la imposición de valores occidentales y la lucha campesina por la equidad

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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES-FLACSO SEDE ECUADOR MAESTRÍA EN DESARROLLO TERRITORIAL RURAL TEORÍA ECONÓMICA Laura Boada Molina Nataly Torres Guzmán La Imposición de los Valores Occidentales y la Lucha Campesina por la Equidad” de Gerrit Huizer Introducción Gerrit Huizer en su escrito, muestra como la penetración a escala global del capitalismo occidental en los pueblos indígenas ha ocasionado la destrucción de sus valores naturales, culturales y espirituales, así como desigualdades en la distribución de los factores productivos. En cuanto a este último, el autor hace referencia al Informe con proyecciones sobre la situación ecológica del mundo en el comienzo del Tercer Milenio, presentado al ex presidente de EEUU Jimmy Carter en 1980, Global 2000, el cual afirmaba que el 10% de la población que vive en Europa Occidental y Estados Unidos, consumirá 24 veces más que la gran mayoría de la humanidad. Es así como el autor, desarrolla temas sobre desigualdad en distribución de recursos como la tierra principalmente, las luchas ejercidas por movimientos sociales en busca de terminar con esta mala distribución, y cómo los valores

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La penetración de la ideología capitalista en las comunidades indígenas a causado la destrucción de sus valores, no obstante, estas han reaccionado para detener que esto suceda mediante levantamientos populares

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Page 1: La imposición de valores occidentales y la lucha campesina por la equidad

FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES-FLACSO SEDE ECUADOR

MAESTRÍA EN DESARROLLO TERRITORIAL RURAL TEORÍA ECONÓMICA

Laura Boada MolinaNataly Torres Guzmán

“La Imposición de los Valores Occidentales y la Lucha Campesina por la Equidad” de Gerrit Huizer

Introducción

Gerrit Huizer en su escrito, muestra como la penetración a escala global del capitalismo occidental en los pueblos indígenas ha ocasionado la destrucción de sus valores naturales, culturales y espirituales, así como desigualdades en la distribución de los factores productivos.

En cuanto a este último, el autor hace referencia al Informe con proyecciones sobre la situación ecológica del mundo en el comienzo del Tercer Milenio, presentado al ex presidente de EEUU Jimmy Carter en 1980, Global 2000, el cual afirmaba que el 10% de la población que vive en Europa Occidental y Estados Unidos, consumirá 24 veces más que la gran mayoría de la humanidad.

Es así como el autor, desarrolla temas sobre desigualdad en distribución de recursos como la tierra principalmente, las luchas ejercidas por movimientos sociales en busca de terminar con esta mala distribución, y cómo los valores occidentales fueron el eje central para el desarrollo de esta economía de mercado, a la que los pueblos indígenas denominaban como “diabólica y destructiva”.

Problema Principal

La introducción del capitalismo occidental, ha distorsionado los valores locales, así como ha usurpado la tenencia de recursos propios de las poblaciones indígenas en Latinoamérica, esto ha provocado el surgimiento de movimientos sociales que mostraron resistencia a la inequidad. Estos movimientos han presionado para que los gobiernos impulsen reformas agrarias, mismas que han tenido resultados diversos en las distintas regiones.

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Antecedentes

En los primeros siglos de encuentro entre los pueblos indígenas y el Occidente, según el autor, se han generado cambios de valores locales y formas de resistencia en los primeros. El autor ejemplifica esto con el caso la Revolución Científica en Europa propuesta por las élites para rechazar el conocimiento animístico1 y la espiritualidad popular; y, en el caso de América con el descubrimiento y la conquista, que propagó la “demonización” del animismo y el culto a la Madre Tierra (Pacha Mama), así como condenó el uso comunal y equitativo de la tierra.

Basándose en los estudios de Salomon (1987), el autor manifiesta que en Sudamérica, los lideres de movimientos indígenas eran considerados brujos o idólatras, por su resistencia a la recaudación de impuestos y por su adoración a ancestros momificados, que eran considerados como verdaderos dueños de la tierra, que al final fueron capturadas y quemadas para acabar con los valores culturales que protegían a la gente contra la explotación externa.

Los estudios de Taussing (1980, 1987), que se presentan en el texto, muestran que las plantaciones de caña de azúcar en el Valle de Cauca en Colombia y la minería de estaño sobre los Aymara en Bolivia, aumentaron la mano de obra semiesclavizada con salarios bajos y el individualismo, mismo que crearon un ambiente de envidia entre los campesinos porque no había una ética social igualitaria; los campesinos consideraban a la economía de mercado y las formas de producción como una manera “diabólica y destructiva”.

El autor, también describe algunas de sus experiencias en relación a los valores locales equitativos y la penetración externa, las mismas que se presentan a continuación:

Entre 1955 y 1956, en el proyecto patrocinado por la UNESCO en un pueblo del Salvador, Huizer identificó que durante cinco siglos de influencia de los propietarios blancos, cultivadores de café y sacerdotes católicos, los campesinos mantenían aún principios de espiritualidad con raíces cósmicas, equidad, compañerismo, solidaridad, fuertes lazos con la Madre Tierra; sin embargo, el autor identificó que este pueblo tenía desconfianza de los proyectos de desarrollo para evitar ser explotados.

