la dictadura franquista1
TRANSCRIPT
EL FRANQUISMO
DESARROLLO ECONÓMICO Y TRANSFORMACIONES SOCIALES
1959 - 1973 El Desarrollismo:
Los Tecnócratas y el Plan de Estabilización; Los Planes de Desarrollo
La persistencia del régimen y el fortalecimiento de una oposición de
masas
1973 - 1975 Crisis y fin del régimen.
1956 - 1975 Política exterior
DESARROLLO ECONÓMICO Y TRANSFORMACIONES SOCIALES
(1959-1975)3. EL DESARROLLISMO (1959-1975)
3.1 Los tecnócratas y el Plan de Estabilización; los planes de desarrollo
El nuevo gobierno dejo en manos de los tecnócratas la parcela económica. Estos pusieron en marcha
medidas encaminadas a un plan, que con el visto bueno del FMI y de la OECE, vio la luz en octubre de
1959. Es el Plan de Estabilización con los objetivos de sentar las bases para un desarrollo económico y una
mayor apertura al exterior. El plan pretendía:
A principios de los sesenta se programan los Planes de Desarrollo, con los que se pretendía potenciar el
sistema económico en tres planes cuatrienales (desde 1964 hasta 1975). Estos planes marcaban como
objetivos:
- Elevar la industria española a cuotas europeas.
- Crear los Polos de desarrollo. Estos se hacen en zonas atrasadas pero con posibilidades económicas. Se
concedían importantes ayudas y ventajas a las empresas para que se establecieran en esa zona y se
mejoraban las infraestructuras.
- Elevar el nivel socio-económico-cultural de los españoles
Los planes estimularon la industria pero acentuaron los desequilibrios sectoriales y regionales.
Equilibrio interno- Medidas fiscales como limitación del gastopúblico.- Medidas monetarias como limitación a loscréditos al sector privado y, sobre todo,flexibilidad en los tipos de interés.Se pretendía frenar la demanda (inflación),estabilizar precios y reducir importaciones.
Equilibrio externo- Disminución del control estatal sobre elcomercio- Fijación de tipo de cambio (1$60 pesetas)- Liberalización de las importaciones decapital.Se pretendía un aumento de las inversionesextranjeras.
A partir del Plan la industria y los servicios se convirtieron en las actividades fundamentales.
La entrada de divisas fue acompañada de nuevas técnicas de producción que supusieron una mejora de la
productividad que, acompañada de un aumento de los salarios y de la compra a plazos, permitió un cambio
en la estructura de consumo y la entrada de España, definitivamente en el vagón de cola de los países más
desarrollados.
Pero no todo fue positivo. Los cambios estructurales en la economía limitaron la creación de empleo lo que
se tradujo en unos movimientos migratorios muy importantes:
- Un movimiento de las áreas rurales hacia los núcleos urbanos más dinámicos, sitos en las regiones
industriales.
- Un movimiento hacia los países de Europa occidental, que aprovechando la buena coyuntura económica,
demandaban mano de obra no cualificada.
Es importante explicar la importancia de estos movimientos, sobre todo la de aquellos españoles que se
lanzaron a la aventura en la Europa occidental, por dos motivos:
- Si se hubieran quedado aquí, la presión que estos trabajadores hubieran ejercido sobre el desarrollo
industrial habría frenado dicho crecimiento, pues este no creaba empleo suficiente.
- Y en segundo lugar, la cantidad de divisas que los emigrantes españoles enviaron a España.
Además el éxodo rural permitió una reconversión de la agricultura con la incorporación de nuevas técnicas y
la necesidad de mecanización ante la falta de mano de obra.
Pero junto a la entrada de las inversiones extranjeras, las remesas enviadas por los emigrantes hay que hablar
del boom turístico. La llegada de los turistas extranjeros, que permitieron a España situarse en el 2º lugar por
destino turístico (1973) no solo permitieron, junto a las divisas de los emigrantes, enjugar el déficit de la
balanza de pagos, sino que además iniciaron un cambio de actitud social.
