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58 El último patriota preso en España fue víctima de la burocracia Durante la Colonia no fuimos un país pobre La Comuna de París reiventó el sentido del gobierno LA INDEPENDENCIA DE VENEZUELA SIEMPRE INCOMODÓ A EEUU

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dossier

58

El último patriota preso en España fue víctima de la burocracia

Durante la Colonia no fuimos un país pobre

La Comuna de París reiventó el sentido del gobierno

La inDEPEnDEnCia DE VEnEzuELa siEmPrE inComoDó a EEuu

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AGOSTO2018 MEMORIASDEVENEZUELA 1

editorial

CORREO ELECTRÓNICO [email protected] [email protected] PÁGINA WEB www.cnh.gob.ve TWITTER @Memoriasvzla | @cnh_ven FACEBOOK Memorias de Venezuela Centro Nacional de Historia TELÉFONO (0212) 509.58.32

Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno / Centro Nacional de Historia Final Avenida Panteón, Foro Libertador, Edificio Archivo General de la Nación, PB. ISSN 1856-8432 Depósito Legal N.° PP200702DC2753

la independencia en la mira de eeUU

La insturación de la República de Venezuela en Angostura fue un paso decisivo para la conso-

lidación de la independencia, pero también puso el proyecto de Bolívar en la mira de los grupos de poder que gobernaban en los Estados Unidos. Comprometidos con un plan de expansión y con-trol de las colonias españolas en ultramar y desde Florida hasta el Río Grande y más allá, veían como una amenaza el carácter continental de la visión del Libertador.

En ese sentido, aun cuando originalmente no in-terfirieron en los planes originales de Miranda ni en el posterior movimiento emancipatorio de 1810, se negaron a reconocer a Venezuela como una nación soberana. Una salida de España del continente les interesaba, y más si para ello no tenían que forzarla mediante una guerra. Pero un proceso de libera-ción de Nuestra América les resultaba intolerante. Por eso, no solo mantuvieron por años la negativa a reconocer nuestra independencia sino que favo-recieron el comercio de armas con España, llega-ron a violar el derecho internacional en perjuicio de Venezuela e incluso se opusieron a la convocatoria del Congreso Anfictiónico de Panamá. MDV pre-senta un dossier que ofrece una primera aproxima-ción de estos hechos.

portada: Composición basada en un paisaje del Orinoco de Ferdinand Bellermann y el retrato de Bolívar de M. N. Bate.

AGRADECIMIENTOS Instituto Autónomo Biblioteca Nacional (Archivo Audiovisual, Colección Bibliográfica, Colección Antigua, Hemeroteca); Galería de Arte Nacional (Cinap), Museo Bolivariano, Archivo General de La Nación IMPRESIÓN: Imprenta Municipal

RECONOCIMIENTOS Mención Honorífica del Premio Municipal de Comunicación Social 2009 · Premio Nacional de Periodismo 2010 · VII Premio Nacional del Libro de Venezuela 2010-2011, mención Revista · Premio Municipal 2011 Periodismo Científico, Diseño y Diagramación Premio Municipal de Periodismo Willian Lara 2012

memoriaS de VeneZUela n.º 54 abril-mayo 2018EDITOR Carlos Ortiz COORDINADORA Noelis Moreno REDACCIÓN Jeylú Pereda · Carlos Ortiz · Mauricio Vilas ICONOGRAFÍA Y DOCUMENTOS Osman Hernández · Daniel HerreraDISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Javier Véliz. EQUIPO DE TRABAJO Pedro Calzadilla · Alejandro López · Simón Sánchez · Rosario Soto · Coro Ortiz · Andrés E. Burgos · Luis Pellicer Jesús Peña · Neller Ochoa · Carlos Franco · Néstor Rivero · Javier Escala

Contenido

WALÁ O GUARÁ. Objeto ritual de la etnia Wayúu, del estado Zulia. Se presume que los Wayúu obtuvieron este objeto en intercambios realizados con los Tairona de la Sierra Nevada de Santa Marta, que dominaban las aleaciones con oro. Colección Etnográfica del Museo De Ciencias Naturales.

2 Efemérides

4 Venezuela no era una colonia pobre en el siglo XVIII

7 El diplomático y la artista

8 Bolívar trato de asestar un golpe decisivo a Morillo en Calabozo

13 El último patriota preso fue víctima de la burocracia

DOSSIER

16 La independencia de Venezuela siempre incomodó a EEUU

22 La democracia de Bolívar era inconveniente para la política anexionista de EEUU

26 La Caracas del siglo XIX bailó joropo y se iluminó con aceite de coco

32 La fábrica de jabón que creció hasta incursionar en la política

35 La arepa es un alimento ancestral que se industrializó

37 La moneda de Páez que nunca circuló

38 La abolición de la esclavitud precipitó la caída del Imperio en Brasil

43 El pueblo de Paris tomó el gobierno para sí

47 La prensa liberal promovió el asesinato del prócer Tomás de Heres

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efemérideSAgosto

efemérideSAgosto

MEfemérides agosto

nace rómUlo GalleGoSEl docente, novelista y político Rómulo Gallegos Freire nació el 2 de agosto de 1884. Fue el autor de Doña Bárbara, Canaima, Po-bre Negro y Sobre la misma tierra, entre otras novelas. Promovió el cinematógrafo en Venezuela y fue fundador de Estudios Ávila. Fue ministro de educación durante el gobierno de López Contreras y en 1948 presidente de la República por pocos meses, hasta ser derrocado tras el golpe de estado de la Junta Militar de Gobierno. En su exilio vivi a Cuba y a México. Regresó a Venezuela al concluir la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

miranda deSembarca en la VelaLa expedición emancipadora de Miranda ancló en la Vela de Coro el 3 de agosto de 1806. Allí fue izado por primera vez en tierra firme el pabellón nacional. Al día siguiente el Precursor prosiguió la marcha hacia la vecina ciudad de Coro para exhortar al pueblo a unirse a la “causa de la libertad”.

bolíVar y loS húSareS de JUnín derrotaron al eJército realiStaEn la pampa de Junín, el 6 agosto de 1824, el bando patriota se movilizó rápidamente para atacar al ejército realista. Entablaron una de las últimas y más decisivas batallas de la campaña liberadora del Perú. En reconocimiento a la brillante acción de la caballería pe-ruana el general Simón Bolívar cambió el nombre de Húsares del Perú por el de Húsares de Junín. Un año después se firmó el acta de la independencia de Bolivia, fechada el 6 de agosto de 1825 en homenaje a la batalla.

Una nacionaliZación incompletaLa Ley que Reserva al Estado la Industria de los Hidrocarburos, mejor conocida como ley de Nacionalización del Petróleo fue pro-mulgada el 29 de agosto de 1975 por Carlos Andrés Pérez. Se mantuvo en vigencia hasta 2002. Si bien favoreció la creación de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), supuso un acuerdo entre las élites nacionales e internacionales para distribuirse los dividen-dos petroleros.

la campaña libertadora de 1819 cUlmina en boyacá El 7 de agosto de 1819 se encontraron en el puente de Boyacá el ejército independentista, liderado por Bolívar, y las fuerzas realistas comandadas por José María Barreiro. El triunfo independentista de la Batalla de Boyacá garantizó el éxito de la Campaña Libertadora de Nueva Granada.

nace el poeta andréS eloy blancoEl poeta, ensayista, abogado, dramaturgo, humorista y po-lítico Andrés Eloy Blanco nació el 6 de agosto de 1896 en Cumaná. Fue miembro del Círculo de Bellas Artes, editó clan-destinamente el periódico El Imparcial y tras el golpe de esta-do del 7 de abril de 1928 fue confinado en el Castillo de San Felipe de Puerto Cabello. Fue jefe del Servicio de Gabinete en el Ministerio de Obras Públicas e Inspector de Consulados durante la presidencia de Eleazar López Contreras. Fundó el Partido Democrático Nacional. Fue presidente de la Asam-blea Nacional Constituyente y ministro de Relaciones Exterio-res durante el gobierno de Rómulo Gallegos. Son suyos los poemarios El huerto de la Epopeya, Poda, Barco de piedra, A un año de tu luz, Giraluna y La juanbimbada.

entrada triUnfal de bolíVar a caracaSBolívar regresó a Caracas el 6 de agosto de 1813, tras la victoria en la Batalla de Taguanes. Concluía así la Campaña Admirable. En acto público la Municipalidad de Caracas le entregó el título de Li-bertador de los Ejércitos.

nace Simón díaZSimón Díaz, el popular tío Simón, nació en Barbacoa, estado Ara-gua, el 8 de agosto de 1928. Fue músico, compositor, poeta, hu-morista y caricaturista. Dio fama internacional a la tonada llanera, canto venezolano de faena y ordeño. En 1960 condujo el programa de televisión La quinta de Simón y dirigió desde 1970 y durante 11 años el programa infantil Contesta por Tío Simón. Protagonizó, en 1978 el largometraje La empresa perdona un momento de locura, y actuó en 1963 en Cuentos para mayores, de Román Chalbaud, y en 1964 en Isla de sal, de Clemente de la Cerda.

el preSidente cháVeZ eS confirmado por el pUebloEl 15 de agosto de 2004 Hugo Chávez fue ratificado como presi-dente en el primer referéndum presidencial realizado en el mundo. Obtuvo un respaldo final de 58% de aprobación a su gestión.

WenceSlao UrrUtia fa-lleció por Un aneUriSmaLa casa del abogado y po-lítico Wenceslao Urrutia fue allanada el 17 de agosto de 1869. Señalado como jefe del Comité Revolucionario Li-beral, Urrutia intentó escapar pero un aneurisma le condujo a la muerte.

Efemérides

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MEMORIASDEVENEZUELA AGOSTO20184 AGOSTO2018 MEMORIASDEVENEZUELA 5

inVaSión y coloniainVaSión y colonia

� diana pérez

Durante más de doscientos años Venezuela formó parte del imperio español. Habitual-

mente se cree que fue una colonia sin peso económico y casi sin importan-cia, pero su privilegiada posición geo-gráfica la convirtió en actor relevante en el sistema económico del imperio. Esta idea se refuerza al estudiar el vo-

lumen del comercio que reflejan las fuentes de la época.

Las autoridades coloniales esta-blecieron varias instituciones en los territorios americanos: la Real Audien-cia, la Intendencia, la Gobernación, el Cabildo y la Real Hacienda. Esta última era la encargada de adminis-trar los ingresos y egresos, cobrar los impuestos y pagar los gastos. La Real Hacienda era un organismo fiscal

equivalente al Seniat de la actualidad. Recaudó más de 50 tipos de impues-tos durante el siglo XVII. Las fuentes oficiales de la época, las Reales Cé-dulas, registran un importante flujo fis-cal a las arcas de la Hacienda Real, a pesar de los inconvenientes ocasiona-dos por el contrabando, una actividad muy extendida en esa época.

Los ingresos fueron variando en el tiempo, algunos alcanzaron mayores

cuotas de recaudación mientras que otros decayeron y perdieron importan-cia. Debido a cambios en la dinámica económica, la Corona se vio en la ne-cesidad de crear nuevos tributos.

El sistema de recaudación contri-buyó a la corrupción administrativa. Al desfalco se sumaba el contra-bando, que era una práctica usual pero imposible de contabilizar por-que era ilegal.

para todo y todos No solo las actividades de enver-gadura eran pechadas: todos los habitantes debían ponerse a dere-cho con la Corona pagando varios tributos: tributos de indios, tributos de negros y mulatos libres.

monopolio y comercio Los impuestos abracaban renglo-nes tan diversos como los mono-polios y los salarios. En el caso de los monopolios, la Corona adjudi-caba a un particular la exclusividad de determinadas actividades, de las cuales debía pagar una suma al Rey dependiendo de los ingresos. Los productos o actividades regu-lados por esta figura fiscal iban de la pólvora a la trata de personas es-clavizadas.

El comercio era el pilar de la re-caudación de la época, y estaba a sujeto a vatios impuestos, que pechaban productos provenientes tanto del mercado legal como del contrabando capturado, además de los ingresos destinados a finan-ciar actividades de defensa en las costas de la Provincia. Entre otros, eran especial ente relevantes los impuestos de almojarifazgo y de alcabala. El primero era una tasa de 7,5% sobre el valor de las mer-cancías. El otro era de 2% sobre las ventas de los productos.

Salarios y religión Los recursos para sueldos y sala-rios de funcionarios se recaudaban también por la vía de impuestos. Y no faltaban los impuestos eclesiás-ticos, que incluían los estipendios y los diezmos.

Más de 50 impuestos de la época indican un gran volumen comercial

Venezuela no era una colonia pobre en el siglo XVii

MonopolioTributos de negros, papel sellado, com-posición de extranjeros (tributación aplicada a extranjeros que pasaron a In-dias, es decir, a territorios americanos, sin licencia real y pagando por la merced “lo que fuese justo”, para legalizar su si-tuación), encabezamiento de negros y mulatos (renta procedente de antiguos esclavos que por diferentes medios fue-ron adquiriendo la libertad), minas de Cocorote, oro, cientos, Introducción de negros.

CoMerCioAlmojarifazgo: relativo a la actividad mercantil, consistía en el cobro a razón de 7,5% “ad valorem” sobre las introduc-ciones, aplicadas a toda mercancía: ropa, tela, herramientas en general, ganado

mayor y menor, esclavos negros y man-tenimientos de origen animal y vegetal, traídos directamente de Sevilla o redis-tribuidos desde Santo Domingo. Era el ingreso por comercio más importante.Alcabala: Cobro sobre la primera y de-más ventas de todos los géneros de mer-caderías, frutos y granjerías, exigiéndose el 2% en cada caso. Armadilla y Armada de Barlovento: Tenía junto con la Armadilla el objetivo de dar sostenimiento de una fuerza naval para proteger las costas de Tierra Firme (Venezuela, Río de Hacha y Cartagena) de los continuos ataques de corsarios. Almonedas y remates: Subastas pú-blicas de bienes, pasados a la administra-ción real por diferentes medios. No sólo fueron resultado de aprehensiones al contrabando y otras prácticas del comer-

Principales impuestos del siglo XVII en la provincia de Venezuela

Johann Moritz Rugendas, 1835. En: Rugendas, Johan Moritz, Viagem Pitoresca através do Brasil, Trad. Sérgio Milliet. SP, Círculo do Livro, s/d .Colección Obras gráficas del Archivo audiovisualde la Biblioteca Nacional.

Venezuela no era una colonia pobre en el siglo XVIII

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dossier la imaGen leída

LA pintura El Libertador mejor conocido como Bolívar Diplo-mático, un retrato romántico de

1860 realizado por la pintora cuba-na Rita Matilde de la Peñuela (Cuba 1840- Paris)  bajo el seudónimo de Aita, es una hermosa pieza en tér-minos técnicos y en su resultado simbólico. Peñuela de quien se tiene escasa información, era hija de espa-ñoles y se traslada a Paris luego de la muerte de su padre. Al momento de la realización de la pieza no tendría más de veinte años y al pertenecer a una clase social acomodada tuvo la posibilidad de adquirir estudios artís-ticos, no muy comunes y bien vistos para una señorita en la Europa de la época; sin embargo la joven demos-tró ser una talentosa alumna dejando de manifiesto la clara influencia ejer-cida por su maestro el pintor francés Hernry Scheffer, y dejándonos una obra fiel al sentimiento y gustos es-téticos que reinaban entre los artistas europeos.

