la eucaristÍa y su vinculaciÓn con la ecología humana … · de la casa común para defender la...

36
LA EUCARISTÍA Y SU VINCULACIÓN CON LA Ecología Humana Integral FICHA CATEQUESIS Nº4 DESDE EL DÍA DE “SAN FRANCISCO DE ASÍS” (4 OCTUBRE) HASTA LA SOLEMNIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO Mc 6, 34-44

Upload: nguyenkhanh

Post on 12-Oct-2018

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

LA EUCARISTÍA Y SU VINCULACIÓN CON LA

Ecología Humana Integral

FICHA CATEQUESIS Nº4

DESDE EL DÍA DE “SAN FRANCISCO DE ASÍS” (4 OCTUBRE) HASTA LA SOLEMNIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO

Mc 6, 34-44

ficha catequesis nº4la eucaristía y su vinculación con la ecología humana integral

Comisión Nacional del Congreso Eucarístico

Octubre de 2018

[email protected]

www.congresoeucaristico2018.cl

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

3

Presentación

Queridos hermanos y hermanas:

Según el compromiso adquirido por la Comisión Nacional constituida para promover, acompañar y preparar el Congreso Eucarístico, les ofrecemos la ficha para la cuarta y última etapa de preparación.

En esta oportunidad queremos invitarlos a reflexionar acerca de la relación entre la Eucaristía y la promoción de una “ecología humana integral”, concepto que se ha venido acuñando en la Iglesia a partir de la Encíclica del Papa Francisco Laudato si’ sobre el cuidado de la casa común. ¿Qué significa este concepto? Se trata de promover el cuidado de la casa común para defender la dignidad humana, que es vulnerada a causa del daño ecológico que sufre la naturaleza por la explotación inconsciente de la Madre Tierra.

«Alabado seas, mi Señor» (LS 1), comienza diciendo el Papa Francisco en Laudato si’, citando el cántico de San Francisco de Asís, en el que nos recuerda que nuestra casa común, la tierra en que vivimos, es como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba» (Cántico de las criaturas: Fonti Francescane 263).

Nuestra hermana tierra, dice el Papa, «clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

4

propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8, 22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (Cf. Gn 2, 7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura» (LS 2).

Cuando celebramos la Eucaristía profesamos nuestra fe afirmado: “Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra...”. La vida cristiana supone hacer vida la fe que profesamos, de ahí que nuestra fe en Dios Padre creador implica un compromiso vital con el desafío urgente de proteger nuestra casa común. Ello incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral que vele por el bien común de toda la humanidad.

La Eucaristía es encuentro con el Padre, por Cristo en el Espíritu y es también encuentro con los hermanos y con toda la creación que Dios puso a nuestro cuidado (Cf. Gn 1, 28-29). Como custodios de la creación estamos llamados a reparar el daño que le hemos causado, a protegerla y realzar su belleza, recordando que la voz de Dios resuena en la hermosura de la creación (Sal 33, 1-9).

Hagamos de nuestra vida una misa prologanda que vela por el cuidado de nuestro medio ambiente inmediato y de toda la creación. La ecología humana integral se logra cuando somos capaces de reconocer el daño que hemos hecho a la naturaleza y nuestra indiferencia ante los desastres ambientales que ocurren a diario a nuestro alrededor. Seamos gestores de ambientes sanos y bellos que alegren la vida y devuelvan la esperanza a nuestros hermanos, permaneciendo unidos a Cristo en el Espíritu, celebrando la Eucaristía por amor a Cristo y a su

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

5

Iglesia y reflexionando, con la ayuda de esta ficha, sobre las acciones concretas que podemos realizar para mejorar la calidad de nuestros ambientes.

EL MATERIAL QUE TIENES EN TUS MANOS…

Esta ficha para la catequesis de la cuarta etapa de preparación al Congreso Eucarístico es un instrumento pedagógico cuyo objetivo principal es el de ayudarnos a profundizar en el Misterio de la Eucaristía para renovarnos en el amor a Cristo y a su Iglesia, haciéndonos servidores de los hermanos y también de la creación.

La estructura de la ficha está pensada para guiar encuentros comunitarios que permitan reflexionar y dialogar en torno a los temas propuestos. Tiene cuatro momentos: Iglesia que (1) escucha, (2) anuncia, (3) sirve y (4) celebra, que se pueden tratar en un solo encuentro (medio día) o bien, en tres o cuatro encuentros de 90 minutos según la realidad de cada comunidad. Otra alternativa es seleccionar solo aquellos temas de mayor interés. En definitiva, se invita a discernir con toda libertad cuál es el mejor modo de aprovechar este material teniendo en cuenta la realidad de su Iglesia particular.

Durante este tiempo de preparación para el Congreso permanezcamos unidos en la oración, teniendo presente el llamado del Santo Padre Francisco a rezar por nuestra Iglesia poniendo a Cristo en el centro de nuestra vida. Perseveremos en la escucha de la Palabra de Dios, la celebración de la Eucaristía y la práctica de la caridad fraterna, embelleciendo nuestros entornos y cuidando nuestros recursos naturales para procurar el bien integral de los pobres, excluidos, migrantes, los niños, jóvenes, adultos mayores y todas las personas con quienes compartimos nuestra casa común.

