la energía del destino (spanish edition)

128

Upload: others

Post on 15-Jul-2022

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: La Energía del Destino (Spanish Edition)
Page 2: La Energía del Destino (Spanish Edition)

La Energía del DestinoImperio de RocaSAÚL LUCIO

Visita la página oficial de este libro y descubre las secciones de fan art y fan fic.https://imperioderoca.wordpress.com/

Visita la página de YouTube.Saúl Lucio - YouTube

Visita la página de FacebookImperio de Roca | Facebook

Todos los derechos reservados.

Page 3: La Energía del Destino (Spanish Edition)

PrólogoHay historias que forman parte de nosotros. No importa si no las hemos escuchado con anterioridad, pero

las ideas y los símbolos que las mueven, nos tocan en lo más profundo. Son los sueños y vidas que vivieronnuestros antepasados, las que crearon una marca indeleble en nuestro subconsciente, son los arquetipos quevemos en la gente que influye en nuestra vida y en los viajes que tenemos que realizar para cumplir cadameta.

La fantasía está llena de retos, de batallas cataclísmicas y sobre todo de protagonistas heroicos que seponen en peligro para proteger a alguien amado o una causa superior. Hay, como en nuestra vida, mentores,padres, madres, vínculos de hermanos y amistades que perduran para siempre.

La saga Imperio de Roca es uno de esos relatos arquetípicos, donde una red de acontecimientos une a loshéroes con su pasado a través de legados de sangre y enseñanza. Donde las glorias y los errores del ayer, serevisan generaciones después para enfrentar enemigos revitalizados a través del tiempo. ¿O acaso esosdesafíos de antaño son los mismos? Como en un ciclo interminable que envuelve a ancestros y descendientespor toda la eternidad.

Los héroes de Imperio de Roca somos nosotros. Los desafíos que enfrentan, las batallas emocionantes ymomentos de peligro son nuestras vidas. Los dramas humanos son afines y comprensibles, como en laaclamada saga de George R. R. Martin son guiadas por las motivaciones de personajes fuertes; todos elloshumanos y similares a nosotros en voluntades y pasiones.

Esto se complementa con una prosa impecable y dinámica, capaz de grabar en nuestra mente imágenes deacción inolvidables. Las descripciones son vivaces y auténticas, similares al estilo sucinto de BrandonSanderson. A través de su prosa y construcción de una trama detallada y humana, Saúl Lucio se perfila paraestablecerse como uno de los más importantes autores independientes latinoamericanos en el génerofantástico.

G. S. Santos

Autor de la saga; Yo, hechicera y el Laberinto de Ariadne.

Page 4: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Los capítulos del maestro Pigeón se llevan a cabo en el año 500,mientras que la historia de los demás personajes se desarrolla en suépoca actual.

Page 5: La Energía del Destino (Spanish Edition)

..

A través del tiempo, permanece un relato impreso en las rocas...

Page 6: La Energía del Destino (Spanish Edition)

LA CIUDAD DE TIARA Desde tiempos antiguos existió una ciudad que resplandecía como el oro. Sus cúpulas doradas,

sus torres blancas y rosadas, brillaban en la distancia reflejando la cálida luz del sol. Sus enormesmurallas ascendían desde las faldas de la montaña, y aparentaban fundirse en la distancia con lasenormes escarpadas de roca de la sierra de Crestas. Durante los días nublados el cielo parecíarespetar su esplendor, e innumerables rayos de luz traspasaban las espesas nubes que cubrían elfirmamento. En su interior se decía que el suelo era mágico y fértil. Cientos de jardinesalfombraban plazas hermosas y los caminos se revestían con empedrados color blanco, regalandoun gran y maravilloso espectáculo que deleitaba la vista. Su nombre era Tiara, el más bello lugarde esa tierra llamada Selvaria.

Vivir en Tiara era parecido a soñar. Y cualquier habitante del pueblo Selvario por más humildeque fuese, podía vivir y soñar en ella.

Hoy toda esa belleza terminó, la ciudad ha sido arrasada . El olor a carne quemada impregna elambiente. Ropajes calcinados, espadas rotas y un par de pequeños vórtices de energía del destinoque flotan en el aire, son los últimos vestigios de aquella grandeza y días de gloria de esa antiguacivilización.

Page 7: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 1PIGEÓN (AÑO 500)

―¡Oh ancestros, qué han hecho los Altos Guerreros! ―exclamó Pigeón―. ¡No! ¿Qué he hechoyo al forjar las espadas que destruyeron este lugar? Pigeón se encontraba hincado. Se llevó las manos a la cabeza, su rostro estaba sucio y lleno dehollín debido al suelo ennegrecido. «¿Qué le había sucedido a su gran líder Galio?», «¿acasoestaba demente al colocarlo en medio de una batalla?», se preguntó. Solo era un joven maestro dela ciencia, este lugar no era para él. Habí a aceptado ser el emisario en Tiara porque tenía la firmeconvicción de llegar a un acuerdo y lograr la paz entre los pueblos rebeldes de Selvaria. Pero laoportunidad se la había arrebatado Galio, enviando en secreto a los Altos Guerreros para terminarcon esta rebelión. Aquellos que habían sido designados para portar las espadas míticas. Ahorasolo quedaba una ciudad destruida, llevada a la ruina. Volvería a reconstruirse y a tener lagrandeza de antaño, de eso no tenía ninguna duda, pero llevaría tiempo.

Las grandes espadas míticas ahora estaban en manos corrompidas por la ambición. Galio lasentregó a nobles y a grandes guerreros otorgándoles el preciado elixir llamado Elementa para lograr controlarlas. La destrucción nunca había sido el objetivo para lo que habían sido creadas,al menos su forjador Pigeón lo tenía bien claro.

Por un instante Pigeón se sintió afortunado de que él y su hermano se encontraran vivos.Alguien los había separado de manera inesperada de la batalla. Una pared que antes no existíaapareció de la nada y los alejó del peligro. «¿De dónde había salido ese muro?», «¿quién habíasido el causante?», continuaba preguntándose. Levantó el rostro, retiró un mechón de cabellocastaño que le obstruía la vista. Abandonó su escondite y sus ojos azules se fijaron en el accesoprincipal de la cuidad, donde los Altos Guerreros habían entrado replicando el sonido de untrueno que retumbó en el horizonte. Arribaron a todo galope en sus equinos. Al desmontar, unresplandor abrazó cada una de sus pisadas y pudo ver con claridad, que la fuerza con la quecombatieron no era la de un ser normal. Había sucedido algo en esta tierra, en este suelo enparticular. Fuerza, destreza y un brillo al empuñar las espadas en cada Alto Guerrero, causaronterror entre los combatientes Selvarios.

Pigeón volteó a su diestra, Luxulian se acercó.―¿Has visto lo que sucedió? ―preguntó―. ¿Viste el resplandor?―Lo he visto hermano, todos lo hicieron.―Tantos guerreros, tantas familias que vivían en paz ―lamentó Pigeón―. ¡Maldita sea la hora

en la que forjé las espadas!De pronto sintió como los dedos de Luxulian tocaron su hombro, mientras le decía cabizbajo y

ocultando la tristeza que contenía en el marrón de sus ojos.―En todo caso no es tu culpa, es mía al orillarte a forjarlas. Mis acciones te llevaron a

hacerlo, estoy vivo gracias a ti. Debí morir en el pasado. Galio debió haber cortado mi cabezacon justa razón cuando robé las gemas de la corona. Cometí traición al Imperio.

―Pero la idea de forjar las espadas para salvarte fue mía y ahora es mi responsabilidad―expresó Pigeón―. No soporto el sonido de los gritos que dan vueltas en mi cabeza, meatormentan. ¡Deidades del mal, gritaban los Selvarios antes de morir!

Pigeón miró al cielo, no podía dejar de pensar en las espadas, enseguida respiró de manera

Page 8: La Energía del Destino (Spanish Edition)

profunda exhalando el aire que contenía en los pulmones. Apretaba la mandíbula de vez en cuandopara contener su coraje. La noche se hacía presente. Podía respirar el aire frío de ese lugar. Laniebla comenzaba a rodearlos, los abrazaba con extraña cadencia.

―Los Altos Guerreros solo son Ígneos, tú y yo lo sabemos ―afirmó Pigeón―, son solomortales.

―Los son tanto como nosotros ―agregó Luxulian.―Aunque piénsalo hermano, tú y yo también bebimos ese plasma. Está en cada parte de

nuestro cuerpo, lo recorre en este momento y lo hará mientras estemos vivos.―Entonces lo seguirá recorriendo. No tengo intenciones de morir pronto ―expresó Luxulian.―Nadie tiene intenciones de morir ―afirmó Pigeón―, pero no depende de ti. ¿Has pensado

porque nos enviaron a este lugar?―Muchas veces hermano, aunque nunca encontré una razón lo suficientemente clara para

explicarlo, y ahora tampoco tengo una respuesta para ti.―Tengo una teoría Luxulian, después de lo que ha sucedido ya no es tan descabellada y explica

nuestra presciencia en este lugar. No solo traer la paz como nos hicieron creer.De pronto fueron interrumpidos por una delgada figura que cruzó tras la espalda de Pigeón,

ondulando su capa y rozando sus ropajes con un viento cálido que llegó a su piel. La cortina deniebla la ocultaba. Pigeón buscó en todas direcciones hasta verla cerca de un muro, luego laspupilas de sus ojos trataron de centrarse en aquella misteriosa figura. ¿Era algo real o producto desu imaginación?

―¿Qué fue eso? ―preguntó Luxulian.―No lo sé, pero algo me dice que debemos averiguarlo.Tras una columna la sombra aparecía y desaparecía nuevamente, una y otra vez desplazándose

a través de los callejones de la ciudad.―¡Observa las pisadas, hay algo extraño en ellas! ―indicó Pigeón.Pronto comenzaron a seguirla, escuchaban su llamado. Durante un rato se desplazaron tras ella

tratando de averiguar hacia donde los conducía. Luxulian se detuvo exhausto.―Dejemos este juego, no está llevándonos a nada ―pidió.―Tal vez tengas razón, pero cómo hacer caso omiso si escucho que menciona nuestros

nombres.―¡Por aquí Luxulian y Pigeón! ―susurró la voz de aquella sombra.―Lo ves, lo ha hecho de nuevo.Luxulian observó a su hermano.―¿Estás seguro de que quieres hacer esto?―Completamente.―Está bien, te acompañaré, no puedo dejarte ir sólo ―afirmó.Al acercarse a un muro, la mano de la sombra tomó el brazo de Pigeón. Él sintió el cuero de un

guante tocar su piel, solo entonces pudo apreciar la capa color marrón que cubría desde la cabezahasta las rodillas a aquella enigmática figura. Definitivamente no era algo sobrenatural, más bienparecía una figura femenina, delicada pero con una fuerza enorme. La podía sentir cada vez queera jalado del brazo. En ese momento volteó a ver a Luxulian que los seguía de cerca, él solocaminaba tras ellos sin saber cuál sería su destino.

―¡Por aquí! ―se escuchó nuevamente aquella voz, pero esta vez con un tono más recio sindejar de ser femenino.

Page 9: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Avanzaron algunos pasos. La sombra encapuchada apuntó con su mano derecha hacia el finaldel camino donde una pared obstruía su avance. Se acercó más e inspeccionó el lugar. Luego lesindicó continuar.

―¡Aquí solo hay un muro y termina el camino! ―trató de hacerle ver Luxulian.Ella retiró los guantes de piel oscura dejando ver sus delicadas manos, luego tocó una de las

paredes dibujando un movimiento circular. El suelo bajo sus pies brillaba de manera suave.Enseguida la pared se disolvió dejando la entrada libre. La encapuchada avanzó y los maestros lasiguieron. Al pasar por el hueco Pigeón y Luxulian se quedaron asombrados y sin aliento cuandodel otro lado del muro ella realizó otro movimiento para cerrarlo. Parecía reconstruir losladrillos. La luz de algunas antorchas dejaba entrever solo una parte del lugar, pero de la figuratodavía nada, solo sus manos.

―¿Quién eres? ―preguntó Pigeón―. ¿Por qué nos has traído hasta aquí?Hubo segundos de silencio. La figura volteó y se dirigió a Pigeón.―Los he traído porque es el único lugar seguro ―dijo y retiró la capucha de su cabeza.

Enseguida se soltó el cabello confirmando las sospechas, dejando ver a una hermosa y delgadajoven.

Pigeón la miró con asombro. El rostro de la joven era broceado claro, su cabello largo y negrole llegaba a la cintura. Aquellos ojos eran penetrantes y hermosos, casi de un color almendra.

―No has contestado mi pregunta ―insistió.Ella lo observó de manera profunda, se acercó a una columna de mármol, acomodó sus dedos

y elaboró algunos trazos tratando de formar un símbolo, luego regresó la mirada. Ellos quedaronconmocionados cuando la mano de la joven dibujó un nuevo círculo que dejaba caer chispasblancas de energía al piso. Esta vez materializó una visión de los dos maestros enfrentando a losAltos Guerreros en un puente que reconocieron llamado. Las Manos de los Ancestros.

―¿Quién soy? Soy hija de Galio, líder de esto que ahora se llama Imperio. Y están aquí,porque es su destino.

Page 10: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Las Manos de los Ancestros, Tiara.

Page 11: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 2GABRO

Gabro se encontraba sentado hojeando algunos libros y pergaminos que estaban regados sobre

una mesa de madera, mientras en los pasillos de la torre Félsica se desplazaba su compañeroBasalto. Esa tarde Basalto no estaba acompañado como de costumbre. Su fiel amigo Duno ya noestaría más, se había convertido en leyenda. Ahora era uno de los grandes guerreros de la historia.Una muerte prematura y devastadora lo había dejado plasmado en los grandes libros.

Gabro vio abrirse la puerta de madera. El leve rechinar de las bisagras de metal se percibió entoda la habitación. Dentro de ella, miles de libros se encontraban perfectamente acomodados enestantes de madera. Un brillante quinqué de piedra luz iluminaba el lugar y en el fondo permanecíaél sentado en la mesa.

―¡Quién diría que encontrarían otra veta de piedra luz! ―exclamó Basalto―. Los últimos enusarla de seguro le dieron un valor incalculable. En verdad es sorprendente como una pequeñaroca ilumina un área tan grande.

Gabro reaccionó ante la llegada del guerrero.―Claro, la piedra luz ―respondió―, ha sido de gran utilidad durante los días que he estado

en la torre. Las antorchas ya no son necesarias.Basalto se acercó a la mesa. Tomó un pergamino entre sus manos. Se quedó quieto leyendo su

contenido, Gabro lo observó y pudo darse cuenta que su compañero sintió una extraña sensaciónque no podía describir y se apoderaba de él. Estos representaban el trabajo de Luxulian de quiénera descendiente, por lo tanto entendía su afán por descifrar los viejos escritos. Enseguida seacercó más.

―Dime Gabro, ¿sigues buscando respuestas en estos antiguos documentos?―Lo sigo haciendo. He trabajado en ello aunque mi objetivo no es encontrar una respuesta,

sino comprender al máximo los pocos registros que hablan de la energía. Puedo decirte que losmaestros han intentado encontrar esa respuesta por generaciones. Han buscado con afán, tratandode hallar el cabo suelto que pueda mostrar el secreto de la energía del destino. Siempre se pensóque esa respuesta podía estar en un libro o pergamino en particular, tal vez en uno de los que estánaquí. Pero hay un eslabón faltante, el que revela como controlaron aquella fuerza que obtuvieronlos Altos Guerreros y las habilidades sobrenaturales que los habían hecho casi invencibles, hastaque desaparecieron sin dejar rastro, abandonando las espadas míticas.

Basalto se quedó pensativo.―Tienen generaciones buscando esa respuesta, ¿quién dice que sí lo harán esta vez?

―cuestionó.Gabro hizo una mueca, luego sonrió.―La razón es porque hace poco se encontró un libro que había permanecido perdido desde

tiempos antiguos. Se encontraba oculto en las ruinas de la ciudad de Tiara. Se dice que fue escritopor Pigeón y Luxulian. Se encontraba en una habitación sin puertas ni ventanas, solo lo rodeabanparedes. Después de ocurrir un terremoto, un derrumbe lo ha revelado. Ese libro amigo mío,puede tener la respuesta que se ha buscado por tanto tiempo.

Basalto mostró incertidumbre.―¿Cuántas generaciones han pasado? ¿Qué secretos tan terribles o maravillosos encierra en

sus páginas? ―preguntó.

Page 12: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Gabro exhaló el aire que contenía en los pulmones.―Eso mismo me he cuestionado desde el día que revelaron su existencia.Basalto tomó nuevamente uno de los pergaminos, leyó el antiguo texto.―Dime Gabro, ¿qué es un vórtice? ―preguntó.Gabro se llevó las manos a la cabeza.―Nadie lo sabe con exactitud, es uno de los grandes enigmas que existen. En realidad ningún

maestro podrá responderlo en este momento.Basalto se llevó una mano al mentón. Se quedó pensativo una vez más.―Si ésta ha sido tu obsesión durante algún tiempo, tenemos una tarea; descubrir que es un

vórtice y para que se usaba en la antigüedad.Gabro se levantó de la mesa.―¿Acaso estás sugiriendo que tomemos el libro de Pigeón y Luxulian?Basalto sonrió negando con la cabeza.―Solo digo que pidamos verlo.―En ese caso debo hablar con Andes, solo él puede dar la orden para que la Guardia Dorada

nos permita entrar al recinto donde se resguarda ―aseguró Gabro.―Me parece una grandiosa idea, pero lo harás después. Ahora debes prepararte para la

celebración de esta noche. No he venido para hablar de vórtices y mucho menos de energías. Hevenido para llevarte a la reunión.

―Ya me extrañaba que tuviera una visita tuya a estas horas ―exclamó Gabro.Basalto arrojó un traje sobre la mesa.―Entonces no se hable más de este asunto, arréglate si deseas llegar a tiempo. He traído tu

mejor vestimenta, aquella que tiene las insignias de Mineralia ―indicó.Gabro se extrañó al ver el uniforme que usaba su compañero.―Pero es igual al que llevas puesto ―replicó.―Somos varones, podemos usar lo mismo ―aseguró Basalto―, además agradece que te haya

traído algo, de otro modo, no sé qué habrías llevado.Gabro movió la cabeza en signo de negación.―Me molesta que en ocasiones tengas la razón.Basalto caminó hacia la salida. Se detuvo antes de cerrar la puerta.―Estaré afuera, no tardes si deseas llegar a tiempo. Recuerda que Toba estará presente.Gabro asintió. Enseguida cerró la puerta.―«Bien, al menos podré pasar una velada con ella», pensó.

Gabro se encontraba impaciente en el gran salón. Volteó hacia la entrada del recinto, en ese

instante el suelo se estremeció de una manera tan suave que nadie le dio importancia. A través deun gran ventanal observó arribar a Siena antes de llegar a la puerta, llevaba un vestido rojo.Enseguida pudo ver a quien esperaba; ahí estaba Toba caminando de manera ligera, casi flotandoa través del mármol blanco que revestía el suelo de la entrada. Su vestido turquesa apenas rozabade manera suave la superficie que pisaba. La observó detenidamente, había algo distinto en ella.Algo que la hacía ver diferente, más radiante; más bella. Lo pudo apreciar de inmediato. Sucabello no se veía como de costumbre. Había cambiado. Era más corto y la terminación de laspuntas se teñía con un marcado e intenso tono azul. Mantenía una combinación perfecta con suclásico mechón.

―Helas ahí ―dijo Gabro―. Son hermosas.

Page 13: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Tras ellas arribó Obsidiana portando también un delicado vestido. Basalto sonrió al verla.―Lo son ―afirmó.―Espera, ¡alguien las recibe! ―exclamó Gabro.Basalto regresó la atención a su compañero, después giró para revisar de nuevo el acceso

principal.―Creíste que estarían libres amigo mío. Pues que equivocado estabas. Al saber que Toba es

hija de Andes, tendrá más pretendientes de los que puedas imaginar ―aseguró.―Ya lo veo, ahora está con un extranjero ―respondió Gabro―, no pensé que sería tan rápido.―Estimado amigo, esa rapidez ya la ha enseñado el Terra Átita que las acompaña. Ahora tú

debes demostrar que eres más hábil que él.―Solo digo que no será tan fácil dejarme fuera de esta batalla ―aseguró.En ese momento ella volteó y le sonrió de manera dulce. Solo había necesitado esa señal para

entender que ella únicamente estaba siendo cortés con el Terra Átita, así que decidió tomar lascosas con calma y acercarse. No dejaría que Toba pasara la velada con otro Ígneo y mucho menosuno que perteneciera a otro lugar que no fuera Mineralia. No sabía cuánto habían cambiado lascostumbres en esas tierras, así que lo mejor sería acercarse y mantenerlo vigilado.Instantes después, la tierra se estremeció de nuevo.

Page 14: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 3TOBA

El aire frío de la noche susurraba en los oídos de Toba mientras caminaba en lo alto de la torre

Félsica, uno de los más bellos baluartes en la ciudad de Mineralia. El viento ondulaba su vestidocolor turquesa. Se acercó cautelosa al puesto de vigías donde observó a su media hermana Sienaque también portaba un hermoso vestido, era rojo carmesí. Ella permanecía inmóvil. Los ojoscolor miel de Siena contemplaban una luna de nieve que enmarcaba el firmamento, y las manos dela joven se posaban suavemente sobre el muro que la separaba del vacío. Toba se acercó más,volteó hacia abajo y sintió el viento helado golpearle el rostro. Por un momento el mechón azul desu cabello cubrió sus ojos. Siena seguía ausente sin decir una palabra.

―¿Lo extrañas verdad? ―preguntó Toba.Siena cerró los ojos y habló de manera suave.―Como el primer día en que partió.Toba se acercó aún más.―Sé que es difícil Siena. Aun despierto por las noches, buscando mi espada. Pensando si

pudimos haber hecho algo más para cambiar las cosas. Luego me levanto y puedo darme cuenta deque alguien si lo hizo. Fue él, Duno clavó su espada en las rocas de la montaña y eso te salvó.Aquel disparo se desvió al golpear la hoja de metal y no llegó hasta ti. Pienso que debes estarorgullosa de sus acciones. Ahora es uno de los grandes guerreros de los nuevos tiempos.

―Estoy consciente de todo eso Toba, pero es demasiado pronto. Aún no he podidosobreponerme, solo el tiempo me dará consuelo y tranquilidad.

―Lo siento. No soy muy buena reconfortando a las personas, pero mis intenciones sonsinceras.

Siena giró y tomó el hombro de Toba.―En verdad agradezco tus buenas intenciones, pero sabes que no es tan fácil.―Lo sé Siena, solo recuerda que en mi tienes una amiga que está dispuesta a apoyarte.―Gracias Toba, lo tendré en cuenta. Una amiga y una hermana. Así te llamaré siempre,

hermana.Las dos sonrieron.Durante un largo rato permanecieron en silencio , enseguida Toba se dirigió de nuevo a Siena.―Nuestro padre Andes desea instalar un nuevo sistema de gobierno, pero no como los de

antaño.―Lo sé Toba, tendrá a la mayoría a su favor después de haber ganado la última batalla. Sabes

cómo son los nobles en estos tiempos, apoyan hoy con la esperanza de tener retribuciones mañana.Eso molesta a cualquiera, ¿no lo crees?

Toba asintió.―La verdad, no sé si debemos hablar de política ahora. Esta noche es para disfrutar de una

buena fiesta. Lo tenemos bien merecido. Hablaremos de esto más tarde, ¡vayamos al jardín!―exclamó Siena.

Tardaron un rato en bajar de la torre, después solo caminaron en línea recta. Ya ni siquierarecordaban lo que era estar en una celebración y mucho menos lo que era usar un vestido. Sehabían acostumbrado tanto a la ropa asida al cuerpo, que se olvidaron de que alguna vez

Page 15: La Energía del Destino (Spanish Edition)

socializaron cuando todavía no eran guerreras.―Nunca entendí porque había tenido tanta suerte, tantas reuniones, rodeada de tanta nobleza y

guerreros ―expresó Toba―, solo había sido la pequeña que fue adoptada por unos nobles. Cadadía trataba de hacerme creer a mí misma que no pertenecía aquí, aunque en el fondo sentía queencajaba perfectamente y sobre todo me sentía segura. La mayor parte de las veces estaba acompañada por él, Gabro era constante para mí. De forma inconsciente me cuidó, me hizo serparte de cada momento durante todos estos años.

―Desde pequeños y hasta el día de hoy lo sigue haciendo ―afirmó Siena.―Tú también me entendías y seguías mis juegos ―afirmó Toba―. Me d i cuent a que debido a

la amistad que teníamos se formó una fuerte conexión que nos hizo más cercanas.Ellas continuaron caminando. Al girar sobre una fuente dos jóvenes guerreros pasaron de lado

e hicieron una reverencia. Solo la ardua instrucción de pequeñas las hizo regresar el gesto.Siguieron su camino.

―Retomando el tema de la política, ¿vendrás a la reunión el día de mañana? ―preguntóToba―, en ella se harán saber las nuevas propuestas a los principales nobles del Imperio.

―No lo sé aun.―Serás requerida Siena, sería descortés no asistir.―Estoy consciente que debo presentarme. Nuestro padre me ha escogido para gobernar. En

este caso me he convertido en la actual heredera, por lo tanto; sé que debo involucrarme más enlas cuestiones de gobierno, aunque no lo deseo.

―Precisamente tu lugar está ahí, debes seguir aprendiendo y ganar la confianza de todos. Nosolo lograr que te vean como un simple adorno.

―Creo que otra vez tienes razón hermana, el destino político y militar está en juego. Porprimera vez se reunirán Mineralia y Terra Átita. Todos estarán presentes y formarán un grupo queliderado por nuestro padre, unificará las leyes que ayudaran a gobernar. Tonta de mí, yo mismame estaba excluyendo de ello.

―Por lo que veo es un paso muy importante y lo has entendido ―le hizo ver Toba.―Mmm…, ahora me queda claro, esa es la razón por la que debo estar presente. Nuestro

hermano Rio también fue preparado para gobernar, igual Gabro, pero la situación de ellos ahoraes distinta.

―Lo sé, a pesar de todo parece que Gabro está concentrado en algo diferente. Ha revisadocada uno de los antiguos escritos en busca de información relacionada con la energía llamada deldestino ―afirmó Toba―. Existen muchas historias y mitos acerca de esto. Él está dispuesto adescubrirlo a toda costa.

―Dime entonces Toba, ¿es cierto que han revelado la existencia de un libro secreto?―Al parecer así es, aunque siempre creí que eran solo cuentos o historias de antaño.―Si esto es real, entonces las leyendas de los Altos Guerreros también lo son ―afirmó

Siena―. Un grupo de nueve guerreros que conquistaron por ambición todo el continente y demanera inexplicable, desaparecieron dejando como rastro solo las espadas míticas.

―Las mismas espadas que portamos ahora ―aseguró Toba.―Bueno, con este vestido no la usaría ―sonrió Siena.Toba asintió.―A veces pienso que también nosotras seremos leyenda ―dijo mientras levantaba el rostro

para contemplar el firmamento.―¿Lo piensas o lo deseas hermana?

Page 16: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Ambas. Sé que estamos forjando la historia. Nos tocó vivir y luchar por este pueblo,¿también lo crees?

―Lo creo y puedo asegurar que también seremos parte, lo queramos o no ―añadió Siena.―Me doy cuenta de que no soy la única. Lo ves tan claro como lo hago yo ―aseguró Toba―.

Hay que afrontar el reto y hacer lo mejor que esté dentro de nuestras posibilidades. Dar el máximoesfuerzo. Es parte de nosotras, no debe de costarnos mucho trabajo. Es nuestra naturaleza.

―¡Ah! Tienes una autoestima muy alta Toba.―Como debe ser, ¿no lo crees?―Debo creerlo, aunque por mi parte pienso que debo trabajar en ello para mejorar. Llegaron a las puertas del salón. Alguien se acercó a recibirlas. Un joven alto, delgado, de

cabello castaño, ojos claros y uniforme de gala que no pertenecía a Mineralia. Él observó a Sienade manera intensa, ella sostuvo la mirada aunque no pudo evitar ruborizarse.

―¡Adelante! Pueden pasar al gran salón ―hizo una reverencia y enseguida se presentó―. SoyGran, heredero de Terra Àtita. Seré su acompañante esta noche. Tomó a las jóvenes por el brazo ylas condujo al interior.

No habían avanzado siquiera dos pasos cuando repentinamente el cristal cortado de un candilcomenzó a moverse. Una vibración proveniente del suelo era la responsable. Duró solo unpequeño lapso de tiempo, nadie le dio importancia. En la antigua Aurum esto era muy común. Enel interior la esperaba Gabro. Toba pudo apreciar que Gabro observaba detenidamente que Gransonreía con ellas y las conducía del brazo entre la multitud. Se dio cuenta de que Gabro sentía unrío de celos correr por las venas, pero antes de que cometiera un arrebato lo llamó con aquellamirada dulce e irresistible que la caracterizaba. Gabro era inteligente y no perdería laoportunidad de averiguar quién era y que deseaba ese joven uniformado. Así que mantuvo lacalma y se encaminó hacia ellos. Al verlo acercarse, Toba pudo sentir la tensión que segeneraba entre los dos jóvenes. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la tierra volvió atemblar, al parecer no había de que preocuparse, solo una botella de vino había caído al piso. Enel exterior el cielo se tornó oscuro cuando los picos del monte Sella ocultaron la luna. A través delos ventanales del gran salón, una lluvia de colores boreales comenzaba a vislumbrarse en uncielo ennegrecido por las sombras de la noche. Era extremadamente raro que apareciera unaaurora boreal en esa parte del continente y en esa época del año. La incrédula multitud salióatiborrando los jardines, deseaban apreciar aquél fenómeno celeste. La aurora era un regalo de lanaturaleza y solo había que disfrutarla, era un espectáculo maravilloso que tal vez no volvería arepetirse.

En el salón la tensión continuaba entre los jóvenes, así que Toba exhaló un poco de aire aldarse cuenta de que esta sería una larga velada. Ya no estaba segura de que era más fácil, si seruna fuerte y hábil guerrera o una bella y delicada dama.

De manera abrupta sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de un trueno queretumbó en cada rincón de Mineralia, su energía penetró en las entrañas de la ciudad. En ladistancia la gran cámara se iluminó y de las profundidades de la tierra emergieron arroyuelos deun metal líquido plateado que en contra de las leyes de la naturaleza, ascendían por la colina condirección de la gran cámara.

De inmediato Toba se sobresaltó, se dio cuenta que la Roca Madre estaba en riesgo.―Debemos ir a hacia allá, algo me dice que esto se dirige hacia los Cristallos y el Diamante

―expresó con preocupación.

Page 17: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Espera Toba, no sabemos que lo ocasiona; no te arriesgaré una vez más ―exclamó Gabro.―Tenemos que hacerlo, debemos proteger la estabilidad de la energía, es nuestra

responsabilidad, además solo así podremos aspirar a ser Altos Guerreros.―Solo te digo que no estoy dispuesto a perderte ―insistió Gabro.―Me perderás si no me acompañas ―aseguró ella.Sin demorar demasiado se retiró las zapatillas, llamó la energía hacia ella y en las plantas de

sus pies se formó una fina capa de roca, enseguida comenzó a correr a través de la colina. Suvestido ondeaba entre los brillantes y peligrosos ríos de metal fundido. Gabro la siguió. Al llegar,el metal ya había cubierto por completo la roca y continuaba envolviéndola solidificándose a sualrededor. De pronto todo terminó, los ríos se extinguieron retrocediendo al subsuelo.Desaparecieron tan rápido como habían llegado, regresaron a las entrañas del mundo. La Rocaahora se encontraba sellada.

Toba cerró los ojos y aspiró. Volteó hacia abajo y pudo darse cuenta que la capa de roca queprotegía sus pies había desaparecido.

―¿Sientes la pérdida? ―preguntó―. La energía de la Roca se ha interrumpido.Gabro cerró los ojos por un pequeño instante, enseguida la miró incrédulo y asintió. Toba se

dio cuenta de que estaban ante un fenómeno que de ninguna manera podía considerarse casualidad.Un poder superior se manifestaba ante ellos. Lo único que les quedaba era llamar a Andes,intentar romper el sello y prepararse para enfrentar aquél poder desconocido.

Page 18: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 4MIGMA

Migma se desplazaba por la magnífica cámara de la antigua ciudad de Aurum. El lugar era

enorme, había sido construido con paredes gruesas casi impenetrables. La gran cúpula que todavíapodía abrirse, había sido probada algunos días atrás por su tío Esquisto. Subió de manera lentaalgunos escalones. Aun y cuando se consideraba una guerrera fuerte y joven, se sentó condelicadeza en aquel viejo y robusto trono. Nadie lo usaba desde hacía más de mil años, pero seveía imponente e impecable. Un grupo de trabajadores se había encargado de dejarlo listo.

Recorrió lentamente con sus dedos cada uno los grabados de oro y el terciopelo reciéncolocado. En él, tres bestias rampantes de melena espesa se encontraban estampadas y formabanun triángulo donde rugían de manera espectacular.

En un instante recargó la espalda contra los grabados de oro mientras su largo cabello castaño con puntas rosadas, se esparció sobre el respaldo. Volteó la mirada hacia arriba y sus ojos colormarrón, se clavaron en la esfera plateada que se encontraba en lo más alto del recinto. Cerró losojos. Sintió la fuerza que recorría toda su piel. Aquellas habilidades de antaño las habíarecuperado. Su cuerpo podía formar nuevamente la armadura de roca que desde pequeña le habíanenseñado a utilizar. Sentía como las espadas se formaban y desvanecían en sus manos a voluntad.

Observó sus manos de guerrera.―¿De qué le servían ahora aquellas armas? ―se preguntó.Prefería la espada de Carframio que su padre le entregó antes de morir, aquella que fue forjada

por Pizarro con la energía del diamante oscuro junto con otras seis más. La espada poseía unsignificado especial para ella. Se había convertido en su arma predilecta e inseparable. La hacíasentir de algún modo, más segura.

Al igual que ella su hermano Milo aun portaba la suya. Todos estos recuerdos siempre lallevaban a hacerse las mismas preguntas, «¿cómo continuar si su padre Pizarro había muerto amanos de Andes, el padre de Toba?» «¿Cómo ejecutar su venganza?» Ahora ella y su casta seencontraban exiliados en la ciudad que le dio origen a todo, dejándolos relegados a permanecer eneste lugar para siempre.

De pronto su mente comenzó a recordar aquellos momentos cuando su padre aún vivía. Unanoche lo encontró en las puertas de la cuidad. Con el paso del tiempo se había convertido en unode los recuerdos que avivaba el sentimiento de rencor en contra de los Ígneos.

―¿Qué es el bien y el mal para mí, si he sido traicionado? ―lo escuchó hablar―. Ya no soycomo antes de la transformación, mi piel es distinta y una resistente capa parecida a la roca lacubre. «¡Tal vez la maldad si se apoderó de mi mente, tal vez no!» Ahora veo las cosas distintasdespués de haber sido abandonado a mi suerte junto con mi familia y mi pueblo. De pequeño noconocía el rencor, pero ahora aborrezco al pueblo Ígneo por haberme arrebatado todo en la vida.Aquí, al pie de las murallas de esta antigua ciudad, prometo que recuperaré lo que hemos perdido.

―¡Mi nombre es Pizarro, descendiente de los antiguos Ígneos y juro por la sangre de misancestros, que lucharé hasta el final! ¡Porque estoy convencido, que mi causa es justa!

Migma reaccionó volviendo a la realidad y dijo suavemente.―Padre, no te diste cuenta que te escuché esa noche, pero memoricé hasta la última palabra.Desde ese día no creía que su pueblo fuera malvado, solo que todo había sido tan injusto para

Page 19: La Energía del Destino (Spanish Edition)

los transformados, como dijo su padre, ellos veían las cosas desde otra perspectiva. Si había algode maldad en ella, no era algo que no pudiera controlar.

Migma se decía constantemente que aun sentía amor por su padre muerto, por su hermano Miloy por su madre Mica. ¿Acaso no era suficiente prueba para demostrar que había un poco debondad en ella? Sí, en efecto; habían atacado a los Ígneos porque sintieron que habían sidotraicionados, abandonados a su suerte en esta antigua ciudad, en un letargo que duro más de mil años. Los Ígneos despertaron primero. Su deber fue dejar un guardia, al menos un mensaje; perono lo hicieron. Gneis, el gran soberano elaboró sus planes, pero el pueblo Metamorfo no estabaincluido en ellos. Andes, Diora y el pueblo Ígneo, pudieron haber dicho no, a su líder. Pero enlugar de eso, lo siguieron por ilusión, ambición o por el motivo que fuese. Ahora aquel líderÍgneo, también había muerto. Para ella significaba lo mismo. Habían sido abandonados sinexplicación alguna como les había dicho su padre Pizarro, y para su pueblo eso había sidotraición.

Nunca perdonaría a los Ígneos, nunca.Migma seguía inmersa en sus pensamientos.De pronto un joven entró al recinto. Era Milo, su hermano. Él se acercó.―Nuevamente te encuentras aquí ―afirmó al verla.Ella solo giró la cabeza hacia un lado mostrando desinterés.―Tengo noticias de Mineralia ―dijo.Aquellas palabras llamaron su atención. Migma volteó hacia él.―Espero que sean buenas. Me agradaría saber que Toba y Gabro ardieron en las llamas del

volcán Natrón.―En esta ocasión tendré que defraudarte Migma.―Entonces habla, ¿qué estas esperando?―No seas tan impaciente hermana.―¿Y bien?―Pronto habrá una junta suprema. Terra Átita y Mineralia unificarán sus leyes. A s í las dos

naciones serán más fuertes. Tal vez busquen sellar su alianza con la unión de alguno de sus hijos.―¡Bah, como en la antigua usanza! Creí que esas prácticas habían desaparecido.―Ya ves que no es así, siguen vigentes.―Según tengo entendido, Gran, el heredero de Terra Átita; buscará hacer una alianza definitiva

con Andes ―aseguró Milo.―No continúes, seguramente Toba se ofrecerá sacrificándose en nombre de los Ígneos. Debí

haber acabado con ella cuando tuve oportunidad.En ese momento alguien más se acercó a la entrada de l a gran cámara. Una figura delgada de

tez blanca, cabello castaño claro y ojos verdes. Migma se levantó de inmediato dejando el tronovacío. Era Mica, su madre. Lo había escuchado todo.

