunglaporunapistaqueapenas

resultabavisible.—Recoged vuestras cosas—gruñó Fletcher mientras se incorporaba—. Azul ya se ha puesto en

marcha.

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Adentrarse de nuevo en la jungla fue como caminar por una abarrotada telaraña. El zumbido y elrevoloteodelosinsectoseraconstante,yamedidaqueFletcheravanzaba,seleibanenredandoramas,hojasyespinasenlaropayenelpelo.

Obviamente,aquelsenderoestabapensadoparalosduendecillosysusmonturas,noparacriaturasdemayortamaño.Fletcherquisocogerelkhopeshparaabrirsepaso,perodescubriólafundavacía.

—Eh, ¿cuándo nos devolveréis las armas? —preguntó, alzando un poco la voz para que elduendecillopudieraoírlo.

AzulnohabíaaminoradoelpasoyFletcherlohabríaperdidodevistadenoserporladesvaídarayaazulqueaúnseleapreciabaenlaespaldayque,devezencuando,veíasubirybajarentrelavegetación.

—Esperanellosenelrío.—Lellegó,entreelfollaje,lavozcantarinadeAzul—.Paciencia.Siguieron abriéndose paso, pero Fletcher era quien se llevaba la peor parte. Lysander y Athena

saltabanderamaenramaenloalto,entreunavegetaciónmenosdensa,mientrasqueSarielreptabaentreelsotobosqueconunafacilidadasombrosa.IgnatiusyToskcorreteabanalacabeza,atentosaposiblesemboscadas.Trabajabanmuybienenequipo,puessehabíancoordinadoparatrazarunpasilloenzigzagquecubríaunazonamuyamplia.

Y,entonces,aFletcherseleocurrióunaidea.—Solomon,abrelamarcha—exclamó.ElGólemavanzóentreelsotobosque,detrásdeAzul,pueslasespinasnoseclavabanenuncuerpo

pétreo.CaminópesadamentepordelantedeFletcher,abriendolamarchaconsuimponentefigura.A pesar de los esfuerzos de Solomon, sin embargo, Fletcher tenía los brazos cubiertos de leves

rasguños cuando finalmente llegaron al otro lado. Ignatius se apresuró a lamerle las heridas, peroFletcherapenassediocuenta,puesacababadeverlavíafluvial.

El arroyo era casi un río, en realidad, era tan ancho como el foso de Vocans. El agua fluía tandespacioycontantacalmaquenisiquieraparecíamoverse.Sólolashojasquepasabanflotandodevezencuandoindicabanlocontrario.

Mediadocenadeduendecillosestabansaliendodelaguaenesemomento.Llevabanalhombrolazosde cuerda de los que colgaban, ensartados por las agallas, peces con el vientre plateado. Las únicasarmas de que disponían eran sencillas lanzas que servían para disparar arpones sujetos a un rollo decordelmuyapretado.

AquellaslanzasnoeranmuydistintasalaballestadeCress,sóloqueconsistíanenunaúnicapértiga,ungatillomuyelementalyunabandaelásticaquesetensabamanualmente.Noerantanpoderosascomounarco,peroparecíanmásrobustasy,obviamente,podíanusarsebajoelagua.

—Azul,cuéntamealgomássobreesasbandaselásticasdevuestroslanzaarpones—dijoJeffrey,quecontempló fascinado aquellas armas cuando los duendecillos pescadores pasaron ante ellos, evitandodirigirles la mirada—. Supongo que se hacen con la resina del árbol del caucho, ¿no? Un materialfascinante,porcierto.

—¿Azul?—dijoelduendecillo,queobligóasumaraavolverseycruzólosbrazossobreelpecho.—Losiento...AsíescomotehallamadoFletcherantes—dijoJeffreyarrastrandolospies,untanto

avergonzado.—¿Cuálestuverdaderonombre?—seapresuróapreguntarFletcher.

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Azulguardósilenciounosinstantes,conunaexpresióndedesconciertoenelrostro.Luegoinclinólacabezahacia atrásypronuncióuna seriede trinos,gorgoritosygorjeos.Alverque losmuchachos loobservabanconperplejidad,lessonrió.

—Creo...creoquemevaaresultarunpocodifícilpronunciarlo—farfullóJeffrey.Azulsonrióydesmontó.—MegustaAzul—dijoechándoseareír.Lediounapalmadaasumonturaenlagrupaylamaraechóacorrerentrelosárboles.Duranteunos

segundos,Azulpermanecióinmóvil,observandoasualrededoryllenándosedeairelospulmones.Luegoabriólabocaypronuncióunlargoyvacilantetrino,queestabaacaminoentreelgritodeunáguilayelpreludiomatutinodeunpájarocantor.

Al escuchar la señal, una veintena de duendecillos descendieron de los árboles, cuyas ramascolgaban sobre el arroyo, y aterrizaron agazapados entre los miembros del equipo de Fletcher. Ibanarmadosconunaextrañamezcladelanzaarpones,cerbatanasycuchillos.Fletchersediocuentadequeeran losmismos duendecillos que los habían rodeado antes, los que llevaban el cuerpo pintado paracamuflarseentrelavegetación.NisiquieraSarielhabíaadvertidosupresencia.

—Convosotrosiremos,alapirámide—dijoAzul,señalandoríoabajo—.Cuandovosotrosataquéis,nosotrosasaltamosaldeasdeorcosyliberamosamuchosduendecillos.

—Vaya—dijoFletcher—.Esunactomuy...generoso.—Ayuda vuestra causa y nuestra causa —se limitó a responder Azul—. Cuando se dé alarma,

sabremosqueoshandescubierto.Entoncesnosotrosatacamos.Fletcher no hubiera sabido decir si se trataba de un ciego oportunismoo de una fraternal alianza.

Fueraloquefuera,disponerdeunpequeñoejércitodeduendecillosquelosguiaraeraunaventajaquenopodíandesaprovechar.

—Pormíperfecto—dijoFletcher.LetendióunamanoaAzulyésteselaestrechó.Losdedosdelduendecilloeranrugososydelgados,y

lasensacióneracomoladecogerunmontoncitoderamassecas,peroelapretóndemanosleresultóaFletcherrelativamentecálido.

—Cogedarmas.EraMediaoreja—unode losduendecillosquehabíaaterrizadoentreellos—quienhabíahablado.

Losguerrerosquesehallabanjuntoaélarrojarondoscestosalsuelo.Eltintineometálicodelasarmaslesindicócuáleraelcontenidodeaquellascanastas,demodoqueFletcherysuequiposeapresuraronarearmarse.SylvacogiólaballestadeCressconlaintenciónderecuperarsufalce,queestabaalfondodeunodeloscestos.SeprodujounmomentodetensióncuandoCressletendiólamanoalaelfinaparaqueleentregaralaballesta.Sylva,aregañadientes,seladio.

Fletchersintióungranalivioalnotardenuevoenelcostadoelpesodesukhopesh,ysóloentoncessediocuentadelodesnudoquesehabíasentidosinél.

Encuantohubieronterminado,losduendecillossemostraronimpacientespormarcharsedeallíyloscondujeronhaciaelarroyo.

—Flotamos—dijoAzulcuandollegaronalaorilla,señalandolasaguaspocoprofundas.LoqueenunprincipioaFletcherlehabíanparecidounasgigantescashojasdenenúfar,enrealidad

eranunasextrañasembarcacionesenformadecuencoqueflotabanenelagua.Losguerrerosyaestaban

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trepando a ellas: cuatro por embarcación, hasta que todos hubieron subido a bordo. Quedaban unoscuantosbotesmás,entreellosunoespecialmentegrande.

—¿Estascosasaguantaránnuestropeso?—gruñóOthello—.Losenanosnodestacamosprecisamentepornuestradestrezaenelagua...

Cressasintióalmismotiempoqueempujabaconelpieunadelasembarcaciones.—Claroquesí—exclamóJeffrey,entusiasmado,ysubiódeunsaltoalbotemáscercano.Laembarcaciónsebalanceópeligrosamentemientraséltratabademantenerelequilibrio,depie,yel

agua entró por un costado. Los duendecillos parlotearon entre ellos, y Jeffrey trataba de no caerse.Utilizaronelminúsculoremosujetoauncostadoparaquelaembarcacióndejaradedarvueltassobresímisma.Unavezestabilizada,laembarcaciónflotabaconsiderablementebien,porloqueJeffreysesentóenelcharcodeaguaquesehabíaformadoenelfondo.

—Coracles —dijo Jeffrey, muy convencido, mientras daba unos golpecitos en un costado de laembarcación—. Los pueblos que viven junto a los ríos, al oeste de Hominum, los usan para pescar.Utilizan ramas tejidas de sauce para la estructura y luego la revisten de pieles untadas en brea, paraimpermeabilizarlaembarcación.Alserdefondoplano,apenasmuevenelaguay,portanto,nomolestanalospeces.Aveces,lasideasmássencillassonlasmejores.

—Sinospermitenllegarallíamedianoche,amímeparecenfantásticas—dijoFletcher,subiendoaunaembarcación.

Se tendiósobreel fondoyenseguidase sintiómuycómodo.Eracomoestar tumbadodentrodeuncestoenorme.

Los demás lo imitaron, aunqueAthena y Lysander los siguieron desde los árboles, pues preferíanestirarlasalas.SeprodujociertoalborotocuandoSarielselanzóalaguaparallegarhastaelcoracledemayor tamañoy subiódeunsalto.Porelolorquedespedía, aquellaembarcacióndebíade ser laqueutilizaban losduendecillosparacargar loquepescaban.ASariel, sinembargo,nopareció importarle,pues olisqueó el fondo y lamió ávidamente los restos. La lengua le quedó cubierta de escamasrelucientes.Sylvaseestremecióyluegoseechóareírenvozalta.

—Os sorprendería descubrir lomucho que le gustan esas cosas.—Se rio entre dientes almismotiempo que extendía una mano para acariciarle las orejas al Cánido—. Supongo que tendría queperfundirla,peroselavetancontenta...

Los miembros del equipo dedicaron unos momentos a maniobrar las embarcaciones y, luego, losduendecillosintrodujeronlosremosenelarroyo.

—Adelante—canturreóAzul, levantandoespumaconsuremoaldarse impulsoparaalejarsedelaorilla.

Sedirigieronalcentrodelrío,dondelosrecogióunasuavecorrientequelosllevóríoabajomuchomásrápidodeloqueFletcherhabíaimaginado.Dehecho,nisiquieraleshizofaltaremar.Loúnicoqueteníanquehacereraintroducirdevezencuandoelremoenelaguaparaqueelcoraclenogirarasobresímismo.

—¿Podemosirmásrápido?—gritóFletcher,parahacerseoírporencimadelmurmullodelagua—.Tenemosquellegarantesdemedianoche.¿Cuántonosquedahastaallí?

—Tiempodesobra—respondióAzul—.Nonecesariopreocuparse.Fletcher se lamentó,pero seobligóaahuyentar sus temores.No legustabanada la ideadequeel

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destinodesumisióndependieradelapalabradeunduendecillo.Sylvalebuscólamirada,yFletchersedio cuenta de que la elfina tenía una flecha preparada en el arco. Era evidente que se fiaba de losduendecillosaúnmenosqueél.

Fletcherseencogiódehombrosysetendióenelbote,acomodandolacolumnavertebralenelfondoligeramente curvado. Los duendecillos parloteaban entre ellos mientras los miembros del equipocontemplaban,conlosojosentrecerrados,losbosquesfrentealosqueibanpasando.Habíasidoundíamuylargoyelocasolosestabaadormeciendoatodos.

Ignatius le rascó el muslo a Fletcher y, al mirar al diablillo, vio que estaba contemplando lasuperficie.Lasaguas,muytranquilas,parecíanunaláminadecristal,tanclaraqueFletcherinclusopodíaver lasalgasquecrecíanenel fondo,agitadaspor lacorriente.Mientrascontemplabael río,una rayavenenosa—delmismo tamañodelcoracleenqueviajaban—pasópordebajode laembarcación.Lasaletasonduladaslepermitíanirmásrápidoquelacorriente,porloquenotardóenperderladevista.

—Carnebuena—dijoAzul,queloestabaobservandodesdesucoracle.Pasóeldedoporlapuntadeuno de los arpones que llevaba sujetos a la espalda, y Fletcher se fijó en que era dentada, como elaguijóndelaraya—.Colamuyútil.

Mientrashablaba,variasrayasmássurgierondeentrelasalgasdelfondoysealejaronnadandodedos en dos.Otros peces de aletas anchas y dorso verde se unieron a la procesión, impulsándose consuavescoletazos.

Enesemomento,algopasóvelozmenteydispersóalospeces,nosinantesatraparunodeellosconlaboca. Luego empezó a dar vueltas sobre sí mismo en una espiral de burbujas que, al despejarse,revelaronquéeraloquehabíamolestadoalospecesocultosentrelassombrasdelbosquesubmarino.

Undelfín,decolorrosacomounadalia,nadabapordebajodeellos.Consu largopicoengulló lapresa y luego agitó las aletas, saltó fuera del agua y volvió a sumergirse en mitad de una lluvia desalpicaduras.

En torno a las embarcaciones surgieron otros delfines de color rosa que saltaban, se sumergían,silbaban y emitían unos sonidos muy parecidos a las carcajadas. Los duendecillos aplaudieron,entusiasmados.Algunosinclusolesarrojarontrocitosdecomidadelasbolsasquellevabansujetasalacintura, para que los delfines los cogieran. Otros les contestaban, respondiendo a los sonidos de losdelfines con otros muy similares. Era un espectáculo hermoso, como si duendecillos y delfines seestuvierandedicandomutuamenteunacanción.

—¡Lossabiosdelríobendicenviaje!—dijoAzul,yseechóareír.Chapoteabaconlamanojuntoasucoracleparainvitaraunodelosdelfinesasubiralasuperficie—.¡Buenaugurioes!

El delfín frotó con una aleta los dedos de Azul. Era lomás parecido que podía imaginarse a unapretóndemanosentreambasrazas.Y,entonces,comosihubieranintercambiadounasilenciosaseñal,losdelfinesremontaronelríoyloscoraclescontinuaronasolassuviaje.

—Ha sido muy bonito—dijo Sylva, siguiéndolos con la mirada. Luego se volvió hacia Azul—.¿Entiendesloquedicen?

—Nosotroshablamosmuchaspalabrasyelloshablanpocas—dijoAzul,conunasonrisadeorejaaoreja—.Algunosdicenque,hacemucho,nosotrosdeellosaprendimosahablar.Noeslomismo,peroentendemosloquedicen.

Mientrashablaba,sinembargo,seleensombrecióelrostro.Fletchersiguiósumiradaytratódever

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algoenlaluztenuedelatardecer.Juntoalaorilladelríoyacíaunaestatuaenruinas,caídadecostadoyyamedioocultabajolaslianas

yelmusgo.Teníalacabezaparcialmentesumergidaenlasaguaspocoprofundas,perolacriaturaalaquerepresentaba, con su frente salida y sus colmillos rotos, era inconfundible. Acababan de entrar en elterritoriodelosorcos.

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Lanochecerradalescayóencimarápidamente.Sólounafinarendijailuminabasucamino.Noseatrevíanaencendersus luceserrantes,pueselarroyosehabíaensanchadohastaconvertirseenunafluenteyelgranríoquedebíancruzaryaseintuíaalolejos,graciasalborboteodelasaguasrápidas.Lapirámidesehallabaenlaotraorilla:suoscuroperfilserecortabacontraelcielo,negroytachonadodeestrellas.Era,por lo menos, diez veces más grande de lo que Fletcher había imaginado, más alta incluso que lasmontañasDientes deOso. Se obligó a contener una exclamación de incredulidad, por si acaso habíaalgúnenemigoalacecho.

Paraquesemantuvierantodosunidos,Azulleshabíalanzadoelextremodeunarpón,quecadaunodelosmuchachoshabíaclavadoenelbordedesucoracle.LysanderyAthenayahabíanemprendidoelvuelo,yexplorabanlazonadedesembarcoalotroladodelrío.SylvahabíaperfundidoaSariel,puesconella a bordo el bote se hundía demasiado en el agua. Ahora lo tripulaban cuatro duendecillos, quemaniobrabandiestramenteelrígidocoracleparasituarseenelcentrodelaflota.

—Remad, rápido y con fuerza—dijoAzul, en un ronco susurro—.Si corriente os lleva y no nosseguís,nopodemossalvaros.Cortaremosvuestracuerda.

Fletcher oyó un chapoteo y los coracles empezaron a balancearse. El agua empezó a salpicar aladentrarseenlosrápidosyentonces,cuandonotóquelafuertecorrientearrastrabaelbote,hundióconfuerzaelremoauncostadodelcoracleytratódesesperadamentedeimpulsarlohaciadelante.Notardóenoírlosfatigososgruñidosdelosdemás,queintentabanseguiravanzando,ysumundoseconvirtióenunainfinitarepeticióndetresórdenes:empuja,rema,tira;empuja,rema,tira.

Laoscuridadsetragóasusamigos.Loúnicoqueveíaeralapirámide,recortadacontraelcielo.Bajolapirámide,milesdehuevosdetrasgoestabanapuntodeeclosionaryunalmaenpenaesperabaquelarescataran.Estabantancercaquecasipodíasaboreareltriunfo.

Amedida que transcurrían los segundos, Fletcher se desesperó al ver que la silueta pasaba de suderechaasuizquierda,pueslacorrientelosempujabacadavezmásríoabajo.

Ledolíanlosbrazos,peronoseatrevíaaparar.Siguióremando,gruñendoentredientescadavezquehundía el remo en el agua. Hasta Ignatius lo ayudó, achicando con las manos el agua que se ibaacumulandoenelfondodelcoracleyqueyalehabíaempapadolospantalonesaFletcher.

Entonces,cuandomenosloesperaba,notóquelaembarcaciónrozabalaarena.Azullosujetóconsushuesudosdedosytiródeélhacialasaguaspocoprofundasdelaorilla.Elduendecilloarrastróelcoracletrasellos,hastaqueconsiguieronllegaralalíneaquemarcabaeliniciodelajungla.

—Cava—lesusurróAzulentredientes,mientrasdeuntirónarrancabaelarpónyempujabahaciaelsuelolasmanosdeFletcher—.Escondemosbotes.

Fletcher cavó frenéticamente con las manos. A pesar de lo agotado que estaba, le resultó

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asombrosamente fácil apartar la tierra con lasmanos, pues estaba suelta y seca.Athena bajó volandohastaposarsejuntoalmuchachoyloayudó, lomismoqueIgnatius.Fueronretirandola tierraarcillosahasta cavar un agujero lo bastante profundo para esconder el bote plano, que colocaron al revés, demanera que les resultara más fácil recuperarlo si tenían que regresar. Fletcher oía a los demás, quetambiénestabanenterrandosuscoraclesenlaoscuridad.Encuantohubieronterminado,Azulapareciódenuevo.

—Tusamigosyapreparados—susurróelduendecillo,ylepusoenlasmanoselarpónyelrollodecuerda—.Sigue.Nosotrosvemosmejor.

Fletchercogióelarpónyechóaandarenlaoscuridad,conlasbotasaúnllenasdeagua.Devezencuando,notabauntirónenlacuerdadelarpónycorregíaladirección.Tropezóendosocasionesytuvoquereprimirunamaldiciónalarañarselasrodillasconlosguijarrosqueabundabanenlaorilla.Ajuzgarpor losgolpesypor lasexclamacionesahogadasdedolorqueoía traséldevezencuando,noeraelúnicoquetropezaba.

Elmuchachodeseóhabersefijadoalojolapiedradecristal,pueslavisiónnocturnadeAthenaydeIgnatiuseramuchomejorquelasuya.Encambio,lohabíaguardadoensumochilapormiedoaqueselecayeraalagua.Ahoraestabademasiadoocupadoparaintentarbuscarlo.Hastaelconjurodelojodegatoera impensable, pues la luz amarilla podría desvelar su presencia en la orilla del río, donde seencontrabanpeligrosamenteexpuestos.

A pesar del intenso dolor que experimentaba en las rodillas, se alegraba de que los duendecilloshubierandecididoayudarlos.Noteníaniideadecómoibanacruzarelríolosdemásequipos,puesnopodríanevitarquelacorrientelosarrastraraalmenosmediokilómetroríoabajoantesdealcanzarlaotraorilla.Deseó,sinembargo,quellegarantodosatiempo.

—Altoaquí—dijoAzulentredientes.Seencontraban juntoa labasede lapirámide.Enaquella zona, sehabía limpiadoelbosquepara

abrirunampliosenderoque llevabahasta labasede lagigantescaestructuradepiedra.Eledificiosealzabasobreelloscomoungigantedormido,yaFletcherloinvadióelmiedoanteaquellasobrecogedoraimagen. Sin embargo, negó con la cabeza en un gesto de determinación y se esforzó por ver en laoscuridad.Sóloconsiguióvislumbrarlaentrada,queseabríacomolabocadeunacaverna.

—Aquí es donde nos separamos —dijo Azul, en tono apremiante—. Nosotros escondemos connuestroshermanosyatacamosmañana.

—Buenasuerte—lesusurróFletcher.—Mícreeque soisvosotrosquienes lanecesitan—respondióAzul—.Losduendecillosviven río

abajo.GuardósilencioyapoyólosdedosenlapalmadelamanodeFletcher.—Ojalácaminosnuestrossevuelvanacruzar,Fletcher.Y, tras esas palabras, elmuchacho notó que le arrancaban el arpón de lasmanos y oyó los pasos

amortiguadosdelosduendecillos.Escudriñólaoscuridad,conlaesperanzadevislumbrarunavezmásaaquellasvalientescriaturas,peroyahabíandesaparecidoen lanegrura.Habían tenidomuchasuertealtoparsecontanformidablesaliados.

Trasotrapausa,FletchersecolocóaAthenaenelhombroybuscóensumochilalapiedradecristal.LafrotócontralapuntadelaladeAthena,paraempezarasílaconexión,yluegoselasujetóalojoconla

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correa.Contempló laescena.Losotrosmiembrosdelequipoestabanacuclillados juntoaél,mirandoasu

alrededorsinvernada.Estabanasustados.InclusoLysanderparecíanervioso,puesibatrazandounsurcoenlatierraconlasgarrasmientrasesperabaelsiguientemovimiento.

—Nomepuedocreerquelohayamosconseguido—dijoFletcher,quecontemplabalaposicióndelalunaenelcielo—.Escasimedianoche.Veamosquiénmáshavenido.

—Nopodemosserlosúnicos—susurróCress.Fletcher se acuclilló y se escabulló hacia la pirámide. Ignatius iba delante de él, con el hocico

pegadoalsuelo,yAthenavigilabadesdeloalto.Amedidaqueseibanacercando,Fletchersefijómejorenelenormeedificio.Apesardelaamenaza

quesuponíalasiniestrafranjadeárboles,aambosladosdelcamino,nopudoevitarconcentrarseenlaimagendelaestructuraqueenesosmomentosveíaAthena.

Era mucho más grande que cualquier cosa que hasta entonces hubiera visto Fletcher, mucho másgrandeinclusoqueVocans.Estabadistribuidaenunaseriedenivelescuadradosqueseibanestrechandoamedidaquelapirámideganabaaltura.GraciasalavisiónnocturnadeAthena,pudoverquelaslosasde piedra que formaban la pirámide eran de un apagado color amarillo, y que las partes exterioresestabancubiertasporunamarañadelianasydeplantastrepadoras.

Uninstantedespués,sehallabanalasombradelapirámidey,derepente,yanoestabansolos.—¿Erestú,Fletcher?—lollamólavozdeSeraph,desdelaentrada.Lavozllegóacompañadadelchasquidodeunallavedechispaalseraccionada.—Bajaesoahoramismo—dijoentredientesMalik,justoantesdequeseoyeraelruidometálicode

unapistolaalcaeralsuelo.Los dos líderes estaban agazapados junto a la entrada.Ambos estaban calados hasta los huesos y

teníanelpelonegroenmarañadoypegadoalafrente.Parecíanabatidos,aterrorizadosyexhaustos.—Somos nosotros, no hace falta que os liéis a tiros —dijo Othello. Recogió la pistola y se la

devolvió a Seraph—. Bueno, tampoco es que se pueda disparar mucho con esto, me parece que lapólvorasehamojado.

—Esoesloquepasacuandounoestáapuntodeahogarseenelrío—gruñóSeraph,escurriéndoseelpeloconlosdedos—.Losdemásseestánsecandoenlaentradadelacámara.Tranquilos,queelfuegonosevedesdefuera.

—Talvezhayademoniosahídentroquecustodianellugar—comentóCress,echandounvistazoalaentrada.

Enrealidad,erauncorredorvacíoqueseperdíaenlaoscuridad.Alaizquierdaseabríaunapequeñacámara.Fletchervislumbróel débil resplandordel fuegoqueprocedíade aquella cámara, perono sepreocupó en exceso. Si había demonios guardianes, lo más probable era que se encontraran en lasprofundidadesdelapirámide.Aunasí,Seraphseestremecióyseapartódelaentrada.