Una composición triangular, bas-tante sencilla, manejo eficaz de las pinceladas y el uso extraordinario del color y la luz aportan las reconocidas características de los retratos del mo-mento. En este oleo de 107 cm x 69 cm, vemos a Simón Bolívar sentado mirando al frente y apoyando su bra-zo izquierdo sobre una pequeña mesa cubierta con un mantel rojo oscuro en la que están –lo que se presume son- unos documentos. Su rostro es amable, esboza una pequeña sonrisa propia de la actitud diplomática, sin embargo su presencia es magistral. Luce una elegante uniforme militar de gala compuesto por una chaqueta de color negro con ribetes, bordados y botones dorados, chaleco blanco con botones dorados y camisa del mis-mo color de cuello alto, corbata “sto-ck” en negro y pantalón a juego con la chaqueta; todo el conjunto denota la clase e importancia del personaje. Dos detalles hacen énfasis en la pro-cedencia militar de Bolívar, uno es la

condecoración en forma de estrella que lleva a la izquierda de la chaqueta y otro; la espada o sable que se aso-ma en la parte inferior izquierda y de la que solo podemos ver la monterilla y la guarda. El impreciso fondo tiene varias tonalidades de grises que aportan a la composición su aspecto teatral.

Esta pieza forma parte de la poco visibilizada creación pictórica de las mujeres en la historia del arte, aún siendo el siglo XIX testigo del avan-ce y la presencia que muchas tuvie-ron en exposiciones y salones. Que Aita Peñuela sea la autora de una de

las imágenes más reconocidas del Libertador es un verdadero honor; representa la sensibilidad y el talen-to, pero sobre todo la capacidad de esta joven al elegir a nuestro héroe; qué la llevo a eso, no lo sabemos, lo cierto es que nos ha legado una in-valorable obra. Ya lo reconoció a si el Banco Central al utilizar la imagen para el billete de cien bolívares de mil novecientos ochenta y luego el cien bolívares fuertes del dos mil siete. Al-gunos críticos aseguran que este es incuestionablemente su trabajo más importante.

EL DIPLOMÁTICO Y LA ARTISTA

cio ilícito, sino también de condenaciones aplicadas por delitos comunes contra la cosa pública, bienes abandonados y otros que recibió la Hacienda por efecto de transacciones o incautaciones de naves y mercaderías extranjeras. Comisos: Los elevados gastos de la Real Hacienda sumados a los reiterados ata-ques de corsarios a las costas generaron varios comisos con importantes carga-mentos de esclavizados negros y merca-derías incautadas por los oficiales de la Real Hacienda. Tuvo una importancia significativa en la década de los treinta del siglo XVII. Arribadas forzosas: barcos que por motivos de emergencia debían desem-barcar en puertos no autorizados. Su mercancía era rematada si era perecedera, aunque fue un método común para lega-lizar el contrabando. Descaminos: decomisos tomados en los caminos que al investigar resultaban ser un cargamento ilegal.

Bienes De DifuntosRelativo a los bienes dejados por perso-nas fallecidas.

eClesiástiCosTodos los ingresos que generaba las la-bores de la iglesia, la cual debía pagar un porcentaje importante a las arcas reales. Ejemplos: bulas de Santa Cruzada: Es un documento pontificio por el que se otor-gaban privilegios, gracias e indultos. Fue creado por la Santa Sede para proporcio-narle a la Real Hacienda Española alguna recompensa por los gastos y financia-miento de las Cruzadas. Entró en funcio-namiento en el caso americano en 1609, diezmos, estipendios.

penAs De CáMArA condenaciones con multa por delitos, donde el tribunal local percibía una por-ción del monto de las penas impuestas por las justicias a los culpables.

ConDenAsIngresos provenientes de sanciones eco-nómicas que los tribunales pechaban, so-bre particulares o funcionarios incursos en irregularidades administrativas. Jui-cios de residencias, tribunal de la audien-cia, sentencias, sentencias por tribunales menores.

Bienes De DifuntosRelativo a los bienes dejados por perso-nas fallecidas.

rentA De ofiCiosRegalías que se pagan por la utilización de un sueldo o por ejercer una profesión.

tierrAsPor la importancia que tuvo la toma de tierras en el siglo XVII, los ingresos co-rrespondientes a este capítulo de la re-caudación fueron sumamente relevantes. Ejemplos: media anata de tierras, compo-siciones de tierras (venta de tierras que no habían sido ocupadas ni repartidas, luego de que se determinaran las desti-nadas para ejidos y baldíos de la ciudad), renta de indios, encomiendas, indios va-cos, composiciones de indios, restitucio-nes, demoras, aprovechamientos, vacan-tes de encomiendas.

DeuDAs De lA reAl HACienDAIngresos por préstamos o adelantos de sueldos a la alta burocracia real, que ha-bían sido destinados a la defensa u otras comisiones reales.

inVaSión y colonia

6 MEMORIASDEVENEZUELA AGOSTO2018

Lesley Allen Voorhees, Entrada a la plaza mayor, Caracas, circa 1857. Colección Fundación Museos Nacionales. Galería de arte Nacional.

Rita Matilde de la Peñuela, El Libertador, circa 1860. Colección Banco Central de Venezuela.

El diplomático y la artista

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MEMORIASDEVENEZUELA AGOSTO20188 AGOSTO2018 MEMORIASDEVENEZUELA 9

independenciaindependencia

�Ubaldo ruiz

En el largo y complejo proce-so que representó la guerra de independencia, el ejército

republicano acometió la denomina-da Campaña del Centro durante los meses iniciales de 1818. Concebida por Bolívar durante los meses finales del año 1817, el objetivo final de esta campaña era la toma de Caracas. La ofensiva partiría de Angostura, donde se había establecido el gobierno pro-visional de la República. En este es-cenario de la guerra, la ciudad de Ca-labozo se convirtió durante un tiempo en el enclave fundamental del bastión realista y donde el pulso entre Bolívar y Morillo tuvo su epicentro.

El Libertador precedió su ofensiva con decretos que creaban el Consejo de Estado y el Consejo de Gobierno. Al respecto el historiador José Gil For-

toul (1.978) afirma que Bolívar Decretó, finalmente, que mientras no

estuviese libre la mayor parte del territo-rio ni se pudiese establecer el gobierno representativo, el Jefe Supremo tendría un “Consejo provisional de Estado” (30 de octubre) para informar en los asun-tos administrativos, y un “Consejo de Gobierno” (5 de noviembre) en quien delegaría algunas de sus facultades durante su ausencia en campaña.

En ese momento el ejército republi-cano dominaba el territorio de Gua-yana, el cual se comunicaba con la ciudad de Barcelona, la isla de Marga-rita y una parte del territorio de Apure, donde campeaban las tropas llaneras al mando del caudillo José Antonio Páez. Las divisiones realistas, coman-dadas por el mariscal Pablo Morillo, controlaban el resto de Venezuela y prácticamente toda la Nueva Grana-da. Bolívar entendió que para liberar

a Venezuela era indispensable ocupar Caracas.

El Libertador buscó el apoyo de los llaneros de Páez, con quien sostenía un intercambio epistolar desde julio de 1817. Carlos Alfonzo Vaz asegura que a partir de allí “continúan los con-tactos escritos entre El Libertador y Páez, mediante una correspondencia periódica”. En una carta fechada en octubre Bolívar escribe al jefe llanero: “Dentro de quince días, sin falta algu-na, marcharemos llevando una fuerte expedición con todos los elementos necesarios para concluir, si es posible, esta campaña”.

la ofensiva de ZarazaEn diciembre, cuando las circunstan-cias lo permitieron, comenzó la movi-lización. Bolívar envió una avanzada al mando del general Zaraza, que cru-zó el Orinoco al sur de la provincia de

Barcelona, pero fue derrotada por el general español Miguel de la Torre en el sitio denominado La Hogaza, al sur de Valle de la Pascua. Gracias a este triunfo La Torre fue condecorado con la orden de San Fernando, expedida por el propio Rey, la cual le fue con-ferida en Calabozo el 16 de mayo de

1819, según informó la Gaceta de Ca-racas en su edición 162 del miércoles 2 de junio de 1819.

Al conocer la derrota de Zaraza, “Bolívar regresa a Angostura, organi-za con su acostumbrada rapidez otra división de hasta 3.000 hombres… re-monta el Orinoco (31 de diciembre) y

a los pocos días (enero) incorpora en San Juan de Payara parte de las fuer-zas de Páez…”, apunta Gil Fortoul. En una carta dirigida desde ese pueblo al Consejo de Gobierno fechada el 5 de febrero de 1818, Bolívar plantea una batalla decisiva para derrotar a Morillo, quien “ha establecido su Cuartel Ge-neral en Calabozo y ha concentrado allí sus fuerzas”. Bolívar previó que era posible lograr la independencia de Ve-nezuela si se infligía una derrota con-tundente al caudillo español en esta ciudad llanera. En referencia a las fuer-zas de Morillo Bolívar afirma que, “…batidas estas, San Fernando, Barinas y toda la provincia de Caracas caerán en nuestras manos sin otra operación que marchar”. Concluye su misiva con estas palabras: “Yo espero tener dentro de muy poco la satisfacción de participar a V. E. una victoria completa y decisiva”.

Según el historiador español Salva-dor de Madariaga, el mariscal Morillo estableció casi desde un principio el centro de sus operaciones militares y administrativas en la villa de Calabo-zo. Madariaga señala que la fuerza comandada por Morillo constituyó “la expedición más numerosa que había cruzado el Atlántico desde el descu-brimiento de América…”.

bolívar trató de asestar un golpe decisivo a Morillo en Calabozo

Bolívar trato de asestar un golpe decisivo a Morillo en Calabozo

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MEMORIASDEVENEZUELA AGOSTO201810 AGOSTO2018 MEMORIASDEVENEZUELA 11

morillo Madariaga y Gil Fortoul reseñan que la expedición de Morillo desembarcó aproximadamente 15.000 efectivos en Margarita el 7 de abril de 1815. Pasó a Caracas el 11 de mayo y puso sitio a Cartagena de Indias entre el 1 de septiembre y el 6 de diciembre. De allí partió a Santa Fe de Bogotá, que ocupó el 26 de marzo de 1816. En esta capital virreinal permaneció has-ta “mediados de noviembre”, cuando, según Madariaga (1959), “enviando a La Torre por delante se puso en mar-cha hacia Venezuela…”. A principios de 1817 Morillo envía una carta al ca-pitán general Salvador de Moxó. Ma-dariaga acota que “este documento está fechado en Calabozo, donde ha-bía instalado sus reales…”. El caudillo español realiza durante ese año una campaña por el oriente, donde, como se ha afirmado más arriba, estaba uno de los enclaves republicanos. El 13 de mayo está en El Chaparro, el 17 de julio en Margarita y el 19 de agosta arriba a Cumaná.

Durante los últimos meses de 1817, mientras organizaba la Repú-blica y atendía los complejos proble-mas de insubordinación de algunos miembros de su oficialidad como Mariño, Arismendi y Bermúdez, ade-

más del caso más emblemático, pro-tagonizado por Manuel Piar, Bolívar ha seguido con la máxima atención los movimientos y la disposición de las fuerzas de Morillo. A propósito del establecimiento de las tropas del Rey en Calabozo, hecho mencionado por Bolívar en la carta del 5 de febrero de 1818, Madariaga (1959) dice que:

A fines de 1817 (…) Las divisio-nes de combate se encontraban: la primera, al mando de La Torre, cu-briendo la línea de El Sombrero a El Calvario; la segunda, extendida des-de Caracas a Valencia; la cuarta, bajo Aldama, en Nutrias, y la quinta, que mandaba Calzada, en Camaguán…

Esta cita de Madariaga permi-

te contemplar el celo de Morillo por establecer un frente móvil ante los bastiones republicanos de Oriente, Guayana y Apure, y cómo en la dis-posición de las mencionadas divisio-nes Calabozo queda casi en medio de un anillo de tropas. Esta disposi-ción de las fuerzas bélicas confirma-ría la situación estratégica que tenía en ese contexto la Villa de Todos los Santos. También explicaría los planes de Bolívar para sorprender a Morillo en la ciudad guariqueña y forzarlo allí a una batalla decisiva para la inde-pendencia de Venezuela. Calabozo constituyó, en esas circunstancias históricas, –al menos en la estrategia del Libertador–, el núcleo de la famo-sa Campaña del Centro, necesario para alcanzar el objetivo político ulte-rior, la ocupación de Caracas.

el asalto al bastión realistaAl amanecer del 12 de febrero de 1818, tal como lo planificó Bolívar,

el ejército republicano sorprendió a Morillo en la Villa de Calabozo. Las fuerzas realistas estaban dispuestas, según el historiador Adolfo Rodríguez (2004), de este modo:

El regimiento de caballería Húsa-res de Fernando VII, reducido a 230 hombres, y uno de cazadores del Na-varra, ocupando la Misión de Abajo. El batallón de Castilla (450) hombres) en la Misión de Arriba; los batallones de la Unión, de 600 plazas, y el de Navarra, de 700, situados en el pro-pio Calabozo.

Las misiones que se mencionan eran dos antiguos pueblos de misión ubicados a distancia de una legua de Calabozo, siguiendo el río Guárico, corriente arriba la una, corriente aba-jo la otra. Hoy día ambas poblaciones están integradas al área urbana de la ciudad. Por su parte, las fuerzas re-publicanas estaban dispuestas así: en el Estado Mayor, Bolívar, Soublet-te y Santander; la infantería marcha-

ba en el centro, en dos columnas; la caballería de Páez a la derecha, la de Sedeño a la izquierda y la de Mona-gas a la retaguardia. Aunque la batalla resultó en una victoria parcial para los republicanos, no fue decisiva pues no se pudo destruir a las fuerzas monár-quicas, que se hicieron fuertes dentro de la ciudad, y después de aguantar un sitio de dos días pudieron salir ha-cia El Sombrero. Al final la campaña fracasó y Bolívar tuvo que regresar a Guayana sin lograr el objetivo plan-teado. Morillo volvió a establecer “sus reales” en Calabozo, donde perma-neció durante un año y medio más.

morillo pasa a la ofensivaEn los meses que siguieron a la fina-lización de la Campaña del Centro, el general Pablo Morillo decidió pasar la ofensiva contra Páez, con la mira en llegar hasta la propia Guayana. En todo ese tiempo el oficial hispano administró sus asuntos desde la Villa de Calabozo. Quizás no sospechaba que ya Bolívar estaba concibiendo una nueva campaña que lo llevaría hasta la Nueva Granada por el pá-ramo de Pisba y Boyacá. Madariaga afirma que “con su base en Calabozo, Morillo decidió tomar la ofensiva, con ánimo de deshacerse de él (Páez), para, luego, reconquistar la Guaya-

independenciaindependencia

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SiGlo XiX

na”. Lo intentó en enero de 1819, pero después de sufrir varias derro-tas sucesivas de manos de los llane-ros, entre ellas la de las Queseras del Medio en abril, y con la cercanía del invierno, “decidió retirarse del todo, y cruzando el Apure el 14 de mayo se volvió a Calabozo…”. Con “su base” en esta ciudad, Morillo continuó sus actividades hasta que las noticias de la liberación de la Nueva Granada por Bolívar, y la presencia de este en Cú-cuta, obligaron al Mariscal español a desplazar su frente de guerra hacia los Andes, ya a finales de 1819.

La importancia estratégica de la Villa de Todos los Santos de Calabo-zo durante el desarrollo de la guerra de independencia ha sido señalada por varios historiadores. El biógrafo alemán de Bolívar, Gerhard Masur (1977), califica a esta ciudad, en los tiempos de la actuación de Boves, como “la capital de la región que

aprovisionaba a Caracas…”. Refi-riéndose a la misma época, el bió-grafo de Boves, Edgardo Mondolfi Gudat (2005), asegura que Calabozo era una especie de “atalaya desde donde podían pulsarse las distintas reacciones que suscitaban los he-chos de Caracas en otras localidades más apartadas como San Fernando, Achaguas…”. Adolfo Rodríguez cali-fica a Calabozo como “Capital de la guerra”, precisamente durante el pe-ríodo de la actuación del general Pa-blo Morillo. De la preferencia de este oficial por la ciudad guariqueña, dice Rodríguez: “El cuartel general central de su Armada lo sitúa en Calabozo por múltiples ventajas determinantes, sobre todo su posición central en el teatro de la guerra”.

