la importancia de la integracion regional en el diseño de la politica exterior

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G R U P O D E E S T U D I O S I N T E R N A C I O N A L E S C O N T E M P O R Á N E O S 1 RESUMEN La naturaleza cada vez más interdependiente de los temas que conforman la agenda, de los desafíos que plantea el entorno internacional, así como también de las respuestas que hacen falta para hacer frente a tales asuntos, pone de manifiesto la necesidad de una mayor coordinación y consenso a escala regional, para poder aspirar a un mejor posicionamiento de la región en su conjunto. Los Estados latinoamericanos no pueden implementar estrategias confiables de inserción en el mundo sin considerar a la región y, menos aún, contra la región. Este artículo busca abrir el debate al plantear que una política exterior eficaz difícilmente pueda eludir la necesidad de asumir los dilemas de la inserción internacional desde perspectivas de bloques regionales. La importancia de la integración regional en el diseño de la Política Exterior Por María Laura Cuniberti 1 A través del siguiente análisis, procuro sentar un interrogante para la discusión: ¿puede la gestación de espacios regionales, como el MERCOSUR, conducir a una transformación en el contenido y la puesta en marcha de la Política Exterior, que sobrepase la dimensión estrictamente nacional?, lo que al mismo tiempo nos lleva a preguntarnos, ¿qué lugar le corresponde a la autonomía en el marco de la regionalización? Si nos remontamos un poco en el tiempo, nos encontramos con la aparición, tras la segunda posguerra, de reflexiones que apuntaban a una búsqueda de autonomía, de “márgenes de maniobra”, a la hora de diseñar las políticas exteriores sudamericanas. En ese contexto surge una suerte de “escuela doctrinaria sobre la 1 La autora es Licenciada en Ciencia Política, con orientación a Relaciones Internacionales (UBA).

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  • G R U P O D E E S T U D I O S I N T E R N A C I O N A L E S C O N T E M P O R N E O S 1

    RESUMEN

    La naturaleza cada vez ms interdependiente de los temas que conforman la agenda,

    de los desafos que plantea el entorno internacional, as como tambin de las

    respuestas que hacen falta para hacer frente a tales asuntos, pone de manifiesto la

    necesidad de una mayor coordinacin y consenso a escala regional, para poder aspirar

    a un mejor posicionamiento de la regin en su conjunto. Los Estados latinoamericanos

    no pueden implementar estrategias confiables de insercin en el mundo sin considerar

    a la regin y, menos an, contra la regin. Este artculo busca abrir el debate al

    plantear que una poltica exterior eficaz difcilmente pueda eludir la necesidad de

    asumir los dilemas de la insercin internacional desde perspectivas de bloques

    regionales.

    La importancia de la integracin regional en el diseo de la

    Poltica Exterior

    Por Mara Laura Cuniberti1

    A travs del siguiente anlisis, procuro sentar un interrogante para la discusin:

    puede la gestacin de espacios regionales, como el MERCOSUR, conducir a una

    transformacin en el contenido y la puesta en marcha de la Poltica Exterior, que

    sobrepase la dimensin estrictamente nacional?, lo que al mismo tiempo nos lleva a

    preguntarnos, qu lugar le corresponde a la autonoma en el marco de la

    regionalizacin?

    Si nos remontamos un poco en el tiempo, nos encontramos con la aparicin,

    tras la segunda posguerra, de reflexiones que apuntaban a una bsqueda de

    autonoma, de mrgenes de maniobra, a la hora de disear las polticas exteriores

    sudamericanas. En ese contexto surge una suerte de escuela doctrinaria sobre la

    1 La autora es Licenciada en Ciencia Poltica, con orientacin a Relaciones Internacionales (UBA).

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    autonoma latinoamericana, liderada por Juan Carlos Puig, nucleando alrededor suyo a

    gran cantidad de pensadores, quienes se dedicaron a analizar la situacin

    latinoamericana en el sistema internacional, y a ponderar el contexto regional como

    parte de la estrategia que deban llevar adelante los Estados latinoamericanos.

