la doctrina cristiana de gregorio de pesquera (valladolid, 1554

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CRITICÓN, 96, 2006, pp. 5-46. La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554): esbozo de análisis y contextualización histórico-literaria M a Jesús Framiñán de Miguel Universidad de Salamanca Para Stefano Arata. In memoriam La publicación, en 2001, de la colección de impresos españoles del siglo xvi conservados en la Biblioteca Nacional de Lisboa ha sacado a la luz un ejemplar, hasta ahora único, de una obra que se creía perdida desde comienzos del siglo XX: la Doctrina cristiana y Espejo de bien bivir, de Gregorio de Pesquera, impresa en Valladolid en 1554 1 . El hecho de que el nombre de su autor no figure en la portada, sino al verso del primer folio, en la licencia de impresión, propició que pasara desapercibido hasta la moderna y exhaustiva catalogación del fondo español custodiado en la citada sede lisboeta. El volumen, de 251 folios, presenta el formato más habitual de los manuales, el tamaño 8 o . Porque nos hallamos, en efecto, ante un manual pedagógico, destinado básicamente a la formación cristiana de los pupilos de un Colegio de Doctrinos, institución que acogía niños «pobres, perdidos» —dice Pesquera— en régimen de internado, junto a otros, externos, enviados por padres y, en especial, algunos amos para recibir instrucción 2 . 1 Véase Balio Lavoura, 2001, entrada n." 1497, p. 348. La única descripción detallada anterior, con ejemplar a la vista, se debía a Sánchez, casi un siglo antes, 1908, pp. 844-846. De la feliz recuperación se hace eco Ana Martínez Pereira en una cuidadosa reseña que atiende tanto a los aspectos materiales como al contenido del texto (2002, pp. 3-10). Respecto de su información, ha variado la signatura, que actualmente es 829, según me indica D 1 Manuela Sofia Oliveira, a quien agradezco su diligencia para facilitarme fotocopia del original. 2 Se describe en Guerrero, 1971, p. 250.

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Page 1: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

CRITICÓN, 96, 2006, pp. 5-46.

La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554): esbozo de análisis y

contextualización histórico-literaria

M a J e s ú s F r a m i ñ á n de Miguel

Universidad de Salamanca

Para Stefano Arata. In memoriam

La publicación, en 2 0 0 1 , de la colección de impresos españoles del siglo x v i conservados en la Biblioteca Nacional de Lisboa ha sacado a la luz un ejemplar, hasta ahora único, de una obra que se creía perdida desde comienzos del siglo X X : la Doctrina cristiana y Espejo de bien bivir, de Gregorio de Pesquera, impresa en Valladolid en 1 5 5 4 1 . El hecho de que el nombre de su autor no figure en la portada, sino al verso del primer folio, en la licencia de impresión, propició que pasara desapercibido hasta la moderna y exhaustiva catalogación del fondo español custodiado en la citada sede lisboeta. El volumen, de 2 5 1 folios, presenta el formato más habitual de los manuales, el tamaño 8 o . Porque nos hallamos, en efecto, ante un manual pedagógico, destinado básicamente a la formación cristiana de los pupilos de un Colegio de Doctrinos , institución que acogía niños «pobres, perdidos» —dice Pesquera— en régimen de internado, junto a otros , externos, enviados por padres y, en especial, algunos amos para recibir instrucción 2 .

1 Véase Balio Lavoura, 2 0 0 1 , entrada n." 1497, p. 348 . La única descripción detallada anterior, con ejemplar a la vista, se debía a Sánchez, casi un siglo antes, 1908, pp. 844-846 . De la feliz recuperación se hace eco Ana Martínez Pereira en una cuidadosa reseña que atiende tanto a los aspectos materiales como al contenido del texto (2002, pp. 3-10). Respecto de su información, ha variado la signatura, que actualmente es 829 , según me indica D 1 Manuela Sofia Oliveira, a quien agradezco su diligencia para facilitarme fotocopia del original.

2 Se describe en Guerrero, 1971, p. 250.

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6 M " J E S Ú S E R A M I Ñ A N D E M I G II F. I Criticón, 96, 2 0 0 6

Mi propósito en este trabajo se centra en un análisis general de los materiales

doctrinales, pedagógicos y poéticos recopilados en el volumen, así c o m o en un primer

acercamiento a su formalización literaria, estableciendo un pequeño parangón con

aquellas otras doctrinas que conocemos, por gozar de ediciones accesibles, y que están

publicadas también a mitad del Quinientos, un siglo tan abundante, por otro lado, en

este género pedagógico-doctrinal. La salvedad que debo establecer desde el inicio es

obvia: ninguna aproximación a una obra puede suplir la lectura del propio texto ni este

empeño lo pretende. Se trata , más bien, de ayudar a poner en circulación un manual

a trac t ivo y algo peculiar respecto de los conoc idos hasta a h o r a , en tanto no

dispongamos de la edición que se merece.

Según informa la licencia de la obra, fechada el 16 de enero de 1 5 5 4 , Gregorio de

Pesquera había desempeñado el cargo de administrador de la Casa de Doctrinos en

Valladolid, antes de ejercerlo en la de Madrid, en el momento en que estaba tramitando

la publicación del t e x t o l Precisamente es el éx i to de estos materiales docentes

utilizados en su nuevo destino lo que motiva el darlos a la imprenta: los contenidos,

método pedagógico y régimen de vida de los escolares de la fundación castellana iban a

servir de modelo a instituciones similares de otras localidades. De hecho, el volumen

incorpora, en siete folios finales, un apéndice normativo que detalla el régimen de vida

y la organización interna del centro vallisoletano: abarca rezos y prácticas devotas,

aprendizaje de escritura, de lectura, de oficios artesanos, de usos sociales y buenas

maneras, y, por supuesto, de la doctrina cristiana 4 . De ahí la singularidad de este

ejemplar, ya que reúne las enseñanzas y los textos utilizados en la formación escolar,

junto a noticias acerca de su efectiva utilización en un m a r c o educativo concreto

destinado a clases no privilegiadas a mediados del siglo xvi .

Esta precisa datación permite situarlo en unas coordenadas cronológicas concretas ,

obvias por otra parte: aparece poco después de haberse publicado el primer índice

inquisitorial de Valdés, de 1 5 5 1 , y tras haberse celebrado la primera etapa de las

sesiones conciliares de Trento ( 1 5 4 6 - 1 5 4 9 ) ; y, de forma más remota , se sitúa en la

estela del V Concilio de Letrán ( 1 5 1 2 - 1 5 1 7 ) , que supone «la reacrivación del cuidado

pastoral en la Iglesia» 5.

Si atendemos a los contenidos de esta Doctrina y a su configuración, es c laro el

marco genérico al que pertenece: el de la literatura didáctico-doctrinal, que, desde la

Baja Edad Media, auna aprendizaje escolar e instrucción religiosa. Con la aparición de

la imprenta, este maridaje da pie a dos productos editoriales, hoy bien conocidos: por

un lado, la cartilla escolar, editada en uno o dos pliegos sueltos, que gozó de enorme

éxito tal como comprobamos gracias a la espléndida muestra recopilada y editada en

* Según el estudio documental de Marie Carmen Pérez, en 1542 existía en Valladolid una institución que acogía niños pobres, pero la fundación del Colegio de Doctrinos se sitúa en 1546 (1996, pp. 175-176). Por su parte, Martínez Pereira indica que en 1543 se abre la primera Casa de Doctrinos en Madrid (2002, p. 5, n. 2).

4 Va seguida de una breve recopilación legislativa, en concreto 19 normas otorgadas en Madrid por el Consejo Real con fecha del 25 de octubre de 1552, referidas a la creación y mantenimiento de estos establecimientos (f. 245r-247v) , que se insertan en nuestro Apéndice 3. Aparecen recogidas también, con ligeras variantes, en los libros de visita exhumados por Pérez, quien reproduce sólo parcialmente el texto (1996 , pp. 175-187) . Kl desarrollo de la institución ahí trazado sirve de marco configurador al análisis interno que ofrezco aquí.

-'•Expresión que tomo prestada de Cátedra, 1997, p. 44.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A 7

facsímil por Víctor Infantes en Cartillas españolas para enseñar a leer de los siglos xv y

xvi; y, por otro lado, el manual pedagógico en formato de libro, donde cabe situar el

Pesquera, y cuyo ejemplo más próximo es la Doctrina Cristiana del ermitaño y niño de

Andrés Flórez, O. P. (Valladolid, 1552), disponible también en edición facsímil, a cargo

de Pedro M. C á t e d r a 6 . Cabe señalar que ambos títulos salen de las mismas prensas

vallisoletanas de Sebastián Martínez en fechas muy próximas.

La obra de Pesquera presenta una división en tres partes que se anuncian ya en la

Portada: «La primera es un diálogo o coloquio entre dos niños con muchas cosas de la

fe provechosas, y la doctrina declarada y luego la llana. En la segunda se contienen

muchas obras breves, y de buena y sana doctrina. La tercera tiene muchas coplas y

cantares devotos para se holgar y cantar los niños» (f. I r ) 7 .

En efecto, la Primera Partes es un compendio doctrinal en forma dialogada, en el

que la exposición de los principios básicos de la fe discurre a través de un intercambio

de preguntas y respuestas inducidas entre dos niños, uno instruido y otro neófito (f. 3v-

5 6 r ) . Esa forma dialogada es un mero soporte al servicio de la catequesis; se halla, por

tanto, bastante alejada del genuino sentido renacentista que encontramos, por ejemplo,

en el primero que adopta dicha forma: el Diálogo de Doctrina Cristiana de Juan de

Valdés (impreso en Alcalá de Henares por Miguel de Eguía en 1 5 2 9 ) , una obra , por

c ierto, «puesta en cuarentena nada más publicarse», c o m o nos recuerda Pedro

Cátedra 9 . Pero, en esa esquematización del diálogo, coincide con otras coetáneas y del

mismo ámbito pedagógico, como la del reformista, y rector del Colegio de la Doctrina

de Sevilla, Juan Pérez de Pineda, titulada Sumario Breve de la Doctrina Cristiana hecho

por vía de pregunta y respuesta, en manera de coloquio, para que así la aprendan los

niños con más facilidad, y saquen della mayor fructo, de 1 5 5 6 1 0 .

La Segunda Parte del Pesquera ofrece una antología de textos, presentada bajo la

rúbrica «Aquí comiencan cosas buenas y devotas en que pueden aprender a leer».

6 En su estudio introductorio el profesor Cátedra da cuenta de los diversos estados textuales por los que atraviesa la obra entre 1546 y 1557, en función de cómo soplaban los vientos ideológicos contrarreformistas, y de una serie de vicisitudes editoriales (Cátedra, 1997, pp. 15-31).

7 Contó la obra con la revisión del maestro Alejo Venegas (Vanegas, en el texto), cuya intervención se advierte en las glosas y enmiendas de los ladillos del volumen, reproducidas por obligación, según hace constar la licencia de impresión (f.lv-2r), que se otorga por un periodo de 10 años. Una xilografía con un querubín entre nubes y la leyenda «Dexad venir a los pequeños a mí q[ue] de los tales es el reino de los cielos», da paso a un brevísimo prólogo (f. 3r) en el que se insta, tanto a padres y madres como a «señores grandes y menores», a enviar los pequeños a iglesias y escuelas para adquirir formación cristiana.

" Se titula «La Doctrina cristiana por preguntas y respuestas, entre dos niños». 'Cátedra, 1997, p . l l . En la misma línea se hallan las tres obras compuestas por el doctor Constantino

Ponce de la Fuente en la década de los 40: el Catecismo cristiano, la Doctrina cristiana y la Suma de doctrina cristiana; esta última cuenta con la exégesis de Bataillon, 1986, pp. 535-540. Un panorama general de su obra se halla en Guerrero, 1971, pp. 235-238 .

1 0 Aparece descrito en Guerrero, 1971 , pp. 253-254 . Es posible que, debido a esa forma dialogada, Guerrero le atribuya otros dos: Catecismo. A saber es formulario para instruir a los mochachos en la cristiandad. Hecho a manera de diálogo, donde el ministro de la Iglesia pregunta y el mochacho responde, de 1550, y Catecismo que significa forma de instrucción, que contiene los principios de la religión de Dios, útil y necesario para todo fiel cristiano. Compuesto en manera de diálogo donde pregunta el maestro y responde el discípulo, de 1596. De ambos hay un ejemplar en la British Library, según Rhodes, 1991 , p. 116, bajo la entrada Calvinistic and Zwinglian Chinches. Puede completarse la relación con los títulos ofrecidos por Baranda, 1993, p. 31 .

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8 MA J E S Ú S F R A M I Ñ Á N D E M I G U E L Criticón, 96, 2 0 0 6

Consta de siete fragmentos, ex trac tados de obras de carác ter espiritual, y uno,

devocional, dedicado al rosario (f. 5 7 r - 1 2 5 r ) .

Por último, la Tercera Parte, «en la qual se contienen muchos ca[n]tares y coplas

devotas p[ar]a q[ue] los niños y otras personas canten y se alegren con devoción» (f.

1 2 6 r - 2 4 0 r ) , reúne un extenso corpus poético, con predominio de villancicos, romances

y coplas, en el que se vierten materia bíblica y preceptiva, prácticas religiosas, un

tratado de urbanidad y toda una casuística sobre la confesión y el Juicio final. Esta

sección va acompañada a menudo de indicaciones musicales, acaso añadidas con

posterioridad, si bien carece de notación propiamente dicha. La versificación de

materiales tan heterogéneos hace pensar en la versatilidad del canto , o la salmodia,

convertidos así en un instrumento muy eficaz de transmisión de conocimientos por vía

oral , dentro de un sistema pedagógico que, c o m o veremos, estaba anclado en la

recitación con fines memorísticos.

Añadiré que, tras un primer colofón y un folio en blanco, se da paso a la relación de

erratas , en c inco planas; y es que, aunque aparezcan corregidos , los errores de

impresión son bastante numerosos en el volumen. Se cierra con un segundo colofón 1 1 .

L A P R I M E R A P A R T E : D O C T R I N A DECLARADA Y D O C T R I N A LLANA

El enunciado de la Portada establece una diferenciación en el seno de la Primera Parte al mencionar que contiene «la doctrina declarada y luego la llana»n. La licencia de la obra insiste en esa distinción 1 3 , a la vez que señala una funcionalidad diferente entre ambas cuando indica que el volumen reúne tres cosas {sic): «La una la doctrina cristiana toda, declarada por disputas entre dos niños, con muchas declaraciones de tos misterios de nuestra sancta fee. Y la doctrina llana [paira que los niños y otras personas aprendan a leer; y otros libros y documentos [en alusión a la antología de la segunda parte y el apéndice final, respectivamente). Y la tercera cosa es para que canten» (f. l v ) .

Esta distinción entre ambas doctrinas justifica el hecho de que el contenido catequético reunido en dicha Primera Parte se halla duplicado, lógicamente, con una formalización distinta, más abreviada y condensada en la sección correspondiente a la llana, la que se postula para la iniciación lectora de escolares y adultos, según el citado preliminar.

La Doctrina declarada se extiende del folio 3v al 32r . En ella se observa una división interna, no explícita, en la que un amplio prolegómeno de conocimientos religiosos antecede a la explicación muy pormenorizada de artículos de la fe, mandamientos , sacramentos, pecados mortales, etc. En dicho prolegómeno se aborda la definición de

H A diferencia de la Doctrina de Flórez, que inserta un abecedario, así como un conjunto de reglas de escritura y de composición (f. 81r-88v de la citada edición de Cátedra, 1997) , el Pesquera carece de ellas. Aunque en la aludida reseña de Martínez se da cuenta de la existencia de varios modelos de alfabeto, en concreto 4 góticos y 2 redondos, situados tras el primer colofón y una hoja en blanco, y antes de la fe de erratas, los responsables de la Biblioteca lisboeta me aseguran que no consta ni en el original custodiado por ellos ni, en consecuencia, en el microfilm a partir del que sirven las fotocopias a los investigadores. La referencia aludida, no obstante, se halla en Martínez Pereira, 2002, pp. 3 y 10.

12 La cursiva es mía. '3 Figura en el folio siguiente y aparece firmada por Juan Vázquez, al igual que la Doctrina Cristiana del

ermitaño y niño de Flórez, en fol. 2 de la edición facsimilar de Cátedra, 1997.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A 9

cristiano y la relevancia del sacramento de la penitencia; la creación del cielo y el

infierno, de los ángeles y demonios; el concepto de pecado original, el valor de la

Redención de Cristo y su Nacimiento de la Virgen María . Se definen luego los estados

creados por Dios: patriarcas, profetas, apóstoles, evangelistas, mártires, confesores,

vírgenes, casados y viudas. Prosigue indicando las partes del rezo del rosario, la forma

de signarse y santiguarse, y transcribiendo el texto de las cuatro oraciones básicas, las

únicas precedidas de calderón y en párrafo propio en este extenso apartado: Padre

Nuestro, Ave María , Credo y Salve en romance, seguidas de una explicación acerca del

significado del Padre Nuestro 1 4 . Antes de concluir, se insiste en el concepto de cristiano,

subrayando la importancia de que la fe vaya acompañada de obras y unida a la caridad.

