la colección manuales técnicos de biodiversidad l. … · to en estos ambientes plantea problemas...
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La colección Manuales Técnicos de Biodiversidad
pretende mostrar el esfuerzo del Servicio de Espa-
cios Naturales y Biodiversidad (Conselleria de Infra-
estructuras, Territorio y Medio Ambiente) en la bús-
queda de respuestas prácticas para la conservación
y gestión de especies y hábitats, más aun cuando
estén amenazados.
El objetivo final es extender buenas prácticas de con-
servación fuera del ámbito de la administración pú-
blica, entendiendo que el protagonismo y la respon-
sabilidad de la conservación del entorno debe recaer
en los diferentes colectivos, entidades y personas
que conforman nuestra sociedad.
Bases para el manejo y control de Arundo donax
sintetiza los resultados obtenidos durante los años
2009 a 2011 en las experiencias realizadas tanto por
la Dirección General del Agua del Ministerio de Agri-
cultura, Alimentación y Medio Ambiente, como por
la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio
Ambiente de la Generalitat Valenciana, en el marco
de actuaciones de control de Arundo donax, una de
las plantas exóticas que mayores impactos negati-
vos genera en un gran número de ríos españoles. En
estas experiencias se han empleado diferentes mé-
todos -químicos, físicos, mecánicos, bioingeniería o
combinaciones entre ellos- para el control de la caña
y se ha evaluado su eficacia, los costes de aplica-
ción y la idoneidad de cada método en función de las
características del medio fluvial donde se pretenda
intervenir, con objeto de ofrecer una solución integral
para el control de la especie invasora.
BASES PARA EL MANEJO Y CONTROL DE Arundo donax L. (Caña común)
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29
29
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32
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39
40
41
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o la ap
li-
cación rep
etida d
e herb
icidas sistém
icos a la p
arte aérea,
10
emplean
do d
istinto
s méto
dos. Tam
bién
se ha en
sayado
con éxito
el cubrim
iento
de lo
s cañaverales d
esbro
zados
con co
bertu
ras opacas. P
or o
tro lad
o, m
étodos n
oved
oso
s
abren
nuevas p
osib
ilidad
es para el co
ntro
l de la cañ
a. Entre
ellos, d
estacan lo
s que co
nsisten
en in
cremen
tar la com
-
peten
cia que o
frecen las esp
ecies riparias n
ativas y otro
s
que p
rovo
can el ag
otam
iento
de lo
s rizom
as med
iante u
na
reiteración d
e desb
roces m
ecánico
s.
Las exp
eriencias d
escritas en el p
árrafo an
terior h
an sid
o
realizadas
en distin
tos
países
y ap
arecen disp
ersas en
publicacio
nes d
e índole d
iversa y, salvo excep
ciones (G
u-
thrie 2
007; S
pen
cer et al. 2009 ; M
ota 2
009), n
o h
an sid
o
evaluad
as científi
camen
te o so
n m
eramen
te descrip
tivas
o estim
ativas. La in
existencia d
e un d
ocu
men
to co
heren
te
que evalu
ase de m
anera sistem
ática los m
étodos d
e con-
trol d
e A. donax, pro
movió
que la D
irección G
eneral d
el
Agua d
el Min
isterio d
e Agricu
ltura, A
limen
tación y M
edio
Am
bien
te (MA
GR
AM
A), a través d
el “Proyecto de I+D+i Optim
ización de los Sistemas de Elim
inación y Control de Cañaverales para M
ejora del Estado Ecológico y Recupe-
ración de la Capacidad de Desagüe de los Ríos”, englo
-
bad
o d
entro
de la E
strategia N
acional d
e Restau
ración d
e
Río
s, desarro
llara una serie d
e experien
cias para el co
n-
trol y errad
icación d
e la caña co
mún, d
istribuid
as sobre
todo el territo
rio n
acional. P
or o
tro lad
o, la C
onselleria d
e
Infraestru
cturas, Territo
rio y M
edio
Am
bien
te de la G
ene-
ralitat Valen
ciana (C
ITM
AG
V), h
a pro
movid
o tam
bién
una
serie de en
sayos p
ara el contro
l y gestió
n d
e cañaverales,
den
tro d
el Pro
yecto d
e “Restauración de las Riberas del Riu Verd. Evaluación de m
étodos de control de Arundo donax”. A
mbas ad
min
istraciones p
lasman
conju
ntam
ente
en este m
anual, lo
s resultad
os m
ás relevantes alcan
zados
en d
ichos p
royecto
s. De este m
odo, se p
one a d
isposició
n
de lo
s gesto
res del m
edio
natu
ral una b
ase meto
doló
gica
con in
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ación su
ficien
temen
te detallad
a para p
oner en
march
a actuacio
nes d
e contro
l de cañ
averales. Por esta
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ace especial h
incap
ié en lo
s obstácu
los q
ue h
a-
bitu
almen
te difi
cultan
este tipo d
e trabajo
s. Todo ello
, es
preced
ido p
or u
na revisió
n d
e la bio
logía, la eco
logía y lo
s
impacto
s que g
enera A. donax, co
n u
n én
fasis en aq
uello
s
aspecto
s relevantes p
ara su g
estión.
Figura 1. Tramo
del río
Alb
aida, cerca d
e Xàtiva (V
alencia), d
om
inad
o p
or esp
ecies vegetales exó
ticas. En
el cauce p
ued
e verse (a) jacinto
de ag
ua
(Eicchornia crassipes) jun
to a (b
) Ludwigia grandiflora. A. donax (c) q
ue o
cup
an las rib
eras. Co
n p
osterio
ridad
a la realización
de esta fo
tog
rafía (20
06
),
este gran
nú
cleo d
e jacinto
de ag
ua fu
e elimin
ado
po
r la Co
nfed
eración
Hid
rog
ráfica d
el Júcar en
el marco
de u
na actu
ación
de co
ntro
l temp
rano
.
Imag
en: G
eneralitat V
alencian
a.
b
cc
c
a
11
OBJETIVOS
a) El co
no
cimien
to d
e la bio
log
ía de A. donax es d
e gran
relevancia p
ara plan
ificar la elim
inació
n d
e cañaverales.
Po
r un
lado
, la sensib
ilidad
de esta esp
ecie a los d
iferen-
tes méto
do
s de co
ntro
l varía a lo larg
o d
el año
. Ad
emás,
el emp
leo d
e determ
inad
os m
étod
os p
ued
e con
tribu
ir a
un
a disp
ersión
no
desead
a de esta esp
ecie o, in
cluso
, a
favorecer la co
nso
lidació
n d
e sus p
ob
lacion
es. Po
r estas
razon
es, el prim
er ob
jetivo d
e este man
ual es revisar los
aspectos de la biología de la especie relevantes para su gestión
, de m
od
o q
ue lo
s méto
do
s qu
e se apliq
uen
para su
con
trol cu
mp
lan el o
bjetivo
preten
did
o.
b) C
uan
do
se emp
rend
e un
a actuació
n d
e man
ejo d
e un
a
especie in
vasora el estab
lecimien
to d
e metas es im
po
r-
tante. Y
especialm
ente en
el caso d
e la caña, q
ue co
lon
iza
amp
lios tram
os d
e riberas fl
uviales en
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nes m
uy
diferen
tes. Po
r esta razón
, es necesario
tener en
cuen
ta
los d
iversos asp
ectos q
ue co
nd
icion
arán lo
s trabajo
s de
elimin
ación
. Po
r otro
lado
, hay q
ue ten
er en cu
enta q
ue
el resultad
o d
e los trab
ajos su
ele ser un
med
io rip
ario
desp
rovisto
de veg
etación
y vuln
erable a n
uevas in
vasio-
nes. P
or lo
tanto
, es necesario
determ
inar d
e antem
ano
qu
é se qu
iere en su
lug
ar. Po
r estos m
otivo
s, el segu
nd
o
ob
jetivo d
e este man
ual es proponer un m
arco para el diseño y la planificación de las actuaciones de control de cañaverales.
c) La elim
inació
n d
e cañaverales p
ued
e llevarse a cabo
med
iante el em
pleo
de d
iversos m
étod
os —
qu
ímico
s,
físicos, m
ecánico
s y de fo
men
to d
e la com
peten
cia—.
Sin
emb
argo
, tod
os ello
s difi
eren en
su efi
cacia, en lo
s
imp
actos q
ue p
rod
ucen
sob
re el med
io y en
sus co
stes
de ap
licación
. Ad
emás, su
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n estará co
nd
icion
a-
da p
or m
últip
les variables, q
ue in
cluirán
desd
e aspec-
tos n
orm
ativos al tip
o d
e interven
ción
qu
e se preten
da
realizar, pasan
do
po
r las características del cañ
averal, la
localizació
n d
e la actuació
n o
la po
sibilid
ad d
e realizar
repaso
s en añ
os su
cesivos. P
or ello
, el tercer ob
jetivo
del m
anu
al es analizar los métodos que perm
iten el control de A. donax en térm
inos de coste, eficacia y afección al m
edio, co
n vistas a estab
lecer las mejo
res
prácticas p
ara su ap
licación
.
13
CARACTERIZACIÓN DE Arundo donax L.
3.1. Arundo
donax: descripción,
origen y
distribución
3.1.1. Descripción
El g
énero
Arundo (L
.) perten
ece a la familia d
e las gram
í-
neas (Poaceae) e in
cluye seis esp
ecies nativas d
e climas
cálidos d
e Euro
pa, A
sia y África. E
ste man
ual se cen
tra, por
los p
roblem
as que p
rovo
ca en lo
s med
ios fl
uviales m
edi-
terráneo
s, en la esp
ecie A. donax, com
únm
ente co
nocid
a
com
o cañ
a o cañ
izo. D
esde el p
unto
de vista taxo
nóm
ico,
A. donax perten
ece a la subfam
ilia Arundinoidae, que in
-
cluye g
ramín
eas tropicales caracterizad
as por in
florescen
-
cias plu
mosas —
Cortaderia, Phragmites, etc—
. Las d
e la
caña m
iden
entre 4
0 y 6
0 cen
tímetro
s y aparecen
en el
extremo d
e los tallo
s, a finales d
e agosto
.
A. donax es la especie d
e mayo
r tamañ
o d
el gén
ero y u
na
de las g
ramín
eas más g
randes d
el mundo. S
us h
ojas alter-
nas, d
e colo
r verde g
lauco
, pued
en m
anten
erse verdes to
do
el año (fi
gura 2
a). No o
bstan
te, en clim
as con altern
ancia
estacional, las h
ojas y lo
s tallos am
arillean d
uran
te la época
más seca d
el año o
en lo
s meses d
el inviern
o, cu
ando la
especie en
tra en u
n p
eriodo d
e reposo
vegetativo
.
La p
arte aérea de la cañ
a está form
ada p
or tallo
s erectos
de u
na altu
ra entre lo
s 5-6
m, h
ueco
s y segm
entad
os, co
n
nudos cad
a 20-3
0 cen
tímetro
s y un d
iámetro
med
io d
e 2
centím
etros. L
os n
udos, co
n fo
rma d
e anillo
engro
sado,
son rico
s en fi
bras lig
nifi
cadas, lo
que les co
nfiere u
na g
ran
estabilid
ad m
ecánica, d
e modo q
ue su
porte erecto
es inde-
pen
dien
te de la tu
rgen
cia de la p
lanta (fi
gura 2
b). E
s decir,
los tallo
s de las cañ
as no se m
architan
en co
ndicio
nes d
e
défi
cit híd
rico. A
dem
ás, los n
udos alo
jan yem
as de las q
ue
emerg
en ram
as secundarias en
su seg
undo añ
o d
e vida.
Tanto
tallos co
mo h
ojas p
oseen
un co
nten
ido elevad
o d
e sí-
lice, deb
ido a la p
resencia d
e células silíceas aso
ciadas co
n
los h
aces vasculares en
la capa ep
idérm
ica (Perd
ue 1
958).
Figura 2. La p
arte aérea de A. donax (a) es en
teramen
te foto
sintética d
uran
te sus p
rimero
s meses d
e vida. L
a estabilid
ad d
e un
os tallo
s qu
e
pu
eden
alcanzar vario
s metro
s de altu
ra es deb
ida a estru
cturas en
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a de an
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gro
sado
(nu
do
s, b), ricas en
fib
ras lign
ificad
as. Imág
enes:
Gen
eralitat Valen
ciana.
ab
14
La p
arte sub
terránea está co
nstitu
ida p
or u
n rizo
ma car-
no
so q
ue actú
a com
o reserva d
e carbo
hid
ratos (fi
gu
ra
3). E
l rizom
a es, a su vez, el ó
rgan
o p
erenn
e de la cañ
a y
el respo
nsab
le de la p
rod
ucció
n d
e nu
evos tallo
s. Se lo
-
caliza a un
a pro
fun
did
ad variab
le entre 5
-15
centím
etros,
pero
pu
ede lleg
ar a los 4
0-5
0 cen
tímetro
s. Del rizo
ma
parten
tamb
ién raíces fi
bro
sas capaces d
e pen
etrar en el
suelo
hasta 1
metro
(Sh
arma et al. 1
99
8; G
iessow
et al. 2
01
1), si b
ien la m
ayoría so
n m
ás som
eras. El rizo
ma se
expan
de h
orizo
ntalm
ente a lo
largo
de u
n eje y se ram
i-
fica al alcan
zar áreas de su
strato lib
res de co
mp
etencia
(Decru
yenaere y H
olt 2
00
5). L
a expan
sión
del cañ
averal
deb
ida al crecim
iento
de lo
s rizom
as suele ser len
ta (Bo
-
land
20
06
; Giesso
w et al. 2
01
1).
3.1.2. Origen
El área n
ativa de la cañ
a es ob
jeto d
e deb
ate ya qu
e su
orig
en b
iog
eog
ráfico
y evolu
tivo h
a sido
difu
min
ado
po
r
su u
so an
cestral po
r parte d
el ho
mb
re (fig
ura 4
). La evi-
den
cia bo
tánica e h
istórica co
nfi
ere peso
a la hip
ótesis d
e
qu
e su o
rigen
tuvo
lug
ar a partir d
e un
con
jun
to d
e espe-
cies silvestres nativas d
e la regió
n m
editerrán
ea (Zeven
y Wet 1
98
2; W
agn
er et al. 19
99
) do
nd
e A. donax crece ju
nto
a otro
s con
gén
eres: A. plinii, A. collina y A. medite-
rranea. Po
r otro
lado
, las técnicas m
olecu
lares sug
ieren
un
orig
en m
on
ofi
lético (M
ariani et al. 2
01
0) y asiático
.
Las m
uestras an
alizadas p
roced
entes d
el Med
iterráneo
se caracterizan p
or su
baja d
iversidad
gen
ética, lo q
ue es
ind
icativo d
e un
orig
en recien
te y de q
ue, p
osib
lemen
te,
A. donax ha estad
o su
jeta a cuello
s de b
otella evo
lutivo
s
du
rante la co
lon
ización
de esta reg
ión
. Tod
as estas evi-
den
cias excluirían
al Med
iterráneo
com
o cen
tro d
e ori-
gen
. Basán
do
se en esto
, algu
no
s auto
res sug
ieren q
ue
A. donax es nativa d
e Asia, d
esde d
on
de se exten
dió
al
resto d
el mu
nd
o, tal y co
mo
fue p
ostu
lado
po
r Po
lun
in
y Hu
xley (19
87
). A su
vez, estos d
atos in
dican
qu
e su
pro
pag
ación
ha sid
o fu
nd
amen
talmen
te vegetativa. P
or
lo tan
to, el éxito
colo
nizad
or d
e esta especie d
ebe h
aber
estado
susten
tado
en:
a) Una exp
ansió
n clo
nal ráp
ida y relativam
ente recien
te de
las poblacio
nes g
enerad
as por frag
men
tos, d
ispersad
os
en el cu
rso d
e inundacio
nes o
por la acció
n d
el hom
bre
(Marian
i et al. 2010).
b) L
as pecu
liaridad
es de su
fisio
log
ía, entre las q
ue d
es-
taca su elevad
a pro
du
ctividad
(Ro
ssa et al. 19
98
), lo q
ue
le perm
ite un
rápid
o crecim
iento
un
a vez natu
ralizada.
Figura 3. La p
rod
ucció
n d
e nu
evos tallo
s tiene lu
gar a p
artir de g
rand
es yemas ap
icales en el extrem
o d
e los d
e los rizo
mas; (a) rizo
ma extraíd
o d
el
sustrato
en el q
ue p
ued
e verse el sistema rad
icular d
e la caña; L
os frag
men
tos d
e rizom
a (b) co
nservan
la capacid
ad d
e rebro
tar du
rante sem
anas fu
era
del su
strato y, al ser arrastrad
os p
or la co
rriente d
el río, p
ermiten
la colo
nizació
n d
e nu
evos em
plazam
iento
s y la expan
sión
del cañ
averal. Imág
enes:
a, Gen
eralitat Valen
ciana; b
: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
ab
Figura 4. El o
rigen
de la cañ
a es con
fuso
deb
ido
a la utilizació
n q
ue el
ho
mb
re ha h
echo
de esta esp
ecie desd
e la antig
üed
ad. A
lgu
no
s de esto
s
uso
s con
tinú
an vig
entes, co
mo
las barracas p
ara las especies h
ortíco
las
trepad
oras. Im
agen
: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
15
ña y P
ortu
gal (S
anz-E
lorza et al. 2
004).
En E
spañ
a, es especialm
ente ab
undan
te en lo
s territorio
s
costero
s med
iterráneo
s. De h
echo, las áreas d
onde la in
va-
sión d
el med
io fl
uvial es m
ás inten
sa son la d
epresió
n d
el
Ebro
, Catalu
ña, B
aleares, Com
unitat V
alencian
a, Murcia, la
mayo
r parte d
e Andalu
cía y las Can
arias. También
es posib
le
enco
ntrar p
oblacio
nes n
aturalizad
as en u
n g
ran n
úm
ero d
e
pro
vincias esp
añolas en
tre las que se en
cuen
tran: B
adajo
z,
Vizcaya, C
ádiz, C
áceres, Córd
oba, C
iudad
Real, G
ranad
a,
Huelva, H
uesca, Jaén
, La R
ioja, M
adrid
, Málag
a, Navarra,
Ponteved
ra, Salam
anca, S
evilla, Guip
úzco
a, Teruel, To
ledo,
Vallad
olid
, Zarag
oza y Z
amora (S
anz-E
lorza et al. 2
004).
3.1.3. Distribución
A. donax crece en g
ran p
arte de las reg
iones tem
plad
o-
cálidas y tro
picales d
el mundo. E
stá presen
te en el su
r de
Euro
pa, S
udáfrica, n
orte d
e África, A
ustralia, N
ueva Z
elan-
da, la m
ayor p
arte del cen
tro y su
r de A
sia, Estad
os U
ni-
dos, A
ntillas, A
mérica C
entral, A
mérica d
el Sur, las islas
del P
acífico
y Macaro
nesia (fi
gura 5
).
En el co
ntin
ente eu
ropeo
se encu
entra n
aturalizad
a en to
-
dos lo
s países d
el sur, en
un área am
plia q
ue se extien
de
desd
e Turq
uía p
asando p
or G
recia y Creta, an
tigua Y
ugos-
lavia, Alb
ania h
asta Italia, Cerd
eña, C
órceg
a, Francia, E
spa-
Figura 5. Países d
el mu
nd
o en
los q
ue está p
resente A. donax.
Figura 6. Distrib
ució
n d
e A. donax en E
spañ
a. La p
resencia se m
uestra
med
iante cu
adrícu
las UT
M d
e 10
x10
km d
e lado
.
La elab
oració
n d
e la figura 6
ha sid
o p
osib
le gracias a
los d
atos reco
pilad
os p
or las sig
uien
tes fuen
tes: Pro
-
gram
a Anth
os (C
SIC
-Real Jard
ín B
otán
ico-Fu
ndació
n
Bio
diversid
ad),
Ban
c de
Dad
es de
la B
iodiversitat
(Gen
eralitat Valen
ciana, C
onselleria d
e Infraestru
c-
turas, Territo
rio y M
edio
Am
bien
te), Pro
yecto O
RC
A.
Atlas C
oro
lògic d
e la Flora V
ascular d
els Païso
s Cata-
lans (In
stitut d
´Estu
dis C
atalans), A
tlas de las P
lantas
Aló
ctonas In
vasoras (M
inisterio
de A
gricu
ltura, A
li-
men
tación y M
edio
Am
bien
te), Curso
de cap
acitación
contra in
vasoras d
e agen
tes y vigilan
tes med
ioam
-
bien
tales y Plan
tas invaso
ras de G
alicia (Conselle-
ría de M
edio
Am
bien
te, Xunta d
e Galicia), E
species
vegetales
invaso
ras de
Andalu
cía (C
onsejería
de
Med
io A
mbien
te, Junta d
e Andalu
cía), Man
ual d
e
las especies exó
ticas invaso
ras de lo
s ríos y rib
eras
de la cu
enca h
idro
gráfi
ca del D
uero
(Confed
eración
Hid
rográfi
ca del D
uero
), Atlas d
e la flora aló
ctona
de B
izkaia (Dep
artamen
to d
e Botán
ica, Socied
ad d
e
Cien
cias Natu
rales de S
estao), D
iagnosis d
e la flora
alócto
na in
vasora d
e la CA
PV. B
iodiversid
ad y p
aisaje
(Gobiern
o V
asco) y B
ase de d
atos G
lobal B
iodiversity
info
rmatio
n Facility (G
BIF-E
spañ
a).
16
3.2. Biología, ecología e impactos que provoca
en los medios que invade
El co
nocim
iento
de la b
iolo
gía y la eco
logía d
e una esp
ecie
invaso
ra es fundam
ental p
ara:
a) Estab
lecer prio
ridad
es de in
tervenció
n.
b) D
etermin
ar cuáles so
n lo
s mejo
res méto
dos d
e contro
l.
c) Increm
entar la resisten
cia a la invasió
n d
e los eco
sis-
temas n
ativos m
edian
te técnicas d
e restauració
n q
ue m
i-
nim
icen lo
s recurso
s disp
onib
les para la esp
ecie invaso
ra
que se p
retende co
mbatir.
Po
r estas razon
es, esta sección
ofrece u
na sín
tesis de lo
s
aspecto
s con
ocid
os d
e su ciclo
vital y de lo
s factores q
ue
lo g
ob
iernan
. En
este sentid
o, h
ay qu
e sub
rayar qu
e exis-
ten cu
estion
es relativas a la bio
log
ía de esta esp
ecie qu
e
tod
avía han
sido
po
co estu
diad
as o so
bre las q
ue d
ife-
rentes exp
eriencias arro
jan resu
ltado
s qu
e po
drían
con
-
siderarse co
ntrad
ictorio
s. No
en van
o, b
uen
a parte d
el
con
ocim
iento
disp
on
ible so
bre su
ecolo
gía p
rovien
e de
experien
cias de lab
orato
rio o
de cu
ltivo y las o
bservacio
-
nes d
e camp
o en
ocasio
nes co
ntrad
icen eso
s resultad
os.
Pero
tamb
ién es cierto
qu
e la variabilid
ad d
e la respu
es-
ta de la cañ
a a diverso
s factores p
od
ría ser interp
retada
com
o u
na m
uestra m
ás de su
plasticid
ad, lo
cual, si se
tiene en
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ta su elevad
a pro
du
ctividad
y capacid
ad d
e
disp
ersión
, sup
on
e un
reto añ
adid
o p
ara cualq
uier in
ten-
to d
e con
trol d
e esta especie in
vasora.
A p
esar de las lag
unas d
e conocim
iento
que co
mo se in
dica
todavía existen
—alg
o so
rpren
den
te si se tiene en
cuen
ta
la cantid
ad d
e recurso
s que se in
vierten en
el contro
l de A.
donax en to
do el m
undo—
es posib
le extraer info
rmació
n
de relevan
cia para su
gestió
n, tal y co
mo se co
mpro
bará
en lo
s siguien
tes apartad
os.
3.2.1. Biología
En
las regio
nes d
e clima m
editerrán
eo, A. donax exh
ibe
un
crecimien
to estacio
nal, g
ob
ernad
o p
or la tem
peratu
ra.
Seg
ún
Sp
encer y K
sand
er (20
06
) po
r deb
ajo d
e 7 °C
el ri-
zom
a deja d
e emitir tallo
s, mien
tras qu
e po
r encim
a de lo
s
30
°C tam
bién
se pro
du
ce un
a inh
ibició
n d
e la bro
tación
.
Po
r el con
trario, o
tros au
tores co
nsid
eran q
ue la p
rod
uc-
ción
d
e b
rotes
es g
ob
ernad
a p
or
factores
intrín
secos,
com
o el n
ivel de carb
oh
idrato
s almacen
ado
s, más q
ue
po
r factores extern
os (Q
uin
n y H
olt 2
00
9). E
n cu
alqu
ier
caso, en
los territo
rios co
n altern
ancia d
e estacion
es, los
nu
evos tallo
s emerg
en d
uran
te la prim
avera y el verano
,
y en su
prim
era estación
de crecim
iento
se desarro
llan
verticalmen
te y pro
du
cen ú
nicam
ente tejid
o fo
tosin
tético.
Esto
s tallos jó
venes co
nviven
con
otro
s de d
iversas eda-
des, d
e mo
do
qu
e en u
n cañ
averal po
dem
os en
con
trar:
a) Tallos o
cañas d
e prim
er año
enteram
ente verd
es du
-
rante su
s prim
eros m
eses de vid
a.
b) C
añas d
e do
s o m
ás año
s, ya lign
ificad
as y ramifi
cadas
secun
dariam
ente.
c) Ab
un
dan
tes cañas m
uertas, ram
ificad
as o n
o.
La p
rop
orció
n d
e cada u
no
de esto
s gru
po
s den
tro d
el
cañaveral d
epen
derá, en
tre otras co
sas, de su
edad
o d
e
las con
dicio
nes am
bien
tales en las q
ue crezca, p
ero es
un
aspecto
po
co estu
diad
o. D
e igu
al mo
do
, tamp
oco
se
con
oce la lo
ng
evidad
de las cañ
as, si bien
se sabe q
ue
pu
eden
vivir más d
e do
s año
s.
Hacia fi
nales d
e ago
sto, las h
ojas in
feriores d
e las ca-
ñas en
su p
rimer añ
o d
e vida co
mien
zan a secarse. E
ste
pro
ceso co
ntin
úa d
uran
te el oto
ño
, cuan
do
el con
tenid
o
en ag
ua d
e la parte aérea d
ismin
uye, en
paralelo
a un
a
grad
ual lig
nifi
cación
, pérd
ida d
el colo
r verde y red
ucció
n
de su
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fisio
lóg
ica. Esto
es deb
ido
a un
as temp
e-
raturas p
rog
resivamen
te más b
ajas, entre o
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res.
Tamb
ién en
esta épo
ca se pro
du
ce la flo
ración
y los tallo
s
aparecen
coro
nad
os p
or in
flo
rescencias p
lum
osas (fi
gura
7). E
stos p
roceso
s son
acom
pañ
ado
s po
r un
transp
orte
de carb
oh
idrato
s solu
bles a través d
el flo
ema, d
esde la
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acia los ó
rgan
os d
e almacen
amien
to su
b-
terráneo
s, lo q
ue se trad
uce en
un
men
or co
nten
ido
en
estos co
mp
uesto
s en las h
ojas si se co
mp
aran co
n lo
s
niveles m
edid
os en
prim
avera y verano
(Decru
yenaere y
Ho
lt 20
01
). De h
echo
, en la cañ
a se pro
du
ce un
a alter-
nan
cia entre asig
nació
n d
e nu
trientes a la p
arte aérea en
prim
avera y verano
, y a la parte su
bterrán
ea en o
toñ
o
e inviern
o (D
ud
ley 20
00
). Po
r esta razón
, la fum
igació
n
con
herb
icidas sistém
icos tran
spo
rtado
s po
r el flo
ema
será más efi
caz si se realiza a fin
ales de veran
o, ya q
ue
alcanzará el sistem
a radicu
lar con
mayo
r pro
bab
ilidad
.