Estos tres factores permitieron hablar del “milagro económico español”.
En los años 60, gracias a la elevación del nivel de
vida, la influencia del turismo y la televisión, la
sociedad española se moderniza y seculariza.
La sociedad de consumo y las mejoras del bienestar
social son una realidad a finales de los sesenta. La
España tercermundista de los 50 había quedado atrás.
3.2 La persistencia del Régimen
La radical transformación de la sociedad española a raíz del desarrollo económico hizo necesario un impulso
para modernizar las instituciones y acabar con las discrepancias de las “familias”.
La pieza clave fue la Ley Orgánica del Estado (1967) que concretó las funciones de los órganos del Estado,
modifico aspectos de las Leyes Fundamentales anteriores, creo la figura del presidente de gobierno,
separándolo de la jefatura del Estado.
En 1966 se había aprobado la Ley de Prensa que suprimía la censura previa y establecía un sistema de
multas y suspensiones. Y un año después la Ley de libertad religiosa y la Ley de Representación Familiar.
Es el período del gobierno monocolor (1969), en el que los tecnócratas, que no son ideólogos sino técnicos,
no cuestionan al régimen y son partidarios de una monarquía autoritaria en manos del príncipe Juan Carlos.
Frente a los falangistas, que preferían un fortalecimiento del régimen a través del “movimiento” y la
cuestión monárquica quedaba en un segundo plano.
El estallido del escandalo Matesa (1969) junto a la conflictividad laboral, producto del desarrollismo hizo
que los falangistas volvieran a tomar posiciones frente a la miniapertura del final de los 60.
Además, la difusión de los postulados del Concilio Vaticano II y las propias disensiones de grupos católicos,
supusieron las primeras actitudes críticas contra el régimen, dentro de una de las “familias” del régimen y de
la propia Iglesia.
Ante esta situación el régimen franquista se replegó sobre si mismo, endureció la represión (estado de
excepción, detenciones sistemáticas, Consejo de Guerra de Burgos, etc.).
Las tensiones internas por la sucesión se solucionaron con el nombramiento de sucesor, con el título de
príncipe de España, del príncipe Juan Carlos previo juramento de los principios del movimiento. Y las
posiciones inmovilistas representadas en Carrero Blanco prevalecieron sobre los intentos aperturistas, con lo
que se recrudeció, no solo la represión, sino algunas leyes, como la Ley de Prensa.
3.3 Fortalecimiento de una oposición de masas
El nuevo cambio socioeconómico que se estaba produciendo en España, contribuyó al crecimiento de una
oposición nueva, formada por nuevas generaciones nacidas después de la Guerra Civil y que no tenían nada
que ver con el régimen.
En los años 60 la conflictividad laboral tomo nuevos impulsos, explicado en parte por la flexibilidad laboral
(la huelga por motivos económicos es aceptada en 1965). Fueron las regiones industriales tradicionales las
protagonistas de nuevas protestas.
Pero además, las protestas permitieron el nacimiento de un nuevo sindicalismo, que combinaba las acciones
ilegales con las legales. Las comisiones de obreros (CCOO) nacían como movimiento independiente y que
no tenía nada que ver con los sindicatos de preguerra. CCOO impulsaron la lucha laboral y política.
De los sindicatos clásicos (UGT y CNT) sólo el primero tenía cierta actividad clandestina. A estos grupos se
le unieron grupos de obreros como HOAC y la USO, que actuaban en las barriadas de obreros teniendo
cierta influencia y al amparo de los grupos religiosos.
En otras instituciones también aparecían movimientos que
contestaban al régimen. Es el caso del mundo universitario,
protagonista en la década de los 70 de las manifestaciones
contra el régimen y de la represión del mismo. Aparecen
nuevas organizaciones ajenas al régimen, como el “FELIPE”
(Frente de Liberación Popular, FLP).
Además de AAVV, y algunos grupos religiosos que contestaron al
régimen, los años 60 presencian las primeras manifestaciones masivas
en las calles.
En estos años también se reorganiza la oposición política al franquismo, bien mediante nuevos grupos
políticos o los viejos partidos renovados.
