la aplicaciÓn de la terapia de aceptaciÓn … · supone en términos de inutilidad y altera-ción...

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EL CÁNCER Y EL TRASTORNO DE EVITACIÓN EXPERIENCIAL (TEE) Cuando un enfermo de cáncer señala “necesito recuperar la ilusión de vivir”, “si estuviera más alegre, lo haría”, “no puedo continuar con el miedo a enfermar de nue- vo“, “si volviera a recuperar la confianza en el futuro, me comprometería a emprender esa actividad” o “si me sintiera atractiva como antes, me volcaría en una relación”, estamos ante afirmaciones que resultan familiares por lo que tienen de comunes y socializadas. Igualmente resultará familiar que, en numerosas ocasiones, se intente instruir u orientar al enfermo que habla de esa forma sobre lo que debe hacer para aca- bar con tal estado de cosas con pautas del tipo “piensa cosas agradables y te sentirás mejor, intenta desterrar los pensamientos negativos, etc.” Una característica que comparte buena parte de los pacientes con un diagnóstico de cáncer es que buscan por muchos PSICOONCOLOGÍA. Vol. 2, Núm. 1, 2005, pp. 49-70 Correspondencia: Carmen Luciano Departamento Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos Universidad de Almería, 04120 Almería E-mail: [email protected] Resumen El sufrimiento que se deriva verbalmente del hecho de padecer una enfermedad de cáncer es una circunstancia a la que se enfrentan todos los pacientes en esa situación. Sin embargo, y a pesar del impacto psicológico que engendra tal circunstancia, el curso de la vida de los pacien- tes se ve afectado por el afrontamiento ante los miedos, preocupaciones, recuerdos negativos y pensamientos sobre lo que ocurrirá. El afronta- miento con gran credibilidad en tales eventos privados conduce a una limitación y empobre- cimiento vital que incrementa el sufrimiento personal. El Trastorno de Evitación Experiencial (TEE) sería un componente central en tales casos que se define por la rigidez conductual frente a los eventos privados. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) se está mostrando efecti- va para alterar los contextos verbales que tie- nen atrapado al paciente en el TEE y, por tanto, promueve la flexibilidad conductual. El presen- te artículo sólo tiene como objetivo una expo- sición breve de la intervención de ACT con pacientes de cáncer de mama. Palabras clave: Terapia de Aceptación y Compromiso, Trastorno de Evitación Experien- cial, tratamiento psicológico, cáncer de mama. Abstract The suffering correlated to having cancer is an experience that most patients confront. However, in spite of the psychological impact of such an event, the course of life is affected by the way patients cope with fears, worries, negative memories and thoughts about the future. High believability with such private events occur when a patient behaves accor- ding to them and, consequently, his or her life becomes limited and impoverished. Experien- tial Avoidance Disorder (EAD) is a core com- ponent in such cases and it is defined by beha- vioral rigidity. Acceptance and Commitment Therapy (ACT) is being shown effective in alte- ring the verbal contexts that define EAD and, consequently, in promoting behavioral flexibi- lity. The present paper is aimed only to briefly expose ACT interventions with breast-cancer patients. Keywords: Acceptance and Commitment Therapy, Experiential Avoidance Disorder, psychological treatment, breast cancer. LA APLICACIÓN DE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT) EN EL TRATAMIENTO DE PROBLEMAS PSICOLÓGICOS ASOCIADOS AL CÁNCER Marisa Beatriz Páez*, Carmen Luciano* y Olga Gutierrez** *Universidad de Almería **Universidad de Granada

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EL CÁNCER Y EL TRASTORNO DEEVITACIÓN EXPERIENCIAL (TEE)

Cuando un enfermo de cáncer señala“necesito recuperar la ilusión de vivir”, “siestuviera más alegre, lo haría”, “no puedocontinuar con el miedo a enfermar de nue-vo“, “si volviera a recuperar la confianza enel futuro, me comprometería a emprender

esa actividad” o “si me sintiera atractivacomo antes, me volcaría en una relación”,estamos ante afirmaciones que resultanfamiliares por lo que tienen de comunes ysocializadas. Igualmente resultará familiarque, en numerosas ocasiones, se intenteinstruir u orientar al enfermo que habla deesa forma sobre lo que debe hacer para aca-bar con tal estado de cosas con pautas deltipo “piensa cosas agradables y te sentirásmejor, intenta desterrar los pensamientosnegativos, etc.”

Una característica que comparte buenaparte de los pacientes con un diagnósticode cáncer es que buscan por muchos

PSICOONCOLOGÍA. Vol. 2, Núm. 1, 2005, pp. 49-70

Correspondencia:

Carmen LucianoDepartamento Personalidad, Evaluación y Tratamientos PsicológicosUniversidad de Almería, 04120 AlmeríaE-mail: [email protected]

Resumen

El sufrimiento que se deriva verbalmente delhecho de padecer una enfermedad de cáncer esuna circunstancia a la que se enfrentan todos lospacientes en esa situación. Sin embargo, y apesar del impacto psicológico que engendra talcircunstancia, el curso de la vida de los pacien-tes se ve afectado por el afrontamiento ante losmiedos, preocupaciones, recuerdos negativos ypensamientos sobre lo que ocurrirá. El afronta-miento con gran credibilidad en tales eventosprivados conduce a una limitación y empobre-cimiento vital que incrementa el sufrimientopersonal. El Trastorno de Evitación Experiencial(TEE) sería un componente central en tales casosque se define por la rigidez conductual frente alos eventos privados. La Terapia de Aceptacióny Compromiso (ACT) se está mostrando efecti-va para alterar los contextos verbales que tie-nen atrapado al paciente en el TEE y, por tanto,promueve la flexibilidad conductual. El presen-te artículo sólo tiene como objetivo una expo-sición breve de la intervención de ACT conpacientes de cáncer de mama.

Palabras clave: Terapia de Aceptación yCompromiso, Trastorno de Evitación Experien-cial, tratamiento psicológico, cáncer de mama.

Abstract

The suffering correlated to having cancer isan experience that most patients confront.However, in spite of the psychological impactof such an event, the course of life is affectedby the way patients cope with fears, worries,negative memories and thoughts about thefuture. High believability with such privateevents occur when a patient behaves accor-ding to them and, consequently, his or her lifebecomes limited and impoverished. Experien-tial Avoidance Disorder (EAD) is a core com-ponent in such cases and it is defined by beha-vioral rigidity. Acceptance and CommitmentTherapy (ACT) is being shown effective in alte-ring the verbal contexts that define EAD and,consequently, in promoting behavioral flexibi-lity. The present paper is aimed only to brieflyexpose ACT interventions with breast-cancerpatients.

Keywords: Acceptance and CommitmentTherapy, Experiential Avoidance Disorder,psychological treatment, breast cancer.

LA APLICACIÓN DE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO(ACT) EN EL TRATAMIENTO DE PROBLEMAS PSICOLÓGICOSASOCIADOS AL CÁNCER

Marisa Beatriz Páez*, Carmen Luciano* y Olga Gutierrez***Universidad de Almería

**Universidad de Granada

medios eliminar sus temores, penas y pade-cimientos como un modo de sentirse mejorante la amenaza que asocian al cáncer. Elsiguiente extracto de una sesión mantenidacon M., una mujer de 35 años con cáncerde mama, reproduce la situación demuchos pacientes observados en nuestrapráctica clínica. Lo siguiente ilustra la reac-ción de M. al diagnóstico de cáncer:

M.: Me lo tomé muy mal, al principiopor la operación más que por laenfermedad. Pensaba que cuandome abrieran aquello estaría exten-dido, que me moriría en la opera-ción, ... miles de cosas se me vení-an a la cabeza, aquello era un sinvivir, no comía, no hablaba connadie, pasaba de mi hija, se meolvidaba su biberón... con mi mari-do en aquellos días ni siquierahablamos una vez, yo tenía lacabeza en otro lado... y ahora másque nada es miedo a lo que vendrá,a cuando se me caiga el pelo, meda mucha impresión la gente calvay no sé qué pasará.

