la economía de méxico durante la revolución, 1910-1920- historiografía y análisis

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  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59524130002

    Sistema de Informacin CientficaRed de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Womack, Jr., JohnLa economa de Mxico durante la Revolucin, 1910-1920: historiografa y anlisis

    Argumentos, vol. 25, nm. 69, mayo-agosto, 2012, pp. 13-56Universidad Autnoma Metropolitana Unidad Xochimilco

    Distrito Federal, Mxico

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Argumentos,ISSN (Versin impresa): [email protected] Autnoma Metropolitana UnidadXochimilcoMxico

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • DeclARAcIN De oDIo

    13ARGUMeNToS UAM-XochIMIlco MXIco

    lA ecoNoMA De MXIco DURANTe lA RevolUcIN, 1910-1920:

    historiografa y anlisis*

    John Womack, Jr.

    El 20 de noviembre de 1910 se inici una revuelta a nombre del pueblo mexicano contra el gobierno de Mxico. Despus de muchas batallas y varios gobiernos, el 20 de noviembre de 1920, se conmemor la Revolucin, por primera vez en forma oficial, y se proclam el triunfo de La Revolucin Mexicana, pero, conmemorar no era explicar. Pese al acuerdo nacional respecto al triunfo de la Revolucin, pocos fueron los que convinieron en su significado.

    l fue decidido. Se uni a las tropas de Carranza.Ese es el verdadero valor, mi amigo.

    mariano azuelaLas Moscas (1918)

    * A Marvin D. Bernstein le debo la idea de este ensayo. A John H. Coatsworth, Nancy Folbre, Albert O. Hirschman, Friedrich Katz. Donald B. Keesing y Clark W. Reynolds les agradezco sus crticas a un borrador previo. Ninguna de estas personas es responsable de los errores, argumentos deficientes o juicios equivocados que se encuentren en ese trabajo. Publicado en Perspectivas Marxistas, invierno de 1978. Publicado en Argumentos. Estudios crticos de la sociedad, nm 1, junio de 1987, UAM-Xochimilco, Mxico (Nota: por la exhaustiva revisin bibliogrfica las notas de este artculo aparecen al final del mismo).

    el presente artculo examina las diversas interpretaciones de la Revolucin Mexicana de 1910. Se centra en particular en el debate sobre las consecuencias econmicas de la Revolucin, uno de los aspectos menos tratados. En su conjunto, representa una crtica del enfoque positivista que prevalece en gran parte de la literatura de especialidad.

    ABSTRAcT

    This article examines the various interpretations of the Mexican Revolution of 1910. It focuses in particular on the economic consequences of the Revolution, one of the least discussed. As a whole, it represents a critique of the positivist approach that prevails in much of the literature of specialty.

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    A 60 aos de distancia, an se sigue discutiendo el significado de la Revolucin. Debe clasificarse como uno de los primeros grandes movimientos del siglo XX contra el capitalismo, hacia el socialismo?, debe figurar como una de las ltimas campaas del siglo XIX para liberar el capital y el trabajo? Pese a toda su violencia, debe considerarse siquiera como una revolucin que lleva a una nueva clase al poder y le permite remodelar la sociedad a su propia imagen?, por qu no slo como una guerra civil, un movimiento militarista o simplemente como un nuevo giro poltico?1

    El problema de interpretacin surge del positivismo que ha dominado las perspectivas histricas de Mxico, por lo menos durante un siglo.2 Por la fuerza de sus enseanzas, la abundante literatura que existe sobre la Revolucin pone nfasis propiamente en las cuestiones sociales y polticas.3 Fueron los conflictos imperialistas los que provocaron la violencia? Si as fue, cmo crearon stos las divisiones en la sociedad mexicana, desataron los combates y luego detuvieron las batallas? O, fue slo el conflicto de clases, generado en forma natural, el responsable de diez aos de disturbios? En ese caso, qu clases influyeron ms?, cmo se convirti su lucha en guerra civil?, cmo termin la guerra?, fueron los intereses o condiciones sociales los que produjeron las desavenencias cruciales en una clase? Si as fue, quines constituan los grupos de contienda?, cules eran sus objetivos?, qu representa la victoria del grupo triunfador?

    Las respuestas a estas preguntas dependen de las respuestas a ciertas interrogantes econmicas. Qu sucedi con la acumulacin del capital nacional y extranjero, durante la dcada revolucionaria?, qu pas con la produccin en s?, hasta qu punto continuaron las tendencias y ciclos ya establecidos?, dnde los obstaculiz la violencia?, qu fue de las fuerzas obstruidas, pero an productivas? Si la violencia desalent una lnea o incluso una forma de produccin, a qu otra u otras favoreci?, cmo afect la violencia de una regin a la produccin de otra, que no estaba tan desgarrada por la guerra?, qu tan fuerte fue la carga econmica?, quin la soportaba?, quin se escap?, quin se aprovech?, hubo ciclos de violencia? Si fue as, cul era su economa?, cmo pudo soportar el pas tanta violencia durante tantos aos?, se termin totalmente en 1920? Si no fue as, hubo otros motivos econmicos que la hicieron disminuir?

    La historia positivista no tiene respuestas para estas preguntas. Por ejemplo, durante los ltimos 15 aos, los historiadores de Mxico han publicado algunas historias econmicas bastante instructivas.4 Pero todava bajo la influencia de Comte, casi todos los historiadores, conscientes o no, se han negado a pensar que sin orden puede haber progreso, que sin paz puede haber produccin. Han trabajado especficamente bajo la influencia de teoras econmicas recientes, pasando por alto el tema de conflicto, ya sea evitando los episodios de violencia o refirindose a ellos generalmente, como poltica y batallas. Quienes han considerado la dcada revolucionaria casi siempre

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    han supuesto que, desde el punto de vista econmico, no debe haber habido ms que destruccin, desorganizacin y desolacin.5

    En las historias de Mxico profesionales y los artculos de las principales revistas histricas, slo existen siete estudios de temas econmicos fechados entre 1910 y 1920. Uno de ellos es una polmica poco convincente sobre los problemas financieros de los ferrocarriles ms importantes durante la Revolucin. Los dems que le hacen ms justicia a sus temas, tratan sobre la emigracin a los Estados Unidos, 1916-1920; la distribucin villista de la tierra; 1913-1915; la industria ganadera, 1910-1920; una pequea compaa minera norteamericana en Sonora, 1911-1920; las polticas econmicas de Carranza, 1915-1920; y los conflictos econmicos angloamericanos en Mxico, 1917-1918.6

    Algunas otras monografas y artculos con enfoque econmico cubren, al menos en parte, la dcada revolucionaria.7 Sin embargo, la mayora presenta a la Revolucin en s, nada ms como una tormenta que simplemente padecieron las empresas, los grupos y los individuos. Slo cuatro autores le dan un tratamiento importante a los asuntos econmicos. Frank Tannenbaum analiza los cambios de las instituciones sociorrurales y hace proyecciones en forma de tablas, de los cambios de la tenencia de la tierra entre 1910 y principios 1920, para indicar las principales diferencias regionales. Tambin estudia las promesas econmicas de la nueva Constitucin de 1917, y advierte que no tuvo mucho efecto sino hasta despus de 1920. Marvin Bernstein clasifica geogrficamente las principales compaas mineras y hace una resea minuciosa de sus diferentes altas y bajas durante los aos de violencia. Lorenzo Meyer investiga la pujante expansin de las compaas petroleras norteamericanas e inglesas de las costa del Golfo durante la poca de oro de la industria en Mxico. Lo ms notable es la diferencia que hace Friedrich Katz sobre los principales intereses ingleses norteamericanos, franceses y alemanes en la banca, el comercio, los transportes. Los servicios pblicos, la minera, el petrleo, la agricultura y la ganadera. Expone claramente su distribucin geogrfica, y la forma en que a veces planearon la violencia en vez de padecerla. Asimismo, establece las diferencias geoeconmicas entre los orgenes sociales de las diferentes facciones revolucionarias y contrarrevolucionarias y explica las razones geoeconmicas de sus diversas polticas extranjeras.

    Historiadores aficionados han escrito biografas sobre las dos destacadas empresas extranjeras de petrleo mexicano, abarcando desde principios del siglo hasta la dcada 1920.8 Pero stas contribuyen muy poco a la historia de la industria de esos aos. nicamente las memorias del vicecnsul ingls en Gmez Palacio constituyen un informe til del movimiento desde 1910 hasta 1920.9

    Tambin existe una gran cantidad de estudios realizados por socilogos, demgrafos, antroplogos, gegrafos, abogados, ingenieros y cientficos con orientacin de historiadores. Aunque ninguno aborda especficamente la dcada revolucionaria, en unos

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    cien estudios se le menciona.10 Ms de la mitad adopta un enfoque institucional que revela poco de la verdadera produccin de bienes y servicios. Los estudios sobre poblacin y otros sobre industrias, bienes de consumo y temas agrarios especficos constituyen un buen material de reflexin para los historiadores orientados hacia la economa, pero con excepcin del libro de Arturo Warman sobre la gente del campo del Estado de Morelos ninguno le presta constante atencin de los procesos productivos.

    En general, estos ciento cincuenta y tantos estudios histricos no revelan mucho sobre la Revolucin. Adems, aunque en todos se manifiesta por lo menos cierto conocimiento respecto a los conceptos centrales de la teora econmica marxismo clsico, o neoclsico todos, salvo el de Warman, carecen de los elementos necesarios de un anlisis econmico.

