la fraternidad pueblense: la seguridad social de la puebla de castro. revista monográfica editada...
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LA FRATERNIDAD PUEBLENSE:
LA SEGURIDAD SOCIAL DE
LA PUEBLA DE CASTRO.
ÍNDICE :
1. LA FRATERNIDAD PUEBLENSE FUE LA SEGURIDAD SOCIAL DE LA PUEBLA DE
CASTRO – Página 3
2. LAS JUNTAS GENERALES – Página 11
3. LAS JUNTAS DIRECTIVAS – Página 14
4. LISTADO DE JUNTAS DIRECTIVAS Y DE SOCIOS ADMITIDOS – Página 15
5. LA HERMANDAD NUESTRA SEÑORA DEL FUERO, LA FRATERNIDAD PUEBLENSE, Y
LAS COSTUMBRES EN LOS ENTIERROS EN LA PUEBLA DE CASTRO – Página 22
6. CONCLUSIONES – Página 29
7. FUENTES CONSULTADAS Y ACCESO A LOS DOCUMENTOS ORIGINALES
– Página 30
Fotografía de la Portada: Reglamento (Estatutos) de la Fraternidad Pueblense editado en 1899 por la Imprenta Faustino Gambón de
Graus; este ejemplar fue propiedad de D. Román Carrera Gimenez y lo donó al archivo de la Iglesia Parroquial de La Puebla de Castro.
Fotografía encabezado de páginas: Panorámica de La Puebla de Castro. Autora de la foto: Miryam Miguelez Fernandez.
Autor: Pedro Bardaji Suarez
Colaborador: Gregorio Bardaji Cajigos
puebladecastro.blogspot.com.es
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a Seguridad Social es definida por la Organización Internacional de Trabajo como: “La
protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra
las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los
ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez
y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos.”
En España, el actual sistema de Seguridad Social nació el año 1967, al entrar en vigor “La Ley
General de la Seguridad Social”, en plena dictadura Franquista.
Sin embargo, en La Puebla de Castro, el invento de la Seguridad Social había nacido 69
años antes, en 1898; fue bautizado con el nombre de LA FRATERNIDAD PUEBLENSE.
El día 25 de Diciembre de 1898, día de Navidad, un grupo destacado de Pueblenses
autodenominados “Junta Iniciadora y Directiva” firmaron los Estatutos de la Sociedad de
Socorros Mutuos entre vecinos denominada “La Fraternidad Pueblense”; inspirándose en una
establecida en Graus llamada “La Protectora Mutua”. Cuatro días después fue presentada en el
Gobierno Civil de Huesca.
L
Detalle de los
dos primeros
artículos del
Reglamento
(Estatutos) de
la Fraternidad
Pueblense.
Tomado del
Libro de Actas
de dicha
Sociedad
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l 1 de Enero de 1899, día de Año Nuevo, a las dos de la tarde, convocados todos
los vecinos mediante bando de alcaldía y bajo la presidencia del Sr. Alcalde, se
reunieron en la Casa Consistorial, dándose inicio a la Primera Junta General. Por unanimidad
se aprobó que la “Junta Iniciadora y Directiva” quedara establecida como Primera Junta
Directiva, quedando como sigue: Presidente: Antonio Trell Labrid; Vicepresidente: Domingo
Arcarazo Arno; Tesorero: José Torres Ciutat; Secretario: Ramón Permisán Sesa; Vicesecretario:
Vicente Burrel; Andador: Tomás Moliner Prat. Se decidió también entregar, gratuitamente, un
ejemplar impreso del reglamento (los estatutos) a cada Socio en el momento de pagar la Cuota de
Entrada, y cobrar al precio de 25 céntimos cualquier otra copia que solicite. Este primer librito de la
Fraternidad que fue editado en 1899 por la Imprenta Faustino Gambón de Graus.
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Reglamento
(Estatutos) de la
Fraternidad
Pueblense editado
en 1899 por la
Imprenta Faustino
Gambón de
Graus; este
ejemplar fue
propiedad de
D. Román Carrera
Gimenez y lo
donó al archivo de
la Iglesia
Parroquial de La
Puebla de Castro.
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n la Junta Directiva, sólo los cargos de Secretario y de Andador son retribuidos. El
Andador está siempre al servicio de la Junta, es el cauce de comunicación entre ésta y
los Socios, ejecuta las órdenes del Presidente y es quien recoge del Socio enfermo el documento
firmado por el médico que justifica su enfermedad y que le dará derecho a recibir el socorro de la
Sociedad.
Los objetivos de la Fraternidad Pueblense son: socorrer económicamente a los asociados en caso
de incapacidad temporal o permanente para trabajar, prestarles dinero con fianza personal, sin
garantía inmueble, y asegurar su vida por una cantidad en beneficio de la viuda o familiares. Su
carácter es benéfico y no se mezclará en asuntos políticos, religiosos o sociológicos.
Pueden ser Socios los varones entre 20 y 50 años que gocen de buena salud; y, con 15 años, los
hijos de los Socios difuntos (acuerdo del año 1917). Se prohíbe la entrada a los que hubieran
calumniado a la Sociedad (acuerdo del año 1908). En 1911 la Fraternidad contaba ya con 90 Socios.
La cuota de entrada son 3 pesetas, pudiéndose pagar en tres meses (acuerdo del año
1915). En 1929 se fijaron las siguientes tarifas: 3 pts. los que ingresen con 20 años y antes
de cumplir los 21; 5 pts. los que ingresen antes de los 25 años; 8 pts. los que ingresen antes
de los 35 años; y 10 pts. los que ingresen antes de los 45 años. En aquellas familias en las
que hubiera 2 Socios, el tercero no paga cuota de ingreso (por ejemplo: el padre y 2 hijos).
La cuota mensual es de 50 céntimos. En 1930 subió a 1 peseta. El Socio que podía y
decidía cotizar más, por ejemplo, pagar dos recibos mensuales, tenía derecho a un
incremento similar en su derecho de socorro o cobro (acordado en 1908).
Los tres primeros meses se denominan de purgación, durante los cuales no se podrá
percibir ningún tipo de socorro.
E
Recibo del Socio
D. Ramón Tapia
Samblancat que acaba
de incorporarse como
nuevo Socio de la
Fraternidad Pueblense
en 1929. Recibo
facilitado por Casa
Teruel.
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na vez cumplidos los 60 años y con 30 años como Socio activo, se dejaba de pagar
la cuota mensual conservando los mismos beneficios que los demás Socios.
En cuanto a los subsidios o dietas por enfermedad se establece:
1 peseta diaria: Los enfermos de medicinas, con un máximo de 60 días; los de cirugía
mayor, hueso roto o dislocado, con un máximo de 30 días; los de cirugía menor, con un
máximo de 20 días.
50 céntimos diarios: Si la enfermedad perdura más tiempo del establecido en el párrafo
anterior o si dejara impedido al Socio para trabajar.
Medidas anti picaresca:
El Socio enfermo solo podrá cobrar socorro si su enfermedad excede de 3 días, en cuyo
caso se le concederá desde el primer día de la enfermedad (acuerdo del año 1909).
El Socio que hubiese recibido socorro, dietas por enfermedad, no podrá abandonar la
Sociedad hasta que hayan transcurrido 12 meses desde su último socorro (acuerdo del año
1909).
El enfermo sólo podrá salir de casa en casos de cirugía menor y previa autorización por
escrito que emitirá el Presidente de la Junta Directiva una vez haya recibido el pase de
paseo expedido por el médico.
