La Dolorosa Pasin de Nuestro Seor Jesucristo

Ana Catalina Emmerich

Venerable Anne Catherine Emmerich

Religiosa Agustina, estigmtica y exttica, naci el 8 de setiembre de 1774 en Flamsche, cerca de Coesfeld en la Dicesis de Munster, en Westphalia, Alemania, y muri el 9 de febrero de 1824 en la localidad de Dulmen.

Sus padres, que eran campesinos, fueron bastante pobres y piadosos. A la edad de doce aos se vio obligada a trabajar en el campo, para luego desempearse como costurera durante varios aos. Siempre delicada, fue enviada a estudiar msica pero al descubrir la pobreza en la que la familia del organista viva, les entreg lo poco que haba ahorrado para su ingreso al convento y trabaj para l y su familia como sirvienta por algunos aos. Por momentos estaba tan necesitada de alimento que su madre le llevaba pan en sus descansos, y parte de ese pan iba destinado a la familia de su amo. Una vez cumplidos los veintiocho aos (1802) ingres al convento augustino de Agnetenberg en Dulmen. Ah se mostr contenta por ser considerada como la ltima de la casa. Su celo y entusiasmo, sin embargo, incomodaba al comn de las hermanas, que estaban intrigadas y molestas por sus extraas capacidades y su salud frgil, y que al no comprender los xtasis en los que entraba cuando estaba en la iglesia, en su celda o mientras trabajaba, la trataban con cierta antipata. No obstante su intenso ascetismo, ella cumpla con sus deberes fiel y alegremente. Cuando Jernimo Bonaparte cerr el convento en 1812, se vio obligada a buscar refugio en la casa de una viuda pobre. En 1813 qued postrada en cama. Logr prever la cada de Napolen con doce aos de anticipacin, y aconsej de una misteriosa manera al sucesor de San Pedro. Incluso durante su infancia lo sobrenatural era tan comn para ella que, dada su inocente ignorancia, pensaba que el resto de nios gozaba de los mismos favores que ella, i.e. conversar de manera muy familiar con el Nio Jess, etc. Ella mostraba un conocimiento maravilloso cuando los pobres y enfermos se acercaban a la brillante

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hermanita en busca de ayuda; ella conoca sus enfermedades y les prescriba remedios que nunca fallaban. Era lista y vivaz por naturaleza y el sufrimiento de los dems le generaba gran compasin muy fcilmente. Este sentimiento se adhiri a su ser espiritual, por lo que ella rezaba y sufra mucho por las almas de Purgatorio a quienes vea con frecuencia, y tambin por la salvacin de los pecadores cuyas miserias ella conoca an cuando estuvieses muy lejos. Al corto tiempo de haber sido confinada a la cama (1813), sus estigmas se manifestaron externamente, incluso como las marcas de las espinas. Ella intentaba infructuosamente de ocultar su situacin, tal como haba disimulado las cruces impresas en su pecho.

Como consecuencia lleg aquello a lo que ella le tena pavor en vista de la publicidad, una comisin episcopal para investigar su vida y la realidad de esos signos maravillosos. Los exmenes fueron sumamente estrictos, pues se requera del mayor cuidado para no dar pretextos para el ridculo y el insulto de parte de los enemigos de la Iglesia. El vicario general, el famoso Overberg, y los tres mdicos condujeron la investigacin con cuidado escrupuloso y terminaron convencidos de la santidad de la piadosa Beguina, como se le conoca, y de la veracidad de los estigmas. A fines de 1818 Dios le concedi su ms ferviente oracin y la alivi de los estigmas, y las heridas de sus manos y pies curaron pero las dems permanecieron, y en Viernes Santo todas se reabrieron. En 1819 el gobierno envi un comit de investigacin que ejerci su comisin de una manera brutal. Enferma de muerte de se encontraba, fue traslada por la fuerza a una gran habitacin en otra casa y se le mantuvo en estricta vigilancia durante el da y la noche durante tres semanas, alejada de todos sus amigos a excepcin de su confesor. Se le insult, amenaz e incluso se le adul, pero todo fue en vano. La comisin parti sin encontrar nada sospechoso y permaneci en silencio frente a su presidente, y vindose insultada por su reticencia, declararon que todo era un fraude, tras lo cual hubo una obvia respuesta: Respecto de qu? Y por qu la demora en su publicacin? Alrededor de esos das el famoso poeta Klemens Brentano fue inducido a visitarla; para su gran asombro ella lo reconoci, y le dijo que l haba sido sealado como el hombre capaz de ayudarla a que se cumpliera el mandato de Dios, concretamente, que escribiera por el bien de innumerables almas, la revelacin que l le haba hecho. Brentano tom breves notas sobre los principales puntos y, en vista de que ella hablaba el dialecto de Westphalia, l procedi a traducirlos inmediatamente al alemn. Conforme iba escribiendo, le lea y cambiaba y borraba hasta que ella lo aprobara en su totalidad. Como tantos otros, l se vio conquistado por su evidente pureza y sus excesivas humildad y paciencia ante tan indescriptible sufrimiento. Junto con Overberg, Sailer de Ratisbon, Clemente Augusto de Colonia, Stollberg, Louisa Hensel, etc. l la reverenciaba como la novia escogida de Cristo.

