la escuela que queremos

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La escuela que queremos nos ofrece una serie de comentarios y apuntes, para contribuir a transformar nuestra escuela en una comunidad capaz de trabajar unida, en beneficio del aprendizaje y la formación de todos nuestros alumnos; este libro nos invita a reconocer los problemas presentes en nuestra institución, reflexionar sobre ellos para comprender cómo y por qué es nece- sario comprometernos con nuestro propio proceso de mejora escolar, para que unidos construyamos una cultura de colaboración institucional para aspi- rar a constituirnos en verdaderos “Equipos de trabajo”. Del mismo modo nos cuestiona ¿Cómo es que los docentes llegamos a ser líderes? ¿Cómo una evaluación del proyecto y de las condiciones de nuestra escuela, puede convertirse en el punto de partida para la transformación?, ¿Cómo pueden los docentes dedicarse a la mejora escolar sin sacrificar por ello su vida personal?. Las fuerzas que se suman a favor de la innovación incluyen: • Un interés por nuevos resultados; dirigidos a una enseñanza para la com- prensión y el rendimiento en un mundo cambiante. • Las escuelas autogestionadas, en donde los docentes se regulan a sí mis- mos y dependen poco de la burocracia externa. • Difusión masiva de la tecnología de la información, para tener un mayor acceso global a las ideas y personas. • Las políticas multiculturales y referidas al género, que dan lugar a nuevos estilos de liderazgo, privilegiando procesos de equidad. La docencia es indudablemente, una profesión no menos formativa que inte- lectual; el saber se vuelve más refinado y eficaz, sin embargo, los docentes nos resistimos a dar un giro a nuestro trabajo, para hacerlo más atractivo inte- lectualmente y que nos invite a resolver problemas. Es importante reconocer que la diversidad de problemas institucionales se resuelven emprendiendo acciones tanto individuales como colectivas. En es- te libro, el mensaje permanente es que los docentes cooperemos para la mejora institucional. LA ESCUELA QUE QUEREMOS Volumen 1, nº 1 Septiembre 2015 FULLAN, Michael. HARGREAVES, Andy. La escuela que queremos. SEP. Amorrortu editores. México. 2001.

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La escuela que queremos nos ofrece una serie de comentarios y apuntes, para contribuir a transformar nuestra escuela en una comunidad capaz de trabajar unida, en beneficio del aprendizaje y la formación de todos nuestros alumnos; este libro nos invita a reconocer los problemas presentes en nuestra institución, reflexionar sobre ellos para comprender cómo y por qué es nece-sario comprometernos con nuestro propio proceso de mejora escolar, para que unidos construyamos una cultura de colaboración institucional para aspi-rar a constituirnos en verdaderos “Equipos de trabajo”.

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Page 1: LA ESCUELA QUE QUEREMOS

La escuela que queremos nos ofrece una serie de comentarios y apuntes,

para contribuir a transformar nuestra escuela en una comunidad capaz de

trabajar unida, en beneficio del aprendizaje y la formación de todos nuestros

alumnos; este libro nos invita a reconocer los problemas presentes en nuestra

institución, reflexionar sobre ellos para comprender cómo y por qué es nece-

sario comprometernos con nuestro propio proceso de mejora escolar, para

que unidos construyamos una cultura de colaboración institucional para aspi-

rar a constituirnos en verdaderos “Equipos de trabajo”.

Del mismo modo nos cuestiona ¿Cómo es que los docentes llegamos a ser

líderes? ¿Cómo una evaluación del proyecto y de las condiciones de nuestra

escuela, puede convertirse en el punto de partida para la transformación?,

¿Cómo pueden los docentes dedicarse a la mejora escolar sin sacrificar por

ello su vida personal?.

Las fuerzas que se suman a favor de la innovación incluyen:

• Un interés por nuevos resultados; dirigidos a una enseñanza para la com-

prensión y el rendimiento en un mundo cambiante.

• Las escuelas autogestionadas, en donde los docentes se regulan a sí mis-

mos y dependen poco de la burocracia externa.

• Difusión masiva de la tecnología de la información, para tener un mayor

acceso global a las ideas y personas.

• Las políticas multiculturales y referidas al género, que dan lugar a nuevos

estilos de liderazgo, privilegiando procesos de equidad.

La docencia es indudablemente, una profesión no menos formativa que inte-

lectual; el saber se vuelve más refinado y eficaz, sin embargo, los docentes

nos resistimos a dar un giro a nuestro trabajo, para hacerlo más atractivo inte-

lectualmente y que nos invite a resolver problemas.