—¿Porquéestáisempapados?—lepreguntóFletcheraMalik,alrecordarlarutaque,supuestamente,debíaseguirsuequipo.

—Cambiamos de idea—murmuróMalik—.Cuando el equipo de Isadora decidió pasar a vuestroladodelrío,creímosquesabíanalgoquenosotrosignorábamosylosseguimos.NoshemostopadoconelequipodeSeraphjustoantesdecruzarelrío.

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Fletchersequedóhelado.Entonces,¿elequipodeMaliktambiénhabíaestadoensuladodelrío?¿Ysihabíasidounodeellosquienhabíaintentadomatarlo?

—Y,hablandodel tema,¿habéisvistoaIsadorayasuequipo?—intervinoSeraph, interrumpiendolospensamientosdeFletcher—.Tenemossóloochohorasparallevaracaboelataque.

—¿Esqueaúnnohanllegado?—exclamóCress—.¡Losnecesitamos!—¿Quéhacemosahora?—preguntóconelcorazóndesbocadoFletcher.Nosehabíaparadoapensarenloqueharíansiunodelosequiposllegabatarde.—CreoqueesmejoresperaralequipodeIsadora—dijoMalikbostezando—.Siatacamosahora,las

posibilidadesdequelosrescatensereducenmucho.Sylvaresopló,comosiMalikacabaradecontarunchiste.—Vaya,esoseríaunalástima—murmuróentredientes.—Propongo que nos quedemos aquí escondidos... y esperemos hasta que aparezcan —prosiguió

Malik,queyasedirigíaalacámaraenlaqueardíaelfuego—.Losorcosnoseesperannada.—Las Fuerzas Celestiales se encuentran en estado de alerta ahora mismo —advirtió Seraph,

contemplando el cielo nocturno—. Cadaminuto que desperdiciamos es unminuto en que el cielo deHominumestádesprotegido.

—Lo que tú digas, pero estamos todos agotados—le contestóMalik—. Pormí, podemos esperarhastamañanaporlamañana.

Fletcherestabaagotado...,perosólodisponíandeochohorasparacompletarlamisión.¿Cómosabercuántotiempolesllevaríalocalizarelobjetivoenmitaddeaquellaberintodetúneles?

—Creoquedeberíamosatacarahora—afirmóFletcher—.Estamosapuntodeecharnosadormirenellugarmássagradodelreinodelosorcos,mientrasquelaúnicadefensaaéreadeHominumnosesperaentierra.¿Noospareceunabarbaridad?

Sin embargo, Malik recibió el apoyo de alguien que no se esperaba: Seraph había cambiado deopinión.

—Aver,ahoramismonosfaltaunequipo—suspiróSeraph—.YaséqueelequipodeIsadoraytúhabéis tenido ciertas discrepancias... Qué narices, yo también... Pero te guste o no, tenemos másoportunidadesdealcanzarel éxito si luchamos todos juntos.ElequipodeMalikyelmíohangastadomuchomanaparacruzarel río.Hemos tenidoqueutilizarelconjurode la telequinesiaparaconseguirsuperarlacorriente.Yahoratenemosquedescansar.

—Podemos atacar ahora de cualquiermanera—intervinoMalik—o esperar unas cuantas horas yhacerloencondiciones.Recuerdaquesólotenemosunaoportunidad.Noladesaprovechemos.

—Paratiesmuyfácildecirlo—gruñóRufusdesdeelinteriordelapirámide—,peromimadretalveznodispongadeotranoche.

Malikhizounamueca,peroignorólainterrupcióny,porseñas,indicóaFletcheryalosmiembrosdesuequipoquelosiguieranhacialaentrada.

—Este sitio sólo lo utilizan para sus rituales, ¿de acuerdo?—afirmó—.Mason dice que sólo losbrujospuedenentrarenlapirámide.Estamosmássegurosaquídentroqueocultosenlajungla.

Mientraslosmuchachossesaludabanensusurros,Fletchercontemplóasuequipoatravésdelalentedecristal,pueslamiradadeAthenapodíapenetrarlaoscuridad.Estabantodosempapadosyagotadostraselviajeporelrío.Lamayoríadeellosnisiquierahabíandormidodesdelanocheenquesehabían

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encontrado con el equipo de Isadora..., a menos que contaran las horas que habían permanecidoinconscientesdebidoalvenenodelosdardos.OthelloyAtilla,abrazados,yaestabanmediodormidos.Eracierto,unanochededescansolessentaríamuybienatodos,pero¿eraladecisióncorrecta?CientosotalvezmilesdepersonaspodíanmorirsilosGuivernosatacabanHominumprecisamenteaquellanoche.

—Muybien,equipo.Perfundidavuestrosdemoniosyechadunsueñecito—dijoFletchermientrassedejabacaeralsuelo,derrotado—.Presientoquelovamosanecesitar.

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Fletcher se despertó al oír un ruido de tambores. Redoblaban con un sonido constante y grave, queretumbabaconfuerzaportodalapirámide.

No era el único que se había despertado.Mason, el esclavo que había conseguido huir, lo estabamirandoconlosojosaúnmediocerrados.Elmuchachopermanecióensilencio,perolediogolpecitosaMalik con el pie hasta que el joven noble gruñó. Instantes después,Malik estaba tan despierto comoFletcher,pueselincesantesonidohabíaahuyentadoporcompletoelsueño.

La cámara tenía forma de cubo y se hallaba en penumbra. En torno a los restos de una hoguerareducida ya a cenizas, se amontonaban los cuerpos dormidos. Las primeras luces del amanecer secolabanatravésdelcorredor.Habíandormidotodalanoche.FletcherlevantólamiradayvioqueMalikteníaunrelojdebolsilloenlamano.Lomiró.Lesquedabandoshorascomomáximo.¿Seríasuficiente?

—¿Quénariceseseseruido?—murmuróJeffrey,queestabadetrásdeFletcher.Alvolverse,Fletchersediocuentadequecasitodoslosmiembrosdesuequipoestabandespiertos,y

también Lysander, Sacharissa y Caliban, que habían montado guardia toda la noche con órdenes dedespertarlos a tiempo y de avisarlos cuando llegaran Isadora y su equipo. Era obvio que no habíanllegado.

—Tenemosqueaveriguarquéocurre—dijoSylva,yasomólacabezaalexteriordelacámaraparaecharunrápidovistazo.

Sinembargo,seapartódeinmediatoyabriómucholosojos,asustada.—Hayorcosahífuera—susurró—.Estáncogiendoaguaenelrío.Nopodemosarriesgarnosasalir.—Tampocoeraésenuestroplan—dijoMalikcondesdén—.El lugarmás seguroesprecisamente

éste. Pero sí, tenemos que averiguar qué es ese ruido. Podría tratarse de algún tipo de ceremoniarelacionadaconlapirámide.

—Medaigualloquesea—dijoFletcher—.Yahemosesperadobastante...Losdemoniosdenuestrospadrinostendríanquehabernosdespertadoantes.Tenemosqueempezarlaincursión.Ya.

—Yoséquéeseseruido—dijoMason,queporprimeravezabríalaboca.Letemblabanligeramentelasmanosyteníalosojoscerrados—.Elfindelentrenamientodelosorcos.Pasatodoslosaños...ynopodíasermásinoportuno.Todoestosevaallenardeorcos.

—¿Entraránenlapirámide?—preguntóFletcher.—Puede —respondió Mason con los ojos aún cerrados—. Hoy los brujos ponen a prueba la

capacidad de los más jóvenes para invocar, igual que hacen los inquisidores en Hominum. Si hayadeptos,losllevaránalapirámide.Entranporestapuertatraseraysalenporlapuertaprincipal.Estodoloquesé.

—Yestodoloquesabremosamenosquesalgamosaaveriguaralgomás.

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EraVerityquienhabíahablado.EstabasentadaenunrincóncontemplandoasuÁcaro,queenaquelmomentolesubíaporlamano.Eranegroy,paraserunEscarabeideo,bastantepequeño.ComoApophis.

—AquínadiesefijaráenEbonysisalevolandoaecharunvistazo.Mientrashablaba,rebuscóalgoensumochila.Sacóunrectánguloplanodecristal,deltamañodeun

salvamanteles.Teníalosbordesreforzadosconunatirametálicaparaevitarqueserompiera,aunqueyaseestabaempezandoaagrietarporunextremo.

—Unregalodemimadre—dijoVerity,sosteniéndoloenaltoparaquetodospudieranverlo.Ebonyaterrizósobreelcristaly,alaparecerenéllavisióndelÁcaro,Fletchersesorprendióantela

calidad de la imagen. Ni siquiera en el Óculo deVocans se veían las imágenes con tanta claridad ynitidez.

—Mealegraquenosseaútil—prosiguióVerity,yseapartóelpelodelacara—.Llevotodoelviajecargandoconélynoloheusadoniunavez.Preferiríatenerunocomoeltuyo,Fletcher.

ConsusgrandesojosmarronesobservóaFletcher,yéstesonrióparaagradecerleelcumplido.Sylvalosmirócondesdén.

EbonyplaneóporencimadelacabezadeFletcheryrozóconunadesusfinaspatitaslalentequeelmuchacho llevabasujetaal rostro.De inmediatoapareció lavisióndeEbony,yFletchersintióvértigocuandoelÁcaroempezóarevolotearporlasala.LavisióndeAthenaeramuchomásestableymenospropensaagirosbruscos.

—¿Algunaobjeción?—preguntóVerity.—Ninguna—dijoMalik,quecontemplabaadmiradolapiedradecristaldeVerity.LuegosevolvióhaciaFletcher,puesSeraphseguíadurmiendoenelsuelo,juntoaOthelloyAtilla,y

sumabasusronquidosalcorodegravesdelosgemelos.Losdemásyaestabandespiertos.—Queduerman—dijoMalik,conunasonrisaburlona—.¿Túquédices,Fletcher?Fletcherguardósilenciomientrasescuchabaelinquietanteredobledelostambores.—Tenemosquesabercuándoestádespejadoelcamino,paraencontrarunescondrijomásseguroen

lapirámide—dijo,dándosegolpecitosenlabarbilla—.Aquísomosunapresafácil.Nonosharáningúndañoinvestigarunpoco.

Antesinclusodequehubieraterminadodehablar,Ebonyyahabíasalidovolandodelasala,hacialaluz.Laimagenresultababorrosa,pueseldemonioibadeunladoaotro.Empezóavolarcadavezmásalto,yenlapiedradecristaldeFletcheraparecióuncieloazulydespejado,inundadoporelresplandordeunsolabrasador.Y,justoentonces,cuandolosdemásempezabanaponerseunpoconerviosos,Ebonydirigiólamiradahaciaelsuelo.

Másalládelapirámideseextendíaunaabarrotadametrópoli.Losedificiosnoteníannadaquevercon las cabañas de paja que Fletcher había imaginado, sino que eran estructuras achaparradas, perorecias,deareniscatallada.Tambiénseveíanvariosziguratsymonolitosentornoaunaplazacentral.Laciudad rodeaba la gran pirámide, a excepción de una estrecha franja de selva que iba de la entradaposteriordelapirámidehastaelrío:elcaminoporelquehabíanllegadolanocheanterior.

—Madremía—susurróCress—.Sonmuchísimos.Milesdeorcospululabanporlaplaza,enarbolandobanderinesyestandarteshechosdetela,plumas

depájaroypieldeanimal.Llevabanelcuerpopintadodecoloresllamativos,distintossegúnlatribu,loqueconvertíaalamultitudenunaespeciedecoloridacolcha.Inclusolaformadepeinarseeradistinta:

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unosllevabanlacabezaafeitada,otroselpelorecogidoenmoños,yotros,cortadotipocasco.Peronoestabansolos.Otrosorcos,máspequeños,permanecíanencogidosjuntoacadagrupo.Como

sifueranbueyes,llevabanpesadosyugosdemaderaalcuello.Loshabíanpintadodeocreyazuldepiesacabeza,yelsuelo,depiedra,estabarepletodepisadasdeesecolor.

—Los debiluchos, elegidos entre los prisioneros después de un año de adoctrinamiento —dijoMason, y dio un golpecito en la parte de la tabla de cristal en la que aparecían las figuras azules—.Participaránenlosjuegosparaganarseunpuestoentrelaélitedelosguerreros.

Deunodeloslateralesdelapirámidedescendíaunagranescalinataqueconducíaalaplaza.Fletchersefijóenquelasbarandillasqueselevantabanaamboscostadosestabantalladasenformadeserpientesentrelazadas. En la cima plana de la pirámide se alzaba un bloque rectangular, achaparrado, con unapiletapocoprofundatalladaenlapiedrayunagujeronegroenelcentro.

Masonseacercóyentrecerrólosojosparavermejor.—Ahí—dijo,tocandoaladerechadelatabla—.Veahí.La imagen se amplió cuando Ebony se acercó, pero el viento sacudía con fuerza al demonio.

Finalmente,elÁcaroseposóenloaltodeunobeliscoparaobservarloquesucedíaenlaplaza.—Eljuegodepelota—murmuróJeffrey—.Heoídohablardeesto.YtambiénFletcher,puesBakerhablabaextasiadodeaqueldeporteensudiario.Entre dos tribunas de piedra inclinadas, repletas de animados espectadores, dos equipos de orcos

azulessaltabanycorríanporunlargoterrenodearena.Encadaunodelosextremossehallabaunarcodepiedraincrustadoenlapared,aunostresmetrosymediodelsuelo.Elaroestabasituadodelado,comosifueraunaorejatotalmenteredonda.Fletchersabíaqueelobjetivodeambosequiposerahacerpasarlapelotaporelarocontrario,puessóloasíseganabaeljuego.

Habíavistomuchosbocetosde terrenosde juegocomoaquél,graciasa lomuchoqueBakerhabíaestudiado lasaldeasde losorcos,perono teníani ideadecómosedesarrollabael juego,ni tampocoimaginabaquepudierahabermásdecincuentajugadoresluchandoentresíenlapista.

Lomásfascinanteeralapropiapelota:setratabadeunapesadaesferadecaucho,elmismomaterialqueusabanlosduendecillosparasuslanzaarpones.Rebotabadeunorcoaotrocuandoéstoslagolpeabanconbatesdemadera,quetambiénempleabanparaaporrearasusoponentes.Lapinturaazulylasangrerojasalpicabanlaarena,mezclándoseentresícomoloscoloresenelcuellodeuncasuario.

—Esunabrutalidad—susurróSylva,cuandoaunorco learrancarondecuajouncolmillo, loquehizoquelebrotaraunchorrodesangredelaboca.

Losespectadoressepusieronenpieconunrugidoqueinclusollegóalacámaraenlaquesehallabanlosmuchachos.

—Quéva—dijoMasonmientrasseñalabaelsiguienteterrenodejuego—.Haycosasmuchopeoresqueeljuegodepelota.Mirad:lavenatio.

Ebonydirigiólamiradahaciaelsiguienteterrenodejuego.Allí,lacantidaddesangrequeteñíalaarena superabade largo la cantidaddepinturaazul.Losespectadores,porotro lado, eranmuchomásnumerosos.Tresorcosestabanencadenadosentresíporlostobillos,rodeadosporunajauríadehienas.Nomuy lejos, estabanatacando salvajemente auncuartoorco.Las criaturas, armadasúnicamente conlanzas,girabanytratabandeheriralosferocesanimales.

En un rincón del terreno de juego se amontonaban unos cuantos cadáveres pintados de azul,

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abandonadosallípara losbuitres.Entre ellos sedistinguían tambiéncadáveresdeanimales, incluidosfelinos de gran tamaño como jaguares, tigres y leones. Las hienas y los perros salvajes parecían losanimalesmásutilizados,aunquetambiénseveíaalgúnqueotrococodriloobabuino.

—Eljuegodepelotaesparahonraraldiosdelviento.Lavenatio,parahonraralosdiosesanimales.Yluegoestáeldiosdelfuegoydelaluz—dijomientrasseñalabaelsiguienteterrenodejuego.

Unavezmás,Ebonydesviólamirada.Enelsiguienteterrenodejuegohabíaporlomenosuncentenardeorcosazules, aunqueno seveía sangreen laarena.Enel centro,noobstante, seabríaun fosoquedividíaelterrenodejuegoendosmitades.Y,delfoso,surgíanpavorosasllamas.Deunamitadaotra,porencimadelasllamas,ibaunacuerdahechadepielesatadasdeanimal:encadaextremodelacuerda,unequipodeorcostiraba,resbalabaysetambaleabaenundesesperadotirayafloja.

—No irán a...—susurró Jeffrey, cuando los primeros orcos de uno de los equipos tropezaron ytrataronfrenéticamentedealejarsedelbordedelfoso.

—Esporsusdioses—dijocontristezaMason,ydesviólamirada.Unotrasotro,losorcosderrotadossevieronarrastradosalasllamasycayeronalinteriordelfoso,

hastaqueloúnicoquequedóalotroladofueunacuerdaennegrecida.Alolejosseadivinabanotraspistas,enlasqueseestabandesarrollandodiferentesjuegos.Enlamás

cercanaseveíaunaespeciedecharcallenadeagua,enlaquevariosorcosencanoasegolpeabanunosaotrosconremos.Llevabanpiedrasatadasalostobillos,demodoquelosperdedoresquecayeranalaguase ahogarían sin remedio.Por si eso no fuera suficiente, en el agua abundaban los cocodrilos negros.Juntoaunadelascanoasvolcadas,elaguayasehabíateñidoderojo.

—Esejuegodeahísellamanaumaquiayesparahonraraldiosdelagua—susurróMason.—¿Y qué necesidad tenemos dematar orcos?—dijo Sylva, negando con la cabeza en un gesto a

mediocaminoentreelascoyelasombro—.Yanosestánhaciendotodoeltrabajo.Atravésdelasparedesdelacámaralesllegaronlosvítoresdelamultitud,yEbonydirigiódenuevo

lamiradahaciaeljuegodepelota.Unodelosequiposhabíaconseguidomarcaruntanto.Losorcosdelequipo ganador se dejaron caer al suelo de rodillas, en un gesto de agradecimiento, respirandoagitadamenteacausadelcansancio.Algunosseabrazaron,mientrasqueotrosselimitabanapermanecertendidos de espaldas en el suelo, llorando. La multitud rodeó de inmediato a los perdedores y, trasobligarlos a abandonar el terreno de juego, los condujeron hacia la plaza. Los orcos que seguían elespectáculo losazuzabanconhienassujetasacorreas; losanimales, llevadosporel instintodeatacar,tirabancontantafuerzaqueapuntoestabandeasfixiarse.

—Porlaformaenquesecomportanesospobresorcos,cualquieradiríaquehanperdidoalgomásqueunjuego—dijoVerity,pueslosperdedoresllorabanamargamentemientraslosconducíanalabasedelaescalinata—.Sevequenosontanduroscomoparece.

—Esquehanperdido algomásqueun juego—murmuróMason—.Ya lo verás.Ahora es cuandodescubrimossiesteañohayalgúnadepto.Esperemosque...

Se interrumpió de golpe, pues tanto el redoble de tambores como los gritos habían cesado. En lapiedradecristal,lamultitudyanoibadeunladoaotro.Losespectadoressesepararon,comounacortinamulticolor,cuandounacomitivaentróenlaplazaparadirigirsealziguratqueestabafrentealapirámide.

—Aquívienen—murmuróMason.Unamanadaderinocerontesllevabaenaltounaformidablelitera, tanvoluminosaquelosanimales

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inclinaban lacabezapara soportarelpeso.Seasemejabaaunaespeciedecarruaje sin ruedasy teníaformadecráneodeorco.Elexteriorestabapintadodecolororo,por loquecentelleaba intensamentebajo el sol abrasador. Era casi tan alta como el monolito sobre el que se encontraba Ebony, peroresultabaimposibleveralgoensuinterior,todoestabaenpenumbra.

Unpelotóndeorcos—losejemplaresmásgrandesqueFletcherhabíavistohastaelmomento—larodeaban.Lucíanpinturasdeguerra: rayas amarillas encaraypecho,ymanchas rojas enel restodelcuerpo.Cadaunodeellosllevabaunamacanayuncarcajalaespaldarepletodejabalinas.Unacorazadejadelescubríaelpecho,loscodosylasrodillas:eralaarmaduraceremonial,quedespedíadestellosverdesbajoelsol.

—Debendeser losguardaespaldasdelorcoalbino—susurróFletcher—.Seguroquevadentrodeesecarruaje.

—SiLovettenviaraaLysanderasacarlodeahí...—dijoCress,ylecogióunbrazoaFletcher.—Niseteocurrapensarlo—murmuróMason—.Sitodosestosorcosnotehanconvencido,miratras

ellos.Habíaotrogrupodeorcosenlaretaguardiadelacomitiva.Ibanataviadosconenormestocadosde

plumasdecoloreschillones.Portodavestimentallevabanjoyashechasdehuesoyuncinturóndecráneoshumanosquelestapabalaspartesíntimas.Lamayoríadeellospresentabanescarificacionesritualesenelcuerpoyenlacara,mientrasqueotrosllevabanunosarosgruesosenlanarizyenlasorejas.Sutétricoaspecto,sinembargo,noeraloquelosdiferenciabadelosdemás.

—Sonbrujos—dijoCressenunsusurro.Variosdemonioscaminabanjuntoalosorcos:erancriaturasmonstruosasdedistintaíndole.Fletcher

reconociósinproblemasaalgunasdeaquellascriaturas—Félidos,LicántroposyhastaunMinotauro—,peroaotrassólolasconocíaporloquehabíaleídosobreellosenVocans,ograciasalasilustracionesquehabíavistoeneldiariodeBaker.

LosmástemibleseranlosdosNanaues.ComolosFélidos,arrastrabanlospiesalcaminar,aligualquelosmonosdelajungla,peroahíterminabatodasemejanza.SeparecíanalostiburonestantocomolosMinotaurosalostoros.Poseíanunabocaenormerepletadedientesafilados,unagranaletaenloaltodellomoyunacolasibilantequelesservíadetimón.

—Nivelnueve—susurróJeffreymientrastrazabaconeldedoelperfildeaquellosdemonios—.Nomeimportaríadiseccionaraunadeestascriaturas.

TresOnisavanzabanpesadamentejuntoalosbrujos,aquienesseasemejabanenformaytamaño.Dehecho, Fletcher podría haberlos confundido con orcos de no ser por los gigantescos cuernos que lescrecíanenlafrenteyporsuposturaencorvada.Lapiel,desprovistadepelo,eradeuntonorojocarmín.Aquellascriaturas,quetratabanbrutalmentedeatacaralpúblicoconsussuperdesarrolladoscolmillos,teníanunairehumanoide,peroFletchersabíaqueposeíanmenosinteligenciaqueunvulgarÁcaro.

ElmayordetodoseraelFantauro,ungigantescoelefantededospatasquemedíacasi tresmetros:poseía unas orejas enormes, una formidable trompa y unos colmillos serrados tan largos como susmusculososbrazos.Variosdemoniosmáspequeñoscorreteabano revoloteabanen tornoa lospiesdelFantauro,peroestabandemasiadolejosparaqueFletcherpudierareconocerlos.

—Hastaahora,nadiehacapturadoaunFantauroparaaveriguarquéniveltiene,peroyodiríaqueesegranujadebedeserporlomenosunnivelveinte—especulóJeffrey.

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—Y eso que decían que los demonios de los orcos eranmás débiles—se estremeció Rory, queacercóaMalaquiparaquepudieraver—.Seguroquesequedanconlosdemoniosmásfuertesysólonosenvían a sus especímenes de nivel bajo. ¿Lohabéis pensado?Lamitad deHominumestá viendo estoahoramismo...Despuésdecontemplarestasimágenes...,¡elejércitosevaaquedarsinvoluntarios!

—Pueshablandodeltema,mejorsalimosahoramismitodeaquí,antesdequeentren—dijoMasonentredientes.Searrastróhacialaentradayasomólacabeza—.Nohaymorosenlacosta,demomento.

—HazqueEbonyseretireantesdequealgúnbrujoladetecte—leordenóMalikaVerity,ycogiósumochila—.Tenemosqueencontraralgúnsitioparaescondernosenlasprofundidadesdelapirámide.Lajunglanoessegurayestahabitacióntampoco.

—Estoydeacuerdo—dijoFletchermientrassacudíaaOthelloyaAtillaparaquesedespertaran—.PerodejaqueEbonysigafuera.Lanecesitamosparaverquéestáocurriendo.

Othellosedesperezóybostezó.Luego,alverlatabladecristalyeldesfilequeenellaaparecía,sequedódepiedra.

—¿Quémeheperdido?—gimió.

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39

Encuantoestuvierontodoslistos,descendieronhacia lapenumbra.Suspasosresonabandébilmenteentornoaellos.El fino rectángulode luzprocedentede laentrada trasera se fuehaciendocadavezmáspequeño a medida que se adentraban en las entrañas de la pirámide, hasta convertirse en un leveresplandor. Ignatius yTosk abrían lamarcha;Athena, por su parte, viajaba encaramada al hombro deFletcher,paraproporcionarlealmuchacholavisiónquenecesitabaenlaoscuridad.Caliban,LysanderySacharissacubríanlaretaguardiayvigilabanlaentradatrasera,atentosacualquiermovimiento.

