la etica en husserl _ vol. 6 1991

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  • 8/8/2019 La Etica en Husserl _ Vol. 6 1991

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    La Etica en Husserl

    URBANO FERRER

    (Universidad de Murcia)

    La Coleccin Husserliana ha hecho pblicas en su Vol. XXVIII las Vorlesungen

    aherEthik und Werslehre (Kiuwer Academie Publishers, 1988) que el fundador de la Fe-nomenologa dict en Gotinga en los semestres de inverno de 1908/9 y de verano de1 9 1 1 y 1914. Por lo que se conoca hasta el momento (los comentarios ordenados pormaterias de la obra tica de Husserl en A. Roth, EdmundHusserL EthischeUntersuchun-gen, Martinus Nijhoff, La Haya 1960), se trata slo de una parte de las lecciones quesobre la misma temtica Husserl impartiera entre los aos 1889 y 1924. Pretendemosen estas pginas resumir en apretada sntesis interpretativa lo que nos han parecidolos rasgos ms destacados del citado volumen.

    1. Las leyes prctico-formales

    La bsqueda del paralelismo con la esfera de las proposiciones y leyes lgicas de-

    termina el modo como empieza Husserl por conducir sus investigaciones ticas. La l-gica es apofntica en su desarrollo, expositiva, sin que el giro normativo que se puededar a sus leyes interfiera propiamente en su proceder. Ms bien, las proposicioneslgico-formales pueden ser transformadas en ontolgico-formales, esencialmente refe-ridas a cualquier objeto posible. Tal es el ncleo positivo de la crtica husserliana al

    psicologismo. cuyas consecuencias son el relativismo y escepticismo. En ellos el sentido

    de la tesis delimitado, como afirmacin. de los otros sentidos es negado en lo afir-mado o sostenido por ella. De tal suerte, el escptico se incapacita para afirmar. La du-da no puede ser, en efecto, una tesis definitiva, sino slo provisional, fundada en la

    certeza a que apunta y en los caracteres de ser, ciertos, que contiene implcitamente.La interpretacin psicologista falseara y acabara derrumbando los ms inconmovi-

    bles principios de la lgica, como es el principio de contradiccin. Mas reparemosen que toda afirmacin, en la medida en que mantiene la pretensin de verdad, supo-ne el principio de contradiccin.

    Cabe una refutacin formal del psicologismo tico, anloga a la anterior? Segnl, las disposiciones psiquicas. tales como los estados de nimo, ciertos sentimientosde aprobacin y desaprobacin... seran el fundamento de los predicados ticos, que

    dejaran, as. de tener validez en s mismos, variando con los correspondientes cam-

    1 . Uberlegen wir aber, dass jede Behauptung. sofern sic den Anspruch aufWahrhcit erhebt.den Satz von Widerspruch voraussetzt (HUSSERL . Vorlesungen aherEthik und Wertlehre 1908-1914U . Melle (cd,>. lOuwer Academic Publishcrs. Dordrccht 1988. p. 22.

    Be~ista de Filosofa. 3Ypoca. vol. IV(1991). nm. 6, pgs. 457-467. Editorial Complutense. Madrid

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    bios psquicos. Husserl descarta desde luego que quien lo formula hubiera de preten-derea tanto que lo frmula cumplir con su deber. En este sentido no hay contradic-cin formal en la tesis correspondiente. La contradiccin resideen otra parte: en clin-lento de adoptar racionalmente unos principios dc comportamiento y a la vez negarvalidez a toda afirmacin de principios. Es una contradiccin relativa o la . Pero, en ltimoanlisis, en el fin a alcanzar slo reside analticamente la idea de medio irnicerminadocon que obtenerlo: su determinacin, justamente. se basa en el contenido concreto delfin en cuanto determinable por los medios: es una determinacin causal un dar lu-gar los medios al fin que slo se puede especificar empricamente, genticamente.