Es importante reconocer que la diversidad de problemas institucionales se

resuelven emprendiendo acciones tanto individuales como colectivas. En es-

te libro, el mensaje permanente es que los docentes cooperemos para la

mejora institucional.

LA ESCUELA QUE QUEREMOS

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FULLAN, Michael. HARGREAVES, Andy. La

escuela que queremos. SEP. Amorrortu editores.

México. 2001.

Page 2: LA ESCUELA QUE QUEREMOS

Simplemente no hay suficientes oportunidades ni suficiente aliento para que los docentes trabajen en equipo, aprendan los unos de los otros y mejoren su saber hacer como comunidad.

Para lograr la transformación edu-cativa se requieren superar seis problemas básicos:

La sobrecarga: es imposible que un sólo docente abarque todas las áreas curriculares.

El aislamiento: los docentes sue-len desarrollar su tarea atrapados en su salón de clases sin compar-tir o reflexionar colectivamente sobre sus experiencias educati-vas.

El mito colectivo: los maestros y directi-vos solemos planear, diseñar, investi-gar, evaluar y preparar unidos el mate-rial pedagógico, sin embargo, difícil-mente aterrizamos en la manera de llevar lo planeado a la práctica.

La competencia desaprovechada: es común que en la escuela los docentes de más experiencia sean desaprovecha-dos y los nuevos profesores con su com-binación de idealismo, energía y temor, también están subutilizados, lo cual pue-de superarse si nos comprometemos en desarrollar un profesionalismo interacti-vo.

La falta de movilidad en el rol del do-cente: La docencia es una carrera con poca movilidad, en donde la única mane-

ra de ampliar el rol es pasar del aula a tareas administrativas, lo cual con el tiempo origina en la mayoría de los docentes, desaliento y falta de compro-miso, por tanto es necesario desarrollar en los docentes nuevos liderazgos que les permitan explotar todas sus capaci-dades, para estar en condiciones de asumir la responsabilidad de mejorar la escuela.

Las soluciones inadecuadas y la re-forma frustrada: los docentes no de-bemos caer en la tendencia de adoptar modas y soluciones rápidas a los pro-blemas, por el contrario debemos asu-mir propuestas de cambio y mejora constante, para tener una práctica do-cente eficaz.

II.- El docente como persona: es imprescindible reconocer que los docentes llegan a ser lo que son no sólo por hábito, puesto que

la docencia está ligada a su vida, su biografía y con el tipo de persona que cada uno ha llegado a ser.

Los docentes somos producto de un proceso cultural de aprendizaje, en este sentido Huberman (1988, 1991) clasifica a los docentes

en “los fosilizados”, que son producto de un medio infértil, desnutrido y poco orientado a la mejora; “Orientados a la defens iva” son

docentes escépticos acerca de la transformación, “Orientados a lo positivo”, son quienes tienen una reacción moderada respecto a

sus expectativas de mejora, tratando de buscar un equilibrio entre su vida personal y su vida profesional.

III.- El contexto de la enseñanza: Existen tres aspectos del contexto de la enseñanza que son particularmente importantes:

a) La enseñanza no es siempre igual, el aprendizaje se da en diferentes situaciones.

b) El realismo y practicidad del contexto; los docentes equilibran su desgaste físico y emocional.

c) Reconocer las posibilidades reales de actuación docente y las posibilidades reales de innovación. Sobre todo considerando las

condiciones en que se desempeña profesionalmente, el número de alumnos que tiene, el tiempo que puede asignar al trabajo fuera

y dentro del aula, el tipo de currículum con que trabajan.

IV.- La cultura de la docencia: Tiene que ver con las relaciones laborales del docente con sus colegas.

• La forma de trabajo puede ser aislada o individual dando resultados muy limitados.

• La manera de trabajo docente puede ser colectiva potenciando muchas de las capacidades docentes, tal como se verá a continua-

ción.

Las propuestas para el desarrollo profesional del personal frecuentemente desestiman lo que los docentes pien-

san, saben y pueden hacer; por lo que es necesario que las propuestas de mejora institucional consideren los

siguientes cuatro aspectos del educador total a saber: a) la intención del docente; b) el docente como persona;

c) el contexto de la enseñanza y d) la cultura de la docencia.

I.- La intención del docente: el docente durante su desempeño concreta una compleja trama de juicios mora-

les, sociales, filosóficos y psicológicos. Al ser la docencia una profesión ética, es imprescindible que los docen-

tes aclaremos y estemos conscientes de la intencionalidad de las cosas que valoramos o las decisiones que

tomamos tanto en forma individual como colectiva.