La visión estratégica de la guerra y la política del Libertador le permitió planear y acometer una ofensiva mi-litar contra el ejército expedicionario

•Acosta Saignes, Miguel (2009) Bolívar.Acción y Utopía del Hombre de lasDificultades. Caracas: Fundación EditorialElPerroyLaRana.

•Alfonzo Vaz, Carlos (1982) Los MuxicaGuariqueñosdelaIndependencia.SanJuandelosMorros:EditorialLosLlanos.

•GacetaDeCaracas.N°162(1983).Caracas:Biblioteca de la Academia Nacional de laHistoria.

•Gil Fortoul, José (1978) HistoriaConstitucional de Venezuela. Tomo IX.México: Editorial Cumbre, S. A. BibliotecaSimónBolívar.

•Madariaga,Salvador(1959)Bolívar.TomoI.BuenosAires:EditorialSudamericana.

PARASEGUIRLEYENDO...

más importante enviado por España a sus colonias americanas, al mando del general Pablo Morillo. Escenifica-da en la Villa de Todos los Santos de Calabozo, esta contienda pudo ser decisiva para la independencia defi-nitiva de Venezuela, que llegaría unos años después.

� orlando contreras

El teniente Isidro Álvarez, natural de Barcelona, actual estado Anzoá-tegui, luchó en el segundo sitio de

Barcelona, a principios de abril de 1817. Tras la rendición del bando republicano y la pérdida de esa plaza, fue trasladado a Cuba y luego a Cádiz como prisione-ro del reino de España. A pesar de las diligencias de su madre, pasó 17 años en la cárcel a causa de la burocracia de la época y, si hay tal cosa, de la mala suerte. El Ejecutivo de la República tam-poco le otorgó los dineros que esperaba cobrar tras su cautiverio.

los realistas asedian a barcelonaEn los primeros meses de 1817 la

guerra de independencia tenía su epicentro en el oriente del territorio venezolano. Durante todo el mes de febrero la ciudad de Barcelona había estado bajo el asedio del ejército rea-lista. El 24 de marzo Simón Bolívar se dirigió a Guayana buscando alternati-vas para incidir en el curso de la gue-rra. Santiago Mariño, otro importante comandante patriota, también dejó la ciudad dirigiéndose a Aragua de Barcelona en busca de provisiones y pertrechos indispensables para la de-fensa de la plaza.

El coronel Juan Aldana, al mando del ejército realista, fue informado so-bre las ausencias de Bolívar y Mariño y vio una oportunidad única para dar un golpe decisivo. Decidió atacar por los

suburbios de la ciudad. El 5 de abril de 1817 emprendió el asalto con dos mil hombres. Dos días después atacó el principal bastión defensivo de Barce-lona, la llamada Casa Fuerte.

mucho valor y pocos pertrechosEl general patriota Pedro María Freites estaba a cargo de la defensa. Con-taba con pocos soldados y escasos pertrechos. Así comenzó el llamado sitio de Barcelona, uno de los más notorios episodios de valor y resisten-cia de la historia de la independencia de Venezuela.

Los realistas realizaron varios asal-tos. Las tropas patriotas y gran parte de la población civil se habían res-guardado en las instalaciones del

el último patriota presofue víctima de la burocracia

Isidro Álvarez pasó 17 años en las cárceles españolas

independencia

Castillo de San Sebastián, Cádiz, España.

El último patriota preso fue víctima de la burocracia

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Convento de San Francisco, conver-tido en improvisado fortín gracias a sus gruesas paredes. Luego de dos días de intensos ataques el coronel Aldana ordenó el asalto definitivo, efectuado el mediodía del 7 de abril. A pesar de una formidable resistencia los defensores de la plaza fueron de-rrotados. La mayoría de los efectivos patriotas, además de niños, ancianos y mujeres, murieron durante la batalla y posterior invasión del templo. Los

pocos soldados patriotas que sobre-vivieron el ataque fueron detenidos y deportados inmediatamente a di-versas cárceles del reino de España. Entre esos prisioneros se encontraba Isidro Álvarez.

maría Jacinta no lo abandonóOcho años después de la fatídica derrota patriota, el 21 de marzo de 1825, cuando Venezuela ya era libre del dominio español, la señora María

Jacinta Hernández, viuda y vecina de la población de Barcelona, Venezue-la, envió una carta al vicepresidente de la Gran Colombia, Francisco de Paula Santander. Solicitaba en ella que interviniera en favor de su hijo, el teniente Isidro Álvarez, que había sido trasladado a La Habana y que seguía en prisión desde 1817.

delegaciones y denegacionesSantander delegó la tarea en José Francisco Bermúdez, que era el co-mandante general del Departamento del Orinoco. En una carta fechada en Cumaná el 2 de noviembre de 1825, Bermúdez se dirige al comandan-te del Departamento del Magdale-na para que este solicite al Capitán General de la Isla de Cuba el canje del teniente Álvarez por alguno de los prisioneros realistas todavía presos en Venezuela. La solicitud no tuvo el efecto deseado y posteriormente Ál-varez fue trasladado a España. Cua-tro años después, el 15 de diciembre de 1829, envió una carta a su madre

•Expediente del Teniente Isidro Álvarez.SecciónInfidenciasdelArchivoGeneraldelaNación.TomoXXXVIII,añode1817.

•Dávila, Vicente, Diccionario Biográfico,TomoI,añode1824.

•LópezContreras,Eleazar.Bolívar,conductorde tropas. Caracas: Presidencia de laRepública,2001

•Gonzales Esteves, Edgar. Batallas deVenezuela1810-1824.Caracas:LosLibrosdeElNacional,2004.

PARASEGUIRLEYENDO...

desde la prisión del Castillo de San Sebastián de Cádiz:

Mi querida mamá, con la de usted a la vista, fecha 22 de marzo de este año, he sentido el mayor placer, tanto por saber de la salud de usted como por ver cuánto le interesa en la suerte de un desgraciado hijo que no tiene otro amparo que el de su buena ma-dre que le compadecerá de su infeliz suerte. Dejo a su alta consideración los innumerables trabajos que estoy pasando y desnudeces en un país extraño sin tener a quien volver los ojos, pues una tía que me sostenía acaba de morir para mi mayor des-gracia

Álvarez agregó que si el gobierno de Venezuela le consigue quinientos pesos duros él obtendría su libertad, ya que no se ha procedido al can-je que se propuso en 1825. En una segunda carta, fechada en enero de 1830, Álvarez da detalles a su madre sobre la forma como debe enviarse el dinero. Ambas misivas fueron lleva-das a las autoridades competentes,

y en julio de 1830 el comandante de armas de Barcelona, Manuel Figue-ras, traslada al Secretario de Guerra y Marina de Venezuela la solicitud do-cumentada de la madre del teniente Álvarez, a fin de que se sirva elevarla al jefe del Estado.

Una reina liberó al republicanoEstas gestiones fueron infructuosas y el teniente venezolano continuó de-tenido. La libertad llegaría mediante una amnistía general concedida por la Reina Regente de España, María Cristina de Borbón, en 1834. Así lo explica el mismo Isidro Álvarez en una carta fechada en Barcelona, Ve-nezuela, en 1843. En ella solicita al Estado venezolano el abono de los medios sueldos que dejó de percibir por haber sido oficial prisionero du-rante 17 años en cárceles españolas.

la mala suerte le fue fielLa negativa fue firmada en esta oca-sión por el general Rafael Urdaneta, quien en ese momento era el Secre-

tario de Guerra y Marina de Vene-zuela. Urdaneta alegó que el poder ejecutivo no estaba autorizado para efectuar dichos pagos, citando una ley del 29 de julio de 1824, llamada de postliminio, y agregó: “...si el in-teresado se creyere todavía con de-recho, puede elevar sus solicitudes a otra parte, porque el poder ejecu-tivo no tiene facultad para conceder lo que pide”. Este es el último docu-mento que aparece en el expediente que por infidente presentó el desdi-chado teniente Isidro Álvarez, el últi-mo efectivo venezolano preso en las mazmorras españolas.

Casa Fuerte de Barcelona. Fotografía: Inparques

Casa Fuerte de Barcelona. Fotografía: Mintur Vicente López Portaña, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, 1830. Colección Museo del Prado, Madrid.

Casa Fuerte de Barcelona. Fotografía: : Yoel Ramos

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John Quincy Adams consideraba peligrosos para la potencia del Norte los planes de Bolívar

La independencia de Venezuela siempre incomodó a EEUU

� anahías n. Gómez a

LAS relaciones entre el gobierno de Estados Unidos de América y la República de Venezuela se

iniciaron en 1818 con una controver-sia. El 31 de enero de ese año la na-ción del Norte designó a John Baptis Irvine como agente comercial ante el gobierno recién instaurado en An-gostura. La misión de Irvine era ges-tionar la liberación de dos goletas de bandera estadounidense que habían violado un decreto de prohibición de comercio con España en territorio ve-nezolano. El decreto fue emitido por Simón Bolívar el 6 de enero de 1817.

Aunque la designación de Irvine como agente comercial abrió un ca-nal directo de gobierno a gobierno, EE.UU no aceptó a Venezuela como un Estado soberano sino hasta 1822, cuando reconoció formalmente su in-dependencia. No obstante, una serie de hechos indican que desde mucho antes importantes funcionarios de esa nación ya habían mostrado interés por los planes independentistas de los venezolanos, y no precisamente para apoyarlos en la lucha por extender la libertad en el resto del continente.

de colombeia a las floridasLos primeros contactos entre las au-toridades estadounidenses y patrio-tas venezolanas se dieron a través de Francisco de Miranda, quien dio a conocer en EE.UU su proyecto de liberación continental -llamado por él Colombeia- en busca de apoyo. Ante el propósito de Miranda de llevar la in-dependencia desde México hasta el confín de América del Sur, un grupo de influyentes federalistas liderados por Alexander Hamilton comenzó a tramar un plan para tomar el control

de las posesiones españolas y fran-cesas en América del Norte, es decir, Las Floridas, Nueva Orleans, Lousia-na y México, hacia el año 1798.

En la visión de este grupo era in-concebible la formación de una repú-blica libre en Las Floridas o en cual-quier otro territorio considerado de importancia para ellos, postura que

llevaría a una serie de desencuentros entre EE.UU y Venezuela, antes, du-rante y luego del reconocimiento de la independencia de nuestro país. En un primer momento, sin embargo, fue el propio gobierno estadounidense -du-rante la presidencia de John Quincy Adams- el que frenó la toma de Las Floridas, para evitar el agravamiento

del conflicto prebélico que ya tenían con Francia.

Una escalada en ese conflicto podía dar pie a un reposicionamiento fran-cés en Norteamérica, y a un eventual despojo al ya debilitado imperio espa-ñol de sus posesiones, en especial, las Floridas. Por los momentos era más conveniente que estas siguieran bajo dominio hispano, lo que implica-ría, como se vería luego, mantener a raya también a los venezolanos.

conquistar también Suramérica La verdad es que Hamilton y su círcu-lo tenían en mente no solo tomar control de las colonias españolas ve-cinas de los EE.UU sino también de las ubicadas en las Antillas y América del Sur. De ello daría cuenta el pre-sidente Thomas Jefferson, quien en sus notas biográficas señala que “el círculo interno de los altos federalis-tas alrededor de Hamilton tenía dos grandes objetivos a la vista. Prime-ro, guerra contra Francia, declarada

abiertamente a su debido tiempo, tal vez en abierta alianza con Gran Bretaña, para la conquista conjun-ta de los dominios españoles desde Luisiana hasta las Antillas y América del Sur”. “Al amparo de la guerra fran-cesa, el ejército estadounidense y la flota británica descenderían sobre el tambaleante imperio español”, enfa-tiza Jefferson.

Como hemos señalado, en el di-seño de esos propósitos estaba pre-sente la posibilidad de que Miranda echase a andar su proyecto libertario, lo que en principio le dificultaría a los españoles reaccionar a una acción de ese tipo. Pero en ese momento Gran Bretaña era aliada de España como resultado del asesinato del rey Luis XVI (21 de enero de 1793), en medio de la Revolución Francesa.

El proyecto expansionista de EE.UU y el proyecto libertario de Miranda vol-verían a cruzarse durante la primera década del siglo XIX. El 9 de noviem-bre de 1805 Miranda llegó a Nueva

York, donde se entrevistó con Rufus King -representante de ese país ante Gran Bretaña-, el coronel Smith, el presidente Jefferson, el vicepresidente George Clinton, el secretario de Esta-do, James Madison, y el ministro de guerra, Henry Knox. De estas conver-

Thomas Hamilton Crawford, Alexander Hamilton, 1932. Colección Biblioteca del Congreso. En www.loc.gov

George Munger, Capitolio de los Estados Unidos, 1814. Colección Biblioteca del Congreso. En www.loc.gov

Anónimo, Francisco de Miranda, 1810.

La independencia de Venezuela siempre incomodó a EEUU

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saciones nada obtuvo el prócer, salvo la no oposición del gobierno estado-unidense a sus planes. Posteriormen-te, Jefferson confirmaría haber estado al tanto de los planes de Miranda y negaría haberlo apoyado.

negativa de reconocer la independenciaLa postura original de no interferir en la independencia suramericana no implicó de parte de EE.UU la dis-posición a reconocerla formalmente. En todo caso, bajo el primer perío-do presidencial de James Madison (1809-1817) el Congreso de ese país decide examinar la Declaración de Independencia de Venezuela, luego de lo cual propuso el envío de un mensaje de amistad, además de estudiar la posibilidad de elevar una invitación al gobierno federal a fin de “establecer relaciones tan pronto

como nuestras naciones [pudiesen] constituirse como Estados”. Hay que resaltar que dicha invitación iba dirigida a todas las colonias, la ma-yoría de las cuales -con excepción de nuestro país- no habían declara-do su independencia, así que este gesto no tenía al parecer ninguna in-tención real de reconocimiento, más allá de un ejercicio de retórica.

La negativa del gobierno estado-unidense de reconocer la indepen-dencia de las colonias españolas en América, y en especial de Venezue-la, queda en evidencia una vez más durante la presidencia de Madison al hacer caso omiso a una comuni-cación que en ese sentido le envió la Junta Suprema venezolana en 1811. El principal argumento de Madison para negarse en esa oportunidad fue la inestabilidad en que se encontraba la provincia. Sin embargo, no puso re-

paros en autorizar la venta de ochen-ta mil armas para España, una acción que, lógicamente, no contribuiría a dar estabilidad a la nueva república.

A pesar de esa actitud, a raíz del terremoto ocurrido en Venezuela el 26 de marzo de 1812, el Congreso de EE.UU aprobó el 4 de mayo de ese mismo año el envío de 50 mil dólares y de una misión a cargo de los agentes Poinsett y Lowry, con instrucciones de informar sobre la marcha y posibilidad de los patriotas en su lucha contra España. Poste-riormente, en julio de ese mismo año, aprobaron el viaje a Venezuela del agente estadounidense Alexan-der Scott, con la misión de socorrer a las víctimas del terremoto, además de conocer de primera mano la si-tuación política del país.

