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8/10/2019 La conducta.pdf http://slidepdf.com/reader/full/la-conductapdf 1/8 Ética, Teoría y Aplicación Austin Fagothey 10 CAPITULO 2 LA CONDUCTA  Actos humanos Fundamento psicológico  Actos ordenados Voluntariedad Voluntad libre y determinismo PROBLEMA  No hay bebés buenos o malos, pero sí hay hombres buenos y malos. ¿Cómo se opera el cambio? Obviamente, por las vidas, la conducta, los actos de las personas consideradas. En efecto, el hombre no posee carácter moral al empezar, sino que se va formando uno por su forma de vivir. Antes de que podamos decidir en qué consisten la bondad o la maldad morales, y cómo se introducen en los actos que la persona ejecuta y de éstos en el hombre mismo, debemos examinar la conducta del hombre, en la que la bondad y la maldad morales pueden residir. ¿Qué clase de actos puede realizar el hombre? ¿Son todas las clases de actos suscep- tibles de convertirse en moralmente buenos o malos, o solamente algunos de ellos? Y si solamente algunos, ¿cuáles son estos actos y qué los distingue de los demás? Podemos subdividir nuestra pregunta como sigue: l. ¿Qué es la conducta humana? 2. ¿Cómo está la conducta humana bajo nuestro control? 3. ¿Puede el hombre controlar solamente su voluntad o también sus actos externos? 4. ¿Cuáles cualidades del acto humano tienen significado ético? 5. ¿Cómo está vinculada la responsabilidad al acto humano? ACTOS HUMANOS Los actos humanos, tomados en su conjunto, forman su comportamiento o conducta. Comportamiento es una palabra más bien psicológica y se aplica inclusive a los animales, en tanto que la conducta posee un significado ético y es exclusiva del hombre. Distinguimos entre las partes de nuestro cuerpo que podemos controlar y las que no podemos controlar, entre las que podemos mover más o menos según queremos y las que se mueven a pesar nuestro, entre los músculos estriados y voluntarios y los músculos lisos o involuntarios. Las palabras voluntario e involuntario son interesantes aquí, porque se trata de palabras más bien éticas que biológicas, y se refieren al hecho de que determinados actos están más o menos sujetos a nuestra voluntad. En ética no nos ocupamos de los músculos que utilizamos, sino de los actos que decidimos ejecutar, con ellos o sin ellos y, especialmente del factor dirigente, en nosotros, sea lo que sea, que designamos como voluntad. Por el momento podemos hablar de la voluntad como de nuestra facultad de controlamos a nosotros mismos, de dominamos a nosotros mismos, de hacer lo que queremos, en lugar de estar obligados a hacerlo, de modo que, como consecuencia, venimos a ser considerados como responsables de lo que hacemos. Dos cosas principales que impedirían que nuestros actos fueran voluntarios, que fueran hijos de nuestra voluntad, son la ignorancia y la coacción y, por consiguiente, se dice que el acto voluntario es un acto conscientemente o deliberadamente querido. No decimos todavía si debe o no también ser libre y, por el momento, podemos prescindir de la alusión a la libertad en la siguiente declaración clásica: De los actos realizados por el hombre, solamente aquellos se designan apropiadamente como humanos que son propios del hombre como hombre. Ahora, el hombre difiere de los animales irracionales en que es dueño de sus actos. De donde, solamente aquellos actos se designan apropiadamente como humanos de los que el hombre es dueño. Ahora, el hombre es dueño de sus actos mediante su razón y voluntad, de donde, también, la voluntad libre se define como la facultad de la voluntad y la razón. Por consiguiente, aquellos actos se designan apropiadamente como humanos que proceden de una voluntad deliberada. Y si se encuentran otros actos en el hombre, se los puede designar como actos de un hombre, pero no apropia- damente como actos humanos, puesto que no son propios del hombre como hombre.

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Ética, Teoría y Aplicación Austin Fagothey

10

CAPITULO 2

LA CONDUCTA

 Actos humanosFundamento psicológico

 Actos ordenadosVoluntariedadVoluntad libre y determinismo

PROBLEMA

 No hay bebés buenos o malos, pero sí hay hombres buenos y malos. ¿Cómo se opera el cambio?Obviamente, por las vidas, la conducta, los actos de las personas consideradas. En efecto, el hombre no poseecarácter moral al empezar, sino que se va formando uno por su forma de vivir. Antes de que podamos decidir

en qué consisten la bondad o la maldad morales, y cómo se introducen en los actos que la persona ejecuta yde éstos en el hombre mismo, debemos examinar la conducta del hombre, en la que la bondad y la maldadmorales pueden residir. ¿Qué clase de actos puede realizar el hombre? ¿Son todas las clases de actos suscep-tibles de convertirse en moralmente buenos o malos, o solamente algunos de ellos? Y si solamente algunos,¿cuáles son estos actos y qué los distingue de los demás? Podemos subdividir nuestra pregunta como sigue:

l. ¿Qué es la conducta humana?2. ¿Cómo está la conducta humana bajo nuestro control?3. ¿Puede el hombre controlar solamente su voluntad o también sus actos externos?4. ¿Cuáles cualidades del acto humano tienen significado ético?5. ¿Cómo está vinculada la responsabilidad al acto humano?

