la biblia para la predicación

36

Upload: editora-esperanca

Post on 06-Mar-2016

2.192 views

Category:

Documents


650 download

DESCRIPTION

Publicação em espanhol, uma parceria da Editora Esperança com as Sociedades Bíblicas Unidas, La Biblia para la Predicación apresenta os esboços bíblicos na Bíblia do Pregador, na versão Reina Valera 1960.

TRANSCRIPT

Page 1: La Biblia para la predicación
Page 2: La Biblia para la predicación
Page 3: La Biblia para la predicación

Colocar antes de Isaías

Page 4: La Biblia para la predicación
Page 5: La Biblia para la predicación
Page 6: La Biblia para la predicación

PRESENTACIÓN

Con inmensa satisfacción tenemos el agrado de presentar «La Biblia para la predicación». Esta tan anhe-lada Biblia contiene el texto bíblico de la revisión Reina-Valera 1960 enriquecido con abundante material homilético: más de 1600 recuadros con bosquejos de sermones; un manual de homilética básica; dos tablas cronológicas; ciento veinte modelos de sermones para el Antiguo y el Nuevo Testamentos; sermones mode-lo según su género; artículos explicativos sobre cómo predicar los distintos tipos de sermones con consejos útiles para tal fin; y un glosario básico de homilética y predicación.

Cabe destacar que los recuadros que contienen bosquejos de sermones han sido ubicados cuidadosa-mente próximos a los textos bíblicos a los que se refieren, a fin de que el lector tenga fácil acceso al texto bíblico a la hora de preparar su predicación. El artículo introductorio «Sobre la predicación en América Latina» da un esbozo de la realidad de la predicación actual en el contexto latinoamericano y cómo hacer frente a los desafíos de nuestra era.

Cada libro bíblico comienza con una breve reseña y estructura de su contenido y presenta un recuadro con «temas sugeridos para la predicación». Cada grupo de libros: Pentateuco, históricos, poéticos, profé-ticos, evangelios, etc. también presenta un artículo introductorio que explica al lector cómo predicar el género al cual dicho grupo pertenece, con numerosos consejos prácticos. El Manual de homilética bási-ca incluido constituye una herramienta valiosa para todo aquel que quiere profundizar en el arte de la preparación de sermones. Contiene temas como «Predicación y homilética»; «El estudio del texto bíblico: explicación y contextualización»; «Los rudimentos de la predicación»; «Consejos para la redacción del sermón»; entre otros.

El propósito de esta obra que ahora ponemos en sus manos es ayudar a pastores, líderes de grupos y predicadores de la palabra de Dios, en la preparación y entrega de mensajes bíblicos. Oramos para que sea de gran utilidad para todos los que trabajan arduamente en la enseñanza y la predicación bíblica.

A Dios sea la gloria.

El equipo de Sociedades Bíblicas Unidas

Page 7: La Biblia para la predicación

¡Felicitaciones por adquirir esta «Biblia para la predicación»! Tenemos dos noticias para usted: una buena y otra mejor. La buena es que usted adqui-rió un instrumento formidable de gran ayuda en su ministerio de la predicación de la palabra de Dios. La noticia mejor es que este instrumento le dará la oportunidad de trabajar firmemente en la prepara-ción de sus sermones y estudios.

ObSERvACIONES INICIALES1. Los recuadros contenidos en esta Biblia son

sugerencias. Al lanzarse sobre ellos, por fa-vor, sienta toda la libertad de modificarlos: agregando o sacando versículos, o alternado los temas, de acuerdo a su propio juicio. Los recuadros no son «camisas de fuerza», sino he-rramientas destinadas a ayudarlo en su minis-terio de la predicación y enseñanza.

2. Existen varios tipos de sermones: expositivos, temáticos, temáticos-bíblicos, etc. Los recua-dros contenidos en esta «Biblia para la predi-cación» son, generalmente, de dos tipos: expo-sitivos y temáticos-bíblicos. Algunos recuadros no pertenecen a un tipo bien definido.a. Los sermones expositivos son aquellos que

tratan de un asunto, pero utilizando un tex-to bíblico principal que puede ser corto (po-cos versículos) o largo (por ejemplo, un libro entero como el de Jonás o Hebreos). Todos los subpuntos de los recuadros son extraídos de este texto principal. Pueden encontrarse ejemplos de recuadros de sermones de tipo expositivo en Mt 4 («La tentación de Cris-to»); Lc 19.1-10 («Zaqueo ve a Jesús»); Jn 10 («El Señor es mi Pastor»); y Ap 1 («Juan, el profeta verdadero»).

b. Los sermones temáticos-bíblicos son aquellos que tratan de un tema específico, utilizando textos reunidos de varias partes de la Biblia. Al-gunos ejemplos de recuadros de sermones del tipo temático-bíblico pueden encontrarse en Lc 19.10 («La venida del Señor a este mundo»); Jn 3 («El nuevo nacimiento»); Stg 1.26 («La lengua mala»; Ap 7.11 («Ángeles, modelos de siervos de Dios»).

UNA ANALOGÍAQueremos darle algunas pistas acerca de cómo

utilizar esta «Biblia para la predicación» de la ma-nera más productiva posible. Inicialmente usare-mos la visión del profeta Ezequiel (Ez 37.1-10) para

ilustrar el trabajo que tenemos por delante, toman-do la libertad de aplicarlo fuera de su significado original y literal. En su visión, inicialmente, Eze-quiel vio el valle lleno de huesos secos esparcidos por todos lados. Después vio los huesos juntándose uno a uno formando esqueletos completos. En se-guida vio que los tendones, la carne y la piel co-menzaban a cubrir los huesos formando cuerpos. Finalmente observó cómo el Espíritu dio vida a los cuerpos muertos.

APLICANDO LA vISIÓN DE EzEqUIEL A NUESTRO ObjETIvO:

1. Las verdades, los principios bíblicos pueden compararse con los huesos esparcidos. Ellos se encuentran dentro de un texto, como dise-minados por toda la Biblia. Estas verdades y principios deben agruparse de modo coherente y lógico, a fin de formar sermones y estudios bien estructurados.

2. Podemos comparar los recuadros contenidos en esta Biblia con los esqueletos completos de la visión del profeta. Estos recuadros tienen un título que, generalmente, corresponde al tema o asunto del sermón y tiene subtemas que de-sarrollan el tema.

3. Los esqueletos pueden estar muy bien estructu-rados, pero no ser bonitos ni eficaces. Ellos ne-cesitan ser transformados en cuerpos mediante la adición de músculos, tendones y piel. Ésa es la tarea de cubrir el «esqueleto» del sermón con contenido. He aquí el trabajo que usted debe hacer y del cual no puede escapar.

4. Finalmente, el sermón puede estar listos, muy bien estructurado, bien elaborado con pensa-mientos valiosos, ilustraciones esclarecedoras, pero aun así ser un cuerpo muerto. Su sermón precisa ser animado por el soplo del Espíritu de Dios. Esta unción del Espíritu sobre sus pre-dicaciones y estudios dependerá de la intimi-dad de su vida con Dios. ¡Sus sermones serán una bendición en la medida en que usted sea una persona bendecida!

MANOS A LA ObRA

1. TENGA UNA vISIÓN PANORáMICA DEL SERMÓN.

Haga lo siguiente:• Intente descubrir el tipo de sermón. ¿Es un

sermón expositivo basado en un texto bíblico,

CÓMO USAR LOS RECUADROS

Page 8: La Biblia para la predicación

ya sea corto o largo? ¿Es un sermón temático, que trata un asunto usando textos de varias partes de la Biblia? ¿No está bien definido qué tipo de sermón es?

• Observe el título. ¿Es un título vago o defi-ne el tema del sermón? ¿Está vinculado a un versículo bíblico? En el caos de estarlo, este texto está expuesto en el sermón o se usa simplemente para titular el sermón?

• Analice los subpuntos.¿Hay una secuencia clara y lógica en el desarrollo de los pensa-mientos en los subtemas?

• Lea todos los versículos bíblicos relacionado a los temas. La conexión entre el tema y el versículo… ¿es clara y evidente? ¿Los versí-culos ayudan a aclarar los temas y ofrecen ayuda y contenido para el sermón?

2. CLARIfIqUE EL TEMA DEL SERMÓN.La segunda cosa que debe hacer es definir con

claridad cuál es el tema del sermón. Generalmen-te, pero no siempre, está contenido en el título o en alguna observación introductoria. Veamos algunos ejemplos de títulos relacionados con temas:

• «¡No moriremos!» (Hab 1.12). A pesar del tí-tulo, el tema es «la restauración de Jacob» (Gn 32–33).

• «El Espíritu de gracia» (Zc 12.10). El tema, expuesto en el cuerpo del bosquejo, es «el arrepentimiento verdadero».

• «Herederos del reino” (Mt 25.34). El tema es el reino de Dios.

• «El Espíritu Santo en la Epístola a los Efe-sios» (Ef 5.18). El tema es el Espíritu Santo.

• «Un mundo de maldad» (Stg 3.6). El tema es la lengua.

3. DEfINA EL ObjETIvO PRINCIPAL DEL SERMÓN.

En tercer lugar debe descubrir cuál es el objeti-vo del sermón. El sermón es una comunicación de contenidos, de verdades, con el objetivo de que algo acontezca en la vida de los oyentes. El conocimiento es esencial, pero es apenas un medio para alcanzar un fin. El fin siempre es la transformación de vidas. Observe el texto de 2Ti 3.16-17: «Toda Escritura es inspirada por Dios, y útil… a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra». Note que el objetivo final de la Escri-tura es el «hombre», tanto su «ser» como su «hacer». La Escritura fue dada para que el ser humano «sea» y para que «haga».

Procure tener sólo UN objetivo en su sermón. Si

el esbozo contiene temas divergentes, tal vez sea bueno descartarlos. Usando la analogía de Salomón en Eclesiastés 12.11, el sermón es UN clavo que de-sea afirmar en la vida, las mentes y los corazones de sus oyentes y los varios puntos y temas del sermón son únicamente diversos martillazos que le infiere a aquel único clavo. El objetivo que usted defina de-berá direccionar toda la preparación, presentación y conclusión del sermón.

Sugerimos lo siguiente: estudie el esbozo, analice el tema y sus subtemas, lea los versículos y formule en una frase el objetivo que quiere alcanzar por me-dio del mensaje. La frase podría tener, por ejemplo, el siguiente formato:

• «Después de oír este mensaje, mis oyentes podrán comprender que el Evangelio es la única respuesta a las preguntas del ser hu-mano, y serán desafiados a tomar una deci-sión por Cristo.»

• «Después de oír este mensaje, mis oyentes habrán comprendido mejor la dinámica de la ansiedad y estarán más dispuestos a descan-sar en Dios en medio de las tribulaciones de la vida.»

• «Después de oír este mensaje, los oyentes habrán comprendido la responsabilidad cris-tiana para con los necesitados, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, y serán d esafiados a practicar de forma concreta el amor al pró-jimo.»

• «Después de oír este mensaje, los oyentes habrán comprendido mejor la importancia, en el plano de la salvación, de la ascensión de Cristo, y podrán confiar mejor en Jesús como su Sumo Sacerdote.»