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

6

ORACIÓN INICIAL

ACOGIDA, compartimos la vida

Al comenzar este encuentro, dedicamos un tiempo para saludarnos. Luego compartimos la vida respondiendo las siguientes preguntas:

• ¿Qué entiendo por ecología y desarrollo humano integral? ¿Cómo integro ambas dimensiones en mi vida?

• ¿Qué relación existe entre Eucaristía, ecología y desarrollo humano integral?

Cantamos: Por tu océano azul y las aguas del mar,por todo continente y los ríos que van,por el fuego que viste como arbusto ardiente,por el ala del viento.

Coro:Quiero gritar…Mi Dios, tú eres grande y hermoso,Dios viviente e inmenso, tú eres el Dios de amor.Mi Dios, tú eres grande y hermoso, Dios viviente e inmenso,Dios presente, en toda creación…..ooooo…

Y por los animales de la tierra y el agua,por el canto del ave y el cantar de la vida.

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

7

Por el hombre que hiciste semejante a tiy por todos sus hijos... (coro)

Por la mano tendida que te invita a la danza,por el beso que brota al surgir la esperanza.La mirada de amor que levanta y reanima,por el vino y el pan... (coro)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…

• Saludamos al Señor haciendo la señal de la Cruz. Tomamos conciencia de que estamos delante de una persona: es Cristo, la Palabra viva del Padre, que quiere habitar en nuestros corazones, por medio del Espíritu Santo…

• Hacemos silencio exterior e interior… pacificando el corazón… nos disponemos para escuchar, acoger y responder con todo nuestro ser a Jesucristo, Palabra de Dios…

• Entramos en diálogo con el Señor… le confiamos nuestra vida… le hablamos de nuestros gozos y alegrías… le hablamos también de nuestros dolores y tristezas…

INVOCAMOS AL ESPÍRITU SANTO

Oración cristiana con la creación

Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas,que salieron de tu mano poderosa.Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura.Alabado seas.

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

8

Hijo de Dios, Jesús,por ti fueron creadas todas las cosas.Te formaste en el seno materno de María,te hiciste parte de esta tierra,y miraste este mundo con ojos humanos.Hoy estás vivo en cada criaturacon tu gloria de resucitado.Alabado seas.

Espíritu Santo, que con tu luzorientas este mundo hacia el amor del Padrey acompañas el gemido de la creación,tú vives también en nuestros corazonespara impulsarnos al bien.Alabado seas.

Señor Uno y Trino,comunidad preciosa de amor infinito,enséñanos a contemplarteen la belleza del universo,donde todo nos habla de ti.Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitudpor cada ser que has creado.Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidoscon todo lo que existe.

Dios de amor,muéstranos nuestro lugar en este mundocomo instrumentos de tu cariñopor todos los seres de esta tierra,porque ninguno de ellos está olvidado ante ti.Ilumina a los dueños del poder y del dineropara que se guarden del pecado de la indiferencia,amen el bien común, promuevan a los débiles,

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

9

y cuiden este mundo que habitamos.Los pobres y la tierra están clamando:Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz,para proteger toda vida,para preparar un futuro mejor,para que venga tu Reinode justicia, de paz, de amor y de hermosura.Alabado seas.Amén.(Oración del Papa Francisco, Pentecostés mayo de 2018)

PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO

34 Al desembarcar, Jesús vio una gran multitud y se compadeció de ella, porque estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles durante un largo tiempo.

SOMOS IGLESIA QUE ESCUCHA LA PALABRA DE DIOS

Marcos 6, 34-44

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

10

?

35 Como se había hecho tarde, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «Ya es tarde y este lugar es apartado: 36 despídelos para que vayan a los caseríos y aldeas de alrededor y compren algo de comer». 37 Jesús, sin embargo, les ordenó: «¡Denles ustedes de comer!». Le respondieron: «¿Acaso podríamos ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». 38 Jesús les preguntó: «¿Cuántos panes tienen? ¡Vayan a ver!». Y después de averiguarlo le respondieron: «Cinco panes y dos pescados». 39 Jesús ordenó que todos se acomodaran por grupos en el pasto verde. 40 Y se sentaron por grupos de cien y de cincuenta. 41 Luego tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó la vista al cielo y pronunció la bendición, partió los panes y se los fue dando a sus discípulos para que los distribuyeran a la gente. También repartió los dos pescados entre todos. 42 Comieron todos hasta saciarse, 43 e incluso recogieron doce canastos llenos con lo que quedó de panes y pescados. 44 Quienes comieron fueron cinco mil hombres.

Palabra del Señor

ACOGEMOS LA PALABRA EN EL CORAZÓN…

Cantamos una antífona de aclamación a la Palabra:

“Tu Palabra me da vida, confío en ti Señor…”.

Hacemos un momento de silencio para acoger la Palabra y luego compartimos la frase o versículo de la Lectura que más nos tocó el corazón y que haya quedado resonando en nuestro interior...

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

11

?

Compartimos a partir del texto bíblico:

• Cuál es el lugar donde se desarrolla la escena?

• Cómo andaba esta gran multitud que sigue a Jesús?

• Qué le pasó a Jesús al verlos? ¿Qué les ofreció?

• Por qué Jesús pide a los discípulos que le den de comer a la multitud?

• Qué nos recuerda el gesto de Jesús de levantar los ojos al cielo, pronunciar la bendición, partir el pan y darlo?

• Por qué habrán sobrado doce canastas?