ACTOS HUMANOS

Los actos humanos, tomados en su conjunto, forman su comportamiento o conducta. Comportamientoes una palabra más bien psicológica y se aplica inclusive a los animales, en tanto que la conducta posee unsignificado ético y es exclusiva del hombre.

Distinguimos entre las partes de nuestro cuerpo que podemos controlar y las que no podemos controlar,entre las que podemos mover más o menos según queremos y las que se mueven a pesar nuestro, entre losmúsculos estriados y voluntarios y los músculos lisos o involuntarios. Las palabras voluntario e involuntarioson interesantes aquí, porque se trata de palabras más bien éticas que biológicas, y se refieren al hecho de quedeterminados actos están más o menos sujetos a nuestra voluntad. En ética no nos ocupamos de los músculosque utilizamos, sino de los actos que decidimos ejecutar, con ellos o sin ellos y, especialmente del factordirigente, en nosotros, sea lo que sea, que designamos como voluntad. Por el momento podemos hablar de lavoluntad como de nuestra facultad de controlamos a nosotros mismos, de dominamos a nosotros mismos, dehacer lo que queremos, en lugar de estar obligados a hacerlo, de modo que, como consecuencia, venimos aser considerados como responsables de lo que hacemos. Dos cosas principales que impedirían que nuestros

actos fueran voluntarios, que fueran hijos de nuestra voluntad, son la ignorancia y la coacción y, porconsiguiente, se dice que el acto voluntario es un acto conscientemente o deliberadamente querido. Nodecimos todavía si debe o no también ser libre y, por el momento, podemos prescindir de la alusión a lalibertad en la siguiente declaración clásica:

De los actos realizados por el hombre, solamente aquellos se designan apropiadamente como humanosque son propios del hombre como hombre. Ahora, el hombre difiere de los animales irracionales en que esdueño de sus actos. De donde, solamente aquellos actos se designan apropiadamente como humanos de losque el hombre es dueño. Ahora, el hombre es dueño de sus actos mediante su razón y voluntad, de donde,también, la voluntad libre se define como la facultad de la voluntad y la razón. Por consiguiente, aquellosactos se designan apropiadamente como humanos que proceden de una voluntad deliberada. Y si seencuentran otros actos en el hombre, se los puede designar como actos de un hombre, pero no apropia-damente como actos humanos, puesto que no son propios del hombre como hombre.

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De lo que precede vemos que la ética establece su materia de estudio distinguiendo dos clases principales de actos, a saber:

l. Actos voluntarios o actos humanos, esto es: aquellos que el hombre domina, que controla

conscientemente y quiere deliberadamente, y de los que es tenido por responsable. Estos constituyen laconducta humana y forman la materia de estudios de la ética.2. A c tos involuntarios o actos de un hombre, esto es, los que un individuo acontece realizar, pero de

los que no es dueño, que no ejecuta conscientemente o quiere deliberadamente, y de los cuales no es tenido por responsable. Tales son los actos realizados durante la infancia, el sueño, el delirio, la locura o durantemomentos de distracción. Estos actos no constituyen conducta humana y no poseen significado ético.

Obsérvese cuidadosamente que la distinción no es aquí entre actos del orden racional y los del ordensensible o vegetativo. Sin duda, los actos racionales, tales como el pensar y el querer, son propios del hombreen el sentido de que sólo él puede realizarlos, en tanto que los actos sensibles y vegetativos tales comocomer, dormir, pasear y crecer son actividades que el hombre tiene en común con otros seres. Así es comolos clasifica la psicología para comprender la naturaleza humana, pero la ética trata de explicar la conductahumana, y toda la cuestión está en si el hombre es o no dueño de sus actos, ya sean estos del orden racional,sensible o vegetativo.

El hombre es el único ser de este mundo capaz de pensar, pero es el caso que si sus pensamientosavanzan simplemente por asociación, sin su dirección consciente dichos pensamientos son solamente actosde un hombre, pero no actos humanos pese a que sean del orden racional. Por otra parte, el comer y el dormirson, por su naturaleza, actos meramente animales que el hombre realiza en común con los brutos, pero seconvierten en actos humanos si el hombre los ejecuta con conocimiento y voluntad. El llevarse alimento a la

 boca en un estado de distracción de la mente es un acto de un hombre,  pero decidirse deliberadamente acomer dicho alimento es un acto humano. El sentirse invadido por el sueño y dormirse es un acto del hombre,

 pero irse a la cama intencionadamente con el propósito de dormir, esto es un acto humano. Así, pues, aunquees imposible tener un acto humano a menos .que esté dirigido por el intelecto y la Voluntad, el acto mismoasí guiado puede ser, con todo .de una u otra clase. En otras palabras, un acto humano puede ser de carácterfísico o mental, según que sea deliberadamente querido o no.