El Andador visitará, al menos 2 veces por semana, al enfermo, dando cuenta al Presidente
de la Junta Directiva si dudase de la enfermedad, en cuyo caso se enviará a un médico para
comprobarlo. En 1932 se nombró una Comisión encargada de vigilar a los enfermos
durante el plazo de dietas reglamentario, cito textualmente según consta en Acta, “para evitar
todo fraude o estafa a la Fraternidad por medio de enfermedad simulada”; fueron nombrados para
esta Comisión los socios: Antonio Trell y Luis Ferrer.
Si al enfermo se le encontrara en los Cafés, se le sancionará sin cobrar las dietas que le
correspondieran (acuerdo del año 1927). En el Acta Nº 56 del año 1927 se hace referencia
explícita a uno de los cafés del pueblo, denominado “Café de los Naipes”.
Si al enfermo se le encontrara ocupado en algún trabajo, será expulsado de la Fraternidad
Pueblense sin derecho a reclamación alguna.
U
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n cuanto al seguro de vida. Al fallecer el Socio, su viuda y en su defecto sus
herederos, percibirán, de una vez, 30 pesetas ó 20 pesetas si las dietas de socorro
percibidas en su última enfermedad fueron mayores a 6. Este dinero no podrá ser embargado por
tribunales para el pago de deudas, su destino es exclusivo para la viuda o herederos.
En cuanto a los préstamos. Todo Socio tendrá crédito hasta un límite máximo de 50 pesetas por
1 año a un interés del 4 %. Para solicitar este préstamo tendrá que presentar dos fiadores solidarios
o avalistas.
El Socio que se ausente de la Villa, siempre que no salga al extranjero o a ultramar (en este caso
sus derechos quedarán en suspenso hasta su vuelta) y siempre que deje un representante que pague
sus mensualidades, disfrutará de los mismos beneficios que los Socios que permanezcan en la
localidad.
En cuanto a las Juntas Generales. Todos
los Socios tienen obligación de asistir a las
dos Juntas Generales o Asambleas
Generales de Socios que se celebran al año,
en Enero y en Agosto, siendo el local de
reunión el salón de la Casa Escuela de
niñas; multando con 1 peseta al que faltare
sin causa justificada. Esta multa pasó a ser
de 2 pesetas a partir de 1929. Si el que falta
es un miembro de la Junta Directiva, se le
aplica una multa doble. Solo quedan
dispensados de acudir a Juntas y otros actos
obligatorios: el cura párroco, los coadjutores, el maestro de instrucción primaria, los peones
camineros, el practicante en cirujia menor y el médico. El objetivo principal de estas reuniones es el
discutir y, en su caso, aprobar las cuentas de la Sociedad en el periodo comprendido entre la
anterior Junta General y la actual, así como tratar otros asuntos de interés. El Tesorero, que
guarda el arca de hierro de la Sociedad con las existencias en caja (dinero en metálico,
pagarés y préstamos, 6 acciones de la Eléctrica Pueblense, Títulos de la Deuda del Estado), la abre,
coloca los bienes sobre la mesa y los muestra a los Socios; de este modo todos podían
comprobar que el contenido del arca coincidía con las cuentas presentadas. Dicha arca tiene
dos compartimentos; el Tesorero tiene en exclusiva la llave de uno de ellos que contiene como
máximo 250 pesetas, el otro compartimento, protegido por 3 cerraduras, guarda el resto del
metálico y demás valores de la Sociedad, las 3 llaves necesarias para abrirlo están en poder del
Presidente, del Secretario y del Tesorero. En 1899 las existencias en caja ascendían a 305‟90 pesetas;
en 1936 a 5.195‟25 pesetas; alcanzándose el pico mayor en 1922 con 8.214‟75 pesetas. En la Junta
General de Enero se lleva a cabo la renovación anual de la Junta Directiva y el nombramiento
de los 4 Socios encargados de acarrear cadáveres.
E
Sello de la
Fraternidad
Pueblense.
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n cuanto a los entierros. Se establece la obligación a todos los Socios de asistir al
entierro de los Socios que fallezcan, sin distinción alguna de clase ni de ideología
(acuerdo del año 1933), multándose con 1 peseta al que faltare sin causa justificada. Esta multa pasó
a ser de 2 pesetas a partir de 1929. Se comenzó pasando lista de asistencia en La Plaza de la Cruz, al
regreso del cementerio (acuerdo del año 1930); posteriormente se acordó pasar lista en el
cementerio (acuerdo del año 1935); y finalmente se decidió, para evitar la espera del Socio mientras
se pasa lista, rellenar una tarjeta de asistencia y entregarla al salir del acto (acuerdo del año 1936).
Como he comentado, en la Junta General anual de Socios del mes de Enero se designan a los 4
Socios acarreadores de cadáveres que, revestidos con capa, son los encargados de conducir el
féretro desde la casa a la iglesia y luego de llevarlo hasta el cementerio. Los primeros Socios que
realizaron este servicio, año 1889, fueron: Simón Llarden Latres, Calixto Marro Gros, Ramón
Guillén Ferrer y Agustín
Sopena Aventín. Se les
pagaba 50 céntimos a cada
uno por fallecido que
conducían. Otros
acarreadores fueron: en
1925, Antonio Mazana
Miranda, Victoriano
Subias Cortina, Andres
Doz y Angel Espuña; en
1926, Antonio Girón
Buiro; en 1929, Gregorio
Girón Llacera; en 1931,
Sebastián Visar Sopena y
José Balaguer Menal; en
1932, Julio Espuña y José
Subias. En un artículo
publicado en el libré de las
fiestas de 1998, Román
Carrera Gimenez nos
recuerda que estos 4 Socios
acarreradores de cadáveres
también se encargaban de
llevar a hombros el Santo
Sepulcro en la Procesión
del Viernes Santo.
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Pago de dietas al acarreador de cadáveres D. José Balaguer Menal
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e consideran motivos para expulsar a un Socio de la Fraternidad Pueblense, perdiendo
cuantos derechos hubiera adquirido:
Simular enfermedad
Simular insolvencia para no devolver un préstamo solicitado
Dejar de pagar 3 mensualidades seguidas y agotar los 8 días de moratoria que le dará la
Junta Directiva después de exhortarle al pago.
Faltar 3 veces seguidas, sin causa justificada, a la Junta General
No pagar la multa por no asistir al entierro de un Socio
El día de San Román se celebraba una misa de aniversario en memoria de todos los Socios
difuntos. La asistencia de los Socios a la misma era libre.
En cuanto a la disolución de la Fraternidad Pueblense. Se establece que ésta no podrá
disolverse mientras haya 10 Socios que se opongan, contando en este número a los ausentes. Al
disolverse, todos los bienes con que cuente la Sociedad serán repartidos a partes iguales entre todos
los Socios que entonces cuente la Sociedad.
La Fraternidad Pueblense asumió también otros servicios para sus Socios:
En 1899 la Fraternidad integró a los cofrades de “La Hermandad Nuestra Señora
del Fuero”, a propuesta del cura párroco Francisco Trell Labrid, asumiendo su
objetivo caritativo y benéfico de acompañar, desde la casa mortuoria a la iglesia, los
cadáveres de los Hermanos fallecidos, asistir a los funerales y conducirlos al cementerio.
En 1913 pasó a custodiar y administrar el Capital de “La Regeneración Pueblense”
Sociedad de crédito y ahorro que funcionaba en el Pueblo.
