la construccion de ciudadania de las mujeres

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La construcción de ciudadanía de las mujeres: entre la desigualdad y la exclusión. Nombre: Silvia Bolos Afiliación institucional: Profesora investigadora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México INTRODUCCIÓN En esta investigación consideramos que la construcción de la ciudadanía corresponde al enfoque que algunos autores han llamado ciudadanía sustantiva que toma en cuenta el ejercicio y a la práctica de la misma poniendo en juego el conflicto entre grupos basados en la desigualdad en la distribución de los recursos (culturales, poder, económicos, simbólicos). Este desequilibrio genera profundas diferencias en dicha construcción. Asimismo, tendremos en cuenta las prácticas desarrolladas, aquellos aspectos que se construyen colectivamente a través de las acciones y reflexiones de las organizaciones y la conformación de espacios públicos en los que se materializa el ejercicio de los derechos civiles, políticos y sociales. Uno de los aspectos relevantes se tomaron en consideración es la dinámica presente entre las vivencias, percepciones y atribuciones de valor presentes entre la vida personal en el ámbito de lo privado y los procesos que conducen a las mujeres a realizar acciones en el espacio de lo público. Para ello, tendremos en cuenta un importante 1

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Feminismo

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La construccin de ciudadana de las mujeres: entre la desigualdad y la exclusin

La construccin de ciudadana de las mujeres: entre la desigualdad y la exclusin.

Nombre: Silvia Bolos

Afiliacin institucional: Profesora investigadora del Departamento de Ciencias Sociales y Polticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de Mxico

INTRODUCCIN

En esta investigacin consideramos que la construccin de la ciudadana corresponde al enfoque que algunos autores han llamado ciudadana sustantiva que toma en cuenta el ejercicio y a la prctica de la misma poniendo en juego el conflicto entre grupos basados en la desigualdad en la distribucin de los recursos (culturales, poder, econmicos, simblicos). Este desequilibrio genera profundas diferencias en dicha construccin. Asimismo, tendremos en cuenta las prcticas desarrolladas, aquellos aspectos que se construyen colectivamente a travs de las acciones y reflexiones de las organizaciones y la conformacin de espacios pblicos en los que se materializa el ejercicio de los derechos civiles, polticos y sociales. Uno de los aspectos relevantes se tomaron en consideracin es la dinmica presente entre las vivencias, percepciones y atribuciones de valor presentes entre la vida personal en el mbito de lo privado y los procesos que conducen a las mujeres a realizar acciones en el espacio de lo pblico. Para ello, tendremos en cuenta un importante concepto que es el de autonoma que no haba sido considerado en el comienzo de la investigacin.

Muchos autores se han referido a la importancia que adquiere para las mujeres su insercin y prcticas en organizaciones ya que les permite constituirse como personas diferentes a lo que para ellas significa el espacio de lo domstico (privado, ntimo). Segn estos anlisis, los roles desempeados en este ltimo, no les permiten constituirse como personas autnomas y por el contrario, se presentan fuertes relaciones de subordinacin que all se aprenden y se consolidan un una forma de ser. Es por ello, que la decisin de incorporarse a colectivos les permite romper con estas relaciones para comenzar un proceso de conformarse como mujeres con nombre propio, es decir, ser reconocidas y auto reconocerse como ellas mismas, ms all de ser madre, esposa o hija de otros.