PISTAS PARA COMPRENDER EL TEXTO…

El capítulo 6 del evangelio de Marcos nos presenta la primera misión de los discípulos. Jesús llamó a los Doce y los mandó de dos en dos con instrucciones precisas de predicar la Buena Noticia invitando a la conversión. Los discípulos partieron presurosos y recorrieron las aldeas anunciando la llegada el Reino, expulsando a muchos demonios y sanando a los enfermos (Cf. Mc 6, 7-13).

A su regreso, contaron a Jesús todo lo que habían hecho y enseñado, la misión había dado muchos frutos y como era tanta la gente que se juntaba, “no tenían tiempo ni para comer”. Jesús, viendo su cansancio, los llevó a “un lugar tranquilo para descansar un poco” (Mc 6, 31). El desgaste propio de la misión a causa del la entrega personal de cada discípulo al servicio del Reino, requería reencontrarse como comunidad convocada por Jesús para compartir lo vivido y recuperar fuerzas para seguir adelante con la misión.

¿

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

12

El lugar elegido fue una barca, en la cual atravesaron el lago de Galilea. Un lugar perfecto para estar solos, conversar al amparo de la calma de las aguas, la brisa del viento y el silencio del ambiente. Sin embargo, mientras navegaban en la barca, la gente los seguía por tierra caminando alrededor del lago. ¡Algo había en Jesús y sus discípulos que les daba una luz de esperanza para sus vidas!

Al desembarcar Jesús vio esta gran multitud que seguramente se agolpaba para tratar de tocarlo. Jesús se dio cuenta de su miseria humana y material, y se “compadeció de ellos porque estaban como ovejas sin pastor”. La escena es muy paradójica, una explanada de pasto verde a la orilla del lago que hablaba de la hermosura de la creación, y en medio de ella, una multitud hambrienta, sedienta, y necesitada de misericordia.

Entonces Jesús se hizo pastor de todos enseñándoles las maravillas de Reino. La disposición de Jesús para enseñarles y la de la gente para escucharlo contrastan con la actitud de los discípulos. Ellos quieren que Jesús termine rápido para que la gente se pueda ir, sin embargo, el plan de Jesús es otro. Había alimentando por largo rato a la multitud con el pan de vida, su Palabra (Jn 6, 35), ahora los discípulos, retomando la misión, tendrían que alimentarlos con el pan material para saciar su hambre: “¡Denles ustedes de comer!” .

Los discípulos reclaman, ¡necesitarían 200 denarios para dar de comer a toda esa gente, el equivalente al sueldo de 200 días de trabajo! (en la época, el sueldo por un día de trabajo era de 1 denario). Era imposible darles de comer a todos. Jesús toma entonces la iniciativa para dar una nueva enseñanza a los discípulos. Ellos venían de la misión, habían expulsado demonios, sanado enfermos y proclamado las maravillas del Reino, ¿cómo no podían ahora dar de comer a esta multitud hambrienta? Jesús comienza a dar órdenes a los díscipulos para realizar el milagro, dar de comer a 5.000 hombres. Con su actitud enseña a los discípulos en primer lugar, que la misión es permanente,

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

13

hay que estar siempre disponibles para servir al Señor y a su Reino y, en segundo lugar, que para Dios nada es imposible (Cf. Lc 1, 37).

El relato esconde una cantidad de simbolismos del antiguo testamento: las ovejas sin pastor, y un pastor que se compadece de ellas (Cf. Ez 34, 11-31; Sal 23); los grupos de 100 y 50 varones que evocan la organización del pueblo de Israel en el desierto (Cf. Ex 18, 21); el pasto verde que recuerda las bondades de la creación y los buenos pastos a los que Dios conduce a su pueblo (Cf. Gn 1, 29; Is 40, 9-10; Is 49, 91-10; Is 51, 1-3); los cinco panes y los dos peces, frutos de la bondad de Dios y del trabajo de los hombres (Cf. Gn 1, 29-30); los doce canastos en donde se recoge el pan sobrante que representan a las 12 tribus de Israel (Cf. Gn 49, 28). Todos estos símbolos hacen memoria de la historia de Israel y de las promesas de los profetas que usan la imagen del pastor para referirse a Dios (Cf. Ez 34, 11-31), que se manifiesta plenamente en Jesús, el buen pastor que integra armónicamente al ser humano en la creación para darle vida en abundancia (Cf. Jn 10, 11).

El gesto de Jesús de levantar los ojos al cielo, pronunciar la bendición, partirlo y entregarlo a los discípulos para que se lo den a la gente, anticipa el gesto de su última cena con los discípulos y anuncia la entrega de su vida en la cruz para salvación de toda la humanidad. El detalle de entregar el pan a los discípulos no es menor, anticipa el envío a la misión permanente: “vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Noticia a toda creatura” (Mc 16, 15).

En definitiva con la multiplicación de los panes Jesús anticipa el escenario del banquete del Reino (Cf. Lc 14, 15-24), en el cuál todos son saciados con el pan de vida eterna recuperando su dignidad y la comunión con Dios, consigo mismo, con los demás y con la creación (Cf. Jn 6, 58-58 ). “Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios” (Lc 14,15).