Terapeuta (T.): ¿Qué haces cuando teviene el miedo?

M.: Intento no pensar, pensar en otracosa, distraerme con la televisión,que se me vaya de la cabeza.

T.: ¿Y consigues que se te vaya, dejar-lo fuera de tu mente?

M.: A veces sí... pero a veces no, no sécómo lograrlo, es como que si tedescuidas te vuelve una y otra vez,no lo hago bien y nunca consigoque se me vaya del todo...

T.: ¿Qué más sueles hacer para que nopensar en eso?

M.: No atiendo el teléfono, no abro lapuerta, ni quiero hablar con ami-gos, ni familiares, nadie. Porqueellos preguntan, o no me pregun-tan, pero yo sé lo que están pensan-do, me ponen cara de lástima y nome gusta nada tener la sensaciónde que les doy lástima.

T.: Entonces ¿Te has apartado de tugente?

M.: Sí, es que ellos no tienen tacto,pero me siento muy sola, me hacefalta compañía. Me apetece quealguien vaya a visitarme, claro. Lagente últimamente ni lo intenta,después de no coger el teléfono ala tercera vez la gente deja de lla-mar... es que me encuentro muysola... cuando siempre he tenidomuchos amigos...

Aunque al aislarse de sus seres queri-dos, M. conseguía alejar momentáneamen-te parte del malestar relacionado con elcáncer, el resultado global de esas accionesterminaba siendo altamente inhabilitanteya que suponía apartarse de lo fundamen-tal para ella (cuidado de su hijo, familia,amigos, etc.). Parece, pues, que los pacien-tes están centrados en sus pensamientos yemociones (ansiedad, culpa, rabia, bajaautoestima, sensación de indefensión,temor a la recidiva, etc.), o sea que su vidagira en torno a ello. Esto ha llevado a pro-poner que el afrontamiento del diagnósticoy el proceso de la enfermedad de cáncerpuede iniciar y conformar un patrón con-ductual rígido de regulación de los eventosprivados para vivir. Este patrón se ha deno-minado Trastorno de Evitación Experien-cial (TEE)(1-3) y aunque a corto plazo resulterentable a la persona por la reducción osupresión de pensamientos y emocionesdesagradables relacionadas con el cáncer,supone mecanismos limitantes de actua-ción por los valores del paciente, más alláde los problemas directamente derivadosde la enfermedad. Según esta propuesta,aunque los enfermos de cáncer puedenmostrar múltiples desórdenes en circuns-tancias diversas(4-6) la mayor parte de estoscomportamientos tendrían como propósitola eliminación o reducción parcial de laspropias respuestas privadas relacionadascon el cáncer, a pesar del costo que ellosupone en términos de inutilidad y altera-ción de la vida. Inutilidad, en efecto, porcuanto ante la presencia de sentimientosnegativos, recuerdos desagradables, sensa-ciones de abatimiento, temor a la muerte,dolor, o cualesquiera funciones aversivas

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que se conciben como obstáculos o barre-ras para poder vivir, la persona intentaráaplacar tales funciones, para lo cual hará loque socialmente se potencia como la solu-ción correcta cuando uno se siente mal, asaber, descansar, intentar distraerse, pensarcosas positivas, etc., pero consiguiendo,paradójicamente, un resultado contrario alperseguido en cuanto a la calidad y ampli-tud de su vida. Aunque las respuestas deevitación, a corto plazo, den lugar a unareducción parcial de las funciones aversivasrelacionadas con el cáncer (efectivamente,si, por ejemplo, una paciente mastectomi-zada, ante el miedo de no excitar a su pare-ja, renuncia a iniciar una relación sexual,ese miedo se aleja temporalmente), sinembargo, a la larga, terminan provocandola exacerbación y extensión de tales miedosante numerosas situaciones, viéndose lapersona obligada a actuar para eliminarlos,aunque ello suponga una limitación cadavez más pronunciada en la vida en térmi-nos de un estancamiento en las facetas per-sonalmente valiosas(2).

Ante esta situación, la pregunta que sele plantea al psicólogo clínico que trabajaen el ámbito de la Psico-Oncología es silos pensamientos, los sentimientos, losrecuerdos negativos son intrínsecamenteinhabilitantes, esto es, si causan necesaria-mente comportamientos desajustados yson realmente barreras para llevar la vidaque uno quiere. Frente a las respuestas quese han ofrecido desde la cultura popular(incluyendo algunos textos profesionales ydivulgativos sobre salud mental, la psico-patología tradicional y algunas de las psi-coterapias al uso), que coinciden en otor-gar un valor causal explícito al contenidodel sentimiento y del pensamiento, desdeel enfoque de la aproximación terapéuticaconocida como terapia de aceptación ycompromiso (ACT)(7,8) se señala el papelque juega el contexto socio-verbal en lafunción que llegan a tener los eventos pri-vados y que llegan a enredar a la personaen respuestas de evitación destructivas. Enel siguiente apartado se desarrolla estatesis con más detalle.

ACT Y EL PLANTEAMIENTO SOCIO-VERBAL DE LOS PROBLEMASPSICOLÓGICOS

Un análisis del origen y desarrollo de lanecesidad que caracteriza a la sociedadactual de eliminar todo signo de sufrimien-to psicológico como condición necesariapara actuar en dirección a aquello que espersonalmente valioso pasaría por contem-plar algunas de las consecuencias que com-porta la post-modernidad como la hiperre-flexibilidad, el rebajamiento del umbral deaceptación de inconvenientes inherentes ala vida, la flexibilidad social, etc. (un trata-miento en detalle de estos temas en caste-llano se puede encontrar en Pérez(9) y Wil-son y Luciano(8)). Dado que un análisis conprofundidad de estas cuestiones desborda-ría con mucho los objetivos de este trabajo,en este punto únicamente se pretende resal-tar que las circunstancias socio-verbales oel funcionamiento genérico relativo a labúsqueda de la felicidad o la evitación delsufrimiento en la sociedad que nos tocavivir son el marco ineludible para entenderla lucha que el enfermo de cáncer mantie-ne contra sus propias reacciones psicológi-cas (ansiedad, miedo, incertidumbre,angustia).

ACT parte de un concepto de salud psi-cológica definida por un repertorio amplioy flexible de acciones orientadas a los valo-res personales y no por la ausencia de cier-tos estados cognitivos y emocionales valo-rados como negativos (dolor, ansiedad, tris-teza, miedo, etc.). Así, se sostendrá, porejemplo, que “el temor a la muerte”, “ladesesperanza” o “la culpa”, tan frecuente-mente referidos por los enfermos de cáncer,no son en sí mismos síntomas inhabilitan-tes, sino que lo que termina limitando lavida de estos enfermos sería la tendencia areaccionar ante esos contenidos como sifueran una barrera literal, cuya eliminacióno cambio se impone a priori como la solu-ción lógica y necesaria para actuar de modovalioso, o sea para vivir.