Doctrinachrí ílran.i,yEfpcio de fríen bíuir-.diuidi I do en tres partcs.^jLipf imera es vn

. dialogo ó coloquio entredós niños ; con muchas cofas déla (i ptouccho-

fas,y la doctrina declarada y luego bftíra.^fEnla fegundaTcconticnen muchas obras h;ci¡es y de buena y h ua doclrina.^¡La tercera tiertcmu

chas coplas y cantaresdeuo roí pan fe holgar y can

tít los niños.

CON P R I V I L E G I O

Ta fiado en

G. de Pesquera, Doctrina cristiana (Valladolid, 1554). Portada.

A continuación se halla la exposición propiamente catequética, organizada en

sucesivos epígrafes, ampliamente desarrollados como indica el adjetivo declarado que

acompaña a cada uno de ellos; y así, se explican y glosan artículos de la fe declarados,

mandamientos de Dios declarados, mandamientos de la Iglesia declarados, sacramentos

declarados, pecados mortales declarados y sentidos declarados. En cambio , les

corresponde una mera enumeración a enemigos y potencias del a lma, virtudes

1 4 Se basa en las siete peticiones contenidas en la oración dominical, cuyos enunciados enumero prescindiendo de la respectiva glosa: «En la primera pedimos que nos dé gracia y favor para que santifiquemos su nombre [...]. La segunda es que venga su reino [...]. La tercera petición es que su voluntad sea hecha en la tierra como se haze en el cielo [...]. La quarta petición es que nos dé aquel mantenimiento espiritual e corporal que su bondad sabe que nos conviene para pasar esta vida sirviéndole y glorificándole [...]. En la quinta [quarta, en el original] pedimos que perdone nuestros peccados. [...] La sexta petición es que nos libre de malas y peligrosas tentaciones [...]. La séptima y última petición es deprecación y desseo de cumplimiento de las peticiones sobredichas [...]» (f. lOv-llr).

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teologales y cardinales, y dones del Espíritu Santo, en los que se adelgaza mucho el

molde coloquial en tercera persona utilizado a lo largo de toda esta sección.

Siguen dos breves apartados que, bajo diversa forma, constituyen un devocionario:

el titulado Exercicio del niño cristiano (f. 3 3 r - 3 6 v ) ; y otro , en forma interrogativa, Qué

exercicio ha de tener de cada día todo fiel cristiano para agradar a Dios (f. 3 7 r - 4 3 v ) . En

el primero un anónimo preceptor interpela a un niño directamente en 2" persona, y éste

responde en I a , acerca de un conjunto de prácticas y rezos distribuidos al compás de las

actividades cotidianas, al levantarse, salir de casa, ir por la calle, entrar en la escuela,

regresar al hogar y acostarse. Le acompaña el comportamiento que ha de observar en

familia (obedecer, hacer recados, aceptar reprimendas), en la escuela y en la calle en

relación a juegos, golosinas, malas compañías , uso del dinero, etc. En definitiva, el

discurso responde a la idea de que, a medida que se medra en edad, ha de ejercitarse en

paralelo la virtud.

De modo similar, el siguiente opúsculo, encabezado por una única pregunta, usa la

segunda persona para especificar, por boca de un maestro, la gestualidad y compostura

que ha de observarse en cada fase de la misa, en el sermón y al pasar ante imágenes

religiosas. Luego enuncia el conjunto de oraciones que rezaban a diario los doctrinos en

función del horario escolar: hay dos para levantarse y para acostarse; una por el

maestro, los bienhechores, los difuntos (que puede acompañarse o no del rosario) y los

enfermos; siguen la bendición antes de comer •—incluidos Padre Nuestro y Ave

M a r í a — , la acción de gracias tras la comida, el Yo, pecador en romance y, por último,

el evangelio del Juicio final.

Entre el folio 4 4 r y 5 0 v discurre la titulada Doctrina breve (o llana, según la

licencia). Aquí Pesquera traslada literalmente los 2 2 primeros versículos de la «Doctrina

cristiana que se canta: "Amados hermanos"» , contenida en la carti l la, quizá, más

célebre y difundida a comienzos del siglo xvi en pliego suelto, conocida como Cartilla

para mostrar a leer a los mocosa. T o m a n d o pie en su cantarci l lo inicial «Amados

' 5 Se halla en un incunable de comienzos del siglo X V I , carente de lugar y año de impresión, conservado hoy en la Staats-Bibliorhek de Munich, signt. 4" P.O. hisp. 32(2). Consta tan sólo de 8 breves folios: el recto del primero contiene la portada, y el texto se desarrolla a partir del verso del primer folio. Aunque las ediciones modernas no indican su tamaño, el escaso número de líneas por plana permite deducir que probablemente se halle impreso en tamaño 8", lo que indicaría haber sido compuesto para el espacio de un pliego suelto. Su contenido presenta dos partes: la primera es una breve cartilla, que consta de un abecedario y un silabario; la segunda contiene una doctrina cristiana, a su vez con dos partes bien diferenciadas. Por un lado, figuran, por este orden, las cuatro oraciones (Padre Nuestro, Ave María, Credo y Salve) y la confesión o Yo, pecador en latín y en romance; y la bendición de la mesa y el Magníficat, en latín. Y, por otra parte, hallamos dos piezas cerrando el manualito, una en prosa y otra en verso. 1.a primera aparece titulada en la tabla final como «El castigo y doctrina de Catón» y en el cuerpo del texto como «Castigo y dotrina que dio un sabio a su hijo el cual debe dar el maestro a sus discípulos» (del folio 5v. a media plana del (ír.). Se trata de un discurso que proporciona pautas de recta conducta y de vida cristiana, expresado formalmente en segunda persona del singular y, por tanto, dirigido a un interlocutor indefinido y universal, al modo de los exempla de la literatura didáctica medieval. Y le sigue la «Doctrina cristiana que se canta: "Amados hermanos"», en forma versificada, pero de forma muy laxa, con un total de 346 versículos, por lo general de arte menor, aunque oscilan entre 4 y 9 sílabas. El cantarcillo inicial «Amados hermanos / pues somos cristianos / las armas de Jesús / tomemos que es la cruz» da paso al signar y santiguar en latín; luego se aconseja rezar las cuatro oraciones básicas, pero sin enunciarlas, y después se enumeran los 14 artículos de la fe, con la particularidad de que los siete últimos, pertenecientes a la humanidad de Cristo, llevan indicación

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A

hermanos / pues somos cristianos / las armas de Jesús / tomemos que es la cruz» ,

nuestro compilador adapta, con leves retoques, sus contenidos. Por ejemplo, selecciona

las cuatro oraciones básicas y la confesión en latín, y prescinde de la versión en

castellano, que figuraba en la parte extensa o declarada. Después, en romance, enuncia

de modo sucinto artículos de la fe, mandamientos de Dios y de la Iglesia, sacramentos y

pecados mortales con la diferenciación entre pecado venial, junto a las nueve causas de

obtener su perdón, y pecado mortal , más sus cuatro modos de ser absuelto. Le sigue la

relación de vicios y virtudes, obras de misericordia —no incluidas antes—, sentidos y,

por último, bienaventuranzas —ausentes antes. Ahí concluye.

Es después, en capítulo aparte, con rúbrica propia (Doctrina y coloquio que por sí

solo dize el niño) condensado en 5 folios (f. 5 1 r - 5 6 r ) , cuando se expone el conjunto de

nociones religiosas básicas que encabezaban, a modo de prolegómeno, la forma extensa

de la Doctrina declarada. De tal manera que la exposición preliminar que abría dicha

parte extensa clausura en forma de apéndice la abreviada. Esa inversión en la

disposición no afecta a los contenidos: la materia abordada en la versión llana es la

misma, tal vez aligerando la expresión verbal en alguna ocasión; sigue idéntico orden,

por lo que no repetiré la relación ya apuntada; y sólo presenta una diferencia,

destacable, de orden expresivo: se formula en I a persona. Veamos de muestra un botón.

La figura de María se define en la parte declarada del siguiente m o d o 1 6 : «P[regunta]:

¿Quién es Nuestra Señora la Virgen María? RJespuesta]: Es una señora que escogió

Nuestro Señor Jesucristo para madre suya, y la guardó limpia de todo peccado, y la

hinchó de gracia y dones y virtudes del Spíritu Sancto (f. 5v )» . En la parte abreviada

este contenido aparece recogido así: «Nuestra Señora la Virgen María es una señora

que escogió nuestro Señor Jesucristo para madre suya, y la guardó limpia de todo

peccado, la hinchó de gracia y dones y virtudes del Spíritu Sancto» (f. 5 2 v ) 1 7 .

de gestos o movimientos corporales con los que el escolar debería acompañar el recitado. Por ejemplo, «Aquí se ha de poner / el niño en cruz / cuando haze assí / que fue crucificado / [...] Aquí ha de abracar / los bracos / cuando haze assí / que descendió / a los infiernos y sacó / las ánimas de los Sanctos Padres /... Aquí ha de al^ar / los bracos / cuando haze assí / que resuscitó / al tercero día...». Y prosigue con el enunciado de los diez mandamientos de la ley de Dios, los cinco de la Iglesia, los siete sacramentos, las catorce obras de misericordia, los cinco sentidos corporales, la definición de pecado venial y los nueve motivos por los que es perdonado, los siete pecados mortales y las siete virtudes, los tres enemigos y las tres potencias del alma, las siete virtudes, las ocho bienaventuranzas y los doce frutos del Espíritu Santo. Una serie de jaculatorias, en romance y latín (19 vv.), ponen el punto final. Está publicada por Sánchez Herrero, 1976, pp. 177-183.

1 6 En la transcripción del texto me atengo a la grafía original, modificando sólo aquéllas que, sin valor fonético, entorpecerían la lectura. Así, la u y la ; consonanticas se restituyen como v y/, mientras que, al contrario, la v y /' vocálicas se transcriben como u e /', respectivamente. La y de los diptongos (reyno, parayso) se resuelve conforme al uso moderno (reino, paraíso). Mantengo las agrupaciones consonanticas (sancto, missa), salvo que se trate de h muda (Cristo,cristiano; no Christo,christiano), y las aglutinaciones (del, dellos). Regularizo -rr- y R- conforme al uso actual (honrado, rabadán; no honrrado, Rabadán). Resuelvo abreviaturas y acentúo, puntúo y coloco diéresis conforme a las normas académicas vigentes, también respetadas en la separación de palabras y uso de mayúsculas. Finalmente, transcribo el signo tironiano como y, por ser la conjunción copulativa habitual (aunque no la única) en el texto.

1 7 Entre los rasgos formales que diferencian ambas exposiciones, La Doctrina declarada se acoge, en líneas generales, a un patrón único para enunciar cada precepto: «Decidme, hermano, . . .» , seguido de la cuestión concreta. Así mismo, el procedimiento para dar paso al desarrollo explicativo es común: la interrogación directa «¿Qué quiere decir . . .?» , que, en el caso de los 14 artículos de la fe, adopta la forma siguiente: «¿Cuál es el fruto de este artículo?». Bien es verdad que, hacia la mitad del apartado, se suprime la

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MA J E S Ú S F R A M I Ñ Á N D E M I G U E I Criticón, 9 6 , 2 0 0 6

Es innegable que tal duplicación de contenidos, bajo una formalización y extensión

diferentes, obedece a una diversa función entre a m b a s partes . Globalmente

consideradas, la neta distinción entre parte declarada y parte llana se corresponde con

la división entre los dos universos educativos que conviven en el seno de la comunidad

escolar, maestros —auxiliados en sus tareas por discípulos adelantados— y escolares. El

manejo de la versión amplif icada, d o c u m e n t a d a , prol i ja, parece ir destinada

preferentemente a los educadores; y la sintetizada, a los educandos, que debían

aprender y recitar de coro los principios de la fe, como expondré más adelante.

Viene a confirmarlo el aspecto material de cada parte y, en particular, la disposición

tipográfica de cada una de ellas. De una presentación abigarrada, sin espacios en blanco

entre cada pregunta, con prolijos desarrollos en las respuestas, y calderones reservados

sólo para grandes apartados, en la Doctrina declarada, pasarnos, en efecto, en la llana,

a una disposición ordenada, en la que cada precepto corresponde a una breve frase,

precedida de calderón, aislada de la siguiente por punto y aparte , y con notable

generosidad de espacios en blanco, pese a no respetarse la medida del versículo en la

sección versificada 1 8. A todas luces, la presentación visualmente mucho más clara de la

Doctrina llana, hace pensar que se escribió para ser leída por escolares principiantes. En

cambio, serían lectores avezados, como los propios docentes y, también, alumnos ya

curtidos, quienes estarían en condiciones de utilizar la más difícil versión de la Doctrina

declarada para la práctica lectora. Y es que la lectura en voz alta, ante la comunidad,

figura entre las act iv idades ob l igator ias que los doc tr inos debían real izar

cotidianamente en el refectorio, según prescribe la normativa que rige la institución,

localizada, como dijimos, en el apéndice final de la obra:

Se les reparte el t iempo de aprender doctrina y leer y escrevir [..]; y exerc í tanlos en o tros

sanctos exercicios de noche y de día; y repárteseles la comida; y mientras comen, oyen buenas

cosas; e ca l lando todos lee uno. [...| Y luego [de recitar por coros la lección] los de casa

siéntanse a comer y hedían la bendición. Y uno lee a la mesa o dize la doctr ina, y nadie habla

mientras comen, porque está assí mandado (f. 2 4 1 r - v y f. 2 4 2 v , respectivamente).

Que la Primera Parte se destine a un ejercicio de lectura —en este caso , pública— es una hipótesis similar a la sugerida para el o tro manual análogo, ya c i tado, de la Doctrina cristiana del ermitaño y niño, de Flórez. Ésta, también, ensambla diversos

pregunta y la glosa se incorpora directamente al enunciado. Por su lado, la Doctrina breve se ciñe a la escueta mención de cada precepto, en una sucesión de frases yuxtapuestas y, a menudo, paralelísticas. Retomando el ejemplo anterior, dice: «% I.os artículos de la fe son catorce: los siete pertenecen a la divinidad y los otros siete pertenecen a la humanidad de nuestro Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero. % Los que pertenecen a la divinidad son éstos. % El primero creer en un solo Dios todopoderoso. % El segundo creer que es Padre. 1 El tercero creer que es Hijo...» (f. 47r) . Volviendo a la declarada, un tratamiento diferenciado respecto de otras doctrinas cristianas coetáneas lo constituye el caso de los mandamientos, por cuanto se cierran con una, dos o tres sentencias seleccionadas de las Escrituras con notable sensibilidad y acierto. En el primer mandamiento figura: «El que tiene mis mandamientos y los guarda, aquel es el que me ama» (Juan, 14); en el 5": «El que a su próximo quiere mal, matador es, y todo matador no tiene en sí la vida eterna» (Juan, 3); en el 8": «El testigo falso no pasará sin castigo» (Profetas, 19); el 9": «El que viere la muger para codiciarla, ya adultera en su corazón» (Mateo, 5).

' 8 En el Apéndice 1 se ofrece una muestra comparativa de ambas versiones extractada del ejemplar lisboeta.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A

contenidos en tres partes: una primera, de carácter doctrinal; la segunda, de intención

pedagógica; y la final, de contenido histórico. Cuando el profesor Pedro Cátedra

analiza sus respectivas funciones, en especial la de la doctrinal, que transcurre en forma

dialogada y es extensa, afirma: «Es posible que el Diálogo sirviera precisamente para la

práctica de la l ec tura» 1 9 .

Además de coincidir ambas Doctrinas en la presentación tripartita de su materia, así

c o m o en la forma dialogada de su respectiva primera parte, hay un tercer aspecto

paralelo que hace pensar en una posible relación entre ambos textos. Es ese resumen en

primera persona que clausura la sección final de la Primera Parte de la obra de

Pesquera, la ya citada Doctrina y coloquio que por sí solo dize el niño, mera repetición

condensada de materias expuestas previamente por extenso al inicio de la parte

declarada. Al recitar «Soy cristiano porque soy baptizado y creo en Dios Padre e Hijo y

Spíritu Sancto, tres personas. . .» , el escolar verifica la efectiva asimilación de todo el

bagaje doctrinal que ha debido memorizar: así concebido, este apartado serviría como

medio para la auto-comprobación de la materia aprendida, en otras palabras, como un

instrumento eficaz para reforzar la capacidad mnemotécnica del alumno. Un recurso

similar presenta el manual del dominico Flórez, aunque su procedimiento es mucho más

original: al cabo de la primera parte, cuando concluye la sección dialogada en la que un

ermitaño, en el papel de preceptor, ha instruido a un niño, el primero regala al crío un

librico, como premio a su esfuerzo. El librico en cuestión se halla encartado en el propio

volumen, constituye su segunda parte y está dividido, a su vez, en otras tres 2 0 . La

primera contiene, abreviada, una doctrina en coplas, con pauta musical, precisamente

para que sirva al muchacho de recordatorio del aprendizaje; la segunda, es un ordinario

de prácticas devocionales; y la tercera, titulada «El arte para bien leer y escrevir»,

contiene un abecedario y las normas de escritura. Se trata , en definitiva, de una especie

de cartilla escolar, cuya inclusión en el manual guarda alguna analogía con la inserción

de la Doctrina llana en el Pesquera. Pero, sobre todo, el librico contiene esa primera

subparte en forma abreviada y en verso, que está c laramente reservada «para el

aprendizaje memoríst ico del m u c h a c h o » 2 1 , lo mismo que el resumen en primera

persona que, como hemos visto, clausuraba la Doctrina breve de Pesquera.