FUNDAMENTOS PSICOLOGICOS

¿Qué ocurre en mí cuando realizo un acto de elección? : Los numerosos estudios llevados a cabo por los psicólogos sobre esta materia, por valiosos que sean en sí mismos, suelen ser de poca utilidad para elmoralista, ya que no fijan el punto exacto en que un acto de hombre puede convertirse en acto humano,

 pasando así de ser éticamente indiferente a éticamente significativo. Hay que hacer una excepción con SantoTomás, cuya extensa exposición está inspirada en Aristóteles, pero es llevada más allá de éste. No podemosdar más que un brevísimo resumen de la misma:

El acto humano es el resultado de un juego recíproco del intelecto y la voluntad humanos o, por decirloen lenguaje moderno, de sus tendencias cognoscitivas y conativas. El hombre sabe y quiere. Su capacidad deconocer más allá de lo sensible es intelecto, y su capacidad de querer lo que sabe en esta forma y de buscarloes voluntad. Hablando estrictamente, intelecto y voluntad no realizan acto alguno en absoluto, sino que noson más que facultades mediante las cuales el hombre entero, la persona, actúa.

Semejantes facultades no son agentes independientes, pequeñas personas dentro de la persona humanamayor, que hacen cosas en el interior de ésta por su cuenta, ni son tampoco manejadas como las ruedas y las

 palancas de una máquina. Sería absurdo tomar la descripción que sigue en un sentido demasiado mecánico.Se trata de un juego recíproco de funciones, porque es el caso que conocer y querer no son la misma clase dehacer, aunque efectuados por la misma persona, que es el único agente en el proceso entero. Si hablamos delintelecto o de la voluntad diciendo que hacen algo, hablamos en una forma libre para significar que elhombre, la persona, lo hace con su intelecto o su voluntad.

Para que el hombre actúe, ha de empezar por estar atraído por algún bien. Cuando percibe algo como bueno, despierta en él un querer de aquello, y si ve que aquello es no sólo bueno en sí mismo, sino también bueno para él, su querer se convierte en deseo. Un deseo podrá permanecer sin efecto, pero, si el individuocomprende además lo bueno como susceptible de ser alcanzado, su percepción intelectual mueve su voluntadhacia un acto de intención espontánea o tendencia hacia la cosa buena, esto es, hacia un extenderse paraconquistar el objeto, sin contar todavía el costo en esfuerzo ni la pérdida de otras cosas buenas. Dirige ahorasu intelecto hacia la tarea de ponderar las razones en favor y en contra de llevar a cabo su intención y losdiversos conjuntos de medios con cuyo auxilio podría ser aquella ejecutada. Este acto del intelecto se designa

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como consejo o deliberación, cuyo resultado es el de llegar a uno de dos juicios prácticos: "esto debe hacerseaquí y ahora", o "esto no debe hacerse ni aquí ni ahora". Las condiciones han sido puestas ahora para sudecisión. Sabe ahora perfectamente lo que debe hacer y las razones de ello. Todo está dispuesto ahora para su

veredicto, esto es, para el acto supremo de expresión de su ser como una persona de dirección autónoma.Acepta el uno o el otro de dichos juicios prácticos alternativos del intelecto mediante una decisión de suvoluntad, lo que constituye su acto de compromiso. El juicio práctico que precede inmediatamente a sudecisión y expresa la alternativa escogida es el último juicio práctico. El ceder, después de deliberación, auna alternativa con preferencia a la otra es el acto deliberado de la voluntad. Tiene dos momentos,

a saber: considerado absolutamente, como rendición a la atracción del objeto y aquiescencia en el juiciodel intelecto, se designa como consentimiento, y considerados comparativamente, en cuanto preferencia deuna alternativa con respecto a la otra, se designa como elección.

Luego, mediante el acto de mandato, esto es, un acto orientador del intelecto, dirige su voluntad en eluso de los medios para llevar su decisión a ejecución. Finalmente, vienen la percepción de que el objetivo hasido alcanzado y su goce.

En todo, hay seis actos de la voluntad. Tres de ellos son acerca del fin, esto es, el deseo, la intención y elgoce. Y tres son acerca de los medios, esto es, la elección, el consentimiento, y el uso. Cada acto de lavoluntad es precedido por un acto del intelecto, siendo el más importante de estos la deliberación.

Intelecto Voluntad

Fin Percepción de la cosa buena DeseoJuicio de asequibilidad Intención

 MedioDeliberación ConsentimientoÚltimo juicio práctico Elección

EjecuciónMandato UsoPercepción de consecuencia Goce

En el esquema que acompaña, la palabra intención esta tomada en un sentido técnico. La intención que precede a la deliberación sólo puede tomarse como un movimiento espontáneo de la voluntad hacia laadquisición de un bien percibido. Está totalmente fuera de nuestro control el que tengamos o no semejantereacción. El reconocimiento de dicha atracción en nosotros pone en movimiento el proceso de ladeliberación, especie de debate con nosotros mismos, acerca de ceder a ella o resistirle. Y si cedemos a ella

 por consentimiento después de deliberación, la intención persiste hasta la ejecución del acto. Entoncesdecimos que el acto fue ejecutado con intención deliberada, y el acto es un acto humano. La intención inicialantes de la deliberación y el consentimiento no es un acto humano, sino simplemente una tendenciaespontánea.

La deliberación ella misma tampoco es un acto humano, a menos que reflexionemos sobre ella einiciemos una deliberación secundaria. Empezamos espontáneamente a sopesar los motivos en favor y encontra de nuestro curso de acción contemplado, sin darnos cuenta de que lo estamos haciendo. Pero, sinuestra atención es dirigida hacia el hecho de que estamos deliberando, se plantea la cuestión acerca de sideberíamos continuar nuestra deliberación o interrumpirla. Si decidimos proseguirla, nuestro acto dedeliberación se convierte en acto humano, pero el punto original objeto de debate no es todavía un actohumano, porque no hemos todavía consentido al mismo, sino que sólo hemos consentido en deliberar a surespecto. Semejantes reflexiones sobre nuestros propios actos pueden llegar a ser muy complejas.

