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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION LA IGLESIA CATOLICA SUCESORA DE NANCY J. MORENO GARCIA Trabajo presentado para ascender a Profesor Agregado MERIDA - VENEZUELA 1978

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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION

LA IGLESIA CATOLICA SUCESORA DE RO~M

NANCY J. MORENO GARCIA

Trabajo presentado para ascender a Profesor Agregado

MERIDA - VENEZUELA

1978

CONTENIDO

Página

0.0 INTRODUCCIONe .•••••••••••••••.•• o.............. 1

1.0 LA DISOLUCION DEL IMPERIO ROMANO............... 7

1.1 Causas

1.2 Primeras relaciones entre romanos y bárba ­

ros

2.0 LAS INVASIONES BARBARASo....................... ~

2.1 Causas

2.2 Ubicación de los bárbaros para. los siglos ­

V Y VI

2.3 Factores favorables y desfavorables a la

fusión de bárbaros y romanos

2.4 Consecuencias

3.0 RASGOS GENER:ALES DE LOS PRINCIPALES REINOS BAR­

BAROS y SU CONVERSION A LA FE DE ROMA ••••••••••

3.1 Los os'rogodos

3.2 Los lombardos

3.3 Los visigodos

3.4 Los francos

4. O LA PRIMACIA DE LA SEDE ROMANA. FACTORES QUE -

CONLLEVARON A SU TRIUNFO •••••••••••••••••••••••~ 4.1 Teoría Petrina ___

-4.2 Teoría Histórica ___

5.0 CONCLUSIONES ••••••••••••••••••••••••••••••••• 0

6.0 BIBLIOGRAFIA

26

114

0.0 INTRODUCCION

En nuestro anterior trabajo, "El ascenso del Cristianismo a Religi6n de Estado"{l), estudiamos el nacimiento,difusi6n y triunfo del cristianismo. Estamos muy lejos de pres~

mir que en el mencionado trabajo y en el que presentamos ah~

ra, hayamos acertado en todo, mucho m!s trat!ndose de una materia tan vasta y escabrosa. Los problemas que hemos debido enfrentar. para la realizaci6n del tema a estudiar son práctica ­mente una constante: la carencia de fuentes directas es ya depor sí un mal cr6nico. Aquellas que nos son accesibles en mSsde una oportunidad se nos presentan mutiladas o resumidas, bienporque son libros cat6licos con el sello del "nihil obstat", enlos cuales por supuesto se suprimen trozos "no importantes",bien porque del texto no se conoce sino la informaci6n, por h~

berse perdido el manuscrito. Aparte de esto, nos ha sido, enla mayoría de los casos, imposible dar con un texto recomenda~

do porque en un arqueo bibliográfico lamentablemente no he­mos encontrado mayor cosa.

Subsanadas una serie de pequeñas dificultades nosproponemos seguir el camino recorrido por la Iglesia triunfa~

te, aquella que para el 380, por el Edicto de Tesa16nica, pas6a ser la religi6n oficial del Imperio Romano, y su desenvolvimiento hasta el 800.

En una muy breve síntesis, recordaremos una seriede datos referentes a los primeros siglos de vida de la Ig1~

sia, siglos de crecimiento y de relativa prosperidad, durantelos cuales, sin embarqe., la Iglesia tuvo que combatir contraviolentos enemigos que algunas veces le produjeron quebrantos

- 2 -

quP. por momentos parecieron insalvables. Sus primeros años es

tuvieron llenos de peripecias, luchas y triunfos. Recordamos ­sus enfrentamientos con el Imperio durante las persecuciones

de los primeros siglos~ conocernos la oposici6n rotunda de lafilosofía pagana~ la vimos enfrentarse con sus enemigos internos: las herejías, y vimos finalmente el resultado rn~s sorpre!l,

dente: su triunfo, su salida victoriosa en medio de sus oposi

tores. Lo que más nos ha llamado la atenci6n y que viene a ser

vir de base a todo lo demas es que el cristianismo 10gr6 pene

trar en el Estado y lo convirti6 de "pagano y enemigo ll, como

algunos afirman, en cristiano y voz cantante de la nueva doc

trina.

La nueva secta hab1a surgido, segan la tradici6nvde un grupo que Jesds escogi6, los c~lebres "doce ap6stoles"

que, obedeciendo al maestro, comenzaron a predicar y ganar a

deptos para la reci~n nacida fe. De los seguidores, dos ser~n

los que alcanzarán fama y prestigio: Pedro y Pablo, que en el

decurso de los años se convertirán, a su manera, en el puntal

fundamental de la Iglesia romana. Recordarnos, también, que durante cierto período cada uno de ellos sigui6 su propia 6rbi ­tag Pedro, la m~s reducida, en los alrededores de Jerusalén~

Pablo, ocupando un campo más amplio, a tr.avés de la diásporajudaica y posteriormente a través de las colonias romanas del

continente asiático y de las islas helenísticas. Fue así cornoel cristianismo primitivo, cuyo primer n~cleo se albergaba en

Jerusalén, busc6 nuevos ámbitos, disponiéndose de esta forma a

abandonar la regi6n que 10 vi6 nacer. El porqué ca16 tan hondo

el cristianismo 10 podemos explicar como un producto de las

circunstancias, "oo.La vieja religi6n del estado romano era im

potente para canalizar las inquietudes de una humanidad convul

sionada y que había perdido la confianza en sus ideales tradi

~ 3 -

cionaleso •• Las religiones de Mitra y del Sol, y sobre todo el

cristianismo, empezaron a recibir la adhesi6n de grupos cada

vez más numerosos, y muy pronto la vieja fe romana, reducida a

meras sup0rsticion0s y creencias de escaso contenido, SE~ vil..Jrelegada a algunas regiones rurales.o."(2). El cristianismo, a

demás, triunf~ porque apareci6 predicando la doctrina de un solo Dios, Padrp- de todas las criaturas y creador del mundo; pa

ra quien todos somos iguales; cualesquiera que sea su raza o

clase social: "Puesto que no hay distinci6n de judío y gen­tiL oo11 (Romanos: la; 12); n ooosomos bautizados en un mismo Es

píritu para componer un solo cuerpo, ya seamos judíos, ya ge~

tiles, ya esclavos, ya libres ••• "(I.Corintios: 12;13).