Uno de las acciones más sonadas fue lo que el régimen denomino el “contubernio de Munich”. En dicha
ciudad se reunió la oposición dentro de España y la de fuera y se llegó a un acuerdo general, en el que se
pedía la desaparición del régimen y el paso a una democracia.
De los partidos clásicos solo PCE tuvo cierta influencia dentro de España, a través de la actuación en las
organizaciones (CCOO, AAEE, AAVV, …), que le permitió acercarse a la oposición antifranquista (política
de reconciliación nacional) lo que produjo la escisión de numerosos grupúsculos que acusaban al PCE y a su
dirigente, Santiago Carrillo, de revisionistas y de practicar una política posibilista para acabar de manera
pacífica con el régimen franquista. Es el caso del PCE-r, PCE (m-l).
El PSOE, que mantuvo la dirección en el exilio tuvo que esperar al Congreso de Suresnes (1973), donde el
grupo andaluz dirigido por Felipe González y Alfonso Guerra accedió a la dirección, para eliminar las
divisiones internas y unificar la doctrina.
También aparecieron grupos de matiz maoísta o trostkista, que tuvieron cierta actividad en los ámbitos
estudiantiles.
Y en este período vuelven a aparecer los partidos nacionalistas, caso del PNV, Izquierda Republicana de
Cataluña.
Dentro de España los monárquicos liberales, los socialdemócratas o los democristianos se multiplicaron en
la clandestinidad, reuniéndose con otros grupos políticos de oposición.
Toda la avalancha legislativa, restrictiva y represiva no pudo impedir el desarrollo de una oposición interna.
Dentro de la actividad política de carácter revolucionario hay que hablar de los grupos terroristas que fueron
apareciendo durante el régimen.
En 1959, apareció ETA como escisión del PNV. En 1962 comenzaron las acciones de sabotaje. Los primeros
asesinatos de miembros de las fuerzas de orden público tuvieron lugar en 1968. El guardia civil D. José
Pardines Arcay y el jefe de policía política de Bilbao, D. Militón Manzanas, son los primeros muertos de
ETA.
Junto a ETA aparecen grupos de carácter nacional e izquierdista, que ante la debilidad del régimen y la
aversión a pactar con los grupos antifranquistas, se escinden de PCE y van a tener una actividad creciente a
partir de 1975, caso del Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) o el Frente
Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP).
En contraposición, también aparecieron grupos de ultraderecha que tuvieron una destacada actuación en los
últimos estertores del régimen (Triple A, Guerrilleros de Cristo Rey, …), muerto Franco y cuando la
continuidad del régimen estaba en su momento más crítico.
En junio de 1973, Franco
abandona sus funciones de Jefe del
Gobierno, recayendo éstas sobre el
almirante Carrero Blanco.
4. CRISIS Y FIN DEL RÉGIMEN (1973-1975)
Sin embargo, el plan de Franco para la continuidad del régimen se va al traste cuando ETA asesina a
Carrero Blanco (Operación “Ogro”) en diciembre de 1973, aumentando la inestabilidad en el país.
El nombramiento de Carlos Arias Navarro como Presidente del Gobierno fue una apuesta de Franco por la
continuidad y la fidelidad a los principios del Movimiento Nacional.
Carlos Arias Navarro ocupa la Jefatura del Gobierno tras el
asesinato de Carrero Blanco (dic. 1973) y hasta julio de 1976.
El nuevo gobierno de enero de 1974 anunció una reforma
limitada, un aperturismo sin desbordar los principios del
régimen.
En su discurso del 12 de febrero Arias promete una ley
municipal para la elección de los alcaldes y presidentes
provinciales, así como reformas sindicales y una nueva ley
de asociaciones políticas, previendo un mayor pluralismo
político, lo que permitió hablar del “espíritu de febrero”.
En realidad, las reformas prometidas no eran más que un
formalismo, manifestado en la dimisión de los ministros y
altos cargos más aperturistas.
