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MADRID NUMERO 22-55-H NOVIEMBRE 1£55

LA DENSIDAD DE L VELLONPor ANTUNIO SANCHEZ BELDA

Jrfe ^Irl Conlrn R^^giunnl Lani^ro dc 1ladrid.

ampcón ^ncrioo arhenti^o.

j^% i % ^ % / ^ % ^ % ^ j ^ ^ ^^^/ar ^ j % j j j% ^% j^% s^ k ^

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LA DENSIDAD DEL VELLON

La densidad constituye uno de lus caracteres del vellónmenos con^cidos, para algunos completamente ignorado ypor otros deficientemente valorado, a pesar de su fuerte in-tervención en los rendimientos cuantitativos y cualitativosde la prodttcción de lana. Se trata de un carácter de exelusivacompetencia ganad^era, porque sus relaciones ^on las cualida-des textiles de la lana, sobre todo aquellas que entran en elcamp^,_^ de la industria manufacturera, son nnty reducidas, yes por ello la inferioridti^d bibliográfica que padece en relacióncon otros caracteres de la lana.

Se entiende por densidad del vellón, el ntímero de fibrasde lana por unidad de superficie de piel de un ovino. En tér-mino^ corrientes se a^costumbra a clasificar los vellones enaprét.^^dos y flojo,r, segíin su grado de densidad, y es en estostérminos donde íinicamente entroncamos el concepto cientí-fico de densidad con su apreciación y aplicación a la práctica.

Importancia de la densidad del vellón en l,a producción de lana.

Decíamos anteriorinente que el níuner^ c1e fibras de lana

po^ unidad de superficie cutáne^ i^nfluencia la producción cíelana en cantidad y calidad, y vamos a dedicar unos párrafosa recordarlo.

Es fácil comprender que entre dos anitnales cíe análogascondici;^nes de corpulencia, extensión del v^ellón e idénticascaracterísticas de su lana, rendirá u^n vellón superior aquelque tenga mayor mímero de fibras por unidad de superficiecutánea ; o lo que es igual, mayor grado de densidad.

Señalemos que los factores determinantes de la produc-ci^n de lana limpia son susceptibles de agruparlos en la si-guiente fórmul^ :

P= F-L S-^- L-}- D -}- ps

donde : P= peso del vellón, F= finura o diámetro de la

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lana, S= superficic de piel cubierta de lana, L= longitudclc la mecha, D= densidad o níimero de fibras por unidadde superficie cutánea y ps = peso específico de la lana ( i'3 i).

Todos los factores componentes de la fórmula, a etcep-ción del peso específico, que es constante, muestran una va-riabilidad mayor o menor segím el grado de selección y per-f eccionamiento clel rebaño y el aumento de los rendimientoscíe éste tendrá por base una lógica elevación de los valoresr-tlcanzados por aquellos factores.

^hora bien, si desde el punto de vista teórico resulta co-rrecto pensar que la elevación productiva es factible por elincremento global de todos los factores componentes de lafbrmula o cualquiera de ellos, la práctica enseña que no^iempre es tarea fácil conseguirlo y en ocasiones completa-mente improcedente. Así, el incremento del diámetro de lalana tiene el inconveniente de disminuir su calidad y conse-cuentemente rebajar su precio, La superficie de piel cubiertade lana es un factor que puede adquirir expresión máxima enel momento que una selección juiciosa se lo proponga y, conello, alcanzar límites biológicamente inflexibles; la posibilidadde acrecentar la superficie corporal y cutánea mediante la in-tensif cación del número y tamaño de las arrugas o plieguesde la piel en los merinos, hoy está completamente abando-nacla por su repercusión negativa en la calidad e incluso enla cantidacl de lana de los individuos con piel plisada.

Resta por anCzlizar el papel que juegan en la producciónĉle ]ana la longitud de l,a mecha y la densidací del vellón, paradeducir su valar cn el proceso selectivo, e inclus^ comparar^tis efect^^^.