Se solicitó una serie de conferencias al Ingeniero Agrónomo de la Provincia sobre
temas agrícolas para que ilustrara a los agricultores de la Villa en el cultivo del almendro,
de la vid y del olivo (año 1913).
Se Constituyó una Comisión de Abastos para comprar y distribuir los artículos de
sulfatos, azufres y abonos químicos para la sementera. Constituían esta Comisión en el
año 1921 los Socios: Francisco Fuster, Antonio Vistuer Santaliestra y
Pablo Nacenta Escanilla.
Se solicitó y le fueron concedidas del Ministerio de Fomento dos Subvenciones
por importe de 750 pesetas cada una, los años 1915 y 1916.
En el año 1916, dada la penuria y escasez que se sufrió, se acordó que, solo por
ese año, los Socios pudieran solicitar crédito por el doble de lo establecido.
Se apoyó el proyecto de la Instalación Eléctrica en el Pueblo. En 1915 se destinaron
1.500 pesetas para la compra de 6 acciones de la Eléctrica Pueblense que permanecieron
como bienes de la Sociedad hasta que se decidió venderlas en 1936.
S
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Una de las 6 Acciones que
la Fraternidad tenía de la
Eléctrica Pueblense.
Dimensiones: 45 x 32 cm.
Su valor era 250 pesetas.
El resto de acciones, hasta
completar un total de 261
de La Eléctrica Pueblense,
las poseían los 10 vecinos
siguientes: D. José Trell
Labrid 121 acciones;
Dª María Teresa Escanilla
109 acciones;
D. Ramón Castillón
Noguero 8 acciones;
D. Juan Antonio Salinas
Bergua 4 acciones;
Dª Agustina Vidal viuda
de Plana 4 acciones;
D. Ignacio de Mur Cirera
2 acciones;
D. Valentín Augusto
Ferrer 2 acciones,
D. Mariano Serena Lecina
2 acciones;
Dª María Pardo Roca
2 acciones; y
D. José Moliner Guillén
1 acción
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as Juntas Generales o Asambleas Generales de Socios de la Sociedad denominada
“La Fraternidad Pueblense” eran dos al año, la primera en el mes de Enero y la
segunda en Agosto. Las convocaba el Presidente de la Junta Directiva, en día festivo, por medio de
papeleta que entregaba el Andador, en persona, a cada socio (excepcionalmente en 1904 solo se
celebró la Junta General del mes de Enero).
El objetivo principal de la Junta General era el de discutir y, en su caso, aprobar las cuentas de
la Sociedad en el periodo comprendido entre la anterior Junta General y la actual, así como el
tratar otros asuntos de interés. En la Junta General de Enero se llevaba a cabo la renovación
anual de la Junta Directiva y el nombramiento de los 4 socios encargados de acarrear
cadáveres.
El protocolo era el siguiente:
Como local de reunión utilizaba el salón de la Casa Escuela de niñas;
excepcionalmente las 6 primeras Juntas Generales se celebraron en la Casa Consistorial.
La sesión daba comienzo habitualmente a las 2 de la tarde (otros horarios utilizados
fueron 10:30 de la mañana, 1 de la tarde, 2 y cuarto de la tarde y 3 de la tarde). En un
principio se dejaba un margen de 30 minutos para la llegada de los Socios, pero dada la falta
de puntualidad de algunos, a partir de 1905 se acordó que a la hora señalada para el
inicio de la Junta General se cerraran las puertas del local, seguidamente el
Secretario pasaba lista y a los Socios que en ese momento estuvieran ausentes sin
causa justificada se les impone una multa de 1 peseta o de 2 pesetas si se trataba de un
vocal de la Junta Directiva; la cuantía de estas multas se duplicó a partir de 1924.
L
Papeleta mediante la que el Presidente de la Junta Directiva convoca personalmente a cada Socio
a la Junta General. En la que aquí mostramos, en su anverso y reverso, el Socio D. Pedro Moliner
justifica, en el reverso de la papeleta, su falta de asistencia para no ser multado
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2
Se leía Acta de la última Junta General para su aprobación por la Asamblea.
La Junta Directiva presentaba sobre la mesa las cuentas, invitando a todos los Socios a
examinarlas. Como no solía acercarse ninguno, la Asamblea, a propuesta de la Junta Directiva,
designaba a 1 ó 2 de los Socios presentes, a los que se les denominaba “oidores-
interventores”, que procedían a examinarlas. El Secretario leía en voz alta todas las
partidas que habían producido ingresos y gastos, dando las oportunas explicaciones, e
informando también de los préstamos devueltos y del pago de intereses.
El Tesorero exhibía y dejaba sobre la mesa las existencias de caja, de este modo los
Socios podían comprobar que el contenido del arca de la Sociedad coincidía con las
cuentas presentadas. En el arca se guardaba el metálico, los prestamos, los pagarés en papel
del banco, los títulos de deuda del estado (el valor de uno de estos títulos era de 500 pts., en
1925 la Sociedad poseía dos), y las acciones de la Eléctrica Pueblense (En 1915 se destinó
1.500 pesetas para la compra de 6 acciones de la Eléctrica Pueblense también llamadas “del
Molino” que permanecieron como bienes de la Sociedad hasta que se decidió venderlas en
1936)
En la Junta General de Enero se renovaban los vocales de la Junta Directiva. La
vigencia y mandato de la nueva Junta Directiva era de 1 año. En general, los socios propuestos
para ocupar estos cargos eran aprobados por unanimidad. A partir de 1925 se aprovechaba
también esta Junta General de Enero para nombrar a los 4 socios acarreadores de cadáveres,
encargados de conducir al difunto al cementerio.
Detalle del Libro
de Actas de la
Fraternidad
Pueblense.
Acta número 1,
correspondiente
a la Junta
General
celebrada el día
1 de Enero de
1899.
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La Junta Directiva informaba a la Asamblea de las solicitudes que ha recibido de ingreso de
nuevos socios, seguidamente la Asamblea votaba la admisión de los mismos; en las 73 Actas
que se conservan de las Juntas Generales, estas admisiones se aprobaron siempre por
unanimidad.
La reunión terminaba con la discusión de algún tema de interés para la Sociedad propuesto por
uno o varios socios y con un turno de ruegos y preguntas.
.
El Sr. Alcalde de
La Puebla de
Castro
D. Antonio Sahún,
comunica al
Presidente de
La Fraternidad
Pueblense
D. Antonio
Bardaji Trell, la
autorización del
Gobernador Civil
de la Provincia
para celebrar la
que sería la última
Junta General
de la Fraternidad
Pueblense,
el día 2 de Febrero
de 1936.
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a Junta Directiva, como ya hemos dicho, se renovaba cada año durante la Junta General
o Asamblea General de Socios que se celebraba en el mes de Enero, siendo la mayoría
de socios la que aprobaba su nombramiento.
Estaba compuesta por seis personas: Presidente, Vicepresidente, Secretario, Vicesecretario,
Tesorero o Depositario y Andador. Se reunían el último domingo de cada mes para pasar cuentas y
tratar los temas de la Sociedad.
Sólo los cargos de Secretario y Andador eran remunerados. Esto explica que en las sucesivas
renovaciones anuales de la Junta, sean las personas que ocupan estos dos cargos las que suelen
repetir y permanecer durante más tiempo en el mismo. En 1906 Secretario y Andador cobraban,
cada uno, una paga anual de 25 pesetas; en 1921, la Junta General de Enero acordó incrementarles
la paga anual a 40 Pesetas; y en 1925 se les subió a 50 pts.