    Los resultados que han obtenido los economistas han sido todava ms desalen-tadores. Los tratamientos econmicos ms directos sobre la Revolucin se encuentran en varios informes periodsticos o consultivos de los archivos de las dcadas de 1910 y 1920.11 Pero stos se concentran en las posibilidades o resultados inmediatos a la Revolucin y no en su dinmica material. Para clasificar este cmulo, diremos que hay alrededor de 500 monografas y artculos econmicos bien documentados sobre el Mxico moderno. Pero, de stos, slo doce se centran en la dcada revolucionaria; cuatro en asuntos monetarios y en la banca, dos en la agricultura, dos en la hidroelectricidad y la industria y uno en cada una de las siguientes materias: geografa econmica, pesca, silvicultura y migracin. Si por casualidad analizan la Revolucin otros economistas, stos se refieren a ella muy por encima para dar cabida a tratamientos sustanciales de cuestiones posteriores. Pese a la demanda de obras con un enfoque ms histrico, la regla es que mientras ms reciente es un estudio, menos histrico resulta.12

    Entre los economistas que se refieren, de hecho a la Revolucin, tal vez unos 85 mencionan superficialmente ideas tiles para llevar a cabo una historia de la economa de 1910 a 1920. No es de sorprender que la mayora se refiere a la agricultura, muchos otros a las finanzas, al comercio exterior y a las inversiones, a los impuestos y aranceles, al petrleo y a la industrializacin.13 Los comentarios sobre la Revolucin, que se mencionan en forma tan superficial, por til que sea la informacin histrica, quedan como opiniones accidentales. Aun cuando algunos de los estudios constituyen buenas historias tradicionales, en particular la de Ernesto Galarza y la de Miguel Wionzcek, ambas sobre temas de electricidad, todas, salvo una, carecen de lo que en la actualidad se requerira en un anlisis histrico. La excepcin es el artculo de Donald Keesing sobre la estructura ocupacional.

    Aun as, analizada crticamente, la literatura histrica y econmica contiene lo suficiente para sugerir varias tesis interesantes:

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    1. Independientemente del desorden y la violencia, de 1910 a 1920 funcion una economa mexicana. Era una economa predominantemente capitalista, aunque no estable, sus regiones se desarrollaban en forma desigual: las ms desarrolladas eran el noroeste, el noreste, el Distrito Federal y el Golfo. Y la menos desarrollada el lejano sur: la produccin del petrleo y el henequn floreci durante toda la dcada.

    2. Las circunstancias del ramo productivo, durante la Revolucin, eran muy diferentes en cada regin y ao con ao. En general, eran ms violentas en las regiones centrales del norte y del sur, en particular en las reas de ferrocarriles, minera, ganadera, algodn y azcar; no eran tan violentas en las de la costa oeste ni en las del lejano sur; eran todava menos violentas las del Golfo y Yucatn; y las menos violentas eran las de la Ciudad de Mxico. La violencia lleg a su cspide en 1915, casi en todas partes. Al principio de la dcada, muchas minas pequeas se cerraron por todo el periodo. Pero la Guerra Mundial aument tanto la demanda del exterior, que las compaas mineras ms grandes podan cubrir los costos ms elevados y mantuvieron sus operaciones durante los peores combates.

    3. La poblacin no pudo crecer durante esa dcada. Su distribucin cambi ligeramente mediante emigraciones a las regiones del noroeste y del Golfo y a las ciudades, sobre todo a la Ciudad de Mxico. La emigracin a los Estados Unidos aument en forma considerable, sobre todo de la regin del centro norte, particularmente despus de que Estados Unidos entr a la Guerra en Europa.

    4. La muerte, la emigracin, el reclutamiento y el recogimiento a niveles de subsistencia redujeron todas las ofertas del trabajo. Pero, en los grandes centros fabriles aument la oferta y la demanda.

    5. En la mayor parte de las regiones, cambiaron de manos algunas de las propiedades rurales y urbanas, pero esta redistribucin cambi muy poco el patrn de la concentracin, salvo durante un tiempo, en unas cuantas regiones del centro del sur. En este sentido, el patrn se ampli particularmente en Morelos. En 1917, la nueva Constitucin transfiri la propiedad original de los recursos naturales del pas a la nacin. Sin embargo, el control particular qued intacto.

    6. Los cambios en el uso de la tierra ocurrieron ms extensamente en las regiones del centro norte, donde la sierra se devolvi a los lagartos y a los halcones, y se desarrollaron granjas en las malezas; en el noroeste, donde se cambi fuertemente a las cosechas comerciales de algodn y garbanzo; y en las regiones del centro sur, donde las cosechas comerciales retrocedieron en parte a las malezas y en parte cedieron su lugar al maz, los frijoles y el chile para la subsistencia. La produccin agrcola de 1915 fue la ms baja a nivel nacional, ya que se redujo prcticamente a la mitad de su volumen normal. Las mayores prdidas de exportacin fueron en azcar y arroz. El ganado vacuno, las ovejas y las cabras se agotaron.

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    7. La destruccin y el deterioro fsico de los ferrocarriles fueron graves despus de 1913. Les result ms costoso usar el ferrocarril a las facciones militares y polticas, lo que estimul los mercados negros y la extorsin. Se duplic, durante esa dcada, la cantidad de mulas y burros. Empezaron a usarse los camiones y los aeroplanos.

    8. Debido a la guerra, en algunos lugares se cerraron muchos talleres de artesanas, pero se abrieron muchos otros en otras partes. Fue poco el dao fsico que se produjo en las plantas manufactureras, en ocasiones perdieron a sus clientes distantes pero ampliaron sus mercados inmediatos. Los problemas de transporte provocaron grandes desplomes en la mayora de los centros manufactureros de las provincias del norte y del centro en 1913 y en la Ciudad de Mxico en 1914-1915. Sin embargo, los centros importantes aumentaron constantemente su produccin desde 1916 hasta finales de la dcada, cuando la mayora haba, por lo menos, recuperado sus niveles desde 1910. La potencia mecnica de estos centros provena cada vez ms del petrleo y de la hidroelectricidad. Sin embargo, a causa de la Revolucin, los empresarios industriales mexicanos perdieron algunas de las oportunidades que ofreca la Guerra Mundial para sustituir las importaciones, que sus contrapartes de Argentina, Brasil y Chile estaban aprovechando.

    9. En algunos lugares cambiaron las interrelaciones de produccin. En las regiones del centro norte y de Yucatn, decay el sistema de peones, en las del centro sur desapareci, y reaparecieron las pequeas comunas tradicionales. En las industrias, principalmente de los transportes, minera, imprenta, electricidad y textiles, al igual que entre los empleados comerciales, se organizaron sindicatos y trataron de confederarse a nivel nacional. Aunque todos eran dbiles, los ms fuertes eran los del Distrito Federal, Hidalgo, Puebla y Veracruz. A partir de la Constitucin de 1917, tanto los sectores de capitalistas como los de los trabajadores padecieron fuertes, aunque desarticuladas, presiones polticas. El gobierno mismo administraba las haciendas expropiadas del norte y del sur, las principales redes ferroviarias de todo el pas, y las ventas de henequn de Yucatn.

    10. Pese a las dificultades del transporte interno, las compaas petroleras no slo abastecieron un mercado nacional creciente, que en 1920 consumi casi el doble de petrleo del que consumi en 1910, sino que tambin cubri la intensa demanda de los mercados extranjeros, que fue casi nada en 1910, 50% de una produccin mucho mayor en 1912, y 95% de una produccin extraordinariamente superior en 1920.

    11. El colapso del sistema bancario en 1914 dispers la autoridad financiera en 1915-1916, oblig a improvisar crditos, y le permiti a los constitucionalistas, quienes controlaban los principales centros comerciales, librar econmicamente sus ms duras campaas militares.

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    12. Tras la promulgacin de la nueva Constitucin, que coincidi con la beligerancia de Estados Unidos en la Guerra Mundial, la economa de Mxico inici una recuperacin mucho ms dependiente que nunca del desarrollo de los Estados Unidos.

    En resumen, los costos de produccin se elevaron en todo el pas, pero por diferentes razones en las diferentes regiones, y no tanto, ni por tanto tiempo en algunas regiones como en otras. En general, en una economa que ya se desarrollaba con desigualdad, la Revolucin redistribuy las fuerzas productivas a travs de regiones y sectores todava con mayor desigualdad. En teora, esto debera haber fomentado las empresas y las negociaciones.14

    Aunque la literatura monogrfica an no justifica un intento de sntesis, desde hace mucho demostr que entre 1910 y 1920 no ces la actividad econmica de Mxico. De hecho, parece evidente que durante todos los arrebatos de violencia, la inmensa mayora de los mexicanos se mantuvo en el trabajo productivo. Sin embargo, con las mismas suposiciones positivistas que ciegan a la mayora de los monografistas, tambin los generalistas escriben como si nada material, salvo la destruccin, hubiera ocurrido entre 1910 y 1920.