Transcu
rrido
el inviern
o, co
n el in
icio d
e la segu
nd
a es-
tación
de crecim
iento
, se pro
du
ce la emisió
n d
e ramas
laterales a partir d
e las yemas axilares p
resentes en
los
nu
do
s (Decru
yenaere y H
olt 2
00
1). E
stas ramas co
nstitu
-
yen el 7
5%
del área fo
liar de u
n cañ
averal mad
uro
(fig
ura
8). A
pesar d
e esta ramifi
cación
, la estructu
ra del cañ
ave-
ral con
tinú
a siend
o la d
e un
a form
ación
po
co in
tricada y
ho
mo
gén
ea, integ
rada esen
cialmen
te po
r elemen
tos ver-
ticales y desp
rovista d
e un
estrato arb
ustivo
, desp
lazado
17Figura 7. A
rriba. D
os asp
ectos d
e las inflorescen
cias plu
mosas d
e A. donax, que ap
arecen en
el extremo d
e los tallo
s hacia fi
nales d
e agosto
. Imág
enes: S
i-
món Fo
s Martín
. Abajo
. Asp
ecto in
vernal d
e un cañ
averal en rep
oso
vegetativo
con su
característico co
lor p
ardo. Im
ágen
: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
18
po
r la inten
sa com
peten
cia po
r el espacio
qu
e ejerce esta
especie
invaso
ra, tan
to
ho
rizon
tal —
rizom
as—
com
o
verticalmen
te —tallo
s—.
Co
mo
se
ha
com
entad
o, A. donax
flo
rece al
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al d
el
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, si bien
las semillas q
ue p
rod
uce n
o so
n fértiles.
Alg
un
os
trabajo
s h
an
dem
ostrad
o
la existen
cia d
e
emb
rion
es y semillas viab
les, pero
no
de g
ermin
ación
(Joh
nso
n et al. 2
00
6). P
or o
tro lad
o, la co
mp
aración
entre la g
eneració
n d
e gam
etos en
A. donax con
la de
sus co
ng
éneres fértiles A. plinii y A. collina su
giere q
ue
la infertilid
ad en
la prim
era po
dría d
eberse a alteracio
nes
po
st-meió
ticas du
rante el d
esarrollo
de lo
s óvu
los y d
el
po
len (M
ariani et al. 2
01
0).
Po
r lo tan
to, en
ausen
cia de sem
illas fértiles, el crecimien
to
o exp
ansió
n d
el cañaveral es su
stentad
o p
or:
a) Crecim
iento
vegetativo
: es el prin
cipal m
edio
de ex-
pan
sión
del
cañaveral.
Las
nuevas
plan
tas gen
eradas
perm
anecen
conectad
as a todos lo
s niveles. S
egún B
olan
d
(2006), es el resu
ltado d
e dos p
roceso
s (figura 9
):
a.1)
En
raizamien
to
de
tallos
lign
ificad
os.
Se
trata d
e
un
pro
ceso d
uran
te el cual, las cañ
as lign
ificad
as qu
e
entran
en
co
ntacto
co
n
el su
strato
al ser
tum
bad
as
po
r las riadas, p
recipitacio
nes in
tensas, el trasieg
o d
e
faun
a o d
e maq
uin
aria, etc., enraízan
y pro
du
cen n
uevas
plan
tas a partir d
e las yemas p
resentes en
los n
ud
os. E
s
un
mecan
ismo
clave en la exp
ansió
n d
el cañaveral, en
con
tra de lo
com
ún
men
te adm
itido
, qu
e oto
rgab
a a la
masa d
e rizom
a este pap
el. Bo
land
(20
06
) en u
n estu
dio
de cam
po
, dem
uestra q
ue el tu
mb
ado
y enraizad
o d
e
tallos h
ace avanzar el cañ
averal 7,4
veces más ráp
ido
qu
e el crecimien
to d
e los rizo
mas, p
ero so
lo en
zon
as
som
etidas a las p
erturb
acion
es ind
icadas an
teriorm
ente.
Desd
e el pu
nto
de vista d
e la gestió
n d
e cañaverales,
deb
e tenerse en
cuen
ta qu
e las cañas n
o lig
nifi
cadas, n
o
son
capaces d
e enraizar (D
ecruyen
aere y Ho
lt 20
01
).
a.2)
Crecim
iento
d
e lo
s rizo
mas.
Co
nsid
erado
co
mo
respo
nsab
le prin
cipal d
e la rápid
a expan
sión
del cañ
averal
(Else 1
99
6; D
iTom
aso 1
99
8), se h
a dem
ostrad
o m
uch
o
más
lento
en
co
mp
aración
co
n el
susten
tado
p
or
los
tallos. P
or el co
ntrario
, este pro
ceso su
po
ne la o
cup
ación
ho
rizon
tal del su
strato y co
nstitu
ye un
com
po
rtamien
to
clave para el d
om
inio
del m
edio
ribereñ
o.
b) R
epro
du
cción
asexual: en
tend
ida co
mo
el increm
ento
nu
mérico
en
u
nid
ades
vegetales
ind
epen
dien
tes p
ro-
du
cidas
po
r m
edio
s clo
nales
(Grace
19
93
). O
curre
ocasio
nalm
ente
cuan
do
las
plan
tas o
rigin
adas
po
r
enraizam
iento
de cañ
as lign
ificad
as, pierd
en la co
nexió
n
y se con
vierten en
plan
tas autó
no
mas.
Adem
ás, el
crecimien
to
vegetativo
tam
bién
perm
ite la
conso
lidació
n d
el cañaveral, q
ue d
epen
de d
el man
teni-
mien
to
de
una
den
sidad
elevad
a de
tallos.
El
órg
ano
responsab
le de su
pro
ducció
n es el rizo
ma (D
ecruyen
aere
y H
olt
2005).
La
den
sidad
del
cañaveral
—ocu
pació
n
Figura 8. En
sus p
rimero
s meses d
e vida, lo
s tallos d
e A. donax po
seen h
ojas d
esde la b
ase hasta el áp
ice y son
enteram
ente fo
tosin
téticos (m
itad
sup
erior d
e la foto
grafía). D
uran
te la segu
nd
a estación
de crecim
iento
, las cañas, ya lig
nifi
cadas, em
iten ram
as laterales a partir d
e yemas situ
adas en
los n
ud
os (m
itad in
ferior d
e la foto
grafía). Im
ágen
: Gen
eralitat Valen
ciana.
19
Nuevas plantas interconectadas
vertical— es,
junto
co
n el
crecimien
to de
los
rizom
as
—ocu
pació
n h
orizo
ntal d
el sustrato
—, el o
tro m
ecanism
o
clave para su
dom
inan
cia de las rib
eras fluviales, ya q
ue
evita la form
ación d
e claros en
su in
terior y q
ue ésto
s sean
colo
nizació
n p
or esp
ecies riparias n
ativas.
Por o
tro lad
o, la d
ispersió
n d
e la especie está ú
nicam
ente
susten
tada
por
mecan
ismos
de
repro
ducció
n
asexual,
en la q
ue lo
s fragm
ento
s de tallo
s y rizom
as dan
lugar a
nuevas p
lantas. N
o o
bstan
te, de acu
erdo co
n la exp
eriencia
obten
ida y la d
e otro
s auto
res (Decru
yenaere y H
olt 2
001;
Quin
n 2
006), si b
ien lo
s fragm
ento
s de tallo
pued
en ju
gar
un p
apel en
la disp
ersión d
e A. donax, los frag
men
tos d
e
rizom
a son lo
s prin
cipales resp
onsab
les de este p
roceso
.
A esto
contrib
uye el h
echo d
e que:
a) So
n cap
aces de g
ermin
ar ind
epen
dien
temen
te de su
tamañ
o (cu
adro
5, p
ág. 6
4) y b
ajo la g
ran m
ayoría d
e
con
dicio
nes am
bien
tales.
b) C
on
servan la cap
acidad
de reb
rotar d
uran
te un
perio
do
mu
cho
m
ás p
rolo
ng
ado
q
ue
los
fragm
ento
s d
e tallo
(Decru
yenaere y H
olt 2
00
1; Q
uin
n 2
00
6).
La p
roducció
n d
e fragm
ento
s —de rizo
ma o
de tallo
—
que p
ermiten
la disp
ersión y co
lonizació
n a larg
a distan
cia
es un fen
óm
eno p
oco
com
ún en
condicio
nes n
aturales,
inclu
so b
ajo co
ndicio
nes favo
rables p
ara su g
eneració
n,
com
o so
n las p
recipitacio
nes in
tensas (B
olan
d 2
006). L
as tasas
elevadas
de
pro
ducció
n
de
fragm
ento
s descritas
en o
casiones en
la bib
liografía (E
lse 1996) so
n d
ebid
as a
trabajo
s de elim
inació
n m
ecánica d
e la especie, co
mo p
or
ejemplo
extracción d
e rizom
as y su p
osterio
r trituració
n ju
nto
con las cañ
as (ver apartad
o d
e gestió
n d
e los resid
uos).
Po
r últim
o, h
ay qu
e destacar el p
apel d
el rizom
a com
o
órg
ano
de reserva d
uran
te la estación
desfavo
rable y d
e
resistencia fren
te a las bajas tem
peratu
ras, el fueg
o o
la
herb
ivoría. E
ste reservorio
perm
ite a A. donax retom
ar
con
mayo
r rapid
ez qu
e las especies n
ativas el espacio
ripario
, y volver a d
om
inarlo
, especialm
ente en
aqu
ellas
situacio
nes en
las qu
e un
a alteración
com
o u
n in
cend
io
—ver secció
n m
étod
os q
ue n
o co
nd
ucen
al con
trol d
e A. donax—
o u
na crecid
a del río
pro
voca la elim
inació
n d
e
su p
arte aérea (Co
ffman
20
07
).
En d
efinitiva, in
dep
endien
temen
te del p
apel d
e los tallo
s
en la exp
ansió
n d
el cañaveral, lo
s rizom
as son el ó
rgan
o
que g
arantiza el carácter p
erenne d
e esta especie y su
s
fragm
ento
s su p
rincip
al vector d
e disp
ersión. P
or esta razó
n,
en la g
estión d
e cañaverales, lo
s esfuerzo
s deb
en d
irigirse a
pro
vocar su
muerte y la in
ertización d
e sus resto
s.
Figura 9. Lo
s mecan
ismo
s de crecim
iento
vegetativo
(área gris) y d
e repro
du
cción
asexual (área verd
e) susten
tan la exp
ansió
n (crecim
iento
lateral)
y con
solid
ación
(man
tenim
iento
o in
cremen
to d
e su d
ensid
ad) d
e los cañ
averales así com
o su
disp
ersión
(transp
orte a larg
a distan
cia de p
rop
á-
gu
los viab
les y colo
nizació
n d
e nu
evos lu
gares) d
e la especie. E
l gro
sor d
e las flech
as es ind
icativo d
e la con
tribu
ción
relativa de cad
a órg
ano
a los
pro
cesos m
encio
nad
os. L
as siluetas d
e los an
imales in
dican
la rapid
ez relativa con
la qu
e tiene lu
gar la exp
ansió
n d
el cañaveral co
mo
con
secuen
cia
del crecim
iento
de lo
s rizom
as o d
el enraizam
iento
de lo
s tallos.
Crecimiento vegetativo(sin fragmentación)
Reproducción asexual(con fragmentación)
Nuevas plantas sin conexión
CONSOLIDACIÓNEXPANSIÓN
DISPERSIÓNEXPANSIÓN
Rizomas
Tallos lignificados
20
de co
lon
izar form
acion
es riparias n
ativas no
alteradas
(Rejm
ánek 1
98
9). N
o o
bstan
te, las pertu
rbacio
nes d
el
med
io fl
uvial p
rovo
cadas p
or el h
om
bre h
an ju
gad
o u
n
pap
el fun
dam
ental en
el éxito d
e la invasió
n p
or esta
especie (B
ell 19
97
), pu
esto q
ue lo
s med
ios d
espro
vistos
de veg
etación
riparia y co
n elevad
a disp
on
ibilid
ad h
ídrica
resultan
más vu
lnerab
les a la colo
nizació
n p
or A. donax
(Bo
land
20
06
; Qu
inn
y Ho
lt 20
09
).
Por o
tro lad
o, A. donax se m
uestra in
diferen
te a la natu
raleza
min
eralógica d
el sustrato
(Perd
ue 1
958) y p
ued
e crecer en
suelo
s arcilloso
s, arenoso
s o p
edreg
oso
s e inclu
so lo
s
semisalin
os d
e estuario
s (Gro
ssinger et al. 1
998). S
ólo
la tem
peratu
ra actú
a co
mo
factor
ecoló
gico
lim
itante
para esta esp
ecie, ya que es sen
sible a las h
eladas u
na
vez iniciad
o el crecim
iento
en p
rimavera (P
erdue 1
958;
Decru
yenaere y H
olt 2
001) au
nque las to
lera duran
te la
fase de rep
oso
vegetativo
.
A
pesar
de
que A. donax
pued
e crecer
en
ambien
tes
muy d
ispares, su
s tasas más elevad
as de crecim
iento
se
han
reg
istrado en
m
edio
s in
solad
os,
con tem
peratu
ras
elevadas y ab
undan
cia de n
utrien
tes y recurso
s híd
ricos.
En estas co
ndicio
nes, lo
s bro
tes exhib
en in
cremen
tos en
longitu
d d
e hasta 7
0 cen
tímetro
s por sem
ana (H
osh
ovsky
1987)
o 10,2
cen
tímetro
s por
día
(Dudley
1998).
Esta
velocid
ad d
e desarro
llo se d
ebe a q
ue to
do el crecim
iento
3.2.2. Ecología
A. donax es una esp
ecie capaz d
e crecer en u
na am
plia
variedad
de co
ndicio
nes am
bien
tales, posib
lemen
te com
o
resultad
o d
e su p
lasticidad
fenotíp
ica, un rasg
o co
mún
a much
as plan
tas invaso
ras (Annap
urn
a y Sin
gh 2
003;
Pan
et al. 2006) p
ero p
oco
estudiad
o en
esta especie.
Así, au
nque la cañ
a es consid
erada u
na p
lanta acu
ática
emerg
ente (C
ook 1
990), u
na vez estab
lecida n
o p
recisa
de u
n ap
orte co
nstan
te de ag
ua, p
or lo
que p
ued
e crecer
en lu
gares seco
s (Perd
ue 1
958; H
osh
ovsky 1
987), co
mo
eviden
cia la figura 1
0. D
e esta form
a, pued
e ocu
par la
totalid
ad d
el ambien
te ribereñ
o, d
esde la o
rilla del río
hasta
las zonas m
ás secas donde crecen
árboles y arb
usto
s, con
los cu
ales pued
e com
petir. E
sta capacid
ad p
ara crecer,
bajo
co
ndicio
nes
de
defi
ciencia
híd
rica es
deb
ida
a la
resistencia a la seq
uía d
el rizom
a y a que su
s raíces le
perm
iten o
bten
er agua d
e las capas p
rofu
ndas d
el sustrato
(Frandsen
1997).
Otra m
uestra d
e su p
lasticidad
es el amp
lio g
radien
te de
inten
sidad
es lum
ino
sas bajo
las qu
e pu
ede d
esarrollarse.
Existen
estud
ios q
ue d
emu
estran q
ue to
lera niveles b
ajos
de rad
iación (B
ell 19
97
; Sp
encer et al. 2
00
5). S
in em
barg
o,
otro
s resultad
os ap
un
tan a q
ue la so
mb
ra pu
ede d
ificu
ltar
su estab
lecimien
to en
las orillas fl
uviales (C
offm
an 2
00
7;
Qu
inn
y Ho
lt 20
09
). En
cualq
uier caso
, la caña es cap
az
Figura 10. El carácter eu
rioico
de A. donax le p
ermite co
lon
izar gran
variedad
de am
bien
tes. En
la foto
grafía, realizad
a a fin
ales de ju
lio, p
ued
e verse
un
cañaveral en
un
solar d
e Valen
cia. El co
ntraste en
tre su p
arte aérea, qu
e no
mu
estra sínto
mas d
e estrés híd
rico, y la veg
etación
rud
eral ago
stada es
ind
icativo d
e su to
lerancia a la seq
uía, u
na vez estab
lecida. Im
agen
: Sim
ón
Fos M
artín.
21
se invierte en
tejidos fo
tosin
téticos co
n elevad
a capacid
ad
foto
sintética (R
ossa et al. 1
998; S
pen
cer y Ksan
der 2
006) y
es susten
tada p
or u
n elevad
o co
nsu
mo d
e agua, q
ue p
ued
e
llegar a ser 2
0 veces m
ayor q
ue el d
e la vegetació
n rib
ereña
nativa (H
endrickso
n y M
cGau
gh 2
005).
De lo
anterio
r se ded
uce q
ue el crecim
iento
de A. donax
es modulad
o p
or la d
isponib
ilidad
de n
utrien
tes (Jimén
ez
et al. 2011). P
or ejem
plo
, concen
traciones elevad
as de
nitró
gen
o p
rovo
can q
ue n
o exh
iba d
orm
ancia y q
ue la m
asa
de rizo
mas se exp
anda activam
ente d
e man
era lateral, en lo
que co
nstitu
ye un co
mportam
iento
más co
mpetitivo
. Por el
contrario
, en m
edio
s pobres en
nutrien
tes, su crecim
iento
es más co
nservad
or —
limitad
o a la su
stitució
n d
e tallos
viejos—
y exhib
e un p
eriodo d
e reposo
vegetativo
duran
te
el inviern
o (D
ecruyen
aere y Holt 2
005). B
olan
d (2
006)
obtien
e resultad
os sem
ejantes al o
bservar en
el med
io
natu
ral que lo
s rizom
as de las zo
nas d
e inundació
n, ricas
en ag
ua y n
utrien
tes, crecen a m
ayor velo
cidad
que lo
s de
med
ios m
ás pobres.
Estas elevad
as tasas de crecim
iento
se traducen
en u
na
altísima p
roductivid
ad, estim
ada en
20 to
nelad
as de p
eso
seco p
or h
ectárea (Perd
ue 1
958). S
e trata de cifras m
uy
superio
res a las de las esp
ecies nativas co
n las q
ue h
a sido
com
parad
a, si bien
las diferen
cias se atenúan
cuan
do su
pro
ductivid
ad se co
mpara co
n la d
e las plan
tas autó
ctonas
en am
bien
tes pobres en
nutrien
tes (Coffm
an 2
007). E
stos
resultad
os co
incid
en co
n las o
bservacio
nes d
e Daeh
ler
(2003) acerca d
e la mayo
r capacid
ad co
mpetitiva d
e las
plan
tas nativas
frente
a las
exóticas
en situ
aciones
de
escasez de recu
rsos.
No o
bstan
te, es importan
te tener en
cuen
ta que, cu
ando A.
donax se ha cu
ltivado en
com
pañ
ía de esp
ecies arbustivas
nativas
(Salix y Baccharis)
en
condicio
nes
de
elevada
disp
onib
ilidad
de
agua,
nutrien
tes y
luz,
éstas in
ducen
una im
portan
te dism
inució
n d
e su p
roductivid
ad, m
ientras
que lo
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no es o
bservad
o. A
pesar d
e esto, la cañ
a
contin
úa su
peran
do en
pro
ductivid
ad a am
bas esp
ecies
(Coffm
an 2
007). L
as conclu
siones q
ue se d
erivan d
e este
estudio
son:
a) A. donax no es m
ás com
petitiva en
la adquisició
n d
e
recurso
s que
algunas
plan
tas nativas
ya que
cuan
do
crece junto
a ellas no p
rovo
ca una d
ismin
ució
n d
e su
pro
ductivid
ad.
b)
La
men
or
pro
ductivid
ad
de A. donax
inducid
a por
el crecim
iento
co
nju
nto
co
n
especies
nativas
podría
deb
erse a la com
peten
cia que las ú
ltimas ejercen
por el
espacio
, no p
or lo
s nutrien
tes u o
tros recu
rsos, q
ue eran
muy
abundan
tes. La
form
a erecta
y ram
ificad
a de
los
arbusto
s leñ
oso
s utilizad
os
por
Coffm
an (2
007)
pued
e
restringir la exp
ansió
n h
acia el exterior q
ue caracteriza el
com
portam
iento
com
petitivo
de la cañ
a.
c) La m
ayor p
roductivid
ad d
e la especie in
vasora, in
cluso
en situ
aciones en
que ésta se ve m
ermad
a por co
mpeten
cia
con esp
ecies nativas, h
ace pen
sar en u
na even
tual exclu
sión
com
petitiva d
e estas últim
as, tal y com
o co
nfirm
an lo
s
estudio
s de Q
uin
n y H
olt (2
009).
d) P
or lo
tanto
, A. donax deb
e excluir a las esp
ecies nativas
gracias a la co
mbin
ación d
e elevada p
roductivid
ad, d
ebid
o
a su p
eculiar fi
siolo
gía, y a su
crecimien
to clo
nal, q
ue le
perm
ite ocu
par el su
strato vertical (tallo
s) y horizo
ntalm
ente
(rizom
as), acaparan
do p
reventivam
ente el su
strato fren
te
a posib
les com
petid
ores.
Esto
s resultad
os resaltan
la importan
cia de la restau
ración
con
especies
nativas
tras la
elimin
ación
de A. donax,
especialm
ente en
med
ios rico
s en n
utrien
tes. El o
bjetivo
de la restau
ración, ad
emás d
el contro
l de la ero
sión sería:
1) R
educir la p
roductivid
ad d
e A. donax creando u
na fu
erte
com
peten
cia por lo
s recurso
s.
2) L
imitar su
expan
sión h
orizo
ntal g
eneran
do u
na fu
erte
com
peten
cia por el esp
acio.
En n
uestras exp
eriencias se lo
gró
un excelen
te contro
l
de A. donax co
n el m
étodo d
e cobertu
ra de ram
as vivas,
consisten
te en estab
lecer una d
ensa sau
ceda so
bre u
n
cañaveral p
reviamen
te deb
ilitado p
or d
os d
esbro
ces. Esto
s
resultad
os co
nfirm
arían las p
osib
ilidad
es que o
frecen lo
s
méto
dos q
ue fo
men
tan el in
cremen
to d
e la com
peten
cia
por p
lantas rip
arias nativas en
el contro
l de cañ
averales, de
acuerd
o co
n lo
señalad
o p
or alg
unos au
tores (H
osh
ovsky
y R
andall
2000)
que
subrayan
el
poten
cial, a
men
udo
ignorad
o, d
e estas técnicas.
Por o
tro lad
o, lo
anterio
r pone d
e relieve la importan
cia del
contro
l de la carg
a de n
utrien
tes de río
s y med
ios rib
ereños
com
o h
erramien
ta para el co
ntro
l de esp
ecies invaso
ras. A. donax es m
uch
o m
ás pro
ductiva y, p
or tan
to, m
ás com
peti-
tiva y difícil d
e erradicar en
med
ios rico
s en n
utrien
tes. Estas
observacio
nes co
incid
en co
n las d
e Daeh
ler (2003), en
el
sentid
o d
e que lo
s recurso
s abundan
tes conju
gad
os co
n las
pertu
rbacio
nes favo
recen en
la gran
mayo
ría de lo
s casos a
las especies in
vasoras fren
te a las nativas y viceversa.
Por lo
tanto
, en la g
estión d
e cañaverales, es im
portan
te
tener en
cuen
ta los sig
uien
tes aspecto
s:
22
adquisició
n d
e agua y n
utrien
tes por p
arte de las esp
ecies
nativas, m
ientras q
ue su
parte aérea p
ued
e form
ar una
den
sa cubierta q
ue im
pid
a la germ
inació
n y el crecim
iento
de las esp
ecies nativas (S
orian
a y Sala 1
983; G
ord
on et al.
1989; D
’Anto
nio
y Vito
usek 1
992).
La cañ
a pro
voca am
bo
s efectos. A
l con
jug
ar un
a elevada
pro
du
ctividad
y un
escaso atractivo
para lo
s herb
ívoro
s,
en virtu
d d
e las sustan
cias qu
ímicas n
ocivas q
ue acu
mu
la
(Bell 1
99
7), su
s form
acion
es acum
ulan
gran
cantid
ad
de h
ojas y tallo
s fib
roso
s hasta alcan
zar a los 1
5,5
kg/
m2. E
sta bio
masa p
osee m
eno
r con
tenid
o en
hu
med
ad y
mayo
r ratio su
perfi
cie/volu
men
qu
e la vegetació
n rip
aria
nativa,
lo q
ue
hace
del
cañaveral
un
a fo
rmació
n m
ás
infl
amab
le. A esto
hay q
ue añ
adir q
ue, estru
cturalm
ente,
A. donax favo
rece la
transm
isión
d
el fu
ego
d
esde
el
estrato arb
ustivo
al aéreo, d
ebid
o a su
verticalidad
. Co
mo
con
secuen
cia de to
do
esto la su
sceptib
ilidad
al fueg
o d
e
los am
bien
tes flu
viales, natu
ralmen
te resistentes a lo
s
incen
dio
s, au
men
ta. D
iversos
trabajo
s (B
roo
ks et al. 2
00
4; C
offm
an et al. 2
00
4, 2
01
0) h
an d
emo
strado
qu
e
esto se trad
uce en
un
increm
ento
de la frecu
encia d
e
fueg
os, d
e su velo
cidad
de avan
ce y de la in
tensid
ad d
el
incen
dio
en rib
eras invad
idas p
or la cañ
a, qu
e arden
a
mayo
r temp
eratura y d
e man
era más co
mp
leta qu
e las
form
acion
es de veg
etación
nativa.
- Los cañ
averales exhib
irán tasas d
e expan
sión elevad
as
en m
edio
s som
etidos a p
erturb
aciones —
que p
rovo
can
el tum
bad
o d
e las cañas—
y con ab
undan
tes recurso
s
que su
stentan
una elevad
a pro
ductivid
ad en
A. donax. El
reclutam
iento
en estas fo
rmacio
nes es d
ebid
o a lo
s rizom
as
y a los tallo
s que en
raízan, y n
o d
epen
de d
e fuen
tes de
pro
pág
ulo
s externas.
- En au
sencia d
e pertu
rbacio
nes y co
n m
enor d
isponib
ilidad
de recu
rsos, el cañ
averal es una fo
rmació
n relativam
ente
estática, pues la exp
ansió
n p
or crecim
iento
de lo
s rizom
as
es len
ta. En
estos
casos,
el reclu
tamien
to
de
nuevo
s
tallos es co
nservad
or, se in
vierte en el m
anten
imien
to d
el
cañaveral y n
o en
su exp
ansió
n.
3.2.3. Impactos que genera en los m
edios que invade
Las
gram
íneas
exóticas
pro
vocan
pro
fundas
transfo
r-
macio
nes
de
los
ecosistem
as que
invad
en
en
todo
el
mundo. E
stos cam
bio
s pued
en ten
er lugar ráp
idam
ente,
con la in
troducció
n d
e regím
enes d
e fueg
o g
obern
ados
por
estas hierb
as (H
ughes,
Vito
usek
y Tu
niso
n
1991;
D’A
nto
nio
y
Vito
usek
1992;
Bro
oks et al.
