La Esposa De Isaías Pastor Julio Herrera Escuela para Profetas Guatemala, 4 de mayo del Año De La Revelación

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En la escritura encontramos varios elementos que fueron fabricados con oro, que provocaron su adoración. Uno de ellos fue el efod de oro que le hicieron a Gedeón (Jueces 8:27) lo que nos habla de la idolatría hacia el ministerio profético, que nos puede hacer pensar que todo lo que viene de alguien que tiene un llamamiento profético, proviene de Dios; sin embargo sabemos que como humanos nos podemos equivocar. En este estudio analizaremos lo que dice la escritura de la esposa de Isaías, que es llamada profetisa. Isaías 8:1-4 (RV 1960) Me dijo Jehová: Toma una tabla grande, y escribe en ella con caracteres legibles tocante a Maher-salal-hasbaz. [2] Y junté conmigo por testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías. [3] Y me llegué a la profetisa, la cual concibió, y dio a luz un hijo. Y me dijo Jehová: Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz. [4] Porque antes que el niño sepa decir: Padre mío, y Madre mía, será quitada la riqueza de Damasco y los despojos de Samaria delante del rey de Asiria. Este pasaje nos habla de cómo fue concebido el hijo de Isaías con su esposa la profetisa. Isaías había hecho un acto profético que vio su cumplimiento con el nacimiento de su hijo. Lo primero que podemos observar en la esposa de Isaías es que era una mujer fértil. Esto nos habla de que lo profético es algo que tiene vida y se debe multiplicar, es decir que alguien que fluye en lo profético tiene que dar frutos, pues en ello estará la semilla de la multiplicación del don profético. El hijo de la esposa de Isaías anunciaba el aceleramiento de un proceso, en este caso de un juicio, pero en lo positivo puede significar diligencia o actuar con prontitud. Escatológicamente el fruto de la esposa de Isaías anuncia la necesidad de estar preparados, para el encuentro con el Señor. La fertilidad de la Esposa de Isaías Hechos 1:4-5 (LBLA) Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de mí; [5] pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días. Cuando Israel salió de Egipto tuvo mucha relación con las aguas, las aguas del río Jordán eran figura del bautismo en el Espíritu Santo, que era la puerta para entrar a Canaán. El pasar por esta agua representó el cambio de una tierra estéril a un tierra fértil. Si alguien va a fluir en lo profético debe ser lleno del Espíritu Santo pues nadie puede hablar de las promesas de Dios (profecía) si antes no ha recibido la promesa del Padre (bautismo en Espíritu Santo). Isaías 32:15 (NTV) …hasta que al fin se derrame el Espíritu sobre nosotros desde el cielo. Entonces el desierto se convertirá en campo fértil, y el campo fértil dará cosechas abundantes. El Espíritu Santo es el que nos hace fértiles. Esto lo vemos claramente en el libro de los Hechos pues fue después del pentecostés que se dio la multiplicación de los discípulos. Es importante aclarar que no es lo mismo ser bautizado, que ser lleno del Espíritu, puesto que el bautismo es solo una vez, sin embargo la llenura debes ser constante en nuestras vidas. Juan 7:37-39 (LBLA) Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. [38] El que cree en mí, como ha

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dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.” [39] Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado. Jesús es la fuente, pero si bebemos de Él, nos convertiremos en fuente también, de tal forma que cuando viene el Espíritu a llenarnos, se activan esos ríos de agua de vida. La frase “de lo más profundo de su ser” se traduce del G2836 koilia que también significa cavidad, abdomen o matriz. Cuando viene el Espíritu Santo a nuestra vida es habilitada nuestra matriz espiritual. Una mujer tiene matriz desde que nace, pero no puede ser útil hasta que llega a su desarrollo; en lo espiritual todos tenemos matriz, pero no la podemos utilizar hasta que viene el activador que es el Espíritu Santo. Cantares 8:8 (BDP) Nuestra hermana es tan pequeñita que no le han crecido los pechos. ¿Qué haremos con nuestra hermanita cuando vengan para pedirla? Esto nos habla de una iglesia que no ha desarrollado y por consiguiente es estéril. Todos anhelamos estar en el pecho del amado, pero antes debemos reposar en los pechos del Espíritu Santo que nos dan crecimiento. 2 Reyes 2:19-21 (LBLA) Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, ahora el emplazamiento de esta ciudad es bueno, como mi señor ve, pero el agua es mala y la tierra estéril. [20] Y él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned sal en ella. Y se la trajeron. [21] Y él salió al manantial de las aguas, echó sal en él, y dijo: Así dice el SEÑOR: “He purificado estas aguas; de allí no saldrá más muerte ni esterilidad.” La sal es figura de la santidad, esto quiere decir que si vamos a fluir en lo profético, debemos fluir en santidad pues antes de ver el don, es necesario que veamos nuestro corazón. Una profecía puede venir de parte de Dios, pero al que la da no le sirve de nada si no busca la santidad. 2 Crónicas 7:14 (RV 1960) …si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. La palabra que se traduce sanaré, también se puede traducir hacer fértil. Si leemos el contexto de este verso, vemos que si el pueblo no obedecía vendrían las langostas. El ministerio profético es enemigo de las langostas pues estas devoran la cosecha y sus heces vuelven infértil la tierra. Sin embargo vemos que la humillación tiene el poder de transformar nuestra tierra infértil en fértil. Salmos 126:5 (LBLA) Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. Las lágrimas son agua con sal; esto nos habla de que los que profetizan deben ser sensibles a la presencia de Dios, pues el vehículo que nos conduce a la humildad es la humillación, que puede ser voluntaria o no; sabiendo que el que se humilla será exaltado o arrebatado.

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2 Reyes 4:10-12 (LBLA) Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y será que cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí. [11] Y aconteció que un día vino él por allí, se retiró al aposento alto y allí se acostó. [12] Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, ella se presentó delante de él. 2 Reyes 4:15-17 (LBLA) Y él dijo: Llámala. Cuando él la llamó, ella se detuvo a la entrada. [16] Entonces él le dijo: Por este tiempo, el año que viene, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva. [17] Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente en el tiempo que Eliseo le había dicho. Para que seamos fértiles debemos subir al aposento alto, el lugar de comunión con Dios. 1 Reyes 6:16 (RV 1960) Asimismo hizo al final de la casa un edificio de veinte codos, de tablas de cedro desde el suelo hasta lo más alto; así hizo en la casa un aposento que es el lugar santísimo. No nos podemos quedar en el Atrio o en el Lugar Santo, debemos trascender al Lugar Santísimo adorando a Dios. Las personas que fluyen en lo profético deben ser adoradoras. No es solo saber cantar, sino llevar la adoración por dentro para estar a tono con la gloria de Dios y que el fluir profético se manifieste. Números 17:8 (LBLA) Y aconteció que el día siguiente, Moisés entró en la tienda del testimonio, y he aquí, la vara de Aarón de la casa de Leví había retoñado y echado botones, y había producido flores, y almendras maduras. La vara estéril se volvió fértil al entrar al Lugar Santísimo. Dentro del Tabernáculo lo visible estaba en el Atrio y el Lugar Santo, sin embargo la vara de Aarón no era visible a los que entraban al Lugar Santísimo, esto significa que los que entran al Lugar Santísimo no se dejan guiar solo con lo que se ve. La esposa de Isaías era una mujer fértil y nosotros, por medio del Espíritu Santo, la humillación y el entrar al Lugar Santísimo, podemos alcanzar esta fertilidad para que el fluir profético que hay dentro de nosotros pueda dar fruto.