El monto otorgado como ayuda fue el resultado de la colaboración tanto

de ese gobierno como de ciudada-nos comunes que “...contribuyeron generosamente [con lo que se pudo fletar] cinco buques cargados de ví-veres y medicinas”, señala el historia-dor Rogelio Altez un trabajo sobre el “Efecto 1812” en la prensa y la cien-cia locales, publicado por la Acade-mia Nacional de la Historia.

Las instrucciones de Scott fueron las mismas de los agentes Poinsett y Lowry, en ningún momento esta-ban destinadas al establecimiento de relaciones formales entre dos pueblos soberanos. De acuerdo con el propio Madison, “nada sería tan absurdo como el reconocimiento de la independencia de Venezuela antes de tener la prueba evidente de que el pueblo está dispuesto a sostenerla y de que es capaz de hacerlo. Si des-pués del reconocimiento se efectua-ra una revolución, los Estados Uni-dos sufrirían un quebranto, sin que por ello reportase beneficio alguno al pueblo venezolano”.

Para el momento en que Madison hace esta declaración, el congre-so estadounidense tiene entre sus miembros a Henry Clay y a John C.

Calhoun, conocidos como los “halco-nes de la guerra” y partidarios de un enfrentamiento abierto con Gran Bre-taña. En efecto, se vivía un ambiente prebélico que de hecho desembocó en segunda guerra entre Inglaterra y EE.UU (junio de 1812-diciembre de 1814). Eso explica la advertencia de Madison acerca de la independencia de Venezuela, en el sentido de que la aprobación de su independencia su-maría un enemigo más a la contienda que ya mantenían con los ingleses, además de alentar a las otras colo-nias, algunas de la cuales figuraban ya en los planes expansionistas del gobierno estadounidense.

Una vez culminado el conflicto an-glo-estadounidense, el gobierno de Madison retoma su interés en se-guir colaborando con España a tra-vés del comercio de armas, a la vez que alerta contra cualquier intento de ayudar a los patriotas. Esta incli-nación a favor del imperio afecta la pronta liberación del continente. La decisión se materializa el 15 de sep-tiembre de 1815, cuando “prohíbe todo armamento i (sic) toda tentati-va de auxilio en favor de los países

insurreccionados de la América.”, escribe Benjamín Vicuña Machenna.

dos episodios de un desencuentro Luego de varios años de silencio di-plomático, el año de 1818 se con-vertirá en uno de los más resaltantes en la historia de las relaciones entre EE.UU y Venezuela. En primer lugar, como consecuencia de la conquista de la isla Amelia (Florida) por parte de los venezolanos, y en segundo por la controversia surgida como resulta-do de la captura de dos goletas de bandera estadounidense, Tigre y Li-bertad, sorprendidas en flagrancia al violar el bloqueo decretado por el Li-bertador el 6 de enero de 1817 sobre los puertos de Angostura y Orinoco.

La toma de Amelia tuvo como principales protagonistas al general Gregor Mc Gregor, Pedro Gual, Juan Germán Roscio y Lino de Clemen-te, quienes pensaban instaurar allí una cabeza de puente para ayudar a las luchas de liberación de Nuestra América. Mc Gregor llegó a EE.UU en marzo de 1817 con el objetivo de recaudar dinero y tropas para tomar

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En 1812 el gobierno de los Estados Unidos le declaró la guerra a Gran Bretaña. Entre los motivos del conflicto se destaca que el imperio británico había apresado una serie de marinos mercantes estadounidenses que mantenían relaciones comerciales “neutrales” con los enemigos de los británicos y la alianza de los británicos con algunas naciones índigenas americanas. Desde entonces para los EUA Gran Bretaña fue vista como la principal competencia comercial y política.

Thomas Jefferson, s/d. Colección Biblioteca del Congreso. En www.loc.gov Peter Duval, James Madison, 1830. Colección Biblioteca del Congreso. En www.loc.gov

Steele, The troops disembarking to attack Fort Oswego, under the command of Genl. Drummond and Sir T. Yeo, Lake Ontario , 1814. Colección Biblioteca del Congreso. En, www.loc.gov

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posesión de la isla Amelia en la costa de Florida en nombre de la revolu-ción venezolana. Durante su reco-rrido por Baltimore y Filadelfia con-siguió apoyo humano y material de veteranos de la guerra de 1812. En junio de 1817 iza en Amelia la ban-dera de San George (una cruz verde sobre fondo blanco), inspirada en su clan familiar, y toma así posesión de la isla, que rebautiza con el nombre de República de la Florida.

Pocos meses después el gobierno de EE.UU decide ocupar lo quedaba

de la colonia. El encargado de la mi-sión no fue otro que Andrew Jackson, para entonces gobernador del territo-rio y futuro presidente de ese país. La acción de retoma se concreta en diciembre de 1817, lo que generó un impasse incómodo entre ambos go-biernos. Este acontecimiento llevó al presidente Monroe a escribir un mensaje al Congreso de los EE.UU (2 de diciembre de 1817) acusando de varios delitos a los líderes de la ex-pedición a la isla, entre otros, el de introducir esclavos.

El otro impasse comienza a princi-pios de 1818. Sin haber reconocido de manera formal la independencia de Venezuela, EE.UU le encomienda al agente Irvine la misión de recobrar las dos goletas. Los reclamos llegan a ser hostiles e irrespetuosos, a lo que Bolívar reacciona con la más firme negativa. Irvine tiene que mar-charse, y unos meses después de su partida, el gobierno estadouni-dense envía a Venezuela al como-doro Oliver H. Perry, quien arriba a Angostura el 25 de julio de 1819. Su

misión era: “ establecer relaciones amistosas con el gobierno de Ve-nezuela (...) y negociar la restitución de los buques estadounidenses que habían sido capturados [según ellos] ilegalmente”, señala el investigador Rafael Pompilio Santeliz.

Las relaciones entre EE.UU y Vene-zuela seguirán marcadas por el de-sencuentro. La solicitud de reconoci-miento de independencia se repetirá, con más pena que gloria, el 20 de fe-brero de 1821 por mediación de Ma-nuel Torres, agente designado por la Gran Colombia ante el gobierno esta-dounidense. Petición que se repetiría en noviembre de ese mismo año, y una vez más el 2 de enero del año siguiente, con resultados negativos.

Luego de las victorias del ejército patriota en las batallas de Bomboná (7 de abril de 1822) y Pichincha (24 de mayo de 1822), el presidente Ja-mes Monroe dirige una comunicación al Congreso explicando la importan-cia de establecer lazos comerciales y diplomáticos con las nuevas repúbli-cas. Su recomendación se materia-liza el 19 de junio de 1822. Un año después, el 27 de mayo de 1823, se designa a Richard C. Anderson como ministro plenipotenciario para la Gran Colombia. En la extensa comunica-ción que acompaña el nombramiento de Anderson, John Quincy Adams advierte sobre las debilidades y for-talezas de la nueva nación, así como del peligro que representarían para

EE.UU, tanto en lo político como en lo económico, los planes del Liberta-dor para el continente, que incluían la liberación de Puerto Rico, Cuba y República Dominicana.

En dicha misiva -como lo recoge la investigadora Isabel Clemente B.- Adams afirma que “como na-ciones productoras y navegantes, Estados Unidos y Colombia serán más competidoras entre sí que so-cios”. Una premonición que explica los ataques a Bolívar y, por ende, al proyecto bolivariano.

•BenjamínVicuñaMachenna,Elostracismode losCarreras.Los jeneralesJoséMiguelI Juan José I el Coronel Luis Carrera.Episodio de la independencia de Sud-América.Santiago,ImprentadelFerrocarril,1857,p.47.

PARASEGUIRLEYENDO...

William Robertson, Mapa político de Norteamérica “A new map of North America, agreeable to the latest discoveries” 1817.

John Hansen, Andrew Jackson, 1835. Colección Biblioteca del Congreso. En www.loc.gov

William Robertson, Mapa político de Norteamérica “A new map of North America, agreeable to the latest discoveries” 1817.

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� Jeylú pereda

DESDE 1821, cuando se esta-bleció la República de Colom-bia —la unión entre Venezuela

y Nueva Granada—, el Libertador Simón Bolívar comenzó a plantear un pacto entre los países hispanoa-mericanos para afianzar las indepen-dencias alcanzadas en la región. El objetivo era concretar un tratado de unión, liga y confederación perpetua que garantizara la cooperación mu-tua, para la defensa de las nuevas repúblicas ante cualquier pretensión de recolonización.

En entrevista con Memorias de Ve-nezuela, el profesor Omar Galíndez, explicó que para tal empresa —que incluía el proyecto del Congreso An-fictiónico de Panamá—, Bolívar de-signó a Pedro Gual como canciller de la República de Colombia. A su vez, Gual encargó como comisionados a Miguel Santa María, para negociar con México; y a Miguel Mosqueda, para estrechar relaciones con Lima, Chile y Buenos Aires.

“Desde muy temprano, Bolívar, una vez que se instala la República, está avizorando toda la conflictividad que se generaría en todo el contexto”. Pero además, la idea del Libertador excluía a los Estados Unidos.

descofianza en ee.UUDe acuerdo con Galíndez, esto obedece a que Bolívar manifestaba siempre su desconfianza con res-pecto a EE.UU: “Debido a las dudas que le generaba el hecho de que no había ninguna colaboración o apo-yo por parte de ese país respecto al proceso de la revolución nacional de independencia”.

Sin embargo, no todos compartían su opinión. El general Francisco de Paula Santander, por ejemplo, sí re-mitió una invitación formal al gobierno estadounidense para que participara en el congreso que se celebraría en Panamá, en 1826.

Pero, ¿qué otras razones alimen-taban la desconfianza de Bolívar? Según Galíndez, uno de los factores era que los movimientos de EE.UU estaban calculados en función de toda una política anexionista. Ya en

1803 se había apropiado de Luisiana al comprársela a Francia, con lo cual integraba más de 4 millones de kiló-metros cuadrados a su dominio. Era una “tendencia de incorporar territo-rio y redondear el mapa norte”.

Así ocurrió también entre 1818 y 1819, pero esta vez la presión de EE.UU estaba centrada en la apropia-ción, por la vía de la compra a Espa-ña, del territorio de Las Floridas (hoy Florida). Esta diplomacia territorial estadounidense produjo roces con la

visión promovida desde la República de Colombia.

el destino manifiestoBolívar no se equivocaba sobre las in-tenciones de EE.UU. El profesor Ga-líndez —quien hizo una maestría en la American University enfocada en las relaciones políticas entre América La-tina y EE.UU— explicó que entre los años 1817 y 1825 el presidente es-tadounidense James Monroe siguió muy bien los consejos de su secre-tario de Estado, John Quincy Adams.

Adams fue el arquitecto de la doc-trina Monroe. Él sostenía que EE.UU debía aprovechar la situación entre Es-paña y el Sur, para lograr la posesión de la zona sur de Florida, que abarcaba también a Cuba, Puerto Rico y Repú-blica Dominicana. Tales territorios con-formaban una cuenca muy estratégica para el desarrollo naviero, comercial, marítimo y pesquero de EE.UU.

“Ahí esta claramente expresada la idea del destino manifiesto, esa con-cepción por la cual ellos se creen to-cados por el Espíritu Santo para diri-gir el mundo”, expresó Galíndez.

EE.UU estaba produciendo, agre-

gó, toda una cuadratura para adhe-rirse esos territorios: “Estaban perfi-lando lo que llamaban los romanos, en la época del cesarismo, el mare nostrum, para referirse al mar Me-diterráneo”. Con la diferencia de que “para EE.UU el mare nostrum era el mar Caribe”. Sin duda “estaban repli-cando esa idea, y el artífice de todo ello fue Quincy Adams”.

Para entonces, precisó el profesor, España buscaba retomar sus anti-guas colonias en América a través de la Santa Alianza. “Lo cual era bastan-te peregrino cuando ya existían repú-blicas plenamente establecidas”.

En paralelo, surge un debate inter-nacional entre la concepción monár-quica y la republicana. Pero cuando se habla de la segunda, “hay diferen-ciar la república que planteaba Bolí-var, la Repúbica Bolivariana. Que sin duda tenía visos más democráticos, que la república oligárquica y escla-vista establecida en Estados Unidos”.

Galíndez, que como José Martí afirma haber vivido en el monstruo y conocido sus entrañas, sostiene que “esa gran nación (EE.UU) ha construi-do su gigante territorio como produc-

to del arrebato y de su terrofagia”. Y esa visión pesó mucho en la relación que se desarrolló entre ese país y la entonces República de Colombia.

Durante los años 1818 y 1819 el go-bierno estadounidense envió comisio-nes a Hispanoamérica para conocer de primera mano lo que estaba pasando. Estos delegados de esas comisiones no eran representantes oficiales del Es-tado, sino agentes del Presidente.

Sin embargo, explicó Galíndez, para Venezuela no se designó a na-die. “Lo cual es muy sintomático”. De hecho, el periódico patriota, el Correo del Orinoco, comenzó a monitorear este tipo de relaciones.

atacar a bolívar Posteriormente EE.UU decide desig-nar a un conjunto de diplomáticos en los diferentes países. Entre ellos Joel Poinsett, que fue enviado a México. “Era un hombre muy artificioso, que se encargó de complotar contra la re-volución mexicana y crear problemas en los territorios de Oregón, Califor-nia”. Sus acciones demostraron que EE.UU “ya tenía en la mira aquel 50% que le despojaron a México”.

la democracia de bolívarera inconveniente para la política anexionista de EEUU

Omar Galíndez: La virulencia estadounidense que vemos hoy no es nueva

Pendleton’s Lithography., James Monroe , fifth president of the United States, 1828. Colección Biblioteca del Congreso, Washington.

John Gast, American Progress, c. 1873. Colección Biblioteca del Congreso, Washington. James Barton Longacre, John Quincy Adams, ca. 1825. Colec-ción Biblioteca del Congreso, Washington.

La democracia de Bolívar era inconveniente para la política anexionista de EEUU

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doSSierdoSSier

De acuerdo con Galíndez, todos esos agentes — “lo podemos cons-tatar con los informes que existen” — eran probadamente antibolivaria-nos. “Las campañas que hacían y los escritos que hacían eran contra Bolívar”. Su tarea era descalificar al Libertador y su proyecto de liga y confederación perpetua. Por lo que “hablaban siempre de las pretensio-nes cesarista de bolívar”.

El profesor Galíndez considera que es fundamental que las nuevas generacio-nes de historiadores “conozcan todas estas triquiñuelas que Estados Unidos utilizaba en su práctica diplomática”. Aunque, a su juicio, EE.UU ha practi-cado una diplomacia en la que siempre muestra “una actitud de mucha belico-sidad”. Así que “esa virulencia que nos presentan hoy, no es nueva”.

la falsa neutralidad de ee.UUOtro ejemplo que denota las reservas de EE.UU hacia el proyecto de Bolí-var es el episodio que se registró en 1817, cuando las tropas independen-tistas bloquearon dos goletas estado-

unidenses que pretendían proveer de armas e insumos al bando español. En tiempos de guerra eso era una vio-lación flagrante de la supuesta neutra-lidad que se adjudicaba EE.UU en el conflicto entre España y Venezuela.

Para resolver esa situación, EE.UU envió a John Baptis Irvine, que fue re-cibido por Bolívar en Angostura, con todos los honores. Pero el 29 de julio de 1818, Irvine insiste en solicitar la devolución de las goletas (Tigre y Li-bertad), a pesar de que Bolívar le ha-bía dicho en la reunión de recibimiento que las embarcaciones estaban in-cautadas porque era inaceptable que en tiempo de guerra hicieran comercio para favorecer a uno de los bandos.