    La racionalidad de lo votuntario (que si quiero el fin. deba querer los medios, porejemplo), sin ser de carcter analitico o lgico-formal, no es tampoco un hecho dccx-

    2 . Oc.. p. 42 .1. lm Snn des Zelwollens grtindet vcrnunftgem5~ das Wollen des Mitels. Abernicht l ieg

    tu Wollen des Zieles cxplizit oder implizit reel beschlossen das Wollen des Mitielsa (El querer

    el medio sc funda, conforme a la razn, en el sentido de lavolicin del fin. Pero no es que est ex-plcta o implcitamente incluido dc un modo real e querer el medio en e querer eJ fin. oc.p. 53).

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    periencia fsica ni psquica: que el querer el fin exja querer los medios no se basa enuna mera comprobacin de hecho.

    He aqu, pues, cmo llegamos a concluir que la intencionalidad prctica, irreducti-ble a los actos de conocimiento y a sus tomas de posicin dxicas (es decir, a tener porexistente aquello que se conoce, segn emplea Husserl el trmino), alberga. sin ernbar-go. lo lgico, en sus divisiones formales. La razn encuentra aquellos datos intencio-nales y sus conexiones que estn implcitos en la capa del sentir agrado, del tender, delquerer...: de lo contrario, se tratara de un sentir ciego, refractario al examen racional(lo que para Husserl es el nivel hyltico, subyacente a las configuraciones objetivas).E l querer intencional no es un mero factum. sobre el cual la razn juzgue luego, sinoque es un cierto juzgar, una toma de posicin .

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    desagrado. Es una conexin racionalmente fundada que no se pueda (no es un no po-der psquico, sino racionalmente motivado) sentir agrado por A y no alegrarse de queA exista, O bien, segn otros ejemplo: es una ley racional del querer que slo se puede

    decidir lo que no es todava. Igualmente se podra enunciar que, no se puede esperar sifalta la verosimilitud de lo que se espera: es la sospecha de que lobueno llegue a ser, loque motiva su esperanza. En la motivacin racional se entretejen, pues, lo intelectivo ylo axiolgico

    5, siendo las leyes del primer orden las que rigen para e l segundo y lofundan.

    Las leyes de los razonamientos hipotticos (entendidas no en el sentido de la im-plicacin o condicin suficiente, sino de la replicacin o condicin sine qua non) pue-

    den, asimismo. trasladarse al mbito axiolgico, hacindose extensivas a los actos: SiA. entonces B, y si alguien se alegra por B, tambin se alegrar por A. Su expresinobjetiva correlativa (Si A entonces B, y si B es un valor, A tambin lo es), en cam-bio, no es unvoca, por cuanto los valores de las partes pueden ser momentos no-independientes del todo o. por el contrario, funcionar como valores separables, por smismos, eventualmente contenidos en un todo. En el segundo caso. el brillo del orodebido al sol no da al sol un valor utilitario, sino que ste tiene un valor independien-te, separable de su conexin con el primero; en cambio, el color o la figura slo son va-lores en el todo unitario de la conexin. Hay, por tanto, valores primeros o fundantes yvalores derivados. Pero en ninguno de los casos anteriores la validez de las leyes for-males funda la objetividad de los valores primeros O, como dice tambin Husserl. lainvestigacin de las leyes prctico-formales no nos entrega los predicados valiosos6.

    2 . Fenomenologa de los actos de voluntad

    Examinaremos a continuacin las leyes formales referentes al acto de voluntad co-mo tal. Al querer en el modo originario de la certeza se aaden sus modalizaciones, asaber. el querer como probable, como verosmil, el querer dudoso... (casos todos ellosen que no estamos sin ms ciertos de lo que queremos). La originariedad de la certezaen el querer significa que, a diferencia de la alegra, por ejemplo, en que est supuestoel ser cierto de aquello por lo que uno se alegra (o el darlo por cierto, si se trata de algofuturo), en el querer la certeza de su objeto es debida a que se lo quiere. ~

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    en el querer. Es decir, lo deseado est contenido en lo querido, sin que por ello sea me-nester un deseo actual concomitante al acto de querer. Es deseado no quiere decir

    siempre que sea actualmente deseado, sino que muchas veces tiene el sentido de quees digno de ser deseado9. Querer y desear no son, por tanto, diferencias de un mismognero, en cuyo caso se excluiran, sino diferencias formales.