Desde la perspectiva de ACT, para darrazón de que una persona diagnosticada

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con un cáncer pueda estar limitando su vidaen el esfuerzo por evitar entrar en contactocon sus experiencias privadas, se acude alos procesos verbales implicados en elaprendizaje relacional o simbólico quecada comunidad moldea en sus miembrosdesde edades muy tempranas (para unarevisión extensa de la literatura sobre apren-dizaje relacional y derivación de funcionespsicológicas se remite a Hayes, Barnes-Holmes y Roche(10) y Wilson y Luciano(8)).Muy brevemente, desde temprano en lavida, aprendemos a responder a unos even-tos en términos de otros y a generar nuevasrelaciones entre eventos de un modo indi-recto o derivado. Por ejemplo, el niñoaprende pronto a nombrar las cosas a sualrededor y a sí mismo de modo que even-tos-nombres acaban siendo bidirecciona-les, y una función dada a uno de ellos aca-ba pasando a todos los estímulos ajustadosen relación. El niño aprende a través denumerosos ejemplos, diferentes tipos derelaciones más allá de la relación “es”. Porejemplo, la relación “contraria” entre even-tos , de “mayor o menor que”, “de cerca ylejos”, de “allí y aquí”, de “ahora, antes ydespués”. Estos comportamientos verbalespermiten al niño adaptarse con mucha efi-cacia a su ambiente en tanto que le permi-tirá responder a numerosos estímulos demodo distinto en tanto sean situados en tor-no a unas y otras claves o funciones verba-les. Es así que si, por ejemplo, se dice quealgo está cerca no tendrá el mismo efectoque si se dice que está lejos (en tiempo y enespacio). Igualmente, si a un niño se le diceque “el cáncer” es la peor enfermedad, quees como “morirse”, el niño podrá verse o vera quién se le diagnostique un cáncer de unmodo “muy limitante”, “muy malo”, “cer-cano a la muerte” y se derivarían o haríanmuy presentes todas las sensaciones y acti-vidades cercanas a “enfermedad” y contra-rias a “tener vida por delante”.

Aunque estas habilidades verbales sonaltamente adaptativas y son justamente lasque están a la base del progreso de la huma-nidad, sin embargo, a veces el responder alas palabras (por ejemplo, “!es el fin, mi vida

se acabó, no sirvo para nada!”) como si fue-sen los eventos a los que hacen referenciapuede generar problemas, pues esas pala-bras pueden terminar evitándose tantocomo los eventos reales con los que direc-ta o de forma derivada están relacionadas.Los eventos privados pueden adquirir asíuna realidad que no tienen (convertirse en“barreras infranqueables” para actuar endirección a las cosas que importan en lavida), de modo que la persona con cáncerpuede quedar fundida a los mismos, sin laperspectiva suficiente para discriminar queson funciones verbales que conlleva la pro-pia historia en cada circunstancia ymomento y que uno puede responder conflexibilidad ante ellas (para lo que se nece-sita un mínimo de distanciamiento de lospropios eventos privados). Un claro ejem-plo relativo al tema que nos ocupa es la evi-tación deliberada de la palabra cáncerobservada tanto en los pacientes, en susfamiliares e incluso en los profesionales dela salud(11).

Del hecho de ser verbales, se derivatambién en los enfermos una gran dosis desufrimiento actualizada por los recuerdosde las experiencias de otros familiares oamigos que han padecido la misma enfer-medad y cuyo final fue el peor, al sentir eldolor que provocan tales recuerdos y pen-samientos como si tales hechos estuvieranocurriendo en el momento actual. Altosniveles de amargura también se derivan decomparar dónde está uno, después de pasarpor los tratamientos y dónde quisiera estaren relación con los proyectos vitales queantes se tenían, o al comparar quién se hasido y quién se es, después de intervencio-nes que pueden modificar aspectos estéti-cos y del funcionamiento físico cotidiano.También se sufre ante la idea de una recaí-da, o ante la posibilidad de que miembrosde la familia padezcan la misma enferme-dad. Esto es así en tanto que, genéricamen-te, “tener cáncer” se relaciona con “grave-dad”, con “incapacidad para disfrutar, paraseguir haciendo lo que uno quiere” y cual-quier pensamiento sobre una posible reca-ída trae al presente todas esas funciones y

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las emociones que acompañan. Padecercáncer todavía hoy puede entenderse (aun-que no siempre es así) como una insalvablebarrera para tener una vida satisfactoria ycontinuar haciendo lo que uno quierehacer. Desde este contexto verbal, (“si ten-go cáncer, entonces mi vida se ha acabado,no merece la pena nada y no puedo seguir”)se justifica y potencia el abandono de com-promisos personalmente relevantes, ya queel sufrimiento viene a funcionar como unapotente razón (compartida por otros alrede-dor y en general) para no seguir adelante,estableciéndose contingencias que poten-cian el victimismo y que están en oposicióna la responsabilidad de elegir, incluso conlas limitaciones que pueda generar la enfer-medad y hasta en las peores condiciones (yaque uno puede elegir hacerse cargo de lasemociones y pensamientos que eso trae obien puede pelear por no admitirlos, lo quesin duda incrementará su sufrimiento).

En definitiva, dada la naturaleza bidi-reccional del lenguaje, se entiende quecuando una persona recibe un diagnósticode cáncer, todas esas reglas sociales gené-ricas se actualizan y transforman las funcio-nes de todo lo que está en relación verbalcon la etiqueta “cáncer”. Según la historiade la persona diagnosticada, esas reglassociales podrían ampliarse y generalizarsecada vez a más ámbitos vitales de modoque la evitación de los propios eventos pri-vados puede terminar convirtiéndose en elcentro de su existencia. No obstante, noserían finalmente los eventos privados confunciones aversivas (por las relaciones ver-bales que los sustentan) los que limitaríanla vida, sino los comportamientos regula-dos por las funciones evitativas, o sea lasacciones que se emprenden con el fin deeludir o acabar con tales sensaciones ypensamientos. Estas acciones que en algúngrado consiguen su propósito –al menostemporalmente- se ven coherentes –carga-das de razón- y esto irá proporcionando alos eventos privados de un poder extraor-dinario y supersticioso, tal que la personase ve “obligada” a no poder hacer su vidaa no ser que tales eventos privados conten-

gan sentimientos de bienestar, seguridad,recuerdos, en suma, eventos positivos. Esascontingencias incluyen tanto la reduccióno alivio inmediato del malestar, como elpotente reforzador implicado en “tenerrazón” o ser coherente con lo que unopiensa que es correcto hacer cuando “seestá mal” (ver Luciano, Rodríguez y Gutié-rrez (12) para una completa exposición de laimportancia del contexto verbal que inclu-ye las contingencias de la regulación ver-bal en el desarrollo de los patrones de evi-tación experiencial destructiva).

Contrariamente a lo que el funciona-miento socio-verbal más generalizado sos-tiene, desde ACT se asume que los eventosprivados con función aversiva son parte dela condición humana y, por tanto, “es nor-mal tenerlos”. El verdadero problema radi-ca en no admitirlos cuando se interponenpara efectuar acciones valiosas encamina-dos a aspectos de la vida que importan. Deesta forma, la opción para no ampliar elsufrimiento es renunciar a la eliminación delos miedos, de los temores o de la angustiay la tristeza que pueda sentir la persona queacaba de ser diagnosticada de cáncer o queestá atravesando un proceso de recidiva.Nótese que el propósito de ACT, a diferen-cia de otras estrategias clínicas que buscancambiar el contenido negativo o irracionalde determinados eventos privados, es alte-rar la función de toda la clase funcional deevitación experiencial, de manera que aun-que la persona sienta dolor, tristeza o cua-lesquiera “síntomas” psicológicos actúe enla dirección de los objetivos vitales valora-dos por ella. En definitiva, se busca que elpaciente aprenda a aceptar lo que no pue-de ser cambiado (pensamientos, sensacio-nes, emociones), excepto que se esté dis-puesto a un costo personal muy alto (porejemplo, grandes dosis de fármacos paraeliminarlos, pero a costa de no poder hacermuchas otras actividades. Incluso, deci-mos, el estado perfecto para conseguir eseobjetivo es “estar en coma” ya que no sesiente ni se piensa, ni se recuerda, pero ¿quése pierde?). Y, se busca que el pacienteaprenda a cambiar aquellos aspectos que sí

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pueden ser controlados, siempre de acuer-do con sus valores personales, haciéndosemáximamente responsable de las conse-cuencias de cada elección.