2005),
pero
también
pued
e ten
er lu
gar
grad
ualm
ente,
deb
ido
a su
impacto
por co
mpeten
cia. Por ejem
plo
, el den
so sistem
a
radicu
lar de
much
as de
estas plan
tas pued
e in
hib
ir la
Figura 11. Transcu
rrido
s siete días tras u
n in
cend
io, lo
s bro
tes de la cañ
a emerg
en a la su
perfi
cie. Para su
form
ación
la plan
ta emp
lea las reservas
acum
ulad
as en lo
s rizom
as. De este m
od
o, la cañ
a se anticip
a en la o
cup
ación
del m
edio
ripario
y com
pite p
or el esp
acio co
n las esp
ecies nativas d
e
flo
ra, las cuales b
rotan
o g
ermin
an m
ás lentam
ente. Im
agen
: Gen
eralitat Valen
ciana.
23
Figura 12. En
las riberas d
el río C
abriel (V
alencia), las p
lantas h
erbáceas, lo
s arbu
stos y lo
s árbo
les se estructu
ran en
ban
das p
aralelas, con
fig
uran
do
un
amb
iente h
eterog
éneo
de elevad
a diversid
ad b
ioló
gica, estru
ctural y fu
ncio
nal. E
stas form
acion
es jueg
an u
n p
apel im
po
rtante en
la regu
lación
de
la velocid
ad d
el flu
jo d
e agu
a y en su
dep
uració
n, la estab
ilización
de las o
rillas, la recarga d
e acuífero
s o la aco
gid
a de fau
na. L
a sustitu
ción
de esta
vegetació
n p
or m
on
otip
os d
e A. donax, pro
voca u
na alteració
n d
e las fun
cion
es citadas, p
ues la cañ
a y los cañ
averales difi
eren en
mo
rfolo
gía, tasa d
e
crecimien
to y o
tros rasg
os co
n las p
lantas rip
arias nativas y su
com
un
idad
es. Imag
en: A
mp
aro O
livares.
Por
otra
parte,
el fu
ego
co
ntrib
uye
a co
nso
lidar
la
do
min
ancia
de A. donax
en
las rib
eras fl
uviales.
La
caña
rebro
ta in
med
iatamen
te tras
el in
cend
io
(fig
ura
11
) y crece más ráp
idam
ente q
ue la veg
etación
nativa,
gracias a las reservas acu
mu
ladas en
el rizom
a, el cual
no
se
ve afectad
o p
or
el in
cend
io.
De
este m
od
o,
la
especie
invaso
ra in
cremen
ta su
ab
un
dan
cia relativa
y
su d
om
inan
cia del m
edio
ripario
(Co
ffman
, Am
bro
se y
Ru
nd
el, 20
10
). Es así co
mo
A. donax camb
ia el carácter
del eco
sistema, q
ue p
asa de ser u
n m
edio
regu
lado
po
r
las crecidas o
inu
nd
acion
es a un
o reg
ulad
o p
or el fu
ego
,
estructu
ralmen
te m
ás sim
ple
y h
om
og
éneo
. P
or
los
mo
tivos exp
uesto
s, la qu
ema d
e cañaverales n
o p
ued
e,
de
nin
gú
n
mo
do
, ser
con
siderad
a co
mo
u
n
méto
do
adecu
ado
para el co
ntro
l de cañ
averales.
La
simp
lificació
n
estructu
ral a
la q
ue
se h
a alu
did
o
pro
voca a su
vez un
a serie de efecto
s neg
ativos so
bre las
com
un
idad
es bio
lóg
icas qu
e acog
en las rib
eras flu
viales.
En
co
ncreto
, las
aves en
cuen
tran
en
los
cañaverales
po
cas o
po
rtun
idad
es p
ara g
uarecerse
o
anid
ar. L
os
tallos p
rincip
ales de la cañ
a son
verticales y carecen d
e
un
a estructu
ra ho
rizon
tal sufi
cientem
ente ro
bu
sta para
sop
ortar
nid
os
(Zem
bal
19
98
; A
no
n.
20
02
). A
lgu
no
s
estud
ios en
No
rteamérica h
an d
emo
strado
qu
e la cub
ierta
de A. donax y la riq
ueza d
e aves están sig
nifi
cativa y
neg
ativamen
te relacion
adas en
tod
as las épo
cas del añ
o
y qu
e tod
o in
cremen
to en
la den
sidad
del cañ
averal se
ve aco
mp
añad
o p
or
un
a d
ismin
ució
n d
e la
riqu
eza y
abu
nd
ancia d
e la com
un
idad
aviar (Kissn
er 20
04
). No
en
vano
, un
a de las p
rincip
ales fuen
tes de alim
ento
para las
aves, los in
vertebrad
os, so
n u
n 5
0%
men
os ab
un
dan
tes
en cañ
averales qu
e en co
mu
nid
ades veg
etales nativas y
tamb
ién m
eno
s diverso
s. Esto
se deb
e a qu
e la den
sidad
del cañ
averal limita la p
enetració
n d
e la luz y evita el
desarro
llo d
e un
estrato arb
ustivo
diverso
, de m
od
o q
ue se
gen
era un
háb
itat men
os h
eterog
éneo
qu
e el ofrecid
o p
or
las form
acion
es vegetales n
ativas (fig
ura 1
2), e in
capaz
de su
stentar u
na variad
a com
un
idad
de in
vertebrad
os
(Herrera
y D
ud
ley 2
00
3),
lo
cual
es ag
ravado
p
or
el
hech
o d
e qu
e la caña es u
na esp
ecie po
co p
alatable p
ara
cualq
uier h
erbívo
ro.
La
estructu
ra d
el cañ
averal n
o
solo
afecta
a la
zon
a
riparia, tam
bién
el med
io acu
ático se ve d
irectamen
te
afectado
. Alg
un
os trab
ajos su
gieren
qu
e los cañ
averales
no
pro
po
rcion
an so
mb
ra a las orillas d
el río, d
e mo
do
qu
e la temp
eratura d
el agu
a es mayo
r qu
e la qu
e se
registra b
ajo u
n b
osq
ue fl
uvial d
e galería. E
ste hech
o
ha sid
o im
plicad
o en
la dism
inu
ción
de las p
ob
lacion
es
de
algu
nas
especies
de
peces
en
ríos
de
Califo
rnia,
po
siblem
ente d
ebid
o a cam
bio
s en la q
uím
ica del ag
ua,
24
com
o resu
ltado
de la m
ayor activid
ad fo
tosin
tética algal,
qu
e pro
voca u
na alcalin
ización
del ag
ua y la co
nversió
n
del am
on
io (N
H4 ) en
amo
niaco
(NH
3 ), en u
na cascad
a de
efectos n
ocivo
s para las esp
ecies acuáticas (C
had
wick
19
92
; Bell 1
99
3).
Po
r o
tra p
arte, las
form
acion
es d
e A. donax tam
bién
afectan n
egativam
ente a la h
idro
log
ía y la geo
mo
rfolo
gía
flu
vial y, en ú
ltima in
stancia, a las activid
ades h
um
anas .
Lo
s cañaverales en
las márg
enes d
el los río
s fun
cion
an
en la p
ráctica com
o m
uro
s, con
centran
do
la energ
ía del
flu
jo d
e agu
a en el cau
ce, lo q
ue co
nd
uce a su
excavación
y al desm
oro
nam
iento
de las o
rillas du
rante las crecid
as
(Else 1
99
6; B
ell 19
97
). Du
rante esto
s acon
tecimien
tos
catastrófi
cos,
cañas
y rizo
mas
pu
eden
acu
mu
larse
form
and
o rep
resas (fig
uras 1
3, 1
4) tap
on
and
o p
uen
tes
e imp
idien
do
el correcto
fun
cion
amien
to d
e estructu
ras
de co
ntro
l de in
un
dacio
nes, co
n co
nsecu
encias p
oten
-
cialmen
te graves.
Por
últim
o,
aunque
men
os
eviden
te que
los
impacto
s
anterio
res, A. donax tiene la cap
acidad
de in
cremen
tar
la pérd
ida d
e agua en
los cu
rsos fl
uviales, d
ebid
o a su
elevado
consu
mo
de
agua
—uno
de
los
mayo
res del
reino veg
etal— co
mbin
ado co
n la g
ran su
perfi
cie foliar
que acu
mula u
n cañ
averal adulto
(figura 1
4) (A
bich
andan
i
2007;
Hen
drickso
n
y M
cGau
gh
2005;
Watts
y M
oore
2011). S
egún alg
unos au
tores, esto
tiene co
mo resu
ltado
una
merm
a de
los
recurso
s híd
ricos
disp
onib
les para
el hom
bre.
Por
ejemplo
, en
el
valle del
Río
de
San
ta
Marg
arita, en C
aliforn
ia, se ha estim
ado q
ue la elim
inació
n
de A. donax en
una exten
sión d
e 405 h
ectáreas perm
itiría
ahorrar an
ualm
ente el ag
ua eq
uivalen
te al consu
mo d
e un
área urb
ana d
e veinte m
il hab
itantes (B
ell 1997). R
esultad
os
coin
ciden
tes fu
eron
obten
idos
por
Iverson
(1994)
que
estableció
que las m
ás de 4
.000 h
ectáreas colo
nizad
as
por cañ
averales en la cu
enca d
el río S
anta A
na evap
oran
un eq
uivalen
te al consu
mo d
e 280.0
00 h
abitan
tes, con u
n
coste an
ual d
e 18 m
illones d
e dólares.
Figuras 13 y 14 (página siguiente). La fo
rmació
n d
e represas co
mo
con
secuen
cia del arrastre d
e restos d
e cañas (arrib
a) du
rante las riad
as es un
factor d
e riesgo
en b
ase al cual se realizan
mú
ltiples in
tervencio
nes d
e gestió
n d
e cañaverales. S
in em
barg
o, la co
lon
ización
po
r parte d
e A. donax de
las riberas fl
uviales p
rovo
ca imp
actos n
egativo
s en el fu
ncio
nam
iento
de lo
s ecosistem
as flu
viales men
os evid
entes y rara vez evo
cado
s. Es el caso
del
increm
ento
en la p
érdid
a de ag
ua p
or evap
otran
spiració
n co
mo
resultad
o d
el elevado
con
sum
o d
e agu
a de esta esp
ecie exótica u
nid
o a la g
ran su
per-
ficie fo
liar de lo
s cañaverales, co
mo
estos d
el río Tu
ria a su p
aso p
or V
ilamarxan
t, Valen
cia (pág
ina sig
uien
te). Imág
enes: G
eneralitat V
alencian
a.
27
GESTIÓN DE CAÑAVERALES
La g
estión
po
blacio
nal d
e especies in
vasoras está co
nd
i-
cion
ada p
or m
últip
les variables. E
n el caso
de A. donax,
algu
nas tien
en q
ue ver co
n su
bio
log
ía —cap
ítulo
3—
,
mien
tras qu
e otras se relacio
nan
con
el ámb
ito d
e actua-
ción
, el tipo
de cañ
averal qu
e preten
de elim
inarse, el co
n-
texto so
cial en el q
ue se d
esarrollarán
los trab
ajos o
el
tipo
de in
tervenció
n —
fig
ura 1
5 rectán
gu
los só
lido
s—.
El o
bjetivo
de este cap
ítulo
es determ
inar q
ué in
form
ación
es útil reco
pilar so
bre las citad
as variables. P
ara ello, se
recom
iend
a realizar los trab
ajos p
revios in
dicad
os en
los
rectáng
ulo
s sin rellen
o —
fig
ura 1
5—
a fin
de o
bten
er los
dato
s qu
e perm
itirán p
lanifi
car la actuació
n, estab
lecer
ob
jetivos y elab
orar u
na estrateg
ia para alcan
zarlos. D
e
este mo
do
, se redu
cirán las d
ificu
ltades, lo
s imp
revistos
y la incertid
um
bre so
bre el resu
ltado
qu
e acom
pañ
an a
las actuacio
nes en
el med
io n
atural.
A p
esar de lo
anterio
r, inclu
so en
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nes b
ien p
lanifi
-
cadas, p
ued
en o
bten
erse resultad
os p
or d
ebajo
de las ex-
pectativas o
surg
ir contratiem
pos. P
or ejem
plo
, el méto
do
para elim
inar el cañ
averal pued
e ser men
os efectivo
de lo
esperad
o o
pro
vocar im
pacto
s imprevisto
s. El seg
uim
iento
al que d
eben
som
eterse las actuacio
nes p
ermitirá revisar
objetivo
s y estrategia, reevalu
ar los m
étodos q
ue se em
-
pleen
y pro
poner altern
ativas, en el m
arco d
e un p
roceso
Figura 15. Variab
les qu
e con
dicio
nan
las actuacio
nes d
e con
trol d
e cañaverales —
rectáng
ulo
s sólid
os—
e info
rmació
n q
ue d
ebe reco
pilarse en
el
marco
de lo
s trabajo
s previo
s a la actuació
n —
rectáng
ulo
s sin rellen
o—
para el estab
lecimien
to d
e ob
jetivos y el d
iseño
de u
na estrateg
ia con
las
accion
es necesarias p
ara alcanzarlo
s.
TRABAJO PREVIOOBJETIVOS
Ámbito de trabajo
CañaveralSociedad
ActuaciónPlanificación
- Hábitats/especies de interés para la conservación o sensibles a la intervención
- Espacios protegidos o Red Natura 2000
- Marco legal o
normas de gestión
Carácter:- m
ixto o monoespecífico
- incipiente o consolidado- vinculado a m
asas de agua o no- próxim
o o alejado del agua
- Rechazo del empleo
de métodos quím
icos
- Rechazo a la elim
inación de las cañas
- Posibilidad de contar con la ayuda de voluntarios
- Anualidades y presupuesto
- Tipo de actuación
- Tipo de cañaveral
- Eficacia y coste de los diferentes m
étodos
- Objetivos
- Seguimiento
- Evaluación probabilidad de éxito y beneficio para la biodiversidad
- Definición de objetivos
- Elaboración de estrategia
- Definición de indicadores m
edibles
- Selección de los m
étodos adecuados en función de las variables anteriores
- Asignación de m
étodos por sectores
- Información
autoridades locales
- Sensibilización población local
- Implicación de
voluntarios en la realización detrabajos
- Cartografía cañaveral en función de los condicionantes indicados
- Definición de sectores
- Caracterización estado inicial. Obtención valor de referencia
- Caracterización am
biental
- Análisis de aspectos norm
ativos
- Obtención de autorizaciones am
bientales
28
de m
anejo
adap
tativo —
figura 1
6—
Por ú
ltimo, h
ay que reco
rdar q
ue A. donax es u
na esp
ecie
muy p
lástica capaz d
e desarro
llarse en u
na g
ran varied
ad
de situ
aciones. A
esto h
ay que añ
adir q
ue el co
ntro
l de
especies in
vasoras es u
na d
isciplin
a relativamen
te nueva.
Por estas razo
nes, a m
enudo será p
osib
le intro
ducir cam
-
bio
s en lo
s méto
dos d
e contro
l de la cañ
a con vistas a
mejo
rar su efi
cacia o red
ucir su
impacto
. El seg
uim
iento
y el man
ejo ad
aptativo
sugerid
os p
ermitirán
hacer fren
te
a los reto
s que p
lantea el co
ntro
l de A. donax m
edian
te la
adopció
n d
e decisio
nes in
form
adas.
4.1. Análisis de los factores que condicionan las actuaciones de gestión de cañaverales
4.1.1. Ámbito de actuación
Com
o se h
a indicad
o, lo
s diferen
tes méto
dos p
ara elimin
ar
cañaverales n
o p
ued
en ser ap
licados en
todas las situ
a-
ciones en
las que crece A. donax, a p
esar de q
ue p
ued
an
resultar ad
ecuad
os p
ara su co
ntro
l. La razó
n es q
ue cad
a
méto
do o
gru
po d
e méto
dos p
rovo
ca un im
pacto
determ
i-
nad
o so
bre el m
edio
(figura 1
7).
Po
r lo tan
to, an
tes de la ejecu
ción
de lo
s trabajo
s, deb
e
determ
inarse si en
el ámb
ito d
e actuació
n se lo
calizan
especies o
háb
itats de in
terés para la co
nservació
n q
ue
pu
edan
ser afectado
s po
r la actuació
n. S
i esta info
rma-
ción
n
o
se en
con
trase d
ispo
nib
le, d
eberán
realizarse
estud
ios d
e camp
o p
ara descartar la p
resencia d
e esos
valores n
aturales.
Po
r otro
lado
, deb
e tenerse en
cuen
ta la épo
ca del añ
o
para la realizació
n d
e las actuacio
nes, co
n o
bjeto
de n
o
interferir co
n la ép
oca d
e repro
du
cción
de la fau
na. E
n
la fig
ura 1
8 se in
dica el p
eriod
o q
ue g
arantiza la m
áxima
eficacia d
e los d
iferentes m
étod
os en
las con
dicio
nes d
e
clima estacio
nal q
ue caracterizan
la mayo
r parte d
e te-
rritorio
s do
nd
e A. donax crece en E
spañ
a. Co
mo
pu
ede
verse, el perio
do
de ap
licación
de alg
un
os m
étod
os p
ue-
de co
incid
ir con
el de rep
rod
ucció
n d
e la faun
a (rectán-
gu
lo d
iscon
tinu
o, fi
gu
ra 18
). Esto
pu
ede so
lventarse en
la mayo
r parte d
e los caso
s, tal y com
o se ilu
stra en lo
s
sigu
ientes ejem
plo
s:
a) Si el cañ
averal se preten
de elim
inar co
n m
étodos q
uí-
mico
s, el desb
roce p
ued
e tener lu
gar a m
ediad
os d
e agos-
to, cu
ando la m
ayoría d
e especies h
an fi
nalizad
o la ép
oca
de cría. D
e este modo, la p
rimera ap
licación d
e herb
icida
pued
e tener lu
gar 5
seman
as desp
ués, co
incid
iendo co
n
el perio
do en
el que las cañ
as activan el tran
sporte d
e
nutrien
tes al rizom
a. Los tratam
iento
s de rep
aso p
ued
en
reanudarse la p
rimavera sig
uien
te, pues el cañ
averal ya no
tendrá la cap
acidad
de aco
ger esp
ecies de fau
na.
b) S
i se aplica el m
étodo d
e cubrim
iento
(cobertu
ras opa-
cas), el prim
er desb
roce p
ued
e realizarse antes d
el inicio
de
la temporad
a de rep
roducció
n e, in
med
iatamen
te desp
ués,
pued
en co
locarse las co
bertu
ras.
c) Por ú
ltimo, si se p
retende extraer el rizo
ma, lo
s trabajo
s
pued
en ejecu
tarse duran
te los m
eses de veran
o, u
na vez
haya acab
ado la tem
porad
a de rep
roducció
n.
Figura 16. Seg
ún
el man
ejo ad
aptativo
, la evaluació
n co
ntin
ua d
e la efi-
cacia y el imp
acto d
e los m
étod
os p
ermite la revisió
n d
e los o
bjetivo
s de
gestió
n estab
lecido
s en u
na fase p
revia.
Figura 17. Clasifi
cación
de lo
s diferen
tes méto
do
s de co
ntro
l de cañ
a-
verales e imp
actos m
ás com
un
es qu
e su ap
licación
suele g
enerar. R
ojo
:
méto
do
s qu
ímico
s; violeta: m
étod
os físico
s; verde: m
étod
os m
ecánico
s;
azul: m
étod
os q
ue fo
men
tan la co
mp
etencia p
or esp
ecies nativas.
Establecimiento
de objetivos del plan de control de
A. donax
Revisión deobjetivos, prioridades y técnicas de control
Seguimiento y
evaluación delim
pacto de lasactuaciones
Implem
entación de plan de control
Evaluación y selección de
las técnicas de control
Identificación de especies que
interfieren con los objetivos del plan
Químicos
Afección a especies no objetivo (de flora o fauna) por deriva del herbicidaRiesgo de contam
inación del medio acuático
FísicosEn algunos casos, com
pleta eliminación
de la flora del medio ribereño. El sustrato
queda desprovisto de cubierta vegetal durante un periodo prolongado
Mecánicos
Profunda alteración de las riberas. Posible increm
ento de la erosión; nuevas invasiones por otras especies exóticasDesbroces reiterados m
anuales: inocuo
Fomento
competencia
Suele requerir reperfilado de las orillas; alteración inicial del m
edio. La rápida recuperación de la cubierta vegetal palía el im
pacto inicial
29
4.1.2. Características del cañaveral
Las sig
uien
tes variables d
eben
ser tenid
as en cu
enta en
la prio
rización
de las actu
acion
es y en la elecció
n d
el
méto
do
o m
étod
os q
ue se em
pleen
para el co
ntro
l de
los cañ
averales:
a) El tip
o d
e cañaveral: m
on
oesp
ecífico
(form
a masas
pu
ras) o m
ixto (A. donax crece en
com
pañ
ía de veg
eta-
ción
nativa) (fi
gu
ra 19
).
b) L
a pro
ximid
ad d
el cañaveral al m
edio
acuático
.
Por o
tro lad
o, d
esde el p
unto
de vista d
e la elaboració
n
final d
e la estrategia d
e la actuació
n, será im
portan
te tener
en cu
enta:
c) La lo
calización d
e los tram
os d
e ribera d
espro
vistos d
e
cubierta veg
etal nativa y n
o in
vadid
os p
or A. donax.
La m
anera m
ás conven
iente d
e plasm
ar esta info
rmació
n
es la realización d
e una carto
grafía q
ue in
corp
ore las varia-
bles co
men
tadas, así co
mo o
tros asp
ectos q
ue afectarán
al rendim
iento
de lo
s trabajo
s —p. ej. acceso
s a las zonas
de trab
ajo, m
orfo
logía d
el terreno (p
endien
tes), pro
pied
ad
de lo
s terrenos, etc.—
Esta carto
grafía resu
ltará útil p
ara:
a) P
lanifi
car las
actuacio
nes
y asig
nar
prio
ridad
es d
e
actuació
n y m
etod
olo
gías d
e elimin
ación
a los secto
res
defi
nid
os en
fun
ción
de las variab
les citadas.
b) D
isponer d
e una in
form
ación
de b
ase sobre la situ
ación in
icial
del cañ
averal. Esto
perm
itirá rea-
lizar un seg
uim
iento
del p
rogreso
de lo
s trabajo
s.
4.1.3. Contexto social
La errad
icación d
e especies in
va-
soras q
ue h
an fo
rmad
o p
arte del
paisaje d
e un área d
uran
te siglo
s
pued
e ser pro
blem
ática. Por u
n
lado, la ciu
dad
anía co
nsid
era que
se trata de la veg
etación n
atural
del área y, p
or o
tro, su
ele ignorar
los im
pacto
s neg
ativos q
ue la es-
pecie in
vasora p
rovo
ca sobre el
háb
itat invad
ido.
Adem
ás, en el caso
de la cañ
a hay
que añ
adir o
tros facto
res:
Para el resto
de m
étodos, h
abid
a cuen
ta del p
eriodo d
e
aplicació
n ó
ptim
a sugerid
o, n
o so
n p
revisibles in
terferen-
cias con la fau
na.
Po
r otra p
arte, deb
e tenerse en
cuen
ta qu
e el méto
do
más ad
ecuad
o p
ara el contro
l de A. donax en
una situ
ación
determ
inad
a pued
e no ser ap
to d
esde el p
unto
de vista
norm
ativo. O
que, in
cluso
siéndolo
, su ap
licación p
udie-
se gen
erar un im
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inco
mpatib
le con lo
s ob
jetivos d
e
con
servación
de la zo
na co
ncreta en
la qu
e vaya a tener
lug
ar la actuació
n. E
ste pu
ede ser el caso
si los trab
ajos
se desarro
llan d
entro
de u
n E
spacio
Natu
ral Pro
tegid
o
o en
el ámb
ito d
e la Red
Natu
ra 20
00
. Cu
and
o este tip
o
de
actuacio
nes
no
estén
p
revistas en
su
s resp
ectivas
no
rmas d
e gestió
n, el g
estor d
eberá recab
ar las auto
ri-
zacion
es necesarias a la au
torid
ad am
bien
tal antes d
el
com
ienzo
de las actu
acion
es.
Esto
es relevante si p
retenden
emplearse m
étodos q
uím
i-
cos. E
n esto
s casos, el g
estor d
ebe co
mpro
bar:
a) Que la ap
licación d
e herb
icida es p
osib
le desd
e el punto
de vista n
orm
ativo en
el ámbito
de actu
ación p
revisto.
b) Q
ue el fo
rmulad
o co
ncreto
que va a ap
licarse está auto
ri-
zado p
ara su u
so en
el ambien
te en el q
ue se va a in
tervenir.
El cu
adro
2 (p
ág. 4
6), p
roporcio
na in
form
ación relativa al
marco
legal p
ara el empleo
de h
erbicid
as. El cu
adro
3 (p
ág.
47) d
etalla las buen
as prácticas p
ara el empleo
de h
erbici-
das en
el contro
l de cañ
averales.
Figura 18. Feno
log
ía de A. donax y calen
dario
recom
end
ado
para la ap
licación
de lo
s diferen
tes méto
do
s
de co
ntro
l de cañ
averales. El rectán
gu
lo d
e bo
rde d
iscon
tinu
o en
glo
ba el p
eriod
o d
e repro
du
cción
de la
faun
a riparia.
SepOct
NovDic
EneFeb
Mar
AbrM
ayJun
JulAgo
EnflorEn flor
Actividad fisiológicaLatencia
Actividadfisiológica
Fenologíafenolofía
Fumigación
Fumigación
rebrote
Inyección/Im
pregnación
Inundación
Cubrimiento
Extracción rizom
a
Desbrocesreiterados
Coberturaram
as vivas
30
- Se trata d
e una esp
ecie muy co
nsp
icua, q
ue la g
ente co
-
noce y vin
cula a u
n am
bien
te determ
inad
o. D
e hech
o, p
ara
much
os ciu
dad
anos, la cañ
a es la especie típ
ica del río
.
- Es u
na esp
ecie muy u
tilizada p
or el h
om
bre d
esde an
ti-
guo co
n m
últip
les finalid
ades.
- En su
contro
l se han
emplead
o h
abitu
almen
te herb
icidas.
Existe u
n fu
erte rechazo
por alg
unos secto
res de la so
ciedad
al empleo
de este tip
o d
e sustan
cias en m
edio
s natu
rales.
Por lo
tanto
, antes d
el inicio
de las actu
aciones es n
ecesa-
rio in
form
ar a las auto
ridad
es locales d
el tipo d
e actuació
n
que se p
retende ejecu
tar, de lo
s méto
dos q
ue se em
plea-
rán y d
e las precau
ciones q
ue se ad
optarán
para m
inim
izar
los im
pacto
s (cuad
ro 3
, pág
. 47).
Adicio
nalm
ente, en
colab
oració
n co
n lo
s gobiern
os lo
ca-
les, se pued
en o
rgan
izar campañ
as de d
ifusió
n d
e los im
-
pacto
s neg
ativos q
ue la cañ
a gen
era en el m
edio
ribereñ
o,
info
rman
do d
e los o
bjetivo
s de la actu
ación y d
e cuál será
el resultad
o fi
nal, u
na vez se elim
inen
los cañ
averales.