Al observar a mujeres que de hecho ya estn involucradas en un proceso de construccin y ejercicio de ciudadana, uno de los aspectos encontrados empricamente es que una parte importante de ellas han vivido un conjunto de relaciones en el mbito de las familias de origen, que les permitieron construirse con un grado importante de autonoma; es decir, este grupo de mujeres no experiment (y as lo perciben) relaciones de subordinacin en el seno familiar y no reconoce obstculos en el desarrollo de lo que ellas, en su infancia y adolescencia, se plantearon hacer. Por esta razn planteamos que si bien es cierto que, en general, la distincin de lo pblico/ privado, actu como un mecanismo de exclusin; la identificacin de lo privado con lo domstico, desempe un papel de subordinacin de las mujeres, existen, estn presentes en estas relaciones de subordinacin, diferentes formas de ser mujer. Es decir, es indudable la existencia que esa subordinacin de la mujer en tanto que en el mbito de lo domstico y lo privado no hay lugar para las decisiones sobre lo social y lo poltico, ya que stas se encuentran en el mbito de lo pblico. Sin embargo se hace necesario diferenciar las distintas culturas que permiten que los intereses del mbito de lo privado y lo domstico se conformen como detonante para la participacin en el mbito pblico. En la prctica de la ciudadana de las mujeres hay un traspaso, algo que siempre se cuela del mbito de lo domstico y, en este sentido, se confronta e intenta romper con la propuesta de las fronteras entre lo pblico y lo privado.

Por ello, la investigacin sobre las representaciones de lo injusto, el derecho y la subordinacin que tienen las mujeres cobra nuevas perspectivas; no slo se trata de dar cuenta de las definiciones que ellas tienen de estos trminos, sino cmo estas representaciones les han permitido hacer, deshacer y rehacer las diferentes relaciones, as como incorporar en su experiencia aquello que se presentaba como diferente, novedoso, o lo otro. En otros trminos, interesa recuperar su experiencia, su vida familiar primaria as como las distintas rupturas que han experimentado en su vida cotidiana.

Este trabajo incluye apartados tericos que se refieren a La construccin de autonoma como un aspecto relevante de la ciudadana, La autonoma en la esfera pblica y La participacin de las mujeres en organizaciones y espacios mixtos1. La construccin de autonoma como un aspecto relevante de la ciudadana

As como socialmente por un lado, se define a las mujeres por su biologa y se las recluye en su especificidad y privacidad, por el otro, los valores morales domsticos se extienden e impregnan lo social. Esta dinmica refleja un mecanismo de circulacin de valores, en el cual los grupos hegemnicos, en momentos de agotamiento de sus propios valores, asumen otros de grupos discriminados, casi siempre sin asumir sus reivindicaciones y sus demandas desposeyndolos de su identidad pero impregnndose paradjicamente de ellos.

Las teoras de gnero hoy en da, adems de realizar una relectura histrica de su lugar oculto pero fundamentalmente en las grandes construcciones histricas del pasado, deben asumir el reto de valorar cmo trabajar en la consolidacin de una identidad y presencia femeninas, precisamente cuando los paradigmas clsicos de igualdad, emancipacin, objetividad y cientificidad estn siendo cuestionados. En la medida que la identidad sexual apareca estructurada en trminos de diferencia sexual, los dilemas que se suscitan quedaban ocultos. Un cdigo binario de varones y mujeres que no admite virtualmente instancias intermedias, se adhiri a los papeles sociales del sexo como si fuesen lo mismo. Ms all de estas consideraciones, consideramos necesario, a partir de la informacin encontrada a travs de las entrevistas realizadas, asumir el concepto de autonoma como uno de los ejes que articularn los relatos y testimonios de las y los entrevistados. La idea de autonoma parte de los principios tico-polticos que estn presentes en todos los modelos de democracia: libertad e igualdad. Sin embargo, va ms all. Segn Held, es la capacidad de los individuos de reflexionar por s mismos y autodeterminarse: deliberar, juzgar, elegir y actuar en diversos modos posibles de accin. No puede desarrollarse mientras los derechos y las obligaciones polticas estn intensamente vinculados a la tradicin y a derechos y privilegios fijados, basados en cierto rgimen de propiedad. El lugar que cada persona ocupa en la vida cotidiana, privada cobra importancia en el anlisis de las prcticas colectivas ya que cada una se vuelve terminales de los procesos sociales centrales, en donde su dimensin individual se ve cada vez ms socializada y sta no puede ser entendida sin pasar por dinmicas, experiencias y elementos propios de la vida individual. La identidad individual ser relativa a cada uno pero tambin a la vida de muchos de los que participan en los procesos sociales: Quin soy en el tiempo y en el espacio, en las relaciones?