Durante mucho tiempo se ha considerado la longitud de lamecha como el ítnico carácter de la lana capaz de mejora,con l.a se^uridacl de lograr paralelas o similares elevaci^nesen e] peso del vellón. Fl alargamient^ de las fibras de lana^frece ciertas facilidades a la selección siempre que ésta notenga más objetivo que aquél; o en otras palabras, cu^lndose persigue obtener mayor longitud de mecha sin preocuparsedel resto de ]os factores determinantes del peso del vellón.En estas circtmstancias, no obstante conseguir lana mrís lar-

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ga, se asiste cvn frecuencia a una disminución del peso de lapila, que fuerza al ganadero al abandono de estos derroterosy a buscar la mejora de los rendimientos en la selección deotros caracteres. Las razones son varias, pero entre ellas des-tacan las relacionadas con la alimentación. Está demostradohasta la saciedad que para conseguir mayur long-itud de me-cha y mantener constante el resto de los factores responsa-bles del peso del vellón y, sobre todo, su densidad, es indis-

Fig. [.-Fotografía de un vellón de buena densidad.

pensable proporcionar al ganado un generoso régimen nutri-tivo. Cuando esta condición no se cumple, el incremento cíela longitud se hace a cuenta de la finura, tornándose lasfibras de diámetro irregular, sin nervio ni resistencia, y subre

todo de la densidad. Entonces, las ventajas esperadas por elaum^:nto de la longitud de las fibras quedan neutralizadas,cuando no sobrepasadas, por los inconvenientes derivados delas pérdidas en los otros caracteres colaboradores con la lon-gitucl en la determinación del peso del vellón.

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^V'o^ queda, por íiltimo, enjuiciar el valor de la densidady su influencia en el peso del vellón. Para ello nada mejorduc recoger un ejemplo entre los datos e^perimcntales rigu-rosos que se refiera al problema. Dice BosMaN que un carneroc^m'ana de cuatro pulg^adas de longitud, 2r micras (milésimad^° milímetro) de diámetro y ro.ooo fihras por pulgacía cua-clrada cíe piel, proporeiona un vellón de 4'i libras; si tuviera

Fig. z.-I>etalle de un vellón poco denso.

5o.ouo (it^ras éle densidad pur pulgada cuadrada en l^i^ mis-mas circunstancias anteriores, el vellón pesaría 23'5 libras.1^1 mismo autor comprueba que se obtiene idéntico incre-mento de peso en los vellones, por aumento de la longitud dela lr^na en dos centímetms o de la densidacl en 50o fibras porcentímetro cuadrado.

Para nttestros rebaños los datos experimentales citadosresttltan de e^traordinaria significación, si tenemos en cuentac^ue mediante selección cuidadosa no es difícil aumentar ladensidad (generalmente baja) no sólo en esa proporcicín, sinoincluso en cantidades muy superiores, en tanto clue alargar

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la longitttd media de la lana eti los merinos españoles (seis-siete centímetros) en un tercio supondría un largo proceso se-lectivo que torzosamente habría que conjugarle con mejorasa).imenticias l^ttentes, para no perder la densidad actual. En-focado el problema desde otro ángulo, tales dificultades apa-recen bien patentes si pensamos que necesitaríamos prolongarel crecimiento anual del vellón cuatro meses más para alcan-zar el pretendido alargamiento de la lana.

Otras circunstancias se dan en la densidad del vellón p^raatribuir a este carácter un valor sobresaliente en la seleccióndel ganado lanar. Señalemos en primer lugar su alta here-dabilidad y, por tanto, su relativa independencia frente a lasinfluencias negativas del medio y en particular de la alimen-tación, a que con lamentable frecuencia están expuestos todoslos lanares explotados en régimen extensivo. Esta particula-ridad confiere un valor insospechado en la práctica cuandc,las posibilidades de pastos varían mucho de unos años a otroso sufren alternativas opuestas dentro de un mismo año paralas distint.as estaciones. Recomendar la selección preferentedel carácter que nos ocupa, es pretender dotar a los rebañosde una base adecuada para la consecución de altos rendi-mientos. Con ganado de alta densidad, si el año es malo y laalimentación sólo ha cubierto parcialmente las necesidades decrecimiento de la lana, los vellones densos siempre pesaránmás que los vellones flojos; si el año es bueno, la densidad,unida a un desarrollo de la lana favorecido por el nivel nu-tritivo disfrutado, proporcionará rendimientos extraordina-rios.