La deliberación consiste en una serie de juicios prácticos en favor y en contra del curso de acción

contemplado. El último juicio práctico no es distinto de la deliberación, sino que es simplemente aquel, deentre todos los juicios, al que la voluntad consiente aceptándolo. Y en forma análoga, el consentimiento y laelección no son dos actos distintos, sino que el consentimiento dado a una de las alternativas es la elección dela misma frente a la alternativa opuesta y viceversa. Únicamente en un caso en que no se ofrecieran dosalternativas podría haber consentimiento sin elección. Pero es obvio, en cambio, que no puede haber elecciónsin consentimiento.

 No hay necesidad alguna de considerar cada una de las etapas mencionadas como un acto distinto, yaque se funden de la manera más completa y son mucho más complicadas de lo que podría describirseapropiadamente. Debemos distinguir siempre, con todo, los actos no deliberados de los actos deliberados dela voluntad, esto es, el acto que precedió a la deliberación de aquel que la sigue. La parte más importante del

 proceso es el consentimiento, ya que es éste el que hace que el acto sea nuestro en el sentido de que nos esimputable. Hasta dicho momento no era un acto humano, pero después sí lo es.

Parecerá acaso extraño que en la exposición que precede se haya insistido tanto en los aspectos

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cognoscitivo y conativo del carácter del hombre y tan poco en el tercer aspecto, el afectivo, esto es, eldominio de los sentimientos y las emociones. Pero había una razón para ello. En efecto, los sentimientosconstituyen una parte de las más importantes de la vida humana e intervienen fuertemente en todo acto de

decisión; a tal punto, que hay gente cuyas vidas se mueven casi por completo en el plano emocional. Lacuestión está en saber hasta qué punto son dueños de sus actos. El acto humano puede ir acompañado deemociones muy fuertes, pero, para que sea un acto humano, las emociones han de estar bajo el control de la

 persona. En la medida en que no lo están, el acto no es un acto humano, y el agente es víctima de fuerzasinternas que no gobierna. Las emociones desempeñan un importante papel en el proceso deliberativo,reforzando las razones en favor o en contra, y ejercen asimismo gran presión sobre la voluntad para que con-sienta o niegue el consentimiento. Así, pues, actúan dentro del proceso y afectan las otras dos etapas, sinconstituir una categoría distinta al mismo nivel. Tratamos aquí no de la forma en que una persona es lanzadade un lado para otro por tempestades internas, sino de la elaboración de una decisión racional por una

 persona que se controla en un periodo de calma. Todos nosotros tenemos algunos momentos de éstos, ysolamente durante los mismos estamos en condiciones de confiarnos a nosotros mismos la elaboración de unadecisión importante.

ACTOS ORDENADOS

Pensamos en la voluntad como el factor que ejerce en nosotros el control, pero es el caso, con todo, quenunca realizamos alguna cosa queriéndolo simplemente. Con la voluntad podemos decidir andar, pero noandamos con ella, sino que ella ordena a las piernas llevar a cabo la decisión. Con la voluntad decidimosacaso pensar, pero la voluntad no piensa ella misma, sino que ordena a la inteligencia que dirija su atenciónmás bien a un pensamiento que a otro. La voluntad puede mandarse así misma, como cuando decide adoptaruna decisión ahora o dejarla para más tarde. La voluntad puede ordenar, pues, tanto actos físicos externoscomo actos mentales internos. Decido estudiar, y esta decisión es el acto de la voluntad misma. Tomo milibro, busco la lección y recorro la página con los ojos: se trata de actos físicos externos ordenados por lavoluntad. Fijo mi mente en la materia, entiendo lo que estoy leyendo y lo retengo en la memoria: estos sonactos mentales internos ordenados por la voluntad. Así, pues, el estudio es un acto mixto que implica elempleo de los ojos en la lectura y del intelecto para la comprensión, ambas cosas bajo el mandato de lavoluntad.

¿Cuál de estas cosas es el acto humano? Podría parecer que únicamente el acto interno de la voluntadmisma sea el acto humano. En el sentido más estricto, esto es así, porque es en la voluntad donde residen laelección y el consentimiento, y son éstos los que confieren a un acto su carácter específicamente humano.Así, pues, si un individuo decide hacer algo con el claro consentimiento de su voluntad, pero se ve impedido

 por las circunstancias de llevar a cabo su decisión, es responsable, con todo, por su consentimiento. De estemodo, un individuo puede ser culpable de asesinato en grado de intento, aunque nunca tenga la oportunidadde llevarlo a cabo.

Los actos mandados participan, pues, en el consentimiento de la voluntad que los ordena. El hombre estenido por responsable de todo aquello que controla mediante su voluntad, tanto de los actos internos de lavoluntad misma cOmo de los actos de las demás facultades a las que la voluntad gobierna. Unos y otros sonactos humanos, pero los primeros lo son en un sentido más estricto.