Veamos algunos ejemplos.«Lo que los creyentes tienen en el cielo» (Fil

3.20). El tema es el cielo y el objetivo podría ser ex-presado de la siguiente manera:

«Luego de oír este mensaje, los oyentes compren-derán mejor la realidad celestial que les aguarda y cómo pueden tener la certeza de ir al cielo un día.»

«El justo vivirá por la fe» (Hab 2.4). El tema es la justificación por la fe, y el objetivo podría definirse de la siguiente forma: «Después de oír este mensaje, los oyentes serán más capaces de comprender la jus-tificación por la fe, y serán desafiados a apropiarse, por la fe, de la justificación que tenemos en Cristo.»

• «Siete coronas» (1 Co 9.25). El esbozo habla de siete coronas, pero tal vez usted pueda eliminar la mención a la corona de gloria para los pastores fieles, si no corresponde con su objetivo. Tendremos entonces «seis

Cómo usar los recuadros xviii

Page 9: La Biblia para la predicación

xix Cómo usar los recuadros

coronas»: la corona de espinas de Jesús y las cinco coronas que los crey habrán en-tendido el significado de las diversas co-ronas y comprenderán que las recibirán únicamente porque Cristo recibió la “co-rona de espinas”, y serán desafiados a vi-vir una vida digna de la coronación que les aguarda».

4.COLOqUE «CARNE EN EL ESqUELETO» .Llegamos ahora a la parte más difícil de la pre-

paración del sermón: llenar el esbozo con el con-tenido. Usted ya tiene el tema, el objetivo, varios subtemas para direccionar su reflexión, varios ver-sículos bíblicos para ayudarlo a encontrar ideas y pensamientos en relación a los temas. Muy bien, ¿pero qué hacemos en la práctica?

a. Realice una búsqueda en los archivos de su propia vida. ¿Tuvo alguna experiencia rela-cionada con alguna cosa que leyó u oyó sobre el tema del sermón? ¿Recuerda alguna cosa que haya leído u oído sobre el tema? Anóte-la a medida que la recuerde, pues los pen-samientos fugaces permanecen en nuestra mente por tan sólo 10 segundos. Si no los fi-jamos de alguna forma dentro de ese tiempo, se perderán para siempre.

b. Lea los versículos relacionados con el tema y los puntos de éste. Busque en ellos pensa-mientos que pueda usar en el sermón. Tenga cuidado de no usar una cantidad muy grande de versículos. Cuídese también de no apar-tarse de su objetivo al comentar los versícu-los. Cada cosa en su sermón debe contribuir a alcanzar el único propósito que definió para el mensaje.

c. Use materiales auxiliares. Procure en libros asuntos referentes a su tema. En los comen-tarios bíblicos busque pensamientos sobre los textos. Investigue en internet tanto sobre los temas como sobre los textos bíblicos.

d. Durante la preparación predique el sermón mentalmente, varias veces, y ciertamente ten-drá muchos pensamientos creativos – pero no olvide anotarlos inmediatamente, para que no se pierdan.

5. ARMONICE EL SERMÓN.Armonice su contenido de modo que forme un

conjunto agradable, tanto en la forma como en el volumen. Volviendo a la visión de Ezequiel, imagine los tendones, músculos y piel cubriendo los esque-letos de forma desproporcional. Podríamos tener un cuerpo con brazos fuertísimos y piernas raquíticas, o un cuerpo con orejas enormes y una boca minús-cula. Elabore su sermón en forma proporcional. No invierta 80% de su tiempo en un tema en el cual tiene más fluidez y un 20% en los demás. Elabo-rar un sermón significa armonizar, y esto implica cortar todo el exceso. Venza la tentación de hablar todo lo que sabe o todo lo que recuerda en un sólo sermón.

6. CONCLUyA CON UN DESAfÍO.Concluya el sermón con un fuerte desafío, basado

en su objetivo.Pastor Fred Roland Bornschein.

Procura con diligencia presentarte a Dios aproba-do, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

(2 Ti 2.15)

Page 10: La Biblia para la predicación
Page 11: La Biblia para la predicación

A manera de introducciónLa predicación ocupa un lugar central en la vida

de la Iglesia Hispanoamericana. En la inmensa ma-yoría de las congregaciones cristianas, el sermón ocupa un papel central en el orden de culto de los servicios de adoración. La capacidad de predicar efectivamente es vista como una señal efectiva del llamado divino al ministerio pastoral.

La homilética es la disciplina que estudia sistemá-ticamente el arte cristiano de la predicación. Abarca desde el estudio del carácter de quien predica hasta la reacción de la congregación a los sermones que escucha. Incluye el estudio de la Biblia para la predi-cación, el diseño y la presentación del sermón, entre otros elementos.

Paradójicamente, el auge de la predicación en el mundo de habla hispana no ha provocado un gran interés en el estudio de la homilética. La mayor parte de los recursos bibliográficos disponibles en espa-ñol sobre el arte cristiano de la predicación han sido escritos originalmente en inglés. Lo que es más, en muchas escuelas de teología se emplean como libros de texto algunos materiales escritos a finales del si-glo XIX o a principios del siglo XX.

Esta situación contradictoria ha dividido la pre-dicación hispanoamericana en dos vertientes. Por un lado, encontramos la predicación popular, he-cha con amor por líderes cristianos que han tenido poco acceso a programas de educación teológica. Y, en muchos casos, la Biblia es la única herramienta eficaz que tienen estas personas para preparar sus sermones.

Por otro lado, encontramos la predicación erudi-ta, impartida por líderes cristianos que tienen una vasta educación tanto secular como teológica. Estos predicadores eruditos salpican sus sermones de refe-rencias a los idiomas bíblicos, a escritos teológicos, a la filosofía, la historia y la literatura universal. A mediados del siglo XX, antes de la llegada de la tele-visión, era común que algunos de estos predicadores eruditos ofrecieran conferencias en teatros y en pla-zas públicas, en ocasiones en controversia con otros

líderes religiosos. Escuchar los sermones de estos grandes oradores era una experiencia única e imper-dible.

Algunos de estos predicadores, por medio de su práctica y de su erudición, hicieron grandes aportes al estudio y la práctica de la homilética. Algunos de estos predicadores eruditos se convirtieron en los primeros maestros de homilética en diversas escue-las teológicas latinoamericanas.

La pregunta que se impone es, pues, cómo pode-mos poner algunas de estas nuevas perspectivas ho-miléticas en las manos del liderazgo cristiano hispa-noamericano. En parte, la publicación de esta Biblia de estudio busca responder a esta inquietud. Los ar-tículos, ensayos y bosquejos homiléticos incluidos en esta edición de estudio han sido escritos en diálogo con la teoría desarrollada por aquellos líderes histó-ricos. Todos los documentos han sido escritos origi-nalmente en español, tomando en cuenta el comple-jo contexto que presenta el mundo de habla hispana.

No podemos olvidar que esta Biblia de estudio se publica en un mundo donde, gracias a la Internet, las comunicaciones son instantáneas. Las redes de computadoras y los lugares cibernéticos también han tenido un gran impacto en el estudio y la práctica de la predicación. Antes, el liderazgo religioso esperaba la publicación de bosquejos homiléticos o de colec-ciones de sermones. Hoy, podemos visitar lugares en la Internet que ofrecen gratuitamente ensayos, bos-quejos homiléticos y manuscritos de sermones. Más aún, por medio de la Internet hoy podemos escuchar y ver sermones predicados por grandes exponentes del evangelio.

En conclusión, ofrecemos estas notas y apuntes homiléticos con el simple propósito de avanzar el estudio y la práctica del arte cristiano de la predica-ción en el mundo de habla hispana. Oramos a Dios, rogando que miles de hombres y mujeres encuentren en esta edición de estudio la inspiración que nece-sitan para desarrollar sermones que bendigan y nu-tran a todo el pueblo de Dios. Ofrecemos estas notas con amor, «por Cristo y la América Latina».

SObRE LA PREDICACIÓN EN AMéRICA LATINA

Page 12: La Biblia para la predicación

Colocar antes de RomanosCÓMO PREDICAR LAS EPÍSTOLAS

Las epístolas son, sin duda, el recurso homilético principal del predicador. Desde sus comienzos en el tiempo de la Reforma, el protestantismo le ha otor-gado un lugar privilegiado al estudio de las cartas y la teología del apóstol Pablo. En este segmento, es-tudiaremos varios de los elementos necesarios para predicar las epístolas en la iglesia de hoy.

a. DefiniciónLas epístolas son mensajes escritos para ser en-

viados como medios de comunicación entre perso-nas separadas por la distancia. El concepto incluye tanto el mensaje transmitido como el documento escrito. Como término técnico, en la Biblia se refie-re a los veintiún escritos del Nuevo Testamento que son –o tienen la apariencia de– cartas. De los res-tantes seis documentos, tanto Hechos como Apoca-lipsis incluyen cartas (vea Hch 23.25-30 y Ap 2–3). Más aún, Apocalipsis tiene la forma de una carta (Ap 1.4; 22.21).

Algunos eruditos hacen una marcada distinción entre el concepto de «epístola» y el de «carta». Según esa distinción, la «epístola» es un documento escrito para el público en general, en tanto que la «carta» es una comunicación privada y personal.

En sentido estricto, entonces, ninguna de las cartas del Nuevo Testamento es correspondencia privada, pues todas fueron escritas para ser leídas a las comunidades de fe. Incluso Filemón, que tra-ta un asunto más personal, se dirige a la iglesia que se reúne en la casa de Filemón, un hacendado (Flm 1.1-2).

b. CategoríasLas epístolas del Nuevo Testamento se organizan

en distintos grupos de acuerdo a su contenido teoló-gico, su autor o su fecha de composición. A continua-ción enumeraremos las categorías principales en las cuales se organizan las epístolas:

1. Epístolas paulinas: La mayor parte de las cartas del Nuevo Testamento están asociadas al ministerio del apóstol Pablo, por eso se les llama Epístolas paulinas. En total son trece cartas que a su vez se clasifican de la manera siguiente:a. Epístolas generales: Nadie disputa la

veracidad de estas cartas. Todo indica que fueron escritas o dictadas por el Apóstol per-sonalmente.

Son cartas doctrinales que se dedican a tratar situaciones particulares de algunas comunidades.

Ellas son: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipen-ses, 1 Tesalonicenses y Filemón.

b. Epístolas pastorales: Al parecer, estas cartas fueron escritas por un Pablo ancia-no o por sus discípulos poco después de la muerte del Apóstol. Aunque en varios aspec-tos son semejantes a las Epístolas generales, presentan grandes diferencias de estilo, vo-cabulario y perspectiva teológica. Éstas son: Efesios, Colosenses y 2 Tesalonicenses.

c. Epístolas de la cautividad: Se trata de cartas que hablan de la organización de la iglesia primitiva, y detallan las tareas y res-ponsabilidades de los diversos ministerios en la comunidad cristiana. Son: 1 y 2 Timoteo y Tito.

Es preciso señalar que algunos estudiosos del Nuevo Testamento llaman Epístolas de la cauti-vidad al grupo compuesto por Efesios, Colosenses, Filipenses y Filemón, debido a las referencias que ha-cen al encarcelamiento de Pablo.