También la densidad influencia favorablemente los rendi-mientos al lavado, de forma que los vellones densos rinden^nás lana limpia que los flojos. La explioación está en que lalana apretada representa una barrera que limita la penetra-ción en el vellón de sustancias extrañ^as a la lana y, al serlavada, deja poco lastre; lo contrario ocurre con los vellonesflojos. A la vez conviene indicar que existe una correlaciónf rancamente negativa entre densidad y cantidK^td de suarda ^"churre" del vellón; es decir, los vellones "cargados" o con

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eaceso de gra^a y sustancias térreas adheridas cvinciden convalores bajos de densidad.

Finalmente, la densidad alta e^ un signo de protección dela lana frente a las alteraciones, en su c^mposición quítnicay caracteres físicos, provocadas por la influencia de los agen-tes atmosféricos, lluvia, hielo, viento, sul, etc., etc.). La in-tensid•ad de estos efectos perjudiciales sobre la lana está enrelación con el tiempo de actuación y sobre todo con el gradode penetración. Cuando los vellones son densos o apretados,las alteraciones enunciadas quedan limitadas a las puntas deLas mechas; si son flojos, penetran hacia el interior y dejansentir sus efectos a todo lo largo de la fibra. Este hecho re-sulta muy cíemostrativo cuando observamos un rebai^io des-pués de haber sufrido los efectos de la lltrvia o de una gra-nizada. Hay ovejas mojadas hasta l.a piel (baja densidad),c^^n el vellón abierto, las mechas separadas, lacias y sueltas,mientras otras que estuvieron junto con las primeras y pa-decicron l^s mismas causas, dan la sensación que estuvieronbajo techado (alta densidad).

Métodos para determinar la densidad del vellón.

I^^Tuchas técnicas llegan a determinar con e^actitud mate-rnática el mímero cle fibras por uniclad cle superfieie eutá-nea en los ovinos, pero todas ellas requieren el auxilio dell.aboratorio, procedimientos delicados de recogida de mues-tras y finos métodos de ejecución. Nuestro propósito es si-lenciar éstas y describir aquellos procedimientos cle tipo prác-tico que, si bien no son exactos, al menos resultan útiles paralos ganaderos y eficaces en los primeros estadios selectivos.Dichos procedimientos los reseñamos bajo los dos epígrafes;iguientes :

I. FOR RECONOCIMIENTO E INSPECCIÓN VISUAL

DE LOS ANIMALES.

Con un poco de práctica, es posible adquirir mediante^imple observación una idea orientad^ra de la densidad del

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vellón, cuandu éste ha alcanzado su completo crecimientuanual. Para ellu tenclrcmos en cuenta los detalles siguientes :

"[^uclos lus uvinus especializados en la producción de lanaposeen fibras de la misma longitud que, agrupadas, formanmechas rectangulares, cuyo conjunto proporciona al vellónuna superricie externa uniforme y continua, denominado c^e^-rrado. Dentro de los vellones c2rra.dos podemos diferenciardos tipos extremos : apretados ( alta densidad) y flojos (bajadensidad), y toda una extensa gama de variantes intermedias.

Se caracterizan los vellones ap^r^étaclos por presentar lasfibras fuertemente unidas, forrnando grandes y compactasn^echas y éstas a su vez cúmulos o escudos extensos, que de-ja^i entre sí ligeras líneas de demarcación (costuras) en es-caso nítmero y débilmente marcadas. Si comparamos, a estosefectr^s, la superficie externa del vellón a un mosaico, ladensidad del vellón estará en razón inversa al nítmero de pie-zas que le integren. Todo lo contrario ocurre con los vellonestlojns.