VOLUNTARIEDAD

Después de este breve examen de los antecedentes psicológicos del acto humano, hemos de echar unamirada más intensa a aquella propiedad que lo caracteriza desde el punto de vista ético, esto es, la propiedadde la voluntariedad.

Debería ser evidente que no puede haber voluntariedad sin conocimiento. No podemos buscar aquelloque no conocemos. No puede haber decisión alguna de la voluntad, a menos que esté iluminada por elintelecto, cuya función esta en percibir lo bueno, proponerlo a la voluntad como algo deseable y formular

 juicio acerca de la propiedad de los medios a utilizar para conseguirlo. El trabajo del intelecto se poneespecialmente de manifiesto en el proceso de la deliberación, en el que los motivos en favor y en contra no

 pueden ser ponderados a menos que sean conocidos. Debe haber advertencia asimismo de lo que uno estárealizando, esto es, una consideración atenta de los actos que están siendo realizados, de modo que elindividuo tenga conciencia o se dé cuenta de sus actos. La advertencia es imposible sin cierta cantidad dereflexión mediante la cual la mente se vuelve hacia atrás y se contempla a sí misma actuando. La persona

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sabe a la vez que sabe, y sabe que quiere.La advertencia y la reflexión tienen lugar en grados variables, afectando así el carácter humano del acto.

Un acto es sólo un acto humano en la medida en que es conocido. Ninguna parte o circunstancia del acto que

el ejecutante no advierte le es atribuible. Esto opera en ambos sentidos: el individuo que voluntariamentemata a otro sin saber que la víctima es su padre, comete asesinato, pero no parricidio, y el individuo que robadinero no sabiendo que está falsificado, es moralmente culpable de robo, aunque no obtiene de su acto

 provecho alguno.Para tener un acto humano, no basta que esté dirigido por el conocimiento, sino que, además, ha de ser

querido. En efecto, es la unión de conocimiento y voluntad lo que hace voluntario a un acto. Después demuchos tanteos, Aristóteles sugiere la siguiente definición:

Puesto que aquello que es hecho bajo compulsión o por razón de ignorancia es involuntario, lovoluntario parecería ser aquello cuyo principio motor está en el agente mismo, dándose éste cuenta de lascircunstancias particulares del acto.

Reconociendo que la sensación es conocimiento y que el apetito de los sentidos es un principio internode acción, Aristóteles reconoce así la voluntariedad a actos ejecutados por niños y animales. Santo Tomásseñala que los actos de los animales sólo pueden llamarse voluntarios en un sentido análogo y participado (ala manera de nuestro empleo moderno del término inteligencia animal) y que el agente voluntario ha de saberno sólo las circunstancias del acto, sino también el fin al que conduce. Formula su decisión en estos términos:

Es inherente a la naturaleza del acto voluntario que su principio esté en el agente, juntamente con algúnconocimiento del fin:

Es evidente, en todo este examen, que el principio interno aludido es la voluntad. Por consiguiente, sudefinición puede formularse así: El acto voluntario es aquel que procede de la voluntad con un conocimientodel fin.

La voluntariedad es una de nuestras nociones más sencillas y familiares. No deberíamos tener laimpresión de que hay en ella algo de recóndito o misterioso. Un acto voluntario es sencillamente un actoquerido, un acto en que el agente sabe lo que está haciendo y quiere hacerla. La dificultad está en que algunas

 palabras de las que nos servimos corrientemente para indicar esta clase de acto tienen algunas connotacionesque no deseamos acentuar. Decimos, en efecto que una persona actúa voluntariamente, intencionadamente,deliberadamente o voluntariosamente, y todas estas expresiones significan lo mismo en el contexto presente.Para actuar voluntariamente no necesitamos actuar de buena gana o con afán; para actuar por propia voluntad

no es necesario ser voluntarioso u obstinado; actuar intencionadamente no requiere que lo hagamosvigorosamente o con ostentación; para actuar deliberadamente no hay necesidad alguna de actuar lentamentey esmeradamente, y para actuar voluntariosamente no es necesario ofrecerse como voluntario o libremente

 para algún trabajo. Los términos en cuestión tienen a menudo dichos matices de significado, pero aquí losutilizamos simplemente en el sentido de que una persona hace lo que hace, a sabiendas y voluntariamente.

En cuanto producto de la voluntad propia del individuo, guiada por su propia razón, el acto voluntarioes el ejercicio real del dominio de aquel sobre su conducta. Y aunque el acto esté realizado y acabado, siguesiendo referible a su autor como su acto. La explicación básica de por qué fue hecho en lugar de no serlo, esque el autor lo quiso y, así, permanece relacionado por siempre más con él. Esta relación la expresamos pormedio de las palabras responsabilidad e imputabilidad. Las dos expresan la misma relación entre el agente ysu acto, pero consideran esta relación desde puntos de vista distintos; en efecto, decimos que el agente esresponsable, debe responder o dar cuenta de su acto, y que el acto es imputable o atribuible al agente o es

 puesto a su cargo. Averiguar el grado de la responsabilidad de una persona por un acto es lo mismo que

averiguar hasta qué punto el acto fue voluntario de su parte.Además de la relación entre el agente y su acto puede haber otra relación de ambos con respecto a larecompensa o el castigo. Un acto es algo transitorio, que sólo dura mientras es ejecutado, pero lasrecompensas y los castigos no se dan siempre inmediatamente a continuación de la realización de un acto. Unasesino mata a su víctima y sólo es detenido años después, y consideramos que está justificado que se lecastigue ahora, pese a que su acto malo sólo duró un momento. Un soldado recibe una medalla por su valormucho después de terminada la batalla, y consideramos que, aunque su hecho no sea más que un recuerdo,algo del mismo permanece en él y tiene derecho a una recompensa. Ha de producirse en el ejecutante algunaclase de entidad moral, para que su acto lo vincule a una recompensa o un castigo venideros. Esta propiedado consecuencia esencial de un acto humano se designa como mérito. Merecer algo significa ganarlo, seracreedor a ello, tener derecho a ello, como a un pago o, inversamente, deberlo, como un castigo.