2. Epístolas universales: Otro grupo de car-tas está compuesto por epístolas dirigidas a la iglesia cristiana en general. También son cono-cidas como las Cartas católicas. Ellas son: Hebreos, Santiago, 1 y 2 Pedro y Judas.

3. Epístolas juaninas: El último grupo está in-tegrado por las tres cartas compuestas por la comunidad desarrollada en torno al Discípulo amado. Son: 1, 2 y 3 Juan.

c. forma y función de las epístolasLas cartas del Nuevo Testamento siguen un pa-

trón más o menos estable, especialmente las cartas paulinas.

1. La carta comienza con una apertura que incluye el nombre del remitente, los destina-tarios y un saludo (Por ejemplo: 1 Co 1.1-3 y 1 P 1.1-2).

2. Después encontramos una sección de acción de gracias o bendición donde se hace una ora-ción intercesora por los destinatarios (2 Co 1.3-11 y 1 Ts 1.2-10). Por lo regular, esta sección incluye referencias escatológicas (1 Ts 1.10).

3. El cuerpo de la carta comienza con una fór-mula introductoria y termina con otras refe-rencias escatológicas. A veces, se incluye un in-forme sobre los viajes y las demás actividades de los misioneros (Flp 2.19-30). Por lo general, ésta es la sección con más contenido teológico del escrito.

Page 13: La Biblia para la predicación

Cómo predicar las epístolas 1132

4. El cuerpo está seguido por una exhortación. Esta sección trata asuntos éticos y pastorales. A veces, como en Hebreos, las secciones teo-lógicas y parenéticas -en vez de seguir este orden- se alternan (Heb 2.1-4; 3.7–4.13; 5.11–6.20; 10.19-39; y 12–13 son exhortaciones in-tercaladas en la exposición del tema).

5. El cierre de una carta incluye diversos salu-dos, una doxología y una bendición (Ro 16).

La ausencia de cualquiera de estos elementos, es señal de alguna de estas dos posibilidades: Puede proporcionar información importante sobre el carác-ter de la carta. Por ejemplo, en Gálatas no encontra-mos una sección de acción de gracias (Gl 1.6). Esto se debe al carácter polémico y disciplinario de la car-ta. En segundo lugar, la ausencia de alguno de los elementos formales puede levantar dudas sobre el género del escrito. Ejemplo de ello es la epístola a los Hebreos. Esta carta carece de una apertura epistolar. La razón es que Hebreos no es una epístola como tal, sino una «palabra de exhortación» (Heb 13.22), es decir, un sermón.

Las cartas son sustitutos para la expresión oral. En este sentido, la función de una epístola es darle voz a la opinión o perspectiva del remitente sobre una situación específica.

Podemos discernir varios patrones literarios en las epístolas, que sirven para formular y ordenar el texto como un todo. Algunos de estos recursos lite-rarios son:

1.Anáfora: En su sentido retórico, la anáfora consiste en la repetición de una palabra, frase, oración o estrofa inicial para crear un efecto poético o retórico. Ejemplo de esto es la repe-tición de la frase «Por la fe…» en Hebreos 11.

2.Epífora: Se refiere a la repetición de elemen-tos al final de dos o más versos, frases, oracio-nes o estrofas; es decir, es la figura inversa a la anáfora. Vea un ejemplo en 1 Co 7.12-13.

3.Paralelismo: Es la correspondencia sintáctica recurrente de varios elementos, con la inten-ción de crear un efecto retórico. Existen tres tipos principales de paralelismo:a. Sinónimo: Repite las ideas expresadas en

la primera línea en la línea subsiguiente (1 Ts 5.7).

b. Antitético: Aquí la segunda línea contrasta con la primera (1 Co 7.32-34).

c. Sintético: Las ideas de la segunda línea su-plementan o complementan las ideas de la primera (Ro 10.10). Cuando esto se repite tres líneas o más se llama paralelismo esca-lonado (Ro 5.3b-5a).

4. Inclusión: Es un tipo de paralelismo que se produce cuando un pasaje bíblico encuentra su frase o idea inicial repetida, parafraseada o aludida al final (vea la repetición de la frase «sumo sacerdote» al principio y al final de Heb 4.14–5.10). Las inclusiones son particularmen-te útiles para determinar la estructura de un escrito.

d. formas menores en las epístolasEs común encontrar varias formas menores en las

epístolas, las cuales, agrupadas de acuerdo a su con-texto vivo o situación vital literaria, son:

1. Formas de trasfondo litúrgico: Estas for-mas fueron preservadas y trasmitidas en la adoración de la iglesia primitiva:a. Himnos (Flp 2.5-11).b. Confesiones de fe (Ef 4.3-6; 1 Ti 3.16) y

doxologías (Heb 13.20-21).c. Textos eucarísticos (1 Co 11.23-26).

2. Formas de trasfondo parenético: Estas formas fueron desarrolladas para la exhorta-ción, enseñanza y predicación en la antigua comunidad de fe:a. Catálogos de vicios y virtudes (Gl 5.16-23).b. Catálogos de responsabilidades particu-

lares (tales como el código doméstico de Ef 5.21—6.9).

c. Catálogos de responsabilidades profesionales (1 Ti 3.1-7,8-13).

3. Formas de trasfondo apologético: Estas formas fueron desarrolladas con el propósito de defender puntos éticos y doctrinales rele-vantes para la iglesia:a. Discurso apologético (1 Co 10–13).b. Diatriba (Ro 2.17-24).

e. Cómo interpretar las epístolasDebemos señalar que en las epístolas se sigue un

método teológico particular. Este método está suge-rido por la forma misma de las epístolas.

Como vimos anteriormente, las cartas siguen una estructura donde los argumentos preceden a la ex-hortación. Esto es más que un recurso retórico, pues corresponde a la idea de que la teología es lo que da razón y base a la exhortación. Así vemos claramente que la teología y la ética cristiana van de la mano en las escrituras. Esto se debe a que la ética es, bá-sicamente, una rama de la teología, al igual que la cristología (la doctrina sobre Cristo) y la soteriología (la doctrina sobre la salvación). En este sentido, es un error afirmar que la exhortación no contiene ele-mentos teológicos. Todo lo contrario, la exhortación

Page 14: La Biblia para la predicación

1133 Cómo predicar las epístolas

es la sección que contiene los aspectos teológicos, éticos y pastorales más importantes del escrito.

Si seguimos este principio, encontraremos que la exhortación en las cartas del Nuevo Testamento se basa en ideas teológicas particulares. En el caso de las Epístolas paulinas, la idea teológica central es la muerte de Jesús. La cruz es el criterio en base al cual todas las demás ideas y situaciones deben ser juzgadas.

Las cartas siguen un método teológico que co-mienza con la presentación de una situación proble-mática. Esa situación se analiza teológicamente, a la luz de la cruz de Jesús. Finalmente, se presentan es-trategias o exhortaciones derivadas del análisis teo-lógico del problema.

Este método teológico nos da la pauta para la pre-dicación de las epístolas. El intérprete debe buscar textos que presenten situaciones similares o análo-gas a su propia situación histórica actual. En base a la analogía, el predicador debe proceder a reflexio-nar sobre el problema a la luz de las Escrituras. El resultado final debe ser la obtención de lineamientos teológicos y pastorales para tratar nuestra situación actual.

Por ejemplo, en Romanos se presenta una re-flexión teológica sobre la salvación con el propósito de subsanar las separaciones étnicas e ideológicas dentro de la iglesia. La comunidad cristiana estaba escindida entre los creyentes de origen pagano y una minoría de creyentes de origen judío. El mensaje de esta epístola sobre la universalidad del pecado, la justificación por la fe para todo creyente, la vida

dirigida por el Espíritu Santo, la elección de Israel y la renovación del entendimiento tiene el propósito de llevarnos a la reflexión pastoral sobre las relacio-nes entre los «débiles» y los «fuertes» en la fe. Así, el mensaje de Romanos es útil hoy para tratar todas aquellas situaciones problemáticas y de conflicto que dividen nuestras iglesias. La justificación nos lleva a la paz (Ro 5.1).

f. Consejos prácticos1. El elemento más importante en la predicación

de las epístolas es la comparación o la analo-gía. Determinar esta analogía es, sin embargo, una tarea difícil y riesgosa.

2. La analogía no debe ser forzada o exagerada. Su interpretación debe ser razonable.

3. El intérprete debe enfocar los aspectos especí-ficos del texto. No debemos diluir el mensaje en generalizaciones.

4. El tono del sermón debe reflejar el tono ge-neral de las epístolas, es decir, debe haber un equilibrio entre un estilo pastoral y una pre-sentación clara del evangelio.

5. Debemos prestarle atención a la relación entre la cristología y la ética en las epístolas.

6. Las explicaciones de las partes argumentativas de las epístolas son útiles para la predicación doctrinal.

7. Las exhortaciones de las secciones finales de las epístolas son útiles para la predicación de consejo pastoral. En especial, resultan de utili-dad para tratar asuntos éticos y morales.

Page 15: La Biblia para la predicación

Temas para la predicación 1 . La preocupación teológica principal de Roma‑

nos es la polémica o división entre los creyen‑tes de origen judío y los de origen pagano . Los creyentes de origen gentil se veían a sí mismos como personas «fuertes» en la fe . Es decir, como creyentes que viven libres de las leyes dietéticas, de la observancia del día de reposo (14 .1‑6,13‑17,22‑23) y, por lo tanto, de los con‑ceptos judíos sobre la pureza ritual . Esto les lle‑va a tildar a los judeo‑cristianos de «débiles» y llegan a dudar del lugar de Israel en la historia de la salvación (11 .1,11,16‑24) .

2 . Ante la división de la comunidad cristiana en Roma, Pablo desarrolla una exposición teoló‑gica que explica el proyecto salvífico de Dios para la humanidad . Esta exposición encuentra su tesis principal en el 1 .16‑17 . Afirma que tanto los judíos como los gentiles son pecadores y necesitan establecer relaciones justas con Dios (1 .18—3 .20) . Además, afirma que Abraham, el padre del pueblo de Israel, fue justificado por su fe (4 .1‑25) . Así, Abraham es el padre de to‑dos los creyentes, tanto judíos como gentiles (4 .9‑12) .

3 . Por medio de la justificación, alcanzamos la nueva vida en Cristo (5 .1—8 .39) . La justifica‑ción trae paz con Dios y gozo (5 .1‑5) . La muer‑te de Cristo en la cruz es lo que abre la opor‑tunidad de justificación (5 .6‑11) . La salvación provista por Cristo tiene un alcance universal, así como el pecado de Adán tuvo consecuen‑cias para toda la humanidad (5 .12‑21) .

4 . Romanos contrasta la ley y el evangelio . La ley tiene la función de exponer el pecado humano (7 .7‑25) . Sin embargo, el evangelio nos permite vivir como hijos e hijas de Dios, en el poder del Espíritu Santo (8 .1‑39) .

5 . La epístola también afirma que Israel ocupa un lugar especial en el proyecto de Dios para la humanidad . Por medio del evangelio, Dios ha incluido a las personas de origen gentil en su pacto con la humanidad, es decir, en su pro‑yecto salvífico (9 .25‑33) . Romanos 11 afirma que Israel será restaurado por Dios al final de los tiempos (11 .1‑32) .