Cuando al gobierno se le vio el “plumero”, se encontró con un incremento de la oposición y con una intensa
actividad terrorista, a lo que hay que añadir las contestaciones a la propuesta de Arias Navarro de los sectores
más inmovilistas, conocidos como el “Bunker”, que manifestaron su negativa a permitir las reformas de
Arias, por muy inocuas que parecieran.
Así, en 1974 la oposición al régimen se intensifico desde el punto de vista político y armado.
El PCE, con Santiago Carrillo como líder, creó en julio de 1974 en París la Junta Democrática, que
propugnaba un gobierno provisional que implantase un régimen democrático y adoptase medidas (amnistía,
libertades políticas, legalización de partidos políticos, …).
En junio de 1975 los socialistas crearán la Plataforma de Convergencia Democrática, con un programa
similar al del PCE.
En Cataluña apareció ese mismo año Convergencia Democrática de Cataluña liderada por Jordi Pujol.
La oposición armada adquirió cotas nunca antes alcanzadas, apareciendo nuevas bandas terroristas:
* Grupos Revolucionarios Armados Primero de Octubre (GRAPO).
* Frente Revolucionario Antifascista Patriótico (FRAP).
* ETA comete su atentado más sangriento hasta ese momento en la Calle Correo de Madrid (12 muertos, 80
heridos).
También aparecen grupos de extrema derecha: Batallón Vasco-español; Guerrilleros de Cristo Rey.
Para detener la oleada terrorista, Franco aprobará en agosto de 1975 una ley antiterrorista muy dura. Por ella
tres miembros del FRAP y dos de ETA serán ejecutados. Este hecho originará una fuerte reacción
internacional.
La respuesta del régimen será la organizar
una gran manifestación en la madrileña Plaza
de Oriente como prueba de adhesión al
caudillo.
Esta imagen fue la última aparición del
dictador en público.
5. POLÍTICA EXTERIOR (1959-1975)
Las relaciones exteriores de España desde finales de los años 50 y
durante la década de los 60 vino marcada por:
- El reconocimiento internacional del franquismo refrendado por
la visita del presidente de EEUU Eisenhower.
- La denegación de la solicitud de España de ingreso en la
Comunidad Económica Europea.
- Las reclamaciones territoriales de Marruecos sobre Sidi Ifni y el
Sahara.
- La independencia de Guinea Ecuatorial.
- Y por la reclamación española
de Gibraltar.
En 1956 España aceptó la independencia de Marruecos.
Entre 1957 y 1958 España se enfrentará a Marruecos en
Sidi Ifni. A su término, Marruecos había ocupado la
mayor parte del territorio de Ifni, quedando la ciudad de
Sidi Ifni como único enclave español en la zona. En
1969 debido a la presión internacional, España cede lo
que conservaba de Ifni a Marruecos.
En 1968, España concede la independencia a Guinea
Ecuatorial.
Aprovechando la situación de “aislamiento” internacional, así como el vacío de poder causado por la
enfermedad de Franco, el rey de Marruecos, Hassan II, organizó la Marcha Verde (6 de noviembre de 1975)
para ocupar la última colonia española, el Sahara Occidental.
El proceso de descolonización estaba en todo su apogeo y los territorios coloniales españoles no eran menos.
A España sólo le quedaba la colonia del Sahara Occidental, en cuyo territorio había nacido el Frente
Polisario, que reclamaba la independencia. España optó por aceptar las reclamaciones y permitir un
referéndum de autodeterminación.
España, con el príncipe Juan Carlos como Jefe interino del Estado, retiró su ejército y cedió el territorio que
fue repartido entre Marruecos y Mauritania (Acuerdo de Madrid, 14-nov-1975) sin tener en cuenta los
intereses del pueblo saharaui, representados en el Frente Polisario.
Desde primeros de noviembre de 1975 la salud del
hombre que había dirigido el destino de los españoles
con mano firme durante casi cuarenta años se
agravaba irreversiblemente.
Después de una dilatada agonía, el 20 de
noviembre de 1975, Franco falleció, dejando
una sensación de incertidumbre e inseguridad
en el futuro de España