la aventura de la historia - dossier034 la unificación italiana

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  • 8/12/2019 La Aventura de La Historia - Dossier034 La Unificacin Italiana

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    DOSSIER

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    S e ha definido el Risorgimentocomo el proceso por el queuna antigua nacin cultural setransforma en una nacin pol-tica, es decir, en un Estado. Procesopoltico y accin militar suponen, altiempo, en la vida italiana una cultura

    y hasta una mentalidad. Los nombrespropios que protagonizan tal proceso

    son numerosos. En una primera lnease sitan los de Mazzini, Cavour, VctorManuel de Saboya y Garibaldi. Pero enel plano cultural, el protagonismo co-rresponde casi exclusivamente a unnombre, el de Giuseppe Verdi. El Viva

    V.E.R.D.I., as escrito, que en las pare-des y las pginas de peridicos y folle-tos apareca como homenaje al maes-

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    Viva

    V.E.R.D.I.Cavour, Garibaldiy Mazzini son algunosde los hombres quelideraron la lucha porla unificacin italiana.La msica la pusoVerdi, cuyo nombrese convirti en smbolode la Italia unida.MANUEL ESPADAS

    BURGOS reconstruyela epopeya.

    DOSSIER: LA UNIFICACIN ITALIANA

    MANUEL ESPADAS BURGOS es directorde la Escuela Espaola de Historiay Arqueologa en Roma.

    Garibaldi lidera con xito a sus tropas en la batallade Calatafini, en el oeste de Sicilia, donde infligiuna derrota a las fuerzas borbnicas en 1860(leo de Legat, Roma, Museo del Risorgimento).

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    tambin de un nuevo orden europeo, apartir de la propia revolucin, Napo-len, al invadir Italia, haba llevado consus banderas el mensaje de la unidad,de la libertad y de la igualdad del credorevolucionario y, en este sentido, habarealizado una primera unidad de Italia,que los vencedores del Emperador yde forma muy especial Austria y sucanciller Metternich fragmentaran.

    Despus del Congreso de Viena, la mo-narqua austriaca volva a anexionarseel Trentino, Istria y Dalmacia, al tiem-po que recuperaba Lombarda y mante-

    na tambin su soberana sobre Vene-cia. De ah que la lucha italiana a lolargo del siglo se pr esentara como unaconfrontacin con Austria, como unaempresa por emanciparse del aquelpoder extranjero. En este sentido, seha dicho que Austria fue el cemento

    unificador de todas las fuerzas del Ri-sorgimento italiano.Sin duda, su gran idelogo sera Giu-

    seppe Mazzini. En sus notas autobio-grficas, recordara un episodio que ledej huella, cuando un da, a sus 16aos, paseando con su madre por G-

    nova, vio a un hombre que peda ayudapara los proscritos de Italia. Fue suconversin a la causa italiana. Prontoentrara en contacto con las sociedadessecretas, si bien la masonera y los gru-pos carbonarios le produjeran un ciertorechazo, en la medida en que parecanignorar al pueblo En noviembre de1830, la polica de Gnova le arrestaba

    y, t ras pasar unos meses preso en el

    castillo de Savona, recobraba la libertaden febrero de 1831 y marchaba al exilio.

    En Marsella, centro de reunin demuchos exiliados polticos italianos,

    creara una sociedad, distinta a las car-bonarias, con el nombre de la GiovineItalia, que se presentara con un carc-ter ms abierto, basada en un concep-to laico de lo religioso, afirmado en lasideas de progreso y de humanidad y,en lo poltico, apuntando a un proyec-

    to de repblica basada en los idealesde igualdad y de libertad. Pensiero eazioneeran tambin inseparables paraMazzini, en cuanto el pensamiento estal cuando se manifiesta en accin y nose queda en el nivel de la abstraccin.

    En su programa, haba dos puntosbsicos e irrenunciables: la unidad y larepblica. La primera, porque senzaunit non veramente nazione. La se-gunda, porque para Mazzini la Rep-blica era la nica forma institucionalque podra hacer posible la unidad y laigualdad entre los ciudadanos de unanacin. Cuando en abril de 1831 mue-re el rey de Cerdea Carlos Flix y lesucede su sobrino Carlos Alberto, unacarta abierta firmada por un italiano,

    en realidad el propio Mazzini, le pedaal nuevo monarca: Ponos a la cabezade la nacin y escribid sobre vuestrabandera: Unin, libertad, independen-cia () Si Vos no lo hacis, otros loharn por Vos o contra Vos.

    La Giovine Italiatuvo su sede princi-pal en Marsella, el gran puerto del Me-diterrneo por el que discurra una granparte del trfico martimo y, por ende,de marineros. No se puede olvidar queel gran condottiero de la unidad, Giu-seppe Garibaldi, conoci y se enrol en

    la Giovine Italiaprecisamente en otropuerto, el de Taganrog, en el mar de

    Azov, donde conoci a un marinero ita-liano, Giambattista Cuneo, que le im-puso en los fines de aquella sociedadsecreta. Certo non prov Colombo tan-ta soddisfazione alla scoperta dellAme-rica como ne provai io al trovare chisoccupasse della redenzione patria,escribira Garibaldi. Precisamente cuan-

    do en 1834 Mazzini se afanaba por ini-ciar en Piamonte y Liguria un movi-miento insurreccional, el encargado deponerlo en marcha en Gnova sera esejoven marinero, recientemente afiliadoa la Giovine Italia, llamado Garibaldi.Ello le supondra el primer exilio en

    Amrica, donde se casara con Anita ydonde permanecera en Brasil, Uru-guay y Argentina hasta 1848.

    Desde otras perspectivas, los proyec-tos eran diversos. Evidentemente noera pensable proyectar una nueva Italia

    5

    tro, esconda una segunda lectura: Vi-va Vittorio Emanuele Re DItalia.

    Un siglo despus de su muerte,acaecida en la madrugada del 27 deenero de 1901, su nombre y su re-cuerdo conservan el halo de lo mtico.En la Italia de hoy, su msica no haperdido la popularidad y la resonan-cia patritica que tuvo en su tiempo.

    An el Va pensi ero . .. del cor o de

    la pera Nabucco, estrenada en marzode 1842, sigue, quiz como ningnotro fragmento de la gran msica ita-liana, poniendo a los espectadores enpie y obligando a orquesta y a coro asu repeticin.

    El camino a la unidad es largo ycomplejo. En su andadura se superpo-nen y se confunden planteamientospolticos con discursos sociales y conrevueltas populares. Sus mentoresideolgicos son muchos y de muy dis-tinto nivel y calidad. Sin buscar ante-cedentes ms remotos, sus primerasraces se sitan en los movimientos re-

    volucionarios franceses de fines delXVIII y, concretamente, en la masone-ra y en el nacimiento de las socieda-

    des secretas y, en concreto, de las so-ciedades carbonarias.Pero, sin remontarnos a ellos, la Eu-

    ropa posterior a Napolen y el nuevoorden creado a partir del Congreso de

    Viena fueron punto de par tida y est-mulo para los nacionalismos. Creador

    sin contar con Roma y con lo que sig-nificaba la figura del Papa. Despus dePo VII, el contemporneo y prisione-ro de Napolen, los siguientes pontifi-cados haban sido especialmente anodi-nos casos de Len XII y de Po VIII o,lo que era peor, reaccionarios, comoera el caso de Gregorio XVI.