" y ya no hay distinci6n de judío ni griego, ni de

siervo, ni libre; ni tampoco de hombre, ni 'mujero Porque todos

vosotros sois una cosa en Jesucristo" (Gálatas: 3;28).

Si a esto agregamos las prédicas contra la riquGza, la asirnilaci6n de los desposeídos estaba lista:

"Jasas dijo entonces a sus discípulos: En verdad

os digo; que diff.1.lnante un rico entrará en el reino de los

cieloso Y aun os digo más: Es más fácil el pasar un camello

por el ojo de una aguja que entrar un rico en el reino de loscielos" (I;1ateo: 19; 23-24) •

Las parábolas de Jesas; en general, se convirtic ­ron en b~lsarno; la buena nueva era la salvaci6n y la vida et~E

nao Semejantes prédicas no podían presentarse en mayor contra~

te con la realidad de una sociedad como la romana en donde la

organizaci6n, como todos sabemos, tuvo como una de sus bases

econ6micas y sociales la esclavitud.

- 4 =

v1uchos consideraron que el abandono de las viejas

creencias traerfa consigo la quiebra del orden político y so

cial, pero finalmente el Estado se adhirió a la nueva fe, ~ol0

rándola primero y oficializándola al cabo de poco tiempo, para

tratar de aprovechar la notoria y creciente influencia de la

nueva organizaci6n.

Una vez que Gl cristianismo comienza a cobrar fuer

za y a extend(;:rs'3 por la vasta geograf1a d,:ü Imperio, comen za

ron las diversas comunidades cristianas a sufrir persecucior~8sg

unas más fuertes, otras menos, con las cuales los emperadoreS

romanos trataron de contener su rápida difusión. Los movimien­

tos persecutorios no cesaron hasta comionzos del siolo IV,cu~lJ _

do el emp,;:;rador Galerio firmó una ley mediante la cual se tolc~

raba la profesi6n (181 cristianismo y se reconocía a la Igle·~

sia la condici6n do sociedad permitida por las leyes o Este pri

mer paso será com~letado por~ons~~g~¡~) el cual para el 312

dict6 una ley que prohibía la persecución de los cristianos,poco tiempo después una nueva disposición concedi6 al cristia

nismo las mismas prerrogativas que a la religi6n pagana, hastaese entonces oficial, y orden6 que se devolvi9sen a la Iglesiaasí como a las corporaciones cristianas los hienes que se le

habían confiscadoo El Edicto del 313, conocido corndnmente corno

Edicto de Hilán¡ 01 cual otorga al Imperio la más absoluta t:o

1erancia religiosa¡ lo podemos reducir a dos artículos funda­

menta1es~ el primero se refiere a la libertad de cultos y el

segundo a la propiedad eclesiástica o Cada quien podía dedicar­se al culto que le conviniera. A los cristianos les serían r8S

tituídos los bi8nes confiscados durante las persecuciones. La

¡¡Iglesia" podría en adelante heredar y recibir donaciones. (3) o

Poco a poco Constantino va poniendo de manifiesto su preferGn­

cia por el cristianismo q y sus secesivas leyes, aunque sin pros

cribir el paganismo, lo situaba en un plano de inferioridad e

vidente. Constantino asocia su destino al de la Iglesia y ésta

desde este mo~ento tiene ganada la partida~ conquista y conser

va el favor imperial, ocupa un lugar privilegiado en el Estado

encaminándose hacia una situación más elevada, la de Iglesia ­

de Estado, que contribuy6 a la más rápida difusión de la fe

cristiana hasta los propios confines dal Mundo conocido. ~

tantino tuvo que ceder ante la fuerza de la corriente y para

restablecer la unidad se traz6 una política de prudencia~ la te

lerancia. Poco tiempo después, Teodosio estableció el cristia

nismo como religi6n oficial iniciando la persecución contralos paganos (4). La política ~eligiosa de Teodosio estableci6

una religión obligatoria para todos y de aquí en adelante rel~

gi6n y Estado se confunden. De esta forma, la Iglesia católica

del rango de perseguida se eleva a la categoría de Ig18sia vic

toriosa y oficial, iniciándose un sistema de prohibiciones y

exclusiones de las otras religiones. Así, tolerándola primero

y oficializándola despu~s, se trató de aprovechar la notorLa y

creciente influ2ncia de la Iglesia.

La prctecci6n de los Emperadores ha proporcionadobuenas y provechosas ventajas a la Iglesia, pero, el apoyo del

Estado no es desinteresado y lleva en sí una contrapartida. Cb~

vertido el cristianismo en religión oficial, conlleva al emp~

radar a ligarse a un determinado credo, de los varios en dis

puta, lo que a su vez lo llevará a querellas con los "disidentes'

de esa creencia.

Concr~tizando podríamos afirmar ya, qUG, en el pri

mer período de su existencia, la Iglesia se había desarrollado

y robustecido a través de innumerables dificultades. En una se

gunda etapa se va consolidando más en su interior y exterior,

- E =

dando muestras suficienb:;;m,mb::'! claras en la cristianización dE::!1

mundo romano y muy pronto cm los nuevos Estados occid':mtales

surgidos como producto d(~ '~a desintegración del Ir.lp.·~rio.

l. O LA DISOLUCI0I1 DT~L IMPERIO Rm~NJO

Vanos fueron 103 esfuerzos de Dioclaciano, de Cons

tantino y Teodosio para frenar la crisis que amenazaba tactos y

cada uno de los aspect.os de la vida rO!"l;.:ma.• El establp.cimiento

del cristianismo como religión oficial no ser~ la solución sal

vadora para mantener la agoni?ante unidad 1e1 Imperio, sino só

10 uno de los tantos intentos. Nada pudo frenar lo inc!vitable~

el Impt~rio caminaba a su d~:)sintngraci6n. La sit.uaci6':1 era cada

vr):z r::ás crítica, más descorazonada. Desde la mU8rt.c de Toado

sio, la división qued6 sellada definit.ivamente y su deceso vi

no a significar el reparto de su reino entre sus dos hijos~ Ho

norio '~:;mperador dc~ Occidenb; y Arcadio de Oriente. La idea deo

unidad S,,:l mantenía, al igual que otras ideas her(~dadas d(~l Ba

jo Imperio, " ••• La Ig1(~sia cristiana se esforzó por conservar

las, y asumió el papel de representante legítimo de una tradi

cfón que ahora amaba p a pesar que antes la había condenado '\5) .

y al final será la dnica ganadora.