    Otra es la diferencia entre el decidirse y equerer que acompaa al hacer. E l segun-do llamado por Husserl voluntad creadora es el que engarza los distintos mo-mentos de la accin: stos no estn el uno junto al otro, sino que tienen su principioen la voluntad que los hace surgir, y su horizonte de continuidad en los anteriores. A lser creadora, no necesita la voluntad de hacer venir precedida por un propsito ex-plcito de accin, sino que puede ella misma iniciar la accin, en el sentido de que losmomentos subsiguientes dan cumplimiento a los anteriores, tambin integrantes de laaccin. Cada momento incoa el siguiente, lo preanuncia a partir del surgimiento vo-luntario continuado. Pero una voluntad de accin no necesita ser realizacin de un

    propsito: puede iniciarse derechamente como pura y simple actuacin O , No son,pues. los actos lo que se anudan entre s, sino lo originado mediante ellos, es deci:r, lasfases de realizacin a que intencionalmente se dirigen. Y si toda voluntad de accinno implica siempre un propsito ya enteramente formado. tampoco implica necesaria-mente una decisin expresa (en tanto que acto de cortar o interrumpir una delibera-cin precedente), sino que puede disponer a la accin sin ponderacin previa.

    El paralelismo entre los actos dxicos y los actos de querer es extendido por bios-ser tambin al trnsito de lo espontneamente cumplido a su sntesis pasiva. E l juicioarticulado activamente puede transformarse en un todo ya logrado; la toma de posi-cin (el asentimiento) dejapaso a la mera enunciacin... Tales diferencias no son dxi-cas, como en el tenerpor probable o por dudoso que a su vez pueden transformarse

    en tesis o posiciones originarias, sino que se trata de una modificacin de neutrali-dad. Anlogamente, el querer fundamentado en motivos claros y distintos llega a sedi-

    mentar en un querer por motivos no puestos explcitamente, sino consabidos.En un lugar intermedio entre la certeza de la posicin y su modificacin de neutra-

    lidad se halla la pregunta. La pregunta supone la duda, aadiendo a ella la intencinde respuesta,que se coima en la certeza: la pregunta despliega la certeza incoativa quees inseparable de la duda. De esta suerte, aparece como modificacin de la duda. A suvez, la pregunta encuentra cumplimiento en la respuesta. Pero antes que en la respues-ta empieza a cumplirse en la deliberacin o eleccin en sentido amplio, anterior a a de-cisin (est eligiendo equivale a no ha decidido an). Mientras la decisin s e po-lanza en un miembro, la eleccin en sentido amplio toma en cuenta sopesa t>dos

    los miembros de la disyuntiva que componen la pregunta.

    Cmo se advierten estasdiferencias en el orden prctico?

    rrespondiente querer (p. 104) . Para la enumeracin de algunas modalzaciones del deseo. cfr. p.327.

    9. Es st erwtinscht, heffi riicht immer. es is t aktuell gewunscht. sondern hat vielfacli denSinn von: Es ist wtinschenswert (oc., p. 105).

    10 . Fin Handlungswille braucht aber ncht Ausftihrung cines Vorsatzes su 5 c m ; er kann alsschlichtes Handeln geradewegs anfangen (oc., p. III).