El posible parangón entre ambos textos se detiene aquí 2 2 , pues nuestro autor se

acoge a otra tradición a la hora de allegar nuevos materiales para su vademécum

«"Cátedra, 1997, p. 109. 2 0 Corresponde a los folios 67v-88v de la edición facsímil, en Cátedra, 1997. 2 1 De nuevo, en palabras de Cátedra, si bien él se refiere al conjunto tripartito que integra la segunda

parte del manual de Flórez (Cátedra, 1997, p. 109). 2 2 La obra de Flórez discurre por unos derroteros bien distintos, pues el dominico agrega una tercera

parte erudita constituida por dos opúsculos titulados breve summa de la Sagrada escriptura en verso heroyco castellano y Cathálogo de los summos pontífices y emperadores de Roma, respectivamente. La primera recoge un listado de «quáles libros ay en la sagrada Escritura (sic) y qué capítulos tiene cada uno y de qué trata» (Cátedra, 1997, p. 147-149) . Es, en definitiva, un compendio mnemotécnico de los libros de los dos Testamentos, gracias al cual el lector completa los conocimientos doctrinales expuestos en la primera parte con las nociones esenciales sobre la Escritura que figuran en esta sección. Por su parte, el Cathálogo reúne dos listas cronológicas de Papas y Emperadores, indicando la duración de sus pontificados y mandatos, efemérides de sus papados y efemérides históricas relevantes, como el fin de la guerra de Granada. Esta tercera parte está encabezada por un prólogo dirigido a la duquesa de Maqueda, Isabel de Velasco, hermana

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М | I S t S F R А M I Ñ A N D F M 1 G U F I Criticón, 9 6 , 2 0 0 6

escolar, es decir, cuando emprende la recolección, clásica en cartillas y libros de este

tipo, de breves fragmentos para la lectura. Así ocurre con la «Doctrina cristiana que se

canta: "Amados hermanos"», de la citada Cartilla para mostrar a leer a los mocos, que

incluye un brevísimo ex trac to en prosa al modo de los exempla de la l iteratura

medieval, titulado el «Castigo ['consejo'] y dotrina que dio un sabio a su hijo»; y así

sucede en nuestro manual, con una selección lógicamente más amplia, ilustrativa de la

encrucijada espiritual que se vive en la península a mediados del Quinientos.

SEGUNDA PARTÍ.: U N A A N T O L O G Í A D F, T E X T O S E S P I R I T U A L E S

A la altura del fol. 5 7 r , en efecto, comienza la Segunda Parte: «Aquí comiencan

cosas buenas y devotas en que pueden aprender a leer». En ella, como dijimos, Pesquera

suministra un total de 8 textos, que ocupan casi 7 0 folios; siete son espirituales y uno,

devocional. Se trata , en su mayoría , de fragmentos de obras extensas, que habían

gozado de ediciones exentas en los años inmediatamente anteriores a la publicación del

manual ( 1 5 5 4 ) .

La selección está encabezada por el Sermón de la Montaña, capítulos 5", 6 o y 7° de

san Mateo , que enseñan las bienaventuranzas, el modo de hacer oración, la declaración

del Padre Nuestro y el modo de practicar la auténtica caridad. Recordemos que éstos

son los capítulos considerados por Erasmo, en su Enchiridion, como la piedra angular

del cristianismo; que el mismo Juan de Valdés los traduce e inserta en su Diálogo de

Doctrina cristiana; y que aparecen ampliamente comentados por autores espirituales y

erasmistas de la primera mitad del siglo xvi.

Pesquera transcribe a continuación dos textos de san Bernardo: una Epístola acerca

de c ó m o alcanzar la perfección en la vida, que también se inserta en el Catecismo

cristiano para instruir a los niños, de Constantino Ponce de la Fuente, en la edición de

1 5 5 6 2 3 ; y una Doctrina sobre el buen gobierno de la casa , en la que se aconseja

modestia en el gasto doméstico para vestir, comer, beber; y se sugiere c ó m o proceder

ante la enfermedad y cuando llega la vejez. Ambos textos muy probablemente están

ex trac tados o, cuando menos, se hallan en la Primera parte de las obras de san

Francisco de Borja, publicadas en Alcalá de Henares por Juan de Brocar en 1 5 5 0 2 4 .

del III Condestable de Castilla, a quien también Flórez dedica la obra íntegra en el prólogo inicial del volumen, continuando así la tradición familiar de la Casa de Vclasco —por ejemplo, su madre, la duquesa de Frías, María de Tovar, patrocina el Memorial de pecados de fray Pedro de Covarrubias (1515) , confesional al que he dedicado algunas páginas (Framiñán, 2005) . El hecho de que la obra de Flórez y Ortiz cuente con dos prólogos independientes, el que algunas ediciones prescindan de alguna de las tres secciones, así como la disposición de signaturas en algunos ejemplares conservados de diversas ediciones, hacen pensar al profesor Cátedra en la circulación independiente de cada parte: el Diálogo de doctrina christiana, e\librico o Doctrina de niños —con sus tres subpartes: Doctrina christiana en coplas, Ordinario de lo que ha de bazer y rezar un christiano y Arte para bien leer y escrevir— y la final de la Suma con los Catálogos (Cátedra, 1997, pp. 15-31) . El ámbito de aplicación de esta Doctrina es muy relevante ya que fue adoptado como texto oficial en las escuelas de varias diócesis, como Patencia y Mondoñedo y, en especial, por el arzobispado de Toledo, bajo el cardenal Juan Martínez Silíceo, a partir de 1549 (Cátedra, 1997, pp. 50-57) .

23 Ésa es la segunda edición. No he tenido ejemplar a mano para comprobar si también aparece en la príncipe, de 1547. Tomo el dato de Guerrero, 1971, p. 237.

2 4 Así lo señala Martínez Pereira en su excelente reseña, 2 0 0 2 , p. 7, n. 10, quien facilita el título completo: l.as obras muy devotas y provechosas para cualquier cristiano, Alcalá de Henares, Juan de Brocar,

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A 1 5

Recordemos que algunos tratados del duque de Gandía fueron incluidos en el índice de

Valdés de 1 5 5 9 , muy restrictivo respecto a obras de espiritualidad, y que el autor hubo

de defenderse ac larando que no le correspondía la paternidad de algunos de los

publicados bajo su nombre, como refiere Bataillon en su excelso estudio 2 5 .

JN^Sigueíe¿*é¡. \i fefgunda parte deft*

Doctrina.

tricot; tni trican cofas ferias y ciclicità» en

cjucpücclen apfcurlér a leer

|¡g§h Primeramente el ^gS§ eusngetioy-ley riêMu C-hnfto rmc=

ftrá fcftotdití'dicío'cn tmcapiru-iosrlc ítnr M archeo', quinto y

facto y fcp cimo.

G. de Pesquera, Doctrina cristiana (Valladolid, 1554) . Portada de la Segunda Parte (f. 2v).

Siguen varios fragmentos de carác ter ascét ico y míst ico que introducen al

principiante en la senda del recogimiento interior. El primero se titula Espejo de bien

bivir compuesto por un devoto religioso de la orden de san Augustín [sic] (f. 7 2 v ) .

Pertenece a un opúsculo atribuido a Jaime Montañés, impreso en 1 5 3 5 2 6 . Su contenido

puede cons iderarse de c a r á c t e r iniciático: se insta al cr i s t iano a alejarse de

conversaciones vanas, de libros mundanos y de trato con ricos, para aislarse del mundo

exterior y refugiarse en su yo. El segundo trata de la preparación del alma para orar a

Dios y alcanzar el grado de contemplación; está «sacado —dice Pesquera— de un libro

que es llamado Cruz de christo [sic], hecho por un religioso devoto de la orden de san

Francisco» (f. 77v ) . Corresponde a un tratado anónimo publicado en Sevilla en 1 5 4 3 2 7 .

A continuación se sitúa una obra alegórica, Escalera del paraíso, que trata — p o r este

1550. Las identificaciones de los textos citados a continuación figuran en la mencionada reseña de Martínez Pereira.

^Bataillon, 1986, p. 713 , n. 30. 2 6 El título completo es Espejo de bien vivir, nuevamente compuesto por un devoto religioso de la Orden

de San Augustín, la cual es obra que todo cristiano debe traer consigo, Valencia, Juan Navarro, 1535. 2 7 El título completo es Tratado de un exercicio muy provechoso, devoto y contemplativo llamado Cruz

de christo {sic), Sevilla, Juan Cromberger, 1543.

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MA J E S Ú S F R A M I Ñ Á N D E M I G II E E Criticón, 96, 2 0 0 6

orden— de la muerte, las penas del infierno, el Juicio general y la gloria del paraíso (los

l lamados cuatro novísimos o postrimerías) . De nuevo, la fuente se encuentra en

Francisco de Borja, como sucede con la siguiente, que constituye el último tratadillo de

carácter místico de la antología. Se titula La obra de la confusión, compuesta por un

devoto varón (fol. 103v ) y en ella se señalan modos de acceder a la vía unitiva entre el

alma y la divinidad. Este opúsculo se publicó exento en 1 5 4 6 y pertenece a la Segunda

Parte de las Obras de Francisco de Borja.

Cabe observar cierta progresión en esta sucesión de lecturas: primero se asientan los

cimientos de la fe cristiana; luego se vincula ésta con la vida cotidiana; a continuación

se propone iniciarse en la perfección moral (ascesis) y después, en la piedad interior

para lograr, por último, cierto grado de unión entre el alma y Dios. Entre esos dos

pasos finales se interpola la alegoría de la Escalera del paraíso.

Por último, Pesquera desarrolla una detallada exposición sobre los quince misterios

del rosario según el orden fijado por los dominicos (f. 1 lOr), explicando el origen de la

devoción y el de su nombre (salterio o rosario). Y concluye con una miscelánea formada

por una colección de proverbios cristianos (f. 1 1 5 r ) , una breve epístola sobre c ó m o

agradar a Dios ejerciendo la caridad (f. 120v ) y un prontuario para asistir a un

moribundo en el tránsito de la muerte (f. 121 v), acompañado de una serie de oraciones

para ayudar a bien morir (f. I 2 2 v - 1 2 5 r ) : una información práctica dado que los niños

doctrinos solían auxiliar a los enfermos en el lecho de muerte, c o m o comprobaremos al

examinar la reglamentación final.

De modo que, en el t ramo final, tenemos, por una parte, la inclusión del rosario

—una práctica tan denostada por Erasmo y sus seguidores— y, por otra , un elenco de

títulos de libros espirituales que se sitúan en la órbita de las corrientes renovadoras

favorables a una religiosidad interiorizada, difundidas ampliamente en los decenios

previos a la impresión de nuestra obra . En esta breve antología se detecta la

familiaridad del compilador con la literatura mística de la época y su sintonía con las

ideas, por ejemplo, sobre la purificación del alma y su preparación para unirse a Dios

de un Francisco de Osuna en su Tercera parte del Abecedario espiritual, que conoció

varias ediciones en Valladolid y Burgos después de publicarse en 1 5 2 7 2 8 .

Así, mediante esa selección de textos, Pesquera incorpora a la educación de jóvenes

todas esas inquietudes de renovación religiosa surgidas en los decenios precedentes y, al

mismo tiempo, da cabida al rezo del sa l ter io 2 9 o a toda una Primera Parte doctrinal,

muy atenta a la ortodoxia en cuestiones como la de ceñirse a las oraciones básicas, la de

practicar con frecuencia la confesión auricular, la de distinguir claramente entre pecado

mortal y venial, haciéndose eco ya de los nuevos métodos debatidos en las primeras

sesiones conciliares de Trento . Desde esa perspectiva, se trata de una doctrina de

encrucijada, que, como otras de la misma hornada, en acertada frase de Pedro Cátedra,

«no era ajena al primer impacto conciliar, de ese Trento antes del final de Trento que

empezó a condicionar tantas cosas al mediar el siglo xv i» - 5 0 . En este sentido, cabe

definir la Doctrina cristiana c o m o una obra sincrética porque, una vez asentada la

2 8 Valladolid, Juan de Villaquirán, 1537; y Burgos, Juan de Junta, 1544. 2 9 Por ser una práctica colectiva de gran arraigo popular, que resultaría muy apropiada como rezo

comunal dentro de ese contexto escolar.

•"Cátedra, 1997, p. 10.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A

ortodoxia dogmática, conforme imponen los nuevos tiempos, en la Primera Parte, su

compilador, en esta Segunda, propicia la circulación de un florilegio de lecturas en

sintonía con los ideales preconizados en la primera mitad del siglo por el humanismo

cristiano.

Tr as esta breve contextual ización, nos queda por considerar la viabilidad del

objetivo proclamado en el epígrafe de esta Segunda Parte: en otras palabras, si estamos

ante un conjunto de «cosas buenas y devotas en que pueden aprender a leer» los

doctr inos . Si por tal aprendizaje se entiende una propedéutica de la lectura

(reconocimiento de las letras, normas para juntarlas, fragmentos silabeados en prosa y

verso), esta función está encomendada a las cartillas que manejaban los muchachos ,

según testimonia la normativa del centro recogida al cabo del manual, que examinaré

en el epígrafe final de este estudio. Y si nos atenemos a los contenidos, parece más

verosímil el manejo de esta clase de textos por parte de los maestros, a quienes se

provee de un ideario religioso en su labor pedagógica, que por parte del alumnado.

Ahora bien, no hay por qué descartar la posibilidad de que también los usaran los niños

doctrinos, por supuesto que con fines bien diferentes. Nada impide pensar en su

utilización por parte de los escolares cuando han superado el nivel de iniciación y se

convierten en lectores instruidos. A ello ayuda la formalización expresiva de las

materias señaladas, que discurren a modo de consignas dirigidas directamente a un

interlocutor en segunda persona, mediante párrafos breves; o a modo de consejos,

exhortaciones, advertencias, completamente alejadas de un tratamiento sermonístico o

conminatorio. En definitiva, constituyen —es mi hipótesis— un posible repertorio para

esa lectura ante un auditorio de comensales, a la que obliga la norma del centro, bien

por boca de un docente, bien a cargo de un escolar ya experimentado 3 1 .

L A T E R C E R A P A R T E : U N C E N T Ó N P O É T I C O

La Tercera Parte se introduce mediante la rúbrica «Cantares y coplas devotas para

que los niños y otras personas canten y se alegren», pero su contenido íntegro es mucho

más amplio (f. 1 2 6 r - 2 4 0 r ) . En efecto, tras una primera sección de villancicos, romances

y coplas 3 2 , se da paso, en primer lugar, a una Dotrina de buena crianca, una especie de

manualito de buenas costumbres, que ocupa unos 12 folios-53. Le sigue una Declaración

3 ' No obstante, la lectura comunal no se ceñía a la doctrina dialogada. M. C. Pérez aporta un dato interesante referido a 1579: un inventario del Colegio, que recoge tres títulos, a saber, un «Flos Santorum en que leen los muchachos (qui était utilisé lors des repas pour une lecture á voix haute destinée au groupe), ainsi que libros de artes y un Bonifacio» (1996 , p. 181) . Los segundos se destinaban al alumnado de nivel avanzado, en consonancia con una disposición final que recomendaba iniciar en la gramática latina a los más capacitados, como veremos más adelante. Respecto del título final, si corresponde a Juan Bonifacio, Anastasio Rojo Vega registra la existencia de 5 ejemplares del mismo en Valladolid, entre 1566 y 1599 (1998, p. 573) . En consecuencia, cabe preguntarse si los docttinos realizaban algún tipo de práctica teatral, en la línea de las representaciones escolares de los colegios de Jesuítas. Sobre Juan Bonifacio, véase la edición moderna de González Gutiérrez, 2000 .

3 2 Ocupa los folios 126r-197v. 3 3 Del folio 197v a 209v. Recordemos que también el Libro de doctrina cristiana [...] para instrucción de

los niños y mocos, de Gutierre González Doncel, compuesto en torno a 1532, incluye así mismo «Otro Tratado de Doctrina moral exterior que enseña la buena crianca que deven tener los mocos, y como se han d'aver en las costumbres de sus personas». Ha sido estudiado por Milhou-Roudié, 1988. Recordemos así

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M A J E S Ú S E R A M I Ñ A N D E M I G U E L Criticón, 9 6 , 2 0 0 6

de la missa, más breve, en unos cinco folios 5 4, y, finalmente, un grueso capítulo de casi

3 0 , titulado Preguntas y respuestas provechosas para la salud del alma35. Concluye con

una Canción del infierno, que cierra toda la Tercera Parte36. El cómputo total asciende

a ochenta y cinco composiciones de muy variada extensión y contenido. Todas las

piezas, salvo tres, se hallan impresas a una columna; todas van tituladas, aunque a

menudo sólo se indica Otras, Otros; y todas portan en su interior calderón estrófico.

Además, un grupo numeroso lleva una especie de indicación musical, aprovechando los

espacios en blanco, mediante varios puntos negros agrupados de diversas maneras: en

forma de triángulos, triángulos invertidos, en forma de L , etc. (véase el Apéndice 2 ) .