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

14

PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO

El relato que acabamos de compartir nos muestra como Jesús, en un ambiente de armonía con la naturaleza que acoge al ser humano con su belleza y le da lo necesario para vivir, devuelve la dignidad a las personas, volviéndose pastor que enseña y alimenta. Reflexionemos:

1. En nuestra comunidad ¿Cómo entendemos la relación del ser humano con la naturaleza?

2. ¿Qué importancia le damos al cuidado de la naturaleza en función de promover la dignidad de la persona humana?

3. ¿A través de qué acciones concretas personales promovemos el cuidado ambiental y natural de nuestro barrio?

4. ¿Qué relación encontramos entre la Eucaristía que celebramos cada domingo y el cuidado del medio ambiente, como entorno propicio para el desarrollo humano integral de las personas?

5. ¿Qué iniciativas podríamos llevar adelante para facilitar la toma de conciencia de que la dignidad humana pasa también por el desarrollo y el cuidado de entornos sanos y bellos?

SOMOS IGLESIA QUE ESCUCHA LA VIDA DE NUESTRAS COMUNIDADES

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

15

PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO

1. En su encíclica sobre la ecología humana integral, el Papa Francisco nos invita a cuidar la “casa común” en que todos vivimos, porque para alcanzar su desarrollo integral, el ser humano requiere ser cobijado por un entorno sano y armónico. ¿Cuál es el estado actual en que se encuentra la realidad medioambiental más cercana a nuestro entorno?

2. El cambio climático, la contaminación, el manejo de desperdicios, la cuestión del agua, la pérdida de la biodiversidad, la falta de áreas verdes en nuestros barrios, la explotación irracional de la naturaleza, son algunos de los problemas ambientales que nos aquejan y que nos empobrecen humanamente hablando, ¿Cuáles están más presentes en nuestro entorno?

3. Si queremos preocuparnos especialmente de los pobres, mejorar nuestra calidad de vida y entregar un mundo mejor a nuestros hijos y nietos, no podemos descuidar la relación existente entre la sociedad y cada uno de nosotros con la naturaleza. ¿Qué conductas colectivas e individuales tendríamos que promover desde nuestras comunidades para fomentar el cuidado y preservación del medio ambiente?

SOMOS IGLESIA QUE ESCUCHA LA VIDA DE NUESTRAS COMUNIDADESSOMOS IGLESIA QUE ESCUCHA LA REALIDAD SOCIAL

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

16

EL PAPA FRANCISCO NOS VISITÓ…

Y con sus gestos y palabras nos invitó a tomar conciencia de que la Eucaristía es también una acción de gracias y alabanza a Dios por las maravillas de la creación. De ahí que celebrar la Eucaristía nos invita a comprometernos con el cuidado del medio ambiente de modo que la tierra en que vivimos, nuestra “casa común”, sea un lu-gar cuya belleza dignifique la vida de todas las personas. Revisemos algunas de sus frases:

«Somos invitados —hoy de manera especial— a prestar una preferencial atención a nuestra casa común. Escuchar nuestra casa común: fomentar una cultura que sepa cuidar la tierra y para ello no conformarnos solamente con ofrecer respuestas puntuales a los graves problemas ecológicos y ambientales que se presentan» (Discurso en Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, martes 16 de enero de 2016).

Fotografía: https://www.mensaje.cl/edicion-impresa/mensaje-660/ecologia-integral-menos-es-mas/

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

17

«En esto (dar respuesta a los graves problemas ecológicos) se requiere la audacia de ofrecer «una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático» (Carta encíclica Laudato si’, Nº 111) que privilegia la irrupción del poder económico en contra de los ecosistemas naturales y, por lo tanto, del bien común de nuestros pueblos» (Discurso en Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, martes 16 de enero de 2016).

«La sabiduría de los pueblos originarios puede ser un gran aporte. De ellos podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un pueblo que dé la espalda a la tierra y a todo y a todos los que la rodean. Chile tiene en sus raíces una sabiduría capaz de ayudar a trascender la concepción meramente consumista de la existencia para adquirir una actitud sapiencial frente al futuro» (Discurso en Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, martes 16 de enero de 2016).

«Doy gracias a Dios por permitirme visitar esta linda parte de nuestrocontinente, la Araucanía: Tierra bendecida por el Creador con la fertilidad de inmensos campos verdes, con bosques cuajados de imponentes araucarias —el quinto elogio realizado por Gabriela Mistral a esta tierra chilena— (Gabriela Mistral, Elogios de la tierra de Chile), sus majestuosos volcanes nevados, sus lagos y ríos llenos de vida. Este paisaje nos eleva a Dios y es fácil ver su mano en cada criatura. Multitud de generaciones de hombres y mujeres han amado yaman este suelo con celosa gratitud. Y quiero detenerme y saludar

«

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

18

de manera especial a los miembros del pueblo Mapuche, así como también a los demás pueblos originarios que viven en estas tierras australes: rapanui (Isla de Pascua), aymara, quechua y atacameños, y tantos otros» (Homilía Misa por el progreso de los pueblos, Temuco, miércoles, 17 de enero de 2018).

Todos nosotros que, en cierta medida, somos pueblo de la tierra (Gn 2, 7) estamos llamados al buen vivir (Kume Mongen) como nos los recuerda la sabiduría ancestral del pueblo Mapuche. ¡Cuánto camino a recorrer, cuánto camino para aprender! Kume Mongen, un anhelo hondo que brota no sólo de nuestros corazones, sino que resuena como un grito, como un canto en toda la creación. Por eso hermanos, por los hijos de esta tierra, por los hijos de sus hijos digamos con Jesús al Padre: que también nosotros seamos uno; Señor, haznos artesanos de unidad» (Homilía Misa por el progreso de los pueblos, Temuco, miércoles, 17 de enero de 2018).