    II. ~

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    En las decisiones prcticas las pruebas no vienen dadas de modo excluyente y con-cluyente a favor de uno u otro miembro disyuntivo, como ocurre en las decisiones te-ricas, sino que hemos de decidiras tambin, ya que cada miembro tiene su motivacin

    (la filosofaclsica dira a este respecto que cada uno es una concrecin del bien): comoquiera que el valor no se impone al margen de su ser valorado intencionalmente, he-mos de presumirlo en sus distintas expresiones, tenerlo por valioso. A fin de cuen-

    tas, parece el valor conjunto de un objeto ms elevado que el otro, slo presumible-mente es ms eievado que el otro. Es por lo que en ocasiones le damos una decididapreferencia prctica, no obstante su imperfecta fundamentacin [2, No es por medio

    de un enunciado asei-trico como llegamos a decidirnos. De aqu que, al igual que lapregunta, las decisiones prcticas no consistan en certezas; su resolucin en certezases subsiguiente a ellas. La pregunta apunta a la respuesta cierta, no menos que la deci-

    sin apunta a la certeza de lo decidido (que es accin del sujeto). La certeza les viene aambas de su s trminos intencionales, no teniendo por s solas, en tanto que actos.

    cumplimiento cierto, como acontece, en cambio, con la conciencia interna, que haceposible que la certeza de un acto acompae al propio acto, no debindose a un actonuevo.

    Ahora bien, la certeza en que culmina la pregunta es ya certeza confirmada, a-fn-macin, introduciendo una complicacin formal. Paralelamente tienen lugar la afir-macin y negacin volitivas, como modalizaciones del querer de un grado superior,

    como un ratificar lo querido. Un caso especial de negacin volitiva (de rechazo) es laomisin, por la que la voluntad se abstiene de hacer lo que primero haba querido. Noes una privacin de querer. sino una cancelacin ejercida por la voluntad.

    * * *

    Una vez examinados los modos de derivacin en los actos y sus iteraciones posi-bIes, Husserl se cenra en las leyes formales referentes a tal mbito. E l papel fundantecorresponde a la certeza de la creencia. A s, las voliciones se fundan en actos dxicosvalorativos y stos, a su vez, en creencias. La alegra, por ejemplo, contiene la certezadel estado de cosas por el que se alegra; y si ste no es verdadero, aqulla deja de estarfundada como alegra. Por su parte, el querer correcto se rige por el valorar correcto. Silo valorado no es bueno, el quererlo en e sentido del proponerlo deja de serbueno como acto de querer. Pues es una l e y formal que no se puede querer el quererde A y no querer A. Mientras la verdad del creer en una creencia no implica necesaria-mente dado que se refieren el creer y la creencia a sujetos distintos la verdad de lacreencia creda, en cambio. el querer A y l querer quererlo se dan en un mismo sujeto.Tambin es una ley que la correccin en cl valorar positivamente un valorar positivo (no necesariamente por el mismo yo que efecta la primera valoracin) im-piica la correccin del segundo valorar. En este sentido, las relaciones de altura entrelas valoraciones fundantes

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    bienes no se provocan mutuamente ni tampoco se impiden, entonces se agregan en elmodo de la mera adicin. E l lmite de estas leyes formales para la Etica esta, sin em-

    bargo, en el imperativo categrico. el cual no admite ser absorbido ni pospuesto ~4.E lbien incondicionado objeto del imperativo categrico es el que no puede ser rebasadopor otro en una eleccin. Husserl se distancia de Kant al aceptarque en la idea a prio-ri de lo debido ha de haber, con su misma universalidad formal, predicados valorati-vos o materiales: pues, de lo contrario, el concepto de valor objetivo, incluso en su sen-tido formal tal como es axiomticarnente correlativo de la eleccin, sera tnconsls-tente. sin apoyo. De nuevo concluimos que la elaboracin formal de la Etica no agotaa sta: Tener a la vista este principio formal (que hay que elegir lo mejor de entre loposible) y declararlo expresamente puede ser til, tal como puede serlo la formula-cin de las leyes lgico-formales y el dejarse prevenir por ellas. Pero con esto no es res-pondda la cuestin de qu sea lo bueno, lo mejor y lo ptimo: teorticamente es slo

    cumplida una parte pequea, aunque la ms fundamental, de la tarea de una Eticacientfica y desde luego apririca. Pero, no se entremezclan de este modo exigen-cias aparentemente opuestas, como son las leyes formales condicionales que intervie-nen en la ponderacin y el carcter ya dado de lo categrica o incondicionalmentedebido?