Es posible establecer una organización de orden temático que permita deslindar este

amplio y heterogéneo corpus poético.

La producción inicial, aproximadamente sus primeros 7 0 folios, versa sobre dos ejes

temáticos: por un lado, la Pasión, relacionada con la Redención; y, por o t r o , el

Nacimiento de Cristo, sin que se aprecie división interna explícita entre ambos . En

torno al primer tema pueden agruparse las 31 primeras composiciones, según el cuadro

organizativo que presento en el Apéndice 3 . La n.° 32 serviría de engarce o de apertura

a la otra gran serie, de temática navideña, con un primer conjunto de 3 0 villancicos o

variantes zejelescas independientes (del n.° 3 3 al n.° 6 1 ) , seguido de otros 1 4 agrupados

bajo la rúbrica «Obras y coplas para cantar los niños» (del n.° 6 2 al n.° 7 3 ) . Se cierra

con un romance y su desfecha (n.° 7 4 y n.° 7 5 ) . Esta sería la disposición básica de la

primera sección de esta Tercera Parte.

De modo concreto, la Tercera Parte se abre con una Vita Cristi en 4 8 estrofas de pie

quebrado de rima encadenada, cuyo 4 o verso rima con el inicial de la estrofa siguiente,

y así hasta el final («Q[u]ando fue llegado el tiempo / para remediar el hombre / y el

Hijo de Dios ser hombre / humano, // determinó el Soberano / de enviar su embajada / a

una Virgen que es llamada / María / /» ) . Este recurso dota de gran fluidez narrativa a

esta composición que es capaz de sintetizar, prácticamente a base de los pareados

centrales, la historia humana de Jesucristo. Concluye apelando al creyente a recordar el

valor de esta inmolación como origen de su salvación.

En torno a esa idea básica giran las 12 composiciones siguientes, constituyendo un

ciclo sobre la Pasión, escrito, en su mayor parte, en forma de villancico o zéjel (salvo

tres casos) . Los dos primeros están expresamente destinados para el Corpus . En

concreto, el primero es un diálogo en 11 mudanzas entre un coro de hombres y otro de

ángeles, que alternativamente cantan cinco preguntas y cinco respuestas, rematadas

luego en la mudanza final, interpretada al unísono; y es posible que se compusiera para

igual día el n.° 4 , «Al tono de la gallarda», una danza bailable, ya que la celebración del

Corpus acogía gran número de ellas.

mismo que el maridaje entre doctrina y buenas costumbres es material habitual y de honda raigambre en manuales para jóvenes, como muestra la amplia recopilación de cartillas escolares del profesor Infantes de Miguel, 1988.

3 4 F. 209v-215r. 35 F. 215r-239r. 3 6 F. 239r-240r.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A

1 ^ Comienza la j | Sl| tercera gtcde b Doctrina ehriftia

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C SacabEf irtio fe txjfa (CHcrUefcoeidad

G. de Pesquera, Doctrina cristiana (Valladolid, 1554). Portada de la Tercera Parte (f. 126r).

Todos estos poemas ensalzan las consecuencias de la Redención de Cristo para el

pecador; el único centrado en la Virgen la ttata como Madre del Redentor (n.° 11 ) . La

otra presencia femenina es la de la pecadora arrepentida, acogida por Jesús (n.° 5 ) ,

pieza versificada con la misma combinación que la primera, estrofas de pie quebrado

encadenadas. Otra variedad métrica, las coplas de arte menor en octosílabos, aparece

en el n.° 6 , titulado «De la Pasión», que contiene una reflexión por boca de un pecador,

siguiendo los instrumentos de la Pasión (tres clavos, espinas, lanza, cruz) para inducir a

piedad al creyente, de modo similar a las obras de la religiosidad del gótico tardío,

aunque sin su acentuado gusto por lo lacerante.

De este conjunto inicial, el villancico más destacado es el n.° 12 , un contrafactum

religioso siguiendo la pauta de «Guárdame las vacas» («Guárdame mi alma, Señor mío,

y servir te [hé]. / — Á m a m e tú a Mí, / que Y o te la guardaré») . Contiene un diálogo

entre un pecador arrepentido y Cristo, quien le responde en la 3 a mudanza dando por

bien empleado su sacrificio: « N o haya sido sin provecho / la sangre que derramé». La

versión recogida por Pesquera difiere sólo en el vocativo de la registrada en el Nuevo

Corpus de la antigua lírica popular hispánica, de Margit Frenk, con el n.° 1 6 8 3 A

( « G u á r d a m e mi a lma, J e s u c r i s t o » ) , que fue compuesta en fecha imprecisa por

Bartolomé Aparicio e insertada en unos Gozos de la Virgen María, impresos en un

pliego suelto, de la segunda mitad del siglo xvi , según recoge el Nuevo Diccionario de

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2 0 M * I I S I S F R A M I Ñ Á N D E M I G II E I. Criticón, 96, 2 0 0 6

Rodríguez Moñirio (en adelante R M ) , n.° 9 3 9 3 7 Se comprueba así, una vez más, la

c irculación generalizada de estos poemas religiosos y su trasiego entre géneros

editoriales diversos: en el seno de una gruesa obra de catequesis pedagógica, en el

reducido margen de un pliego y en una breve miscelánea.

El siguiente registro (n.° 13 ) , de 3 6 quintillas, contiene la lamentación de un pecador

que, según canta las excelencias de Cristo, se humilla al recordar los momentos de su

calvario. Termina entablando un diálogo con Dios Padre y concluye con una oración,

en las cinco últimas estrofas, con la rúbrica «Amén». Este poema-oración cierra una

primera parte referida a la Pasión y Redención.

En una especie de transición se sitúan las tres siguientes composiciones: la titulada

Coplas del vergel, una pavana y una gallarda. Las Coplas (n.° 14 ) adoptan la misma

forma métrica del inicio, 2 3 estrofas de pie quebrado encadenadas, para recordar

hechos de mujeres singulares del santoral. La nómina es larga: Catalina, Bárbara, Justa,

Leocadia, Lucía, Águeda, Cecilia, Quiteria, Engracia, Inés, Úrsula y Margari ta . Por su

parte, la pavana no se ajusta a la medida or todoxa: sí hay un cuarte to , pero se le

añaden 4 versos octosí labos, en vez de la habitual pareja de hexasí labos más

endecasílabo, para constituir así seis estrofas de alabanza al niño Jesús y a su Madre. Le

sigue un villancico danzable al son de la gallarda, también sobre el Nacimiento.

De estas primeras 16 composiciones, 1 0 son villancicos cortesanos o zéjeles de

variada disposición, carentes todos ellos de indicación musical. A partir de aquí se

produce una inflexión en la recopilación, que gira de nuevo en torno a la penitencia, a

circunstancias de la Pasión y a figuras evangélicas, en la línea de la más genuina

tradición cancioneril, de la que Pesquera recopila algunos materiales y remoza otros.

Esta sección discurre entre el n.° 17 y el n.° 3 2 .

Dos poemas sobre la Magdalena, o más bien sobre las diversas figuras evangélicas

de igual nombre, ofrecen una visión por contraste. El primero (n.° 17) se centra en la

mujer que trueca sus amores mundanos por el amor divino, formalizado con los

recursos propios del código amoroso cortesano (antítesis, paradoja, reiteración), c o m o

muestra la 2 a quintilla: «Que perdida por a m a r , / vuelto el querer no querer, / puso

amor en tal lugar / que amor le haze ganar /más que le hizo perder». El segundo, en

forma de villancico, se fija en la Magdalena penitente cuyas lágrimas pide compartir el

pecador: «Danos dellas, Magdalena», repite el verso final de las cinco mudanzas.

Incorpora después el Romance de la llaga del Señor que hizo fray Ambrosio

Montesino (n.° 1 9 ) , correspondiente al segundo de los romances que el franciscano

compuso sobre este tema (en concreto el n.° 4 en edición m o d e r n a ) 3 8 , romance que,

c o m o se sabe, circuló abundantemente en pliegos sueltos junto a otras obras suyas. Es

3 7 El pliego suelto pertenece a la Biblioteca Central de Barcelona, según el citado registro recogido en Rodríguez Moñino. Por su parte, las vicisitudes por las que corre la obra impresa de Bartolomé Aparicio en pliegos sueltos se describen pormenorizadamente por Cátedra e Infantes, 1983, n." 15, pp. 99-109 .

3 8 Según la edición de Rodríguez Puértolas, 1987, pp. 193-194. La versión de Pesquera es mejor, en cuanto al sentido, en los vv. 7-8 que dicen, en el original: «Que de ti sola siente santos / sacramentos han manado» (supongo que es error del editor moderno) por «Que de ti a nos siete sanctos / sacramentos han mandado». Otra leve variante aparece en el v. 3: «Tú sola diste la vida» (en el original) frente a «Cierto tú diste la vida», en Pesquera. Y se suprimen, como es lógico, los dos versos finales en los que el monje se declaraba autor.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A 2 1

curioso comprobar que los dos pliegos conocidos que insertan este romance, R M 1 0 7 3

y R M 1 0 7 4 , están encabezados por otro villancico también incluido por Pesquera, el n.°

32 : «A vos, Virgen pura, estrella que guía / los hombres al puerto do nadie se pierde, /

mi alma angustiada a vos os envía / aquesta labor broslada de verde» 3 9 .

Figura luego un grupo de poemas sobre episodios de la vida de Cristo: circuncisión y

resurrección (n. o s 2 0 y 2 4 ) ; santa Cena, oración en el Huerto y prendimiento (n . o s 21 y

2 2 ) ; finalmente, calvario y crucifixión (n.° 2 3 ) . Los primeros son villancicos, los

segundos, romances de gran agilidad narrativa y el tercero, dobles sextillas de pie

quebrado*.

Junto a ellos, o tro conjunto, de fatigosa lectura, en alabanza a san Juan evangelista y

a san Juan Bautista, compuestos sobre una misma pauta: invocación, extensa narración

y villancico oracional de cierre; al apóstol Santiago sólo se dedica un villancico.

Hasta ahora , en esta primera parte de nuestro corpus poético, tanto los metros

empleados (villancicos los primeros, romances los segundos, coplas reales al final),

c o m o la disposición narrativa, o la secuencia de temas y figuras tratadas, sitúan este

repertorio en la senda de la poesía devota de cancionero, de raigambre franciscana, que

gozó de amplia difusión en forma de pliego suelto. Bien es verdad que alguna diferencia

hay en Pesquera: un tratamiento más depurado o conciso de los materiales, sin las

digresiones y meandros narrat ivos que cultiva Montes ino — p o r difíciles de

memorizar—, así c o m o la renuncia a la alegoría. T a m p o c o hay muchos juegos de

palabras, giros conceptuales o estilo argumentativo: esos recursos se reservarán para la

segunda parte, la de los villancicos.

Antes de que ésta empiece, nos encontramos de nuevo con materiales allegados de la

tradición, que, esta vez, forman una serie (n . o s 2 8 a 3 1 ) , con epígrafe propio, y cuya

circulación en pliegos sueltos tenemos, una vez más, bien atestiguada. Dice Pesquera:

«Aquí comienca un romance / con su glosa / trobado por el de / morfiscote]. Apli[c]ado

a otro me / jor sent[ido] / con un villancico de "Llama Dios al peccador"». El romance

de Francisco Bernal, músico de la corte de Felipe II, que comienza «A las armas ,

moriscote, / si las has de voluntad: / los Franceses son entrados, / los que en romería

van» se glosa a lo divino en Pesquera: «A las armas , rey del cielo, / pues las has en

voluntad, / los traidores son entrados, / los que engañaron [a] Adam». El romance narra

la historia de la Redención humana; mediado el poema, Cristo toma la palabra para

cerrar el relato de su propio sacrificio. La glosa presenta la historia de la Redención

como una confrontación entre el mal (antes de la llegada de Cristo) y el bien (después).

Por su parte , el vil lancico siguiente es un contrafactum del villancico popular

«Llamábalo la doncella / y dijo el vil: / —Al ganado tengo de ir» , que aparece

3 9 Interesa, por tanto, reseñar las composiciones de estos dos pliegos excluidas por Pesquera: un romance

sobre la custodia: «Quien es este que en reguarda / de su castillo dorado» y dos obras del franciscano

Montesino: «O coluna de Pilato, / el dolor que en ti sentí» y «Ya son bivos nuestros tiempos / y muertos

nuestros temores».

* Destaca, en el plano expresivo, la imagen que señala a Cristo coronado de espinas como «herizo

ensangrentado».

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2 2 M'1 J E S Ú S F R A M I Ñ A N D F M I G i l E l Criticón, 96, 2 0 0 6

publicado, por ejemplo, en la Segunda Parte del Cancionero General de 1 5 5 2 4 1 . En su

versión a lo divino es un diálogo: a cada llamada al pecador para que abandone los

placeres terrenales se responde con los versos finales del estribillo: «Dize el vil: / —Al

Mundo quiero servir». Hasta que en la última mudanza acepta la buena senda y «Dize

el vil: —Padre , ya os quiero servir».

Tanto estas tres piezas, así agrupadas, como la composición siguiente, Otras coplas

del necio pecador (n.° 3 1 ) , aparecen editadas en pliego suelto 4 2 . Estas últimas

mantienen la misma disposición que la anterior: 1 9 mudanzas de negación al redentor,

seguidas de o t ras c inco de a c e p t a c i ó n , con rúbrica propia , que t ra tan del

«Arrepentimiento del pecador», empezando éste por los versos «Miserere mei, Señor, /

conozco mi iniquidad».

En el poema siguiente (n.° 3 2 ) , una loa a la Virgen, puesta en boca de un pecador

(«A vos, Virgen pura, estrella que guía») parece servir de gozne, temático y formal,

entre este apartado y el posterior, dedicado a villancicos sobre el Nacimiento 4 3 .

C o m o decía al principio, una leve indicación en el texto parece separar, por un lado,

los 3 0 poemas que van del n.° 3 3 al n." 61 y, por otro , los 14 siguientes, que aparecen

bajo la rúbrica del n.° 62 : «Obras y coplas para cantar los niños». Tal vez con ella se

quisiera indicar que estos últimos 14 poemas están destinados a un primer nivel de

aprendizaje. La única diferencia apreciable entre ambos grupos son las indicaciones

musicales que figuran en los ladillos, que son abundantes en el primero y omnipresentes

en el segundo. Precisemos que todos son villancicos y variantes zejelescas, con dos

excepciones: el n.° 4 3 , en coplas manriqueñas, y dos romances al Nacimiento, los n."s

6 5 y 7 4 . Éste último, acompañado de su desfecha, n.° 7 5 , cierra el tema navideño,

apuntando así una cierta unidad de composición respecto del n.° 3 2 , que parece marcar

la apertura de esta serie sobre la Navidad.

En este amplio conjunto que va del número 3 3 al 7 5 no sólo hay cantidad, sino

especialmente variedad y un gran polimorfismo en las combinaciones métricas y

estróficas. Señalaré unos pocos rasgos distintivos. Un cierto número se hallan en forma

dialogada o con inclusión de una pregunta en el estribillo, acentuando así la

interpretación por coros que de por sí exige esta composición 4 4 . Dialogados son los

villancicos n."s 3 5 , 3 9 , 4 4 , 6 4 , 6 6 , 6 8 y 7 2 . Y algunos de los pastoriles, aunque no

todos: por ejemplo el n." 3 3 , «Espantado estoy, carillo: / quedar virgen quien parió / y

ser Dios el que nascjó», remedo del enciniano «Nuevas te traigo, caril lo», musicado en

el Cancionero de Palacio, n.° 2 8 1 4 5 ; pero sí son dialogados los pastoriles de los

números 4 4 , 6 3 y 6 4 .

4 ' Indica el profesor Alín que, años antes, Fernando Colón registra en su Abecedarium un pliego suelto en donde este villancico era también el remate del famoso romance de Belerma con su glosa, del que a su vez hay versión a lo divino. Véase Alín, 1991, pp. 205-206 .

4 2 Son, respectivamente, el RM 703, para la serie ternaria, y el RM 887 del Nueva Diccionario. 4 3 Dicho n." 32 es el que encabezaba los pliegos que recogían el romance Llaga santa, llaga santa de fray

Ambrosio Montesino (RM 1073 y RM 1074). Y consta de siete estrofas muy próximas a la pavana. I.a serie navideña se inicia en f. 172v.

4 4 Y es que ése era también el método de aprendizaje de la doctrina entre los niños, según rezan las disposiciones finales: «Y acabando de dar leción, dicen todos la doctrina por coros como religiosos: los de fuera que se vienen a enseñar de una parte, y los del colegio a la otra» (f. 242r) .