Comentemos: ¿Qué reacciones suscitan en nosotros estas frases? ¿De qué modo nos invitan a comprometernos con el cuidado de nuestra querida tierra chilena?

«

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

19

EUCARISTÍA: RECONOCIMIENTO DE NUESTRA CONDICIÓN DE CREATURAS LIMITADAS Y NECESITADAS DEL AMOR DE DIOS

Gen 1, 1-31

1 1 Al principio creó Dios el cielo y la tierra. 2 La tierra era una soledad caótica y las tinieblas cubrían el abismo, mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas. 3 Y dijo Dios: «Que exista la luz». Y la luz existió. 4 Vio Dios que la luz era buena y la separó de las tinieblas. 5 A la luz la llamó día, y a las tinieblas noche. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.

6 Y dijo Dios: «Que haya un firmamento entre las aguas, para separar unas aguas de otras». Y así fue. 7 Hizo Dios el firmamento y separó las aguas que hay debajo, de las que

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

20

hay encima de él. 8 Al firmamento Dios lo llamó cielo. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.

9 Y dijo Dios: «Que las aguas que están bajo los cielos se reúnan en un solo lugar, y aparezca lo seco». Y así fue. 10 A lo seco lo llamó Dios tierra y a la acumulación de las aguas la llamó mares. Y vio Dios que era bueno. 11 Y dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: plantas con semilla y árboles frutales que dan fruto con semilla de su especie. Y así fue. 12 Brotó de la tierra vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles que dan fruto con semilla de su especie. Y vio Dios que era bueno. 13 Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.

14 Dijo Dios: «Que haya lumbreras en el firmamento celeste para separar el día de la noche, y sirvan de señales para distinguir las estaciones, los días y los años; 15 que brillen en el firmamento para iluminar la tierra». Y así fue. 16 Hizo Dios dos lumbreras grandes, la mayor para regir el día y la menor para regir la noche, y también las estrellas; 17 y las puso en el firmamento para iluminar la tierra, 18 para regir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19 Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.

20 Y dijo Dios: «Llénense las aguas de seres vivos, y que las aves vuelen sobre la tierra a lo ancho del firmamento». 21 Y creó Dios por especies los grandes peces marinos y todos los seres vivientes que se deslizan y llenan las aguas; y creó también las aves por especies. Vio Dios que era bueno. 22 Y los bendijo diciendo: «Crezcan, multiplíquense, y llenen las aguas del mar; y que también las aves se multipliquen sobre la tierra». 23 Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.

24 Y dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes por especies: ganados, reptiles y bestias salvajes por especies». Y así fue.

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

21

25 Hizo Dios las bestias salvajes, los ganados y los resptiles del campo según sus especies. Y vio Dios que era bueno.

26 Entonces dijo Dios: «Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, según nuestra semejanza, para que dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, las bestias salvajes y los reptiles de la tierra. 27 Y creó Dios a los seres humanos a su imagen; a imagen de Dios los creó; varón y mujer los creó. 28 Y los bendijo Dios, diciéndoles: «Crezcan y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven por la tierra». 29 Y añadió: «Les entrego todas las plantas que existen sobre la tierra y tienen semilla para ser sembradas; y todos los árboles que producen frutos con su semilla les servirán de alimento; 30 y a todos los animales del campo, a las aves del cielo y a todos los seres vivos que se mueven por la tierra les doy como alimento toda clase de hierba verde». Y así fue. 31 Vio entonces Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.

2 1 Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todo lo que contienen. 2 Cuando llegó el día séptimo, Dios había terminado su obra, y descansó el día séptimo de todo lo que había hecho. 3 Bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él había descansado de toda su obra creadora. 4 Esta es la historia de la creación del cielo y la tierra.

Palabra de Dios.

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

22

PARA NUESTRA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO:

Según el relato ¿Cuál es la relación original entre Dios, el ser humano y la creación?

Para complementar nuestro diálogo leemos algunos pasajes de la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común (Nº 65 – 67).

En la primera narración de la obra creadora en el libro del Génesis, el plan de Dios incluye la creación de la humanidad. Luego de la creación del ser humano, se dice que «Dios vio todo lo que había hecho y era muy bueno» (Gn 1, 31). La Biblia enseña que cada ser humano es creado por amor, hecho a imagen y semejanza de Dios (Cf. Gn 1, 26). Esta afirmación nos muestra la inmensa dignidad de cada persona humana, que «no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse,

65

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

23

de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas» (Catecismo de la Iglesia Católica, Nº 357). San Juan Pablo II recordó que el amor especialísimo que el Creador tiene por cada ser humano le confiere una dignidad infinita (Cf. Angelus, 16 noviembre 1980). Quienes se empeñan en la defensa de la dignidad de las personas pueden encontrar en la fe cristiana los argumentos más profundos para ese compromiso. ¡Qué maravillosa certeza es que la vida de cada persona no se pierde en un desesperante caos, en un mundo regido por la pura casualidad o por ciclos que se repiten sin sentido! El Creador puede decir a cada uno de nosotros: «Antes que te formaras en el seno de tu madre, yo te conocía» (Jr 1, 5). Fuimos concebidos en el corazón de Dios, y por eso «cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario» (Benedicto XVI, Homilía en el solemne inicio del ministerio petrino, 24 abril 2005).