6 . Romanos desarrolla una teología de la procla‑mación en el capítulo 10, que resalta la impor‑tancia de predicar el evangelio para lograr la salvación de toda la humanidad . El evangelio: proclamado por la ley y los profetas (10 .5‑21) .

7 . La justificación por la fe conduce a la renova‑ción del entendimiento (12 .1‑2) . La persona

LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS

ROMANOSRomanos

Romanos se distingue del resto de las Epístolas paulinas por su extenso contenido teológico . Algu‑nas personas expertas en el estudio del Nuevo Tes‑tamento afirman que Romanos fue escrita con el propósito de resumir la teología del apóstol Pablo, fuera porque deseaba mostrarle su pensamiento a la iglesia en Roma o porque deseaba dejar un tes‑tamento teológico . Sin embargo, creemos que la carta tiene el propósito de orientar a una congrega‑ción que estaba dividida entre judíos y gentiles . Los cristianos de origen pagano o gentil se considera‑ban a sí mismos como «fuertes» en la fe, dado que no guardaban leyes dietéticas ni observaban días de reposo . Esta actitud les llevó a menospreciar a los cristianos de origen judío, a quienes conside‑raban «débiles» . Ante la división, Romanos subraya que el evangelio es poder de Dios tanto para judíos como para gentiles (Ro 1 .16) .

bosquejoIntroducción — 1.1-17Todos necesitan la salvación — 1.18—3.20

1 . Los gentiles — 1 .18‑32 2 . Los judíos — 2 .1—3 .8 3 . Todos son culpables — 3 .9‑20

Cómo Dios salva a las personas — 3.21—8.39 1 . Por medio de la fe — 3 .21‑31 2 . Libres del poder del pecado — 6 .1‑23 3 . Libres del dominio de la ley — 7 .1‑25 4 . Libres por el poder del Espíritu Santo

— 8 .1‑30 5 . Victoria por medio de Jesucristo — 8 .31‑39

El pueblo de Israel en el plan de Dios — 9.1—11.36

La vida cristiana — 12.1—15.13 1 . En la iglesia — 12 .1‑21 2 . En el mundo — 13 .1‑14 3 . Los fuertes y los débiles en la fe

— 14 .1—15 .13Conclusión — 15.14-33Palabras finales: saludos y oración

de alabanza — 16.1-27

Page 16: La Biblia para la predicación

justificada por la gracia de Dios comienza un nuevo modo de vivir . Capacitada por los dones del Espíritu de Dios (12 .3‑8), puede vivir en so‑lidaridad con los demás, practicando la justicia (12 .9—13 .14) .

8 . Esa práctica solidaria de la fe debe mostrarse en las buenas relaciones interpersonales dentro de la comunidad de fe . Aquí el Apóstol resalta las consecuencias éticas de su reflexión teológi‑ca para lidiar con el problema de los «débiles» y los «fuertes» (14 .1—15 .13) . Afirmando que cada cual debe servir a Dios de acuerdo a su con‑

ciencia, llama a la iglesia a respetar el criterio de los demás creyentes .

9 . La plenitud del plan salvífico se cumplirá al final de los tiempos . El ministerio de Pablo es anun‑ciar el evangelio donde no era conocido (15 .15‑21) para acelerar la consumación del proyecto divino . Por eso, Pablo sueña con llegar a España para cumplir la profecía de Isaías 66 .18‑21 . Este viaje sería señal del cumplimiento de que la «plenitud de los gentiles» (11 .25) ha llegado a la fe . Esto explica por qué Pablo pide intercesión por sus planes de viaje (15 .22‑33) .

1135 Romanos 1

Ro. 1.16¿Cómo podemos servir al mundo?

1 . Por la oración — «Venga tu reino» (Mt . 6 .10; 1 Ti . 2 .1) .

2 . Por la predicación de la Palabra . 3 . Por la distribución de literatura evangelística

(Ro . 1 .16) . 4 . Por las ofrendas para la difusión del evangelio

(Fil . 4 .10,15‑16) . 5 . Invitando a las personas en forma vehemente

y fiel (Lc . 14 .23; Ap . 22 .17) . 6 . Por medio de una conducta ejemplar

(2 Co . 3 .1‑3; Mt . 5 .16) . 7 . Por medio de una fe viva (2 Cr . 20 .17) .

Salutación

1 1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser após-tol, apartado para el evangelio de Dios,

2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;6 entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, lla-mados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Deseo de Pablo de visitar Roma8 Primeramente doy gracias a mi Dios median-

te Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espí-ritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.11 Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados;12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.

13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros a (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles. a Hch . 19 .21 .14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anuncia-ros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

El poder del evangelio16 Porque no me avergüenzo del evangelio, por-

que es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. b b Hab . 2 .4 .

La culpabilidad del hombre18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo

contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno po-der y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorifica-ron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se

Page 17: La Biblia para la predicación

Romanos 1 — 2 1136

envanecieron en sus razonamientos, y su necio co-razón fue entenebrecido.22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en se-mejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmun-dicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzo-sas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lasci-via unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, ho-micidios, contiendas, engaños y malignidades;30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de ma-les, desobedientes a los padres,

31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

El justo juicio de Dios

2 1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quien-quiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juz-

gas a otro, te condenas a ti mismo; a porque tú que juzgas haces lo mismo. a Mt . 7 .1; Lc . 6 .37 .2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del jui-cio de Dios?4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, pa-ciencia y longanimidad, ignorando que su benigni-dad te guía al arrepentimiento?5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: b

b Sal . 62 .12 .7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obe-decen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego,10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bue-no, al judío primeramente y también al griego;11 porque no hay acepción de personas para con Dios. c c Dt . 10 .17 .

12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen

Ro. 1.16Seis confesiones bendecidas

1 . Pequé contra el Señor (2 S . 12 .13; 24 .10) . 2 . Me confieso culpable (Job 42 .6) . 3 . No me avergüenzo del evangelio de Cristo

(Ro . 1 .16) . 4 . Te confesé mi pecado (Sal . 32 .5) . 5 . Hiciste la buena profesión (1 Ti . 6 .12) . 6 . Sé en quién he creído (2 Ti . 1 .12) .

Ro. 1.16El evangelio es el poder de Dios

El evangelio transforma… 1 . Un perseguidor en siervo de Cristo

(Hch . 9 .19‑20) . 2 . Idólatras en siervos de Dios (1 Ts . 1 .9) . 3 . Pescadores de peces en pescadores de

hombres (Hch . 4 .33) . 4 . Endemoniados en alegres hijos de Dios

(Hch . 8 .5‑8; Mt . 28 .1) . 5 . Personas rudas en personas amorosas

(Hch . 16 .23‑34) . 6 . Personas inútiles en personas útiles (Flm . 11) .

Ro. 1.17La vida en la fe

1 . Andamos por la fe (2 Co . 5 .7) . 2 . Estamos firmes por la fe (2 Co . 1 .24) . 3 . Vivimos por la fe (Ro . 1 .17) . 4 . Luchamos el buen combate de la fe (1 Ti . 6 .12) . 5 . Vencemos por la fe (1 Jn . 5 .4) . 6 . Tenemos acceso a la gracia por la fe (Ro . 5 .2) . 7 . Somos justificados por la fe (Ro . 3 .28; 5 .1) .

Page 18: La Biblia para la predicación

1137 Romanos 2 — 3

por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazo-nes, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los se-cretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Los judíos y la ley17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te

apoyas en la ley, y te glorías en Dios,18 y conoces su voluntad, e instruido por la ley aprue-bas lo mejor,19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,20 instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?22 Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio?23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?24 Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros. d

d Is . 52 .5 .25 Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si

guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.26 Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como cir-cuncisión?27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la cir-cuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

3 1 ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión?

2 Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.3 ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?4 De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito:

Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado. a a Sal . 51 .4 .

5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da casti-go? (Hablo como hombre.)6 En ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo?7 Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pe-cador?8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que no-sotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes?

No hay justo9 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos?

En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.10 Como está escrito:

No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera

uno. b b Sal . 14 .1‑3; 53 .1‑3 .

13 Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. c Veneno de áspides hay debajo de sus labios; d

c Sal . 5 .9 . d Sal . 140 .3 .

14 Su boca está llena de maldición y de amargura. e e Sal . 10 .7 .

15 Sus pies se apresuran para derramar sangre; 16 Quebranto y desventura hay en sus caminos; 17 Y no conocieron camino de paz. f f Is . 59 .7‑8 .

18 No hay temor de Dios delante de sus ojos. gg Sal . 36 .1 .

19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cie-rre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; h porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. h Sal . 143 .2; Gá . 2 .16 .

La justicia es por medio de la fe21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifesta-

do la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, i para todos los que creen en él. Porque no hay dife-rencia, i Gá . 2 .16 .23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

Page 19: La Biblia para la predicación

Romanos 3 1138

24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a

causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,26 con la mira de manifestar en este tiempo su justi-cia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda exclui-da. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es tam-bién Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.

Ro. 3.20Lo que la ley no puede hacer

1 . No puede declarar a alguien como justo (Hch . 13 .39) .

2 . No puede justificar, sólo puede revelar el pecado (Ro . 3 .20) .

3 . No puede darnos una herencia (Ro . 4 .14) . 4 . No puede reconciliarnos (Ro . 5 .10) . 5 . No puede librarnos de la muerte

(Ro . 5 .12; Heb . 2 .14‑15) . 6 . No puede hacernos hijos de Dios (Ro . 8 .15) .

Ro. 3.23-25Pecado y gracia

1 . Somos incapaces de alcanzar la meta: a . Una declaración humillante: Todos pecaron . b . Una regla sin excepción: No hay quién

haga el bien (Sal . 14 .3; Ro . 3 .12) . c . Un fracaso total: Están destituidos de la

gloria de Dios . 2 . Por la gracia de Dios alcanzamos la meta:

a . No tenemos nada que ofrecer: Somos justi‑ficados sin merecerlo .

b . Una rica ofrenda: Solamente por la gracia . c . El sencillo camino a esta gracia: La fe . d . El gran resultado: Perdón, justificación, y

salvación .

Ro. 3.23Nuestra naturaleza corrompida

Las Escrituras muestran la realidad al respecto del ser humano. 1 . El Señor revela lo que está en nuestro corazón

(Mt . 15 .19‑20) . 2 . El Señor le mostró a Nicodemo quién es él

y quiénes somos nosotros (Jn . 3 .6) . 3 . Al hombre rico, Jesús le reveló su avaricia

(Mr . 10 .17‑19) . 4 . Pablo dice que todos somos pecadores

(Ro . 3 .23) . 5 . La Biblia afirma que somos infractores de la

ley de Dios (Gl . 3 .10) . 6 . Somos impotentes ante el pecado (Ro . 5 .6) . 7 . Nuestro estado es desesperante

(Ef . 2 .12; Is . 1 .5‑6) . 8 . Pero Jesús vino a salvar a los perdidos

(Lc . 19 .10) .