4 5 Cancionero Musical de Palacio, edición de (íonzález Cuenca, 1996.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A 2 3

Una mención especial merecen algunas de las versiones a lo divino, de las que puede

extraerse alguna conclusión de interés, gracias a sus respectivos registros en el magistral

Nuevo Corpus de la antigua lírica popular hispánica. Destaco, en primer lugar, el

villancico n.° 5 8 : «Para qué comía la primera casada, / para qué comía , / para qué

comía la fruta vedada. // La primera casada, / ella y su marido, / a Dios han traído / en

pobre posada / por aver comido / la primera casada , / por aver comido / la fruta

vedada». El estribillo y primera mudanza aparecen localizados en fuentes teatrales

distintas: el primero en 4 versos del Aucto del Nacimiento de Timoneda [ 1 5 2 0 P - 1 5 8 3 ] ,

impreso en la década 1 5 5 0 - 1 5 5 9 4 6 . La versión de Pesquera repite un verso más , el

segundo del estribillo, para acentuar el paralelismo. Y la primera mudanza aparece

localizada en el auto de La caída de nuestros primeros padres, cuyos seis versos amplía

Pesquera a ocho, duplicando el 6 o y 7 ° 4 7 .

Un caso distinto es el n.° 6 6 , contrafactum del villancico profano de Juan del Encina

(en el Cancionero Musical de Palacio, n.° 3 6 9 ) : «Romerico , tú que vienes / donde mi

vida está / las nuevas della me d a » 4 8 . En Pesquera se transforma en: «Romerico, tú que

vienes / donde nuestro bien está, / dinos las nuevas de al lá», seguido de 6 extensas

mudanzas narrativas 4 9 . Es la misma versión a lo divino registrada en el Cancionero de

Nuestra Señora en el cual hay muchas canciones, romances y villancicos, impreso en

Barcelona en 1 5 9 1 .

Por su parte, el n.° 6 8 , «Noche más clara que el día / ¿quién la vio? / —Mi fe, yo no

la vi, no», es similar a «Clara estava la noche / más que el solé / clara estava la noche»,

uno de los villancicos insertos en La Obra del Santísimo Nacimiento [...] llamada del

Pecador, de Bartolomé Aparicio, impresa en torno a 1 5 6 0 y luego, en pliego suelto, en

1 5 9 6 » .

Por último, señalaré el villancico n.° 7 3 : «Quien perdió y yo hallé, / déme las señas, y dárselo hé. // Perdió el linage humanal / la justicia original; / yo en mi vientre virginal / sol de justicia hallé. / Quien perdió». Es una canción infantil para un juego en corro cuyo estribillo y mudanza se localizan también en el Cancionero de Coplas del Nacimiento de Francisco de Velasco, impreso en 1 6 0 4 en Burgos 5 1 .

A la vista de su datación, todas estas composiciones recogidas en el Pesquera proporcionan versiones a lo divino levemente anteriores a las hasta ahora registradas en fuentes impresas.

Para cerrar este apartado quisiera reseñar, por un lado, la delicada canción de cuna del villancico paralelístico n.° 5 7 , que comienza c o m o nana infantil y concluye c o m o

4 6 Según la cronología propuesta por García-Bermejo, 1996, entrada [49.2] , pp. 142-143. 4 7 Este estribillo está reseñado por Frenk, 2003 , n.° 1393 B. La primera mudanza coincide con la del n.°

1393 A, recogido en Historia de los indios de la Nueva España de fray Domingo de Motolinía, compuesta en 1542, cuyo manuscrito más antiguo, sin embargo, data de la segunda mitad del siglo xvi. Véase la edición de Baudot, 1991 , p. 202, pata el poema, y p. 77 para la cronología del manuscrito.

4 8 Cito por Dutton, 1990, t. II, p. 559, b. 4 9 Frenk, 2 0 0 3 , n." 527: «Romerico, tú que vienes / de do mi señora está / las nuevas d'ella me da», del

que registra la siguiente versión a lo divino, coincidente con Pesquera: «Romerico, tú que vienes / donde nuestro bien está / dinos las nuevas de allá», localizado en el Cancionero de Nuestra Señora, 1591, p. 5.

5 ( 1 Frenk, 2 0 0 3 , n.° 1069. El texto teatral puede leerse en el facsímile del citado estudio de Cátedra e Infantes, 1983, pp. 137-156; y el villancico, en p. 150.

5 1 Frenk, 2003 , n . °2103 .

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M" J E S Ú S F R A M I Ñ A N D E M I G U E L Criticón, 9 6 , 2 0 0 6

canción de corro: «Aya, niño Jesú, aya, / aya, niño Jesií. // Aya, niño Jesucristo, / aya,

niño Jesú. / Nunca tal niño se ha visto / como el niño Jesú, / aya. [...] Aya, niño, ro , ro ,

ro , ro , / aya, niño Jesú; / ea, hagamos un corro / al Señor niño Jesú, / a y a » 5 2 .

Y , finalmente, el n.° 5 9 , «Rey es Él y reina es Ella, / Él su hijo y Ella doncella», se

construye a base de un juego de palabras sobre el parentesco («madre es del y Él padre

del la») , un motivo obligado en los cancioneros religiosos; pongamos por caso , el

recogido en el Cancionero espiritual impreso en Valladolid, 1 5 4 9 : «Una Virgen le parió

/ de quien Él es hijo y padre, / y Ella del es hija y madre / y Él su Dios que la formó» 5 3 .

En definitiva, a lo largo de este gratificante apartado, se reúne un amplio repertorio que

exprime todas las posibilidades expresivas y rítmicas del villancico popular. Es tal la

versatilidad y agilidad de esta forma anclada en la tradición, que por vez primera en

toda la Tercera Parte se esfuma la gravedad inherente a la propia materia doctrinal. De

ahí su efectividad pedagógica y quizá por ello la amplitud de la recopilación.

Tras esta gozosa sección, aparece, precedida de 8 coplas introductorias, la Dotrina

de buena crianca, que desgrana en 83 coplas castellanas el correcto comportamiento

que se espera guarde un niño doctrino en el vestir (10 coplas), hablar ( 1 0 ) , comer ( 5 ) ,

beber ( 5 ) , andar ( 6 ) , reír (2 ) , sentarse (4) y acostarse (3 ) . Mención especial merece el

servir, puesto que éste solía ser el oficio al que iban destinados —si no lo ejercían ya,

mientras se formaban— los educandos de la escuela. En consecuencia, se dedican 2 0

coplas a prescribir, desde la elección de a m o adecuado (el ideal es un anciano

eclesiástico) 5 4 , hasta el cuidado de sus ropas, el correcto acompañamiento en la calle y

en la casa, el servicio de la mesa, etc.; unas reglas que se hacen extensivas al padre y al

maestro. Podríamos resumir diciendo que mesura, diligencia, discreción serían los

rasgos que definen el quehacer servicial aquí prescrito, en un compendio breve de lo

cotidiano, que sirve a un fin absolutamente utilitario: instruir para saber estar en cada

situación. Por otra parte, aquí sólo aparece alguna leve indicación musical en los

márgenes de ciertas estrofas.

La Declaración de la missa subsiguiente (29 coplas reales) se ocupa de la descripción

y significado de las ropas del oficiante y el templo, y del de las partes de la liturgia:

kirye, gloria, epístola, evangelio, bendición, credo, santo, agnus Dei e Ite missa est

(también se atiende al persignarse).

El conjunto de Preguntas y respuestas muy provechosas para la salud del alma, que

corren a cargo de un doctor adepto a la Summa de santo Tomás , versa sobre dos únicos

temas: la confesión y el Juicio final. De la primera aborda tres aspectos: la elección del

confesor adecuado y las condiciones que debe reunir (desarrollado en 13 estrofas

construidas por una redondilla y una quintilla); en segundo lugar, lo que denomina

«Provechos de la buena confessión» (12 en total, expuestos en 18 estrofas similares); y,

por último, una serie de 15 preguntas acerca del acto mismo de la confesión auricular.

Esta casuística está organizada con cierta agilidad, ya que a un cuarte to para la

5 2 Entre las «Rimas para niños chiquitos», Frenk rescata la siguiente, que pertenece a las Endechas de Pedro de Orellana: «¡Aya, niño, a rro, rro, rro!, / no lloréis, que aquí esto yo» (2003 , n.° 2 0 4 7 ) , cuyo proximidad con la versión de Pesquera me señala Marc Vitse, a quien agradezco el dato.

5 3 En la edición de Wardropper, ed., 1954, Introducción, p. xxiv. 5 4 «Antes que servir procures / [...] / busca amo y caballero / con que tu vida asegures. / (...) Procúralo de

tomar / eclesiástico y anciano / porque, no siendo liviano, / no puedes sino medrar» (f. 205r) .

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A 2 5

pregunta sucede otro para la respuesta, en las 11 primeras; en las cuatro finales se

mantiene el cuarte to para preguntar, pero se responde en coplas de arte mayor ,

dedicando tres a la pregunta once y una a la doce; otras tres a la trece y, de nuevo, una

a la catorce. Por ejemplo, dedica tres coplas a «La culpa olvidada por negligencia»; y un

cuarteto a la primera cuestión, la única rotulada de toda la serie: «Si basta sola

atrición» para obtener el perdón de los pecados , e x t r e m o que el doc tor rebate

taxativamente.

La sección referida al Juicio final ( 14 folios) está presidida y rubricada por la

mención de una auctoritas, santo Tomás , y consta de dos apar tados 5 5 . Primero, un

conjunto de 6 preguntas en prosa, contestadas en coplas castellanas. La cuestión «Si

estarán los justos con los ángeles en el cielo» merece 5 estrofas, frente a las 13 de «En

qué lugar aparecerá el Señor cuando venga a juzgar el mundo». La séptima pregunta y

su respuesta sirve de engarce con el segundo apartado, en donde se regresa a la medida

de 9 versos (redondilla más quintilla). Aquí, con un cierto sentido composit ivo,

enmarcadas mediante dos estrofas de apertura y otras dos de cierre, se glosan las ocho

penas del infierno a lo largo de 3 9 estrofas. La última de ellas, la separación de Dios,

abarca nada menos que 1 8 . En los versos finales descansa el peso de la prueba de todo

lo expuesto: « Y de todo esto que digo / no curo de otro testigo / si no que todo o lo más

/ lo dize sancto Tomás / cuyas doctrinas sigo» (f. 2 3 9 r ) .

Es claro que el destinatario de los contenidos de esta sección doctrinal versificada

son los maestros de los colegiales a quienes se garantiza argumentación suficiente y

avalada con la que satisfacer toda clase de cuestiones con que les asaltara el pupilaje. Se

diría que, en materia de dogma, lo más seguro es acogerse al refrendo de la autoridad

indiscutida; en este caso, la del magisterio tomista. Se cierra la Tercera Parte con la

Canción del infierno, 14 estrofas de pie quebrado de rima encadenada, el mismo metro

con que se inauguraba: «Oyan , oyan los vivientes / nuestras bozes y pregones, /

levanten sus coracones / endurescidos» (f. 2 3 9 r ) .

Tras una exposición tan ceñida a la letra del manual estudiado, bueno será no

perder la perspectiva general e intentar ubicar esta recopilación poética en las

coordenadas que le son propias. Dentro de esa larga cadena de textos que aunan

aprendizaje de primeras letras y catequesis, si nos ceñimos al siglo xv i y a aquellos que

presentan la doctrina rimada o cantada, dos son de inexcusable referencia. El primero,

en formato menor, es la ya mencionada «Doctrina cristiana que se canta: "Amados

hermanos"», situada al cabo de una cartilla escolar; el segundo es la «Summa de toda

doctrina cristiana en coplas», una de las tres partes en que se divide el librico que el

maestro ermitaño regala a su discípulo, según consta en la Doctrina Cristiana del

Ermitaño y Niño, de Flórez, publicado tan sólo dos años antes en la misma imprenta

vallisoletana en que ve la luz el Pesquera, c o m o se ha indicado. Tanto la cantada

"Amados hermanos" c o m o la «Summa en coplas» son breves compendios que

versifican los preceptos básicos de la fe con fin mnemotécnico, albergados en el seno de

sendas obras catequéticas de diferente extensión. Pero la Tercera Parte del Pesquera,

aun compartiendo dicho rasgo, parece servir a otro fin: ofrecer un amplio catálogo que

abarque el mayor número posible de composiciones, a lo largo del calendario litúrgico-

5 5 F. 225r-239r.

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2 6 M".) ES US F R A M I Ñ Á N D E M I G U E L Criticati, 9 6 , 2 0 0 6

festivo, con el que satisfacer las necesidades formativas de la comunidad escolar a la

que iba dirigido. Para ello hace acopio de tanta y tan variada gama de registros como le

ofrecía la tradición popular, aprovechando el momento de gran efervescencia editorial

de que gozaba la misma en los años centrales del Quinientos.

U n a ADD E N O A n o r m a t i v a

Al término de la Tercera Parte se localiza un compendio normativo que reúne dos

opúsculos diferentes: por un lado, el titulado «La manera que se puede tener en recoger

niños pobres, perdidos en Casas de Doctr ina», centrado en la experiencia del colegio

vallisoletano; y por otro , un reglamento de aplicación general otorgado en Madrid el

año de 1 5 5 2 , que encierra un total de 1 9 disposiciones 5 6.

Los tres ejes básicos del primero son la fundación y el régimen económico del

centro, y la organización de la jornada escolar.

Zitto.

en «il mclBoáal oc capitalo?:? pioncan loqnc canai ga afa conicraacionr aumento odati ofebascaj&w. oocrfma atiba oiebe» nifioar como alferof do nocíirotWioi:? aameruoq afa fatuta (u connensá.

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preda¡eníá mire iwblet>< Ila-oc &al(adolfd,£ n

Cafa s)c Scbáftian rlBartin£j,afio

1 5 i 4*

G. de Pesquera, Doctrina cristiana (Valladolid, 1554) . Colofón (f. 247v).

do^Dicbof.

C"S fa.cci'v'if.tnla.i.platia.a.tiiií.ríng.m.C'e oía ta ninsana/poi »í ce ota ni en ninguna

j£nla wñm pia.a.rn\ren.«uf dada/poi atfrfft.

C Büiícííofe cfta txxtrina en tre» paros'.peí cania oc io que cfta mandado poi fu ÉjMgcItad/f poi loa feíloirs oc! fa mot alrocífcjo en fns capítulos arriba oicbos:en el capitalo o:'c; yfeytv qne oije.qnten las cau* oc ooctrlna p efeuelaB enfe*

lien buena oottrúw y a leer-enbaenos №:oe: y qtíe camena Ifan/yefcríuanboeRascofafcpara que

rodo lo hallen incité libio para lo poder en* íefiar f cLcrcitar.£oiresido r ernnenda

do po¡ etraacilro SUto vantfiií : pos mandado oc ¡osfeíío!e*ocl

conftjoreal-acabofeoüm piímirapiiitierooe

t r a j o , jHfioi}

G. de Pesquera, Doctrina cristiana (Valladolid, 1554) . Segundo colofón tras la fe de erratas (f.

25 lv).

Se especifica que la fundación de una de estas Casas es responsabilidad de un

corregidor y dos regidores, que tienen a su cargo la supervisión general y el orden

económico. Sus funciones iniciales son cuatro: «Señalan un espital o casa que tenga

hanchura y corrales; buscan maestro qual combiene con sus ayudadores [...]; piden

limosna por todo el pueblo para aquel año [...]; y ponen personas que tomen las

quentas, y tengan el dinero, y den para el gasto» (f. 2 4 0 v ) . Al mantenimiento

económico contribuyen «la renta de algunas personas devotas [...]. También ayudan los

regidores de los propios de los pueblos con algún tanto cada a ñ o » . Pero la base

primordial es la limosna, tanto la obtenida en la propia casa —donde «tienen su c a x a

con dos o tres llaves de la limosna para que heche el que viniere»— c o m o la recaudada

por los propios pupilos «quando van a pedir por los pueblos». Además, los niños

allegan fondos por otra vía, ya que saben rezar y saben escribir: « Y de todas partes los

5 6 El primero se extiende del f. 240v al 244v y el segundo, del 245r al 247v.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A

llaman que vayan acompañando los defuntos, y les ayudan en sus testamentos; y desto

tienen cuidado los escrivanos. Y en otras [partes] ay cofradía y hermandad de personas

que se encargan [del sostenimiento económico] juntamente con la ciudad. Y en alguna

parte hazen la hermandad los escrivanos» 5 7 .

Por lo tanto , la institución, aun estando destinada de m o d o prioritario a la

formación cristiana de los discentes, nace y se desenvuelve al margen del estamento

eclesiástico, por cuanto es la autoridad civil local la que se halla al frente de la misma, a

diferencia de las fundaciones de Niños Expósitos, que solían depender de los Cabildos

catedralicios y obedecen a otras características. En la normativa tampoco se exige, de

m o d o expreso, que los docentes sean clérigos, sino sólo «buenos maestros doctos e

virtuosos que les puedan enseñar juntamente doctrina y buenas costumbres» (f. 2 4 1 r ) .

Veamos ya con qué medios.

El régimen de vida escolar está presidido por esta premisa: «Se les reparte el tiempo

de aprender doctrina y leer y escrevir [..]; y exercítanlos en otros sanctos exercicios de

noche y de día» (f. 2 1 4 r y v) . Así mismo se proporciona un cuadro completo de

ocupaciones cotidianas: « Y repártenles los officios dentro en casa y fuera; c o m o es de

los que han de aderecar la comida, y varrer, y poner las messas y servirlas; y los que

compran la comida y la traen; y tener cargo del dormitorio y varrerle; y hazer las

camas , lavar los servicios y regar; y otros que son enfermeros y curen bien y con

cuidado de los enfermos». Sin olvidar: « Y házenles oír missa y confessar, según la

necessidad y hedad de cada uno [...] y házenles espulgar cada día y danles algún rato de

recreación onesta y sancta» (f. 2 4 1 v ) .