Los relatos de la creación en el libro del Génesis contienen, en su lenguaje simbólico y narrativo, profundas enseñanzas sobre la existencia humana y su realidad histórica. Estas narraciones sugieren que la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra. Según la Biblia (ver Gn 3, 1-24), las tres relaciones vitales se han roto, no sólo externamente, sino también dentro de nosotros. Esta ruptura es el pecado. La armonía entre el Creador, la humanidad y todo lo creado fue destruida por haber pretendido ocupar el lugar de Dios, negándonos a reconocernos como criaturas limitadas. Este hecho desnaturalizó también el mandato de «dominar» la tierra (Cf. Gn 1, 28) y de «labrarla y cuidarla» (Cf. Gn 2, 15). Como resultado, la relación originariamente armoniosa entre el ser humano y la naturaleza se transformó en un conflicto (Cf. Gn 3, 17-19).

66

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

24

No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada. Esto permite responder a una acusación lanzada al pensamiento judío-cristiano: se ha dicho que, desde el relato del Génesis que invita a «dominar» la tierra (Cf. Gn 1, 28), se favorecería la explotación salvaje de la naturaleza presentando una imagen del ser humano como dominante y destructivo. Esta no es una correcta interpretación de la Biblia como la entiende la Iglesia. Si es verdad que algunas veces los cristianos hemos interpretado incorrectamente las Escrituras, hoy debemos rechazar con fuerza que, del hecho de ser creados a imagen de Dios y del mandato de dominar la tierra, se deduzca un dominio absoluto sobre las demás criaturas. Es importante leer los textos bíblicos en su contexto, con una hermenéutica adecuada, y recordar que nos invitan a «labrar y cuidar» el jardín del mundo (Cf. Gn 2, 15). Mientras «labrar» significa cultivar, arar o trabajar, «cuidar» significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. Esto implica una relación de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza. Cada comunidad puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad para las generaciones futuras. Porque, en definitiva, «la tierra es del Señor» (Sal 24, 1), a él pertenece «la tierra y cuanto hay en ella» (Dt 10, 14). Por eso, Dios niega toda pretensión de propiedad absoluta: «La tierra no puede venderse a perpetuidad, porque la tierra es mía, y vosotros sois forasteros y huéspedes en mi tierra» (Lv 25, 23).

67

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

25

Compartamos:• De lo leído, ¿qué nos llama más la atención? ¿Por qué?• ¿Qué significa para nosotros el reconocer nuestra condición

de creaturas limitadas frente al don de la creación? • ¿Cómo vivimos esta condición de creaturas en la celebración

de la Eucaristía?

EUCARISTÍA: ACCIÓN DE GRACIAS

Y ALABANZA A DIOS POR EL DON DE LA CREACIÓN

Salmo 148

1 ¡Aleluya! ¡Alaben a Yahveh desde los cielos, alábenle en las alturas, 2 alábenle, ángeles suyos todos, todas sus huestes, alábenle!

3 ¡Alábenle, sol y luna, alábenle todas las estrellas de luz, 4 alabadle, cielos de los cielos, y aguas que están encima de los cielos!

5 Alaben ellos el nombre de Yahveh:pues él ordenó y fueron creados; 6 él los fijó por siempre, por los siglos, ley les dio que no pasará.

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

26

7 ¡Alaben a Yahveh desde la tierra, monstruos del mar y todos los abismos, 8 fuego y granizo, nieve y bruma, viento tempestuoso, ejecutor de su palabra,

9 montañas y todas las colinas, árbol frutal y cedros todos, 10 fieras y todos los ganados, reptil y pájaro que vuela,

11 reyes de la tierra y pueblos todos, príncipes y todos los jueces de la tierra, 12 jóvenes y doncellas también, viejos junto con los niños!

13 Alaben el nombre de Yahveh: porque solo su nombre es sublime, su majestad por encima de la tierra y el cielo. 14 El realza la frente de su pueblo, de todos sus amigos alabanza, de los hijos de Israel, pueblo de sus íntimos.

Palabra de Dios

PARA NUESTRA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO:

Según el salmista, ¿quiénes son los llamados a alabar al Señor y por qué?¿De qué modo podemos continuar esta alabanza en nuestro tiempo?

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

27

Para complementar nuestro diálogo leemos algunos pasajes de la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común (Nº 72. 236 – 237).

Los Salmos con frecuencia invitan al ser humano a alabar a Dios creador: «Al que asentó la tierra sobre las aguas, porque es eterno su amor» (Sal 136, 6). Pero también invitan a las demás criaturas a alabarlo: «¡Alabadlo, sol y luna, alabadlo, estrellas lucientes, alabadlo, cielos de los cielos, aguas que estáis sobre los cielos! Alaben ellos el nombre del Señor, porque él lo ordenó y fueron creados» (Sal 148, 3-5). Existimos no sólo por el poder de Dios, sino frente a él y junto a él. Por eso lo adoramos.