Ro. 3.23La salvación

1 . Es necesaria, pues todos pecamos (Ro . 3 .23) . 2 . Es completa: no precisamos hacer más nada

(2 Co . 5 .21) . 3 . Es gratuita (Is . 55 .1; Ef . 2 .8) . 4 . Es accesible: todos pueden recibirla

(Hch . 16 .31; Jn . 5 .24) . 5 . Es actual: puede recibirse hoy (2 Co . 6 .2) .

Ro. 3.24justificado por la fe

1 . El reconocimiento del pecado antecede la justificación (Lc . 7 .29) .

2 . Dios nos concede la justificación (Ro . 8 .30,33) . 3 . La gracia es el canal por el cual somos justifi‑

cados (Ro . 3 .24; Gl . 5 .4) . 4 . La sangre de Jesús es el medio para nuestra

justificación (Ro . 3 .24; 5 .9) . 5 . La muerte de Jesús posibilita nuestra justifica‑

ción (1 P . 3 .18) . 6 . La justicia de Cristo lo calificó para ser el

Justificador (Ro . 5 .18; Gl . 2 .16) . 7 . La resurrección de Cristo es el sello de la

justificación (Ro . 4 .24‑25) . 8 . La justificación es un regalo, recibido por la

fe (Ro . 5 .1; Gl . 3 .24) . 9 . La evidencia de la justificación son las obras

(Stg . 2 .21,24‑25) .

Ro. 3.24En Cristo somos:

1 . Justificados (Ro . 3 .24) . 2 . Santificados (1 Co . 1 .2) . 3 . Confirmados (2 Co . 1 .21) . 4 . Liberados (Gl . 5 .1) . 5 . Aceptos (Ef . 1 .5) . 6 . Guardados (Fil . 4 .7) . 7 . Perfeccionados (Col . 2 .10) .

Page 20: La Biblia para la predicación

1139 Romanos 3 — 5

30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.31 ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.

El ejemplo de Abraham

4 1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nues-tro padre según la carne?

2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tie-ne de qué gloriarse, pero no para con Dios.3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. a a Gn . 15 .6; Gá . 3 .6 .4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,7 diciendo:

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,

Y cuyos pecados son cubiertos. 8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no

inculpa de pecado. b b Sal . 32 .1‑2 .9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para

los de la circuncisión, o también para los de la in-circuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la cir-cuncisión, o en la incircuncisión? No en la circunci-sión, sino en la incircuncisión.11 Y recibió la circuncisión c como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircun-ciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; c Gn . 17 .10 .12 y padre de la circuncisión, para los que no sola-mente son de la circuncisión, sino que también si-guen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.

La promesa realizada mediante la fe13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su

descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, d sino por la justicia de la fe. d Gá . 3 .29 .14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. e e Gá . 3 .18 .15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descen-dencia; no solamente para la que es de la ley, sino

también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros f f Gá . 3 .7 .17 (como está escrito: Te he puesto por padre de mu-chas gentes g ) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. g Gn 17 .5 .18 Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. h h Gn . 15 .5 .19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años i ), o la esterilidad de la matriz de Sara. i Gn . 17 .17 .20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,21 plenamente convencido de que era también pode-roso para hacer todo lo que había prometido;22 por lo cual también su fe le fue contada por jus-ticia.23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Resultados de la justificación

5 1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produ-ce paciencia;4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

Ro. 5.1-11frutos de la justificación

1 . Paz con Dios (v . 1) . 2 . Acceso a Dios (v . 2) . 3 . Esperanza de gloria (v . 2) . 4 . Paciencia en el sufrimiento (v . 3) . 5 . Los justificados tienen experiencias maravillosas

(v . 4) . 6 . Los justificados no se avergüenzan (v . 5) . 7 . Los justificados se glorían en su Dios (v . 11) .

Page 21: La Biblia para la predicación

Romanos 5 1140

7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.

8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.9 Pues mucho más, estando ya justificados en su san-gre, por él seremos salvos de la ira.10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estan-do reconciliados, seremos salvos por su vida.

Ro. 5.1Conversión

1 . Es una necesidad indispensable (Mt . 18 .3; Hch . 3 .19‑20) .

2 . Es un acto radical (1 Ts . 1 .9; Hch . 26 .18) . 3 . Tiene una motivación gloriosa (Fil . 3 .8‑11) . 4 . Tiene que sortear muchos obstáculos

(Hch . 28 .27; 13 .8; Jn . 6 .66) . 5 . Se realiza a través de la fe (Hch . 26 .18; Ro . 5 .1) . 6 . El Señor Jesús preparó las condiciones para

la misma (Is . 53 .6) . 7 . La perciben quienes viven a nuestro alrededor

(1 Ts . 1 .9; Stg . 2 .24) .

Ro. 5.2La historia de nuestra vida

1 . Fuimos creados a imagen de Dios (Gn . 1 .27) . 2 . Estamos a merced de la muerte por causa del

pecado (Ro . 5 .12) . 3 . Fuimos redimidos por la sangre de Jesucristo

(Ef . 1 .7) . 4 . Nacidos de nuevo por la Palabra y por el

Espíritu (Jn . 3 .3,5) . 5 . Transformados a su imagen (2 Co . 3 .18) . 6 . Entregados a quien nos redimió (Ro . 12 .1‑2) . 7 . Felices por la gloria venidera de Dios (Ro . 5 .2) .

Ro. 5.2Acceso a Dios

Tener acceso significa tener entrada, poder acercarse, ser acepto y oído; tener libertad para venir, una vez quitado todo obstáculo. 1 . ¿Por qué camino podía acercarse Israel?

El sumo sacerdote debía ofrecer el sacri‑ficio exigido, y así, la entrada estaría libre (Lv . 16 .14‑16; Ex . 29 .36; Heb . 9 .6‑8) .

2 . ¿Cómo es posible la entrada en los días actuales?

a . Por el sacrificio de Cristo (Heb . 9 .14) . b . Por Jesús, el único camino (Jn . 14 .6) . c . A través de él, la única puerta (Jn . 10 .9) . d . Por medio de su propósito eterno

(Ef . 2 .13; 3 .11‑12) . 3 . Todos son invitados a entrar:

a . Todos son bienvenidos (Mt . 11 .28) . b . Se deben allegar confiadamente (Heb . 4 .16) .

4 . Las promesas para los que se aproximan: a . Él no echa a nadie afuera (Jn . 6 .37) . b . Nunca nos abandonará (Heb . 13 .5‑6) . c . Concede paz y descanso

(Mt . 11 .28‑30; Jn . 14 .27) .

Ro. 5.6-11La muerte del Señor por los suyos

1 . ¿Por quién murió el Señor? (v . 8‑10) . a . Por los impíos (v . 6) . b . Por los pecadores (v . 8) . c . Por sus enemigos (v . 10) .

2 . El tiempo de la muerte del Señor: a . En el tiempo determinado por Dios (v . 6) . b . Cuando aún éramos débiles (v . 6) .

3 . El efecto de la muerte de Cristo: a . Demostró el amor de Dios hacia nosotros

(v . 8) . b . Fuimos justificados por la muerte de Cristo

(v . 9) . c . A través de ella fuimos reconciliados con

Dios (v . 10) . d . Seremos salvos de la ira de Dios (v . 9) . e . Ahora tenemos paz y alegría en Dios (v . 11) .

Ro. 5.8La muerte de Cristo

1 . Es la certeza de que Dios nos ama (Jn . 3 .16; Ro . 5 .8) .

2 . Es el precio que se pagó por nuestra salvación (Mr . 10 .45; 1 Ti . 2 .6) .

3 . Es el castigo por nuestros pecados (Ro . 4 .25) . 4 . Es un acto de obediencia en relación a la ley

(Gl . 1 .4; 3 .13; 4 .4; Fil . 2 .8) . 5 . Es el medio de nuestra reconciliación

(2 Co . 5 .18‑19) . 6 . Es un acto sustitutivo (como Isaac [Gn . 22 .8])

(Lv . 16 .21‑22) .

Ro. 5.8La muerte de Cristo es:

1 . El resultado del acto más terrible (Hch . 2 .23) . 2 . La evidencia del amor más grande (Ro . 5 .8) . 3 . El mensaje de la victoria más grande

(Heb . 2 .14; Jn . 19 .30) . 4 . La fuente del poder más grande (1 Jn . 3 .16) . 5 . El cumplimiento de la promesa más grande

(1 P . 1 .10‑11) . 6 . El motivo para el servicio abnegado

(2 Co . 5 .14) . 7 . La fuerza para imitar a Dios (Ef . 5 .1‑2) .

Page 22: La Biblia para la predicación

1141 Romanos 5 — 6

11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien he-mos recibido ahora la reconciliación.

Adán y Cristo12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo

por un hombre, y por el pecado la muerte, a así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. a Gn . 3 .6 .13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

15 Pero el don no fue como la transgresión; por-que si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para jus-tificación.17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma ma-

nera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.19 Porque así como por la desobediencia de un hom-bre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abun-dase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eter-na mediante Jesucristo, Señor nuestro.

Muertos al pecado

6 1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pe-cado para que la gracia abunde?

2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bauti-zados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo re-sucitó de los muertos por la gloria del Padre, así tam-bién nosotros andemos en vida nueva. a a Col . 2 .12 .

5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue cru-cificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pe-cado.Ro. 5.10Lo que Cristo realizó en la cruz

1 . Aniquiló nuestros pecados (Heb . 9 .26) . 2 . Consiguió la paz por su sangre (Col . 1 .20) . 3 . Nos reconcilió con Dios (Ro . 5 .10) . 4 . Obtuvo para nosotros eterna redención

(Heb . 9 .12) .

Ro. 5.11Los sufrimientos del Señor:

1 . Fueron indescriptiblemente dolorosos (Lc . 22 .44) .

2 . Fueron voluntarios: «Yo, de mí mismo doy mi vida» (Jn . 10 .18) .

3 . Fueron el sacrificio perfecto: Por ellos tene‑mos la reconciliación (Ro . 5 .11) .

4 . Fueron en sustitución: Él murió por nosotros (1 P . 3 .18; Heb . 7 .26‑27) .

5 . Efectúan la justicia (Ro . 3 .23‑24) . 6 . Fueron inevitables (Ro . 5 .6; 1 Ti . 2 .6; Tit . 2 .14) .

Ro. 6.4La vida espiritual

1 . La fuente de vida espiritual — ella fluye: a . Del Padre (2 Co . 1 .3); del Hijo (Jn . 5 .21,25;

6 .33) . b . Del Espíritu Santo (Ro . 8 .9‑13); de oír la

Palabra (Is . 55 .3) . 2 . La vida espiritual se renueva:

a . Por el Señor: (Jn . 6 .57; 1 Co . 10 .3‑4) . b . Por la fe (Gl . 2 .20); por la Palabra y la oración

(Mt . 6 .6) . 3 . La vida espiritual se describe como:

a . Una vida para Dios (Ro . 6 .11; Gl . 2 .19) . b . Una vida totalmente nueva (Ro . 6 .4) . c . Una vida en el Espíritu (Gl . 5 .25) .

4 . La vida espiritual debe nutrirse: a . Debemos buscar diligentemente el creci‑

miento en esta vida (Ef . 4 .15; 1 P . 2 .2) . b . Debemos orar por ella (Sal . 119 .25; 143 .11) .