A lo largo del siglo Vi las provincias de Occidnn­

te, separadas ya del Imperio de Oriente, y debili.tadas por ca!}.

flictos sociales y penurias econ6micas y con 8mperadores inca=

paces y romanos que elud;}n el servicio roi li tar ~ abandonadas a,

sus propios recursos u sufr8n de continuo los repetidos atAq~~s

de los b~rbaros procedentes del Este y del Norteo

El Imp~rio desde hacía tiempo tambaleaba en sus

propias basos y daba muestras de descomposición •.Algunos auto

res, como Piganiol, atrihuyen a las invasion0s el colapso do1

Imperio¡ otros u por 81 contrario, afirman que la diso1uci6n

fue el producto de causas internas. Piganiol afirma que de no

haberse producido la invasi6n bárbara los males del Imperio hu

bi8ran tenido remedio. Lacarra, por su parte, llega incluso a

afirmar que " •.• e l imperio hubiera podido subsistir, mal qUe!

bien, si una fuerza exterior y remota no hubiera impl.:;li.do a los

pueblos ge:mlánicos que acampaba.n al ot.ro lado da1 Rin y dsl D~

nubio a solicitar acuciosamente la entrada, o a introducirse

violentamente en tierras de Roma ••. ~i (6). En contraposici6n a

estas teorías p T...ot afirma que ~ nT::s por sus heridas interna~3 y

por la descornposici6n de todas las fU8rzas vitales por lo que

debe perecer el Imperio.o:' (7). Serán las desigualdades socia

l,=)sp la crisis econ6mica p la corrupci6n administrativa p los in

gredientes qu~ minarán las bases sobre las que se asentaba el

Imperio, en suna, una serie de circunstancias lo habían encami

nado a la quL:;bra. "El refuerzo de los poderes del Estado ape

nas había consoguido otra cosa que favorecer a los altos admi

nistradores p a los jefes provinciales ••• Aquel despotismo esta

tal parecía tanto m~s in~oportable cuanto que ni siquiera era

capaz de preservar el orden y la seguridad ••• y las guerras en

tre rival~s ambiciosos devastaban las provincias o Los campos

estaban atemorizados.o. el funcionarisrno proliferante, tan e

norme que un contemporáneo exclamaba que se veían más funcio­

narios que contribuyentes para pagar10so La permanente crisis

financiera, a la cual no lograban vencer ni la inflaci6n Si~3tC

mática (que corncmz6 con la Dinastía de los Severos por la dis

minuci6n 8.'~1 peso d8 las monedas), ni las usuales nanipul~lCio­

nes monetarias, ni todas las demás astucias de los apurados g~

bernanb3s. El conjunto de leyes f.iscalp.s p agobiante, d~r.12ncj_al,

que concluy6 con la hu!da general ante el impuesto p y que ni

con las peores sanciones pudo hacerse aplicar. La constante al

za de los precios de la vida, que los edictos d~ fijaciÓn de

tarifas (el primero de los cuales data del 301) no pudieron

fn~nar, y que se acompañ6 de una crisis de producci6n debina a

la disminuci6n do la mano de obra y c. la baja de los cambios -

(

- 9 -

provocwda por la anarquía .•• " (8). Pacemos llenar a una conclu~

si6n: no 8xisti6 una causa externa que ~aya llevado a la crisis

el Imperio, que las invasiones btlrbaras fu\:~ron una consecuencia

de ella y que si los invasori3s 'entraron fue porque no hubo dcm

tro del Imperio una fuerza que los contuviera; había anarquía y

regresi6n econ6mica.

Por 10 general se ha descrito 01 p~ríodo de las in

vasiones barbaras como un "torrente de pueblos germanos" que, a

travesando las fronteras del Rin y del Danubio, invadieron casi

al mismo tienDo las provincias occidentales del Imperio. Es ~uy

usual leer en los más variados textos que las invasiones produ­

jeron un estado de anarquía, de caos, de retroceso en la civi1i

zaci6no La gran mayoría de los que narran estos episodios son

contemporáneos de la época y por lo general fueron obras de e

clesiásticos, de escritores latinos que veían en los germanos ­

el peor de ~os enemigos: eran los invasores de credo arriano

que en muchas oportunidades habían sido un verdadero flagelo p~

ra la Iglesia cat6lica (9). Estudios recientes señalan el núrne

ro relativam8nte bajo de los invasores bárbaros, 10 que nos qui

ta la idea de olas de trihus que hundieron el Imperio. "Desde

el punto de vista humano, esas migraciones bárbaras fueron más

bien infiltraciones de grupos étnicos poco numerosos entre po­

blaciones ya muy heterogéneas de por sí (10). Son muy raras laG

batallas entre romanos 8 invasores, las batallas como Adrianáp~

lis son contadaso Ha sido más usual que los bárbaros 32 introdu

jeran en el Imperio a trav~s de los más variados acuerdos; se

trataba más que todo de infiltraciones 1e.ntas, imperceptibles

más que de invasiones.

lC6rno fueron, pues, los primeros contactos?

- 10 -

Desde hacía. tiernpou 8n muchos aspectos de la civili

zaci6n u se hallan huellas en las provincias romanas d~ relacio­

nes con los bárbaros establecidos en Occicente. Durante varios

siglos los ~árbaros habían estado en contacto con el mundo roma

no y en parte habían sido incorporados al Imperio ya 2n calidad

de soldados u ya corno colonos, y a este proceso lo podemos cata

lagar como infiltraci6n pacífica. Los interca~)ios se fueron es

tablecicndo poco a poco. De tiempos remotos, Roma reclutaba roer

canarios b1rbaros y en varias oportunidad8s a algunos da sus j~

fes se les confiaban u incluso, cargos militares y se 188 8nco­

mendaba en determinadas ocasiones rechazar nuevos bárbaros o En

otros casos eran utilizados para defender las zonas rurales e

inclusive para repoblarlaso Con frecuencia Roma instalaba en

las fronteras y en zonas del interior, colonias de guerreros

germanos o Los bárbaros tr:mían una aspiraci6n ~ cons,;)guir :'hospi

talidad" d(.~ los romanos 10 que significaba para ellos as::;gurar

tü~rras a camhio de s'~rvicios mili tares. FU8 de 0sta forna COIDq,

tribus o pue0los obtenían un lote de ti8rra u precisándosc~ si2m

prc:l las condi.cion~~s rl~~ asentamiento de los confedarados en tic

rras abandonadas o en los dominios d2 los grandes propietarios

romanos. Estos confederados 8n más de una ocasi6n supi;~ron ser

le fieles a Roma u siempre dispuestos a defender sus fronteras;