Administrativamente, también debe haber un cambio orientado a:

a) Dar voz a las intenciones del docente.

b) Crear ocasiones para que el docente reflexione sobre su propia práctica.

c) Estar abierto para escuchar y aprender de los maestros y sus propuestas de cambio.

d) Facultar a las escuelas y delegar en los maestros la responsabilidad en la toma de decisiones respecto al

currículum.

e) Crear una comunidad de docentes capaz de discutir y analizar sus intenciones colectivas.

2. Educadores totales.

1. El problema

Página 2 LA

ES

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Las mayores

satisfacciones de la

docencia son:

Las

compensaciones

psicológicas de

trabajar con y por los

niños.

Contar con una ética

del cuidado

formativo, es decir,

tener clara la

vocación de formar y

educar a los otros.

Desarrollar una ética

de la responsabilidad,

en donde las

obligaciones

profesionales son lo

prioritario y se pone

el acento en la

eficacia.

Page 3: LA ESCUELA QUE QUEREMOS

Existen básicamente dos tipos de

cultura escolar o de docencia,

individualista y de trabajo en equi-

po.

a. La cultura del individualismo:

la docencia aislada permite al

docente tener cierto grado de

protección durante el desarrollo

de su práctica, sin embargo, di-

cho aislamiento hace que las

escuelas se “atasquen” y tengan

un clima hostil para los cambios

y la mejora.

b.El aislamiento impide que los

docentes tengan retroalimentacio-

nes positivas, dando por conse-

cuencia “escenarios de aprendiza-

je empobrecidos”, donde el do-

cente tiene poca oportunidad de

aprender de sus colegas.

c.La potencialidad del trabajo en

equipo: En las escuelas eficaces,

el trabajo en equipo se asocia a

normas y oportunidades de mejo-

ra sostenida y el aprendizaje per-

manente.

Hay tres tipos de trabajo en equipo

con los que debemos tener cautela:

La balcanización: la escuela se frag-

menta en varios grupos.

El trabajo en equipo fácil: sólo se

dan consejos, estrategias, materia-

les, planeación, pero no hay una re-

flexión crítica de lo compartido.

Trabajo en equipo artificial: origi-

nado administrativamente y sin

compromiso de los docentes.

Lineamientos para el direc-

tor.

Comprenda la cultura de su

escuela.

Valore a sus docentes.

Sea amplio con lo que valo-

ra.

Comunique lo que usted

valora.

Promueva la colaboración,

no el reclutamiento.

Proponga alternativas, no

dé órdenes.

Utilice la burocracia para

ayudar no para obstaculi-

zar.

Conéctese con el medio

externo.

Lineamientos para el sis-

tema escolar.

Depositar mayor confianza

y aceptar riesgos como

sistema, especialmente en

la selección, promoción y

desarrollo.

Fomentar mayor interac-

ción y delegación dentro

del sistema.

Restituir el contenido curri-

cular a las escuelas. 4.

Reestructurar la adminis-

tración para responder a

las necesidades actuales.

Lineamientos para el Docente.

Localizar escuchar y expresar su

voz interior.

Practicar la reflexión en la acción.

Desarrollar la mentalidad de asu-

mir riesgos.

Confiar en los procesos y en la

gente.

Apreciar a la persona total en el

trabajo con los otros.

Comprometerse a trabajar con los

colegas.

Evitar la balcanización.

Redefinir el rol docente.

Equilibrar el trabajo y la vida per-

sonal.

Estimular a los directivos para

que generen el profesionalismo

interactivo.

Comprometerse con la mejora

sostenida.

Procurar congruencia entre el

desarrollo docente y el de los

alumnos.

3. Escuelas totales

4. Profesionalismo interactivo y lineamientos para la acción

Página 3

Existen cuatro

clases de trabajo

en equipo:

• De interpretación y

de relatos.

• De ayuda y

asistencia.

• De participación.

De trabajo conjunto:

G e n e r a m a y o r

in terdependenc ia ,

c o m p r o m i s o

p r o f e s i o n a l ,

r e spon sab i l i dade s

compartidas y un

progreso colectivo

El profesionalismo interactivo requiere redefinir el rol del docente y las condiciones en que trabaja.

Page 4: LA ESCUELA QUE QUEREMOS

facebook: academicodgebemail:

correo: [email protected]

¡Estamos en la Web!

http://areacademica.jimdo.com/

Somos un equipo de profesionales en la educación intere-

sados en promover la reflexión, el aprendizaje y el inter-

cambio entre colegas, convencidos de que los profesores

somos portadores de saberes e iniciativas para mejorar la

calidad de la educación.

Las “Reseñas” originalmente se difun-dieron en Platicando un libro por par-

te del SMSEM entre 2005 y 2006