El Secretario llevaba las cuentas, las inversiones y los trámites legales de la Sociedad y levantaba
Acta de las Juntas Generales. En 1908 se autorizó, en Junta General, a que la Junta Directiva
pudiera invertir parte del capital de la Sociedad en Papel del Estado para obtener un rédito que sería
utilizado en los fines benéficos de la Asociación.
El Andador estaba siempre al servicio de la Junta, era el cauce de comunicación entre ésta y los
Socios, ejecutaba las órdenes del Presidente y recogía del Socio enfermo el documento firmado por
el médico que justificaba su enfermedad dándole derecho a recibir el socorro de la Sociedad.
El Tesorero era el depositario custodio del arca de hierro de la Sociedad. Este arca estaba
dividida en dos compartimentos; el Tesorero tenía en exclusiva la llave de uno de ellos que
contenía como máximo 250 pesetas, el otro compartimento, protegido por 3 cerraduras, guardaba el
resto del metálico y demás valores de la Sociedad, las 3 llaves necesarias para abrirlo estaban en
poder del Presidente, del Secretario y del Tesorero. En 1907 se compró también una caja de
caudales con dos llaves que guardaba una el Presidente y otra el Tesorero.
A partir de 1923 los cargos de Secretario y Tesorero fueron asumidos por la misma persona.
En un artículo publicado en el libré de las fiestas de 1998, el señor Román Carrera Gimenez
(nacido en 1917 y fallecido en 2007) comparte sus recuerdos sobre la Fraternidad Pueblense; nos
cuenta, cito textualmente „‟…En mi infancia, por los años veinte del siglo XX, cuando se celebraba Junta
General, era para mí un espectáculo ver desde la ventana de mi casa cuando pasaban los hombres endomingados hacia
la Escuela Nacional de Niñas donde tenía lugar la reunión, pasando con ellos el Cura Párroco, quien infundía tanto
respeto, rigurosamente ensotanado, amplio manteo sobre sus hombros y sobre su cabeza el clerical sombrero‟‟.
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istado de Juntas Directivas desde 1899 y de Socios admitidos, por unanimidad, en
Juntas Generales desde 1905:
1899. Junta Directiva: Presidente, Antonio Trell Labrid; Vicepresidente, Domingo Arcarazo
Arno; Secretario, Ramón Permisan Sesa; Vicesecretario, Vicente Burrel; Tesorero,
José Torres Ciutat; Andador, Tomás Moliner Prat.
1900. Junta Directiva: Presidente, José Mur Lacasa; Vicepresidente, José María Laplana
Vidal; Secretario, Ramón Permisan Sesa; Vicesecretario, Joaquín Sopena Raso;
Tesorero, Manuel Garuz Palacin; Andador, Tomás Moliner Prat.
1901. Junta Directiva: Presidente, José María Laplana Vidal; Vicepresidente, Mariano de
Mur Castillon; Secretario, Ramón Permisan Sesa; Vicesecretario, Román Castarlenas
Faro; Tesorero, Francisco Cama Fuster; Andador, Tomás Moliner Prat.
1902. Junta Directiva: Presidente, Manuel Asin Ferraz; Vicepresidente, Alberto Lacasa y
Cera; Secretario, Ramón Permisan Sesa; Vicesecretario, Francisco Llone Cosialls;
Tesorero, José Suils Angusto; Andador, Tomás Moliner Prat.
1903. Junta Directiva: Presidente, Vicente Gode Viola; Vicepresidente, Vicente Bistuer
Blanco; Secretario, Ramón Permisan Sesa; Vicesecretario, Francisco Llone Cosialls;
Tesorero, Gregorio Bardaji Subias; Andador, Tomás Moliner Prat.
1904. Junta Directiva: Presidente, Francisco Cama Fuster; Vicepresidente, José Serena
Santaliestra; Secretario, Ramón Permisan Sesa; Vicesecretario, Manuel Asin Ferraz;
Tesorero, Francisco Llone Cosialls; Andador, Luís Torres Miranda.
1905. Nuevos Socios: Pablo Asín Vidal y José Cornel Tellet.
Junta Directiva: Presidente, Alberto Lacasa Cera; Vicepresidente, Tomás Lasierra
Giron; Secretario, José Asin Lecina; Vicesecretario, Manuel Asin Ferraz; Tesorero,
Román Castarlenas Faro; Andador, Luís Torres Miranda.
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1906. Junta Directiva: Presidente, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de
Castro); Vicepresidente, Simón Llarden Latres; Secretario, José Asin Lecina;
Vicesecretario, Manuel Asin Ferraz; Tesorero, Antonio Sierra Sahun; Andador, Pedro
Salamero Arroyo.
1907. Nuevos Socios: Antonio Sopena Faro, Joaquín Salamero Sanz, Francisco Trell
Vidal, José Bardaji Obis, Manuel Noguera Colomina y Joaquín Mur Lasierra.
Junta Directiva: Presidente, José Serena Santaliestra; Vicepresidente, Antonio Tellet
Sallan; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Vicesecretario, Manuel Asin Ferraz; Tesorero, José Lecina Castan; Andador, Pablo
Asin Vidal.
1908. Nuevos Socios: José Nacenta Subias, Macario Sanblancat Nacenta, Victoriano
Subias Cortina, Antonio Guillén Girón, Antonio Bruballa Trell, Antonio Salamero
Suarez, Vicente Noguera Colomina, Juan Miranda Sopena y Joaquín Torres
Llacera.
Junta Directiva: Presidente, Manuel Garuz Palacin; Vicepresidente, Santiago Sarrablo
Badel; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Vicesecretario, Francisco Carrera Laplana; Tesorero, Pedro Torres Peña; Andador,
Pablo Asin Vidal.
1909. Nuevos Socios: Antonio Trillo Labrid, Julian Vidal Arroyo, Francisco Serena
Nacenta y Mariano Oncino Marro.
Junta Directiva: Presidente, José Suils Angusto; Vicepresidente, Joaquín Sopena Raso;
Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro); Tesorero,
Francisco Cama Fuster; Andador, Pablo Asin Vidal.
1910. Nuevos Socios: José Lacasa Gudel, Manuel Mas Guardia, Antonio Mas Guardia,
Joaquín Bardaji Plana, Joaquín Menal Boira, José Suils, José Giral Gil, Manuel
Garuz Torres, Tomás Giral Morancho, Francisco Suiles Labazuy, Joaquín Cambra
Solana y Mariano Martinez.
Junta Directiva: Presidente, Simón Llarden Latres; Vicepresidente, Agustín Sopena
Aventin; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Tesorero, José María Laplana Vidal; Andador, Pablo Asin Vidal.
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1911. Nuevos Socios: Francisco Cama Arnal, Antonio Sanz Lecina, Gregorio Carruesco,
Cecilio Noguera y Antonio Cera Laplana.
Junta Directiva: Presidente, Antonio Tellet Sallan; Vicepresidente, Gregorio Bardaji
Subias; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Tesorero, Joaquín Bardaji Plana; Andador, Francisco Trell Vidal.
1912. Nuevos Socios: Joaquín Boira Arnal, José Pano Consul, Antonio Vistuer, José Mur
Castillón, Juan Antonio Salinas Bergua, José Tellet Lasierra, José Palacín Oncino,
Mariano Serena Lecina, Santiago Martinez Castelar, Ramón Trell Salamero,
Sebastián Visac Sopena y Francisco Giral Gil.