Si, con estos mismos fundamentos, la observación se hacesobre el animal en movimiento, comprobaremos que en losvellones densos apenas se modifica el trazado y la intensidadde las co.ctu.ras; lo contrario de los vellones flojos, donde és-tas se marcan intensamente y al desplazamiento rápido delanimal se mtteven todas las piezas de ese gran mosaico, y siel vellbn está cargado de sustancias extrañas, no es raro oírun ruidr^ Particular derivado del choque entre sí de las me-chas sucltas.

1T. POR PALPACIf^N Y EXPLORA('T[7N DET, VELLÓN.

T,os dat^s recogidos por la observacicín visual deben serampliados y precisados con el reconocimiento detallado delvell^n, para adquirir tma informaci^n más exacta acerca dela dellSldad.

Sujeto el animal por un ayudante, el observador colocaráamha^ manos sobre un costad^ de ba weja. En esta posiciónejercerá una li^^era presión para comprobar la resistencia que^^^^nnc la l,tna a ser comprimida. l,uego, sin levantar las ma-n^s, realizará movimient^s hacia aclelante v atrás, para apre-

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ciar el grado de desplazamiento de la porción del vellón si-tuada debajo de las manos durante la maniobra. Los vellonesdensos oponen resistencia tanto a la depresión cumo al des-plazamiento lateral; lo contraria sucede con los vellones flojos.Hay quien para deducir estos extremos recurre a la intro-ducción de los dedos en el interior del vellón en sentido pa-ralelo al eje mayor de las mechas; nos llevaría mucho tiempoy espacio explicar la improcedencia de este método, por esonos hemos limitado a exponer el utilizado por nosotros en lapráctica diaria.

Terminado este primer tiémpo de la operación, se procedea la abertura del vellón, que puede hacerse sin modií-icar laposición de las manos mediante un simple movimiento de se-paración o divergencia de éstas, que disgrega las mechascomprimidas debajo y pone al descubierto toda la longitud delas mismas y la piel. La observación en estos momentos re-caerá en la superficie cutánea y en las características de las.nechas.

La extensión de piel de^nuda, hallada entre las mechas^eparadas, está en razón de ]a densidad y es mayor a medidaque ésta tiene valores más bajos.

La apreciación de la morfología de las mechas tiene ma-yor interés, porque su valoración como exponente de la den-sidad, exige menos práctica que el signo comentado en elpárrafo anterior y a su vez proporciona mayor número dedetalles para f.undamentar el dictamen.

En toda mecha de lana sucia se distinguen dos partes :cabe^a y czaerpo. La primera corresponde a la zona apical, al-terada por los agentes atmosféricos y cargada de tierra, paja,semillas diversas u otras materias extrañas a la lana; la se-^•unda, de lana inalterada, constituye la parte basal. Es fácildistinguir a lo largo de la mecha la zona distal más o menososcura y sucia (cabeza), de la proximal, clara _v limpia(C1-leY^O Ĵ .

La densidad del vellón es directamente proporcional a laextensión de las cabe„as de las mechas que le componen. Losvellones densos o apretados impiden o reducen al mínimo lapenetración de sttstancias extrañas a la lana y la acción de

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los age^ntes atmosféricos, y por tanto sus mech^s presentanc^abez^ZS reduciclas; en los menos densos, la c^zb^eza puede ]le-gar a un tercio de la long^itud de la mecha, y en los rnuy flojosno existe franca diferenciación entre las dos zonas de lasmechas.

Finalmente, en la exploración del vellón cabe apreciar undato cemplementario como indicad^r de stt grado dc densidad,

Fit;. 3.-serie de mechas de lana, procedentes de vellones de densidad variab(e.En los muy densos, la cabeza (zona oscura) es reducida y su extensión ^ a siendo

mayor a medida que los vcllones pierden densidad.

y es la riqueza en su^arda de la lana. La práctica nos enseñac^ue ]a abundancia de fibras por unidad de superficie rara vezcoincide coil lanas de mucha grasa y sí, al contrario, los ve-llones cargados corresponcíen 7i animales de baja clensidad.