    La eleccin de Po IX

    Muerto ste en julio de 1846, las espe-ranzas de una mayor apertura parecie-ron alcanzarse con la eleccin del obis-po de Spoleto, Giovanni Maria Mas-taiFerretti, que tomara el nombre dePo IX, un hombre aparentemente dis-tante tanto de posturas reaccionariascomo de un liberalismo radical.

    Las primeras medidas de gracia enfavor de exiliados y de prisioneros po-lticos fueron acogidas como unamuestra de nuevos tiempos. Inclusolos ms optimistas o, por el contrario,

    los ms crticos a esas medidas liberalizadoras, hablaron de que se haba elegido una Papa carbonaro.

    Quienes, cierto es que minoritariamente, pensaban en una unidad italiana en torno al Papa, tuvieron desde1843 cuando el abate Vincenzo Gioberti public su obra Dal primato morale e civile degli italiani, un puntode referencia y de apoyo ideolgico

    para un proyecto de Estados italianoconfederados bajo la autoridad espiritual y temporal del Pontfice. SegnGioberti, Italia estaba destinada por lprovidencia a ser el centro religiosodel mundo y, fundamentalmente, deEuropa. Roma y con ella el Papa deberan ser el centro espiritual y polticode Italia, necesitado de un soporte militar que proporcionara Piamonte.

    Si acudimos a otra de las corrienteque tendan a soluciones moderadasms como poltico que como idelogo

    Entrada de Carlos Alberto en Pava en 1848. Cuando hered la corona de Cerdea en 1831,Mazzini le pidi que se pusiera a la cabeza de la unificacin (Roma, Museo del Risorgimento).

    Napolen, al invadir Italia, haba llevadoun mensaje de unidad y libertad, y en esesentido haba relizado la primera unidad

    El fallido atentado del anarquistaFelice Orsini contra Napolen III, en1858, impact en la conciencia delemperador francs (leo de Vittori,

    Pars, Museo Carnavalet).

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    nin que por parte de lglesia pesabasobre Cavour, no dud en acudir a sulecho. Quiero que el buen pueblo de

    Turn sepa que muero como buencristiano, tras afirmarse en la que fueuna de sus convicciones y de su pro-grama de gobierno: Libera Chiesa inlibero Stato.

    El proceso de anexin del Vneto espreciso contemplarlo en el contexto dela marcha de otra unidad nacional, laalemana. El nuevo Estado italiano de-clarar la guerra a Viena, cuando ya lohaya hecho el reino de Prusia.

    Iniciada la guerra, y mientras losprusianos obtenan una de las mayo-res victorias sobre Austria, la de Sado-

    wa, las operaciones militares italianasquedaran muy por debajo no solo delo esperado sino de las propias posibi-

    lidades de su ejrcito, formado porms de 200.000 hombres. Los fracasosdel general La Marmora y, en el mar,

    del almirante Persano junto a la isla deLissa, fueron sus hitos. El nico queprogres en su avance por tierra fue

    Garibaldi, con una victoria sobre losaustriacos en Bezzecca (21 de julio),pero ya dentro del territorio del Tren-tino se le orden parar su avance yregresar. Su respuesta fue lacnica:Obbedisco.Ya haba comenzado la negociacin

    de paz con Austria, derrotada en su lu-

    cha con Prusia. La paz entre Viena yBerln se firmara en Praga el 23 deagosto. Con Italia se hara en octubre

    con la mediacin de Napolen III yuna frmula beneficiosa y a la par humillante para los italianos. El desead

    territorio vneto se transferira a Francia para que fuese sta la que dispusiese de l y lo entregase a Italia. El 1de octubre, el gobernador austriacohaca arriar la bandera imperial en Venecia y entregaba la soberana del territorio al general Le Boeuf, representante del emperador francs. El da 20

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    nuel pronunciaba en el Parlamento undiscurso en el que se refiri a la impo-sibilidad de mantenerse ajenos al gritode dolor que se perciba de todas par-tes de Italia. A fines del siguiente mesde abril, el Piamonte estaba de nuevoen guerra con Austria. Junto a la deci-siva aportacin militar francesa, lospiamonteses iban a contar con la co-laboracin de una figura que pronto

    entrara en la categora del mito, Giu-seppe Garibaldi.

    Las principales operaciones se de-sarrollaran en territorio lombardo.Las capitaneadas por Garibaldi, carac-tersticas acciones guerrilleras, en tor-no al lago de Como. El triunfo sobrelas tropas austriacas tendra dos nom-bres: Magenta y Solferino. En aquellalucha, con numerosas bajas, un solda-do nacido en Suiza, Henri Dunant,concibi la idea de crear una institu-cin que, en el mi smo campo de bata-lla, atendiese a los heridos. Acababa denacer la Cruz Roja.

    Sin embargo, los xitos obtenidos yla penetracin de las tr opas francosar-das en el territorio lombardo seran fre-

    nados por el propio Napolen, quepactara un armisticio con Austria ne-gociado a espaldas de Cavour.

    La Expedicin de los MilEl ao 1860 es clave en el proceso uni-tario. En gran medida, su avance co-rresponde a las acciones de Garibaldi,especialmente a la Expedicin de losMil, los voluntarios de camisa roja, quedesembarcaron en Marsala el 11 demayo para liberar Sicilia. El 6 de juniose le renda la ciudad de Palermo y,muy pronto, Mesina. El 18 de agosto,saltaba a la pennsula. y se diriga aReggio, en Calabria, mientras el reyFrancisco II buscaba refugio en Gaeta.

    Por su parte, Cavour proyectaba in-vadir Las Marcas y Umbra y, salvaguar-dando la integridad del Estado pontifi-

    cio, llegar hasta territorio napolitano, afin de detener el avance de las tropasgaribaldinas, cumpliendo con ello losintereses de Francia, siempre ms pro-clive a una Italia unida bajo Vctor Ma-nuel y Cavour que bajo la dictadura deGaribaldi, que ya se haba proclamadodictador de Sicilia.

    El encuentro de Garibaldi con VctorManuel, el 26 de octubre en Teano,signific el triunfo de la opcin polticarepresentada por Cavour y la dinastade Saboya sobre la radical, representa-da por el pensamiento de Mazzini y laaccin guerrillera de Garibaldi. El mti-co hroe popular, aclamado por lamultitud cuando, al lado de Vctor Ma-

    nuel, entraba en Npoles, haba que-dado definitivamente marginado, aligual que sus tropas.

    Las palabras del rey haban sido muyclaras: Generale, passate nella riser-

    va. Con gran dignidad rechazar losttulos y honores que le ofreciera elnuevo monarca de la Italia unida, quesignificativamente le neg, siguiendoel consejo de Cavour, su peti cin que

    le hiciera de mantenerle un ao mscomo lugarteniente de la Italia meri-dional, con plenos poderes militares.Tampoco sus camisas rojasconsegui-ran, por la cerrada oposicin de jefes

    y oficial es del ejrcito piamonts, seraceptados en ste como un cuerpo deejrcito.