Según Galíndez, eso no fue agra-dable para el comisionado estadouni-dense. “Hay toda una relación episto-lar en la que Irvine mostró las garras”. Mas es prácticamente concluyente la carta que le envió Bolívar para poner fin a aquella discusión y le dice:

“El intento de usted de forzarme a que yo reciproque insultos, si no lo haré…

España ha desaparecido a la mitad de la población y el resto que queda está ávida de merecer tal suerte. Los mis-mo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo entero le ofende”.

El profesor Galíndez afirma que “ahí está la dignidad de un guerrero de la talla de Bolívar”. Que además “pone en el tapete las contradicciones entre estas dos visiones”. Posteriormente, “Irvine se va a destacar por sus im-properios contra Bolívar; dice que es un hombre que está en el delirio, que es un quijote, que sus ideas son de-masiado extravagantes”.

libertad vs esclavitudOtro de los elementos en los que se confrontan el proyecto bolivariano y la política imperial estadounidense, es el de la esclavitud. De acuerdo con el profesor, la posición de Bolívar era muy clara. Desde 1814 él entendió que la guerra de independencia no podía ser, como había sucedido hasta entonces, una guerra entre hermanos.

“Lo dice en el manifiesto de Carú-pano, él está por la abolición de la esclavitud y llega a su máxima ex-presión en el Congreso de Angos-tura cuando dice: yo suplico como suplicaría por mi vida y la de la Re-pública, que aprobéis la abolición absoluta de la esclavitud”. Posición que es más radical que la de mu-chos otros hombres de la indepen-dencia, que eran dueños de escla-vos o les interesaba tenerlos.

A decir de Galíndez, esa visión de Bolívar demuestra una democracia muy avanzada. Y eso impactaba mucho a EE.UU. Poco le convenía a ese país que desde Suramérica se estuviera propiciando una política de liberación absoluta de los escla-vos, ya que esto representaba una de las bases de su sistema capita-lista, “porque la primera forma de capital, en términos de mercancía, fue la esclavitud”.

La abolición era una da las pro-puestas que el Libertador pretendía plantear en el Congreso de Pana-má. Aunque no solo le tocaría en-

frentarse a EE.UU, sino a todos los esclavistas del continente.

“Este es uno de los temas ca-pitales que están presentes en la aceptación del proyecto de unión, liga y confederación de Bolívar, que era muy mal visto por los Estados Unidos”, explicó Galíndez. Además, había muchos hombres de la inde-pendencia de Venezuela y Colombia que eran adherentes a la visión de EE.UU, como fue el caso de Páez y Santander. Eso permitió que los intereses estadounidenses fueran permeando nuestros países.

Por el contrario, el Libertador tenía interés en establecer una re-lación con una especie de nación protectora: Inglaterra. Pero no bajo una visión entreguista. Según el profesor, la perspectiva era estra-tégica, ya que Inglaterra era el país con más fortaleza y era gran po-tencia naviera: “Bolívar se lo hizo saber a Santander; que la nación más provechosa era un acuerdo con Gran Bretaña”.

Finalmente, el encuentro en Pana-

má no se dio en las mejores con-diciones. “Eso frustró los primeros intentos de integración y no hubo concreción”. Pronto la burguesía y la fuerza militar de Buenos Aires, Chile y Lima comenzaron a conspi-rar contra esta liga de unión perpe-tua promovida por Bolívar.

“Hay que ver la distancia que ha-bía entre el pensamiento de Bolívar y esta burguesía, o los pensamien-to protoimperiales de Estados Uni-dos”. El Libertador “es liberal por convicción, pero no es un ortodoxo y es mucho más progresista que las ideas liberales europeas. Él es el primero que rompe con el eurocen-trismo”.

El Libertador, aseveró Galíndez, estaba consciente de que a Hispa-noamérica le correspondía un nue-vo modelo político en relación a su idiosincrasia. “Pero el problema es un problema de clase: los elemen-tos étnicos-raciales de la oligarquía fueron puestos por encima de todo, y todavía estamos en esto”.

Auguste Étienne François Mayer, Trafalgar, 1836. Charles Fenderich, J.R. Poinsett, Secretary of War, 1838. LOC

“Mapa de Venezuela, Nueva Granada y Quito, para servir a la historia de las campanas de la guerra de independencia en los años 1819 y 1820.” en Agustín Codazzi, Atlas físico y político de la Republica de Venezuela… Paris, Lith. de Thierry Freres, 1840.

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La Caracas del XIX bailó joropo y se iluminó con aceite de coco

� rebeca Gerardina padrón García

Caracas, en tiempos de la Co-lonia, tuvo sus propios cro-nistas, por ejemplo el Obispo

Mariano Martí, el padre Terrero, Ovie-do y Baños, los sacerdotes, los viaje-ros dando su visión desde su propia perspectiva sobre el país, que hoy siguen aportando información rele-vante sobre la Caracas de aquellos tiempos; entre otros, podemos nom-brar Key-Ayala, Enrique Bernardo Núñez, sin duda, en la prensa de a finales del siglo XIX podremos ubicar cronistas que nos narran una época, un tiempo, un espacio, Luis Churión, Lucas Manzano, Juan José Churión conocido como el Bachiller Munguía, quien fue editor del Diario La Esfera para el siglo XX.

De la Caracas de antaño quedan solo pocos vestigios arquitectónicos que nos hacen imaginar los cuentos de nuestros abuelos e inclusive ta-tarabuelos que fueron heredando de sus antecesores mayoritariamente por vía de la historia oral.

Según el autor Lucas Manzano se-ñala: “Aunque en Caracas adelantada y a ella venia individuos en la creencia de que el oro manaba en sus calles como el agua mansa, los edificios estaban maltrechos por carencia de

recursos con que repararlos”.En las calles de la ciudad había

poco alumbrado eléctrico, gracias a la habilidad de Ño Morián que im-plantó el alumbrado obligatorio. Los primeros faroles públicos, pagados por el gobierno, con la renta de Galle-ras, Guarapo y beneficios de marra-nos, aparecieron en el año de 1838. Eran alimentadas por aceite de coco, y cobraba el contratista 4 pesos y 25 centavos, los pequeños y 6 pesos más centavos los grandes, cada 30 días. Fue en el año de 1884, el 29 de octubre, según unos y otros afirman que fue el 17 de diciembre, inauguró el alumbrado de gas, sin que Caracas se quedara sin él, al parecer el servi-cio fue deficiente el servicio ya que no

era para toda la población.Para el 22 de octubre de 1854,

se inauguró el “Teatro de Caracas”. El mundo musical de la época se prestaba esa mañana a presenciar el gran suceso de la iluminación a gas, usado por primera vez en Caracas, cuando vieron desfilar por la Avenida Norte, cuatro hombres llevando un inmundo catre que manaba la roja sangre del coronel Antonio José Vás-quez, vale la pena resaltar que el país se encontraba en tiempos revueltos, tiempos de la Guerra Federal, pero el suceso no impidió la distracción de los habitantes; retomando el tema de la inauguración del teatro, se es-trenó la ópera “Hernani”, en cuya interpretación tomaron parte “Cecili

La Caracas del siglo XIX bailó joropo y se iluminó con aceite de coco

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Saemeamm, prima donna absoluta; Carmelita Baldezeroni, contraalto; la signorina Campanogli, tiple ligera, el tenor absoluto Luiz Crezo, Luis Soler, tenor ligero; el baritono Caballería y el bajo Vinncenzo Caspari”.

Y así surgió un movimiento artístico en Venezuela, como Félix Ramírez, Pellices, Bolivita, Carlos Ruíz Cha-pellín, Aurita Dubain, Rafael Otazo, Mister Phelps, Boccardo, entre otros. Muy asociados al mundo del artes y el espectáculo, nos encontramos como por ejemplo con “La Placita de San Pablo”, zona destinada a eri-gir el máximo coliseo Metropolitano, muy cerca de la Iglesia de San Pablo derribada por el presidente Antonio Guzmán Blanco durante su primer septenio.

Vale la pena destacar, que el tér-mino utilizado por los caraqueños “Las Sampableras”, distinguía a los habitantes del tumulto que iniciaban muchas veces el bochinche en el “Mercadito de San Pablo”. Mercadito bullicioso, donde se encontraba de todo, estaba ubicada a los que hoy en día podría decirse desde la Esqui-na de La Gorda, dirección sur, hasta empalmar con las covachas que os-tentaron el bíblico nombre de “Los siete Pecados”. En el día los feligre-ses pertenecientes a las parroquias

de San Juan y Santa Rosalía asistían a su misas, no obstante, en las no-ches la plaza del mercaditos se podía observar otra escena de contrastes en donde los habitantes de todas las calidades y clases sociales jugaban dados, lotería, chapas, metras, palito y palito y en la mayoría de las veces terminaban en peleas, es decir, en tremendas “San Pableras”.

Otra visión que vale la pena des-tacar de la Caracas de ayer, son los juegos infantiles, no eran como los

de hoy en día, que tienen dispositi-vos electrónicos, computadoras para juegos electrónicos, en aquella épo-ca tampoco se conocía, la televisión, ni la radio, mucho menos betamax o vhs, CD, Mp3, ni equipos de so-nidos. Los muchachos y niños de la época entretenían con roda aros de barril, bailar trompos, elevar papaga-yos o cometas, jugar metras, jugar con patines, montar velocípedos y bicicletas, así como, jugar a policías y ladrones, a las escondidas o a la ere.

Un accesorio muy particular que caracterizaba al caraqueño era el uso del sombrero, aunque no lo crean tanto hombres como mujeres lo utili-zaban y no salían de casa sin llevarlo, sin embargo, las mujeres que servían en las casas de familia tenían la cabe-za descubierta, tomando este fenó-meno como una distinción de clase social, los hombres usaban pajilla o tirolé, los muchachos cachuchas o boinas,

El fenómeno familiar de las grandes familias caraqueñas, así como, en los viejos tiempos del siglo XVI, XVII, XVIII e inclusive a finales del siglo XIX, ha-cerse retratos con pintores famosos y luego el fotografiarse era toda una novedad y los costos eran muy eleva-dos, Luis Narváez Vaz comenta una anécdota personal al respecto:

“Una vez, cuando vivíamos en la Vic-toria, teniendo yo más o menos seis o siete años, vine a pasar unos días en la casa de mi tío, hermano de mi mamá, el Dr. Isaac Vaz, y estando reunidos

todos los primos, hijos del dueño de la casa, llegó un fotógrafo a domici-lio y al pedirle a mi tía que nos deja-ra retratar, ella nos preguntó: “¿Qué prefieren comer o retratarse? Y todos contestamos: “Retratarnos” y ese día no comimos, pues se gastó el “diario” en retratos.

Hay que agregar que eran muy po-cos los estudios de fotografías que existían en Caracas, el más conoci-do, era el de Manrique & Co., ubi-cada entre las esquinas de Gradillas y Sociedad, a donde solía concurrir la “flor y nata” caraqueña”, también estaban los fotógrafos Ramírez, que había sido empleado y discípulo del primero; también, Miguel Antonio Balda que, a la vez era dentista, y así entre otros fotógrafos aficionados y profesionales se dedicaban al oficio de capturar momentos inolvidables de la sociedad y ciudad caraqueña.

Otro de los entretenimientos que existían en la Caracas vieja, era asistir al Parque Los Chorros, hacer picnic y

compartir con la familia, mientas los muchachos y niños se bañaban en el río, se disfrutaba de su gran cascada y del frío y a veces hasta la neblina del lugar, entre otros, de los paseos

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tradicionales de los caraqueños era asistir al el Parque El Calvario, para ver al parecer una enorme jaula de monos haciendo cabriolas, también una enorme jaula de pájaros de to-das las clases, la tigra, caimanes, lo-ros, un paseo agradable, como decir, asistir hoy al Parque del Este (Parque Francisco de Miranda).

Claro está, que las diversiones y entretenimientos no eran las mismas para todas las clases sociales, por ejemplo, las familias pobres tenían dentro de sus vidas cotidianas los bailes y la bebida, sábados, domin-gos e inclusive los días feriados o religiosos, todo era una excusa para celebrar, todo era una fiesta si había arpa, cuatro y maracas y por supues-to, acompañado con aguardiente de caña o ron, ya en tiempos del Obispo Mariano Martí en el siglo XVIII reseña-ba esta anécdota cotidiana entre los habitantes.

La Plaza Bolívar de Caracas (anti-gua Plaza Mayor), era el centro de la

ciudad, desde tiempos del Presidente Antonio Guzmán Blanco e inclusive en tiempos del Presidente Cipriano, los habitantes de la ciudad, se reunían en las adyacencias de la plaza para com-binar de manera muy peculiar sus mo-das y estilos franceses, pero siempre con un pintoresco andalucismo que venía de la herencia española.

La visión social y arquitectónica de la Caracas de siempre ha ido cam-biando también geográficamente, el crecimiento demográfico de la ciu-dad con la instauración de empresas transnacionales para manejar el ne-gocio de la renta petrolera, hizo que la ciudad rural, agraria pasará a una urbana y petrolera e inclusive con costumbres foráneas que como el juego del beisbol fueron conocidas e implantadas en el país.

Uno de los íconos caraqueños que quizás algunos vean diariamente es el Panteón Nacional, la cual ha tenido diversas reformas, transformaciones en diversos gobiernos (Antonio Guz-

mán Blanco, Juan Vidente Gómez, Luis Herrara Campins, el presiden-te Hugo Chávez Frías). En tiempos antes de que Guzmán decretará su transformación a través del Ministe-rio de Obras Públicas, era la antigua Iglesia de la Santísima Trinidad, hoy muchas son las personas que cami-nan entre en puente de Trinidad hasta el Panteón Nacional sin darse cuenta debido al ajetreo de la vida cotidiana que era de esa zona tiempos atrás.

El responsable de construir el puen-te que uniría la Capilla de la Santísima Trinidad (hoy Panteón Nacional) fue el maestro Juan Domingo del Sacra-mento Infante, en noviembre de 1771 cuando el gobernador Don José Car-los de Agüero resolvió la decisión de construir dicho puente, a fin de tener fácil acceso al nuevo cuartel de las Tropas Veteranas y al Hospital Militar, el puente que hoy todavía utilizamos con algunas diferencias arquitectó-nicas, sino espaciales y temporales, fue inaugurado y concluido en 1775,

para 1857, el Consejero Lisboa halla-ría que esta calle “es la vía elegante, el gran paseo de la Ciudad”.

La Caracas de ayer, de hoy y la del mañana, seguirá siempre con ese dinamismo de transformación visual, espacial y hasta temporal, reforman-do lo que alguna vez fue la Caracas de los techos rojos. Así como a media-dos del siglo XVIIIl a calle de Caracas se distinguían por números romanos, luego se fueron transformando por la influencia eclesiásticas con nom-

bres de episodios de la vida, muerte y resurrección de cristo, así como los portones de las casas se distinguían por nombres y figurillas de los san-tos, la ciudad se fue transformando, y cambiando a través del tiempo los nombres de las esquinas, que hoy se ha ido perdiendo más por la tradición oral que la oficial. Pero sin duda, ca-racas con todas su transformaciones, vivencias, acontecimientos, seguirá siendo Caracas, la de ayer, la de hoy y la de siempre.

•Almandoz, Arturo. 2008. La ciudad en elimaginario venezolano, Del tiempo deMaricastañaalamasificacióndelostechosrojos. Caracas: Fundación para la CulturaUrbana.

•Manzano, Lucas. 1946. Del Caracas deantañoyeterno.Caracas:Impresoraunidos.

• ______________1948. Aquel Caracas.Caracas:TipografíaAmericana.

•Narváez Vaz, Luis.1984. ¼ de siglo en lavidadeuncaraqueño(1909-1989).Caracas:Mandala.

•PicónSalas,Mariano.LosdíasdeCiprianoCastro,pp.288-289.

•Valery, Rafael.1978. La nomenclaturacaraqueña. Caracas: Ernesto Armitanoeditor,p.274.