Page 23: La Biblia para la predicación

Romanos 6 — 7 1142

8 Y si morimos con Cristo, creemos que también vivi-remos con él;9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupis-cencias;13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pe-cado como instrumentos de iniquidad, sino presen-taos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instru-mentos de justicia.14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Siervos de la justicia15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos

bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como escla-vos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella for-ma de doctrina a la cual fuisteis entregados;18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.19 Hablo como humano, por vuestra humana debi-lidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado

y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Analogía tomada del matrimonio

7 1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del

hombre entre tanto que éste vive?2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al ma-rido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro va-rón, será llamada adúltera; pero si su marido murie-re, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.5 Porque mientras estábamos en la carne, las pa-siones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muer-to para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

El pecado que mora en mí7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En nin-

guna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. a a Ex . 20 .17; Dt . 5 .21 .8 Mas el pecado, tomando ocasión por el manda-miento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;11 porque el pecado, tomando ocasión por el manda-miento, me engañó, y por él me mató.

Ro. 6.18fuimos liberados:

1 . De la perdición eterna (Ro . 8 .1) . 2 . De la maldición de la ley (Gl . 3 .13) . 3 . Del yugo del pecado (Ro . 6 .18; Jn . 8 .34‑36) . 4 . De este mundo perverso (Gl . 1 .4) . 5 . Del poder de las tinieblas (Col . 1 .13) . 6 . Del pavor de la muerte (Heb . 2 .15) . 7 . Del propio yo (Gl . 2 .20) .

Ro. 6.19Lo que el pecado hace

1 . Roba la paz (Ro . 3 .17) . 2 . Rompe la comunión (Gn . 3 .8) . 3 . Quita el valor (Pr . 28 .1) . 4 . Esclaviza (Ro . 6 .19) . 5 . Conduce a la muerte (Ro . 6 .23) . 6 . Cierra el cielo (Ap . 21 .27) . 7 . Destituye de la gloria de Dios (Ro . 3 .23) .

Page 24: La Biblia para la predicación

1143 Romanos 7 — 8

12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.

13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. b b Gá . 5 .17 .16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

viviendo en el Espíritu

8 1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan con-

forme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Ro. 6.23Dádivas maravillosas de Dios

1 . El Señor le da descanso al pecador (Mt . 11 .28) . 2 . Da la salvación al perdido (Lc . 19 .10) . 3 . Da la vida eterna a los que estaban muertos

en el pecado (Ro . 6 .23) . 4 . Da la justificación al culpable (Ro . 9 .30) . 5 . Da el Espíritu Santo al que obedece

(Hch . 5 .32) . 6 . Nos da su Palabra (Jn . 17 .14) . 7 . Nos da su gloria eterna (Jn . 17 .22) .

Ro. 7.4Llamados para dar frutos

¿Cuáles son los frutos que debemos dar? 1 . El fruto del Espíritu (Gl . 5 .22) . 2 . El fruto de la justicia (Fil . 1 .11) . 3 . El fruto de la santidad (Ro . 6 .22) . 4 . Los frutos de las buenas obras

(Col . 1 .10; Ef . 2 .10) . 5 . El fruto de labios (Heb . 13 .15; Hch . 16 .25) . 6 . Los frutos de la obra para el Señor (Ro . 1 .13) . 7 . Frutos para Dios (Ro . 7 .4) . 8 . Dar frutos es nuestra vocación

(Gn . 1 .28; Jn . 15 .16) .

Ro. 7.18Caída y restauración

1 . El creyente aún tiene la posibilidad de pecar (1 Jn . 1 .8; Ro . 7 .18) .

2 . Si no vela, caerá (1 Jn . 1 .9; Mt . 26 .41) . 3 . El creyente caído es profundamente infeliz

(Sal . 32 .3‑4; Mt . 26 .75) . 4 . Pero la confesión del pecado restaura (Sal . 32 .5) . 5 . La confesión debe ser sincera y profunda

(Sal . 51 .7‑12) . 6 . El restaurado es nuevamente feliz

(Sal . 51 .8,12; 32 .1,11) . 7 . Anhela, ahora, por la salvación de otros

(Sal . 51 .12‑13; 1 Ti . 1 .16) .

Ro. 8.1Plena seguridad

1 . El destino del incrédulo es más tenebroso que las más densas tinieblas (Heb . 9 .27; 2 P . 2 .4) . El destino del creyente es más bri‑llante que el sol (1 Ts . 5 .9; 1 P . 1 .4) .

2 . Dios marca una gran diferencia entre sus hijos y el mundo . Nosotros no seremos juz‑gados con él (Jn . 5 .24) . Estamos amparados y seguros por su obra en el Gólgota .

3 . El hijo de Dios tiene garantía plena (Ro . 8 .1) . Puede estar seguro, como Noé en el arca . Es intocable, como Israel por la protección de la sangre (Ex . 12 .23) . Salvo, como aquel persegui‑do por el vengador de la sangre (Nm . 35 .25‑27) . Seguro, como Rahab (Jos . 2 .13‑14) .

4 . El Señor garantiza nuestra seguridad (Jn . 3 .18) . Su palabra «no perezca» nos es suficiente (Jn . 3 .16) .

5 . No tenemos miedo del juicio (1 Jn . 4 .17) . 6 . ¿Quién nos condenará, sabiendo que Dios

nos justifica, que Cristo murió por nosotros y el Espíritu Santo habita en nosotros? (Ro . 8 .33‑34) ¿Podrá la ley condenar? No . Cristo es el fin de la ley (Ro . 10 .4) .

Page 25: La Biblia para la predicación

Romanos 8 1144

2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;4 para que la justicia de la ley se cumpliese en noso-tros, que no andamos conforme a la carne, sino con-forme al Espíritu.5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las co-sas del Espíritu.6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vo-sotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muer-tos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuer-pos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la car-ne, para que vivamos conforme a la carne;13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis reci-bido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.17 Y si hijos, también herederos; a herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos jun-tamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. a Gá . 4 .5‑7 .

18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria ve-nidera que en nosotros ha de manifestarse.19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros tam-bién gemimos dentro de nosotros mismos, esperan-do la adopción, la redención de nuestro cuerpo.24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la espe-ranza que se ve, no es esperanza; porque lo que al-guno ve, ¿a qué esperarlo?25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo in-tercede por nosotros con gemidos indecibles.27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la volun-tad de Dios intercede por los santos.

Ro. 8.1Lo que Dios hizo con nuestros pecados

¿Qué hizo Dios con los pecados de los creyen-tes? 1 . Él no los puso en nuestra cuenta (2 Co . 5 .19) . 2 . Los puso sobre Cristo (1 P . 2 .24; Is . 53 .6) . 3 . Dios borró nuestros pecados (Ro . 4 .7; Sal . 32) . 4 . Él los alejó de nosotros (Sal . 103 .12) . 5 . Los puso detrás de sí mismo (Is . 38 .17) . 6 . Los arrojó a lo profundo del mar (Mi . 7 .19) . 7 . Los borró por completo (Is . 43 .25) . 8 . No se acuerda más de nuestros pecados

(Heb . 8 .12) .Por eso ya no hay más condenación para no-

sotros (Ro. 8.1).

Ro. 8.14Realidades en la vida de los hijos de Dios

1 . Se hicieron hijos de Dios por la fe (Gl . 3 .26; Jn . 1 .12) .

2 . Poseen el Espíritu de Jesús (Gl . 4 .6; Ro . 8 .14) . 3 . Gozan de un lugar privilegiado con el Padre

(Lc . 15 .24) . 4 . Revelan el carácter del Padre (Mt . 5 .45‑48) . 5 . Son disciplinados por el Padre (Heb . 12 .5‑11) . 6 . Son transformados por el Padre

(Ro . 8 .29; 1 Jn . 3 .2) . 7 . Un día serán recibidos en gloria (Jn . 14 .3) .

Page 26: La Biblia para la predicación

1145 Romanos 8

Más que vencedores28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las

cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.29 Porque a los que antes conoció, también los pre-destinó para que fuesen hechos conformes a la ima-gen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por noso-tros, ¿quién contra nosotros?32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará tam-bién con él todas las cosas?33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que mu-rió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribula-ción, o angustia, o persecución, o hambre, o desnu-dez, o peligro, o espada?36 Como está escrito:

Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. b

b Sal . 44 .22 .

37 Antes, en todas estas cosas somos más que vence-dores por medio de aquel que nos amó.38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

Ro. 8.14Grandes privilegios de los creyentes por medio de Cristo

1 . La dignidad de ser hijos de Dios (Ro . 8 .14) . 2 . La riqueza de su herencia (Ro . 8 .17) . 3 . La bendición de su amistad (Jn . 15 .14) . 4 . El poder del reino de Dios (Ap . 1 .6) . 5 . El privilegio del sacrificio (Ap . 1 .6) . 6 . La maravilla de la comunión (1 Jn . 1 .3) . 7 . La posesión de todas las bendiciones

(1 Co . 3 .21‑23) .

Ro. 8.28La gracia de Dios es suficiente

Que la gracia de Dios es suficiente para noso-tros… 1 . Se afirma en la Palabra (2 Co . 9 .8) . 2 . Se confirma con la experiencia (Ro . 8 .28) . 3 . Se garantiza por las promesas (2 Co . 1 .20) . 4 . Se lleva a cabo por el poder de Dios (Ef . 1 .19) . 5 . Se asegura por la presencia de Dios

(Is . 41 .10) .

Ro. 8.29Cinco grandes privilegios

1 . En Cristo somos «conocidos de antemano»: Jeremías (Jer . 1 .5) y Pedro (1 P . 1 .2) ya reco‑nocieron esa verdad . Dios mismo es quien da el primer y último paso .

2 . En Cristo somos «predestinados»: ¿Predesti‑nados para qué? Para ser hijos de Dios, para ser una nueva creación (2 Co . 5 .17), para ser semejantes a Jesús .

3 . En Cristo somos «llamados»: El llamado ocurrió por el evangelio . Ser llamado significa más que ser salvo . Somos llamados a servir a Dios . Pensemos en Enoc, Noé, Abraham, Samuel, David, los apóstoles .

4 . En Cristo somos «justificados»: A los llama‑dos, el Espíritu Santo les revela la obra reali‑zada de salvación, por la cual pueden estar delante de Dios .

5 . En Cristo somos «glorificados»: Ya pode‑mos tener aquí una muestra de este último escalón, pues vivimos por la fe (Jn . 17 .22) . Entretanto, aguardamos aún el día de la glori‑ficación (Jn . 17 .24) .

Ro. 8.34Cristo murió

1 . El Señor murió de una forma poco común . El lugar de su muerte, la forma de su muerte, todo lo que la acompaña, como el terremoto, las tinieblas, el velo rasgado, todo eso mostró que nunca hubo una muerte como la suya .

2 . El Señor murió según la voluntad de Dios . Dios envió a su Hijo y no lo escatimó (Ro . 8 .32) .

3 . El Padre le dio el cáliz amargo . Envió la espa‑da contra el Pastor (Zac . 13 .7; Hch . 2 .23; Jn . 3 .14‑17) .