Seoyóentoncesungolpesordoyunquejido.—¡Ay!—dijoSeraph.Fletchersediocuentadequeelmuchachosehabíadesplomadoenelsuelo,

delantedeél—.Aquíhayunapared.Ignatiuscompadecióalmuchachoylelamiólacara,loquesuscitóotroquejidodeSeraph.—Alamierda—dijoVerity,yencendióunaluzerrante—.Sihaydemoniosporaquí,nosoirán,da

igualquetengamosluzono.Deestaforma,almenoslosveremosvenir.Surgieronmás luces errantes, hasta que las paredes quedaron iluminadas por un etéreo resplandor

azul.Cuandolapenumbrasedisipó,FletchersediocuentadequeSeraphhabíachocadocontralaparedque estaba al final del corredor. Dos caminos idénticos, más estrechos y polvorientos, partían endireccionesopuestas.

—Tenemosquesepararnos—afirmóMalikmientrasenviabadosluceserrantesaloscorredores,quegirabanhaciaelcentrodelapirámideyseperdíandevista.

—Verity,Masonyyoiremoshacialaizquierdacontigo,Fletcher—murmuróMalik,adentrándoseenelcorredorquepartíaendireccióneste—.PenelopeyRufus,idaladerechaconelequipodeSeraph.

—¿Quién ha dichoquemandas tú?—gruñóOthello almismo tiempoque le pasaba un brazo a suhermanoporloshombros—.Yoprefieroquepermanezcamosjuntos.

—Sisomosrealistas,esdifícilqueencontremosunlugarenelquepodamosescondernostodosjuntos—dijo Malik, alzando ambas manos en un gesto que pretendía poner paz—. Es inevitable que nosseparemos.

—Malik tiene razón—dijo Fletcher—. Según elmapa, tiene que haber por aquí un pasadizo queconducealascavernas,¿noesasí,Mason?¿Sabesdóndeestá?

—Esloqueoícontarporahí—dijoMason,yserascólacabeza—.Peroesqueamínomedejabanentrar aquí, sólo podía estar en las cavernas. Sé que había un pasadizo que iba de las cavernas a lapirámide,peronosédedóndesale.

—Tenemosmás posibilidades de encontrarlo si nos separamos—dijo Seraph, y empujó a Atillahaciaelpasillodeladerecha—.Recordadqueelobjetivonoeslapirámide,sinolascavernasqueestándebajo.

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—Nosvemosalotro lado—dijoGenevieve.Después lanzóaAzuraalaireparaqueexploraraelterreno—.Vamos,Rory.

Sacharissa,obligadaairseconelgrupodeSeraph,lanzóungañidoyledioungolpecitoaFletcherenelarma.

—Lohemosconseguido,Arcturus—susurróFletcher.ElCánidolediouncariñosocabezazoenelpechoyluegosaliótrotandotrassuequipo.Cuando se disponía a seguir a Penelope por el otro pasillo, Rufus se detuvo un instante junto a

Fletcher.—Fletcher—dijoelnoble,aferrándolelamuñecaalmuchacho—.Sillegasalascavernasantesque

nosotros,salvaamimadre.Porfavor.—Harétodoloqueestéenmimano—respondióFletcher,aunquerehuyólamiradadesuamigo.ConelcorazónpensabaenladyCavendish,peroensumente,laverdaderaamenazaeranloshuevos

detrasgo.CadahuevodestruidoerauntrasgomenosquepodíainvadirHominum.—Gracias—dijoRufus—,estarésiempreendeudacontigo.Yluego,trasecharacorrerenposdelosdemás,desapareció.JustocuandoFletchersedisponíaaavanzar,seestampócontralapared.Caliban,encorvadoparano

rascareltechoconloscuernos,acababadeapartarlodeunempujónparapasar.—Parece que Rook no te echa mucho de menos—dijo Othello, que le guiñó un ojo y siguió al

demonio.Elsiguientepasadizoeratanlargocomoelúltimocorredor,peroterminabadeformamenosabrupta.

Trasunoscuantosminutoscaminando,elpasadizoseensanchabaparadesembocarenunaantecámaratanampliacomolasaladeinvocacionesdeVocans.

Lomásraro,sinembargo,eraquelasalaestaballenadesacos.Algunosdeellossehabíanrotoysehabíanesparcidoportodaspartespétalosamarillosreciénrecogidos.Lospétalosyacíansobrelagruesacapadepolvoquecubríaelsuelodelasala,alteradasóloenlospuntospordondehabíapasadoquienfueraquehabíatrasladadolossacoshastaallí.

—¿Quéesestesitio?—preguntóOthello.El enano lanzóvarias luces erranteshacia los rinconesde la sala, demaneraque toda la estancia

quedara iluminada. Gracias a las luces, pudieron ver los jeroglíficos y las escenas de las paredes,pintadasentonosdesvaídos.

—¿Sabesleertodoesto?—lepreguntóFletcheraJeffrey,queyaestabamuyatareadocopiandoensucuadernotodoloqueveía.

—No—murmurómientras pasaba los dedos por los símbolos—. Creo que ni siquiera los orcospuedenleerlo,porquetodoestoesmuyantiguo.Deunaculturavariosmileniosanterioralasuya.

—¿Estásdiciendoquenofueronlosorcoslosqueconstruyeronestelugar?—dijoVerity,sinapartarlamiradadesutabla.

—Notengoniidea—dijoJeffrey,quellenabapáginasymáspáginasdegarabatos—.Enlasparedestambiénaparecendibujosdeorcos,asíquemeinclinoapensarquesí,peroestosjeroglíficosestánenunalenguacompletamentedistinta.Fueracualfueralacivilizaciónqueconstruyóestelugar,seextinguióhacemuchísimotiempo.Esoexplicaríaladiferenciadetamañoyestiloarquitectónicodelosziguratsquerodeanlapirámide.Nomeextrañaqueseatanimportanteparalosorcos.Meapuestoalgoaquecreen

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quetodoestoloconstruyeronsusantepasadosdioses.Fletcherestudiólosjeroglíficosqueteníamáscerca.Lossímbolosrepresentabanplantasyanimales

delajungla,enunaespeciedealfabetobasadoenelmundonatural.Noseparecíanalasrunasdelosorcos que había visto en el pergamino de invocación de Ignatius, que consistían en puntos y líneasirregulares.

Eraimposibledescifrarelsignificado,demodoqueFletcherseconcentróenlossacosdepétalosqueteníaa lospies.Tras lasadvertenciasdeJeffreysobre lasplantasde la jungla,evitó tocarlas,peroalolerlasdescubrióquedesprendíanunaromasimilaraldeltabaco,aunqueconunmatizdealcohol.Quéhacíanaquellospétalosenelinteriordelapirámide,sinembargo,erauncompletomisterio.

—Chicos,serámejorqueveáisesto—dijoVerity,yapartólamiradadesupiedradecristal,conlosojosmuyabiertos—.Hanllegadoalapirámide.

Y así era. A través de la tabla, vieron a los rinocerontes arrodillados ante la gran escalinata. Elpalanquínen formadecráneoestabaapoyadoenel suelo.Fletcher sedio cuentadeque los tamboreshabían empezado a sonar denuevo: incluso allí dentro, en el corazónde la pirámide, se oía el sordorumor,comosiaquelantiguoedificiotuvierasupropiopulso.

FueentoncescuandoFletcherlovio.Elorcoalbinoacababadesalirdesupalanquínyestabaenlosescalones. Su cuerpo era una simetría perfecta de poder y fuerza atlética.Al verlo, lamultitud rugióenloquecida.Losorcosempezaronadarpatadashastaquesufervorhizotemblarelsuelo.

Eraciertoqueelorcoalbinosuperabaenestaturaalosdemás,puesdebíademedirporlomenosdosmetrosymedio.Portodavestimentallevabaunasencillafalda,perosehabíauntadodeaceitelablancapielparaquerelucieracomoelmarfilpulido.Encomparaciónconlaplétoradepeinadosquelucíanlosdemásorcosasualrededor,elorcoalbinollevabalamelenagriscenizasueltasobreloshombros.Teníael pelo largo y grueso, como Sylva. Era menos corpulento que los demás orcos y su largo cuerpomusculosoparecíamásdotadoparalavelocidadqueparalafuerzabruta.

Alzólosbrazos,enungestodeagradecimientoantelosvítoresdelamultitud.Mientrasasentíaconlacabezaysonreía,mostrandosus temiblescolmillos,empezóasubir losescalonesconpasoeleganteycontrolado, como si fuera un bailarín. Dos brujos, cuyos Nanaues correteaban entusiasmados por laescalinata,loacompañaban.

Antes de llegar a lo alto, los rugidos de lamultitud se transformaron en un cántico, en una únicapalabraqueserepetíaunayotravezylesllegabaamortiguadaporlosmurosdelapirámide.Losorcosquetocabanlostamboresmarcabanelcompásdelmantra,redoblandolosesfuerzosparaseguirelritmodelamultitud.

—¿Quéesloquedicen,Verity?—preguntóFletcher,tratandodecomprenderlapalabra.—Khan—dijoVerity,queescuchabamuyconcentrada,conlosojoscerrados—.SuenacomoKhan.—Essunombre—dijoMason,conunestremecimiento—.Asíescomolollaman.Para entonces, los tres orcos ya habían llegado a lo alto de la escalinata. Fletcher vio queKhan

sacabauncuchilloserradodeobsidianadelafundaquellevabasujetaalacintura.Lamultitudenloquecióenesemomentoy,llevadaporunfanáticofervor,empezóaaullaryagritar.

Sólo los orcos azules que habían perdido el juego de pelota, arrodillados al pie de la escalinata,guardaronsilencio.Y,entonces,uno trasotrofueronempujadoshacia laescalinatae iniciaronel largoascenso.

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—Estoesmuyraro—murmuróCress—.Ahíarribanohaynada.¿Quéhacen?—Yaloverás—dijoMasonentonosiniestro,ysealejódelosmuchachosarrastrandolospies—.

Peroyoprefieronomirarsinoosimporta.El primer orco azul llegó en ese momento a la cumbre plana de la pirámide. Aunque Ebony se

encontrabamuyporencimadelorco,Fletchersefijóenquealacriaturaletemblabanlasmanos.SiguióavanzandohastaqueKhan loarrojódeunempujónsobreel altar.Elorcopermanecióallí, abiertodebrazosypiernas,mientraselorcoalbinoalzabaelcuchillo.Fletcherapartólamiradajustoatiempo.

AVerityleentraronarcadasylepasólatablaaSylva.Luegosealejócorriendohaciaunrincónparavomitar. Los demás siguieron mirando, horrorizados. Sólo Jeffrey se había ahorrado la escena, puesestabatanfascinadoporlosgrabadosdelaparedquenisiquierahabíaprestadoatenciónalatabla.

—Sacrificiosenhonordelosantiguosdioses,losdiosesolvidados—murmuróMason—.Losorcosles tienenmiedo,creenqueviveneneste templo.Lesofrecenmuchasangre,másqueacualquierotrodios.

Lanzaronelcadáverdelorcoazulescalerasabajoypasórodando juntoa lasotrasvíctimas,hastallegar a la multitud. Los espectadores aullaron de nuevo y se pelearon por el cuerpo, que luegolevantaron por encima de sus cabezas y se lo fueron pasando hacia atrás, en una especie demacabracelebración.

Otra víctima yacía en ese momento en el altar de los sacrificios, respirando agitadamente. Khansujetópor el tobillo al orco agonizante, cuyo cuerpo aún temblaba.De la enormeheridadel pecho lebrotabasangrequecaíasobreelaltar.

Enel interiorde lapirámide, loschicospermanecieron inmóviles, contemplandoconuna siniestrafascinaciónlasangrequeibagoteando.HastaqueJeffreyhabló.

—Chicos,nooslovaisacreer.

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40

Contemplaronfijamente laparedqueJeffreyestabaseñalando, incapacesdecreer loqueveían.Malikapagólasluceserrantesmáscercanasylassustituyóporunaboladefuego,demaneraqueelazuldelaslucesnotiñeralosdesvaídoscoloresdelaspinturas.

Un orco blanco, la viva imagen de Khan, aparecía representado en la pared. Tras él se veíanguerrerosorcos,pintadosde rojoy amarillo como losguardaespaldasquehabíanvisto enel exterior.Pero lomás sorprendente eran los humanos que estaban en el otro extremo de la pintura. Los habíanrepresentado toscamente, pero los rasgos y los cuerpos eran inconfundibles. Una figura, colocada enposiciónidénticaaladelorcoalbino,loslideraba.

—Cadamilaños—murmuróFletcher—.Esoes loquedebendedecir los jeroglíficos.UnMesíasenviadoparaderrotaralahumanidad.Esoes,porlomenos,loquemecontóenunaocasiónunancianosoldado.

—Yocreomásbienqueesunamutaciónnaturalquesedaentodaslasespecies...—dijoMalikentredientes—.Puedeserquelosorcosalbinosseanmásaltosytenganunpoderdeinvocaciónmayorquelosotros,loquelosconvertiríaenlíderesnaturales.Elrestoespurasupersticiónynadamás.

—Sea como sea, eso no es lo más extraño —dijo Sylva, contemplando a los demás como siestuvieranciegos—.Sonloshumanos.Nodeberíanaparecerenestosdibujos.

—¿Porquéno?—preguntóCress.—Porque los humanos llegaron aquí hace dosmil años, cuando vuestros antepasados cruzaron el

desiertodeAkhad—lesexplicóSylva—.Estapirámideseconstruyómuchoantesdequeloshumanospusieranlospiesenestastierras.Existentextosélficosdecincomilañosdeantigüedadqueyahablandeestesitio.

—Pueshayalgomás—dijoJeffrey,quelimpiabaconlamanounacapadepolvo.Lasiluetadeundemonioaparecióentoncesentreorcosyhumanos.Lacapadepinturaquelacubría

sehabíadesprendidohacíayamuchotiempo.—UnaSalamandra—jadeóFletcher.Ignatiusgorjeó,entusiasmado,yrascóconlagarralapartebajadelapared.Justoencimade su imagen,aparecíandosescenasgrabadas.Enunadeellas, losorcos sealzaban

victoriosos entre los cuerpos ensangrentados de los humanos; en la otra, los humanos eran losvencedores.

FletcherrecordóelsueñoquehabíatenidoalperfundirporprimeravezaIgnatius.Graciasaaquelsueño,sabíaqueelpergaminodeinvocacióndeIgnatiusestabadestinado,enunprimermomento,aunorcoalbino,unosmilañosatrás.Talvez losorcosquehabíandibujadoaquellas imágenes lohubieranhechoconla intenciónderecrearaquellaprofecía.Loquesíresultabaobvioenesemomentoeraque,

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segúnlosgrabadosyelsueñodesuprimeraperfusión,losorcoscreíanqueunaSalamandraeralaclavedesuvictoria...odesuderrota.

—Tenemos que copiar esos dibujos —dijo Fletcher señalando la pared—. Tal vez podamostraducirlosmástarde.

—Yalohehecho—afirmóJeffrey,mostrándoleaFletchersucuadernodebocetos.—Chicos—dijoSylva,quesosteníalatablaenalto—.Serámejorquenospongamosenmarcha.Los

sacrificioshanterminadoyKhansedirigeahorahacialaentradaposterior.Loacompañanunoscuantosbrujosyungrupodeorcosjóvenes.Debendeseradeptos.

—Maldita sea —gruñó Malik—. Aquí no tenemos dónde escondernos. Será mejor que nosmarchemos.Seguidme.

Apagósuboladefuegoyechóacorrerhaciaelotroextremodelaantecámara,pordondecontinuabaelpasadizo.AFletcheryalosdemásnolesquedómásremedioqueseguirlo.

—Creo que ya hemos esperado lo suficiente—susurró Othello, tratando sin éxito de ocultar unasonrisa—.ElequipodeIsadorahaperdidosuoportunidad.

Siguieroncorriendohastaqueelpasillosebifurcódenuevo.Noteníantiempodeponerseadiscutirhaciadóndeibacadacualy,conlasprisas,FletcheracabótomandoelpasillodeladerechaconOthello,SylvayLysander.Estavez,elcaminoascendíabruscamente,comosisedirigieranalpuntocentraldelapirámide.

—Eh—jadeóFletcher,entreelatronadorruidodepasosquellenabaelpasillo—.NoshemosdejadoaCressyaJeffrey.

—Ya los encontraremos más tarde —respondió Sylva, que alumbraba el camino con la puntailuminadadeundedo—.Losorcosllegaránencualquiermom...

Interrumpió de golpe la frase, pues el pasadizo terminaba abruptamente en aquel punto ydesembocabaenunasala inmensa.El techoeraunaespeciedebóveda formadaporenormesvigasdemetaloxidado,delascualesdescendíaninnumerablestuberíasqueseperdíanenlasparedes.

Alrededor de la plataforma en la que se hallaban se abría un foso, tan profundo y oscuro que nisiquieraseveíaelfondo.Enmediodelfososeveíaunpedestal,conunpentáculograbadoy,enelcentromismodelpentáculo,unagujerocuyaprofundidadFletchernoalcanzabaaver.Laúnicamaneradellegarhastaallíerautilizarunode loscuatropuentesdepiedraque,desde lascuatroentradasde lasala, seentrecruzabanentreellos.

—¿Dóndenaricesnosvamosaesconder?—preguntóOthello,echandounrápidovistazoalasala—.¡Aquínohaynada!

—Mirad.Unaescalera—dijoSylva,señalandoelpedestal.Elpedestalseapoyabaenunaanchacolumnadelasmismasdimensiones.Entornoalacolumna,se

veíauna toscaescalera tallada.Lapiedra teníauna tonalidadmuyblanca,comosi lahubieran talladorecientemente.

Fletcherlanzóunaluzerrantequefuedescendiendoenespiralhacialasprofundidadesdelfoso.Eramuyprofundo:debíademedir,porlomenos,lamitaddeloquemedíadealtolapirámide.Alfondo,sinembargo,Fletcheracertóaveruntúnelqueseadentrabaenlatierra.

Lomásextrañode todoeraque,enunaespeciedezanjacavadaalrededorde labasedelpilar,seapilabaunanidadadevarioscentenaresdehuevos.Eranesféricos,deuntonoverdebotella.Teníanel

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tamañoyelaspectodenaranjasaúnverdes.—Deben de ser huevos de duendecillo—dijo Fletcher, recordando los que ya habían visto en la

Madriguera—.Loshuevosdetrasgotienenquesermuchomásgrandes,porqueMasondijoquecuandoeclosionanlostrasgosyasonadultoscompletamenteformados.

—No me atrevo ni a pensar qué hacen esos huevos ahí—dijo Othello—, pero me temo que loaveriguaremosenseguida...Esetúneleselúnicolugarenelquepodemosescondernos.Talvezinclusonosllevealascavernas.

—Quién sabe adónde lleva —dijo Fletcher atisbando las profundidades—. Imagino que es ahíadondesedirigenKhanysusbrujos,haciaesaescalera.Siesuncallejónsinsalida,nosquedaremoslostresatrapadoscon...¿cuántosorcos?

—Diez—dijoSylvamientrascontabalosbrujosylosadeptosqueaparecíanenlatabladeVerity—.Han perfundido a los demonios. Será mejor que nos demos prisa..., ahora mismo están cruzando laentradatrasera.

Fletcherseestrujóelcerebro.Podíanutilizaralgunode losotrospasillosquedesembocabanenlasala,peronosabíanporcuáldeellos llegarían losbrujos.Podíanbajarpor laescalera...Una ideaseempezóaformarensumente.

—Lysander, ¿podrías subirnos volando hasta esas vigas? —le dijo Fletcher al Grifo mientrascontemplabaeltechoabovedado—.Sonlobastanteanchasparaquepodamosescondernos.

Lysandergraznó,amododerespuesta,yluegoleguiñóunojoaFletcher,confirmandoasíqueeralacapitana Lovett la que estaba almando. Fletcher le devolvió una sonrisa: el apoyo de la capitana loreafirmóensudecisión.

—¿Estás seguro?—preguntóOthello, que también estaba contemplando las vigas—. Parecenmásoxidadasqueelcubodeunpescador.

—Oeso,onosarriesgamosabajaralascavernas—respondióFletcher.Se colocó a Ignatius sobre el hombro y luego trepó a lomos de Lysander. Othello y Sylva se

apretujaron trasél.Fletchernotó lasmanosdeSylvaalrededordesucinturayseagarróconfuerzaalcuello de Lysander. Sin silla de montar, Fletcher estaba sentado sobre los músculos del lomo de lapoderosa bestia, que se movían sin descanso. Las plumas, debajo de los pantalones del muchacho,resultabanmuyresbaladizas.

Fletcherabriólabocaparadarlaorden,peroantesdequetuvieraoportunidaddehacerlo,Lysanderbatió poderosamente las alas y se lanzó en picado desde el puente. Durante un aterrador momentocayeron como una piedra, pero a Fletcher enseguida le dio un vuelco el estómago cuando Lysanderremontóelvueloytrazóunarcoqueloscatapultóhastalasvigas.

Lysander sedeslizó sobre lasgarrasa lo largodeunade lasanchasvigas,hastadetenerseconunchirridosobreelmetaloxidado.Fletcherdedicóunosinstantesarecuperarelalientoyaserenarse,conelrostrohundidoaúnenlassedosasplumasdelcuellodelGrifo.Luegonotóquesusamigosyahabíandesmontadoysiguiósuejemplo,tratandodeapoyarlospiesenelcentromismodelaviga.

Desdeaquelpunto,veíaconbastanteclaridadloshuevosquesehallabanalfondodelfoso,asícomolaplataformademásabajo.Teníajustoalladodelacabezalamayordelastuberías,encuyointeriorseescuchabaelchapoteodealgúnlíquido.Seestremecióyextinguiólasluceserrantes,conloquelasalaquedósumidaenlamáscompletaoscuridad.Nopodíahabersidomásoportuno,puesdeinmediatovioel

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resplandordeunaluzqueseacercabaporlamismaentradaqueelloshabíanutilizado.Y,unsegundodespués,conunachisporroteanteantorchaen lamano,Khanaparecióen lasala.De

cerca,suestaturaaúndestacabamásencomparaciónconlosbrujosqueloseguían.Teníalafrentemenospronunciadayloscolmillosalgomáscortosqueelrestodelosorcos,peroenopinióndeFletchernoeraesoloquemásllamabalaatenciónenél.Eraeldemonioquellevabaencaramadoalhombro,queenesemomentoescudriñabalasalaconsusambarinosojos.

KhanteníaunaSalamandra.

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LaSalamandraeranegracomolanocheyeldobledegrandequeIgnatius.Inclusoteníaunaspequeñasalas en la espalda, allí donde Ignatius tenía los omóplatos. A pesar de aquellas anomalías, eraindiscutiblementeunaSalamandra,ajuzgarporlaafiladapuntadelacolayporelpicosindientesenqueculminabaelhocico.

Ignatiusera,alparecer,delamismaopinión,puesgorjeóenvozbajaalveraaqueldemonioquesepavoneabasobreelhombrodeKhan.Fletcherlohizocallarconelpensamientoysededicóaobservaralacomitivadebrujosqueenesemomentoseguíaalorcoalbinoporelpuente.Unodeellosllevabaunsacodepétalosamarilloscomolosquehabíanvistoenlaantecámara.

Ninguno de los brujos iba acompañado de su demonio, ni tampoco parecían llevar los cueros deinvocación,peroinclusodesdelasvigas,Fletchersediocuentadequetodosellosteníanpentáculosyotrossímbolostatuadosenlasmanos,igualqueél.Tambiénlosnuevosadeptoslucíantatuajes,aunquevariosdeellossesujetabanlasmanosconmuchocuidado,comosilostatuajesfueranrecientes.

De cerca, Fletcher pudo comprobar que aquellos adeptos eranmás pequeños que los otros orcos.Teníanloscolmillospocodesarrolladosyapenaslessobresalíandellabioinferior.Nollevabanmásqueunasfaldashechasdepaja,peroleshabíanpintadoelcuerpoconunaespeciedepolvoblanco,talvezparaemularlapieldelorcoalbino.

KhangritóalgoenesemomentoyFletcherdiounrespingo.Pronuncióunaseriedeórdenesconvozguturalmientrasseñalabalascincopuntasdelpentáculo.Losbrujosquelohabíanacompañadoocuparonsuspuestos,ylosadeptossearrodillarontrasélyobservaronatentamente.

Siguieronmásórdenesenlalenguadelosorcosy,almismotiempo,losbrujosempezaronagrabarcomplejos símbolos que se entrecruzaban en el aire, por encima de la estrella. Era un espectáculofascinante. Por algún motivo, Fletcher siempre había imaginado a los brujos orcos como toscoshechicerosincapacesdecontrolarnadaquenofueraundemoniodelmásbajonivel.

Se recordóasímismoque losorcos llevaban invocandomuchomás tiempoque loshumanosy, sibiennoseatrevíaainsinuarletalideaaSylva,posiblementemuchomástiempoqueloselfos.