LOS PRINCIPALES COMPONENTESDE ACT Y SU APLICACIÓN APACIENTES CON CÁNCER.

ACT no está formulada de forma espe-cífica para ninguna población de pacientesen particular, ni va dirigida a una alteraciónconductual concreta, por ser, como se havisto, un sistema terapéutico basado en unaclasificación funcional y no topográfica delos problemas psicológicos. ACT está con-cebida para el tratamiento de todas aque-llas personas que muestran un trastorno deevitación experiencial cronificado y limi-tante, aunque también es factible su aplica-ción breve cuando aún no se ha cronifica-do el patrón de evitación experiencial. Eneste apartado se van a ilustrar las interven-ciones centrales de ACT en su aplicación apacientes con cáncer que muestran unpatrón de evitación experiencial destructi-vo. La evidencia de la utilidad de ACT coneste tipo de pacientes proviene de estudiosde caso –que sólo son informativos-(3) y deensayos clínico-experimentales(13,14). Portanto, se requieren investigación con ensa-yos controlados.

En lugar de seguir el esquema habitualque se encuentra en otros textos, donde sedetallan los distinto componentes de la tera-pia, se van a exponer las intervencionesterapéuticas fundamentales en ACT con elapoyo de extractos de sesiones clínicas lle-vadas a cabo con pacientes de cáncer en elseno del grupo de investigación al que per-tenecen las autoras del presente trabajo (laidentidad personal y otros detalles han sidoalterados en esta presentación).

Se suele decir que ACT exige un conti-nuo análisis funcional de las situaciones clí-nicamente relevantes que ocurren dentro yfuera de sesión y que por ello no existenprotocolos clínicos cerrados. Pues bien, loque se busca con esta forma de exposición

es precisamente que el lector a través de losdiferentes ejemplos que se proporcionanllegue a captar las funciones que están enjuego en los distintos componentes y méto-dos de ACT, para que luego él en su prácti-ca clínica pueda adaptarlos a la problemá-tica de cada paciente particular. No obstan-te, se indican previamente dos apuntesgenéricos relativos a los componentes y alos métodos clínicos de la terapia, paraponer en antecedentes al lector que por pri-mera vez se encuentra con esta aproxima-ción clínica.

Los componentes y fases de ACT se hanpresentado con ligeras variaciones en losdistintos textos que sobre la terapia se hanido publicando(7,8,15-17). Una versión actua-lizada y muy práctica se recoge en Hayes yStrosahl(18) en la que se resaltan seis proce-sos centrales en ACT que confluyen o defi-nen la flexibilidad psicológica como obje-tivo prioritario en contra de la rigidez con-ductual del trastorno de evitación experien-cial. Estos seis procesos, cruzados entre sí,son: Aceptación, Defusión cognitiva, el Yocomo contexto, el Contacto con el momen-to presente, los Valores y el Compromisocon la acción. Todos estos procesos son losimplicados en los procesos más genéricosde aceptación y conciencia de la experien-cia privada a la par que en el compromisoy cambio conductual (remitimos al lector altexto citado para su completa exposición).En la presente aplicación a pacientes concáncer, haremos la exposición de estos ele-mentos considerando dos apartados; por unlado, las interacciones dirigidas a generar laexperiencia de la desesperanza creativa y laclarificación de los valores; y por otro lado,el trabajo específico dirigido a la desactiva-ción de funciones psicológicas (defusión ycontexto del yo) a través de las accionespara desliteralizar y para producir la nece-saria diferenciación en las dimensiones delyo. Los componentes centrales en ACT noson fases a seguir en un orden particular nidesde luego configuran un protocolo rígidosino extraordinariamente flexible de mane-ra que los métodos clínicos no han de serformalmente similares de unos casos a

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otros, ni lógicamente habrán de producir elmismo impacto. El terapeuta habrá de adap-tarlos a la experiencia del paciente de modoque alcancen a ser funcionalmente equiva-lentes de unos casos a otros en cuanto a losprocesos de cambio. La relevancia del aná-lisis funcional del patrón de evitación expe-riencial destructivo en cada caso es, pues,un paso necesario al que habrá que ajustar-se el tratamiento sesión tras sesión. Loimportante es que, funcionalmente, cual-quiera de los métodos empleados esté alservicio de flexibilizar las reacciones delpaciente ante los eventos privados con fun-ción aversiva con el objetivo de situarlos enla trayectoria de acciones valiosas para él.

Los métodos clínicos de ACT se valende modalidades verbales inherentementemenos literales, tales como las metáforas–cualesquiera que sean apropiadas en tan-to que capten o sean funcionalmente aná-logas de los elementos esenciales del patrónde evitación que muestre el paciente-, lasparadojas y los ejercicios experienciales ola exposición a los eventos privados. Estavariedad de estilos discursivos buscan evi-tar las trampas del lenguaje y favorecer uncontexto verbal donde se cuestiona la racio-nalidad en ciertas áreas, a la vez que se vali-da la “verdad” de la experiencia vivida porel cliente, y elimina de modo explícito cual-quier intento por situar la verdad según lalógica o los valores del terapeuta. Por tan-to, no habrá demandas del terapeuta sobrequé hacer, ni discusión sobre lo mejor o lopeor, ya que todo ello se sitúa en el marcode la experiencia del cliente con unas estra-tegias u otras y sus valores personales. Seelimina, así, cualquier opción por satisfa-cer al terapeuta (o de ir en su contra). Bre-vemente dicho, las metáforas contienen ensí analogías del problema y alternativas desolución, las paradojas muestran las tram-pas verbales y los ejercicios experiencialesvan dirigidos a la exposición a los eventosprivados en toda su extensión tal y comosurgen en cada momento y necesariamen-te siempre en el aquí y ahora del ser huma-no (como se ha indicado, remitimos a losmanuales disponibles para una descripción

detallada de sus componentes, sus métodosclínicos y demás características: Hayes,Stroshal y Wilson(7); Hayes y Strosahl(18);Wilson y Luciano(8). Véase también el textodedicado exclusivamente a ACT y DolorCrónico de Dahl, Wilson, Luciano yHayes(19)), así como a los numerosos casosclínicos publicados(16, 20) .