fue de estos soldados puestos al servicio de los jefes militar~

romanos de dond0 surgi8ron generales, corno Estilic6n, que a~fD3n

tándos2 a sus propios paisanos, como afirma Llorca, punieron

contener algún tiempo las hordas invasoras. Podemos afirmar que

la crisis dG ~~fectivos militares hizo que Roma confiara la vigi

lancia d8 sus fronteras a soldados bárbaros, soldados que con

el corr,:~r d81 tü~r:pou y no sin raz6n, sa creyeron indi..3penso. ­

bIes. En r8sumen 9 sí hubo contactos pacíficos entre romanos y

germanos anteriores al establecimiento de los invasores, en for

roa definitiva u en t •.::rri torio del Imperio.

- 11 -

2.0 LAS INVASIONES BARBARAS

A la muerte del emp ~rador ':i\:;odosio (395), unos pu~

blas a los qtE los rom;:mos denominaban indistintar.1ent"~ bárha ­

ros o germanos j?é1san 81 Rin y el T)anubio invadi-:mdo el Occid';!l

te europeo. El fraccionamiento de los bárbaros, aun sin desap~

recer tot~lmente. S8 ha~!a confi~urado an confederaciones mili• J _

tar~s; Francos. godos, vándalos, etc. Como ya se ha .:lfirmado,

aquellas tribus se habían infiltrado en el Imperio en formas

diversas: compromisos individuales en 81 ej~rcito, con contra­

tos de trabajo cono colonos agrícolas y posteriormente como

confederados. La infiltraci6n bárbara no respondi6 a un ataque

de conjunto, planificarlo y concertado de las tribus bárbaras

contra el Imperio o Para Roma, afortunadamente, los atacantes ­

no están unidos entre sí ni pretenden reemplazar 81 Estado ro

mano por uno exclusivament8 gernano. En 0110s, como afirma Lo~

no prevalece un profundo sentimiento nacional, " ••• estos pue­

blos no pensaban en absoluto en destruir el mundo romano, sino

en ponerse a su servicio, o mejor aun, vivir a expensas su-­

yas 11 (11).

Cada una de las avanzadas tuvo sus razones, suscau------ ­sas profundas y decisivas. El origen de las migracion8s hay que

bus~-no solament~ las condiciones de vida de los barba­

ras, sino también en las condiciones propias del Imperio. As!

pues, hubo variadas razones: " ••• l a necesidad de abandonar lás

tierras amenazadas, la huida hacia delante ante un peligro te

rrible; la atracci6n de aquellas hermosas tierras llenas de­

sol y d~ riqueza, el deseo de imitar a sus congéneres ya insta

lados allí como colonos o como federados; la pasi6n violenta ~

de la guerra y de la conquista ••• Pero, paralelamente ••• han de

La penetraci6n bárbara en el Imperio Romano

= 12 -

añadirse también otras, (causas) u que no fUí::ron imputal-:-l::s a

los Bárbaros, sino al Imperio ••• las rivalidades person~lGs en

tre los Gen(':!rales uRomanos u u aquellos Bárharos mal barniza'1os,

la complicidad de las tribus ya instaladas .0. y aquella esp~

cie de fatal invitación que la debilidad dirige a la fuerza

bruta para que la reduzca y la lleve a su fino nel nismo modo

que un cuerpo humano gastado por la vejez llama a las enferme­

dades, el Imperio, hacia el año 400, llamaba a los Bár~arosi(12)

Son diversas las causas que originan la pr!_~s(~ncia

de los bárbaros dentro del Imperio y las podríamos sin-t?tizar

de la siguiente forma~

- La debilidad interna del Imp2rio~ no se sabía

quien gobernaba! ni quien traicionaba o Imperaba la anarquía.

Las ciudadc}s continuaban 09cayendo al igual que el comercio,

en tanto que se encaMinaban hacia una economía rural.

= La desintegración del sistema trihal de los ge~

~anos y el surgimiento d0. una aristocracia guerrera.

- Una ~ecesidad de expansión determinada por la

densidad demográfica, aunque no desde el punto de vista cuan'

titativo, sino más bien por la car2ncia de técnicas para la a

gricultura, lo que conllevaba a una producci6n incapaz de cu

brir las necesidades.

- Probablemente se les presenta COMO un atractivo

el clima más benigno, el botín abundante que Motiva sus an­

sias de avanceo

- El empuje de los Hunos~ Por lo general se rele

ga a un segundo plano, lo que pensamos pod.!"!a ser la causa

principal~ el desplazamiento de grandes masas de tribus mog~

- 13 -

las haci.a la Europa central. El repenti.no c~mpujü de los Punas

hizo replGgarse a los puahlos asentados a la orilla izqui0rda

del Danubio, lo que produjo que visigor1oS y vándalos, por su

parte, 3~pujara~ a burgunnos r alarnanes y francos, instalados

a orillas del Rin. Es así como pari'l. l':1 37n S3 inicia un movi­

miento que reviste un carácter especiaL Los Hunos se convir­

tieron en causant2s directos de la rnovilizaci6n. D3b(~mos t,:}­

ner presents que (;1 d',-;splazamiento de los puehlos bárbé:.ros no

fué una invasi6n para conquistar las provincias, sino como n

firman alqunas historiadores un ¡lt3.í-Jsbordamiento" produc.ido

por una presi6n que venía dE;! las estepas de la 7.'-1ong01ia, a tra

vés del Asia y de Europa central desde tiempo atrás.