En este sentido, en este texto, a travs de la presentacin de la sistematizacin realizada, daremos seguimiento a las situaciones, relaciones y confrontaciones que han generado que ciertas mujeres construyan esa autonoma en los mbitos privados y con ello, realizar una trayectoria de vida que las conduce a construirse como ciudadanas. En otros casos, un acontecimiento en lo privado les otorga la posibilidad de incluirse en lo pblico como personas autnomas rompiendo ciertas subordinaciones generadas en lo privado.

Segn Giddens, en lo privado la autonoma es la realizacin del proyecto reflexivo del yo personal, lo que permitir relacionarse con los dems en forma igualitaria. Este proyecto debe desarrollarse de tal manera que permita una autonoma del pasado y una colonizacin del futuro. En este sentido, la autonoma permite ese respeto por las capacidades de los dems, elemento central en el orden democrtico. Ayuda tambin a crear lazos personales que se necesitan para la administracin exitosa de las relaciones.

Las condiciones de la democracia (proteccin en relacin al uso arbitrario de la autoridad poltica y del poder coercitivo y la implicacin de los individuos en la determinacin de las condiciones de su asociacin) fomentan la democratizacin de la vida personal. El uso de la violencia en su mayor parte deriva de los hombres y est dirigida contra los ms dbiles que ellos mismos; por ello, en contextos democrticos, la violencia debe ser prohibida y censurada; asimismo, el ejercicio de la violencia tiene muchas expresiones que no pasan slo por lo fsico.

En el mbito de lo privado, derechos y obligaciones definen en cierta medida lo que es actualmente la intimidad; la importancia que los derechos han adquirido puede ser un resultado de las acciones de las mujeres para lograr una igualdad en el matrimonio. El derecho al divorcio tiene un efecto equilibrador y contribuye a la trasformacin del poder coercitivo en una comunicacin igualitaria ya que limitan la capacidad del esposo de imponer sus condiciones. Por ello, el aspecto de las rupturas matrimoniales cobr, en algunas de las entrevistas realizadas, una relevancia central.

Otro aspecto importante encontrado en los testimonios y entrevistas es el tema de la autopercepcin de las entrevistadas en cada momento de su vida. Por ello, sealaremos en algunos prrafos cmo ellas se sentan o se pensaban en la parte del relato que cuentan.

2. La autonoma en la esfera pblica

Segn Giddens existen un conjunto de condiciones para la realizacin del principio de autonoma; entre ellas, mencionaremos la participacin efectiva que implica que todos debern tener los mismos medios que les permitan ser escuchados y tener igualdad de influencia en la toma de decisiones. La creacin de espacios pblicos para la discusin abierta es una condicin indispensable porque habilita para el debate con otros y, con ello, abre a la pluralidad de opiniones en un mbito de libertad. Este aspecto puede conducir al surgimiento de una ciudadana ms ilustrada. Esta consecuencia surge, en cierto modo, de una ampliacin de los horizontes cognitivos individuales pero tambin deriva de un reconocimiento de la pluralidad y de la educacin emocional (un participante en un dilogo, polticamente formado, es capaz de canalizar sus emociones de un modo positivo). La responsabilidad pblica es tambin una caracterstica de la sociedad democrtica (toma de decisiones en nombre de otros). Dicha responsabilidad no puede ser permanente ni continua; en ella est presente la confianza como un elemento fundamental que otorga legitimidad a las prcticas y acciones emprendidas.