En cuanto al código ético que se les inculca, se dice: «Mándaseles, assí a los que

están en casa como a los que vienen de fuera a deprender, que no juren ni mientan, ni

hurten ni jueguen, ni tomen cosa alguna ni la pidan, ni tengan dineros; y que sean muy

obedientes a sus padres y amos; y que vayan reposados por las calles, y que enseñen la

doctrina a la gente de su casa; y que no canten sino la doctrina o otros devotos

cantares, y no otra cosa de noche ni de día, so pena que le[s] castigarán; y para esto se

les enseñan sanctas canciones y alegres para ellos» (f. 2 4 2 r ) .

La parte de la normativa que, al final del primer opúsculo, establece el orden y

distribución de las actividades concretas aparece bajo epígrafe propio y, en aras de una

mejor difusión de esta realidad escolar, opto por transcribir el texto en su integridad.

\Tienen los niños este concierto en el colegio

ILevántanse en verano a las cinco y media y en imbierno a las seis y media; y van luego todos juntos al oratorio a rezar y dezir la confessión y las quatro oraciones, y ruegan por sí y por los bienhechores, y por todo el mundo. Y allí se junta cada uno son su igual y, de dos en dos, van a missa a la iglesia más cercana en procesión5 8; y van con mucho reposo sin responder a nadie aunque les digan mal o los deshonren, porque les está assí mandado. Y oyen missa, callando y de rodillas, mirando al sacerdote, las manos puestas y con atención. Acavada la

5 7 Otro peculiar medio de financiación está documentado en la ciudad de Burgos, que contaba con esta fundación para niños desde 1543, y, desde 1548, para niñas. Entre 1582 y 1587 comienzan a representarse comedias en el patio de la Casa de los niños de la Doctrina a beneficio de dicha institución, según registra en su estudio Miguel Gallo, 1994, pp. 36-45.

5 8 procición, en el texto.

Page 24: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

8 M A J E S Ú S F R A M I Ñ Á N D E M I G U E L Criticón, 9 6 , 2 0 0 6

missa, se levantan y h[a|zen 5 9 reverencia al Sacramento, y buelven reposados diziendo las mesmas oraciones que ivan diziendo de primero. Y llegados al colegio, les dan de almorzar, y hazen gracias al principio del comer y otra vez quando acavan; y ruegan por sí mesmos y por sus bienhechores, y por todo el mundo, y por los bivos y defuntos, y por la paz de los príncipes cristianos. Y acavado de almorzar, se pasean un poco, diziendo la doctrina el que más sabe con el que menos sabe; y luego toman sus cartillas para leer: las quales está[n]6° guardadas con el papel y tinteros para escrevir, puesto en el papel el nombre de cuyo es, y todo esto se guarda en un caxón que para ello tienen.

E a las diez y media dan lición, para lo qual toma el preceptor dos o tres niños de los que más saben para que le ayuden. Y acavando de dar leción (sic), dizen todos la doctrina por coros como religiosos: los de fuera que se vienen a enseñar de una parte, y los del colegio a la otra; y en acavando, amonesta el preceptor a los de fuera que sean virtuosos. Y luego los de casa siéntanse a comer y hechan la bendición. Y uno lee a la mesa o dize la doctrina, y nadie habla mientras comen, porque está assí mandado; y tienen quatro que los sirven. II Dáseles a comer, entre quatro de los grandes, un quartal de pan y, entre cinco de los pequeños, otro quartal; y entre tres, una libra de vaca. Y después de comer dan gracias y rezan por todos. Y luego van a las perrochias, los que están diputados para ello, a enseñar los rezos, porque [a| aquella hora de las doze tañen y se allegan en cada iglesia, porque assí está concertado. Y hasta las dos se huelgan y se espulgan. Y a las dos tornan a leer y escrevir hasta las quatro, y corrigen y dan lición. Y para saber quién falta, tienen una tabla barnizada de blanco con muchos agujeros, y su correa en cada uno, en el qual está el nombre de cada niño: los de casa a una parte, y en otra los de fuera; y por allí los llaman; y si alguno falta, sábese la causa porque falta, y castíganle si lo meresce; y assí se tiene quenta con todos; y para los llamar a sus horas, tañen una campanilla. Y acavando de corregir y dar lición, dizen otra vez la doctrina en coros, y cenan diziendo gracias como al comer. Y acavando, dizen algunas oraciones de Nuestra Señora o de algunos sanctos. 1 Entre día hazen algunos mangas de aguja, otros cosen chamarras, y otros hazen garvines ['cosa hecha de red'], y otros cosen jubones y otras cosas de manos; y tienen officiales de muchos officios que los enseñan. Y esto en Valladolid se hizo. Y lo mismo hazen después de cenar, hasta las nueve en imbierno y en verano hasta las ocho. Y antes que se vayan a acostar, se les dize algo para su aprovechamiento, lo qual les dize el preceptor amonestándoles cerca de la vida pasada y la que han de tener, y aparejándoles para que se confiessen por lo menos de quinze a quinze días, o de mes a mes; y rueguen a Dios les dé horden de bivir cristianamente en su servicio. Y todos juntos van al oratorio y dizen la confessión y las quatro oraciones, y hazen oración por sí y por los bienhechores y por todo el mundo, y vanse a dormir y hechánse los que están sanos juntos; y los que tienen sarna duermen aparte.

1 También se les enseña las Oras de Nuestra Señora y otros exercicios virtuosos. Y cada día les toman quenta de la doctrina que han aprendido y, por tantas palabras que no acertaren, les han de dar tantos acotes, según la disposición de cada uno. Y a la tarde les reparten los officios haziendo dellos quatro quadrillas para que se muden cada semana: y ponen dos porteros y dos despenseros y dos cozineros, y assí mismo se reparten para hazer todos los otros officios necessarios.

Y los que van a enseñar la doctrina a las iglesias y a dezirla en las plagas y cárceles, están escriptos en una tabla barnizada en blanco. A los que tienen habilidad, si han de ser clérigos, se les deve mandar que lean en la Arte de gramática porque ganarán tiempo cuando la ayan de estudiar. f Cuando se huye alguno de los niños recogidos o de los que están puestos con amos, embíanle a buscar. Y si le hallan y le traen, castíganle según su culpa.

5 9 hezen, en el texto. 6" estás, en el texto.

Page 25: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A 2 9

1 Repártenles los officios y el tiempo de tal manera que sepan leer y escrevir, y la doctrina, y que, cuando fueren a servir a sus amos, hagan lo que les mandaren y sepan servirles. 1 En los días de fiesta y otros días salen algunos de los preceptores por los pueblos más cercanos y lieuan algunos niños para enseñar y manifestar la doctrina; dízenlo a los curas de los tales pueblos para que la hagan enseñar en toda parte. Y también se enseña por los hospitales. 1 Esto y otras muchas cosas se hazen a gloria de Dios que, por acortar, no se escriven. El cristiano lector que quisiere emplearse en esta charidad, el Señor le enseñará lo que más o menos converná hazer [...]. % Y assí mismo se ha hecho otro colegio de niñas en que ay cantidad de niñas recogidas. 1 En Burgos y Sevilla y en otras muchas partes se han hecho colegios de niños y de niñas por sí, a donde participan todos los niños y niñas perdidas el exercicio y charidad de todas las catorze obras de misericordia, espirituales y corporales, (f. 242r- 244r).

De modo pormenorizado, se proporciona un cuadro completo de la jornada escolar.

C o m o se ve, el planteamiento pedagógico de la formación impartida es de carácter

eminentemente práctico: se busca proporcionar al alumnado un medio de vida, por lo

general en el ámbito del servicio, sin descartar el desempeño de oficios artesanales,

c o m o se indica al término de las disposiciones que aparecen en el segundo opúsculo,

que figura en el Apéndice 4 , bajo la entrada [6]: «ítem que la dicha persona o personas

[al frente del colegio] tengan cuidado, quando sea tiempo, de poner con amos los dichos

m o c h a d l o s , o en officios, o c o m o más a los dichos mochachos y a la república

convenga» (f. 2 4 5 v ) . Desde esta perspectiva, puede concluirse que el interés social corre

parejo al afán catequético.

C o m o se aprecia en el texto , la iniciativa de Pesquera no es de orden individual, sino

que se inscribe en una tarea colectiva de fundaciones semejantes aparecidas en otras

ciudades durante las décadas centrales del siglo, empresa que pretende alentar nuestro

pedagogo incluyendo, en un segundo opúsculo, el ordenamiento legal de aplicación

general emanado en 1 5 5 2 del Consejo Real, es decir, en fecha cercana a la de impresión

del manual. Por considerar su difusión de interés para quienes se ocupan de esta parcela

investigadora, centrada en la educación de clases populares en el Siglo de Oro , doy paso

a su transcripción íntegra en mi Apéndice 4 .

Hora es de concluir. Si hacemos recuento de la información contenida en este catón

escolar, el balance dista de ser parco: materias impartidas, métodos de enseñanza

practicados, régimen de convivencia, orientaciones ideológico-espirituales de diverso

signo, repertorio poético-religioso, compendio legislativo hallan lugar entre los

materiales espigados por un habil idoso compi lador , de enigmática identidad,

parapetado tras su o b r a 6 1 . Valga esta primera aproximación, de carácter descriptivo,

para contribuir a su conocimiento y permitir a los estudiosos interesados ahondar en

ellos 6 2.

6 1 Mis pesquisas biográficas han resultado infructuosas: los responsables del Diccionario htstórico-biográfico, en proceso de elaboración, me indican que nuestro compilador no figura en la base de datos de su magno proyecto, información que agradezco a don César Ramos.

6 2 Sin el afán y buen hacer corrector del prof. Marc Vitse este artículo no habría llegado a buen puerto. Vaya para él mi reconocimiento y gratitud.

Page 26: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

APÉNDICE 1

Disposición tipográfica de los artículos de la fe en la Doctrina declarada (folio recto y verso)

j ^ e оост'пз cfaiftiaua. foMh ella fummado ín bzeues palab:aetodo lo que oeuemo!? bajcr para íer fideo ííer4io^ oe D i o s / | p . Sabes el íirnbolo.lR.nfe.lP como lo fabes,R.en latin y en romance.-jp resae» locada oui.R.fiìorejo;jp.cn quan toa articuloo fe oíuide el fimboloR.en dò * 5e/9miquc otros íooiuidc en catüíjc/nw enlae palabiap ni enja fentencia no ap oífe rencia/pozquccÉ» vna mifma/ip.que qute re ocjt'r articuloiUi? vna principal сбсЫ fton y fentencia De nueílra fe/ la qnal oeue faber y creer el Фл'Шапр.

CTKo^articuloe oelafeoe ', curados.

С Р:Ш\ ев clp:rmer articulo, B.cscreer en i^i'o? padre todo pederofo criadoiocl ciclpy oela t ierra.ip.quí цш'сге ъськф R.quando yo confiefio eíío^eclaro q оси troóe mi coucon creo f.tengo рог cierto q ay vn íolo Dios ? criado: oe todas las со* fasq tiene infinito poder con el qnal оЬга lo que quiere^ y tiene juntamente infinito fabery poderyjufticíay bondad infinita/ couque fubílenta y gouieriiarodad mun , 4 о ф ^ « с Г а с а ? о е й а U V oc fu confiderà 1 c t o p Л Ш о grande confudp oe ver que tt )

i *£tb:o piimero. * • —

íto/oebaío oe cuya mano yo uaci y bíuo y tengo be inorir4aco juntamente amo? pa ra con el míffflo ferio:/ y conrtanca en ro? dos fflií traba f os y temo: oe ofender acó* fa tan buena y tan poderoía.-jp.pokí lepu fiíte noifltbie oepadre.Tft.po:q tiene bi}o cternalmentc ensedrado oe fu mefma fu* ítácía ygual en todocóel.ip,rec;ta elfe$it tío artículo yfu oeciaracio.R.elfcgundoar ttculoes creer en *$iía £b:i(íc+:et qual ез ruteo bijo oel eterno padre y ferio: nneftrp i quiereoe5ír que ñwtamentecon ceeereai: la'pcrfonaQelpadre/Juernosoe creer eula oel btjo po:qúe ¿ 6 oíos corno el" y que ño tiene masoe vn bíjo natural y oc fu mefma fubftanctaiel quat noei redi mío у Гз'ло: 1м toándonos oel yago oel oemonio en que ai uiarnofl caydo poí el peccado-ip.quequie ren oesir eftoe nomtaesj tyfvts £b:iífo yfe fio: nueftro.Tft.^efus quiere oejír fatua * do: poique поз lib:ooela muerte eterna o freciendo po: nofotroefu muerte. £b:íf!o-ipfteoe5irvng.do/po?que fue y t& -ouc« ftroreyyfacerctoK para озгпо^ щпкШ ypíoueerfuygleíiay fussar a todoalos bombus'Y itr perpetuo interceffo: рог loÉ queflellaman^oe^fioelefeíto: nneftropo* qaanto c$ ппгЩ Inflicta у w e l b a redem

Page 27: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

Disposición tipográfica de los artículos de la fe en la Doctrina llana (folio recto y verso)

oc doctrina rpiana. jo.tivíU

i , Í L 2 . 0 9 a r t í c u l o s t / c l a f e e .

L€>? articulo* oela fefon сакязеЛЯ fie teptcnecen a la oiumidadi los otroe flete pertenecen alabaraanídad oenfo

feífoi 3efu £bfo ©ios f bóbieverdadero CTeosque pertenecen alaoíuinidad fon

CÍÍOS. С £1 primero creer en vnfolo ©ios todo

poderofo. €T¡Cl legando creer que empadre. С <B tercero creer que es btjo. C*€t quarto creer que «6 {paita fanao, C £ l quinto creer que ее criado:. <L~ €1 ferto creer que es faluado:. C"^lftpt¿mocrecr que es glorificado:

C"to? qoe pertenecen alafan* era humanidad fon cítos.

€T j£l primero creer que nneítrofeiior 3fcfo £b:ifto en qnanto bombie fue concebido рог virtud oel fpirira (ancto. C*£l fecundo creer que nació oel vientre

i virginal ocla virgen fancta cuarta / fundo ^jtlla virgen antee oel parto / y encl parto /у

gíb:o primero.

Glofla

DefpuesDelpirto. C¡£Hcrccro creer que recibió muerte > paífíon pen faluar ato? peccado.es. <p£l quarto creer que íkindio alo* íttfler nos-rfacolasanimas ocios fanctos* pat̂ , dres que alia yasí.in4osqua!cs cftauan cf perando fu lanero.iduenimicnto, C í £ l quinto creer que refucito aiterecro 013. C £i fe.tto creer q«c fabio a los cielos-y ef ta a tomado ala ricura oe otos padre todo poderofo.. C"£ i ff Dtimo creer que venta a ínsscartot*

, biuosj i los mucrtos'conuicric a ít'ocr aiof O y- 1 cI u c¡ buenos para oaríes !a gloria po:qo£ guar* loi q u e daroiitójfanaojmiídamienfcsryalofrná bmntaró ios pena perdurable po:q uo los guardare» porquefe arrcpín -j (r%oo mandamientos oelaíey oe nerón y! í£^'0flfbn6ÍC3 Jos cófef, <TJ¿:{ primero amaras a ©íosfobzeto* faron. j das-las cofas».

/ <D£t fegndo no juraras fu nóbw en vane* * C ^ l tercero fructificaras lasfküas. C"í£l quarto bonrrara* padre j? madre. <rjj¿i quinto no mataras. C £ l fc3ftí> no fornicaras, i ItiSlíeptimo no burtaras.

Page 28: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

A P É N D I C E 2 :

gftaft, rodala rierra flo:rtct rei cielo refptandefcia las auescanrait canciones con ma? nueua melodia laecftrellasoisenpas rei none Di>e alegría f cada qual refplandcfce masque el fol quando fólta todos los qaatro «Umen.os fciicuuaiiapojfia v d qpe sacaos k fcfteja DO. milcaactoaesocjia toda la cotte ed eieto i'ob:c la rierr» verna los ebotoe angelicales fe juntan m compañía vnoi hielan po: ci afte f mas el que wm poda :. poi matttfaiar al tusado U nueua lu5 que aaicta ci vn eboto lo catuana relotrolercfpondia Tea glori» en las alturas a quien tanto bien embia aya paAemrt tos bombita ceíe ta atterra qtiebatiia con el fancto nafcitníenco Dclpjomrttdomtffia 1

musicales (? )

bercero. $o.xitf.

vnos cantan alleluva ' otros lectare ¿Daría : la (ur'oa oe ícrapbines mu? alegre oefeendía v a nte el infante n afeido con humildad fe ponía tañendo fus inltriimentos conde el chiquito fajta el choto oecberubmea también cantaua r tafite el vno tañe oulcafna yotrocañejinpbonia elcbotooepotcftades a tacitas fe entremetía cúáé qual odios míraua quien maro: plaser baria »*« | todas las otras atentas oe aquella clara fopbta cantando fe arrodíllauan alreyoelagerarcbia elnasarenopaífaua el granéelo que fentt'a v entre la ruriiea paja oevnpefebte fe metía

.conoostauf os anímales . / el chiquito fe «nrendti I el vito lecobi jasa

r yelwoleoefcibua _ _ _ _ _ _

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APÉNDICE 3

CENTÓN POÉTICO

En este cuadro sinóptico, se indican, de izquierda a derecha, el número de cada composición, su título, sus primeros versos, el tipo de estrofa o de combinación estrófica utilizada, la base métrica de la misma (en el caso de zéjeles, mudanzas, coplas o cualquier otro molde estrófico), su esquema métrico (señalando en cursiva los versos quebrados) y la presencia o ausencia de pauta musical en el texto. En la última columna (VARIA) se añaden algunos datos complementarios. En ocasiones, para encajar el texto en el recuadro, hago uso de abreviaturas poco ortodoxas (mudan, para mudanza; estrtb. para estribillo; dodecasíl. para dodecasílabo, etc.), licencia que se me disculpará.