Mica se detuvo frente a su hija. La miró de pies a cabeza.―Toba es tu media hermana. Si te pedí que no la mataras, fue por esa razón.―Pero mira madre lo que ha causado. Nuestro padre estaría aún vivo si ella no hubiera

intervenido.―Tu padre era fuerte y conocía el riesgo. Murió con honor combatiendo hasta el último

instante.Migma y Milo asintieron.―Si alguien se atreve a dudarlo, lo pagará con su cabeza ―amenazó Mica.

Page 20: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Los jóvenes parecían convencidos.―Es nuestra responsabilidad continuar con esa lucha. Retomaremos fuerzas. Pronto podremos

partir y recuperar lo que es nuestro por derecho ―afirmó Mica―. Hijos míos, ustedes sondescendientes de Aplio último gobernante de la vieja era y por lo tanto tienen el derecho areclamar lo que nos han arrebatado los Ígneos. No hablo de títulos y tierras, sino del inmenso poder de la Roca Madre.

Mica se llevó las manos a la cabeza.―Reconozco que alguna vez fui débil y tuve una hija con Andes. Hoy todo eso terminó.

Arrasaremos Mineralia como se debió de haber hecho desde el principio. Esta vez no habrácontemplaciones. Llamen a Esquisto, que trabajen a marchas forzadas en la forja de las espadas yescudos de Carframio.

―¿Por qué hacerlo? Tenemos el poder de la Roca Madre ―replicó Migma.Mica sonrió, parecía ver lo ingenua que era su hija en ese momento.―Los Ígneos tienen vigías ubicados en casi todo el terreno, desde Mineralia hasta Aurum, son

precavidos y algún día esperan vernos llevar el ejército por tierra. Pero no lo haremos. Hija mía,nuestro ejército ya construye embarcaciones ocultas en el bosque que está junto al río grande queconduce a Mineralia. Decenas de embarcaciones están casi listas para ser llevadas al agua yzarpar.

―¿Porque no lo habías mencionado?―¿Acaso no te has dado cuenta de que la ciudad de Aurum está casi vacía?―Creí que estaban…―Creíste mal, los he enviado en grupos pequeños para no despertar sospechas. Esquisto ha

entrenado bien a Serpento y Skarn, ellos vigilan que nuestra gente vaya por caminos seguros. Soloesperan mis órdenes para atacar. Conozco a Andes, nunca esperará un ataque con un ejércitosigiloso que desembarque en la profundidad de la noche. Cuando se den cuenta, estarán rodeados,entonces cerraran sus puertas y se atrincherarán en la ciudad.

―Pero la lucha será brutal con la energía de la Roca Madre ―interrumpió Migma.―Eres joven hija mía, y no conoces bien al rival. Andes no permitirá ser atacado con la

energía de la Roca, retirará los Cristallos y el Diamante antes de que podamos entrar en la ciudad,luchará como en la vieja escuela.

―Lo entiendo madre.―Pero nosotros tendremos la ventaja. Tengo una sorpresa para ellos, estaremos mejor armados

y con un plan que no esperan. Ese será nuestro primer golpe ―aseguró Mica.Migma y Milo se quedaron sin palabras, sabían lo dura que podía llegar a ser su madre, al

contrario que su progenitora creían que aún no era tiempo de cobrar venganza en contra de losÍgneos.

Migma sospechaba que más allá de cualquier disputa, en el fondo su madre estaba resentidacon Andes. En el pasado solo se interesó por rescatar a Toba, y a ella la dejó a su suerte con losMetamorfos.

Migma sabía que Andes no consideró algo. Una mujer resentida es capaz de cometer lavenganza más cruel, sin importar las consecuencias.

Page 21: La Energía del Destino (Spanish Edition)
Page 22: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 5PIGEÓN

Pigeón deslizó sus dedos por los ladrillos que formaban la pared, al tacto parecían reales. La

pared era sólida de nuevo. Era algo difícil de creer, sin embargo; estaba consciente de que habíancaminado a través de ella. Dio la media vuelta tratando de contener el asombro. Debía mantenerla cordura. Era necesario averiguar más para saber en qué situación se encontraban. Sabía quejunto con su hermano serían buscados sin descanso por los Altos Guerreros. Habían fallado enasesinarlos esta vez, no tendrían que darles una nueva oportunidad. De hacerlo, podría ser laúltima.

Pigeón se acercó a la joven, ella se encontraba acurrucada en una silla de madera. Sus manossostenían un par de bosquejos entre una pila que se encontraba en la mesa contigua. Pigeón seacercó tomando también uno, enseguida otro. Los esparció sobre la mesa, todos eran réplicas dela visión que mostró la joven.

Sin esperar más continuó indagando.―¿Cuál es tu nombre?Ella regresó los bosquejos que tenía en las manos, los arrojó sobre la pila.―Mi nombre es Jade, así pueden llamarme.El maestro dio un paso más tratando de conservar la atención de la joven.―Jade, ¿cómo es que no hemos oído hablar de ti? Mucho tiempo vivimos en la torre Máfica.Ella levantó el rostro. Sus ojos llorosos denotaban tristeza. Un sentimiento así era difícil de

ocultar. Lo pensó solo un momento antes de contestar.―Tal vez la razón sea porque no soy hija legítima de Galio. No soy bien vista en Aurum.Luxulian intervino, tomó a su hermano por los hombros apartándolo de la joven.―Respóndeme algo Pigeón, ¿por qué hemos de confiar en ella? ¿Qué tal si es un error y nos

entrega? Seríamos decapitados de inmediato.―Tranquilízate, ¡si esas fueran sus intenciones, ya lo hubiera hecho! Ni siquiera se habría

tomado la molestia de rescatarnos. Era tan fácil dejarnos solo ahí y morir a manos de los AltosGuerreros. Sé que ella tiene un plan para nosotros. Al menos eso supongo.

El maestro regresó hacia la joven y exhaló profundo.―Deseamos confiar en ti, pero necesitamos saber más sobre algunas cosas, ¿qué dices? ¿Estás

dispuesta a confiar en mí y en Luxulian?La joven parpadeó una vez, enseguida asintió con la cabeza.Pigeón se sentó a su lado y la tomó de la mano.―¿Cuándo comenzaste a tener visiones?Jade soltó a Pigeón, suspiró hondo mientras se recogía el cabello.―Desde chica las he tenido. Esa ha sido mi perdición. En Aurum me veían como una extraña,

todos me despreciaban por creer que era alguien maligno, así que mi padre me envió a este lugarpara evitar la vergüenza que le causaba. Sería recluida, tal vez nadie volvería a preguntar pormí. Desde mi llegada fui criada solo por ancianos. Ellos me enseñaron a tener paz, me mostraronel camino, la luz y fuerza de esta tierra. Transcurrió mucho tiempo, pero ahora mi madre ha tratadode hacer algo por mí. Me envió un pequeño frasco hace algunos meses. La etiqueta decíaElementa. Solo sé que lo tomó al creer que eso podría curarme. Lo bebí y ahora las visiones sehan hecho más fuertes. No sé si ahora soy más monstruo de lo que era antes.

Page 23: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―No eres ningún monstruo Jade, tienes cualidades especiales, eres única.―Y hermosa ―agregó Luxulian.La joven se sonrojó al escucharlo.Pigeón miró a Luxulian y reprobó el comentario con la cabeza.―Dime, ¿por qué nos salvaste?―Los ancianos me indicaron que lo hiciera ―respondió.―Bien, entonces llévanos con ellos ―le pidió Pigeón.No puedo hacerlo, ahora están muertos; perecieron a manos de los Altos Guerreros. Solo he

quedado yo, mi tarea fue ésta, mostrarles el mensaje.―Creo que tu tarea involucraba algo más ―afirmó Pigeón―. Los ancianos eran sabios y te

enviaron con nosotros por otra razón.―¿Y cuál piensas que puede ser esa razón? ―preguntó Jade.Pigeón se alejó algunos pasos observando el techo de la habitación.―La única que nos ayudará a sobrevivir y derrotar a los Altos Guerreros. Compartir lo que

sabes de la energía que nos has mostrado.―Haré lo que pueda, pero no garantizo que funcione ―respondió ella.―Funcionará. Estoy convencido de que los ancianos sabían más de lo que creemos.

Page 24: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 6

GABRO Gabro se quedó inmóvil, por un instante se perdió en lo más profundo de sus pensamientos,

había dejado de percibir la energía que provenía de la Roca Madre como lo mencionó Toba. Laenergía que antes inundaba el ambiente, había desaparecido, ahora se encontraba solo un vacíoaterrador después de que se extinguieron los ríos de metal fundido. «¿Hacia dónde se había ido laenergía que proporcionaba la Roca Madre?» No había una razón lógica para que se hubieraesfumado así como si nada. «¿Y si en realidad no desapareció y estuviera encausándose hacia otrolugar?» Como saberlo si ni siquiera podían acercarse lo suficiente para averiguarlo. Por estosmotivos, tenían que considerar todas las posibilidades.

Respiró profundo, algo le decía en el fondo que la energía aún estaba en alguna parte. Tal vezse encontraba solamente encapsulada. Se dio cuenta de que aquel vacío lo hacía ser más sensible.Ahora podía percibir algo más que fluía formando líneas en la tierra bajo sus pies. Un cosquilleole indicaba que algo poderoso había pasado desapercibido hasta ese día. No era la Roca. Almenos no lo sentía como el poder que los hacía cambiar. Podría ser aquello que Andes le habíamencionado tiempo atrás. Aquel secreto que no se había revelado a los demás Ígneos. En verdadahora lo podía percibir. Sentía aquella enorme red de energía que cubría todo el terreno. En losantiguos libros no había encontrado nada de información con respecto a esto, pero tenía unpresentimiento, tal vez en el libro que recién habían descubierto en Tiara, pudiera encontrarsealgo. Pero ahora lo que le apremiaba saber era acerca de la energía del destino. Eso podíaconvertirse en la diferencia. ¿Podrían tener una relación ambas cosas?

Miró hacia un lado, Toba se encontraba aun desconcertada. En ese momento se acercaron Varioy Ankara, tenían toda la intención de apoyarlos.

―Escuchamos que hay problemas ―exclamó Ankara.―Los hay y muy serios, pero en este momento no podemos hacer nada ―respondió Gabro.Vario y Ankara no daban crédito a las palabras de su compañero, siempre se había

comportado como todo un líder y por lo genera l , sabía que hacer o al menos se mantenía fiel a unplan. Aun así, estaban dispuestos a seguirlo.

Gabro continuaba pensativo, de pronto giró hacia ellos tratando de tranquilizarlos y darles unarespuesta lógica.

―No podemos actuar si desconocemos lo que está pasando ―aseguró.Los demás asintieron.De pronto la tierra tembló de nuevo y toda Mineralia se estremeció. El mundo que conocían se

resquebrajaba ante sus miradas incrédulas.En ese momento arribaron Siena, Obsidiana, Basalto y el príncipe Gran, uniéndose a ellos.Toba reaccionó y giró el rostro hacia los guerreros, luego hacia el príncipe.―¿Lo sienten? ―preguntó.―De que hablas Toba, no comprendo ―dijo Obsidiana, Siena apoyó su comentario.Basalto y Gran no respondieron.Toba volteó hacia Gabro, él estaba consciente de la situación y la entendía.Era algo que ya había sucedido en el pasado cuando los elementos se perdieron en Mineralia,

un completo y profundo vacío se encontraba ahora dentro de su cuerpo. Pero en compensación a

Page 25: La Energía del Destino (Spanish Edition)

eso, el suelo parecía cobrar vida.Gabro la tomó de la mano, no le quedaba más que tratar de mantener la calma y buscar una

respuesta que obviamente no estaba a la vista y aun no podía descifrar.

Page 26: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 7TOBA

―¿Lo sentiste Gabro? Fue como si la tierra llorara al sentirse perturbada.―Lo sentí, somos como antes de nuevo.En ese momento arribó Andes a través de la entrada principal de la gran cámara. No

acostumbraba llevar la corona, solo una capa roja. Se acercó lo suficiente para darse cuenta quela Roca Madre había quedado dentro de aquel caparazón metálico solidificado.

―¡Por los ancestros! ¿Qué clase de truco es este?Se acercó más e intentó colocar su mano sobre el metal, enseguida decenas de hilos plateados

amorfos se retorcieron impidiéndole hacerlo. Andes retrocedió para evitar ser alcanzado. Alcontemplar la escena un guardia tomó su espada y sin dar tiempo de nada, arremetió contra lamasa metálica que rodeaba la roca, tratando de proteger a su líder. Mientras tanto los brazosamorfos se retorcían alrededor de su cuerpo y lo carbonizaban arrojando la espada fundida contralas paredes del recinto. Enseguida aquellos brazos retrocedieron.

Toba se quedó fría al ver la muerte del guerrero. Solo un montón de cenizas carbonizadashabían quedado de aquel cuerpo que había servido a la guardia real.

Andes giró de manera violenta.―Que nadie se acerque hasta averiguar con que, o quien estamos tratando.Enseguida se lamentó por el sacrificio sin sentido de aquel guerrero. Intentó tomar la posición

firme que lo caracterizaba. Pero la incertidumbre se apoderaba de su mente.―No lo entiendo, ¿qué es esto? Una aleación metálica que reconoce nuestros movimientos

―dijo.No había una explicación lógica, Andes estaba convencido que los Metamorfos ya se habían

dado cuenta y sabía que pronto enviarían un emisario para saber qué es lo que había sucedido,exigirían saber porque se perdió la fuente que los Ígneos habían jurado proteger.

No logró disimular, mostró un rostro desencajado como no se le había visto debido al granpeso que exigía la corona y las responsabilidades que conllevaba.

―Que se presente ante mí un mensajero, será enviado a la antigua ciudad de Aurum parainformar a los Metamorfos de lo sucedido.

En la oscura noche, la aurora boreal se hacía cada vez más intensa y su melódico sonidoestremecía a los habitantes de Mineralia.

De pronto la tierra tembló nuevamente y los brazos amorfos dieron forma a una figura. Un bellorostro femenino de facciones afiladas e inmutado se alzó por encima de la Roca Madre. Giróaparentando observarlos, mientras una aguda pero potente voz retumbó en cada rincón deMineralia.

―¡Los veo! Parecen insectos asustados, ¡pagarán la osadía de sus ancestros! Ahora queencontré los preciados Cristallos y mis hermosos Diamantes. Por derecho me pertenecen y vendréa buscarlos. Escúchenme bien Ígneos, nada ni nadie, podrá detenerme. ¡Soy el eje que mueve almundo y he regresado!

Toba se tomó del brazo de Gabro. No sabía qué hacer ni que pensar.El calor dentro del recinto se volvió insoportable. Las decenas de brazos amorfos de metal

surgieron nuevamente latigueando y centellando por toda la cámara.―¡Todos salgan! ―dio la orden Andes.

Page 27: La Energía del Destino (Spanish Edition)

La indicación de abandonar el lugar se obedeció de inmediato.―Sellen las puertas, que nadie entre al recinto.Toba se acercó a Andes lo suficiente. Tenía que saber lo que estaba pasando. Deseaba ayudar

de alguna manera.―¿Qué es lo que sucede, de quién era ese rostro?Andes colocó su mano sobre el hombro de Toba. Ella aún no se sentía cómoda ante ese tipo de

gestos. Andes lo notó, se apartó y dio media vuelta.―No es un secreto, más no es una enseñanza que se haya transmitido a las nuevas generaciones

―dijo Andes―. Casualmente aparece en algunos textos como un ser legendario del cual nocreímos volver a saber. Su poder era enorme. Luxulian y Pigeón escaparon de ella en los lejanosmontes de Urania hace tantas generaciones. La creímos muerta. Quisimos pensar que su fuerza sehabía extinguido después de tanto tiempo, que no volvería más, pero estábamos tan equivocados.Su nombre es Itria y se proclama dueña de todo lo que nos rodea.

Toba recordó algunas de las historias que leyó de pequeña. Sus libros contenían másinformación que los que comúnmente se usaban para instruir al pueblo. Con el tiempo eserecuerdo se había borrado de la memoria de la mayoría. Como dijo Andes, en algún momentoquisieron pensar que solo eran mitos. Pero no lo eran ya que el polvo con el que fueron forjadaslas espadas provenía de aquel frío y lejano lugar llamado Urania, de donde se habían desarrolladolas historias de Itria. Necesitarían la ayuda de Terra Átita y de los Metamorfos para enfrentar unpoder tan grande.

De pronto Andes interrumpió sus pensamientos.―Partiré hacia Aurum en busca de apoyo, es la única manera de conservar la Roca Madre.

Los Metamorfos entenderán.Toba clavó los ojos en Andes. Era la oportunidad perfecta para hablar con Mica, su madre.

Solo debería ser lo suficientemente convincente para lograrlo.―Autoriza mi viaje. Iré contigo. Hablaremos con quien haya quedado al mando.Andes se quedó pensativo. Toba sabía que no deseaba llevarla de regreso a Aurum sabiendo

que su madre Mica y sus medios hermanos Milo y Migma se encontraban ahí. De hecho él iría porobligación, se lo debía a los habitantes de Mineralia. Pero, como podría negarle esa petición, sihabía demostrado valor y coraje anteriormente.

Toba esperaba la respuesta.―No lo sé hija, el viaje será peligroso. Será una semana galopando en equino.Ella intentó persuadirlo de nuevo tratando de manejar la situación a su favor, a pesar de que ni

siquiera estaba convencida de tener ese sentimiento de afecto hacia él. Para ella sus padresadoptivos Sill y Mena, tenían un lugar especial y Andes tenía que ganarse ese lugar y no solo darpor sentado que ella lo aceptaría solo por ser el padre que la engendró.

―Mayor es el peligro que nos acecha ahora en Mineralia. No quiero quedarme cruzada debrazos mientras veo como se derrumba nuestro pueblo. Tu sangre corre por mi cuerpo, confía enmí.

Andes de nuevo se quedó pensativo.―Está bien, los ancestros han decidido. Si es tu deseo ayudar al pueblo Ígneo de esta manera,

que así sea escrito. Partiremos mañana al mediodía rumbo a la ciudad que te vio nacer.Toba respiró profundo. Logró lo que buscaba. No solo ayudar en la causa, sino tener la excusa

perfecta para acercarse a Mica sabiendo ahora que era su verdadera madre. Tal vez estando lostres cara a cara, podrían darle una explicación del porque la habían abandonado.

Page 28: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Andes se retiró del lugar e inesperadamente su esposa Diaba lo detuvo. Toba logró escuchar enla distancia los reclamos que le hacía.

―De antemano sabes que tienes mi apoyo porque eres el líder y la vida de nuestros hijos estáde por medio, pero eso no significa que te perdone y olvide tu engaño del pasado. En cuanto aToba, no aceptaré tu imposición. Ella tiene el lugar que tú mismo le diste con sus padresadoptivos.

Toba no quiso escuchar más e intentó alejarse dando la vuelta estrellándose contra el cuerpo deGabro que al parecer se había dado cuenta de la situación. Sin darle tiempo de nada la abrazó tanfuerte que casi llegó a asfixiarla. Basalto y Obsidiana también se acercaron, se encontraban a laespera de órdenes como muchos otros que deseaban ayudar. Durante un corto tiempopermanecieron a la expectativa y se retiraron al ver que la Guardia Dorada comenzó a custodiar elrecinto. Cada uno se retiró a sus aposentos.

La noche avanzó despacio mientras el viento aulló en los campos de trigo de Mineralia. Poco apoco se unió el canto de las aves nocturnas y el sonido de las cuerdas de un rústico instrumentoque tañaban dos guardias que se encontraban cerca de una de las torres. Ese melancólico sonido,transmitió más temor que cualquier otro sentimiento. El tiempo transcurrió menguando laoscuridad, al mismo tiempo soplaba un aire frío que no aparentaba dar tregua, mientras acariciabalas doradas espigas que se balanceaban en la distancia.

La esperada mañana llegó.Toba salió a los patios de la torre Félsica como de costumbre. Gabro ya la esperaba.―¿Qué haces aquí ? ―preguntó ella.―Aguardando a que despertaras y dieras el recorrido que realizas cada mañana.Toba giró su rostro a un costado al escuchar el resoplido de un Idion.―Dime una cosa, ¿por qué traes contigo dos equinos?Gabro sonrió y la tomó de las manos.―Antes de que partas en tu viaje quiero mostrarte algo, confía en mí y sube, te llevaré a un

lugar que solo la imaginación puede concebir.Toba confiaba ciegamente en Gabr o , como él lo hacía en ella. Sin demorar demasiado y sin

importar la hora, subió a su equino y juntos cabalgaron durante un rato siguiendo una de lasveredas que los llevaba al noroeste. El viento les rozaba el rostro, mientras que la crin dorada delos hermosos animales se agitaba y ondeaba al compás de cada trote. Toba volteó hacia un lado,sin duda alguna su perspectiva hacia Gabro había cambiado, ahora lo veía más alto, fuerte ydecidido. De alguna manera la forma de ver la vida y el mundo que los rodeaba los habíacambiado después de perder algunos seres queridos.

Gabro pareció escuchar los pensamientos de Toba, tal vez deseando expresar lo que sentía. Enese momento detuvieron su marcha.

―¿Te encuentras bien Gabro?Él negó con la cabeza.―Me conoces demasiado. No existe forma de ocultarte algo.―Si la razón por la que te encuentras así es porque voy a partir, te prometo que tendré

cuidado.Gabro miró fijamente aquellos ojos grises. Ella tenía el presentimiento que le diría algo en ese

momento.―No es nada sencillo hablar y expresar lo que siento ahora ―dijo el Ígneo.―Pero soy yo, tu pequeña Fuego de Roca. Siempre te he escuchado desde que éramos unos

Page 29: La Energía del Destino (Spanish Edition)

pequeños. Si con alguien puedes expresar lo que sientes, es conmigo.Gabro asintió.―Cuando mi padre murió, mi madre y yo quedamos deshechos, un abismo se abrió ante

nuestros pies y no hemos vuelto a ser los mismos desde entonces. Solo sé que el temor de perder alos demás seres que amas te sacude como un vendaval, pero la idea de pasar el presente junto a ellos y disfrutar cada momento, es lo único que te hace sentir y saber que se puede seguirviviendo.

Toba le acarició el rostro con la palma de su mano. Gabro correspondió con la suya en lamejilla.

―Tengo miedo de perderte Toba. No sé si podría soportarlo.A ella le brillaban los ojos, estaban humedecidos después de escucharlo.―No pienses en eso ahora. Me lo has dicho hace un instante. Disfrutemos el tiempo que

podemos estar juntos. Como lo hacíamos cuando éramos pequeños, cuando no conocíamos eldolor, cuando solo las travesuras nos divertían y nuestro pensamiento era jugar hasta caerrendidos de cansancio por las noches. Seamos como cuando éramos pequeños.

Gabro asintió con la mirada, aquellos ojos azules la veían como el regalo más preciado.―Elegí la persona perfecta, la que me entiende y complementa. Sé que eres mi destino ―le

dijo. Arribaron cerca de una arboleda muy abundante formada por cientos de hayas y encinos que

producían un fresco aroma a madera.―¿Y este paraíso? ―preguntó Toba.Gabro no respondió de inmediato, saltó del equino con la intención de ayudarla a bajar, pero

ella era una guerrera y no estaba acostumbrada a recibir ayuda. Él pareció entender y ella intentóportarse más delicada.

―Lo encontré hace poco. Es una sorpresa, así que cierra los ojos que yo guiaré tu camino ―ledijo.

Avanzaron algunos pasos, caminaban sobre una suave capa de hojarasca.―Ahora ya puedes ver.Toba abrió lentamente los párpados, entonces se maravilló al ver que miles de mariposas

rodeaban los troncos de los árboles. Sobre su mano se posó una tan bella que por un instantedistrajo su atención, al verla de cerca se dio cuenta de lo hermosa que era, podía sentir queopacaba aquel bosque de Mineralia. Solo le quedaba sonreír hacia Gabro por tan bello regalo.

―¡Es un hermoso lugar!Gabro asintió.―¿Existen más santuarios como este?―Al parecer solo unos cuantos están documentados, pero la mayoría se encuentran al sur del

continente.―Entonces somos afortunados ―aseguró Toba.―Somos afortunados por estar juntos en este lugar ―recalcó Gabro.Ella continuó observando la mariposa que aún se encontraba en su mano.―¿Me gustaría saber el nombre de esta especie?Gabro sonrió. Se notaba que los sabía, probablemente lo había leído en uno de los antiguos

libros de Pigeón.―Si no me equivoco su nombre debe ser Monarca.

Page 30: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―¡Es tan hermosa!―Lo es.Ella desplazó hacia un lado el pie derecho, seguido del izquierdo. Suavemente se movió al

compás de una canción que comenzó a tararear, lo hizo durante algunos instante s . A l final sedetuvo y sonrió.

―Espero que este lugar permanezca oculto para siempre, lejos de la destrucción que nosacecha.

En ese momento agitó la mano y la mariposa alzó el vuelo con un suave y armonioso aleteo,simulaba que danzaba en el viento. En un parpadeo se unió a miles de su especie que revoloteabanpor todas partes. Continúo desplazándose y danzando hasta perderse en un mar de alas de coloresde distintos marrones. Unidas partieron y comenzaron su regreso a casa después de habercompletado la misión que la naturaleza les había encomendado.

Toba levantó la palma de su mano y la entrelazó contra la de Gabro. Esa mañana, no hubo unamor más grande que aquel que sintieron ellos dos en el valle de Mineralia.

Al llegar el mediodía, partió rumbo a la ciudad de Aurum.

Page 31: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 8MIGMA

Después de hablar con su madre, Migma se sintió tan desconcertada que decidió caminar por la

gran cámara. De pequeña se escabullía para jugar en ese lugar. Innumerables veces lo hizo al ladode Gabro y Toba, cuando todos eran iguales y no había llegado la transformación. Ahora solo eranrecuerdos, así que presionó su mano contra la pared, ésta se desplazó mostrándole la entrada queestaba buscando. Decidió deslizarse por aquel viejo pasadizo que se encontraba detrás del trono.De pequeña se había jurado no revelar su existencia. Los tesoros más grandes de su infancia seencontraban ahí. Ahora le parecía un lugar tan lúgubre y frío que pensó en regresar al ver quetodas las paredes estaban inundadas de telarañas. Sus ojos se esforzaban por ver más allá,buscaba con ansias aquellos juguetes que había dejado ocultos, pero más de mil años no pasan envano y solo algunos harapos de sus muñecas quedaban ahí. Tomó una entre las manos, la acariciócon ternura y pudo recordar que era feliz en ese entonces. Aquella muñeca había sido la que másquiso en su infancia, pero existía un recuerdo, se la había regalado Toba y ahora eran enemigas.Intentó borrar lo bien que se sentía cuando jugaban juntas, cuando no conocía el rencor, cuandonada le importaba más que ser feliz. Al contrario, esos recuerdos se arraigaban en lo másprofundo de su mente. Aun así, estaba decidida a guardarle rencor para siempre por haber estadoinvolucrada en la muerte de su padre. Volteó hacia un lado donde percibió una pequeña luz que sefiltraba hacia aquel escondite. La siguió y pudo darse cuenta que solo era una pequeña perforaciónque mostraba el interior de una habitación. Su sorpresa fue grande al darse cuenta que era la de sumadre.

La luz era escasa. Escuchó algunos pasos, se retiró de inmediato del lugar respirandoagitadamente, exhaló al ver que era Milo quien la seguía y se detenía frente a ella.

—¿Qué es este lugar y que haces aquí? —le preguntó.—Es un lugar que acostumbraba visitar de pequeña, pasaba horas jugando, no sé qué me hizo

venir de nuevo. Hace tantos años que no lo visitaba; dime Milo, ¿habías estado aquí antes?—Jamás, he recorrido cada rincón de la ciudad, pero nunca había encontrado este acceso.—Entonces puedo considerar que sigue siendo un lugar especial. Prométeme que no le dirás a

nadie.Milo la miró por un instante, Migma sabía que si era algo importante para ella lo sería también

para él, la apoyaría en todo como siempre lo había hecho desde pequeño.—Lo haré, no lo revelaré, te lo prometo.Migma cerró aquel lugar y se dirigió al exterior de la cámara. Volvería cuando necesitara estar

sola, dio por terminada aquella visita y se retiró dispuesta a descansar. Se recostó y cerró losojos. Inesperadamente sintió un vacío en su cuerpo. Migma y Milo salieron de sus habitaciones.

Su madre Mica ya se encontraba fuera.—¿Qué sucede madre? Siento un vacío enorme en mi cuerpo.Mica se tomó de un barandal de madera, tocó su pecho a la altura del corazón.—Se ha perdido, la energía se ha interrumpido.—¿Cómo es eso posible? —preguntó Migma—. ¿Qué haremos ahora madre?Mica observó al guardia que custodiaba los aposentos. Se mantuvo firme y le dio una orden.—¡Que envíen mensajeros a Mineralia, saldrán ahora mismo. Necesitamos una explicación de

lo sucedido!

Page 32: La Energía del Destino (Spanish Edition)

El guardia asintió y abandonó su puesto, de inmediato cumpliría la orden.—¿Qué crees que haya sucedido madre?—No lo sé, pero esto puede cambiar nuestros planes, o tal vez si es algo temporal podría

servirnos de ayuda. Esperaremos para tener noticias antes de actuar, estamos tan cerca que nopodemos permitirnos una equivocación. Ve a dormir hija, igual tú Milo. Mañana pensaremos conmás calma, por ahora no hay mucho que podamos hacer. Tendremos noticias dentro de algunosdías.

Migma y Milo volvieron a sus habitaciones. Los días trascurrieron, no había noticias de Mineralia. La noche comenzaba a caer, Migma

salió a los exteriores de la ciudad, decidió subir a su corcel blanco. La crin del animal ondeabacon el viento y su pelaje espeso comenzaba a reflejar la luz de una hermosa luna blanca. Esteequino era fuerte como ningún otro, había sido un regalo especial de su padre. En verdad Migmalo apreciaba y aún más por ser un corcel de guerra. Cabalgó hacia los exteriores de la ciudad,mientras el viento le golpeaba el rostro. En un instante recordó aquellos paseos que daba depequeña con su padre Pizarro. Por ese motivo sintió odiar al pueblo Ígneo, y en lo más profundode su ser deseaba cobrar venganza. De pronto su mente se quebró, vio algo que sus ojos nocreyeron que pasaría. En un instante la rabia comenzó a inundarla. Toba arribaba montando unequino Idion, junto a ella cabalgaban Andes, Ankara y un guerrero más. No era posible que ellaestuviera en Aurum.

―¿Qué están haciendo en este lugar? ―se preguntó en voz baja―, ¿acaso vendrán a explicarla p é rdida de la energía que habían sufrido algunos días atrás?

Rápidamente dirigió su equino hacia la entrada de la ciudad, rumbo al gran trono. Tendría queavisarle a su madre y prepararse para recibir aquella comitiva tan inusual. Estaba segura que nohabía otra razón, ¿por qué no solamente enviaron un mensajero? ¿Por qué vino Toba a este lugar yviajó durante más de seis días? Continuaba preguntándose.

Los Ígneos, entraron cabalgando en la gran ciudad de Aurum, enseguida desmontaron y fueron

conducidos en presencia de Mica. Ella se encontraba sentada en el trono. Migma a su lado. Sumadre tomó la postura que le correspondía, Reina y señora de Aurum, mientras Ankara, Toba yAndes se presentaban ante ella.

Acércate un poco más Andes, ¿qué noticias nuevas nos has traído acerca de la energía?Caminó hacia ella. Un par de guardias interpusieron sus lanzas entre él y la Reina.Andes se detuvo.—¿Así tratas a un antiguo conocido?Mica se levantó del trono.—Así trato al asesino de mi esposo.Migma se encontraba atenta observando a su Madre y sabía que Andes tendría que soportar

mucho más que eso si quería ser escuchado.—Ha sucedido algo terrible en Mineralia.Mica movió su mano para indicar a los guardias que podían retirar sus lanzas.—Dime Andes, espero una explicación convincente del porque se ha perdido la energía de la

Roca Madre.―Es la razón que nos trajo hasta aquí —respondió el Ígneo—. La legendaria Itria, ha

bloqueado la energía de la Roca, ella va en camino hacia Mineralia con la intención de reclamar

Page 33: La Energía del Destino (Spanish Edition)

los Cristallos y el Diamante fundido. Con el apoyo de su ejército rojo, no tendrá piedad parahacerlo.

Mica se sentó nuevamente en el trono frotándose una mejilla.―¿Qué es lo que necesitas de mi pueblo?―Necesito todo el apoyo de tu ejército. Debemos defender Mineralia a toda costa ―respondió

Andes.―Entiendo tus necesidades. Itria no debe apoderarse de los elementos, de hacerlo nunca

volveríamos a tener el poder de la Roca Madre.—Envía tu ejército ahora y luchemos juntos. Con el apoyo del pueblo Metamorfo podremos

lograrlo —le dijo tratando de persuadirla.Mica se levantó nuevamente, caminó de un lado a otro frente al trono.―Parece algo sencillo, pero realmente no lo es. Ahora sé lo que necesitas, pero que me dices,

¿puedes cubrir lo que yo necesito ? ¿Qué me ofreces si ganamos la batalla?―Podrán transitar libremente en Mineralia. Volveremos a ser un solo pueblo como antes de la

transformación.―No has entendido, no me parece suficiente tu propuesta, negociemos en privado.Mica caminó hacia sus aposentos, Andes la siguió.―¡Que nadie se acerque! ―dio la orden.Enseguida cerró la puerta.Migma se sobresaltó por tan inusual reunión. Se dirigió disimuladamente al escondite que

había visitado días antes. Se aseguró de no ser vista. No era normal que su madre arreglara lascosas en privado, así que acercó con cautela uno de sus ojos al pequeño hueco. El sonido de lasvoces llegaba hasta ella, eso le pareció suficiente. Observó a través de la pared con extremaatención, mientras Mica se acercaba con cierta determinación hacia Andes, mirándolo con suspenetrantes ojos verdes. Usando un tono más suave y sutil, intentó manejar la situación a su favor.

―En tus manos, se encuentra salvar al pueblo Ígneo mi querido Andes. Puedes contar con miapoyo si así lo requieres, solo tengo una condición. Remedia lo que hiciste en el pasado, ¡quédateconmigo! Déjalo todo. Solo así tendrás a mi ejército.

Mica le acarició el cabello, mientras se acercaba, tal vez buscando vestigios de la gran pasiónque hubo alguna vez entre ellos. En cambió Andes esquivó su mirada en repetidas ocasiones. Sequedó pensativo, al final negó con la cabeza.

―Sabes que no puedo hacerlo. No es lo que un pueblo espera que haga su líder, ¡debo hacer locorrecto!

Mica lo miró con desprecio.―¡Para esto viniste hasta acá! ¿Ahora dices que quieres hacer lo correcto? Recuerda que me

abandonaste. No te importó dejarme. Mira ahora quién habla de principios. ¿Acaso en esemomento hiciste lo correcto? Fui tan ciega cuando te conocí. Creí en tus promesas, en tus mentiras.Pero ahora sé que todo siempre fue falso. ¡Te aborrezco! Si así lo quieres, entonces…, lárgate ymuere con ellos!

―Tienes que entender que no es tan sencillo Mica.―Si esa es tu decisión, acepta las consecuencias, ya te lo dije, lárgate y no vuelvas jamás. De

mí, no obtendrás nada.Andes la tomó de un brazo.―No te importa lo que le pase a mi pueblo, ¿quién dice que Itria no vendrá luego por ti y el

resto de los Metamorfos?

Page 34: La Energía del Destino (Spanish Edition)

De un solo movimiento Mica lo apartó de ella.―Ese es mi problema, ¿no lo crees?Andes mostró un rostro desencajado, se dio cuenta que no conseguiría la ayuda que tanto

necesitaba.―Es inútil hablar contigo ―aseguró.Enseguida salió de la habitación y de un golpe cerró la puerta.Mica se mantuvo firme. Migma permanecía atenta, entonces pudo percibir el dolor y la

frustración que contenía su madre, quien solo derramó una lágrima. Demostraba que era másprofunda la furia que sentía al verse despreciada, traicionada por aquel ser en el que habíadepositado toda su ilusión en el pasado y que para ella aún estaba latente.

La joven continuaba observando, en un momento de furia rasgó la pared con las uñas. Se sentíaconfundida, no había imaginado que su madre sentía algo aun por Andes, mucho menos despuésque él había terminado con la vida de Pizarro, su padre. En ese instante la rabia la inundó, perotenía que aclarar sus ideas y decidió salir del escondite dirigiéndose al exterior de la ciudadcabalgando en su equino. Al final solo se apartó a todo galope sin rumbo fijo, internándose en laprofunda oscuridad de la noche.