Khanaullóotraordencuandolosbrujosdejarondegrabar.Unextrañoanillodedoblehéliceflotabaenel aire,por encimadelpentáculo.Losbrujos, con lasmanos iluminadasdeazul, enviabanmanaalsímbolo.Elanilloseconvirtiócasienseguidaenundiscoazulquegirabamuyrápido,tantoqueFletcherapenaspodíaseguirloconlamirada.

Losbrujosorcosempezaronaaullaryacantar,alzandolavozporencimadelrugidoqueemitíaelconjuro.Cuandolasvocesalcanzaronelpuntoculminante,Khansearrodillóenelsueloypulsóunbotónquesehallabaenlaplataforma.Elbotónsehundióenlapiedray,deinmediato,unpoderosoestruendoresonóportodalapirámide.Eneltecho,justoporencimadesucabeza,Fletcheroyóchirridosyruidos

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metálicosprocedentesdealgúnmecanismo.Khanlevantóuninstantelamirada,endirecciónalruido,yFletcher se agazapó rápidamente tras laviga, conel corazóndesbocadoenelpechocomosi fueraunpajarilloenjaulado.

Aloírdenuevoel chapoteodealgo líquidoenel interiorde la tuberíaque tenía justoal lado, lacuriosidadpudomásqueélyseatrevióamirardenuevo.Yloquedescubriólerevolvióelestómago.

Delatuberíasalíasangrequeibaapararalagujeroque,palpitandocomounaarteriaseccionada,seabríaenelcentrodelpentáculo.Cuandoellíquidoatravesabaelconjuro,espumabaysiseaba,yadquiríaunaconsistenciaviscosayunatonalidadmuypróximaalnegro.Másabajo,ellíquidorezumabadeunosagujeros practicados en la basedel pilar y caía a la zanja, donde se solidificabay cuajaba sobre loshuevosdeduendecillo.Justoentonces,loshuevosempezaronapalpitar,alatiramedidaqueaumentabandetamañohastallenarlazanjaporcompleto.

Fletcher oyó tras él unamaldición pronunciada en voz baja y supo que no era el único que habíapresenciadoelespectáculo.Lasangrequebrotabadelatuberíasehabíareducidoaunsimplegoteo.Elconjuro tembló en el aireydesapareciómientras losbrujos, exhaustos, sederrumbaban.Fletcher, queseguíacontemplandoaquel siniestro ritual,notó lasmanospegajosasde sudor.Lasangrede losorcosazulestenía,pues,unafinalidad.

Khangruñóparaexpresarsuaprobacióny,trasintroducirunamanoenlabolsaquellevabasujetaalacintura,leofrecióuntrozodecarneasuSalamandra.Eldemonioloengullóávidamenteyselotragóendosbocados, acompañadosdeunmovimientode la cabezaque, porunmomento, le dio el airedeunpájaro.

Elorco albinogruñóotraordeny los adeptos se apresuraron aponerse en fila tras él, para luegodesplegarseporelpuente.CadaunodeelloscogióunoscuantospétalosdelsacoeinclusoKhansehizocon un puñado. Todos a la vez se llevaron los pétalos a la boca, los masticaron y se los tragaronruidosamente.Losorcos jóveneshicieronmuecas,asqueadosporel sabor,yunodeellos incluso tuvoarcadasantesdeconseguirengullirlosconlaayudadeuntragodeaguadelacalabazaquellevabasujetaalacadera.

Fletcher sepreguntó si seríaunaespeciededrogaodevenenoque lesadormecíael cuerpoo lesembotaba los sentidos. De hecho, los orcos jóvenes se tambaleaban, aunque Fletcher no sabía si eradebidoalmiedooalefectodelosestimulantes.

Trasunapausa,Khanhablódenuevoysusbruscaspalabrashicieronquelosbrujossearrodillaran.Inclinaronlacabezaenungestodeferente,evitandomiraraKhanalosojos.Unoauno,fueronmojandolosdedosen la sangredelpentáculo, conunamanoen la estrellamismay laotra en lapuntaque lescorrespondía.

—¡Lasclavesdelosorcos!—susurróSylva,aunquelobastantealtocomoparaqueFletcherlaoyera.Almuchacholediounvuelcoelcorazónytuvoquetaparselabocaparacontenerunaexclamación.

Lascoordenadasdelapartedeléterdelosorcosestabanallímismo:elsecretomejorguardadoacababadeserreveladoanteelmundoentero.Fletchernisiquierasehabíadadocuentahastaquelosgrabadossehabíanllenadodesangre.

FletcherlehizogestosaLysander,demaneraexagerada,hastaqueconsiguiócaptarlaatencióndelGrifo.Indicóhaciaabajo,imitandolossímboloscongestos,yelGrifoseasomótodoloquepudo,nosinriesgo,paraobtenerlamejorperspectivaposibledelaescenaqueseestabadesarrollandomásabajo.

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Fletchersupoque,enesemomento,eranmuchoslosqueportodoHominumcopiabancuidadosamenteaquellos símbolos. Si sumisión fracasaba, no habría sido en vano.Habían conseguido algo a lo queHominumhabíarenunciadomuchotiempoatrás.

Conlascoordenadasdelapartedeléterdelosorcos,loshechicerosdeHominumtendríanaccesoaunecosistemacompletamentedistinto,enelquepodríancapturarnuevosdemonios,hechoquedecantaríairremediablementelaguerraasufavor.YlohabíaconseguidoelequipodeFletcher.

Lossímbolosencuestiónempezaronadespedirun resplandorazul, lomismoqueelpentáculo.Lasangreque los llenabasiseóyborboteóal recibirelmana.Casienseguida,una resplandecienteesferaazulsefueabriendoenelaire,sindejardegirar:eraunportalaléterdeenormesdimensiones,muchomayoresquelasdecualquierotroportalqueFletcherhubieravistoantes.Mientrasloobservabagirar,unaespeciedelatidosordollenólasala,disminuyendoyaumentandoconcadagirodelaesfera.

Khandiounpasoalfrente,escupiendopulpaamarillaysujetandolaantorchaenalto,hastasituarseapocos centímetros del portal. Frunció el ceño y, con sus ojos rojos, fue observando uno a uno a losadeptos.Luego,sinvacilarniuninstante,desaparecióalotroladodelportal.

FletcheroyóaSylvacontenerunaexclamacióncuando,unoauno,losjóvenesadeptoslosiguieron,desapareciendo así en otro plano de la existencia. Los brujos que quedaban siguieron entonando suscánticosenvozbajamientrasenviabanunflujoconstantedefilamentosdeluzazulhacialossangrientoscanalesdelpentáculo.

Desde la oscuridad del techo, Fletcher observó con incredulidadmientras iban transcurriendo losminutos.Leshabíanenseñadoqueelairedelétereravenenoso,quepodíacausarparálisiseinclusolamuerte.Loshechiceros teníanqueentrar conun trajehermético.A la capitanaLovett sólo se lehabíaresquebrajado el visor cuando había entrado en el éter, dos años atrás, pero eso había bastado paradejarlaparalizadadecinturahaciaabajo.

Los segundos fueron transcurriendoconuna lentitudexasperante.En la escenaque sedesarrollabamás abajo, el único cambio fue la fina capa de sudor que poco a poco se había ido formando en laespaldadelosbrujos.Enloalto,elequiposeguíaocultoensilencio,sinatreversecasiarespirar.

FletcherobservóaSylva,quetratabadecontenerunestornudo.Setapólanarizcondosdedosyselellenaronlosojosdelágrimas.AFletcherlediounvuelcoelcorazóncuandoalaelfinaletemblaronloshombrosporelesfuerzodetragarseelestornudo.

Había transcurrido prácticamente media hora cuando el orco blanco salió del portal, con laSalamandraencaramadaalhombro.Losadeptos salieronun segundomás tarde, atropellándoseunosaotroscomosituvieranmuchaprisa.Elorcoblancoseechóareíralverlosapelotonarsetrassusmaestrosbrujos.

Encuantohubosalidoelúltimoadepto,losbrujosdejaronqueelportalsecerrara,ylasalasesumióen una profunda oscuridad. La única luz procedía de la antorcha de Khan, que al parecer habíasobrevividoasuviajealéter.

Trasladrarunaúltimaorden,Khancondujoalosotrosorcosatravésdelpentáculohaciaelpasadizoopuesto.Exhaustos,losbrujossetambalearontrasél,jadeandoporelesfuerzo.

Fletcher y los demás permanecieron en silencio incluso cuando la sala se quedó completamente aoscuras,puesnosabíansilosorcosregresaríanono.Sólocuandolosvítoresdelamultituddelexteriorsefiltraronentrelasparedesdepiedralesparecióseguromoverse.

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—¿Quénariceshasidotodoeso?—gruñóOthello,ysearrastróhaciaFletcherySylva—.¿Losorcossoninmunesalvenenodeléter?

—Esoparece—susurróSylva.Lanzóunaluzerrantehaciaelespaciovacío,pordebajodelasvigas—.Peroahoratenemossusclaves...Yelequipoquelohaconseguidoeselnuestro:unenano,unaelfinayunhumano.

Estabaresplandecientedeorgullo.Poruninstante,Fletchertuvolasensacióndequelasonrisadelaelfina era mucho más brillante que la más luminosa de las luces errantes, de modo que se permitiódisfrutarmomentáneamentede laalegríaque leproducíaaquel logro.Lasclavesde losorcossiemprehabían permanecido celosamente guardadas, hasta el punto de que descubrirlas ni siquiera era unobjetivodesumisión.Portanto,elequipodeFletcherhabíasuperadosobradamentelasexpectativas.

Alolargodelossiguientesminutos,Lysanderlosfuebajandounoauno,hastaquetodossereunieronenlaplataforma.

—Fíjatebienencadaunadelasclaves,Lysander—dijoFletcher,señalandolossímbolosllenosdesangredelsuelo.

Echóunvistazoporelbordede laplataformay lanzóuna luzerrantehastael fondodel foso.Loshuevosseguíanallí,perohabíancrecidohastaalcanzaruntamañoparecidoaldelosbarrilesdecerveza.Latíanyvibrabancomosi estuvieranvivosy lacáscaragelatinosaestabacubiertaporunamucosidadresbaladiza.

Othello se acuclillópara examinar elpentáculo.En losgrabados se advertíanaún residuosnegrosendurecidos,quehumeabanporelmanaquehabíaatravesadoelpentáculo.Elenanoarrugólanarizysepusodenuevoenpie,apoyándoseenunaprotuberanciacercanadelaroca.

Seoyóunchapoteoporencimadelpentáculoy,allevantarlavista,Othellorecibiólassalpicadurasdesangreprocedentesdelastuberías.

—¡Estoesincreíble!—gritó.Seapartóaunladoyselimpiófrenéticamentelacaraconlamanga.—Materia orgánica para los pentáculos—dijo Sylva. Se acuclilló y lo examinó. De las tuberías

seguía goteando sangre que se acumulaba en las líneas del pentáculo—. Como nuestros cueros deinvocaciónylamanodeFletcher.Tienequehaberunatuberíaquebajadesdeelfondodelaltar.

—Nomedigas—leespetóOthello,entonosarcástico,mientrasseechabaelaguadesupetacaenlasmejillas.

Fletchernopudoevitarreírsedelpobreenano.Lasalalesparecíaahoradistinta:eramucholoquehabíandescubiertoy,sinembargo,quedabantantaspreguntassinrespuesta...

—Bueno, ¿qué creéis que ha sido eso? ¿Una especie de ceremonia de iniciación para orcosaprendices?—dijoSylvarodeandoelpentáculo—.¿Suprimercontactoconeléter,talvez?

—Probablemente—suspiróOthello—.Bueno,ahorayasabemoscómosehacenloshuevosdetrasgo.—Sí,medianteunespantosoconjuroquemezclasangredeorcoconhuevosdeduendecillo—gruñó

Fletcher.Adelantó la punta del pie para tantear el primer escalón del foso y sintió un poco de vértigo al

contemplarlaescaleraquedescendíaenespiralentornoalpilarenelqueseapoyabalaplataforma.—Yyaquehablamosdeeso...,serámejorquebajemosparaveraquénosenfrentamos.Elescalónleparecióbastantefirme,demodoquesiguióbajandohastaquelacabezalequedóala

alturadelaplataforma.

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—Antesdebajar,¿nodeberíamosirenbuscadelosdemás?—propusoOthello,quecontemplabalaescaleraconciertotemor.

—Si hay una entrada a las cavernas de los trasgos, tiene que ser ésta. Los demás no tardarán enllegar: sus padrinos habrán visto a través de la piedra de cristal de Lysander que el camino estádespejadoylosguiaránhastanosotrosconsusdemonios.

Fletcher siguió descendiendo, sin dejar de apoyar los dedos en la tosca roca, como si pudieraagarrarseaellaparaimpedirlalargacaídahastaelsuelo.Losmurosdepiedraparecíancerrarsesobreély,porunmomento, recordó la escalerapor laqueDidric lohabíaconducidocuandosedirigíanaltribunal.Elmiedosehabíaapoderadodeély loempapabadeunfríosudor.Allí,en laescalera,eranmuyvulnerables:noteníandóndeescondersesiaparecíaalgúnenemigoabajo...oarriba.

Loúnicoqueloanimabaensudescensohacialasentrañasdelabestiaeraelreconfortantecalordelapiel de Ignatius en la nuca. La zanja que rodeaba la base de la escalera estaba repleta de huevos,cubiertosporunapegajosacapadesangrecoagulada.AFletchernolequedómásremedioqueabrirsepasoentreellos,asqueado.Cuandollegóalotroladoysaliódelazanja,teníalospantalonesempapadosdeaquellasustanciaviscosa.

SylvayOthellofueronmáslistosysaltarondesdelosescalones,porloqueapenasrozaronconlospieselbordedeaquellazanja,quemásbienparecíauna trinchera.LysanderplaneósinproblemasyaFletcherseleocurrióentoncesquepodíanhaberutilizadoalGrifoparabajar.Mientraselmuchachoseservíadelfilodelaespadaparadesprendersedeaquellainmundagelatina,fueOthelloquienseechóareír.

—Parece que añaden unos cuantos centenares de huevos a sus reservas cada vez que celebran laceremonia—dijoSylva—.Mepreguntoporquénohemossabidonadadeestostrasgoshastaesteaño.Esevidentequehanestadopreparandounejército...

Cogiósufalceylaclavóenelcentrodelhuevomáscercano.Unchorrodefluidoopacobrotódelinterior y el óvulo verde se deshinchó hasta quedar como un saco arrugado. El hedor era asqueroso,similaraldeunacloacainmunda.

—Ah, muchas gracias—dijo Othello apartándose del saco vacío—. Ahora no sólo tenemos queesperar,sinotambiénrespirareseolorasqueroso.

Sylvahizoungestodeimpaciencia.—Bueno,cómoibaasaberyoque...Enesemomento, la saetadeunaballesta le atravesóelhombroaFletcher.Elmuchacho sequedó

mirandoelemplumadoazulquelesobresalíadelcuerpo,comosifueraunextrañoapéndicenuevo.Otrasaetaseleclavóenelmuslo,yapoyóunarodillaenelsuelo.Nosentíadolor,sólounaespeciedesordoaturdimiento, causado por la sorpresa, cuando el brazo le quedó colgando a un costado, inerte. Elkhopeshleresbalódelosdedos.

Sylva rugió y lanzó un relámpago hacia lo alto, en dirección a la plataforma, pues de allí habíaprocedido el ataque. Se estrelló contra el techo de la pirámide, enmitad de una nube de polvo y decascotes.

OthelloyahabíasaltadoalomosdeLysander.ElGrifoemprendióelvueloconunfuriosoaleteo.Porelecodepasosquesealejaban,Fletchersupoqueerainútil:elasesinoyasehabíamarchado.

—No, no, no —susurró Sylva, sosteniendo a Fletcher con ambos brazos al ver que éste se

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desplomaba.FueentoncescuandoFletchernotóeldolor.Sesintiócomosiloestuvierandesgarrandopordentro.

Laprimerasaetalehabíaentradoporlaespaldaylehabíaatravesadolapartealtadelpecho.Lecostabarespirar.

—Sácamela—graznó.Notóentre los labioselsabormetálicode lasangreysupoque laflecha lehabíaatravesadounpulmón—.Tenemosquecurar...

AhogóungritocuandoSylvapartiólaafiladapuntadelastilconlosdedosyleextrajolasaetaconunmovimientorápido.Luegoseatragantó,alllenárseledesangreelpulmón.

Sylvarepitióelprocedimientoconlasaetaquelehabíaalcanzadoelmuslo,aunqueprimerotuvoqueclavárselaunpocomásparapodersujetarporelotroladolapuntadeacero.

MientrasFletcherseahogabaensupropiasangre,Sylvatrazóenelaireelconjurodelacuración,ylosblancosfilamentosdeluzempezaronapalpitarsobrelasheridas.IgnatiussesumóalosesfuerzosdeSylvayempezóalamerlaherida,tratandodesesperadamentededetenerlahemorragia.

Elprocesoera lento,demasiado lento.LapiernadeFletchersangraba tantoqueel líquido rojoyaempezabaaformaruncharcoenelsuelo.Laflechahabíaseccionadounaarteria.

Fletchersiguiólaescenaenunsombríosilencio.Noqueríamorirenaquelfosohediondo,ante losojosdelmundoentero.Seconvertiríaenunfracaso,enunsímbolodeladesunióndeHominum.Enunmártirdetodoloqueodiaba.

Justoentonces,seacordódelaspocionesdeElectra,queaúnllevabasujetasalpechoconunacorrea.Incapazde hablar, Fletcher tiró de unode los frascos y le quitó el corcho conunmovimiento del

pulgar.Sebebióelcontenidodeuntrago:teníaelmismosabormetálicoquelasangrequeleempapabalosdientes.Duranteunsegundo,nosintiónada,exceptoqueseleibaescapandolavida.Yentonces...

—Caray...—exclamóSylva.Suconjurovibróenelaireyseextinguió.Fletchersesintióinvadidoporunasensacióndefrío.Eldolorhabíadesaparecidocasialinstante.Se

contemplólapiernaydescubrióquesóloquedabaunamanchadesangreenlapiel,visibleatravésdelatelarasgadadelospantalones.Ylomismoenelpecho.

Ignatius saltó al pecho del muchacho y se le enroscó alrededor del cuello. Bajo la piel de laSalamandra,Fletcherescuchóelmartilleodelcorazoncitodelaterrorizadodemonio.

—Tranquilo,amiguito—murmuróFletcher—.Aúnsigoaquí.—Creíaquetehabíaperdido—susurróSylva,apoyandolafrenteenladesuamigoytemblandode

emoción.Duranteapenasunsegundo,notóenloslabioselrocedelossuaveslabiosdelaelfina.Sinembargo,

fuetodotanrápidoquenisiquieraestabasegurodequehubierasucedido.Othello aterrizó en esemomento junto a ellos, con un golpe sordo, y los tres se fundieron en un

abrazo.—Hafaltadomuypoco—lloriqueóOthello,estrujándoloscontantafuerzaqueFletchertemióquele

rompieraunacostilla—.Niseteocurravolverahacermealgoasí.

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Seagazaparonlostresalabrigodeltúneldelfoso,lejosdelalíneadefuego.SóloLysanderpermanecióenelexterior,ocultoentrelasvigasdeltecho,porsiacasoregresabaelasesino.

—OelequipodeIsadoraandaporaquí,osetratadeCress—afirmóSylva,cruzandolosbrazosenun gesto desafiante—. ¿No te parece muy raro que no haya estado presente en ninguna de las dosocasionesenquetehandisparado?

—No,amímecuestacreerlo—dijoOthello,igualdeobstinado—.Jamásnosharíaalgoasí.MenosaúnaFletcher.Siqueréisqueosdigalaverdad,creoquesientedebilidadporél.

Sylva se puso roja al escuchar aquellas palabras, pero apretó los dientes y observó fijamente aOthello.

—Podríaserunafanática.Alomejorloquequiereeslaguerrayesodenoponerseveloessólounatapadera.PuedequeseacomoeraantesAtilla—dijolaelfinaconunamiradairacunda—.¡Casipierdo...casiperdemosaFletcher!

Derepente,FletchertuvolasensacióndequeSylvaeraunapersonadistinta.Seguíapegadaaél,yelmuchacho se preguntó si había cambiado algo entre ellos durante aquel efímeromomento que habíancompartido.

Incluso había invocado a Sariel, que en ese momento contemplaba fijamente el túnel. Con gestoausente,SylvaleacaricióelpeloasuCánidoyeldemonioaullólastimeramente.

—Lysanderhavistocómomedisparaban—susurróFletcher,apoyandolaespaldaenlapared—.SiCressnoaparecíanienlavisióndeCalibannienladeSacharissacuandosehaproducidoelataque...,todoHominumpensaráquehasidoella—prosiguió—.Lasaetadeballestateníaemplumadoazul.

—¡Esqueseguramentehasidoella!—exclamóSylva,exasperada—.¿Cuántasvecesoslotengoquedecir?Nopodemosconfiarenella.

—¿Esquenoloentendéis?MedaigualsihasidoCressono—dijoFletcherenvozbaja—.Hemosperdidotodalaaprobaciónquenoshabíamosganadoaldescubrirlasclavesdelosorcos.

—Lysanderapenashavistonada—dijoOthelloconoptimismo—,porquehemossalidodisparados...Además,desdeelángulodeLysander,losespectadoresnopodránverelcolordelemplumado.

—Puedeser...—murmuróFletcher,abatido—.PeroqueunenanointenteasesinaraunhumanovaaprovocarungranrevueloenHominum.

—Yno un humano cualquiera, porque ahora eres noble—susurróOthello, para después volversehacia Sylva—.En fin, la cosa tampoco es tan sencilla.Malik y su equipo también estuvieron todo eltiempo en nuestro lado del río.Y es posible queMalik te guarde rencor por haberlo derrotado en eltorneo.Verityestáensuequipo:talveztrabajealasórdenesdelTriunvirato...Alfinyalcabo,suabuelaesunadelastrespersonasqueloforman.

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—¿De verdad crees que puede haber sido Verity?—preguntó Fletcher, y trató de imaginar a lamuchachaobservándoloconsusgrandesojosmientrasloapuntabaconunaballesta.

—¿Yporquéno?¿Porqueesguapa?—dijoSylva,fulminandoaFletcherconlamirada.—PodríahabersidoRory,oGenevieve,furiososcontigoporqueelañopasadoestuvisteapuntode

mataraMalaqui—prosiguióOthello—.YnoolvidemosqueelequipodeSeraphtambiénestabacerca.Fletcher se preguntó cómo era posible que se hubiera ganado tantos enemigos.Al parecer,medio

Vocansteníamotivosparaacabarconél.—Siestáistanciegosquenoqueréisverlo,novalelapenadiscutirconvosotros—lessoltóSylva,

negandocon la cabeza—.Nodiréni unapalabra cuandoaparezca.Pero tampoco lequitaré el ojodeencima.

Justodespuésdeque se sumieranenunhosco silencio, les llegóungraznidodesde las alturas.Elequiposepreparóalinstante:FletcherySylvatensaronsusarcosyOthellotrazóelconjurodelfuego.Contuvieronlarespiraciónyesperaron,sindejardeapuntarhacialaplataforma.

Didricasomóenesemomentolacabeza.—Yaoshabíadichoyoqueaquíolíaaestiércol—dijoalegremente—.Mira,Tarquin,heencontrado

elorigendelhedor.—¿Loves?—susurróOthello,torciendoloslabios.Sylva frunció el ceño pero permaneció en silencio, sin dejar de apuntar firmemente al rostro de

Didric.Tarquinasomóenesemomentolacabezaytambiénfruncióelceño.—Bueno, bueno —dijo arrastrando las palabras. Levantó ambas manos, en un falso gesto de

rendición—.Parecequelohabéisconseguido.Supongoquelaculpaesnuestraporhaberossalvadodeaquellapatrulla.

—¿Que vosotros nos salvasteis? —gruñó Othello, incrédulo—. Si no hubiéramos vuelto a porvosotros,ahoranoseríaismásqueunamanchamarrónenelfondodelasletrinasdelosorcos.

—Oh,menudamemez.—LesllegóentonceslavozdeIsadora—.Grindle,querido,¿seríastanamabledebajaraAtlas?Laverdadesquetienemuymalacara.

Una sombra pasó en esemomento por encima de ellos y Fletcher vio alWendigo, Hannibal, queencabezabaeldescensoporlaescalera.Debidoasudesgarbadocuerpo,semovíacondificultadporlosestrechosescalones.Grindleaparecióentoncestrasél,cargandoaAtlassobreunhombro,ylesdedicóuna mueca. Enseguida lo siguió Isadora, que descendió con elegantes saltitos. Por imposible quepareciera,suuniformenegroestabatanlimpiocomoeldíaenquehabíanllegadoalajungla.

FletcherylosdemássevieronobligadosabajarlasarmasmientraselWendigodescendía,sindejardeobservarlosfijamenteconsusnegrosojos.