Hacia finales del siglo IV los terri torios dl~l Nor

t C \ del Danubio se v¡~rán transitados por un cons1:ante movirnien

to de pueblos que acrecentaban la confusión del Imperio. Las

dos t~rceras partes del Occidente inexorablerne~te iban cayen­

do en manos d r3 las fuerzas bárbaras sin que nadie les pudü:ra

h':1cer frente. Los bárbél.ros acab.::lron por instalarse. Ya no exis

tirá más la unidad romana, sólo un conglo~Grado de Estados

b~rbaros aparecen sustituyendo al Imperio. Conviene destacar,

ahora, las posicionos de estos invasores a trav,2.s de tres ':x:­

ríodos, es decir, los ubicaremos directamente, omitiendo sus

corror!as, pues al final lo que nos interesarR s';:!rán las con

secuencias. Siguiendo los lineamientos de Rops, para el 400

la situaci6n de los Bárbaros 08 aproximadamente así~ a orillas

del Rin, desde 81 f1ar del Norte hasta el Main, se encuadraba

la confederación do los FrancoR, quienes rodcaban en la cuen­

ca del í,i1eser y hasta el Elba a los Sajones, y entre 81 Elba

y el alto .Main, a los lombardos; un poco hacia "ü sur, ha~ían

lleqado desr18 Brandehurgo hastñ el Rin, frente a riaguncía,

los Bl1rgundios o Los Alamanos, se hahfan instalado desde \:;1-

~ 14 =

357 desde; el !JIain hasta 01 Danuh:Lo. Fn.:ü Danubio encontramos

las Confc~d~raciones g'2rE!~nicas más fu(~rt.es, hacia 0.1 Austria-

actual habi tólban los Vándalofl. r'\ás allá los godos, qui:m<;s

llegados inici,qlfficnte del Vfstula, eran ahora oueños do..:; Dacia;

estos godos ·est.<J.ban divididos rm dos ramas~ los ostragados ha

cia el Har d\~ Azov y los vj.sigoc1os dc fr;:.mte al Imperio.

n<~trás de estos pueblos.:;jercfan pn:lsi6n ~ Los l\n

gl08 y los Jutas de la actual DinaNarca, los Esciros en Galit

zia, los Noru8gos, Getas y Suecos en Escandinavia, y en las ~

llanuras rusas, los Eslavos y los 1i<7c:mdos en el Harte, los Cu~

dos y los G~pidos en el Sur, Los Alanos a orillas del M.a.r N,~

gro, y mucho m~s adentro, en las estepas asiáticas, encontra­

mos las tribus amarillas cuyos máximos representantes serán =

los Hunos (13).

Para el siglo V F.uropa es un gran P'losaico úa Esta

dos Bárbaros repartidos as!g

- En Italiag Reinaba Teodorico, jefe de los Ostro

godos, quien habiendo derrotado a Odoacro u queda como único

dueño no solo de la Península sino ~n Sicilia, Recia, N6rica,

Dalmacia y una parte de Panonia.

= En Africa del Harte, Cerdeña y c6rcega~ los v~n

dalos.

- En las Galias y Espa5a~ los visigodos dG Eurico

se ~ncontraban ubicados en el especia que va desde el Loire

al Sur de Andalucía; habían rechazado a Ion SU8VOS a la parte

Noroeste de España. a Galicia. Pero los Burgundios ocupaba!l

el Sudeste del País.

- 15 ~

~ .~l Norto de la.s GRlias o a.cababa de fortalecerse

la unidad en menoscabo de la autoridad romana y en provecho

da los franc03.

- F:n lo qu.¿~ posteriornV':mte sería Inglaterra, los

Anglos, los ,Jutos y los Sajon~s g,? habían instalado allí, los

Bretones habían consti tuído una confederaci6n d'3 ciuda(l~s y

tribus.

~. fi-nnles del siglo V, d(? 1 antiguo I!npi.::!rio de Oc

cidente, no quedaha sino un conjunto de r~inos aut6nomos, en

general hostiles ~ntrG sí y con el propósito de imponer su po

der. Para el 476 r el Imperio había perdido la mayor parte de

Occidente, como lo hemos anotado, subsistiendo en Italia y e

so de forma puramente te6rica.

En el primer tercio del siglo VI veDOS a los fran

cos adueñarse de toda la ~~lia, luego de imponerse sobre visi

godos y burgundios alcanzando, de 8sta forma, una salida al

Mediterráneo.

- Los Visigodos, por su parte, qU0. se han repleg~

do hacia la Pr:~nínsula Ibérica pondrán todo su empeño en domi­

narla haciendo fr8nte a la oposici6n presentada por los hisJ~

nos y suevos. T~os francos y los godos p fU"~ra del aje del po

dcr imperial; irán afirmando su autoridRd y robusteciendo un

poder monárquico co~pletamGnte aut6nomo.

- La dinastía vándala del Africa y la Ostrogada

de Italia, volverán a caer bajo la égida imperial de Justinia

no.

Los r2inos germánicos variaron segan las caracte~

- 16 -

rísticas de los invRsor~s, circunstancias de su instalación, re

ligi6n adoptada, instituciones desarrolladas, ~bicaci6n geográ­

fica, personali~ad de sus jefes. De igual forma estos reinos no

tuvieron la misma suorte u ni la misma importancia y ni t.OdOf3 n.=

percutieron igualm0nte en la transformación de Occi~ent~ y ni

m"'mos su}"\sisticron igual nerfodo•.Así ver.~mos como los priL1(~ros

en sucumhir fueron los suovos y alanos qUé? cayeron bajo la fueE

za de los visigodos. Provocaron tambi1n 1" i3migración d~~ loa

v~ndalos que séüiendo del Sur d(~ España ('stablecieron un LÜnc.l

al Norte de Africa. Otros, como el reino burgundio, fueron co:'!

quistados por U~ reino más fuerte. En conclusión u ~l período

que transcurre entre los dltimos tiempos del Bajo Imperio y la

constitución del Carolingio estará caracterizado por la presen­

cia de reinos romanogerm~nicos, los cuales poseen algunas cara~

terísticas semejantes que ser~ lo que nos de la configuración

general del período. Todos los reinos instalados tuvieron que

enfrentar serios problemas derivados de la ocupaci6n de un

país de antiquísima civilizaci6n~ pero aehieron establecer un

mecanismo que hiciera posible la cocxistenciR entre vencidos y

vencedores" ••• qu,,~ permitiera a los dltimos el goce de su victo­

ria y a los primeros su lenta incorporación al nuevo orden vv (14).

