la educación en función de la sociedad actual: un instrumento para la perpetuidad de la...
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Este ensayo resulta del análisis que se presenta a continuación en el cual inicialmente se describe brevemente la manera en que las sociedades de las grandes civilizaciones han condicionado los sistemas educativos desde la antigüedad hasta la modernidad, en segundo lugar se expone la base teórica que ha dado lugar al surgimiento de sistemas educativos condicionados por la sociedad capitalista actual y finalmente se planteará la necesidad de un sistema educativo que integre la formación técnica y humanística del individuo para impedir la prolongación de las desigualdades socialesTRANSCRIPT
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Ensayo por: Caicedo Fernández
[email protected] 2015
La educación en función de la sociedad actual:
Un instrumento para la perpetuidad de la desigualdad
No podemos aceptar que la educación se ofrezca sólo por demanda de una sociedad y un
Estado cada vez más inclinados a una especie de capitalismo cognitivo. En lugar de ello,
debemos trabajar para reconectar la educación a las humanidades, y darles a los
estudiantes la capacidad de ser ciudadanos críticos y creativos, de acuerdo con las utopías
democráticas.
---Guillermo Hoyos Vásquez, La educación es un derecho, no una mercancía, 2011
Es evidente que los sistemas educativos de nuestro tiempo están condicionados por los
intereses del tipo de sociedad actual, según la cual el desarrollo económico es el principal
objetivo y el mayor indicador de progreso de cualquier nación (Nussbaum, 2010). El
resultado de este modelo es una educación que prolonga las desigualdades sociales y
económicas a nivel mundial (Gadotti, 2004). Esta tesis resulta del análisis que se presenta a
continuación en el cual inicialmente se describe brevemente la manera en que las
sociedades de las grandes civilizaciones han condicionado los sistemas educativos desde la
antigüedad hasta la modernidad, en segundo lugar se expone la base teórica que ha dado
lugar al surgimiento de sistemas educativos condicionados por la sociedad capitalista actual
y finalmente se planteará la necesidad de un sistema educativo que integre la formación
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técnica y humanística del individuo para impedir la prolongación de las desigualdades
sociales.
En primer lugar, hay que decir que el uso de los sistemas de educación como instrumentos
para la perpetuación de las desigualdades dentro de las sociedades no es un fenómeno
reciente, ya que se ha presentado desde que se sistematizó y se organizó el acto educativo
por primera vez (Gadotti, 2004) En principio, la educación primitiva era única e igual para
todos, ya que era la transmisión de saberes a través de la vida, en la aldea (Gadotti, 2004).
A partir de la división social del trabajo, en donde muchos trabajan pero pocos se
benefician, surge la escuela como institución, y desde sus inicios, es utilizada para
favorecer a las clases dominantes y mantener la desigualdad, ya que el acto educativo paso
de estar al alcance de todos a ser impartido en un lugar especializado en donde unos
enseñaban (despropiando los saberes que antes eran de la comunidad) y otros aprendían (de
acuerdo a su posición social) (Gadotti, 2004). Tiempo después, el modelo educativo
desarrollado por la civilización griega, que consistía en la integralidad de la educación de la
cultura y la creación propia de otra cultura, alcanza el ideal de educación más avanzado, sin
embargo éste fue un sistema elitista otorgado únicamente a los hombres libres de la época
(Gadotti, 2004). Solamente a partir de la revolución francesa es que se plantea un ideal de
educación más acorde a una sociedad democrática y como derecho de todos y deber del
Estado (Gadotti, 2004). No obstante, este sistema también admitía la desigualdad entre los
hombres ya que, una vez más, la burguesía como clase dominante, presentaba sus intereses
como los intereses generales de toda la sociedad, obteniendo privilegios y otorgando más
educación a unos que a otros y educando de acuerdo a la clase social a la que se pertenecía,
por lo tanto tampoco generó la igualdad que predicaba (Gadotti, 2004) Más tarde, a partir
de la revolución industrial y el positivismo, se acentúa el valor utilitario de la educación y
se utiliza como instrumento para conservar un orden social desigual basado en una visión
naturalista de la sociedad (Gadotti, 2004) este sistema se basa en la visión de la sociedad
como un organismo natural cuya distribución no debe alterarse para que siga funcionando,
de manera que las clases menos favorecidas nunca traten de cambiar el orden social. Como
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se ha demostrado, esta perspectiva histórica nos permite entender la evolución que ha
llevado a los sistemas educativos a su estado actual y da cuenta de la manera en que el tipo
de sociedad de las civilizaciones ha venido condicionando los sistemas educativos a través
de la historia, generando y manteniendo la desigualdad social y económica.