    La maana del 9 de noviembre, Ga-ribaldi abandonaba Npoles. En elpuerto le espera el vapor Washington,que le llevara a un retiro, pronto roto,en la solitaria isla de Caprera, cuya mi-tad haba comprado en 1856 con la he-rencia de su hermano Felice y con losahorros que haba hecho en Amricacomo capitn de un barco mercante.

    En febrero de 1861, en el Palacio Ca-

    rignano de Turn, se reuna el primerParlamento de Italia. All fue pr oclama-do rey Vctor Manuel II, que dirigi suprimer discurso a la nacin, en textopreparado por Cavour, ofreciendo almundo una Italia libera ed unita qua-si tutta per mirabile aiuto della DivinaProvidenza. An estaba incompleta lanacin italiana. Para su diseo idealfaltaban varias piezas. Las ms impor-tantes, Venecia y sobre todo, Roma.

    Seran los hitos que no podra ver nidisfrutar el conde de Cavour, que caagravemente enfermo el 26 de abril, pa-ra morir el 6 de junio, tras haber con-fesado con el prroco de la Madonnadegli Angeli, que pese a la excomu-

    8

    1852Cavour es nombra-do presidente delConsejo del Pia-monte, bajo VctorManuel II.1855-56

    Intervencin de Pia-monte en la Guerrade Crimea.1858

    Entrevista de Plom-

    bires: Napolon IIIse compromete aapoyar militarmen-te a Piamonte fren-te a una agresinaustriaca.1859

    Guerra de Austriacontra Piamonte yFrancia. Victoriasfranco-italianas deMontebello, Magen-

    ta y Solferino.Noviembre: Pazde Zurich: Piamon-te se anexa la Lom-barda, pero Austriaconserva Veneciadurante un parde aos.1860

    Tratado de Turn:Niza y Saboya pa-san a Francia.

    Mayo-septiembre:Expedicin de losMil camisas rojas deGaribaldi a Sicilia.1861

    Cada de los Borbo-nes en el sur.En marzo, VctorManuel II se procla-ma rey de Italia.1862

    Garibaldi inicia una

    fallida expedicinpara liberar Roma.1864

    Francia retira sustropas de Roma acambio de que serespete el EstadoPontificio.1866

    Por la Paz de Viena,Italia consigue Ve-necia.

    1867

    Marcha de Garibaldisobre Roma, siendoderrotado de nuevo.1870

    Roma, capital deItalia. El Papa se de-clara prisionero.1901

    Muere Verdi.

    Po IX, el ltimo papa que fue re y de Roma.

    Giuseppe Garibaldi.

    Fiesta por la anexinde Venecia a Italiaen 1866.

    El maestro Verdipoco antes de morir.

    En 1866, Austria arriaba su bandera enVenecia y se la entregaba a Francia, paraque sta se la diera a su vez a Italia

    Po IX inaugura el Concilio Vaticano I en 1870, poco antes de perder el poder temporal sobre la ciudad, segn un grabado de la poca.

    VIVA V.E.R.D.IDOSSIER: LA UNIFICACIN ITALIANA

    Napolen III recibeNiza y Saboya en1860. Medallaconmemorativa.

    Vctor Manuel IIa caballo.

    CRONOLOGA DE LA GUERRA

    Humberto I de Saboya.

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    las tropas italianas entraban en la ciu-dad de los canales.

    Si Napolen III se haba mostradoh i l t i f bl l

    francs se oponan a tal poltica. Por suparte, Inglaterra era decididamente fa-vorable a la anexin de Roma, entre

    t it It li

    Pero desde entonces, aquella jornada

    de Aspromonte sera calificada por lositalianos de fratricida. Garibaldi erahecho prisionero en el fuerte de Varig-nano. Tardara en curar de sus heridas.En octubre sera amnistiado y volvera asu retiro de la isla de Caprera. Mientrastanto, el primer ministro, Ratazzi, se ha-ba visto obligado a dimitir. Ni conser-vadores ni radicales le haban perdona-

    do el error de Aspromonte.

    Capital por unanimidadSi Roma pudo ser, por fin, capital de laItalia una, lo sera en el contexto deotra crisis internacional, la que llevaraen 1870 a un enfrentamiento entreFrancia y Prusia, con la derrota de laprimera en Sedn. Tras ella, Napolen

    III se vera obligado a retirar las tropasque protegan la Roma pontificia. El 20de septiembre sera el da clave y laPorta Pia, el smbolo de la ltima resis-tencia a las tropas italianas.

    El 2 de octubre, la poblacin roma-na, mediante un plebiscito, se mostra-ba favorable de forma casi unnime(40 756 t f d l i

    Garibaldi en Caprera, tras ser amnistiado. Haba organizado una expedicin para tomar Romaen 1862, que fue derrotada en Aspromonte (por Cabianca, Florencia, Galera de Arte Moderno).

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    La mera agregacin de las piezas del rompecabezas italianobastaba para cambiar los mapas, pero no para consolidar una

    nacin que tena que redefinir su identidad. FernandoGarca Sanz desgrana los retos del nuevo Estado

    DOSSIER: LA UNIFICACIN ITALIANA

    Fare

    LI

    TALIA

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    Crispi fue el intrprete de una visindel significado del Risorgimento quetena como elemento esencial el so-porte de la clase media, de la burgue-sa. Parta de la base de que la unidadno deba ser considerada el final, sinoel punto de partida de una revolucinnacional que convirtiera a Italia (mez-clando en aparente paradoja naciona-lismo y mazzinianismo), en una granpotencia, en cabeza de la misin de lacivilizacin latina en el mundo.A nivel interno, l a revolucin deb a

    conjugar unificacin y desarrollo, en labsqueda de un estrecho nexo de

    unin entre el proceso de unidad na-cional y una autntica hegemona bur-guesa que estaba todava por cons-truirse. Cuando Francesco Crispi desa-pareci del escenario poltico en 1896a causa, precisamente, del fracaso dela poltica colonial emprendida con n-fulas y en pro de convertir a Italia engran potencia, Italia haba asentado fir-memente las bases para el inmediatosalto a la revolucin industrial, peroquedaba por cumplir a juicio de mu-chos el proyecto que ya vaticinaraMassimo DAzeglio en 1861: Ora chelItalia fatta, bisogna fare gli italiani.

    El propio Crispi reconocera a finalesde 1898 las carencias de un proceso na-cional que todava a esas alturas se pre-sentaba, desde el punto de vista social,como la amalgama de diversas realida-des ms que la integracin de las mis-mas: "El Estado es joven pero la Nacines vieja (...) La unidad italiana fue elefecto de una simple agregacin de lossiete Estados, y no de una revolucin".

    Las bases del nuevo EstadoAn en marcha el proceso de naciona-lizacin de las masas, en parecidas cir-cunstancias a otros Estados europeos,caba preguntarse en Italia por la vincu-lacin entre ese hecho y la posibilidad,en efecto, de dar por concluda la obradel Risorgimento. De qu Risorgimen-to? Haba existido un Risorgimento di-nstico, Saboya, y un Risorgimentogari-baldino; un Risorgimentomonrquico yotro republicano, un Risorgimentofede-ralista y otro unitario, un Risorgimentogibelino y un Risorgimentogelfo.

