la descapitalición de las almas

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La descapitalición de las almas. Sabemos cuánto valdría para el diablo reclutar un alma para arrastrarla sin prisa hasta el mismísimo infierno? Sin dudas, debe tener mucho valor. Si consideramos el precio que debe pagar por ésta en el mercado. Sabemos sin embargo, cuánto cuesta el alma de un empleado fiel, un trabajador nato, que pone lo mejor de sí mismo para formar parte del éxito de la empresa donde trabaja? No. Un lugar bastante común en el mundo de las organizaciones es no agradecer a sus integrantes hasta el discurso de fin de año. El resto del tiempo, estas almas cautivas deambulan por la empresa libremente, sabiendo que si no cometen el peor de los errores, formarán parte de la lista de agradecimientos, y tal vez, hasta reciban la tradicional caja navideña. El famoso capital humano de una empresa tiene un lugar relevante a la hora de los halagos, pero no siempre se atiende al mismo con la facilidad con la que se lo adula. El capital de una empresa está constituido por activos que deben ser permanentemente cuidados, para que no pierdan su valor de mercado y para que mantengan el incentivo hasta que llegue el ansiado momento de percibir sus haberes de fin de mes. Todas las empresas conocen sus activos y pasivos. Y salvo algún distraído, los contadores se llaman así por tener la facultad de saber contabilizar. Pero, cuáles son los procesos que aseguran no caer en la descapitalización de los recursos humanos? Muchas compañías despliegan estrategias sumamente agresivas para reclutar el talento disponible en el mercado para luego devaluarlo internamente con políticas de RR HH poco claras, planes de carrera inexistentes y burocracias administrativas que destruyen el valor más que desarrollarlo. Frente a una estrategia de merge, en las cuentas que las empresas hacen ligeramente, se suman fácilmente los activos, las ventas y se sobreentiende entonces, que la nueva empresa será por lo menos tan grande como ambas sumadas linealmente.

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Page 1: La Descapitalición de Las Almas

La descapitalición de las almas.

Sabemos cuánto valdría para el diablo reclutar un alma para arrastrarla sin prisa hasta el mismísimo infierno? Sin dudas, debe tener mucho valor. Si consideramos el precio que debe pagar por ésta en el mercado. Sabemos sin embargo, cuánto cuesta el alma de un empleado fiel, un trabajador nato, que pone lo mejor de sí mismo para formar parte del éxito de la empresa donde trabaja? No.

Un lugar bastante común en el mundo de las organizaciones es no agradecer a sus integrantes hasta el discurso de fin de año. El resto del tiempo, estas almas cautivas deambulan por la empresa libremente, sabiendo que si no cometen el peor de los errores, formarán parte de la lista de agradecimientos, y tal vez, hasta reciban la tradicional caja navideña.

El famoso capital humano de una empresa tiene un lugar relevante a la hora de los halagos, pero no siempre se atiende al mismo con la facilidad con la que se lo adula. El capital de una empresa está constituido por activos que deben ser permanentemente cuidados, para que no pierdan su valor de mercado y para que mantengan el incentivo hasta que llegue el ansiado momento de percibir sus haberes de fin de mes.

Todas las empresas conocen sus activos y pasivos. Y salvo algún distraído, los contadores se llaman así por tener la facultad de saber contabilizar. Pero, cuáles son los procesos que aseguran no caer en la descapitalización de los recursos humanos? Muchas compañías despliegan estrategias sumamente agresivas para reclutar el talento disponible en el mercado para luego devaluarlo internamente con políticas de RR HH poco claras, planes de carrera inexistentes y burocracias administrativas que destruyen el valor más que desarrollarlo.

Frente a una estrategia de merge, en las cuentas que las empresas hacen ligeramente, se suman fácilmente los activos, las ventas y se sobreentiende entonces, que la nueva empresa será por lo menos tan grande como ambas sumadas linealmente.

Las emociones del trabajador constituyen el alma del capital humano, de su alta motivación dependerá que, en este caso, la cuenta sea 1 + 1 = 3, ya que un individuo satisfecho es capaz de dar un plus adicional a lo requerido. Una organización que piensa en el valor emocional de su RR HH y lo expone a su devenir sin hacer marketing interno, se expondrá a la fatídica fórmula de 1 + 1 = menos de 2.

Las encuestas salariales nos dicen el rango de ingresos que posee una persona que tiene una determinada experiencia en un área, con una determinada formación en una determinada industria y organización, pero jamás nos podrá decir cuánto valor por encima de la media esa persona será capaz de aportar potencialmente a la empresa. Sin embargo, si logramos deleitarlo para que su desempeño nos dé ese plus que solo se logra por amor o por pasión, sin duda, habremos reclutado un alma.