PARASEGUIRLEYENDO...

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VeneZUela SiGlo XXVeneZUela SiGlo XX

� t/ darwin medina

La familia Mendoza dio sus pri-meros pasos en la industria criolla en 1920 con la elabora-

ción de jabones. Dominaron el mer-cado e invirtieron las ganancias en bienes raíces, convirtiéndose en los terratenientes urbanos más impor-tantes de Caracas. En 1941 crearon la marca Polar e incursionaron en la industria de alimentos y bebidas. Gradualmente, su apuesta por el cambio tecnológico, las innovacio-nes publicitarias y el control de la distribución les permitió establecer su hegemonía en el consumo de ali-mentos y bebidas en el país. Sobre la base de esa actividad comercial crearon un gran imperio. Este poder fue empleado para influir en la polí-

tica e incluso para conspirar contra los poderes legítimos.

del jabón a la cervezaLos primeros pasos comerciales de la familia Mendoza datan de 1920, en el ramo de los jabones para lavar ropa. El jabón La Torre y el jabón las Llaves se consolidaron como los productos más usados por las lavanderas de todo el país y reinaron en el gusto de las amas de casa venezolanas duran-te años. Sin embargo, con el fin de la Segunda Guerra Mundial empresas de Estados Unidos y Gran Bretaña desbancaron al jabón La Torre y su hermano Las Llaves del liderazgo del mercado nacional. Domingo Alberto Rangel lo explica en La oligarquía del dinero (Polar la cebada y el maíz):

El jabón “La Torre” caería al concluir

la Segunda Guerra Mundial. Fue liqui-dado, junto a su congénere el jabón “Las Llaves”, por los cambios tecno-lógicos que llevarían a la aparición de los detergentes. Ese descubrimien-to químico permitió a la Procter and Gamble de los Estados Unidos y a la Unilever de Inglaterra desplazar en aquellos países a las industrias me-dio artesanales que aún subsistían en la elaboración de jabón de lavar. Adueñados de tan vastos mercados, aquellas dos firmas pudieron, sin in-terrumpir sus pasos, volcarse sobre el ámbito internacional. Los deter-gentes arrumbaron, en la periferia, a las tradicionales marcas de jabones que llevaban casi siglos asegurando la lealtad de las lavanderas…

Los Mendoza ya habían previsto este cambio y desplazaron sus in-

la fábrica de jabón que creció hasta incursionar en la política

tereses económicos más allá de la pequeña industria jabonera. Con la compra de terrenos urbanos se con-virtieron, junto a los Vollmer, en los principales terratenientes de la cre-ciente ciudad de Caracas. Símbolo de su poder en bienes raíces -única inversión que garantizaba buenos re-sultados en acumulación de capitales para la época- fue el edificio construi-do en la esquina de Gradillas, que se convirtió en la sede corporativa del clan Mendoza-Polar.

Lorenzo Mendoza Fleuri incursionó en la industria cervecera a partir de 1941. Según Domingo Alberto Ran-gel, “Lorenzo, por un capricho sen-timental, toma la decisión de invertir de lleno en el ramo de la cerveza”, bebida que para entonces era de-gustada por una reducida élite y cuyo mercado estaba monopolizado por los Vollmer.

Con una dura e inteligente campa-ña publicitaria al puro estilo yanqui, la Polar se abrió paso ante su principal rival, Cervecería Caracas, propiedad de los Vollmer, y poco a poco impu-so sus productos en el gusto de los venezolanos. En una sociedad acos-tumbrada al ron y al aguardiente, en-

tre los obreros la cerveza era un lujo poco frecuente. En cambio, entre la élite la escasez del brandy debido a las restricciones de la guerra mundial hizo que la cerveza tomara un lugar preponderante en el gusto de los en-copetados burgueses.

Gracias a los cambios que experi-mentaba el país a raíz del auge pe-trolero comienzan a desarrollarse las grandes ciudades, sobre todo Cara-cas y Maracaibo. Allí las masas de obreros y empleados de las trasna-cionales del petróleo se convertirían en los consumidores por excelencia de la cerveza. Domingo Alberto Ran-gel indica que el líquido frío y amargo de La Polar entró primero por los ojos y las mentes que por las bocas:

…La fábrica de la familia Mendoza dota a los expendedores –en los ba-res principalmente– de avisos que anuncian el producto. Se generalizan los anuncios donde tras el nombre de un negocio –“El Hijo de la Noche” o “Puerto Nuevo”– brilla el nombre de la cerveza Polar. Es un método directo, persuasivo, que entra en los ojos de la población…

la fría refrescó el mercadoEl término “fría”, que empleamos los venezolanos para designar la cer-veza, se remonta a la época de la distribución de los aparatos de refri-geración que llegan al país una vez que se levantó la restricción a su importación. La Polar estableció en-tonces una audaz campaña de cré-ditos la compra de neveras y cavas a los comerciantes que distribuyeran su cerveza con exclusividad. La ex-pansión de la polar se inició en 1948 con la cervecería de Oriente. Según Domingo Alberto Rangel, el capital de esta empresa creció rápidamente, emulando a la empresa madre: “… La cervecería “Polar” comienza con un

Carroza de la empresa Polar durante carnaval en Caracas. Entre 1950-1953.

Planta de Empresas Polar en Antimano, Caracas.

Planta de Empresas Polar en Antimano, Caracas.

la fábrica de jabón que creció hasta incursionar en la política

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VeneZUela SiGlo XX cUltUra y Vida cotidiana

millón y medio de bolívares. En 1947 llega a los cuatro millones. Hacia 1955 ha alcanzado a los veinte millo-nes y cierra la década del cincuenta con una cincuentena de millones en que sitúa su capital para el primero de abril de 1960.”

el invento que alimentó a VenezuelaEl imperio de la Polar sigue su mar-cha alcanzando a los Vollmer, al pa-recer sus principales rivales comer-ciales en Venezuela con 200 millones en activos en la década de 1960 del siglo XX. Según Rangel, el área de ali-mentos procesados se convirtió en el nuevo objetivo de la Polar.

“En las postrimerías de la década de los cincuenta alguien descubrió la ma-nera de preparar una harina pre-coci-da a la que, agregándole agua, podía convertirse en masa para las arepas y las hallacas de la mesa tradicional del venezolano. Aquello significaba una revolución, pues liberaba a las dueñas

de casa de la obligación de hervir y luego moler el maíz”,

Los Mendoza cambiaron así el patrón de consumo de maíz en Ve-nezuela y se colocaron a la cabeza en la producción de alimentos. En la Encrucijada de Turmero construyen la refinadora de maíz Remavenca. Allí nace Harina Pan, que se con-vertirá, gracias a una intensa cam-paña publicitaria en todos los me-dios disponibles para la época, en la “marca de nacimiento de todos los venezolanos”.

Fue tan grande el impacto que causó la harina pan que Polar instaló en la En-crucijada de Chivacoa, Yaracuy, la em-presa Pro-Masa, que además producía alimentos concentrados para animales (Procria) y aceites comestibles. De aquí se desprende otra característica de la Polar: la concentración de la fuerza de trabajo junto a los medios de produc-ción. Nacen las urbanizaciones de em-pleados y las grandes barriadas próxi-mas a las fábricas.

La venta de los productos de Pro-cría fue respaldada por masivas cam-pañas comerciales como las que tan-tos éxitos dieron a la Polar.

En conclusión, el grupo Polar ha creado un emporio comercial gracias a la capacidad que tuvieron sus fun-dadores de ir a la par de los cambios políticos, económicos y tecnológicos que sufrió Venezuela a raíz del auge petrolero y la pos-guerra.

Entre 1950 y 1970, el grupo Polar experimentó un desarrollo extraordi-nario y acumuló un capital que lo co-locó a la par de los mayores capitalis-tas del país de entonces, los Vollmer. También expandió sus intereses fuera de Venezuela.

El Grupo Polar fue extendiendo sus tentáculos, controlando más del 50% del empaquetado, distribución o pro-ducción de alimentos a escala nacio-nal de acuerdo con una máxima del arte militar: quien controla la comida tiene media guerra ganada.

la política de la empresa Podría parecer que el único interés de los Mendoza-Polar era el comercial, pero Domingo Alberto Rangel afirma que con el tiempo este poderoso oli-gopolio contempló inmiscuirse en po-lítica.

Parte de su estrategia a largo plazo habría contemplado su intervención en el poder político. Así lo indicaría su supuesta participación en planes conspirativos como los de abril del 2002, el paro petrolero de 2003-2004 o la guerra económica de 2013-2018. Está por verse si este grupo oligopó-lico (Polar), con Lorenzo Mendoza a la cabeza, se hace con el poder total en Venezuela siguiendo los pasos de otros presidentes “empresarios” que han conquistado la silla presidencial, como en Argentina, Chile y los Esta-dos Unidos.

LA AREPA es un alimento ancestral que se industrializó

�alexis delgado alfonzo

Una de las manifestaciones gastronómicas de mayor re-sonancia en la idiosincrasia

del venezolano es, sin lugar a du-das, la arepa. Esta imprescindible compañera de las mesas naciona-les ha cruzado nuestras fronteras hasta el punto de convertirse en una perpetua embajadora de la tie-rra de Bolívar para el mundo entero.

Sin embargo, esta representati-va muestra de la gran variedad de la gastronomía nacional tiene unos orígenes que se pierden en la lejanía del tiempo histórico y no del todo divulgados.

alimento muy antiguoEstudios antropológicos e históri-cos sitúan la presencia del cultivo del maíz en el continente america-no desde antes del tres mil A.C. De igual manera, según los hallazgos arqueológicos, la preparación de los “ancestros” de la actual arepa, datan de fechas muy anteriores de la llega-da de los europeos a estas tierras.

Si en la actualidad consideramos el maíz un producto imprescindible para nuestra vida cotidiana, en la an-tigüedad su valor era mucho mayor. De hecho, un famoso mito creacio-nista indígena sostiene que el origen del hombre proviene del maíz.

En este mismo sentido, según sostienen algunos estudiosos de la materia, como el historiador ve-nezolano, Miguel Dorta en su libro Que viva la arepa, la propia manera de cocer aquellas torticas de harina de maíz con forma circular, tenía en sí mismo un alto valor simbólico, ya que denotaba una imitación de uno de los poderes más influyentes que nuestros ancestros contemplaban en la naturaleza, el sol y la luna.

del cultivo a las brasasDesde esas épocas remotas, nues-tros antepasados aprendieron a do-minar el delicado arte de sembrar una variedad importante de varie-dades del maíz, entre los cuales po-demos citar el amarillo, el blanco y el rojo, aun cuando existen muchas variedades entre estos estilos. Cada una de estas variedades requiere de un clima, un suelo y una temperatu-ra ideal para su siembra.

Una vez que la mazorca se en-contraba lista para ser recogida, los indígenas se ocupaban de des-granar lameticulosamente y extraer los granos del maíz, los cuales eran puestos a secar. Posteriormente, valiéndose de una piedra se ponían a machacar los granos hasta redu-

cirlos a una cantidad considerable de polvo, el cual, mezclado con agua, era amasado con afán hasta obtener una masa consistente.

En este punto, las mujeres se dis-ponían a hacer unos círculos pla-nos con aquella masa y los ponían a asaren una suerte de ollas, para finalmente tener las arepas. Esta predilección por la ingesta de la are-pa fue más común en las regiones occidentales de la actual Venezuela.

En el oriente del país también se consumió la arepa, sin embargo, el producto de preferencia de los ha-bitantes de estas zonas, según los hallazgos arqueológicos, eran unas tortillas muy delgadas elaboradas a partir de la yuca, llamada casabe.

•DomingoAlbertoRangel,Laoligarquíadeldinero(Polarlacebadayelmaíz).Caracas,EditorialFuentes,1972,pp.234-235

PARASEGUIRLEYENDO...

Planta de Empresas Polar en Los Cortijos, Caracas.

Seleccionando Maíz en el Estado Cojedes, s/d. Colección IAN del Archivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional.

La arepa es un alimento ancestral que se industrializó

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loS obJetoS de la hiStoriacUltUra y Vida cotidiana

europeos sin trigo En el momento que los europeos se topan con los territorios del continen-te americano y se disponen a colo-nizarlo, se percatan de que muchas características de esta “nueva tierra” eran distintas a las conocidas hasta el momento por ellos. Una de las di-ferencias que de buenas a primeras se evidenció con más prontitud fue la ausencia del trigo, el cual para aquel

contexto era un producto de gran im-portancia para el viejo continente.

Debido al espíritu aventurero de aquellos primeros conquistadores, aunado a la vital necesidad de ali-mentarse y a lo que tardaban en llegar las provisiones del viejo con-tinente, los europeos se plegaron en buena medida al estilo de ali-mentación de los habitantes ame-ricanos.

La ingesta de la arepa se fue co-lando con gran velocidad en las mesas de los colonizadores debi-do a que, la primera servidumbre en las casas de estos y, por ende, las primeras cocineras eran indíge-nas. Posteriormente, las indígenas fueron sustituidas de estas labores por la mano de obra de las africanas esclavizadas. Esta nueva servidum-bre aprendió el arte ancestral de ha-cer las arepas que para esta época tenían una manera de preparación prácticamente idéntico al de los in-dígenas precolombinos.

del budare al molinoCon el paso de los años lo que fue cambiando fue la tecnología que se empleaba para machacar los granos de maíz; es cuando, a las piedras de moler se desarrollan los molinos. De igual modo se fueron modifican-do los tamaños y las formas de los budares empleados para la elabora-ción de las amadas arepas.

El siglo XIX, sobre todo después de la segunda mitad se caracteri-zó por la proliferación de inventos destinados a simplificar, no solo la molienda del grano del maíz, sino la elaboración misma de las arepas.

Empero, la resistencia a los cam-bios por el venezolano común so-bre todo el de los sectores menos pudientes, hicieron que estas inno-vaciones tuvieran resultados relati-vamente limitados.

llega la harina precocida A inicios del siglo XX, proliferó la in-dustrialización de la molienda del grano de maíz por todo el país. No obstante, uno de los avances más significativos que se ha hecho en aras de simplificar el proceso de ela-boración de la arepa es la invención y comercialización de la harina de maíz precocido, la cual simplifica no-tablemente el tiempo que se invierte en su elaboración.Esa es una de las razones por las cuales en la actuali-dad la preperación de la arepa dista mucho de como se hacía en la épo-ca precolombina o colonial.

En nuestros días ya no son fre-cuentes las piedras de moler, mo-linos e incluso los budares, ya que, gracias a un novedoso invento se pueden obtener las sabrosas are-pas en tan solo siete minutos valién-dose de un novedoso invento que se ha comercializado velozmente por todo el país.

La arepa, desde sus orígenes hasta nuestros días es un elemen-to unificador que no está limitado por la eterna lucha de clases. Ella se encuentra por igual en la mesa de los pudientes así como en la de los más humildes, porque en la mesa venezolana, la arepa se ha conver-tido en una expresión simbólica del nacionalismo.

Arepas, en: www.hablemosdeculturas.com

M¿SoL y LuNA DE mAíz?Según el historiador miguel Dorta, en la preparación de la arepa por parte de los pueblos indígenas estaría presente una recreación simbólica, pues su for-ma circular imitaba a Luna y el Sol, que eran para ellos las mayores fuentes de poder de la naturaleza.

EL “Fuerte de Páez” es la moneda más costosa de la colección nu-mismática de Venezuela. Los mo-

tivos de su valor se deben a su singular origen, entretejido con un episodio de la historia política de Venezuela.