    Cada una de estas aspiraciones con-taba con su punto de referencia polti-co e incluso tambin historiogrfico.

    Conscientes de esta realidad, la laborde los gobiernos de la nueva Italia enla construccin de una identidad com-partida comenz por la absorcin, atravs de los monumentos y de la ico-nografa, de todos los aspectos simb-licos del proceso de unificacin, pre-sentndolos de manera sincrtica y di-fundindolos a travs de los textos es-colares y de la literatura popular. Secre una historia en la que aparecanjuntos Garibaldi, Vctor Manuel II, Maz-zini, Cavour, Gioberti, Cattaneo...

    La apropiacin de los smbolos delRisorgimentono corri, sin embargo,pareja a la extensin de la participa-cin de los ciudadanos en la vida po-ltica del pas. Entre 1861, fecha de lasprimeras elecciones polticas, y 1913,primeras elecciones con sufragio uni-

    versal masculino, las distintas frmulasde sufragio censitario (restringido has-ta las elecciones de 1886 y "alargado"a partir de entonces) tenan como ba-se electoral un reducidsimo porcenta-je de poblacin, que iba del 1,8% en1861 (sobre 25.750.000 habitantes) a lacota mxima del 9,1% en las eleccio-nes de noviembre de 1892 (sobre31.900.000 habitantes).

    Fuera del juego poltico los catlicos

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    E n 1901, dos muertes con po-cos meses de distancia entreellas parecan anunciar el fi-nal biolgico de toda unapoca. El 27 de enero mora en MilnGiuseppe Fortunino Francesco Verdi yel 11 de agosto desapareca en Npo-les Francesco Crispi. Representante dela alta cultura el primero; smbolo de lalucha por la unidad, nunca se compro-

    meti sin embargo en primera personaen los acontecimientos del perodoque condujeron al nacimiento de Italia.Diputado de la primera legislatura(1861-1865) por presin e insistenciade Cavour, senador desde 1874, noparticip sin embargo en las tareasparlamentarias, siendo significativoque acudiese por primera vez al Sena-do, en visita oficial", 19 aos despusde haber sido nombrado miembro dela Cmara. Incluso en aquella ocasincomentara a su presidente, Farini, "Ionon comprendo questa forma di go-

    verno consistente in assemblee nume-rose e rumorose, piene di scandali".

    Posiblemente por ser ms dado a losgrandes acontecimientos, a los grandes

    hroes, Verdi solo reconociera su ad-miracin por Cavour y, precisamente,por Francesco Crispi, al que ensalz enms de una ocasin como "il grandepatriota".

    Finalizando el siglo XIX es cierto almenos que solo Francesco Crispi podacontarse entre los supervivientes delRisorgimento con un protagonismo di-recto, tanto en las luchas por l a unidadde Italia (fue uno de los responsablesde la organizacin de la expedicin ga-ribaldina a la conquista de Sicilia), co-mo en las responsabilidades de Go-bierno una vez conseguida la unifica-cin. Francesco Crispi fue ejemplo,adems, de un recorrido poltico quesiguieron otros protagonistas de la his-toria de Italia: mazziniano y garibaldi-no, convino en reconocer, cuatro aosdespus de la constitucin del Reino,las virtudes de la monarqua frente a laalternativa republicana.

    Sin embargo, a diferencia de la op-cin que represent y defendi mien-tras estuvo en el poder la Destra Stori-ca(un nacionalismo satisfecho con laconsecucin de la unidad), Francesco

    seguidores de la mxima "N elettorin eletti", promulgada por Don Mar-

    gotti el 8 de enero de 1861 desde laspginas del clerical L'Armonia, los es-tratos sociales verdaderamente patro-nes del nuevo Reino eran, en realidad,los mismos que haban llevado el pro-tagonismo del proceso hacia la unidad.Quedaba al margen, por tanto, la ma-

    yor p arte de la poblacin, eminente-mente campesina, y an la pequeaburguesa urbana que, sin embargo,tambin haba dado su aportacin al

    Risorgimento: pinsese como ejemploen el 1848 en Mil n, en Roma, o en lasrevueltas del Mezzogiorno.

    De todas formas, el reconocimientode la contribucin que poda ofrecer aldesarrollo de la sociedad la organiza-cin y la actividad poltica de l as clasespopulares deber esperar a la llegadaal poder de Giovanni Giolitti, muy po-co despus de la muerte de Verdi.

    Segn la ley electoral, al margen dela obligatoriedad de ser contribuyentepor un importe mnimo de 40 liras/ao

    y ser mayor de 25 aos, los votantesdeban saber leer y escribir. Pero en

    1861 el ndice de analfabetismo en Italia rondaba el 75% de la poblacincon ndices extremos regionales entreel 50% y el 90%. Elemento fundamental para la alfabetizacin fue la llamada Ley Coppino, aprobada en julio de1877, que impuso la enseanza elemental obligatoria, que sera ademgratuita y aconfesional, obligando a lopadres a solicitar expresamente la enseanza de la religin que, an as, s

    impartira fuera del horario escolar. Ensustitucin de la religin se haca obligatorio el aprendizaje de "las primeranociones de los deberes del hombre ydel ciudadano", que junto a la lecturala lengua italiana, la aritmtica y el sistema mtrico decimal, se convirtieronen las asignaturas fundamentales yobligatorias que deban aprender lonios entre los 6 y los 9 aos. La nue

    va ley, como explic el propio ministrMichele Coppino, tena como finalidaesencial crear una slida base en la

    La apropiacin de los smbolos delRISORGIMENTO no fue paralela aparticipacin popular en la vida poltica

    FERNANDO GARCA SANZ es investigador delInstituto de Historia del CSIC.

    Npoles

    TOSCANA UMBRA

    ABRUZOS

    APULIA

    CALABRIA

    SICILIA

    PARMA

    VENECIA

    TIROLDEL SUR

    LOMBARDA

    SABOYA

    PIAMONTEFRANCIA

    SUIZA A

    USTR

    IA

    MDENA

    Palermo

    Florencia

    Cagliari

    Roma

    Reino de Cerdeay anexin de Lombarda (1859)

    Adquisiciones en 1860

    Adquisiciones en 1866

    Adquisiciones en 1870

    Territorios cedidos porAustria - Hungra en 1919

    Cedido a Francia en 1860

    Venecia

    Gnova

    Miln

    Trento

    Niza

    Mar Mediterrne

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    J n

    ico

    LA UNIFICACIN DE ITALIA

    FARE LITALIDOSSIER: LA UNIFICACIN ITALIAN

    Cavour fue el artfice de la unificacin territorial (leo de Hayez, Miln, Pinacoteca de Brera).

    LA AVENTURA DE LA HISTORIA ON-LINE

    FARE LITALIA

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    que apoyar el nuevo Estado liberal: "Laescuela permanece como el nico me-dio de elevar a los hombres a la alturade las instituciones liberales". El xitode la reforma de las enseanzas se ma-nifest muy pronto, ya que en 1880 latasa de analfabetismo haba descendi-do al 47,5%, un nivel en el que semantena, aproximadamente, al iniciar-se el siglo XX.