    Puig defini a la autonoma como la capacidad de una nacin de optar, decidir

    y obrar por s misma; pero aclar que, para que esto no se convirtiera en un

    simplificador, hara falta partir de una adecuada comprensin de la estructura y

    funcionamiento del sistema internacional para poder desentraar los reales

    condicionamientos que de l fluyen (Puig 1984: 42-43).

    En general, las llamadas estrategias autonomizantes han procurado la

    potenciacin y sumatoria de capacidades para lograr una mayor viabilidad y un status

    que les permita, a los ms dbiles, adquirir mejores niveles de negociacin e influencia

    en el mbito internacional, fundamentalmente en su relacin con los ms poderosos.

    De este modo, el contenido de dichas estrategias estaba siendo pensado en funcin

    del reforzamiento de las capacidades estatales para actuar en el medio internacional, y

    para disminuir las vulnerabilidades frente a las potencias hegemnicas. La integracin

    y las diversas medidas de concertacin aparecan como vas que podan contribuir en

    esa direccin. Es as como en los aos setenta y, en menor medida, en los ochenta,

    podemos rastrear diversos ejemplos sobre las estrategias de concertacin, de

    actuacin en bloque a nivel multilateral, formacin de bloques regionales, creacin de

    organizaciones de productores, slo para sealar algunos.2

    En cambio, en los noventa, tras el fin de la Guerra Fra y, por ende, del orden

    bipolar vigente hasta ese entonces, el planteo autonmico perdi relevancia por ser

    considerado carente de valor frente a un nuevo mundo percibido como unipolar, lo que

    constitua un escenario que le restaba importancia a Amrica Latina desde la ptica

    estratgica y econmica.

    Hoy, la autonoma como confrontacin y juego de suma cero no parece viable,

    como as tampoco las visiones acerca de la imposibilidad de generar alternativas de

    polticas o la adopcin acrtica de lneas de accin que ya vienen determinadas en

    agendas cerradas. Es as, como ya ingresando en el nuevo milenio, la discusin en

    trminos tericos comienza a darse junto con una cierta recuperacin del valor que los

    gobiernos latinoamericanos vuelven a otorgarle a cuestiones como la coordinacin de

    2 Podemos destacar el Movimiento de Pases No Alineados, la III Conferencia de Naciones Unidas sobre

    el Derecho del Mar, la OPEP, as como otras Organizaciones Internacionales de Pases Productores, entre otros.

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    polticas y la adopcin de posiciones comunes. En ese contexto surge, por ejemplo, el

    concepto de autonoma relacional elaborado por Roberto Russell y Juan Tokatlian. El

    mismo hace referencia a la capacidad y disposicin de los Estados para tomar

    decisiones con otros de forma independiente y para controlar conjuntamente procesos

    que se producen dentro y ms all de sus fronteras (Russell, Tokatlian 2001: 86-91).

    Los autores parten del supuesto de que el aumento del nivel de autonoma de

    los pases no puede ser el resultado de polticas nacionales o sub-regionales de

    aislamiento, autosuficiencia u oposicin, sino que supone el trabajo coordinado, la

    negociacin en regmenes internacionales y la dimensin regional, siendo el primer

    crculo para su ejercicio la propia regin latinoamericana. La autonoma se procura as

    por medio de estrategias de internacionalizacin y regionalizacin, lo que se ve

    facilitado por la consolidacin democrtica en la regin y por el avance del proceso de

    integracin regional. Un claro ejemplo de esta nueva tendencia lo encontramos en el

    contenido del Comunicado de Brasilia, en el cual se plasman dos ejes que

    contribuyen al diseo de la autonoma para la regin: uno de ellos est referido al

    compromiso con la integracin como meta de la poltica externa incorporada a la

    propia identidad nacional de los pases del rea: Los Jefes de Estado reafirmaron el

    compromiso con la integracin en Amrica Latina y el Caribe, meta de poltica externa

    que est incorporada a la propia identidad nacional de los pases de la regin.