Entre romanos y germanos había elementos que propiciaban la fu

sión y elementos que la obstaculizaban; aunque estos últimos

muy pronto se diluyen. Por otra parte p los germanos no se pro­

ponían destruir q sino ñprovecharse de la organizaci6n fiscal~ e

conomica y política de las provincias" •• " su l\1Emtalidnd no í~sta

ba (~n condiciones de suplantar dc un golpo algo tan sutil como

la administración romana. Se produco q pues, un entorpecimiento p

una 'oxidacióno de los órganos de la administración p no un co­

lapso" (15). Los puchlos germanos hicieron uso de las institu ­

ciones romanas. adoptaron sus m~todos fiscales, su jerarquía de

funcionarios" ¡'Esta falta de tradición administrativa y de pe!:

- 17 -

sonal 8sp3cializado hizo que los germanos consnrvaran ~n los te

rritorios 0ua ocuparon la maquinaria a~ninistra~iva y los cua­

dros 0.8 manclo herG(~i'ldos el,.;! Bñ.jo Imperial! (lb). Así l?oder~los de~

tacar cóno pol!ticm~ent8F se constituyeron monarquías en las­

que la tradici6n estatal romana ejerci6 un pap8l prepondarante

y decisivo.

AlAliOS

'~q¡\'Jrl¡Js aliílndonados enI j ¡.;riPler" m;lild del siglo"

fedelH;jS barUdfOS InsIdiados

lertltorlUS abandonados enel telce! cuarto del siglo V

LIil'ileS a~'Jllr11ddos haCia el hn,:d del s¡qlt) V" los RW:OS ROMANO G[ RMANICO)

CONTRACCION DEL TERRITORIODEL IMPERIO

i1Hoy por hoy los romanos qU,3 v:f:.ven en el Imperio de los godosL><~ avienen táM..lj.i.~n a la dominaci6n no éstos, que prefi~ren =vivir pobres con los godos quepoderosos entre los romanos ysoportar la p~sada carga 18­los impuestos ll

(Salviano)

V'~a:mos cuales fueron los factores que influyoron ,,:m

01 ac~rcani8nto, que propiciaron la fusi6n entre bárbaros y ro

manosg

- El ejército fue un agc:mt(~ importantísimo para bo

rrar cUJ.lquier difer..:mcia. En época imperi.al habí'l sido un fac

tor de ro~anización y ahora cont.ribuir~ de manera notoria a fa

cilitar la fusi6n de los dos grupos. Hubo excepciones como los

ostrogodos en Italia y los v~ndalos ~n Africa, que conservaron

exclusivamente para sí 81 servicio militar; aquí la separaci6n

entra bárbaros y romanos fue más r1gida y prolongada.

- El acercamümto de las ,~ristocracias. "Entre la

clase senatorial y de los grandes propi~tarios y la aristocra

cia germana -convertida ta.""!tbi5n en t;:;rri torial- pronto s:) esta

blecieron contactos" (17). La aristocracia germana, por lo g2n~

ral, trataba ('le? imitar los refinamientos de la vidt'l roman;:l y

los romanos aC(lbaron por volv(:rs(,; hacia la anica fuerza d'2- po

der, que desde aproximadamente la sf:!gunda mitad del siglo V, Id

ejQrcen los b~rharos.

,- La bas:: d(,= ambas sociedados la constituyo la ec~

nomía agraria, por supuesto, no ya bajo 81 régi~en esclavista.

~ Otro factor de fusi6n so deberá a la p~rdida do

noci6n d8 Estado y a la aparici6n de vínculos de dep8nde~cia

- 19 -

p'3rsonal.

Estuvü~ron presentes diversos factores que:om prin-'

cipio se oponían a la fusi6n de los dos pueblos pero que l~nta­

mente van desaparccicndo~

- El antñgonismo religioso fuc?, por lo gen,~ral un

obstáculo para la unión~ ig18sias sGparada5; matrimonios prohi

bidos; conversiones dif.ícil(~s. Es cierto que hubo pU'1blos que

dieron prueba d(;~ una mayor tolerancia¡ p~ro el probler¡a de: la

fa arriana rr.:~trasó, en todas parb.:;s, la posihilirlad de unificé'.. -ci6n y en muchos de los casos amenazó la paz intc~rna. Para EÜ

momento c.m que los b~rharos se instalaron :m el Impp.rio la gran

mayoría 8st~ban bautizados, pero según el crodo ñrriano. Es d8

hacer notar que para el siglo IV, precisamente cuando la Ig1~

sic de ROIT\i'l. estaba llegando a la r;úspide, sufre aquella herejía

y qu~~ para cü I1onento ..~n qU8 fUr.} conden.:'\(1.3., r:.n el 325 por el Con

cilio de Nicea, ya 0ra tarne puesto que so habí~ dif.undido en­

tre las tribus acampadas en el Imp0.rio d~ Orümte; había caído

la semilla en muy buen tornmo y se ¡:;:lxD1.noía a gran veloci1ad.

Cuando los bárbaros penetraron en el Imp?rio, unos eran arri~

nos y entre ellos pod8mos señalar a los vándalos~ burgundios,vi

sigodos y ostrogodos. Paganos permanecían los alamanes, anglo­

sajones, francos y SUAVOS o Cuando los visigodos se estableci~

ron en la margen derf)cha del Danubio ya los predicadores arria

nos habían estado Qntr·,3 cülos¡ fUüron r-,recisamente los ,risigo~ -

dos los grandGs propagadores de ese credo y fue a travós ~o a

quel pU t2blo qu::; 'ü arrianismo se difundi6 entn:: los Ostrogodos,

G6pi~os, Hárulos y Vánoalos.