Junta Directiva: Presidente, Román Castarlenas Faro; Vicepresidente, Francisco
Carrera Laplana; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de
Castro); Tesorero, Joaquín Bardaji Plana; Andador, Francisco Trell Vidal.
1913. Nuevos Socios: Ramón Carrera Mur, Miguel Torres Colomina y José Faro
Benabarre.
Junta Directiva: Presidente, Antonio Vistuer Santaliestra; Vicepresidente, Juan
Antonio Salinas Bergua; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La
Puebla de Castro); Vicesecretario, José de Mur Castillon; Tesorero, Joaquín Bardaji
Plana; Andador, Francisco Trell Vidal.
1914. Junta Directiva: Presidente, José Nacenta Sanchez; Vicepresidente, Sebastián Lalueza
Toda; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Tesorero, Benigno Arnal Bardaji; Andador, Francisco Trell Vidal.
1915. Nuevos Socios: Pedro Ricoll Puy, Mariano Latorre Romeo, José Arnal Vidal, José
Cera Salis, Antonio Mur Claveria y Miguel Lecina.
Junta Directiva: Presidente, Joaquín Mur Lasierra; Vicepresidente, Santiago Sarrablo
Badel; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Vicesecretario, Francisco Llone Cosialls; Tesorero, Joaquín Bardaji Plana; Andador,
Francisco Trell Vidal.
1916. Junta Directiva: Presidente, Paulino Mora Nevot; Vicepresidente, José Giron Campo;
Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro); Tesorero,
Isidro Salamero Vidal; Andador, Francisco Trell Vidal.
1917. Junta Directiva: Presidente, Juan Antonio Salinas Bergua; Vicepresidente, Antonio
Badel Torres; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de
Castro); Tesorero, José Torres Miranda; Andador, Francisco Trell Vidal.
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1918. Nuevos Socios: Antonio Pueo Llaquet, Francisco Gil Larruy Jovellar, José Mur
Espuña, José Sahun Asin, Ramón Rami Guillen, Matías Ferraz Miranda, Julián
Laplana Español y Pedro Moliner Bruballa.
Junta Directiva: Presidente, Julián Vidal Arroyo; Vicepresidente, Antonio Badel
Torres; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Tesorero, José Torres Miranda; Andador, Francisco Trell Vidal.
1919. Nuevos Socios: Antonio Gros Escanilla, Joaquín Cambra Rausa, Macario
Samblancat, Antonio Trell Tobeña, Marcelino Cama Arnal, Pablo Nacenta
Castarlenas y Vicente Latorre Torres.
Junta Directiva: Presidente, Joaquín Bardaji Plana; Vicepresidente, Antonio Lecina
Torres; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Tesorero, Antonio Badel Torres; Andador, Francisco Trell Vidal.
1920. Nuevos Socios: José Suarez Serena, Ramón Arnal Vidal, Ramón Sopena Sanmartin,
Gregorio Lasierra Torres, Blas Cornel Gode, Mariano Arnal Gros, Ramón Espuña
Pascual, Rafael Franco Cosialls, Benito Mur Campo y Paulino Antonio Bruballa
Trell.
Junta Directiva: Presidente, Joaquín Bardaji Plana; Vicepresidente, Antonio Lecina
Torres; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Vicesecretario, Francisco Llone Cosialls; Tesorero, Antonio Badel Torres; Andador,
Francisco Trell Vidal.
1921. Nuevos Socios: Antonio Riva Galindo y Joaquín Piniello Latorre.
Junta Directiva: Presidente, Paulino Mora Nevot; Vicepresidente, Pedro Moliner
Bruballa; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Vicesecretario, José María Laplana Vidal; Tesorero, Antonio Lecina Torres; Andador,
Antonio Badel Torres.
1922. Nuevos Socios: Teodoro Ricoll Moliner (hijo del Socio Pedro Ricoll Puy) y José
Lacasa Guardia.
Junta Directiva: Presidente, Antonio Trell Tobeña; Vicepresidente, Mariano Subias
Marro; Secretario, Francisco Trell Labrid (cura párroco de La Puebla de Castro);
Tesorero, Antonio Lecina Torres; Andador, Antonio Badel Torres.
1923. Nuevos Socios: José Subias Rausa, José Balaguer Menal y Ramón Doz Raso.
Junta Directiva: Presidente, Antonio Trillo Labrid; Vicepresidente, José Suarez
Serena; Secretario y Tesorero, Antonio Lecina Torres; Andador, Pio Vidal Subias.
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1924. Nuevos Socios: Gregorio Giron Llacera, José Marro Doz y Ramón Giral Morancho.
Junta Directiva: Presidente, José Torres Miranda; Vicepresidente, Manuel Mas
Guardia; Secretario y Tesorero, Antonio Lecina Torres; Vicesecretario, Pablo Nacenta
Castarlenas; Andador, Martín Tapia Giral.
1925. Nuevos Socios: Jaime Sarroca Moliner, José Lasierra y Jesús Vidal Subias.
Junta Directiva: Presidente, Francisco Trell Vidal; Vicepresidente, Gregorio Lasierra
Torres; Secretario y Tesorero, Antonio Lecina Torres; Vicesecretario, Pablo Nacenta
Castarlenas; Andador, José Lacasa Guardia.
1926. Nuevos Socios: Pedro Sin Mir.
Junta Directiva: Presidente, Mariano Ciutat Costa; Vicepresidente, Francisco Suiles
Labazuy; Secretario y Tesorero, Antonio Lecina Torres; Vicesecretario, Pablo
Nacenta Castarlenas; Andador, José Lacasa Guardia.
1927. Nuevos Socios: Jesús Latorre Meler y Francisco Suiles Enseñat.
Junta Directiva: Presidente, Pio Vidal Subias; Vicepresidente, Francisco Suiles
Labazuy; Secretario y Tesorero, Antonio Lecina Torres; Vicesecretario, Pablo
Nacenta Castarlenas; Andador, José Marro Doz.
1928. Nuevos Socios: Manuel Arnal Esforzado (cura párroco de La Puebla de Castro),
Antonio Mora Llacera, Pascual Moliner Latre, Miguel Pau Pueo, Luis Ferrer
Garreta, José Lecina Gudel, José Bardaji Oncino, Martín Nadal Sanz, Francisco
Trell Palacin y José Noguera Torres.
Junta Directiva: Presidente, Pio Vidal Subias; Vicepresidente, Francisco Suiles
Labazuy; Secretario y Tesorero, Antonio Lecina Torres; Vicesecretario, Pablo
Nacenta Castarlenas; Andador, Ramón Rami Guillen.
1929. Nuevos Socios: Gregorio Bardaji Trell, Antonio Bardaji Trell, Francisco Vidal
Ciutat, José Sopena Mora, José Serena Torres, Manuel Menal Lecina, Joaquín
Portella Guardia, Manuel Guillen Torres, Julio Trell Torres, Pablo Francisco
Cosialls, Juan Franco Clemente, Julio Espuña Sanz, José Pano Raluy, Rafael Rami
y Ramón Tapia Samblancat.
Junta Directiva: Presidente, Blas Cornel Gode; Vicepresidente, Antonio Cera Laplana;
Secretario y Tesorero, Antonio Lecina Torres; Vicesecretario, Pablo Nacenta
Castarlenas; Andador, Ramón Rami Guillen.