    Manifestaron la conviccin de que el refuerzo de la concertacin suramericana en

    temas especficos de inters comn constituir un aporte constructivo al compromiso

    con los ideales y principios que han orientado su proceso de integracin (Comunicado

    de Brasilia 2000); el otro, contiene una finalidad estratgica vinculada con la

    posibilidad de encarar los desafos de la globalizacin, mediante la profundizacin de la

    integracin, y actuando coordinada y solidariamente en el tratamiento de los grandes

    temas de la agenda econmica y social internacional: Los desafos comunes de la

    globalizacin sus efectos desiguales para diferentes grupos de pases y, dentro de los

    pases, para sus habitantes , podrn ser mejor enfrentados en la medida en que la

    regin profundice su integracin y contine, de forma cada vez ms eficaz, actuando

    coordinada y solidariamente en el tratamiento de los grandes temas de la agenda

    econmica y social internacional. (Comunicado de Brasilia 2000). En este marco, la

    labor de concertacin poltica entre los Estados de la regin, de conciliacin de sus

    intereses y aspiraciones viene a jugar un rol de relevancia.

    Debemos reconocer la naturaleza cada vez ms interdependiente de la mayor

    parte de los temas que conforman la agenda, de los desafos que hoy por hoy plantea

  • G R U P O D E E S T U D I O S I N T E R N A C I O N A L E S C O N T E M P O R N E O S 4

    el entorno internacional, as como tambin de las respuestas que hacen falta para

    hacer frente a semejante diversidad de asuntos, lo cual pone de manifiesto la

    necesidad de una mayor coordinacin y consenso a escala regional, para poder aspirar

    as a un mejor posicionamiento de la regin en su conjunto. Implica avanzar en la

    construccin de una identidad comn, que surja de la coordinacin en el diseo de

    polticas para la regin, para disminuir de esta forma las vulnerabilidades de la misma

    en el marco de un escenario internacional que cada vez deja menos margen a las

    acciones individuales de los Estados ms dbiles.

    Una poltica exterior eficaz difcilmente pueda eludir la necesidad de asumir los

    dilemas de la insercin internacional desde perspectivas de bloques regionales, que

    refuercen la autntica soberana nacional sin recurrir a nacionalismos aislacionistas. La

    insercin plena en un mundo de bloques y la efectivizacin de los escenarios

    multipolares slo podrn construirse desde un afianzamiento real de los procesos de

    integracin. Los Estados latinoamericanos no pueden implementar estrategias

    confiables de insercin en el mundo sin considerar a la regin y, menos an, contra la

    regin. Sin embargo, una mirada atenta sobre los actuales procesos demuestra la

    necesidad imperiosa de aprendizajes y exigencias. La integracin no puede presentarse

    como una consecuencia natural de la coyuntura, de la proximidad geogrfica o de la

    historia compartida. El diseo de una poltica exterior, as como las prcticas y

    estrategias de integracin regional y de insercin internacional, requieren definiciones

    polticas consistentes, visiones estratgicas de desarrollo y competitividad. Esa es la va

    ms adecuada para los Estados sudamericanos a la hora de encontrar un lugar

    dinmico en un mundo cada vez ms complejo e incierto.

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    BIBLIOGRAFA

    Puig, Juan Carlos (comp.) (1984), Amrica Latina: Polticas Exteriores Comparadas. Buenos Aires: G.E.L.

    Russell Roberto, Tokatlian Juan Gabriel (2001), De la autonoma antagnica a

    la autonoma relacional: una mirada terica desde el Cono Sur, Postdata, N 7, pp. 86-91.

    Comunicado de Brasilia, Brasilia 1 de Septiembre de 2000, en

    http://www.comunidadandina.org/documentos/dec_int/di1-9-00.htm