Institucionalizar el principio de autonoma implica especificar los derechos y obligaciones que deben ser sustantivos y no meramente formales. Los derechos son formas de dar poder, son instrumentos de capacitacin. Los deberes implican el precio que hay que pagar por los derechos concedidos. En un orden poltico democrtico, deberes y derechos se negocian y nunca pueden ser simplemente asumidos; por ello deben hacerse focos de atencin y de reflexin continua. En este sentido, puede haber un proceso de educacin y formacin de ciudadana en el cual estarn presentes los derechos pero no slo ellos; tambin, en el caso de las mujeres, se tomarn en cuenta temas como la toma de decisiones (en lo privado y en lo pblico), las prcticas colectivas y la constitucin de organizaciones sociales, la importancia de los valores tico-polticos como, entre otros, la responsabilidad pblica, la solidaridad y la participacin y la intencionalidad de incidir en el mbito pblico para producir cambios en las relaciones entre gobierno y sociedad. La ciudadana aparece as como una mediacin entre ambas esferas.

Estudiar la ciudadana como proceso en construccin, implica recuperar la multiplicidad de relaciones de subordinacin. En este sentido, no podemos analizar este proceso con categoras como unidad y homogeneidad sino que es necesario tener como premisa el hecho de que los sujetos tienen posiciones diferentes de acuerdo a las relaciones sociales en que estn inscritos y que stas constituyen un campo de conflicto. Mouffe considera que si bien no hay una esencia que defina el ser mujer, y no existe un vnculo a priori entre las diferentes posiciones de sujeto, hay constantes esfuerzos para establecer entre ellas vnculos histricos, contingentes y variables a los cuales denomina articulacin. Desde esta perspectiva, no hay ninguna identidad ni posicin de sujetos que pueda ser total y permanentemente adquirida. Sin embargo, si bien no existe una esencia, se puede hablar de fijaciones parciales de identidades que le dan cierta unidad a las que la autora llama puntos nodales.

A partir de estos planteamientos en los que queda claro que ya que no hay entidades homogneas hombre versus mujer, la pregunta se abre en torno a la construccin de la categora mujer. sta es considerada como una multiplicidad de relaciones sociales en las cuales la diferencia sexual est construida siempre de muy diversos modos, y donde la lucha en contra de la subordinacin tiene que plantearse de formas especficas y diferenciales. En este sentido, la autora destaca que para salir de la discusin diferencia/igualdad (conceptos pilares en teoras de corte feminista) y para no caer en universalismos y esencialismos, habra que centrarse ms bien en las mltiples formas en que la categora mujer se construye como subordinacin. En la misma lnea de pensamiento Elizabeth Jeln plantea una interrogante que apoya los planteamientos antes mencionados en torno a la categora Mujer acerca de la existencia de una problemtica especfica que implica la posibilidad de considerar a sta la mujer- de forma aislada, separada del hombre.

Desde la perspectiva de estas autoras, no se trata de una cuestin sexual o de mujer/ hombre, ms bien, la mirada est puesta sobre los vnculos de poder que se dan hacia el interior de las relaciones sociales, en los que los roles de subordinacin y subordinante (en este juego de poder) varan sin pertenecer estas categoras exclusivamente al hombre o a la mujer. Siguiendo a Mouffe, planteamos que en el mbito poltico y de construccin de ciudadana, la diferencia sexual no debe ser una distincin pertinente; un proyecto de democracia radical y plural no necesita un modelo de ciudadana sexualmente diferenciado en el que las tareas especficas de hombres y mujeres sean valoradas con equidad sino una concepcin verdaderamente diferente de qu es ser un ciudadano y de cmo actuar como miembro de una comunidad poltica democrtica. Es decir, las prcticas ciudadanas estn orientadas por los valores tico polticos fundamentales en la democracia independientemente de las diferencias sexuales. Con la defensa y la aplicacin de estos principios, para que la ciudadana est presente y pueda ser analizada como tal, debern ser cuestionadas aquellas relaciones sociales en las que existe dominacin.

