LA CULPA ES DEL ROBOT

LA CULPA ES DEL ROBOTDana Chaviano

La Habana, 19 de febrero de 2157.

Querido Reni:

Aprovecho que Leda va hacia Ganimedes y te envo estas lneas. Apenas se enter de nuestra separacin y de mi congoja por tu partida, se ofreci para llevar mi carta y, de este modo, hacerla llegar ms pronto. Aunque, segn me dijo, su escala en Deimos ser corta, podr dejarla en el correo del aerdromo antes de continuar el viaje.

Robi me entreg tu nota de despedida. No puedes imaginarte mi desconsuelo. La he ledo tantas veces que algunas letras se han borrado.

Pero querido! No comprendes que nuestro matrimonio no debe terminar por esa tontera? Es absurdo pensar semejante cosa. Todo ha sido por causa de Robi; y el pobre, lo hizo con su mejor intencin. Si lo vieras ahora Est tan triste! Es un robot muy sensible y no hace ms que crujir y lamentarse.

Adems, si hemos de ser justos debemos reconocer que t, amorcito, tuviste tanta o ms culpa que l. De no haber sido por los dichosos condensadores de vidrio, nada hubiera ocurrido. Por algo el rtulo dice bien claro: Mantener fuera del alcance de los robots. En qu estabas pensando cuando los dejaste sobre la repisa de la cocina? Seguramente, en tus horribles krukos saturnianos. No comprendo qu atractivo pueden ejercer sobre ti unos bichos tan repulsivos

Pero volviendo a Robi, si hubieras guardado los condensadores de vidrio donde debas, l jams los hubiera tomado para cambiarlos por los suyos. Y ya sabes el efecto que producen en el delicado mecanismo de un robot: estaba tan eufrico que, cuando le pediste el Tnico lunar para cabello, no se fij en el frasco y te entreg el quitamanchas. Te repito que slo t eres culpable. A quin se le ocurre poner el quitamanchas junto al tnico lunar!

Me imagino lo que estars pensando: si yo hubiera enseado a Robi a no tomar las cosas ajenas, no habra sustituido los condensadores. Tienes razn, pero slo en parte; porque Robi, querido, es muy pequeo an y desconoce el significado de la palabra NO. La fbrica enva los robots al mercado con la etiqueta Un buen robot, todo lo puede; y hasta un nio sabe el trabajo que cuesta borrarles esto de su pequeo cerebro de metal.

Debes olvidar el asunto del quitamanchas. S honesto y reconoce que la culpa no fue del todo suya. Adems, slo estuviste siete meses sin pelo. Despus de eso, te creci tan rpido!

S. Ya s lo que piensas. Ests obsesionado con el incidente del laboratorio. El dichoso laboratorio! No sabes cmo me alegr que Robi hubiera terminado al menos durante algn tiempo con esos escabrosos experimentos tuyos.

La culpa es del robot!, fue tu primer bramido a la maana siguiente del desastre como t lo llamaste, sin tener en cuenta para nada que el pobre Robi estaba delante y que eso pudo ser fatal para su mecanismo.

Pero en qu cabecita cabe, cario mo, que un robot pequeo pueda distinguir las lagartijas de los krukos saturnianos? Aunque los ojos se te cerraran de sueo, jams debiste encomendar a Robi la limpieza del laboratorio cuando se ofreci, con su mejor voluntad, para ello. Y mucho menos pedirle que arrojara unas lagartijas muertas por el cao de la basura.

El hecho de que Robi se haya confundido y en lugar de tus lagartijas vaciara los pomos donde estaban los krukos vivos, no tiene tanta importancia. Pero jams podr permitirte que lo culpes de lo que sucedi despus.

Si a tus adorables krukos se les ocurri salir del cao, regresar al laboratorio, romper dos frascos de tinta marciana Eterna, comerse los ratones de experimentacin y diseminar tus ininteligibles papeles de apuntes por toda la habitacin, ciertamente nada de eso le atae a Robi. l no hizo ms que cumplir la orden de tirar las lagartijas muertas. Antes bien, debiste haber utilizado a tus infames krukos como animales de experimentacin puesto que se haban comido a tus ratones, en vez de ponerte a dar gritos como un desaforado en presencia del pequeo.

Pero no; eso sera pedirte demasiado. Los krukos te tienen tan embobecido que slo se te ocurri acogerlos, hablarles como si fueran nios y meterlos de nuevo amorosamente en su jaula.

Es una vergenza! No s que pensaran nuestros amigos si te vieran parado frente a la jaula contemplando a esos horribles bichos que slo saben hacer muecas y sacarle la lengua a uno.

De veras no puedo comprenderlo. Creo sinceramente, amor mo, que deberas ver a un psiquiatra. Ese trabajo tuyo en Deimos nunca me pareci bueno para tu equilibrio emocional; y ahora me parece que, en efecto, te ha hecho dao

Pero dejemos este enojoso asunto y hablemos de nosotros.

Si regresaras a la Tierra, podramos irnos unos das de vacaciones. Estoy segura de que en la Base no se opondran.

He pensado en el hotel Selene, de Varadero, como el lugar ideal para otra luna de miel. Dicen que el Bar Csmico es maravilloso y, adems, es el nico en Cuba donde se puede escuchar buena msica espacial. En estos momentos Robi est aqu, a mi lado. Mira por encima de mi hombro mientras te escribo y sus ojitos han parpadeado de felicidad cuando le asegur que vendras pronto. Estoy convencida de que lo hars; no slo porque me quieres, sino porque nadie ms que yo en toda la Tierra cargar con tus horribles krukos, sin los cuales no puedes vivir.

Esperar por tu cosmograma, donde me dirs cundo regresas.

Recibe todo mi amor,

Ana.

P.D. Dice Robi que, si puedes, le traigas alguna golosina. De ser posible, condensadores de vidrio.