TarquinyDidricaparecieronenseguida.Cuandollegaronalfinaldelaescalera,imitaronaGrindleysaltaron sobre la zanja, igual que antes habíanhechoOthello ySylva.ElWendigo entró en la zanja ycogióaIsadoraenbrazosparaquenotuvieraquepisaraquellíquido.Fletcherlosmirócondesdén.Quécaballeroso...

—¿Qué le ha pasado a Atlas? —preguntó Fletcher, al darse cuenta de que el muchacho estabaprácticamenteinconsciente.

—Ayer,despuésdequecruzáramoselrío,comiónoséquébayasquenolehansentadomuybien—respondió Isadora,y se contempló lasuñas—.Este zoquetegordinflónnohahechomásquezamparse

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todoloqueveía.Dudoquesalgadeésta.Paramínoteníasentidotraerlohastaaquí,porquenohahechomásqueretrasarnos...,peroTarquindijoquequedaríamosmalsiloabandonábamos.

Fletchersearrodilló juntoaldébilmuchacho.Estabapálidocomouncadáverysu respiraciónerasuperficialeirregular.

—¿Cuántotiempolleváisaquí?—preguntóFletcher,cogiendootrodelosfrascosquellevabaenlacorreadelhombro—.Osestuvimosesperandoenlaentradatrasera.

—Acabamosdellegar—graznóDidricconsuvozrasposa.Congestoausente,sededicóaclavarlesuestoqueaunodeloshuevos—.Hemostardadounaeternidad,porqueteníamosquecargartodoelratocon este paleto. Suerte hemos tenido de que la mayoría de los orcos estuvieran al otro lado de lapirámide.

—Osestuvimosesperando,¿sabéis?—gruñóOthello—.Noestaríamalquenosloagradecierais.—Nadieoslohabíapedido—dijoTarquinencogiéndosedehombros.Fletcher decidió ignorarlos y concentrarse en el frasco. Sólo le quedaban dos y el que él había

utilizadopocoanteslehabíasalvadolavida.¿Deverdadvalíalapenamalgastarloparasalvaraaqueltraidor?LamiradacargadadereprochesdeLysander,sinembargo, loobligóacambiardeopinión:elmundoenterolosestabaobservando.

QuitóeltapóndecorchoyvertióunpocodelíquidoenlabocadeAtlas.Elmuchachoselamióloslabiosresecosyselobebió.

—Pierdeseltiempoconél...Yalohemosintentadoconelconjurodelacuración.Estáenlasúltimas,telodigoyo—afirmóGrindle.SevolvióhaciaSylvayleguiñóunojo—.Mealegraverquelaelfinalohaconseguido.Seríaunapenapermitirqueunorcomearrebataraelplacerdematarlaconmispropiasmanos.

Sylvasujetólafalceconfuerza,hastaquelosnudillosselepusieronblancosyelarma,aúnsujetaalcostado,vibróenelaire.Apesardeello,respondióconunamiradafríayserena.

—Adelante,inténtalo.Teaseguroqueelplacerserámío.Cuando Fletcher terminó de administrarle aAtlas el contenido del frasco, elmuchacho empezó a

recobrarelcolor.Tosió,seincorporóyechóunvistazoasualrededor,medioaturdidoaún.—El conjuro de la curación no le ha hecho nada—dijo Isadora, incrédula—. Y eso que hemos

gastadounmontóndemanaintentándolo.—Parece que el elixir también funciona como antídoto —dijo Fletcher mientras comprobaba el

contenidodelacorreaquellevabaalhombro.Sólo lequedabaun frascodeelixir rojode lacuración,aunque teníaotros tresdeelixirazulpara

reponermana,quelesresultaríanmuyútilescuandotuvieranquedestruirloshuevos.AtlasobservóperplejoaFletcher.Sedispusoadeciralgo,peroenesemomentoTarquinseaclaróla

garganta.Atlasvacilóalescucharaquelsonido,sevolvióhaciaTarquiny,trasunabrevepausa,sepusoenpieysedirigióresignadamentehaciasuscompañerosdeequipo.

—Denada—dijoFletcherentonosarcástico.EnesemomentooyeronunnuevograznidodeLysanderquelesanunciabala llegadade losdemás.

Fletcher contemplóaCressun instantey sepreguntó si las sospechasdeSylva seríanacertadas.Peronadamásveraquelrostrosonriente,seconvenciódequelaenanaestabalibredeculpa.Asípues,alejóaquellas ideas de sumente y contempló el interior del oscuro túnel. De él parecía entrar y salir una

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especie de corriente de aire, como si fuera el aliento cálido y hediondo de un gigante profundamentedormido.Habíallegadolahora.Todoloquehabíanarriesgado,todaslasdificultadesquehabíantenidoquesuperarloshabíanconducidoprecisamentehastaallí.Habíanllegadoalascavernasdelostrasgos,perotansólodisponíandetreintaminutos.Elataqueestabaapuntodeempezar.

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LosequipossearrodillaronjuntoalaentradadeltúnelparaexaminareltoscomapadelacavernaqueMason había dibujado. Los demonios se apostaron en el interior del túnel, atentos a cualquiermovimiento.

—Notengoniideadecómoconectaestetúnelconlascavernas,peroyalosabrécuandoentremos—dijoMason.Utilizabasuespadaparaseñalarunagrancámarasituadaenelcentro—.Éstaeslacavernaprincipal.Sólolahevistounavez,peroséqueesahídondeguardanloshuevosdetrasgo.Esunacámaramagmática,quelosmantienecalientes.Porloquesé,lanidadamásantiguaeclosionamásomenosenelmomento enque llevanunanueva, así que cuidado.—Inquieto, echóunvistazo al interior del túnel yluego contempló de nuevo los huevos hinchados de la zanja—. Es posible que los trasgos vengan arecogerlosencualquiermomento,asíqueserámejorquenosmovamos.

—¿Ylosprisioneros?—preguntóCress,agachándosejuntoaél—.¿Dóndelostienen?Mientraslaenanahablaba,Sylvanolequitabaelojodeencima,comotampocoapartabalamanode

laempuñaduradesufalce.Masonseñalóunacámaraconectadaalasalaprincipalporuntúnellargoyestrecho,delcualsalía

otropasadizoqueconducíadirectamentealasuperficie.—Ahíesdondeteníanavecesalosprisioneros.Nosésimisamigosestaránallíaestashorasdel

día.—¿Esahídondeestámimadre?—preguntóRufusconlosojosmuyabiertos.—Sí.Lateníanencerradaenunajaula.Jamásladejabansalir,nitampocopodíamoshablarconella

—dijoMason,negandoconlacabeza—.Nisiquierapodíamoshablarentrenosotros.Allídentrosiemprehabíatrasgosdeésos.Esdondeduermenlamayoríadeellos,sobretodocuandosecelebranceremoniascomoladehoy.Aestashoras,yaestarándurmiendolaborrachera,peroaunasínosvaacostarunhorrorliberarlasinquenosdetecten.

Rufusdesenvainó suespadaal escuchar aquellaspalabrasy se apostó al finaldel túnel junto a sudemonio,unaLutradeaspectosimilaraldeunanutria.Estabadispuestoaloquefueraacambiodelaoportunidaddeverasumadreunavezmás.

Isadoradiounascuantaspalmadasylosdemássesobresaltaron.—Bien, esto es lo que vamos a hacer—dijo, y señaló el túnel—. Eliminamos sigilosamente los

huevosdelacámaraprincipal,hastaquenosdescubranysedélaalarma.Cuandoesoocurra,tratamosdedestruirtodoslosquepodamos:pólvora,bolasdefuego,relámpagos...Daigualelruidoquehagamos,loimportanteesqueeliminemosloshuevosalmacenadosyconsigamossalirdeaquí.¿Algúnproblema?

Fletchernegóconlacabeza.Apesardequenosefiabadeella,elplandeIsadoraerasensato.Élhabríahechoexactamentelomismo.Isadoraprosiguió,sininmutarseanteelsilenciodelosdemás.

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—Encuantonosveanllegaraloshuevos,lasFuerzasCelestialesdespegaránysedirigiránalpuntodeencuentro,enlaparteposteriordelapirámide.Portanto,dispondremosdeunosveinteminutosparacompletar lamisión. Cuando ya prácticamente hayan llegado, los demonios de nuestros padrinos nosharánsaberqueeshorademarcharse.Apartirdeesemomento,dispondremosdeunosdiezminutosmásparallegaralpuntoderecogida,enlapartedeatrásdelapirámide.Elquelleguetarde,sequedaráaquí.

—¿Y cómo se supone que vamos a volver si lamitad de los orcos del reino están delante de lapirámide,armadoshastalosdientes?—dijoVerity.LequitólatablaaSylvaylasostuvoenaltoparaquetodospudieranverla.

En la imagen aparecían miles de orcos deambulando por el exterior, donde aún se estabandesarrollandolosjuegosalaluzdelatardecer.

—Esodaigual—dijoMason,echandounvistazoalatabla—.Novanaentrartodosaquí.Sólolosorcosadeptospuedenentrarenlapirámide,asíquecuandoregresemosaestepunto,sólotendremosquevérnoslascontrasgos,brujosydemonios.Esosí,tendremosquemovernosmuyrápidocuandosedélaalarma,porquelascavernassellenarándeorcosenunsantiamén.

—Bien—dijoFletcher,preparandolaspistolasenlacartuchera—.Puesamenosquealguientengamáspreguntas,pongámonosenmarcha.

—Estamosmuyguerreroshoy—dijoDidricconunasonrisatorcida—.Seteolvidaquetenemosunanidadaaquímismo.¿Porquénotequedasaquíyteencargasdedestruirlamientraslosmayoreshacemoseltrabajodeverdad?

Fletcher lo ignoró, pero las palabras deDidric le dieronqué pensar. Se volvió hacia Jeffrey, quesosteníaantesísucortaespadaylacontemplabacomosifueraunapeligrosaserpiente.

—Jeffrey,túquédateaquíadestruirloshuevos—dijoFletcher,yseñalólaspegajosasesferasquelosrodeaban—.Alguientienequehacerlo.Prefieroquetequedesaquíenlazanjaymontesguardia, lejosdelpeligro.Sialgúnbrujoregresa,nosavisas.¿Creesquepodráshacerlo?

Jeffreyasintióagradecido.—Sinceramente,creoquenoharíamásqueestorbarsiosacompañara.Examinaréaconcienciaestos

huevosreciénfertilizados,averquédescubro.Y, con un repentino golpe de la espada, partió el huevo más próximo. El hedor fétido que ya

impregnabaelairesevolvióaúnmásnauseabundo,loqueprovocólasprotestasdelosdemás.—Idiota—dijoDidric—.Bien,larguémonosdeaquí.Y,sinmás,comenzólamisión.Losdemoniosabríanlamarcha,siguiendounaúnicaluzerrantequeiluminabalacavernaconundébil

resplandor. Tanto losmuros como el techo estaban hechos de una extrañamezcla de tierra, pizarra yraíces,queaFletcherlepareciótaninestablecomounasilladedospatas.Devezencuando,lescaíaenlacabezapartedelpolvoquelevantabanasupaso.

—Tomad—dijoFletcher.LesentregóunosfrascosdemanaaCress,SylvayOthelloyseguardóelúnicofrascodeelixirde

curaciónquelequedaba.Trasdosintentosdeasesinato,noestabadispuestoacorrermásriesgos.CuandoleentregóelfrascoaCress,Sylvahizounmohíndedisgusto,puesseguíasinconfiarenla

jovenenana.Aaquellasalturas,sinembargo,aFletcheryaledabaigual.LoúnicoqueleinteresabaeraprotegerHominumynopodíadejarsedistraerporotrascuestiones.Apesardetodassusmentirasysus

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traiciones,susenemigosnoseatreveríanaintentarnadaantelosdemoniosdesuspadrinos,puestodoelimperioloestaríaviendo.

Con todos aquellos demonios entre sus filas, Fletcher confió de repente en las posibilidades queteníandeganar.Contabancondocedemoniospor lomenos,ydedistintos tamaños:desde laHidradeTarquin,Trebius,hastaelácarodecaparazónamarillodeRory.

PudoobservarenesemomentoaltercerdemoniodeVerity,queavanzabajustodebajodelaerráticaDamisela.Sededicóacontemplarloparacalmarlosnervios.

EraunEnfield,parientelejanodelVúlpido.UnpocomáspequeñoqueunVúlpido,deltamañodeunperrogrande,peroteníacabezadezorro,patasdelanterasdeáguila,pechodegalgoycuartostraserosdelobo.Lasgarrasdelanterasestabanpeligrosamenteafiladasyentreelpelorojizodelpechoyelgrisdelaespalda, seveíanalgunasplumasdecolorpardo.Undemoniomuyelegante,desde luego. Igualquesudueña,pensóFletcher.

Al final del túnel se adivinaba una luz, un resplandor naranja pálido que le recordó a Fletcher lacavernaquehabíanvisitadoenlasprofundidadesdelaMadriguera.Mason,queibajustodetrásdelosdemonios, alzó un puño cerrado. Los hechiceros obligaron a la avanzadilla a detenerse, y Mason,encorvado,seacercódespacioalaluz.

Permanecióallíunosinstantesyluegoregresó,conlosojosmuyabiertos.—Hemosdadoconlavetamadre—susurró—.Haymilesdehuevosamontonadosportodaspartes.—¿Algúntrasgo?—preguntóTarquin.—Ni uno—respondióMason con una sonrisa—.Tenemos unos cuantosminutos antes de que nos

molesten.Estovaasercomodispararcontralospecesenunbarrildeagua.—Pues acabemos de una vez —gruñó Othello, empuñando su hacha de guerra—. Nuestros

rescatadoresyahabránemprendidoelvueloaestashoras.Veinteminutos:entramosysalimos.Y,trasesaspalabras,loscuatroequiposselanzaronhacialaluz.

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Entraronenunaampliacaverna,másespaciosaaúnqueelatriodeVocans.Enelmismocentroseabríaunaespeciedecharcadelava,quesiseabayborboteabacomosifueraunenormecaldero.Cuatroríosderocafundida,retoñosdelabrasadorlago,nacíandeélysedirigíanalasparedes,dividiendolasalaencuatrocuartosde roca sólida.Cadaunodeaquelloscuartos tenía supropio túnel,que llevabaaotrascámaras.Estaban conectados entre sí por unospuentesprecarios, construidos con fragmentosde roca,rudimentariamenteunidosconargamasamediodesmenuzada.

Yhabíahuevos.Nocientosdehuevos,sinomilesdemillares.Enalgunospuntos,formabanpilastanaltasquecasi llegabanhastael techode la sala.Lamayoríadeellosestabancubiertosdepolvoydetelarañas,mientrasque losmáspróximosparecían recientes.Elsueloestabacubiertopor lascáscarasresecasdeloshuevosqueyahabíaneclosionado.Asimplevista,dabalasensacióndequehabíatantascáscarasresecascomohuevossineclosionar.

—Debede haber una legión de trasgos que ya han salido del huevo—murmuróFletchermientrasempujabaconelkhopeshunacáscaravacía—.Puedequehayamosllegadotarde.

—Laúltimavezqueestuveaquífuehacetresaños—dijoMason,quesehabíaquedadoboquiabiertocomounpezfueradelagua—.Entoncesnohabíatantoscomoahora.

—Ahoranotenemostiempodepreocuparnosporeso—dijoIsadora,clavandosuespadaenunodeloshuevos—.Dejaddemomentolaspilasmásgrandes...Lasquemaremosenúltimolugar,porsiacasodespidenmuchohumo.

SuFélido,Tamil,empezóadestrozarloshuevosmáscercanosybufócuandoelalbumendelinteriorleempapólasgarras.Losotrosdemoniosnotardaronenimitarlo,aexcepcióndelosÁcaros,queerandemasiadopequeñoscomoparacausarestragos.Asípues,seapostaroncercadelasotrasentradasdelacaverna,atentosaposiblespatrullasdetrasgos.

—¡Acascarhuevossehadicho!—dijoFletchermientraslevantabasukhopesh.Encuestióndesegundos,lasalasellenódelacreolordelacarnepodrida.Elhedoreratanintenso

queFletchercasipodíasaborearlo.Y,entonces,tuvounarepentinasensacióndeplacerydealivioquelosobresaltó.TardóunosinstantesendarsecuentadequelasensaciónprocedíadeIgnatius.

LaSalamandraestabanadandoenelcentrodelestanquedelava,dondelarocafundidaestabaalrojovivo. El demonio no experimentaba ningún dolor, sólo una sensación de nostalgia, determinación eincluso... familiaridad. Fletcher pensó que tal vez aquella caverna le recordaba su hogar en el éter,estuvieradondeestuviera.

—¿QuénaricesestáhaciendoIgnatius?—gruñóOthello,mientraslanzabaunpardehuevosalalavadeunapatada.

Los huevos chisporrotearon y se volvieron negros al instante, en mitad de un tufillo a pelo

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chamuscado.—Notengoniidea—respondióFletcher.Cuandoeltestarudodemoniollegóalcentrodellago,Fletchersintióunarepentinasacudidadepoder.

Algoestabacambiando.Fueron transcurriendo lossegundosy,apesarde loscambiosque ibanotandoen laconciencia, lo

únicoquepodíahacerFletchereraseguiraplastandohuevos,aunquesinperderdevistaaIgnatius,queseguíanadandocercadelcentrodel lago.Y,durante todoese tiempo,Fletcher tenía lasensaciónde irperdiendo,sinmotivoaparente,unflujoconstantedemana.Sesentíacomoungrifoquegoteaydeseóhabersequedadoconunodelosfrascosdemana.

Estabaconvencidodequeteníaalgoqueverconlalava.TratódeobligaraIgnatiusavolver,peroelcontrol demoníaco había dejado de funcionar, como si la pequeña Salamandra ni siquiera fueseconsciente de su presencia. Sólo le quedaba desear que, cuando llegara el momento de marcharse,Ignatius obedeciera a su llamada. Así pues, se concentró en seguir destruyendo huevos e ignoró lacorrientedeenergíaqueibafluyendodesucuerpo.

A pesar de que trabajaban a destajo, transcurridos unos cinco minutos sólo habían conseguidodestruir unospocos centenaresdehuevos.Algunosde loshuevosya albergaban en su interior trasgosmedioformados,criaturasdeformesdelasqueteníanquedeshacerserápidamenteencuantoveíanlaluz.

Fletcheranalizólasituaciónysediocuentadequelosequiposapenashabíanconseguidodespejarsucorrespondiente cuarta parte de terreno, y eso por no hablar de la enorme pila central que se habíanpropuestoquemar.

—¿Y losprisioneros?—preguntóRufus jadeando.Le lanzóaMalikunamirada suplicante—.¿Mimadre?

—Primerotenemosqueacabaraquí—respondióMalikconungruñido,ydescargóungolpeconsucimitarraypartióunhuevoporlamitad.

—Sigueconloqueestabashaciendo,Rufus.Tenemosquecolaborartodosparadestruirloshuevosatiempo—lesoltóDidric,empujándolohaciaelhuevomáscercano.

Rufussetambaleóygirósobresustalones,conloshombrostensosporlarabia.Fletcheradvirtióensusojosunamiradaque jamáslehabíavisto:aquelmuchachodeaspectoratonilsemostrabatímidoyapocadoenlamayoríadelasocasiones,peroenaquelmomentohacíagaladeunaférreadeterminación.

—Mevoyabuscaramimadre.Amínomediceloquetengoquehacerunplebeyocondeliriosdegrandeza—dijo,traslocualleescupióaDidricenlasbotas.

FletchernopudoevitarunasonrisaalverpalideceraDidricantetamañaofensa.Antes de que nadie se atreviera a impedírselo, Rufus echó a correr por el puente más cercano,

esquivandoloshuevosparallegarhastaeltúnel.Fletchernovacilóyechóacorrertrasél,seguidomuydecercaporMason.

—¡Rufus,detente!—dijoMason,conunavozqueestabaamitaddecaminoentreelgritoyelsusurro—.¡Nosvasadelatar!

PeroRufuseramuyrápidoylesllevabaventaja.CuandoFletcherterminódecruzarelpuenteyllegóaltúnel,eljovennobleyahabíadesaparecidoenlaoscuridad.

—Bueno,almenoselmuyestúpidohaidoenladireccióncorrecta—gruñóMason,queacababadealcanzaraFletcher—.Losotrostúnelesllevanalasuperficie.

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—Será mejor que lo sigamos —dijo Fletcher, aguzando el oído por si le llegaba algún sonidoprocedentedeltúnel—.Élsolonopodráhacerlo.

Masonlevantósuespada,unarmagrandeenformadecuchilladecarniceroquerecibíaelnombredebracamarte. El arma resultaba casi cómica, en comparación con el cuerpo enjuto delmuchacho, algoencorvadoporelpesodelaenormeballesta.Masonaúnnohabíarecuperadonadadepesotrassulargoencarcelamiento, pero manejaba con habilidad la espada. Al fin y al cabo, en otros tiempos habíaformadopartedelasFuriasdeForsyth,temibleregimientodondeloshaya.

—Vamosallá—dijoMasonabriendolamarcha.Fletcher se quedó inmóvil. Sabía lo que significaba perder a un padre o a una madre, así que

comprendía el dolor del joven y escuálido noble, pero ¿de verdad era aquello lo que Hominumnecesitaba?Aúnquedabanmilesdehuevospordestruir. ¿Rescatar aunaanciana loca,pormuchoquefueradelanobleza,podíacambiarelcursodelaguerra?Aunasí,nopodíapermitirqueRufuscorrieraaquelpeligroélsolo,aunqueúnicamentefueraporqueacabaríadandolaalarma.

Sumidoenundilema,dejóqueAthenasiguieradestruyendohuevosyseadentróeneltúnel.Enfundóel khopesh, tensó el arco y dejó una flecha ya preparada en la cuerda por si acaso los atacaban derepente.

—Regresamosdentrodequinceminutos—murmuróFletcherparasusadentros—.Conosinellos.El túnel ascendía poderosamente, tanto que Fletcher no tardó en empezar a respirar agitadamente

debido a la subida. En la penumbra, apenas distinguía aMason, que iba delante de él. Elmuchachoavanzaba furtivamente, entre las sombras, tratandode evitar el rayo de luz que se filtraba por el otroextremodeltúnel,dondeseencontrabalasalida.Elresplandor,sinembargo,eradistinto.Eraluznatural,locualindicabaqueseencontrabancercadelasuperficie.

Haciael final,antesdequeel túnelseensanchara,habíaunaúltimasubidaque les impedíaver lacavernaqueseabríaalotrolado.MasonsearrastróhastaelbordeyFletcherloimitó,asegurándosedepermanecerfirmementepegadoalsuelo.Cuandollegaronaloalto,teníaelpechoempapadodebidoalahumedaddelsuelo,peronotardóenolvidaresepequeñomalestaralverloqueescondíalacaverna.

—Portodoslos...

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Secontabanpormiles,esparcidosporelsuelorocosocomosifueranjuguetesenlahabitacióndeunniñoconsentido.Trasgosquedormíanen laumbríacalidezde lacaverna.Erantantosqueseveíamáspelogrisquesuelo,yestabandespatarradosunossobreotros,comosisehubierandesplomadoallímismo.

Enloaltodelacaverna,laluzsefiltrabapordistintosagujerosenformadegrandesrayosque,comosifueransólidosbloquesdehielo,atravesabanlaoscuridad.Noparecíahaberningúnguardiánporallícerca,locualeraunasuerte.Rufusseguíaavanzando.

—Maldito lunático—murmuróMason, observando al joven noble abrirse paso entre los trasgosdormidos—. Tiene suerte de que aprovechan la ceremonia para beber coco fermentado hasta caerredondos.

FletchersiguióconlamiradaladirecciónquehabíatomadoRufusydescubriósudestino:unajauladebambú,arrinconadajuntoa lapareddelacavernacomosiyanosirvieraparanada.Enel interior,Fletcherdistinguióunafiguraharapienta,acurrucadaenunángulo.

Enesemomento,algolellamólaatenciónaFletcher:unadocenadehombresquedormitabanalotroladodelacaverna,juntoaunpuñadodeduendecillos.Losmuchachos,aligualquelosduendecillos,nollevabanmásquetaparrabosyestabantodosatadosentresíconcorreasdecuerorecias.

—¿Sontusamigos?—preguntóFletchermientrasconlabarbillaseñalabaelgrupo.Masonseestremecióalverlosypalideció.—Tresañospaséaquí—dijoconunhilodevozapenasaudible.Le temblaron incontrolablemente lasmanoscuandosequitó laballestayelcarcajy losdejóenel

suelo,juntoaellos.—Iréarescatarlos—murmuró.Se incorporó y echó a andar con paso vacilante. Respiraba agitadamente, muy deprisa. El pobre

estabateniendounataquedepánico.—No,yavoyyo—dijoFletcher,ysequitósucinturóndearmas.—Tecubriré—dijoMason,claramentealiviado.SiMason tropezaba una sola vez... estarían todos perdidos. Fletcher dejó el arco, las pistolas, el

carcajylafunda.Sellevóúnicamentelaespadaparacortarlasatadurasdelosprisioneros.Rufusavanzabamuydespacio,puessehabíatopadoconunnumerosogrupodetrasgosprofundamente

dormidosqueconstituíanunobstáculodifícildesortear.Fletcherloobservógirarsobresustalonesydarunrodeo.