En la Eucaristía lo creado encuentra su mayor elevación. La gracia, que tiende a manifestarse de modo sensible, logra una expresión asombrosa cuando Dios mismo, hecho hombre, llega a hacerse comer por su criatura. El Señor, en el colmo del misterio de la Encarnación, quiso llegar a nuestra intimidad a través de un pedazo de materia. No desde arriba, sino desde adentro, para que en nuestro propio mundo pudiéramos encontrarlo a él. En la Eucaristía ya está realizada la plenitud, y es el centro vital del universo, el foco desbordante de amor y de vida inagotable. Unido al Hijo encarnado, presente en la Eucaristía, todo el cosmos da gracias a Dios. En efecto, la Eucaristía es de por sí un acto de amor cósmico: «¡Sí, cósmico! Porque también cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia en el campo, la Eucaristía se celebra, en cierto sentido, sobre el altar del mundo» (Carta encíclica Ecclesia de Eucharistia (17 abril 2003), 438). La Eucaristía une el cielo y la tierra, abraza y penetra todo lo creado. El mundo que salió de las manos de Dios vuelve a él en feliz y plena adoración.

236

72

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

28

En el Pan eucarístico, «la creación está orientada hacia la divinización, hacia las santas bodas, hacia la unificación con el Creador mismo» (Benedicto XVI, Homilía en la Misa del Corpus Christi, 15 junio 2006). Por eso, la Eucaristía es también fuente de luz y de motivación para nuestras preocupaciones por el ambiente, y nos orienta a ser custodios de todo lo creado.

El domingo, la participación en la Eucaristía tiene una importancia especial. Ese día, así como el sábado judío, se ofrece como día de la sanación de las relaciones del ser humano con Dios, consigo mismo, con los demás y con el mundo. El domingo es el día de la Resurrección, el «primer día» de la nueva creación, cuya primicia es la humanidad resucitada del Señor, garantía de la transfiguración final de toda la realidad creada. Además, ese día anuncia «el descanso eterno del hombre en Dios» (Catecismo de la Iglesia Católica, Nº 2175). De este modo, la espiritualidad cristiana incorpora el valor del descanso y de la fiesta. El ser humano tiende a reducir el descanso contemplativo al ámbito de lo infecundo o innecesario, olvidando que así se quita a la obra que se realiza lo más importante: su sentido. Estamos llamados a incluir en nuestro obrar una dimensión receptiva y gratuita, que es algo diferente de un mero no hacer. Se trata de otra manera de obrar que forma parte de nuestra esencia. De ese modo, la acción humana es preservada no únicamente del activismo vacío, sino también del desenfreno voraz y de la conciencia aislada que lleva a perseguir sólo el beneficio personal. La ley del descanso semanal imponía abstenerse del trabajo el séptimo día «para que reposen tu buey y tu asno y puedan respirar el hijo de tu esclava y el emigrante» (Ex 23,12). El descanso es una ampliación de la mirada que permite volver a reconocer los derechos

237

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

29

de los demás. Así, el día de descanso, cuyo centro es la Eucaristía, derrama su luz sobre la semana entera y nos motiva a incorporar el cuidado de la naturaleza y de los pobres.

Compartamos:• De lo leído, ¿qué nos llama más la atención? ¿Por qué?• ¿En qué momentos de la celebración eucarística alabamos a Dios

por la creación?• ¿De qué modo se hace realidad esa alabanza en la vida cotidiana

de nuestra comunidad?

LA EUCARISTÍA: ESPERANZA PACIENTE DE UNA NUEVA CREACIÓN REDIMIDA POR CRISTO

Rm 8, 17- 25

18 Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. 19 Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios. 20 La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza 21 de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. 23 Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. 24 Porque nuestra

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

30

96

salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve? 25 Pero esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia.

Palabra de Dios

PARA NUESTRA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO:

• ¿Cuál es el motivo, según San Pablo, por el que la creación “sufre dolores de parto”?

• ¿Qué podemos hacer concretamente para aliviar esos dolores en la creación?

Para complementar nuestro diálogo leemos algunos pasajes de la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común (Nº 96 - 100).

Jesús asume la fe bíblica en el Dios creador y destaca un dato fundamental: Dios es Padre (Cf. Mt 11, 25). En los diálogos con sus discípulos, Jesús los invitaba a reconocer la relación paterna que Dios tiene con todas las criaturas, y les recordaba con una conmovedora ternura cómo cada una de ellas es importante a sus ojos: «¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Pues bien, ninguno de ellos está olvidado ante Dios» (Lc 12,6). «Mirad las aves del cielo, que no siembran ni cosechan, y no tienen graneros. Pero el Padre celestial las alimenta» (Mt 6, 26).

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

31

El Señor podía invitar a otros a estar atentos a la belleza que hay en el mundo porque él mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una atención llena de cariño y asombro. Cuando recorría cada rincón de su tierra se detenía a contemplar la hermosura sembrada por su Padre, e invitaba a sus discípulos a reconocer en las cosas un mensaje divino: «Levantad los ojos y mirad los campos, que ya están listos para la cosecha» (Jn 4, 35). «El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas y se hace un árbol» (Mt 13, 31-32).