En 1833 aparecieron los primeros frutos del esfuerzo de Brentano, La Dolorosa Pasin de Nuestro Seor Jesucristo de acuerdo a las Meditaciones de Anne Catherine Emmerich (Sulzbach). Brentano prepar para su publicacin el trabajo La Vida de La Santsima Virgen Mara, pero no apareci hasta 1852 en Munich. Desde el MS de Brentano, el P. Schorger public en tres volmenes La Vida de Nuestro Seor (Ratisbon, 1858 80), y en 1881 una gran edicin ilustrada de la misa obra. ste tambin escribi su vida en dos tomos (Freiburg, 867 70, nueva edicin, 1884). Las visiones de Anne muestran detalles, generalmente ligeros, que les dan una intensidad que captura el inters del lector, ya que cada escena grfica es sucedida por otra en una rpida sucesin como si fuesen fsicamente visibles a travs los ojos. Algunos msticos se preocupan ms de las ideas, ella de los eventos; otros se detienen para meditar en voz alta y para guiar los pensamientos del lector, ella deja que los hechos hablen por s mismos con la simpleza, brevedad y seguridad de una narrativa Evanglica. El tratamiento que le otorga a tan difcil tema, la doble naturaleza de Cristo, es admirable. Su humanidad la muestra clara y definida, pero a travs de esta brilla siempre un

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destello de Divinidad. La expansin rpida y silenciosa de sus trabajos a lo largo de Alemania, Francia, Italia y en cualquier otro lugar habla bien de su mrito. Por algn motivo o produjeron controversias. Dom Guranger elogia sus mritos en elevados trminos (Le Monde, 15 de abril, 1860).

La Hermana Emmerich vivi durante uno de los ms tristes y menos gloriosos periodos de la historia de la Iglesia, cuando la revolucin triunf, la impiedad floreci y muchas de las ms justas provincias bajo su dominio fueron invadidas por infieles y echadas a tal ruinosa situacin que la Fe pareca estar por extinguirse. Su misin parece haber sido, en parte, ayudar a la restauracin de la disciplina de la Iglesia, especialmente en Westphalia a travs de sus oraciones y sufrimientos. De la misma manera, fortalecer cuando menos a los ms pequeos del rebao en su fe. Adems de todo esto, ella salv muchas almas y record al mundo cristiano que lo sobrenatural est alrededor pero a un grado a veces olvidado. Un rumor acerca del robo el cuerpo fue la causa de que se abriera su tumba seis semanas despus de su muerte. El cuerpo fue encontrado fresco, sin ningn signo de corrupcin. En 1892 el proceso de su beatificacin fue introducido por el Obispo de Mnster.

WEGENER, tr. McGOWAN, Sister Anne Katherine Emmerich (New York, 1907); DeCAZALES, Life of A. C. Emmerich prefixed to the 2d ed. of The Dolorous Passion of Our Lord (London, 1907); URBANY in Kirchenlexikon, s.v.; MIGNE, Dict. de mystique chrtienne (Paris, 1858).

E.P. GRAHAM Transcrito por Michael T. Barrett Dedicado a las pobres almas del PurgatorioTraducido por J.M.M.

The Catholic Encyclopedia, Volume ICopyright 1907 by Robert Appleton CompanyOnline Edition Copyright 1999 by Kevin Knight

Enciclopedia Catlica Copyright ACI-PRENSANihil Obstat, March 1, 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor Imprimatur +John Cardinal Farley, Archbishop of New York

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La Dolorosa Pasin de Nuestro Seor Jesucristo Ana Catalina Emmerich

1 En el Monte de los Olivos 21 Simn Cirineo Tercera cada de Jess 2 Encarcelamiento y primeros juicios -

Prisin de Jess 22 La Vernica y el Sudario

3 Jess delante de Ans 23 Las hijas de Jerusaln 4 Jess delante de Caifs 24 Jess sobre el Glgota 5 Negacin de Pedro 25 Mara y las santas mujeres van al Calvario 6 Mara en casa de Caifs 26 Jess despojado de sus vestiduras y clavado

en la Cruz 7 Juicio de la maana 27 Exaltacin de la Cruz 8 Desesperacin de Judas 28 Crucifixin de los ladrones 9 Jess conducido a presencia de Pilatos 29 Jess crucificado y los dos ladrones 10 Origen del Via Crucis 30 Primera palabra de Jess en la Cruz 11 Pilatos y su mujer 31 Eclipse de sol Segunda y tercera palabras

de Jess 12 Jess delante de Herodes 32 Estado de la ciudad y del templo - Cuarta

palabra de Jess 13 De Herodes a Pilatos 33 Quinta, sexta y sptima palabras. Muerte de

Jess 14 La Flagelacin 34 Temblor de tierra Aparicin de los muertos

en Jerusaln 15 La coronacin de espinas 35 Jos de Ar