Por ú
ltimo, en
el contexto
de activid
ades co
mo la co
men
ta-
da en
el párrafo
anterio
r, pued
e recabarse la co
laboració
n d
e
la població
n y su
implicació
n en
las tareas de co
ntro
l. Por
ejemplo
, el méto
do d
e desb
roces reiterad
os es u
na técn
ica
muy sen
cilla de co
ntro
l de cañ
averales, pero
requiere u
na
importan
te cantid
ad d
e man
o d
e obra d
uran
te un p
eriodo d
e
tiempo q
ue p
ued
e ser pro
longad
o. M
ientras q
ue la p
rimera
actuació
n p
ued
e ser mecan
izada, las sig
uien
tes se pued
en
realizar man
ualm
ente. P
or ello
, este méto
do resu
lta idóneo
para q
ue la ciu
dad
anía p
ued
a particip
ar e implicarse en
una
iniciativa d
e contro
l de u
na esp
ecie invaso
ra.
4.1.4. Variables relativas a la actuación
La tip
olo
gía d
e la actuació
n p
ara el contro
l de cañ
averales
condicio
nará en
gran
med
ida la m
etodolo
gía q
ue se em
-
pleará en
su elim
inació
n. E
n co
ncreto
, los asp
ectos q
ue
convien
e tener en
cuen
ta son:
a) La d
uració
n d
e la interven
ción. E
s un asp
ecto clave, p
ues
condicio
na la p
osib
ilidad
de realizar actu
aciones d
e repaso
.
Con carácter g
eneral, si n
o es p
osib
le realizar actuacio
nes
de rep
aso en
años p
osterio
res al de la p
rimera in
terven-
ción, n
o d
eben
emplearse m
étodos q
uím
icos. E
sto se d
ebe
a que, en
la práctica, la elim
inació
n d
e A. donax med
iante
aplicació
n d
e herb
icidas req
uiere q
ue la in
tervenció
n se
pro
longue d
e 3 a 5
años (fi
gura 2
0, cu
adro
4, p
ág. 5
8).
Po
r lo tan
to, si n
o p
ued
en realizarse actu
acion
es de rep
a-
so lo
recom
end
able es o
ptar p
or m
étod
os co
n lo
s qu
e se
pu
eda lo
grar u
n 1
00
% d
e eficacia co
n u
na ú
nica in
terven-
ción
, com
o p
or ejem
plo
:
- Inu
nd
ación
.
- Fom
ento
de la co
mp
etencia m
edian
te cob
erturas d
e ra-
mas vivas.
- Cu
brim
iento
(la du
ración
del tratam
iento
se pro
lon
ga
un
os 1
8 m
eses, pero
no
requ
iere repaso
s si las cob
ertu-
ras se cub
ren co
n su
strato).
- Extracció
n d
e rizom
a y sustrato
.
Figura 19. Co
mo
parte d
e los trab
ajos p
revios a la in
tervenció
n, es im
po
rtante carto
grafi
ar los secto
res de río
ocu
pad
os p
or cañ
averales mo
no
espe-
cífico
s y los o
cup
ado
s po
r cañaverales m
ixtos. E
n esto
s últim
os, d
ebe estab
lecerse qu
é pro
po
rción
ocu
pa la veg
etación
nativa. E
sta info
rmació
n es
necesaria p
ara defi
nir u
na estrateg
ia de co
ntro
l de A. donax.
Formaciones vegetales nativas
Cañaveral mixto, con vegetación nativa
Cañaveral monoespecífico
Tramos de ribera desprovis-
tos de cubierta vegetal nativa y no invadidos por A. donax
31
po
sible em
plear m
étod
os q
uím
icos o
físicos. N
o o
bstan
-
te, deb
e tenerse en
cuen
ta qu
e los p
rimero
s deb
erán se-
greg
arse en el m
edio
ripario
en fu
nció
n d
e la pro
ximid
ad
del cañ
averal a la masa d
e agu
a (cuad
ro 3
, pág
47
). Po
r
el con
trario, lo
s méto
do
s de cu
brim
iento
e inu
nd
ación
pu
eden
aplicarse a la to
talidad
de la rib
era con
excelentes
resultad
os (1
00
% efi
cacia).
También
resultaría p
osib
le la com
bin
ación d
e méto
dos.
Por
ejemplo
, tras
desb
rozar
la to
talidad
del
cañaveral,
podría cu
brirse u
na b
anda d
e segurid
ad d
e 5 m
etros d
e
anch
ura —
desd
e la orilla h
acia el interio
r del cañ
averal—
con u
na co
bertu
ra opaca. E
n las zo
nas alejad
as del ag
ua
y no cu
biertas p
odrían
fum
igarse lo
s rebro
tes. Esta co
m-
bin
ación d
e méto
dos p
ermite o
ptim
izar el coste to
tal y la
eficacia d
e la interven
ción, al tiem
po q
ue m
inim
iza el ries-
go d
e afección a la m
asa de ag
ua p
or d
eriva del h
erbicid
a.
Así, la co
bertu
ra aplicad
a a la zona en
contacto
con la o
rilla
garan
tiza la elimin
ación d
e las cañas m
ás vigoro
sas y de
más d
ifícil contro
l. Más allá d
e esta franja, la ap
licación d
e
herb
icida a lo
s rebro
tes perm
ite reducir el im
porte g
lobal
de la in
tervenció
n, p
ues el m
étodo d
e cubrim
iento
tiene u
n
coste elevad
o.
Por o
tra parte, en
el caso d
e cañaverales m
ixtos es im
por-
tante co
nservar la veg
etación n
ativa y pro
vocar la m
enor
alteración p
osib
le del m
edio
. Una co
mbin
ación d
e méto
-
dos p
ermitiría alcan
zar estos d
os o
bjetivo
s. La realizació
n
b) C
aracterísticas de lo
s trabajo
s en lo
s cuales se en
marca
la elimin
ación d
e cañaverales.
Com
o m
uestra la fi
gura 2
0, se reco
mien
da em
plear lo
s
méto
dos d
e extracción d
el rizom
a y de co
bertu
ra de ram
as
vivas cuan
do se in
tegren
en actu
aciones en
el med
io fl
uvial
que co
ntem
plen
el reperfi
lado d
e las orillas. E
n am
bos ca-
sos, p
ued
e lograrse u
n 1
00%
de efi
cacia en la elim
inació
n
del cañ
averal, pero
su co
ste de ejecu
ción y su
impacto
ini-
cial es elevado. E
sto es d
ebid
o a q
ue am
bos req
uieren
el
empleo
de m
aquin
aria, en u
n caso
para extraer el rizo
ma y
en el o
tro p
ara reperfi
lar la orilla.
En in
tervencio
nes q
ue n
o co
ntem
plen
el reperfi
lado, es p
o-
sible elim
inar el cañ
averal con m
étodos m
enos co
stoso
s y
de m
enor im
pacto
. En esto
s casos, la selecció
n d
epen
de
de o
tros facto
res, entre lo
s que d
estacan:
i) El tip
o d
e cañaveral.
ii) La p
roxim
idad
del cañ
averal a la masa d
e agua, q
ue co
n-
dicio
nará el em
pleo
de lo
s méto
dos q
uím
icos.
En el caso
de cañ
averales monoesp
ecífico
s, todos lo
s mé-
todos q
ue se su
gieren
requieren
el desb
roce p
revio d
el ca-
ñaveral, excep
to el d
e inyecció
n d
e herb
icida en
los tallo
s.
Co
mo
pu
ede verse en
la fig
ura 2
0, en
esta situació
n es
Figura 20. Méto
do
s recom
end
ado
s para la elim
inació
n d
e cañaverales en
fun
ción
de variab
les relacion
adas co
n el tip
o d
e interven
ción
y de cañ
averal y
de su
situació
n resp
ecto al m
edio
acuático
. En
las tres últim
as colu
mn
as se mu
estra la eficacia d
e cada m
étod
o —
%d
e cañas m
uertas in
du
cido
po
r un
méto
do
con
creto resp
ecto al n
úm
ero d
e inicial d
e cañas vivas—
, su co
ste de ap
licación
po
r m2 y u
na estim
ación
de la d
uració
n d
el tratamien
to.
Eficacia %Coste €/m
2Duración
100-9110-12,5
10015,8
829,05/3,85
100
100
10,95
8,01
931,89
940,86
829,05/3,85
Noevaluado
Noevaluado
931,89
Extracción rizomas
Cobertura ramas
Impregnación/inyección
Cubrimiento
Inundación
Fumigación rebrote
Fumigación cañaveral
Impregnación/inyección
Desbroces reiterados
Fumigación rebrote
Cerca delagua
A partir de 5 m
de la orilla
No vinculados a m
edios acuáticos
Cerca delagua
A partir de 5 m
de la orilla
Cañaveralesm
onoespecíficos
Cañaveralesm
ixtos
Intervención sin reperfiladode la ribera
Intervención con reperfilado de la ribera
....
....
....
....
32
de d
esbro
ces reiterados p
odría co
mbin
arse con la p
lanta-
ción d
e especies rip
arias arbustivas (p
. ej. Salix sp. p
l.) por
su cap
acidad
para red
ucir la exp
ansió
n y p
roductivid
ad d
e
la caña (ap
artado 3
.2.2
.).
Po
r últim
o, si resu
lta po
sible y se d
eciden
emp
lear mé-
tod
os q
uím
icos en
cañaverales m
ixtos, d
eberán
tom
arse
tod
as las precau
cion
es para evitar afectar a la veg
eta-
ción
nativa. P
or ejem
plo
, los arb
usto
s de esp
ecies re-
bro
tado
ras pu
eden
cub
rirse con
lon
as plásticas d
uran
te
las aplicacio
nes d
e herb
icida. A
dem
ás, para m
inim
izar
las aplicacio
nes d
e pro
du
ctos q
uím
icos se reco
mien
da
el emp
leo secu
encial d
e diferen
tes méto
do
s. Así, tras
un
tratamien
to q
uím
ico in
icial, med
iante fu
mig
ación
de
los reb
rotes, u
na vez realizad
as las tres aplicacio
nes q
ue
pro
vocan
la mu
erte de ap
roxim
adam
ente el 9
3%
de las
cañas, lo
s sucesivo
s repaso
s po
drían
con
sistir en u
na
reiteración
de d
esbro
ces man
uales y d
e extracción
con
herram
ientas m
anu
ales del rizo
ma. E
stas tareas se ven
facilitadas p
or el h
echo
de q
ue el cañ
averal estará mu
erto
en su
mayo
r parte.
De lo
anterio
r se ded
uce q
ue la m
ejor o
pció
n p
ara el con-
trol d
e cañaverales rara vez será la u
tilización d
e un ú
nico
méto
do y q
ue, co
n o
bjeto
de red
ucir lo
s impacto
s sobre el
med
io, el co
ste y el impacto
final d
e la actuació
n, es reco
-
men
dab
le com
bin
arlos y estar ab
ierto a in
troducir m
odifi
-
caciones en
su u
tilización. E
n este sen
tido, d
ebe ten
erse
presen
te que la g
estión d
e cañaverales es u
na activid
ad
relativamen
te reciente, p
or lo
que es p
osib
le intro
ducir
mejo
ras en lo
s méto
dos q
ue se su
gieren
en este m
anual,
de m
odo q
ue se lo
gren
pro
toco
los m
ás eficaces y resp
e-
tuoso
s con el m
edio
.
c) Presu
puesto
disp
onib
le para llevar a cab
o las actu
a-
cion
es.
El co
ste de ap
licación p
or u
nid
ad d
e superfi
cie de lo
s dis-
tinto
s méto
dos d
e contro
l difi
ere de m
anera im
portan
te
(figura 2
0). E
n g
eneral, lo
s méto
dos q
uím
icos so
n lo
s de
men
or co
ste, seguid
os p
or lo
s físicos. E
n el o
tro extrem
o
se sitúan
los m
ecánico
s y de fo
men
to d
e la com
peten
cia.
Por lo
tanto
, el presu
puesto
disp
onib
le pued
e condicio
nar
la posib
ilidad
de ap
licar unos u
otro
s.
Pero
el coste d
e los m
étodos d
ebe ser an
alizado en
funció
n
de su
eficacia, q
ue tam
bién
varía de m
anera sig
nifi
cativa.
Así, alg
unos p
ermiten
la elimin
ación d
el cañaveral co
n u
na
interven
ción —
los in
cluid
os en
el círculo
C, fi
gura 2
1—
,
mien
tras que o
tros req
uieren
que la actu
ación se p
rolo
n-
gue vario
s años —
todos lo
s méto
dos q
uím
icos—
deb
ido
a su m
enor efi
cacia. Por o
tro lad
o, el círcu
lo B
englo
ba tres
tratamien
tos d
e coste relativam
ente elevad
o y efi
cacia baja
o in
termed
ia. Esto
perm
ite sugerir, d
e acuerd
o co
n la exp
e-
riencia o
bten
ida en
las actuacio
nes realizad
as, que d
ebería
optarse p
referentem
ente p
or lo
s méto
dos in
cluid
os en
los
círculo
s A o
C, a m
enos q
ue fu
ese deseab
le el empleo
de
los in
cluid
os en
B p
or o
tros asp
ectos (p
. ej. impacto
sobre
el med
io).
4.2. Definición de objetivos y planificación de los trabajos
Co
n la in
form
ación
ob
tenid
a en lo
s trabajo
s previo
s re-
sulta p
osib
le:
· Defi
nir u
no
s ob
jetivos b
asado
s en el estad
o q
ue d
esee-
mo
s para cad
a zon
a de actu
ación
. El estab
lecimien
to d
e
un
ob
jetivo su
po
nd
rá qu
e se ha id
entifi
cado
la necesid
ad
de llevar a cab
o u
na actu
ación
de co
nservació
n y q
ue se
ha evalu
ado
su viab
ilidad
.
· Elab
orar u
na estrateg
ia con
las actuacio
nes n
ecesarias
para alcan
zar los o
bjetivo
s.
· Estab
lecer un
os in
dicad
ores q
ue p
ermitan
evaluar las
actuacio
nes.
a) Defi
nició
n d
e objetivo
s.
La U
nió
n In
ternacio
nal p
ara la Co
nservació
n d
e la Natu
-
raleza (UIC
N) reco
mien
da q
ue, siem
pre q
ue sea viab
le, la
erradicació
n es la m
ejor estrateg
ia de g
estión
para h
acer
frente a las esp
ecies exóticas in
vasoras. E
sto es p
osib
le
en las etap
as iniciales d
e la invasió
n, cu
and
o las p
ob
la-
cion
es son
peq
ueñ
as o están
mu
y localizad
as.
En el caso
de A. donax, estas situ
aciones se d
an so
lo p
un-
tualm
ente. L
a realidad
es que, a m
edid
a que au
men
ta la
escala de la in
tervenció
n, la d
ificu
ltad d
e lograr la erra-
dicació
n d
e A. donax se increm
enta d
e modo q
ue p
ued
e
llegar a h
acerse difícilm
ente alcan
zable. A
esto co
ntrib
uye
la pro
pia b
iolo
gía y eco
logía d
e la caña, p
ero tam
bién
las
características del m
edio
y las limitacio
nes q
ue im
ponen
los facto
res que se h
an an
alizado en
apartad
os p
revios.
Una m
anera ad
ecuad
a de p
roced
er en el caso
de las in
ter-
vencio
nes d
e elimin
ación d
e cañaverales a escalas m
edias
y gran
des co
nsiste en
establecer secto
res hom
ogén
eos en
cuan
to al tip
o d
e cañaveral y al m
edio
físico q
ue lo
s sus-
tenta a p
artir de la carto
grafía realizad
a com
o p
arte de lo
s
trabajo
s previo
s. Una vez co
ncretad
os, se d
eberá asig
nar
un o
bjetivo
a cada u
no d
e ellos en
funció
n d
e:
33
dien
tes suaves y d
e sustrato
hom
ogén
eo es m
ás fácil y
perm
ite mejo
rar el rendim
iento
.
· Norm
as aplicab
les: la norm
ativa pued
e imped
ir la utiliza-
ción d
e un m
étodo d
e contro
l de cañ
as a priori adecu
ado a
favor d
e otro
más co
stoso
o m
enos efi
caz.
· Duració
n d
e la actuació
n: la p
osib
ilidad
de efectu
ar repa-
sos en
años p
osterio
res contrib
uye al éxito
de cu
alquier
iniciativa d
e contro
l de esp
ecies invaso
ras y, en esp
ecial
de la cañ
a.
· Presu
pu
esto: las lim
itacion
es presu
pu
estarias sup
on
-
drán
la imp
osib
ilidad
de em
plear cierto
s méto
do
s de m
a-
yor co
ste a favor d
e otro
s más eco
nó
mico
s, pero
tal vez
no
adecu
ado
s po
r aspecto
s sociales (rech
azo) o
no
rma-
tivos (p
roh
ibició
n).
· Asp
ectos so
ciales: el com
pro
miso
de lo
s dirig
entes lo
ca-
les y el apoyo
social a la in
iciativa favorece la co
nsecu
ción
de lo
s objetivo
s, hasta el p
unto
de p
oder co
ntar co
n la ayu
-
da d
e volu
ntario
s en la realizació
n d
e ciertas tareas.
ii) Para d
etermin
ar el ben
eficio
para la b
iodiversid
ad d
e
una actu
ación d
e contro
l de p
lantas in
vasoras d
ebe eva-
- La p
robab
ilidad
de éxito
de la actu
ación.
- El b
enefi
cio p
ara la bio
diversid
ad.
- Su co
ste.
i) Para estim
ar la pro
bab
ilidad
de éxito
de u
na actu
ación
de errad
icación d
e A. donax hay q
ue ten
er en cu
enta lo
s
factores q
ue facilitan
y difi
cultan
las actuacio
nes. E
ntre lo
s
que d
e man
era hab
itual co
ndicio
nan
el resultad
o d
e este
tipo d
e trabajo
s podem
os citar lo
s siguien
tes:
· Tip
o d
e cañaveral: lo
s mu
y con
solid
ado
s (mu
y den
sos)
e instalad
os en
med
ios rico
s en recu
rsos so
n d
ifíciles
de errad
icar po
r el gran
vigo
r qu
e exhib
en las p
lantas
en estas situ
acion
es. Es el caso
de la fran
ja de cañ
averal
qu
e crece en lo
s do
s prim
eros m
etros en
con
tacto co
n el
agu
a. Po
r el con
trario, lo
s cañaverales in
cipien
tes en m
e-
dio
s relativamen
te alejado
s del ag
ua serán
más sen
cillos
de errad
icar.
· Acceso
al área de trab
ajo: el acceso
sencillo
facilita las
tareas e increm
enta su
rendim
iento
, especialm
ente si se
requiere el tran
sporte d
e gran
cantid
ad d
e material (p
. ej.
las cobertu
ras en lo
s méto
dos d
e cubrim
iento
).
· Características d
el med
io: el trab
ajo en
riberas d
e pen
-
Figura 21. Efi
cacia de lo
s diferen
tes méto
do
s para el co
ntro
l de cañ
averales en fu
nció
n d
e su co
ste en €
/m2. S
ímb
olo
s rojo
s, méto
do
s qu
ímico
s; violeta,
físicos; verd
e, mecán
icos; azu
l, fom
ento
de la co
mp
etencia. L
a flech
a represen
ta un
grad
iente d
e “ido
neid
ad”. A
sí, el méto
do
ideal co
mb
inaría u
n b
ajo
coste d
e aplicació
n, u
na elevad
a eficacia y u
n b
ajo im
pacto
sob
re el med
io.
Eficacia %
10
0
95
90
85
80
0 2
4 6
8 1
0 1
2 1
4 1
6 1
8
Inu
nd
ación
Cu
brim
iento
Co
bertu
ra de
ramas
Extracció
n rizo
ma
+ su
strato
Fum
igació
n cañ
averal
Fum
igació
n
rebro
te
Inyecció
n
herb
icida
Imp
regn
ación
po
st-corte
Extracció
n rizo
ma +
cribad
o
Coste €/m2
A
C
B
34
luarse cu
ál sería la evolu
ción d
el med
io q
ue las su
stenta si
no se in
terviene. P
or ejem
plo
, un cañ
averal monoesp
ecífi-
co y co
nso
lidad
o m
ostrará p
oco
s cambio
s en su
estado a
lo larg
o d
el tiempo. P
or el co
ntrario
, en u
n cañ
averal mixto
en el q
ue so
breviven
fragm
ento
s de veg
etación n
ativa, la
interven
ción p
ermitirá evitar su
expan
sión y co
ntrib
uirá a
la regen
eración d
e las com
unid
ades veg
etales autó
ctonas.
Por lo
tanto
, el ben
eficio
para la b
iodiversid
ad d
el segundo
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será mayo
r.
iii) El co
ste de la actu
ación ven
drá d
etermin
ado p
or el m
éto-
do q
ue h
aya decid
ido em
plearse, p
ero tam
bién
por lo
s fac-
tores q
ue co
ndicio
nan
la pro
bab
ilidad
de éxito
, que p
ued
en
increm
entarlo
notab
lemen
te. A ig
uald
ad d
e pro
bab
ilidad
de
éxito y b
enefi
cio p
ara la bio
diversid
ad en
tre dos actu
acio-
nes, d
ebe o
ptarse p
or la actu
ación d
e men
or co
ste.
Por lo
tanto
, el objetivo
de las actu
aciones d
ebe ten
der a
la erradicació
n en
situacio
nes en
las que el b
enefi
cio p
ara
la bio
diversid
ad y la p
robab
ilidad
de éxito
es elevado y el
coste en
conco
rdan
cia con el p
resupuesto
disp
onib
le. Por
el contrario
, el establecim
iento
de lo
s objetivo
s deb
erá te-
ner en
cuen
ta las razones p
ara actuar y p
ara no h
acerlo
cuan
do el b
enefi
cio p
ara la bio
diversid
ad d
e la actuació
n
sea bajo
. Por ú
ltimo, en
situacio
nes en
las que la p
robab
i-
lidad
de éxito
sea baja y el co
ste alto, d
eberá aseg
urarse
la disp
onib
ilidad
de recu
rsos su
ficien
tes para llevar a b
uen
términ
o u
na actu
ación cu
ya duració
n p
ued
e ser pro
longa-
da en
el tiempo.
b) E
laboració
n d
e una estrateg
ia.
La co
mplejid
ad d
e los trab
ajos d
e elimin
ación d
e A. donax su
ele aum
entar co
n la escala d
e la interven
ción. L
a razón
es que lo
s diferen
tes tramos d
e río alb
ergan
cañaverales
que d
ifieren
en su
coste d
e elimin
ación, la p
robab
ilidad
de éxito
de lo
s trabajo
s o el b
enefi
cio p
ara la bio
diversi-
dad
que ésto
s suponen
. Por lo
tanto
, se hace n
ecesaria
elaborar u
na estrateg
ia en la q
ue se ten
gan
en cu
enta lo
s
siguien
tes aspecto
s:
i) La in
tervenció
n d
ebe co
men
zar en las áreas m
enos in
vadi-
das p
or A. donax, y avan
zar grad
ualm
ente h
acia el núcleo
de
la invasió
n, n
o sin
antes h
aber lo
grad
o la restau
ración d
e las
prim
eras, com
o su
giere B
radley (1
997) en
el méto
do q
ue
lleva su n
om
bre p
ara el contro
l de p
lantas in
vasoras.
Figura 22. Transició
n esq
uem
ática desd
e un
bo
squ
e ripario
a un
cañaveral m
on
oesp
ecífico
, den
so y co
nso
lidad
o, p
asand
o p
or u
na zo
na d
espro
vista
de veg
etación
nativa en
la qu
e A. donax se expan
de activam
ente. L
a flech
a roja in
dica u
n g
radien
te de d
ispo
nib
ilidad
de recu
rsos, m
ás abu
nd
antes en
la cercanía d
e la masa d
e agu
a. La fl
echa g
ris ind
ica cóm
o d
eben
pro
gresar lo
s trabajo
s de co
ntro
l de cañ
averales, desd
e las zonas p
oco
invad
idas a
los secto
res en lo
s qu
e la ocu
pació
n d
e la ribera fl
uvial es m
ás inten
sa.
Formaciones vegetales nativas
Cañaveral mixto, con vegetación nativa
Cañaveral monoespecífico
+=
a) Los trab
ajos d
e elimin
ación d
eben
prio
rizar la interven
ción en
las
áreas men
os alterad
as, elimin
ando p
oblacio
nes satélite, y p
rogresar
hacia las m
ás invad
idas (cañ
averales más co
nso
lidad
os).
b) L
os trab
ajos d
eben
alterar el med
io lo
imprescin
dib
le para evitar
nuevas in
vasiones, y m
anten
er los resto
s de veg
etación n
ativa.
Mayor consolidación
Mayor productividad cerca de
la orilla
Mayor dificultad de
eliminación
Medios sin com
petencia y recursos abundantes (m
ás en A que en B) susceptibles de ser invadidos por procesos de expansión
del cañaveral
Poblaciones satélite. Elim
inación prioritaria
35
y la pro
bab
ilidad
de éxito
de estas accio
nes será siem
pre
mayo
r que el d
e nuevas actu
aciones, y su
coste m
enor.
iii) En g
eneral, las actu
acion
es de elim
inació
n d
e caña-
verales d
eben
co
men
zar p
or
aqu
ellos
situad
os
agu
as
arriba, y p
roced
er agu
as abajo
. Las actu
acion
es de co
n-
trol d
e estas form
acion
es vegetales su
elen g
enerar ab
un-
dan
tes fragm
ento
s (de cañ
as o d
e rizom
a) con cap
acidad
para d
ar lugar a n
uevas p
lantas. E
stos frag
men
tos, al ser
arrastrados p
or el río
, pued
en alcan
zar tramos d
e riberas
no in
vadid
os y o
rigin
ar nuevo
s foco
s de in
vasión.
c) Estab
lecimien
to d
e indicad
ores p
ara el seguim
iento
de
las actuacio
nes.
Duran
te la ejecució
n d
e los trab
ajos, es co
nven
iente reali-
zar una evalu
ación d
e la eficacia d
e los m
étodos d
e contro
l
que se u
tilicen. D
e este modo, será p
osib
le valorar si co
n-
viene seg
uir ap
licándolo
s com
o se ven
ía hacien
do, in
tro-
ducir m
odifi
caciones o
cambiar d
e méto
do (m
anejo
adap
-
tativo). C
on este fi
n, se su
giere u
n p
roced
imien
to sen
cillo
basad
o en
el establecim
iento
de p
arcelas de seg
uim
iento
en lo
s distin
tos secto
res, con su
s respectivo
s contro
les.
Las p
arcelas pued
en ten
er un tam
año d
e 2 x 2
m, tan
to
para el tratam
iento
com
o p
ara el contro
l. Esta ú
ltima d
e-
berá lo
calizarse en u
na zo
na p
róxim
a a la otra, p
ero lo
su-
ficien
temen
te alejada co
mo p
ara no verse afectad
a por el
tratamien
to. A
ntes d
el inicio
de lo
s trabajo
s deb
e contarse
el núm
ero d
e cañas vivas —
sólo
las vivas— p
resentes en
cada p
arcela. El seg
uim
iento
que se su
giere co
nsiste en
un
conteo
de lo
s bro
tes vivos p
resentes en
las parcelas an
tes
de cad
a tratamien
to.