Decidido ano cometer elmismoerror, tratóde trazar lamejor ruta entre los trasgosdormidos.Yentoncesechóaandarentreellos,apoyandocomopodíalospiesentrebrazosyrodillasymanteniendoelkhopeshrectoybajo,paranoperderelequilibrio.Unodelostrasgosdormidosresoplóensueños,tan

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cerca de él que Fletcher notó su aliento en el tobillo. Se quedó inmóvil, con el corazón desbocado.Duranteunsegundo,eltrasgoapoyólanarizenlapieldesnudadeFletcher.Elcontactoleresultófríoyhúmedo,comosifueraunpezmuerto.Notóenlaespinillalasburbujasdemocoquelesalíandelanarizaltrasgocadavezquerespiraba.

Y, entonces, tras lo que a Fletcher se le antojó una eternidad, la criatura tragó saliva y se dio lavuelta,rozandoconelcodolapiernadelmuchacho.Eltrasgo,profundamentedormidoaún,noseenteróde nada. De hecho, al darse la vuelta quedó despatarrado sobre otra de aquellas criaturas, ambascompletamenteajenasalmundo.

Envalentonado, Fletcher aceleró el paso y fue saltando de una roca desnuda a otra, con pasoscautelososyalavezrápidos.Sabíaquebastabaconqueunodelostrasgosabrieralosojosyloviera...yentoncessedesataríaunabatallacampal.Debíapasarentreelloslomásrápidoposible.

CuandoFletcherlevantólacabezaparacomprobarhastadóndehabíaavanzado,vioqueunodelosmuchachosestabadespierto.Estabamuydelgado,casiesquelético.TeníalapieltanoscuracomoElectraylacabezacubiertaporunamarañadegruesosrizosnegros.Conlosojosentrecerrados,tanagotadoqueni siquiera reaccionóalveraquella figuraqueseacercaba,observóaFletchermientraséstedaba losúltimossaltos.Talvezcreyeraquesetratabadeunsueño.

SólosemoviócuandoFletchercortólascorreasqueloatabanalapared.Levantólamiradahaciaél,sobrecogido.

—¿Qu...qué...?—Fuetodoloqueconsiguiódecir.Fletcher se llevó un dedo a los labios para pedirle que guardara silencio y luego se dirigió al

siguiente prisionero. Poco después, ya los había liberado a todos.Algunos de aquellosmuchachos seapartarondeél,comosifueraunaespeciedefantasma.Losduendecillosapenassemovieron.Nohabíavida en susojosy lamayoríade ellos tenían laspiernaso losbrazos torcidos, resultado sindudadehuesosrotosquenosehabíansoldadobien.Fletcherrecogióaunadeaquellascriaturasdelsueloyladepositóentre losbrazosdelmuchachodepeloenmarañado.Luego,porseñas, les indicóa losdemásque hicieran lomismo, hasta que todos los duendecillos quedaron perfectamente protegidos entre losbrazosdelosjóvenesesclavos.

Desdeelotroladodelacavernalesllegóunaespeciedechirridoy,alvolverse,FletchervioaRufusserrarlajaulaconsuespadacorta,quecortabasindificultadeldeterioradobambú.Laestructuracarecíadepuerta:enrealidad,losorcoshabíanconstruidolajaulaentornoaladamanoble,puesalparecernoteníanlamenorintencióndedejarlasalirjamás.

Masonleshizounaseñaalosmuchachosyéstosemprendieronelpeligrosocaminodevueltahacialaentradadeltúnel.Fletchersequedódondeestaba,observandolosprogresosdeRufus.Eljovennobleyahabía cortado dos de los barrotes de la jaula, lo suficiente como para que su madre pudiera salirarrastrándose.Sinembargo,lamujerseguíaacurrucadaenelrincón.

Fletcher apretó los dientes en un gesto de frustración y procedió a cruzar la caverna. La luzprocedentedelexterioreramenosintensaahorayhabíaadquiridoeltonoanaranjadodelapuestadesol.Ahora medía el tiempo en segundos y cada segundo que pasaba era un segundo que podía haberseempleadoendestruirhuevos.Enlaláminadecristal,laimagencambiócuandoEbonyempezóavolardeunladoaotroenelexteriordelapirámide,dificultandolosesfuerzosdelmuchachoporapoyarlospiesenlaoscuridad.Cadapasolearrancabaunamueca.Tampocoayudabamuchoqueelflujodemanaque

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Ignatiusconsumíafueracadavezmásabundante.Fletchersintióverdaderopánicocuandountrasgosepusodepiejuntoalaentrada.Setambaleó,bajo

la luz procedente del exterior,mientras se sujetaba el vientre y parloteaba. Fletcher se quedó quieto,inmóvilcomounaestatua.Contuvolarespiración,apretólosdientesy,uninstantedespués,eltrasgoyahabíadesaparecido.

Empapadoensudorfrío,Fletchersiguióavanzando,desplazandolospiestodolorápidoquepodía.Cuandollegóalajaula,Rufusyahabíaempezadoasusurrardesesperadamente,almismotiempoqueletendíaunamanoalafiguraacurrucadaenelrincón.

—Madre...,madre,soyyo.Damelamano.¡Dámela,malditasea!Estaba llorando y las lágrimas le resbalaban por las sucias mejillas. Sacudía violentamente los

hombroscadavezquerespirabaylasmanosle temblabanmientras intentabacoger ladesumadre.Lamujer,sinembargo,senegabaamoverse.Selimitabaaobservarasuhijoconunamiradavacía.Azulnohabíamentidoaldecirquelapobremujerhabíaperdidolacabeza.

—Yomeencargo,Rufus,túregresa.Eneseestado,noleeresdeayuda—dijoFletcher,yapoyóunamanoenelhombrodelmuchacho,enungestotranquilizador.

Rufustragósalivaysehizoaunlado,peronegóconlacabezacuandoFletcherloempujósuavementehacialaentradadeltúnel.

Noteníatiempoparadiscutir,demodoqueentrócomopudoenlajaula.Laspuntasafiladasdelosbarrotes serrados le arañaron el estómago cuando se arrastró para entrar.Una vez dentro, la jaula leparecióaúnmáspequeña.

Eralamitaddegrandequesuantiguacelda.Paratenderse,habríatenidoquehacerloendiagonal,conlacabezaenunrincónylospiesenelopuesto.

Lamujer no semovió ni siquiera cuando Fletcher se acercó a ella.Vio algunasmuestras de que,durante algún tiempo, la prisionera había conservado la cordura: muescas —más de una docena—grabadas en el barrote que tenía sobre la cabeza; un tosco peine hecho de carey, que lamujer seguíaaferrando con ambasmanos. Incluso la raída ropa que llevaba estaba concienzudamente remendada yzurcida.Enelrincónopuestoalqueellaocupabaseamontonabanlosinstrumentosquehabíautilizado:huesotallado,tendonesypielsecadeanimal,quelehabíanservido,respectivamente,comoaguja,hiloyremiendos.

La sangre reseca que se advertía en torno a la boca de la mujer y sobre las tablas del sueloconfirmaban lo que la pila de huesos y despojos daba a entender: que los orcos jamás se habíanmolestadoencocinarlenadanitampocoenlimpiarlelajaula.Fletchersetapólanarizconlamanga,paraprotegersedeaquella fetidez,más intensaaúnenel interiorde la jaula.Elhedor le recordóalde loshuevospodridosde trasgoy se le encogióel estómago, tantopor el ascocomopor la compasiónqueaquellamujerleinspiraba.

Ladamanobleno llevabaningúnuniformereconocible,aunqueen realidadpocoquedabayade latelaoriginal.Talvezhubierasidoblancaensudía,perosehabíavueltodeunfeotonoamarillo.Teníaelpeloylacaracubiertosdesuciedad.Sólolosojosdestacabanentrelamugre,muyblancalaescleróticaydeunazulpálidoeliris.Y,derepente,aquellosojossevolvieronhaciaelrostrodeFletcher.

Elmuchacho se sobresaltó y contuvo una exclamación. Lamujer lo observó fijamente y luego letendióunamano,comosifueraunmendigoquepidelimosna.Fletcherselacogióconmuchocuidado,

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pueslamuñecaparecíatanfrágilquetemíarompérselaporpocoqueapretara.Lamujersepusoenpiecomopudo, aunque la escasa altura de la jaula la obligó a encorvarse. Fletcher se dio cuenta justo atiempodequealamujerlefallabanlasrodillasylasujetómientrascaía.Sucuerpoeratandelicadoypesabatanpocoqueeracomosostenerunmontóndehuesos.

—Dámela—dijoRufus.Había hablado en un tono demasiado alto, pero resultaba evidente que ya le daba igual.Lamujer

apoyólacabezaenelhombrodeFletcheryéllaayudóapasaratravésdelagujerodelajaula.Estabatanraquíticaquelaalzóenbrazoscomosifueraunamuñeca.

Rufus se la arrebató al instante y diomedia vuelta sin decir ni una palabra. Luego, con sumadreapoyadasobreunacaderacomosifueraunbebédelargaspiernasybrazos,semarchóatodaprisaentrelos cuerposprofundamentedormidosde los trasgos, sin casimolestarse enmirar al suelo.Tenía tantaprisaqueavanzabaagrandessaltosyzancadas.Fueunmilagroquenodespertaraaningúntrasgoensufrenéticotrayectohastaeltúnel.

Pordelantedeél,losesclavosyahabíandesaparecido,caminodelacavernaprincipal.SóloquedabaMason,queescudriñabalasalaatentoacualquiermovimiento.Rufusnisiquierasemolestóenmiraralmuchachocuandopasócorriendoasulado,consumadreaúnentrelosbrazos.

En cuanto madre e hijo hubieron desaparecido, Fletcher siguió los pasos de Rufus y avanzócuidadosamenteentrelostrasgos,notandoelmartilleodelcorazónacadapasoquedaba.Lostrasgos,sinembargo,siguierondurmiendolaborrachera,ajenosaloquepasabaasualrededor.

Cuando ya estaba amitad de camino, lo vio.Mason. Le estaba apuntando cuidadosamente con suballesta,justoalcentrodelafrente.Fletcherfrenóenseco.Extendiórápidamenteunamanoparaformarunescudo,perono le saliónada.Se leheló la sangrealdarsecuentade loquehabíaocurrido:no lequedabamana.Ignatiusselohabíallevadotodo.

Masonentornólosojos,conlacabezapegadaalaculatadesuballesta,ysacóunpocolalengua.NohabíanadaqueFletcherpudierahacer,exceptoquedarsedondeestabaparaesperarelfin.Aunquesabíaqueestabaapuntodemorir, senegabaa saltaraun ladooaapartarse,noqueríaponerenpeligro lamisión. Qué estúpido había sido al confiar en aquel muchacho. Cuando se entraba en las Furias deForsyth,eraparasiempre.

Oyóperfectamentelasordavibracióndelasaetaalsalirdisparadayalpasarlesilbandojuntoalaoreja.Uninstantedespués,unimpactoyungritoasuespalda.

Sevolviójustoatiempodeverauntrasgoquecaíaalsuelo,conelviroteclavadoenelcuello.Lacriatura retorció el cuerpo y se llevó lasmanos a la garganta, pero el único ruido que emitió fue undiscretoborboteo.

—¡Sigueavanzando!—dijoMasonentredientes,haciéndoleungestoaFletcher—.¡Antesdequesedespiertenlosdemás!

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46

Al llegar a la caverna principal, se encontraron con una discusión. Para sorpresa de Fletcher,Didricestabadepiejuntoalesclavodepeloenmarañado.Teníalaespadaapoyadaenelpechodelaterrorizadomuchacho,queseguíasujetandoentrelosbrazosalduendecilloherido.EljovenesclavosangrabajustopordondelapuntadelaespadadeDidriclehabíahechounrasguño.Losdemásequiposhabíanhechounaltoenladestruccióndeloshuevosparaseguirlaescena.Entotal,sólohabíandespejadolamitaddelasala.

—Aquínohaysitioparavosotros—lesoltóDidricalmuchacho.El Arácnido de Didric correteó entre las piernas de su amo y volvió sus ojos compuestos hacia

Fletcher,queenesemomentosedirigíahaciaallí.Eldemoniohabíatejidounarelucientetelarañaentornoalaspiernasdeljovenesclavo,graciasalos

blancoshilosqueibasegregandoporelagujeroqueteníabajoeltemibleaguijón.Fletchernotardóniunsegundoencortarlosconsukhopesh.

—¿Quéestáshaciendo?—lepreguntóaDidric,yayudóalmuchachoaponerseenpie—.¡Estándenuestraparte!

El duendecillo que elmuchacho sostenía entre los brazos empezó a gorjear, nervioso, y el jovenesclavoloacunó,comoquienmeceaunbebéparaquedejedellorar.

—¡Lahashechobuena,Fletcher,pedazodeidiota!—exclamóDidric,negandoconlacabezaenungestodeincredulidad—.Aquíhayporlomenosunadocenadeesclavos.¿CómoesperasquelasFuerzasCelestialesnossaquendeaquíatodos?

AFletcher se le encogióel corazónaldarsecuentade loquehabíahecho.Probablemente,Didricteníarazón.Laspatrullasderescateyaestaríandecamino,noquedabatiempoparasolicitarrefuerzos.

Didricempujóalesclavohaciaeltúnelopuesto,dondeRufusseguíaacunandoasumadre.Losdemásesclavoslosiguieron,apartándoseaunladocuandoDidricintentópatearlos.

—Habrá suficientes demonios para llevarnos a todos —dijo Fletcher, más esperanzado queconvencido.

—Siteequivocas,tendremosqueirtresencadademonio—gruñóDidric—.¿CómocreesquevanadejaratrásalosGuivernossivantancargados?Unacosatedigo,novoyapermitirqueningunodeellossubaaldemonioquemelleveamí.

—Yanosocuparemosdeesomástarde,Didric—leordenóMalikdesdeelotroextremodelasala—.Aterrizarándentrodecincominutos.Volvedaltrabajo.

—Volveréaltrabajocuandoamímedélasanta...—empezóadecirDidric,peroseinterrumpiódegolpealveralgocercadelaentrada.

Fletchersedio lavueltayvioun torsogrisque luchabaporsalirdeunhuevo, rompiendocon las

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garras el saco transparente que le envolvía el cuerpo.Otro huevo cayó de lado, junto al primero.Deinmediato,unpuñorompiólacapaexterioryarañóelsuelo.

El trasgo recién nacido volvió lamirada hacia ellos. Tenía unos ojosmuy claros que giraban sindescanso.Lacriaturaabriólabocaylanzóunestridentechillidoqueresonóportodalacavernaeinclusomásallá,eneltúnel.Cressledisparóunaflechaenelcráneo.

Enesemomento,otrosmuchoshuevos empezaronadar sacudidasy a romperse.Cientosde ellos,repartidosportodoelsuelodelacaverna.Ungritoderespuestalesllegóentoncesdesdeelotroladodeltúnel.Era, en realidad, un alborotode alaridosque lepuso lospelosdepunta aFletcher: los trasgosdormidosseacababandedespertar.

—¡Quemadlos!¡Quemadlostodos!—aullóOthello.Unsegundodespués,lanzóunaespiraldellamashacialapiladehuevosmáscercana.Elfuegolos

quemócomosifueranpapeldearroz,arrugándolosychamuscándoloshastaquequedaronconvertidosenmustiossacosnegros.Elrestodelequiponotardóenimitaralenano:losrelámpagosrestallaronportodalacaverna,reventandoadiestraysiniestrahuevoscuyohediondocontenidoimpregnabalaatmósfera.

—¡Sylva,tufrasco!¡Mehequedadosinmana!—gritóFletcher,alversalirdeltúnelalprimertrasgo,armadoconungarrote.

SylvalelanzóelfrascodesdeelotroextremodelacavernayFletcherlocogióporlospelosenelprecisoinstanteenqueesquivabaungarrotazo.

Athenadescendióvolandoy le clavó lasgarrasen la cabezaal trasgo.Lacriaturaempezóagirarsobresímisma,chillando,yFletcher tuvoel tiemposuficienteparabeberdeuntragoelcontenidodelfrasco.Ellíquidoteníaunsabordulceyempalagoso,comoaguadelavandaendulzadaconmiel.

Elmana empezó a brotar entonces del centro de su cuerpo, comounamarea de luz blanca que lecorríaimpetuosaporlasvenasyreseguíasuconexiónconIgnatiusyAthena.Completamenterecargado,Fletcherdisparóunaboladefuegoalpechodeltrasgo.

Casialinstante,empezóanotarqueIgnatiuslesuccionabadenuevoelmana,peroyaestabahartodeladesobedienteSalamandra.

—¡Yabasta!¡Saldeahíahoramismo!Arrojóallagounlazocinéticoypescóaldemonio,paradespuésalzarloporlosairesydejarlocaer

asuspies,aúnenvueltoenhumo.Ignatius sacudió la cabeza, como quien quiere ahuyentar un pensamiento no deseado. Por algún

motivo, Fletcher tuvo la sensación de que el demonio había crecido, pero no tenía tiempo paraexaminarlo a conciencia.Varios trasgos aparecieron en esemomento en la entradadel túnel, lanzandogritosdeguerra.Trasellos,resonaronlosrugidosmásguturalesdelosorcos.

—Volvamosalapirámide—ordenóFletcher,ylanzóunrelámpagocontralascriaturasqueibanalacabeza.

Cuandosevolvió,untrasgoreciénnacidoloagarróporeltobilloylohizocaeralsuelo.Ignatiusledejólacaraencarnevivadeunzarpazoylacriaturahuyó,gritandodedolor.

Unsegundodespués,echarontodosacorrer.Cuandoyaseacercabanalaentrada,Fletchersefijóenquelosdemáslellevabanbastanteventaja,mientrasqueOthelloySylvacubríanlaretaguardia.

Una bola cinética le pasó por encima del hombro como una exhalación, y oyó justo detrás de él,peligrosamentecerca,elaullidodeltrasgoderribado.Othellolanzóotrabolaporencimadelacabezade

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Fletcher: la onda expansiva le arrojó encima una lluvia de tierra entremezclada con gritos de dolor.Volviólavistaatrásuninstanteyvioqueentrelaprimeraoleadadetrasgosreinabaelcaos:lamayoríadeellosaullaban,agonizantes,mientrasardíanenlalavaalaqueloshabíaarrojadolaexplosión.

—Vamos—gritóSylvacuandoFletcherpasócorriendojuntoaella.Se lanzaron los tresdecabezaporel túnel, seguidosdecercapor IgnatiusyAthena.Unpocomás

adelante, en la base de la columna, aguardaban Sariel y Solomon. Los demás, Jeffrey entre ellos, yahabíanempezadoasubirlaescalera.

—¡Subid,subid!—ordenóFletchermientrasiniciabanelascenso.Los trasgos no tardarían mucho en reagruparse. Solomon, que era el más lento, iba en cabeza,

subiendo como podía la empinada escalera con sus cortas patas. Fletcher y Sylva protegían laretaguardia.Othello,porsuparte,desenfundóeltrabucoyapuntóhacialaentradadeltúnel.

—¿Quéves,Fletcher?—preguntóSylva,casisinaliento,mientrassubíalaescaleraretrocediendo—.¿Nosesperauncomitédebienvenidaenloalto?

Fletcherajustólamiradaalapiedradecristalquellevabasobreelojo,lacualseguíamostrandoaúnloqueveíaEbony.

—Los orcos no entran en la pirámide y los brujos están demasiado lejos—respondió aliviado elmuchacho—.ParecequeMasonteníarazón.

—Bueno, pues los trasgos no tienen tantos escrúpulos—afirmó Sylva. Los iracundos alaridos deaquellascriaturasresonabaneneltúnel—.Ojo,ahívienen.

Los trasgos salieron de estampida del túnel, armados con jabalinas, lanzas y garrotes. El primerproyectillepasósilbandoentrelaspiernasaFletcheryelmuchachoseapresuróalanzarelconjurodelescudo.Y lo hizo justo a tiempo, pues unos segundosmás tarde se estrellaron ruidosamente contra elescudoalmenosunadocenadeproyectilesmás.

Losprimerostrasgosempezaronasubirlaescalera,tansedientosdesangrequeseatropellabanunosaotros.Liderabaelataqueunveteranoquegruñíasindescanso.Enelhombroseleveíalacicatrizdeunaheridadebala.Ignatiuslanzóentoncesunaboladefuego,perfectamentedirigida,quehizocaeraltrasgosobrelascriaturasqueloseguían,enunaconfusióndebrazosypiernas.

Fletchersevioobligadoamantenerelescudoensusitioconlamuñecaizquierdamientrasutilizabalamanoderechaparalucharconelkhopesh.Sylvaloapoyabaconlosformidablesgolpesdesufalce,quedesgarrabanalostrasgosylosenviabandevueltaalfondodelfoso.

—Fuego—gritóOthello.Fletcherseagachóinstintivamente.Seoyóentoncesunestruendo,seguidodeunanubedehumoque

olíaaazufre.Laráfagadeperdigonesalcanzódeplenoalahordadetrasgosydejóunsurcodemuerteasupaso,comosiloshubieraaplastadounpuñogigantesco.

—Cargando—gritóOthello, cuandootros trasgos surgierondel túnelparaocuparelpuestode loscaídosycerrarondenuevofilas.

Unasaetaazulsaliódisparadaenesemomentohacialostrasgosqueaúnestabanenlaescalerayleatravesóelhombroaunodeellos.Lacriaturaseprecipitóalvacío,aullandoysacudiendolosbrazos,hastaqueseestrellócontra los trasgosqueaullabanenel fondodel foso.Unsegundovirote siguióalprimeroyderribóaotracriatura.

—Yacasiestáis—lesgritóCressdesdeloalto—.Oscubro.

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Fletcher se detuvo un instante para comprobar dónde se encontraban. En ese momento, Othellocargaba su trabuco a toda prisa. Lasmanos le temblabanmientras introducía la pólvora en el cañón.Cress,porsuparte,estabaarrodilladaenelpuentejustoporencimadeellos,disparandosussaetasconunapunteríamortal.Lysandersehallabajuntoaella,aunquenopodíaunirsealalucha.Erademasiadograndeparaesquivarlasjabalinasquelesseguíanllegandodesdeabajo.

—¡Cuidado!—exclamóSylva.Fletcher se volvió justo a tiempo y encogió el estómago para esquivar una lanza que sin duda lo

habría destripado. La desvió bruscamente con la parte plana de la espada y lanzó un golpe con laempuñadura.Alcanzóasuatacanteenplenacara,conloqueeltrasgogirósobresímismoysetambaleóalbordedelosescalones.Athenadescendióenesemomento,conunfuriosograznido,yarrojóaltrasgoalvacío.

Fletcher notó una punzada de dolor en el abdomen y supo que la lanza había dejado su huella.Envalentonados,lostrasgossedirigierondenuevoalacolumna,blandiendolosgarrotesporencimadelacabeza.

—Fuego—gritódenuevoOthello.En esta ocasión disparó directamente hacia la escalera, con lo que Sylva y Fletcher se vieron

envueltosenunhumodecoloracre.Lametrallaarrasóunasuperficiecónicaydejóunacarniceríaasupaso. Los restos sangrientos asquearon incluso a Fletcher, pero los supervivientes echaron a correrescalerasabajo,peleándoseentresíporabrirsepasoentrelosferocestrasgosqueintentabansubir.

Enlatreguaquesiguió,losmiembrosdelequipoconsiguieronsalvarlosúltimosescalonesytreparalaplataforma.Cressseguíamanteniendodespejadalazonamáspróximadelaescaleraconsuballesta.

—Alamierda—dijoderepente,desprendiéndosedesuarma.Lequitóelcorchoalfrascodemanayselobebiódeuntrago.Seestremeciócuandoelmanalefluyó

por todo el cuerpo, pero enseguida apuntó hacia la escalera con el guante de batalla.De repente, delguantesurgióunapoderosallamaradaquedescendióenespiralporlaescalera,arrastrandoasupasoalostrasgosqueallísehabíanapostado.Fueunaescenabrutal,comounamareaquesellevaasupasoalasratasencaramadasalosrestosflotantesdeunnaufragio.Enelfondodelfososedesatóuninfiernodefuegolíquidoquechisporroteabayborboteaba.Lostrasgosquenoselanzarondenuevohacialaentradadeltúnelperecieroncarbonizados.SusaullidosdedolorleperforaronlosoídosaFletcher.

Se impuso entonces el silencio, interrumpido únicamente por el siseo de los cuerpos que seguíanachicharrándosemásabajo.

—Mehequedadosinmana—dijoCress.Echóunvistazoalaescalerayseencogióalverlaescena—.Peroellosnolosaben.

—Yo también—dijo Sylva. Restregó su falce contra el borde de la plataforma para eliminar losrestosdesangre—.Lohegastadotodoparaquemarloshuevos.

Las reservas de Fletcher eran escasas, pero reabsorbió el escudo a través de los dedos parareponerlas.Lequedabalojustoparaunospocoshechizosmás.