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1930. Nuevos Socios: Pablo Trell Palacin, Adolfo Cemeli Enjuanes, Francisco Riva
Galindo y Francisco Altemir Lanau.
Junta Directiva: Presidente, Pascual Moliner Latre; Vicepresidente, Antonio Bruballa
Trell; Secretario, Antonio Gros Escanilla; Tesorero, Gregorio Bardaji Trell; Andador,
Ramón Rami Guillen.
1931. Nuevos Socios: José Sanmartin, Antonio Lecina Nadal, Manuel Arnal Boira y
Joaquín Baldellou Toveña.
Junta Directiva: Presidente, Pedro Moliner Bruballa; Vicepresidente, José Lacasa
Guardia; Secretario, Antonio Gros Escanilla; Tesorero, Gregorio Bardaji Trell;
Andador, Julio Espuña Sanz.
1932. Nuevos Socios: Paulino Mora Salamero.
Junta Directiva: Presidente, José Faro Benabarre; Vicepresidente, Manuel Guillen
Torres; Secretario, Antonio Gros Escanilla; Tesorero, Gregorio Bardaji Trell;
Andador, Julio Espuña.
1933. Junta Directiva: Presidente, Gregorio Bardaji Trell; Vicepresidente, Manuel Menal
Boira; Secretario, Antonio Gros Escanilla; Tesorero, Pablo Trell Bardaji; Andador,
Julio Espuña Sanz.
1934. Nuevos Socios: Félix Buatas.
Junta Directiva: Presidente, Joaquín Baldellou Toveña; Vicepresidente, Manuel Ferraz
Garuz; Secretario, Antonio Gros Escanilla; Tesorero, Pablo Trell Palacin; Andador,
Julio Espuña Sanz
1935. Junta Directiva: Presidente, José Sopena Mora; Vicepresidente, Manuel Mas Guardia;
Secretario, Antonio Gros Escanilla; Tesorero, Manuel Menal Lecina; Andador, Julio
Espuña Sanz
1936. Nuevos Socios: Leandro Salinas.
Junta Directiva: Presidente, Antonio Bardaji Trell; Vicepresidente, Antonio Bruballa
Trell; Secretario, Antonio Gros Escanilla; Tesorero, Juan Antonio Salinas Bergua;
Andador, Julio Espuña Sanz
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l curioso caso del Socio que no asistía nunca a las reuniones. En el acta de la
Junta General del 17 de Enero de 1902, se refleja lo siguiente: “Habiéndose suscitado
moción referente a que el Socio D. Mariano Raso Guardia, faltaba a casi todas las reuniones de la Junta
General y que por más que en las papeletas de convocatoria alegaba causas para dejar de asistir y entendiendo que sus
alegaciones eran injustas o engañosas, se propuso la Asamblea proceder a la votación de acuerdo al artículo 16 del
Reglamento (…es motivo de expulsión faltar 3 veces seguidas sin motivo justificado a la Junta
General) por si acordaba su expulsión, más como para que dicha votación fuera válida procedía la previa citación y
audiencia del interesado, fue éste citado de inmediata comparecencia por el Andador y manifestó éste que el indicado
D. Mariano Raso le había contestado que no quería acudir a la Asamblea y que dijera a la misma que había
decidido no querer continuar en la Sociedad de referencia. En su virtud la Junta General dio por excluido de dicha
Sociedad al repetido D. Mariano Raso Guardia, declarando no tiene derecho a fondos ni beneficio alguno de la
misma”.
Socios destacados:
Antonio Trell Labrid, impulsor del proyecto y primer Presidente de la Junta Directiva de
la Fraternidad. Ocupó diversos cargos en la misma y se le confiaron determinados servicios
como la inversión de capitales, etc.
Francisco Trell Labrid, cura párroco de La Puebla de Castro. Ejerció el cargo de
Presidente de la Junta Directiva en 1906 y el de Secretario desde 1907 hasta 1922, año en
que fue nombrado Canónigo de la Catedral de Barbastro y pasó a vivir en dicha ciudad.
Propició la fusión de la Cofradía “Hermandad Nuestra Señora del Fuero” con la
Fraternidad Pueblense. Como anécdota y muestra de su espíritu caritativo y altruista consta
en acta su renuncia a su derecho a dietas de socorro que le correspondían por enfermedad.
José Bestué Laplana, médico de La Puebla de Castro. En 1905 hizo la generosa donación
de 12 pesetas de sus honorarios a favor de la Sociedad.
Antonio Gros Escanilla, fue Secretario de la Fraternidad desde 1929 a 1936.
E
Papeleta mediante la que el Presidente de la Junta Directiva convoca personalmente a cada Socio
a la Junta General. En la que aquí mostramos, en su anverso y reverso, el Socio D. Mariano Serena
justifica, en el reverso de la papeleta, su falta de asistencia para no ser multado
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Interior de la
Iglesia de
Santa María
donde se
venera la
Virgen del
Camino
Fuero. Autor
de la foto:
Rafael Franco
Suiles
a Cofradía denominada “Hermandad Nuestra Señora del Fuero”, de origen mucho
más antiguo que la “Fraternidad Pueblense”, tenía como principal objetivo, benéfico y
caritativo, acompañar desde la casa mortuoria a la Iglesia, los cadáveres de los Hermanos
fallecidos, asistir a los funerales y conducirlos al cementerio.
Al constituirse en 1898 “La Fraternidad Pueblense” muchos de los Cofrades o Hermanos de la
“Hermandad Nuestra Señora del Fuero” se hicieron Socios de la “Fraternidad Pueblense” y siendo
que ésta última, entre sus objetivos incluía en gran medida los mantenidos por la “Hermandad
Nuestra Señora del Fuero”, parecía inevitable la fusión de la antigua “Hermandad” en la
“Fraternidad”.
El propulsor de esta fusión fue D. Francisco Trell Labrid, cura párroco de La Puebla de Castro
y Socio de la Fraternidad Pueblense. Ejerció el cargo de Presidente de la Junta Directiva del la
Fraternidad en 1906 y el de Secretario desde 1907 hasta 1922 en que fue nombrado Canónigo de la
Catedral de Barbastro y pasó a residir habitualmente en dicha ciudad.
L
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3
n el curso de la 2ª Junta General de la Fraternidad Pueblense celebrada el día 27
de Agosto de 1899, el mencionado D. Francisco Trell Labrid tomó la palabra y
propuso a la Asamblea la citada fusión; cito textualmente parte de su discurso recogido en el Acta
de dicha reunión: “… puesto que la inmensa mayoría de los Socios de la Fraternidad
Pueblense pertenecían también a la Hermandad Nuestra Señora del Fuero y, además, la
nueva Sociedad defiende en su reglamento la conservación de las buenas costumbres de
acompañamiento, asistencia a los funerales y demás actos que la Cofradía tenía
establecidos.”
Discutida la moción se acordó por unanimidad,
cito textualmente, “…que la Fraternidad
Pueblense acogerá a los Cofrades de la
Hermandad Nuestra Señora del Fuero que
quisieran adherirse y tuvieran más de 50 años
y/o no contaran de buena salud; así como la
fusión o refundición de ambas en una sola a
los efectos exclusivos de conservar las
laudables costumbres relativas a funerales y
que dicha Hermandad tenia establecidas,
cuyo deber será mutuo y recíproco entre
Socios y Hermanos”.