    Sin duda, la complejidad de la posicin husserliana estriba en conjugar dos aspec-

    tos no coincidentes, ms all de toda unilateralidad. Por un lado, lo voluntario es loracional, que se convierte en alcanzable tras la deliberacin: la finalidad en la volun-

    tad consolida. as, la racionalidad del querer. No basta, pues, con querer lo material-mente bueno si no ha habido un discernimiento intelectivo de que esformalmente Eme-no, como tampoco bastajuzgar rectamente si ello ocurre por acaso, sin conocer su ne-cesidad interna. Unicamente en un juicio evidente se hace patente el deber, no en un

    juicio que fuese slo materialmente verdadero 6, E l querer racional valioso es el queno solo pretende un fin al alcance, sino tambin por motivos racionales, constituyn-dose originariamente en la voluntad la rectitud del fin, en vez de haber un mero en-

    samblaje o acoplamiento de la voluntad a l (es decir, una confomidad slo ma-

    terial) 1 ?

    It Oc., p. 136.II Dieses formale Prinzip sich vor Augen zu halten. es ausdrticklich auszusprechen. kann

    ntzlich sein, so we es ntzlich sein kann. sich forn,al-logische Gesetze zu formulieren und sich

    von ihuen mahnen zu lassen. Aher dic Frage, was gut und besser und Bestes ist. wird uns so nchtbeantwortet: und aucli theoretisch is nur c m klener. wenn auch der fundamentalste T ei l ! derAufgahe einer wissenschaftlichen und zunachst apriorisehen Ethk erledig (oc.. p. 140).

    1 6 , Nur im einsichtigen Urteil erlebt der Urteilende selbst das echte Sollen: und das heif4t imUrteilsgebiet: Fr erleht eben dic Vernunftmotivationen. er vollzieht seine Thesis des Es ist sonicht geradehin. sondern er orientiert sic nach eehten Grnden (oc.. p. 152) .

    17 . Auch hierhabenwirden Unterschied zwischen blindem Wllen und Vernunftwillen.Auchc m Wlle lj3t sich objectiv betrachten: es l~t sich von irgendcinem vcrnnftigen Subjekt seineRichtgkeit sozusagen nachrechnen. Aher nur. wenn der Wollendc selbs, in sich selbst sozusagen,rechnet, das hcil3t. wenn er sich in semen, Wolleo von echten Vernunftniotiven bestimnien l~t.wenn er 5 c m Willensvotun, nicht blind ahgbt. sondero so. d4 sich die Zelrchtigkeit in senemWollen originar konstituiert. Nt ern sich selbst Bewu~tscin von einem Sollen. dcm das Wollen ada-

    quat entspricbt: nur dann bat er originaren Wert,> (Tambin aqui tenemos la diferencia entrevoluntad ciega y voluntad racional. Tambin una voluntad admite serconsiderada objetivamente:puede, por as decir. comprobarse su rectitud por cualquier sujeto racional. Pero slo coand.o la

    toma en cuenta el propio volente. como si dijramos en si mismo, es decir, cuando l se hace deter-minar por autnticos n,ottvos racionalcs. cuando no depone ciegamente su asentimiento volunta-

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    Por otro lado, el segundo aspecto de la cuestin reside en que la rectitud del quererno es puesta por el sujeto, como sostendra una Etica formalista, sino que est decidi-da en s conforme a leyes esenciales, cualquiera que sea la eleccin adoptada de hecho

    por el sujeto. La racionalidad del querer recto lo es por adecuacin a la convenienciainterna de lo querido 1 8 Si enlazamos ambos aspectos. concluimos que a la convenien-cia objetiva hay que aadir la relatividad al sujeto en el querer que falta al juicio teri-co; el deberesencialmente prescrito no lo es indeterminadamente para cualquier posi-ble sujeto, como la conclusin lgica, sino en conexin con un sujeto singular y unasituacin determinada.