La desesperanza creativa y elproblema del control en el marco delas actuaciones valiosas

Para los propósitos de ACT, en conso-nancia con una concepción radical delcomportamiento, valorar algo es compor-tarse en dirección a ello, es decir, respon-der con significado. Los valores son vistoscomo actos concretos con significado per-sonal, actos que vienen a formar parte derecorridos más amplios que tienen que vercon el significado que para las personas tie-nen determinados aspectos de la propiavida. Así se les plantea a los clientes cómoel ser humano está obligado a elegir y cómoesas elecciones se articulan con sus valorespersonales. Esto supone un constante ejer-cicio de responsabilidad personal con loque se elige, con lo que se pierde y con loque implican, aún sin quererlo, dichas elec-ciones. Por ejemplo, un paciente con cán-cer al que se le diagnostica una recaída,puede elegir volver a someterse a sesionesde quimioterapia por la repercusión queello pueda tener en su salud o calidad devida. Al elegir esto tal paciente tendrá que“hacerse cargo” en el momento presente delo que las sesiones de quimioterapia traigantanto a corto plazo (ej. efectos secundarios),como a la larga, donde radica el valor tan-gible y presente que tienen tales sesiones.De esta manera, se enseña a los clientes aponderar cómo cada elección que se hace,o cada renuncia, lleva implícita una doblecara inevitable. Siguiendo con el ejemploanterior, ese paciente podría elegir no hacerlas sesiones de quimioterapia como unamanera de preservar cierto estado libre desensaciones, pensamiento desagradables a

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corto plazo, pero esta elección también lle-va implícito el peligro que supone no seguirel tratamiento oportuno y las limitacionesque, a la corta y a la larga generará en otrosámbitos de su vida (por ejemplo, en sus rela-ciones con los hijos, con su pareja o en sutrabajo). Esta práctica implica que el clien-te realice compromisos significativos conaspectos de su vida que para él son relevan-tes, lo que le devuelve un sentido de domi-nio de su existencia y de fortalecimientosobre sus posibilidades que, en algunoscasos, podría haberse debilitado o suprimi-do debido a la cronicidad de la enfermedad,la agresividad de los tratamientos, las repe-tidas hospitalizaciones, etc(21).

El análisis funcional de los recorridos ofacetas valiosas para el paciente se sitúadesde el inicio del tratamiento y son un refe-rente continuo a lo largo del proceso ya queson la guía del cambio conductual y hayque trabajar desde ellos en cada situaciónque el cliente traiga a sesión. Veámoslo conel caso de R., una mujer que participaba desesiones de grupo para mujeres con cáncerde mama y que cuando le fue diagnostica-da una metástasis contactó con la terapeu-ta individualmente para comunicarle sudeseo de abandonar el grupo. Entendía quelos nuevos ciclos de quimioterapia le afec-tarían tanto a ella, como al resto de sus com-pañeras, por lo que quería mantener ocultala noticia y comenzar con terapia indivi-dual. Esta intervención ejemplifica cómo elterapeuta ACT trata de generar las condicio-nes para que la cliente pueda clarificar susfines o direcciones valiosas en términos desus acciones así como contactar con suexperiencia privada ante la inviabilidad delcontrol, por ejemplo, de algunos de suspensamientos, sensaciones y recuerdos:

T: ¿Y dime R. qué significan para ti tuscompañeras del grupo?

R: Ellas son importantes, me he senti-do comprendida y acompañada,nos hemos hecho buenas amigas...salimos y planeamos actividades.

T: ¿Te da igual alejarte de ellas?R: ¡Pfff...! ¡si es por ellas!, lo van a

pasar mal y yo también...

T: No tiene porqué ser de ningúnmodo, pero para ti, ¿las amistadesson importantes?

R: Sí, desde que estoy viuda me apo-yo mucho en ellas. Pero, es muyduro ver cómo tus compañerasrecaen y no quiero hacerles sufrir.

T: ¿Abandonar el grupo en qué direc-ción iría? ¿Sería eso cultivar suamistad? ¿Te acercaría en tu rela-ción con ellas?

R: No, bueno me alejaría, es que notendría que verlas, ni ellas a mí.

T: No verlas ¿para qué te serviría?R: Bueno que no tengan que acompa-

ñarme al hospital, que no hable-mos del tema, que no me sienta, nise sientan mal...

T: Y por otro lado, no verlas ¿tiene quever con el valor que para ti tiene laamistad?

R: Poco.T: Dejarías entonces de cultivar tu

relación con ellas para no pasarlomal tú y que ellas no lo pasen mal,¿es así?

R: Sí, no lo había pensando así.T: Y si la que tuviese que comenzar

con quimio fuese Delia ¿A ti qué tegustaría hacer con ella?

R: A mi me gustaría estar con ella,ayudarle en lo que pudiera, pero esduro ir a ver a alguien enfermo, verla calva de alguna...

T: ¿Dejaría de importarte entoncesporque resultase duro?

R: No, todo lo contrario, cuando máste necesita...

T: Es extraño, parece ser que las cosasque más duelen son las que encie-rran algo de valor... las que verda-deramente importan... las amigas,la salud. ¿Irías a ver a una amiga alhospital aún con el dolor que esopueda traer?

R: Sí que lo haríaT: Y si, a pesar del dolor que pueda

traer pensar que ellas están sufrien-do por ti, sigues cultivando la rela-ción de amistad con tus compañe-

56 Marisa Beatriz Páez et al.

ras. ¿Hacia dónde te llevaría conti-nuar con ellas?

R: Estaría más acompañada, me senti-ría comprendida, seguiría con misactividades... ellas podrían contarconmigo... (llora).

T: ¿Cuál es tu experiencia alejándotede las personas que quieres?

R: (Llora)

La exposición a los eventos aversivosasí como a los costos implicados en la evi-tación, suele llevar a los clientes de ACT amanifestar que algunas sesiones les resultanintensas, incluso dolorosas. Esta experien-cia de la desesperanza creativa surge alconfrontar al paciente con su propio hacer,con lo que pretende y lo que consigue a cor-to y a largo plazo, en relación tanto a suvida, como a su sintomatología. Frente aeste tipo de experiencias intensas el tera-peuta debe preguntar a sus clientes sobre siese malestar que aparece en sesión se pare-ce al que tiene en situaciones cotidianas,también sobre lo que hace con ello y lo queconsigue tanto a corto como a largo plazo.Por ejemplo, ¿desviar los pensamientos sur-gidos con la enfermedad le ha servido paravivir mejor?. La experiencia que el pacien-te lleva a sesión señala que centrarse en susreacciones a la enfermedad e intentar modi-ficar o desviar lo que piensa o siente, hasupuesto restringir considerablemente suvida. Además, ni su malestar, ni sus miedosy pensamientos molestos se han reducido,sino todo lo contrario. Esta confrontación esdolorosa en tanto que el cliente experimen-tará las consecuencias de lo que ha hechoy lo que ha conseguido y todo ello a pesarde estar convencido de hacer lo que teníaque hacer. La Metáfora del Jardín (comoposible análogo de la vida) es una de las quepueden servir para contactar con las áreasvaliosas que uno tiene y con la experienciade cómo están y lo que uno ha hecho en losúltimos tiempos.

T: Supón que eres un jardinero, amastu jardín, que es sólo tuyo y, portanto, eres la única responsable delcuidado de tus plantas. Imagina

que las plantas son las cosas impor-tantes que hay en tu vida... Si asífuera, dime qué plantas tienes, cuá-les son esas facetas relevantes en tuvida y dime cómo las ves en los últi-mos meses ¿Están frondosas o algomustias?

C: Más bien mustias...T: Dime cuáles son tus plantas y

tómate un tiempo para ver cómoestán.(silencio)… Dime una planta impor-tante, una parte relevante de ti

C: Mis hijos… Los veo muy malT: Dime otro aspecto relevante en tu

vida, otra planta de tu jardínC: Mi trabajo… (muy calladamente)

También muy mal. Voy, pero noconsigo…

(se revisan otras áreas o facetas de suvida del mismo modo)

T: Dime, observándote en lo quehaces cada día, dirías que has cul-tivado las plantas mucho, poco,nada… ¿Dime qué te ves haciendocada día al salir al jardín?¿Has cul-tivado tu trabajo, has estado con tushijos como tú quieres estar?

C: Muy poco y muy mal (muy triste-mente). Apenas cuido las plantas.No puedo hacerlo. Me invade la tris-teza, la rabia, tengo mucha pena…¿Qué voy a hacer?(llorando)

T: ¿Qué hay que impide que cultivestus plantas cada día? ¿Dime loimportante que son tus hijos, tu tra-bajo para ti?