    Herbert Priestley, el primero en asentar la ley general, observa caractersticas de un genuino deseo de realizar reformas sociales y econmicas en el campo constitucionalista, pero en la prctica no hubo ms que traiciones, ambiciones personales, malversaciones, teoras falsas y viles asesinatos internos, e... intereses egostas e ignorancia y una falta de comprensin externa. En una interpretacin moderna, Alfonso Teja Zabre se refiere a las tendencias hacia la independencia econmica y a las reformas agrarias y al trabajo, y advierte que Carranza introdujo en Mxico los mtodos ms avanzados de la ciencia y la industria modernas. Estos resultan ser talleres (sic) y escuelas de aviacin y estaciones de radiotelgrafos que hacen que su argumento resulte trivial o falso. Henry B. Parkes ve surgir nuevas necesidades econmicas de la Revolucin: la reforma agraria comparada con los terratenientes, la proteccin a las clases trabajadoras comparada con los industriales, y la soberana nacional comparada con el capitalismo extranjero.... Pero slo despus de padecer la violencia de la guerra civil, Mxico [...] asegurara la reforma mediante los lentos y graduales procesos de legalidad [...] La Constitucin de 1917 [...] fue una declaracin de aspiraciones. La lucha para alcanzarlas slo iba a comenzar en 1920.15

    En el mismo tono, Tannenbaum se refiere a la insurreccin de las masas de 1910 a 1916, sin ninguna forma de realidad econmica. En la Constitucin de 1917 descubre el origen de una profunda revolucin social y econmica, pero nuevamente, esto se dio a conocer despus de 1920. Howart Cline se refiere a los diez aos de 1910 a 1920 como un proceso demoledor, en el que la economa estaba empantanada. Jos Mancisidor

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    se refiere mucho a la legislacin, pero no dan ninguna explicacin sobre el desarrollo econmico hasta despus de 1920. N.M. Lavrov traza las acciones de las grandes masas populares en la feroz lucha de clases, y se explaya sobre la Constitucin muy radical la ms democrtica de las constituciones burguesas de la poca. Pero, concluye, la causa popular sigui siendo espontnea, es decir, ciegamente destructiva. La historia econmica de la dcada, de Manuel Lpez Gallo, slo repite los decretos sobre la tierra y el petrleo. Y Moiss Gonzlez Navarro ha persistido en la conclusin de que, salvo por el auge petrolero de Tampico, la historia econmica de Mxico durante la Revolucin no signific ms que muerte, prdidas y destruccin.16

    Slo cinco historiadores han analizado la experiencia del pas, durante estos aos violentos, con algn sentido de su complejidad econmica. Harry Bernstein, el primero en desconectarse de la tradicin de identificar a la Revolucin con la destruccin, seala la reanudacin del transporte en mulas, el regreso a los caminos antiguos, el aumento de la riqueza particular con el petrleo y el henequn, y la lucha renovada entre las fuerzas regionales. Jos Valads dedica, en su obra de diez volmenes que constituye la historia general ms completa sobre la Revolucin, en cualquier idioma, varias secciones pequeas a describir en forma especfica el desarrollo econmico entre 1910 y 1920. Pone nfasis en la destruccin, pero tambin seala las variaciones regionales y sectorales en una narrativa muy bien detallada que distingue las peores pocas de las menos malas. Al igual que Cline, Charles Cumberland se refiere a las ruinas: La caracterstica abrumadora de esta era revolucionaria fue el caos total. l mismo se contradice, para mejorar, cuando se refiere al auge petrolero en el Golfo y al del henequn en Yucatn, y a la presin de la Guerra Mundial sobre determinadas operaciones mineras.17

    Sin embargo, ninguno de estos tres autores hace ms que describir los cambios econmicos del pas durante la Revolucin. El primero en analizarlos fue un aficionado, el terico revolucionario Adolfo Gilly. Tambin l insiste en la destruccin pero la presenta con claridad, por regiones y en etapas; y es el nico de los generalistas que trata de demostrar los cambios forzados popularmente en las relaciones de produccin. Arguye que la lucha que estall en 1910-1911 no fue la Revolucin, sino slo una escaramuza entre las facciones capitalistas rivales, una de las cuales se autodenomin revolucionaria.

    La verdadera Revolucin fue ms bien el movimiento de las masas anticapitalistas en el conflicto de 1912-1915: campesinos que esperaban restaurar una economa precapitalista, trabajadores que queran realizar un sueo poscapitalista. Cuando acab por imponerse una de las facciones capitalistas sobre las dems, en 1915-1916, sta recurri a confinar, corromper y oprimir a sus enemigos naturales, tarea que consum entre 1917 y 1920, interrumpiendo la Revolucin y constituyendo un Termidor.

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    Pero, la lucha de las masas haba ido tan lejos, concluye Gilly, que algunas ganancias fueron irrevocables y se abrieron las puertas del socialismo en Mxico.18

    De la misma manera, Jean Meyer, en la mejor historia breve que existe sobre la Revolucin, toma la destruccin no como contexto sino como mtodo. Detrs de los episodios de violencia, l perfila perfectamente las principales desigualdades regionales, sectoriales y otras, e insina, con habilidad, las ventajas que obtuvieron, de ellas, los grupos revolucionarios. En una extraordinaria comparacin, seala una cohesin material bsica: segn la curva de crecimiento [...] la historia econmica de Mxico no se diferencia, en esa poca, de la de Brasil o Argentina.19

    Si las investigaciones monogrficas no han impresionado mucho a los historiadores generalistas, difcilmente han hecho mella en los economistas. El primer anlisis econmico documentado que cubre la dcada revolucionaria, evidentemente, es el de Alberto Carreo, quien vive la Revolucin y la trata seriamente como una experiencia econmica. Pero todo lo que significa para l es que hubo desrdenes en el comercio, retrocedieron las industrias y se destruyeron los ferrocarriles.20 La gran mayora de sus sucesores da totalmente por perdida la experiencia.

    Durante los primeros aos de la dcada de 1950, Sanford Mosk establece los trminos formales con tres fuertes crticas: Los primeros diez aos de la Revolucin fueron aos de guerra civil, en los que se logr poco de manera positiva. La primera encuesta econmica de la CEPAL sobre Amrica Latina, en la seccin de Mxico, slo hace tres proposiciones respecto a la dcada revolucionaria: una eufemista en cuanto a la etapa activa de la Revolucin Mexicana, otra se refiere a los disturbios, y la tercera a los trastornos revolucionarios, despus de los cuales Mxico pudo reanudar su crecimiento econmico, olvidndose tambin de la investigacin acumulada, el informe del Banco Internacional de Reconstruccin y Fomento (IBRD) informe [...] sobre las tendencias de la economa mexicana a largo plazo se refiere una sola vez, en forma pasajera a la Revolucin, cuando seala en un planteamiento sobre los ferrocarriles un proceso de declive que se inicia durante el periodo prolongado de lucha civil despus de 1910.21

    Con estas directrices, haciendo a un lado tanto la historiografa como la economa, otros economistas siguen su ejemplo. Para Tomme Call, de 1910 a 1920 no hay ms que luchas internas y ruina revolucionaria. Henry Aubrey slo percibe violentas luchas civiles de 1910 a 1917 cuando, segn comenta, empez la estabilizacin poltica y econmica. James Maddox la mira como casi una dcada de guerra intermitente [...] de derramamiento de sangre y confusin, cuya nica consecuencia evidente fue un cambio en el control poltico y una nueva Constitucin. William Glade dice tan slo: el impacto inicial de la revolucin fue negativo. En su famosa versin del desarrollo de Mxico, Raymond Vernon considera la dcada revolucionaria

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    simplemente como aos perdidos para Mxico, por lo menos desde el punto de vista de su crecimiento corriente.22

    Alonso Aguilar Monteverde alaba la Revolucin de su pas, observando, sin embargo, que las mejoras subsecuentes se produjeron en gran parte, gracias a que se acab con el antiguo orden de cosas. Morris Singer declara abiertamente:

    Es intil hablar del desarrollo econmico [...] durante la Revolucin de 1910. En las luchas resultantes perdieron la vida alrededor de un milln de mexicanos. Contra este hecho, no tiene importancia el declive concomitante de la produccin nacional.

    Max Link hace el mismo juicio:

    La destruccin que se forj entre 1910 y 1920 fue tan desastrosa que, econmicamente, se perdi la dcada. Decay la produccin de casi todos los bienes de consumo. La industria petrolera fue el nico punto brillante [...] Pero hasta su nacionalizacin, en 1938, estaba integrada tan dbilmente en el resto de la economa mexicana que ni sta era de prosperidad (de 1910 a 1921) ni el marcado declive de la produccin, despus del ao rcord de 1921, tuvieron mucha influencia en la consideracin total de la economa.23

    Roger Hanson apoya categricamente la reflexin desconsoladora. Los largos aos

    de revuelta desorganizaron en forma muy seria la economa de Mxico, comenta: La destruccin de los ferrocarriles [...] fue grave, en particular, y se produjeron grandes bajas de produccin en la minera, la manufactura y la agricultura. Hace poco, Manuel Golls y Adalberto Garca Rocha repitieron la sapiencia convencional acerca de la prdida de la poblacin, los daos a los ferrocarriles y la declinacin de los productos agrcolas y el ganado. El periodo revolucionario, insisten, fue de estancamiento, asociado con inflacin acelerada, deterioro de salarios y desempleo.24

    En los anlisis generales, muy pocos economistas dan indicios de algn desarrollo material durante los aos de Revolucin. Ernesto Flores seala que la violencia brutal y la amenaza de expropiacin del campo contribuyeron a que entre 1915 y 1920 se acumulara el capital en las ciudades. Enrique Prez Lpez no slo observa el auge petrolero sino tambin el aumento en la produccin de transportes, debido a que durante esta poca empezaron a usarse ampliamente los motores de combustin interna. Frank Brandenburg tambin hace referencia al auge del petrleo y a los inicios de las empresas automotrices y de aviacin. Timothy King menciona un aumento en la produccin de zapatos, textiles y sobre todo del petrleo.25

    Leopoldo Sols, la principal autoridad mexicana sobre la historia econmica del Mxico moderno, opina que de 1910 a 1915, su pas padeci una vertiginosa cada de todos los aspectos de su vida econmica. Segn sus ndices, durante toda la dcada revolucionaria se

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    produjeron declives absolutos en las reas de agricultura, ganadera, minera, manufactura y en la produccin comercial as como en el producto interno bruto (PIB).