Migma se tomó fuerte de su equino. El coraje la hacía forzar a su animal para tomar cada vezmás velocidad. Esto hacía que las puntas color rosa de su cabello ondearan a contraviento.Abandonó el camino principal, no le importaba a donde ir, solo alejarse lo más que pudiera deAurum. Poco a poco comenzó a adentrarse en un terreno irregular donde las rocas comenzaban asobresalir, eran peligrosas y mortales ante una caída. Más adelante un montículo se encontraba alfrente. Lo saltaría sin problema alguno. Se aproximaba rápidamente, el animal tomaba másvelocidad, estaba a punto de saltar pero giró inesperada y violentamente esquivando las rocastomando otra dirección, mientras Migma trató de aferrarse a las riendas. Pero sus esfuerzos fueronen vano ya que salió disparada rebotando contra un árbol y cayendo en una profunda grieta que seencontraba en el terreno. Tenía una profundidad enorme, la luz de la luna no llegaba hasta elfondo. Por fortuna Migma alcanzó a tomarse de una raíz saliente del árbol cercano, trataba deaferrarse a ella. Sabía que estaba sola, pero aun así pidió ayuda. Tal vez alguien podía encontrarsecerca.

―¡Auxilio! ¿Alguien me escucha?El viento silbaba dentro de la grieta, mientras las manos de Migma resbalaban de la raíz. Ya

no podía sostenerse.―¡Estoy aquí dentro! ―continuaba gritando.En ese instante pequeñas rocas y polvo le cayeron sobre el rostro. La grieta era profunda, nadie

se salvaría de una caída de este tipo, y si lo hiciera, no era probable que fuera encontrada atiempo para sobrevivir. Migma sentía el aire frío rozarle el cuerpo, parecía anunciar su muerte.Por un momento creyó perder la esperanza. Comenzaba a agotarse y la fuerza en los brazos laabandonaba.

―¡Oh ancestros! ¿Por qué yo? ¿Por qué de esta manera? ¡Debería morir con honor en unabatalla, nunca pensé partir así!

Volteó nuevamente hacia abajo para ver la profunda oscuridad que la esperaba. Ahora estabasegura que al caer nadie encontraría su cuerpo. Regresó la mirada. De nuevo rocas y polvocayeron sobre su rostro, en esta ocasión le cubrieron los ojos.

―¡No puedo ver! ―dijo―. Entonces, ¿así acaba todo? ¿Sola en la oscuridad?Cuando había perdido casi toda esperanza, repentinamente la mano de una figura poco visible

Page 35: La Energía del Destino (Spanish Edition)

la tomó de una muñeca tratando de jalarla hacia arriba, al mismo tiempo le habló.―Estoy aquí, te ayudaré a salir, ¡no te soltaré!Migma no podía ver de quien se trataba, pero aquella voz era inconfundible.―Toba…, ¿acaso eres tú?

Page 36: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 9

PIGEÓN (VIAJE A LOS MONTES DE URANIA)

Jade continuaba sentada, se puso cómoda. Retiró sus guantes y los colocó sobre las piernas,usaba un pantalón de cuero negro y botas largas, la blusa era color café y ceñida al cuerpo.

―Les mostraré todo lo que me enseñaron los ancianos ―afirmó―, pero antes debo saber algo.¿Por qué lo Altos Guerreros acabaron con la gente de mi pueblo? ¿Por qué arrasaron con Tiara?

Pigeón se sentó junto a ella.―Te contaré lo que sucedió. Sabrás de donde surgieron las espadas y como obtuvieron su

fuerza los Altos Guerreros. Tienes que entender que mi hermano y yo estamos directamenteinvolucrados. Luego me mostrarás lo que aprendiste y nos enseñarás a usarlo. Es la única formade detenerlos.

Jade asintió. Enseguida Pigeón comenzó la historia.

Después de la batalla en el centro del mundo, el Imperio Ígneo se formó con grandes ilusiones.Los cuatro pueblos concentraron todo su esfuerzo para construir una nueva cuidad que se convirtióen el centro de gobierno del continente. Sus paredes altas y gruesas formaban una muralla con laforma de herradura de un equino. Fueron construidas de esta manera para ser impenetrables. Laciudad era fuerte, funcional y fue llamada Aurum. A través de varias generaciones solamente seconoció la paz. Las antiguas batallas se habían olvidado, solo leyendas y algunos papiros perduraron a través del tiempo. Siempre pensé que era una lástima que esto ocurriera. Se creíaque la cuidad era próspera desde su fundación, pero puedo asegurar que un pueblo sin historia, está condenado a desaparecer, por este motiv o decidí recopilar toda la información de nuestropasado.

Nací en esa ciudad al lado de Luxulian. Desde pequeños recibimos una instrucción adecuada,pero siempre fuimos inquietos en todos los aspectos. Debido a esto, en repetidas ocasiones los problemas se convirtieron en una constante. El tiempo transcurría y pronto llegué a creer quehabíamos madurado, al menos eso pensaba en esos días.

A Luxulian siempre le apasionó la construcción de maquinaria, permaneciendo días enterosdiseñando y fabricando piezas extraordinarias. Yo prefería aprender alquimia y fundición. Prontome convertí en su complemento, pero la construcción de piezas fuertes y duraderas para cada unade sus máquinas, no siempre fue fácil.

Había formado una buena reputación para entonces como alquimista y conocía una amplia gamade metales para la fundición, debido a esto en repetidas ocasiones fui invitado a integrar diversosgrupos que viajarían con dirección de los montes de Urania. Por años Galio nuestro líder, envióexpediciones con la idea de encontrar un meteoro que emitía grandes cantidades de energía y erancaptadas por nuestros equipos de rastreo que usaban un metal para lograrlo que yo mismofabriqué. Todas las expediciones fracasaron. Los guerreros nunca regresaban. Por esta razónsiempre me negué a participar.

Un día todo cambió. Lo recuerdo bien, era mediodía y el cielo se encontraba con apenas unas

cuantas nubes blancas de aspecto fibroso. «Habrá un cambio en el tiempo», pensé. El vientosilbaba mientras las nubes viajaban de norte a sur. Trabajaba en el taller. Luxulian realizaba un

Page 37: La Energía del Destino (Spanish Edition)

nuevo diseño, uno que tomaría la energía de los minerales. En un instante y de manera abrupta latranquilidad terminó. La puerta de madera y hierro retumbó con un potente y seco golpe queincidió en ella. Del otro lado, una voz áspera se escuchó enseguida.

―¡Abran la puerta, haganlo ahora o será derribada!Me acerqué a la entrada.¿Quién es? ¿A quién buscan?―Somos la guardia Dorada, buscamos al ladrón.―¡Aquí no se ha cometido ningún delito, así que márchense! ―aseguré―Eso crees amigo, tal vez no estés al tanto. Buscamos a Luxulian. El líder ha pedido su

cabeza.Di media vuelta y con una mirada de reclamo fulminé a mi hermano.―¿Qué es lo que hiciste esta vez?―Solo, solo…tomé una gema de la corona, fue en la gran cámara del trono al momento de

repararla, sabes que soy el encargado. Coloqué otra falsa en su lugar. No creí que se daríancuenta.

―No tengo tiempo para más detalles ―le dije―. No me queda duda que fue para usarla enalguna de tus máquinas. Ellas te han llevado a la perdición.

―Lo siento Pigeón ―dijo Luxulian.―Salgamos de aquí ―le sugerí―. Iremos por la puerta trasera.Al abrirla un guardia se interpuso, pero Luxulian lo golpeó con fuerza usando una palanca de

acero que tomó de una de las mesas de trabajo.―¡Vamos, corre! ―exclamé.Nos desplazamos de manera veloz por las estrechas calles de la ciudad de Aurum, atrás los

guardias nos seguían.―Por aquí, da la vuelta ―indiqué.Al hacerlo, un guardia que montaba un equino Ídion se interpuso. El equino se levantó en dos

patas y relinchó al tiempo que los demás guardias nos rodeaban. Desenfundaron sus armas encuestión de instantes. Un par se adelantó golpeando nuestras piernas con largos bastones. Prontocaímos al piso. Hechos prisioneros y atados, nuestro rumbo estaba decidido; la gran cámara de laciudad.

―¡Caminen, que el líder está ansioso por ver al que robó al Imperio! ―ordenó un guardia decapa roja y armadura dorada.

No transcurrió mucho tiempo. Al llegar permanecimos hincados junto al trono. Un consejeroreal se acercaba. El filo de una espada apuntaba mi cuello, otro lo hacía en el de mi hermano.

―He aquí a Luxulian y su hermano Pigeón, que intentó ayudarlo a escapar ―dijo al líder Ígneollamado Gali o .

El líder se acercó, caminó de un lado a otro examinando la situación. Sabía quién era yo y lafama que me precedía. Se quedó pensativo, enseguida se detuvo y giró su rostro hacia Luxulian.

―¿Qué tienes que decir en tu defensa? ―preguntó.Luxulian se quedó mudo, un rostro desencajado lo inundó.―Sabes el precio por robar al Imperio. Serás colocado en lo alto de la torre Máfica y ahí las

aves carroñeras acabarán con tus ojos y después con tu carne. Así pagarás la ofensa. Serásejemplo para miles.

Al ver la escena, mi boca no pudo quedarse callada y en un arrebato, traté de fabricar unaoportunidad que nos diera tiempo.

Page 38: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Sé que hay una manera de pagar esta ofensa ―interrumpí.Un silencio sepulcral se percibió en la cámara. Galio volteó hacia mí . Sonr i ó discreta pero

burlonamente.―¡Habla, Pigeón! ―ordenó.―Sabemos que desde hace tiempo se pregunta, ¿qué es lo que se encuentra en los montes de

Urania y de dónde proviene esa energía tan grande que indican los equipos de rastreo? Tal vezpodamos llegar a un acuerdo.

Galio me observó fijament e esbozand o de nuev o una sonrisa que reveló sus intenciones. Elconsejero habló tras él.

―¿Qué propones? ―preguntó.El líder levantó la mano derecha y pidió silencio.―No están en posición de negociar, pero tienes mucha razón muchacho. Desde hace tiempo

deseo poseer una energía tan grande como la que has mencionado. Mmm… Tal vez considereotorgarles el perdón si traen a mí lo que tanto ansío. Consideren esto un regalo de su rey. Puedeser la única oportunidad que tengan para conservar la vida.

Luxulian me miró con desconcierto. Asentí con la mirada.―Solo hay una cosa segura que pasará si no lo hacen. La muerte les espera en lo alto de la

torre.―Lo haremos ―respondí sin dudar.Galio habló con su consejero, enseguida dio media vuelta. ―Les advierto que no partirán solos. Un grupo de seis guerreros los acompañará. Si tienen

planeado escapar, sus cabezas rodarán si intentan hacerlo ―aseguró―. Saldrán mañana aprimera hora, será al salir el sol. Escandio será el líder del grupo. Les doy seis meses pararegresar.

Toda la noche preparamos nuestro cargamento, yo lo hice de alquimia, Luxulian de pequeñaspiezas de maquinaria.

Casi no dormimos, el alba se hizo presente. Era verano y partimos. El sol quemaba la pielcomo una llamarada intensa, las nubes eran escasas. Solo nos quedaba resignarnos al intensocalor.

Transcurrieron los días y cruzamos el valle del centro del mundo, rodeando el temible lagoNatrón. En la parte baja pudimos ver los restos de la épica batalla que se llevó a cabo en eselugar y quedamos aterrados al presenciar el espantoso escenario que estaba frente a nosotros.Miles de guerreros de piedra se alzaban frente a nuestros ojos. Cruzamos las hermosa s montañasde Ordesa, en ellas nos detuvimos contemplando la belleza de sus ríos, su agua azul turquesa ysus cascadas de un maravilloso esplendor. Tiempo después arribamos a la selva Iratí, en ella susbellos caminos rojos son formados por las hojas de los árboles que caen al piso y se encuentranpor doquier. Las ramas secas que están entre ellas crujieron con cada pisada de nuestro andar.Antes de llegar a nuestro destino atravesamos la zona de los abismos y después arribamos anuestro objetivo, los helados montes de Urania.

Al inicio la pendiente no era pronunciada pero una capa de hielo la cubría. La tarde se hacíapresente y algunos copos de nieve comenzaban a caer. Un guar d i a extendió las manos paraatrapar unos cuanto s .

―Es por aquí, las lecturas son intensas ―aseguró Luxulian.―Todo indica que debemos entrar en la montaña ―dije al grupo.

Page 39: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Tienes razón, lo haremos por esta grieta ―afirmó Escandio.Avanzamos con cautela, la grieta era estrecha; pero solo al inicio. Un enorme hueco en forma

de cámara se encontraba a poca distancia y sus paredes rugosas recubiertas con miles de cristales incrustados en ella y líneas de un material llamado fósforo; destellaban de una maneraespectacular con el brillo de nuestras lámparas de piedra luz, un tipo de elemento que ya no se ha encontrado en el continente.

Continuamos nuestra marcha, algunas estalactitas amenazaban nuestro camino, apuntando desdeel techo de la cámara, provocando angustia en todo el grupo. Eran sólidas y amenazantes. Habíansido formadas por el agua filtrada en la montaña. De pronto un resplandor nos detuvo y un gemidoperforó nuestros oídos. Fue acompañado por un seco golpe que hizo temblar la piedra de lasparedes y el piso de la montaña. Enseguida una lluvia de estalactitas cayó sobre nosotros.

―¡Cúbranse! ―grité.La mayoría alcanzó a hacerlo. Una nube de polvo obstruyó la visión, transcurrieron algunos

segundos. A mi lado izquierdo un guerrero fue destrozado por las puntiagudas flechas de roca quecayeron desde las alturas.

Escandio se lamentó, pero no había tiempo de hacerlo, nuestras vidas estaban en juego. Losguerreros desenfundaron sus espadas de acero. Algo aterrador se acercaba. Un gemido más seescuchó resonar en la caverna mientras un segundo estruendo hizo temblar el suelo. Seco,poderoso y aplastante.

Al disiparse el polvo, emergió una figura vestida de blanco, de tez clara, resplandeciente,hermosa, femenina y aterradora a la vez. Sus ojos eran completamente azules sin rastro blanco enellos. Su cabello largo y color turquesa, se levantaba y movía de vez en cuando con extrañacadencia. Parecía estar sumergido en el agua. Sus pisadas descalzas brillaban con una energía queemanaba del suelo y clavó su mirada en nosotros.

―¿Quién osa entrar en esta montaña? ―preguntó el ente―. Están frente a Itria la dueña detodo lo que pisan y rodea.

Me levanté y di un paso al frente.―¡Oh gran señora, hemos entrado por accidente! ―dije―, daremos la vuelta y nos

marcharemos.El grupo se levantó intentando alejarse de manera lenta.―¡Alto! ―exclamó Itria.Me detuve, los demás también lo hicieron.―¿Cuál es tu nombre? ―preguntó.―Mi nombre es Pigeón.―Y el que te acompaña, ¿qué lleva en la espalda? ―preguntó.―Solo algunos sacos y herramientas ―interrumpió Escandio.Itria nos miró con coraje.―Sacos, herramientas, guerreros ―dijo―. ¿Acaso creen que me pueden engañar? Son

ladrones que han venido por mi tesoro. Desean los diamantes, lo que cayó del cielo hace tiempo.Ella caminó al lado de un abismo, tomó con las manos el collar que flotaba alrededor de su

cuello mostrando Diamantes y Cristallos. Eran los restos del meteoro, brillantes y hermosos.―El tiempo no es nada para mí, soy eterna y poderosa. No tienen idea del lugar en el que

han caído. ¡Nadie saldrá vivo de aquí!Itria apuntó con una de sus manos al piso. Un tercer y seco golpe de una fuerza invisible nos

derribó. El grupo intentó levantarse, pero un resplandor que emanó de sus manos hizo que los

Page 40: La Energía del Destino (Spanish Edition)

sentidos en mi cabeza dieran vueltas. Veía a mí alrededor, los demás sufrían igual. Una vez másdirigió su mano, ahora hacia nosotros. Por un momento sentí que era el final, la muerte estabacerca. Luxulian observó al grupo en el piso, ya sin esperanzas de sobrevivir. Tomó su lámpara depiedra luz y la arrojó con toda la fuerza que aún le quedaba contra una de las paredes con fósforo.Ésta se estrelló provocando una explosión que aturdió a Itria. Su mano fue desviada y la energíaque tomaba del suelo rozó los restos del meteoro que lleva en el collar, provocando que una partecayera al piso dejando solo un pequeño montículo de polvo. El resto se desprendió del cuello,cayendo al vacío del abismo. Ella lanzó un grito profundo y estremecedor.

―¡Que han hecho! Soy el eje que mueve al mundo.Nos observó con saña tratando de recuperarse. No sé qué pasó por mi mente, sabía que al no

conseguir nada sería la muerte de todos modos. En un arrebato decidí correr hacia ella tomando elpolvo que se encontraba en el suelo, pronto me alejé lo suficiente para que el resto de losguerreros arrojara sus lámparas contra las paredes de la caverna. Las explosiones provocaron underrumbe que la dejó momentáneamente atrapada. Itria mostraba su furia incontenible, seguíaaprisionada pero no por mucho tiempo.

―¡Todos afuera! ―exclamó Escandio.Nos desplazamos de manera veloz. Al salir por la grieta de la montaña, la profunda oscuridad

nos abrazó. Una tormenta de nieve cubría todo el suelo y sus alrededores. El grupo se dispersaba.Sin lámparas no podíamos observar nada más que nuestras manos. De pronto escuché a Luxulian.Extendí mis brazos, logré tomarlo de un hombro.

―Debemos alejarnos ―le dije.―¿Hacia dónde iremos? ―preguntó.―No lo sé, lo haremos en cualquier dirección.Nos alejamos con premura, el frío calaba hasta los huesos y congelaba todo mi cuerpo.

Transcurría el tiempo, los minutos parecían horas y avanzaba la noche. En la distancia, gemidosde dolor se escucharon en repetidas ocasiones. En un instante se oyó el golpeteo de las espadas,gritos de pavor y después nada, solo silencio.

―¡Vamos, debemos ocultarnos bajo esos troncos, nos cubriremos con nuestras capas o estatormenta nos congelará!

Allí pasaron algunas horas. Transcurría la noche, llegaba el amanecer, la tormenta de nievehabía terminado. La luz apareció de manera tenue. Con cautela y observando a nuestro alrededor,abandonamos nuestro escondite.

―¡Pigeón, Luxulian, por acá! ―se escuchó la voz de Escandio que nos observó en la distancia.Un guerrero más le hacía compañía.

―¿Cuántos sobrevivieron? ―pregunté.―Solo nosotros, somos cuatro en total.―Hagamos una búsqueda rápida ―sugerí.Escandio se quedó pensativo, al final aceptó.Nos acercamos a las laderas de la montaña. En ella encontramos restos de ropaje de guerreros

regados por doquier. Seguimos el rastro hasta llegar a uno de los árboles, en él la corteza estabarasgada, como si la hubiesen arañado. Sobre las ramas del árbol encontramos algo que nos causóasombro y desconcierto, algo que nos dejó sin aliento. Un guerrero subió hasta llegar a lo másalto de su copa. Se encontraba acurrucado y sus manos desechas sostenían aun su espada. Habíaperdido las uñas. Estaba cubierto de hielo. Murió congelado tratando de esconderse del ente de la

Page 41: La Energía del Destino (Spanish Edition)

montaña. En un árbol lejano pudimos ver a otro guerrero, tenía escarcha en el rostro, y en el árbolsiguiente uno más. Los tres tenían algo en común, habían quedado con las cuencas de sus ojosvacías.

Al contemplar la estremecedora escena, dimos un paso atrás y por un momento solo pudimosimaginar el terror que sufrieron al morir.

―¿Qué sucedió? ―preguntó Escandio.―Al parecer Itria los acorraló, el miedo los hizo subir mientras el frío congelaba sus manos.

La desesperación los hizo llegar a la cima y no pudieron sentir el dolor al desgarrar sus manos.Enseguida llegó hasta ellos, arrancó sus ojos y al final los dejó morir de frío, aterrados en lasalturas.

Un lúgubre silencio dijo más que mil palabras.Repentinamente un lejano estruendo rompió el silencio de la montaña. De nuevo Itria

continuaba su búsqueda.Luxulian me miró, tocó mi hombro, se le notaba aturdido, luego giró hacia Escandio.―Actuemos ahora si queremos salir con vida, solo demos sepultura a los cuerpos y

regresemos a casa.―¿Estás loco? ―replicó Escandio―. Ella llegará en cualquier momento, debemos marcharnos

ahora.Me detuve frente a él y lo miré a la cara.―Dime una cosa, ¿cómo quedará tu conciencia si abandonas a tus compañeros? ¿Cómo vivirás

el resto de tus días atormentado por este recuerdo? ¿Prefieres seguir vivo y ser marcado como uncobarde? No sé qué harás tú, pero yo haré lo mejor que pueda para mantener la cordura. Al menosen mi conciencia sabré que traté de hacer lo correcto, aunque no sea lo más seguro para salvar mipellejo.

Al escucharnos hablar, Luxulian sacó una pequeña pala y comenzó a cavar en la nieve, hice lomismo. Al final Escandio subió a los árboles y bajó los cuerpos.

Itria no regresó. Sobrevivimos al Ente de la montaña, una figura que no olvidaremos jamás,tanto por su belleza como por su maldad.

Al menos no partimos con las manos vacías, conseguimos el polvo del meteoro, aunque no eslo que Galio estaba esperando. Tenía algo en mente que tal vez pudiera salvarnos la vida, no selo dije a nadie. Así que partimos en un largo regreso. El sabor amargo de esta travesía nosacompañaría por siempre. Estaba consciente que solo la ilusión de regresar a casa nos haríaseguir adelante.

Page 42: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Itria

Page 43: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 10

GABRO Gabro se despidió de Toba algunos días atrás, ella partió junto a Andes, Ankara y un

mensajero rumbo a la ciudad de Aurum en busca de apoyo. El viaje de ida y vuelta sería de quincelargos días si todo marchaba bien. Ahora lo más importante era prepararse junto al ejército Ígneopara una posible batalla, ya que Itria había amenazado con ir en busca de la Roca Madre. Así quecaminó en dirección de la torre Félsica donde se encontraba la maestra Dumena, buscaría teneracceso al libro que Pigeón y Luxulian habían escrito en la antigüedad. Solo ella podía mostrárseloen esos momentos que Andes se encontraba fuera de la ciudad. Días atrás, le dieron el encargo deMaestra protectora de Mineralia y de los antiguos escritos.

Gabro subió las escalinatas de la torre, llegó hasta el salón de maestros y entró tratando deencontrar a Dumena. Era una Ígnea alta, piel clara y ojos color café. Vestía de túnica roja yllevaba algunos anillos dorados con piedras preciosas en los dedos de las manos. Se encontrabaal lado de Gran, el Terra Átita, revisando una antigua coraza perteneciente a un Guerrero Rojo quepereció en la batalla de Aurum. Algunas piezas de acero Martensítico, Carframio y Vatanio, comole llamaban ahora en Terra Átita a la aleación de Vatanium, se encontraban en una mesa contigua,listas para ser usadas al probar la dureza de la coraza.

―Maestra, ¡necesitamos hablar!Gabro fue interrumpido por el sonido de una espada de Vatanio que corto en dos la coraza que

se encontraba en la mesa. Enseguida Gran le apuntó en el pecho con la espada.―Funciona, es excelente, ¿no lo crees?―Por si no te has dado cuenta he venido para hablar con Dumena ―afirmó Gabro―, no me

obligues a desenfundar mi espada.Dumena intervino.―No es necesario Gabro, puedes hablar ahora, Gran es de mi entera confianza.Gran bajó la espada.―No me acostumbro a la compañía de los Ígneos de Terra Átita, ese acento es tan fresco, no es

nada formal. Aun no entiendo algunas palabras que utilizan y mucho menos ciertas actitudes.Gran sonrió al escucharlo.―No te preocupes, mi lenguaje será de lo más formal, haré lo que pueda dentro de mis

posibilidades para comportarme.Gabro trató de contenerse y continuó su plática con Dumena.―Maestra, algo me dice que en el libro escrito por Pigeón y Luxulian existe algo que pueda

ayudarnos para enfrentar a Itria.Dumena mostró incertidumbre.―¡Oh muchacho! Crees que no lo he pensado, míralo aquí, lo he mandado traer conmigo para

revisarlo personalmente. Te puedo asegurar algo, ningún maestro Piroxenita ha logrado encontraren sus páginas las respuestas que tanto buscamos.

―Pero…Dumena lo interrumpió.

―Si quieres revisarlo tómalo, ojalá encuentres algo de utilidad dentro de sus letras. Ahoraestoy más preocupada por el ataque que pueda realizar Itria, que por alguna otra cosa.

Page 44: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Nos defenderemos, pronto recibiremos ayuda de los Metamorfos ―agregó Gabro.―No creo que sea tan fácil, primero deben convencer a Mica, eso puede ser una cuestión algo

difícil. Además hay otras cosas que pueden afectar este conflicto. Existe algo que no sabes, herevisado los antiguos escritos junto con los maestros y hemos llegado a una terrible conclusión.

―¿Cuál es esa conclusión? ―preguntó Gabro.―Cómo has visto, realizamos pruebas en las corazas recuperadas. Sabemos que el ejército de

los Rojos le pertenece a Itria y es el mismo que atacó a nuestro pueblo en Aurum, cuando la RocaMadre cayó del cielo. En ese momento tuvimos la gloria de pelear con el poder de la Roca, peroahora sin ella somos vulnerables y eso, Itria lo sabe. Por esa razón debemos encontrar susdebilidades.

―Iré al frente si es necesario ―aseguró Gabro―. Me seguirán los demás portadores de lasespadas míticas. Avanzaremos junto a un ejército armado con espadas de Vatanium y aceroMartensítico. Les haremos frente.

―Eres valiente pero debes aprender que eso no lo es todo. Los atacaremos a su debido tiempo,no esperaremos a que lleguen a la ciudad y quedemos sitiados de nuevo. Tenemos el apoyo deTerra Átita.

Dumena volteó para ver a Gran, él asintió, enseguida la maestra tomó algo de un estante yvolvió hacia Gabro.

―Toma, llévate el libro y prepárate. Antes de irse, Andes envió vigías en busca de cualquierindicio de peligro; en cuanto regresen, sabremos cuando partir. Seguramente irás al frente delejército, así que aprovecha el tiempo que queda para encontrar lo que buscas.

Gabro tomó el antiguo libro. Lo llevó donde estaban Basalto y Obsidiana. Ellos loacompañaron hasta llegar a la habitación donde Gabro había pasado meses revisando losmanuscritos. En esta ocasión sentía en las entrañas que aquel libro que tenía en sus manos eradiferente. Contaba al menos con trecientas páginas, no tenía la extensión de los demás. Algunas seencontraban en blanco. Comenzó a hojear cada una con gran detalle, hasta llegar a las centrales.

―En ningún texto se habla sobre la energía del destino. Solo existe una frase que ha llamadomi interés.

―¿Cuál es esa frase ? ―preguntó Basalto.―"Solo quiénes sean dignos de incrustar a Esperanza Ígnea, podrán ser el enlace"―¿Has pensado en hacer lo que dice el texto? Incrustar en algún lugar la espada ―dijo

Obsidiana.―No me queda claro, porqué habría de hacer algo así. Además, ¿dónde lo haría?―No lo sé, en algún lugar que sea considerado especial. Quizá podría suceder algo ―insistió

ella.―Podría, pero no sé si sería algo que actuara en nuestro beneficio. Además no estoy seguro

que lo estemos interpretando correctamente. Seguiré revisando, tal vez encuentre algo más claroque nos ayude a descifrar este enigma. Solo necesito tiempo.

―Tiempo es lo que no tenemos mi estimado, el ataque de Itria es inminente ―recalcó Basalto.―Gabro asintió.Basalto y Obsidiana se acercaron a la puerta con la intención de dejarlo tranquilo para que

revisara de nuevo los antiguos textos. Gabro sentía que de algún modo tenía razón y el tiempohabía cambiado la forma de interpretarlos.

―Si así lo decides, nosotros nos vamos ―comentó finalmente Basalto tomando del brazo aObsidiana―. Piénsalo, si encuentras el sitio correcto donde incrustar tú espada, tal vez pueda

Page 45: La Energía del Destino (Spanish Edition)

resultar algo bueno al final de todo. Concluirás tus dudas y podrás concentrarte en la batalla queestá en puerta.

Gabro permaneció en la misma habitación todo ese día, incluso parte de la noche hasta que larazón le hizo ver que no encontraría nada más en aquellos antiguos escritos. Tendría queconformarse con saber que tenía en sus manos un libro perteneciente a Pigeón. Así que lo cerró yse dirigió a descansar el resto de la noche. Tenía una obligación con su pueblo y deberíacumplirla. Detener a toda costa el avance de Itria antes de entrar al valle. Su pueblo tenía unaventaja, al menos así lo pensaban. La naturaleza había creado una perfecta fortaleza en su entorno,rodeada en mayor parte de montañas y ríos que hacían del valle un lugar en extremo difícil deatacar. Eso era un punto táctico a favor que Andes le había señalado anteriormente. Aun así ellíder dejaría al mando de la ciudad de Mineralia a alguien capaz de defenderla en caso de queocurriera lo que nadie deseaba. Una lamentable derrota que se convirtiera en el final de todo.

Muy avanzada la noche los párpados le pesaban, hasta que por fin el sueño lo venció.El canto de un ave que se posó sobre una ventana abierta, lo despertó por la mañana. Los rayos

de luz ya entraban en la habitación e iluminaban la mesa, mientras un viento cálido le daba losbuenos días.

Se levantó, tomó nuevamente el libro y se dirigió hacia la escalera que lo llevaría al nivel másbajo de la torre. Se desplazó al exterior. Caminó cerca de la fuente de piedra principal, donde lasfuriosas estatuas de melena espesa, rugían en silencio. Se sentó muy cerca. Esa fuente le traíarecuerdos amargos. En ese lugar había sido capturado por los Metamorfos en el pasado. El mismodía que murió su padre Gneis, aun así permaneció pensativo por un momento. Se aferró a suespada y con gran coraje la clavó en la tierra húmeda. Lo hizo tomándola de la empuñadura.Comenzó a pasar sus dedos nerviosos por el pomo una y otra vez. De pronto algunas chispassaltaron al hacerlo. Se sorprendió.

―¿Qué que lo que está pasando? No lo entiendo, la Roca Madre está sellada. No es posibleque actúe su energía sobre mí, a menos que no sea la Roca quien lo está provocando. Tal vezexiste otra explicación para este fenómeno. «¿Si fuera la energía del destino?» Obsidiana yBasalto deben tener la razón. Solo lo descubriré encontrando el lugar perfecto. Creo que se dóndeencontrarlo, los ríos subterráneos que están al norte. «¡Iré hacia allá ! »

Enseguida fue en busca de su equino y salió cabalgando fuera de las puertas de Mineralia.

Page 46: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 11TOBA

Toba sostenía con fuerza el brazo de Migma, quien permanecía aferrada a la raíz del árbol.

Estaba a punto de soltarse y perderse en el vacío de aquella profunda grieta.― Te tengo, no te dejare caer.Migma continuaba incrédula.―¿Qué haces aquí? ¿Por qué me has seguido?―Eso te lo diré después, ahora sostén mi mano con fuerza y sube.―¡Déjame, no quiero tu ayuda!―¡No sabes lo que dices Migma, no te soltaré!―Te he dicho que me dejes, no tengo una razón para vivir, tal vez este sea mi destino, morir

aquí en la oscuridad.―De ninguna manera lo es, no te dejaré. Eres mi hermana y caería contigo si fuera necesario. Migma se quedó sin palabras al escuchar aquella frase, no sabía que contestar. Toba

aprovechó el momento y se aferró más a ella. Migma le tomó el brazo con fuerza y subió al ladode Toba.

Al llegar arriba, las dos se recostaron sobre las rocas. ― No debiste venir ―le dijo la Metamorfa.Después de verte salir de esa manera de la gran cámara, no podía dejarte sola. Sé que algo está

pasando.Migma se levantó confundida.―Me has salvado la vida Toba, ¿por qué lo has hecho?Toba la miró de tal manera que Migma no lo imaginó.―Te lo he dicho hace un momento, ¡eres mi hermana, no podía dejarte morir!―Antes de esto, no te debía nada. Ahora te debo la vida.―Sé que tu hubieras hecho lo mismo por mí.Migma negó con la cabeza.―No lo creo ―afirmó―, además solo somos medias hermanas.Descansaron y guardaron silencio por un corto tiempo. Se notaba que Migma se encontraba

incómoda.―Recuerdo que te pregunté algo de pequeña, ¿qué significaba tu nombre?Migma giró el rostro sin la intención de contestar.A Toba no le quedó más remedio que responder su misma pregunta.―Dijiste que alguna vez tu padre comentó que significaba amalgama. Es algo relacionado con

la combinación o unión de elementos que tienen características o esencias diferentes, ¿no es a s í ?―¡Oh vaya! Considero que mi nombre es interesante, ¿y el tuyo, es tan común como parece?

¿Toba?―Lamentablemente sí, es una roca que proviene de lava volcánica. Sé que es algo simple.Migma denotaba que ya estaba ansiosa por terminar aquella charla. Toba se dio cuenta que la

Metamorfa no tenía intenciones de recuperar aquel lazo afectivo que alguna vez tuvieron depequeñas.

En la negrura de la noche, la luz de una luna plateada las iluminaba. En ese momento Migma selevantó de manera abrupta.

Page 47: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Te agradezco que me hayas salvado la vida, pero eso no te da ningún derecho de intentarborrar el pasado, ni todo el dolor que tu pueblo nos ha hecho sufrir y mucho menos, va a revivir ami padre. ¡Entiéndelo, no eres nada para m í! Te odio al igual que lo hace el resto de losMetamorfos. Deseo irme si no tienes nada más que decir.

Toba intentó razonar con ella.―Precisamente he venido hasta Aurum por razones poderosas. Una de ellas es unirnos como

un solo ejército para combatir el gran peligro que se acerca. Ni siquiera ustedes estarán a salvo siese ser llega a apoderarse de la Roca Madre. Mica y Milo, sufrirán si no actuamos ahora. Migmaescúchame, estoy convencida de que hay algo que puedes hacer. Sé que tu padre no se hubieraquedado con los brazos cruzados, lo que hizo fue por sus soldados, por sus familias, por todosesos infantes. Creyó que era lo correcto. Solo cuestiónate, ¿existe un futuro para los Ígneos y losMetamorfos en este continente o este es el final de todo? ¿Habrá un lugar al cual regresar? Tal vezno existirá una familia como la tienes ahora. ¿Qué será de los pequeños? Ellos no tienen la culpade lo que está ocurriendo y por último, busca en tu interior, ¿qué es lo correcto?

Migma respondió.―Hablas de unirnos cuando ustedes fueron los que nos abandonaron a nuestra suerte. ¡Qué

hipócrita eres!―Solo deseo remediar las cosas que salieron mal en el pasado ―afirmó TobaMigma se quedó pensativa. No contestó. El viento frío le golpeó el rostro, mientras el silencio

las abrazó por un instante.―Debemos irnos, es tarde ―dijo.Voltearon en todas direcciones, se dieron cuenta que el equino de la Metamorfa no se

encontraba cerca.―Seguramente regresó a la ciudad, conoce bien el camino ―aseguró Migma.―¡Vamos! Monta conmigo, te llevaré de regreso a la ciudad ―sugirió Toba.―Prefiero caminar ―aseguró Migma.―No seas obstinada y monta conmigo. Es una distancia demasiado grande.A Migma parecía no agradarle la idea de estar juntas.Toba subió primero, la Metamorfa se colocó detrás.―Afiánzate fuerte a mi cintura, no quiero que sufras otra caída.―Te aseguro que no volverá a suceder ―afirmó Migma, abrazándose con fuerza.Mientras cabalgaban Toba preguntó.―¿Qué es lo que pasa? Te vi salir abrumada de la ciudad, decidí seguirte al ver que montabas

un equino a toda velocidad, en verdad te veías muy mal. Monté y te seguí. Deseaba saber que tesucedía, ¿qué fue lo que te hizo estar así?

―Solo te puedo decir que las cosas no salieron como Andes lo esperaba. Con esto, creo haberdespejado tus dudas.

Toba no volvió a preguntar, en lugar de eso cabalgó a toda velocidad sobre el camino deterracería.

Se aproximaban a la ciudad cuando Migma interrumpió el recorrido.―Detente y déjame bajar, no pueden verme a tu lado.―Si así lo quieres, así será ―le dijo Toba.Migma bajó del equino, continuó a pie el resto del recorrido. Toba cruzó las enormes puertas

trotando en su equino. Andes la esperaba impaciente.―No me interesa saber dónde te habías metido, solo vámonos, ya no tenemos nada que hacer

Page 48: La Energía del Destino (Spanish Edition)

aquí ―ordenó.―¿Que sucedió padre?―Sucede que los errores del pasado se pagan caros y arrastro a mi pueblo con ellos.―No entiendo. Creo que debes ser más específico.—No es necesario que dé más explicaciones. Simplemente no están dispuestos a enviar

refuerzos a Mineralia.―Entiendo que han negado la ayuda.Andes asintió.―Pero cómo es posible, ¿acaso no pueden ver el gran riesgo que todos corremos? ¿Qué creen

que va a pasar después? Esperan ser los únicos que queden en el continente. Eso no sucederá.Andes le dijo.―Mica puede llegar a ser muy dura, esta es la forma de vengarse por mis errores del pasado.

No me arrodillaré ante ella. No le puedo hacer esto de nuevo Diaba después de tantos años de sermi compañera, no le fallaré a nuestro pueblo.

Toba no dijo una palabra.―Regresemos a casa ―ordenó Andes.Toba deseaba quedarse más tiempo, no sabía si la oportunidad de hablar con su madre se

volvería a presentar algún día.Aunque no estuvo de acuerdo, se preparó y salió cabalgando al lado de Ankara y Andes de

regreso a la ciudad de Mineralia.

