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    La Inglaterra Isabelina.

    Tras los cortos reinados de Eduardo VI y de Mara, casi toda la segunda mitaddel Quinientos contempl el largo mandato de Isabel (1!"1#$%&, durante el

    cual se produciran una buena serie de logros' la Monarua acrecent supoder, consolidando su soberana en el interior del pas y pudiendo a la )e*desarrollar una poltica e+terior ms ambiciosa- se aan* la re/ormaanglicana, triun/ando nalmente sobre catlicos y puritanos- se impuls uncrecimiento econmico acelerado ue tra0o consigo la prosperidad del eino yel enriuecimiento de los sectores emprendedores de la poblacin. En suma, laetapa isabelina resultara a la postre una de las ms e+itosas de la 2istoriamoderna de Inglaterra, llegando el pas a con)ertirse en potencia destacadadentro del mundo europeo occidental, e)olucin ue contrastara con lasmuc2as dicultades y problemas ue se produciran en otras naciones del3ontinente, especialmente en el caso de 4rancia, 2undida en una pro/undadecadencia por las guerras de religin y la crisis general ue le a/ectaba.

    La /uerte personalidad de la reina, su permanencia en el poder casi mediosiglo, su eca* actuacin como gobernante y su pragmatismo contribuyeronmuy muc2o al a)ance espectacular de la reale*a inglesa y, con ella, del einoen su con0unto durante estos a5os. 6obre la gura de Isabel se 2an elaboradom7ltiples interpretaciones, la mayora de ellas resaltando su soltera (no lleg acasarse&, su independencia de carcter o sus intermitentes de)aneos amorososue contrastaban con ciertos rasgos de masculinidad en su comportamiento.8ero, por encima de estas re/erencias a la se+ualidad de la reina o a sumoralidad en la )ida ci)il, se destacan en gran manera la talla poltica deIsabel, su capacidad como estadista y la 2abilidad ue supo tener para sortear

    con 9+ito los numerosos obstculos ue tanto en el interior del pas como en ele+terior se le presentaron, pues su reinado no transcurrira en pa* ni sinopositores. Muy al contrario, tu)o ue 2acer /rente una y otra )e* a las intrigascortesanas, a las oposiciones nobiliarias, a los disidentes religiosos de uno yotro credo, a las tensiones y con:ictos de las relaciones internacionales uepodan soca)ar la soberana de la 3orona y amena*ar el engrandecimiento deInglaterra.

    8ara desarrollar su poltica, Isabel sigui utili*ando el aparato de podermontado por los primeros Tudor. ;o 2ubo inno)aciones institucionales nialteraciones esenciales en la mauinaria del Estado. El 3onse0o pri)adocontinu siendo el cuerpo asesor /undamental, al ue /ueron llamados auellos

    persona0es principales ue contaban con la plena conan*a de la reina, la cualno dud 0ams en suprimir de /orma radical el menor intento de traicin omauinacin contra su persona. udley, el conde de Esse+... /ueron algunos de los destacadosconse0eros reales, al igual ue lo /ue 4rancis

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    guardin del 6ello ue perdieron algo de su gran in:uencia anterior. especto alos delegados territoriales del poder central, el cargo de lugarteniente mantu)osu prestigio, y en los condados los 0ueces de pa* siguieron su ascenso,incrementando toda)a ms sus /unciones y representacin social endetrimento de los ?s2eri@s?, circunstancia ya apuntada con la entroni*acin delos Tudor.

    Tampoco 2ubo alteraciones apreciables en la Administracin de 0usticia, regidapor los principios del >erec2o 3om7n, basado a su )e* en la costumbre(derec2o consuetudinario&, ue se e0erca desde las di)ersas salas dee entre los con:ictos de orden interno ue se dieron durante el reinadoisabelino, 2abra ue destacar el espinoso asunto de Mara Estuardo, la reinade Escocia, ue busc re/ugio en la 3orte inglesa al tener ue salir de su pas2uyendo de la suble)acin general all originada en 1#! y ue nalmenteacabara siendo a0usticiada en 1!B, de0ando tras de s un largo y enmara5adoproceso contra su persona, ya ue /ue acusada de conspirar contra la reina, de/a)orecer la causa catlica y de conni)encia con la re)uelta de la noble*anorte5a de 1#C"1B$, tan /ero*mente reprimida. 4uesen o no ciertas algunaspruebas ue la presentaron como culpable del delito de alta traicin, estabaclaro ue la estancia de Mara Estuardo en Inglaterra, a pesar de suconnamiento y de la )igilancia e+trema a ue /ue sometida, supuso uncontinuo peligro de inestabilidad poltica y religiosa para el gobierno de Isabel.El problema representado por Mara Estuardo tard bastantes a5os en

    resol)erse, pero al nal se solucion de /orma dramtica con la eliminacin/sica de la ue 2aba sido soberana escocesa, m9todo )iolento al ue serecurri en m7ltiples ocasiones por el poder central para des2acerse de susenemigos y para abortar todo intento de suble)acin o de contestacin a laMonarua isabelina.