La g
ráfica d
e la figura 2
3 refl
eja
las experien
cias con d
os m
étodos
que d
ifieren
en el m
odo d
e aplica-
ción d
el herb
icida so
bre lo
s bro
tes
que ap
arecen tras el d
esbro
ce del
cañaveral: fu
mig
ación e im
preg
na-
ción. E
l seguim
iento
puso
de m
a-
nifi
esto q
ue am
bos m
étodos p
ro-
vocab
an el efecto
esperad
o q
ue se
traducía en
una d
ismin
ució
n d
el
núm
ero d
e tallos vivo
s respecto
a
su n
úm
ero in
icial con cad
a trata-
mien
to d
e repetició
n. P
or el co
n-
trario, en
las parcelas co
ntro
l se
pro
dujo
un in
cremen
to d
e la den
-
sidad
de tallo
s en u
n 1
5%
que se
man
tuvo
más o
men
os co
nstan
te
duran
te las experien
cias.
De este m
od
o, en
un
med
io rib
ereño
com
o el rep
resen-
tado
en la fi
gu
ra 22
, los trab
ajos d
e con
trol d
eberían
com
enzar en
los secto
res qu
e con
servasen lo
s mejo
res
restos d
e vegetació
n n
ativa, elimin
and
o las p
ob
lacion
es
incip
ientes co
mo
parte d
e un
ob
jetivo d
e erradicació
n y
pro
gresar en
el sentid
o q
ue in
dica la fl
echa g
ris. Se h
a
dem
ostrad
o q
ue lo
s peq
ueñ
os fo
cos d
e especies in
va-
soras se exp
and
en a tasas m
ás elevadas q
ue lo
s gran
-
des (M
oo
dy y M
ack 19
88
a, b). P
or lo
tanto
, com
o su
elimin
ación
es más sen
cilla, plan
tear los trab
ajos d
e este
mo
do
sup
on
e un
a inversió
n red
ucid
a qu
e resulta ren
table
a largo
plazo
. Se trata p
ues, d
e prio
rizar las actuacio
nes
con
mayo
r pro
bab
ilidad
de éxito
, men
or co
ste y mayo
r
ben
eficio
para la b
iod
iversidad
.
ii) Frente al co
mien
zo d
e actuacio
nes en
nu
evas áreas
de u
na cu
enca in
vadid
a, deb
en p
riorizarse siem
pre las
actuacio
nes d
e repaso
. Éstas tien
en u
n b
ajo co
ste en co
m-
paració
n co
n la actu
ación in
icial —ver ap
artado 5
.4. A
nálisis
de co
stes—, p
ero so
n im
portan
tes para la co
nso
lidació
n d
e
su efi
cacia. Por lo
tanto
, el ben
eficio
para la b
iodiversid
ad
Figura 23. El recu
ento
de lo
s bro
tes (a) tras la aplicació
n d
e los m
étodos d
e contro
l y la com
paració
n co
n
el núm
ero in
icial de cañ
as vivas, perm
ite un seg
uim
iento
sencillo
de la efi
cacia de lo
s trabajo
s. Esto
s dato
s
pued
en rep
resentarse g
ráficam
ente, co
mo en
este ejemplo
(b) q
ue m
uestra el efecto
de 3
aplicacio
nes
secuen
ciales de h
erbicid
a med
iante fu
mig
ado o
impreg
nació
n. Im
agen
: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
ab Número de cañas emrgentes
25
0
22
5
20
0
17
5
15
0
12
5
10
0
75
50
250
Fum
igació
n reb
rote
Imp
regn
ación
po
st-corte
nº in
iciald
esbro
ce1
ª aplicació
n2
ª aplicació
n3
ª aplicació
n
36
Asim
ismo, resu
ltará de g
ran u
tilidad
disp
oner d
e foto
gra-
fías del área d
e actuació
n an
tes de lo
s trabajo
s, y contin
uar
realizándolas en
las distin
tas fases de la in
tervenció
n (fi
gu-
ra 24). L
a elimin
ación d
el cañaveral es co
mpleja y req
uiere
una can
tidad
consid
erable d
e esfuerzo
y tiempo. Tran
scu-
rrido u
nos m
eses, se tiende a o
lvidar la situ
ación in
icial y a
creer que las actu
aciones realizad
as no p
roducen
el efecto
desead
o. L
as imág
enes d
el estado in
icial contrib
uyen
a pa-
liar estas decep
ciones tran
sitorias q
ue in
evitablem
ente se
pro
ducen
en el tran
scurso
de la in
tervenció
n.
Figura 24 . Asp
ecto d
e un
a de las zo
nas d
e actuació
n (R
iu V
erd, M
assalavés, Valen
cia) antes (arrib
a) y du
rante (ab
ajo) la in
tervenció
n d
e con
trol d
el
cañaveral. Im
ágen
es: Gen
eralitat Valen
ciana.
37
Finalm
ente, co
nvien
e incid
ir sob
re la necesid
ad d
e qu
e
tod
a estrategia d
e con
trol d
e A. donax inclu
ya trabajo
s
de restau
ración
de las co
mu
nid
ades rip
arias nativas y n
o
solo
la extirpació
n d
e la especie exó
tica.
La elevad
a pro
ductivid
ad d
e A. donax pro
voca q
ue lo
s ca-
ñaverales exclu
yan p
or co
mpeten
cia a la vegetació
n n
ativa.
Si esto
se com
bin
a con el im
pacto
de alg
unos m
étodos
de co
ntro
l de la cañ
a, el resultad
o fi
nal es q
ue la elim
ina-
ción d
e un cañ
averal den
so su
ele tener co
mo resu
ltado
unas rib
eras desp
rovistas d
e vegetació
n y vu
lnerab
les a
fenóm
enos ero
sivos o
a la reinvasió
n p
or o
tras especies
exóticas (fi
gura 2
5).
Por to
do lo
anterio
r, el objetivo
de elim
inació
n d
e la es-
pecie in
vasora d
ebería llevar ap
arejado la restau
ración las
riberas, co
n vistas a la recu
peració
n d
el funcio
nam
iento
del eco
sistema y al in
cremen
to d
e su resisten
cia frente a
nuevas in
vasiones (fi
gura 2
6).
Figura 25 . La elim
inació
n d
e A. donax con
algu
no
s méto
do
s tiene co
mo
resultad
o la g
eneració
n d
e un
espacio
desp
rovisto
de veg
etación
y vuln
e-
rable a la co
lon
ización
po
r otras esp
ecies exóticas, co
mo
Ricinus comm
unis. Imag
en: D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.
Figura 26. Rep
resentació
n esq
uem
ática de las características eco
lóg
icas de lo
s med
ios rip
arios co
n veg
etación
nativa e in
vadid
os p
or A. donax y p
apel
qu
e jueg
a la restauració
n d
e las riberas y la d
ispersió
n y co
lon
ización
po
r la especie in
vasora en
el paso
de u
no
a otro
estado
.
Medios riparios con vegetación nativa
- Elevad
a diversid
ad veg
etal y anim
al
- Men
or co
nsu
mo
de ag
ua q
ue lo
s cañaverales
- Co
nd
icion
es favorab
les para la fau
na acu
ática
- Resisten
te al fueg
o, m
eno
s com
bu
stible q
ue la
vegetació
n d
e su en
torn
o
- Geo
metría d
el cauce en
equ
ilibrio
din
ámico
Medios riparios invadidos por A. donax
- Diversid
ad veg
etal y anim
al redu
cida
- Co
nsu
mo
de ag
ua in
cremen
tado
respecto
a
form
acion
es vegetales rip
arias nativas
- Co
nd
icion
es men
os favo
rables p
ara la faun
a
piscíco
la
- Form
ación
vegetal in
flam
able
- Geo
metría d
el cauce in
estable, cap
acidad
desag
üe d
ismin
uid
a, excavación
del cau
ce,
desco
nexió
n río
-med
io rip
ario
La d
ispersió
n o
la expan
sión
del
cañaveral p
rovo
ca la invasió
n
de n
uevo
s tramo
s
La elim
inació
n d
el cañaveral
y la restauració
n d
el med
io
ribereñ
o revierten
la situació
n
y con
tribu
yen a p
revenir
nu
evas invasio
nes
39
MÉTODOS DE CONTROL
5.1. Descripción de los métodos
En esta secció
n d
el man
ual se p
roporcio
na u
na exp
licación
de lo
s méto
dos q
ue p
osib
ilitan el co
ntro
l de cañ
averales. La
info
rmació
n q
ue se o
frece es el resultad
o d
e la experien
cia
acum
ulad
a a lo larg
o d
e varios añ
os d
e gestió
n d
e estas
form
aciones veg
etales exóticas en
distin
tos p
unto
s del te-
rritorio
nacio
nal, co
n en
sayos realizad
os p
or el M
inisterio
de A
gricu
ltura, A
limen
tación y M
edio
Am
bien
te (MA
GR
A-
MA
) y la Conselleria d
e Infraestru
cturas, Territo
rio y M
edio
Am
bien
te. También
se discu
ten y se in
cluyen
aquí lo
s re-
sultad
os d
e los trab
ajos realizad
os p
or o
tros o
rgan
ismos o
investig
adores d
e Esp
aña u
otras p
artes del m
undo q
ue h
an
llevado a cab
o exp
eriencias sem
ejantes. E
n n
uestro
s ensa-
yos se evalu
aron to
dos lo
s méto
dos q
ue se d
escriben
—a
excepció
n d
el de d
esbro
ces reiterados—
sobre cañ
averales
que crecían
en co
ndicio
nes n
aturales.
El o
bjetivo
que se h
a perseg
uid
o es el d
e pro
porcio
nar u
na
info
rmació
n o
bten
ida en
condicio
nes reales d
e campo, co
n-
trastada siem
pre q
ue h
a sido p
osib
le con o
tras experien
-
cias, y con u
n n
ivel de d
etalle suficien
te para p
ermitir a lo
s
gesto
res la puesta en
march
a de actu
aciones sem
ejantes.
Por o
tra parte, tam
bién
se han
analizad
o lo
s méto
dos q
ue,
en co
ntra d
e lo q
ue co
múnm
ente se cree, n
o co
nducen
al
contro
l de lo
s cañaverales, co
n la fi
nalid
ad d
e evitar que se
sigan
llevando a cab
o trab
ajos d
e contro
l inefi
caces.
Los m
étodos q
ue se d
escriben
se pued
en clasifi
car en cu
a-
tro g
rupos, seg
ún el sig
uien
te esquem
a (figura 2
7):
a) Quím
icos: recu
rren al em
pleo
de h
erbicid
as sistémico
s
—que so
n ab
sorb
idos p
or las h
ojas y tran
sportad
os p
or
el floem
a— p
ara pro
vocar la m
uerte d
e los rizo
mas d
e la
caña y su
s raíces.
b) Físico
s: hacen
uso
de co
bertu
ras opacas q
ue im
pid
en q
ue
la caña realice la fo
tosín
tesis y pro
vocan
su m
uerte, en
tre
otras co
sas, por ag
otam
iento
de las reservas d
el rizom
a.
c) Mecán
icos: elim
inan
el cañaveral m
edian
te la extracción
del rizo
ma d
el sustrato
o b
ien so
metién
dolo
a una reitera-
ción d
e desb
roces.
d) Fo
men
to co
mpeten
cia: inducen
el deb
ilitamien
to in
icial
del cañ
averal med
iante d
esbro
ces sucesivo
s al tiempo q
ue
increm
entan
la com
peten
cia que o
frecen esp
ecies riparias
arbustivas n
ativas plan
tadas en
marco
s muy d
enso
s.
Figura 27. Méto
do
s de co
ntro
l de cañ
averales descrito
s en este m
anu
al.
Químicos
1) Fumigación cañaverales
2) Fumigación rebrotes
3) Impregnación post-corte
4) Inyección herbicida tallo
Físicos5) Cubrim
iento6) Inundación cañaveral
Mecánicos
7) Extracción rizoma
8) Desbroces reiterados
Fomento
competencia
9) Cobertura ramas vivas
40
a) MÉTO
DO
S QU
ÍMICO
S
En este ap
artado se d
escriben
cuatro
méto
dos q
ue d
ifieren
en el m
odo en
que el h
erbicid
a se aplica a lo
s tallos d
e A. donax, lo
que tien
e consecu
encias tan
to so
bre su
eficacia
com
o so
bre su
s posib
ilidad
es de ap
licación, en
funció
n d
e
las características del m
edio
. Esto
s méto
dos so
n:
1. Fu
mig
ación
de cañ
averales
2. Fu
mig
ación
de reb
rotes.
3. Im
preg
nació
n p
ost-co
rte.
4. In
yección
de h
erbicid
a en el tallo
.
Para la realizació
n d
e estos trab
ajos, es n
ecesario o
bservar
una serie d
e aspecto
s relativos a:
a) La p
rotecció
n d
e los o
perario
s encarg
ados d
e la aplicació
n.
b) E
l marco
norm
ativo q
ue reg
ula el u
so d
e herb
icidas.
c) Las b
uen
as prácticas p
ara su em
pleo
.
Esta in
form
ación se p
roporcio
na al fi
nal d
e esta sección en
los cu
adro
s de texto
2, 3
y 4, resp
ectivamen
te.
Por o
tro lad
o, d
ebe ten
erse en cu
enta q
ue lo
s méto
dos
de co
ntro
l quím
ico, esp
ecialmen
te los q
ue su
ponen
fu-
mig
ación d
el herb
icida, p
ued
en afectar a o
tras especies o
com
ponen
tes del eco
sistema p
or d
eriva o vo
latilización d
el
pro
ducto
emplead
o. P
or esta razó
n, su
aplicació
n d
ebe ir
preced
ida d
e un estu
dio
previo
que d
etermin
e la vuln
erabi-
lidad
del m
edio
y de su
s com
ponen
tes a estas sustan
cias.
Frente a lo
s inco
nven
ientes co
men
tados, lo
s méto
dos q
uí-
mico
s presen
tan co
mo ven
taja el hech
o d
e no in
cremen
tar
la vuln
erabilid
ad d
el terreno a la ero
sión y n
o g
enerar resi-
duos veg
etales que h
ayan d
e ser transp
ortad
os o
gestio
-
nad
os, p
ues lo
s tallos d
e las cañas d
esbro
zadas o
cortad
as
pued
en in
corp
orarse al su
strato, p
revia trituració
n, co
mo
enm
ienda o
rgán
ica.
Por lo
que se refi
ere a los h
erbicid
as com
erciales que
pued
en em
plearse, se reco
mien
dan
los fo
rmulad
os cu
yo
prin
cipio
activo sea el g
lifosato
(Jimén
ez et al. 2011) q
ue
pued
an ser em
plead
os en
med
ios rip
arios, d
e acuerd
o co
n
nuestras exp
eriencias (cu
adro
1).
1. Fumigación de cañaverales
El m
étodo: consiste en
la aplicació
n d
e un h
erbicid
a sisté-
mico
med
iante fu
mig
ación a la p
arte aérea de A. donax en
cañaverales n
o d
esbro
zados.
Época idónea: desp
ués d
e la floració
n d
e A. donax, a final
del veran
o o
prin
cipio
del o
toño.
Procedimiento: p
ara la fum
igació
n d
e cañaverales sin
des-
bro
zar se recom
ienda el em
pleo
de p
ulverizad
ores h
idráu
-
licos (a) o
carretillas fito
sanitarias (b
) (figura 2
8 y 2
9).
Cu
and
o el cañ
averal sea mu
y extenso
es recom
end
able
abrir p
asillos p
or lo
s qu
e pu
eda tran
sitarse, de m
od
o
qu
e se log
re un
a aplicació
n d
el herb
icida h
om
og
énea.
Si es p
osib
le, el cañaveral n
o d
ebe d
esbro
zarse du
rante
el prim
er año
para lo
grar la m
áxima efi
cacia, ya qu
e el
desb
roce estim
ula la p
rod
ucció
n d
e nu
evos tallo
s. En
la
práctica, el cañ
averal deb
ería elimin
arse ún
icamen
te en el
caso d
e qu
e sea lo su
ficien
temen
te den
so co
mo
para d
i-
ficu
ltar la regen
eración
de la veg
etación
riparia au
tócto
na
o si p
ued
e sup
on
er un
riesgo
de in
cend
io o
du
rante las
crecidas d
e los río
s.
Efectos no deseados: deriva d
el herb
icida y afecció
n a es-
pecies n
o o
bjetivo
o al m
edio
acuático
.
Eficacia: 94%
de lo
s tallos m
uerto
s respecto
a la situació
n
inicial co
n tres ap
licaciones (cu
adro
4).
Adecuado para: cañaverales m
on
oesp
ecífico
s alejado
s
del ag
ua.
Figura 28. Para la fu
mig
ación
de cañ
averales sin d
esbro
zar deb
en em
-
plearse p
ulverizad
ores h
idráu
licos (a) o
carretillas fito
sanitarias (b
). Ima-
gen
: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
b a
41
Con o
bjeto
de d
etermin
ar qué p
rincip
io activo
era el más
eficaz p
ara el contro
l de A. donax se ap
licaron d
iferentes
herb
icidas m
edian
te fum
igació
n a reb
rotes resu
ltado d
e
un d
esbro
ce previo
del cañ
averal.
Para lo
s 5 h
erbicid
as se realizaron 3
aplicacio
nes co
n las
dosis in
dicad
as en la tab
la 1 a in
tervalos d
e 21 d
ías. La
prim
era fum
igació
n tu
vo lu
gar 2
1 d
ías tras el desb
roce
del cañ
averal, en m
ayo.
El h
erbicid
a que in
dujo
una m
ayor d
ismin
ució
n en
el
núm
ero d
e cañas vivas d
e los cin
co en
sayados fu
e la
form
ulació
n a b
ase de g
lifosato
(figura 3
0). Tres ap
li-
caciones d
e este pro
ducto
a intervalo
s de 2
1 d
ías con
una d
osis d
e 10 l/h
a pro
vocaro
n la m
uerte d
e un 9
3%
de lo
s tallos d
e A. donax transcu
rridos 6
meses d
esde la
últim
a aplicació
n.
La efi
cacia del resto
de p
roducto
s ensayad
os se situ
ó cla-
ramen
te por d
ebajo
. Los fo
rmulad
os a b
ase de p
enoxu
-
lam, p
rofo
xidim
y cihalo
fop-b
util in
dujero
n u
na m
orta-
lidad
en to
rno al 6
0-7
0%
, mien
tras que el fo
rmulad
o a
base d
e azimsu
lfuro
n fu
e el que in
dujo
una m
enor m
orta-
lidad
de lo
s cinco
ensayad
os e in
ferior al 5
0%
de m
edia.
Tabla 1. Prin
cipio
s activos y d
osis em
plead
os en
los en
sayos d
e
eficacia d
e diferen
tes herb
icidas p
ara el con
trol d
e A. donax.
PRINCIPIO ACTIVODOSIS
azimsu
lfuro
n 5
0%
50 g
ha
-1
cihalo
fop-b
util 2
0%
1,5
l ha
-1
glifo
sato 3
6%
10 l h
a-1
pen
oxu
lam 2
,04%
2 l h
a-1
pro
foxyd
im 2
0%
0,7
5 l h
a-1
Figura 30. Dism
inu
ción
med
ia del n
úm
ero d
e cañas vivas/m
2 res-
pecto
al nú
mero
inicial, en
po
rcentaje, in
du
cida p
or fo
rmu
lado
s con
diferen
tes prin
cipio
s activos. L
as letras diferen
tes ind
ican d
iferencias
sign
ificativas co
n el test d
e Tukey (P
<0
,05
).
Cuadro 1: Ensayos de eficacia de herbicidas con diferentes principios activos para el con-trol de A. donax en pruebas de cam
po
Figura 29. Fum
igació
n d
e cañaverales n
o d
esbro
zado
s en el río
Càn
yoles a su
paso
po
r Mo
ntesa (V
alencia). Im
agen
: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
% reducción nº inicial de cañas/m2
10
0
80
60
40
200
Glifosato
Penoxulam
Profoxidim
Cihalofop-butil
Azim
sulfuron
93
,00
a
70
,83
b6
1,9
0b
56
,21
b4
7,7
8b
42
rizadoras p
ara la fum
igació
n d
e los reb
rotes, ya q
ue co
m-
bin
an facilid
ad d
e man
ejo co
n la p
osib
ilidad
de realizar u
na
aplicació
n d
irigid
a y unifo
rme co
n ayu
da d
e la lanza. A
esto
últim
o tam
bién
contrib
uye la lib
ertad d
e movim
iento
s para
el operario
por la zo
na d
e actuació
n.
Efectos no deseados: deriva d
el herb
icida y afecció
n a es-
pecies n
o o
bjetivo
o el m
edio
acuático
.
Eficacia: 93%
de lo
s tallos m
uerto
s respecto
a la situació
n
inicial co
n tres ap
licaciones (cu
adro
4).
Adecuado para: gran
des m
asas de A. donax. E
ste méto
do
no es ad
ecuad
o p
ara la franja d
e med
io rip
ario cercan
a al
agua (cu
adro
3).
2. Fumigación de los rebrotes
El m
étodo: co
nsiste en
la fum
igació
n d
e los reb
rotes q
ue
emerg
en co
mo resu
ltado d
el desb
roce d
el cañaveral. L
a
fum
igació
n p
rovo
ca mayo
r mortalid
ad cu
ando se ap
lica a
rebro
tes gran
des (0
,8-0
,9 m
), lo q
ue h
abitu
almen
te ocu
rre
cuan
do tran
scurren
unas 5
seman
as tras el desb
roce si
éste se realiza duran
te los m
eses de crecim
iento
activo d
e
A. donax (mayo
-septiem
bre).
Época idónea: el desb
roce d
ebe realizarse a fi
nales d
e agos-
to, d
e modo q
ue lo
s rebro
tes estén listo
s para recib
ir el pri-
mer tratam
iento
a final d
e verano o
prin
cipio
del o
toño.
Procedimiento: se reco
mien
da el em
pleo
moch
ilas pulve-
ab
c
Figura 31. Desb
roce p
revio d
el cañaveral co
n retro
excavadoras d
otad
as de cab
ezal triturad
or (a, río
Seg
ura a su
paso
por C
ieza, Murcia). L
a fum
igació
n
pro
voca u
na m
ayor m
ortalid
ad cu
ando se realiza so
bre reb
rotes g
randes (b
, Arro
yo H
arnin
a, Alm
endralejo
, Bad
ajoz) q
ue so
bre reb
rotes d
e peq
ueñ
o
tamañ
o (c, R
ío C
anyo
les, Montesa, V
alencia). S
in em
barg
o, en
el últim
o caso
la aplicació
n es m
ás dirig
ida. Im
ágen
es: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
43
3. Impregnación post-corte
El m
étodo: con
siste en el co
rte de la p
arte aérea de la
caña a ras d
e suelo
, segu
ida d
e la inm
ediata im
preg
na-
ción
de la zo
na d
e corte co
n h
erbicid
a a base d
e glifo
sato
sin d
iluir.
En
cañaverales d
enso
s y envejecid
os la ap
licación
del
herb
icida d
e este mo
do
pu
ede resu
ltar mu
y costo
sa, de-
bid
o a la d
ificu
ltad q
ue su
po
ne m
anip
ular cañ
as de p
orte
elevado
y mo
verse po
r el cañaveral. A
dem
ás, pu
ede o
cu-
rrir qu
e un
gran
nú
mero
de cañ
as estén m
uertas, co
n lo
qu
e se pierd
e tiemp
o co
rtánd
olas y ap
licand
o h
erbicid
a
sin o
bten
er un
retorn
o en
términ
os d
e eficacia d
el trata-
mien
to, ya q
ue las cañ
as mu
ertas no
transfi
eren el h
erbi-
cida al rizo
ma. E
n esta situ
ación
, se recom
iend
a realizar
un
desb
roce p
revio d
el cañaveral y ap
licar el herb
icida a
los reb
rotes, co
rtánd
olo
s e imp
regn
and
o la zo
na d
e cor-
te, igu
al qu
e se hace en
las cañas ad
ultas.
Época idónea: estación
de crecim
iento
de A. donax.
Procedimiento: el co
rte deb
e realizarse con
un
instru
-
men
to afi
lado
, de m
od
o q
ue se o
bten
ga u
na secció
n d
e
tallo lim
pia, sin
aristas qu
e difi
culten
la aplicació
n o
su-
po
ng
an u
n riesg
o a lo
s op
erarios.
En
tre el corte y la ap
licación
del h
erbicid
a no
deb
e trans-
currir u
n tiem
po
sup
erior a lo
s 2 m
inu
tos p
ara log
rar la
máxim
a eficacia. C
uan
to m
ás se tarde en
aplicar h
erbici-
da, m
eno
r será la pro
bab
ilidad
de q
ue la cañ
a lo ab
sorb
a
y de q
ue alcan
ce el rizom
a.
La ap
licación se realizará a to
das las cañ
as cortad
as, me-
dian
te un p
incel o
esponja, q
ue se m
ojará en
el herb
icida,
se escurrirá en
el bord
e del recip
iente p
ara evitar el goteo
y
posterio
rmen
te se aplicará sin
realizar movim
iento
s bru
s-
cos p
ara evitar salpicad
uras p
or p
arte del p
incel o
del tallo
de la cañ
a (figura 3
2).
Efectos no deseados: Existe u
n riesg
o d
e derram
e y de
salpicad
uras d
e herb
icida n
o d
iluid
o. P
or esta razó
n, co
n-
viene tran
spo
rtar un
a cantid
ad d
iscreta en el recip
iente
qu
e se man
eja. Ad
emás, d
eben
evitarse las salpicad
uras
de h
erbicid
a no
dilu
ido
en el tran
scurso
de la ap
licación
.
Eficacia: 83
% d
e los tallo
s mu
ertos resp
ecto a la situ
a-
ción
inicial co
n tres ap
licacion
es (cuad
ro 4
).
Adecuado para: masas d
e A. donax cercanas al ag
ua o
cañaverales m
ixtos, en
las qu
e la caña crece co
n veg
eta-
ción
nativa.
Figura 32. (a) La im
preg
nació
n d
e la zon
a de co
rte de b
rotes d
e caña
con
espo
nja o
pin
cel perm
ite un
a aplicació
n m
uy d
irigid
a del h
erbicid
a.
(b) E
fecto d
e la aplicació
n d
el herb
icida sin
dilu
ir sob
re los tallo
s. Imá-
gen
es: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
ab
44
Figura 34. En
el méto
do
de in
yección
el herb
icida d
ebe q
ued
ar con
fin
ado
en la cám
ara existente en
el 2º en
trenu
do
. Para ello
deb
e inyectarse p
er-
foran
do
la mem
bran
a a la altura d
el 3º n
ud
o.
4. Inyección de herbicida en el tallo de cañas adultas
El método: co
nsiste en
la inyecció
n en
el tallo d
e entre 6
y
8 m
l. de h
erbicid
a sin d
iluir co
n u
na jerin
ga d
osifi
cadora.
Época idónea: duran
te la estación d
e crecimien
to d
e A. donax.
Procedimiento: las cañ
as deb
en co
rtarse entre el 2
º y 3º
nudo, em
plean
do tijeras p
odad
oras y las m
ismas p
recau-
ciones d
escritas en el m
étodo d
e impreg
nació
n p
ost-co
rte.
La in
yección se p
ractica con u
n jerin
ga d
osifi
cadora —
por
ejemplo
, NJ P
hillip
s— p
ara aplicacio
nes g
anad
eras. Estas
jeringas p
ued
en ad
quirirse en
com
ercios d
e material g
a-
nad
ero y so
n ro
bustas y p
recisas (figura 3
3). E
l herb
ici-
da d
ebe in
yectarse en las cañ
as más verd
es y vigoro
sas y
den
tro d
e éstas a las de m
ayor d
iámetro
. Para ello
, la aguja
se inserta en
el centro
del tallo
, atravesando la m
embran
a
que se fo
rma a la altu
ra del 2
º nudo, d
e modo q
ue el h
erbi-
cida q
ued
a confinad
o en
2º en
trenudo (fi
gura 3
4).