3. La participacin de las mujeres en organizaciones y espacios mixtos.

En esta investigacin, sin habernos planteado buscarlo as, nos hemos encontrado con mujeres que estn involucradas en diferentes tipos de acciones con objetivos que no estn necesariamente vinculados a las demandas de gnero. Algunas de ellas trabajan o lo hicieron en el pasado, en espacios de gobierno (DIF, CIAM) asociados a la atencin de mujeres y desde all cambiaron sus percepciones acerca de su propia posicin como mujeres, sobre sus parejas y sus familias. En esta dinmica entre lo privado- pblico- privado fueron construyendo su autonoma personal, adquiriendo perspectivas crticas y reflexivas sobre el papel que tienen las mujeres, la violacin de sus derechos. Otras, como trabajadoras en otras dependencias gubernamentales (Relaciones Exteriores, Secretara de Economa) o en las universidades, asumen la defensa de sus derechos frente a evidentes situaciones de inequidad en la distribucin y el ejercicio de los puestos de trabajo.

Asimismo, las organizaciones sociales en las que participan, por sus caractersticas, no presentan aspectos similares a lo que recogen algunos autores y autoras sobre los sectores populares y sus demandas para obtener mejores condiciones de vida para las familias. En estas ltimas, las mujeres representan mayoritariamente las bases activas y movilizadas y los hombres son los dirigentes, los lderes que toman las decisiones en base a una supuesta experiencia y calificacin que les permite hacerlo. En las que hemos estudiado, mujeres y hombres, en un espacio que se ha construido como pblico, logran establecer relaciones libres y equitativas y con un alto grado de reflexin que va ms all de los objetivos planteados como organizacin. En este sentido, se conforman como espacios en los cuales se promueve la libertad de opinin, de discusin, de disensos. Es un espacio entre iguales en el cual se respetan las diferencias. Por ello, planteamos que en conjunto responde a lo que hemos definido como espacio pblico: es lo que aparece y puede ser visto y odo por otros, es una aparicin, una revelacin, que da visibilidad, luz sin que se contraponga a esencia o realidad.

Como espacio de apariencia, lo pblico se caracteriza por mostrar la pluralidad, hacer surgir la accin conjunta y el discurso; transforma los asuntos para su aparicin en pblico. Estas transformaciones ocurren cuando se cuentan historias, cuando la experiencia privada asume una realidad diferente al ser trada hacia la esfera pblica, como una esfera donde se asume un tipo de realidad que nunca tuvieron antes. En segundo lugar, remite a un mundo de cosas entre quienes tienen algo en comn, como algo que est en medio y que une y separa a los hombres al mismo tiempo. La esfera pblica como un mundo en comn, nos permite estar en medio del mundo que nos conecta y separa, proporciona el contexto fsico, el marco de referencia comn y la continuidad temporal del espacio de apariencias. Ese mundo en comn slo sobrevive en la medida en que aparezca en pblico, la publicidad de la esfera pblica es lo que permite su permanencia y trascendencia.

La mayora de las entrevistadas se mueven hacia lo pblico a partir de experiencias en sus vidas privadas; pero estas experiencias no son todas del mismo tipo. En el mbito de las relaciones primarias (familias de origen) encontramos situaciones claramente contrapuestas: familias amorosas, respetuosas de las diferencias entre sus hijos (sexuales, de personalidad, de inclinaciones y gustos) y otras en las cuales la violencia (fsica, afectiva, los chantajes) es la que marc la vida de sus integrantes. En algunos casos de familias del primer tipo, las hijas mujeres se vinculan con parejas que representan lo contrario a lo que vivieron familiarmente: hombres represores, violentos, que las humillaban y degradaban personal y profesionalmente. Su anlisis profundo habr que realizarlo a partir de otros enfoques y disciplinas (psicoanlisis, psicologa, etc.) que no nos competen.

Por el contrario, algunas entrevistadas provenientes de familias con presencia de violencia, frente a un indicador que las remitiera a esas situaciones en el mbito de la pareja, rompen la relacin. Por otro lado, otras mujeres, con el mismo antecedente familiar, reproducen en sus parejas las situaciones de sometimiento y subordinacin. Es ah donde la participacin en espacios organizativos y/o laborales, les permiten un proceso reflexivo de toma de conciencia y producen la separacin del agresor.