En un período relativamente corto los diversos rei

nos bárbaros van abriéndose hacia el catolicismo; era una alter

- 20 -

né\tiva muy i-ntr~ligCI1t~ ?uesto qU2 no S," poní.:l m,;nospn~ciar cü

prestir¡io dr.;; In. S:c~cb d2- Rone par:'l rnant.sner sus r.~s;:)2ctivos rei

nos. DG asta forR~, ~~nemOB qua los SUGVOS, quienes habíar Rdop

i:ado 21 ~iri.::pinrsti.O) par7l 01 559 8ntraron como I'lilj. tant~s d.:,: la

Ig13sia de Romñ. P¿1.rc~. finah.?s dc'Ü siglo V y ?él.rte el., 1;1, f:unilia

real entr8 los Purgundios era cñtóIica. Entr2 los visigodos l~

duraci6n ;:m ;ü credo él.rriano fU8 mi1yor ya que 50 mantuvo hasta

-::1 58'!. 'Pu·eron los v~ndalos los únicos que .3·:} mostraron intol:)··

ri1ntes en mat.8rí'l rc':1igiosa, nl nrrianisl'10 s610 deSi'\pñr:~C(c:rá a

llí una voz qua la rggi6n por gllos ocupada fua capturada Dar ­

'21 Emperador Justiniano. Tal voz el Imp'~rio cristian.o huhi::;ra ­

ganaQo para sí más r~pidamcnt2 a Jos Bárbaros si no 82 hubi3~:l

int2rpu~sto 21 fan~tismo religioso. A lo largo del siglo VI la

diferencia religiosa va desapareciendo y la nueva fa de los ro

manos SG impondrá en el Occidente.

- Otro prohlemá en las relaciones hárharo-ronanas- p

fuá 81 dc"? la lr~gisl~ci6n. Será ·ésta una barr:::lra difícil d.::; 00

rrñ.r entre ellos. No 3ncontramos diferf~ncia do carácter l')olít:C

co, romanos y hárh~ros podían alcanzar 2TI1pleos y favor~s; p.?ro

en lo que se r~fi8r0 a derecho privado la barrera interpuesta

es más radical que en cualquiera de los otros aspectos. Podría

mos hablar d8 la existencia de una dicotomía jurídica y es d~

cir, los pueblos bárbaros se regían por sus pronias leyes p mien

tras que c:xistía:ü d,:,~recho rOfficmo para los habitantes hispano­

ror1anos o galo-rom~nos. Los ger~an08 con su incipiente y rudi

mentaria legislnción no trataron de inponorla y los romanos,por

su parte p que S8 regían por c6digos ~fls perfectos no podían a

ceptar la l81isl~ci6n de los dominadores. Rn este aspecto p~

dríarnos observar una tolerancia mutua. Son frecuentes los casos

an qua los germanos tengan que recurrir al derecho rom~no que

lentamente S~ va empobreciendo y en algunos casos los germanos

recurrirán a juristas romanos para redactar sus c6digos, a la

- 21 -

par que los ro~anos en su contacto con los visigodos y francos

tendrán que aceCJtar algunas ..=te las instituciones jurídi.cas de

esos p'ueblos. Post~riormente arnbos grupos aCei)tar~n la tcrri to

rialidad y la codificaci6n de esas leyes, lo que originar~ que

la diferencia jurídica rOMano-germánica se vaya reduciendo.

- La lengua no lleg6 a S8r, tampoco, un obstáculo

insuperable. Si para el siglo V, godos, francos y burgundios

conservaban su lengua, fundamentalmente entre soldados y labr~

dores Q en 10 que él. la corte S8 n.::lfiere y entrü la aristocracia

se introduce el latín, lengua con la cual todos se entendían.

El latín vino a transformarse en medio de comunicaci6n en ese

mosaico étnico.

-= :Iubo disposiciones especiales que prohibían el él.

c'?!rcamiento entre; romanos y gE~rmanos ~ por ejemplo: una vieja

constituci6n imperial de la época de Valentiniano y Valentc~

(370-373), sancionaba con l~ pena de muerte los matrimonios rnix

tos. Esta disposición fué renovada por visigodos y ostrogados,

pero Mucho antes de que fuera derogada ya se había dejado de

clli~plir entre los visigodos.

Analizados, d2 forma general, los factores que favo

recieron y obstaculizaron el aCArcamiento entre bárbaros y roma

nos, 8S convanionte hacer ahora un recuento de las consecuenci~

más important23 de ·.9.quellos asentamientos de nuevos pueblos en

el Occidente europeo~

Las invasiones del siglo V vinieron a acentuar el

proceso dG divisi6n que ya desde el siglo 111 era evidente Gn

sI Imp~rio. Oriente se aleja cada vez más de Occidente g el cual

58 desintegra y aparece dividido entre los Reinos Bárharos. O

riente subsistiráo ¿Razones? Podríamos resumirlas en tres fun

- 22 -

damcntñles~ 2J Por una part2; cuando Constantino convirti6 a Bi

zancio ':;n capital d"ü Imperio, t:l.l V3Z ni cu'?ntrt <:;(2 dio del va.

lar ,,;s~:ré1.t8gico de;l sitio, sobre todo des(l,~ el punto de vista

~ilitar. A la ventajn de encontrarse uhicada en un promontor~~

que hacía ro~s fácil su def8nsa; Re un~n la vecindad del mar y

01 rclÜ~v,~. Estos fRcton"lS convirU.(:;!ron a la NUGva Rana 811 una

fortalezi"l. i!1c~xpugnablr;. Desde nst0. punto d~~ vista no 0xistía

pr'30cupaci6n por un ~~v8ntual ,m0migo a la pFlr que Bizancio con

taba con 1,.:\ fuerza del ejérc:i tn y con su poderosa flota. b} Occi

dente pr8s8ntaba un cuadro verdaderamente doloroso y su virtual

debilidé\d GS extr0ma. Cualquier j:? fe b,!Írbaro no pensaba dos ve

ces entre dirigirse hacia la fortaleza oriental o pasar a tra

vés de las tan mal düfendidas fronteras del Occidente. c} El

sistema totalitario y autocrñtico en que se había convertido el

Imp',}rio de Roma. mal adaptado a las costumbres d(~ Occidente; ha

bín sido la forma acostumbrada d2 gobierno r desde siglos atrás,

en el Orümb~•.i\d.?-más Il los Ernp,~radores dE~ Orümt,:: lograron nan

tener el mando absoluto tanto en lo civil, como en lo militar y

religio80. -ª> La actividad eeon6rnica en el Imp0rio Bizantino e

ra voriadtl. g basándose no SOli1.Ilh:mt.e en la agrieul tura sino funda

mentándos'3 t.::lmhién en el comercio y en la industria, una indus

t.ri¿l. con un (?vidGnte intervencionismo estataL Podr!arnos afir

mar que la no f31.1I3.::\li~aei6n de Bizancio fue una de las causas

importantes do su largo 8xistir. En Bizancio siempre axisti6 un

campesinado libre, protegido jurídicarn2nte por el Estado y de

fendido as! frente al ambicioso terratenientc g lo que trajo ca

mo cons(;~cuencia f.avorable que el Estado siempre tuviera contri

buyontes directos, de quienes podía exigir el servicio militar.

e) La bu(~n;'l. informaci6n sobre la si tuar.:i6n de los reinos veci-nos fue un ~xito y la r,=.:d de informaci6n hacía conocer rápida­

mente al gobierno oriental la situaci6n real de los vecinos qu~

podían amanzar a Bizaneio.