    A si, pues, desde las leyes prctico-formales y desde la consideracin formal de losactos de la voluntad nos vemos remitidos, para la fundamentacin fenomenolgica dela Etica, al valor en su objetividad, el cual, lejos de disolverse en las unas o en losotros, est supuesto en ambos como aquello de lo que reciben la validez y el terreno deaplicacin. Sin el examen en directo de la intencionalidad axiolgica las investigado-

    nes anteriores no pueden por menos de adolecer de cierta provisionalidad.

    3. La inteacionalidad de l valorar

    Para Husserl la intencionalidad no representativa del valorar no implica que losvalores no sean determinaciones objetivas, aptos para incrementar predicativamente alos objetos a los que sobrevienen (Scheler, en cambio, habra transitado falazmente de

    la intencionalidad no representativa del acto a la falta de carcter representativo en elcorrelato). No solamente los objetos predados al valor y fundantes de l, sino tambine J propio valor es representado intelectivamente en e l valorar. A fin de cuentas, portanto, aqu como en todas palles es tambin el entendimiento, aunque con una ciertapar-ticipacin detestado afectivo, el quepone los objetos, los valore& los aprehende inmediata-mente de modo intuitivo y posteriormente hace sus enunciados acerca de ellos...,> 9 . E lconocimiento axiolgico se manifiesta en que e l correspondiente juicio, en vez de seruna constatacin posterior al valorar ya cumplido, pertenece a ste (

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    axiolgicas pueden entenderse sin las determinaciones valorativas fundadas, perono a la inversa. Es lo que no ocurre, por ejemplo, con los predicados geomtricos, entanto que pertenecen

    a la esenciade la cosa fenomenal, en vez de aadirsele2 ; mien-

    tras que los predicados axiolgicos rebasan la esfera de pertenencia del objeto natu-ral). De aqu que la razn en su sentido ms amplio incluya tambin la modalidadaxiolgica. Hay una razn valorativa que es esencialmente constituyente para todaobjetividad valorativa en general 2 1

    Pero lo anterior no deja de tener una apariencia paradjica que Husserl se va a es-forzar por dilucidar. Cmo diferenciar los actos valorativos de los representativos siambos pertenecen a la razn, si son igualmente constituyentes de determinacionesobjetivas, por ms que se muevan en diferentes dimensiones? Qu quiere decir dona-cin de valor, anterior al juiciode segundo grado sobre l. y por analoga con la percep-cin donadora de los objetos representados22, una vez claro que la percepcin del valorno podria agregarse a un valorar ciego, ya quede ste tan slo le cabra extraer sus par-

    tes o momentos constitutivos?Evitar la confusin entre ambos gneros de actos y leyes es lo que lleva a Husserl apartir de la nocin de objetividad en toda su generalidad. sin restringirla a la percep-cin externa ni interna, para desde ahi avanzar hacia su especializacin en las distin-tas regiones de objetos y de leyes 2 3 , as como a destacar el apriori de la correlacinuniversal entre las leyes analticas de validez para los objetos y las leyes fenomenol-gicas de la donacin24. Aun aqu cabe diferenciar entre categorias que convienen a lassignificaciones, cualquiera que sea el gnero de objetos a que se refieran (as, la signifi-caclon nominal, proposicional. adjetiva...), y categoras que se bifurcan con las pecu-

    liaridadesde los objetos reales que las cubren (individuo concreto/momento abstracto.especie/gnero, todo/parte...).