Durante los años 60, en el valle de Punitaqui –Chile–, en la organización del programa de desarrollo regional comunal de las Naciones Unidas, Huizer, identificó que aún funcionaba el sistema de tenencia de tierras equitativo dentro de las comunidades locales; no obstante, los proyectos de desarrollo que se pretendían introducir en la comunidad eran rechazados por la misma, mediante un enfoque participativo, se descubrió que la gente deseaba recuperar las tierras fértiles que fueron usurpadas por los terratenientes y empresarios, que luego con el apoyo de una nueva ley y con la presión de la población local, se puso en marcha el proceso de Reforma Agraria.

1 Creencia en la existencia de espíritus que animan todas las cosas (DRAE).

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Huizer analiza el desequilibrio económico y social que se dio en el periodo colonial en Latinoamérica, en el cual los valles y tierras fértiles fueron transformadas en grandes propiedades que pertenecían al conquistador y a sus herederos, mientras que el campesinado indígena fue enviado a las minas y si no deseaban trabajar en los latifundios se dedicaban a la agricultura de subsistencia en las laderas montañosas. Muchos de los campesinos tenían que levantarse para defender sus derechos y estos actos eran contrarrestados por el ejército en eventos muy violentos.

Después del periodo colonial en América Latina, las élites expulsaron a la poblacion indígena a tierras remotas; según el Reporte ILO (1953), que presenta Huizer, las comunidades remanentes fueron puestas en peligro con la llegada de la forma republicana de gobierno, debido a que la doctrina de liberalismo económico desconoció la propiedad corporativa y su estatus legal, así hubo apropiación de tierras comunales por terratenientes, y los miembros de las comunidades se constituyeron como inquilinos o peones de la hacienda.

Los movimientos indígenas surgieron por la necesidad de recuperar tierras comunales usurpadas debido a la penetración de las demandas del mercado mundial en la primera mitad del siglo XX. Por ejemplo: Zárate Wilka en 1898 y 1899, lideró el movimiento campesino en Bolivia, que buscaba justicia para los agricultores indígenas; y, en el caso mexicano, el movimiento liderado por Emiliano Zapata, trataba de recuperar las tierras comunales perdidas por la expansión de ingenios azucareros.

Gerrit Huizer también presenta algunos ejemplos sobre la redistribución de tierras equitativas como es la rebelión mexicana guiada por Emiliano Zapata, y en el caso de china con el campesino Mao Tse Tung; estos movimientos proponían una distribución de los recursos productivos para un desarrollo local efectivo.

Los países denominados tigres asiáticos (Japón, Taiwán, Corea del Sur), siguiendo el “modelo chino de desarrollo redistributivo”, lograron tener éxito en sus programas de reforma agraria, particularmente por los factores institucionales que influían en la en una redistribución radical de la tierra entre los agricultores pequeños y carentes de tierra, y la creación de organizaciones rurales automanejadas. Se debe observar que la redistribución equitativa de la tierra fue en respuesta a la revolución campesina en China entre 1927 y 1949.

Para finalizar, señala que han surgido de nuevas presiones para las Reformas Agrarias como es el uso más apropiado de la tierra, deben ser planteados con un enfoque nacional para asistir a los pobres y conservar los recursos. Sin ella, Huizer señala que, se pueden promover desigualdades al aislar a los pobres de recursos y favorecer a grandes terratenientes, asegurando la violación de los intereses ecológicos.

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La mayoría de casos de redistribución de tierras, se han llevan a cabo ejerciendo presión desde abajo, y de la intranquilidad por las desigualdades que acompañan estos procesos. Los gobiernos que han respondido positivamente a estos llamados, han forma parte del desarrollo nacional, beneficiado así a sus economías; en cambio, los gobiernos que han tratado de reprimir violentamente a los reformistas, han enfrentado una inestabilidad rural endémica.

Conclusiones y Recomendaciones

La imposición de valores occidentales desencadenó la pérdida de valores propios de comunidades indígenas así como, la pérdida del respeto hacia la Madre Tierra y el suelo, generando también el individualismo entre miembros de las comunidades.

Las reformas agrarias impulsadas por gobiernos, debido a la presión de movimientos sociales, han hecho que países como los “tigres asiáticos” tengan un desarrollo económico y social diferente.

Las recomendaciones que se plantean en el texto, son reformas agrarias con un enfoque nacional, más que universal. La equidad en la distribución de los recursos para Huizer, es una forma esencial para generar el desarrollo nacional, esta redistribución de recursos muchas veces debe generarse con presiones desde abajo, como es el caso de los levantamientos de movimientos sociales.

Bibliografía

Huizer, G. (n.d.). “La Imposición de los Valores Occidentales y la Lucha Campesina por la Equidad”. Pág. 48-59.