N.° TÍTULO PRIMEROS VERSOS ESTROFA BASE MÉTRICA ESQUEMA Mus. VARIA

1 Comienza la vida de Jesu / Cristo Nuestro Señor

Q[u]ando fue llegado el tiempo I para remediar el hombre 1 . . .

48 estrofas de pie quebrado.

3 octosílabos y 1 tetrasílabo

-aa¿ / bccd 1 deef/...

2 Para el día de Cor / pus Cristi. / Pregunta de los hombres a los ángeles

Angeles de la floresta, 1 ¿qué maravilla es ésta?II Pues de tan gran sacramento I es razón hablar con tiento, I decidnos el fundamento I...

Zéjel: Estribillo (dístico) y 11 mudanzas.

trístico monorrimo y 2 vv. de vuelta

xx aaa xx / bbb xx /

3 Para este día Dios combida en este día I y se da hecho manjar I por dar quanto pudo dar. II

Villancico: estribillo (terceto) y 3 mudanzas.

redondilla, v. de enlace, v. de vuelta y represa del estribillo

-xx abba axx / cddc cxx / . . .

4 Al tono de la ga / llar da

Mira, cristiano, tu alma cómo está, 1 que vendrá la muerte y te llevará, I que vendrá la muerte y te llevará. II

Villancico: 1 trístico monorrimo y 3 mudanzas.

Pareado, v. de vuelta y represa; pareado, v. de vuelta y represa

X X X A A X X / BBXX/ . . .

5 Otras En las partes de Sidón I do Tiro también se llama, 1 una muger, según fama, I allí vino. II

11 estrofas de pie quebrado.

3 octosílabos y 1 tetrasílabo

-aaí> / bccd / deef/...

6 De la Pasión Jesucristo redemptor, 1 que de la Virgen naciste, I hazme sentir el dolor I de la muerte que sufriste. II

Seis coplas de arte menor.

Octosílabos abab bebe / dede efef 1 . . .

7 Otras del Señor O grande consuelo del cielo venido, I que pague el Señor lo que el siervo ha offendido. II

Zéjel en dode­casíl.: estribillo (dístico) y 3 mudanzas.

trístico monorrimo y v. de vuelta

X X / A A A X X / BBBXX/

8 Otras Tu[s] sospiros dan consuelo, I Villancico de pie redondilla, v. xxx abba

Page 31: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

rey del cielo, 1 tu[s¡ sospiros dan consuelo. II

quebrado; estrib. de 3 w . y 3 mudanzas

de enlace y represa de los 2 vv. finales estribillo

axx / cddc cxxl...

9 Otras Por quién venistes al mundo 1 en carne humana, mi Dios, I hombre por amor de vos.//

Villancico: estribillo (terceto) y 2 mudanzas.

cuarteta, v. de enlace, v. de vuelta y represa del último v. estribillo

-xx abab bxx / cdcd dxx / ...

1 0 Otras Descansa, mortal, con nueva tan buena, 1 que hoy nasce quien toma por suya tu pena. II

Zéjel en dode-casíl.: estrib. (dístico) y 3 mudanzas.

trístico monorrimo y v. de vuelta

X X / A A A X X / BBBXX/

1 1 Otras S[e]ñora del mundo, princesa de vida, 1 seáis de tal Hijo en buenora parida. II

Zéjel en dode-casíl.: estrib. (dístico) y 3 mudanzas.

trístico monorrimo y v. de vuelta

X X / A A A X X / BBBXX/

1 2 Otras de "Guár / dame las vacas"

—Guárdame mi alma, 1 Señor mío, y servir te [he]. 1 —Ámame tú a Mí, 1 que Yo te la guardaré. II

estribillo 4 vv. (6-, 8x, 6-, 8x) y 3 mudanzas.

cuarteta, un v. libre, un pareado, v. de vuelta y represa de 1er. v. estr.

6-, 8x, 6-, 8x abab -ccx (6-) cdcd ...

. Frenk 1683 A . R M 9 3 9 (ca. 1560)

1 3 Exclamación / para pedir a Dios misericordia

O Tú que sobre Aquilón I te asientas y el mundo riges, I oye la lamentación I ...

36 quintillas en octosílabos.

abaab/ cecee / efeef /...

1 4 Coplas del vergel Las que servís al Señor 1 salí, veréis un vergel 1 de la Iglesia muy fiel 1 militante. II

23 estrofas de pie quebrado.

-aa¿> / bccd/ dee/7...

1 5 Al tono de la pavana Niño chequito, substancia del Padre, 1 summo Señor del orbe criado /...

6 estrofas. 1 cuarteto y 4 vv. octosíl. repetidos, 2 + 2

ABAB -ce /DEDE ffgg/

Falta 1 v. en r estrofa

1 6 Cantar de los niños / para el Nascimiento, al tono de la gallarda.

Alaben los niños juntos al Señor, I pues quiso nascer nuestro Redemptor, I pues quiso nascer nuestro Redemptor. II

Villancico dodecasíl estribil. (trístico) y 6 mudanzas.

2 pareados (el 2 O repite el mismo v. y rima que el estribillo) y represa

X X X / A A X X / BBXX / . . .

1 7 Coplas de la Magdalena

Oy, de Dios, amadores, 1 pues divino amor os guía, 1 contaros he mil primores 1...

5 quintillas. abaab/ edeed /...

1 8 Otras coplas de la dicha

Pues tus lágrimas alcanca 1 el perdón de culpa y pena, I danos

Villancico: estribillo

6 versos octosílabos

-xx axaaxx /

Page 32: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

della, Magdalena. II (terceto) y 5 mudanzas.

combinados con v. de vuelta.

bxbbxx /

19 Romance de la / llaga del Señor, que hizo fray / Ambrosio Montesino

Llaga sancta, llaga sancta, I puerta del cielo cerrado, I cierto tú diste la vida 1 al hombre desheredado 1 de la gloria de aquel reino 1 . . .

68 vv. octosílabos Rima en -ado.

. RM 1073 У . RM 1074.

20 En la fiesta de la / circuncissión de Nuestro Señor Jesucristo

Si mi sangre he derramado, 1 Madre, en mi circuncissión, I es señal que doy al Padre I por la humana Redempción. II

Villancico: estrib. 4 vv. octosíl. y 4 mudanzas.

Redondilla, v. enlace, 2 vv. vuelta y represa v. final del estribillo

-xyx abba axyx /cddc cxyx / ...

21 Romance de la / institución del Sanctíssimo / Sacramento

Missa dize Jesucristo, I missa quiere celebrar 1 allá en Hterusalem, I essa insigne ciudad I...

134 vv. octosílabos con rima en -á

22 Romance de la / oración y prendimiento de Nuestro / Redemptor Jesucristo

Ya se parte el Rey del cielo 1 de aquella sancta ciudad, I ivase para el arroyo I que Cedrón suelen llamar I...

126 vv. octosílabos con rima en -á

23 A la crudelissima coronación de nuestro Redemptor/ Jesucristo

Salid, hijas de Sión, I salid, pueblo regalado I y escogido. I Veréis al rey Salomón I cómo sale coronado 1 y muy florido. I

14 dobles sextillas de tercetos de pie quebrado.

abcabc de/de/7 gh/'gh/' jk/jk//...

24 En el día de la re / surrección

Venid, hermanos, a ver I el cordero desseado 1 que en león se ha transformado. II

Villancico: terceto y 6 mudanzas.

redondilla, v. enlace, v.vuelta y v. de represa

- X X

abbaaxx/ cddccxx /

25 a

Al glorioso pre / cursor sant Juan Baptista

Invocación Dame, supremo dador, 1 gracia con que yo me fileg. -istaj 1 en cuyo favor consista I la majestad del loor I ...

21 coplas reales (10° v., pie quebr.) y 1 copla cast + un dístico (xx).

abbab cáácd 1 effef ghhg¿> / . . . + abba ccaa xx

25b Ved quán soberano dote 1 que el sacro Verbo encarnado, I queriendo ser baptizado, 1 os ungió su sacerdote I...

3 mudanzas. redondilla, v. de enlace, 2 vv. de vuelta

deeddxx /effee xx/ ghhggxx

26 a

Al glorioso a / póstol y evangelista sant

Ave de sublime vuelo, I solo fénix en amar, 1 de los mortales

6 coplas reales. Rima en

ababa cdccd /

Page 33: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

Juan del suelo 1... consonante efefe ghggh / . . .

26 b

Pues apóstol más amado, 1 tenéis Juan por apellido, 1 no me pongáis en olvido. II

villancico: estribillo (terceto) y 2 mudan.

redondilla, v. enlace, v. de vuelta y represa

- X X

abbaaxx/ cddccxx

27 Al glorioso a / póstol Sanctiago

Claro luzero de España, I coluna de celestiales, I acordaos de los mortales. II

Villancico: terceto y 4 mudanzas.

redondilla, v. enlace, v. de vuelta y represa

- X X

abbaaxx/ cddccxx /

28 Aquí comienca un romance / con su glosa / [...] con un villancico de / "Llama Dios al pecador"

A las armas, rey del cielo, I pues las has en voluntad, 1 los traidores son entrados, 1 los que engañaron [a] Adam 1...

60 vv., rima en -á

Sí RM 703

29 Glosa Fue perdida en la batalla, I la justicia original, 1 quando el hombre racional I...

30 coplas reales. abbab cdccd / effef ghggh / . . .

Sí RM 703

30 Villancico Llama Dios al peccador. IDize el vil: I —Al Mundo quiero servir. II

Villancico; estribill: terceto de pie quebr. y 11 mudanzas.

Cuarteta / redondilla, v. enlace, represa de 2 w. finales de estribillo

-XX

ababbxx/ cddcocx / effexx / ...

R M 7 0 3

31 Otras coplas del / necio pecador [sic]

Llama Dios al pecador [sic] I y dixo el vil: I —Al Mundo quiero servir. II

Villancico; estribill: terceto de pie quebr. y 24 mudanzas.

cuarteta, v. enlace y represa de 2 w. finales del estribillo.

-XX

ababb xx 1cdcdc xx 1...

RM 887

32 [en blanco] A vos, Virgen pura, estrella que guía 1 los hombres al puerto do nadie se pierde, I mi alma angustiada a vos os embía 1 ...

7 estrofas próximas a la pavana.

Cuarteto en dodecas. 2 pentasílabos monorrim y lv. dodecas. repetido

ABAB с с С С / DEED ffFF / . . .

. RM 1073 V .' RM 1074.

33 [en blanco] Espantado estoy, carillo: / quedar virgen quien parió I y ser Dios el que nasció. II

villancico: estribillo (terceto) y 4 mudan.

redondilla, v. enlace y v. de vuelta.

-xx abba axx / cddc cxx / . . .

34 Otras Albricias d'alegría, I que el primer padre perdió; 1 que parió, y virgen quedó I la Virgen sancta María, 1 al mesmo que la

Villancico: estribillo (quintilla) y 1 mudanza.

redondilla, 3 vv. de vuelta y 2 de represa del final del

xyyxy abba xyyxy /...

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crió. II estribillo 35 Otras Cómo paristes, Señora, I vos a

Dios, 1 siendo Dios quien hizo a vos. II

Villancico: estribil. (terceto pie quebr.) y 4 mudanzas.

redondilla, v. enlace y 2 vv. vuelta (1° quebr.)

- X X

abbaa xx I cddcc xx /

36 Otras [a doble columna junto al siguiente]

Remedio del primer padre, 1 luz del día, I pues eres virgen y madre, I Tú nos guía. II

Villanc. de vv. alternativamente plenos y quebrados.

estribillo (xyxy)y 2 mudanzas de 8 vv.

xyxy -a-аЪуЪу I caca dydyl

37 Otras [a doble columna]

Qué madre donzella I tan bella. II Qué madre gloriosa, I morena y hermosa, I de Dios generosa I esposa y doncella I tan vella [sic].//

Zéjel: estrib (dístico pie quebr: 6+3) y 7 mudanzas.

trístico hexasílabo y 1 v. vuelta pleno y otro de represa, quebrado

xx aaa xx / bbb xx /

38 Otras Gózaos, bendicta doncella, 1 pues sola sois escogida I para luz de nuestra vida. II

villancico: estribillo (terceto) y 4 mudan.

redondilla, v. enlace y 2 vv. vuelta.

-xx abba axx / cddc cxx / . . .

Anáf.: Gózaos, gózese, gozen

39 Otras Dinos, Virgen, qué sentiste 1 quando viste ya nascido 1 aquel Hijo tan querido. II

villancico: estribillo (terceto) y 4 mudan.

redondilla, v. enlace, v. vuelta y represa

-xx abba axx / cddc cxx / . . .

40 Otras O divinal regozijo, 1 gran concierto de Dios Padre, 1 para tal Hijo tal Madre, 1 para tal Madre tal Hijo. II

Villancico: estrib. (redondilla: xyyx)y 3 mudanzas.

redondilla y 3 vv. vuelta (xyy). Mudanza 3 a : 4 vv. vuelta: xyyx

xyyx abba xyy / cddc xyy / effe xyyx /

41 Otras El remedio de los males I ya nasció; I la Rema de los mortales I lo parió. II

Villancico: estrib. 4 vv. plenos y quebr. y 2 mudanzas.

redondilla y otros 4 vv. de vuelta

xyxy abba xyxy /cddc xyxy.

42 Otras O qué nueva tan preciosa 1 que se dize de la guerra, 1 que nuestro Dios se desposa I...

Villancico: estrib. (quintilla) y 2 mud.

redondilla, 2 de vuelta y 3 de represa.

xyxxy abba xyxxy / ...

43 Otras Hijo de Dios, rey de gloria, I que bezistes maravillas I y hazéis, 1 . . .

Seis coplas manriqueñas

-ab -ab 1 -cd -cd 1 . . .

44 Otras —¿Sabes nuevas, di, Matheo? I —Sí, Pascual. I—Dímelas, que las desseo. I ...

Octava (pie quebr.) y 2 mudanzas.

redondilla y otra octava como vuelta

xyxzyzxy/ abba xyxz yzxy //...

45 Otras Dominus posedit me 1 para Madre 1 de mi Hijo, Dios y

Zéjel: estr. (terceto pie

trístico y 2 vv. vuelta, 1

- X X

aaaxx / Sí

Page 35: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

Padre. II quebr.) y 6 mud. quebr. y otro pleno

bbbxx / . . .

46 Otras Tres reyes magos vinieron 1 [a] adorar a nuestro Dios 1 que paristes, Virgen, vos.

villancico: estribillo (terceto) y 3 mudan.

redondilla, v. enlace y 3 vv. vuelta (3 o , igual)

-xx abba axxx / cddc cxxx / . . .

47 Otras Oy la tierra sube al cielo. 1 ¡Quién causa tanta alegría? 1 Sólo el parto de María. II

villancico: estribillo (terceto) y 3 mudan.

redondilla, v. enlace, v. vuelta y represa

-xx abba axx / cddc cxx / ...

48 Otras Tanto quiso Dios al mundo I que le dio 1 sólo un Hijo que engendró. II

Zéjel: estr. (terceto pie quebr.) y 4 mud.

trístico, 1 V. de vuelta quebr. y 1 v.de represa

-xx aaa xx 1 bbb xx /...

49 Otras Envolved, Señora, al Niño I en vuestros pobres pañales, 1 que llora por nuestros males.

villancico: estribillo (terceto) y 4 mudan.

redondilla, v. enlace y 2 vv. de vuelta

-xx abba axx / cddc cxx / ...

50 Otras Dichosa Virgen y madre, I sola vos 1 eligió para sí Dios. II

Zéjel: estr. (terceto pie quebr.) y 3 mud.

trístico, 2 vv. vuelta, 1° quebrado, 2 o

pleno

-xx aaa xx / bbb XX I ...

51 Otras El luzero ha nacido 1 esta noche de la estrella I y con Él se alumbra Ella.

villancico: estribillo (terceto) y 2 mudan.

redondilla, v. enlace y 2 de represa

-xx abba axx / cddc cxx/ ...

52 Otras Esta noche son cantares, I ángeles con alegría; I canten siervos y señores 1 ...

Villanc: estr. 5 w . (-xyyx) y 4 mudan.

Cuarteta, 4 vv. vuelta y 1 v. de represa

-xyyx abab y xyyx / ...