C: Me gustaría que tuvieran unamadre normal, sin rabia, sin triste-za, sin cáncer…, pero me sientomuy triste con ellos, no me veo nor-mal…

T: Veamos si el ejemplo del jardineronos vale. Como bien sabes un jar-dinero no tiene un jardín para tenermalas hierbas sino flores bonitas,que huelan bien …, pero, ¿Es posi-ble tener un jardín sin que crezcanmalas hierbas?

La aplicación de la terapia de aceptación y compromiso en el tratamiento de problemas psicológicos asociados al cáncer 57

C: No, siempre andan por ahíT: Imagina que al jardinero no le gus-

tan las malas hierbas y tan prontolas ve, las corta. Anda por allí pen-diente de las malas hierbas paracortarlas en cuanto crezcan. Ocu-rre que cuanto más las corta, máscrecen y así pasa el día sin sopor-tar las malas hierbas y rápidamen-te afanándose para que desaparez-can, pero las malas hierbas estánahí cada mañana y no lo consigue.Se desespera y se entretiene cadadía más en cortarlas pero no consi-gue eliminarlas del jardín. Lo másgrave es que gasta la mayor partedel tiempo en ello y cada vezmenos en sus plantas. Sus plantasentonces están cada vez más mus-tias… ¿Se parece esto a lo quehaces con tus sensaciones de“estoy mal, ya no puedo, esto nome gusta, tengo miedo...”?

C: Es justo lo que me pasa. Tengomuchas malas hierbas y no quierotener eso. Otros no las tienen

T: ¿Es ésa otra mala hierba que cortar?C: Sí (muy triste)T: ¿Tan pronto como sacas una, apa-

rece otra? ¿Y otra? ¿Y otra?C: Sí, y siempre girando sobre lo

mismo,¡No puedo arrancarlas deltodo!

T: ¿Esa es otra hierba, verdad? ¡Nopuedo arrancarlas del todo!

C: … Si… y me marcho y no cuido amis hijos, al menos como querría

T: ¿Cómo está tu jardín al estar pen-diente de cuándo crece la malahierba, de cómo cortarla, de aca-bar con ella?

C: Como un desierto (llora)T: ¿Y si tener plantas significa que

también tiene que haber malashierbas? ¿Acaso hay algún jardínsólo con bonitas plantas y sinmalas hierbas? ¿Y si son parte deljardín?

C: No sé... Es muy difícil cuidar a mishijos y tener esto.

T: Ya sé, ¿Es ésa otra mala hierba, ver-dad?… ¿Cómo le ha ido a tu jardínal dedicarte a cortarlas? ¿Has con-seguido tu propósito?… ¿Has con-seguido que no estén esas sensa-ciones presentes casi cada día?

C: No, claro que no. Cada día mesiento peor y cada vez mi vida estápeor.

T: ¿Y si en lugar de empeñarte enarrancarlas nos centramos en elcuidado de las plantas que teimportan, que más quieres?

C: No quiero que crezcan las malashierbas y ahora (llorando) me pare-ce que estoy viendo que yo lashago más fuerte… ¡Pero entoncesque voy hacer! ¡No sé cómo cuidarmis plantas con todo esto encima!

El objetivo de estas intervenciones esdesestabilizar la estrategia rígida e ineficaz,según sus valores, que viene empleando elpaciente y en la que se encuentra atrapa-do. Se trata de que al tomar un poco deperspectiva se pueda ver a sí mismo en esaestrategia ineficaz y ante la imperiosa nece-sidad de hacer algo. Se trata de generar fle-xibilidad ante los miedos, la tristeza, demodo que no sólo reaccione evitándolos(cortando las malas hierbas) sino que pue-da disponer de una alternativa: la de apren-der a vivir con los miedos en tanto que locontrario sabe por experiencia hacia dón-de le conduce. Experimentar la desespe-ranza creativa ocurre cuando el clienteexperimenta allí mismo que lleva tiempoqueriendo ir a A (sus hijos, trabajo, etc.),creyendo, además, que actuaba en esadirección (ajustándose a: “es necesario,primero, eliminar los miedos, la tristeza,etcétera para poder afrontar la vida”) yhaber llegado a Z (más miedos, más triste-za y una vida mucho menos rica y valiosa).Esta vivencia proporciona a la situaciónproblema un valor aún más aversivo queantes, ya que “lo que hace” no le vale, ypone en evidencia su razonamiento y, portanto, pone en cuestión que no tiene razóna pesar de creerse cargado de razón y derazones para actuar en torno al miedo y la

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tristeza. No consigue lo que quiere, lo quebusca para poder seguir viviendo y ademásexperimenta las funciones aversivas de “nosaber qué hacer”. En síntesis, se encuentrapeor que al principio aunque esa experien-cia de desesperanza es creativa en tanto esun paso necesario para poder actuar de unmodo valioso aunque resulte doloroso,especialmente a corto término. Por eso, unterapeuta ACT no valorará esas sensacio-nes como retrocesos sino un gran avance yasí habrá de compartirlo con el cliente.Numerosas metáforas y ejemplos sirvenpara mostrar ese proceso inicial –y proba-blemente habrá de ocurrir más de una vez.Por ejemplo, el dolor es signo de curación(para limpiar una herida hay que desinfec-tar y duele), a veces lo que uno quiere supo-ne un gran esfuerzo. La metáfora del vasosucio sería una más (véanse los manualesantes citados).

Es importante diferenciar que lo deses-peranzador, lo que no tiene remedio, es laestrategia que ha venido empleando y noes su vida o él mismo como persona. Es cre-ativa porque a partir de esta vivencia yasabe por su experiencia lo que no funcio-na y entonces estará en disposición de vis-lumbrar otras opciones. Se sitúa a la perso-na frente a su dolor, sus miedos peroabriéndose paso a la posibilidad de elegirsi hacer lo que ya sabe bien hacer (y susresultados) o hacer algo diferente. Secomienza a abrir paso la responsabilidadde su elección en tanto antes no había elec-ción posible: reaccionaba a las malas hier-bas, cortándolas, sin más ¿qué otra cosa,acaso, podía hacer? Este proceso abre alter-nativas que enmarcan las funciones aversi-vas de los eventos privados en coordina-ción temporal con las acciones valiosas demanera que tanto el valor negativo y evita-tivo de los eventos con funciones aversivascomienza a flexibilizarse (12,22, 23). Así es queel dolor de la desesperanza se acompañadel valor que tiene para lo que le importaen su vida. En modo alguno significa“pasarlo mal por pasarlo mal”, sino que esuna experiencia dolorosa pero cargada designificado personal. En relación con esto

último vale mencionar que el índice deabandono en el tratamiento de ACT enpacientes con cáncer es, según nuestraexperiencia y a pesar de la intensidad delas intervenciones, mínimo.

La Clarificación de Valores

La intervención directa en clarificaciónde valores se inicia al hilo de la experienciade desesperanza creativa en tanto que losvalores, como reforzadores construidossocialmente, son el corazón que bombea lavida del paciente (son las “plantas que unotiene en el jardín de su vida y que elige, ono, cuidarlas. Incluso está aquella plantaque uno no ha puesto –por ejemplo, unaenfermedad crónica-, que no es querida ensí misma pero cuyo cuidado es vital parapoder cuidar el resto). Los valores son direc-ciones de valor y las actuaciones en esadirección estarán cargadas, cada una, devalencia relativamente positiva por su sig-nificado personal, incluso cuando conlle-van funciones aversivas. En una perspecti-va funcional, la clave del comportamientoes la función, las consecuencias, y en ACTse trata de situar esa función en lo que es devalor para el paciente -y que no consiguecon lo que hace, al menos a la larga.