En segundo lugar, en la actualidad, las corrientes dominantes en teorías de la educación se
han desarrollado con base en la premisa, proveniente del funcionalismo y del sociologismo
pedagógico, según la cual la escuela o los sistemas educativos deben estar socialmente
condicionados, es decir que sus contenidos deben ser elegidos de acuerdo a su valor para
contribuir al progreso de la sociedad (Köhler, 2000) Ahora, teniendo en cuenta que el ideal
de progreso de cualquier nación, hoy en día, es alcanzar crecimiento económico a través de
la competitividad y la productividad en el mercado global (Nussbaum, 2014), es lógico que
el resultado de aplicar el sociologismo pedagógico a la sociedad actual sea que los sistemas
educativos actuales se enfoquen cada vez más en formar al individuo en las ciencias y las
tecnologías, olvidándose de la formación humanística, como el estudio de las humanidades
y de las artes (Nussbaum, 2010) Más aún, este condicionamiento social de la educación
privilegia a las clases sociales dominantes (Köhler, 2000), ya que según los ideales de
progreso de este tipo de sociedad-maquinaria o capitalista, en la que se desarrollan los
sistemas educativos actuales, la educación adquiere la función de formar individuos
productivos dotados de habilidades en los campos de las ciencias y las tecnologías (Köhler,
2000) y no dejan lugar para preocuparse por la justa distribución de la educación ni la
igualdad social (Nussbaum, 2010) El enfoque en el progreso tecnológico y científico
influye en el diseño de currículos de las instituciones educativas en todos sus niveles, en
donde los componentes humanísticos son reemplazados por los que contribuyen a la
formación técnica. Esto trae como resultado la generación de individuos que no pueden
pensar de manera crítica, y que tomarán decisiones basados en el beneficio y la ganancia
económica sin tener en cuenta el factor humano, que es tan crucial a la hora de prolongar la
igualdad y la democracia en las naciones (Nussbaum, 2010). En otras palabras, debido a
que los sistemas educativos actuales se basan en los principios del funcionalismo, tanto sus
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contenidos, que son cada vez más enfocados en la ciencia y la tecnología, como su
distribución en la comunidad, que no es homogénea, satisfacen los intereses de una
sociedad capitalista para la cual el progreso equivale al crecimiento económico, lo cual
genera un abandono de la formación humanística del individuo, lo que podría dar como
resultado una sociedad dominada por la desigualdad.
Finalmente, es importante dejar claro que la educación no puede dedicarse exclusivamente
a la formación en los aspectos humanísticos de la cultura, dejando a un lado la formación
técnica. Esto ha quedado demostrado con el ejemplo de otros modelos pedagógicos
desarrollados durante el siglo XVII, como el que se basó en la idea de educación
desarrollada por Montaigne, en donde el gentilhombre francés recibe una educación
principalmente filológica y humanística, pero recibe poca formación técnica, y como
consecuencia, no puede asimilar las condiciones necesarias para adaptarse a la vida
industrial moderna (Jaramillo, 2012) Más aún, la declaración universal de los derechos
humanos establece que la educación debe permitir el desarrollo pleno de la personalidad del
individuo y fortalecer el respeto por los derechos humanos y la libertad (declaración de los
derechos), es decir que los contenidos de la educación se deben elegir de acuerdo con estos
fines. La formación en ciencia y tecnología hace parte de la adquisición de la herencia
cultural, que es indispensable para el desarrollo pleno del individuo (Tomasello, 1999) En
este sentido, es claro que la educación debe servir para el progreso de las ciencias y la
tecnología y para su aprendizaje, ya que estas disciplinas han hecho incontables aportes en
todos los campos así como innegables contribuciones al campo de la pedagogía misma
(Gadotti, 2004) Al mismo tiempo, el estudio de las humanidades y las artes proveen al
individuo habilidades como el pensamiento crítico, la comprensión empática de las
situaciones que otros enfrentan y la comprensión de la complejidad del mundo en el que
vive, indispensables para la creación de una cultura decente y una sociedad democrática
(Nussbaum, 2010). Incluso, está comprobado que un seguimiento adecuado de las ciencias
se complementa con el de las humanidades, en vez de oponerse a este (Nussbaum, 2010).
Por estas razones, se debe defender la necesidad de un sistema de educación que permita el
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desarrollo pleno del individuo, a través de la formación integral en contenidos técnicos y
humanísticos orientados de manera que se complementen.
Lo anterior demuestra que los sistemas de educación actuales, igual que muchos otros
sistemas educativos a través de la historia, son herramientas para la perpetuidad de las
desigualdades sociales, debido a que, en su afán por satisfacer el ideal de progreso del tipo
de sociedad capitalista, se concentran cada vez más en la formación técnica y científica de
la persona, dejando en segundo plano a la formación humanística del individuo y la
distribución homogénea de la educación. Por ende, la creación de sistemas educativos que
integren una formación tanto humanística como técnica permitirá el pleno desarrollo de los
individuos, el cual, naturalmente, impedirá que se perpetúen de las desigualdades sociales.
BIBLIOGRAFÍA
● Gadotti, Moacir. 2004. Historia de las ideas pedagógicas. México: Siglo XXI
(Selección)
● Hoyos, Guillermo. 2011. La educación es un derecho, no una mercancía. El
Observatorio de la Universidad Colombiana
http://www.bdigital.unal.edu.co/7469/1/guillermohoyosvasquez.20111.pdf
● Jaramillo, U., Jaime. 2002. Historia de la pedagogía como historia de la cultura.
Bogotá: UniAndes, ICANH, Alfaomega. (Selección)
● Köhler, Uta. 2000. Hombre, sociedad y educación. Manizales: Universidad Católica
(Capitulo 3)
● Nussbaum, Martha C. 2010. Not for Profit; Why Democracy needs the Humanities.
NJ : Princeton University Press (Selección)