Recomendaciones:
a) No realizar m
ás de 1
.000 in
yecciones/h
a y aplicació
n.
b) E
vitar que tran
scurran
más d
e 15 m
inuto
s entre el co
rte
y la inyecció
n d
el herb
icida.
c) Realizar al m
enos tres ap
licaciones, co
n u
n p
eriodo d
e 21
días en
tre tratamien
tos. E
ste tiempo p
ermite q
ue lo
s efectos
del h
erbicid
a com
iencen
a ser visibles, d
e man
era que se
pued
e realizar una valo
ración d
el efecto d
el tratamien
to y d
e
las zonas d
onde co
nvien
e realizar nuevas ap
licaciones.
d) E
stablecer p
asillos m
edian
te el desb
roce d
el cañaveral
para facilitar el m
ovim
iento
de lo
s operario
s duran
te los tra-
tamien
tos y el acceso
a las diferen
tes partes d
el cañaveral.
e) Pin
tar las cañas in
yectadas co
n u
n esp
ray de co
lor d
ife-
rente p
ara cada u
no d
e los tratam
iento
s, de m
odo q
ue se
iden
tifica la zo
na d
e aplicació
n.
Efectos no deseados: este es un m
étodo d
e aplicació
n d
e
herb
icida m
uy d
irigid
o sin
riesgo d
e deriva o
volatilizació
n
del h
erbicid
a.
Eficacia: 80%
de lo
s tallos m
uerto
s respecto
a la situació
n
inicial co
n tres ap
licaciones (ver cu
adro
4).
Adecuado para: masas d
e A. donax cercanas al ag
ua o
cañaverales m
ixtos, co
n veg
etación n
ativa.
Figura 33. Inyecció
n d
e herb
icida en
el tallo co
n jerin
ga d
osifi
cado
ra.
Imág
enes: D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.
Orifi
cio d
e inyecció
n
2º n
ud
o
1er n
ud
o
Herb
icida co
nfi
nad
o
45
Figura 35. (a) Pro
cedim
iento
recom
end
ado
en el m
étod
o d
e inyecció
n d
e herb
icida: realizació
n d
e tres inyeccio
nes co
n 2
1 d
ías de in
tervalo a d
iferentes
cañas en
parcelas d
e apro
ximad
amen
te 10
m2. (b
) Lo
s tallos d
e las cañas in
yectado
s deb
en p
intarse co
n co
lores d
iferentes p
ara los d
istinto
s tratamien
-
tos, lo
qu
e perm
itira saber cu
ántas in
yeccion
es po
r parcela se h
an realizad
o y en
qu
é fecha. (c) A
specto
del cañ
averal transcu
rrido
s 63
días d
esde la
prim
era inyecció
n. Im
ágen
es: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
c
ab
1º in
yección
2ª in
yección
3ª in
yección
46
Cuadro 2: Marco legal para el em
pleo de herbicidas en el control de cañaverales
La n
orm
ativa de ap
licación
y uso
de esto
s pro
du
ctos
está regu
lada p
or:
a) Reg
lamen
to (C
E) 1
10
7/2
00
9 relativo
a la com
er-
cialización
de p
rod
ucto
s fito
sanitario
s en la U
E.
b) D
irectiva 20
09
/12
8/C
E p
or la q
ue se estab
lece el
marco
de la actu
ación
com
un
itaria para co
nseg
uir
un
uso
sosten
ible d
e los p
lagu
icidas.
c) R
eal D
ecre
to 1
70
2/2
01
1, d
e in
sp
eccio
nes p
erió
-
dic
as d
e lo
s e
qu
ipo
s d
e a
plic
ació
n d
e p
rod
ucto
s
fitosan
itario
s.
d) R
eal D
ecre
to 1
31
1/2
01
2, d
e 1
4 d
e s
ep
tiem
bre
,
po
r el q
ue e
se e
sta
ble
ce e
l marc
o d
e a
ctu
ació
n p
ara
co
nseg
uir u
n u
so
so
ste
nib
le d
e lo
s p
rod
ucto
s fito
-
san
itario
s.
De acu
erdo
con
las no
rmas eu
rop
eas y nacio
nales
en la m
ateria, el Min
isterio d
e Ag
ricultu
ra, Alim
en-
tación
y Med
io A
mb
iente d
ispo
ne d
e un
“Registro
de Productos Fitosanitarios” con
info
rmació
n so
bre
los p
rod
ucto
s fito
sanitario
s auto
rizado
s en E
spañ
a,
sustan
cias activas ho
mo
log
adas p
ara su fab
ricación
,
instru
ccion
es para el reg
istro d
e pro
du
ctos fi
tosan
i-
tarios, lím
ites máxim
os d
e residu
os en
pro
du
ctos
vegetales
y d
ocu
men
tos
sob
re el
recon
ocim
iento
ofi
cial de en
sayos.
Este reg
istro es d
e acceso p
úb
lico en
intern
et en la
sigu
iente d
irección
:
http://ww
w.m
agrama.gob.es/es/agricultura/tem
as/m
edios-de-produccion/productos-fitosanitarios/fi-tos.asp
An
tes de la u
tilización
de u
n h
erbicid
a determ
inad
o
en el co
ntro
l de cañ
averales, el gesto
r deb
e com
-
pro
bar q
ue su
uso
con
ese fin
y en el m
edio
en el
qu
e se prevé la actu
ación
se encu
entra au
torizad
o.
Esta in
form
ación
, así com
o lo
s con
dicio
nam
iento
s
preven
tivos d
e riesgo
y las do
sis perm
itidas, en
tre
otras, se en
cuen
tra disp
on
ible en
las fich
as de cad
a
pro
du
cto d
escargab
les en el m
encio
nad
o reg
istro.
Po
r otra p
arte, en lo
qu
e se refiere a las ap
licacio-
nes d
e herb
icidas en
ecosistem
as ribereñ
os y zo
nas
hú
med
as, se deb
e tener en
cuen
ta lo estab
lecido
en
la Directiva 2
00
9/1
28
/CE
po
r la qu
e se establece el
marco
de la actu
ación
com
un
itaria para co
nseg
uir
un
uso
sosten
ible d
e los p
lagu
icidas.
Esta n
orm
a establece en
su artícu
lo 1
1 las “m
edidas específicas para proteger el m
edio acuático y el agua potable”. A
dem
ás, esta Directiva reco
mien
da evitar
el uso
de esto
s pro
du
ctos en
zon
as mu
y sensib
les,
com
o so
n lo
s espacio
s Natu
ra 20
00
pro
tegid
os en
virtud
de las D
irectivas 79
/40
9/C
EE
y 92
/43
/CE
E.
Ad
em
ás, la
Dire
ctiv
a 2
00
8/1
05
/CE
, rela
tiva a
la c
a-
lidad
am
bie
nta
l en
el á
mb
ito d
e la
po
lítica d
e a
gu
as
inclu
ye e
l glifo
sato
en
el A
nexo
III de s
usta
ncia
s
su
jeta
s
a
revis
ión
p
ara
su
p
osib
le
iden
tificació
n
co
mo
su
sta
ncia
s p
riorita
rias o
su
sta
ncia
s p
elig
ro-
sas p
riorita
rias.
Al
igu
al q
ue
la D
irectiva, el
Cap
ítulo
V
II d
el R
D
13
11
/20
12
establece m
edid
as para p
riorizar p
rod
uc-
tos fi
tosan
itarios p
ara evitar la con
tamin
ación
pu
n-
tual y d
ifusa d
e las masas, y el C
apítu
lo V
III med
idas
para la red
ucció
n d
el riesgo
en zo
nas esp
ecíficas.
Si u
na vez an
alizado
el marco
legal ap
licable y es-
tud
iadas las características d
el med
io resu
ltase po
-
sible el em
pleo
de estas su
stancias, su
aplicació
n
deb
erán realizarse o
bservan
do
las bu
enas p
rácticas
qu
e se men
cion
an en
el cuad
ro 3
.
Po
r últim
o, es n
ecesario reco
rdar q
ue las ap
licacio-
nes d
e fito
sanitario
s requ
ieren q
ue el u
suario
deb
e
disp
on
er de fo
rmació
n tan
to si va a realizarlas d
e
form
a p
rofesio
nal
com
o
particu
lar, en
d
etermin
a-
das su
stancias, d
ebe estar en
po
sesión
del “C
arnet
Usu
ario
Pro
fesion
al d
e P
rod
ucto
s Fito
sanitario
s”,
segú
n estab
lece el RD
13
11
/20
12
.
La o
bten
ción
del citad
o carn
et está regu
lado
po
r el
anexo
II, IV y V
del R
eal Decreto
13
11
/20
12
qu
e ho
-
mo
log
a el do
cum
ento
, las materias d
e form
ación
y
las titulacio
nes h
abilitan
tes para su
ob
tenció
n.
47
Cuadro 3: Buenas prácticas para el empleo de herbicidas en el control de cañaverales
La ap
licación d
e pro
ducto
s fito
sanitario
s, con g
arantías
para lo
s operario
s y el med
io n
atural, req
uiere o
bservar
las indicacio
nes reco
gid
as en la sig
uien
te publicació
n:
Buenas Prácticas Agrícolas en la Aplicación de Fitosa-nitarios (M
AR
M 2
008), d
escargab
le gratu
itamen
te en
la siguien
te direcció
n: http://w
ww.fepex.es/archivos/
publico/Fitosanitarios/Fitosantarios-%20Texto.pdf
Indep
endien
temen
te del m
étodo q
ue se elija, p
ara la
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n d
e herb
icida es n
ecesario u
tilizar un eq
uip
o
de p
rotecció
n q
uím
ica integ
rado p
or lo
s com
ponen
tes
que se m
uestra en
las imág
enes a co
ntin
uació
n.
Ad
emás, se d
ebe d
ispo
ner d
e un
almacén
o zo
na es-
pecífi
ca para el alm
acenaje d
e los p
rod
ucto
s qu
ímico
s
y de lo
s materiales q
ue se p
recisan. E
n n
ing
ún
caso
deb
e utilizarse el m
ismo
lug
ar de alm
acenam
iento
para lo
s pro
du
ctos q
uím
icos y p
ara los eq
uip
os d
e
pro
tección
perso
nal.
La p
ublicació
n citad
a contien
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icionales so
-
bre el eq
uip
amien
to n
ecesario y las co
ndicio
nes d
e al-
macen
aje y man
ejo d
e pro
ducto
s fito
sanitario
s y deb
e-
rá ser consu
ltada an
tes del in
icio d
e las actuacio
nes.
En el caso
de A. donax es n
ecesario, ad
emás, ten
er en
cuen
ta los 5
aspecto
s siguien
tes, ya que co
ndicio
nan
la eficacia d
e los tratam
iento
s:
Eq
uip
o co
mp
leto
Mascarilla co
n fi
ltros in
tercamb
iables
Bu
zo d
e pro
tección
qu
ímica
Gu
antes d
e pro
tección
qu
ímica
Gafas d
e pro
tección
integ
ral
Bo
ta de seg
urid
ad
Figura 36. Co
mp
on
entes d
el equ
ipo
de p
rotecció
n q
uím
ica para la ap
licación
de h
erbicid
a. Imág
enes: D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.
48
1. Aspectos relativos al herbicida y su aplicación
Formulación:
se reco
mien
da
emplear
form
ulad
os
a
base d
e glifo
sato au
torizad
os p
ara el ámbito
en el q
ue
se prevea actu
ar.
Dosis: la dosis m
áxima au
torizad
a para el fo
rmulad
o
elegid
o d
ebe co
mpro
barse en
el registro
de p
roducto
s
fito
sanitario
s. Para el cálcu
lo d
e la dosis d
e fum
igació
n
se deb
en d
etermin
ar tres factores:
· Cau
dal d
e la boquilla. V
aría según tip
o y la p
resión d
e
aplicació
n. S
e pued
e calcular reco
gien
do y m
idien
do el
volu
men
de líq
uid
o d
e aspersió
n em
itido en
1 m
inuto
.
· Anch
o d
e la estela. Es la d
istancia d
e aspersió
n efec-
tiva cubierta p
or la b
oquilla.
· Velo
cidad
de traslad
o. U
na velo
cidad
típica al cam
inar
es de 6
0 m
/min
.
C
aud
al (l/min
) =
volu
men
de ap
licación
(l/m2)
Estela (m
) x velocid
ad (m
/min
)
Para o
bten
er los litro
s por h
ectárea el resultad
o se
multip
lica por 1
0.0
00.
Ejemplo: co
n u
n an
cho d
e estela de 1
m, u
na velo
ci-
dad
de traslad
o d
e 60 m
/min
y un cau
dal d
e boquilla
de 0
,6 l/m
in, el vo
lum
en d
e aspersió
n p
or h
ectárea es
el siguien
te:
0,6
l/min
x 10
.00
0 =
10
0 l/h
a
1 m
x 60
m/m
in
Boquillas y tamaño de gota: se reco
mien
da el em
-
pleo
de b
oq
uillas d
e espejo
, ya qu
e perm
iten u
n p
erfil
de d
istribu
ción
sup
erficial b
astante u
nifo
rme, p
rod
u-
ciend
o g
otas g
ruesas d
e baja d
eriva, adecu
adas p
ara
trabajar co
n h
erbicid
as de acció
n sistém
ica en b
ajo
volu
men
de ag
ua. S
e sug
iere trabajar d
entro
de lo
s
sigu
ientes ran
go
s:
· Presió
n: 1
,5-4
bar.
· Ángulo
del ch
orro
: 130-1
60º.
· Tamañ
o d
e gota: 2
60 μ
m.
Cobertura: para cu
alquier d
osis em
plead
a se deb
e ten-
der a m
inim
izar las superfi
cies no m
ojad
as con el cald
o
de fu
mig
ación, p
ero tam
bién
se deb
e evitar fum
igar va-
rias veces una m
isma zo
na, ya q
ue esto
no se trad
uce
en u
n in
cremen
to d
e la eficacia d
el tratamien
to y co
n-
lleva una p
érdid
a de tiem
po y d
e pro
ducto
. Es d
ecir, la
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igació
n d
ebe ser lo
más h
om
ogén
ea posib
le.
A m
enudo, la h
eterogen
eidad
observad
a en la resp
ues-
ta del cañ
averal al tratamien
to co
n h
erbicid
a es deb
ida
a una co
bertu
ra desig
ual. A
esto co
ntrib
uye el carácter
intrin
cado y m
onóto
no d
e estas form
aciones veg
etales
que h
ace difícil la to
ma d
e referencias q
ue p
ermitan
saber q
ué zo
nas se fu
mig
aron y cu
áles no. P
ara evitar
esto resu
lta útil añ
adir u
n co
loran
te al caldo d
e fum
i-
gació
n. D
e este modo, las p
artes tratadas q
ued
an te-
ñid
as (figura 3
7). A
dem
ás, en el caso
de cañ
averales
extenso
s, se recom
ienda ab
rir pasillo
s, de m
odo q
ue
qued
en p
arcelados y la fu
mig
ación p
ued
a alcanzar to
da
la masa d
e cañas.
Figura 37. La ad
ición
de u
n tin
te al caldo
de fu
mig
ación
perm
ite saber q
ué p
artes del cañ
averal han
sido
tratadas. (a) cald
o teñ
ido
de azu
l. (b)
aspecto
de las cañ
as qu
e han
recibid
o tratam
iento
, teñid
as de azu
l. Imág
enes: D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.
a b
49
2. Época del año en que se realiza la aplicación de herbicida
El h
erbicid
a siempre d
ebe ap
licarse cuan
do las cañ
as
estén fi
sioló
gicam
ente activas:
a) Las ap
licacion
es med
iante im
preg
nació
n o
inyec-
ción
d
eben
realizarse
du
rante
el p
eriod
o d
e creci-
mien
to activo
.
b) L
as aplicacio
nes m
edian
te fum
igació
n d
eben
reali-
zarse preferen
temen
te duran
te el perio
do co
mpren
did
o
entre fi
nal d
e agosto
, septiem
bre o
prin
cipio
de o
ctu-
bre, q
ue co
incid
e con la fl
oració
n d
e la caña. D
uran
te
esos m
eses se transp
ortan
los p
roducto
s asimilad
os
desd
e los tallo
s al rizom
a lo q
ue in
cremen
ta la pro
ba-
bilid
ad d
e que el p
rincip
io activo
del h
erbicid
a alcance
este órg
ano y p
rovo
que la m
uerte d
e la caña (S
pen
cer
et al. 2009; D
ecruyen
aere y Holt 2
001). E
sto es d
ebid
o
a que lo
s herb
icidas sistém
icos tran
sportad
os p
or el
floem
a solo
son efi
caces si alcanzan
el sistema rad
icu-
lar (DiTo
maso
2000; M
onsan
to 2
006).
3. Distancia del cañaveral al agua La d
istancia d
el cañaveral al ag
ua co
ndicio
na la efi
cacia
de lo
s tratamien
tos q
uím
icos d
e dos m
aneras:
a) La d
ispo
nib
ilidad
de recu
rsos p
ara las cañas se in
-
cremen
ta con
la cercanía al ag
ua. E
sto se trad
uce en
un
mayo
r vigo
r de las p
lantas q
ue crecen
en la o
rilla
(Watts y M
oo
re 20
11
) y en u
na m
ayor d
ificu
ltad p
ara
su co
ntro
l. En
nu
estras experien
cias con
statamo
s qu
e
las cañas q
ue so
brevivían
a los tratam
iento
s qu
ími-
cos se lo
calizaban
preferen
temen
te en la cercan
ía del
agu
a. Esto
tamb
ién p
od
ía deb
erse a qu
e en esta fran
ja
se emp
leó el m
étod
o d
e imp
regn
ación
, con
un
a efi-
cacia men
or q
ue el d
e fum
igació
n d
e los reb
rotes. E
n
cualq
uier caso
, hay q
ue ten
er en cu
enta q
ue las cañ
as
cercanas al ag
ua so
n las m
ás difíciles d
e elimin
ar de
tod
o el cañ
averal.
b) L
a localizació
n d
e A. donax en la cercan
ía del ag
ua
ob
liga a to
mar p
recaucio
nes p
ara evitar la entrad
a de
herb
icida en
el med
io acu
ático. P
ara ello, es n
ecesa-
rio estab
lecer, com
o m
edid
a paliativa, u
na b
and
a de
segu
ridad
de 5
metro
s con
tado
s desd
e la orilla d
on
de
la aplicació
n d
e herb
icida se realice em
plean
do
méto
-
do
s qu
e min
imicen
la deriva, co
mo
la imp
regn
ación
po
st-corte o
la inyecció
n. L
a distan
cia de 5
metro
s es
la recom
end
ada p
ara pro
teger esp
ecies no
ob
jetivo
de la d
eriva de h
erbicid
a po
r la fich
as del R
egistro
de
Pro
du
ctos Fito
sanitario
s.
Altern
ativamen
te, y para exclu
ir cualq
uier riesg
o d
e
afección al m
edio
acuático
, se recom
ienda u
tilizar en
estos caso
s méto
dos físico
s, mecán
icos o
de fo
men
to
de la co
mpeten
cia, ya que p
ermiten
lograr u
na m
ayor
eficacia q
ue lo
s méto
dos q
uím
icos en
un p
eriodo d
e
tiempo m
ás corto
.
4. El tamaño de los brotes en el m
omento de la fum
i-gación y la frecuencia de los tratam
ientos
La frecu
encia co
n la q
ue se realicen
los tratam
iento
s
de rep
aso n
o d
ebe d
epen
der d
el tiempo tran
scurrid
o
respecto
a la aplicació
n p
receden
te, sino d
el tamañ
o
del reb
rote. S
e ha d
emostrad
o q
ue su
tamañ
o se re-
laciona p
ositivam
ente co
n la
mortalid
ad
que
inducen
lo
s
tratamien
tos
con
herb
icida
(Mota 2
009). E
s posib
le que
esto se d
eba a q
ue lo
s rebro
-
tes gran
des ab
sorb
en m
ayor
cantid
ad d
e prin
cipio
activo,
pero
también
al hech
o d
e que,
en las h
ojas q
ue n
o se h
an
desarro
llado co
mpletam
ente,
la circulació
n fl
oem
ática tiene
lugar
preferen
temen
te hacia
el áp
ice (D
iTom
aso
2000),
por
lo que
no se
pro
ducirá
transp
orte d
e herb
icida h
acia
el rizom
a o éste será m
enor.
Figura 38. Seg
regació
n reco
men
dad
a de lo
s méto
do
s qu
ímico
s en fu
nció
n d
e la cercanía al ag
ua.
A partir de 5 m
desde la orilla: fum
igación de los brotes
En los 5 primeros
metros contados
desde la orilla: inyección o im
pregnación
50
b) M
ÉTOD
OS FÍSICO
S
En
este apartad
o se d
escriben
do
s méto
do
s —cu
bri-
mien
to
e in
un
dació
n—
q
ue,
med
iante
el em
pleo
d
e
pro
cedim
iento
s físicos exclu
sivamen
te, log
ran p
rovo
car
un
a mo
rtalidad
del 1
00
% d
e las cañas en
tod
o caso
,
siemp
re y cuan
do
se apliq
uen
tal y com
o se d
escribe en
este man
ual.
Am
bo
s com
parten
com
o ven
taja frente a lo
s méto
do
s
qu
ímico
s su m
ayor efi
cacia y el hech
o d
e qu
e pu
eden
emp
learse en la to
talidad
del m
edio
ribereñ
o, in
cluso
en
la zon
a en co
ntacto
con
el med
io acu
ático.
5. Cubrimiento
El m
étodo: con
siste en la co
locació
n d
e un
a cob
ertura
com
pletam
ente o
paca —
geo
textil, plástico
, etc.— so
bre
un
cañaveral d
esbro
zado
, de m
od
o q
ue se p
riva de lu
z a
los b
rotes. P
ara garan
tizar la máxim
a eficacia, la co
bertu
-
ra elegid
a no
deb
e dejar p
asar nad
a de lu
z. La m
uerte d
el
rizom
a se pro
du
cirá po
r ago
tamien
to d
e sus reservas, ya
qu
e la emisió
n d
e nu
evos tallo
s estimu
lada p
or el d
esbro
-
ce no
gen
era un
retorn
o d
e foto
asimilad
os.
Época idónea: du
rante la estació
n d
e crecimien
to. S
i
se preten
de aco
rtar el tiemp
o d
e tratamien
to se su
gie-
re desb
rozar el cañ
averal a fin
ales de m
arzo, co
locar la
cob
ertura y retirarla en
el mes d
e octu
bre d
el año
si-
gu
iente. D
e este mo
do
, la cob
ertura h
abrá p
erman
ecido
in situ d
uran
te do
s estacion
es vegetativas co
mp
letas de
la caña (2
0 m
eses). Existen
info
rmes (A
no
n. 2
00
7) q
ue
Por este m
otivo
, deb
erá alcanzarse u
n co
mpro
miso
entre altu
ra del reb
rote y m
inim
ización d
e la deriva,
pero
siempre d
eberá p
rocu
rarse que lo
s bro
tes que se
fum
iguen
tengan
hojas co
mpletam
ente d
esarrollad
as.
5. Los tratamientos de repaso y la duración total
del tratamiento
Existen
estudio
s que d
emuestran
la importan
cia de lo
s
tratamien
tos d
e repaso
. Guth
rie (2007) co
mpru
eba q
ue
una ú
nica ap
licación d
e herb
icida m
edian
te impreg
na-
ción p
ost-co
rte pro
voca u
na d
ismin
ució
n d
e la den
si-
dad
, la altura y la tasa d
e crecimien
to d
e los b
rotes en
las parcelas tratad
as frente a lo
s contro
les. No o
bs-
tante, tran
scurrid
os 7
meses la p
arcela tratada alcan
za
mayo
r den
sidad
de cañ
as que la p
arcela contro
l.
Po
r lo tan
to, cu
and
o se em
plean
méto
do
s qu
ímico
s es
necesario
repetir lo
s tratamien
tos h
asta qu
e deje d
e
ob
servarse pro
du
cción
de n
uevo
s bro
tes. En
gen
eral,
esto req
uiere q
ue la actu
ación
se pro
lon
gu
e du
rante 3
a 5 añ
os. N
o o
bstan
te, el coste d
e los tratam
iento
s de
repaso
dism
inu
irá con
cada ap
licación
(ver apartad
o
5.4
análisis d
e costes).
Po
r otra p
arte, deb
e tenerse en
cuen
ta qu
e los h
er-
bicid
as qu
e afectan lo
s pro
cesos en
zimático
s de las
plan
tas, com
o es el caso
del g
lifosato
, no
pro
du
cen
plen
o efecto
en esp
ecies peren
nes el añ
o d
e la aplica-
ción
(Di To
maso
20
00
).
sug
ieren q
ue u
na estació
n veg
etativa (6 m
eses) es sufi
-
ciente, p
ero este asp
ecto n
o p
od
ido
ser com
pro
bad
o en
nu
estras experien
cias.
Procedimiento: este m
étod
o req
uiere d
e un
desb
roce
previo
de la p
arte aérea de A. donax p
ara, po
steriorm
en-
te, pro
ceder al cu
brim
iento
. En
tre los asp
ectos q
ue d
eben
ob
servarse destacan
:
a) Lo
s toco
nes d
e las cañas resu
ltado
del d
esbro
ce no
deb
en ten
er aristas pu
nzan
tes, ya qu
e pu
eden
agu
jerear
la cob
ertura co
n facilid
ad (fi
gu
ra 39
). Si se o
bservan
, se
deb
en co
rtar con
tijeras de p
od
a.
b) L
a zon
a de actu
ación
deb
e qu
edar lib
re de resto
s ve-
getales, d
e mo
do
qu
e la cob
ertura q
ued
e lo m
ás adh
erida
po
sible al su
strato.
c) Las co
bertu
ras deb
en g
raparse al su
elo p
ara garan
tizar
su su
jeción
du
rante el p
eriod
o d
e tratamien
to. P
ued
en
emp
learse com
o g
rapas varillas d
e hierro
corru
gad
o d
e 8
mm
de g
roso
r y con
las sigu
ientes d
imen
sion
es apro
xi-
mad
as: 40
x10
x40
centím
etros (fi
gu
ra 40
).
d) D
ebe p
rocu
rarse que lo
s fragm
ento
s emplead
os sean
tan
gran
des co
mo resu
lte posib
le man
ejarlos y q
ue se p
roduzca
un so
lapam
iento
de al m
enos 3
0 cen
tímetro
s entre p
iezas
contig
uas. D
e este modo se m
inim
iza la entrad
a de lu
z.
e) Un
a vez instalad
as las cob
erturas d
ebe cam
inarse so
-
bre ellas lo
imp
rescind
ible, co
n o
bjeto
de evitar su
perfo
-
ración
acciden
tal.