Con esta fusión, 4 Socios pagados con fondos de
la Fraternidad Pueblense quedaron encargados
de conducir al cementerio no solo a los Socios
y a los Hermanos Cofrades adheridos, sino
también a esposas de unos y otros y demás
individuos adultos de sus respectivas familias que
fallecieran dentro del término municipal de la villa
de La Puebla de Castro.
E
D. Francisco Trell Labrid, Socio de la Fraternidad
Pueblense y Canónigo de la Catedral de Barbastro.
Foto facilitada por Antornio Torres Rausa
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eamos algunos acuerdos tomados en Junta General y recogidos en la correspondiente Acta
de la misma:
15 de Agosto de 1905. Se acuerda, por unanimidad, la prestación de sábanas para
entierros: gratis para el funeral de los Socios; se cobrará 2 pts. para los funerales de los
familiares de los Socios y 3 pts. para los no Socios.
15 de Enero de 1910. Se acuerda hacer 4 ó 6 capas para que las lleven los Socios que
conducen los cadáveres al cementerio.
23 de Enero de 1911. Se acuerda que La Sociedad no asista a los entierros que se
produzcan en aquellas casas donde viva un Hermano Cofrade y un joven que pudiendo ser
Socio de la Fraternidad no lo sea.
25 de Enero de 1920 se acuerda pagar a los conductores de cadáveres 2 pesetas a cada
uno cuando, cito textualmente, “fueranlo en el poblado” y 2‟50 pesetas “cuando sea en despoblado”.
18 de Enero de 1925. Se nombran como acarreadores de cadáveres a los Socios: Antonio
Mazana Miranda, Victoriano Subias Cortina, Andrés Doz y Angel Espuña; pagándoles
7 pts. a cada uno. En años sucesivos será en ésta primera Junta General del año, que se
celebra en Enero, en la que se acordarán el nombramiento de los Socios que ocuparan
durante ese año el cargo de “acarreadores de cadáveres”.
24 de Enero de 1926. El Socio Antonio Girón Buiro sustituye como acarreador de
cadáveres al Socio Victoriano Subias Cortina.
20 de Enero de 1928. Se acuerda que serán los Socios acarreadores de cadáveres los
encargados de gestionar el alquiler de sábanas, capas y cirios para los entierros,
estableciéndose el siguiente baremo de precios para los que no son Socios y/o no tengan
derechos adquiridos: alquiler de sábanas 5 pts.; alquiler de sábanas, capas y cirios 10 pts.; los
cuatro acarreadores con las sábanas, las capas y los cirios (servicio completo) 20 pts.
20 de Enero de 1929. Se acuerda elevar a 2 pesetas la multa para el Socio que no asista
al entierro de otro Socio sin causa justificada. No pagar esta multa se considera motivo
de expulsión de la Sociedad. El Socio Gregorio Giron Llacera sustituye como acarreador
de cadáveres a Antonio Giron Buiro.
24 de Agosto de 1930. La Junta Directiva apercibe a la Asamblea que si no se corrige el
desorden que se ha visto en los últimos entierros, se procederá a imponer una multa.
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25 de Enero de 1931. Dimiten los acarreadores de cadáveres Antonio Mazana Miranda y
Ángel Espuña; y entran en sustitución: Sebastián Visar Sopena y José Balaguer Menal;
acordándose pagarles 10 pts. por conducir cadáveres de las familias de los Socios y 12 pts.
para los no Socios.
23 de Agosto de 1931. Se acuerda que la Misa de Aniversario en memoria de los Socios
difuntos que se celebra anualmente el día de San Román, sea de asistencia libre para todos
los Socios.
Pago de dietas
al Socio
acarreador de
cadáveres
D. Sebastián
Visar Sopena.
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24 de Enero de 1932. Se discute si llevar los cadáveres directamente de casa al
cementerio. El Socio y ya Canónigo de la Catedral de Barbasto, Francisco Trell Labrid, se
opone. Tras la discusión y deliberación se acuerda que La Fraternidad Pueblense no se
entrometerá en estos asuntos, quedando a voluntad del interesado o familiares.
22 de Enero de 1933. Se acuerda que los acarreadores de cadáveres sigan obligados a
llevar el uniforme (capa) en los entierros de los Socios, y libres en su vestimenta en los
entierros de los no Socios.
20 de Agosto de 1933. Se recuerda que es obligación de los Socios acompañar a todos
los Socios difuntos sin distinción alguna de clases ni de ideologías. Solo a la familia le
corresponde el derecho de distinguir y exteriorizar los ideales y forma de pensar del difunto.
20 de Enero de 1935. Se acuerda que a partir de ahora, en vez de pasar lista de los Socios
que acuden a los entierros en la Plaza de la Cruz al finalizar el acto, se realizará ahora en
el cementerio, en el lugar que resulte más apropiado para ello.
2 de Febrero de 1936. Se acuerda hacer tarjetas de asistencia para los entierros que ha de
cumplimentar el Socio y entregar a la salida del acto. De este modo se evitará el tener que
esperar mientras se pasa lista hasta que aparezca el nombre de uno para poder abandonar el
acto.
Tarjeta de
asistencia a
entierros del
Socio D. Juan
Antonio Salinas
Bergua.
Entró como
Socio de la
Fraternidad
Pueblense
en 1912.
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l médico y humanista D. Manuel Clemente Cera (nacido el 15 de noviembre de 1927
y fallecido en 2013), en su libro de memorias titulado “Memorias de un Médico
Internista”, recuerda que los entierros en La Puebla de Castro en tiempos de la República, a
pesar del agnosticismo ambiental, conservaban el aspecto severo, emotivo y espiritual tradicional. Se
permitía la salida del párroco desde la iglesia al domicilio del difunto, iba revestido con capa pluvial
negra y bonete, asistido por dos monaguillos revestidos con sotana negra y roquete blanco, con cruz
alzada. En el patio de la casa mortuoria, adornada con crespones negros, tapices negros y bordes
plateados, se encontraba el féretro. Después del rezo de un responso, era conducido en andas sobre
los hombros de cuatro varones vestidos con blusón negro hasta el pórtico del templo, en cuyo
interior se oficiaba la misa de “corpore insepulto”. Al término de la misa se iniciaba el sepelio,
presidido por el sacerdote y sus acólitos, seguido de los hombres y detrás las mujeres, y en riguroso
orden, se llegaba hasta el cementerio. Doblaban las campanas tocando a muertos.
En un artículo publicado en el libré de las fiestas de 1998, el señor Román Carrera Gimenez
(nacido en 1917 y fallecido en 2007) comparte sus recuerdos sobre la Fraternidad Pueblense y las
costumbres en los entierros; nos cuenta que:
Los 4 Socios acarreradores de cadáveres también se encargaban de llevar a hombros el
Santo Sepulcro en la Procesión del Viernes Santo.
Estos 4 Socios, tanto para los entierros como para la procesión, se ponían una túnica negra
rodeada de una franja amarilla y, una especie de bonete de los mismos colores,
siendo estas prendas propiedad de la Sociedad al igual que los paños fúnebres que media
hora antes del entierro se colocaban en el patio de la casa del fallecido.
Para acompañar al difunto desde casa a la iglesia, cada Socio de la Fraternidad Pueblense
portaba una vela encendida que, a la llegada, depositaba en una gran cesta blanca de
mimbre allí en el pórtico.