    Pero, como l mismo seala en esos mismos ndices, hubo aumentos absolutos en petrleo, silvicultura, construccin, electricidad, transportes, gobierno, y una cantidad considerable pero mal descrita de otros, adems de que gracias al petrleo se triplic el valor de las exportaciones.26

    A lo sumo, estos economistas describen la situacin econmica de Mxico durante la Revolucin. Slo Clark Reynolds la analiza. Observa que, en general, los economistas se enfocan ya sea hacia los aos anteriores a 1910 a los posteriores a 1940, e insinan, si no es que afirman en forma explcita, que el periodo de revolucin y reforma de 1910 a 1940 fue una poca de desorden econmico y que los cambios institucionales que ocurrieron durante esas tres dcadas tuvieron como importancia, relativamente, en el periodo subsecuente de crecimiento acelerado. Por el contrario, Reynolds aborda el tema a partir de principios del siglo hasta mediados de la dcada de 1960, y hace estimaciones de las influencias positivas y negativas del proceso del revolucin y reforma en la economa del pas. Y en su divisin por periodos, considera los aos de 1910 a 1940 como la segunda poca de crecimiento, con el punto decisivo alrededor de 1925.27

    Sin ser original, pero con una certeza sin precedentes, Reynolds afirma que la expansin econmica ocurrida entre 1900 y 1910 tuvo receso entre 1910 y 1914, que tal vez se convirti en contraccin en 1915-1916, pero que en 1920 recuper los niveles de 1910. Si desglosamos su informacin vemos que sus argumentos ms originales se refieren a los cambios en la estructura de produccin y empleo, a la distribucin de ingresos por sectores entre la agricultura y la industria, y a la produccin agrcola per cpita de 1910 a 1930.28 Deduce, con razn, que de 1910 a 1920 aument la proporcin de la fuerza de trabajo agrcola, la manufactura y la minera se recuperaron de sus crisis, con menos trabajadores que antes; la participacin rural en el ingreso nacional declin considerablemente; y la historia de la agricultura fue bastante diferente en cada regin; en el noroeste, la produccin per cpita aument desmesuradamente, en el norte aument bastante y en las dems regiones decay en forma ms o menos seria, la ms baja se obtuvo en el centro del pas.

    Lo ms interesante es que Reynolds indica cmo cambiaron el patrn y la estructura del comercio exterior durante la dcada revolucionaria. Los minerales y el petrleo mexicanos, que estaban bajo el control ingls y norteamericano, se convirtieron absoluta y relativamente en exportaciones mucho ms valiosas, en tanto que otros renglones que controlaban los alemanes, espaoles, franceses y mexicanos se volvieron mucho menos valiosos; y por el incumplimiento de la deuda externa se pudieron aumentar las importaciones de alimentos y otros bienes de consumo.29

  • j. Womack, jr. lA ecoNoMA De MXIco DURANTe lA RevolUcIN, 1910-1920: hISToRIoGRAfA y ANlISIS

    24 XXv ANIveRSARIo NM. 69 MAyo-AGoSTo 2012

    De todos los anlisis econmicos que se han publicado sobre los aos de la Revolucin, el de Reynolds es el ms inteligente, bien razonado y estimulante.

    Debido a la cantidad de literatura que presenta a la Revolucin como mera destruccin, se ha fomentado una interpretacin generalmente aceptada, pero que no se basa en el significado de la misma. Las preguntas que se discuten tienen comprobacin histrica. Qu importancia tuvo la Revolucin en el desarrollo de Mxico a largo plazo, digamos de 1880 a 1940?, cambi el papel de Mxico en la economa internacional durante este periodo? A nivel interno, inici, aceler, retras, bloque o reorganiz la expansin del capitalismo? Las respuestas no se obtienen en la historia sino en la teora.30

    A la primera pregunta, pese a la falta de informacin general, la gran mayora de los historiadores y economistas de todas las ideologas responde que los movimientos de 1910 a 1920 produjeron un gran cambio en la historia moderna del pas. Al tomar como modelo la serie de argumentos, ahora anticuados; acerca de las revoluciones en la historia del mundo, tanto los historiadores como los economistas consideran que las transformaciones estructurales son simultneas en todas las esferas de la vida del pas. Casi de manera unnime convienen en que la Revolucin Mexicana tuvo una importancia tan drstica en la historia de Mxico como suponen que la tuvo la Revolucin Francesa en la historia de Francia o la Rusa en la historia de ese pas.

    La evaluacin de Glade est expresada en forma peculiar pero, en otros sentidos, es tpica de su consenso. El significado bsico de la Revolucin radica en la naturaleza de la revolucin misma, como fenmeno social completo que inicia un proceso arrasador de cambio y transformacin en casi todos los componentes del complejo cultural. Este derroche de energas, en Mxico, provoc nada menos que una profunda reestructuracin de todo el ambiente econmico y, como consecuencia, un patrn radicalmente nuevo de interaccin econmica.31

    Resulta extraordinario dadas las rivalidades ideolgicas explcitas, que la mayora de los historiadores y economistas convengan en que el gran cambio fue institucional. Haciendo a un lado la retrica, el planteamiento no se deriva ni de Marx ni de Marshall sino de Schmoller, Sombart o Veblen. Segn Tannenbaum y muchos otros, la Revolucin fue una ruptura del sistema de hbitos, leyes y tradiciones que durante tanto tiempo haba definido de la estructura social de Mxico.32

    Es particularmente interesante aqu al retroceso de los neoclsicos. Debido a la separacin estricta que hacen stos de las fuerzas econmicas y las no econmicas, pero sin una teora econmica de cambio, los neoclsicos tienen que recurrir a los factores no econmicos para caracterizar a la Revolucin. Reynolds coincide con ellos en que: habra sido imposible predecir las consecuencias de la Revolucin [...] en la economa despus de 1910, basndose solamente en las relaciones econmicas observadas con anterioridad.33

  • 25ARGUMeNToS UAM-XochIMIlco MXIco

    eDIcIN coNMeMoRATIvA 1987-2012

    Lo ms extraordinario, dada la desaprobacin general de la violencia, es el argumento predominante que presenta el cambio institucional como liberacin. En cuanto a la pregunta sobre la economa internacional. Tannenbaum responde rpido y bien:

    La Convencin Constitucional expres el autodescubrimiento de Mxico, la maduracin de un pueblo que trataba de resolver sus propios problemas y de liberarse del tutelaje, de ser llevados de la mano por extranjeros que se consideraban ms inteligentes o ms fuertes. En un sentido, fue el verdadero nacimiento de un pueblo nuevo en el mundo, con un lugar y una influencia propios.

    Sobre la pregunta que se refiere a lo interno, quiz la opinin de Vernon sea la que pase ms ahora:

    La reanudacin [...] del crecimiento de la economa [...] fue ms que una simple expansin del crecimiento de la era porfiriana [...] Ahora se estaban derribando aceleradamente las barreras fsicas e institucionales entre el mundo moderno y el tradicional del Mxico dividido, permitiendo un flujo rpido de trabajo y capital a travs del muro divisorio. Adems, el sector pblico estaba surgiendo en forma gradual, del papel relativamente pasivo que haba ejercido antes de 1920, a una participacin activa en el proceso de crecimiento.34

    La interpretacin reconocida por estos acuerdos entre historiadores y economistas es clara. Lgicamente, pasa por una serie de tres fases distintas. En la primera, de 1880 a 1910, la economa dependa, en el exterior, de Gran Bretaa y Estados Unidos, y en el interior estaba confinada a las haciendas en las que se desperdiciaba la tierra, el capital y la mano de obra.35

    En la segunda, entre 1910 y 1920, la Revolucin destruy la antigua organizacin econmica. Aunque destruy mucho capital y mat a mucha gente, abati la independencia internacional del pas, acab con las haciendas, y liber el capital interno y la mano de obra para atender operaciones ms eficientes. Tambin emancip el espritu mexicano, al liberar las actividades empresariales y cooperativas de la produccin. De ah la importancia de la poltica y legislacin revolucionaria y, sobre todo, de la Constitucin de 1917, que frena a los extranjeros, prohbe el monopolio y penaliza a los propietarios o usufructuarios que no producen.

    En la tercera, sobrevino la fase constructiva. Al repudiar el abandono al institu-cionalismo anterior, los marxistas y los neoclsicos reanudan sus lineamientos y lenguajes respectivos. Despus de 1920, a causa de la destruccin revolucionaria, el pas disfrutaba supuestamente de ms independencia y facilidad y de ms cambios premeditados en las fuerzas productivas. Los mexicanos tuvieron ms aos de vacas gordas que flacas

  • j. Womack, jr. lA ecoNoMA De MXIco DURANTe lA RevolUcIN, 1910-1920: hISToRIoGRAfA y ANlISIS

    26 XXv ANIveRSARIo NM. 69 MAyo-AGoSTo 2012

    y acumularon una ganancia sustancial en productos, particularmente en producto manufacturado, con incrementos para su propio uso. En la jerga marxista, aument el excedente econmico real, invirtieron en instalaciones productivas. En la jerga neoclsica, el desarrollo econmico, que dio por resultado el crecimiento.

    Estadsticamente, los dos estudios que se acercan ms a la economa mexicana moderna estn de acuerdo con las tendencias y casi lo estn en cuanto a las tasas. Sols calcula que de 1921 a 1940 el PIB real lleg a ms del doble, el crecimiento real per cpita tuvo un promedio de 2.4% anual durante las dos dcadas. Mientras que, segn sus clculos, la produccin manufacturada per cpita tuvo en promedio un aumento real anual de 4.4 por ciento.