52
Figura 39. Lo
s fragm
ento
s de las co
bertu
ras deb
en so
laparse y n
o co
nten
er orifi
cios. D
e otro
mo
do
, los tallo
s de A. donax em
ergen
con
rapid
ez (a),
redu
ciend
o la efi
cacia del m
étod
o. L
a falta de lu
z pro
voca q
ue lo
s nu
evos b
rotes se d
ebiliten
con
form
e se ago
tan las reservas d
el rizom
a. (b) B
rotes
qu
e han
perm
anecid
o d
os y d
iez (c) seman
as bajo
la cob
ertura, resp
ectivamen
te. Esto
s últim
os, p
ued
en co
mp
ararse con
los b
rotes (d
) desb
rozad
os el
mism
o d
ía qu
e los q
ue se m
uestran
en (c), co
rrespo
nd
ientes a u
na p
arcela con
trol. Im
ágen
es: Gen
eralitat Valen
ciana.
a
d b
c
Figura 40 . Detalles d
e: (a) fijació
n m
edian
te grap
as de las co
-
bertu
ras; (b) g
rapas u
tilizadas; (c) so
lapam
iento
entre frag
men
-
tos y (d
) fijació
n d
e los extrem
os d
e las cob
erturas m
edian
te
la realización
de u
na zan
ja en la q
ue se in
trod
uce el p
lástico d
e
po
lietileno
qu
e, po
steriorm
ente, es cu
bierto
po
r sustrato
. Imá-
gen
es: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
ab
cd
53
i) Tip
os d
e cob
erturas reco
men
dad
as:
· Plástico
de p
olietilen
o n
egro
de 5
00
micras (2
.00
0 g
al-
gas). S
e recom
iend
a emp
lear rollo
s de 2
5 m
etros d
e lar-
go
y 8 m
etros d
e anch
o.
· Geo
textiles no
tejido
s. So
n m
ateriales a base d
e po
lieti-
leno
o p
oliéster. L
os em
plead
os en
nu
estras experien
cias
fuero
n d
e po
lietileno
de 2
86
-32
5 g
/m2. P
oseen
un
a gran
resistencia al d
esgarro
y a la tracción
, adem
ás de q
ue
con
fieren
un
a gran
estabilid
ad al terren
o.
· M
allas an
tihierb
as. C
on
sisten
en
un
en
tramad
o
de
fib
ras mu
y resistentes tejid
as sob
re un
a malla d
e po
-
lipro
pilen
o, lo
qu
e pro
po
rcion
a al tejido
un
a bu
ena ca-
pacid
ad d
e aislamien
to y resisten
cia. Presen
tan co
mo
ventaja ad
icion
al frente a las o
tras do
s op
cion
es descri-
tas anterio
rmen
te el hech
o d
e ser perm
eables al ag
ua
y al aire. De este m
od
o se evita el en
charcam
iento
y la
ano
xia del su
strato.
f) Op
cion
almen
te, la vida d
e la cob
ertura se p
ued
e alargar
cub
riénd
ola co
n g
rava o tierra, co
n lo
cual se evitará te-
ner q
ue h
acer repaso
s frecuen
tes para lo
calizar po
sibles
perfo
racion
es y se redu
cirá el imp
acto p
aisajístico d
e la
actuació
n (fi
gu
ra 41
).
g) E
n g
eneral p
ued
e emp
learse cualq
uier co
bertu
ra op
aca
—n
o d
ebe d
ejar pasar la lu
z cuan
do
se interp
on
e entre
el sol y el o
bservad
or y se m
ira al trasluz—
qu
e sea ca-
paz d
e resistir las tensio
nes p
rod
ucid
as po
r el emp
uje d
e
los b
rotes y q
ue co
nserve estas características d
uran
te
la du
ración
del tratam
iento
. Las co
bertu
ras deg
radab
les,
com
o las m
antas o
rgán
icas de yu
te o co
co, n
o cu
mp
len
con
los d
os req
uisito
s expu
estos y, p
or lo
tanto
, no
pu
e-
den
emp
learse para este m
étod
o, co
mo
pu
ede co
mp
ro-
barse en
la fig
ura 4
2.
h) Tran
scurrid
os lo
s do
s perio
do
s vegetativo
s de A. do-
nax, se recom
iend
a la retirada d
e las cob
erturas y la re-
vegetació
n d
e la zon
a.
Figura 42. Las co
bertu
ras deg
radab
les, com
o estas m
antas d
e fibra d
e
coco
, no so
n ad
ecuad
as para este m
étodo ya q
ue so
n atravesad
as con faci-
lidad
por lo
s bro
tes de A. donax. Im
ágen
es: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
Figura 41. La lo
ng
evidad
de las co
bertu
ras, com
o esto
s geo
textiles no
te-
jido
s, pu
ede p
rolo
ng
arse cub
riénd
olas co
n el su
strato q
ue se o
bten
ga en
el mism
o lu
gar d
e la actuació
n. Im
ágen
es: DG
A (M
AG
RA
MA
) – T
RA
GS
A.
54
Efectos no deseados: este méto
do p
rovo
ca una co
mpleta
elimin
ación d
e la vegetació
n d
e las riberas, in
cluso
de las
especies ru
derales. P
or esta razó
n, au
nque n
o se altera la
estructu
ra del su
strato, su
vuln
erabilid
ad fren
te a la ero-
sión au
men
ta.
Eficacia: es un m
étodo efi
caz al 100%
si el cubrim
iento
se
man
tiene so
bre el cañ
averal dos p
eriodos veg
etativos co
n-
secutivo
s de A. donax. P
ara lograr esta efi
cacia se requieren
revisiones ap
roxim
adam
ente cad
a mes, p
ara reparar p
osi-
bles p
erforacio
nes en
las cobertu
ras. El cu
brim
iento
de la
cobertu
ra con su
strato m
inim
iza el riesgo d
e perfo
ración.
Adecuado para: cañ
averales m
on
oesp
ecífico
s d
espro
-
vistos d
e vegetació
n n
ativa. Tamb
ién p
ara los in
stalado
s
sob
re escolleras u
otras d
efensas h
idráu
licas o en
cual-
qu
ier situació
n en
la qu
e no
es po
sible extraer el rizo
ma o
emp
lear herb
icida.
Figura 43 . La p
uesta en
práctica d
el méto
do
de in
un
dació
n req
uiere el d
esbro
ce del cañ
averal y la retirada d
e los resto
s vegetales (a, b
). Po
steriorm
en-
te, deb
e con
struirse u
na m
ota p
erpen
dicu
lar al curso
flu
vial (c, d) q
ue p
ermitirá reten
er el agu
a y man
tener in
un
dad
a la sup
erficie o
cup
ada p
or A. donax
(e). El resu
ltado
es la com
pleta elim
inació
n d
el cañaveral u
na vez retirad
a el agu
a (f). Nó
tese cóm
o en
la isleta qu
e perm
anece em
ergid
a com
o p
arcela
con
trol se p
rod
uce la recu
peració
n d
el cañaveral. L
ocalizació
n: R
ío M
ijares, Esp
adilla (C
astellón
). Imág
enes: D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.
a
d b
cef
55
med
iante el em
pleo
de crib
as, con lo
que será p
osib
le inco
r-
porar d
e nuevo
el suelo
a la ribera rep
erfilad
a.
6. Inundación del cañaveral
El m
étodo: en
este caso se h
ace uso
de la in
toleran
cia del
rizom
a de A. donax al en
charcam
iento
perm
anen
te para
pro
vocar su
muerte p
or an
oxia, m
edian
te el establecim
ien-
to d
e una lám
ina d
e agua so
bre el cañ
averal (figura 4
3).
Época idónea: en in
vierno, d
uran
te la parad
a vegetativa
de A. donax.
Procedimiento: este m
étodo req
uiere u
n d
esbro
ce previo
del
cañaveral y la retirad
a de resto
s vegetales. P
osterio
rmen
te,
med
iante la co
nstru
cción d
e una m
ota p
erpen
dicu
lar al río,
deb
e establecerse u
na lám
ina d
e agua d
e 20 cen
tímetro
s de
alto co
mo m
ínim
o d
uran
te 3 m
eses inin
terrum
pid
os.
Eficacia: es un m
étodo efi
caz al 100%
.
Adecuado para: cañaverales cercan
os al río
y situad
os en
una co
ta poco
superio
r a la de la lám
ina d
e agua, ya q
ue d
e
otro
modo sería n
ecesario el b
om
beo
de ag
ua o
la cons-
trucció
n d
e una estru
ctura d
e dim
ensio
nes im
portan
tes
para h
acer subir su
nivel.
c) MÉTODOS DE CONTROL M
ECÁNICO
7. Extracción del rizoma
El m
étodo: consiste en
la extracción d
el rizom
a del su
stra-
to co
n retro
excavadora (fi
gura 4
4 a).
Época idónea: la actuació
n p
ued
e realizarse en cu
alquier
época d
el año, p
ero resu
lta más co
nven
iente trab
ajar con
un su
strato relativam
ente seco
, ya que d
e este modo se
reduce la can
tidad
de su
elo q
ue se ad
hiere a lo
s rizom
as y
se min
imiza su
pérd
ida.
Procedimiento: in
icialmen
te deb
e desb
rozarse la p
arte aé-
rea de A. donax p
ara, a contin
uació
n, extraer el rizo
ma co
n
una retro
excavadora. E
l órg
ano su
bterrén
eo d
e la caña se
concen
tra en lo
s 15 cen
tímetro
s superfi
ciales del su
strato,
si bien
se han
localizad
o h
asta 50 cen
tímetro
s de p
rofu
ndi-
dad
. En cu
alquier caso
, este méto
do su
pone la extracció
n
de g
ran can
tidad
de su
elo. P
ara evitar este inco
nven
iente se
recom
ienda el em
pleo
de cazo
s modifi
cados p
ara el cribad
o
de las tierras, co
n ag
ujero
s de lu
z adap
tada al tam
año m
edio
del rizo
ma, lo
que p
ermitirá q
ue su
extracción sea m
ás se-
lectiva (figura 4
4 b
y c). Para ello
, el maq
uin
ista deb
e agitar
el cazo carg
ado co
n rizo
mas y su
strato, h
asta que la m
ayor
parte d
el últim
o se p
ierda p
or lo
s orifi
cios. A
lternativam
ente,
se pued
e optar p
or retirar su
strato y rizo
mas d
el área de
actuació
n o
bien
pro
ceder a u
na sep
aración p
osterio
r in situ
abc
Figura 44. La extracció
n d
el rizom
a med
iante retro
excavadora (a) es u
n m
éto-
do co
n el q
ue se p
ued
e lograr u
na efi
caz elimin
ación d
el cañaveral d
e man
era
rápid
a. Para red
ucir la can
tidad
de su
strato q
ue se extrae ju
nto
con el rizo
ma
se recom
ienda em
plear cazo
s modifi
cados co
mo lo
s de la fo
tografías (b
, c).
Imág
enes: a, G
eneralitat V
alencian
a; b y c, D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.
56
En
los caso
s en lo
s qu
e se recup
ere el sustrato
y se in-
corp
ore a la rib
era se pro
du
cirá inevitab
lemen
te la apa-
rición
de reb
rotes a p
artir de frag
men
tos d
e rizom
a. No
ob
stante, esto
s bro
tes aislado
s son
fácilmen
te extraíbles
—estiran
do
de lo
s tallos o
con
azadas—
, ya qu
e estarán
pro
du
cido
s po
r rizom
as suelto
s relativamen
te sup
erficia-
les. Tamb
ién p
ued
en co
ntro
larse med
iante ap
licacion
es
localizad
as de h
erbicid
a.
Efectos no deseados: este méto
do su
pone u
na p
rofu
nda
alteración d
e las riberas, q
ue d
eberán
ser restaurad
as para
evitar la erosió
n y recu
perar su
vegetació
n característica.
Eficacia: con este m
étodo es p
osib
le lograr u
n co
ntro
l de
A. donax del 1
00%
si se retiran rizo
mas y su
strato o
del
91%
si el sustrato
cribad
o se rein
corp
ora a la rib
era.
Adecuado para: interven
cion
es qu
e sup
on
gan
reperfi
lado
de rib
eras o m
ovim
iento
s de tierra, co
mo p
or ejem
plo
, la
retirada d
e motas. E
ste méto
do n
o es ad
ecuad
o en
zonas
de esco
llera colo
nizad
a por A. donax, ya q
ue lo
s rizom
as
crecen d
ebajo
de las p
iedras d
e estas estructu
ras.
8. Desbroces reiterados
El m
étodo: con
siste en so
meter al cañ
averal a un
a serie
de d
esbro
ces reiterado
s con
el ob
jetivo d
e ago
tar las re-
servas del rizo
ma al fo
rzarlo a u
na rep
osició
n co
nstan
te
de lo
s tallos.
Época idónea: el tratamien
to d
ebe in
iciarse al com
ienzo
de la estació
n veg
etativa de A. donax y p
rolo
ngarse m
ien-
tras siga o
bserván
dose la ap
arición d
e nuevo
s bro
tes.
Procedimiento: el d
esbro
ce inicial p
ued
e ser mecan
izado
.
Los p
osterio
res pued
en ser m
anuales, p
ues lo
s bro
tes jó-
venes se arran
can co
n facilid
ad a ras d
e suelo
estirando d
e
ellos, o
cortán
dolo
s con p
odad
oras. U
na vez realizad
o el
prim
er desb
roce, lo
s siguien
tes deb
en ten
er lugar cad
a 20
días. E
ste méto
do p
ued
e com
bin
arse con u
na p
lantació
n
de esp
ecies riparias n
ativas duran
te el inviern
o, co
n o
bjeto
de in
cremen
tar la com
peten
cia con u
n cañ
averal deb
ilitado
por lo
s desb
roces reiterad
os.
Efectos no deseados: este méto
do
es respetu
oso
con
el
med
io físico
y con
las especies d
e flo
ra y faun
a de las
zon
as de rib
era.
Eficacia: para este m
étod
o n
o se d
ispo
ne d
e resultad
os
basad
os en
experien
cias pro
pias. M
ota (2
00
9) d
emu
es-
tra qu
e 5 d
esbro
ces sucesivo
s cada 2
0 d
ías pro
vocan
un
a
dism
inu
ción
de ap
roxim
adam
ente 8
0%
de la altu
ra de lo
s
nu
evos b
rotes y d
e su n
úm
ero resp
ecto al n
úm
ero in
icial.
Seg
ún
algu
no
s testimo
nio
s (Go
dé, 2
00
8), so
n n
ecesarios
hasta 9
desb
roces su
cesivos p
ara elimin
ar un
cañaveral.
Existen
eviden
cias de q
ue la elim
inació
n recu
rrente d
e
los b
rotes tien
e com
o resu
ltado
un
a dism
inu
ción
de la
bio
masa su
bterrán
ea en la cañ
a (Sh
arma et al. 1
99
8).
No
ob
stante, esta esp
ecie pu
ede crecer a p
artir de rizo
-
mas en
terrado
s a un
metro
de p
rofu
nd
idad
(Bo
ose y H
olt
19
99
; Else 1
99
6). Tam
bién
hay q
ue ten
er en cu
enta q
ue
la caña p
osee u
na tasa fo
tosin
tética mu
y elevada (R
os-
sa et al. 19
98
), lo q
ue p
rovo
ca qu
e los b
rotes p
ron
to se
ind
epen
dicen
de las reservas d
el rizom
a un
a vez emer-
gen
a la sup
erficie. P
or esto
últim
o es im
po
rtante q
ue lo
s
perio
do
s entre d
esbro
ces sean co
rtos, d
e mo
do
qu
e los
bro
tes qu
e se elimin
en se h
ayan g
enerad
o, en
su m
ayor
parte, a p
artir de las reservas d
el rizom
a. De este m
od
o,
se estará con
tribu
yend
o al ag
otam
iento
de su
s reservas
más ráp
idam
ente.
En resu
men
, no existe u
n estu
dio
que d
emuestre q
ue este
méto
do p
ermite elim
inar d
e man
era defi
nitiva u
n cañ
ave-
ral. No o
bstan
te, su u
tilidad
no d
ebe m
inusvalo
rarse, espe-
cialmen
te si se emplea en
com
bin
ación co
n p
lantacio
nes
de esp
ecies riparias n
ativas, que in
cremen
tarían la co
m-
peten
cia frente a u
n cañ
averal deb
ilitado. S
e trataría de u
n
méto
do sem
ejante al d
e cobertu
ra de ram
as vivas, pero
simplifi
cado en
su ejecu
ción.
Adecuado para: cañaverales m
ixtos, co
n veg
etación n
a-
tiva intercalad
a, en aq
uellas situ
aciones en
las que n
o se
pued
an em
plear m
étodos q
uím
icos. E
s un m
étodo id
óneo
para fo
men
tar la particip
ación d
e volu
ntario
s en la errad
i-
cación d
e la caña, ya q
ue lo
s desb
roces q
ue sig
uen
al ini-
cial pued
en realizarse a m
ano sin
emplear h
erramien
tas.
d) M
ÉTODOS DE FOMENTO DE LA COM
PETENCIA
9. Cobertura de ramas vivas
El m
étodo: consiste en
lograr estab
lecer una d
ensa cu
bier-
ta vegetal d
e especies rip
arias nativas q
ue co
mpita p
or lo
s
recurso
s y por el esp
acio co
n cañ
averales deb
ilitados p
or
dos d
esbro
ces previo
s.
Época idónea: perío
do co
mpren
did
o en
tre agosto
y sep-
tiembre (d
esbro
ces) y diciem
bre (p
lantació
n).
Procedimiento: este m
étodo req
uiere d
os d
esbro
ces pre-
vios d
el cañaveral, co
n o
bjeto
de p
rovo
car su d
ebilitam
ien-
to. E
l prim
er desb
roce p
ued
e tener lu
gar a fi
nales d
e agosto
y el segundo a fi
nales d
e septiem
bre. P
osterio
rmen
te, se
57
amarrar lo
s alambres. P
or lo
gen
eral, la estructu
ra se fija
con u
na esco
llera de u
na fi
la de p
iedras (fi
gura 4
6 a), p
ara
lo cu
al deb
erá excavarse un fo
so d
e 60 x 3
0 cen
tímetro
s en
la base d
e la ribera, q
ue le servirá d
e anclaje. E
sta estructu
-
ra pued
e ser reemplazad
a por u
na fajin
a.
Las esp
ecies del g
énero
Salix — excep
to S. caprea—
son
las más ad
ecuad
as para este m
étodo, p
or lo
que d
eberían
ser favorecid
as con o
bjeto
de o
ptim
izar los resu
ltados (fi
-
gura 4
6 b
y c). También
pued
en estaq
uillarse, p
ero co
n
men
or éxito
, los taxo
nes d
e los g
énero
s Populus, Tama-
rix, Sambucus y Cornus. L
os sau
ces son esp
ecies abun-
dan
tes en la m
ayoría d
e curso
s fluviales esp
añoles, están
bien
adap
tados a las crecid
as de lo
s ríos y p
roporcio
nan
una b
uen
a pro
tección d
e las riberas. A
dem
ás, su m
odo
de crecim
iento
se ha d
emostrad
o cap
az de co
mpetir p
or
el espacio
y los recu
rsos co
n la cañ
a, dism
inuyen
do su
pro
ductivid
ad (C
offm
an 2
007). A
simism
o, se reco
mien
da
emplear m
aterial pro
ceden
te de sau
cedas cercan
as para
evitar fenóm
enos d
e contam
inació
n g
enética.
Eficacia: es un m
étodo efi
caz al 100%
.
Adecuado para: situacio
nes en
las que se p
retenda q
ue
la elimin
ación d
el cañaveral vaya ap
arejada co
n la recu
pe-
ración ráp
ida d
e la cubierta veg
etal nativa. D
ebe ap
licarse
preferib
lemen
te en o
rillas con p
oca p
endien
te.
deb
erá llevar a cabo la p
lantació
n d
e ramas vivas d
e sau-
ce (Salix sp. p
l.) duran
te los m
eses de in
vierno, so
bre u
na
ribera p
reviamen
te modelad
a de fo
rma tan
gen
cial a la co-
rriente. D
ebe p
rocu
rarse que la zo
na d
e plan
tación ten
ga la
men
or ru
gosid
ad p
osib
le, para facilitar q
ue las ram
as entren
en co
ntacto
con el su
strato. É
stas se plan
tan y se tu
mban
,
fiján
dose su
posició
n co
n alam
bres g
alvanizad
os ten
did
os
entre p
iquetas d
e hierro
o estacas d
e mad
era. Una vez se h
a
com
pletad
o la d
istribució
n d
e las ramas, se p
roced
erá a es-
parcir u
na d
elgad
a capa d
e tierra para estim
ular su
enraiza-
mien
to. E
s conven
iente trab
ajar con ram
as de m
ás de 4
sa-
vias, un d
iámetro
mín
imo d
e 3-4
centím
etros y u
na lo
ngitu
d
mín
ima d
e 120 cen
tímetro
s. Estas d
imen
siones p
ermitirán
intro
ducirlas en
el sustrato
hasta alcan
zar la capa freática y
que atraviesen
la capa d
e rizom
as de la cañ
a. Dep
endien
do
de las co
ndicio
nes clim
áticas de la zo
na d
onde se realice la
actuació
n p
ued
e ser necesaria la realizació
n d
e algún rieg
o
de m
anten
imien
to p
or asp
ersión d
uran
te el prim
er año.
Los alam
bres p
ued
en reem
plazarse p
or ram
as, de m
odo
que si las estacas em
plead
as son d
e mad
era no será n
ece-
sario retirar n
ingún elem
ento
del m
edio
. En cu
alquier caso
,
las estacas deb
en m
edir u
nos 4
0-5
0 cen
tímetro
s, tienen
que clavarse en
el terreno al m
enos 2
0 cen
tímetro
s y han
de d
isponerse co
nfiguran
do u
na m
alla o retícu
lo d
e 60-8
0
centím
etros x 8
0-1
00 cen
tímetro
s (figura 4
5). E
s conve-
nien
te, adem
ás, que d
ispongan
de en
talladuras p
ara poder
Figura 45. El m
étod
o d
e cob
ertura d
e ramas req
uiere llevar a cab
o u
na d
ensa p
lantació
n d
e tallos vivo
s de sau
ce qu
e se fijan
en co
ntacto
con
el sus-
trato. P
ara ello es n
ecesario u
n en
tramad
o d
e alamb
res qu
e se tiend
en en
tre estacas. Imag
en: D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.
Alam
bre g
alvanizad
o
Rizo
ma
Arundo donax
Cau
ce
Estacas d
e mad
era
Ram
as del g
énero
Salix
58
Cuadro 4: Ensayos de eficacia de los métodos quím
icos, físicos, de bioingenieria y mecá-
nicos para el control de cañaverales en campo
La in
form
ación
qu
e se pro
po
rcion
a en este cu
adro
corresp
on
de
a la
ob
tenid
a en
las
experien
cias d
e
camp
o realizad
as po
r el Min
isterio d
e Med
io A
mb
ien-
te y la Gen
eralitat Valen
ciana en
riberas fl
uviales d
is-
tribu
idas p
or las cu
encas h
idro
gráfi
cas destacad
as
en la fi
gu
ra 47
.
En
la fig
ura 4
8 se m
uestra la efi
cacia de lo
s diferen
tes
méto
do
s expresad
a en térm
ino
s de m
ortalid
ad d
e las
cañas, co
mo
el nú
mero
de cañ
as mu
ertas ind
ucid
o p
or
el tratamien
to resp
ecto al n
úm
ero d
e inicial d
e cañas
vivas, en p
orcen
taje (%). L
os valo
res qu
e se apo
rtan
corresp
on
den
a la med
ia ob
tenid
a en las d
iferentes
actuacio
nes. H
abid
a cuen
ta de q
ue éstas in
corp
oran
un
a elevada variab
ilidad
en térm
ino
s amb
ientales y d
e
tipo
log
ía de cañ
averal, las eficacias p
rop
orcio
nad
as
para lo
s diferen
tes méto
do
s reflejan
de m
anera co
n-
sistente el resu
ltado
esperab
le en u
na ap
licación
de
los d
iferentes m
étod
os.
Figura 47. Cu
encas h
idro
gráfi
cas en las q
ue se h
an realizad
o trab
a-
jos d
e camp
o.
Figura 46. Ejem
plo
del en
tramad
o d
e alambres q
ue se tien
den
entre estacas (a). C
on este m
étodo se lo
gra el d
oble o
bjetivo
de elim
inar el cañ
averal y
restaurar la cu
bierta veg
etal del talu
d, co
mo p
ued
e verse en las im
ágen
es (b, c) d
e la actuació
n d
esarrrollad
a en A
rroyo
Harn
ina, A
lmen
dralejo
(Bad
ajoz).
Imág
enes: D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.
abc
59
Figura 48. Dism
inu
ción
del n
úm
ero d
e cañas vivas/m
2 respecto
al nú
mero
inicial en
% in
du
cida p
or lo
s 8 m
étod
os en
sayado
s. Las letras
diferen
tes ind
ican d
iferencias sig
nifi
cativas con
el test de Tu
key (P<
0,0
5).
En
el caso d
e los m
étod
os q
uím
icos lo
s resultad
os
qu
e se mu
estran co
rrespo
nd
en a la m
ortalid
ad o
b-
servada d
espu
és de tres ap
licacion
es con
secutivas,
a intervalo
s de 2
1 d
ías, de u
n fo
rmu
lado
a base d
e
glifo
sato m
edian
te:
a) Fum
igació
n d
el cañaveral n
o d
esbro
zado
con
un
a
con
centració
n d
e glifo
sato d
el 10
% y u
na d
osis d
e
10
l/ha.
b) Fu
mig
ación d
e los reb
rotes resu
ltado d
el desb
roce
previo
del cañ
averal con id
éntica co
ncen
tración y d
osis.
c) Impreg
nació
n p
ost-co
rte de cañ
as adultas co
n u
n
form
ulad
o a b
ase de g
lifosato
sin d
iluir (5
4%
glifo
sato).
d) In
yección
en cañ
as adu
ltas del fo
rmu
lado
emp
lea-
do
en c).
El resto
de m
étodos se ap
licó d
e acuerd
o co
n lo
s pro
-
toco
los d
escritos an
teriorm
ente.
Los resu
ltados m
uestran
que 4
méto
dos d
iferentes:
- Cubrim
iento
con co
bertu
ras opacas.
- Inundació
n d
el cañaveral.
- Extracció
n d
e rizom
a y sustrato
.
- Cobertu
ra de ram
as vivas,
perm
iten u
n efi
caz contro
l de cañ
averales, con el 1
00%
de las cañ
as muertas y sin
aparició
n d
e rebro
tes tras
dos añ
os d
e seguim
iento
, inclu
so en
cañaverales d
e
elevada d
ensid
ad (>
70 tallo
s/m2) y q
ue h
an o
cupad
o el
espacio
ripario
duran
te décad
as. Esto
perm
ite afirm
ar
que, o
bien
se logró
pro
vocar la m
uerte d
efinitiva d
e los
rizom
as de A. donax co
n lo
s méto
dos d
e cubrim
iento
e inundació
n, o
bien
que la co
mpeten
cia inten
sa que
opone la d
ensa p
lantació
n d
e Salix spp. so
bre u
n ca-
ñaveral d
ebilitad
o p
or d
os d
esbro
ces es suficien
te para
contrarrestar la elevad
a capacid
ad co
mpetitiva d
e la
especie in
vasora.
Por o
tro lad
o, la efi
cacia del m
étodo d
e extracción d
el
rizom
a difi
ere signifi
cativamen
te si éste se retira junto
con el su
strato d
el ámbito
de in
tervenció
n o
bien
los
materiales extraíd
os se crib
an y el m
aterial edáfi
co re-
cuperad
o se in
corp
ora n
uevam
ente al m
edio
ripario
.
El h
echo es q
ue in
evitablem
ente, al h
acer esto ú
ltimo,
peq
ueñ
os frag
men
tos d
e rizom
a escapan
del crib
ado y
gen
eran n
uevas cañ
as.