Page 49: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 12MIGMA

Migma entró en la ciudad dirigiéndose a su habitación. Se detuvo frente a la puerta de entrada,

recargó sus manos sobre las paredes rugosas de la gran cámara, respiró hondo y continuó sumarcha. Debía guardar silencio y entrar desapercibida. En su habitación podría lavarse y tratar deocultar las heridas de la caída, al llegar la mañana ya tendría lista una historia convincente paraocultar lo que le había sucedido. Sin pensarlo más apuró su paso hacia los dormitorios que seencontraban en una edificación que conectaba a la gran c á mara. Llegó hasta el pasillo que laconducía a su dormitorio. No paraba de pensar en lo sucedido. Deseaba en lo más profundo de suser, no sentir empatía por la causa de los Ígneos y aquella guerra que estaba en puerta.

―Debo odiar a Toba por todo el mal que nos ha causado. Me prometí que lo haría. Deboodiarla, debo hacerlo ―susurraba al caminar.

Quería convencerse de que Toba era el enemigo, pero en el fondo aquellos recuerdos de lainfancia la hacían dudar. En un momento sus pensamientos cambiaron, ahora cuestionaba lasacciones de su madre y por qué le había ocultado durante tantos años que tenía una media hermanay sobre todo; no entendía por qué las había dejado convivir en el pasado. Su madre permitió quejugaran por los jardines todo ese tiempo. Parecía disfrutar verlas como hermanas, aunque ningunade las dos lo supiera. Ahora lo entendía, trató de mantenerlas unidas sin que Pizarro se enterara. De haber sabido que Toba era fruto de su madre y Andes cuando él estuvo ausente durante suencomienda a Terra Atita, no hubiera dudado en separarlas y buscar venganza en contra del Ígneo.

Pizarro nunca se enteró de esto, se fue a la tumba sin saberlo. Cuando su madre le confesó quetenía una media hermana, le había pedido no matarla si llegasen a encontrarse. Migma lo habíacumplido, pero la carga de saberlo no fue fácil. De haberlo revelado a su padre, hubiera sido elfin de muchas cosas.

La profunda oscuridad de la noche se hacía presente. Inesperadamente alguien le cerró el paso.Era Mica, su madre.

―Por fin regresas. Puedo ver que tienes algunos raspones y golpes en el cuerpo.Mica continuó examinándola de pies a cabeza.

―¿Qué es lo que pasa? ¿Qué te ha sucedido?Migma no deseaba responder, pero tuvo que disimular.―Salí cabalgando de la ciudad, caí del equino, me levanté y regresé.El rostro le cambió a Mica, no podía ocultar su molestia.―Acaso no ves los problemas que tenemos con los Ígneos y tú, ¿sales a cabalgar?Migma se tragó el coraje y aceptó la reprimenda.―Límpiate las heridas, pronto partirás rumbo a Mineralia. Este es el momento para sorprender

al enemigo. Ahora son más vulnerables de lo que imaginé. Ha llegado el momento de atacarlos.Hija mía, tu comandarás el ejército junto a Esquisto. Milo los acompañará.

―Pero…, ¿por qué no ayudarlos si luchamos por la misma causa?―¡Qué ideas pasan por tu cabeza! Luchamos por nuestra causa, que eso te quede bien claro. La

muerte de tu padre no será en vano.―Entiendo madre, solo pienso que deberías reconsiderarlo.Mica se notó molesta por el comentario. Volteó violentamente hacia su hija.―Lo correcto es que honres a tu padre muerto y apoyes a tu familia que te necesita, ¿me has

Page 50: La Energía del Destino (Spanish Edition)

entendido? Escúchame bien hija. Harás lo que te ordeno, partirás junto al ejército Metamorfo. ¡Sino regresas con la victoria, será mejor que no vuelvas jamás! ―la amenazó.

Enseguida Mica se alejó.Migma se llevó las manos al rostro, respiró profundo y miró al cielo. Se sentía abrumada y

confundida después de todo lo sucedido esa noche. Ahora tenía órdenes de realizar algo de lo queno estaba convencida.

―¿Qué debo hacer? ¿Qué decisión debo tomar?¡Oh ancestros! ¿Qué es lo correcto?

Page 51: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 13PIGEÓN (LA FORJA DE LAS ESPADAS MÍTICAS)

Pigeón caminó a lo largo de la habitación, casi no había ventilación más que por una rendija

que se encontraba en el techo. Era algo desesperante.―¿En verdad estamos seguros en este lugar? ―preguntó el maestro.―Estamos mejor aquí que afuera ―exclamó Luxulian.Pigeón asintió.―Solo sé que debemos hacer algo para terminar con esta ansiedad de ser perseguidos por los

Altos Guerreros ―dijo.Luxulian lo escuchaba mientras colocaba sus manos sobre una de las paredes.―No estamos aún preparados para enfrentarlos ―aseguró.―¿Qué has dicho?―He dicho que no estamos aún preparados para enfrentarlos ―reafirmó Luxulian.Pigeón frunció el ceño y llevó sus manos a la cintura.―Esa es la cuestión, tenemos el mismo elemento recorriendo nuestras venas, pero aún no

hemos desarrollado la habilidad que ellos poseen, ¿recuerdas el momento en que entregamos lasespadas a Galio?

―¡Como olvidarlo, fue glorioso! ―exclamó Luxulian al tiempo que sonreía.―Escuchen, aún estoy aquí con ustedes ―interrumpió Jade ― . Creo que eso es algo que yo

debo saber.Pigeón se acercó a ella.―Tienes razón Jade. Mereces saber cómo se forjaron las espadas y cuál es la manera de

controlarlas ―dijo―. La historia continúa así. Después de salir con vida de las garras de Itria elente de la montaña, emprendimos el regreso a la cuidad de Aurum. Pasaron más de seis mesesdesde nuestra salida y nuestro recibimiento no fue nada grato. La guardia Dorada nos escoltóhasta la gran cámara frente al soberano.

Al llegar, Galio se levantó del trono, caminó algunos pasos hacia nosotros y se detuvo. Laguardia Dorada lo protegía a los costados

―Acércate Pigeón, veo que traes algo para mí.―Señor, hemos traído los restos del meteoro.―Eso puedo apreciar, ¡muéstralos! ―ordenó de manera impaciente.Saqué una bolsa de piel, abrí un pañuelo que se encontraba en su interior y revelé el polvo.Galio lo observó fijamente.―¿Pero qué es esto? ¿Acaso tratas de engañarme? ¿Me has tomado por un ingenuo?Al escucharlo Escandio se acercó e intentó calmar al líder. Explicó cada detalle del encuentro

contra el ser de los montes de Urania. Al terminar, Galio pareció entender. Enseguida regresó lamirada nuevamente.

―¿Qué tienes planeado hacer con él?¿Qué puedes ofrecerme? ―preguntó.―Con la fuerza que posee este polvo, forjaré las espadas de acero más poderosas que alguna

vez se hayan visto en el continente ―respondí.Galio caminó de un lado a otro del recinto, pareció complacido.―Márchense y forjen las espadas que han prometido. Espero sean extraordinarias. Al contar la

tercera luna llena, se hará la presentación aquí en la gran cámara de Aurum.

Page 52: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Nos alejamos del líder, después de tantos meses por fin dormiríamos en una habitación.Un carruaje nos trasladó a nuestro destino, los recintos Dolomíticos de la Torre Máfica.En el trayecto pude darme cuenta que a Luxulian se le veía preocupado.―¿Qué es lo que piensas? ―le pregunté.Él me miró por un instante, unió sus manos y movió la cabeza hacia los lados.―¿En verdad podrás forjar las espadas que prometiste?―Debo hacerlo, no tenemos otra opción.―Tengo una pregunta más ―dijo Luxulian―. ¿Por qué Itria no continuó usando el poder que

mostró a nuestra llegada?―Lo he pensado tantas veces y siempre llego a la misma conclusión ―le dije―, al parecer su

fuerza se extinguió o al menos se redujo al perder los restos del meteoro que cayeron al abismo.―¡Eso es Pigeón! Yo he pensado lo mismo ―exclamó―, tengo una última pregunta y necesito

que la respondas, tal vez sea la más importante que te haya hecho alguna vez.―Hazla ahora.―¿Cómo controlarás la inmensa energía que contienen los restos del meteoro?No respondí de inmediato. Hubo momentos de silencio.―Aun no lo sé ―le dije―, pero al forjarlas lo descubriremos.Transcurrieron los días y los problemas para forjar las espadas comenzaron a surgir. Cada

golpe del mazo retumbaba a nuestro alrededor y miles de chispas centellaban por doquier. Mismanos no podían sujetarlo y éste salía disparado contra las paredes del lugar una vez tras otra.

―Es imposible forjarlas ―dije a Luxulian―, al agregar el polvo, el metal se vuelve inestable.―Debemos encontrar una solución ―sugirió Luxulian―, de otro modo estamos condenados a

morir en lo alto de esta torre.Tomé el polvo entre mis manos y por un momento me quedé pensativo. De pronto sentí un calor

intenso en mi cuerpo y una revelación me iluminó.―Creo que se cómo hacerlo.Luxulian me miró confundido.―Debemos preparar un plasma para lograr fabricar las espadas, solo teniendo el mismo

polvo del meteorito dentro del cuerpo, podremos mantener el control de la aleación de la queestán hechas ―aseguré.

Luxulian dudó por un instante.―¿Si en lugar de controlarlas, somos envenenados? ―preguntó.―Es un riesgo que debemos correr. Si perecemos en el intento, ¿cuál será la diferencia de

vivir y no lograrlo? Moriremos de todos modos condenados en lo alto de esta torre.―Si es así, quiero probarlo primero. Si no llegara a funcionar, tendrás una segunda

oportunidad para lograrlo ―dijo Luxulian.

Transcurrieron un par de días. Con gran esfuerzo y revisando libros de alquimia por fin preparéel plasma al que llamé Elementa.

―He terminado ―dije a Luxulian.Él se acercó con decisión, nunca había visto esa fuerza en sus ojos.―¡Seré el primero en probarlo! ―afirmó.―Lo he pensado bien y no podría arriesgarte hermano, así que lo haré yo ―dije.Detuve su avance con la palma de mi mano. Sin darle tiempo de reaccionar, bebí un sorbo.

Page 53: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―¿Qué has hecho Pigeón? Yo fui el que te arrastró hasta aquí, soy quien debería arriesgarseprimero.

―Sé que tengo un propósito en la vida ―afirmé―. Soy el que conoce de alquimia y el queaprendió de fundición. Soy el indicado para esto.

De pronto, el mismo calor intenso que pasó por mis manos, también lo sentí recorrer micuerpo. En ese momento supe que hice lo correcto.

Durante las siguientes horas Luxulian ayudó en la preparación de dos nuevas aleaciones másestables. La primera estaba constituida de vanadio, aluminio y titanio a la que llamamos Vatanium.La segunda estaba formada por Acero Martensítico envejecido. Con ellas pensábamos fabricar lasespadas, ya que estas aleaciones eran más fuertes para el combate que alguna otra conocida hastael momento.

Transcurrió el tiempo y todo estaba listo.―Ha llegado la hora de agregar el último elemento, será el polvo que hemos traído ―indiqué

a Luxulian.Él se acercó, me hizo entrega, lo tomé y agregué solo una pequeña cantidad. Al hacerlo miles

de destellos iluminaron el área de fundición y el impacto del mazo, retumbó como un potenterelámpago que golpeaba en la torre. El mazo seguía en mi mano y las espadas comenzaron aforjarse. Luxulian me observó, dio un sorbo a Elementa y en los siguientes días ayudó en lafabricación de las espadas.

Transcurrió el tiempo y el plazo había llegado. Era de noche, la oscuridad abrazaba la ciudad,mientras que una luna de nieve coronaba el firmamento.

Arribamos a la gran cámara, las espadas nos acompañaron. Hermosas mesas con cojines rojosfueron preparadas para exhibirlas. Depositamos cada una, las fundas las contenían. Nosacercamos lo suficiente hasta que el consejero real dio la orden de no avanzar más.

Galio se acercó y las observó en la distancia.―Han cumplido con la fecha, eso me agrada ―señaló.―¡Oh gran señor Galio, hemos forjado nueve espadas con el polvo traído desde los lejanos

montes de Urania! ¡Helas aquí!―Parecen grandes espadas, solo falta probar su desempeño en batalla. ¡Muéstrenlas!

―ordenó.Me acerqué a las mesas y describí cada una.La primera era de Vatanium, de un hermoso color gris plata en la hoja y a dos filos, contaba con

una empuñadura de una aleación platinada y dorada que estaba recubierta con cuero color caférojizo. Su guarda era dorada y en el centro mostraba una esfera achatada en la cual tenía unainsignia en forma de I. En el pomo tenía la figura de un disco y por último se podía leer ungrabado en la guarda que decía: “Esperanza Ígnea”. La segunda tenía por nombre “Fuego deRoca”, era de acero Martensítico inoxidable envejecido, con una empuñadura platinada y elmismo tipo de cuero que la primera. Su guarda también era dorada, la hoja de color platino y lamisma forma de disco en el pomo. Físicamente las hojas eran similares. Mostré el resto de las espadas. Todas ellas tenían un parecido, eran a dos filos, pero sus detalles en cuanto acabado lashacían diferentes. La tercera espada tenía por nombre “Ultramáfica”; la cuarta mostraba grabadala leyenda “Valentía Vítrea”; la quinta “Fuerza Magmática”; la sexta “Vientos de Aurum”; laséptima “Destello de Cristal”. Éstas eran también de Vatanium y las dos restantes habían sidofabricadas de acero Martensítico con el grabado “Meteorizada” y “Luz de Lealtad”.

Page 54: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―¡Son magníficas! ―exclamó Galio―, han hecho un excelente trabajo. Elegiré una paraportarla.

Galio se acercó y apuntó con uno de sus dedos en la dirección de la espada llamada Fuego deRoca.

Enseguida la tomé de su guarda y la coloqué en posición para que Galio la desenfundara. Él seacercó, llevó su mano hacia la empuñadura y con sus dedos la rodeó con fuerza. Al hacerlo, ungrito desgarrador salió del líder quien soltó la espada. Ésta cayó al piso provocando eldesconcierto del consejero y los guardias.

―¡Ha quemado mi mano! ―exclamó Galio―. Se han burlado de mí. Guardias, ¡mátenlos!Fuimos rodeados enseguida. Sin pensarlo arremetieron contra nosotros en cuestión de instantes.

Luxulian dio un paso atrás. Di la vuelta a una mesa vacía arrojándola hacia ellos para ganartiempo. Me hinqué y tomé la espada que se encontraba en el piso, la levanté para defenderme. Enese instante Luxulian tomó la espada Ultramáfica y esquivó el metal de uno de los guardias. Lohizo una segunda vez. Sus pies brillaban de manera intensa y sus movimientos eran más querápidos. Parecía algo fuera de este mundo. Tomé posición de batalla y el mismo resplandor abrazomis pisadas. Un instante posterior sentí el impacto de la espada de uno de los guardias. Fuego deRoca destelló y rompió en mil pedazos la espada de mi rival, al tiempo que un poderosoestruendo retumbó en toda la cámara. Una onda de choque derribó a todos los que se encontrabanen ella. Enseguida un halo de tonos rojizos y dorados envolvió la hoja de metal.

Los guardias parecían confusos, se incorporaron y retrocedieron al escuchar la voz de Galioque les ordenó retirarse.

―¿Cómo es posible? ―preguntó―. ¿Qué es lo que ha sucedido?―El mismo polvo del meteoro con el que fueron forjadas fluye por mis venas ―le dije―,

solo así pudimos controlar la inmensa energía que emana de ellas. No había otra manera deforjarlas.

El rostro de Galio denotó satisfacción, le pidió a Pigeón que enfundaran de nuevo las espadasy las colocaran con el resto. Entendió que esto sería algo que le daría poder por sobre todos losdemás.

―Entréguenlas y les concederé el perdón. Doy mi palabra.Al escucharlo, observé a Luxulian, enfunde la mía y el hizo lo mismo.Galio observó el resto de las espadas.―Creo que elegiré otra, aquella que dice Esperanza Ígnea se ve poderosa.Enseguida volteó hacia nosotros de nuevo.Haz lo que sea necesario para que pueda portarlas ―dijo―, serán reconocidos por este gran

logro. Su viaje a los montes de Urania será recordado por generaciones. El perdón ha sidootorgado.

―Traeremos el plasma que lo contiene señor ―afirmé.Galio asintió.―Hoy es un día glorioso ―exclamó―. Este plasma que mencionan será otorgado a nobles y

grandes guerreros para que puedan portarlas. Sus descendientes heredarán su grandeza y losnombres de Pigeón y Luxulian perdurarán por siempre. Estas armas que han sido forjadas en losrecintos Dolomíticos de la torre Máfica formarán leyendas, poseerán la fuerza de nuestra raza. Enlos tiempos oscuros iluminarán como una luz de esperanza. Desde hoy en adelante seránconocidas como…, las espadas míticas Ígneas.

Jade se quedó pensativa después de escuchar la historia, de alguna manera relacionaba las

Page 55: La Energía del Destino (Spanish Edition)

enseñanzas de los ancianos con el poder que habían mostrado los Altos Guerreros.Pigeón interrumpió sus pensamientos.―Ahora mi querida Jade, creo que puedes entender de lo que son capaces de hacer las espadas

junto a los Altos Guerreros y porque debemos detenerlos.Apenas Pigeón terminó la frase, cuando una enorme hoja plateada atravesó la pared

perforándole también el brazo. En un momento la hoja de la espada retrocedió. Pigeón se alejó dela pared dejando un rastro de sangre en el piso. Nuevamente la hoja se incrustó en la pared ycomenzó a desplazarse rebanándola como si se tratase de una suave masa. El metal de la espadabrillaba de manera intensa.

Luxulian tomó a Pigeón ayudándolo a alejarse, mientras Jade desvanecía la pared más lejanadel lado opuesto para lograr escapar, la cerró una vez más. De nuevo la hoja de la espada seincrustó en la pared recién formada.

―Vamos, hay que alejarnos de aquí o continuará siguiéndonos si no avanzamos rápido.Jade desvanecía y cerraba muros en distintas direcciones para intentar escapar del portador de

aquella espada Mítica. Tras algunas paredes intentaban dejarlo atrás.Sin embargo; frente a ellos el techo de la siguiente habitación comenzó a agrietarse. Repentina

y violentamente se abrió un hueco y otro guerrero cayó del cielo a poca distancia del grupo,provocando que una nube de polvo inundara el lugar.

―¡Uno más! ―exclamó Luxulian.En ese momento el primero los alcanzó uniéndose a la pelea, los dos Guerreros se acercaban

amenazantes blandiendo sus afiladas espadas en el aire. En un instante se abalanzaron en contrade los maestros.

Jade tropezó al piso mientras uno de los Altos Guerreros la acorralo intentó clavar su espadaen ella, pero la Ígnea rodaba de un lado a otro evadiendo la puntiaguda hoja de la espada que seclavaba e la roca buscando su cuerpo

En un acto desesperado, Jade se hincó y trató de girar su mano para crear una pequeña ilusión eintentar distraerlos, pero movió el brazo de una manera diferente al ser empujada por Luxulian,quien la salvó de morir ante Alto Guerrero. Accidentalmente Jade alcanzó a rozar la espada con layema de los dedos mientras la punta de la espada tocaba el suelo rocoso.

―¡Pero qué haces! ―le gritó a Luxulian.En ese momento la mano dejó una línea oscura que se arremolinó y permaneció en el aire,

tocando el antebrazo de uno de sus enemigos y la pierna del otro, quienes comenzaron a serabsorbidos por aquel pequeño vórtice oscuro recién formado que giraba violentamente.

La sorpresa se apoderó de los tres Ígneos, mientras los gritos desgarradores de los guerreroslastimaban sus oídos y sus cuerpos se alargaban y retorcían desvaneciéndose en el interior deaquel vórtice.

―¡Los está consumiendo! ―afirmó Pigeón.Jade, Luxulian y Pigeón se dispusieron a escapar ante la desesperación de sus cazadores que

ahora se habían convertido en presas. Buscaban a toda costa librarse del vórtice. Los maestros lesdieron la espalda para alejarse. De pronto, los Altos Guerreros dejaron de gritar dando paso a unsilencio abrumador, fue seguido del repentino golpeteo de las hojas plateadas de las espadas queportaban y resonó en el suelo e hizo detenerse al grupo. Los Altos Guerreros desaparecían antesus ojos consumidos por el vórtice oscuro. De pronto se disolvió con la misma rapidez que sehabía creado (*).

―¡Se han ido! ―exclamó Jade.

Page 56: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―No sé de qué manera, pero esta puede ser nuestra salvación ―afirmó Pigeón.Ella se colocó frente al maestro y tocó la herida para revisarla, ahora no parecía tan grave;

estaba sanando a una velocidad impresionante. Luxulian levantó una de las espadas que decía enla guarda, Ultramáfica. Pigeón regresó algunos pasos para tomar la otra que se encontraba en elsuelo. En ese instante percibió una vez más la fuerza que había sentido al forjarla. Leyó elgrabado.

―Fuego de Roca nuevamente ―dijo sonriente al empuñarla―. Pienso que tú y yo mi pequeñaamiga, estamos destinados a permanecer juntos por un largo tiempo. (*)Ver creaciónde vórtice en glosario de imágenes.

Page 57: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 14

GABRO

Gabro arribó cabalgando a los ríos subterráneos que se encontraban fuera de Mineralia. Sindudar bajó de su equino y amarró la rienda en la rama de un árbol cercano. Giró en direccióndonde habían marcado semanas atrás la ubicación de aquellos ríos y caminó buscando unasensación distinta al estar sobre ellos. Estaba convencido que en alguna parte de este lugar serevelaría lo que buscaba. De pronto cerró los ojos, se detuvo al tener una leve sensación bajos suspies. Podía percibir la inmensa cuadrícula de energía que Andes le había mencionado tiempoatrás. Abrió los ojos, no podía verla, pero sabía que estaba ahí, era enorme y poderosa. De prontosus pies comenzaron a brillar de una manera suave. Ahora sabía que este era el lugar que estababuscando. En momentos percibía una fuerza invisible que actuaba sobre él. Abrió las manos endirección del suelo comenzando a caminar en distintas direcciones, se detuvo en varios puntos aldarse cuenta que en algunos lugares, sobre todo en las intersecciones de los ríos subterráneos, laenergía se potencializaba en forma sorprendente.

―¿Cómo pudo estar bajo mis pies todo este tiempo? ―se preguntó en voz baja.Algo era seguro, la energía existía, pero no podía hacer uso de ella. Debería esperar a que

regresara Andes para decírselo. Tal vez él lo ayudaría. Tiempo atrás le había asegurado que algúndía podría percibirla. Ese día había llegado. Tal vez podría decirle como hacer uso de ella.Aunque por otro lado, Andes solo tenía la experiencia en los tiempos que la Roca Madre estabaotorgando su poder y no ahora en estas condiciones.

Se quedó pensativo, se encontraba en el lugar correcto, tal vez no tendría otra oportunidad denuevo, se decidió a intentarlo, lo descubriría ahora o nunca.

―Sé que puedo hacerlo ―dijo de nuevo.Instantes después desenfundó su espada y la observó. Le gustaba leer el grabado que llevaba,

“Esperanza Ígnea”. Apretó con sus dedos la empuñadura. Lo hizo tan fuerte como pudo, clavaríacon fuerza la hoja metálica en este lugar. Si algo no sucedía pronto, entonces se daría por vencidoy concentraría toda su atención en el ataque que estaba en puerta. Levantó la espada con toda sufuerza tomando impulso, el filo comenzó a avanzar hacia la tierra, estaba a punto de clavarse. Depronto un rapaz volador apareció como un relámpago y lo derribó. Aquel animal de picoencorvado y alas membranosas que en el pasado les había dado problemas se acercabaamenazante. Un segundo Rapaz lo atacó en sentido contrario, Gabro lo esquivó, se dio cuenta quelo estaban acorralando.

De manera simultánea pero en sentido opuesto, los dos animales se lanzaron en su contra.Gabro sujetó con fuerza la empuñadura, desplazando los brazos por el aire cortando de un solotajo la cabeza de uno de los animales. El otro se arrojó sobre su espalda. Sin verlo, Gabroparecía percibir el ataque. Sabía en donde estaba exactamente el peligro. Antes que el Rapaz lecayera encima, dio la vuelta con una velocidad impresionante clavándole la espada en el cuello.Retiró la hoja de metal y el cuerpo sin vida de aquella bestia quedó tendido en el suelo. Laenfundó de nuevo, se tomó el hombro derecho al sentirlo adolorido, apretó la mandíbula, cerró losojos por un instante y comenzó a mover su brazo en forma circular para aliviar el dolor. Abrió los

Page 58: La Energía del Destino (Spanish Edition)

párpados y se desconcertó al ver lo que estaba pasando, el aire que se encontraba alrededor delbrazo parecía distorsionarse como si de ondas de agua se tratase. No se detuvo, seguíaobservando aquel efecto cuando fue interrumpido por otro rapaz que intentó atacarlo. Gabroesquivó el ataque, pero al hacerlo su brazo lanzó un impulso de energía invisible contra unmontículo de rocas que se encontraba cerca. El rapaz salió huyendo despavorido a causa delestruendo (*), mientras que en las alturas decenas de rapaces que se encontraban hacían lo mismo.Después de unos instantes regresaron y comenzaron a volar en círculos. Si tres habían sidopeligrosos, en grupo serían mortales y no habría escapatoria. Gabro miró sus manos, entendió quealgo especial había sucedido. Sin pensarlo dos veces, fue en busca de su equino y cabalgó a todavelocidad intentando alejarse de ese lugar. Ahora sabía que sería más útil estando en la batallaque combatiendo solo contra estos seres que únicamente buscaban alimentarse. Así que se dirigióhacia la torre Félsica montando a toda velocidad. La crin del animal ondeaba a causa del viento.Conforme se acercaba a Mineralia podía observar en la lejanía las tres enormes estatuas dedoscientos pasos de alto, éstas se alzaban imponentes resguardando la ciudad y portando susballestas de Vatanium. Solo eran estatuas, pero el significado que representaban en la batalla deAurum en contra de los acorazados, le recordaba cada momento que tenía un deber con su pueblo.Ahora más que nunca estaba consciente que el enemigo regresaría acompañando a Itria y juntos notendrían piedad para asesinar a cuanto guerrero les hiciera frente. Muchos de ellos eran Ígneosque había conocido a través de los años y no podía permitírselo.

Se aproximaba veloz a la entrada de la ciudad de Mineralia, cuando una saeta surcó por el aireproveniente de las alturas de la muralla. Gabro se inclinó sobre el equino hacia la derecha paraesquivarla. Solo escuchó el zumbido del proyectil pasar de lado y luego un golpe en el sueloparecido a un saco de trigo al estrellarse contra la tierra. Volteó hacia atrás y pudo observar queun Rapaz Volador se desangraba en el suelo. La saeta le había atravesado la garganta. No habíasido un ataque en su contra, alguien lo había salvado de aquella bestia voladora. Bajó lavelocidad mientras su vista recorrió toda la muralla, por fin pudo ver de quien se trataba.Obsidiana se encontraba erguida en las alturas portando una ballesta.

―¿Cómo no haberlo sabido? Era la mejor disparando.A su lado se encontraba Basalto quien dio la orden para que abrieran las puertas y lo dejaran

entrar.Sin demora cruzó las puertas. Un Ígneo recibió el equino Idion para llevarlo a los establos.

Gabro dio unos pasos, mientras Basalto bajaba por la escalera. Lo estrechó fuerte en el hombro.―¿Estás bien mi estimado amigo?―Estoy bien gracias.―No deberías salir solo, sabes que en ocasiones los rapaces abandonan las montañas y pueden

aparecer en el lugar menos esperado.―Lo sé, pero necesitaba hacer algo importante, no podía esperar.―¿Y pudiste hacerlo?―En realidad no, fue mi segundo encuentro con estos animales el día de hoy. En ocasiones

pueden llegar a ser muy inoportunos.―El hambre los hace salir en busca de comida ―aseguró Basalto.―En el futuro trataré de no ser una presa fácil.Tras Basalto, bajó Obsidiana.―Gracias le dijo Gabro al verla. Eres la mejor disparando la ballesta.Obsidiana sonrió como pocas veces lo hacía. Se le consideraba una excelente guerrera, pero no

Page 59: La Energía del Destino (Spanish Edition)

era muy expresiva, a reserva de cuando estaba con Basalto. ―Lo sé ―respondió.Basalto regresó a la escalera, la tomó de la mano y la hizo bajar cadenciosamente los últimos

peldaños. Obsidiana era una Ígnea con un talento natural para la guerra. Era hábil, fuerte, joven yhermosa. La perfecta pareja para su compañero.

Gabro se acercó a ellos.―Necesito hablar, algo ha sucedido.―Tranquilo, ¿es algo relacionado con los rapaces? ―preguntó Basalto.―No, es algo totalmente diferente, está relacionado con mi salida. Estuve en los ríos

subterráneos intentando que algo sucediera al usar la espada.―¿Tuviste suerte? ―preguntó Basalto.Gabro sonrió y le dio el libro.―Entrégaselo a Dumena, creo que he leído lo suficiente.Fueron interrumpidos al escuchar a los vigías en las alturas anunciando la llegada de alguien

que había arribado a la ciudad. Todos guardaron silencio. Gabro observó hacia la entradaprincipal, en ese momento las puertas se abrieron. De pronto, un sentimiento de alegría lo inundópor dentro. No podía creerlo. Toba había regresado.

(*)Ver creación de masa de energía en glosario de imágenes.

Page 60: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 15

TOBA Toba regresó a Mineralia con malas noticias. Los Metamorfos no estaban dispuestos a darles la

ayuda que tanto necesitaban. Mica mostró su nulo apoyo hacia el pueblo Ígneo, quedando comoúnica esperanza que Migma pudiera convencer a su madre para unirse a la batalla. Ahora elmundo que conocían estaba de nuevo en riesgo. Eso le había quedado muy claro a su mediahermana, pero a su madre no parecía importarle.

En la distancia una bella y espigada figura recorrió rápidamente las calles de Mineralia, sucabello castaño con puntas doradas la delataba reflejando destellos de luz provenientes de un solque arreciaba cada vez más. Se trataba de Siena que se acercaba apresurada para recibir lacomitiva que había regresado.

Se aproximó primero a Toba, mientras Andes entregaba los equinos para que los resguardarany llevaran a alimentar después de un recorrido tan largo y cansado.

―Bienvenida seas hermana ―le dijo―, todos esperan noticias provenientes del sur.Toba la miró con pesar. En ese momento entró Gabro y la recibió con un abrazo. Ella se aferró

a su cuerpo.―No logramos convencer a Mica ―aseguró.Gabro parecía haber presentido aquellas palabras.―Entonces, todo depende de nosotros ―dijo.Toba asintió, luego miró a Siena.Siena parecía perder la esperanza.―¡Que los ancestros nos ayuden! ―exclamó.―Como lo ha dicho Gabro, ahora todo depende de nosotros ―aseguró Toba―, pero de ningún

modo nos rendiremos antes de luchar, haremos todo lo posible para defender la ciudadAndes se acercó tras ella e interrumpió el recibimiento.―Eso espera Itria que hagamos, que nos quedemos detrás de las murallas ―exclamó―. Me

adelantaré con Gabro, avanzaremos con el ejército para atacarla. Los vigías han traído lainformación necesaria. Sabemos que ya viene en camino y por donde accesará al valle.

―Los acompañaré ―aseguró Toba.Andes negó con la cabeza.―Tu lugar está en esta ciudad. Alguien tiene que quedarse a cargo en el posible caso de que no

regresemos. Si fallamos, tu defenderás Mineralia.Toba no esperaba esa orden, pero Andes era un gran estratega y sabía que eso era lo correcto.

Si él lo ordenaba de esa manera, a ella le tocaba cumplir con esa misión. Tuvo cuidado de notitubear.

―Lo haré, prepararé la defensa de la ciudad.Andes agradeció con la mirada su disposición inmediata.Las fuerzas de Itria deben ser sumamente grandes. Partiremos con la mayor parte del ejército.

Solo te dejaré quinientos guerreros, tendrás que hacerte de más Ígneos que estén dispuestos aayudar. La mayoría han entrenado en algún momento. Recuerda que somos un pueblo que siemprese ha preparado para este tipo de situaciones.

―Pero no tan graves ―aseguró Toba

Page 61: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Tienes razón, nunca han sido tan graves. Pero ahora el futuro se encuentra de por medio.Debemos descansar esta noche. Partiremos en un día más, así los detendremos en los límites delvalle, cerraremos el paso para lograr contenerlos. Ahora, vayamos a dormir que buena falta noshace.

Toba caminó al lado de Gabro hasta llegar a los jardines donde se despidieron y cada uno sedirigió a su dormitorio.

―Espera Toba.―¿Qué sucede?―Necesito mostrarte algo por la mañana, es importante.Toba asintió. En verdad deseaba saber lo que Gabro le mostraría a pesar de que el viaje había

sido largo y cansado, por ahora deseaba dormir.―¡Te veré en la fuente!Sin decir más dio media vuelta dirigiéndose a descansar.Arribó a su habitación, se recostó mientras observaba por la ventana una hermosa luna de

nieve, era bella y enorme. A su lado una estrella refulgía de manera espectacular, mientras que laextendida mancha de gases y polvo cósmico adornaban el firmamento. A pesar de sentirsecansada en extremo, su mente se mantenía alerta. Mil ideas daban vuelta en su cabeza. Esa nochese despertó en repetidas ocasiones. Su encuentro con Migma y todo lo que había sucedido duranteel viaje, no la dejarían descansar.

El siguiente día llegó y una brisa fresca recibía la mañana. Toba se levantó, se arregló un poco

el cabello y se dirigió a la fuente con la intención de encontrar a Gabro.―¿Estás ahí? ―alzó la voz preguntando.De pronto, lo vio a lo lejos llegar con dos equinos.―Estoy aquí, sabes que este lugar no me trae buenos recuerdos.―Lo siento, no pensé en ello ―dijo Toba.―Necesito que veas algo. Cabalgaremos hacia los ríos subterráneos.―Por un momento pensé que regresaríamos al santuario de las mariposas ―comentó Toba.―Desearía que fuera eso, pero es algo muy diferente ―expresó a él.―Si es tan importante, entonces partamos ahora.Montaron durante un rato, arribaron al lugar indicado.―Hemos llegado ―dijo Gabro.―Y, ¿qué haremos en este lugar? ―preguntó Toba.―Traté de encontrar algo en el antiguo libro de Pigeón ―comentó él―, pero al parecer no

existe nada que nos pueda ayudar. Por accidente he descubierto lo que te voy a mostrar ahora, talvez tú también lo puedas hacer. Es la razón por la cual te he traído hasta aquí.

―No te entiendo aun, pero sé que esa razón debe ser poderosa.―Confía en mí y cierra los ojos ―le indicó Gabro.Toba trató de mantener una conducta seria, aunque no paraba de pensar que esta sería otra

sorpresa preparada por él.―Vamos Toba, concéntrate y trata de sentir lo que hay a tu alrededor. El tiempo que has estado

lejos, he trabajado mis sentidos para percibir las líneas que se encuentran por todas partes delcontinente. No las puedo ver, pero al menos puedo sentir su presencia. Algunas son más grandesque otras, mis ojos no ven pero mi mente se maravilla ante la inmensidad del paisaje que se formaen ella, asemejan ríos brillantes llenos de una fuerza que recorre todo el planeta.

Page 62: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Creo en lo que dices, yo misma he tenido sensaciones en el pasado, aunque no tan intensascomo las que mencionas.

―En ese caso confía en mí y dirígete hacia la intersección más grande que puedas sentir en tupiel y en cada parte de tu interior. Solo hazlo, confía en mí como lo has hecho siempre.

Toba volteó aun y cuando tenía los ojos cerrados, caminó de manera lateral y se quedó estáticaen un lugar.

―Me siento abrumada por algo que no puedo describir, aquí es donde la sensación es mayor.―No te muevas, solo comienza a girar tu brazo como si tomaras el agua de un arroyuelo de

manera muy rápida, después arrójala con fuerza al frente ―indico Gabro.Toba lo intentó sin que sucediera nada, lo hizo varias veces a petición de Gabro.―No sé qué es lo que buscas pero lo seguiré intentando.Siguió de nuevo las indicaciones.―Siento algo extraño, ¿qué es?Gabro insistió.―No te detengas.En ese momento algo sucedió y apenas terminó la frase cuando una vorágine de energía le

abrazó la mano. Ella se desconcertó, abrió los ojos y violentamente terminó el movimientoarrojando una masa de energía transparente contra la enorme roca que se encontraba al frente.Aquella masa casi invisible se estrelló y fracturándola en dos.

Toba se quedó sin palabras.―¿Qué es lo que pasa? ¿Dime qué ha sucedido?Gabro la tomó de un brazo, con cuidado la hizo a un lado.―Te mostraré.Se acomodó en el lugar que Toba había dejado libre y realizó el mismo movimiento

destrozando por completo la Roca, mientras el polvo inundaba el aire.―¿Cómo es esto posible, la Roca Madre sigue bloqueada?¿De dónde proviene esta energía?―La hemos tomado del suelo, los enormes ríos y no hablo del agua subterránea, sino de

aquellos que acabas de percibir, son una malla gigantesca que cubre en su totalidad el terreno denuestro mundo.

―¡Debemos decirle a todos! ―exclamó ella.―Sabes que ya no hay tiempo, podría pasarle a muchos lo que le ocurrió a Torio, el que

desapareció tratando de controlar la energía.Gabro la tomó de la mano.―Quédate conmigo esta tarde, intenta controlar esto que te he mostrado. Tal vez pueda servirte

para defenderte o defender nuestra ciudad en caso de que se encuentren en peligro.―Te entiendo, lo haré. Me quedaré. Espero no tener que usarlo.―Cuídate mucho Toba, no sabemos hasta donde pueda existir un riesgo al controlar la energía

del destino. Itria debe tener control de esto seguramente, pero no sabemos hasta que grado puedeusarla contra nosotros. Solo sé que debemos ser precavidos.