El prócer de la independencia y en-tonces presidente José Antonio Páez decidió acuñar una moneda con su imagen. El valor sería de 10 reales. Su propósito era solicitar el trabajo a uno de los más reconocidos medallistas del mundo, el francés Albert Desiré Barré, residenciado en París.

Barré sabía que la situación políti-ca de Páez era insostenible, debido a que las fuerzas de Falcón y Guzmán Blanco se oponían al mandatario. Así que trató de declinar la solicitud, pero la insistencia del Presidente fue tan intensa que tuvo que aceptar el tra-bajo. Sin embargo, trató de retrasarlo por un tiempo.

José Antonio Páez ordenó acuñar 300.000 monedas, que debían con-tener en el anverso su imagen y bajo ella el título que le había otorgado el Congreso: “Ciudadano Esclarecido”, del cual se sentía orgulloso. Se tra-taba de una pieza muy particular: en el momento fue polémica porque era

la primera moneda en la que no iba a figurar la efigie de Simón Bolívar.

Por fin llegó el día en que Barré terminó la acuñación en la Casa de la Moneda de París. En su reverso colocó la leyenda “República de Ve-nezuela”, adornada con ramas de laurel, y su valor de 10 reales. En el anverso estaba la efigie de Páez, el tí-tulo Ciudadano Esclarecido y el ancla de Barré. Junto ella estaba la abeja del director de la Casa de la Moneda de París, Renouard de la Buissiere. Ambas caras poseían una gráfila de perlas. La gráfila es línea de puntos u otro tipo de gráfico que corre paralela al perímetro de la moneda.

El gobierno venezolano envió a la Casa de la Moneda a José María To-rres C., representante de la Legación de Venezuela en París. Al llegar le entregaron 300 monedas de mues-tra, que el funcionario resguardó. Las restantes fueron enviadas al Puerto de La Guaira en 1863.

Cuando las monedas arribaron al puerto, Páez ya había salido del poder. El futuro de las monedas fue incierto hasta que Juan Crisóstomo Falcón decidió enviarlas nuevamente a París, sin el pago correspondiente. No que-

ría tener en circulación monedas con el rostro de un enemigo. Con la de-cisión de Falcón a Barré no le quedó más remedio que fundirlas para inten-tar recuperar parte de su inversión; su trabajo había sido en vano.

En la actualidad tenemos evidencia de esta historia gracias a las 300 pie-zas que resguardó José María Torres C. en el Consulado de Venezuela en el París de mediados del siglo XIX. Según Gerardo Cerrada, hay cono-cimiento de que solo quedan ocho monedas: cuatro se encuentran en el Banco Central de Venezuela, en la colección de numismática de la institución; dos están en la Casa de Moneda de Maracay y dos en la sub-sede del Banco Central en Maracay. Las otras probablemente terminaron en manos de coleccionistas privados o fueron fundidas.

El Peso Fuerte de Páez fue la úni-ca moneda de Venezuela acuñada con la imagen de un prócer en vida. Por este motivo, por su escasez y su curioso origen, es la moneda más costosa de la numismática en Venezuela.

Es la pieza más valiosa de la numismática venezolana

La moneda de Páezque nunca circuló

Maíz, en Noel Pluche, Espectáculo de la naturaleza(…), Madrid, Imprenta de Pedro Marín,1771

La moneda de Páez que nunca circuló

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MEMORIASDEVENEZUELA AGOSTO201838 AGOSTO2018 MEMORIASDEVENEZUELA 39

dossier

� Javier escala

El 15 de noviembre de 1889 un grupo de militares, liderados por el mariscal Deodoro da Fonseca, derriba la úni-ca monarquía de América. Lo que en principio parecía un golpe contra el gabinete ministerial del vizconde de Ouro Preto se tornó en la destitución y expulsión de Pedro II, el hombre que por más de cuatro décadas fun-gió como cabeza de Estado. De inmediato, se instaló un gobier-no provisorio, cuyo primer decreto anunció a todo el país: “Queda pro-clamada provisoriamente y decretada como forma de gobierno de la nación brasileña la República Federativa”. La La Republica brasileña quedó en manos de Da Fonseca en compañía

de Rui Barbosa como encargado de Hacienda, Arístides Lobo de las Re-laciones Interiores, Quintino Bocaiu-va en Exteriores, Benjamin Constant Botelho en Guerra y Eduardo Wan-denkolk en Marina.

nacional pero sin puebloPor primera vez había república

nacional, pues hasta entonces sólo Pernambuco, en 1817 y 1824, y Rio Grande do Sul, en la llamada Gue-rra Dos Farrapos, habían logrado de manera temporal establecerla. Sin embargo, fue un advenimiento caren-te de pueblo, un golpe militar hecho bajo la mirada más observadora que activa de los cariocas.

El propio Arístides Lobo, republica-no civil, escribió tres días después en

un diario paulista: “Por ahora, el color del gobierno es puramente militar y deberá ser así. El hecho fue de ellos, de ellos solos porque la colaboración del elemento civil fue casi nula. El pueblo asistió aquello todo bestializa-do, atónito, sorprendido, sin conocer lo que significaba, Muchos creyeron seriamente estar viendo una parada”. A pesar de esta verdad, el elemen-to republicano civil siítuvo un papel decisivo tras bambalinas. La acción militar del 15 de noviembre de 1889 no pudo prescindir de estos para el ejercicio de gobierno y menos de su discurso legitimador.

agotamiento de la esclavitud El esclavismo, forma de producción que sostuvo la economía y las clases

La abolición de la esclavitud precipitó la caída del Imperio en Brasil

Los militares y una naciente burguesía impulsaron la República

dominantes brasileñas por cuatro si-glos, se mantuvo incólume hasta la década de 1850; cuando las imposi-ciones de Gran Bretaña afectaron con más fuerza a los propietarios rurales. Brasil no podía continuar ignorando la condenatoria moral hacia esclavitud de las naciones industrializadas de occidente, pero las condiciones ma-teriales no estaban lo suficientemente avanzadas para una liberación masi-va e inmediata.

A inicios del Imperio la sociedad todavía era muy dependiente de esta forma de trabajo, mientras que la in-migración promovida por el Estado era incipiente y, por tanto, descono-cida su rentabilidad. Sin embargo, durante los próximos 30 años (1850-1880) las condiciones se tornaran

favorables a la supresión legal de toda forma cautiva y no remunerada de trabajo con la aplicación de una política de abolición gradualista. Asi-mismo, el movimiento abolicionista promovería, a partir de la década de 1860 una propaganda bastante efi-caz contra la preservación institucio-nal del esclavismo.

Pero la inviabilidad de la esclavi-tud durante las últimas tres décadas imperiales se debió, más allá que a una condena moral, a su incapacidad para abastecer la demanda laboral. En la segunda mitad del siglo XIX el trabajo asalariado, más barato que el esclavo por sus costes de manuten-ción y reposición, se volvió más solici-tado por una clase caficultora deseo-sa de expandir sus cultivos y retener

la mayor ganancia monetaria posible.En 1871, el gabinete ministerial,

presidido por el vizconde de Rio Branco, aprobó la Ley de vientre libre que otorgaba una libertad implícita pero al mismo tiempo irreal a todos los esclavos nacidos a partir de la mencionada ley.

La legislación establecía que los hijos de los esclavos -denominados ingênuos- podían quedar con los propietarios de sus madres hasta la mayoría de edad (21 años) o ser en-tregados al Estado para su cuidado. No obstante, el grueso de los escla-vistas retuvo a los ingênuos bajo con-dición servil. Para 1885 sólo 118 de los 400.000 existentes fueron entre-gados al Estado, la mayoría enfermos, ciegos o con otras deficiencias físicas.

nUeStramérica

Benedito Calixto, La proclamación de la república, 1893, Pinacoteca Municipal de São Paulo.

Retrato de Rui Barbosa, s/d. En, http://www.cultura.gov.br

Multitud concentrada después de la aprobación de la Ley Aúrea de 1888. s/d. En, http://www.lacasadelahistoria.com.

Retrato de Deodoro Fonseca, Brasil, 1889. Colección Galería de Presidentes, Gobierno de Brasil.

La abolición de la esclavitud precipitó la caída del Imperio en Brasil

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MEMORIASDEVENEZUELA AGOSTO201840 AGOSTO2018 MEMORIASDEVENEZUELA 41

Ese mismo año (1885) se decretó la lei dos sexagenários, la cual esti-puló la manumisión de aquellos es-clavos mayores de 60 años, es decir, aquellos con poca rentabilidad para el trabajo pesado y más al borde de la tumba, pues la esperanza de vida rondaba sobre los 40 años.

El Estado pretendía llegar a una abolición gradual y sin cambios per-turbadores a la economía nacional ni prejuicios para los grandes terrate-nientes de Rio de Janeiro, principales soporte del régimen monárquico. Sin embargo, el plan de abolición con-sensuada encontró en los abolicio-nistas radicales férrea oposición. A la larga, la monarquía, identificada con la esclavitud y defendida por los gran-des productores de azúcar y café del Vale do Paraíba, estaba en su punto más frágil, cedió a las presiones.

La abolición definitiva y sin indem-nización para los propietarios, decre-tada el 13 de mayo de 1888, acabó por socavar la única base política del monarca Pedro II: los barones es-

clavistas de Río de Janeiro. Estos, contrariados por una medida no re-munerativa, le quitaron su apoyo al gobierno. Y un año después, se hi-cieron a un lado cuando la monarquía fue devorada por la vorágine militar.

el ideario republicanoLa extenuación del sistema de pro-ducción esclavista brasileño vino unido a la lucha entre los caficultores paulistas, las clases medias urbanas y un sector del ejército contra los ha-cendados esclavistas y la burocracia imperial por el control del Estado. Este conflicto fue acentuándose des-de la década del 70, tras la guerra del Paraguay, donde no sólo el ejército adquirió una conciencia de agente social sino que los sectores civiles de avanzada se interesaron por el siste-ma federalista de sus países vecinos, fundando y organizando partidos por todo el país.

El Manifiesto Republicano de 1870 en Río de Janeiro articuló una opo-sición con un rumbo específico: la

caída del régimen monárquico y su sustitución por un sistema republica-no federativo. El Manifiesto señalaba:

“Nuestra forma de gobierno es, en su esencia y en su práctica, antagónica y hostil al derecho y a los intereses de los Estados americanos (...) Nuestro esfuerzo se dirige a suprimir este es-tado de cosas, poniéndonos en con-tacto fraternal con todos los pueblos, y en solidaridad democrática con el continente que hacemos parte”.

El primer Partido Republicano fue el de Río de Janeiro y nació fruto de la disidencia del Partido Liberal. El 18 de abril de 1873 se fundó el Partido Republicano Paulista, grupo que unió a miembros del Club Republicano y a los hacendados alarmados con la ley de libertad de vientre de 1871.

Algunos republicanos no sólo re-chazaban la monarquía; también ex-hortaban al fin tajante de la esclavitu-do. Parte de su militancia pertenecía a la emergente burguesía paulista, la

nUeStramérica

cual, más allá de dignificar la condi-ción de los esclavizados, buscaba encumbrarse a un nuevo esquema de producción que hasta entonces se daba en regiones y condiciones concretas del Brasil. Además de una nueva base productiva, conisderaban necesaria una República garante de la autonomía territorial, la igualdad entre todos los ciudadanos y el ejer-cicio del poder emanado del voto y no de un hombre.

La propaganda republicana además denunciaba que el imperio tenía poco incentivo para realizar una transfor-mación económica, social y política acorde a la época. Otros argumentos como el sistema de casta, el voto cen-sitario, la ausencia de un sistema de enseñanza general, el analfabetismo y la miseria eran señalados para aumen-tar más el descrédito y la oposición hacia la exhausta monarquía.

el ejército como agente de cambioEl ejército también fue un factor deci-sivo para el advenimiento de la Repú-blica. Desde la conclusión de la guerra

contra el Paraguay los militares adqui-rieron una conciencia mayor de su rol en la sociedad, además, se había pro-fesionalizado durante el imperio, pero era una fuerza marginada por la supre-macía civil en la burocracia estatal.

El imperio no dio espacios políticos de envergadura a los militares ni tam-

poco el valor que los oficiales espera-ban, pues su peso estaba en el apoyo irrestricto de los esclavistas agrícolas. El marqués do Erval, Manuel Luís Osório, y el duque de Caxias, Luís Alves de Lima e Silva, por citar a los más representativos militares del Im-perio, ocuparon cargos políticos pero

nUeStramérica

Marc Ferrez, Esclavos reunidos en una hacienda de café, circa 1885.

Desembarco de Don Pedro II en Lisboa, 21 de diciembre 1889. En Le Monde Illustré Journal Hebdomedaire.

Angelo Agostini, caricatura de Pedro II al final de su reinado. En Revista Ilustrada, Rio de Janeiro, 1889.

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representando a los partidos Liberal y Conservador respectivamente. En-tre 1870 a 1889 los recursos desti-nados al ejército fueron reducidos. Para 1870 era el 15% mientras que en 1880 se redujo al 10%.

El Estado imperial no materializó el proyecto montepío, el cual estipula-ba pensionar a los familiares de los militares muertos y a los mutilados de la guerra del Paraguay. Tras una tardanza de 13 años, los militares encargaron al teniente-coronel Sena Madureira defender sus derechos en el senado. La reacción del gobierno fue censurar todas las declaraciones militares sin consentimiento previo del Estado.

En 1887 se fundó El Club Militar, institución que pasó atender los in-tereses de aquellos oficiales insa-tisfechos con el gobierno, entre sus miembros destacaron: el mariscal Deodoro da Fonseca, Benjamin Constant Botelho de Magalhães, pro-

fesor de mucha influencia en la men-talidad de los jóvenes castrenses y fabricante de la doctrina El Soldado-Ciudadano , José Antônio Correia da Câmara, segundo vizconde de Pelo-tas, noble militar vinculado al partido liberal y a defender los derechos del ejército ante el gobierno del partido conservador, presidido entonces por el barón de Cotegipe, entre otros.

Para 1889 la situación de Pedro II era insostenible. La crítica política ha-bía permeado, el ejército se tornaba más deliberante y opuesto, una cri-sis económica por falta liquidez mo-netaria iniciaba, y los esclavistas no indemnizados decepcionados por la abolición. El último gabinete, dirigi-do por el vizconde de Ouro Preto, se propuso ejecutar una serie de refor-mas para garantizar la permanencia de la monarquía. Pretendía flexibilizar la estructura política y social del país con una mayor autonomía a las pro-vincias, libertad de voto, libertad de

enseñanza, reducción de las prerro-gativas del Consejo de Estado y su-presión de los mandos vitalicios en el Senado. Sin embargo, la Cámara General, ocupada por los conserva-dores, vetó la reforma.

La última oportunidad del régimen para renovar su vetusta ordenación quedó abortada por incomprensión de la clase reaccionaria y falta de mando en Pedro II.

hiStoria del mUndo

�osman hernández trujillo

Entre el 28 de marzo y el 28 de mayo de 1871 París fue el es-cenario de la primera experien-

cia de un gobierno de trabajadores. Pequeños tenderos y comerciantes, patriotas que pensaban reanudar la guerra con Alemania, republicanos burgueses temerosos de que re-tornara la monarquía, liderados por

obreros y hermanados con la Guardia Nacional, tomaron la capital de Fran-cia y proclamaron su autonomía ante el Estado burgués. La magnitud de sus acciones, así como de sus erro-res, encaminó su causa a la destruc-ción bajo una férrea represión.

la guerra propició la comuna La Comuna surgió de las condicio-nes que ocasionó la guerra entre

Francia y Prusia. La primera estaba constituida como Imperio y era go-bernada por Napoleón III. El Reino de Prusia (hoy Alemania), de Guiller-mo I, era gobernado por el primer mi-nistro y canciller Otto von Bismarck. El conflicto estalló en julio de 1870 y se prolongó hasta mayo de 1871, cuando la Comuna ya estaba consti-tuyéndose. Los alemanes apresaron al emperador francés y exigieron la

la comuna fue breve y revolucionaria

El pueblo de París tomó el gobierno para sí

•Celso Castro. Os Militares e a República:um estudo sobre cultura e acção política.RiodeJaneiro.JorgeZaharEditor.1995.