    Reynolds hace sus estimaciones en forma diferente, pero calculndolas en forma modesta vemos que el promedio de crecimiento real per cpita es aproximadamente de 1.7% anual, en este periodo, y el promedio del aumento real per cpita en un producto manufacturado fue aproximadamente de 3.4 por ciento.36

    De hecho, las autoridades prevalecientes afirman que la destruccin que ocasion la Revolucin fue una inversin social, como de Renovacin Urbana. Reynolds opina que a falta de revolucin y reforma ms favorable habra aumentado nicamente (sic) 18%, respecto a los niveles de 1940 [...] En realidad, los niveles hipotticos se alcanzaron a mediados de la dcada de 1940. Por tanto, si amortizamos la Revolucin en 25 aos, sta habra producido el crecimiento econmico acelerado a partir de 194037 (Cuadro 1).

    En cuanto a preguntas secundarias, como por ejemplo, qu hizo que se determinaran los cambios de las fuerzas productivas en las dcadas de 1920 y 1930? El consenso se divide en dos. Algunos institucionalistas afirman que la Revolucin, representada por el Estado, les liber recursos sin restricciones, a los mexicanos, para que decidieran cmo usarlos y que sabiamente se decidieron por una economa mixta, en la que cooperaran tanto los empresarios particularmente como el Estado. Otros institucionalistas, en su mayora marxistas, y los neoclasicistas, argumentan que la Revolucin liber la capacidad productiva del pas hacia el mercado y que slo en las crisis acudan al Estado para que la dirigiera.38

    Por lo que se refiere a la calidad y a la oportunidad de desarrollo y crecimiento del pas, el consenso se divide en tres. Segn algunos institucionalistas, todo el proceso ha sido un buen desarrollo que result en crecimiento desde cierto momento entre 1917 y 1920 pasando por 1940 hasta la actualidad.39 Segn otra escuela, un consorcio de institucionalistas y marxistas, la economa tuvo un desarrollo bueno e independiente en la dcada de 1920 y en particular en la de 1930, y sus beneficios se distribuyeron ampliamente en todo el pas, pero despus de 1940, el desarrollo fue casi constantemente, dependiente y malo en realidad fue un subdesarrollo, con

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  • j. Womack, jr. lA ecoNoMA De MXIco DURANTe lA RevolUcIN, 1910-1920: hISToRIoGRAfA y ANlISIS

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    demasiados beneficios para los extranjeros y unos cuantos mexicanos.40 Una tercera escuela, puramente neoclsica, dice que los cambios institucionales continuaron hasta 1940, para preparar a la economa e iniciar entonces el crecimiento que ms tarde parecera milagroso.41

    Pero, la gran mayora de historiadores y economistas convienen en cuanto a la gran diferencia que hizo la Revolucin. A la larga, el significado de la Revolucin Mexicana consiste en repudiar los controles extranjeros en el pas y en destruir el sistema bloqueado internamente, lo que permiti la reorganizacin subsecuente de la tierra, el capital y la mano de obra de un sistema dinmico. Segn esta interpretacin, la Revolucin logr acabar con la tradicin de una oligarqua dependiente internacionalmente, semifeudal y semiconsumadora y sustituirla por una burguesa autntica y cambiar una dictadura neocolonial por un partido nacionalista que inspirara a un amplio consentimiento popular.

    De tal suerte, que la leccin se presenta, por ejemplo, en los influyentes escritos de Arnaldo Crdova y Juan Felipe Leal.42

    Los desacuerdos en este punto de vista han carecido de coherencia y respeto profesional. Estn muy lejos de constituir una interpretacin de la minora, y al parecer consisten slo en objeciones, algunas indirectas, otras contradictorias, otras ms morales y hasta de autoservicio. Pero durante los ltimos tiempos, en particular desde hace diez aos, estas protestas han ido ganando terreno. Y, a diferencia del argumento comn, tienen bases histricas.43 Sus denotaciones son sumamente importantes.

    La primera objecin desafa llanamente la suposicin de cambiar el papel internacional de Mxico. En vez de que los procesos productivos del pas se volvieran independientes, gracias a la Revolucin, de hecho incluyeron ms operaciones extranjeras que antes.

    Durante la dcada de la Revolucin y la siguiente, aument la posesin de riqueza norteamericana e inglesa en Mxico, tanto en forma absoluta, como relativa. En la dcada de 1930, durante la depresin, la posesin de activos extranjeros agregados en Mxico disminuy en forma absoluta, pero aument proporcionalmente la posesin de activos norteamericanos44 (Cuadro 2).

    La compra y venta en el exterior hizo ms profundos estos nexos. Despus de la Revolucin, aunque la proporcin del comercio exterior de Mxico respecto a su producto interno sigui ms o menos igual que antes (alrededor del 20% de PIB), el patrn del comercio ajust an ms el pas a la economa de Estados Unidos. En 1990, Mxico compraba, en general, entre 50 y 60% de sus importaciones a los Estados Unidos; en las dcadas de 1920 y 1930 le compraba entre 60 y 70%. Su dependencia en el mercado norteamericano disminuy y Mxico slo le enviaba del 50 al 60% de exportaciones. Pero hacia 1940 la proporcin que se mandaba al Coloso del Norte se retrajo en ms del 80%45 (Grfica 1).

  • cuadro 2Riqueza nacional de Mxico e inversin extranjera, 1880-1940

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    1 385.0(a)

    Inversin inglesa(c)

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    1 640.0

    1 339.21 643.0

    2 068.22 147.6

    2 945.1

    361.7(d)162.0(a)

    a Solamente inversin directa.b Conversiones de dlares a pesos: 1987-1922, 1 peso=US$0.50, 1924, 0.4851; 1925, 0.494; 1928, 0.4811; 1929, 0.4818; 1930,

    0.4713; 1932, 0.3185; 1935, 0.2778; 1938, 0.2212; 1939-1940, 0.2779. Segn The Foreing Trade of Latin America (El comercio Exterior de Amrica Latina) de la Comisin de Aranceles de Estados Unidos (Washington, 1940), 3 partes en 4 volmenes, parte 2, seccin 17, p. 41.

    c Conversiones de libras a dlares: 1880-1939, 1 libra =US$5.00 reconvertidas a pesos.d Del total de inversiones calculadas en US$880 millones, slo US$80 millones no son obsoletos, no se debe, etctera, The

    United States and Foreing Investment Problems (Estados Unidos y los problemas de inversin extranjera) por Cleona Lewis (Washington, 1948), 321.

    fuentes: Emilio Alans Patio, La riqueza nacional, Investigacin econmica, XV (1955), pp. 66-69; Raymond W. Goldsmith, The Financial Development, nm. 73; Frederic M. Halsey, Investments in Latin America, United States Department of Commerce, Bureau of Foreing and Domestic Commerce, Special Agent Series, CLXIX (1918), 20; Eduardo Lehmann, Der Aussenhandel Mexikos in der Nachkriegszeit mit besonderer Berucksichtigung de Handlesbeziehungen zu Deutschland (unpub. doct. diss., Leipzig University, Leipzing, 1926), 9. Cleona Lewis, Americas Stake in International Investments (Washington, 1938), 606, 613, y The United States, 321; Alfredo Navarrete R., El financiamiento del desarrollo econmico, en Beltrn et al., Mxico: Cincuenta aos de revolucin (Mxico, 1970) 513, 521; J. Fred Rippy, British Investments in Latin Amrica, 1822-1949: A case in Study in the Opertions of Private Enterprise in Retarded Regions (Minneapolis, 1959), 94; Royal Institute of International Affairs, The Problems of Foreing Investment (Londres, 1937) 187; Edgar Turlington, Mxico an Her Foreing Creditors (Nueva York, 1930), 1; Naciones Unidas, External Financing in Latin Amrica (Nueva York, 1965), 9; United States Department of Commerce, Bureau of Foreing Commerce, Investment in Mxico: Conditions and Outlook for United State Investors (Washington, 1955), 16; United States Tariff Commission, The Foreing Trade, Parte 2, Seccin 17, p. 16; Marx Winkler, Investment of United States Capital in Latin Amrica (Nueva York, 1928) pp. 224, 275, 280, 283.

    nota: las estimaciones del valor de las inversiones en cartera varan considerablemente a partir del desplome de 1929. Por lo tanto, las estimaciones de las inversiones norteamericanas e inglesas de 1929, tomadas de diferentes fuentes, son superiores a la suma de todas las inversiones extranjeras, pero no exageradamente superiores.

  • j. Womack, jr. lA ecoNoMA De MXIco DURANTe lA RevolUcIN, 1910-1920: hISToRIoGRAfA y ANlISIS

    30 XXv ANIveRSARIo NM. 69 MAyo-AGoSTo 2012

    En principio, no hay que buscar en Mxico las explicaciones bsicas de estos cambios, sino en la economa mundial en la tremenda competencia del monopolio capitalista entre Estados Unidos, Gran Bretaa y Alemania para concentrar y centralizar internacionalmente el capital. La explicacin inmediata, por lo menos a partir de principios del siglo, la historia econmica de Mxico ha dependido en gran parte, y cada vez ms, de la funcin histrica de la economa de Estados Unidos46 (Grfica 2).