    El camino de la industrializacinEn 1861, quedaba todo por hacer. Se

    haba construido un gran cuerpo quecareca de unin entre las partes. Seimpona al nuevo Estado una tarea pri-mordial: completar y afianzar la inte-gracin poltico-territorial con la inte-gracin econmica que habra de tenercomo base la creacin de una red decomunicaciones, ferrocarril y carrete-ras, para la formacin de un impres-cindible mercado nacional.

    La unin de los antiguos reinos su-maba un total de 1.623 kilmetros de

    va frrea ya construdos y 1.442 enconstruccin. El 80% de los que esta-ban en servicio se situaba en el Pia-

    monte (850), regin Lombardo-Vneta(522) y Toscana (257), mientras que elantiguo Reino de las Dos Sicilias con-taba con 100, localizados en torno a laantigua capital, Npoles. En 1896 exis-tan ya 16.053 Km de va frrea distri-budos proporcionalmente, ya s, portoda la pennsula e islas. Grandesobras de ingeniera acompaaron a laextensin de la red y a su conexincon otras redes europeas: en 1871 seterminaba el tnel transalpino delMoncenisio (Frjus), de 13,6 kilme-tros de longitud; las comunicacionescon Alemania y Suiza fueron facili tadasposteriormente con la apertura en 1882del tnel de San Gotardo, con casi 15kilmetros de longitud, y a comienzos

    del siglo XX fue terminada la obra dela galera ms larga de Europa, el Sim-pln, con casi 20 kilmetros.

    Paralela al desarrollo ferroviario fuela mejora y extensin de la red de ca-rreteras, que dieron sentido y amplitudal esfuerzo realizado en los ferrocarri-les. De los, aproximadamente, 30.000km de la red viaria nacional y provin-cial y los poco ms de 70.000 de la lo-

    cal, a comienzos de la dcada de lossetenta, se pas, en la dcada de losnoventa, a los ms de 45.000 y 85.000Km respectivamente. Desde el Estadose contribuy, por tanto, a la creacinde uno de los elementos fundamenta-les para la transformacin y mejora dela economa agraria, favoreciendo lacomercializacin de los productos delcampo e induciendo con ello a losagricultores a un cambio en los tradi-cionales usos de subsistencia y peque-a comercializacin local o regional.

    Se consigui un considerable aumen-to de la produccin, de la misma formaque se desarrollaron las exportaciones,amparadas en el rgimen liberal quepresidi la vida econmica italiana des-

    de 1861 hasta 1888. A partir de ese ao,la ruptura de relaciones comercialescon Francia, mediante la introduccinde una fuerte tarifa proteccionista, lleval campo italiano a una profunda crisis,que tuvo como consecuencia socialms inmediata que se acentuara el fe-nmeno de la emigracin, en adelanteuno de los elementos ms caractersti-cos de la vida italiana.

    Fenmeno que se presentaba ahoracon nuevas formas: en primer lugar, laemigracin ser mayoritariamente decarcter permanente y, en segundo lu-gar, mientras se mantienen en aumen-to las salidas hacia los pases europeos,comienza por estas fechas el boomdela emigracin transocenica, que cono-

    cer su mximo desarrollo ya durantelas primeras dcadas del siglo XX.

    La agricultura fue cediendo el pesoque sobre la economa haba tenido du-rante los veinte primeros aos de la uni-dad. Al mismo tiempo que la agricultu-ra entraba en una mala coyuntura, la in-dustria conoca an entre 1881 y 1887una fase de apreciable expansin: en1887, la produccin de hierro alcanzaba

    las 173.000 Tm y, en 1889, la de aceroera de 158.000 Tm; progresaba, aunquems lentamente, la industria mecnica;tomaba consistencia el alza en el sectorqumico, sobre todo por el uso de abo-nos artificiales en las zonas de agricul-tura ms desarrollada, al mismo tiempo

    que se incrementaba la produccin decido sulfrico; la industria textil cono-ca tambin aos de expansin.

    La tarifa aduanera de 1887 vino acambiar la situacin general y, de for-ma particular, la antigua relacin Nor-te-Sur. El proteccionismo impuso alconsumidor meridional la obligatorie-dad de comprar los productos indus-triales nacionales a precios mucho msaltos de los que existan en el merca-do internacional, de tal modo que co-mo seal Rosario Romeo "el meca-nismo de desarrollo de la economaitaliana(...) giraba en torno a la explo-tacin del mercado meridional por par-te de la industria del Norte".

    Los aos ochenta fueron difciles para Italia, pero no solo desde el puntode vista econmico, sino tambin desde la perspectiva poltica y social. Lcrisis econmica acab arrastrando conella a numerosos bancos e institucionefinancieras ,pero solo el hundimientde una de ellas, la Banca Romana, produjo un gravsimo escndalo, al atribuirse connivencias polticas a la delic

    tiva actuacin de sus responsables.Este escndalo dej en la sociedadun largo rastro de desconfianza hacialos responsables del Gobierno y los polticos en general. Esta realidad se sumal malestar general que causaba la crisieconmica, para provocar los primero

    levantamientos de organizaciones demasas (1893-1894), que alcanzaron especial relieve en Lunigiana (encabezados por los canteros marmolistas) y Sicilia (trabajadores de distintas procedencias encuadrados en los Fasci deLavoratori), donde se registraron dursimos enfrentamientos con la fuerza pblica y el ejrcito. El malestar social sprolong a las protestas anticolonialesque tuvieron su motivacin en la campaa de Etiopa y en el concluyente desastre de Adua (marzo de 1896), y alcanzaron su punto culminante en 1898

    El 98 italianoLa cosecha de trigo de 1897 fue la mpobre desde el momento de la unidad

    y supuso menos del 60% de la correspondiente a 1896. El progresivo encarecimiento del pan se vi acompaadoadems por la elevacin de los coste

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    El rey Humberto I de Saboya visita a unenfermo de clera, durante la epidemia deseptiembre de 1884, segn un grabado de LaIlustracin Espaola y Americana.

    En 1861 todo estaba todava por hacer:se haba construido un gran cuerpoque careca de unin entre las partes

    GIUSEPPEGARIBALDI(Niza, 1807-Caprera, 1882)Se refugi en Amrica del Sur aldescubrirse su afiliacin a JovenItalia. En 1848 combati enLombarda contra el ejrcitoaustriaco. Fiel a Vctor ManuelII, nunca perdon a Cavour queNiza no se integrara en Italia ysiempre luch para que Romafuera la capital del nuevo pas.

    CAMILOBENSO, CONDE DECAVOUR(Turn, 1810-1861)En 1847 fund el peridico IlRisorgimento, en el que era par-tidario de una Italia unida y conuna monarqua constitucional.Fue el artfice de un acuerdocon Napolen III para lucharcontra Austria a fin de liberar elnorte de Italia, pero a cambiode ceder Saboya y Niza.

    Giuseppe Mazzini(Gnova, 1805-Pisa, 1872)Expulsado de Italia por susideas democrticas, trabaj acti-vamente en el exilio a favor dela unificacin italiana. Laico ymaterialista, practic una polti-ca de oposicin revolucionaria ala monarqua italiana. En 1863intent una sublevacin de losEstados Pontificios.