Toba asintió.―Entiendo, tendré cuidado. Pero también tenlo tu, al mostrar Itria todo su poder sabrás cuál

será la manera de vencerla. Desearía estar a tu lado y pelear contra ella, estando ahí sería de granutilidad.

Gabro le tomó la otra mano.―Tienes una misión, te la ha encomendado Andes.

Page 63: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Lo sé, debo defender Mineralia ―aseguró ella.―No debes preocuparte estaré bien, tendré cuidado pequeña.Toba entrelazó las manos contra las de Gabro.―Te pediría que no lo hicieras, que no fueras y te quedaras conmigo, pero entiendo que

también es tu responsabilidad estar al frente y debes asumirla.―Amor, lo haremos, triunfaremos. Estoy convencido que podemos hacerlo. Sé que también lo

crees.Toba lo miró a los ojos, sus pupilas estaban fijas observándolo, al final asintió. Así pasó el

tiempo. Esa tarde permanecieron juntos practicando e intentando entender hasta donde podríaayudar la energía a ganar la batalla.

Al día siguiente todos se encontraban listos a primera hora de la mañana.―¡Vamos, a formarse! ―se escuchó la indicación en distintos puntos de Mineralia.Toba se acercó al frente de las filas buscaba en todas direcciones.De pronto vio a Andes y a un lado se encontraba Gabro. Aun no montaban los equinos. Los

demás portadores de las espadas míticas se encontraban también preparados para partir.―¡Gabro! ―alzó la voz Toba.Él se separó de Andes, se dirigió de inmediato a su encuentro.―¡Aquí estoy pequeña!Toba se aferró en un abrazo.―Desearía que esto no estuviera pasando, quisiera ser fuerte en este momento, ¡pero no lo soy!―No tienes que ser fuerte, solo tienes continuar abrazándome. Sé quién eres y por eso te amo.

No necesitas demostrar nada más.Una voz grave interrumpió a los jóvenes.―¡Todos a su lugar, a las filas!Ellos se separaron unos pasos, mantenían una mano unida.―No me sueltes Gabro.―Debo hacerlo.―Prométeme que volverás, que no me dejarás y volveremos a estar juntos.Gabro observaba el rostro de Toba, ella sentía que sus ojos grises ahora tenían una tristeza que

nunca había sentido, ahora estaban llenos de lágrimas cristalinas. Notó que Gabro se contenía, latomó de nuevo entre sus brazos. Ella se recargó en su pecho.

―Ven acá pequeña, volveremos a estar juntos y seremos felices, ¡lo prometo! ―escuchódecirle.

Toba levantó el rostro. Colocó las manos sobre las mejillas de Gabro y se acercó hasta que suslabios lo alcanzaron.

Instantes después él se alejó. En la distancia podía ver como subía a su equino y comenzaba aalejarse.

Toba advirtió que alguien más se le acercaba.―¡Gabro, espera! ―lo detuvo Dumena―. Llévate el libro de Pigeón, no tiene nada que los

maestros puedan usar. Llévalo como recuerdo de tus ancestros, que ese recuerdo te de valor paraenfrentar la batalla y consigan salir victoriosos.

―Gracias maestra, lo llevaré con orgullo.Enseguida comenzó a alejarse con dirección de los miles de guerreros que lo esperaban.Andes se colocó al frente.

Page 64: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Haz que suene el cono de bronce para que el ejército comience su marcha ―le dijo aGranito.

Él obedeció. El sonido retumbó en el pecho de Toba, le perforó la piel como una daga, perosobre todo se quedó grabado en la mente de los que permanecieron en Mineralia.

Page 65: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 16

MIGMA ―¡Vamos, en marcha, cabalguemos a hacia nuestro destino! ―indicó Esquisto―. Su madre los

alcanzará más tarde en un lugar muy cerca de Mineralia, estará esperando nuestra victoria.Mientras tanto Serpento y Skarn cuidarán de ella.

Migma asintió, enseguida partió rumbo al río principal de Mineralia acompañada de Milo.Tenía indicaciones precisas que al llegar se reuniría con el ejército para abordar lasembarcaciones que habían fabricado en secreto. No eran embarcaciones de guerra, sino detransporte. Aprovecharían la corriente del río principal del valle para llevarlos muy cerca de lasmurallas de Mineralia, desembarcando y tomando por sorpresa la ciudad. Eso no lo esperarían losÍgneos. La Roca Madre sería su objetivo. El plan era llevarla de nuevo a la antigua ciudad deAurum donde el ejército se replegaría, ahí harían uso de ella.

Migma y Milo salieron con el resto de los guerreros. El recorrido al final de cuentas sería dosdías de camino cabalgando.

Transcurridas algunas horas repasaban los detalles del ataque, seguirían las indicaciones deMica con la noche como aliada.

―¿Qué te sucede hermana, te veo pensativa? ―preguntó con preocupación Milo.―No es nada, solo analizo las órdenes de nuestra madre. Y aún más la idea de no fallarle,

confía en nosotros para vencer a los Ígneos y recuperar la Roca. Tenemos que realizar el trabajoque nos ha sido encomendado por más cruel que pueda resultar. Todo esto me ha llevado apreguntarme algo estos últimos días.

―¿Qué te has preguntad o hermana?Migma lo observó.―¿En qué condiciones se encontrará la Roca?―Te refieres a lo que mencionó Andes acerca de estar bloqueada por Itria.―A eso me refiero, lo sabremos hasta estar frente a ella y sus elementos.―¿Y si no logramos retirarla?―No tenemos otra alternativa, debemos hacerlo, es lo único que será aceptable para nuestra

madre.―De alguna manera lo haremos ―aseguró Milo. Transcurrió el tiempo, después de un par de días Esquisto, los jóvenes y el resto del ejército

habían arribado al río. Fueron recibidos por uno de los generales.―Bienvenidos, deben tener hambre, los llevaré al comedor, allí podrán probar algo digno de

los hijos de la Reina.Los jóvenes asintieron al ver que Esquisto aceptó el ofrecimiento.Después de consumir una abundante comida partieron a encontrarse con los generales del

ejército. Mientras caminaban pudieron observar las resistentes embarcaciones que ya flotaban enel agua. Se encontraban listas para zarpar en un río de aguas cristalinas, con una furiosa corrienteque simulaba miles de láminas transparentes con dirección de Mineralia. De pronto se escuchó enla distancia.

―¡Señor Esquisto, lo necesitamos ahora en la embarcación número tres!

Page 66: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―¿Es algo que puede esperar? ―preguntó él.―No lo creo señor.―Bien, los alcanzaré en un momento, ustedes comiencen sin mí. Sigan el plan ―dijo a los

jóvenes.―¿Estás seguro tío?―Lo estoy, vayan, yo los alcanzaré en un momento. Los jóvenes entraron en una tienda de acampar enorme, había sido adaptada con mapas sobre

una mesa rectangular. En el interior ya se encontraban los generales del ejército. Migma se acercóa la mesa colocando sus dos manos sobre ella. Miró el mapa perfectamente detallado. Indicaba elpunto para el desembarco y solo una pequeña distancia para llegar a Mineralia. Enseguida levantóel rostro, respiró profundo y exhaló discretamente.

―He pedido que se reúnan para exhortarlos a luchar con valor en estos tiempos de guerra,para recuperar lo que nos han arrebatado los Ígneos.

De pronto fue interrumpida por el general con mayor rango en batalla apodado Mármol Negro.―Esas suenan a palabras que ha puesto la Reina en tu boca.Migma volteó para verlo. Se sorprendió por la interrupción.―¿Cómo se atreve a asegurarlo? ―le reclamó.―¿Acaso no es así joven Migma? Tu padre Pizarro está muerto, falleció con honor durante la

batalla, pero tu madre vive y no está aquí al frente de su ejército. Hablas como ella, pero no eresella. Lo único que sé, es que ha enviado a sus dos hijos para combatir su propia lucha. Yo veo ados jóvenes líderes frente a mí. No la veo a ella por ningún lado. Aquí frente a todos con los quehe combatido palmo a palmo tengo una propuesta. Luchemos en verdad por una causa justa.Hagámoslo por nuestros seres queridos y no por la venganza que tanto desea tu madre en contrade Andes.

Todos lo observaron, comenzaron a hablar entre ellos, para algunos esa propuesta cobrabasentido en las palabras de aquel general, aún más por todos lo que habían luchado en el pasado. Elgeneral interrumpió de nuevo.

―Tengo otra propuesta mucho más osada que tal vez me cueste la cabeza. Una que quizás seala que necesitamos ahora y pueda dar la vuelta de tajo a todo el sufrimiento que ha tenido nuestropueblo desde el día de la transformación.

Todos guardaron silencio. Escuchaban con atención. Se colocó al frente de Migma.Desenfundó su espada de Carframio, enseguida se hincó y la clavó en el piso.

―Yo propongo una nueva Reina, una que tiene la sangre joven y puede tomar decisiones justas.Una que hoy lucha al frente de su ejército.

―¡Cómo te atreves, es traición! ―aseguró Migma.Milo se acercó a su hermana, la interrumpió.―Pienso que debes escucharlo, hay verdad en sus palabras. Su voz es sabia, es la voz del

pueblo.―¿Cómo es posible que tú, siendo su hijo te atrevas a pensarlo? ―le reclamó a su hermano.Milo insistió.―Piénsalo, no actúes visceralmente. Si tú aceptas, la moral de los guerreros será otra muy

distinta a la que hay ahora. Existirá una esperanza para todos ellos de regresar a casa y ver denuevo a sus familias. De otro modo estamos destinados a perecer.

Migma se quedó sin palabras.

Page 67: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Ahora es tu oportunidad de hacer lo correcto. Solo acepta y llévanos a una nueva era en laque podamos ser felices como antes ―le pidió finalmente su hermano.

―¿Pero mi madre, que será de ella?El general levantó el rostro, también la escuchaba.―Tu madre no es una de los nuestros, tiene el color de los Ígneos y solo nos llevará a la

derrota, únicamente ha causado penas a este pueblo. Solo tiene que aceptarlo señora Migma y elejército será suyo.

―¿Dónde está Esquisto? Necesito hablar con él.El general se acercó.―Ahora está preso en la embarcación número tres. Hablará con el más tarde, lo haremos

entrar en razón.Todos se miraron, al mismo tiempo desenfundaron las espadas y se hincaron frente ella

rindiéndole honores.Milo hizo lo mismo.Mientras Migma tomaba una decisión, un viento cálido la abrazó, al mismo tiempo se llevó las

manos al cuello para tocar un cuarzo blanco que centellaba con la luz del atardecer.Después de un profundo silenció habló.―Lo haré, los llevaré a la victoria.Todos se colocaron de pie levantando las espadas al aire.―¡Qué viva Migma, la nueva Reina!―¡Qué viva!

Page 68: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 17PIGEÓN

Jade caminaba alrededor de una columna de mármol, mientras continuaban ocultos de los Altos

Guerreros.―Los hemos perdido ―afirmó.Enseguida Luxulian volteó a verla.―¿A dónde iremos?―Necesitamos un lugar seguro. Los llevaré al exterior de las murallas de Tiara, estoy segura

que allí podremos pensar con más calma y así elaborar un plan.Jade dejó de hablar con Luxulian y se dirigió hacia Pigeón, buscó la herida entre sus ropajes

pero ya no había indicio de ella.―¿Cómo te sientes? ―le preguntó.―Me siento mucho mejor.―¿Cómo es posible que tu herida haya sanado tan rápido? ―interrumpió Luxulian.―No…, no lo sé hermano.―Yo sí ―afirmó Jade.―Es debido al polvo que corre por nuestras venas, los tres podemos sanar de la misma

manera.―Debí suponerlo ―dijo Pigeón.―¿Pero cómo lo sabías Jade? ―cuestionó Luxulian.―No lo sabía hasta hoy, lo comprobé cuando arribaron a la ciudad. En ese momento me

dirigía hacia ustedes, tenía que prevenirlos y cumplir mi misión, pero antes de llegar me alcanzóla espada de aquél que fue consumido por el vórtice. Solo sé que sentí un corte en la espalda ycaí al piso al igual que todos los que se encontraban a mí alrededor. Luego algo sucedió, la heridasanó de inmediato. Dejó de doler. Así que me incorporé tan rápido como pude y levanté la paredque los separó de la batalla.

―Nuevamente te agradecemos ―dijo Pigeón―. Estuviste dispuesta a sacrificarte pornosotros. Aun cuando éramos unos completos desconocidos.

―Te repito que era mi misión, ahora me queda muy claro lo que debemos hacer.Se detuvieron al pie de la muralla que tenía una altura d e mil pasos, mostraba un camino

esculpido en una cara lateral que se elevaba y conducía hasta la cima, pero Jade los llevó por uncamino más seguro, subieron unas escalinatas durante un largo rato hasta llegar a la cima. Pigeónrecorrió con su vista la maravillosa estructura que los separaba de la montaña.

―¡Es…, impresionante! ―exclamó.La ciudad de Tiara se encontraba ubicada en la ladera de la montaña de Crestas, a una escasa

distancia de imponentes formaciones verticales de roca maciza que en la antigüedad habían sidoesculpidas con la forma de una fiera gigante de melena espesa. La cabeza se encontraba con lasfauces abiertas y aparentaba rugir en la montaña, mientras que el pelaje se formaba por las laderasde roca que descendían hacia las faldas agrestes. Desde lo alto de la muralla y hasta las faucesde la montaña, una estructura dorada se alzaba ante la inmensidad del vacío. Se trataba de unpuente que las unía, donde dos manos gigantes esculpidas en piedra, sobresalían imponentes en lasalturas. Una mano provenía de la montaña, otra de la muralla. Parecían sostener la pesadaestructura que medía unos mil trecientos cincuenta pasos de largo. Por debajo se encontraba

Page 69: La Energía del Destino (Spanish Edition)

apoyada por enormes pilares que desafiaban las leyes de la naturaleza.―¡Son las manos de los ancestros! ―exclamó Luxulian―. En verdad son enormes.―Lo son ―afirmó Pigeón.―¡Vamos! En marcha ―indicó Jade.Habían avanzado algunos pasos, Pigeón regresó la mirada. La vista era estremecedora, hacia

un extremo podía ver la grandeza de la muralla de la ciudad de Tiara y hacia el otro, la majestuosamontaña de Crestas.

Continuaron su camino, después de cruzar el puente dorado se internaron en la montaña a travésde las amenazantes fauces, en el interior cruzaron uno de varios arcos de piedra. Pigeón se detuvoasombrado una vez más, no dejaba de maravillarse ante semejante estructura, sus ojos recorrieronde un lado a otro el lugar. Ahora se encontraban en un claro de roca maciza rodeado por columnasdonde se formaban los arcos. En realidad eso no era lo que le impresionaba, sino lo que seencontraba en las alturas de cada columna. Tres imponentes bestias de melena espesa talladas enroca portaban un casco de batalla elaborado con plata. Estaban sumamente detalladas y adornadascon gemas preciosas. Aparentaban vigilar el interior de la montaña.

Jade se detuvo en el centro del claro.―En este lugar inició la historia y comenzó el mundo Ígneo ―afirmó―. El corazón de Tiara

no se encuentra en la ciudad, si no en la montaña. Aquí es de donde proviene la fuerza de nuestrosancestros.

―¡Impresionante! ―exclamó Luxulian―. Este lugar debe tener miles de años.―En realidad sí, fue hecho hace tantas generaciones que nadie sabe cuántas exactamente.

Desde pequeña este ha sido mi refugio. Desde aquí podía ver los hermosos jardines, las callesempedradas y las construcciones de la ciudad. Solo en este lugar encontré la completa paz, aquísobre estas rocas perfectamente talladas, donde las cuencas de las bestias vigilaban por mí en elhorizonte, prometí no volver a llorar. En este lugar donde las tres cabezas gigantes forman laperfecta figura de un triángulo. En este sitio la fuerza aumenta sin medida. Es en este punto dondedebemos traer a los Altos Guerreros para acabar con ellos.

Pigeón alzó la vista.―Tienes razón, pero debemos planear un ataque perfecto para derrotándolos. Algo tenemos

muy en claro, solo tendremos una oportunidad. Si fallamos, seremos presa fácil y todo habráterminado.

―Estoy dispuesto a arriesgarme ―afirmó Luxulian.Pigeón lo tomó del hombro.―Sé que siempre podré contar contigo hermano.Jade se acercó.―Solo seremos tres, pero tendremos la ventaja de conocer el terreno.Pigeón se acercó a Jade.―Ahora debes mostrarme como lo hiciste.―¿Hacer qué? ―preguntó.―Formar el vórtice que consumió al Alto Guerrero. Es lo que podrá salvarnos.―No lo sé Pigeón, nunca lo había hecho. Se formó al girar mi mano cuando Luxulian me salvó.

Solo recuerdo haber tocado la espada. ¡Eso es, rocé el pomo del espada y se formó el vórtice!―Entonces tendremos que averiguar si eso lo formará de nuevo. Busquemos un lugar seguro,

debemos crearlo otra vez y encontrar la manera de controlarlo para acabar con los Altos

Page 70: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Guerreros. Pero debemos tener extremo cuidado ya que al igual que el enemigo, nuestros cuerpostambién podrían ser absorbidos.

―No creo que exista un lugar más seguro que este, hagámoslo aquí ―aseguró Jade.Pigeón asintió.―Seguiré tus instrucciones, colócame en el lugar apropiado. Lo has dicho hace un momento,

estamos en el corazón de Tiara, eso debe ayudarnos.Jade giró el rostro revisando cada punto de ese lugar.―Observa las tres cabezas que están en las alturas. Colócate en el centro y cierra los ojos.Pigeón obedeció al pie de la letra las indicaciones.―Dime si puedes sentir algo diferente ―le dijo la Ígnea.Pigeón respiró profundo.―Ahora comienzo a sentirme distinto, poco a poco el peso del mundo se posa sobre mi cabeza

―afirmó.―Toma la espada y roza el pomo de manera suave con uno de tus dedos ―le pidió Jade.Pigeón lo hizo, pero solo unas pequeñas chispas surgieron al hacerlo. Repitió el proceso varias

veces sin tener éxito.―Esto no funciona. Apenas se forman algunos destellos ―dijo Pigeón lamentándose.―No sé qué más debas hacer. Te lo dije, fue algo fortuito lo que sucedió frente a ese guerrero

―afirmó Jade.―Esa es una respuesta que no acepto, debe haber algo más ―dijo el maestro.En ese momento la frustración lo hizo clavar la espada en el piso, mientras el roce de la yema

de los dedos contra la empuñadura de la espada comenzó a formar un pequeño punto blanco,después se transformó en negro y se arremolinó en el aire, se mantuvo unos instantes antes dedesaparecer.

―¡Lo vieron! Se formó solo un momento.―¡Lo vimos Pigeón! ¿Crees que clavar la espada en el suelo ayudó a potencializar la energía?

―preguntó Luxulian.―No lo creo hermano, ¡estoy seguro de ello!―Hazlo de nuevo ―le pidió Jade.―¡Detente! ―exclamó Luxulian―. Arriesgaste tu vida por mí en el pasado, ahora me toca

pagar esa deuda.Luxulian no esperó más y clavó la espada en el suelo rocoso, sin darse cuenta pasó el pulgar

sobre el pomo en sentido contrario como lo había hecho anteriormente su hermano. De pronto lahoja comenzó a brillar de una manera tan intensa que aparentaba un pequeño sol que emergía dela tierra. Sobre la empuñadura, un vórtice comenzó formarse girando vertiginosamente. En elcentro, la más profunda oscuridad se retorcía inmersa en la vorágine de energía. Pero algosucedió. Un pequeño punto de luz blanca comenzó por apoderarse poco a poco del vórticellenándolo de una intensa luz clara, para luego transformarse en un anillo brillante y translúcidoformado por esa masa de energía que flotaba horizontalmente sobre el pomo de la espada. Girabade izquierda a derecha. La cara plana del anillo dejaba ver siluetas borrosas en su ondulantesuperficie. Pigeón veía como su hermano liberaba aquella poderosa masa hasta que no pudo más,al final soltó la espada desplomándose al piso.

Jade se acercó para ayudarlo a levantarse.―Toma mi mano, el anillo de imágenes se está estabilizando, tenemos que ver esto ―le dijo.Sobre la cara plana del anillo se observaban distintos lugares con diferentes escenas en las

Page 71: La Energía del Destino (Spanish Edition)

cuales se dibujaban algunas siluetas que no eran tan claras. Pero había algo que si era nítido en sutotalidad. Las hojas y la guarda de las espadas que portaban. Pigeón se acercó también, eraimposible no reconocerlas. Ellos mismos las habían forjado. Las imágenes avanzaban mientrasPigeón contaba siete espadas en una era, las mismas siete espadas en otra y así continuaban hastarepetirse mientras el anillo continuaba girando (*).

―¿Qué está sucediendo? ¿Por qué podemos ver esto? ―preguntó Luxulian.―Al tocar el pomo, giraste el pulgar en sentido contrario, eso debió cambiar las cosas

―afirmó Jade.―¿Lo hice?Todos hicieron una pausa al observar las imágenes.Jade asintió.De pronto Pigeón se acercó más, observó detenidamente una imagen que giraba lentamente en

el anillo, enseguida volteó a ver a Jade con un rostro de asombro e incredulidad, algo lo habíainquietado. Respiró profundo, estiró uno de sus dedos y tocó otra imagen que le llamó la atención.Esta creció en dimensión posicionándose sobre el anillo. Asombrado de nuevo acercó el rostro,ahora podía ver el grabado en una de las espadas.

―Luxulian, quiero que observes esto, Esperanza Ígnea es portada por alguien más ―indicó.―¿Pero cómo es eso posible? ―cuestionó su hermano.―No lo sé, pienso que podemos estar frente a un fenómeno único. La espada ocupa el mismo

espacio físico en diferente tiempo. En este caso, es un tiempo que está más adelante que el nuestro―se atrevió a afirmar.

―¿Pero cómo se puede ver a sí misma? ―cuestionó Luxulian.Pigeón se quedó pensativo.―La espada es el medio para que veamos su entorno, en este caso Esperanza Ígnea se ha

convertido en un enlace entre tiempos diferentes.―Podríamos averiguar qué sucedió en esta era y saber si logramos vencer a los Altos

Guerreros, además como y quienes obtuvieron las espadas en el futuro ―expresó Luxulian.―La cuestión sería como hacerlo y en caso de conseguirlo, tal vez comprometeríamos ese

tiempo. No conocemos los resultados que podría ocasionar ―afirmó Pigeón.―Debemos tomar el riesgo ―sugirió Luxulian.Pigeón consideró esa opción.Jade interrumpió.―¿Ellos podrán vernos ?Los varones Ígneos se miraron.―No lo creo, pero si tal vez alguno de ellos clavara la hoja en el suelo al igual que lo hemos

hecho nosotros, podría suceder.―¿Cómo decirles? Si no pueden vernos y mucho menos escucharnos ―recalcó Jade.Pigeón introdujo su mano en la mochila y sacó un libro relacionado con la ciencia que aún

estaba incompleto. Lo abrió a la mitad donde se encontraba un espacio en blanco. Tomó un a tintapara escribir, era una mezcla de sulfato de hierro con vinagre, luego comenzó a elaborar una fraseen él y agregó un símbolo. Al final tomó un líquido transparente y lo aplicó encima de su escritopara sellar la tinta.

―¿En que ayudará esto? ―cuestionó Jade.―Observen el libro que ellos llevan consigo.Jade y Luxulian se miraron asombrados al reconocer aquellas pastas de cuero que recubrían el

Page 72: La Energía del Destino (Spanish Edition)

libro que les señalaba Pigeón.―Es el mismo en el que has escrito ahora ―afirmó Jade.Pigeón sonrió.―Existe la posibilidad de que lean mi texto. Encontraron el libro de alguna manera, de eso no

hay duda.Mis queridos amigos, el tiempo para contactarlos es ahora que hemos creado el enlace.De pronto tras la imagen difuminada, la figura que portaba el libro lo abrió, se quedó

pensativa, se detuvo desenfundando la espada y la clavó en el suelo.Los Ígneos se miraron al ver que del otro lado del portal sucedía lo mismo, se formaba un

anillo por el que tal vez podrían comunicarse. Pigeón volteó hacia sus compañeros.―¡Ya no hay vuelta atrás, está hecho!

(*)Ver ilustración de anillo de imágenes en glosario.

Page 73: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 18

GABRO

Las huestes provenientes de Mineralia se acercaban a la montaña escarpada. Habían dejadoatrás el área desértica y el bosque, ahora se encontraban en el río grande, aquel que nacía en elcañón de los vendavales y atravesaba todo el valle. A media mañana el ejército Ígneo armó consorprendente habilidad un puente portátil para lograr cruzarlo. Ahora se encontraban muy cerca dela montaña y a un lado la muralla de colinas con un solo paso de entrada al valle. Según lainformación proporcionada por los rastreadores, esa era la dirección que seguía el ejército deItria.

―Descansaremos un momento ―indicó Andes.El ejército Ígneo se detuvo, tomarían un pequeño receso antes de continuar.Ese día el cielo palidecía en el horizonte, mientras las montañas mostraban un frío tono azul

claro. Algunos Ígneos se acomodaron bajo el puente, preparaban explosivos en caso de tener quederribarlo. Más adelante Gabro bajó de su equino, se alejaba un poco en compañía de Basaltohasta que llegaron a un árbol y dieron amarre a sus animales en una rama no muy gruesa. Desdeahí podía ver el ejército que comenzaba a descansar. Gabro observó detenidamente las faldas dela escarpada, en este lugar lo agobiaban los tristes recuerdos de la muerte de Duno, pero algo ledecía en su interior que debía acercarse al lugar donde encontraron el diamante en el pasado.

―¡Volveré en un momento!―Te acompañaré, no te dejaré solo ―aseguró Basalto.Se acercaron a las cuevas donde las hermosas cascadas permanecían aún visibles, eso les

indicó que era un lugar cargado de energía.―Tal vez aquí pueda hacerlo ―dijo Gabro.Entraron en la primera cueva que era estrecha y no muy profunda, el efecto de la cascada era el

mismo que tiempo atrás los había engañado como una ilusión. El agua no los mojó en lo absoluto.En el interior permanecía el espejo de líquido, al verlo decidieron detenerse.

Gabro tomó su mochila y sacó el libro de Pigeón.―¿Lo harás aquí? ―preguntó Basalto.―Sé que aún hay esperanza, debo darle una última oportunidad a los escritos.―Todos creen que estamos descansando, pero si así lo decides mi estimado amigo, tienes mi

apoyo para lo que necesites.―Te agradezco Basalto, solo te pido que no me abandones y estés presente cuando intente

incrustar la espada en el suelo. No deseo ser un Ígneo más que desaparece sin explicación algunacomo lo hizo Torio, aquel que creyó dominar la energía que nos entregó la Roca Madre. En esemomento la tierra de la que presumía obtener su fuerza lo reclamó. En ese tiempo nadie pudohacer algo por él. Por lo menos quiero que estés aquí apoyándome mientras lo intento. Días atráscuando estuve en los ríos subterráneos no pude lograrlo, ahora es mi última oportunidad paraconseguirlo.

―Si es lo que deseas mi estimado amigo, ¡hagámoslo!Gabro abrió su mochila, tomó el antiguo libro que le había entregado Dumena, lo sostuvo con

orgullo hojeándolo y deteniéndose en una página. Leyó nuevamente aquella frase que habíaencontrado apenas hace unos días.

Page 74: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―«Solo quiénes sean dignos de incrustar a Esperanza Ígnea, podrán ser el enlace»Miró hacia el pie de la página, había algo diferente que no se encontraba en las demás, un

diminuto dibujo que creyó era parte de las hojas amarillentas de aquel libro, tenía la forma de unaesfera achatada que estaba rodeada por una línea curva que era más gruesa del lado derecho y sehacía cada vez más delgada conforme avanzaba a la izquierda.

―¡Observa esto! ―dijo Gabro apuntando la figura.Basalto la analizó detenidamente.―¿Qué será? ―preguntó.Gabro se quedó pensativo, comenzó a sentir un calor intenso en el cuerpo, parecía provenir del

metal de su arma.―Estoy seguro que es el dibujo del pomo de una espada.―¿Y la línea curva que la atraviesa? ―preguntó nuevamente Basalto.―Podría ser un giro o un movimiento sobre esa parte ―quiso adivinar Gabro.―No puede ser un giro en la espada, el dibujo mostraría una vista desde arriba. La esfera es

achatada como en la espada, solo puede ser una vista lateral.―Tienes razón, es una vista lateral y muestra algo que se desplaza de derecha a izquierda.―¿A qué crees que se refiera? ―preguntó Basalto.―Creo que se refiere a algo como lo que voy a intentar ahora.Gabro se concentró lo suficiente, tomó con fuerza la empuñadura de su arma y la clavó en el

piso colocando uno de sus dedos sobre el pomo de la espada, enseguida lo desplazó de derecha aizquierda. En ese instante una pequeña luz blanca destelló y comenzó a girar a favor de la salidadel sol, flotaba poco a poco en el aire.

Sobre la empuñadura, un vórtice comenzó a formarse girando vertiginosamente mientras unpunto oscuro se retorcía en el centro, luego el punto se convirtió en una luz blanca que comenzópor apoderarse del vórtice abrazándolo con su intensa luz clara. En cuestión de instantes, un anillobrillante y translúcido se formó sobre una cara mostrando algo perturbador para ellos hasta esemomento. Tres siluetas borrosas los observaban a través de aquello que se había formado sobre laespada. Gabro la soltó e intentó alejarse, pero reaccionó acercando su mano. Tenía curiosidad,tocó el anillo para saber de qué estaba hecho. En ese instante las imágenes borrosas dieron lugar atres nítidas figuras detrás de aquella proyección. Se asombraron al verlos. No sabían que pensarni que hacer.

―¿Quiénes son ellos ? ―preguntó Basalto.―No lo sé, pero nos vendría bien investigarlo, tal vez tengan algo importante que decirnos.Antes de que Gabro comenzara a realizar un intento para comunicarse, se escuchó una voz

grave proveniente de aquel portal que se había formado.―Mi nombre es Pigeón, forjador de la espada que ahora portas, ellos son Jade y Luxulian.

Deseamos saber algo, ¿cuáles son sus nombres?Basalto se mostró nervioso, Gabro sintió que lo que estaba sucediendo no era real, pero era

indudable que aquellos eran los nombres de los maestros de la ciencia. Debía ser precavido yaque no sabían que podía resultar de este acontecimiento. A pesar de todo, se armó de valor paradar una respuesta.

―Mi nombre es Gabro, mi compañero es Basalto y sabemos quién eres.―Supongo que debe ser por las espadas ―le dijo Pigeón.―Así es, en parte es por las espadas ―afirmó Gabro.―Estoy agradecido por tus palabras ―continuó Pigeón―, pero tengo que hacerte una pregunta

Page 75: La Energía del Destino (Spanish Edition)

concreta. En este tiempo estamos en peligro y necesito encontrar una solución, tal vez ustedespuedan ayudarnos.

Gabro trataba de no mostrarse tenso.―No sé que relación tenga con nosotros, pero haz tu pregunta.―¿Cómo obtuvieron las espadas? ―cuestionó Pigeón.Gabro no dudó en contestar.―Nos han sido otorgadas para defender a nuestro pueblo. Somos descendientes de una línea de

Ígneos en la cual se ha preservado fuerte lo que nos hace controlarlas, me refiero a Elementa.―Entiendo, son guardianes.―Algo así, aspiramos a ser Altos Guerreros.Gabro notó que del otro lado del portal las tres figuras se sobresaltaron al escuchar la

respuesta.―No sé qué pensar ―dijo Pigeón―. En este tiempo somos perseguidos precisamente por los

Altos Guerreros que desean asesinarnos. No sé si debo seguir haciendo preguntas y si esto nosayudará en algo.

Gabro intentó darle confianza.―Lo he dicho, protegemos a nuestro pueblo. Eres una gran figura del pasado. Un ejemplo a

seguir.―Dime entonces Gabro, ¿qué pasará en esto que tu consideras el pasado y por lo tanto la

historia que ya está escrita? ¿Viviremos?Gabro se acercó más al portal. Recordaba algún texto escrito acerca de Jade y por supuesto de

los maestros. No sabía si esto podría afectar el presente en el que vivían.―No contestaré algo que ponga en riesgo este presente ―respondió.―Entiendo tu preocupación ―dijo Pigeón―, preguntaré algo más que no resulte tan

comprometedor, ¿cómo se recuperaron las espadas míticas en este tiempo, ahora mismo variosAltos Guerreros nos buscan y cada uno porta una distinta.

Gabro tomó aire y exhaló.―Nadie sabe que pasó en ese tiempo, solo que los Altos Guerreros desaparecieron sin dejar

rastro, abandonando las espadas míticas.―Entonces, desconoces que sucedió en este tiempo ―insistió Pigeón.Gabro juntó ambas manos.―Todo está escrito, el único pasaje que no existe es este que ahora cuestionas y no sabemos

porque fue borrado de nuestra historia. Tal vez por el gran peligro que conlleva el uso de lasespadas aunado a la energía del destino.

―¿Así le llaman en el futuro, la energía del destino? ―preguntó Pigeón.Gabro exhaló.―Apenas sabemos de ella, fue ocultada por una razón, la cual desconocemos, pero ahora la

necesitamos debido a que un peligro se acerca y está a punto de apoderarse de los preciadoselementos que han dado gloria a nuestra civilización. Su nombre es Itria y proviene de loshelados montes de Urania.

Gabro pudo observar que Pigeón se hincó en el suelo, se tomó la cabeza en señal de angustia.―La conocemos, es un ser poderoso. Deben tener cuidado con ella. Te contaré algo. De su

collar de Diamantes y Cristallos obtuvimos el polvo con el que fueron forjadas las espadas, peroeste ser lo perdió en los abismos de los montes de Urania

―Gabro se quedó sin aliento al escuchar aquellas palabras.

Page 76: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Tal vez un vórtice pueda acabar con ella así como ha acabado en este tiempo con algunosAltos Guerreros ―sugirió el maestro.

Gabro se mantenía atento ante tal revelación. Había estado esperando este momento y nodesaprovecharía la oportunidad.

―¿Cómo debo formarlo? ¿Cómo hacer que esto acabe con ella? ―preguntó.Pigeón respiró profundo.―Debes seguir al pie de la letra mis instrucciones.―Lo haré ―afirmó Gabro.―Si es así, gira tu pulgar en la espada en sentido contrario del que has hecho para crear este

enlace, entonces se formará un vórtice oscuro que absorberá su energía. De alguna manera intentaque ella se acerque a él y desaparecerá para siempre.

―Gracias Pigeón, lo haremos.―Quisiera decir lo mismo acerca de la información que me has dado. No afectaré tu futuro, me

es suficiente saber que los Altos Guerreros desaparecieron en este tiempo. No sé si viviremos ono, pero al menos sé que existe una esperanza. Gracias y que los ancestros estén con ustedes.

En ese instante se escuchó el cono de bronce anunciando que el ejército retomaría la march a .―Debemos irnos ―dijo Basalto.Gabro asintió.―Les deseo suerte en la batalla ―concluyó Pigeón.En ese momento la imagen se desvaneció.«¿Acaso fue posible que se vieran en diferentes eras?» Para los dos fue tiempo presente, de

eso no había alguna duda. Aquel había sido un portal espacio tiempo.Comunicarse había sido algo peligroso, aunque era incierto si el presente cambiaría debido a

este encuentro.Sin demorar demasiado Gabro retiró la espada del suelo. Junto a Basalto se unió al ejército

que ya se encontraba listo para partir. Se colocó a un lado de Andes.―En marcha, debemos llegar a las colinas. Es el lugar que debemos defender. Transcurrió el tiempo mientras avanzaban a marcha veloz. Se acercaban cada vez más, gran

parte de las colinas estaban formadas de roca sólida.Se dieron cuenta que la rugosa ladera estaba demasiado empinada.―No seguiremos a través de este paso tan estrecho. Debemos enviar un pequeño grupo para

ver que hay más allá. No cruzaremos a través de él ya que es el lugar que debemos bloquear. Si lohacemos podría convertirse en una trampa ―dijo Andes.

―Tienes razón. Debemos avanzar con cautela ―aseguró Gabro.Andes asintió―¿Qué tienes planeado? ―preguntó Gabro―Subir por la colina ―indicó Andes―. Revisar si el terreno es seguro, después prepararnos

para defender este acceso al valle.Gabro entendió que aquella maniobra era la correcta.―Pienso que tienes razón ―le dijo.―Enviaré rastreadores con visores de lejanía ―aseguró Andes―. Que el grupo de

reconocimiento, suba ahora.De manera veloz tres soldados comenzaron a trepar por las laderas. Sus dedos se aprisionaban

de manera fuerte contra las rocas. Llegaron a la cima, tomaron su visor de lejanía y comenzaron a

Page 77: La Energía del Destino (Spanish Edition)

revisar el terreno. Los tres soldados se echaron contra las rocas y un lodo seco que se extendíapor toda la cima.

―Silencio, algo pasa ―advirtió Andes.Los soldados comenzaron a dar indicaciones para que subiera alguien más. Al parecer había

algo del otro lado.―Subiré yo ―dijo Gabro.―Ve con ellos y dime que puedes ver. ―indicó Andes―. Necesito saber a cuantos Rojos nos

enfrentamos.Gabro asintió. Enseguida comenzó por aferrarse a las primeras rocas. Llegó sigiloso a las

alturas alzando el rostro y contemplando el horizonte. Eran tan pocos enemigos, ¿dónde estaba elresto? Buscó en todas direcciones. Solo se extrañó al ver que habían demasiados huecos queconducían hacia el interior de las colinas donde un profundo y negro vacío se encontraba en ellas.