    Una segunda objecin se refiere al concepto comn del crecimiento. Como lo han sealado los historiadores de otras reas y han enfatizado los mismos economistas, el crecimiento slo registra los cambios en los productos que se miden en dinero. Desde un punto de vista histrico, por lo tanto, se sobrestiman los cambios de la produccin total durante la monetizacin de las economas arcaicas y feudales y durante los periodos de acumulacin primitiva. En el transcurso del tiempo, los historiadores no slo deberan tomar en cuenta el valor de los productos que van al mercado capitalista, sino que tambin deberan evaluar los que se manejan fuera de l. Estos clculos no podran ser tan precisos como los que se consideran en la actualidad para calcular el PNB, pero revelaran con ms verdad los grandes cambios que se producen en la verdadera riqueza de una pas. En Mxico, entre 1880 y 1940, stos indicaran que el gran cambio ocurri durante la dcada de 1890.47 Fue entonces, y no despus de la Revolucin, que se impuso la produccin capitalista y se inici la expansin moderna de la produccin total.

    La tercera objecin se refiere a la diferencia que hizo la Revolucin en la forma de producir del pas. Si ya hubiera imperado el capitalismo antes de la Revolucin, y si hubiera seguido dominando despus de ella, hasta llegar a prosperar, qu hubiera logrado, a la larga, la Revolucin?

    La tesis de Gilly en este sentido es significativa. Deduce que, puesto que los campesinos y la clase trabajadora seguan siendo fuertes en 1920, mantuvieron las posibilidades de reanudar la Revolucin, bajo el liderazgo adecuado abiertamente al socialismo. Pero una conclusin ms histrica le dara ms respeto que la que l ofrece a la clase que triunf, en realidad, en la ronda de 1910-1920 y que sigue teniendo el control hasta la fecha. Despus de todo, la contienda especfica, que los victoriosos le han enseado al mundo a llamar la Revolucin Mexicana, constituy la derrota de la primera lucha popular masiva contra el capitalismo en Mxico. La diferencia que hizo la llamada Revolucin a la historia moderna del pas no fue, por lo tanto, una transformacin radical sino simplemente una reforma, alcanzada mediante mtodos violentos pero dentro de lmites ya establecidos. Si quisiramos basarnos en un modelo de historia europea, no sera ni en la Revolucin Francesa ni en la Rusa, sino en el Risorgimiento italiano o en la Revolucin Espaola de 1868-1874.48

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    eDIcIN coNMeMoRATIvA 1987-2012

    En cuarto lugar vendran las objeciones al institucionalismo, en realidad y en teora. En realidad, en cuanto a la hacienda: 1) ya antes de la Revolucin muchos estados funcionaban como empresas capitalistas; 2) la Revolucin no termin con ellas, salvo en muy contados distritos;49 3) an en 1940, ms de las tres quintas partes de las granjas y ranchos del pas todava eran grandes tenencias particulares (mil hectreas o ms), de las cuales, dos quintas partes constituan posesiones muy grandes (diez mil hectreas o ms) (Cuadro 3).

    Por lo que se refiere a los capitalistas: 1) ya antes de la Revolucin haba muchas sociedades annimas en la economa de Mxico, y despus de ella, proliferaron; 2) los cambios que ordenaba la nueva Constitucin para muchas empresas provisin de casa, escuelas, etctera, para sus trabajadores reimpuso un paternalismo moribundo; 3) las sociedades de empresas, regionales y nacionales, creadas durante la Revolucin, promovieron polticas para proteger a las empresas contra la competencia y no para aumentar la productividad.50

    En cuanto al estado de nimo: puede ser que hubiera ms libertad. Desde las primeras apuestas al nacionalismo hasta la ltima especulacin sobre el ethos revolucionario, es muy notorio que la Revolucin hizo ms emprendedores a los propietarios mexicanos y ms cooperativos a los campesinos y a los trabajadores. Pero hasta ahora, ningn estudioso ha demostrado ni diferencias ni semejanzas entre el estado de nimo prevaleciente antes o despus de la Revolucin.51 Hasta que alguien lo demuestre, las afirmaciones de que el factor psicolgico explica el desarrollo seguirn sirviendo de propaganda para los nefitos.

    Si, no obstante, hubo cambios en los movimientos de capital regional, sectoral e industrial, en el uso de la tierra, y en las relaciones de produccin durante la dcada revolucionaria as como industrializacin y crecimiento posteriores a ella, cmo ocurrieron tericamente?

    La explicacin de este desacuerdo debe observarse, primero, analizando los mercados. Si ya haba crecido la economa mexicana moderna antes de la Revolucin, entonces, la razn bsica de su productividad posterior no se deba, ni a hbitos ni a polticas, ni a leyes, sino a las nuevas circunstancias materiales en las que los capitalistas buscaban utilidades y los trabajadores, salarios. Esquemticamente, mientras la violencia de la dcada revolucionaria hizo ms profundas las ya serias desigualdades regionales, la economa aument su tasa de acumulacin, que por lo menos se mantuvo durante las dcadas de 1920 y 1930, para formar la capacidad de la enorme expansin posterior. Si queremos llegar a los refinamientos tericos, podemos decir que Schmoller, Sombart o Veblen son menos claros, que los anlisis regionales de Losch, Perroux, Hoover o North.

    Slo en esto trminos las instituciones forman parte de la explicacin. Al mismo tiempo que durante la Revolucin, cambiaban con rapidez las fuerzas productivas, stas

  • j. Womack, jr. lA ecoNoMA De MXIco DURANTe lA RevolUcIN, 1910-1920: hISToRIoGRAfA y ANlISIS

    32 XXv ANIveRSARIo NM. 69 MAyo-AGoSTo 2012

    Grfica 1Socios comerciales de Mxico, 1880-1940

    Exportaciones

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    eDIcIN coNMeMoRATIvA 1987-2012

    Alemania

    Francia

    Gran Bretaa

    Estados Unidos

    Todos los dems

    Fuente: Banco Nacional de Comercio Exterior, Departamento Tcnico, Mxico exportador (Mxico 1939), pp. 12, 73, 99, 115, 117, 182; El Colegio de Mxico, Estadsticas econmicas del Porfiriato: Comercio Exterior de Mxico, 1877, 1911 (Mxico, 1960), pp. 518, 524, 426, 543, 549; International Bank for Reconstruction and Development, The Combined Mexican Workin, Party, The Economic Development of Mexico (Baltimore, 1953), p. 372; Lehmann, Der Aussenhandel Mexikos, pp. 19, 21; Pan American Union, Division of Economic Research, The Foreing Trade of Latin America since 1913 (Washington, 1952), pp. 157, 159, 164-165; United States Tariff Commission, Foreing Trade, Part. 1, pp. 112, 116-117, 121, 122, Part. 2, p. 42.

    Importaciones

    1888 1890 1900 1910 1920 1930 1940

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    34 XXv ANIveRSARIo NM. 69 MAyo-AGoSTo 2012

    se traducan social y polticamente conforme a los nuevos arreglos enmarcados en la Constitucin de 1917. No representaban una liberacin, sino nicamente un nuevo orden de control capitalista. Y ms tarde, la nueva organizacin capitalista se consolid como la condicin y el cdigo bsico para elaborar el nuevo Estado.

    La quinta objecin al consenso prevaleciente, que ya en las dcadas de 1920 y 1930 advirtieron los defensores de la libre empresa de Mxico, le niega el crdito a la Revolucin por el crecimiento o desarrollo posrevolucionario. El desarrollo y el crecimiento subsecuente a la Revolucin no demuestran que sean resultados de sta. Ms bien, el pas simplemente se recuper de la Revolucin, para reanudar los ciclos que haba interrumpido la violencia (Grfica 3). Keesing confirm hace poco este argumento insistiendo en que la Revolucin slo fue una interrupcin y que el desarrollo exitoso del Porfiriato constituy la fuente directa, la fuerza y el diseo del crecimiento posrevolucionario.52

    Grfica 2Crecimiento comparativo de las economas de Mxico y Estados Unidos, 1900-1965

    Fuente: Reynolds, Mexican Economy, grfica 6.1.Nota: las dos series de Mxico se basan en ndices de millones de

    pesos de 1950; la serie de Estados Unidos en uno de miles de millones de dlares de 1958.

    Estados Unidos PNB

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  • j. Womack, jr. lA ecoNoMA De MXIco DURANTe lA RevolUcIN, 1910-1920: hISToRIoGRAfA y ANlISIS

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    Aunque esta variedad de objeciones no podra aglutinarse con facilidad en una posicin de disentimiento definida, el anlisis reciente de Jean Meyer ofrece un posible avance de la inminente discusin revisionista. En esta interpretacin, la historia marcha no por una serie de etapas positivistas sino en forma dialctica y las contradicciones ocurren constantemente. La Revolucin significa el fortalecimiento de Estados Unidos contra el imperialismo britnico; las muchas ventajas nuevas que los capitalistas nacionales y extranjeros obtuvieron en las regiones ms desarrolladas del pas fueron tantas, que incluso durante las peores revueltas contino el crecimiento agregado; y la desesperanza de la clase trabajadora, a la que los revolucionarios exhortaban a exigir justicia, pero que fue oprimida por los mismos revolucionarios cuando esta clase luch por s misma para obtenerla.53

    Por lo tanto, la Revolucin no representara una sustitucin histrica de un ancien rgimen por una repblica nueva, sino la falla histrica de la burguesa mexicana que jams se defini como clase predominante ni antes, ni durante, ni despus de las revueltas de 1910 a 1920. De ah que la burguesa siempre diera tumbos en los conflictos entre las facciones sumamente ambiciosas y las arraigadas en la localidad, perdiera peligrosamente la confianza popular, durante la Revolucin, confiara en que una faccin regional terminara con la violencia, acudiera finalmente al Estado para que condujera la reforma social y poltica, fuera incapaz de inspirar el consentimiento popular, y apoyara la tirana de manera constante aunque con tacto.54

    Tranquilizara muchas inquietudes histricas y polticas si ahora se diera lo que signific la Revolucin. Estamos recopilando formalmente las historias profesionales de las luchas sociales y las contiendas entre facciones, de la dcada, pero an tenemos que apoyarlas en las historias de produccin y distribucin que justifiquen la solidez de los juicios.

