la esclavitud negra en el perú
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La Esclavitud Negra En El PerúTRANSCRIPT
Los caminos de la libertad para los descendientes de los
africanos en el Perú encontraron en el siglo XIX formas que
manifestaban la resistencia al sistema, como la fuga que daba
lugar al cimarronaje y bandolerismo; la manumisión muchas
veces costaba al esclavo el trabajo laborioso de muchos años
para pagarla de su propio peculio. La obra refiere cómo fueron
los orígenes de la esclavitud en el país y cómo era importante la
institución esclavista para el sostenimiento de la sociedad agraria
en la costa, especialmente después de formadas las haciendas
en el siglo XVI, dependiente por completo de la mano de obra
esclava. Así llega el aporte cultural africano a la sociedad
colonial. Hubo expresiones de protesta y resistencia en forma de
La inmigración de población africana se produjo como consecuencia de la llegada de los españoles. Los primeros africanos llegaron en condición de esclavos y como mano de obra gratuita; se produjo su explotación en actividades en el campo (agricultura) y escencialmente en la costa del Perú.
Estos negros de raza pura provenían de castas o naciones terranovas, sucumas, mandingas, cambundas, carabalíes, cangas, chalas, huachiríes, congos, misangas, etc. Trajeron una cultura propia con creencias mágico–religiosas, mezcla de lo sagrado y lo pagano expresando en sus cantos, bailes, danzas y costumbres.
La primera oleada de negros constituyeron la servidumbre de las casas haciendas en los ingenios azucareros, en el cultivo del algodón, en las construcciones, etc. En este nuevo continente el primer idioma fue el samaracca o expresión congo angoleña, posteriormente el lenguaje papiamento, combinación de habla negra en Jamaica donde predomina. Aparece el cleocle dialecto que resulta de la mezcla de la etnia negra de Haití y la replana del Perú, combinación de varios idiomas africanos mezclados con el español criollo.
En Chincha (al sur de Lima), el africano puro y sus descendientes fueron catequizados por los dominicos y jesuitas; ya como cristianos y bajo la dura realidad de trabajo, mimetizan sus creencias ancestrales y la articularon con los santos católicos, surgiendo así la patrona de los negros: la Virgen del Carmen.
Los esclavos vivían en las haciendas en barracas o barracones; en las ciudades, estas barracas estaban ubicadas en un rincón de los huertos o solares. Dichas barracas, como es de suponer, propendían al hacinamiento y la promiscuidad.
Las mujeres negras esclavas, en las haciendas y en los solares virreinales, fueron destinadas para labores domésticas. Sin embargo, muchas de ellas, en las haciendas, principalmente costeñas, hacían labores de campo, como por ejemplo, en los viñedos y algodonales, conocidas en este último caso, como "apañadoras".
Los varones efectuaban el trabajo más pesado tanto en las zonas urbanas como en las haciendas. Como por ejemplo, limpieza de excusados, galpones, porquerizas, caballerizas, etc.
Los amos retribuían este servicio gratuito con la vivienda y la alimentación que les proporcionaban. Los esclavos no podían salir de la propiedad del patrón y carecían de libertad. Al esclavo que infringía alguna norma, se le castigaba severamente, por lo que existieron varios sistemas de tortura. Sea cual fuere el castigo acordado para el esclavo rebelde, se cuidaban de no desfigurarlo, dado que, de ser así, su precio de venta en el mercado, disminuiría. Sin embargo, se tiene noticia de que al negro muy rebelde o cimarrón, le cortaban las orejas, lo castraban e incluso le cortaban las manos.
A fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, se formaron unas rancherías en los alrededores de la ciudad de Lima, como en Huachipa, Carabayllo, Monte Zambrano, etc. Fueron hechas por negros esclavos, que en busca de su libertad, habían preferido huír y rebelarse contra el opresor sistema. Estas rancherías en lo posible, se ubicaban en las zonas menos transitadas, con bosques para ocultarse de sus perseguidores.
Alrededor del año 1710, esas rancherías evolucionaron hasta convertirse en palenques. Los palenques, entonces eran asentamientos rurales de negros cimarrones, rebeldes.
Finalmente, el 3 de diciembre de 1854, el entonces presidente Ramón Castilla mediante una ley dictada desde Huancayo decretó el fin de la esclavitud y la libertad de los negros
Cuando hablamos en el Perú de la abolición de la esclavitud, nos referimos a la
superación histórica de una condición servil que se presenta enmarcada dentro
de dos características fundamentales: en primer lugar, estamos hablando de
una esclavitud formal, es decir, de una esclavitud legalmente admitida y
reglamentada por el Derecho; en segundo lugar, esa esclavitud se aplica sobre
la población de origen africano.
Es esa esclavitud negra la que fue abolida el 3 de Diciembre de 1854 con la
declaración del Presidente Castilla. Sin embargo, aún después de esa abolición,
en el Perú se han mantenido formas esclavistas informales casi hasta nuestros
días; y la condición servil ha sido aplicada ya no al negro sino al asiático con las
llamadas contratas chineras y al indio con los contratos de enganche.