    Lo caracterstico de los valores como determinaciones objetivas es ser de ndole se-cundaria, en tanto que recaen sobrelo no axiolgico, que les precede. Pero, por otro la-do, en la sntesis de cumplimiento el valor sc recubre con la objetividad fundante novalorativa. posea o no el carcter posicional. Entre lo valorado fundado y lo previa-mente representado fundante hay identidad o recubrimiento: no es una idenr(ficacncomo acto categorial sinttico propio, sino un mantener como base (Unterlage) de la valo-racin a un sujeto idntico25. Desde esta base no se correspondennecesariamente las va-

    2 0 . Oc., p. 262.21. que es unavalidez que alcanza igualmente a lo meramente pensado. es decir. al dominio de las menciotiessignificativas, cuyas leyes son anteriores a las de lo verdadero y lo falso.

    25. .. .Was das Werten wertet. eben dasselbe s t wie das. was dic Objektivation objektiviert.was ,n ihr ~ahrgenosnmen. vorgestell. geurteilt ist etc... (lo que el valorar vatora es precisa-mente lo mismo que lo que la objetivacin objetiva, lo que en ella es percibido, representado,juz-

    gado. etc.. p. 322).

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    riaciones fenomenales en el modo de ser dado lo representado fundante con las varia-ciones que se refieren a la presentacin del valor fundado: as, lo deseado puede serloen bloque, globalmente, o bien explicitando sus momentos, diferenciadamente; no setrata slo de que se lo pueda objetivar posteriormente atribuyndole nuevas determi-naciones, sino de sus modos de ser dado en los actos fundados correlativos. Ahorabien. no parece seguirse de aqu que tambin los actos axiolgicos son objetvantes.en su condicin de presentativos. en diversos modos de aparicin. de las significacio-nes axiolgicas? Ello equivaldra a negar la legitimidad de la expresin actos noobjctivantes.

    Para responder a esta dificultad, planteada por Husserl, volvamos a lo antes indi-cado de que lo idntico coincidente entre las determinaciones no axiolgicas fundan-tes y las determinaciones valorativas fundadas es el sujeto del que unas y otras se predi-can, slo aadiendo que tal sujeto ha de ser un estado de cosas debido a la nominali-zacin que lo convierte en unidad objetiva: de 5 es P se pueden decir nuevos predi-

    cados representativos, pero tambin que es valioso. Sin embargo, hay diferencias fe-nomenolgicas por despejar entrelos modos como unos y otros predicados se enlazancon su sujeto.

    Mientras la mera representacin y eljuicio se agotan en su dirigirse a algo objetivo.en la alegra como ejemplo de acto axiolgico cabe distinguir entre la cualidad de actoy el estar dirigido a que se le aade. El objeto de la alegra es aquello por lo que laalegra como acto se cumple. La referencia no se identifica aqu con el acto fundado.sino que se hace manifiesta en l en virtud de su carcter fundado, mientras que en lapercepcin el juicio sobre lo percibido en los distintos apareceres como idntico noacompaa a aqulla. sino que es su explicacin identificativa posterior26. Los actosobjetivantes no versan sobre algo previo a lo que es dado en ellos; los actos axiolgi-cos, en cambio, despliegan su intencionalidadpor medio de la representacin fundan-

    te27. Si en el caso de los juicios los actos fundantes entran a formar parte de los actosfundados que son los juicios, en los actos axiolgicos la referencia a la objetividadfundante al estado de cosas es indirecta. se hace explcita como tal referencia(alegrapor...)28. Podemos ya responder al interrogante anterior diciendo que la in-tencionalidad axiolgica aparece como no objetivante en la medida en que el valor quela especifica slo puede venir dado como predicado, cuyo soporte a su vez se ha hechoya presente en otro gnero de acto.