Al llegar al cementerio solo entraban, acompañando al difunto, los que formaban el
duelo, el Cura y los Monaguillos, estos últimos portando la cruz alzada, el acetre con el
hisopo y la naveta con el incensario. Los demás acompañantes se quedaban fuera y en el
camino ya que por entonces esa era la costumbre. Mientras tanto, el Secretario de la
Fraternidad Pueblense, subido sobre la pared del camino, con una libreta y un lápiz en
mano, iba pasando lista nombrando uno a uno en voz alta a los Socios, los cuales
contestaban con la voz de ¡presente!
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La buena costumbre de entrar todos en el cementerio, la introdujo en el año 1947, el
entonces recién llegado Cura Párroco Mosén Antonio Olivera, diciendo que igual que
entraba él debían entrar los demás.
El día de San Román se celebraba una ceremonia en recuerdo de todos los Socios de
la Fraternidad Pueblense que habían fallecido. El rito era el siguiente. A continuación
de la solemne Misa, el Cura se cambiaba la casulla y estola de color rojo por capa y estola de
color negro, avanzaba hacia la grada del presbiterio y, ante el túmulo y la Cruz parroquial,
que se acababan de colocar en el centro de la iglesia, entonaba el solemne responso
„‟Libérame Domine‟‟, que era cantado por el coro. Al finalizar el canto, el Sacerdote rodeaba
dos veces el túmulo, una con el hisopo, otra con el incensario.
Cementerio de
La Puebla de
Castro. Autor
de la foto:
Pedro Bardaji
Suarez
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a Fraternidad Pueblense, inició su andadura en 1898. Se trataba de una Sociedad de
socorros mutuos, formada por varones entre 20 y 50 años, de carácter benéfico, cuya
finalidad era la de socorrer a los asociados en caso de enfermedad que los incapacitara para trabajar,
el prestarles dinero con la correspondiente fianza personal, sin garantía inmueble, asegurar su vida
por una cantidad en beneficio de la viuda o familiares, y asistir y acompañar en los entierros a los
Socios difuntos.
La Fraternidad Pueblense no fue un caso aislado en la Provincia; en el año 1915, dieciséis años
después de que se fundara La Fraternidad Pueblense, en la Provincia de Huesca aparecen
recogidas por el Ministerio de Fomento de España, en la Memoria Descriptiva-Estadística de
las Entidades Agrícolas y Pecuarias del País, las siguientes Sociedades de Socorros Mutuos: “La
Fraternidad Pueblense” de La Puebla de Castro, “La Caridad” y “La Esperanza” de Barbastro,
“La Protectora Mutua” de Boltaña, “La Benéfica” de Naval, “La Caritativa” de El Grado, “La
Protectora Mutua Gradense” de Graus, y otras en Fonz y Cofita, Estadilla, Almunia de San
Juan, Olvena y en Secastilla.
La Fraternidad Pueblense finalizó su andadura abruptamente en 1936, al estallar la Guerra
Civil, víctima de los convulsos acontecimientos que sacudieron las instituciones, las costumbres y el
orden en el Pueblo. Destacados Socios de la Fraternidad, que habían compartido y convivido
en la paz y el respeto que la misma les exigía y proporcionaba, tomaron bandos diferentes
en la contienda civil, algunos de ellos murieron fusilados por los de ideología contraria.
La Fraternidad Pueblense supuso un gran beneficio para La Puebla de Castro. Recuperar
el recuerdo de esta institución nos tiene que llenar de orgullo. Es ejemplo de tolerancia,
de concordia, de honradez, de unión, de hermandad, de búsqueda del beneficio común
por encima del personal. El Pueblo unido para el bien del pueblo. Hemos de ser dignos
merecedores de este legado de nuestros antepasados y mantener vivo su espíritu en las
instituciones establecidas, en la creación de nuevas organizaciones, y desde cualquier
acción tanto colectiva como individual, todo para el bien y el progreso de nuestro Pueblo,
que es, sin duda, la forma más directa de alcanzar el beneficio personal.
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os datos utilizados en este artículo han sido obtenidos del Libro de Actas de la
Sociedad denominada “La Fraternidad Pueblense” y de dos ejemplares del
reglamento de la misma, el publicado en 1899 y el modificado y publicado en 1922; los dos
primeros documentos se guardan en el archivo de la Iglesia parroquial de La Puebla de Castro
y he podido consultarlos por gentileza del cura párroco, Mosén José Mairal Villellas; el ejemplar
del reglamento de 1922 me lo ha facilitado Casa Teruel. Y también del artículo titulado „‟La
Fraternidad Pueblense‟‟ escrito por Román Carrera Gimenez y publicado en el Libré de las
Fiestas de La Puebla de Castro de 1998. Y del libro “Memorias de un Médico Internista”,
escrito por Manuel Clemente Cera, publicado en 2006, La Busca ediciones S.L. Y del libro
"Memoria Descriptiva-Estadística de Entidades Agrícolas y Pecuarias del País" del año 1915
editado por el Ministerio de Fomento de España.
ueden consultar, en las siguientes direcciones de Internet, el Reglamento (Estatutos)
de la Fraternidad Pueblense editado en 1899 por la Imprenta Faustino Gambón de
Graus; este ejemplar fue propiedad de D. Román Carrera Gimenez y lo donó al archivo de la
Iglesia Parroquial de La Puebla de Castro:
http://puebladecastro.blogspot.com.es http://www.slideshare.net/puebladecastro.blogspot/reglamento-estatutos-de-la-fraternidad-pueblense-editato-en-1899
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ueden consultar, en las siguientes direcciones de Internet, el Reglamento (Estatutos)
de la Fraternidad Pueblense editado en 1922 en Barbastro por la Imprenta A.
Santamaría; este ejemplar fue propiedad de D. Ramón Tapia Samblancat y ha sido facilitado
por sus herederos de Casa Teruel:
http://puebladecastro.blogspot.com.es
http://www.slideshare.net/puebladecastro.blogspot/reglamento-de-la-fraternidad-pueblense-editado-en-1922
ueden consultar, en las
siguientes direcciones de
Internet, el Libro de Actas de las Juntas
Generales de La Fraternidad Pueblense;
el original se encuentra en el archivo de la
Iglesia Parroquial:
http://puebladecastro.blogspot.com.es
http://www.slideshare.net/puebladecastro.blo
gspot/libro-de-actas-de-la-fraternidad-
pueblensedesde-1898-a-1936
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Detalle del Libro
de Actas de la
Fraternidad
Pueblense. Acta
número 1,
correspondiente a
la Junta General
celebrada el día 1
de Enero de 1899
La Fraternidad
Pueblense supuso un
gran beneficio para
La Puebla de Castro.
Recuperar el
recuerdo de esta
institución nos tiene
que llenar de orgullo.
Es ejemplo de
tolerancia, de
concordia, de
honradez, de unión,
de hermandad, de
búsqueda del
beneficio común por
encima del personal.
El Pueblo unido para
el bien del pueblo.
Hemos de ser dignos
merecedores de este
legado de nuestros
antepasados y
mantener vivo su
espíritu en las
instituciones establecidas, en la creación
de nuevas organizaciones, y desde
cualquier acción tanto colectiva como
individual, todo para el bien y el progreso
de nuestro Pueblo, que es, sin duda, la
forma más directa de alcanzar
el beneficio personal.
Reglamento (Estatutos) de la Fraternidad Pueblense editado en 1922;
este ejemplar fue propiedad de D. Ramón Tapia Samblancat y ha sido
facilitado por sus herederos de Casa Teruel