    El absolutismo ingl9s apenas se )io limitado en esta 9poca por el 8arlamento,sumiso y plegado a las directrices reales y escasamente procli)e a rei)indicarmayores cotas de poder. 3on)ocado en una docena de ocasiones, mani/est suaceptacin de la poltica regia aunue 2acia el nal del reinado se escuc2asenalgunas )oces discon/ormes. Menos crtica ue la de los Lores, la 3mara de

    los 3omunes de0 traslucir su satis/accin por la situacin general del pas,agradecida en buena parte de sus componentes por el desarrollo econmicoalcan*ado y por el grado de bienestar del ue go*aban.

    Al igual ue estaba ocurriendo en otros ramos de la Administracin, tampocolas nan*as del Estado e+perimentaron trans/ormaciones sustanciales,sumndose a los ingresos percibidos por los dominios de la 3orona, por lasrentas /eudales y por los derec2os aduaneros los procedentes de lasconscaciones, mayormente de las reali*adas en la d9cada de los sesenta, y

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    los emanados en general de la e+pansin comercial ue tantos beneciosestaba generando no slo a los particulares sino tambi9n a las arcas del Tesoro.La contrapartida ms apreciable /ue el aumento de los gastos b9licos, ya ue lamayor inter)encin de Inglaterra en los con:ictos e+teriores 2i*o ue el costede la guerra se de0ara sentir con una intensidad creciente en las nan*asp7blicas, aunue no lleg a con)ertirse en un lastre tan pesado de lle)ar comoles estaba suponiendo a otras potencias occidentales, caso de Espa5a pore0emplo.

    Las mayores dicultades le )inieron a la Monarua por el problema religioso,ue desde el reinado de Enriue VIII tan presente se encontraba en la )idainglesa. Tras las /uertes oscilaciones ue se dieron en este campo con EduardoVI (proteccin ocial de los protestantes& y Mara Tudor (restauracin delcatolicismo&, Isabel se encontr con una situacin comprometida, dada laposibilidad de inclinarse 2acia uno u otro credo y la di)isin e+istente enmateria religiosa en el interior del eino. 8oco a poco se )io claro ue la reinase decida por apoyar la re/orma anglicana, posicin algo intermedia entre el

    catolicismo y el cal)inismo ue 2asta entonces se 2aban disputado elreconocimiento ocial del poder real. 3onser)ando algunos aspectos de laliturgia catlica y tomando principios dogmticos cercanos al cal)inismo, lacausa anglicana se conrm como la religin del Estado ingl9s, teniendo paraello ue )encer una serie de resistencias, pro)enientes casi siempre de lossectores catlicos (eclesisticos y ci)iles&, y posteriormente tambi9n uereprimir los conatos internos de rebelda representados por el a)ance delpuritanismo, tan crtico con la 0erarui*acin de la Iglesia y radicalmenteopuesto al mantenimiento del cuerpo episcopal.

    Los 0alones sobresalientes de la marc2a 2acia el anglicanismo /ueron cla)adosa lo largo de casi todo el reinado isabelino. En 1C se aprobaron el Acta de

    6upremaca, ue declaraba la superioridad de la Monarua sobre la Iglesia,concentrando adems los dos poderes (temporal, espiritual& en la gura delsoberano, y el Acta de Dni/ormidad, ue asuma en lneas generales ellocal)inista ?8rayer =oo? de Eduardo VI. 8or parte de un nue)o colecti)o deobispos anes a las directrices reci9n aprobadas se elabor la ue poda serconsiderada nue)a biblia anglicana, los ?%C Artculos?, ue tardaron alg7ntiempo en ser raticados por la reina a la espera de ue llegase el momentopreciso, 2ec2o ue se produ0o a ra* del apoyo prestado por el 8apa a larebelin de los nobles catlicos del norte del pas y de la e+comunin lan*adacontra Isabel en 1B$. La respuesta de 9sta /ue inmediata conrmando los ?%CArtculos?, e/ectuando una /ero* y persistente represin de los catlicos

    ingleses, concretada en la serie de a0usticiamientos ue a partir de entonces sesucedieron, y persiguiendo a los 0esuitas y a sus simpati*antes. Tambi9n leslleg el turno de la represin a los puritanos, mayormente acentuada desde1!, por la creciente amena*a ue empe*aban a representar (radicalismodoctrinal, aumento num9rico, contestacin social& para el orden establecido,ue /ue de/endido /9rreamente por Isabel en los 7ltimos a5os de su reinado, yaen los comien*os del nue)o siglo.