    Francesco Crispi(Ribera, 1818-Npoles 1901)Abogado, a partir de 1865 sim-patiz con la dinasta de Sabo-ya. Al frente del consejo de mi-nistros en 1887, fue hostil aFrancia y se esforz en acercar-se a Alemania. Reprimi condureza los movimientos popula-res. Tras el fracaso de Adua(1896), en Etiopa, dimiti.

    LOS LDERES DE LA UNIFICACIN

    FARE LITALIADOSSIER: LA UNIFICACIN ITALIANA

    LA AVENTURA DE LA HISTORIA ON-LINE

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    trasfondo y acicate para que estallaseuna profunda crisis poltica, el verdade-ro 98 italiano, que abri el debate sobrel t l f t d l i t l

    de fuerzas que tendan a su destruc-cin. Los sangrientos tumultos de ma-yo de 1898 escribi Gentile "confir-

    b l i t i d lid d

    de los fletes, producto del estallido dela guerra hispano-norteamericana. Ennumerosas ciudades italianas, ya desdel t d 1897 f

    Reconstruccin del asesinato del rey Humberto I en julio de 1900, a manos del anarquista Gaetano Bresci (La Ilustracin Espaola y Americana).

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    DOSSIER: LA UNIFICACIN ITALIANA

    VERDI MSICA PARA LA PATRIA

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    El prroco del pueblo, Don Baistroc-chi, no slo fue el maestro de msicade Verdi, sino tambin su primer edu-cador. A su muerte, Verdi le sustituircomo organista en las funciones de losdomingos. Un ao ms tarde, fue ne-cesario mandar a Verdi a Busseto para

    asistir al gimnasio, es decir, el Institu-to de Enseanza Media, siendo ademsadmitido en la escuela municipal demsica, de la cual era presidente elmaestro Provesi, organista de la Cole-giata de San Bartolom. Provesi, yamayor, dejar en ocasiones su puestoal joven Verdi, quien a los catorce aoses ya considerado el mejor pianista dela localidad. Entre los trece y los dieci-siete, Verdi se dio a conocer tambin

    como compositor, con algunas piezaspara la Sociedad Filarmnica y para laColegiata.

    Entre tanto, Barezzi, un discreto afi-cionado a la msica, presidente de la Fi-larmnica Bussetana, que tena comooficio la distribucin de alimentos a

    tiendas de pueblos vecinos entre ellas,el pequeo negocio propiedad de los

    Verdi le invitaba, cada vez con msasiduidad, a tocar el piano a su casa,dejando al tiempo que se enamorase deuna de sus dos hijas, Margherita, para fi-nalmente en 1831 acogerlo en su hogar

    y asumir el costo de sus estudios.Con diecinueve aos y el escaso

    apoyo de una beca de estudio delMonte di Piet e dAbbondanza de

    Busseto, Verdi decidi probar fortunaen Miln, viaje para el que incluso tuvoque obtener pasaporte al tener quecruzar del Ducado de Parma al ReinoLombardoVneto.

    Con cinco aos por encima de laedad mxima establecida para el ingre-so en su prestigioso conservatorio, ygracias al inters particular del maestroRolla quin tambin lo fuera de Paga-

    nini Verdi fue admitido a la prueba deingreso. Sin embargo, ste le fue dene-gado, empezndose entonces a formarsu leyenda. La causa del fracaso radi-cara fundamentalmente en que se lejuzgase como pianista, y no comocompositor, hacindose patentes sus li-mitaciones tcnicas a causa de su for-macin organstica. La misma comisinelogi sin embargo al Verdi composi-tor. En el dictamen del tribunal se lee:Aplicndose con atencin y pacienciaal conocimiento de las reglas del con-trapunto, podr dirigir la propia fanta-sa que muestra tener, y adentrarseplausiblemente en la composicin.

    No dndose por vencido a pesar delgolpe moral, inici sus estudios con elmaestro Lavigna, profesor de solfeo enel Conservatorio, experto en contrapun-to y cembalista de la Scala, del que fuealumno hasta 1835. En esa poca, jun-to al obligado estudio de obras de Pai-siello venerado por Lavigna Verdi secentr en el anlisis de peras, como elDon Giovannide Mozart, de cuya asi-milacin ser ejemplo el dueto entre Fe-lipe II y el Inquisidor en el Don Carlo.

    Del aula al escenarioDurante el periodo que permaneci enMiln, Verdi colabor tambin comoinstrumentista en alguno de los even-tos musicales que enriquecan la ciu-dad, como la puesta en escena por laFilarmnica de La Creacinde Haydn,donde el joven Giuseppe particip co-

    mo clavicembalista.En Busseto, mientras tanto, con la

    muerte del maestro Provesi se habainiciado una carrera para ocupar lasplazas que dejaba vacantes de organis-ta de la Colegiata ya tanteada en sujuventud y de maestro de la CivicaScuola di Musica. El prroco de l a Co-legiata, sin recurrir a concurso, asignlas dos plazas a Giovanni Ferrari, y Ba-rezzi luch para que el puesto fuesesacado a oposicin, algo que induda-

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    S era mucho ms sencillo co-menzar la biografa de Verdi siste hubiese mostrado su ge-nialidad desde sus primerosflirteos con la msica, y hubiese teni-do el privilegio de haber nacido en unpropicio ambiente musical o de estarpredestinado a crecer como una jovenpromesa. Sin embargo, ni las circuns-tancias del nacimiento ni los primeros

    aos vida de Joseph Fortunin Franoisnombre francs impuesto a causa deldominio napolenico en el Ducado deParma auspiciaban que el 10 de octu-bre de 1813, en la pequea localidadde Roncole, hubiese nacido un genio.

    Su padre, Carlo, dueo de una tien-da de comestibles con algn que otroproblema fiscal en 1804, era tambinnatural de Roncole. Su madre, LuigiaUttini, haba nacido en Saliceto di Ca-deo, un pueblo que hoy se encuentraen la provincia de Piacenza. Amboseran analfabetos, como la mayor partede la poblacin italiana de la poca,hasta que con la Ley Cassati de 1859 seestableciera obligatoria y gratuita laformacin escolstica de los nios has-ta la educacin secundaria elemental.

    Los primeros compasesSi bien es cierto que Verdi no fue unnio prodigio s lo es que destacasepor sus grandes aficiones musicales.Una de sus ancdotas de infancia noscuenta que, cuando ejerca de mona-guillo, al quedarse ensimismado con elsonido del rgano, olvid entregar alcura todo lo necesario para el oficio dela misa. El capelln le dio un puntapi,acentundolo con una popular expre-sin de la EmiliaRomaa: Dio tman-da na sajetta Que te parta un rayo.

    Aos despus, el cannigo muri ful-minado. Quizs por esto las maldicio-nes lanzadas por Rigolettoy SimonBoccanera suscitan todava hoy cierta

    aprensin en los ambientes teatrales.Las primeras noticias sobre los estu-

    dios musicales de Verdi datan de 1821,cuando Beppino tena ocho aos. Elpadre hizo entonces arreglar una viejaespineta y el afinador no quiso cobrartras observar las buenas maneras que

    Verdi apuntaba ante el instrumento.

    blemente favorecera a Verdi, quien yahaba regresado de Miln.