•Celso Furtado. Formación económicadel Brasil. México. Fondo de CulturaEconómica.1974.

•José María Bello. História da República1889-1945.SãoPaulo.CompanhiaEditoriaNacional.1956.

PARASEGUIRLEYENDO...

nUeStramérica

Pierre-Ambroise Richebourg, Barricades de la Commune, Coin de la place Hotel de Ville & de la rue de Rivoli, 1871. Colección Metropolitan Museum of Art, New York.

George Scott, Proclamación de la república en Río de Janeiro, 1889. En Le Monde Illustré Journal Hebdomedaire.

El pueblo de Paris tomó el gobierno para sí

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hiStoria del mUndo

M sesión de territorios franceses, una gran indemnización y la ocupación de París. Durante los enfrentamien-tos bélicos el gobierno francés había armado al pueblo parisino por medio de la Guardia Nacional. Tras la derro-ta se niegan a entregar su armamen-to, especialmente sus cañones, que eran su principal arma.

Tras un intento fallido de recuperar las armas y neutralizar a los capitali-nos, el gobierno francés, entonces liderado por Adolphe Thiers, decide trasladar su sede a la ciudad de Ver-salles. Desde ahí conspira para reto-mar el control de la capital y aplastar la Comuna. Bismarck otorgó su ayuda, lo que demuestra cómo las clases do-minantes y las fuerzas conservadoras de países enemigos se coaligan para aplastar cualquier movimiento revolu-cionario de los trabajadores.

El pueblo de París vislumbró un camino para defenderse de las fuer-

LA ComuNA FuE LEíDALa Comuna fue estudiada por intelec-tuales y políticos revolucionarios -tanto de la época como posteriores- que han encontrado en ella enseñanzas para la construcción de un modelo de sociedad sin Estado y sin clases sociales. marx, con La guerra civil en Francia (1871); mijail Bakunin, con La comuna de París y la noción de Estado; Piotr Kropotkin, con La Comuna de París, y Vladimir Lenin con Enseñanzas de la Comuna (1908) y En memoria de la comuna (1911), han alimentado la bibliografía sobre el tema. También hay que men-cionar las obras de dos participantes de la comuna: La Comuna de París. His-torias y recuerdos, de Louise michel, e Historia de La Comuna de 1871, de H. Prosper-olivier Lissagaray. Pero veamos por qué y cómo surgió la revolución de los parisinos en la primavera de 1871.

zas extranjeras y los reaccionarios nacionales: organizarse en Comuna y construir el socialismo libertario. El campo ya estaba abonado por la tradición de lucha de la clase trabaja-dora parisiense. Aún estaban latentes las experiencias de las jornadas revo-lucionarias de 1830 y, sobre todo, en 1848, cuando el proletariado de las principales ciudades europeas se su-blevó contra la burguesía continental y sus estados.

cambios revolucionarios A pesar de su escaso tiempo de vida de la Comuna, sus acciones revelan su carácter revolucionario. Sustituyó el ejército regular y armó al pueblo, que pasó a formar parte de la Guardia Nacional. Promulgó pensiones para las viudas e hijos de los miembros de la Guardia Nacional. Devolvió a los trabajadores las herramientas que estaban en las casas de empeño del

Estado. Pospuso las obligaciones de deudas y se eliminaron los intereses. Estableció la separación de la Iglesia y el Estado al suspender el dinero que este pagaba al clero. Instauró una educación laica, gratuita y obli-gatoria e impulsó la instrucción de las mujeres. Prohibió el trabajo nocturno.

Creó guarderías populares. Abolió el sistema de multas a los obreros. De-cretó mediante que las fábricas y los talleres abandonados o paralizados por sus dueños pasaran a manos de las cooperativas obreras, para ga-rantizar la producción. Bajo su breve gobierno aparecieron muchas organi-

hiStoria del mUndo

Castellani, Afiche de la Comuna de Paris, 1883. Colección Gallica Digital Library.

Póster sobre la remuneración de las obras de construcción de barricadas, 17 de abril de 1871. Colección Biblioteca Histórica de la Villa de Paris.

André-Adolphe-Eugène Disdéri , Adolphe Thiers, antes de 1877.

Maximilien Luce, Una calle de París en mayo de 1871, entre 1903-1905.

Roger Viollet, Cadáveres de soldados federados, 1871. Colección Musée Carnavalet, París.

Soldados de Versalles descansando cerca de la iglesia Saint-Jean-Baptiste de Belleville, 1871. Colección Biblioteca Histórica de la Villa de Paris.

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la hiStoria aSombra

MLAS muJERES DE LA ComuNA“Las mujeres, como… en todos los combates de la historia, hicieron uniformes, atendieron a los heridos, proporcionaron el abastecimien-to a los soldados. miles de mujeres cosían las bolsas para la construc-ción de barricadas. En corto tiempo, también crearon cooperativas y sindicatos; participaron de clubes políticos, reivindicando la igualdad de derechos y crearon sus propias organizaciones, como el Comité de mujeres para la Vigilancia, el Club de la Revolución Social y la unión de mujeres para la Defensa de París (…) en la Comuna, por primera vez, alrededor de tres mil mujeres trabajaron en fábricas de armas y municiones, construyeron barricadas y recogieron las armas de los caídos para seguir el combate y formaron un batallón femenino de la Guardia Nacional, integrado por 120 mujeres, que luchó en las barricadas de París durante la última semana de resistencia de la Co-muna, cuando todas perecieron en el combate (…) Eran trabajadoras, mujeres de los barrios populares, pequeñas comerciantes, maestras, prostitutas y “arrabaleras”. Estas mujeres se organizaron en clubes revolucionarios como el Comité de Vigilancia de las Ciudadanas o la unión de mujeres para la Defensa de París, de la misma manera que lo habían hecho anteriormente las mujeres en la Revolución Fran-cesa de 1789. Pero a diferencia de las mujeres que participaron en la Gran Revolución, esta vez, las que así lo quisieron contaron con las armas que los proletarios parisinos no les negaron empuñar, como sí lo habían impedido los revolucionarios burgueses”.

Andrea D’Atri, La participación de las mujeres en la Comuna de París, en www.laizquierdadiario.com

zaciones que promovieron el teatro y las bibliotecas. Finalmente, la Comu-na estableció que la remuneración de los funcionarios administrativos y del gobierno no superara el salario nor-mal de un obrero.

errores y fin de la comunaLa mayoría de los investigadores y escritores que se han ocupado de

estudiar los errores de la Comuna de París coinciden en señalar su actitud defensiva. Fue un grave error no llevar a cabo una ofensiva contra Versalles en el momento que se encontraban débiles y no habían recibido el apoyo de las fuerzas prusianas.

Otro error fue no tomar posesión del Banco de Francia, lo cual les hu-biera garantizado una cantidad im-

portante de recursos para la defensa del gobierno comunal y muchos be-neficios para la gente de París. Pero no fue así. Las fuerzas reaccionarias, monárquicas y clericales se agrupa-ron y derrotaron a la valiente pobla-ción de Paris.

El número de muertos y prisione-ros tras la represión del gobierno de Thiers no ha sido esclarecido. Las estimaciones hablan de 2,500 co-muneros muertos en las barricadas: hombres, mujeres y niños. Inconta-bles asesinatos se produjeron en la semana del 21 al 28 de mayo, cuan-do fueron atacados y destruidos mi-litarmente, y en las semanas siguien-tes se habla de 14 y 30 mil personas muertas. Según algunos testigos eran fusiladas sin juicio. Eran agrupa-das contra los muros y ametralladas masivamente. Otras 20 mil personas fueron juzgadas y llevadas a prisiones militares en Nueva Caledonia.

�andrés eloy burgos

EL 9 de abril de 1842 fue con-sumado un atentado contra la persona del general Tomás de

Heres, quien para ese momento ejer-cía como Comandante de Armas de la Provincia de Guayana.

Un crimen político que conmovió a toda la nación y que despertó gran rechazo en las demás latitudes sura-mericanas en las que se conocieron, durante la guerra de independencia, tanto de sus virtudes guerreras como de hombre de Estado y administra-dor. Y es que Heres fue uno de los más destacados oficiales de la inde-pendencia, quien prestó servicio jun-to a los prominentes líderes de aque-lla gesta; solo basta con indicar que estuvo con el general José de San Martín en tiempos de la lucha en el Perú, hizo gobierno político y militar con el general Antonio José de Sucre en varias provincias y formó parte del Estado Mayor del Libertador Simón Bolívar.

el atentadoSe tienen pocos detalles acerca de lo que ocurrió la noche del 9 de abril de 1842 en Angostura. Algunos testimo-nios señalan que aquel día el general Heres se sentía indispuesto, no era un secreto que desde hacía varios años se encontraba afectado de sa-lud y por eso, a pesar de que ejercía el importante cargo de Comandante de Armas de Guayana, cumplía y ha-cía cumplir muchas de sus funciones por intermedio de funcionarios inte-rinos y jefes políticos. Pero, dividida como estaba la sociedad angosture-ña por las pasiones políticas, y como el general era el líder más visible del “bando Conservador” su figura ten-dría la atracción magnética para to-dos los plomos enemigos.

Ese sábado por la vieja casa co-lonial, ubicada entre las esquinas de Libertad y Amor Patrio, desfilaron numerosos visitantes. Hasta bien en-trada la noche concurrieron desear la pronta restitución de su salud al hé-roe de la independencia. Se cuenta que cerca de las nueve de la noche el general departía con su amigo el obispo de Trícala, cuando sorpresiva-mente fue fulminado desde una de las ventanas con un disparo de arcabuz. Relata el clérigo que las velas se apa-

garon y que a pesar de la penumbra salió al corredor para buscar auxilio. Cuando la esposa del general y otros habitantes de la casa llegaron con la iluminación vieron el cuerpo abatido, con el brazo izquierdo totalmente destrozado manando abundantes ríos sangre.

A pesar de lo certero del disparo aquel hombre sobrevivió, soportando estoicamente los dolores por varias horas hasta que finalmente, a la una de la tarde del domingo 10 falleció.

La prensa liberal promovió el asesinato del prócer Tomás de Heres

Fue uno de los primeros atentados políticos en nuestro país

hiStoria del mUndo

Maximilien Luce, Una calle de París en mayo de 1871, entre 1903-1905.

Louise Michel, activa participante de la Comuna, fotografiada por J. M López

G. D’ Empaire, General Tomás de Heres, s/d. Colección Palacio Federal Legislativo.

La prensa liberal promovió el asesinato del prócer Tomás de Heres

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la hiStoria aSombra

Antes de morir dijo a quienes ve-laban su agonía que sabía del autor del atentado, sin embargo calló el nombre y se despidió perdonando a todos sus enemigos.

la prensa liberal como instigadora del atentado

El hecho en el cual fue inmolado Heres tiene lugar en el contexto de la encarnizada lucha política que libra-ban los bandos Conservador y Libe-ral. Sabemos que en breve tiempo los enfrentamientos pasaron de ser verbales a la violencia física; armada de palos, cuchillos y luego con espa-das, lanzas y fusiles; vale recordar las rebeliones armadas de 1846 en los llanos centrales y las cercanías de Caracas y luego el asalto al Congreso en que fueron muertos varios diputa-dos en el año de 1848. Similar a los enfrentamientos que en Caracas y las principales ciudades tuvieron estos partidos, en Guayana se desarrolló la pugna política por ganar los principa-les puestos de la administración del Estado; en Angostura los Liberales eran llamados Filántropos, en tanto que a los Conservadores se les lla-mada Antropófagos. A decir del pe-riódico El Venezolano, se trataba de

“…dos partidos fuertes, extensos  y bastante poderosos para destrozarse entre sí”.

Ante el atentado el periodista cara-queño Juan Vicente González reac-ciona contra el que considera fue uno de los principales medios que lo promovió: El Filántropo. Periódico con poco tiempo de circulación que se había dado a la tarea de injuriar a varios representantes del gobierno y en especial al general Heres. Juzga González, por los artículos apareci-dos en aquel periódico, que sus re-dactores han obrado activamente en el crimen y trata de probarlo en varios textos analíticos que hace colocar en la prensa de la capital. Por ejemplo, en El Liberal del 14 de junio de 1814 denuncia que cuatro días antes del suceso uno de los redactores, entre insultos y desafíos, anunció lo que vendría en contra del general:

“Bostezo del averno: la Sociedad Fi-lantrópica no te teme, te desprecia; tu caída se acerca, y cual ángel de tinie-blas vagarás alrededor de la tumba de Zerón, de Mediavilla y de las víctimas que a sangre fría inmolaste amparado del estandarte español” El Filántropo N°5, del 4 de abril de 1842

Esto en González constituye una con-fesión de parte que luego los redacto-res del periódico guayanés intentarán manipular para exculparse. En artículo posterior a los hechos El Filántropo dirá que se trataba de metáforas y figuras retóricas “muy discretamente usadas” es decir que lo expresado en sus páginas no eran instigaciones sino expresiones en sentido figurado.

Entre ellos no había tregua. Para los Antropófagos la figura del general Tomás de Heres representaba el or-den institucional, la garantía de la paz de las instituciones centrales desde que había logrado combatir con éxi-to a la Revolución de las Reformas del año 1835; para los Filántropos, aglutinados en torno de la figura del comerciante italiano Juan Bautista Dalla-Costa (padre) aquel era el signo de la tiranía centralista. Estos liberales angostureños habían fundado la So-ciedad Filantrópica y el periódico El Filántropo, que desde el principio se mostró bastante hostil contra el go-bierno provincial. Los redactores de ese periódico se instalaron en el pue-blo de Soledad, en la otra orilla del río Orinoco, para evitar ser castigado por las autoridades gubernamentales. La prensa era protagonista en las delibe-raciones públicas y, dada la tolerancia que existía respecto de la llamada li-bertad de imprenta, muchos eran los excesos que se cometían. Aquellas márgenes llamadas Angostura y So-ledad figuraban a los dos extremos políticos separados por un torrente de pasiones más impetuoso que el río mismo. Un torrente que no pocas veces se desbordó causando trage-dias inéditas en lo que fue la milenaria calma de la selva.

•Francisco González Guinán. Historiacontemporánea de Venezuela Tomo III.Caracas, Tipografía Empresa El Cojo,Caracas,1910.

•La Doctrina Conservadora, Juan VicenteGonzález Tomo II. Colección PensamientoPolítico del Siglo XIX. Caracas, EdicionesdelCongresodelaRepública,1983.

•Rafael Ángel Rondón Márquez. Heres eladusto (Rasgos biográficos). Caracas,TipografíaGarrido,1942.

PARASEGUIRLEYENDO...

“ Mi querido amigo: Quisiera tener una fortuna material que dar a cada colombiano, pero no tengo nada. No tengo más que corazón para amarlos y una espada para defenderlos. Hágame Vd. el favor de ponerme corriente una letra por triplicado con una carta de aviso contra la Compañía de Minas de Bolívar por el valor de 200 libras a favor del general Rafael Urdaneta debiendo pagarse a cien días después de vistas. De Vd. de corazón, Bolívar”

-Carta de Simón Bolívar dirigida a Rafael Revenga, 17 de noviembre 1828. Colección Museo Bolivariano.

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Arcabucero español, cortesía de Jose Ferre Clauzel. En, www.elgrancapitan.org

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