Así, pues, responsabilidad y mérito son dos consecuencias importantes de la voluntariedad.

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VOLUNTAD LIBRE Y DETERMINISMO

Tal parecería que hemos aclarado la cuestión de la voluntad libre, porque, ¿no es acaso el acto

voluntario al mismo tiempo un acto libre? No; el problema no es tan sencillo como parece. En efecto, la libertad añade a la voluntariedad la posibilidad de elección, de dos o más alternativas elegibles o, al menos, las alternativas de actuar o no actuar.Todo lo que hacemos deliberada o voluntariamente es voluntario, en tanto que, por lo que se refiere a lalibertad, se suele pensar que hemos de haber estado en condiciones, en el momento considerado, de poderescoger en otra forma. En nuestra definición del acto voluntario dejamos abierta la relación entre el último

 juicio práctico y el consentimiento. Si el último juicio práctico no condiciona la voluntad, sino que seconvierte en el último de una serie de juicios prácticos simplemente por el hecho de que la voluntad ponetérmino a la deliberación consintiendo al mismo, entonces tenemos voluntad libre. Pero si el último juicio

 práctico es condicionado por alguna otra causa de la voluntad misma, y hace así que la voluntad debaadoptarlo necesariamente, entonces tenemos determinismo.

El estudio completo de este problema corresponde a la antropología filosófica, pero necesitamos, paranuestros fines, prestarle cierta atención. Podemos empezar eliminando algunas formas de determinismo queson incompatibles con la libertad y la responsabilidad en sentido ético.

El fatalismo supone que el futuro de cada individuo está prescrito para él por alguna fuerza exterior quellamamos destino, ya se trate de una fuerza impersonal o de los decretos de los dioses, ya se sobreponga a lavoluntad del hombre o se sirva de las elecciones libres de éste como de los medios mismos para alcanzar suobjetivo inexorable. Sin duda, el hombre no es responsable de los acontecimientos que se esfuerza en vano

 por evitar. No es muy distinto del fatalismo el determinismo teológico basado en la omnisciencia de Dios, esto es,

en la idea de que Dios lo sabe todo y conoce el futuro, incluidas las elecciones llamadas libres del hombre, demodo que el futuro conjunto de éste está inevitablemente preestablecido para él. Los teólogos y los meta-físicos han luchado con este problema durante edades enteras, pero la mayoría de ellos reconocen que resultade una interpretación demasiado antropomórfica del conocimiento de Dios; de la idea errónea de que elconocimiento produce su objeto, en lugar de descubrirlo simplemente; de la dificultad de imaginar un cono-cimiento intemporal que represente los acontecimientos ligados al tiempo, y de la confusión entre la

 predestinación (que acepta lo que será, tanto si tiene lugar libremente como no) y la predeterminación (que lo

causa). El determinismo teológico cuenta actualmente con pocos adeptos.Otra forma de determinismo incompatible con la voluntad libre se designa a menudo como

determinismo duro. Se apoya en la rígida casualidad aparente en el universo físico. Aunque admite unadistinción conceptual entre causación, determinación, inevitabilidad y previsibilidad en la práctica hace, contodo, que los cuatro se impliquen netamente. No sólo ha de tener todo efecto (todo lo que ocurre) una causadeterminada (que podrá ser un complejo de muchos factores causales), sino que cada causa ha de producirademás un solo efecto determinado y, por consiguiente, previsible. Las ciencias físicas están sujetas, por sumateria de estudio, a esta clase de previsibilidad. Admitir libertad equivale a admitir un elemento de azar enel universo y poner el método científico tan eficaz, en peligro. Así, pues, aquello que llamamos voluntad libreen el hombre no es más que nuestra propia ignorancia. No podemos predecir nuestra propia conducta o la delos demás, porque no conocemos todos los elementos que entran en la situación. No podemos dejar dededicamos al proceso de la deliberación, pero la decisión a la que llegamos está condicionada por el juegomás fuerte de motivos, como la tracción de un sistema de vectores. No existe nunca una prueba posible de

que pudimos haber actuado en otra forma, ya que esto es precisamente lo que jamás hicimos y nunca tendrálugar. La vida de crimen del criminal está predeterminada para él por su herencia y su medio ambiente, y élno es responsable de lo que hace, aunque la sociedad esté predeterminada para considerarlo como culpable ycastigarla, sirviéndose del castigo, por sus valores correctivos y disuasivos, como parte del medio ambiente

 predeterminante general. Los deterministas no pueden dejar de ser deterministas, ni los partidarios de lavoluntad libre pueden dejar de ser partidarios de esta voluntad. Unos y otros están predestinados a exhortaren favor de la vida buena, y sus oyentes están predeterminados a aceptar o rechazar la exhortación segúncomo hayan sido condicionados. Así, pues, la ética misma se convierte en un juego vacío que hemos de jugary en el que la puntuación del resultado está fijada ya de antemano.