Jesús vivía en armonía plena con la creación, y los demás se asombraban: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?» (Mt 8, 27). No aparecía como un asceta separado del mundo o enemigo de las cosas agradables de la vida. Refiriéndose a sí mismo expresaba: «Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen que es un comilón y borracho» (Mt 11, 19). Estaba lejos de las filosofías que despreciaban el cuerpo, la materia y las cosas de este mundo. Sin embargo, esos dualismos malsanos llegaron a tener una importante influencia en algunos pensadores cristianos a lo largo de la historia y desfiguraron el Evangelio. Jesús trabajaba con sus manos, tomando contacto cotidiano con la materia creada por Dios para darle forma con su habilidad de artesano. Llama la atención que la mayor parte de su vida fue consagrada a esa tarea, en una existencia sencilla que no despertaba admiración alguna: «¿No es este el carpintero, el hijo de María?» (Mc 6, 3). Así santificó el trabajo y le otorgó un peculiar valor para nuestra maduración. San Juan Pablo II enseñaba que, «soportando la fatiga del trabajo en unión con Cristo crucificado por nosotros, el hombre colabora

97

98

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

32

en cierto modo con el Hijo de Dios en la redención de la humanidad» (Carta encíclica Laborem exercens, 14 septiembre 1981).

Para la comprensión cristiana de la realidad, el destino de toda la creación pasa por el misterio de Cristo, que está presente desde el origen de todas las cosas: «Todo fue creado por él y para él» (Col 1, 16). El prólogo del Evangelio de Jn 1,1-18 muestra la actividad creadora de Cristo como Palabra divina (Logos). Pero este prólogo sorprende por su afirmación de la Palabra «se hizo carne» (Jn 1,14). Una Persona de la Trinidad se insertó en el cosmos creado, corriendo su suerte con él hasta la cruz. Desde el inicio del mundo, pero de modo peculiar a partir de la encarnación, el misterio de Cristo opera de manera oculta en el conjunto de la realidad natural, sin por ello afectar su autonomía.

El Nuevo Testamento no sólo nos habla del Jesús terreno y de su relación tan concreta y amable con todo el mundo. También lo muestra como resucitado y glorioso, presente en toda la creación con su señorío universal: «Dios quiso que en él residiera toda la Plenitud. Por él quiso reconciliar consigo todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre de su cruz» (Col 1, 19-20). Esto nos proyecta al final de los tiempos, cuando el Hijo entregue al Padre todas las cosas y «Dios sea todo en todos» (1 Co 15, 28). De ese modo, las criaturas de este mundo ya no se nos presentan como una realidad meramente natural, porque el Resucitado las envuelve misteriosamente y las orienta a un destino de plenitud. Las mismas flores del campo y las aves que él contempló admirado con sus ojos humanos, ahora están llenas de su presencia luminosa.

99

100

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

33

Compartamos:• De lo leído, ¿qué nos llama más la atención? ¿Por qué?• ¿Qué nos enseñan lo evangelios de Jesús y su relación con la

creación?• ¿De qué modo podemos asumir estas enseñanzas de Jesús

para crecer en nuestra condición de discípulos?

SIGNO SUGERIDO

Esta última etapa de preparación concluye con la fiesta de Cristo Rey del Universo. Queremos celebrar a Cristo por quien todas las cosas fueron creadas (Cf. Col 1, 16) preparando la “Fiesta del banquete del Reino”, un gesto de comunión fraterna que exprese simbólicamente nuestra vocación de discípulos misioneros del Señor.SUGERENCIA

SOMOS IGLESIA QUE celebra

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

34

Sugerimos preparar la celebración de la Solemnidad de Cristo Rey del Universo en un lugar marcado por su belleza natural dentro de nuestro territorio parroquial, invitando a toda la comunidad a celebrar juntos la Eucaristía y luego a compartir una mesa fraterna, recreando la imagen de la multiplicación de los panes (Mc 6, 34-44).

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

35

ORACIÓN FINAL Y ENVÍO

En silencio, contemplando una imagen de Jesús y/o de la Virgen María, recogemos lo vivido en este encuentro. ¿Qué me llevo en el corazón? ¿En qué me ayudó esta reflexión a renovar mi amor a Dios, a los demás y a la creación? Ala luz del tema tratado, ¿Qué novedad descubro de la relación existente entre Eucaristía y cuidado de la “casa común”?

Hagamos oración dando gracias a Dios por lo que hemos compartido y vivido durante esta cuarta etapa en la preparación para el Congreso Eucarístico. Libremente, uno a uno, lo expresamos en voz alta...

Finalmente, con María, le pedimos al Señor que renueve nuestra fe y aumente nuestro amor, diciendo juntos la Oración del “Congreso Eucarístico Nacional”.

La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad”.

Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco

FICHA

4: l

a eu

cari

stía

y su

vin

cula

ción

con

la ec

olog

ía h

uman

a in

tegr

al

36

Jesús,pan vivo bajado del cielo, que al venir al mundonos trataste con misericordiay al final de tu vida continuaste tu obraquedándote en la Eucaristíacomo pan de vida y salvación para todos.

En este tiempo de gracia, te pedimos nos renuevesal encontrarnos contigo al partir el pan para compartirlo con los más necesitados.

En comunión y bajo la fuerza de un mismo Espíritu, nos preguntamos: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”Queremos ser contigo protagonistas de los cambiosy convertirnos en artesanos de unidad y de paz para transformar a nuestro Chile,un hogar para todos,en tierra de sueños y de hospitalidad.

Junto a María te lo susurramos al oído, a Ti que vives y reinas,por los siglos de los siglos.

Amén.