El proceso de intervención en valoressupone, en primer término, la clarificaciónde las consecuencias de la regulación ver-bal ineficaz (“Primero hay que eliminar elmalestar, el dolor y así podré actuar o hacerlo que quiero”) y responde a preguntascomo, ¿Estás satisfecho con el esfuerzo rea-lizado en los últimos meses, con lo hechoen cada área importante de tu vida?, ¿Hassido fiel en lo que has hecho con lo que teimporta?, ¿Cuán importantes son para tiestas facetas o áreas? ¿Qué se interponeentre ti y cultivar esas facetas?. En segundotérmino, supone la intervención explícitasobre lo que realmente se valora comodirecciones vitales en el sentido de elecciónpersonal, esto es, para comprometerse conuna dirección de valor y mantenerse en elloporque así se elige porque contiene un sen-tido de calidad personal. La clarificación de

La aplicación de la terapia de aceptación y compromiso en el tratamiento de problemas psicológicos asociados al cáncer 59

direcciones valiosas es un aspecto centralen ACT que ha de estar presente –y dandosignificado- en todos los métodos clínicosque se utilicen. Es decir, que cualquier pasose sitúa en la trayectoria de valor para elcliente. La clarificación incluye desde ejer-cicios experienciales para “verse” actuandoen ciertas situaciones (especialmente cuan-do no se aprecia una dirección), así comopara tomar distancia y poder discernir loque realmente quisiera que transcendiesede sus actuaciones a lo largo de su vida (porejemplo, el ejercicio del funeral o similaresactualiza como le gustaría ser recordado ensus acciones). Las metáforas son tambiénútiles. Por ejemplo, un paciente que descri-be su vida como un desierto, o un erial, oun jardín sin nada, vacío, o como un edifi-cio en ruinas…”, permite la pregunta ¿Quéhabría si no fuera un desierto?. ¿Qué sería yde qué estaría compuesto?. Si no fuera unjardín vacío, ¿Qué habría?. ¿Cómo sería eledificio si no estuviera en ruinas?. La clari-ficación de valores comprende numerosasfacetas. Por ejemplo, distinguir entre lo quepuede cambiarse y lo que no; el costo o lasdos caras de cualquier elección; la soledadal responder; el valor de la perseverancia apesar de las dificultades y lo contrario; elvalor de dejarse llevar por las “invitacionestentadoras” o los “consejos o razones” quesurgen en el camino hacia lo que importa;apreciar lo que se teme al implicarse en loque se valora; la cercanía entre lo que a unole importa y el mismo dolor (la tristeza o elmalestar); identificar acciones guiadas porel malestar y acciones guiadas por lo queuno valora; la importancia de “darse permi-so” para tener la tristeza o el dolor o –elevento privado que surja- y así poder actuaren lo que sea valioso para uno frente a “noadmitir, no darse permiso” y actuar en direc-ción contraria. Más aún, discernir lo queuno quiere porque sí, porque así lo elige,frente a la presión de las acciones que sehacen sin un ápice de aceptación de ladirección de conllevan. Remitimos a losmanuales ya indicados para una exposiciónexhaustiva de la intervención en valores.

La desactivación de funcionespsicológicas

ACT apuesta por alterar la función delos contextos verbales en los que el clienteestá atrapado, desde el contexto de la lite-ralidad y evaluación, hasta el contexto dedar razones que no sirven y, necesariamen-te, la desactivación de la regulación verbalineficaz. Para ello, se disponen de compo-nentes orientados específicamente a la des-activación de las funciones aversivas y dis-criminativas de evitación a través de la des-literalización y de la diferenciación del yocomo contexto de los contenidos cognitivosde uno mismo.

Se trata de alterar la literalidad de laspalabras al diferenciar los pensamientos ysus funciones a la par que alterar el contex-to de las valoraciones y de dar razones paraactuar valiosamente. Este proceso requieremúltiples oportunidades de práctica endiferenciar la dimensión del yo como con-texto de todos sus contenidos psicológicos,precisamente para afianzar la actuacióncon la distancia psicológica que ofrece esadimensión, desde la cual se pueden ver loscontenidos cognitivos que se tengan en unmomento dado y a la par “se da la entrada”a la actuación guiada por los valores perso-nales. Es decir, diferenciar que es uno quiénactúa a pesar de cualesquier contenidoscognitivos venidos por las construccionessociales y verbales generadas en la ontoge-nia personal. En el caso de pacientes diag-nosticados de cáncer la valoración negati-va de la enfermedad (cáncer = muerte)implica una serie de consecuencias que vie-nen a funcionar como razones que sostie-nen las actuaciones limitantes. Así la perso-na se encierra en un círculo de razonamien-tos que justifica su comportamiento y difi-culta el cambio deseado(24). A la par, laspersonas más cercanas (en la familia, en eltrabajo, en el sistema de salud, etc.) se com-portan de manera que propician y sostie-nen, “justificándolos”, el abandono de res-ponsabilidades o la actuación acorde concompromisos personales. El “poder”, aveces destructivo, de las razones para

60 Marisa Beatriz Páez et al.

actuar se ilustra con el caso de A. una mujercon cáncer de mama sometida a una mas-tectomía:

A: Mi marido intenta acercarse a mí,pero yo me hago la tonta. No, nopuedo dejar que me toque, con loskilos extra que tengo y eso que ten-go ahí (señala el pecho). Soy inca-paz. Además no puedo quedarmeembarazada, estoy menopáusicadesde que estoy con hormonas,pero claro una no sabe... El caso esque ¡pobrecillo! tiene muchapaciencia, no me dice nada, peroun día se va a ir de mi lado (llora).

T: ¿Qué te gustaría hacer con él?.¿Qué estarías haciendo comoesposa ideal según tú ?

A: Siempre hemos estado muy unidosy hemos disfrutado mucho en lasrelaciones sexuales, pero es queahora no puedo, así no...

T: ¿Que te impide hacerlo, dar esepaso?

A: Vergüenza, estoy horrible (llora).No soy la misma de antes, he per-dido muchísimo, no quiero desnu-darme, no puedo mirarme al espe-jo, imagina, ¡qué puede pensar!

T: A ver si entiendo, piensas que estáshorrible y ¿Esta es la razón para evi-tar las relaciones sexuales con tumarido?

A: Sí, es que es así, ¿Crees que le va agustar? Y es que no puedo. ¡Nopuedo!

T: ¿Y cómo repercute esto en tu rela-ción?

A: Bueno, él no me dice nada, peroclaro, de ciertas cosas no habla-mos...

T: Esto que haces, no hablar de ello,no acercarte o no permitir que seacerque, dime ¿Te está acercandoo alejando de tu marido?

A: Alejando.

Desde ACT se intenta romper las rela-ciones razones-acción destructivas parasituar cualquiera de esas relaciones en el

plano de la elección personal sostenidasdesde lo que el cliente verdaderamentevalora. El uso de numerosos ejemplos yejercicios muestran que siempre tenemosdispuestas razones para justificar unaacción u otra, pero que finalmente lo impor-tante es situar la acción en el contexto de laelección personal.

T: Veamos. Has sido diagnosticada decáncer, te han practicado una mas-tectomía, estás en tratamiento conhormonas y has aumentado consi-derablemente tu peso. Tienes unapareja con la que la relación ibamuy bien hasta este momento ¿Esasí la situación? Pensemos en dife-rentes finales para esta historia,¿Qué podría hacer con su parejauna mujer en esas condiciones?

A: Podría divorciarse.T: Sí, ¿Qué más?A: Podría buscar una manera diferen-

te de relacionarse, sin desnudarsepor ejemplo.

T: ¿Qué más? ¿Podría hablar abierta-mente con él de lo que le ocurre,de sus dudas, de sus preocupacio-nes?