    Husserl concluye sus anlisis restableciendo la unidad conceptual del acto, ms

    all de las diferencias entre las modalidades objetivantes y no objetivantes. Si el valor

    26. Bci der Wahrnehmung bcsagt dic Beziehung auf das wahrgenommene Objekt nichts ira

    Wahrnchmen selbst Aufweisbares, sondera in cinera evidenten reflektiven Vorstellcn und Den-kcn lassen wir dic Wahrnehmung tibergehen in cinen durch identitIitsbewu~tsein verknpftenWahrnehgmungszusammenhang... Wie ganz anders bei der Freude und bei alen in derselben

    Art fundierten Aktcn! Bei diesen besagt das Gerichtet-Sein etwas ira Akt selbsvermge seinerFundierung sich Bckundendes (En la percepcin la referencia al objeto percibido no significanada mostrable en el percibir mismo. sino que. en un representar y pensar reflexivos y evidentes.transformamos la percepcin en una conexin perceptiva anudada por medio de una conciencia

    de identidad... Qu distinto en la alegra y en todos los actos fundados de modo semejante! Enstos el estar-dirigido quiere decir algo que se documenta en el acto mismo et virtud de su estar

    fundado. p. 336).27. Scharfbetont haite ich anderen Auffassungen gegentiber. da$ ciii wertender A,kt.A. B. ci-

    ne Fraude. durch das Mediura der fundierenden Vorstellung cinc lntentionalitdt tibe tRotun-damente haba subrayado frente a otras concepciones que un acto valorativo, por ejemplo unaalegra, ejerce su intencionalidad por medio de la representacin fundante. p 337).

    28. em hncn belcundet sich so etwas wie cine fleziehung-au> (p. 338) .

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    La Etica en Husserl 467

    no es dado a modo de un objeto, queda salvaguardada la especificidad de la raznaxiolgica, su no confusin con las formas de ejercicio objetivante. Ms, en tal caso.en qu sentido cabe seguir sosteniendo que los actos no objetivantes son acws, provis-tos de su direccin intencional propia? La dificultad vendra del hecho deque es a tra-vs de las representaciones supuestas en ellos como se procuran su base objetiva, nopudiendo los valores mismos presentarse como objetos si no es en nuevos actos de landole de los objetivantes. Y el modo de solventara es caracterizando el acto en gene-ral por la direccin teleolgica que se hace presente en el proceso de cumplimiento. Eldeseo, la tristeza, la alegra, la esperanza, etc.., se van plenificaudo, y probando as suautenticidad, a medida que se va patentizando lo deseado, etc... como digno de ser de-seado (winschenswert), sin que para ello basten las representaciones dadas en las ob-

    jetivaciones que le son subyacentes 2 9 Volvemos asal comienzo del epgrafe. en que sedestacaba una intencionalidad especficamente axiolgica cumplida segn leyes de larazon. paralelas a las que rigen para la intencionalidad que es slo representativa.

    Las Vorlesungen terminan aqu, una vez delineados campos de anlisis fenomeno-lgicos en los que su autor cifra grandes esperanzas para investigaciones futuras. E lcarcter paciente y reiterativo de estos anlisis no ha sido bice para el intento aqu

    emprendido de exponer sus lineas sistemticas que ms resaltan, aunque s nos hahecho difcil la tarea de dar un curso lineal a lo que en Husserl aparece como zigza-gueante en virtud de las exigencias del mtodo fenomenolgico.

    2 9 . Dabei verdeutlicht sich nicht etwa blo$ das Vorstellen, vielmehr geht das leere und vageWerten in eigentliches, seine Wertintension erftlllertdesWerten eher> (Con ello no se hacc intui-tivo. por cierto, meramente e representar. ms bien el valorar vaco y vago se transforma en unilorar propian,ente dicho, que cumple su intencin valorativa, p. 343).