El opuesto absoluto de este determinismo duro es el indeterminismo, esto es, el punto de vista de que elhombre es una excepción parcial al determinismo rígido que impera en la naturaleza. Admite que la ley decausalidad podrá aplicarse a todo lo demás en la naturaleza, coincidiendo así con los deterministas duros encuanto al significado de la causalidad, pero insiste, con todo, en que esta causalidad no se aplica a las

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elecciones libres del hombre. No hay causa alguna de los actos libres de éste. En efecto, éstos son actos nocausados, esto es, acontecimientos que ocurren simplemente sin que nada los produzca. Algunos apelan alPrincipio de Indeterminación de Heisenberg para mostrar que la causalidad en el universo es compatible con

la ciencia. Observemos aquí que dicho principio nada tiene que ver en absoluto con la voluntad libre, ymucho menos con consideración ética alguna y no debería utilizarse, pues, como argumento. Elindeterminismo es un remedio desesperado contra un determinismo duro inaceptable, pero conduce adificultades insolubles. En efecto, un acto no causado podría tal vez llamarse libre en algún sentido, pero no

 podría ser libre como resultado de una elección libre, porque si la elección libre fuera la causa del acto, elacto ya no sería un acto sin causa. No podría ser la clase de acto del cual uno fuera moralmente responsable

 porque, si el acto es un acto no causado, el autor del acto no lo causó y, por consiguiente, no se le puedeexigir cuenta del mismo.

Aparte de estos puntos de vista insostenibles, sólo quedan dos consideraciones que valga la penaexaminar.

El determinismo blando constituye un esfuerzo para conciliar la libertad y el determinismo. Esto lo hacerebajando ambos conceptos hasta que la incompatibilidad manifiesta entre ellos se hace imperceptible.Admite que el hombre es un agente libre en el sentido de que está libre a menudo de compulsión exterior y

no se halla impedido de hacer lo que decide, pero está determinado en el sentido de que no puededecidir actuar contrariamente a su carácter. Ha de someterse a la mayor atracción, y esta es la razón de quealguien que le conozca bien podrá predecir razonablemente lo que hará. Sin embargo, su carácter no le estátotalmente impuesto sino que fue él mismo quien contribuyó a darle forma a través de sus eleccionesanteriores, de modo que se hizo libremente la clase de persona que es. Y puesto que es responsable de laclase de carácter que ahora posee, es responsable también de la elección que hace ahora de acuerdo con sucarácter. Así, pues, cada una de sus elecciones es causada, no por algo que esté fuera de él, sino por la clasede ser que es, esto es, que eligió ser mediante todas sus elecciones anteriores. Se supone que este punto devista evita el desafío del indeterminismo, que admite actos sin causa, y la rigidez del determinismo duro, queconvierte toda responsabilidad en una ficción carente de base.

Pese a este tono conciliatorio del determinismo blando, a muchos partidarios de la voluntad libre no lessatisface. ¿De qué sirve, dicen, el uso de la libertad de hacer lo que uno elige, si no es libre de elegir comoquiere? ¿De qué sirve la libertad de compulsión externa, si estamos sujetos al impulso irresistible de nuestrocarácter ya formado? En ninguno de los dos casos, en efecto, podemos hacer, en el momento presente, otra

cosa de la que estamos haciendo. La cosa contraria podrá ser posible tanto lógica como físicamente, pero es psicológicamente imposible. De nada sirve decir que el carácter que decide nuestro acto presente ha sidomodelado libremente por las elecciones anteriores de la persona, porque cada una de estas eleccionesllamadas libres fue ya determinada a su vez por el estado del carácter en el momento anterior, y así haciaatrás, hasta el momento de la infancia, en que ninguna elección deliberada libre era posible. En esta forma,los críticos del determinismo blando conceden que éste admite cierta clase de libertad, esto es, la libertad dela compulsión externa, pero esto no es la clase de libertad que se entiende por elección libre o voluntad libre.Conceden también que, en dicha teoría, puede haber una especie de responsabilidad, porque no puede nireprocharse ni elogiarse a nadie más que a la persona misma por el acto que está determinado por el carácterde dicha persona, modelado por sus propios actos anteriores; pero es el caso, con todo, que esta clase deresponsabilidad es demasiado débil para satisfacer las exigencias de la responsabilidad moral. Al igual quemuchos otros compromisos, sólo logra fusionar los dos elementos destruyendo aquello que tiene algún valoren cada uno de ellos.