53 Otras La Reina del cielo y tierra I oy halló 1 la gracia que Adam perdió. II

Zéjel: estr. (terceto pie quebr.) y 3 mud.

trístico, 2 vv. vuelta, 1° quebrado, 2 o

pleno

-xx aaa xx 1 bbb XX 1...

54 Otras [a doble columna]

Hijo de Dios 1 nacido en el suelo, I mucho te debe I el suelo y el cielo. II

Villanc. (5 y 6 sil.) estr. (4vv) y 4 mud.

6 vv. (3 pentasil. y 3 hexasil.); el 6 o : v. vuelt

-x-x -a-a-x/-b-b-xl...

55 Otras Rey del cielo que en el suelo 1 estáis por mí, 1 ¿qué haré?, Señor, por ti. II

Villanc: terceto (pie quebr.) y 2 mudan.

redondilla/ cuarteta, v. enlace y 2 vv. represa

-xx abba bxx 1 cbcb bxx.

1 v. pleno-otro quebrado

56 Otras [a doble columna]

Pastor etemal, 1 del ganado Señor, I desnudo nacéis, I vestido de amor. II

Villanc. estribillo de 4 vv. y 4

-x-x a-a-a-x / -b-b-b-x / . . .

vv. hexasílabos

Page 36: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

mudanzas. 57 Otras Aya, niño Jesú, aya, 1 aya, niño

Jesú. II Aya, niño Jesucristo 1 aya, niño jesú. 1 Nunca tal niño se ha visto I como el niño Jesú, I aya. II

Villancico estribillo de 2 vv. (8+7 sil.) y 5 mudanzas.

5 vv.: riman impares; el 2 o

repite v. final estrib. y 4" es v. vuelta

-x а х а х - / b x b x - / cxcx-1 ...

Sí concluye como canción de corro

58 Otras Para qué comía la primera casada, I para qué comía, 1 para que comía la fruta vedada. II

Villancico: terceto (13+6+12) y 2 mudanzas.

Hexasílabos: redondilla, v. enlace, v. vuelta y 2 de represa

xyx abbababx/ cddccxx.

Sí . Frenk 1393 B . Frenk 1393 A

59 Otras Rey es El y reina es Ella I El su hijo y Ella doncella. II

villancico: estribillo (2 vv) y 3 mudanzas

2 pareados (2", quebr.) v. enlace y 2 vv. vuelta

X X адЬЬахх / ccdd xx /

Cancionero espiritual, 1549

60 Otras —¿ Ya nació nuestro remedio? I Dinos, di quién lo parió. I —Una Virgen, que fue el medio I que los extremos juntó. II

Villancico: estribillo (4 vv.) y 2 mudanzas.

redondilla, v. enlace, 2 vv. vuelta y represa del estribillo.

xyxy abbaxyxy/ cddc xyxy.

61 [en blanco] O quán lindo es el donzel 1 y quán linda es la donzella, 1 lindo es Él y linda es Ella.

Villanc: estribillo paralelístico terceto y 5 mudanzas.

redondilla, v. enlace y 2 vv. vuelta (1 en I a mud.) o vuelta y repres

- X X

abbaax/ cddccxx/ effe exx /

Sí . Frenk 1134 A

62 Obras y coplas / para cantar los niños

Oíd tan altos misterios, 1 mortales, y aved plazer, I que ha querido Dios nacer. II

villancico: estribillo (terceto) y 3 mudan.

redondilla, v. enlace, v. vuelta y v de represa

- X X

abba axx / cddc dxx /

63 Otro pastoril Vamos, Juan, 1 a ver nuestro rabadán. II Vamos, Juan, a Belem I por el exido I a ver este summo bien 1 que es oy nacido I

villancico pie quebr. estribillo 2vv. (4+8) y 5 mudanzas.

cuarteta (2 o y 4° pie quebrado), v. enlace y 2 vv. de vuelta

xx abab bxx / cdcd dxx 1 . . .

64 Otro —¿Dó las yeguas, Martinillo? I —No sé, ¡Boto a Santarén! 1 —¿De dó vienes? —De Belem, 1 de tocar el caramillo. II

villancico estribillo redondilla (xyyx), y 3 mudanzas.

redondilla y 4 vv. que alternan el de enlace con el de vuelta

xyyx abba ахах / cddc cxcx 1 ...

Sí Sayagués: 'quellotre', 'Sto. Tomillo'

65 Romance del San / ctíssimo Nacimiento

La sacra y divina noche 1 y noche más clara que el día 1 en las cortes de Bethlem 1 . . .

68 vv. con rima en -ía

66 Villancico Romerico, tú que vienes I donde villancico: redondilla, v. -xx abba Sí Frenk 527

Page 37: La Doctrina cristiana de Gregorio de Pesquera (Valladolid, 1554

nuestro bien está, 1 dinos las nuevas de allá. II

estribillo (terceto) y 6 mudan.

enlace y 2 vv. de vuelta.

axx / cddc cxx/ ...

6 7 Otro Aleluya, que es nascido 1 quien desterró nuestro mal I en pobrezillo portal. II

villancico: estribillo (terceto) y 3 mudan.

redondilla, v. enlace, v. vuelta y represa estr.

-xx abba ахх 1 cddc cxx 1 ...

6 8 Otro Noche más clara que el día, I ¿quién la vio? 1 —Mi fe, yo no la vi, no. II

villanc: terceto (pie quebr.) y 2 mudan.

redondilla, v. enlace y 2 de represa del estrib.

-xx abba axx1cddc cxx I ...

Sí Frenk 1069

6 9 Otro —Albricias, que es parescida. 1 —Dinos quién. 1 —La llave de nuestro bien.

villanc: terceto (pie quebr.) y 2 mudan.

redond., v. enlace y 2 vuelta, 1° de pie quebr.

-xx axx 1 cddc cxx.

Sí "Sayagués": cholla, grolla ...

7 0 Otro Buenas nuevas, peccadores, I que del cielo es ya venido 1 remedio de lo perdido. II

villancico: estribillo (terceto) y 4 mudan.

redondilla, v. enlace, v. vuelta y represa

-xx abba axx / cddc cxx / ...

7 1 Otro Sancta María, 1 ora pro nobis. // Estávase el Niño 1 temblando del yelo 1 y en bracos le tiene 1 la Reina del cielo. 1 Reina del cielo I ora pro nobis / ...

Villancico: estribillo de 2 pentasílabos (xy) y 5 mudanzas.

4 vv. hexasílabos con leixa-prén: 3 o y 4 O

v. de I a mud. = 1° y 2 o en sig.+ 2 w. de vuelta

xy / -aba ay / baca xy / cada ay / daea xy / eafa ay.

Sí Alternan en cada mudanza los vv. de vuelta

7 2 Otro —Al zagal y a la donzella I ¿qué le llevas? Di, garçon. I —El alma y el coracón. II

Villancico: estribillo (terceto) y 6 mudanzas.

redondilla, v. enlace, v. de vuelta y represa

-xx abba axx / cddc cxx / ...

7 3 Otro Quién perdió y yo hallé, I déme las señas y dárselo hé II Perdió el linage humanal 1 la justicia original; I yo, en mi vientre virginal, I sol de justicia hallé. I Quién perdió. II

Zéjel: estribillo de2vv . (8+10) y 6 mudanzas.

Trístico de octosílabos con v. vuelta y represa del tetrasílabo del primer verso.

xx aaaxx / bbbxx/

Sí Frenk 2103

7 4 Romance del San / dissimo Nascimiento

En Bethléem está el infante, 1 Hijo de Dios humanado, I su magestad ocultada 1...

75 vv. con rima en á-o

7 5 Desecha Jesucristo nació ya, 1 zagales, aleluya. II

Zéjel: estribil. (8+8) y 6 mudanzas

trístico y v. de vuelta

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M'1 J F. S 11 S F R A M I Ñ A N D E M I G II V. I Criticón, 96, 2006

APÉNDICE 4

Los capítulos que se presentaron en el Consejo de sus Magestades, en la villa de Madrid a veinte y cinco días del mes de octubre de mil y quinientos y cincuenta y dos años, que por los señores del Consejo se mandan guardar en las Casas de Doctrina en estos reinos, y que las justicias dellns los cumplan y executen, son los siguientes: [I] 1 El primero, que las Justicias y Regidores de cada pueblo, donde uviere Casa de Doctrina y

regimiento de niños, pongan personas doctas y cristianas que estén en la dicha casa y tengan cargo de la doctrina y costumbres y exercicios de los dichos niños.

[2] 1| Que los dichos Justicias y Regidores señalen personas que cotidianamente visiten la Casa y preceptores y exercicios de los dichos niños, o a lo menos de quinze en quinze días, una vez que sea día señalado para que no falte.

[3] 1| Que la dicha persona o personas, que assí señalaren, tengan un libro donde assienten el niño que se rescibe y de qué edad es, para que, conforme a la edad, esté el tiempo necessario para le instruir y enseñar la l.ey de Dios, de manera que salga enseñado y desarraigado de los vicios y malas costumbres que lleva.

[4| 1| ítem que las tales personas que visitaren, reserven en cada Casa hasta tres o cuatro niños de los virtuosos, hábiles y bien enseñados, para que ayuden y den|ilegible] preceptores y administradores en la doctrina, y exercicios de la dicha Casa; y adelante, a falta de administradores, puedan suplir estos niños.

[5] % ftem la dicha persona o personas diputados para la visita den orden cómo los mochachos se ocupen en algunos buenos exercicios de manos el tiempo que les sobrare.

[6] H ítem que la tal persona o personas tengan cuidado, quando sea tiempo, de poner con amos los dichos mochachos, o en officios, o como más a los dichos mochachos y a la república convenga. Y se assiente en el dicho libro el día, mes y año del tal siento, y la persona que le lleva para que dé cuenta del.

[7] 1 ítem que la Justicia y Regimiento de cada pueblo provean de tal manera la Casa, que se excuse que los niños no anden mendigando lo que han de comer, porque se les quite esta mala costumbre, poniendo alguna persona de caridad que lo pida por amor de Dios, como mejor les paresciere.

[8] TI ítem que las tales personas puestas para visitar, libren las limosnas y possean los bienes de las dichas Casas de Doctrina, y dello hagan tener cuenta y razón, y den lo que fuere necessario para gastar al administrador o preceptor que estuviere en la dicha casa, o a quien lo oviere de gastar.

[9 | % ítem que a las tales personas puestas por la dicha visita, y a los preceptores y administradores de las dichas casas, les sea dado por las Justicias todo el favor y ayuda necessario contra las personas que quisieren quebrantar lo susodicho, y tomaren por fuerza los niños que están en las dichas Casas de Doctrina, y estorvaren de traer a los que se ovieren ido dellas, y para poder tomar a los ladrones y bordoneros los mochachos que traen en este officio, enseñándoles a hazer llagas hechizas y otras maldades para su perdición, porque, assí recogidos, se les haga mudar su mala vida en buena, en la orden susodicha.

[10] 1 ítem que la Justicia y Regidores de cada pueblo manden a los preceptores que envíen mochachos a las iglesias y placas y ospitales y cárceles, para que enseñen la doctrina, a una ora señalada de la tarde, a los niños y pobres que oviere en el tal pueblo.

[ I I ] 1 ítem que la Justicia y Regidores les hagan una casa en cada pueblo donde estén recogidos los tales niños para les enseñar, y no les anden quitando la casa que, por no tener casa propria, se han dexado y caído algunas ('asas de Doctrina en estos reinos.

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L A DOCTRINA CRISTIANA D E G R E G O R I O D E P E S Q U E R A

[12] 1 ítem que las personas que la Justicia y Regimiento pusieren, tengan un libro desto en su poder y que, al principio del, esté assentada la provisión y orden que cerca destos capítulos se dio por Vuestra Alteza, para que la vean y hagan cumplir.

[13] 1 ítem que las Justicias, o las personas por ellas puestas, o los administradores provean que los mochadlos que fueren tomados, picaros o cortabolsas, o los que tomaren a los ladroneros (sic) o bordoneros, que estos tales no sean sacados de la dicha Doctrina do estuvieren recogidos hasta tanto que sean enseñados en ella y ayan perdido sus malas costumbres, aunque sean pedidos de algunas personas, porque esto conviene assí. Y que la dicha justicia dé orden como los tales dichos mochachos les sean tomados a los susodichos y llevados a la dicha Casa de Doctrina.

[14] ^ ítem que si algún mochacho fuere pedido, de los que están en la dicha Casa de la Doctrina, se pida a la Justicia o visitadores, los quales, informados de los administradores de la dicha Casa, provean lo que convenga y se haga de manera que los administradores no sean molestados de ninguna persona pidiéndoles a ellos los niños, porque a esta causa muchas personas virtuosas y de doctrina rehusan de encargarse dello.

[15] 1 Que en la visita que los tales juezes hizieren en las Casas de la Doctrina, manden que todos los libros y otras escripturas que en ellas se leyeren y escribieren, o enseñaren y cantaren, sean de buena y sana doctrina.

[16] 1 ítem que los dichos juezes visiten todos los maestros de enseñar niños que ovieren en los pueblos de sus juridiciones, y los examinen si son personas ábiles y virtuosas para poder enseñar buenas costumbres y doctrina, juntamente con las letras, y, hallándoles ser tales, se les dé licencia para tener escuela con cargo que no enseñen ni consientan leer ni escrevir ninguno, en sus escuelas, libros ni coplas ni otras cosas de mala doctrina y exemplo, ni cantares suzios cuando vayan o buelvan de sus casas, y los empleen y occupen en libros y otros exercicios buenos, y con el mesmo cargo sean obligados a hazer dezir la Doctrina cristiana cada día, la mitad a la mañana y la otra mitad a la tarde, antes que los despidan; y que sin este examen y licencia de los dichos juezes, no pueda ninguno enseñar ni tener escuela pública ni secreta, so alguna grave pena.

[17] 1 ítem que los dichos juezes manden pregonar por todos los pueblos de sus juridiciones que ninguna persona, de noche ni de día, en ninguna manera canten ni digan cantares suzios ni deshonestos ni pullas ni otras deshonestidades, so graves penas, porque son causa de corromper las buenas costumbres y perderse muchas personas.

[18] % ítem que embíen, con personas doctas y virtuosas, niños de la doctrina por las aldeas para que la enseñen y digan los días de fiestas, o quando a los dichos juezes les paresciere que más convenga al servicio de Dios nuestro Señor.

[19] % ítem que los corregidores y juezes de residencia destos reinos tengan especial cuidado de las Casas de los niños de la Doctrina y de ver cómo son tratados y enseñados, y qué rentas y bienes tienen, y de tomar las cuentas dellos y hazer que se guarde lo contenido en este memorial de capítulos, y provean lo que convenga a la conservación y aumento de las dichas Casas de Doctrina de los dichos niños, y como al servicio de Dios nuestro Señor y aumento de a su sancta fee convenga (f. 245r-247v).

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Resumen. La reciente catalogación del fondo español del siglo xvi, de la Biblioteca Nacional de Lisboa, ha

permitido recuperar un manual pedagógico, tan citado como desaparecido durante casi todo el siglo xx: la

Doctrina cristiana y Espejo de bien bivir, de Gregorio de Pesquera, obra impresa en Valladolid en 1554. Un esbozo analítico de sus contenidos y de su formalización literaria es el objetivo de este trabajo, que pretende

contribuir a su difusión y conocimiento, en tanto no dispongamos de una edición del texto. Su división en tres

partes, la forma dialogada de la primera, la antología de textos espirituales en la segunda y, en especial, el

amplio repertorio poético, de carácter popular, de la tercera, permiten establecer analogías y diferencias con

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otras doctrinas coetáneas, así como situarla en una coordenada histórica de transición, marcada por la celebración del Concilio de Trento.

Resume. Le catalogage récent du fonds espagnol du xvi 1' siècle à la Bibliothèque Nationale de Lisbonne a permis la récupération d'un manuel souvent cité au xx 1 siècle mais qui avait disparu: la Doctrina cristiana y Espejo de bien bivir, de Gregorio de Pesquera, ouvrage imprimé à Valladolid en 1554. On trouvera ici une première analyse de son contenu et de sa forme littéraire, en attendant une édition moderne du texte. Celui-ci comprend trois parties: la première partie a une forme dialoguée; la seconde est conçue comme une anthologie de textes de spiritualité; et la troisième constitue un vaste répertoire poétique de caractère populaire. Une ébauche de comparaison est faite avec d'autres ouvrages similaires, et définie son inscription dans une période de transition marquée par la tenue du Concile de Trente.

Summary. A by-product of the recent cataloguing of the sixteenth-century holdings of the Biblioteca Nacional in Lisbon has been the recovery of an instruction manual, much cited throughout the twentieth century in spite of its being lost: Gregorio de Pesquera's Doctrina cristiana y Espejo de bien bivir, printed in Valladolid in 1554. This study, an analysis of its content and literary form, seeks to make the work better known in the absence of a modern edition. Its tripartite division: the dialogue format of the first part, the anthology of spiritual texts in the second and in particular the extensive collection of popular verse in the third, enables us to identify similarities and differences with other catechisms of the period, and to place it at a crucial period of historical transition, defined by the Council of Trent.

Palabras clave. Catcquesis. Colegios de doctrinos. Doctrina cristiana y Espejo de bien bivir (G. Pesquera). Pedagogía escolar. PESQUERA, Gregorio de. Villancicos religiosos.