Por o
tro lad
o, lo
s tratamien
tos q
uím
icos d
e fum
igació
n
(ya sea de cañ
averales no d
esbro
zados o
de reb
rotes)
pued
en in
ducir u
na m
ortalid
ad su
perio
r al 90%
. Efica-
cias men
ores, en
torn
o al 8
2%
, se obtien
en em
plean
do
los m
étodos d
e impreg
nació
n o
inyecció
n d
e herb
i-
cida. E
n cu
alquier caso
, esto sig
nifi
ca que el co
ntro
l
defi
nitivo
del cañ
averal requerirá siem
pre d
e más d
e 3
tratamien
tos d
e repaso
y de tiem
po ad
icional (h
abitu
al-
men
te entre 3
-5 añ
os).
�
% reducción del nº inicial de cañas/m2
10
0
80
60
40
200
Cubrim
iento
Inundació
nExtracció
n d
e
rizom
a y sustrato
Cobertu
ra
de ram
as
Fum
igació
n
cañaveral
Fum
igació
n
rebro
te
Extracció
n
rizom
a (cribad
o) Im
preg
nació
n
post-co
rte
Inyecció
n
Métodos
10
0 %
a
10
0 %
a
10
0 %
a
10
0 %
a9
4 %b
93
%b9
1,0
5 %
b8
2,9
3 %
c8
1,8
6%
c
60
Método Adecuado para Época Herramientas Ventajas Inconvenientes
Fumigación cañaverales
Cañaverales
monoespecíficos
preferiblemente pequeños
y alejados del agua.
Situaciones en las que la
deriva del herbicida no
suponga un riesgo de
afección a especies no
objetivo o al medio.
Durante el periodo
vegetativo. Mejores
resultados a finales de
verano, cuando la planta
transfiere asimilados
al rizoma.
Pulverizador hidráulico
o carretilla fitosanitaria.
Herbicida a base de
glifosato para aplicación
foliar (dosis máxima 10 l/
ha). Colorante para tinción
del caldo de fumigación.
No altera la estructura del
sustrato. Eficacia elevada
con tres aplicaciones.
Bajo coste.
Necesita aplicaciones
periódicas durante 3-5
años. Riesgo de afección
a otras especies vegetales
o componentes del medio
natural por deriva
del herbicida.
Fumigación rebrotes
Cañaverales extensos
y monoespecíficos. En
situaciones en las que éstos
crecen en una ribera debe
respetarse una banda de
seguridad respecto al agua
de 5 metros contados desde
la orilla para minimizar
afección al medio acuático.
Durante el periodo
vegetativo. Mejores
resultados si el desbroce
del cañaveral se realiza en
agosto y la 1º fumigación
de los brotes en
septiembre (altura óptima
brotes 80-90 cm).
Maquinaria para desbroce
previo del cañaveral.
Mochila atomizadora.
Herbicida a base de
glifosato para aplicación
foliar (dosis máxima 10 l/
ha). Colorante para tinción
del caldo de fumigación.
Baja alteración del sustrato.
Eficacia elevada con tres
aplicaciones. Método más
dirigido (con menor deriva)
que la fumigación del
cañaveral. Bajo coste.
Necesita aplicaciones
periódicas durante 3-5
años. Riesgo de afección
a otras especies vegetales
o componentes del medio
natural por deriva
del herbicida.
Impregnación post-corte
Cañaverales mixtos —con
vegetación autóctona—
o próximos al agua.
En cañaverales densos
preferible desbroce previo y
corte e impregnación
de los rebrotes.
Durante el
periodo vegetativo.
Tijeras podadoras. Herbicida
a base de glifosato para
aplicación foliar (dosis
máxima 10 l/ha). Guantes
impermeables, recipientes
y brochas.
Baja alteración del sustrato.
Eficacia elevada con tres
aplicaciones. Bajo/nulo
riesgo de deriva.
Necesita aplicaciones
periódicas durante 3-5
años. Coste muy elevado.
Requiere aplicación manual
y personal formado. No
deben transcurrir más de 2
minutos entre corte
e impregnación.
Inyección herbicida talloCañaverales mixtos —con
vegetación autóctona— o
próximos al agua.
Durante el
periodo vegetativo.
Tijeras podadoras. Jeringa
dosificadora para uso
ganadero. Herbicida a base
de glifosato para aplicación
foliar (dosis máxima 10
l/ha). No superar 1.000
inyecciones/ha y aplicación.
Baja alteración del suelo.
Eficacia elevada con tres
aplicaciones. Bajo/nulo
riesgo de deriva.
Necesita aplicaciones
periódicas durante 3-5
años. Coste elevado.
Requiere aplicación manual
y personal formado.
Tabla 2. Tabla resumen de los métodos de control para cañaverales.
61
Método Adecuado para Época Herramientas Ventajas Inconvenientes
Cubrimiento (geotextil, malla antihierbas, plástico de polietileno)
Cañaverales
monoespecíficos, cercanos
o alejados del agua.
Cualquier época del año.
Las coberturas deben
permanecer sobre el terreno
durante dos estaciones
vegetativas de A. donax.
Maquinaria para desbroce
del cañaveral. Tijeras
podadoras para eliminar
cañas punzantes.
Coberturas opacas. Grapas
para fijación al sustrato de
las coberturas.
No requiere empleo de
productos químicos.
Eficacia del 100%.
No son necesarios
repasos posteriores.
Coste nuy elevado.
Método de aplicación
compleja. Es necesario
revisar periodicamente las
coberturas en busca de
posibles perforaciones.
Inundación del cañaveral
Cañaverales
monoespecíficos cerca de
cursos fluviales a una cota
un poco superior a la
lámina de agua.
En invierno. La parcela debe
permanecer inundada 3
meses ininterrumpidos con
un lámina de agua
de 20 cm.
Maquinaria para
desbroce del cañaveral.
Retroexcavadora para
la construcción de mota
perpendicular al río que
permita la inundación
de la parcela.
No requiere empleo de
productos químicos.
Eficacia del 100%.
No son necesarios
repasos posteriores.
Coste nuy elevado. Método
de aplicación compleja.
Es necesario revisar
periodicamente la actuación
para reparar posibles
fugas de agua.
Extracción de rizoma
Cañaverales situados
en riberas que vayan a
reperfilarse o cañaverales
densos y monoespecifícos.
Inadecuado para
cañaverales que
crecen en escolleras.
En verano, con el terreno
seco para minimizar
pérdidas de sustrato.
Maquinaria para
desbroce del cañaveral.
Retroexcavadora con cazo
modificado para extracción
del rizoma. Cribas para
separación de sustrato
y rizoma.
No requiere empleo de
productos químicos.
Eficacia del 100% o próxima
si se retira el sustrato
con el rizoma.
Fuerte alteración del
sustrato. Coste elevado.
Generación de un residuo
que es necesario gestionar.
Requiere revegetación
posterior.
Cobertura de ramas
Cañaverales situados
en riberas que vayan a
reperfilarse. Inadecuado
para cañaverales que
crecen en escolleras.
Dos desbroces previos,
final de agosto y final de
septiembre. Plantación
en invierno.
Maquinaria para
desbroce del cañaveral.
Retroexcavadora para
reperfilado de los taludes.
Varas de sauce o similar.
Alambre o cuerda y estacas
para sujetar las ramas.
Piedras o troncos
para escollera.
No requiere empleo de
productos químicos.
Restauración con
vegetación autóctona.
Moderada alteración del
sustrato. Eficacia elevada en
el control de A. donax.
Coste nuy elevado. Método
de aplicación compleja.
62
5.2. Métodos ineficaces para el control de
cañaverales
Tradicio
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ente, p
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Figura 49. La elim
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RA
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A.
63
a) Trituració
n.
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12
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09
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isitos. E
s decir, d
ebe
respetarse la p
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brir lo
s restos
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plástico
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5.3.2. Inertización de los tallos
Lo
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a con
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e exista riesgo
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com
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s, ya
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os.
Control mediante herbívoros
La cañ
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ecie atractiva para lo
s herb
ívoro
s en
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e las sustan
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icas nocivas q
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sílice, resultad
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e la presen
cia de
células silíceas aso
ciadas co
n lo
s haces vascu
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ermis (P
erdue 1
958; B
ell 1997).
Com
o co
nsecu
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s herb
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vacas solo
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tra alternativa y ten
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les.
Por lo
tanto
, este méto
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pued
e ser consid
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ntro
l de A. donax.
5.3. Gestión de los residuos generados en la elim
inación de cañaverales
Seg
ún
el méto
do
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s trabajo
s de elim
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n
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s lign
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los frag
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os. Tal y co
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o
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mo
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e pro
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y pro
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evas
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iente, esto
s restos veg
etales no
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ben
dep
ositarse en
el med
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antes in
ertizarlos
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iante lo
s tratamien
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yen el o
bjeto
de
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o.
Desd
e el punto
de vista leg
al, el dep
ósito
de lo
s restos
de esp
ecies invaso
ras está perm
itido p
or el R
eal Decreto
1628/2
011, d
e 14 d
e noviem
bre, p
or el q
ue se reg
ula el
Listad
o y el C
atálogo E
spañ
ol d
e Esp
ecies Exó
ticas Inva-
soras en
el marco
de actu
aciones d
e contro
l, siempre q
ue
se realice de m
odo q
ue n
o se favo
rezca la disp
ersión p
os-
terior d
e la especie o
bjeto
de co
ntro
l (artículo
10.8
). Los
méto
dos q
ue se d
escriben
a contin
uació
n cu
mplirían
con
el requisito
expresad
o en
la norm
a citada.
5.3.1. Inertización de los rizomas
La extracció
n d
el rizom
a lleva aparejad
o la g
eneració
n d
e
una g
ran can
tidad
de resid
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nserva su
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pacid
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e pro
ducir n
uevas p
lantas d
uran
te perio
dos p
ro-
longad
os. P
or lo
tanto
, el gesto
r deb
e tener en
cuen
ta que
la mera extracció
n d
el sustrato
no p
rovo
ca su m
uerte. U
na
opció
n p
ara gestio
nar este m
aterial con elevad
o co
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nóm
ico es su
traslado a verted
ero au
torizad
o p
ara su p
os-
terior tratam
iento
, con el co
nsig
uien
te pag
o d
el canon d
e
vertido. P
ero este co
ste elevado p
ued
e evitarse med
iante el
empleo
de lo
s méto
dos q
ue se d
escriben
a contin
uació
n:
64
b) D
esecación.
Si se d
ispone d
e espacio
, las cañas co
rtadas p
ued
en d
e-
positarse en
lugar seco
. Boose y H
olt (1
999) co
mpro
baro
n
que el m
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e fragm
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s de tallo
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nes
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ras de 1
9-2
3 ºC
) pro
voca u
na
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ición d
e la bro
tación d
el 72%
de su
s yemas. D
e aquí se
ded
uce q
ue el d
epósito
de las cañ
as en u
n lu
gar seco
du-
rante d
os m
eses de veran
o en
la mayo
r parte d
e territorio
s
donde la cañ
a crece en E
spañ
a garan
tizaría su in
ertización.
Cuadro 5: Ensayos de inertización del rizoma
En n
uestras exp
eriencias se cu
ltivaron frag
men
tos d
e ri-
zom
a de 5
, 3 y 1
centím
etros así co
mo el serrín
(tamañ
o
< 1
centím
etro, fi
gura 5
0a) resu
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ración.
Tras 35 d
ías en in
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ero se o
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e 1 cen
tímetro
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tamañ
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ás y emitiero
n m
enor can
tidad
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llos q
ue lo
s de m
ayor tam
año (fi
gura 5
1). Ú
nicam
ente el
rizom
a triturad
o n
o p
rodujo
nin
gún reb
rote. R
esultad
os
semejan
tes han
sido o
bten
idos p
or M
ota (2
009).
Figura 50. La tritu
ración
del rizo
ma co
n u
n
tamañ
o d
e gran
o sem
ejante al serrín
(a) ga-
rantiza su
com
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restos
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(b)
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plo
el
mo
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—
versión
g
asolin
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22
,1-kW
16
,5-H
ON
DA
GX
69
0-P
rod
ucció
n
10
m³/h
– d
iámetro
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le 15
cm—
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fin
o. E
stos
restos, ju
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a fragm
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s de rizo
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e un
tamañ
o d
e 1, 3
y 5 cm
, se semb
raron
en
ban
dejas d
e 11
litros co
n su
strato y se m
an-
tuviero
n en
invern
adero
du
rante 4
0 d
ías (c).
En
las imág
enes (d
) y (e), pu
eden
verse las
diferen
cias existentes en
tre la bro
tación
de
un
rizom
a intacto
(con
trol) co
n el b
rote p
ro-
du
cido
po
r un
fragm
ento
de rizo
ma d
e 1 cm
.
Imág
enes: D
GA
(MA
GR
AM
A) –
TR
AG
SA
.a
b
65
Figura 51. Nú
mero
med
io d
e bro
tes emitid
os p
or las d
istintas clases d
e tamañ
o d
e fragm
ento
de rizo
ma en
fun
ción
del tiem
po
de cu
ltivo.
Las letras d
iferentes in
dican
diferen
cias sign
ificativas co
n el test d
e Tukey (P
<0
,05
). En
sayos d
esarrollad
os en
el Institu
to N
acion
al de In
ves-tig
acion
es Ag
rarias (INIA
).
c
de
Nº de brotes
Velocidad de rebrote (días)
12
1086420
7 1
4 2
1 2
8 3
5
Tamañ
o d
el fragm
ento
del rizo
ma d
e A. donax1 cm
aa
aa
b
b
b
b
cc
d3 cm
5 cm
66
5.4. Análisis de costes
El co
ste de lo
s diferen
tes méto
dos en
sayados así co
mo su
coste m
edio
, indicad
o p
or la lín
ea azul, se m
uestra en
la fi-
gura 5
2. D
el análisis d
e estos resu
ltados p
ued
en extraerse
las siguien
tes consid
eraciones:
a) los m
étodos d
e fum
igació
n d
el cañaveral o
de lo
s rebro
-
tes suponen
únicam
ente u
n in
cremen
to m
oderad
o d
e pre-
cio resp
ecto al d
esbro
ce. En este p
unto
hay q
ue reco
rdar
que el d
esbro
ce contrib
uye a la g
eneració
n d
e un cañ
averal
más d
enso
y no p
ued
e ser consid
erado u
n m
étodo d
e con-
trol. P
or lo
tanto
, estos resu
ltados p
onen
de m
anifi
esto el
coste elevad
o d
el desb
roce fren
te a ciertos m
étodos q
uí-
mico
s, con lo
s que se p
ued
e lograr u
n co
ntro
l más efi
caz
de lo
s cañaverales.
b) el co
ste de lo
s méto
dos q
uím
icos es b
ajo en
com
pa-
ración co
n el resto
, a excepció
n d
el de im
preg
nació
n. S
in
embarg
o, este im
porte co
rresponde a tres ap
licaciones
para cad
a uno d
e ellos, lo
que n
o p
ermite el co
ntro
l defi
-
nitivo
del cañ
averal (cuad
ro 4
). Esto
signifi
ca que su
cos-
te final p
ued
e ser superio
r, ya que co
n frecu
encia serán
necesarias ap
licaciones en
años su
cesivos. A
unque este
increm
ento
no h
a sido estim
ado en
los en
sayos realizad
os,
se ha calcu
lado q
ue el co
ste de lo
s repaso
s en lo
s méto
-
dos d
e fum
igació
n d
el rebro
te e impreg
nació
n se red
uce
confo
rme ésto
s se suced
en (fi
gura 5
3). E
sto se d
ebe, p
or
una p
arte, a que el p
rimer tratam
iento
inclu
ye el coste d
el
desb
roce en
ambos caso
s y, por o
tra, a que el n
úm
ero d
e
cañas q
ue d
ebe tratarse d
ismin
uye co
n lo
s sucesivo
s tra-
tamien
tos. P
or lo
tanto
, el gesto
r deb
e tener en
cuen
ta que
los rep
asos tien
en u
n m
enor co
ste en co
mparació
n co
n el
tratamien
to in
icial en la p
lanifi
cación d
e los trab
ajos.
Por ú
ltimo, en
la figura 5
4 se m
uestran
las prin
cipales u
ni-
dad
es de o
bra q
ue in
tervienen
en cad
a méto
do y su
contri-
bució
n p
roporcio
nal al im
porte to
tal de cad
a uno d
e ellos.
Esta in
form
ación p
ued
e ser útil p
ara mejo
rar su ren
dim
ien-
to, ya q
ue p
ermite sab
er qué u
nid
ades d
e obra co
ndicio
nan
el coste d
e man
era más d
etermin
ante. P
or ejem
plo
, en 6
de lo
s 8 m
étodos, la u
nid
ad d
e obra co
n m
ayor p
eso en
la
determ
inació
n d
el precio
es la man
o d
e obra (co
lor n
aranja).
Esto
sugiere q
ue p
odría lo
grarse u
na m
ejora d
e la pro
duc-
tividad
pro
porcio
nan
do u
na fo
rmació
n ad
ecuad
a a los o
pe-
rarios en
cargad
os d
e la ejecució
n d
e los trab
ajos, d
e modo
que ad
quieran
las hab
ilidad
es y conocim
iento
s necesario
s
para co
rrecta ejecució
n d
e los m
ismos an
tes de su
inicio
.
Figura 52. Co
ste de ap
licación
(€/m
2) de lo
s diferen
tes méto
do
s para el co
ntro
l de cañ
averales (recuad
ro azu
l) y coste d
el desb
roce m
ecánico
(recuad
ro
gris). R
ojo
: méto
do
s qu
ímico
s; verde: m
ecánico
s; violeta: físico
s; azul: fo
men
to co
mp
etencia. E
n el caso
de lo
s méto
do
s qu
ímico
s ún
icamen
te, el coste
equ
ivale al tratamien
to in
icial y do
s tratamien
tos d
e repaso
. Co
ste apro
ximad
o d
e los tratam
iento
s basad
o en
el análisis d
e ob
ras de m
anten
imien
to d
e
cauces en
varias con
federacio
nes h
idro
gráfi
cas, pro
yectos d
e la Estrateg
ia Nacio
nal d
e Río
s y pro
yectos in
ternacio
nales.
Cobertu
ra
ramas vivas
17
15
13
1197531-1
Cubrim
iento
Impreg
nació
n
post-co
rte
Inundació
nExtracción
rizom
a cribad
o Extracción rizoma
+ su
strato
Inyecció
nFu
mig
ación
rebro
te
Fum
igació
n
cañaveral
Desb
roce
15,8
9,0
5
10,0
5
8,0
17,6
3,8
5
1,8
9
0,8
6
Co
ste med
io: 7
,09
4,5
56,7
7
67
Figura 53. Porcen
taje del co
ste total q
ue
suponen
los tratam
iento
s de rep
aso en
los
méto
dos d
e fum
igad
o d
el rebro
te e impreg
-
nació
n
post-co
rte (d
el reb
rote).
El
coste
elevado d
e la prim
era aplicació
n es d
ebid
o
a que in
cluye el im
porte co
rrespondien
te al
desb
roce in
icial del cañ
averal.
Figura 54. Co
ste relativo d
e las diferen
tes un
idad
es de o
bra p
ara cada u
no
de lo
s och
o m
étod
os en
sayado
s.
Fum
igació
n reb
rote
Impreg
nació
n p
ost-co
rte
1er tratam
iento
2º tratam
iento
3er tratam
iento
80%12%
8%
43%28,1%
22%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
Fumigación cañaveral
Fumigación rebrote
Impregnación post-corte
Inyección de herbicida
Cubrimiento
Inundación
Extracción rizoma
Cobertura ramas
Man
o d
e ob
raD
esbro
ceG
eotextil
Grap
aA
lamb
re
Man
o d
e ob
raH
erbicid
aH
erbicid
aD
esbro
ce
Man
o d
e ob
raH
erbicid
aD
esbro
ceM
ano
de o
bra
Jering
aH
erbicid
a
Desb
roce
Co
nd
uccio
nes d
e agu
aM
ano
de o
bra
Rep
erfilad
o o
rillaD
esbro
ceM
ano
de o
bra
Man
o d
e ob
raE
xtracción
Man
o d
e ob
ra
57%43%
70%
5%
25%
31%
9%
60%63%
5%11%
14%
7%
88%
8%4%
88%
2%10%
58%
40%
2%2%
98%
69
a) La elim
inació
n d
e un cañ
averal es un o
bjetivo
perfec-
tamen
te alcanzab
le emplean
do d
istinto
s méto
dos, in
cluso
en situ
aciones d
e colo
nizació
n m
uy in
tensa. N
o o
bstan
te,
la difi
cultad
para lo
grar esta m
eta se increm
enta co
n la
escala de la in
tervenció
n. A
esto co
ntrib
uye la ad
aptab
i-
lidad
de A. donax —
que le p
ermite crecer en
una am
plia
variedad
de situ
aciones—
y los d
iversos facto
res que co
n-
dicio
nan
la interven
ción.
b) E
l con
ocim
iento
de la b
iolo
gía d
e A. donax es un
as-
pecto
imp
ortan
te a la ho
ra de ab
ord
ar su elim
inació
n.
De h
echo
, la difi
cultad
para lo
grar este o
bjetivo
radica
en las p
eculiarid
ades d
e su m
orfo
log
ía —p
resencia d
e
un
órg
ano
peren
ne su
bterrán
eo resp
on
sable d
el reclu-
tamien
to—
, de su
mo
do
de crecim
iento
y pro
pag
ación
—elevad
a capacid
ad d
e repro
du
cción
vegetativa—
, de su
fisio
log
ía —alta p
rod
uctivid
ad—
y de su
ecolo
gía —
ele-
vada p
lasticidad
—. E
stos asp
ectos d
eben
ser tenid
os en
cuen
ta a la ho
ra de ap
licar los d
iferentes m
étod
os q
ue
perm
iten el co
ntro
l de esta esp
ecie así com
o en
la plan
i-
ficació
n d
e las actuacio
nes.
c) La
elimin
ación
de
cañaverales
es posib
le m
edian
te
méto
dos trad
icionales co
mo el em
pleo
de h
erbicid
as o la
extracción m
ecánica d
el rizom
a. Pero
también
lo es co
n
otro
s utilizad
os co
n m
enor frecu
encia, co
mo lo
s cubri-
mien
tos co
n co
bertu
ras opacas, la in
undació
n p
rolo
ngad
a
o el fo
men
to d
e la com
peten
cia que o
frecen ciertas es-
pecies n
ativas. Hab
ida cu
enta q
ue lo
s distin
tos m
étodos
difi
eren en
los im
pacto
s que p
roducen
sobre el m
edio
y
en su
s costes d
e aplicació
n, la elecció
n d
el más ad
ecuad
o
dep
enderá d
e múltip
les variables, q
ue in
cluirán
desd
e as-
pecto
s norm
ativos al tip
o d
e interven
ción q
ue se p
retenda
realizar, pasan
do p
or las características d
el cañaveral, la
localizació
n d
e la actuació
n o
la posib
ilidad
de realizar re-
paso
s en añ
os su
cesivos.
d) E
n g
eneral, p
ued
e afirm
arse que lo
s méto
dos d
e contro
l
de cañ
averales que n
o recu
rren a h
erbicid
as perm
iten su
elimin
ación d
efinitiva co
n m
ayor rap
idez q
ue lo
s méto
dos
quím
icos, sin
necesid
ad d
e repaso
s una vez fi
nalizad
a la
interven
ción. N
o o
bstan
te, el coste d
e estos m
étodos es
hab
itualm
ente m
ayor q
ue el d
e aquello
s que recu
rren al
empleo
de h
erbicid
as.
e) Los tratam
iento
s de rep
aso so
n esen
ciales para la co
n-
solid
ación d
e la eficacia d
e los m
étodos q
uím
icos. A
dem
ás,
únicam
ente su
ponen
un b
ajo o
moderad
o in
cremen
to d
e
coste resp
ecto a la actu
ación in
icial. En este sen
tido, es
importan
te prever q
ue el p
eriodo d
e seguim
iento
necesa-
rio p
ara la com
pleta elim
inació
n d
e un cañ
averal med
iante
el empleo
de h
erbicid
a oscila en
tre los 3
y los 5
años. P
or
lo tan
to, si n
o p
ued
en g
arantizarse esto
s repaso
s, se reco-
mien
da n
o in
iciar las actuacio
nes d
e contro
l de cañ
avera-
les emplean
do m
étodos q
uím
icos.
f) El d
esbro
ce por sí so
lo o
la quem
a de cañ
averales única-
men
te conducen
a una elim
inació
n tran
sitoria d
e su p
arte
aérea. Por co
nsig
uien
te, ambos m
étodos d
eberían
única-
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te emplearse p
ara la reducció
n tem
poral d
e la bio
masa
acum
ulad
a en situ
aciones d
e emerg
encia e im
posib
ilidad
de actu
ar de o
tro m
odo p
or falta d
e recurso
s, asum
iendo
de an
teman
o q
ue se trata d
e una actu
ación q
ue a m
edio
y
largo p
lazo tien
de a co
nso
lidar la d
om
inan
cia de las rib
e-
ras por p
arte de la cañ
a y, por co
nsig
uien
te, a agravar lo
s
pro
blem
as y riesgos aso
ciados a su
presen
cia.
CONCLUSIONES
71
AB
ICH
AN
DA
NI, S
.L. 2
007. The potential im
pact of the in-vasive species A
rundo d
onax on w
ater resources along the Santa Clara river: seasonal and diurnal transpiration
. MS
c
Thesis. U
niversity o
f Califo
rnia. L
os A
ngeles.
AN
NA
PU
RN
A, C
. & J.S
. SIN
GH
. 20
03
. Phenotypic plas-ticity and plant invasiveness: case study of congress grass. C
urren
t Scien
ce 85
: 19
7–
20
1.
AN
ON
. 2002. U
.S. Fish
and W
ildlife S
ervice, Reg
ion 2
. Final recovery plan: Southw
estern willow
flycatcher (Em
pid
onax
traillii extimus). A
lbuquerq
ue, N
M: S
outh
western
Willo
w Fly-
catcher R
ecovery Team
.
AN
ON
. 20
07
. Aru
nd
o d
on
ax Tarping Protocol. Cen
ter for
Eco
log
ical R
estoratio
n
and
S
teward
ship
. C
ircuit
Rid
er
Pro
du
ction
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rundo d
onax L.) response
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lant M
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nag
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run
do
do
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+i para el Control y Erradicación de A. donax: I co
ng
reso Ib
érico R
estaurarío
s
(Leó
n, o
ctub
re 20
11
); XIII C
on
greso
de la S
ocied
ad E
spañ
ola d
e Malh
erbo
log
ía (Can
arias, no
viemb
re 20
11
); Jorn
a-
das so
bre E
species In
vasoras en
Río
s y Zo
nas H
úm
edas (V
alencia, feb
rero 2
01
2); Jo
rnad
a intern
a —A
GE
— so
bre
segu
imien
to d
e pro
yectos d
e restauració
n fl
uvial (M
adrid
, jun
io 2
01
2); P
resentació
n en
el ciclo d
e con
ferencias d
e la
expo
sición
“entre río
s and
a el jueg
o” (ju
nio
20
12
en M
adrid
); IV C
on
greso
Nacio
nal so
bre E
species E
xóticas In
vasoras
(Po
nteved
ra, septiem
bre 2
01
2); Jo
rnad
as Técnicas d
e Restau
ración
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re 20
12
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reso N
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nal d
e Med
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mb
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RD
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epartam
ento
de
Med
io A
mb
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rden
ación
del Territo
rio. G
ob
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Vasco
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6 p
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PD
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