- 23 -

~ Es coman considerar que las invasionas bárb~r~s

provoc:'l.ron el hundimiento d,:~ las ciudades v di~ las ri:::!lllcion C!8 roer

cantil:~s y del ürtesanad.o urbano e inclusi.v~) de Ir:'\. economía mo­

netaria q En tal sentido v Lacarra afirma queg Ulqqqse retrae lG

vida urbana y se reduce l~ iraportancia 0con6mica y polític~ de

IR ciudad v así como la actividad J)'l'Clrcantil y la circulación mo

n<3taria ll (18) q Debamos hacer hincapi8 ::m que la reCJr::~si6n en Occident:~ se porcibía nnt'3S de los prirn,:~ros peligros d,'] invasi6n q

Dasde la segunda mitad del siglo II! las ciudades v té1.nto ~2 la

G~lia como d~ ES9é1.ñ~u comienzan a fortificarsG v lo que trae co

mo consecuencia al que su zon'1. urhan:'1 s.~ rc'?duzca, lo qU(: a su

vez nos evidencia que la poblaci6n había m8rmado. Se podría a

firmar, ~~n todo C¿\SOr que en el Occid'2nte el establecimiento de

los bárbaros provoc6 un decliw~ aunque d\::l carácter dp.sigua.l en

tra las ciudades romanas existentes o Regresi6n qne se hizo pa

t2nte en la Galiao Los ricos abandonan las ciudades y se refu

gian en sus latifundios para huir oel fisco; las clases medias

:1vanzan hacia la ruina ,cm estrepitosa carrera. Al mermarse la

actividad política y econ6rnica 8n la vida urban~ so engp.ndrc

un dislocarniento en las actividades mercantiles v 10 cual incide

en el desarrollo negativo del St~ctor mercanti.l y artesanaL Al

lado de (~ste declive en las actividades tradicionales de la ciu

dad v nos Gncont~amos con una capacidad adquisitiva cercenadüg

Aquel marasmo econ6mico que 88 sc:mtía en el Irnperio q aquellacrisis que p.stnba present2 q no hace otra cosa QU8 accntuarS8q

Los invasor.3s con sus s~1queos y d8strucciones generan un .J.ccl~

ramiento del proceso d8 decadencia y quiebra del Imperiog

- Las invasion9s germanas y de los hunos a trav2s

del Occident8 desorganizaron las Provincias del Imperio. Los ca

minos se hicieron cada vez más peligrosos; el r2surgirniento del

bandidaje en tierra y de la piratería en el mar craaron la inse

= 24 -

guridadc Provincias enteras quedaron aisladas lo que acentu6 )ns

particularisMos ré~gional~sc

- En la cultura se ponc~ (1<;;= manifi3sto Sll decadonci (1 o

8;3 hace presente una disgr(~gaci6n de 1<'\ 12ngui1. Los invasor'_~s

comi~nzan a hablar el latín vulgar de donde a la postre surgi-­

rán las l-::mguas :\1or..1:")rnn.5. Las escuelas --;ran ,.-~xclusiv::¡mün b:: ccL:

si~sticasr circqnscrihi~ndos8 a ensefiar el latín y la cscritur~

Con frecu~nciñ se borraban los textos literarios p para sustitlir~ -

los por 8scrito3 religiosos, lo que vino a significar una p~rdi

da para. la.:3 letr3s. Sin embargo p :-~n 8508 monasterios se conservó

sI latín y mucho de los valores culturales greco-latinos.

- Una consecuencia resaltante 08 el hecho de que a me

diados del siglo V 12.. dominaci6n romana ya no será ej~}rc.ida de

modo :::lfectíva 0n Africa; Hispaniñ. p Br!:jti1.ñ.~ y las Galias e

- L~ Iglesia romana hizo firmes y notorios progresos.

Como tinica h<"lr(':)dr~ra di~ la tr3dici6n romana se organiz6 él su i

magan y semejanzñ. A través de la conversión d8 los n~s varia­

dos pueblos a su crGdo p su importñncia 58 hizo eviaentc. ES cL3r

to que la 19l05i3 se vio enfrentada a los puchlos invasores; p~

ro no iJS roenos ci.::rto que al finalizar el período su prestigio

y autoridad son notorios 2ntre los pueblo~ conversos. En el cur

so de este período de confusi6n política, lG Iglesia mantiene

en su conjunto la unidad de su doctrina, y de la crisis saldrá

fortalecida. Es esta la consecuencia Q~S importante, para naso

tros p en el desarrollo d(.~ este trahajo. Analizan,m1os en páginas

posteriores 01 coniunto d0 factores qua hicieron de la Iglesia

de Roma la sucesora del Imperio y del Obispo d8 Roma el jefe i~

discutible de la cristiandad p "la cabeza visible de la Ig12sia~

~ 25 -

Aquellas ole'ld:'l.s f e 1"1. conclusi6n r imprimieron un'3c 50

rie dG GIAnentos n1~vos qu~ modificaron el antiguo car~ctGr del

Irnp\?!rio or-:l factor d;':?cisiva será l"l ocupaci6n d,.ü t",?rri torio

por 'm.l':·,lorOGOS pu;)blos bár'bi'lros que r inst;~.Hlndos8 3n las diver­

sas region~}s f cornnnzaron él producir la disgregaci6n de la anti

gU3. nnidad imperial o