—Yo aún tengomi frasco—dijoOthello, que se apresuraba a cargar su trabuco—.Y todavíamequedabastantemana.LosnivelesdeSolomonhanaumentadoalcreceréldetamaño.

ElGólemgruñóaloírsunombreydesplegóenelrostrounaescarpadasonrisa.Y, entonces, cuando los primeros trasgos se aventuraban a salir del túnel una vezmás, un aullido

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retumbóportodalasala,procedentedelpasadizoquesehallabaalotroladodelaplataforma.Fletcherechóunvistazoa travésde supiedrade cristaly sedio cuentadequeEbonyestaba sobrevolando lapirámide.Debajodeella,enelsuelo,decenasdecriaturaspasabanjuntoalosorcos,endirecciónalaentradaprincipaldelapirámide.

—Demonios—jadeóFletcher,aterrorizado,yabriendomucholosojos.

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47

Retrocedieronporelpasillomientraslosrugidosdelosdemoniosseibanacercandocadavezmás.—Lapatrulladerescateestáaquí—dijoFletcher,queseguíamirandoatravésdesupiedradecristal

—.Nosestánesperandoenlaentradatrasera.VioadecenasdeorcosqueatacabanalasFuerzasCelestiales,aunquetambiénaotrosmuchosque

yacíanmuertos en la franjaque ibadel río a la pirámide.Arcturusyunospocos jinetesmás eran losúnicos que seguían luchando, pues lamayoría de losmiembros de la patrulla de rescate ya se habíanperdidomás allá del horizonte con los integrantesde losotros equipos.Fletcher vio, en supiedradecristal, nubes de humo y bolas de fuegomientras los jinetes intentaban defender su posición. En esemomento, sin embargo, Ebony dio media vuelta, dispuesta a seguir a su dueña de regreso a lacivilización.

El equipo ya había recorrido medio pasillo y se encontraba muy cerca de la antecámara de losjeroglíficos.Elaullidodelostrasgossesumóentoncesalalborotogeneraly,alvolverse,Fletchersediocuentadequelaprimeradeaquellascriaturasyalosseguíaporeltúnel.

Lanzóunaboladefuegoque,deinmediato,iluminóellargoyoscuropasillo.Alcanzóenelpechoaltrasgomáscercano,quecayóalsueloysealejórodando.Losdemásselimitaronapisotearlo,sindejardelanzarsusgritosdeguerra.

Elequiposiguióavanzando.Lysandercorríacomounaexhalaciónhacialasalaqueseencontrabaalfinal,peroSolomon,depasolento,obligabaaloschicosaavanzaralgomásdespacio.Momentosmástarde,entrarontodosentrombaenlaantecámara.

Laluzchisporroteantedeunaantorcha,enlaparedmásalejada,eralaúnicailuminación.Alparecer,lahabíanencendidoKhanysusorcosalentrar.Rufusestabaenunrincón,sujetándoseelestómago.Entornoasucuerpo,seibaformandolentamenteuncharcodesangre.JuntoaélseencontrabasuLutra,conlacabezamedioseccionada.Jeffreymecíaalmuchachoentrelosbrazos,mientrasqueladyCavendish,acurrucadaenunrincón,sebalanceabahaciadelanteyhaciaatrás.

—Ayudadnos—lessuplicóJeffrey.Levantóambasmanos,ensangrentadashasta loscodosdespuésdequehubiera intentado taponar la

herida.—Demasiado tarde—dijo Othello, tras arrodillarse junto al muchacho herido—.Ya no podemos

hacernadaporél.Enesemomento,Lysanderdejóescaparunquejidoysedesplomóenelsuelo.—¿Quénarices...?—exclamóCress.Corrióhaciaeldemonioyloexaminó.Noteníaningunaheriday,sinembargo,estabainconscientey

conelpicoabierto,comounagallinaalaquelehanretorcidoelpescuezo.

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—Solomon,llévalotú—ordenóOthello,queseñalabaeldemonioinerte—.YomeencargodeladyCavendish.

—Atención,tenemoscompañía—gritóenesemomentoSylva,queyaestabalanzandounaflechaendirecciónalpasadizo.

Elruidodepasossefueacercandoy,alcabodepocossegundos, losprimeros trasgossalieronentrombadelaoscuridad.

—CogeaBess—gritóOthello,ylelanzóeltrabucodesdeelotroextremodelasala.Fletcherdisparóconelarmaapoyadaen lacaderayel retroceso lohizo tambalearse.Lametralla

rebotóporelpasadizo.Lamasacrefueinstantánea:lostrasgosfueroncayendocomolasespigasdetrigoanteunacosechadora.Losqueconsiguieronesquivaraquellaprimerasalvaseapresuraronavolverpordondehabíanvenido.

Sinembargo,noestabansolos.DosNanauesllegaronatodavelocidad:saltabandelsueloaltechoydeltechoalapared,puessusafiladasgarrasseclavabanenlapiedracomosifueraunacortezadeárbol.

Fletcherseresistióalatentacióndederribarlosconsusúltimasreservasdemana,puessabíaquelosconjurosnosurtíanefectoconlosdemonios.DesenfundóentoncesaLlamaraday,mientrasapuntaba,letemblóligeramenteellargocañón.CuandosedisponíaadispararaunodelosNanaues,vioqueéstecaíaalsuelo,derribadoporunaflechadeSylvaqueacababadeatravesarleelhombro.Cambiódeblanco,pues,ydisparó:antesdequelanubedehumoleocultaralaescena,violabalademosquetehundirseenelpechodelotroNanaue.Lacriaturasetambaleó,sedeslizóporelsuelodebidoalainerciaygolpeóaFletcherenlasespinillas.Elmuchachopercibió,enlosojosnegrosyhúmedosdelacriatura,lamiradavidriosadelamuerte,peronopodíadedicartiempoacerciorarse.

ElotroNanaue,herido,searrancólaflechadelhombro,abriódesmesuradamentesuenormebocaycargódenuevo,rugiendo.Diezmetros.Cinco.

FletcherdesenfundóaVendavalydisparólasdosarmasenrápidasucesión.LaprimerabalaalcanzóalNanaueenunarodilla,perolacriaturaprosiguiósuestampida,aunquecojeando.Elsegundodisparonodioenelblanco:seperdióeneltechodelpasadizo,enmitaddeunanubedepolvoydefragmentosderoca.

Fletcher cayó entonces al suelo y se le escurrieron de las manos las dos pistolas. Se revolvió,lanzandogolpesaderechaeizquierda,perosóloencontróaire.Desdeelsuelo,vioaSylvaluchandoconeldemonio,quelehabíaclavadolosdientesenelpecho.Laelfinagritabadedolor,mientrasSolomongolpeabaaldemonioconsuspuñosdepiedra.

Fletcherechóundesesperadovistazoasualrededor,enbuscadealgunaarma,perosólovioaCresstendidaenelsuelojuntoaél,conlamiradavacía.Toskyacíajuntoaella:laúnicaseñaldequeestabavivoeraelespasmódicomovimientodesucola.

JustoenesemomentoentróenacciónSariel,quesujetóconlasgarraslasfaucesdelNanaueyselasabrióalafuerza.SylvaquedólibreySariellanzóalacriaturadevueltaalpasadizoparadespuésecharacorrertrasellaenlaoscuridad,conunrugidocargadodeodio.

Mientraslosdosdemoniosluchabanenelpasadizo,OthelloavanzótambaleándosehaciaSylvayletransmitióenergíasanadora.Lahileradeensangrentadosmordiscosse fuecerrandodespacio.Fletcherlanzósupropioconjurodelacuraciónyempleóenéltodosumana.Sylvagemíadedolor.

—Tehaempujadoparaapartarte—dijoentoncesOthello,conlavoztensaporlaemoción.

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Lasheridassólosehabíancerradoamedias,peroelconjurodelacuracióndeOthellochisporroteóenelaireyseapagó.Elenanofruncióelceño,perplejo.

—Aquípasaalgo—murmurómientrasdejabacaerlacabezahaciaelpecho,comosiestuvieraebrio.Uninstantedespués,losojosselequedaronenblancoysedesplomó.—Solomon,tenecesito—gritóFletcher,queayudabaaSylvaaponerseenpie—.Sácalosdeaquí.Mientras el Gólem, con sus torpes manos, intentaba levantar a Cress del suelo, gimoteando

lastimeramente,IgnatiusyAthenacogieronaOthelloporlosbrazosyloarrastraron.—¡Muévete,Jeffrey!—gritóFletcher,peroelalquimistasiguióacurrucadoenunrincón,juntoalady

Cavendish.Sylvacontuvounaexclamacióny señalóhaciael corredor.DetrásdeSariel,divisarondecenasde

demoniosqueselanzabansobreellos.Susoscurassiluetasquedabaniluminadasporelhumanoidequelosacompañaba:unIfrit,undemoniodefuegoquedespedíapavorosasllamas.

Sarielmiróaloschicos.Suoponenteestabamuerto,peroelvalienteCánidohabíapagadounpreciomuyalto.Sangrabaporunaespantosaheridaenunadelaspatastraseras,quelehabíadejadoelhuesoaldescubierto.Dejócaer lacabezayse leescapóunroncoladrido.Tenía losojosbañadosenlágrimas.Ignatiusseacercóalamerlelasheridas,peroelCánidoapartóalaSalamandraconsuavidad.

—No,Sariel...—sollozóSylva,alcomprenderlasintencionesdesudemonio.ElCánidodiomediavueltayregresócojeandoalaoscuridad.Aulló,comosiasíquisieradesafiara

losdemonios,quesehallabancadavezmáscerca.Estabaintentandoganartiempo.Fletcher levantó unamano cuando Sariel se abalanzó contra las hordas de demonios y empezó a

repartirzarpazosaderechaeizquierda.CuandoelIfritcogióaSarielporelcuelloylolanzóaunlado,Fletcherrugiódeirayexpulsóuntremendofogonazocinéticohaciaeltechodelcorredor.Todosellenódepolvoylarocaimplosionó,despidiendoafiladísimasesquirlas.Luego,seprodujounaavalanchadecascotesque,conunpoderosoestruendo,sepultóelcorredoryaquienesestabandentro.

Fue entonces cuando Fletcher lo notó. Ignatius y Athena estaban aterrados. Al volverse, los viotendidos en el suelo, sin podermoverse.Les habían clavadoundardo envenenado en la espalda y sehabíanquedadoparalizados.Sylvachillóalnotarelpinchazodeldardoquelehabíandisparado.Cuandoelvenenolehizoefecto,sedejócaer.

MientrasFletcherbuscabadesesperadamentea suatacante,notóunaagudapunzadadedolorenelhombroysearrancóunodeaquellosdardos.Deinmediatonotólaparálisisqueseibaapoderandodesucuerpo.Unodelosbrazoslequedóinerte.Tuvoeltiempojustodecogerelfrascodeelixirrojoantesdequeseledurmieraelotrobrazo,peronoconsiguióacercárseloaSylvaaloslabios.OyóasuespaldaelgolpedeSolomonalestrellarsecontraelsueloysupoquetambiénhabíanalcanzadoalGólem.Sequedó,pues,dondeestaba,escudriñandolasalaenbuscadelenemigooculto.Notuvoqueesperardemasiado.

—Ni te imaginasel tiempoque llevoesperandoestemomento—dijoJeffrey, riendoentredientes,mientrassalíadelaoscuridad.

ComprobóqueLysandertuvieralosojoscerrados.LuegoseacuclillójuntoaFletcherehizogirarunacerbatanaentrelosdedos,delantedelrostrodelmuchacho.

—Muyútilesteveneno—dijo—.Se llamacurareyprocededeunaplanta,porsino losabías.LerobélacerbatanaylosdardosaAzul,pobreinfeliz.Demasiadoconfiado,igualquetú.

—¿Porqué?—jadeóFletcher.

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Elvenenoseleestabaextendiendoporelpechoylecostabarespirar.—Soyunpatriota,Fletcher—respondióJeffrey—,asídesencillo.Amoamipaísyamiraza...más

queamipropiavida.PerofíjateentodoloqueestápasandoenHominum:enanosyelfosquealternanconloshumanos,quecontaminannuestrarazaconmestizos...Elreyquelosconsideranuestrosigualesylespermiteenrolarseennuestronobleejército...Semerevuelveelestómago.

EscupiósobreelcuerpoinmóvildeOthello.Lamáscaradelasustadosirvientehabíadesaparecido,ahorasustituidaporladelfanáticoexaltado.

—Encuantotehicisteamigodelenano,supequemetraeríasproblemas.Yesunalástima,porquetúyyo habíamos empezado con muy buen pie. ¿Nunca te preguntaste por qué te evitaba? ¿O es que meolvidastemuyrápido?

Enrealidad,FletchernohabíavueltoapensarenJeffreydesdeaquellaprimerasemanaenVocans,pueshabíanocurridotantascosasdespués...Apenashabíavueltoaveralmuchachoduranteelrestodelcurso.

Miró a Sylva y sintió alivio al comprobar que las heridas prácticamente habían desaparecido.Viviría,demomento.JeffreylesujetólacaraaFletcheryloobligóavolversehaciaél.

—Tengoquedecirquenohasidofácil.UnirmealosYunque,codearmeconamigosdelosenanos,ganarmesuconfianzaybebersuasquerosacerveza...NolohabríaconseguidosinlosForsyth.Bueno,alfinyalcaboellostuvieronlaidea.Llevamosañostrabajandojuntos,desdequelescontéloquehabíaescuchadoaescondidasenelconsejodeguerrade losenanos.¿Nunca tehaspreguntadocómohabíanaveriguadodóndeycuándoseibaacelebrar?

Fletcher se concentró en respirar, pues notaba la lengua demasiado entumecida para poder hablar.Intentó lanzar un conjuro, pero elmana no respondía.Aquel veneno hacía algomás que paralizar losmúsculos.Sóloparecíaconservarciertocontrolsobrelospiesylamanoconlaquemanejabalaespada,puesaúnnotaba la superficie lisadel frascoentre losdedos.Enesemomento, se leocurrióuna idea.Sóloteníaqueserpaciente.

—Megustacargarleselmuertoalosenanos—dijoJeffrey,quesonrióalrecordar—.Esmuyfácil,porque todo el mundo los odia. La gente sólo necesita una excusa y a mí me alegró mucho poderproporcionársela. Te sorprendería lo fácil que es construir una bomba. Nadie sospecha de un barrilabandonadoaunladodelacalle.SecuestraraloslíderesdelosYunquetambiénfuemuyfácil,aunqueconté con un poco de ayuda de la Inquisición, claro. Incluso pusieron la bomba en el juicio de aquelmuchachoenano.ElreyAlfricyelTriunviratoestándeacuerdoenloquerespectaalasrazasmenores.

HabíasidoJeffreyquien leshabíapropuestoquefueranal frente, inclusoqueentraranen la tiendadondesecelebrabanlasapuestas.HabíasidoJeffreyquiensehabíaganadoaElectraparaconseguirunpuestoenelequipo.HabíasidoJeffreyquiensehabíaquedadoatrásdurantelaemboscada,esperandolaoportunidaddeatacar.¿CómoeraposiblequeFletchernosehubieradadocuenta?

Enesemomento,aJeffreyseleensombrecióelrostroyobservóaFletcherconellabiotorcido.—Perotúestuvisteapuntodeecharlotodoaperdercuandovolvisteaentrarcorriendoenlatienda,

despuésdequeyohubieraencendido lamecha.Tedio igualqueyoestuvieraechandohasta laúltimapapilla.Perono tehabía llegadoaún lahora,mipequeñochivoexpiatorio.NoantesdequeelmundoenterovieratucadáverconunasaetadeCressclavadaenelvientre.OunaflechadeSylva.OtalvezeltomahawkdeAtillaclavadoenlaespaldadeSeraphsihubierasrechazadolaofertadeElectra.

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JeffreyseechóareírcuandoFletcherseatragantóytratódefarfullaralgo,cegadoporlarabia.—Estabatanconvencidodehaberlologrado,lasegundavez...—prosiguióJeffrey—.SiElectranote

hubieradadoaquellosfrascos...Ah,quémujertancrédula.Aunasí,meconformoconesteresultado:elequipode las tres razasmuere tristementecuandoestabaapuntodesuperarelúltimoobstáculo.Es laprueba,anteelmundoentero,dequenodebemosmezclarnos.

Fletcher tratódeescupirle a Jeffrey,pero loúnicoqueconsiguió fueque le cayeranunasgotasdesaliva por la comisura de los labios. Jeffrey se las secó con la manga y arrulló sarcásticamente aFletcher,comosifueraunbebé.

—EstabastanpreocupadoporelpobreyenfermizoJeffrey...Noesmuydifícildispararunaballesta,Fletcher,nitampocoocultarlaenunamochila—prosiguió—.Mesorprendequecreyerasquelosataqueseran obra del equipo de Isadora. Jamás correrían un riesgo así, menos aún ante los ojos de todoHominum.No,yocarguécontodalaresponsabilidad.

ElalquimistacontemplóelcuerposinvidadeRufusylentamentenegóconlacabeza.—Lástimaque tuvieraquemataraesepobrechico,peronecesitabaalgoparadistraer tuatención.

Además,tieneunhermanomayorqueperpetuaráellinaje,asíquetampocoestangrave.Cuando Jeffrey volvió la cabeza, Fletcher abrió el frasco con el dedo.Hizo unamueca cuando el

corchorodóporelsuelo,peroJeffreynoparecióadvertirlo.—En fin, me tengo que ir —dijo Jeffrey. Echó la vista hacia atrás cuando, en el pasadizo que

conducíaalaentradaposterior,seintensificaronlosdisparosdearmasdefuego—.Nocreoqueesperenmuchomástiempo.—Fingióestarasustadoydejócaerloshombros—.¡Hahabidounterribleaccidente,Arcturus!—dijoentonoburlón—.¡Underrumbe!Estántodosmuertos...¡Tenemosquesalirdeaquí!

SeechóareírdenuevoylediounabofetadaaFletcher,simplementeporqueleapetecía.—Dejaréquelosorcosacabenloqueyoheempezado.Jeffrey dio media vuelta y empezó a dirigirse hacia la salida. Ahora o nunca, pensó Fletcher.

Haciendouncolosalesfuerzo,seacercóelfrascoalabocayseloderramósobreloslabios.Unaspocasgotasleentraronenlabocayselastragólomásrápidoquepudo.

Noera suficiente.Laparálisis se atenuóunpoco,peroapenaspodíamover losdedosde lamanotatuada.Desesperado,lamiólosrestosquelehabíancaídojuntoalabocaytratóderecogerlosconlalengua.

Laparálisisfuedesapareciendoamedidaquepasabanlossegundos,hastaquefuecapazdevolveraflexionarlosdedos.Apretandolosdientes,Fletchergruñó,levantóunamanoyapuntódirectamentealaespaldadelmuchacho.Novaciló.Jeffreysemerecíamorircomountraidor.

UnrayoimpactócontralaespaldadeJeffreyylolanzócorredorabajo,hastaqueseestrellócontralapared.Quedó tendido en el suelo, con lamirada vacía y la boca abierta en unamacabramuestra deperplejidad.Lamuertenolesentabanadabien.

Fletcher se obligó a sentarse y contempló los cuerpos paralizados de sus amigos, a su alrededor.Estabantancercadeconseguirlo...Arcturusysuequipoestabanallímismo,nadamásdoblarlaesquinadelpasillo.

Sepusode rodillasy empezóa reptar.Los segundos ibanpasandomientras se arrastrabahacia lasalida de la sala. Las rodillas aún no podían sostener el peso de su cuerpo y avanzaba despacio.Demasiadodespacio.

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Gruñó entre dientes y consiguió avanzar unos cuantos pasos, antes de desplomarse de nuevo. Elcorredorestabaallímismo...Siconseguía llegarhasta laentradaposteriorde lapirámide,Arcturus loayudaríaasacardeallíalosotroschicos.

Yentoncesseoyerondenuevolosaullidos.Losdemonioshabíanencontradootraformadeentrarenlapirámide.Vioalprimerodeellosdoblarlaesquina.EraunOni,cuyapielrojaresplandecíabajolaluztrémuladelasantorchas.AgarrólacabezadeJeffreyconlamismafacilidadquesifueraunpomeloylolevantóenvilo,comounaresquesecuelgaalsolparaqueseseque.

Otrodemonioaparecióenesemomento traselprimero,enestaocasiónunFélidoconmanchasdeleopardo. Era imposible que Fletcher pudiera enfrentarse a ellos y derrotarlos. Sólo le quedaba unaopción.

Haciendoacopiodesusúltimasreservasdemana,formóunaboladechisporroteanteenergíacinéticayse laescondiótras laespalda.Aguardóhastaqueaparecieronotrosdemoniosenelcorredor.AlverqueFletcherestabaatrapado,losdemoniossetomaronsutiempo:aunasí,vacilaron,conscientesdequesuscompañeroshabíanperecidosepultadosenelotrocorredor.

—¡Vamos!—dijoFletcher,haciéndolesseñasparaqueseacercaran.Un Kamaitachi siseó y empezó a acercarse: era un demonio con forma de comadreja, dotado de

colmillosycuchillasdentadasenlugardegarras.DosCánidosdepielmanchadaseempujaronentresí,ladrandoygruñendo,peleándoseporentrarenprimer lugar.Elsudor leempapabalosojosaFletcher.Aúnno.Aúnno.

Yentonceslovio.ElresplandordelIfrit,queseabríapasoentreaquellascriaturas.Graciasalaluzque emitía su abrasadora piel, Fletcher vio que tras el Ifrit llegaban otros muchos demonios, desdesimplesÁcaroshastamonstruosprovistosdetentáculos.Habíallegadoelmomento.

Lanzóelconjurohaciaeltechodelcorredoryreventólaroca,empleandoparaellohastalaúltimagotademanaquelequedaba.Laondaexpansivalocatapultóhaciaatrásylohizodarunavolteretasobresímismo.Segolpeólacabezacontraelsuelodepiedraylavistaseletornóborrosa.

Sequedótendidosobrelarocayempezóatosercuandolospulmonesselellenarondepolvo.Eneltenue resplandor, vio que el pasillo había desaparecido: sólo quedaba unamontaña de cascotes y defragmentosderoca.Losaullidosdelosdemoniossepultadosresonabanportodalaantecámara.Fletchersonrióconairesiniestro.Habíaacabadoconlamayoríadeellos.

Mientras escuchaba los gritos cada vezmás apagados, se dio cuenta de que en el exterior habíancesadolosdisparos.Echóunvistazoasupiedradecristal,peronovionada.Verityhabíainterrumpidolaconexión.

Comprendió, con tristeza, que los habían abandonado. La tristeza, sin embargo, se transformó endesesperación cuando, debido al polvo que había levantado la explosión, la antorcha chisporroteó ydespuésseapagó.Quedaronsumidosenunaoscuridadtotal.

Atrapados.

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Fletcheryacíaenlaoscuridady,debidoalasangre,notabalaparteposteriordelacabezapegajosa.Sehabíaacabado.Oíaalostrasgosenlaoscuridad,chillándoseunosaotrosytratandodeescarbarentreloscascotes.Podíantardarminutos,odías,enabrirunabrecha.

Sepreguntó,conaireausente,simorirdesederapreferibleasercapturado.Tampocoesquetuvieraelección.Cerrólosojosysedispusoaesperarelfinal.

Transcurrieronhoras.Othello fue el primero enmoverse. Encendió unaminúscula luz errante con sus dedos aúnmedio

paralizados.Laluz,decidida,empezóarecorrerlasalaysefuedeteniendosobrecadaunodeellos,pueselenanodeseabacomprobarqueaúnestabantodosenteros.

Oyeron entonces un quejido procedente de Cress, lo cual les indicó que la enana también habíaempezadoarecuperarse.Intentóhablar,peroteníala lenguaentumecidaysóloconsiguiófarfullarunaspocas palabras. Se impuso de nuevo el silencio mientras los miembros del equipo esperaban a quedesaparecieranlosefectosdelaparálisis.

Fue pasando el tiempo y los demás, sin prisa pero sin pausa, fueron recobrando sus facultades.Othellofueelprimeroenhablar,aunquelohizodespacio.

—Bienhecho—dijo—.Dadaslascircunstancias,podríahabersidomuchopeor.—¿Mucho peor?—gruñó Cress, arrastrando las palabras pero animándose enseguida—. Estamos

sepultados vivos, rodeados de lo que parece un auténtico ejército de orcos y trasgos, a unos cientocincuenta kilómetros de nuestra frontera y en territorio enemigo y, encima, el mundo entero nos creemuertos.Tenemos tantasposibilidadesdesalirvivosdeaquícomounmancodeganarunconcursodetiroconarco.

Fletchernopudoevitarecharseareír,peroentoncesoyóunsollozoprocedentedeSylva.—Eh...,¿estásbien?—dijoarrastrándosehaciaella.Encendió una luz errante en el dedo y vio que en el hombro y en el pecho de la elfina aún se

apreciabanlasmarcasdelmordiscodelNanaue,unaformairregulardeunsemicírculodecicatrices.Leapoyóunamanoenelhombro,peroSylvaselaapartó.