Aunque la palpación del vellón proporciona datos muchc^más ciertos y segur^^s para deducir la densidad que la ins-pección visual, no es un método definitivo y sobre todo si nose tienen en cuenta determinadas circunstancias puede con-ducir a serios errores, cuy,a evitación pasamos a señalar.

I.,a longitucl de la mecha es el carácter que influencia másintensamente la sensación de resistencia a la presión y el^rado ĉle desplazamiento de las manos en la prueba de lr1

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hall^;ición. T os vellones de tibras curtas dan siempre sensa-cióu de mayor coin^acidad que los cíe lana larga, a igualdadclc• fibras por unidad de superficie cutánea. Evitaremos el erroral rclacionar el braclo de resistencia con la longitud de lalana y sobre todo cun l.a apreciación de la mortolog^ía de lasmc^chas.

1?1 ^-rado de suciedad interviene tan^bién fuertemente aclar firineza y coeaistencia^ distinta de la verdadera lana. Comorealn^ente los vellones flojos son los inás cargados ^de impu-rezas. La presencia de éstas puede neutralizar la carenciade fibras y la exploración táctil no identificar su verdade-ro carácter; de aduí la falsa inipresión de gran densidadque ofrecen los vellones de ovej^s e^plotadas cn ciertas zo-nas cuyo suelo posee condiciones particulares para que stts1;artículas penetren en el vellón. La estimación de la propor-cionaliclací de la c,abeÑ^rz con reshecto al c^^ea-j^o de las mechasdeshace todo motivo de confusión.

Asimismo, sobre la^ cíensidad aharente deducida por pal-hación del vellón influye la cantidad de suarda de la lana, nosólo l^ordue al estar ésta en exceso attmentan las hosibilida-c'es cle aciherir sustaneias ajenas al vellón, sino tan^bién por-^lue la grasa de la lanrt, sobre todo cuando es densa y consis-tente, aglutina fibras, i=usiona tnechas y cla una continuidadal vellón muy superior a la que en realiclad le corresponde^ con<irre^lo ^1 níimero de fibras por unidad de superficie de piel.A1 abrir eI vellón quedará en evidencia la riqueza en suarday en nosesión de este dato concebir las correcciones precisas.

Causas específicas modificadoras .de la densidad del vellón.

Fara juz^ar convenientemente y con el me^nor error po-sible, es necesario conocer la eYistencia^ de factores modifica-dores de la población cle fibras lanosas en la pie^l de los ovinos.

Coniencen^os t^or señalar que el níuziero de fibras cle lanapor unidad de superficie cutánea es un carácter here^ditari^oque tiene valores étnicos distintos, si bien dentro de una mis-ma raza e^isten variaciones extremas que no permiten incluireste carácter en los "stand^rds" raciales. La densidad más

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alta se identifica en la raza merina, y dentro de ell^l, dc mayora menor, en el merino australian^^, sudafricano, an^ericano,Rambouillet y merinos precoces. ^lieshués de los nieriilc^s, ladensidad sigue valores decreciente^ en loS ei^ltr^tinos finos,entrefinos corrientes, entrefinos ordinarios, bastc^s }' chui-ros.

La edad determina variaciones de la densid^ld en un iiiis-mo individuo. Investigaciones detalladas prueban clue aquéllati^a en auil^ento desde ^el nacimiento hasta los dos añ^^s, techaen la que se estaciona el car^lcter para decrecer desde l^s cin-co .años en adelante, de lorina que a los siete años las ovejashose:.i^ s^^lanlente un 6^-68 por Ioo de las fibras ^luc teníatla los dos años.

A stt vez, la densidad del vellón varía cc^n ari-eálo a lasre^iones corporales donde se haga la ahr^eciación. Las zon.asmás deilsas corresponden al dorso y espalda, valorcS n^ediosse re;istran en el cuello y costaclos, es inf.erior en laS nalgasy adquiere valores mínimos en el ^^ientre.

(Fotografías J. G.^xcíA HERNÁNnEZ.)

Se autoriza la reprodlicción de estas

Ho7ns, sicmpre que se ha;a constar cla-

ramente su pirocedencia.

GRAFICAS UGUINA-MELENDEZ VALDES, ^-MADRID