―Son alrededor de mil guerreros ―envió una señal con las manos.Andes asintió de igual manera. Dio la orden de bajar.Gabro lo hizo primero pisando y partiendo el lodo seco que lo cubría casi todo en las alturas.

Pero al hacerlo, pudo ver bajo él un extraño color rojizo. Al imaginarse la peor escena indicó alos demás regresar de inmediato pero fue demasiado tarde. El terreno se resquebrajó y un sinfínde Guerreros Rojos comenzaron a salir de él batiendo sus garras al aire, alcanzando a dossoldados Ígneos que rodaron muertos hasta caer por las laderas cercanas.

―¡Es una trampa! ―exclamó Gabro mientras bajaba por la pendiente.―Mantengan las filas ―ordenó Andes.Cinco mil guerreros de Mineralia y cuatro mil de Terra Átita se mantuvieron firmes.Los Acorazados se enroscaron en sí mismos dejando rodar sus cuerpos por la pendiente. En un

instante cayeron rebotando contra el ejército Ígneo partiendo las filas. Los Rojos comenzaban aapoderarse de las alturas. La escena aparentaba ser una serie de enormes hormigueros de loscuales brotaban miles de Rojos sin fin. Gabro desenfundó a Esperanza Ígnea y comenzó a usarlacontra todo aquel acorazado que llegaba a su alcance. Los demás Ígneos que no eran aplastadoshicieron lo mismo, pero los Rojos se desenroscaban levantándose del suelo usando su espada y sugarra oculta atacándolos de inmediato.

La tarde comenzaba a caer cuando un resplandor iluminó las alturas de la colina. Cada instanteque transcurría el color se volvía más intenso. En un momento apareció una figura de tez blanca,femenina e inmutada. Su cabello ondeaba y se levantaba a pesar de que no soplaba el viento.Enseguida la tierra comenzó a temblar y en las alturas, la aurora boreal se vislumbró con tonosazules y verdosos.

Gabro llegó hasta donde se encontraba Andes, pudo darse cuenta como se desorbitaban susojos al contemplar aquella escena que los había tomado por sorpresa. El líder apuntó en elhorizonte.

―¡Es Itria! ―aseguró.Gabro recordó aquello que le había revelado Pigeón, era el momento de hacerlo. En ese

instante se escuchó una potente orden que interrumpió sus pensamientos.―Adelanten los cañones de mano que han preparado los maestros de la ciencia ―ordenó

Andes.Cuatro guerreros se colocaron en posición apuntando sus armas en forma de tubos anchos y de

un Ígneo de altura. Calcularon el ángulo mientras eran protegidos por el ejército.―¡Ahora! ―ordenó Andes.

Page 78: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Los bólidos salieron disparados hacia el cielo. Dos pasaron la colina y dos se impactaron en elcuerpo resplandeciente de aquel ser. Rocas y partes descuartizadas de Guerreros Rojos sedispersaron en todas direcciones. El polvo inundaba el ambiente, lo que en un inicio eraoscuridad, poco a poco comenzaba a aclararse. El pasto estaba quemado y la tierra se habíapartido en dos sobre aquella colina dejando una grieta enorme, de pronto resurgió aquel ser entrela destrucción que lo rodeaba. Movió sus manos hacia adelante y una fuerza invisible barrió contodo lo que se encontraba al frente formando un largo camino.

―¡Adelante, acaben con ellos! ―se escuchó la voz de Itria.Miles de Guerreros Rojos bramaron violentamente al aire extendiendo su atemorizante sonido

en la lejanía, al tiempo que olas rojas de un mar ensangrentado formado por miles de acorzadoscomenzaban a bajar por las empinadas laderas de aquella elevación.

―¡No pierdan la posición! ―ordenó Andes.El enemigo se acercaba amenazante desplegando la garra que habían mantenido oculta y una

espada levantada al viento en la otra mano, mientras se aproximaban dando un espectáculohorrendo para los Ígneos.

―¡Arriba sus lanzas, ahora! ―dio la orden el líder Ígneo.El impacto fue brutal y encarnizado. No se habían imaginado la cantidad de enemigos que

tenían que enfrentar.En la distancia Itria encontró un claro y bajó con una velocidad impresionante solo rozando el

suelo con la planta de sus pies. Flotaba a una distancia mínima del suelo y cada lugar que cruzabase volvía negro, muy similar al color del carbón.

Gabro buscó llegar a ella.―¿Qué es lo que haces? ―gritó Andes.―Tratar de detenerla ―dijo el joven que seguía abriéndose paso.Pronto encontró la oportunidad y clavó su espada en el suelo. Comenzó a girar su brazo

sintiendo la energía que recorría su cuerpo, era formidable y poderosa. Cuando ya no pudocontenerla la arrojó con todas sus fuerzas en contra de Itria golpeándola en un costado. Sinembargo; aquella masa transparente no la derribó. Solo provocó que aquel ente girara el rostro enseñal de molestia.

―Te atreves a desafiarme, ¿quién crees que eres para detener mi camino?El Ígneo la observó. No podía quedarse callado.―Soy Gabro, descendiente de los antiguos Ígneos, y aseguro que lucharé hasta el final para

lograr detenerte.Itria lo revisó con la mirada de pies a cabeza.―No reconozco linajes, para mí no hay Reyes ni Reinas. Pero puedo darme cuenta que tienes

algo más fuerte que todo esto que te he mencionado. Tienes la fuerza de la tierra en tus manos. Lapercibo, la he sentido. Cuidado Gabro, que la tentación no se apodere de ti. Yo soy el único ejeque mueve al mundo y voy por lo que me pertenece. Así que no te interpongas en mi paso o lolamentarás.

Gabro apenas la dejó terminar.―Te puedo asegurar algo, defenderé a mi pueblo hasta el último aliento ―dijo mientras giraba

su brazo.En ese momento una enorme masa de energía salió disparada en contra de Itria, ella la contuvo

desviándola hacia el suelo. Todo ardió después del impacto mientras los guerreros de ambosejércitos caían al piso. Enseguida aquel ser contraatacó apuntando al suelo con ambas manos

Page 79: La Energía del Destino (Spanish Edition)

provocando que la tierra temblara y ardiera de nuevo.En la distancia las cenizas rodeaban todo el lugar. El ataque de Itria había sido brutal y los

había tomado por sorpresa. Se dieron cuenta demasiado tarde que una parte de los acorazadoshabía traspasado las defensas y se dirigían hacia Mineralia, mientras cuatro o cinco mil guerrerosRojos más bajaban por la colina. No había manera de ir atrás.

Gabro buscó desesperadamente a Andes.―¡Terra Átita no debe permitir que lleguen a la ciudad! ―dijo el joven.Andes entendió de inmediato, evaluó la situación y llamó al líder del ejército que los apoyaba.―Gran, ve tras ellos y lleva tu ejército, no dejes que lleguen a Mineralia. El resto nos

quedaremos para contenerlos y sobre todo debemos frenar a Itria. Cuando pase tu ejército destruyeel puente.

En ese momento Gabro clavó nuevamente su espada en las rocas, emuló aquel movimiento quePigeón le había revelado. De pronto la hoja comenzó a brillar de una manera sumamente intensamostrando un pequeño sol que emergía y centellaba sobre la espada, el vórtice crecía girandovertiginosamente. En el centro crecía la más profunda oscuridad que se retorcía inmersa en lavorágine de energía. Gabro movió su mano que se alargaba conforme la acercaba, el vórtice laseguía y crecía con el movimiento de su brazo, enseguida lo arrojó en contra de Itria (*). Elhombro de aquel ser recibió el impacto al tiempo que su extremidad también se alargaba ydifuminaba en el aire a causa de aquel vórtice. El ente estaba sufriendo, pero no lo suficientecomo para desaparecer. De pronto Itria clavó sus ojos en su enemigo y con una fuerza descomunalregresó aquella masa en su contra al tiempo que ordenaba replegarse a su ejército.

Gabro solo sintió la esfera estrellarse contra su cabeza. De pronto, todo se volvió oscuridad.

(*)Ver creación de vórtice en glosario de imágenes.

Page 80: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 19

TOBA (LA BATALLA DE MINERALIA)

Toba se sintió abrumada una vez más al recordar que Gabro estaría al frente del ejército Ígneoy peleando en contra de Itria, deseaba en lo más profundo de su ser estar a su lado y no encadenada a Mineralia. Allí también podría ser útil. Siempre había sido una rebelde de carácter,pero en este caso estaba consciente que su tarea era importante, resguardar la Roca Madre decualquier peligro. Solo eso la mantenía en ese lugar. Días antes Mica y Migma le habían dado laespalda al negarse a luchar al lado de los Ígneos. Desearía tener de su lado al ejército Metamorfoque en verdad era poderoso y estaba preparado con espadas de Carframio que al igual que lasVatanium habían demostrado ser eficaces en batalla. Solo les quedaba permanecer esperando queItria fuera contenida en los exteriores del valle.

La Ígnea continuaba distraída y debido a eso se hundió en sus pensamientos mientras la brisade la mañana le cubría el rostro. Había permanecido casi inmóvil durante el amanecer. Este díaparecía ser como cualquier otro, al menos el canto de los gorriones y el vuelo de las mariposas Monarca lo hicieron ver de esa manera. Así permaneció por un corto tiempo observando lasladeras de la montaña, donde las hojas de haya y encino se tornaban doradas y los reflejos de luzacompañaban una tranquilidad efímera, mientras los débiles rayos iluminaron serpenteando loscaminos que recorrió Gabro al partir a la batalla. Ahí es donde permaneció su vista, dondecontinuaba el camino, al pie de la montaña y donde su mirada ansiosa de esperanza se perdió enla distancia.

De pronto reaccionó.―¿Qué es lo que me pasa? Debo concentrarme y ver los avances para la defensa. Siempre he

sido fuerte. No puedo permitirme fallar.Súbitamente una inesperada voz llamó su atención.―¿Te has levantado muy temprano o no has dormido?Toba volteó en dirección de aquella voz y pudo darse cuenta que se trataba de Rio.―¿Qué haces aquí? ―le dijo.Rio se retiró la funda de la espada que llevaba en la cintura.―Solo daba un último recorrido antes de ir a descansar ―respondió el Ígneo―. ¿Estás lista

para relevarme?Ella asintió sin dudar.―Dormí poco, pero estoy lista. ¿Cómo van los preparativos para la defensa? ―preguntó.―Casi todo está en orden ―respondió Rio―, la noche ha sido muy pesada, ahora los

guerreros que me acompañaron irán también a descansar.Toba movió la cabeza señalando estar de acuerdo con aquel comentario.―Me parece bien, necesitamos que estén en las mejores condiciones para defender la cuidad.En ese momento Rio expresó una preocupación.―Sería mejor si las murallas fueran más altas, la ciudad no ha sido terminada, eso me

preocupa.Toba sabía perfectamente a lo que se referí a .―Pero no lo son ―le hizo ver.

Page 81: La Energía del Destino (Spanish Edition)

El Ígneo insistió.―Entonces nos defenderemos con lo que existe, lo hicimos contra los Metamorfos hace poco

tiempo.―Así es, pero ellos escalaron la muralla y entraron a la ciudad ―recalcó Toba.―Lo sé, estuve ahí en la torre de vigías ―afirmó Rio.Toba intentó calmarlo un poco bajando el tono de su voz.―Estaremos bien, ve a descansar ―sugirió.Rio comenzó a alejarse, se detuvo y dio media vuelta.―¿Y los infantes, estarán bien? ―preguntó.Toba entendía que su medio hermano tenía demasiadas preocupaciones.―Sé que eso te preocupa, estarán bien ―trató de tranquilizarlo.El Ígneo se notaba aun preocupado.―No puedo dejar de pensar en ellos.Toba se acercó a él y lo tomó de los hombros.―Lo sé, solo tienes que recordar que dos barcos de Terra Átita se encuentran cerca de los

arrecifes Olivinos, están listos para partir con los pequeños que serán enviados fuera del peligro.Rio se quedó pensativo.―Es un buen lugar para zarpar, fue allí donde Aplio encontró a Andes cuando era un infante y

lo tomó bajo su protección ―aseguró el Ígneo.―Allí es donde zarparán ―aseguró Toba―, en un lugar que tiene un gran significado para

nuestro pueblo. Sabemos que los pequeños son el futuro de nuestra raza, si nosotros no lologramos, espero que ellos al menos puedan escapar rumbo al mar y consigan llegar a la isla deTefra. Después se pueden dirigir a Terra Átita.

―¿Y sus madres? ―cuestionó Rio.―La mayoría decidió quedarse en Mineralia, lucharán a nuestro lado ―aseguró Toba―.

Fueron entrenadas desde pequeñas para la batalla, son guerreras y están dispuestas a hacerlo,saben que si logramos la victoria los pequeños tendrán un lugar al cual regresar. Ellas protegeránla gran cámara donde se encuentra la Roca Madre.

Rio se tranquilizó. Toba generaba confianza.―Recuerda esto Rio, todo esto es por los pequeños, ellos son el único futuro noble que

podemos heredar. Nada habrá valido la pena si no logramos salvar nuestro hogar. Debemosmantener la ciudad y la Roca a salvo, esa será nuestra prioridad.

Rio levantó la cabeza hacia el cielo, le gustaba el aire fresco de la mañana. Respiró profundo,al final asintió.

―Iré a descansar ―dijo. Transcurrió la mañana, mientras Toba afinaba los detalles. Eran tan pocos guerreros los que

defenderían la ciudad, apenas llegaban a quinientos, pero aun así debían arreglárselas si elejército de Andes y Gabro caía. Por ahora no deseaba pensar en eso, pero tenía que estarpreparada.

Enseguida se dirigió de nuevo a la armería para continuar la revisión, permanecería ahí granparte del día.

La noche llegó pronto, la mayoría de los soldados se encontraban alerta y a la expectativa ante

cualquier indicación. En la distancia se escucharon los cascos de un equino Idion. Se trataba de un

Page 82: La Energía del Destino (Spanish Edition)

mensajero que cabalgaba a todo galope en dirección de Mineralia.―¡Abran las puertas! ―indicó Siena.―El mensajero bajó del equino.―¿Qué noticias traes para nosotros? ―preguntó Siena.El jinete apenas podía hablar, estaba exhausto.―Ya vienen, la mitad de los Rojos han traspasado las líneas de defensa del ejército. El resto

sigue combatiendo.Siena no pudo ocultar el pesar en su corazón.―Sabíamos que esto podía pasar ―interrumpió Toba.―Lo sé pero aun así tenía la esperanza que nuestro ejército los contuviera en las colinas de la

Escarpada.―Mírame Siena, no es momento para lamentarse. Debemos estar listos para defendernos.―Contamos con espadas, armas de disparo y maquinaria para detenerlos.Siena asintió, Toba se alejó de ella y comenzó a dirigirse hacia uno de los balcones dorados de

la gran cámara.―¡Miren, es Toba! ―se escuchó entre la multitud.Ella exhaló. Tenía que generar confianza entre los habitantes de alguna manera. Su deber era

crear una esperanza por más mínima que esta fuese. Así que no demoró más y alzó su voz en loalto de la muralla.

―Habitantes de Mineralia, todos nuestros valientes guerreros se encuentran luchando en loslímites del valle contra Itria y su poderoso ejército Rojo. Partieron porque estábamos convencidosque era la manera y el lugar para detenerla. Pero la guerra nos ha alcanzado. Hoy nadie reforzaránuestras filas. A pesar de la perfecta fortaleza hecha de montañas y ríos, ellos han entrado al valley se acercan a nosotros. Sabemos que atacarán con toda su furia para conseguir la Roca y nuestrodeber es detenerlos o contemplar el fin de nuestra raza. Hoy peleamos para que existan nuevasgeneraciones; que con orgullo digan que fuimos un eco potente en el universo; que en el futurocuenten y escriban qué luchamos como fieras rampantes durante la batalla; que nunca olviden ycomprendan que lo hicimos para darles futuro y sobre todo; que algún día sueñen de forma idílicacon haber vivido tan solo un momento en esta era y en este lugar, en los tiempos del Imperio deRoca.

Toba levantó el rostro, tenía una responsabilidad y la asumiría con orgullo.―¿Están dispuestos a luchar? ¿Están listos para seguir siendo libres?La multitud enardeció.―¡Guerreros, a sus lugares en lo alto de las murallas, carguen sus ballestas de discos!Sin protestar todos comenzaron a tomar su posición.―Madres y aprendices de guerreros formarán la primera fila alrededor de la gran cámara. Los

ancianos se resguardarán en los túneles de la ciudad. ―¡Rio ven acá!Él se acercó.―Si no logramos detenerlos, tú serás el encargado de asegurarte que los infantes lleguen a

Tefra y si es posible a Terra Átita, Si pasa lo que tememos, hazme un favor, márchate en esadirección, alcánzalos y no vuelvas atrás.

Rio la miró al rostro mientras los demás continuaban tomando posición. Después de unosinstantes asintió.

―Será como lo ordenas.

Page 83: La Energía del Destino (Spanish Edition)

De pronto la tierra tembló con el marchar de un enorme ejército.Rio tomó su visor de lejanía, se acercó y contempló el horizonte donde solo la luna iluminaba

la profunda oscuridad que los asechaba.―¡Los Rojos han llegado!En la distancia se detuvieron permaneciendo inmóviles en el poniente mientras en la

fortificación la tensión flotaba en el aire como un apabullante mar que se cernía sobre ellos. Asícomo llegaron aquellos ruidos, se detuvieron y el estrepitoso silencio causó implacablessensaciones de angustia y desesperación. Los guerreros Ígneos se sobresaltaron cuando la tierracomenzó a vibrar de nuevo de manera implacable, estaban desorientados. Algo más se acercaba ala ciudad en sentido contrario.

El cono de bronce se escuchó resonar en lo alto de la torre Félsica.―¡Nos rodean por el oriente del valle! ―exclamó el vigía.El aviso cayó como un balde de agua fría . Rio agachó la cabeza.―¡Estamos perdidos! ―aseguró―. La ciudad está rodeada.―El recién llegado ejército del oriente comenzó a marchar de manera potente, se acercó

implacable en la negrura de la noche. Una multitud de guerreros se detuvo a mil pasos dedistancia, mientras algunas sombras de aquel grupo se adelantaban.

Toba dio la última orden.―¡Con coraje Ígneos, luchen con valentía hasta el último momento! ¡Todos preparados para

disparar! ―se escuchó en lo alto de Mineralia.Hubo instantes de silencio.En la lejanía una firme voz femenina silbó en el viento como una esperanza, al tiempo que la

luz de una hermosa luna blanca la iluminó mientras su corcel se desplazaba al frente de suejército.

Toba alzó la mirada, no podía creerlo. Acaso era…―¡Levanten las armas y prepárense para defender la ciudad! ―dio la orden aquella figura que

comandaba el ejército recién llegado.Toba se quedó muda, luego exhaló.―¡Alto, deténganse, no disparen! Es..., Migma, trae consigo al ejército Metamorfo que ha

respondido a nuestro llamado.Toba sintió liberar el peso del mundo que se encontraba sobre sus hombros y cayó hincada al

piso. Nunca había perdido la esperanza. Al final solo levantó el rostro y miró al cielo.―¡Gracias ancestros, gracias!Después de unos momentos el ejército de Migma se colocó frente a la fortificación para

esperar a los Rojos.―¡Abran las puertas! ―ordenó Toba.Salió hasta llegar al lado de Migma que montaba su equino.―No esperes que baje y te de un abrazo ―dijo la Metamorfa.―Estás aquí y eso es lo que en verdad importa.―Escúchame Toba, estoy arriesgando todo al apoyarte. Me he dado cuenta que también es

nuestra guerra. Me hiciste pensar en lo que debía hacer y ahora sé que es lo correcto.―No debes dudar que en verdad lo es ―le aseguró la Ígnea.

Migma desenfundó su espada, la cruzó contra la de Toba que recién alzaba la suya.―¡Por la supervivencia!Migma enfundó nuevamente la hoja de su arma dando la vuelta en su equino, que

Page 84: La Energía del Destino (Spanish Edition)

inesperadamente se paró en dos patas y relinchó.―¡Veremos de que están hechos esos Rojos! ―dijo.De inmediato se dirigió cabalgando al frente. Toba deseaba acompañarla y luchar a su lado, así

que pidió que trajeran también su equino, lo montó con gran destreza y llamó a trescientossoldados para que la acompañaran. Pronto se unió a Migma.

―¡Por el futuro! ―exclamó.―¡Vamos al frente! ―agregó la Metamorfa.En la espesura de la noche, los Rojos bramaron en la distancia, comenzaron a trotar, después a

tomar velocidad hasta formar una enorme estampida que aparentaba una mancha de sangre que sedesplazaba hacia el ejército que se apostó en Mineralia.

Toba volteó hacia la torre Félsica donde Rio usó el cono de bronce para que los arquerosrecibieran la señal y accionaran sus ballestas. Las saetas de Vatanium salieron disparadas por loscielos, primero una ola de puntas de flecha seguida de otra. Cayeron sin piedad incrustándose enlas cabezas, pecho y cualquier parte de los Rojos. Ellos bramaron con más vehemencia al ver alos caídos, los aplastaron a pesar de ser de su propio bando. Un fluído amarillento brotaba de loscuerpos y se regaba por todo el terreno de batalla.

Un grupo más en las alturas se alineó frente a sus catapultas disparando enormes bolas de fuegocon puntas afiladas que volaron explotando a su caída y liberando a cientos de estos proyectilesdestrozando las corazas de los rojos. Cientos de enemigos cayeron inertes.

El ejército contrario no tenía intenciones de detenerse y seguía avanzando hacia ellos,continuaban bramando ferozmente y alzaban sus espadas.

Toba observó a Migma.―¡Ahora es el momento! ―dijo.―¡Al ataque! ―ordenó con furia la Metamorfa levantando su espada que reflejaba el destello

de aquella luz de un fuego amarillo y azul que consumía al enemigo.Los equinos se desplazaban a todo galope con dirección de los Rojos que desplegaban su garra

oculta. En un instante los dos ejércitos se fundieron en un brutal encuentro. Los equinoscomenzaron a caer por cientos, mientras los jinetes Ígneos y Metamorfos se levantaron paracontinuar la lucha. Algunos no pudieron hacerlo y perecieron ante la espada y las garras delenemigo.

Las espadas de Vatanium y Carframio se blandían por todo el campo de batalla.Toba cayó de su equino, volteó mirando en la distancia y pudo darse cuenta que Migma

acababa con un rival, enseguida con otro. Era una implacable guerrera. En un instante observócomo un Rojo preparaba su espada lanzándola en contra de la Metamorfa. Su equino relinchólevantándose nuevamente en dos patas recibiendo en el corazón aquella espada. Migma cayó alsuelo y el animal sobre ella aprisionando sus piernas. El Rojo se dirigió hacia la guerrera,desenterró la espada del equino y la observó con saña levantando aquella hoja ensangrentada. Lasgota s c a í a n sobre su cara, no podía liberar sus piernas ni tenía escapatoria. El guerrero apretócon fuerza la empuñadura y dejó caer la hoja sobre Migma. En ese momento una masa en forma deesfera transparente se impactó en el cuerpo del Guerrero, arrojándolo en la distancia y dejándolofuera de combate. La espada rebotó entre las rocas resonando a un lado de la cabeza de Migmaque estaba ilesa.

Ella levantó la mirada hacia Toba que se le acercaba, de pronto un guerrero más se aproximó atoda velocidad desplegando su garra oculta para acabar con ella. La Ígnea solo movió uno de susbrazos arrojando una nueva masa de energía en contra de su rival, este cayó de inmediato con la

Page 85: La Energía del Destino (Spanish Edition)

coraza fracturada a causa del impacto.―¡Ayúdenme a liberarla! ―pidió Toba a un par de Metamorfos que se encontraban cerca.Pronto la sacaron de entre los restos de aquel equino fallecido.―Llévenla de regreso ―indicó Toba.―De ninguna manera, estoy bien ―dijo levantándose del suelo.―¿Estas segura? ―insistió la Ígnea.En ese momento Migma lanzó su espada en dirección de Toba rozándole el cabello. Tras su

espalda, un guerrero Rojo cayó muerto con la espada clavada en la cabeza.Toba se quedó fría al sentir el roce de la espada y ver aquella escena.―Te lo dije, estoy bien ―aseguró Migma con gran fuerza.La lucha se prolongó parte de la noche, Toba y Migma seguían combatiendo sin tregua alguna

en contra del enemigo.―Son demasiados, no podemos con ellos ―aseguró Migma.―No me daré por vencida, lucharé hasta la muerte ―declaró Toba.En ese momento cuatro Rojos saltaron sobre ellas, de inmediato repelieron el ataque con

habilidades más que sorprendentes. Juntas se abrían paso ante el enemigo. Las espadas parecíancobrar vida, cortaban de tajo y estocada a cuánto guerrero se atrevía hacerles frente. A pesar desentirse exhaustas no dieron tregua a la pelea. Migma volteó a su alrededor. Había perdido casi untercio de su ejército. No se había dado cuenta del número de bajas, pero ahora lo lamentaba engran medida.

―Toba, estamos perdiendo terreno, creo que no lo lograremos.―De alguna manera tendremos que soportar, no podemos permitir que entren en la ciudad.

Tantas muertes, tanto esfuerzo, todo sería en vano si no los contenemos. Después de eso noquedaría nada.

En ese instante rodó una gran esfera roja, aplastando a todo aquel que se atravesara en su paso.Llegó muy cerca de las guerreras. Se trataba de un cuerpo que estaba enroscado en sí mismo, eraun enorme guerrero Rojo del doble de alto que los demás. Las observó con gran coraje y comenzósu avance implacable con su enorme garra y su afilada espada, nadie parecía rival para sucontundente habilidad y fuerza. Diez Metamorfos se interpusieron, luego veinte y ninguno era undigno rival para tan enorme fuerza, todos eran arrojados hacia los costados. Toba corrió hacia élpara hacerle frente. Si ahora no tenía la fuerza necesaria, la tomaría del ejemplo de sus ancestros.

―¡Con valentía triunfará la luz! ―exclamó con furia estrellando a fuego de roca contra elmetal ensangrentado de su rival.

En ese instante la espada centelló cegando al Rojo. De inmediato la clavó en el suelo altiempo que su mano se llenó de aquella masa de energía transparente que descargó de inmediatoen contra de aquel enorme Guerrero derribándolo estrepitosamente. Este sacudió su cabezalevantándose a una velocidad sorprendente y con un manotazo la arrojó lejos. Toba quedóaturdida. Migma se abalanzó en su contra al verla tirada en el suelo. No podía permitir que laasesinaran. Se colocó valientemente al frente para desviar la atención de aquel guerrero, pero losgolpes de la espada de su contrincante eran mortales. La golpeaba con la espada una y otra vez,Migma permanecía hincada con una rodilla al suelo. Casi ya no tenía fuerza para combatir, volteóhacia Toba.

―Este es el final ―dijo en la distancia.―¡No, no! ―exclamó Toba tratando de levantarse.―Gracias por todo hermana ―terminó diciendo la Metamorfa.

Page 86: La Energía del Destino (Spanish Edition)

El guerrero levantó la hoja de su espada para acabar con ella. Los ojos de Migma estabanhumedecidos en ese momento, al menos parecía orgullosa de morir en batalla. Volteó una últimavez para despedirse de Toba, pero el súbito silbido de un centenar de flechas que cruzaron los aires la sobresaltó, varias decenas se incrustaron en aquel enorme Acorazado. Una se le clavó enla cabeza derribándolo al piso. El golpe de la coraza retumbó en la tierra levantando el polvo a sualrededor. En la lejanía, cientos de equinos Idion se desplazaban a toda velocidad y sus jinetesportaban ballestas las cuales disparaban en contra del enemigo.

―¡Adelante Terra Átita! ―se escuchó en la distancia.Toba se levantó, tenía lágrimas de felicidad al ver los refuerzos.―¡Es Gran, ha venido en nuestra ayuda! ¡No pudieron llegar en mejor momento!El arribo de los refuerzos cambió todo, miles de Rojos cayeron ante las armas de los recién

llegados. Al final, ya eran muy pocos los que estaban en pie. La mayoría había perecidoformando una fatídica alfombra roja en todo el terreno de batalla. Los sobrevivientes sedispersaron hasta perderse en las sombras de la noche. Al verlos huir las dos guerreras semiraron, se encontraban como a cien pasos de distancia, estaban exhaustas y sabían que habíamuchas pérdidas. A la vez levantaron sus espadas al aire.

―¡Victoria! ―exclamaron al tiempo que el ejército gritó de emoción al darse cuenta quehabían ganado la batalla de Mineralia.

Las puertas de la ciudad se abrieron, de inmediato Siena cabalgó hasta llegar a Toba, la ayudó.La llevaría al interior para resguardarla.

―Espera, tenemos que ir por Migma ―le pidió.En ese momento Gran se acercó a la Metamorfa. La tomó entre sus brazos subiéndola al equino.

Ella observaba detenidamente los ojos de aquel personaje que la había salvado. Toba se diocuenta de que no debía intervenir. Al final solo sonrió con Siena.

―¡Vamos, entremos ahora! Hablemos de lo sucedido, porque la batalla final aún no ha llegado.Migma no caminará hoy, tiene quien la lleve a la ciudad.

Page 87: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 20MICA

Esquisto se encontraba preso en una de las embarcaciones usadas para llegar a Mineralia.

Estaba atado de pies y manos pero aprovechó que lo habían dejado solo con un guardia y se liberó como pudo, cuando su vigía se movió de lugar al escuchar ruidos extraños en el exterior. Alregresar lo atacó golpeándolo en la cabeza y dejándolo sin sentido. Pronto se atavió con aqueltraje de guardia, bajó de la embarcación y averiguó lo que pudo. Con premura escapó tomando unequino y cabalgando hasta donde se encontraba Mica que se resguardaba en secreto no muy lejosde ahí. Le notificaría a su señora las malas noticias de la traición que le había propinado su hija.

Entró a la tienda de campaña.―¡Señora Migma, ha pasado algo terrible!Mica lo tomó por los hombros.―Dime que ha sucedido, ¿por qué llegas ante mí de esta manera y vestido así?―Su hija…,―¿Qué le ha sucedido a Migma? ¿Acaso ha muerto en batalla?―Su hija está viva, se ha rebelado en su contra, se unió a los Ígneos y ahora lucha por

Mineralia.―¿Qué estás diciendo?―Lo que ha escuchado, ella la ha traicionado y Milo la apoya.Al escuchar esto, Mica no podía creer lo que le aseguraba Esquisto, ardía en rabia por la

descarada desobediencia de Migma.―¿Cómo se atrevió a desobedecer mis órdenes?―No lo sé a ciencia cierta ―respondió Esquisto―. Tengo entendido que el ejército le ha

jurado lealtad mi señora. La consideran digna para representar al pueblo Metamorfo. La hannombrado Reina.

Mica arrojó al suelo las cosas que se encontraban sobre una mesa y apretó la mandíbula.―¡Aquí la única Reina soy yo!―Lo sé mi señora.―¿Cómo ha sucedido esto? ¡Es solo una mocosa!―Una mocosa que ahora tiene el apoyo del ejército y pelea junto a los Ígneos ―agregó

Esquisto.―Me buscará para matarme. Sabe que mientras yo viva, su título no puede ser legítimo.―Pero es su hija, ¿cómo está segura que hará eso?Mica giró la mirada hacia Esquisto.―Yo la crié, nació de mí, nadie la conoce mejor que yo. Créeme, lo hará. Llegará el momento

y si no tiene las agallas, la obligaré a enfrentarse conmig o .Mica se sintió deshecha, todo por lo que había luchado se había desmoronado en unos cuantos

días, sus hijos le habían dado la espalda y su pueblo la había abandonado. Ahora ya nada teníasentido. No encontraba una razón para seguir luchando, pero lo haría, lucharía por su dignidad. Enese momento las lágrimas le nublaban la vista. Era tanto el resentimiento acumulado que se entregó al coraje y la venganza.

―Esquisto, prepara mi equino, haré una visita a mis hijos. Partamos a Mineralia.―Pero va directo a entregarse, será capturada. No puedo permitirlo.

Page 88: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―No puedes hacer nada mi fiel Esquisto. Aunque eres el único que ha visto por mí, tu trabajoha terminado, este es mi destino y tengo que cumplirlo.

Page 89: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 21MIGMA

Migma se encontraba exhausta pero a la vez agradecida porque que Gran llegó en el momento

más crítico, cuando ya no alojaba ninguna esperanza de sobrevivir. Sus pensamientos volaronrecordando aquel momento. Sin dar aviso salió de la ciudad amurallada, se perdió de la vista detodos y más aun de la de Toba. Con premura se acercó a un pequeño embarcadero de madera quese encontraba a la orilla del río, en el lugar que habían arribado. Volteó a su diestra mientras lasantorchas iluminaban el agua cristalina y sus verdes riberas. Inesperadamente escuchó una voz tanfamiliar que se sobresaltó.

―¿Me esperabas hija? Migma se sorprendió al ver que entre las sombras emergía su madre que se dirigía hacia ella.Mica no vestía como de costumbre sus ropajes de tela clara con encajes dorados. En esta

ocasión su vestimenta era la de una guerrera más. Un traje asido al cuerpo color negro y marrón,botas de cuero, dos espadas a la cintura y cuchillos a la altura de los tobillos. Claramente susintenciones no eran las mejores.

―No esperaba verte aquí madre. Esquisto no reveló el lugar donde te encontrabas.―Esquisto ha sido fiel a mí, en cambio tú no lo fuiste y arrastraste a Milo con tu codicia.Migma se colocó a un paso de distancia de su madre.―Solo hice lo que creí que nos salvaría. Además nos enviaste a una muerte casi segura en

contra de los Rojos.Su madre la abofeteó.―¿Te atreves a asegurar que los arrojé a la muerte? ¡Los envié a obtener gloria!Migma se llevó una mano al rostro, mirándola con desconcierto y coraje a la vez.―Perdimos a la tercera parte de nuestros guerreros, no volverán a ver la luz de un nuevo día

ni tampoco a sus familias, ¿cómo puedes decir eso madre?―Te daré una lección hija mía. He sido la Reina desde que despertamos de nuestro letargo,

por ende soy quien dirige y toma las decisiones.Migma la contradijo, no estaba de acuerdo con aquella afirmación.―Desgraciadamente para ti, ya no lo eres. El pueblo ha dado su última palabra, ellos me

eligieron. Los guiaré hacia un futuro en el cual podamos estar a salvo.Su madre la miró de pies a cabeza, examinándola como de costumbre.―Nunca estarán a salvo, siempre habrá quien desee algo más de nosotros. Lo que realmente

vengo a reclamar es que me traicionaste, tú mi hija. ¿Cómo te atreviste? ¿En qué te fallé para queme hicieras esto?

―No es por ti madre. Te lo he dicho, lo hice para asegurar la supervivencia de nuestro pueblo.―Te aseguro algo, no será fácil que te quedes con ese título, recuerda que hay una regla. Solo

muerta la Reina, vivirá la nueva Reina.Migma se lamentó por aquellas palabras, no había manera de hacerla entrar en razón.―Si la única forma de asegurar y mantener todo por lo que hemos luchado es acabando

contigo madre, por más que me duela hacerlo, no me dejas otro remedio.Migma sintió que era un error haber dejado escapar aquellas palabras de su boca, pero ya era

demasiado tarde.Mica se dio la vuelta violentamente al escuchar a su hija.

Page 90: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Los ancestros han decidido, ¡que así sea entonces!Migma tragó saliva al ver que su madre desenfundó dos espadas a la vez. Había sido una de

las mejores guerreras que se habían visto en el continente usando dos espadas. Ella lo sabía yahora tenía que responder tomando la suya. En ese momento el corazón le palpitaba acelerado,tenía la boca seca, sin mencionar lo abrumada que estaba. Pero no le quedaba otra opción, así quedesenfundó su espada de Carframio y se dispuso a defenderse.

Mica se abalanzó en contra de su hija, mientras la primera espada se estrelló contra la hoja demetal, dio un giro y con la otra rozó la cara de Migma quien se agachó para esquivarla.

―¡Cómo puedes ver, no será tan fácil derrotarme! ―le dijo.―No deseo que ninguna de las dos salga lastimada ―dijo Migma.―Si esas fueran tus intenciones, habrías llevado a cabo mis órdenes al pie de la letra. No

estaríamos peleando ahora, sino celebrando nuestra victoria.―¡No era lo correcto madre!―¿Qué dijiste?―Lo que has escuchado, no era lo que debíamos hacer.Mica se notaba molesta por aquel comentario, su rostro denotaba furia y descontento.―¡Pagarás por tu osadía! Como le dije a Esquisto, solo eres una mocosa, un títere que será

desechado en cuanto ya no sirva.Migma se sentía abrumada, no podía contener más la rabia que había acumulado en contra de

su madre durante todos estos años.―Me he esforzado toda mi vida por darte gusto y ser la mejor de las hijas, siento que nunca lo

apreciaste. Lloré, derramé sangre por ti, me humillé para agradarte, pero nada fue suficiente, ¿acaso alguna vez te diste cuenta de que todo lo hacía por ti madre?

―Era tu obligación y la mía era criar a una hija fuerte que pudiera soportarlo todo.―Entonces mírame, aquí me tienes ahora, esto es lo que has creado ―aseguró Migma.―Siempre quise saber de qué estabas hecha y ahora tengo la oportunidad de comprobarlo. Lo

que suceda hoy quedará grabado en la historia, así que ten estas palabras bien claras. Tu destino yel mío cambiarán desde este momento ―le dijo su madre.

Sin darle tiempo, Mica saltó y asestó un potente golpe sobre la espada de su hija, y medianteotro giro intentó decapitarla. Migma esquivó la hoja plateada que se iluminaba con un halo rojizo,la velocidad de su madre era sorprendentemente rápida. Algo sucedía, no solo la espada seiluminaba, también lo hacían los pies que parecían andar sobre llamaradas rojas, amarillas yazules.