4 . El Señor murió por su libre y espontánea voluntad . Se sacrificó voluntariamente (Gl . 1 .4; 2 .20; 1 Ti . 2 .6; Jn . 10 .17‑18) .

5 . El Señor murió en cumplimiento de todos los sacrificios . Fue el último y el mayor, el decisivo y el perfecto sacrificio . Todos los sacrificios señalaron hacia él y terminaron con él (Heb . 9 .11‑28; 1 P . 1 .10‑11) .

6 . El Señor murió como sustituto . Cargó los pecados en su cuerpo y hacia el madero (1 Ti . 2 .5‑6; Heb . 2 .9; Is . 53 .4‑6) .

Page 27: La Biblia para la predicación

Romanos 8 — 9 1146

39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa crea-da nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

La elección de Israel

9 1 Verdad digo en Cristo, no miento, y mi concien-cia me da testimonio en el Espíritu Santo,

2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi co-razón.3 Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;4 que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

6 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israeli-tas,7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hi-jos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. a

a Gn . 21 .12 .8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la pro-mesa son contados como descendientes.9 Porque la palabra de la promesa es ésta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. b b Gn . 18 .10 .10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca conci-bió de uno, de Isaac nuestro padre11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios confor-me a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),12 se le dijo: El mayor servirá al menor. c c Gn . 25 .23 .13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú abo-rrecí. d d Mal . 1 .2‑3 .

14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.

15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. e e Ex . 33 .19 .16 Así que no depende del que quiere, ni del que co-rre, sino de Dios que tiene misericordia.17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. f

f Ex . 9 .16 .18 De manera que de quien quiere, tiene misericor-dia, y al que quiere endurecer, endurece.

19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que al-terques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? g g Is . 45 .9 .21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él pre-paró de antemano para gloria,24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?25 Como también en Oseas dice:

Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada, amada. h h Os . 2 .23 .

26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío,

Allí serán llamados hijos del Dios viviente. ii Os . 1 .10 .

27 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo;

Ro. 8.37victoria

Tenemos la victoria… 1 . Sobre el pecado, por la gracia (Ro . 6 .14‑17) . 2 . Sobre Satanás, por la Palabra (Mt . 4 .4,7,10;

1 Jn . 2 .13‑14) . 3 . Sobre el mundo, por la fe (1 Jn . 5 .4) . 4 . Sobre todas las circunstancias de la vida

(Ro . 8 .37) . 5 . Sobre el miedo a la muerte (Heb . 2 .15) . 6 . Grande será la recompensa del victorioso

(Ap . 3 .21) .

Ro. 9.4-5Siete privilegios de Israel

A Israel le pertenece… 1 . El ser hijo (Ex . 4 .22) . 2 . La gloria (Ex . 40 .34) . 3 . Los pactos hechos con los patriarcas (Gn . 17 .7) . 4 . La ley (Sal . 19 .7) . 5 . El culto y el servicio sacerdotal

(Ex . 19 .6; 1 P . 2 .9) . 6 . Las promesas del Mesías (Gn . 49 .10; Is . 12) . 7 . El Cristo, el mayor privilegio de Israel (Is . 9 .6‑7) .

a . Pedro y Pablo estaban tristes por la ignorancia de Israel (Hch . 3 .17; 1 Co . 2 .8) .

b . Sin embargo, contemplaban la restauración de Israel (Hch . 3 .21; Ro . 11 .25‑26) .

Page 28: La Biblia para la predicación

1147 Romanos 9 — 10

28 porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tie-rra en justicia y con prontitud. j j Is . 10 .22‑23 .29 Y como antes dijo Isaías:

Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia,

Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes. k k Is . 1 .9 .

La justicia que es por fe30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no

iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es de-cir, la justicia que es por fe;31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la pie-dra de tropiezo,33 como está escrito:

He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída;

Y el que creyere en él, no será avergonzado. ll Is . 28 .16 .

10 1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi co-razón, y mi oración a Dios por Israel, es para

salvación.2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la jus-ticia de Dios;4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés es-

cribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. a a Lv . 18 .5 .6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para ha-cer subir a Cristo de entre los muertos).8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. b Ésta es la palabra de fe que predicamos: b Dt . 30 .12‑14 .9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creye-re, no será avergonzado. c c Is . 28 .16 .12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con to-dos los que le invocan;13 porque todo aquel que invocare el nombre del Se-ñor, será salvo. d d Jl . 2 .32 .

14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nue-vas! e e Is . 52 .7 .16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? f

f Is . 53 .1 .17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.18 Pero digo: ¿No han oído? Antes bien,

Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y hasta los fines de la tierra sus palabras. g

g Sal . 19 .4 .19 También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Pri-

meramente Moisés dice:

Ro. 10.2Cuidado con el autoengaño

Nosotros podemos: 1 . Temer delante de la Palabra, como Félix

(Hch . 24 .25) . 2 . Estar persuadidos, como Agripa (Hch . 26 .28) . 3 . Presentar grandes ofrendas, como Ananías y

Safira (Hch . 5 .2) . 4 . Tener un buen comienzo, como Demas

(2 Ti . 4 .10) . 5 . Estar entre creyentes, como Giezi

(2 R . 5 .20‑27) . 6 . Tener celo de Dios, como Israel (Ro . 10 .2) . 7 . Disfrutar de oír la Palabra, como Herodes

(Mr . 6 .20) . 8 . Pertenecer al pueblo escogido, como Coré

(Nm . 16 .32) . 9 . Estar cercanos al reino de Dios (Mt . 19 .16‑22) .

Y aún así, ir a la perdición (Mt. 25.41ss.).

Ro. 10.9La redención

1 . Fue planificada antes de la fundación del mundo (1 P . 1 .19‑20) .

2 . Fue conquistada en la cruz (1 Co . 6 .20; Hch . 20 .28) .

3 . Es recibida por medio de la fe (Ro . 10 .9; Hch . 16 .31) .

4 . Se manifiesta en nuestra vida diaria (Tit . 2 .11‑14) .

5 . Es admirada por los ángeles (1 P . 1 .12) . 6 . Se celebra en el cielo (Ap . 5 .9) .

Page 29: La Biblia para la predicación

Romanos 10 — 11 1148

Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo;

Con pueblo insensato os provocaré a ira. hh Dt . 32 .21 .

20 E Isaías dice resueltamente: Fui hallado de los que no me buscaban; Me manifesté a los que no preguntaban

por mí. i i Is . 65 .1 .21 Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor. j j Is . 65 .2 .

El remanente de Israel

11 1 Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy

israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. a a Fil . 3 .5 .2 No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde an-tes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritu-ra, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus alta-res han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? b b 1 R . 19 .10, 14 .4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reser-vado siete mil hombres, que no han doblado la rodi-lla delante de Baal. c c 1 R . 19 .18 .5 Así también aun en este tiempo ha quedado un re-manente escogido por gracia.6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gra-cia; de otra manera la obra ya no es obra.

7 ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha al-canzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos;8 como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. d d Dt . 29 .4; Is . 29 .10 .9 Y David dice:

Sea vuelto su convite en trampa y en red, En tropezadero y en retribución; 10 Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, Y agóbiales la espalda para siempre. e

e Sal . 69 .22‑23 .

La salvación de los gentiles11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para

que cayesen? En ninguna manera; pero por su trans-gresión vino la salvación a los gentiles, para provo-carles a celos.12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?

13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio,14 por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mun-do, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?16 Si las primicias son santas, también lo es la masa res-tante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.

17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lu-gar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la se-veridad ciertamente para con los que cayeron, pero

Ro. 10.14-15Cuatro preguntas importantes sobre la misión

1 . ¿Cómo invocarán a aquel en quien no creen? a . Necesitan conocer al Padre (Jn . 3 .16‑17) . b . Necesitan conocer al Hijo unigénito (Jn . 1 .14) . c . Deben ser convencidos por el Espíritu Santo

(Jn . 16 .7‑13) . d . Necesitan ser atraídos por el Salvador

(Jn . 12 .32) . 2 . ¿Cómo creerán en aquel de quien no oyeron?

a . Dios nos ordenó que anunciáramos a Cristo (Lc . 4 .18; 1 Jn . 1 .3) .

b . Él nos ordenó que prediquemos (Mr . 3 .14; 2 Ti . 4 .2) .

c . Nuestra tarea es testificar acerca de él (Hch . 1 .8) .

3 . ¿Cómo oirán si no hay quién les predique? a . Cada creyente es un enviado

(Jn . 17 .18; Is . 52 .7) . b . Nos fue confiado el ministerio de la reconci‑

liación (2 Co . 5 .19‑20) . c . Jesús nos ordenó predicar el evangelio

(Mr . 16 .15) . 4 . ¿Cómo predicarán si no fueren enviados?

a . Cuán hermosos son los pies… (v . 15) .

b . Ellos son llamados sus mensajeros (Hch . 13 .4) .

c . Ellos siguen sus pasos (Is . 61 .1; Ef . 6 .15) .

Page 30: La Biblia para la predicación

1149 Romanos 11

la bondad para contigo, si permaneces en esa bon-dad; pues de otra manera tú también serás cortado.23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volver-los a injertar.24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injerta-do en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

La restauración de Israel25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este

misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endure-cimiento en parte, hasta que haya entrado la pleni-tud de los gentiles;26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. f f Is . 59 .20 .

27 Y éste será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados. g g Jer . 31 .33‑34 .

28 Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.30 Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,31 así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? h h Is . 40 .13 .35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese re-compensado? i i Job 41 .11 .36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las co-sas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Ro. 11.25-29El pueblo de Israel no fue rechazado

1 . Fue destinado para ser una bendición para todas las naciones (olivo santo) (Ro . 11 .17ss .):

a . Antes del nacimiento de Cristo, por la pose‑sión de la Escritura Sagrada y de la fe en el Dios vivo e invisible .

b . A través del nacimiento del descendiente (simiente) de Abraham, Jesucristo .

2 . Fue destituido por un tiempo del ministerio de mediador de la salvación para las naciones .

a . A través de la ceguera del pueblo y de sus líderes (v . 25) .

b . Sin embargo, Israel continúa siendo el olivo: Los escogidos de Israel, que creen en el Señor, están en el lugar de todo Israel, junto con los creyentes de las naciones, que son injertados en lugar del pueblo de Israel (Ro . 11 .4‑7,17) .

c . A esta iglesia de Jesucristo (los elegidos en‑tre los judíos y las naciones) le fue confiada la proclamación del evangelio .

Ro. 11.25Siete misterios

1 . El misterio de la piedad (1 Ti . 3 .16) . 2 . El misterio de que Cristo habite en el creyente

(Col . 1 .27) . 3 . El misterio del cuerpo de Cristo (Ef . 1 .22‑23) . 4 . El misterio de iniquidad (2 Ts . 2 .7‑8) . 5 . El misterio del arrebatamiento (1 Co . 15 .51‑57) . 6 . El misterio de la ceguera de Israel (Ro . 11 .25) . 7 . El misterio de su voluntad (Ef . 1 .9‑10) .