    Con intervenciones poco ortodoxaspor parte de los bandos que apoyabana uno y otro aspirantes, tuvo que me-diar la Direccin de Polica de Parma,bajo expresa solicitud del ministro delInterior. Verdi apel adems a la duque-sa de Parma, consiguiendo finalmenteque saliese a concurso al menos una delas plazas, la de maestro de la Civica

    Scuola, que finalmente obtuvo. Dos meses despus se casara con MargheritaBarezzi, para en 1839 y despus de presentar su dimisin como maestro en laCivica Scuola de Busseto, trasladarse definitivamente a Miln, iniciando de estmodo su carrera operstica.Aquellos aos fueron sin duda difci

    les para Verdi, sobre todo en el planopersonal y familiar. En un escaso margen de tiempo (1837-1849), en el que

    La sopranoZina Brozia,en Rigoletto,de Verdi.Portada de larevistaComoediaIlustr, de1910.

    17 noviembre 1839,Oberto conte di San

    Bonifacio, Miln, Teatroalla Scala.

    5 septiembre 1840,Un giorno di regno, Miln,Teatro alla Scala.

    9 marzo 1842,Nabucodonosor, Miln,

    Teatro alla Scala.11 febrero 1843,I Lombardi alla Prima

    Crociata, Miln, Teatro allaScala.

    9 marzo 1844,Ernani, Venecia, Teatro LaFenice.

    3 noviembre 1844,I due Foscari, Roma,Teatro Argentina.

    15 febrero 1845,Giovanna dArco, Miln,Teatro alla Scala.

    12 agosto 1845,Alzira, Npoles, Teatro diSan Carlo.

    17 marzo 1846,Attila, Venecia, Teatro LaFenice.

    14 marzo 1847,Macbeth, Florencia, Teatroalla Pergola.

    22 julio 1847,I masnadieri, Londres, HerMajestys Theatre.

    26 noviembre 1847,Jrusalem(readaptacinde I Lombardi), Pars,Teatro de la pra.

    25 octubre 1848,Il corsario, Trieste, TeatroGrande.

    27 enero 1849,La battaglia di Legnano,Roma, Teatro Argentina.

    8 diciembre 1849,Luisa Miller, Npoles,Teatro di San Carlo.

    16 noviembre 1850,Stiffelio, Trieste, TeatroGrande.

    11 marzo 1851,Rigoletto, Venecia, Teatro

    La Fenice.

    19 enero 1853,Il trovatore, Roma,

    Teatro Apollo.

    6 marzo 1853,La Traviata, Venecia,Teatro La Fenice.

    13 junio 1855,Les Vpres siciliennes,Paris, Teatro de la pra.

    12 marzo 1857,Simon Boccanera,Venecia, Teatro La Fenice.

    17 febrero 1859,Un ballo in maschera,Roma, Teatro Apollo.

    10 noviembre 1862,La forza del destino, SanPetersburgo, TeatroImperial.

    21 abril 1865,Macbeth, Pars, ThtreLyrique.11 marzo 1867,Don Carlo, Pars, Teatrodel la pra.

    20 febrero 1869,La forza del destino(nuevaversin), Miln, Teatro allaScala.

    24 diciembre 1871,Aida, El Cairo, Teatro delKhediv.

    22 mayo 1874,Misa de Requiem, Miln,Iglesia de San Marco.

    24 marzo 1881,Simon Boccanera(nuevaversin), Miln, Teatro allaScala.

    10 enero 1884,Don Carlo(versin italianaen cuatro actos), Miln,Teatro alla Scala.

    5 febrero 1887,Otello, Miln, Teatro allaScala.

    9 febrero 1893,Falstaff, Miln, Teatro allaScala.

    Verdi fue suspendido en el examende ingreso en el Conservatorio de Miln,pero sigui estudiando solfeo

    ESTEBAN HERNNDEZ CASTELL es musiclogoen la Escuela Espaola de Historiay Arqueologa en Roma.

    TODAS LAS OBRAS

    Ilustracin de una escenade la pera Don Carlo.

    Caricatura de Verdi dirigiendola orquesta.

    VERDI, MSICA PARA LA PATRIADOSSIER: LA UNIFICACIN ITALIAN

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    tambin estren Il duca di Rochester,que por diversas circunstancias nunca

    vio re presentada, Verdi ver a nacer ymorir a sus dos hijos. Sin embargo, fuecon esta pera con la que obtuvo delempresario Merelli la promesa de quehara representar en la Scala sus si-guientes composiciones.

    La promesa fue cumplida y el 17 denoviembre de 1839 se representa Ober-

    to, conte di San Bonifacio, con un granxito de pblico y crtica. Pocos mesesdespus, la muerte de su mujer aadeuna nueva tragedia en su biografa. Elcmulo de desgracias se sucede para

    Verdi tambin en el campo profesional;su contrato con Merelli, que le obliga-ba al estreno de tres peras, le impulsa abordar el gnero bufo con Un gior-no di Regno (1840). El fracaso fue tanestrepitoso que Verdi pidi a Merelli larescisin de su contrato, decidiendoponer fin a su recin iniciada carrera.

    Sin embargo, el xito de Uberto enlos teatros le empuj algunos mesesdespus a acercarse a Gnova, dondeaportara algunas modificaciones a lapartitura, para una prxima puesta enescena. Es en esta ciudad donde le fuepresentado el libreto de una nuevapera, cuyo argumento bblico le fas-cin de tal modo que decidi retomarla composicin.

    Llegara entonces uno de sus gran-

    des xitos y, al tiempo, su gran apor-tacinpatriticaa la causa del Risorgi-mento, la pera Nabucodonosor(des-pus conocida como Nabucco), estre-nada en la Scala de Miln en 1842. Alxito de la pera contribuy el hecho

    de que el pblico viese en la historiade los judos y el rey de Babilonia untrasunto de su propio cautiverio bajo eldominio austraco. Nabuccofue repre-sentada en aquella temporada 57 ve-ces, hecho que ni haba sucedido an-tes, ni volvera a suceder en la historiadel gran teatro milans.

    Tena 29 aos cuando Verdi se con-virti en el compositor ms reclamado yaclamado en los teatros italianos.Desde Nabuccose puede decir que no

    he tenido una hora de reposo: diecisisaos de galera!, exclam una vez.A estas peras siguieron I Lombardi

    alla Prima Crociata (1843), Ernani(1844), Macbeth(1847) y Luisa Miller(1849), siendo estas dos ltimas las

    que se mantienen con cierta asiduidaden el repertorio actual. Tambin enesa poca se le presenta a Verdi lagran ocasin para componer una pe-ra patritica, reflejada en La batagliadi Legnano(1849), con libreto de Sal-

    vatore Cammarano. La obra, ideadapara estrenarse en Npoles, tuvo pro-blemas con la censura borbnica, porlo que finalmente se represent en Ro-ma el 27 de enero, cuando ya el Papahaba hudo a Gaeta. Unos das des-pus, el 9 de febrero, se pr oclamaba laRepblica Romana.