A pesar que le doblaba la edad sus habilidades eran más que sorprendentes. De algún lugarestaba obteniendo aquella fuerza haciéndola ver de manera inesperada como un rival superior.Mica tuvo la oportunidad de clavarle la espada en el pecho a Migma, pero algo la detuvo. Tal vezel sentimiento escondido de madre o el temor de no soportar el remordimiento de asesinar a supropia hija. Durante esa distracción Migma aprovechó la oportunidad y con una pierna la pateótirándola al piso. Le apuntó la espada al cuello.

―¿Por qué me obligas a llegar a esto? ¡Más vale que te des por vencida y te vayas! ―advirtióa su madre tratando de evitar una tragedia, mientras su rostro se empapaba en lágrimas ante ladesesperación e impotencia al no poder hacerla entrar en razón.

Con un solo movimiento, Mica se quitó el filo de la hoja con su espada y se levantó deinmediato, se colocó en posición de batalla y llamó a su hija a seguir combatiendo.

―¿Vamos, es todo lo que tienes? No me desilusiones pequeña.

Page 91: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―¿Qué es lo que buscas madre, además de acabar conmigo? ―dijo.―Solo hazte a un lado y entrégame de nuevo a mi pueblo.―Sabes que no puedo hacerlo. Ellos confían en mí para guiarlos.―¿Tú vas a guiarlos?―Aunque no lo creas lo haré.―Entonces no me dejas otro remedio, recuperaré lo que me pertenece.En ese instante Mica se abalanzó girando el cuerpo y estrellando una espada luego la otra

contra el acero de Migma. Ella repelió el ataque hasta llevarla a la orilla del río donde la malezase movió de forma extraña. El viento no separaba así las ramas de los arbustos, debía ser algomás que se encontraba en ese lugar. La vista de Migma se desvió al ver que un Acorazado Rojoque se encontraba oculto saltó desde el lecho del río clavando su garra en la espalda de su madre.Después se lanzó contra Migma. Mica soltó las espadas que cayeron al agua, mientras Migmadecapitaba al Guerrero Rojo con su espada de Carframio. Volteó para intentar ayudarla, pero solola vio tambalearse ya sin fuerza en el cuerpo.

―¡Madre! ―exclamó.Fue demasiado tarde. Mica cayó al río herida de muerte y en un momento se perdió en las

furiosas aguas cobijadas por la luz de la luna.

Page 92: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 22PIGEÓN

―No puedo creerlo, desconocen los detalles del conflicto con los Altos Guerreros ―aseguró

Jade de forma muy desconcertada.Pigeón la tomó del brazo.―Tal vez lo importante es que desaparecieron y debemos mantener el secreto si logramos

vencerlos. Esta generación de Altos Guerreros se corrompió más no significa que en el futuro lasdemás lo hagan. Debemos preservar la imagen de valor y esperanza que representan.

―Entiendo Pigeón, no debemos interferir ni cambiar los hechos. No tenemos derecho dehacerlo.

El maestro asintió.A pesar de este comentario Jade continuaba expresando sus inquietudes.―Aquel joven detrás del portal no dijo si viviríamos, solo que el enemigo desapareció.Pigeón trató de tranquilizarla.―El joven Gabro no quiso revelar cosas que fueran comprometedoras para su era, debemos

tomarlo así, aceptarlo y concentrarnos en nuestro objetivo.―Está bien ―afirmó Jade―. No causaré más distracciones.Luxulian quien había permanecido expectante también asintió.―Avancemos con nuestro plan, debemos prepararnos antes de ser encontrados ―indicó

Pigeón.Jade se adelantó unos pasos, salió de la cámara y se acercó al precipicio, los dos maestros se

unieron a ella. Desde las alturas se podían ver hacia abajo las espesas nubes que se movíanimitando las olas de un tranquilo e infinito mar blanco. En un instante un águila real surgió entreellas alzando sus hermosas alas color marrón. Planeaba en un horizonte hermoso, donde supreocupación nunca sería la guerra, solamente sobrevivir. Ellos solo se miraron contemplando lasmaravillas de la naturaleza, sabiendo que ese día podía ser el último para alguno de ellos.

Pasaron algunas horas, los preparativos estaban listos. En la lejanía el sonido de los cascos de

los equinos Idion contra el puente resonaba como una canción de guerra.―¡Han llegado! ―afirmó Luxulian.Pigeón caminó hacia el único acceso que daba al puente. ―¡Espero que funcione! ―dijo.Al ver que los Altos Guerreros se habían dado cuenta de su presencia, se desplazó veloz

hacia el interior de la montaña. Los equinos recorrieron la distancia a todo galope, ahora no habíavuelta atrá s , la implacable marcha de los guerreros se aproximaba a él.

Pigeón se colocó cerca de una pared de roca, Jade se encontraba esperando en ese lugar.Movió una de sus manos tratando de imitar los movimientos que había hecho anteriormente. Depronto los ladrillos comenzaron a formarse desde abajo hacia arriba dejando al maestro y a lajoven ocultos tras aquella pared recién formada. Los Altos Guerreros pasaron de lado sinadvertirlos. Se desconcertaron al no encontrarlo.

Pigeón sabía que solo debía dividir del grupo uno a uno a los Guerreros para lograr restarlesfuerza, o al menos separarlos de las espadas, era primordial para sobrevivir. Si no lo lograbanestarían perdidos.

Page 93: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Los dos maestros sabían usar las espadas, después de haberlas forjado y conocer el poder quetenían al entregarlas a Galio, decidieron practicar el combate como cualquier Guerrero de Aurum;por lo tanto se sentían más que calificados para portarlas, pero desconocían si se encontraban alnivel de los Altos Guerreros ya que ellos las habían usado más tiempo y eso era un factor quepodría inclinar la balanza. Harían su mejor esfuerzo, habían entrenado duro estos últimos meses yesta tierra les sentaba bien. Les daba más vitalidad, más energía y habilidad. Pigeón estabaconvencido que era un lugar poderoso en este aspecto, estaba cargado de una renovada y vibranteenergía, era un lugar especial en el continente. Por tal motivo lo aprovecharían, de lo contrarioperecerían en el intento.

Los Altos Guerreros continuaron cabalgando a trote lento hacia el interior de la montaña,donde se podía escuchar el resoplido de sus animales y los cascos metálicos que producían un ecoescalofriante conforme se acercaban a los maestros.

Detuvieron su marcha, el líder indicó desmontar sus bestias blancas y continuar a pie. En elexterior las nubes comenzaban a apoderarse de un cielo que antes era azul pálido.

En ese instante se escucharon tres conos de bronce, que resonaron como el rugido en gargantasde enormes fieras en cada una de las bestias talladas en roca y se oyó la voz grave de Pigeón quese erguía retador frente a ellos.

―¡Vamos, que están esperando, estoy aquí!A paso veloz se dirigieron hacia él, desenfundaron las espadas sosteniéndolas con ambas

manos y portándolas en posición de ataque lateral al cuerpo. Un sonido los sobresaltó, primeroalgunas motas de polvo que flotaron en el aire, enseguida partículas más grandes einesperadamente decenas de rocas cayeron desde las alturas sin darles tiempo de reaccionar. Laoscuridad cubrió a dos Altos Guerreros aplastándolos de inmediato, los otros cinco resultaronilesos. Ahora dos espadas más habían quedado sin dueño tiradas en el suelo rocoso.

―¿Perecieron? ―preguntó Jade con asombro.Pigeón giró hacia ella.―Solo son Altos Guerreros, eso no los hace inmortales.Pigeón abrió desmesuradamente los ojos.―¡Cuidado! ―exclamó tratando de advertirle.Del mismo modo que los Altos Guerreros no tuvieron tiempo de reaccionar, un derrumbe de

cientos de pequeñas rocas, arena y polvo sepultaron a Jade.―¡No! ―gritó Luxulian desesperado al ver la terrible escena.Pigeón se alejó unos pasos, no pudo hacer nada para salvarla. Se lamentaba al igual que su

hermano.―Esto cambiará los planes ―dijo Luxulian.―¡Que importan los planes, ella ya no está! ―exclamó Pigeón.De pronto el Alto Guerrero más esbelto los observó retador, el líder le dio la orden de seguir,

fue entonces que comenzó a trotar hacia ellos ganando velocidad, en un instante colocó un pie enla pared lateral, enseguida el otro desplazándose de manera irreal a través de ella suspendido enla roca sin caer. Con gran saña levantó su espada intentando decapitar a Luxulian. El filo de laespada se aproximaba más que veloz hacia su cuello. Luxulian intentaría defenderse a como dieralugar para proteger su vida. Pero aquel movimiento lo había dejado en desventaja. Inesperadamente sucedió algo desconcertante para todos, alguien se interpuso cortando de tajo lasdos piernas del esbelto Guerrero, este cayó al piso retorciéndose por el inmenso dolor. Habíasido Jade que apareció inesperadamente con el cuerpo lleno de polvo, en sus manos sostenía

Page 94: La Energía del Destino (Spanish Edition)

orgullosa una espada de Vatanium. Los había sorprendido al salir de los escombros. Ahora seencontraba erguida frente a ellos.

―¿Estás bien? ―le preguntó Pigeón.―Solo puedo decir que no tengo huesos rotos ―respondió.Los tres compañeros ahora se encontraban frente al enemigo. El líder de los Altos Guerreros

parecía molesto, dio la orden de avanzar.―¡Dispérsense! ―ordenó Pigeón.Luxuilan y Jade tomaron caminos distintos. Tres Altos Guerreros salieron tras de ellos,

mientras el líder permaneció atrás observando.Pigeón fue seguido hacia una saliente por un alto guerrero con traje negro y rojo claro. Habían

llegado a una roca usada como mirador que sobresalía de la montaña y se alzaba por encima delvacío. Al fondo se hallaba bajo ellos el largo río de Selvaria. A ese lugar le llamaban desde laantigüedad “La saliente del trueno”.

La saliente del trueno Pigeón se acercaba al precipicio, le daba la espalda a la nada. Podía sentir como las nubes le

lamían la piel y le abrazaban el cuerpo con su densa humedad. Se detuvo al darse cuenta de quehabía llegado el final del camino. Volteó hacia abajo y el vértigo estuvo a punto de apoderarse deél al sentirse desprotegido. Trató de mantener la calma. Sabía que no había salida, estabaacorralado por aquel Alto Guerrero que blandía en el aire su espada mítica que por instantes seiluminaba con llamaradas de fuego que ondulaban y danzaban alrededor del metal plateadobuscando tornarse más rojas, tratando de encontrarlo. Por un pequeño momento aquella armaaparentó estar viva y con deseos de arrancarle de las entrañas hasta el último vestigio de polvo demeteoro que recorría su cuerpo. Pero no era la espada, eran los deseos del guerrero los que sellevaban a cabo.

Ahora el maestro lo entendía, las espadas solo eran el medio. El portador era quien decidía susactos potencializados por algo que apenas podía comprender. Aquella energía que había percibidodesde aquel momento en que tomó el plasma no la producían las espadas, no la creaba su cuerpo,la extraían del suelo que pisaban. Pigeón se encontraba acorralado. El Alto Guerrero se abalanzógirando y estrellando su espada contra Fuego de Roca, el maestro contuvo el feroz ataque,

Page 95: La Energía del Destino (Spanish Edition)

enseguida el guerrero saltó y asestó un potente golpe con su acero. Pigeón soltó la espada y ésta seclavó en el suelo produciendo una onda expansiva que los arrojó en distintas direcciones, Elmaestro desesperado tomó una daga y la clavó en la roca para evitar caer al precipicio. El AltoGuerrero salió disparado con dirección de la montaña a unos cincuenta pasos, pero de inmediatose levantó para acabar su cometido. Estaba decidido a terminar con la vida del maestro.

―¡Qué esperas, estoy aquí! ―dijo Pigeón colocándose en pie y retando a su contrincante a laorilla de la saliente del trueno. Con su mano abrazaba la empuñadura de la espada que todavía seencontraba clavada en el suelo con el filo de la hoja apuntando hacia el Alto Guerrero.

En ese momento una mística ave de fuego apareció repentinamente atrás de él, emergiendo delprecipicio con las alas abiertas mostrando su majestuoso plumaje rojo, amarillo y dorado,envuelto en un halo de fuego translúcido. Se quedó estática en esa posición. Aparentaba detenerel tiempo. Desde la perspectiva del Alto Guerrero el maestro poseía alas de fuego que eranpoderosas y atemorizantes. Pigeón percibió en su espalda la fuerza que emanaba aquella ave,luego la observó de reojo, de alguna manera lo alentaba a seguir combatiendo.

Dio gracias a los ancestros por encontrarse en un lugar donde la energía emanaba encantidades inimaginables. Sintió un calor intenso en el cuerpo como aquel que había percibido alforjar las espadas míticas, eso lo lleno de valor y con gran furia gritó el nombre que estabagrabado en la espada.

―¡Fuego de Roca!Al mismo tiempo intentó extraerla del suelo, pero antes de hacerlo la vista se le nubló, sintió un

violento impulso que lo llevó hacia el frente. Hubo un pequeño lapso en el que todo se convirtióen tinieblas, pero eso le permitió extraer la hoja de la espada y blandirla firme y horizontalmentedentro de aquella profunda oscuridad. Pigeón no sabía que había ocurrido, solo estaba conscienteque aún se estaba vivo. De pronto la luz volvió a sus ojos y pudo darse cuenta que estaba solo auna pequeña distancia de la montaña. Se desplazó de un lugar a otro sin darse cuenta. Volteó haciaatrás y se percató que había avanzado más de cincuenta pasos quedando en dirección opuesta desu enemigo, pero su sorpresa fue grande al ver un surco en el suelo que comenzaba desde laposición en donde él se encontraba en un inicio y hasta un poco antes de llegar a su oponente quepermanecía inmóvil dándole la espalda. El maestro había pasado de lado sin salir lastimado, almenos eso parecía. De pronto la espada del Alto Guerrero cayó al piso y el sonido del metalcontra la roca produjo un eco que resonó en cada rincón de la montaña. Aquel cuerpo quepermanecía inmóvil se partió en dos por la cintura y cayó al piso. El Alto Guerrero estaba muertoa causa de la espada del maestro (*).

Sobre la saliente todavía se encontraba el ave de fuego aleteando y observando la pelea. Pormomentos parecía clavar los ojos en la hoja metálica de Fuego de Roca. Al ver finalizado elcombate se desplazó como una ráfaga precipitándose como lo hace una flecha en el aire, hastaperderse en las espesas nubes de la sierra de Crestas.

Pigeón observó de nuevo su espada que comenzaba a emitir pequeños destellos sobre laempuñadura, extrañado creyó saber que ocurría. Clavó la hoja en el suelo y se hincó frente a ella.Abrió desmesuradamente los ojos al tocar una imagen.

De pronto se escuchó de nuevo la voz de Gabro que provenía de aquella imagen que mostrabala espada.

―¿Maestro puede verme?

(*)Ver desplazamiento en glosario de imágenes.

Page 96: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 23GABRO

El viento aulló en los dorados campos que alfombraban la tierra, los rayos del sol eran recios

sobre las espigas y hojas que reflejaban la luz, como si de un brillante metal precioso se tratase.Entre ellos se encontraba cobijado Gabro. «Me duele el cuerpo y mis parpados pesan», selamentó mientras se encontraba tirado en el suelo.

Intentó abrir los ojos pero la luz del sol le traspasaba las pupilas como una flecha punzante; sinembargo estaba agradecido con los ancestros de no haber muerto.

―¿Dónde me encuentro? ―se preguntó en voz baja sintiendo el cuerpo molido a causa delenfrentamiento con Itria.

Dio un vistazo a su alrededor. Aquel panorama le parecía familiar. Un río caudaloso al norte ymontañas al poniente, estaba seguro que ya había estado en ese lugar en el pasado. En un parpadeola mente se le aclaró.

―Reconozco este sitio, es el río grande que va hacia la Escarpada. Estoy a la mitad delcamino entre el cañón de los Vendavales y la montaña donde combatía con Itria pero, ¿cómollegué hasta aquí? ¿Por qué es mediodía? No comprendo que está sucediendo, solo sé que debovolver lo más pronto posible.

Se incorporó sacudiéndose las manos y caminó buscando algo que pudiera flotar en el agua. Elrío lo ayudaría a regresar al lugar del combate. Pronto encontró unos cuantos troncos, muy cercarecolectó plantas secas para elaborar una soga, las retorció como le habían enseñado de pequeñolos maestros de la ciencia y tomó una rama gruesa para usarla como remo.

En las alturas el sol comenzó a oscurecerse, volteó hacia arriba interponiendo su antebrazopara no ver directamente el astro rey.

―Debo regresar ahora, pero no entiendo por qué el sol ha subido, ¿acaso es el día siguiente yhe despertado después de la pelea? ―se preguntaba al ver el cielo oscurecers e aún más.

Continuó observando. Un fenómeno como este no podía pasarse por alto.―Es el eclipse solar, por lo que entiendo es el día después de mi enfrentamiento con ella, debo

regresar y saber si aún resiste el ejército Ígneo. Pero si he llegado hasta aquí entonces debo estaren un lugar cargado de energía. Podría usarlo a mi favor y sacarle provecho.

Sin pensarlo dos veces desenfundó su espada, leyó aquel grabado que la hacía especial“Esperanza Ígnea” y la clavó con fuerza en el suelo rocoso. Colocó de nuevo uno de sus dedossobre el pomo de la espada y lo desplazó de derecha a izquierd a provocando que surgiera lapequeña luz que flotaba en el aire. Esperó a que el anillo translúcido apareciera sobre laempuñadura y desplazó con la mano las imágenes hasta encontrar una borrosa, sin duda se tratabade Toba, el panorama le indicaba que se dirigía con un grupo de guerreros hacia la montañaEscarpada para reforzar las líneas de Andes. Continuó girando el anillo de imágenes hastaencontrar la de Pigeón. El maestro se encontraba hincado sosteniendo a Fuego de Roca de igualmanera.

―¿Maestro puede verme?Hubo un lapso de silencio, enseguida Pigeón asintió.―Necesito de su ayuda.―¿Qué es lo que sucede Gabro?El Ígneo no dudó en responder.

Page 97: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Enfrentamos a Itria en combate, en ese momento solo pude crear un vórtice mediano, pero lovolvió contra mí, eso me ha enviado lejos y me tomará tiempo regresar para enfrentarla de nuevo.

Pigeón lo escuchó detenidamente.―Es increíble lo que ha sucedido, respóndeme algo, ¿ella salió lastimada?―Al parecer si, ese fue el motivo de su enfado y su feroz contraataque ―respondió Gabro.Se notaba que Pigeón analizaba a detalle la situación para tratar de dar su mejor consejo.―No sé si pueda ayudarte, solo pienso que el vórtice fue efectivo pero no lo suficiente para

acabar con un ser de esa magnitud ―dijo el maestro.―Debí de haber creado uno mucho más grande y fuerte, pero no tuve tiempo ni la habilidad

para hacerlo ―se lamentó Gabro.―Escúchame Gabro, aprovecha aquello que te puede ayudar. Existen lugares especiales en los

cuales la energía fluye sin límites. Lo sabrás cuando estés ahí, debes atraerla y atacarla antes queella lo haga, es tu única oportunidad. Sé que puedes crear el vórtice necesario. Ni siquiera Itriapodrá librarse de él. Utiliza lo que te he dicho a tu favor. Usa la espada y conduce la energía deeste mundo para acabar con ella.

―Lo intentaré.―Podrás hacerlo, sé que lo lograrás, de otro modo ella los derrotará.―Lo haré, no fracasaré en esta ocasión ―aseguró el Ígneo.―Ten cuidado, Itria seguramente se coloca r á sobre las líneas que percibe para aumentar su

fuerza. Pero tienes un arma poderosa, la espada será tu aliada, ella es el medio para conseguir lavictoria.

―Entiendo ―dijo.―Hay otra cosa que tal vez te pueda ayudar―reveló Pigeón―, he logrado desplazarme a una

velocidad impensable de un punto a otro usando como medio la espada clavada en el suelo yapuntando el filo hacia el oponente. Esto te puede ayudar. Ten en cuenta que solo podrás hacerloen una distancia corta, sobre todo no olvides lo siguiente, los desplazamientos son violentos ysolo tendrás un momento para acercarte, Crea antes el vórtice e intenta llevarlo hasta ella. Séconsciente que este ser no te dará una segunda oportunidad.

―Seguiré sus consejos, en verdad lo agradezco maestro.Pigeón levantó una de sus manos. ―¡Qué la sabiduría de los ancestros te ilumine!Gabro levantó la suya.―Ya lo hace desde el momento en que se abrió el portal ―afirmó.―¡Qué ironía! ―exclamó Pigeón―. En tu era ya estoy muerto, pero aun soy joven en la mía.

El tiempo y el espacio, se han doblado como una hoja de papel ante nosotros.Gabro asintió, era el momento de partir. Tomó la espada, observó el portal una última vez

retirándola del suelo mientras el anillo se disolvió. Al final solo se alejó rumbo a la Escarpada.―Me he dado cuenta que aunado a lo que el maestro Pigeón me ha revelado probablemente

pueda crear un vórtice mayor con lo que he descubierto ―dijo en voz baja―. La única manera decomprobarlo es realizando otro intento.

Caminó hasta percibir una gran energía bajo sus pies, solo entonces clavó la espada en elsuelo.

―Es la última oportunidad que tendré, ¡vamos, necesito que suceda algo! ―exclamó.Con la esperanza depositada en este último intento, giró su mano de manera lenta formando un

vórtice que apareció como un pequeño punto blanco de energía que surgió del pomo de la espada,

Page 98: La Energía del Destino (Spanish Edition)

luego comenzó a desplazarse siguiendo el movimiento de su brazo, enseguida cambió el sentidode la rotación. Al hacerlo la energía que era casi clara y brillante se transformó iniciando comoun pequeño hilo negro que se mezclaba entre un vertiginoso remolino, en cuestión de instantes setornó en un color intenso. Voraz y violentamente envolvió aquel vendaval (*).

―El vórtice oscuro es mucho mayor que antes, ¡eso es! ―dijo.Aun no comprendía porque Pigeón habiéndolo descubierto en el pasado decidió ocultarlo.

Probablemente hasta que el pueblo Ígneo estuviera preparado. Este era el eslabón perdido, ahoratenía el conocimiento necesario. Había logrado aquello que los Piroxenitas buscaron porgeneraciones.

Recordó todo lo que le había mencionado el maestro, solo entonces pudo darse cuenta por quélos Altos Guerreros desaparecieron al igual que Torio, el único Ígneo de los nuevos tiempos quelogró controlar hasta cierto punto la energía.

Inesperadamente sintió como el calor inundaba su cuerpo, Observó sus brazos y logró apreciarcomo la armadura de roca que antes solo se formaba por medio de la Roca Madre, comenzaba aenvolver su piel.

―¿Qué es lo que sucede? ―se preguntó extrañado.Después de observar como su cuerpo se revestía, estaba más claro que nunca. El material del

que estaba hecha la armadura de roca que era la aleación más fuerte que se conocía hasta elmomento, debía estar formada por una gran e incalculable cantidad de energía que se transformabaen una fina y resistente capa de materia que le recubría el cuerpo. Seguramente flotaba a unaínfima distancia de la piel y se confundía con ésta. Formó un par de veces más la armadura en sucuerpo y pudo darle un límite y no afectar el rostro. Era solo cuestión de práctica.

Gabro sabía qué hacer ahora. La espada le daría la estabilidad necesaria y la armadura loprotegería, no cometería el mismo error que sus antecesores. Su arma sería el instrumento paracanalizar aquella energía.

―Ahora puedo enfocar mis ideas y verlas claramente, la energía no pasa a través del cuerpo,lo envuelve y es manipulada por él. No se necesita tratar de conducirla a través de nuestrointerior, solamente encausarla extrayéndola sin límites del subsuelo, y no solo una parte como lohemos hecho hasta ahora. El material del que están elaboradas las armaduras y las espadas noestá siendo creado, está siendo transformado. Es la energía misma en acción. Percibimos lo quenuestros limitados sentidos nos dejan ver, lo que conocemos. Nuestros ojos pueden ver formarseuna armadura y surgir una espada, pero no es una verdad absoluta. Ahora lo sé, somos la chispa,el elemento detonador que la energía necesita para ser guiada. Pigeón y Luxulian lo sabían. Lavieja y sabia energía del universo estaba y estará siempre presente a pesar de todo. Ha existido ylo seguirá haciendo en distintas formas, en diferentes tiempos. Es un enlace entre el pasado, elpresente y el futuro. No se puede destruir, porque ha permanecido desde el principio y lo seguiráestando a pesar de lo que hagamos. Pero podemos aprender a manipularla y transformarla. Comoel frío lo hace con el agua formando un témpano de hielo, o como el mismo líquido se evapora conel intenso calor. Seremos como alfareros para ella, quizá sus domadores, sus opresores ylibertadores, seremos sus artesanos.

Gabro se mantuvo erguido y seguro de sus futuras acciones.―No habrá una segunda oportunidad, es ahora o nunca ―afirmó.Sin demorar, echó la balsa que había construido al río y comenzó a darle dirección con el

remo con la esperanza de llegar a tiempo.Así transcurrieron algunas horas mientras el sol se ocultaba en el horizonte. Faltaba poco para

Page 99: La Energía del Destino (Spanish Edition)

que la noche lo alcanzara, debía llegar pronto según sus cálculos. Continuaba avanzando en unasaguas cristalinas que lo acercaban cada vez más a su destino. Levantó el rostro buscando con afánsu objetivo.

―Por fin veo la montaña Escarpada ―exclamó―. Estoy de regreso, solo espero llegar atiempo.

Con gran coraje intentó dar más velocidad a la pequeña embarcación de troncos que habíaarmado para flotar en sentido de la corriente, se apartó el cabello del rostro mientras la adrenalinarecorría vertiginosa por su cuerpo, había alcanzado un avance considerable. Cada vez seencontraba más cerca del lugar al que se dirigía cuando de forma inesperada una garra emergiócomo una aleta de tiburón partiendo la endeble embarcación en dos. Gabro se dio cuenta a tiempoy permaneció en una de las dos mitades que continuaba avanzando hacia una extendida mancharoja que se encontraba sumergida en el río. Trató de cargarse a la orilla al tiempo que tres garrascon un movimiento cortante emergieron levantando una cortina de agua tratando de alcanzarlo.Gabro saltó hacia la orilla, logró sostenerse de algunas ramas nudosas que sobresalían de latierra. Trepó y se incorporó colocándose en posición de defensa. Observó hacia la ribera del río,cuatro garras se mostraron primero, después los cuerpos brillantes y acorazados de los GuerrerosRojos emergieron del agua cortando el aire con el filo de sus espadas que junto a sus temibles garras afiladas amenazaban a su oponente. Un primer guerrero se abalanzó en contra de Gabro.Se enroscó en sí mismo y comenzó a rodar hacia el Ígneo para desplegarse antes de llegar a suobjetivo, pero Gabro actuó con más instinto y velocidad partiéndolo con su espada en diagonal almomento que se incorporaba.

Los demás guerreros bramaron violenta y ferozmente molestos por la muerte de su compañeroque desangraba líquido amarillo de su interior. En un instante rodaron a hacia Gabro, desenroscándose antes de llegar y saltando para golpearlo con las espadas. Cayó el primerosobre él y Gabro repelió el ataque. El segundo falló y el tercero fue decapitado por EsperanzaÍgnea que se iluminaba con un halo de luz translúcida.

Los Rojos seguían bramando enfurecidos. Lo rodearon pero algo sucedió desconcertándolos.Sobre el cuerpo de Gabro se comenzó a formar la armadura de roca que lo cubrió hasta llegar a laaltura del cuello, el viento sopló ondeando el cabello del Ígneo, mientras levantaba en formalateral la espada y sostenía la empuñadura con las dos manos. Los Rojos se lanzaron en su contradesplegando la garra y blandiendo la espada con el otro brazo. Gabro los esquivó y contraatacócortando la pierna de uno y el brazo de otro. Los enemigos se mermaron y el Ígneo terminóusando su espada contra la espalda y el pecho de sus contrincantes.

Respiró profundo mientras la hoja de su arma goteaba líquido amarillento.Observó en la distancia, le lla m ó la atención un resplandor detrás de las colinas ya que

algunas luces de colores brillantes comenzaban a apoderarse de un cielo profundo y oscuro. Losobresaltó un seco y poderoso golpe de energía invisible que penetró en el suelo fragmentando elterreno. El valle comenzó a resquebrajarse dejando solo un acceso por el cual avanzar. De seguroera Itria quien lo ocasionaba, lo sentía en el cuerpo, lo veía en la tierra que lo rodeaba. Debíaregresar de inmediato para enfrentarla. Ahora que había descubierto de lo que era capaz derealizar con su poder, necesitaba acercarse lo suficiente y soportar sus embates. No podía perderel tiempo, así que comenzó a precipitarse por el angosto e inclinado camino rodeado por lasquebradas que ahora bordeaban el valle de Mineralia. La destrucción había sido devastadora.Comenzó a trotar, enseguida corrió desplazándose tan veloz como podía, no recordaba haberlohecho antes de esa manera. No estaba dispuesto a permitir que ese poderoso ser se acercara a

Page 100: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Toba. En instantes esquivó rocas, saltó obstáculos un sinnúmero de veces sin perder el paso.Subió por las faldas de la colina y estuvo a punto de tropezar con un tronco seco cuando la tierrase abrió de repente formando una enorme y profunda grieta frente a él.

―Es el salto de mi vida ―se dijo.Voló por los aires cayendo de la mejor manera del otro lado de la grieta, se incorporó y

continuó desplazándose.―No puedo darme por vencido ―se repetía constantemente.Buscaría llegar a la cima, eso sería suficiente. Tenía que seguir moviendo sus piernas, no

había tregua para detenerse. El dolor le recorría los muslos, el suelo comenzaba a arder. Ya estabacerca y solo pensaba en Toba. Sin demorar demasiado llegó a la punta de la loma. Fijó su vista enla distancia y observó como el ejército Ígneo peleaba feroz en contra de los Acorazados Rojos.

Giró su rostro dándose cuenta que Itria había sido apartada de sus tropas e intentaba lanzar unaenorme roca contra un guerrero.

―¿Quién podría estar enfrentándola? ―se preguntó.

(*)Ver creación de vórtice creciente en glosario de imágenes.

Page 101: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 24

PIGEÓN ―Solo espero que Jade y Luxulian hayan seguido el plan y continúen esperándome sin atacar a

los Altos Guerreros ―exclamó Pigeón.El maestro se dirigió tras el camino que había recorrido Jade. Se ocultó tras una columna con

espada en mano dispuesto a atacar cuando advirtió que el líder guerrero se encontraba muy cerca.Con las manos firmes en la empuñadura de su arma, solo esperaba que el Alto Guerrerocaminara a su lado. Pero esto no sucedió. Un paso antes de llegar, el líder se dio la vuelta alescuchar un sonido que le llamó la atención. El maestro soltó el aire que había contenido y al verque se encontraba libre su camino decidió continuar. Habría otro momento para atacarlo, primerotenía que asegurarse de que Jade y su hermano se encontraban a salvo, esa era su prioridad. Sindemorar demasiado continuó su marcha, en poco tiempo arribó al punto acordado de reunión yescuchó un sonido.

―¿Eres tu Jade? Puedes salir, he venido por ti.No había terminado de hablar cuando la hoja de una espada le rozó el pecho. Entre la

oscuridad del lugar un Alto Guerrero de armadura azul aparecía entre las sombras desplegando suacero, cortando el aire en repetidas ocasiones. Pigeón solo esquivó la hoja que una y otra vezcontinuaba rozándole el cuerpo.

Retrocedió algunos pasos pisando un desnivel en el suelo y tambaleándose a punto de caer. Sedetuvo contra la pared de roca, mientras el guerrero de armadura azul levantaba nuevamente suespada impactándola contra el acero de Pigeón. Lo hizo en repetidas ocasiones hasta provocar que el maestro soltara su arma y esta cayera al piso. Pigeón quedó desprotegido, ahora no teníanada más con que defenderse. El guerrero se acercó a él y le recargó la punta de la espada contrael pecho tomando con fuerza la empuñadura. Hizo una pausa para obtener un poco de impulso yenterrarla en su enemigo. De pronto sus ojos se desorbitaron, su boca exhaló aire tibio y susmanos se abrieron soltando el acero en el piso. Volteó hacia abajo para ver su propio pecho. Enese momento la punta de una espada de Vatanium emergió de su cuerpo. Nuevamente Jade seencontraba sosteniendo la empuñadura de una espada mítica, empujándola contra el cuerpo delguerrero azul.

―¡Basta, que llegará hasta mí! ―ordenó Pigeón para que dejara de empujar.Jade retiró la espada y el guerrero cayó inerte al piso.Pigeón se agachó y con una mano recogió la espada que había soltado el guerrero de armadura

azul, con la otra la suya.―Solo nos faltan dos, escóndela en un lugar seguro ―ordenó el maestro entregándosela en la

mano.Jade asintió.―Vayamos por Luxulian ―exclamó ella.Sin demora se pusieron en marcha en la dirección que había seguido el otro maestro.―Debemos ir con cuidado Jade, el Alto Guerrero puede aparecer en cualquier momento.―No te sorprendas pero lo acabas de llamar Pigeón, esta frente a nosotros.La punta de un pie emergió entre las sombras, después el cuerpo completo mostrando una

armadura púrpura y una capa blanca con capucha, el enemigo comenzaba a desplazarse a toda

Page 102: La Energía del Destino (Spanish Edition)

velocidad hacia ellos. Pigeón se colocó en posición de defensa. Jade comenzó a mover susmanos creando una ilusión bajo los pies donde el enorme puente se alzaba en el vacío rematandoen la montaña y sobre él, Pigeón esperando en posición de combate. En el fondo la enormemontaña de Crestas con la fiera de melena espesa tallada en la roca, aparentaba rugir con lasfauces completamente abiertas. Al ver el impresionante escenario el Alto Guerrero púrpura sedetuvo y se echó para atrás un paso. Recapacitó y regresó lentamente observando el vacío. Lailusión en verdad perecía afectarle.

―Creí que harías algo menos ostentoso ―dijo Pigeón mirando a Jade.―Ahora es tu turno ―dijo ella.En ese momento Pigeón clavó la espada en el suelo, pasó el pulgar por el pomo y comenzó a

girar su brazo creando un vórtice oscuro. El Alto Guerrero se desconcertó pero avanzó de nuevo.De pronto el maestro arrojó el vórtice contra su enemigo, que al ver que se impactaría en sucuerpo, se lanzó hacia un lado para evitarlo cayendo al piso y dándose cuenta que el vacío no erareal. Inesperadamente aparecía Luxulian y el vórtice se dirigía hacia él.

―Hazte a un lado le gritó Pigeón.Pero Luxulian no tuvo tiempo de reaccionar, solo alcanzó a incrustar la espada en el suelo.

Pero eso fue suficiente y lo salvó. El vórtice se posicionó sobre la empuñadura de la espada, seveía imponente con su profunda oscuridad. La mano de Luxulian parecía estirarse al punto dedesvanecerse en su interior.

En ese momento el Alto Guerrero se vio en el suelo sin peligro alguno. Sabía que el puentehabía sido solo una ilusión y había sido engañado, solo se encontraba recostado sobre el suelorugoso de la montaña. Se colocó de pie, movió la cabeza reprobando las acciones de los maestrosy se dirigió nuevamente hacia Pigeón levantando su espada.

―¡Detente! ―se escuchó detrás del Alto Guerrero.Luxulian se encontraba manipulando ahora el vórtice oscuro.―Esto es para ti ―le dijo arrojándolo contra el guerrero de armadura púrpura.El guerrero sonrió burlonamente.―Crees que vas a asustarme con otra ilusión ―dijo tratando de parar el vórtice con su mano.De inmediato se dio cuenta de la amarga realidad. No era una ilusión, el vórtice era lo más real

que había enfrentado en toda su existencia. Peleaba contra él para liberarse mientras su cuerpo sedesvanecía en su interior. Los gritos de terror serían lo único que permanecería en la memoria delos maestros. Al final todo quedo en silencio, el vórtice se mantuvo flotando en el aire pero no sedesvaneció. Solo quedó la capa blanca tirada en el piso que comenzó a desplazarse por una ráfagade viento que la llevo a la salida.

Luxulian parecía darse cuenta de algo más. Abrió los ojos desmesurados, clavó la espada en elsuelo mientras comenzaba a crear otro vórtice.

―¿Qué es lo que estás haciendo? ―le preguntó Pigeón.―Estas comenzando a asustarme ―añadió Jade.Luxulian apuntó hacia el fondo de la montaña, con dirección a la salida de una caverna. El

líder y último Alto Guerrero se aproximaba hacia ellos.Pigeón comprendió lo que sucedía.―No lo lances hasta que te indique hermano.Luxulian asintió.Pigeón se abalanzó en contra del líder guerrero estrellando su espada una y otra vez. Se

defendía sin ceder ante el poder del adversario, de pronto el maestro cayó al suelo y soltó la

Page 103: La Energía del Destino (Spanish Edition)

espada. El líder guerrero la pateó con una fuerza descomunal arrojándola hacia el exterior de lamontaña.

―Luxulian al ver a su hermano en peligro no esperó más y lanzó el vórtice en dirección delAlto Guerrero. Este lo esquivó saliendo ileso, se aproximó con gran coraje para vengarse.Luxulian corrió hacia el líder estrellando su espada, pero la habilidad de aquel guerrero erasuperior. Lo golpeó con el puño dejándolo inconsciente. Se dio la vuelta y continúo con direcciónde Pigeón. A Jade no le quedó más que saltar con su espada levantándola en el aire, pero ladetuvo y con uno de sus brazos la arrojó contra una columna de mármol dejándola fuera decombate.