    Quedan por explorar muchsimos temas econmicos. No queda nada especial en cuanto a estudios enfocados hacia las regiones, por ejemplo, del Noreste, el Distrito Federal, Guadalajara, La Laguna, La Frontera, El Bajo, Orizaba, La Mixteca, Chiapas o Yucatn. Se han introducido temas ms difciles que los de las industrias del ganado, el algodn, de los transportes, del azcar, el caf, de los textiles, los zapatos, cerveceras o tabacaleras. Resultara habitual estudiar instituciones, como por ejemplo la sociedad annima, el sindicato, la casa de empeo o la comisin reguladora. Sera ms difcil, aunque no imposible, estudiar determinadas empresas, como por ejemplo los ferrocarriles, la ASARCO, el guila, o las plantaciones. Ya abundan fuentes con este tipo de informacin en los archivos pblicos, por ejemplo, en los archivos consulares norteamericanos o europeos, escasamente aprovechados, o en los registros notariales mexicanos, casi sin utilizar en el periodo moderno. La manifestacin de responsabilidad profesional y la simple cortesa pueden abrir muchos archivos particulares. Tal vez los

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    estudios ms sencillos seran los que se refieren a las polticas e ideas econmicas. En cuanto a esto, la mayora de las fuentes se constituyen de documentos pblicos.

    Los historiadores de la Revolucin quiz traten de explicar, algn da, la indiferencia de sus antecesores hacia estos problemas. Tal vez sospechen que de manera inconsciente, al menos, nos hemos resistido a entender lo que signific la Revolucin. Por ltimo, tendrn que tratar de entender la cultura en la que hemos trabajado, en la que la Revolucin se convirti en fetiche, el anlisis de cuadrculas de constantes y variables, y una interpretacin materialista tan difcil de lograr como la camaradera.

    Fuente: Raymond Vernon, The Dilema of Mexicos Development (Cambridge, Mass., 1963), 83, basado sobre Enrique Prez Lpez, El producto nacional, en Enrique Beltrn et al., Mxico: cincuenta aos de revolucin (Mxico, 1960), 4 vols., 1, pp. 588-589.

    Grfica 3Produccin de los principales sectores de la economa mexicana, 1895-1940

    (cifras en millones de pesos de 1950)

    4 000

    3 500

    3 000

    2 500

    2 000

    1 500

    1 000900

    800

    700

    600

    500

    4001895 1900 1905 1910 1921 1925 1930 1935 1940

    Escala proporcional

    Agricultura

    Manufactura

    Ganadera

    Minera(excepto el petrleo)

    Millones de pesos

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    ApNDIce. eSTIMAcIoNeS De lA DISTRIBUcIN De lA TIeRRA pARA GRANJAS y RANchoS, 1910-1960

    Hasta donde yo s, el Cuadro 3 es el primer intento impreso de demostrar la trayectoria de continuidad y de cambios en el tamao de las tenencias de tierra del Mxico moderno. De ah su crudeza. Esperamos que provoque investigaciones ms sutiles y elaboradas.

    Las cifras son una combinacin de estimaciones y estadsticas oficiales. Todas las de 1910 son estimaciones, debido a la falta de un censo agrcola oficial. Para mencionar la cantidad aproximada de tierra para granjas y ranchos que entonces era de ejidos, tom la estadstica oficial de los ejidos de 1930, esto es, 8 344 651 hectreas, y le rest toda la tierra concedida en forma definitiva como restitucin, dotacin y ampliacin de ejidos a partir del inicio de la reforma agraria en 1915, hasta 1930, esto es, 5 970 774 hectreas.55 El resultado fue 2 373 877 hectreas, que es lo que aparece. El 1.58% que representan el rea del total de las tenencias en 1910 es con toda seguridad muy aproximado al porcentaje que los contemporneos informados calculaban en general para los ejidos.

    La estimacin general de 40 millones de hectreas de tierra en solares, granjas y ranchos en 1910 se tomaron directamente de un estudio de Manuel Bonilla, la nica autoridad contempornea en asuntos agrarios que se ha aventurado a hacer estimaciones brutas de la distribucin de las tenencias de tierra por tamao.56 Bonilla no menciona ninguna distribucin de propiedades en la categora pequea. Sin embargo, las estadsticas compiladas en el Seminario de Historia Moderna de El Colegio de Mxico muestran esta distribucin, con diferentes categoras a las mas, pero dentro de mis lmites (0.1-100 y 101-1,000 hectreas), por 15 estados en 1910.57 Estas pequeas propiedades en conjunto hacen un total de 367 382 hectreas. Suponiendo que las proporciones de las dos categoras del Colegio, en un total de 15 estados, fueron iguales al total de Bonilla en todos los estados y territorios, es decir, 4.5% para el primer tamao y 95.5% para el segundo, llegu a calcular 1 800 000 y 38 200 000 hectreas en tenencias de 0.1-100 y de 101-1 hectreas, respectivamente.

    Tambin obtuve el clculo de la tierra en haciendas en 1910 a partir del estudio de Bonilla. l calcula que entonces haba 11 mil haciendas en Mxico, con un promedio de 8 mil hectreas cada una, lo que hace un total de 88 millones de hectreas.58 Nada ms en las pequeas propiedades menciona una distribucin por tamao entre estas tenencias grandes. Sin embargo, las estadsticas de El Colegio de Mxico s muestran tal distribucin en los 15 estados.59 El total de estas grandes tenencias comprenden 16 242 332 hectreas. Suponiendo, otra vez, que el porcentaje de cada tamao del total parcial de El Colegio de Mxico fue igual que el total de Bonilla, es decir, 30.8% en tenencias del 1 001 a 10 000 hectreas, y 69.2% en y tenencias mayores de 10 mil hectreas, obtuve una estimacin de 27 101 764 hectreas, en las propiedades grandes y de 60 898 236 hectreas, en las

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    propiedades muy grandes. A esta ltima cifra luego le agregu el clculo de Bonilla de 20 millones de hectreas, en manos de compaas especuladoras, bajo la suposicin de que estas tenencias tenan ms de 10 mil hectreas.60 De esta manera llegu a la estimacin final de 80 898 236 hectreas, en las propiedades muy grandes, en 1910.

    En conjunto, las estimaciones de tierra ejidal y tenencias particulares en 1910, asciende al gran total de 150 373 877 hectreas. Esta cifra es muy aproximada a lo que segn Bonilla era la superficie total del pas (198 720 100 hectreas), menos las tierras pblicas (20 millones de hectreas), menos las tierras sin trazar (20 millones de hectreas), menos la tierra urbana 5%, o 9 936 005 hectreas) esto es, 148 748 095 hectreas.61

    Las cifras para 1923 son ms confiables. La tierra ejidal la calcul mediante un procedimiento similar al que utilic para 1910, tom la tierra que se calculaba que era ejidal en 1910, le aad la tierra que se concedi en forma definitiva como restitucin, dotacin y ampliacin de 1915 a 1923, esto es, 724 694 hectreas, y llegu al total de 3 098 571 hectreas, que se muestra. Las cifras de las tenencias particulares las tom de Tannenbaum, indirectamente, segn los nuevos clculos de Aguilera Gmez para mostrar la distribucin desde una dcima de hectrea hasta mil hectreas y directamente de los clculos de las propiedades desde ms de mil hectreas.62

    El gran total que muestro, esto es, 119 006 348 hectreas, es 40 100 017 hectreas inferior al gran total de Tannenbaum. La diferencia est en las tenencias que van desde una dcima de hectreas hasta las mil hectreas. Las cifras de Tannenbaum no pueden ser correctas.63

    Las cifras de 1930 tambin son bastante confiables. Las de los ejidos las tom de Tello. Las que se refieren a las tenencias de una dcima de hectrea a 200 hectreas, de las estadsticas de Simpson para las tenencias de una a 200 hectreas, esto es, 8 866 800 hectreas, adems de sus estadsticas de 100 070 hectreas, en tenencias de menos de una hectrea. Dentro de esta categora, la distribucin entre las propiedades de una dcima de hectreas a 10 has., y de 10.1 a 200 has., la calcul suponiendo que la proporcin de stas, en 1923, sigui siendo la misma en 1930. Las cifras de las tenencias grandes las obtuve directamente de Simpson.64

    El gran total que se muestra en las tenencias de 1930, esto es, 131 594 521 has., es casi igual al total oficial de Tello, o sea, 131 494 480 has., ms las 100 070 has., de las tendencias de menos de una hectrea que no incluye Tello.65 La diferencia final, de slo 29 has., tal vez se daba a que se redondearon las cifras.

    Las caractersticas de las cifras de 1940 son parecidas a las de 1930. La tierra ejidal segn Tello, al igual que el total de las tenencias desde una dcima hasta mil hectreas. Sin embargo, la distribucin de las tenencias por tamao, dentro de esta categora, son clculos mos basados en los de Whetten a partir de estadsticas preliminares. Con sus

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    porcentajes, calcul las hectreas de cada uno de los tres tamaos de esta categora, los que, ya sea debido a que sus porcentajes se redondearon antes de tiempo, o a que a las estadsticas preliminares les falt un conteo final, slo se lleg a un total de 20 213 628 has., 250 712 has. menos del total oficial de Tello en esta categora, que fue de 20 464 400 has. Los clculos que aparecen aqu los obtuve suponiendo que las proporciones de Whetten entre los tamaos de esta categora seran iguales a los que se basaron en las estadsticas finales. Las cifras sobre las haciendas y el gran total son las de Tello.66 La diferencia entre la suma real y el gran total que se muestra, de slo 17 has., se debe a que se redonde.