La teoría llamada autodeterminismo es una propuesta mediadora alterna que no opera por medio decompromiso. Insiste en el hecho de que nada puede tener lugar sin la causa y, por consiguiente, los actoslibres del hombre son decididamente actos causados. Pero rechaza la pretensión de que todas las causas

 produzcan necesariamente un solo efecto determinado. Hay causas y causas libres, y el hombre, cuando actúacomo agente libre, es una causa libre. Cuando el hombre elige, la elección no la hace otra cosa, ya sea fuerade él o dentro de él, sino que es el acto del hombre mismo. Esto es lo que significa ser persona. La persona esla causa de sus actos, pero, dentro de límites, ella decide libremente de cuáles actos quiere ser causa. El actode elección libre requiere motivos, que son condiciones que hacen la elección posible, y motivos de amboslados, en favor y en contra del curso de acción considerado. Pero, dicen los autodeterministas, aunque el in-dividuo esté fuertemente influenciado por los motivos y delibere entre ellos, no está necesariamente obligado

 por ellos, ni en un sentido ni en otro, sino que es él mismo quien hace la decisión. Y si se dijera que ha deestar obligado necesariamente por el conjunto de motivos subjetivamente más fuertes, esto es, los que ejercenla mayor atracción en aquel momento, preguntaríamos cómo es que se hicieron subjetivamente más fuertes.

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Ética, Teoría y Aplicación Austin Fagothey

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Y fue manifiestamente el hombre mismo quien los hizo tales, considerándolos libremente, demorándose enellos y formándolos dentro de él como parte de una deliberación conscientemente controlada. El punto

 principal que subraya el autodeterminismo es que en un acto de elección libre no hay algo más, en la persona,

que elija por ella, sino que es la persona misma la que hace su propia elección. Y es precisamente en lacapacidad de la persona de hacer esto que residen la dignidad o el valor de la personalidad. Un acto asíelegido como expresión libre de la personalidad del individuo implica obviamente la clase de responsabilidad

 por la que la ética se interesa en primer lugar.Está claro que el autodeterminismo, más que cualquier otra de las demás teorías, es compatible con una

ética de responsabilidad moral. En efecto, desde este punto de vista, todo acto voluntario es libre, pero conuna sola excepción, a saber: si todos los motivos están de un lado y no se da motivo alguno en sentido con-trario, el acto podría ser voluntario, puesto que sería querido con conocimiento, pero no libre

ya que no se da posibilidad alguna de rechazo. ¿Ocurre acaso esto alguna vez? Únicamente si nosviéramos directamente frente al bien absolutamente perfecto Pero, puesto que esto no ocurre en las eleccionesnormales a las que nos enfrentamos en la vida diaria, cabe considerar la voluntariedad y la libertad comoconceptos coextensivos, aunque ligeramente diferentes.

A título de comentario final acerca del determinismo blando podríamos observar que, aunque expuestoa graves críticas, deja margen, con todo, para la libertad y la responsabilidad de una clase. En efecto, alsostener que el individuo es al menos remotamente responsable del desarrollo de su carácter, del que derivansus actos, acepta conclusiones en las que un sistema ético puede fundarse, aun si comete faltas de lógica parallegar a dichas conclusiones. La ética se interesa principalmente, no en la forma en que el individuo llega a laaceptación de libertad y responsabilidad, sino en el hecho de que las acepta. Sin embargo, no vemos razónalguna para aceptar una teoría inferior si disponemos de otra mejor. Nuestro examen ulterior procederá sobrela base del autodeterminismo, y el lector que sostiene otros puntos de vista podrá efectuar sus propios ajustes,ya sea por un acto de elección libre, o de acuerdo con la forma en que ha sido condicionado.

RESUMEN

¿Qué es exactamente la conducta? Consta de actos humanos. En contraste con los simples actos de unhombre, los actos humanos son aquellos de los que el hombre es dueño, controlándolos y queriéndolosdeliberadamente.

El acto humano es el resultado de un proceso psicológico complejo en el que intervienen el deseo, laintención, la deliberación, la elección, el consentimiento, el uso y el goce. El punto decisivo está en elconsentimiento de la voluntad, a continuación de la deliberación del intelecto. Es aquí, en efecto, donde la

 persona cede a la atracción del objeto y se compromete a sí misma.Los actos mandados, esto es, los actos de las facultades mandadas por la voluntad, participan en el

consentimiento de ésta y se consideran también como actos humanos en un sentido prestado.La voluntariedad es la característica principal del acto humano. Significa que el acto es realmente

querido, que procede de la voluntad con un conocimiento del fin. Supone que el agente sabe lo que estáhaciendo y quiere hacerlo. El conocimiento señala el fin y los medios para conseguirlo, dirige la deliberacióny proporciona advertencia y reflexión, sin las cuales no puede darse consentimiento de la voluntad.

Algunas consecuencias principales de la voluntariedad son la responsabilidad en el agente, laimputabilidad en el acto, y el mérito en uno y otro.

La voluntad libre frente al determinismo es una cuestión metafísica, pero importante, con todo, para la

ética. El determinismo duro hace todo acto del hombre rígidamente conforme a la ley de causalidad, queopera en el universo físico y reduce la elección libre a una ilusión. El indeterminismo extremo opuesto,explica la elección libre eximiendo los actos libres del hombre de toda influencia causal. El determinismoblando opera un compromiso advirtiendo que el hombre es libre de la compulsión externa, pero siguenecesariamente la inclinación de su carácter: está determinado no físicamente, sino psicológicamente. Elautodeterminismo admite que los actos libres del hombre son causados, pero causados por la persona misma,en cuanto agente que se autogobierna, de modo que pudo haber actuado en otra forma y eligió libremente nohacerlo.

La respuesta que uno da al problema de la voluntad libre habrá de colorear su interpretación de laresponsabilidad.