    Rigoletto(1851), Il trovatore(1853) -inspirada en El Trovadordel escritorespaol Antonio Garca Gutirrez, conlibreto nuevamente de Cammarano yLa Traviata (1853) la denominadagran triloga, sern sus siguientescreaciones.

    La Traviatanaci como resultado dela fascinacin de Verdi ante el estrenoparisino de La Dama de las Camelias,

    de Alexandre Dumas, presenciado porel compositor cuando viva en la capi-tal francesa con quin sera su segundaesposa y, sin duda, el gran amor de su

    vida, Giuseppina Strepponi.Paradjicamente, una de las peras

    posteriormente ms valoradas por elpblico y la crtica fue un estrepitosofracaso el da de su estreno, como sedesprende de esta carta fechada el 8de marzo, dos das despus de ste:Ayer por la tarde sali a escena LaTraviata, que ha sido un fiasco. Deci-didamente, un fracaso: no quiero inda-gar las causas. Quiz una de las razo-nes de este fracaso la encontremos enque el pblico no estaba acostumbra-do a presenciar una historia con perso-

    najes contemporneos y cuya protago-nista era, adems, una prostituta. Parano faltar a la verdad, hemos de decirque solo bast un ao para que en elteatro San Benedetto de Venecia LaTraviatacomenzase a acumular xitos.

    Con Rigoletto, el joven Verdi nos mos-trar un equilibrio casi perfecto de m-sica y drama quizs por ser l mismoquien idease el argumento, pero sernestas tres obras, concebidas como unltimo bloque compositivo, las que denforma y fin a la primera etapa opersti-ca verdiana, musicalmente caracterizadapor una cierta obsesin por el motivo.

    El Verdi polticoLa evolucin de su pensamiento pol-tico fue similar a la de sus compatrio-tas, entrevindose en un primer mo-mento un ligero tinte republicano,cuando en 1848 puso msica a un him-

    no de Mameli, con la preocupacin deque fuese popular y fcil.

    Su compromiso ms frreo se con-centr en el trienio 1859-1861, poca dela que conservamos sugerentes docu-mentos, como la correspondencia quese guarda en el Museo Centrale del Ri-sorgimento. De ella se desprende su po-co inters hacia el cargo de diputado,hecho que se comprueba con la lecturade las cartas dirigidas a su adversarioMinghelli Vaini. La correspondencia

    cruzada con ste tuvo su punto de ori-gen en las primeras elecciones del Rei-no de Italia, donde la candidatura pa-ra el colegio de Borgo San Donninopareca ya asignada a Vaini, cuandoCavour escribi a Verdi invitndole amostrar su disponibilidad para asu-mir un mayor compromiso poltico.

    Ser el propio Verdi quien nos mues-tre su poco aprecio hacia el futuro car-go con las siguientes frases: no me pre-sento candidato, acepto con malgradosi la votacin me obliga, estoy decidi-do a presentar mi dimisin apenas pue-da hacerlo, si consigues que tenga laminora de los votos, hacindote nomi-nar, y liberarme de este empeo, yo noencontrar palabras suficientes paraagradecerte el sealado servicio. Harsbien a la Cmara, un favor a ti y ungrandsimo a/ Tu afectsimo/ Giuseppe

    Verdi. A pesar de ello y contra su vo-

    luntad, el 3 de febrero de 1861 Verdi sa-le victorioso de las elecciones y Cavourconsigue el anhelado diputado.

    Es por entonces cuando, en plenapopularidad, el nombre de Verdi cobraespecial y crptico significado poltico.El Viva V.E.R.D.I. que se poda leeren panfletos y pintadas en las ciudadesitalianas esconda bajo el acrnimo elgrito "Vittorio Emanuele R d'Italia".Las peras que Verdi escribi en su ma-durez, entre las que se encuentran Vs-

    peras Sicilianas(1855), Simon Boccane-ra(1857), Un ballo in maschera (1859),La forza del destino(1862) y Don Carlo(1867) contemplan, como rasgos defini-torios, una gran maestra en la caracteri-zacin musical y una mayor preponde-rancia del papel orquestal.

    Inters por EspaaDon Carlo, gran pera en cinco actos,fue un encargo de la pera de Pars pa-ra ser estrenada durante le ExposicinUniversal de 1897. Bajo el drama deSchiller (1787), nos presenta el trasfon-do poltico de la Espaa del XVI, conlas interminables luchas en los PasesBajos y la intromisin de la Igle sia Ca-tlica en los asuntos de Estado. El inte-rs de Verdi por Espaa se har tambinpatente en aspectos estrictamente musi-cales. En una carta de 1861 a su libre-tista Francesco Mara Piave,Verdi mues-

    tra su particular inters por los ritmoshispanos cuando le encarga: Treme laSeguidilla, porque necesito conocer elmovimiento y el tiempo.

    Su gran pera Aida (1871), tambinde este periodo, naci como un encar-go del virrey de Egipto para celebrar lainauguracin del Canal de Suez y suestreno se celebr en El Cairo. Decomplicada interpretacin y puesta enescena an no asimilada por la esce-nografa contempornea, se ha llega-

    do a escribir que de sus ms de trehoras solo se salva un esqueleto dramtico situado en torno al ncleo delos celos de Amneris.

    Tres aos despus, Verdi estrena enMiln su Misa de Requiem(1874), obracuya concepcin nos esclarece el investigador Rosen, al desvelar sus clandestinos inicios: ante la cada del proyectde una composicin colectiva en me

    moria de Rossini (1869), la majestuosobra policoral se dedicar al recientemente desaparecido escritor italiano

    Alessandro Manzoni (1873). Entre lacomposiciones no opersticas de Verdcabe tambin citar la cantata dramticInno delle nazioni(1862) y el Cuarteto

    para cuerda en mi menor(1873).La larga pausa que precede a cada

    una de sus dos ltimas obras es si ntomtica de la asimilacin de los materiales y la maduracin del compositorEn total, sern diecisis aos sin tr abajar para los teatros y trece sin estrenarsiquiera un comps, exceptuando lareelaboracin de Simon Boccanera.

    Con Otello(1882), el Verdi populacrea una obra de arte culta con unmarcado nivel dramtico. Inspirada enShakespeare, Otellollegar a considerarse la primera obra maestra del expresionismo en el teatro musical yconstituir, sin duda, un ms que digno predecesor de su pera pstumaFalstaff (1893). Estrenada en el mismoteatro que le vio nacer, la Scala de Miln, la ltima produccin verdiana sealzar como un nuevo ejemplo de madurez espiritual y tcnica.

    El melodrama verdiano llegar conFalstaffa uno de sus puntos cumbre. Suxito no radicar en ser fruto de unatransformacin, sino de un laboriosodesarrollo que se inici en aquel pequeo pueblo de Parma, y que ira morir con l el 27 de enero de 1901 enMiln, la ciudad que conquist y cuyo

    Conservatorio, que una vez lo rechazhoy lleva su nombre.

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    Fue elegido diputado en las eleccionesde 1861, a las que se present a disgustoy por insistencia de Camilo Cavour

    Giuseppe Verdi en su lecho de muerte ,el 21 de enero de 1901 (por Stragliali,

    Miln, Coleccin Gallini).

    DELLA PERUTA, F. Realt e mito nell'Italiadell'ottocento, Milano, 1996.

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