—Nometoques—ledijoentredientes.—Sylva...,sientomucholodeSariel—murmuróFletcher.—Túlahasmatado—susurróSylvaconlosojosrepletosdelágrimas—.Yotehesalvadoatiytúla

hasmatado a ella.He notado las piedras que le caían sobre el lomo, he notado cómo se le partía lacolumna. Ha tardado horas en morir... ¿Lo sabes, Fletcher? Con la espalda rota, casi sin aire para

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respirar.Solaenlaoscuridad.—Seha sacrificadoparaque túpudierasvivir—dijoFletcher, aunqueel relatodeSylva lehabía

revueltoelestómago—.Sabíaqueeralaúnicaforma.—¡Peronotecorrespondíaatidecidirlo!—gritóSylva,yloapartódeunempujón.—Tienesrazón,Sylva.LecorrespondíaaSariel—selimitóadecirFletcher.Sylvanorespondió.Seacurrucó,hechaunovillo,yocultólacabezaentrelosbrazos.Loshombrosle

temblabanmientrassollozabaensilencio.¡Ignatius! ¡Athena! ¿Dónde estaban? Fletcher buscó a su alrededor, desesperadamente, hasta que

localizósuscuerposinertessobrelafríaroca.Ignatiusseguíaparalizadoenelsuelo,pero,paraaliviodeFletcher,movíadeunladoaotrosusambarinosojos.Además,Fletchernopercibíasensaciónalgunadedolorprocedentede laSalamandra.Athenaparecía estarmejor, aunquehasta esemomento sólohabíaconseguidodarsetorpementelavuelta.

OthellosepusoenpiecomopudoyseacercótambaleándoseaCressyaLysander,haciéndoleunaseña a Fletcher para que se uniera a ellos. Fletcher, demasiadomareado aún para ponerse en pie, searrastró hacia el otro lado de la sala. Se topó con un saco de pétalos amarillos y lo apartó de unmanotazo,loquehizoquepartedelcontenidosederramaraporelsuelo.

OthelloloayudóarecorrerlosúltimospasosyapoyaronlosdoslaespaldaenelcostadodelGrifo,pueselesfuerzodesentarsehabíasidodemasiadoparaellos.

—Mejor que la dejemos tranquila —dijo Othello con voz apagada—. Si yo hubiera perdido aSolomon,estaríadestrozado.

—Sí—intervinoCress—.Notepreocupes,sabequehashecholoqueteníasquehacer.Peroahoranecesitaculparaalguienytehatocadoati.

CressledioungolpecitoaToskconsuguante.Lacriaturaseguíacompletamenteparalizada,comoIgnatiusyAthena.Elúnicoqueparecíapodermoverse,aunquefueraparatambalearsetorpementeporlasala,eraSolomon.

—Solomon tiene lapiel tangruesaqueeldardonohabrápodidoatravesarla—reflexionóOthellomientras Cress se colocaba a Raiju sobre el regazo—. Además, es muchomás grande que los otrosdemonios.

—PeroLysandertambién—musitóFletcher,contemplandoaldespatarradoGrifo.Estaba inmóvil como un cadáver: la única señal de vida era laminúscula nubecilla de polvo que

levantabacadavezquerespiraba.Tras reflexionar unmomento,Fletcher pasóunamanopor el costadodeLysander y varios dardos

cayeronalsuelo.Enlaspuntasaúnseapreciabanresiduosdeunasustancianegra.—Pareceserqueharecibidounadosismuypotente,supongoqueporquehasidoelprimeroenentrar

enlasala—dijoFletcher,levantandounagarraaldemonio,queseguíaparalizado.Luegolasoltóyéstacayópesadamentealsuelo—.MepreguntosilacapitanaLovettaúnnosoye.

Eldemonionoreaccionó.Dehecho,Fletchernisiquieralenotabaelpulso,apesardetenerlacabezaapoyadaenelcostadodelacriatura.Rebuscómásdardosentreelpeloylasplumas,peronoencontrónada.

—Bueno, ¿qué vamos a hacer con ella?—murmuróOthello, tras dirigir la luz errante hacia ladyCavendish.

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Lamujerseguíaacurrucadaenunrincón,meciéndosedesesperadamentehaciadelanteyhaciaatrás.Unaaureoladesangrerodeabalacabezadesuhijo,enelsuelo,yFletcherseestremecióalcontemplarlaimagen.

—Lavoyasacardeeserincón—dijo.Conpasovacilante,sedirigióhacialadamanoble,yparaellotuvoquerodearelcuerposinvidade

Rufus.Lacogióenbrazosysesorprendiócuandolamujerdejódebalancearsealinstanteylerodeóelcuelloconlosbrazos.LadejójuntoaCressyluegosedesplomóenelmismolugarquehabíaocupadohastaesemomento.

—Estáustedhechaun asco—dijoCress, al reparar por primeravez en el aspecto inmundode lamujer.

Sehumedeciólamangaconelaguadelabotellaquellevabasujetaalacinturaylelimpiólacaraaladama.LadyCavendishcerrólosojosyaceptóensilencioloscuidadosdelaenana.

—Estamosjodidos,¿verdad?—susurróOthellomientrasseñalabalasalidaconlabarbilla.Seoyóunruidosordo,aldesplazarselasrocas,seguidodelgritodedolordeuntrasgo.Luego,una

explosiónalotro lado.La sala entera temblóydel techo les cayóunanubedepolvo.Alparecer, losorcosestabantratandodevolarloscascotes.

—Cuandoconsiganabrirsepaso,mataremosa todos losquepodamos—dijoFletcher, y cerró losojos—.Paraentonces,yadeberíamoshaberrepuestoelmana...Yoyameherecobradolobastantecomoparalanzarunascuantasbolasdefuego.

—Sí,yademásnosquedaelfrascodeelixir.Untraguitoporcabeza—dijoOthello,flexionandolosdedosentumecidos—.Esperemosquelosdemoniosyasehayanrecobradoparaentonces.

Fletcher,demasiadocansadoparahablar,selimitóaasentir.Dejóresbalarlosdedosporelpolvodelsuelo.Erasuavealtacto,perobajolafinacapadepolvonotóunaextrañamarcacurvada.Limpiólazonaconlamangayencendióunaluzerranteparavermejor.

Estabansentadosenelbordedeunpentáculo,comoeldelaplataformaquesehallabaenelcentrodelcorredor.Ésteeramáspequeño—deltamañodeunaruedadecarro,másomenos—,peroigualmenteútil.Aúneranvisibles los restos ennegrecidosde la sangreallívertidaduranteaños.En las esquinas,estabangrabadaslasclavesdelosorcos.

—Caray,miradeso—dijoOthelloalverlo.Levantólamiraday,aldescubrirunconjuntodetuberíasnegrasycortasquesurgíandeltecho,con

nerviosismosehizoaunlado.—Si fuéramos orcos, podríamos entrar en el éter —dijo Fletcher en un tono algo nostálgico—.

Aunquetampococreoqueestuviéramosmuchomejorqueaquí.—¿Tegustaría serunorco?Jamáspenséque teoiríadeciralgoasí—dijoOthello, riéndoseentre

dientes—.Perotienesrazón.Esmejorquemoriraquí,oquesercapturados.—Puedequeelairenoseavenenosoensupartedeléter—apuntóCress,apartandoun instante la

miradadelatareaqueestaballevandoacabo—.Talveznoseaninmunes.Bajo lamugre, el rostro de ladyCavendish era atractivo, aunque estaba demacrado y desnutrido.

ParecíatenermásomenoslamismaedadqueArcturus,treintaytantos,yyalehabíanempezadoasalirpatas de gallo en torno a los ojos. Fletcher no recordaba la edad que supuestamente debía de teneraquellamujer,perohabíaalgoenellaqueleresultabafamiliar,comosilahubieravistorecientemente.

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Esosojosqueledevolvíanlamirada...¿eranparecidosalosdeRufus?—¿Hola?—dijoCress, chasqueando losdedos—.Digoquea lomejor el éternoesvenenoso—

repitió.—Adelante,veacomprobarlo—contestóOthelloconsequedad—.Siquiereshacerdeconejillode

Indias,yoencantado.Personalmente,prefierollevarmeaunoscuantosorcospordelante.CressseencogiódehombrosysevolviódenuevohacialadyCavendish,paradesenredarleconun

peinelosnudosdelpelo.Otro estallido sacudió en ese instante la caverna. Una piedra suelta se desprendió de la pila de

cascotesquebloqueabalaentrada.—Estánimpacientes—dijoFletcher.—Mepreguntosinosataránalárboldelamuerte—dijoOthelloentonomorboso—.Peorquemorir

quemado,¿no?EsodijoJeffrey.—¿Yquiénconfíaenlaspalabrasdeuntraidor?—SeoyólavozdeSylva,queatravesólaoscuridad.Fletchersealegródeescucharla.Sylvasehabíasentadoyteníaunaexpresióndegélidarabiaenel

rostro,peroahoraestabadirigiendosuirahacialapersonacorrecta.—Podríamosmasticarunospétalosdeéstosparaaliviareldolor—dijoCress,yrecogiódelsuelo

unodelospétalosylesacudióelpolvo.Luegoselometióenlabocaylomasticóconairepensativo—.Puesnoestátanmal—murmuró—.Mehacecosquillasenlaboca.

—¿Estásseguradequeesunabuenaidea?—preguntóOthello.Elenanorecogióunpétalodelsueloyseloacercóparaolisquearlo,peroenseguidaarrugólanarizy

loarrojóbienlejos.—Detodasformas,mevoyamorir—dijoCress,encogiéndosedehombros.Seinterrumpiódegolpeyarqueólascejas.—Hum...—musitómientrassacudíaligeramentelacabeza—.Meestáprovocandoalgúnefecto.Pero

nosabríadecirquées...Fletcherfruncióelceño.Yalehabíaoídodeciresoaalguien.AElectra.—Espera—dijocontemplandolospétalos.Eranamarillos,comoelelixirdelosfrascosqueElectralehabíaenseñado.Derepente,todoencajó.—Estospétalosprocedendeléter—prosiguió,yacercóa la luzunode lospétalos—.Meapuesto

ciensoberanosaqueestoesloquehabíaenaquellosfrascosamarillosquenosenseñóElectra.Losquealparecernoproducíanningúnefecto.

—¿Y?—preguntóCress,queyamasticabaotropétalo.Othellolelanzóunamiradacargadadereproches.—¿Qué?—dijoellasonriendo—.Megustanlascosquillitasquemehacenenlaboca.Enesemomentoseoyóotraexplosiónenelcorredor,tanpoderosaquelasalaenteratembló.Fletcher

oyólavozgravedevariosorcos,quedictabanórdenesguturales.Levantólavozparahacerseoír.—Queestonoes sólounadrogaqueusan losorcosparacolocarse..., a juzgarpor la reacciónde

Cress.¿Ysisóloinmunizacontraelvenenodeléter?Othelloseloquedómirandoduranteuninstante,arqueandocadavezmáslascejasmientrasasimilaba

laspalabrasdeFletcher.Finalmente,sepusoagritaryagarróasuamigoporloshombros.—¡Eresunauténticogenio!—dijo,zarandeándoloconbrusquedad—.¡Tienequesereso!

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—Creoquetienesrazón—dijoSylva,aunquearegañadientes.Seacercóalosdemásyexaminóelpentáculo—.Bueno, loúnicoque tenemosquehacerahoraes llenar lossurcosdelpentáculoconalgoorgánicoparapoderusarestacosa.¿Algunaidea?Porquenoveoaningúnorcoazulporaquíesperandoaquelosacrifiquen.

Fletcherescudriñólasala.Duranteuninstante,detuvolamiradaenelcharcoquehabíaformadolasangredeRufus,peroenseguidanegóconlacabeza,asqueadodesímismo.Esono.Jamás.

—¿Khannohaapretadounaespeciedebotón?—dijoCressmientraslimpiabaconambasmanoslagruesacapadepolvo.Sonrióyseñalóunpequeñobultoenelsuelo,justodelantedeella—.Menosmalquenolohepisadoantes,sinoOthellosehubieravueltoabañarensangre.

—Bueno,todoelmundoacomer—dijoFletcher,yseintrodujounpuñadodepétalosenlaboca.Tenían un sabor ligeramente amargo, pero no del todo desagradable, que le recordó un poco al

whisky.ObservóaCressmientrasconvencíaaladamanobleparaquecomieraunodeaquellospétalos.La

mujer estaba tan hambrienta que lo engulló como un animal famélico, sin apenasmasticarlo antes detragárselo.

—Bienhecho,Cress—sonrióFletcher.Unatremendaexplosiónretumbóportodalasala.Entreloscascotesdelasalidatrasera,seveíaya

unresquiciodeluzprocedentedelasantorchasdelostrasgos.Tambiénseoíaperfectamentealosorcos:pronunciabanenvoz tanaltasuáspero lenguajemonosilábicoqueeracomosiestuviesenen lamismasalaqueloschicos.

—Será mejor que nos demos prisa —dijo Fletcher. Él y Othello se apartaron de los símbolosgrabadosenelsuelo—.Adelante,Cress.

La enana pulsó el botón.Con los dientes apretados por el esfuerzo, siguió apretando hasta que elpulsador se hundió en el suelo. Durante unos instantes, no ocurrió nada. Y, entonces, justo cuandoempezabaacundirelpánico,cayósobreelpentáculolaprimeragotadesangre.

Lasgotassefueronconvirtiendoenunhilillodelíquido,deunrojotanoscuroquecasiparecíanegro.Sefueextendiendomuydespacio,separándoseyvolviéndoseaunirhastallenarporcompletolaestrellaylasclaves.

—Pásameelfrascodemana,Othello—dijoFletcher,extendiendounamano—.Amenosquequierashacerlotú...

—De ninguna manera —dijo el enano, y le entregó la ampolla—. Tu parálisis ya casi hadesaparecidograciasalapociónsanadora.CreoqueniCressniyopodríamoshacerloennuestroestado.

Fletcherasintióysebebiódeuntragoelempalagosolíquido.Uninstantedespués,empezóanotarentodoelcuerpolaagradablesensacióndelmanaquefluía.

—Escuchadme—dijomientrashundía losdedosen la sangre.Aúnestabacalientey seestremecióinvoluntariamente—. Sylva, quiero que lances al éter todas las bolsas de pétalos que puedas. Nosabemoscuántoduranlosefectosdelaplanta.

Sylvacerrólosojosyasintió.—Bien.Cress,túrecogeráselrestodelascosas,incluidasmisdospistolas,lasmochilasdeJeffreyy

deRufusytodoloquepuedasernosdeutilidad.ArrójalotodoalotroladodelportalyluegocrúzaloconladyCavendish,yaquecontigopareceestarmástranquila.SolomonllevaráaLysanderaléter,yOthello

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seencargarádeTosk,deIgnatiusydeAthena.Ladamanoblesemovióenesemomentoylevantólavista.—¿LadyCavendish?—dijoFletcher,deseosodeotrareacción.Lamujer,sinembargo,ledevolvióunamiradavacía.Fletchersuspiróyprosiguió:—Cuandosaquelosdedosdelasangre,sólodispondremosdeunossegundosparacruzarelportal

antesdequesecierre,asíqueyoseréelúltimo.Y,ahora,¡vamosallá!Tras esas palabras, Fletcher bombeómana hacia el pentáculo.El líquido rojo adquirió un intenso

tonovioleta.Fletcherapretó losdientesy siguióhaciendoungranesfuerzocuandoaparecióelportal.Primeroeraunpequeñopunto,yenseguidasefueensanchandohastaalcanzareltamañodeunpomelo.

—Nopuedollevarlosatodos,perocreoqueAthenayaestácasirecuperada—dijoOthello.—Ahorano,Othello—gruñóFletcher,bombeandomásmanaalpentáculo.Elportalaumentóaúnmásdetamañohastaquedarflotandoenelaire,comounsolminúsculocuyo

sordozumbidoreverberabaportodalasala.—Athena—dijoladyCavendish,enuntonotanbajoqueFletchercreyóhaberloimaginado.Sylvaempezóalanzarlasbolsasdepétalosalotroladodelportal.Losotrossetambaleabanbajoel

peso de sus respectivas cargas. Las siguientes fueron lasmochilas: la deRufus se abrió al cruzar elportalyempezóadarvueltas.

Solomonfueelprimeroenacercarsealportal.Sedirigióhacialaentradaconpasovacilante,debidoalpesodeLysander,selanzódecabezahacialaluzydesaparecióuninstantedespués.

Sylvalosiguiódeinmediato,cargadaconvariasbolsasmásdepétalos.—Esperoqueestofuncione—murmuró,ysaltóalinteriordelaluminosaesfera.Desapareció justo en elmomento enqueotra explosión sacudía la sala.En esta ocasión, les cayó

encimaunalluviadeguijarrosalempezaradesmoronarselapiladecascotes.—¡Corre,Othello!—gritóFletcher.Elenanosaliódisparadohaciaelportal,conToskeIgnatiuspegadosalpecho.Athenalosiguióde

inmediato, aunque su vuelo era algo inestable debido a la parálisis. Durante un leve instante, ladyCavendishlevantólamano,comosiquisieratocaralGrifuelo.

—Cress,cogealadyCavendish.¡Ya!—gritóFletcher,cuandootraexplosiónsacudiólasala.Justo entonces, el primer trasgo asomó la cabeza por un agujero de la barrera de roca.Empezó a

chillaryaarañarlasrocasmientrasintentabapasarelrestodelcuerpoporelagujero.Cress lecogióunamanoa ladyCavendish,pero ladamanoblevolvióareaccionarderepente.Se

enfrentóalaenanaytratódezafarsedeella.—¡Athena!—gritóconvozronca—.¿DóndeestáAthena?¡Miniña!Y,enesemomento,Fletcherlosupo.AquelrostroeraidénticoaldeladyForsyth,aquienhabíavisto

duranteeljuicio.Ytambiénhabíavistoensueñoselrostromásjovendeaquellamujer,juntoasucunita.—Madre—jadeóFletcherconelcorazóndesbocado—.AliceRaleigh.Aloírsunombre,lamujerdejódeoponerresistenciayvolviólamiradahaciaFletcher.—SigueaAthena—ledijoFletcher,sonriendoentrelaslágrimas—.Cresstellevarájuntoaella.Unsegundomástarde,Cresscruzóelportaljuntoaladamanoble,yFletchersequedósolo.Lasiguientedetonaciónapartódefinitivamenteloscascotes,ylaondaexpansivalelanzóencimauna

granizadadepiedras.Contemplóelmundoporúltimavez.

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Yluegoseadentróeneléter.

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DEMONOLOGÍA

Ácaro–Nivel1(Rory,GenevieveyLovett)

LosÁcaros son losdemoniosmás comunes en lapartedel éter a laque se accededesdeHominumyconstituyen,además,unafuentedealimentoparamuchasotrasespeciesdemoníacas.AunquehayvariasespeciesdeÁcarospequeños,similaresalosinsectos,losÁcarosEscarabeideossonlosmáspoderososdentro de este género. Songrandes escarabajos voladores, cuyo color varía desde elmarrón apagadohasta los tonosmásvivos.Cuando llegana laedadadulta, losEscarabeideos—dotadosdepoderosasmandíbulas—desarrollanunarma:unpeligrosoaguijón,capazdeparalizartemporalmentealenemigo.SonmuchosloshechicerosqueutilizanÁcarosparaexplorareléter,antesdeenviardecazaundemoniomáspoderoso.

Lutra–Nivel4(RufusyAtlas)

Estosdemonios,del tamañodeunperro,seasemejanmuchoaunanutriaenorme.Poseenunacolaconpúas,comosifueraunlucerodelalba,ydosgrandesincisivos.Seencuentranamenudoenríosylagosdeléter,pueslesencantanadar.

Salamandra–Nivel5(Fletcher)

Las Salamandras sonmuy poco frecuentes y no existen en la parte del éter a la que se accede desdeHominum.Nosesabemuchoacercadesuhábitatnidesuhistoria,aunqueexistenpruebasdeque losorcoslascapturabanantiguamente.Sondeltamañodeunhurón,conelcuerpomenudoylasextremidadeslobastantelargascomoparapodercorrerconlaeleganciadeunpuma,enlugardearrastrarsecomounlagarto.Lapiel,lisa,esdeunintensotonoburdeos.Losojos,grandesyredondoscomolosdeunbúho,sondecolorambarino.Estosdemonioscarecendedientes,peroposeenunhocicoterminadoenpunta,similaralpicodeunatortugaderío.

Leñoso–Nivel6(Seraph)

Estosdemoniosconformadetejónposeenunapielmuycurtidaqueapenassedistinguedelacortezadeárbol, cosa que les sirve para camuflarse en las junglas del éter. Aunque son bastante comunes, sutendencia a esconderse en lo alto de los árboles, y las venenosas espinas quepuedendisparar con el

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lomo,losconviertenendemoniosdemuydifícilcaptura.Sealimentanúnicamentedeplantas,quetrituranconlaboca,quetienenrepletadeprotuberancias.

Vúlpido–Nivel6(Penelope)

ParientescercanosdelCánido,aunquealgomáspequeños,estosdemonioszorroposeentrescolasysontanágilescomoveloces.

Cánido–Nivel7(SylvayArcturus)

Separecenalosperros,peroposeencuatroojos,garrasletales,coladezorroyunaespesacrinquelesrecorreel lomo.El tamañodeestascriaturaspuedevariar,desdeeldeunperrograndehastaeldeunponi.

Félido–Nivel7(IsadorayScipio)[*]

Estosgatosbípedostienencuatroojosyseasemejan,encuantoaestaturaeinteligencia,aunchimpancéde la jungla. Existen diversas razas: la leonina, la atigrada y la leopardina, que se parecen,respectivamente,aleones,tigresyleopardos.

Anúbido–Nivel8(Malikysupadre,Baybars)

ParienteslejanosdelCánido,estosdemoniostaninusualescaminansobredospatasyposeencabezadechacal.AdiferenciadeloqueeshabitualenlosparientescercanosdelCánidocomún,losAnúbidossólotienendosojos.

Gólem–Nivel8(Othello)

Estosdemoniosinusualesyprimariospuedenestarhechosdedistintasclasesdeminerales,entreelloslaarcilla,elbarroolaarena.ElmáspoderosoeselGólemdepiedra.LosejemplaresjóvenesdeGólemmidenaproximadamenteunmetroounmetroymedio,peroconeltiempopuedensuperarlostresmetrosdealtura.Tienenunaspectohumanoide,aunquelasmanosestánformadasúnicamenteporundedolargoyunpulgaroponible.

Hidra–Nivel8(Tarquin)

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Una Hidra es un demonio muy grande con tres cabezas de serpiente sobre sendos cuellos largos yflexibles.ElcuerpoessimilaraldeunvaranoyaproximadamentedeltamañodeunCánidogrande.Enotrostiempos,lasHidraseranmuycomunesenlapartedeléteralaqueseaccededesdeHominum,peroenlaactualidadestánprácticamenteextinguidas.

Grifo–Nivel10(Lovett)

Estos inusuales demonios se dejan ver ocasionalmente en la parte del éter a la que se accede desdeHominum.Deltamañodeuncaballo,losGrifosposeenelcuerpo,lacolaylaspatastraserasdeunleón,perotambiénlacabeza,lasalasylasgarrasanterioresdeunáguila.

Minotauro–Nivel11(Rook)

Estosdemonioshumanoidessonaltos,peludosymusculosos.Poseencabezadetoroypezuñasenlugardepies.AdiferenciadelGólem,elMinotaurotienelasmanosprovistasdegarrasypuedemanejararmasconellas,aunqueenseñarlesesunatareamuycomplicada.EspocofrecuenteverdemoniosdeestetipoenlapartedeléteralaqueseaccededesdeHominum.

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NOTA

[*]ElprimerFélidodeScipiomurió.RecientementeselehaconcedidootrocachorrodeFélido.

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Laleyendaelhechicero.ElguerreroTaranMatharuNosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestelibro,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio,seaésteelectrónico,mecánico,porfotocopia,porgrabaciónuotrosmétodos,sinelpermisoprevioyporescritodeleditor.Lainfraccióndelosderechosmencionadospuedeserconstitutivadedelitocontralapropiedadintelectual(Art.270ysiguientesdelCódigoPenal)DiríjaseaCEDRO(CentroEspañoldeDerechosReprográficos)sinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.PuedecontactarconCEDROatravésdelawebwww.conlicencia.comoporteléfonoenel917021970/932720447Títulooriginal:Summoner.TheInquisitionDiseñodelacubierta:HodderandStoughtonLimitedIlustracióndelacubierta:©MałgorzataGruszka©TaranMatharuLtd.f/s/oTaranMatharu,2015©porlatraducción,MontseTriviño,2016©EditorialPlaneta,S.A.,2016Avda.Diagonal,662-664,08034Barcelona(España)www.editorial.planeta.eswww.planetadelibros.comPrimeraediciónenlibroelectrónico(epub):octubrede2016ISBN:978-84-08-16226-1(epub)Conversiónalibroelectrónico:VíctorIgual,S.L.,www.victorigual.com

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