Algunas autoras han denominado como resocializacin poltica al proceso mediante el cual se resignifican las prcticas, identidades y representaciones polticas de los grupos y los individuos, particularmente en relacin a la autoridad y al poder. La resocializacin poltica puede ser parte de una tarea de profesionales de la poltica: partidos polticos, organizaciones sociales, civiles. Otras veces puede ser ms difusa, menos direccionada, ms inesperada pero con un impacto igualmente relevante en la vida de las personas.

Este proceso se puede observar claramente en los casos investigados. Las entrevistadas que tienen una trayectoria de vida vinculada al mbito poltico en sus distintas manifestaciones, las que accedieron a esa resocializacin a travs del trabajo en espacios institucionales de atencin a mujeres con diversos tipos de problemticas, las que crearon organismos civiles con el objetivo de atender a los derechos humanos en general y, en particular, los de las mujeres, las que realizan un trabajo en conjunto con otras organizaciones que atienden los mismos asuntos pero desde perspectivas diferentes, todas ellas han procesado con mayor o menor dificultad, sus historias de vida, su vnculo con la autoridad y los procesos de subordinacin y sumisin con los cuales rompen a travs de distintos mecanismos y visiones.

Es as que podemos llegar a lo que hemos llamado construccin y ejercicio de ciudadana desde la perspectiva de las mujeres que participan en organizaciones sociales mixtas, proceso que se caracteriza por experiencias colectivas y por la defensa de unos derechos, frente a lo que perciben como inequidad e injusticia. Estas experiencias las viven compartidamente un conjunto de actores que, a pesar de apropiarlas subjetivamente y tener un significado particular dentro de sus biografas personales, pueden resignificar estos sucesos o eventos cotidianos y extra cotidianos como colectivos y recordarlos en el porvenir como nuestros y no simplemente como mos.

La participacin democrtica parece ser el mejor camino para ensear la responsabilidad y la tolerancia en unos espacios de igualdad en los cuales lo que aparece como determinante son las relaciones donde impera la confianza. La recuperacin de la nocin de ciudadana en tanto emancipacin de los sujetos socialmente construidos identifica a la ciudadana como estado de plena autonoma, que no configura un estado general y universal, sino un camino que se dirige hacia la aceptacin de la alteridad, cuyo goce est mediado por la institucionalidad permanentemente reconstruida. Esta reconstruccin activa y permanente de la institucionalidad y de la misma esfera pblica requiere que se acepten las singularidades y las diferencias, as como que se tornen pblicos los espacios que anteriormente eran considerados privados. En este sentido, la ciudadana no puede dejar de ser comprendida en toda su complejidad contradictoria: entre lo individual y lo colectivo; entre lo pblico y lo privado; entre la homogeneidad y la singularidad. En este sentido, slo es posible la democratizacin de lo pblico cuando las relaciones entre ste y lo privado son resignificadas, cuando est presente un conjunto de reglas que son construidas colectivamente y que permiten la participacin plural contemplando la diversidad cultural y sus subjetividades.

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Citado en Giddens, Anthony: La transformacin de la intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las sociedades modernas. Ediciones Ctedra, Espaa 1992, p.168

Cf. Ibd., p.170

Ibid, p.173

Giddens, A.: op. cit. p.169

Mouffe, Chantal (1999): El retorno de lo poltico. Comunidad, ciudadana, pluralismo, democracia radical, Piados, Barcelona, p.110

Ibd., p.112

Ibd., p.119

Cf. Rabotnikof, Nora (2005) En busca de un lugar comn. UNAM, Mxico

Cf. Bernal Daz, Rosa Elena: Los procesos de individuacin de las mujeres en la Ciudad de Mxico en Massoo, Alejandra: Una mirada de gnero a la Ciudad de Mxico, UAM-A, RNIU, Mxico 2004, p. 186

Estrada Saavedra, Marco: Participacin poltica. Actores colectivos. UIA-Plaza y Valds, Mxico 1995, p.79

Fleury, Sonia: Construccin de ciudadana en entornos de desigualdad, Escuela Brasilea de Administracin Pblica y Empresas - Ebape. Fundacin Getlio Vargas

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