Pigeón se lamentó, pero claramente él era el objetivo.―Viene hacia mí, necesito la espada.El maestro se dirigió hacia el exterior de la montaña, caminó hacia la luz.―¿Dónde estás Fuego de Roca?En su apresurada búsqueda se tambaleaba, estaba algo mareado. Se tomó de una piedra para

detenerse pero uno de los filos lo hirió y derramó un hilo de sangre de sus manos.Estaba acorralado en aquel lugar llamado la saliente del trueno. No había escapatoria.―Si no hago algo será mi final. Soy Pigeón, el primer maestro de la ciencia, no moriré así.El Alto Guerrero se desplazó a una velocidad impresionante golpeando con el puño la cara

del maestro quien cayó al piso. En seguida lo pateó en las costillas una y otra vez.―¡Creíste que podrías vencerme! ―exclamó pateándolo en la cara y dejándolo tirado en el

suelo rocoso. El maestro tenía el rostro y el cuerpo llenos de sangre. Tal vez ya no podría levantarse. Pero no

podía aceptarlo. No estaba dispuesto a rendirse.Con el rostro en el suelo volteó hacia un lado. Tirada en el piso se encontraba Fuego de Roca.

Con la última fuerza que le quedaba estiró su mano para tomarla. En ese instante la hoja seiluminó con un halo de tonos rojizos y dorados, al mismo tiempo el suelo comenzó a temblar. Laspequeñas rocas vibraron y comenzaron a elevarse dos dedos por encima del suelo. En ese precisomomento se dio cuenta de que la energía se liberaba. Ahora tenía una última oportunidad, no ladesaprovecharía. Se puso de pie.

―¿Aun tienes fuerza para enfrentarme? ―se burló el Alto Guerrero al verlo.El maestro se colocó erguido y desafiante. Con gran decisión movió la espada cortando el aire.

Sintió aquella fuerza nuevamente. Era algo que ya no podía evitar, su destino estaba marcado. Sinesperar demasiado levantó la hoja de metal con fuerza, recordó una frase que días atrás habíaplasmado en sus escritos, la usaría para liberar toda su fuerza interior gritando con gran furiacomo no se recordaba en las montañas de Tiara.

―¡Con valentía triunfará la luz!En ese instante veloces ráfagas de viento cruzaron el interior de la montaña, provocando que se

escuchara resonar el desafiante sonido de los conos de bronce incrustados en las cabezas de roca.Retumbaron semejantes al rugido en gargantas de enormes fieras en cada rincón de las montañasde Crestas. Las pequeñas rocas regadas por doquier comenzaron a girar alrededor de los doscombatientes, mientras las cabezas de piedra se enrojecían como carbones completamenteencendidos. El líder Alto Guerrero se desconcertó retrocediendo un paso. La energía se habíadesbordado y no tenía control sobre ella, lo tenía Pigeón. Aun así se abalanzó en su contra. Elprimer golpe centelló como un relámpago. Pigeón contuvo el ataque y contraatacó con fuerza. Suvelocidad y poder ahora superaban al Alto Guerrero. Asestó potentes golpes con su hoja, una vez

Page 104: La Energía del Destino (Spanish Edition)

tras otra pero no podía derribarlo. El Alto Guerrero sostuvo con ambas manos la espada mientrasPigeón continuaba atacando. En un instante la blandió y le cortó de tajo ambas manos. La espadadel guerrero cayó al piso rebotando contra el suelo. Pigeón bajo su acero, se colocó frente a élmientras sus ojos serenos se ocultaban por aquel cabello ondulante que movía el viento.

―No deseo tu muerte, serás juzgado por las leyes de Aurum.Jade y Luxulian se acercaban adoloridos.―¡Merecemos saber quién eres! ―exigió Pigeón.―¿En verdad no sabes quién soy? ―preguntó el Alto Guerrero.El maestro le retiró el casco. En la distancia Jade lo reconoció de inmediato, se llevó las

manos al rostro. No podía creerlo. Era su padre Galio.Pigeón lo miró con asombro. Tampoco creía lo que estaba ante sus ojos, pero ya no había

vuelta atrás, lo tenía acorralado.―Ríndete Galio, sabes que no hay salida.Galio observó sus brazos, sus extremidades vacías. Luego a su alrededor.―Tienes razón, ya no existe salida para mí.Retrocedió algunos pasos hasta sentir la orilla de la saliente, mientras las nubes humedecían su

espalda. Miró a Jade en la distancia.―Sé que no tendré tu perdón hija, la historia no hablará a mi favor.Volteó hacia abajo, en seguida cerró los ojos. Sin dar tiempo de nada dio un paso más y se

dejó caer al vacío hasta perderse en las espesas y densas nubes de la montaña de Crestas.Jade corrió hasta la orilla de la saliente dejándose caer al piso y lamentándose por la muerte

de su padre. Lloró amargamente.Pigeón también se hincó clavando su espada en el suelo.Sabía que no había estado en sus manos salvarlo. Era de la idea que cada individuo decide su

destino.Jade se hincó al borde del precipicio y realizó en silencio una plegaria. Pigeón la dejó

terminar, luego la tomó de la mano ayudándola a levantarse.―Es todo, se ha terminado ―le dijo.Jade lo miró a los ojos, parecía serena al verlo, aunque el maestro sabía que nunca lo

perdonaría por ser causante de la muerte de su padre. Este tipo de rencor no lo olvidaría, sealojaría en el corazón y en lo más profundo de su mente, aunque ella parecía ocultarlo bastantebien en ese momento.

Jade lo observó.―Necesito que me acompañen a la ciudad de Aurum, los consejeros entenderán lo que ha

sucedido. Debemos reparar el daño causado y hacer lo mejor por nuestro pueblo. Aquí ya notengo nada, mi trabajo está ahora en aquella ciudad ―dijo en un tono más fuerte parecido a unaorden.

―Entregaremos las espadas en Aurum ―aseguró Luxulian―. Es mejor que permanezcanocultas por un tiempo, alejadas de toda avaricia y maldad. Solo espero que en quinientos o milaños el mundo haya cambiado y exista en verdad alguien que sea digno de portarlas.

Jade observó los dos vórtices que permanecían suspendidos a la altura de las rodillas de losmaestros.

―¿Qué haremos con ellos? ¿Hasta cuándo crees que desaparecerán?Pigeón se quedó pensativo, analizaba las posibilidades.―Algún día cuando la energía vuelva a usarse en grandes cantidades en alguna otra parte del

Page 105: La Energía del Destino (Spanish Edition)

continente, entonces serán absorbidos de nuevo y se fundirán en las entrañas del mundo. Mientrastanto ocultémoslos con una fuerte capa de roca, así no serán encontrados jamás.

Jade comenzó a formar una columna de ladrillo, la remató en una saliente de roca, ahora losvórtices estaban fuera de la vista de aquellos que pudieran entrar en la montaña, al menos así nosería tan fácil encontrarlos.

―Oculta este libro también, es el que nos dió la oportunidad de contactar a Gabro.Jade se acercó a una de las cámaras de roca, dejó que Pigeón lo colocara dentro de una bolsa

de cuero sobre un bloque de mármol que se había usado para leer escritos en el pasado. Al finalconvirtió el lugar en una habitación sellada.

―Debemos desviar la atención pero mantener la energía que hemos descubierto ―dijo ellacon interés.

Luxulian agregó.―Fabricaremos algún tipo de maquinaria con la cual no se ha soñado hasta hoy, una que pueda

canalizar la energía de los minerales, de este modo podremos desviar la mirada hacia elprogreso y no al uso de nuestro cuerpo enfocado a la destrucción ―sugirió mostrando una granconvicción.

Pigeón agregó.―El secreto de la energía del destino y la creación de vórtices nunca más será un riesgo para

los seres vivos ―decretó.―Estoy de acuerdo ―afirmó Luxulian.―¿Y si alguien pregunta por los Altos Guerreros? ―cuestionó su hermano.―Solo diremos que desaparecieron sin revelarnos ningún rastro dejando abandonadas las

espadas míticas. Deben prometerlo ―pidió Pigeón.―Lo haremos, lo prometo ―afirmó Luxulian.―También lo prometo ―afirmó Jade tardando un poco en contestar.Pigeón observó a sus compañeros, luego al hermoso horizonte donde el pálido naranja del sol

se entremezclaba con las nubes blancas que adornaban el firmamento. Se colocó sobre la salientedel trueno y levantó a Fuego de Roca al aire, mientras sus pies se iluminaban y la espada seenvolvía en un halo translucido dorado.

―Yo Pigeón primer maestro Piroxenita prometo en esta antigua montaña de Crestas, que nodescansaré hasta lograr que el Imperio se convierta en un lugar justo y con igualdad para todos.Entregaré mi vida para lograrlo.

Luxulian se acercó, lo tomó de un hombro. Jade se acercó también. La tristeza se notaba en surostro. A pesar de todo se tomó del brazo de Luxulian.

―Sospecho que tenemos por delante un brillante futuro estando juntos ―dijo la joven.Pigeón vio un destello diferente en sus ojos, apreciaba en ellos algo que no podía descifrar.―Solo quiero que estés consiente de una imagen que vi en el anillo la primera vez que usamos

la espada.―Jade se mostró extrañada por aquel comentario.―¡Serás la Reina de nuestro pueblo! ―exclamó Pigeón.Con los ojos totalmente abiertos por el asombro, Jade parecía no saber qué contestar. Al final

solo esbozó una sonrisa discreta que fue imposible ocultar. Pigeón la observó y se dio mediavuelta. Caminó hasta la entrada donde la capa blanca que había pertenecido a un Alto Guerrero seencontraba en el suelo, se inclinó para recogerla y se atavió con ella colocándose al final lacapucha dejando ver ahora a un enigmático maestro.

Page 106: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―¡En marcha que el porvenir depende de nuestras acciones!

Page 107: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 25TOBA

Toba vio caer a su madre Mica en las furiosas aguas del río grande. Se acercó de inmediato al

ver que Migma se encontraba postrada en el piso desecha y lamentándose por haber combatidocontra su madre. Se hincó junto a ella y lloró amargamente.

―Siento lo que ha sucedido, quiero que sepas que me duele su muerte, también era mi madre.Me lastima en el corazón saber que no convivimos, que las circunstancias nos separaron de porvida. Llora hermana, hazlo y no te detengas que tienes recuerdos dulces y amargos. Te aseguro quedeseaba que al llegar el momento podríamos hablar, pero ahora no será posible. Perdí mioportunidad. Al menos tuviste tiempo a su lado y eso, es algo que no tiene precio.

Toba ya no pudo contenerse y rompió en llanto. Migma volteó a verla.―No pude hacer nada para salvarla, no era mi intención pelear con nuestra madre.Toba se secó las lágrimas.―No fue tu culpa, ella no iba a desistir ―aseguró la Ígnea.―Por los sabios ancestros, ¿qué he hecho Toba? ¡No tengo perdón! Debí haber dejado que

acabara conmigo, al menos todavía estaría aquí.―No sigas culpándote, no es justo para ti. Fuiste una buena hija, en verdad lo fuiste.Migma levantó el rostro.―¿Por qué tenemos que madurar a base de golpes en la vida? ¿Por qué?―Es algo que no te puedo contestar. No sé si alguien pueda hacerlo. Vamos levántate, entra en

la ciudad y resguárdate, la guerra no ha terminado.Con la mirada parecía decirle que no todo estaba perdido.En ese momento arribó Río acompañado de un grupo de guerreros que iban en busca de Toba,

parecía extrañado al verlas juntas, pero no le dio importancia.―¡Vamos Toba, debemos ir en apoyo de nuestro padre y sus tropas! ―exclamó.Toba titubeó, no sabía si dejar sola a su media hermana después de lo sucedido.

Inesperadamente Migma la tomó del brazo y la miró fijamente.―¡Vete! ―le dijo.Toba lo pensó por un instante mientras sentía una opresión en el pecho debido al sentimiento de

la pérdida de su madre. A pesar de ello tenía la esperanza de reunirse con Gabro para poderluchar a su lado. Si tenía la oportunidad, no lo dejaría solo.

―¡Lo haré, pero antes prométeme que estarás bien!Migma asintió y ambas se pusieron de pie.―Preparen un equino, necesito cien guerreros que estén dispuestos a dar su vida por el

imperio ―pidió Toba.Al correrse la voz reunió la cantidad solicitada, todos deseaban acompañarla.―Partiremos de inmediato ―dijo.

Los cien guerreros avanzaron a marcha veloz con Toba al frente. Transcurrieron algunas horas, llegó el día. Cabalgaban a todo galope. De pronto los soldados

comenzaron a mirar hacia el cielo.―¿Qué es lo que pasa? ―dijo Rio quien la acompañaba.―El cielo se está oscureciendo, es un eclipse de sol. Los maestros lo habían anunciado

Page 108: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―aseguró Toba.―Tienes razón.Toba se quedó pensativa. Solo había echado un vistazo, sabía que no estaba bien mirar el sol

durante este fenómeno natural o sus ojos podrían salir lastimados.―Gabro debe estar en la montaña Escarpada, es posible que esté viendo lo mismo que

nosotros en el cielo ―dijo.―Así es, esa debe ser su posición ―afirmó Rio.―No sé qué sucede, pero tengo un mal presentimiento ―aseguró Toba.Al atardecer arribaron al campamento donde se encontraban las defensas Ígneas. Toba se

acercó buscando a Andes.―Gracias a los ancestros que estás bien, me han informado que defendiste bien la ciudad

―dijo Andes al recibirla.―Lo hicimos con ayuda de Migma y el ejército Metamorfo ―respondió ella.―Lo sé, ahora están de nuestro lado. Creo que la visita que les hicimos tuvo algún efecto.

Ahora acércate, tenemos que hablar.Toba volteó en todas direcciones.―¿Qué sucede?¿Por qué Gabro no está aquí?―Acerca de eso necesitamos hablar.―¡Si es lo que estoy pensando, no estoy preparada para escucharlo!Andes habló con pesar.―Itria se ha replegado. Gabro la atacó con algo que nunca habíamos visto, ella está herida y

Gabro…―¿Dónde está Gabro? ―dijo exigiendo una respuesta.Andes guardó silencio por un pequeño lapso de tiempo.―Desapareció después que Itria estrelló contra él lo que Gabro había creado para atacarla.―No, no puede ser ―se lamentó la Ígnea.―Lo siento Toba, se ha ido y no hay nada que podamos hacer.En ese instante una colina resplandeció, algo se acercaba. El sonido de un cono de bronce

anunció que se reanudaba el ataque enemigo.―Itria retoma la lucha de nuevo ―aseguró Andes.Toba sintió que se le desvanecía el cuerpo, estaba destrozada. ¿Por quién pelearía ahora?

Recordó a sus padres adoptivos. También lo fuerte que siempre había sido y por último, que laesperanza no muere hasta el final. Pero el final no era este, no podía serlo. Aun le quedaba fuerzapara combatir.

―No me quedaré cruzada de brazos ―dijo esforzándose por mantenerse fuerte.En ese momento arribaron Basalto, Obsidiana, Vario y Ankara. Al escucharla se unieron a ella.―Iremos al frente ―dijeron todos al unísono.Se colocaron al frente de las filas y avanzaron decididos con la esperanza de alcanzar la

victoria. Después de lo que Gabro le había enseñado todo dependía de ella y lo que pudierahacer junto a los portadores de las espadas míticas. Este era el momento para sacar la casta, paraentregarlo todo por sus seres queridos y por la supervivencia del Imperio.

Debían llegar a Itria y apartarla de su ejército para tener la oportunidad de derrotarla.―¡Adelante! ―se escuchó la voz de mando de Andes que ordenaba avanzar.No habían marchado gran terreno cuando se toparon con el enemigo. En la lejanía Itria se

encontraba atrás de la primera avanzada de su ejército.

Page 109: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―Hagamos un movimiento envolvente con nuestras fuerzas y ella quedará descubierta ―indicóAndes.

El ejército Ígneo abrazó a los Rojos tomándolos por sorpresa con aquella inesperadaestrategia. Cientos perecieron de inmediato ante las espadas de Vatanium.

Apenas habían cruzado la última línea enemiga cuando los portadores de las espadas seadelantaron pero sorpresivamente de un salto Itria cayó muy cerca de ellos al tiempo que una ondaexpansiva los arrojó en todas direcciones.

Itria observó a los guerreros Ígneos, luego a su ejército.―¡Avancen mis súbditos! Yo me encargaré de esta molestia.El resto de los Rojos avanzaron replegando al ejército Ígneo tras la colina y dejándolos

apartados. Toba se levantó enseguida.―¡Dispérsense ahora! ―dio la orden a sus compañeros.Itria al verse rodeada, apuntó las manos al suelo lanzando un seco y poderoso golpe de energía,

provocando que decenas de rocas puntiagudas salieran disparadas violentamente en todasdirecciones. Repentinamente las espadas se iluminaron creando un escudo y protegiendo a losguerreros Ígneos. Fue entonces que Itria emitió un estremecedor grito expresando su molestia. Suenergía provocó que los escombros comenzaran a moverse vertiginosamente alrededor de ella formando un afilado anillo que se solidificaba con cada giro. Rozaba las espadas pero no llegaba al cuerpo de los guerreros. Continuaba moviéndose, produciendo chispas al tocar la hojametálica de cada espada.

―¡No pierdan la posición! ―indicó Basalto.―El anillo se está desgastando, no es tan fuerte para dañar las espadas ―aseguró Toba.―Si es así avancemos hacia ella ―sugirió Basalto.Itria se quedó en el centro con los brazos abiertos manteniendo el poderoso giro del anillo.Las espadas reducían el diámetro conforme se aproximaban a su enemigo. La formación se

cerraba contra Itria, faltaba muy poco para alcanzarla cuando aquel ser movió sus manos y eltiempo pareció detenerse. El anillo aparentaba quedarse estático al igual que el resto de losguerreros. Apuntó las dos manos al piso y de inmediato todo volvió a la normalidad provocandouna enorme explosión que disolvió el anillo y los arrojó de nuevo dejándolos dispersosalrededor. Los Ígneos se levantaron de inmediato. Basalto se abalanzó contra ella al mismotiempo Itria formó una espada de luz, la levantó y detuvo el ataque del guerrero. El sonidoretumbó similar a un trueno en el horizonte. Ella desplegó otra espada mientras el resto de losguerreros comenzó a correr hacia ella y pronto sus espadas se abalanzaron en contra del rival. Elcielo se convertía en algo semejante a una tormenta eléctrica. Cada impacto de las espadasprovocaba poderosos estruendos. Inesperadamente de la cintura de Itria surgieron látigos de luzsemejantes a tentáculos que pronto alcanzaron las piernas de Basalto, Obsidiana, Vario y Ankara.Toba logró esquivarlos, pero sus compañeros fueron estampados contra un bloque de piedragigante que Itria manipuló y desplazó sobre la tierra en dirección del campo de batalla donde seencontraban combatiendo los Acorazados Rojos contra los Ígneos.

Toba creyó haberse librado, pero aquel látigo que estaba destinado para ella la alcanzó yrepentinamente se afianzó a uno de sus tobillos. Comenzó a sacudirla arrojándola unos cienpasos de distancia provocando que soltara la espada y saliera disparada lejos de ella.

Toba quedó tirada en el piso frente a Itria.―¿Crees que sola y sin tu espada serás rival para mí?En ese instante una centella cruzó el cielo. El ave de fuego aparecía de nuevo para darle

Page 110: La Energía del Destino (Spanish Edition)

esperanza.Toba pudo sentir la fuerza de aquella ave y se colocó de pie con dificultad.―No me rendiré, aun puedo vencerte ―aseguró la Ígnea que nuevamente se aprestaba a

combatir.Itria observó lo maltrecha que se encontraba.―Aun derrotada eres arrogante ―le dijo.Toba se encontraba casi indefensa. Aquel ente se aproximaba desafiante buscando acabar con

su existencia. Sus ojos azules se mostraban aterradores y parecía desplazarse flotando hacia ella.Su cabello se mantenía ondulante en el aire. Aquel ser levantó la mano derecha y un enormepeñasco flotó en el aire. Realizó el movimiento para arrojarlo.

―Lucharé hasta el final ―dijo Toba en voz baja al verse acorralada―, aunque presiento quetendré tú mismo destino amor, moriré a manos de Itria.

De pronto Toba se sobresaltó al ver que Itria no alcanzó a descargar aquel enorme peñascocontra ella. Inesperadamente fue golpeada por una enorme masa de energía transparente que destrozó el terreno que se encontraba a su alrededor y llenó el ambiente de un polvo oscuro yespeso. Poco a poco Itria se reveló de nuevo, intacta y más peligrosa que antes. El ente laobservó con saña, pero ella aún se encontraba maltrecha y sin armas, así que buscó en todasdirecciones y detuvo su vista en la colina. Su rostro denotó una enorme molestia al darse cuentaquien había sido el causante.

―Solo un ser tan insignificante y tonto puede regresar y atacarme de nuevo ―dijo observandoa Gabro en la distancia―. Esta ha sido la segunda y última vez que lo haces, ¡despídete!

Page 111: La Energía del Destino (Spanish Edition)

CAPÍTULO 26FINAL

Gabro lanzó contra Itria la más enorme y poderosa masa de energía que había creado hasta ese

entonces. Después que el polvo se dispersó, se dio cuenta que aquel guerrero que combatía contraItria era Toba. En ese instante el ser resurgió y lo buscó hasta encontrarlo. Dio su sentencia demuerte levantando ambos brazos y apuntándolos en su contra. El cuerpo de aquel ente comenzó ailuminarse mientras decenas de descargas eléctricas provenientes del suelo viajaban a través delaire y se acumulaban en ella. Una fuerza impensable comenzaba a formarse en aquel lugar. En unsantiamén dio el último movimiento para usar todo aquel poder en contra del Ígneo, perorepentinamente la energía se descargó en el suelo provocando una explosión en todo el terreno elcual tembló fracturándose aún más. Itria volteó hacia Toba, con coraje dirigió su dedo índiceapuntándola.

―Has sido tu quien me ha detenido en esta ocasión, pagarás cara tu osadía.Sin dar tiempo de nada, levantó una mano y una fuerza arrolladora arrojó a Toba hacia el lado

opuesto de donde se encontraba Gabro. Ella se levantó como pudo, se pasó la mano por el rostroretirándose el polvo y colocándose nuevamente en posición de batalla, parecía adolorida pero nose rendía.

Gabro se sobresaltó al ver que su pequeña estaba lastimada. Sintió la sangre hervir de coraje ysin pensarlo continuó usando aquella masa de fuerza en contra de Itria. Lo hizo con el brazoderecho, enseguida con el izquierdo. Sin detenerse atacaba sin piedad, no debía parar. Itria solocontenía aquella fuerza, parecía medir hasta donde podía llegar su oponente. Hasta que susmanos crearon desde su posición hasta la de Gabro, una ola imparable de metal líquidoincandescente que provenía del subsuelo. Ondulaba como un río de magma y se desplazaba haciaarriba de la colina a una enorme velocidad sobre el terreno que ardía a su paso. Gabro se arrojó aun lado evadiéndola y vio a Toba que se encontraba como a unos quinientos pasos de distancia,ella buscaba en ese momento la oportunidad de descargarse nuevamente en contra de Itria. LosÍgneos no estaban tan cerca pero parecían sincronizarse, uno y otro no cedían ante la fuerza deaquel poderoso ser.

―Necesito que continúes atacándola sin detenerte –gritó Gabro en la distancia.Ella asintió y continuó haciéndolo sin tregua. Debido a eso Itria apartó su vista del Ígneo.Gabro aprovechó aquel momento de distracción y se colocó en posición de batalla. Se había

dado cuenta que la pendiente de la colina no era muy pronunciada. Si Itria había usado aquella enorme línea de energía para conducir un río incandescente, él podría intentarlo también. Ladistancia era grande pero aun así buscó sentir el flujo de energía bajo sus pies. Por un momentocerró los ojos al sentir un calor intenso que recorrió sus piernas, enseguida lo percibió en elresto del cuerpo. Con el brazo izquierdo decidió empuñar la espada y con fuerza la clavó en elsuelo. Sabía que no le quedaba nada más que intentar crear un vórtice. Itria volteó al sentir elarma clavarse en el suelo mientras Toba seguía atacando para distraerla. Gabro cerró los ojospasando su pulgar por el pomo de la espada y comenzó a dibujar círculos en el aire con su brazoderecho hasta que sintió el peso de la energía del universo que lo rodeó y abrazó cálidamente.Abrió los párpados. En ese instante pudo ver que algunas ondas casi invisibles comenzaban aoriginarse. Con cada giro aumentaban su tamaño. Miró su mano y cambió el sentido del girocreando un poderoso vórtice oscuro.

Page 112: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Enseguida la energía emanada del suelo rocoso lo abrazó e irrumpió de manera intensadesplazándose al cielo. Casi invisible, irreal, pero tan física. Lo hizo hasta llegar al firmamentoproduciendo un efecto boreal. Los colores se entremezclaron a la vista formando patronesamarillos, rojos, púrpuras, verdes y azules. Cada uno a distintas alturas. Cada vez más semejantea una lluvia de gas con diferentes tonalidades, coronándolo con cada destello, con cada matiz. Laenergía aumentó de manera súbita. La noche se convirtió en día, era tan intensa que afectó a lasrocas que se encontraban alrededor. Flotaron por un magnetismo invisible. Una fuerza seliberaba. Se trataba de la energía del destino.

Gabro observó a su oponente y sus ojos azules se clavaron en ella de manera profunda. Elcalor lo invadió, era incontrolable y poderoso. Itria parecía desconcertada cuando advirtió comola fuerza del Ígneo se desbordaba, en ese instante alejó su atención de Toba. Alzó una mano vacíaen dirección de Gabro y enormes peñascos comenzaron a volar por los aires rozándole el cuerpocayendo a su alrededor. Uno enorme se dirigía hacia él, debía desplazarse de inmediato. El vórtice que había creado tenía el tamaño necesario y lo seguiría, confiaba en llevarlo hasta Itria yacabar con ella como el maestro Pigeón se lo había indicado, así que usó como detonante la frasemás poderosa usada en la época de los grandes reyes, aquella que en los tiempos de guerra,resurgió del olvido.

―¡Con valentía triunfará la luz! ―exclamó con furia y esperanza a la vez.Al mismo tiempo giró su espada apuntando el filo hacia Itria y se afianzó tan fuerte como pudo.

Cuando los dedos se aferraron a la empuñadura de la espada la hoja destelló como el mismo solprovocando un tremendo impulso que lo acercó colocándolo en el valle. Por un instante su vista senubló como consecuencia de la velocidad. «¿Qué había sucedido?», «¿hasta dónde había llegado ? ». La vista se le aclaró de nuevo, volteó a su alrededor, enseguida hacia atrás. Un largo surcoen el terreno había quedado como estela de su viaje. Para su mala fortuna pasó a un costado de suoponente sin causarle ningún daño. Toba había quedado lateral a él, así que tenía que intentar algodiferente y llevar el vórtice aún más cerca.

Itria se dio cuenta del terrible error.―¡Ahora estás a mi alcance! ―afirmó.Un guerrero que se encontraba tirado en el suelo que aún estaba vivo, la escuchó y trató de

incorporarse para darle tiempo al Ígneo, levantó uno de sus brazos mientras sostenía temblandouna ballesta. Sin esperar demasiado sus dedos presionaron el mecanismo disparando una saetacontra Itria. Con una velocidad apabullante ella lo aplastó con una roca y detuvo el proyectil consu fuerza invisible, lo dirigió contra Gabro. El Ígneo se dio cuenta y frenó a distancia la velocidadde la saeta con aquella energía ondulante y transparente mientras descargaba el resto que seencontraba a su alrededor, desplazando el viento, acabando con todo a su paso, levantando rocas ypolvo . El vórtice que había creado comenzó a avanzar en dirección del ente, al mismo tiempo ellaaumentaba la fuerza con la que se desplazaba la saeta y con su otra mano continuaba arrojandoenormes peñascos hacia él, pero Toba no permitía que llegaran hasta Gabro. Desviaba uno trasotro con la fuerza que aún le quedaba. Él le restaba velocidad a la saeta pero no lograbadetenerla. El vórtice se aproximaba a Itria, la saeta al cuerpo de Gabro.

―¡Por lo que más quieras no te detengas! ―se escuchó la voz de Toba.―¡No, no lo haré!La puntiaguda flecha de metal se acercaba amenazante hacia un costado del Ígneo, la punta se

volvió roja. La energía de Itria parecía fuego. No debía perder la posición o estarían perdidos. Lasaeta llegó primero, se incrustó en el cuerpo de Gabro quien gritó de dolor.

Page 113: La Energía del Destino (Spanish Edition)

―¡Aghhh! Si muero todo habrá sido en vano. Un poco más, solo debo soportar un poco más―se dijo a sí mismo en voz baja mientras la sangre corría por su cuerpo.

La saeta desgarró y traspasó al Ígneo. Gabro aguantó hasta ver que el vórtice se acercó más asu oponente, no podía rendirse ahora. No lo haría, todo dependía de él. En ese instante el vórticetocó el cuerpo de Itria. Ella abrió desmesuradamente los ojos, aquellos ojos azules se tornaronblancos, enseguida negros y al final vacíos.

―¡Nooo, que has hecho, soy el eje que mueve al mundo! ―gritó negándose a desaparecer.Su cuerpo se desintegraba a pesar de su resistencia a ceder. Su materia y energía eran

absorbidas. Itria era consumida por el vórtice. Después de todo dejó de existir.Al final el vórtice oscuro se disolvió.Gabro cayó hincado al piso, estaba herido de muerte; observó al cielo y agradeció a los

ancestros con una plegaria. Enseguida perdió el sentido. Su cabeza rebotó contra el suelo y quedótendido sobre miles de pequeñas rocas que fueron destrozadas durante la batalla. Una batalla queserá recordada por generaciones.

En la distancia el ejército Ígneo vencía a los Acorazados Rojos, debido a eso gritaban deemoción. Poco a poco la algarabía se esfumaba para dejar un abrumador silencio. Toba seencontraba solo a unos pasos, se llevó las manos a la cabeza. Deseaba haber hecho más. Corrióhacia Gabro, se hincó y lo colocó en su regazo. Observó su rostro sucio y apagado. Le habló perosu voz quebrada la traicionó, mientras lo acariciaba con sus manos que trataban de despertarlo.

―¡Abre los ojos amor, no te vayas! Pronto te recuperarás y estarás conmigo, encontraré lamanera de ayudarte…, lo sé, lo sé.

Ella observó la herida en un costado, giró su rostro a los lados tratando de encontrar algo quepudiera salvarlo.

―¡Oh ancestros! ¿Cómo puedo ayudarlo? ―exclamó mirando al cielo. Enseguida hubo undestello en sus ojos, una revelación la iluminó―. ¡Si, eso es…, Elementa corre por sus venas!

Bajó el brazo y llevó la mano a la cintura para tomar su espada. Fuego de Roca podríasalvarlo.

―¡No te puedes ir, prometiste que estaríamos juntos! ―exclamó mientras colocaba la insigniade la espada sobre la herida.

Transcurrieron algunos segundos, la espada se iluminó con un halo de tonos rojizos y dorados.El tiempo avanzó y no observó ninguna mejora. Se mordió los labios para contener el llantomientras acomodaba el cabello aplastado de Gabro, enseguida tomó una de sus manos que aúnestaba tibia, luego se inclinó y besó su frente de manera suave. Con un gesto de resignación serecostó sobre su pecho con la esperanza de que algo sucediera, tal vez se quedaría dormida y aldespertar este sería un mal sueño; pero en el fondo sabía que él estaba ahí, tendido en el piso,inerte. No había nada más que pudiera hacer. Los segundos se hicieron eternos y Gabro norespondió. Surgieron tantos recuerdos que guardaba en lo más profundo de su mente, los cualespoco a poco comenzaron a brotar «¿Cómo sería la vida sin él?» pensó, no tendría sentido. Lamayor parte de su existencia había estado sola con sus padres adoptivos, «¿esto volvería asuceder?» Tal vez sería así nuevamente. «¡Qué mundo tan triste sería sin él!». Sin darse cuentacolocó su mano sobre la herida desplazando la espada que cayó al suelo. De pronto, un estruendoquebró la profunda noche. Entre el silencio que aún permanecía, resonó un crujido en elfirmamento y los colores boreales resurgieron en la gran bóveda oscura que los rodeaba. Toba

Page 114: La Energía del Destino (Spanish Edition)

volteó hacia el cielo, seguía recostada y pudo advertirlos. Todo quedó en silencio por algunosinstantes, pero el repentino sonido de un latido la sobresaltó, enseguida sintió como un alientomovió su cabello, después percibió como apretaron su mano. «¿Sería posible que estuvieravivo?», pensó. Enseguida escuchó un murmullo, se levantó un poco y acercó su oído a los labiosde Gabro.

―¡Lo..., prometí pequeña! ―susurró aquella voz grave que apenas terminó la frase.Al escucharlo Toba enmudeció de alegría y su rostro cambió. Esas palabras suaves, con

esperanza y a la vez poderosas la habían sacudido, le retumbaron en los tímpanos y la hicieronvibrar de nuevo. Enseguida se aferró a él tratando de no lastimarlo. Al menos sabía que no habíamuerto y eso le bastaba por ahora. Poco a poco sintió como la ilusión regresaba a ella. Al finalsolo se estremeció al sentir el poder que emanaba de sus manos. Había sido ella y no Fuego deRoca quien lo había salvado. Ahora tenía que dejar fluir la vieja y sabia energía del universo,estaba consciente que debía hacerlo; así que encausó todos sus sentimientos, todas sus emocionespara fijar un río de esperanza y todo un mar de fe en sí misma, para que su fuerza lo sanara.

Después de unos segundos la herida cerró.Tras la colina, el grupo que portaba las espadas míticas llegaba hasta ellos. Avanzaron

presurosos y los rodearon.―¿Cómo se encuentra Gabro? ―preguntaron con preocupación Ankara y Vario.―¡Vivirá! ―respondió Toba.Todos en el grupo estaban felices al escuchar aquella noticia, solo Basalto mostraba

preocupación.―¡Hemos vencido! ―exclamó Vario―. ¡Lo logramos, triunfamos!Basalto giró el rostro y miró al suelo donde se encontraba Gabro, luego a su alrededor

observando solo muerte y destrucción. El panorama era gris y desolador. En la distancia todo sehabía convertido en polvo y cenizas. Sin demorar demasiado regresó la mirada y se dirigió algrupo de guerreros. Los observó profundamente.

―¿Cuánto vale sobrevivir? ¿En cuánto tiempo volverán los verdes valles a esta tierra quehemos arrasado? No hemos construido nada con la energía que se ha tomado del suelo, solo hemosdejado ruinas en este lugar. ¿En verdad creen que somos los ganadores? Si esta es la victoriadíganme…, ¿a qué costo la hemos obtenido?

A miles de pasos de distancia, una figura de tez blanca y delgada se descalzó y caminó sobrelas quebradas que bordeaban el valle de Mineralia. No habían quedado más que unos cuantosGuerreros Rojos que se desplazaban acercándose a ella, seguían sus pisadas que reciéncomenzaban a brillar. La figura poco a poco sintió un calor intenso que casi le quemó la piel. Sucomplexión se transformó conforme pasó el tiempo. Su rostro se convirtió en la perfección mismade la juventud, aquella que creyó perdida hace mucho tiempo. Miró sus manos y una fuerzainvisible comenzó a surgir, le rodeaba el cuerpo. Su cabello castaño se tornó dorado. Sus ojosverdes extinguieron el color blanco que alguna vez hubo en ellos. El rencor consumió hasta elúltimo rincón de su ser. Giró violentamente para observar a los guerreros. Ellos se detuvieron alreconocerla, soltaron las armas; el sonido de las espadas golpeteó contra las rocas y resonó comoun eco que consumió al mundo. Los Rojos se desplomaron al piso en señal de reverencia, dealguna manera la fuerza misma de la tierra se renovaba y la había elegido.

En ese instante su cabello se alzó como si flotara en el agua. El equilibrio regresaba al

Page 115: La Energía del Destino (Spanish Edition)

universo. La energía no se había extinguido, solo se transformaba y se entregaba a un nuevobalance en una tierra que ahora estaba lejos de morir.

La figura se acercó a los Rojos y les habló con un rostro inmutado. Esa voz los hundió en supoder naciente y se quedó grabada en el inconsciente de cada uno de los guerreros, mientras grisesy espesas nubes comenzaban a apoderarse de un firmamento que rugía y centellaba en laprofundidad de la noche.

―Leales súbditos de la energía que lo domina todo. Retomaremos poder para regresar con másfuria que antes. Conmigo acabará la esperanza de las razas que habitan este tiempo y esta tierra.Porque soy la memoria de todo lo que existe, con una fuerza eterna e implacable. ¡Inclínense antemí! ¡Soy Mica…, el nuevo eje que mueve al mundo!

Page 116: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Fin de la Energía del Destino, de la saga; Imperio de Roca.

Page 117: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Aquí continúan mágicas y grandes historias que perdurarán por siempre. Permanecerán através del tiempo escritas en libros, e impresas en rocas.

Page 118: La Energía del Destino (Spanish Edition)

¡Con valentía triunfará la luz!

Page 119: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Siguiente libro: Los Ejes del Mundo, de la saga; Imperio de Roca.

Page 120: La Energía del Destino (Spanish Edition)

GLOSARIO DE IMAGENES

Page 121: La Energía del Destino (Spanish Edition)
Page 122: La Energía del Destino (Spanish Edition)
Page 123: La Energía del Destino (Spanish Edition)

Creación de masa de energía

Con un brazo en movimiento, de pie percibiendo una línea de energía que fluye bajo el suelo.

Page 124: La Energía del Destino (Spanish Edition)
Page 125: La Energía del Destino (Spanish Edition)
Page 126: La Energía del Destino (Spanish Edition)
Page 127: La Energía del Destino (Spanish Edition)
Page 128: La Energía del Destino (Spanish Edition)