    Todas las cantidades de 1950 son directamente las de Tello.67 La diferencia de 44 has., entre la suma real y el gran total que se muestra, se debe a que las cifras se redondearon.

    Tambin las cifras de 1960, con excepcin de la distribucin entre las propiedades grandes y la muy grandes son directamente las de Tello.68 No pude entender su distribucin entre las propiedades grandes y las muy grandes porque el censo agrcola de 1960, que es su fuente, los dividi no como antes en 10 mil has., sino en 5 mil hectreas.69 La distribucin que muestro aqu la calcul bajo la suposicin de que la proporcin entre la tierra en propiedades de 1 000.1 a 10 000 has., y la tierra en propiedades de ms de 10 000 has., en 1950, sigui siendo la misma en 1960. Debido a que se redondearon las cifras hay una diferencia de 33 has., entre la suma real y el gran total que se muestra.

    Las cifras de 1970, salvo la que se refiere a la distribucin entre las propiedades grandes y las muy grandes, las obtuve en un comunicado particular que me fue enviado sobre el censo agrcola y ganadero de 1970. Calcul la distribucin entre las propiedades grandes y las muy grandes bajo la suposicin de que la proporcin, en 1950, entre las propiedades grandes y las muy grandes no tuvo cambios no slo en 1960 sino tampoco en 1970. Pese a que la suposicin es ms cuestionable en cuanto a 1970 que en cuanto a 1960, aun as no es extraordinaria y suscita interesantes posibilidades. Quiz la diferencia de 1 hectrea, entre la suma real y la del gran total, que se muestra, se debe a los redondeos.

    El estudioso podr observar el enorme aumento repentino del ltimo rengln de la segunda columna, una transferencia asombrosa que representa, en conjunto, un territorio del tamao del Reino Unido. Pero yo paso al costo la explicacin de mis informantes que las transferencias ocurrieron mucho ms en estadsticas que en ttulos. Y exhortara a que se hicieran investigaciones crticas de todos los censos mexicanos, tanto demogrficos como econmicos, de 1895 a 1980.

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    1 Cf. Luis Cabrera, Veinte aos despus: El balance de la Revolucin, La campaa presidencial de 1934, Las dos revoluciones (Mxico, 1934), pp. 241-295; Peter Calvert, The Mexican Revolution: Theory of Fact?, Journal of Latin American Studies, nm. 1 (1969), pp. 51-68; Adolfo Gilly, La Revolucin interrumpida (Mxico, 1971), pp. 385-399, N.M. Lavrov, La revolucin mexicana de 1910-1917, de M.S. Alperovich, B.T. Rudenko, y N.M. Lavrov, La revolucin mexicana: cuatro ensayos soviticos (Mxico, 1960), pp. 89-125; Jorge Vera Estaol, La revolucin mexicana: orgenes y resultados (Mxico, 1957), pp. 763-775; y de Eric R. Wolf, Peasant Wars of the Tweintieth Century (Nueva York, 1969), pp. 3-48. La cita es de Friedrich Engels, On Social Relations in Russia, de Karl Marx y Friedrich Engels, Selected Works (Mosc, 1958), 2 vols., pp. 11, 53.

    2 Cf. Charles A. Hale, Mexican Liberaism in the Age of Mora, 1821-1853 (New Haven, 1968), pp. 2-5; Josefina Vzquez, Nacionalismo y educacin en Mxico (Mxico, 1970); y Leopoldo Zea, Positivism in Mexico (Austin, 1974) y Apogeo y decadencia del positivismo en Mxico (Mxico, 1944).

    3 Como guas a la literatura; Roberto Ramos, Bibliografa de la revolucin mexicana (Mxico, 1959-1960), 3. vols.; Luis Gonzlez y Gonzlez (ed.), Fuentes de la historia contempornea de Mxico: peridicos y revistas (Mxico, 1965-1966), 2 vols.

    4 Tradicionalmente, los historiadores mexicanos han reducido la economa del pas a periodos de control y de conmocin. Para ver estudios hasta 1960, consulte Harvard University, Bureau for Economic Research in Latin America, The Economic Literature of Latin America: A tentative Bibliography (Cambrigdge, Mass., 1936) 2 vols., II, pp. 20-103; Mxico, Secretara de Economa Nacional, Direccin Nacional de Estadsticas, Bibliografa mexicana de estadstica (Mxico, 1942), 2 vols., Jos Bullejos, Diez aos de literatura econmica: bibliografa bsica sobre la economa de Mxico, 1943-1953 (Mxico, 1954), Bibliografa industrial de Mxico, 1952-1953 (Mxico, 1954), La bibliografa econmica y sus fuentes en Mxico, Investigacin econmica, XIV (1954), pp. 569-591, ndice bibliogrfico de obras y estudios especiales (Mxico, 1954), y La bibliografa econmica de Mxico (Mxico, 1956); Gonzlez y Gonzlez, Fuentes, pp. 1, 352, 359-405, 533-541, II, 3-356; Ross, Fuentes, pp. 1, 15-39, 404-404, 922-935, 963-970, II, 92-112, 228-235, 295-306, 346-373, 458-522, 746-768; y de Enrique Florescano y Alejandra Moreno Toscano, Historia econmica y social, Historia mexicana XV (1965-1966), pp. 310-378. Para obtener comentarios sobre la situacin del campo hasta 1960, vase Miron Burgin, Research in Latin American Economics and economic History, Inter-American Economic Affair, nm. 1 (1947), pp. 3-22; Sanford A. Mosk, Latin American Economics The Field and its Problems, ibid., III (1949), pp. 55-64; Robert C. Beyer et al., The Teaching of University Courses on Latin American Economic Problems A Symposium, ibid., III (1950), pp. 41-87; Charles Gibson y Benjamin Keen, Trends of United States Studies in Latin American History, American Historical Review, LXII (1957), pp. 855-877; Sanford A. Mosk, Economics, en Howard F. Cline (ed.), Latin American Studies in the United States (Washington, 1959), pp. 51-54; y de Robert A. Potash. The Historiography of Mexico Since 1821, Hispanic American Historical Review, XL (1960), pp. 412-414. Las guas para la obra de los ltimos 15 aos son: William P. McGreevey y Robson B. Tyrer, Recent Research on the Economic History of Latin America, Latin American Research Review, III (1968), pp. 89-117; Enrique Florescano, Perspectivas de la historia econmica de Mxico, Investigaciones contemporneas sobre historias de Mxico: memorias de la tercera reunin de historiadores mexicanos y norteamericanos (Mxico, 1971), pp. 317- 338; Clark W.

    NoTAS

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    Reynolds, The Economic Historiography of twentieth Century Mexico, ibid., pp. 339-357; Stanley J. Stein y Shane J. Hunt, Principal Currrents in the Economic Historiography of Latin American, Journal of Economic History, XXX (1971), pp. 222-253; Enrique Florescano, Situacin y perspectivas de la historia econmica en Mxico, Enrique Florescano, (ed.), La historia econmica en Amrica Latina (Mxico, 1972), 2 vols., I, pp. 163-206, y Bibliografa de la historia econmica de Mxico, ibid., II, pp. 214-272; William P. McGreevey, Quantitative Research in Latin American History of the Nineteenth and Twentieth Centuries, en Val R. Lorwin y Jacob M. Price (eds.), The Dimensions of the Past: Materials, Problems, and Opportunities for Quantitative Work in History (New Haven, 1975), pp. 477-501; John J. TePaske, Quantification in Latin American Colonial History, ibid., pp. 431-476, y Recent Trends in Quantitative History: Colonial Latin American, Latin American Research Review, X (1975), pp. 51-62; y de Enrique Florescano, Mxico, en Roberto Corts Conde y Stanley J. Stein (eds.), Latin America: A Guide to Economic History, 1830-1930 (Berkeley, 1977), pp. 435-543.

    5 Prueba de su error es la multitud de estudios histricos de otras economas en tiempos de guerra, entre ellos, los ms de 150 libros en Carnegie Endowments Economic and Social History of the (First) World War. Vase James S. Shotwell, Autobiography of James S. Shotwell (Indianapolis, 1961), pp. 134-155.

    6 Osgood Hardy, The revolution and the Railroads of Mexico, Pacific Historical Review, III (1934), pp. 249-269; Lawrence A. Cardoso, Labor Emigration to the Southwest, 1916-1920: Mexican Attitudes and Policy, Southwestern Historical Quarterly, LXXXIX (1976), pp. 400-416; Friedrich Katz, Agrarian Changes in Northern Mexico in the Period of Villista Rule, 1913-1915, en James W. Wilkie, Michael C. Meyer y Edna Monzn de Wilkie (eds.), Contemporary Mexico: Papers of the IV international Congress of Mexican History (Los Angeles, 1976), pp. 259-273; Manuel G. Machado, Jr., The Mexican Revolution and the Destruction of the Mexican Cattle Industry, Southewestern Historical Quarterly, LXXIX (1975), pp. 1-2; David M. Pletcher, And American Mining Company in the Mexican Revolutions of 1911-1920, Journal of Modern History, XX (1948), pp. 19-26; Douglas W. Richmond, El nacionalismo de Carranza y los cambios socioeconmicos, 1915-1920, Historia mexicana, XXVI (1976), pp. 107-131; Emily S. Rosenberg, Economic Pressures un Anglo-American Diplomacy in Mexico, 1917-1918, Journal of Inter-American Studies and World Affairs, XVII (1975), pp. 123-152. No hemos considerado aqu varios estudios histricos con temas posiblemente econmicos