Ro. 11.26El regreso de Cristo

¿Qué sucederá cuando Jesús regrese en gloria? 1 . Cristo aparecerá visiblemente en un caballo

blanco (Ap . 19 .11) . 2 . Vendrá con todos los santos y los ángeles

(Ap . 19 .14) . 3 . Sus pies estarán sobre el monte de los Olivos

(Zac . 14 .4) . 4 . Israel lo reconocerá y llorará por él (Ap . 1 .7) . 5 . Salvará a Israel del poder de la bestia (Ro . 11 .26) . 6 . Juzgará a las dos bestias (Ap . 13; 19 .20) . 7 . Destruirá los ejércitos del anticristo (Ap . 19 .21) . 8 . Se cumplirá la palabra de Zac . 14 . 9 . Atará a Satanás (Ap . 20 .2) . 10 . Instaurará el milenio (Ap . 20 .6) . 11 . Reinaremos con él (Ap . 20 .4) .

Ro. 11.26El Señor viene

El Señor vendrá para… 1 . Buscar a los suyos para sí (Jn . 14 .3; 17 .24) . 2 . Transformar nuestros cuerpos desgastados

(Fil . 3 .20‑21) . 3 . Restaurar a Israel (Ro . 11 .26) . 4 . Pastorear a las naciones (Ap . 12 .5; Mt . 25 .32) . 5 . Castigar a los perversos (2 Ts . 2 .8) . 6 . Reinar sobre la tierra (Ap . 20 .4) . 7 . Restaurar todas las cosas (Ro . 8 .21; Is . 35 .1‑2) .

Page 31: La Biblia para la predicación

Romanos 12 1150

Deberes cristianos

12 1 Así que, hermanos, os ruego por las miseri-cordias de Dios, que presentéis vuestros cuer-

pos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tie-nen la misma función,5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, a y todos miembros los unos de los otros.

a 1 Co . 12 .12 .6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, b si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; b 1 Co . 12 .4‑11 .7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;

8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fer-vientes en espíritu, sirviendo al Señor;12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

14 Bendecid a los que os persiguen; c bendecid, y no maldigáis. c Lc . 6 .28 .15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que llo-ran.16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asocián-doos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. d d Pr . 3 .7 .

Ro. 12.1Sacerdotes de Dios

1 . El Señor nos hizo sacerdotes por su sangre (Ap . 1 .5‑6) .

2 . De esta forma nos capacitó para servir en el Lugar santísimo (Heb . 10 .19) .

3 . Somos sacerdotes para ofrecer sacrificios a Dios (1 P . 2 .5) .

4 . Como reyes‑sacerdotes anunciamos sus virtu‑des (1 P . 2 .9) .

5 . Nuestro sacrificio somos nosotros mismos (Ro . 12 .1) .

6 . Ofrecemos a Dios sacrificios aceptables a él (Ro . 15 .16) .

7 . En la eternidad, continuaremos el ministerio sacerdotal (Ap . 5 .9‑10) .

Ro. 12.11-14El termómetro espiritual

Debemos ser: 1 . Fervorosos en espíritu (v . 11) . 2 . Activos en el servicio (v . 11) . 3 . Alegres en la esperanza (v . 12) . 4 . Pacientes en la tribulación (v . 12) . 5 . Perseverantes en la oración (v . 12) . 6 . Participantes en las necesidades (v . 13) . 7 . Bendecir siempre (v . 14) .

Ro. 12.12Paciencia y perseverancia

1 . Dios es el Dios de la paciencia (Ro . 15 .5) . 2 . El Señor Jesús es el ejemplo de la paciencia

(Is . 53 .7; Mt . 27 .14) . 3 . Debemos demostrar nuestra paciencia:

a . En la carrera que nos es propuesta (Heb . 12 .1) .

b . Esperando el fruto precioso (Lc . 8 .15) . c . En la tribulación (Ro . 12 .12; Lc . 21 .19) .

4 . Los siervos deben destacarse por la paciencia (2 Co . 6 .4) .

5 . Las Escrituras alaban la paciencia de Job (Stg . 5 .11; Job 1 .21) .

Ro. 12.13hospitalidad

1 . La hospitalidad: a . Es ordenada en la Biblia (1 P . 4 .9) . b . Es parte de las buenas obras (1 Ti . 5 .10) . c . Es un gran privilegio (Heb . 13 .2) . d . Debemos practicarla (Ro . 12 .13) . f . Es recompensada (2 R . 4 .9‑16) . g . Practiquémosla aún con nuestros enemigos

(2 R . 6 .22‑23; Ro . 12 .20) . 2 . Ejemplos de hospitalidad:

a . Abraham (Gn . 18 .3‑8) . b . Melquisedec (Gn . 14 .18) . c . María y Marta (Lc . 10 .38; Jn . 12) . d . Lidia (Hch . 16 .15) . e . El carcelero (Hch . 16 .34) . f . Gayo (3 Jn . 5‑6) .

Page 32: La Biblia para la predicación

1151 Romanos 12 — 14

17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bue-no delante de todos los hombres.18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. e

e Dt . 32 .35 .20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. f

f Pr . 25 .21‑22 .21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

13 1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de

parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido esta-blecidas.2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, aca-rrean condenación para sí mismos.3 Porque los magistrados no están para infundir te-mor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás ala-banza de ella;4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si ha-ces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamen-te por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.6 Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. a a Mt . 22 .21; Mr . 12 .17; Lc . 20 .25 .

8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.9 Porque: No adulterarás, b no matarás, c no hurta-rás, d no dirás falso testimonio, e no codiciarás, f y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se re-sume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. g

b Ex . 20 .14; Dt . 5 .18 . c Ex . 20 .13; Dt . 5 .17 . d Ex . 20 .15; Dt . 5 .19 . e Ex . 20 .16; Dt . 5 .20 .

f Ex . 20 .17; Dt . 5 .21 . g Lv . 19 .18 .10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumpli-miento de la ley es el amor.

11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.

12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Deseche-mos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.13 Andemos como de día, honestamente; no en gloto-nerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

Los débiles en la fe

14 1 Recibid al débil en la fe, pero no para conten-der sobre opiniones.

2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará fir-me, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.

5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. a a Col . 2 .16 .7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si mori-mos, para el Señor morimos. Así pues, sea que viva-mos, o que muramos, del Señor somos.9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.

10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. b b 2 Co . 5 .10 .11 Porque escrito está:

Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla,

Y toda lengua confesará a Dios. c c Is . 45 .23 .12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.14 Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es in-mundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es.

Page 33: La Biblia para la predicación

Romanos 14 — 15 1152

15 Pero si por causa de la comida tu hermano es con-tristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.16 No sea, pues, vituperado vuestro bien;17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.18 Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres.19 Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come.21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.

15 1 Así que, los que somos fuertes debemos so-portar las flaquezas de los débiles, y no agra-

darnos a nosotros mismos.2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. a a Sal . 69 .9 .4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tenga-mos esperanza.5 Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

El evangelio a los gentiles7 Por tanto, recibíos los unos a los otros, como

también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.

8 Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres,9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su mi-sericordia, como está escrito:

Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre. b b 2 S . 22 .50; Sal . 18 .49 .

10 Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo. c c Dt . 32 .43 .

11 Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los pueblos. d d Sal . 117 .1 .

12 Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de Isaí, Y el que se levantará a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él. e e Is . 11 .10 .

13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.

14 Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, lle-nos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.15 Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevi-miento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, mi-nistrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo.17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere.18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.

Ro. 15.13¿Cómo es Dios?

Nuestro Dios es el Dios… 1 . De toda gracia (1 P . 5 .10) . 2 . Da paz (Heb . 13 .20) . 3 . De amor (2 Co . 13 .11) . 4 . De toda consolación (2 Co . 1 .3) . 5 . De la paciencia (Ro . 15 .5) . 6 . De la esperanza (Ro . 15 .13) . 7 . De gloria (Hch . 7 .2) .

Ro. 15.19Pablo, un siervo de Cristo

1 . El Señor Jesús fue su modelo en el ministerio (Fil . 2 .5,7; 3 .7) .

2 . Él obedeció plenamente la voluntad del Señor (Hch . 9 .18) .

3 . Cumplió con su misión (Hch . 9 .15,20; 26 .19‑20) . 4 . Él sirvió al evangelio en forma sacerdotal

(Ro . 15 .16) . 5 . Él no dependía de los hombres (1 Ts . 2 .9) . 6 . Él llenó todo el mundo con el evangelio

(Ro . 15 .19) . 7 . Grande fue su recompensa (Mt . 25 .21; 2 Ti . 4 .8) .

Page 34: La Biblia para la predicación

1153 Romanos 15 — 16

20 Y de esta manera me esforcé a predicar el evange-lio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno,21 sino, como está escrito:

Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán;

Y los que nunca han oído de él, entenderán. ff Is . 52 .15 .

Pablo se propone ir a Roma22 Por esta causa me he visto impedido muchas ve-

ces de ir a vosotros. g g Ro . 1 .13 .23 Pero ahora, no teniendo más campo en estas re-giones, y deseando desde hace muchos años ir a vo-sotros,24 cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espe-ro veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros.25 Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos.26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. h h 1 Co . 16 .1‑4 .27 Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; por-que si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos minis-trarles de los materiales. i i 1 Co . 9 .11 .28 Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España.29 Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abun-dancia de la bendición del evangelio de Cristo.

30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios,31 para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta;32 para que con gozo llegue a vosotros por la volun-tad de Dios, y que sea recreado juntamente con vo-sotros.33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.

Saludos personales

16 1 Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cen-

crea;2 que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que ne-cesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.

3 Saludad a Priscila y a Aquila, a mis colaboradores en Cristo Jesús, a Hch . 18 .2 .

4 que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles.5 Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo.6 Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros.7 Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estima-dos entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo.8 Saludad a Amplias, amado mío en el Señor.9 Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío.10 Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo.11 Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, los cuales están en el Señor.12 Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor.13 Saludad a Rufo, b escogido en el Señor, y a su ma-dre y mía. b Mr . 15 .21 .14 Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patro-bas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos.15 Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su her-mana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos.16 Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.

17 Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctri-na que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.

Ro. 16.1-2Una creyente ejemplar

1 . Pablo consideró a Febe como: a . «Nuestra hermana», por lo tanto era miembro

de la familia de Dios . b . «Una santa», es decir, separada para Dios . c . «Una sierva de la iglesia» .

2 . Su ministerio: a . Ella asistió a muchos que padecían sufri‑

mientos y necesidades . b . Pablo dice que Febe también lo sirvió a él . c . Su casa fue un hogar para él .

3 . El pedido del apóstol y su justificación: a . «Os recomiendo a Febe» . b . Pues ha ayudado a muchos . c . Como extranjera necesitaba auxilio . d . Pablo se sintió obligado a ayudarla .

Page 35: La Biblia para la predicación

Romanos 16 1154

18 Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los in-genuos.19 Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

21 Os saludan Timoteo c mi colaborador, y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. c Hch . 16 .1 .

22 Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor.

23 Os saluda Gayo, d hospedador mío y de toda la

iglesia. Os saluda Erasto, e tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto. d Hch . 19 .29; 1 Co . 1 .14 . e 2 Ti . 4 .20 .

24 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Doxología final25 Y al que puede confirmaros según mi evange-

lio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiem-pos eternos,26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe,27 al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucris-to para siempre. Amén.

Page 36: La Biblia para la predicación