A: Sí, podría alejarse, hacer como sino se diera cuenta que él deseaestar con ella...

T: También... veamos ahora razonesque podría dar la mujer en estasituación para tener una relaciónsexual.

A: Porque ama a su pareja... porquehace mucho que no tiene relacio-nes, para darle gusto...

T: Sí… Veamos ahora razones quepodría dar la mujer en esta situa-ción para no tener una relaciónsexual.

A: Bueno porque se siente fea, porquetiene miedo al rechazo, no se gus-ta a sí misma, tiene la autoestimapor el suelo...

T: Ahora qué razones podría tener elmarido para continuar teniendorelaciones sexuales con su parejaaún estando en esta situación.

La aplicación de la terapia de aceptación y compromiso en el tratamiento de problemas psicológicos asociados al cáncer 61

A: Porque tiene ganas de tener sexo,porque quiere a su pareja más alláde lo físico...

T: Podríamos ver razones que el esposopodría dar para no tener relacionescon su pareja en esas condiciones.

A: Sí, porque le impresiona, su parejaya no le gusta como antes, porquetiene temor a hacerle daño, porqueno sabe si pueden hacerlo comosiempre...

T: Tenemos entonces razones de lamujer para tener o no tener relacio-nes, las razones del esposo paratener o no tener relaciones, tam-bién hemos recopilado distintasactuaciones frente a la misma situa-ción… Dime, según lo que haces,parece que sentirte mal con tucuerpo es una razón absolutamen-te válida, de peso para alejarte detu marido como ocurre últimamen-te. Y bien, eso te da lo que te da.¿Es eso lo que quieres?… Si la prio-ridad es esa, ¿Qué prioridad tienetu relación íntima?

A: Nula.T: ¿Es eso lo que quieres?A: No.T: Entonces, ¿qué puedes hacer con

tantas razones?A: No sé. Hay tantas. No sé si valen

de verdad.T: ¿Qué te está diciendo eso, qué te

está aconsejando?A: Pues que a lo mejor sí, que alguna

de ellas puede valer.T: ¿Cuál es tu experiencia dejándote

llevar por cualquiera de esas razo-nes que te salen a menudo cuandobarruntas una posible relación, porejemplo, cuando te surge:“no megusto, estoy mal, estoy horrible”

A: Cada vez peor.T: Y qué pasa si las razones estuvie-

ran en lo que realmente te gustaríahacer con tu marido y no están tan-to en lo mal que te sientes al inten-tar dar un paso hacia eso?

A: Explícame eso...

Las razones (“nuestra mente consejera”)no son verdaderas causas de lo que hacemos.Lo parecen a base de seguir sus consejos, osea haciendo lo que las razones sugieren. Esasí como las razones que nos damos, o nosdan, adquieren una credibilidad alta. Lasrazones que los pacientes han aprendido yque surgen como “el consejero privado decada uno” se refieren a sentirse mal, a pensa-mientos negativos sobre el pasado y sobre unfuturo. El terapeuta ACT ha de ayudar alpaciente a que experimente dónde le ha con-ducido seguir tales razones a pesar de que lalógica sea perfecta y consensuada. La cues-tión es qué réditos le ha devengado hacerlescaso. El terapeuta ACT ayuda al paciente adesequilibrar el sistema razonable de lasrazones como causas del comportamiento(finalmente, ¿dónde le ha llevado?), mientrasque a la par ayuda a situar la relación razón-acción en el plano de la elección según elmarco de los valores personales. Por ejemplo,

T: Supón que tener relaciones sexua-les fuera como tocar este libro. Yasé que no es, pero ponte en la situa-ción de que así fuera. Tener relacio-nes sexuales, está siendo proble-mático para ti ¿Qué viene cuandote pido que toques el libro, cuandopiensas en tener relaciones?

A: No puedo, me siento incómoda,me siento fea, tengo un cuerpohorrible, no le voy a gustar, mepongo tensa, no quiero, no pue-do…

T: ¿Puedes decir ”no quiero tocar ellibro”, no me gusta, me pongo ten-sa mientras lo tocas?

A: No puedo!T: Toma, coge el libro mientras repi-

tes conmigo que no quieres hacer-lo. Vamos, no me gusta tocar ellibro, me siento horrible al tocar ellibro...

A: … Estoy horrible, me veo fatalcuando toco el libro, estoy hacien-do el ridículo, no me gusta tocar ellibro, no quiero hacerlo, me sientomal tocando el libro (mientras tocael libro). ¡Es muy difícil hacer esto!

62 Marisa Beatriz Páez et al.

T: No te digo que sea fácil, ni difícil,sólo te pregunto si puedes tocar ellibro con el pensamiento “no pue-do”, “es difícil”, ¿Puedes?

A: Sí, hacerlo sí.T: Tú sabes que tocar el libro te lleva

en una dirección, no tocarlo te lle-va en la dirección contraria. Ahora¿Hacia dónde quieres ir en relacióncon tu pareja?

A: Quiero estar bien con él, estar máscerca.

T: Tienes dos posibilidades. El juegode despreciar, no soportar, lucharcontra “Estoy horrible” y no intimaren tu relación. Y tienes otro juego.El de contemplar esos pensamien-tos como si los pusieras en una pan-talla de ordenador, o como si lleva-ras esos pensamientos y las sensa-ciones que traigan, en tus bolsillos,mientras cultivas la relación con él.¿Cuál eliges?

A: Esta última (llorando). Ayúdame allevarlos.

Hay varias intervenciones que permitenromper la literalidad, que permiten la dife-renciación entre el pensamiento y sus fun-ciones. Por ejemplos, se puede pedir quelos pensamientos se pongan en pantallas, ose depositen en las hojas que caen de unárbol, o se pueden repetir cambiando laentonación. Igualmente, las sensacionespueden fisicalizarse, objetivarse en unmomento dado de modo que se puedaobservar la alteración de sus funcionesaversivas en tales momentos (véanse losmanuales para numerosas formas de desli-teralización). En todas estas intervencionesse cambian los contextos verbales de lospensamientos y sensaciones y se produceuna ruptura de la literalización de modoque se llegan a reconocer las palabras, lospensamientos o los recuerdos como lo queson, a la par que se observa como las fun-ciones cambian según lo que se hace conlos eventos privados (12). La intervenciónpara diferenciar entre quien actúa y sus pen-samientos, potencia la discriminación parapoder elegir libremente aún con los pensa-

mientos y sensaciones de malestar que setengan. Esto es, genera la perspectiva nece-saria para tener pensamientos y poder ele-gir al propiciar que funcionen como barre-ras literales para actuar.

J. decía que el cáncer le había hechocaer en una gran depresión y que el áreamás afectada, y que ella valoraba profunda-mente, era la relación con sus hijos. Si bienella tenía claro el tipo de cuidados que losniños reclamaban, ella repetía: “Es que nopuedo con todo, me siento sola, abatida, nopuedo hacerme cargo de mis hijos.... es queno tiene sentido. Seguro que el cáncer vol-verá”. Este tipo de pensamientos funciona-ba como barreras literales para actuar hacialos objetivos que ella misma se había plan-teado y que valoraba en su papel de madre.Se quedaba en cama quejándose: “Pareceque estoy en la cama esperando a que elcáncer vuelva, en la cama esperando lamuerte”. Frente a este tipo de pensamientosrecurrentes se realizó la siguiente interven-ción con el objetivo de diferenciar lo queocurre y lo que se hace presente simbólica-mente por medio del lenguaje y la actua-ción de uno ante ello. Se trataba de promo-ver la ruptura de la fusión con estos conte-nidos psicológicos a fin de posibilitar a lacliente la elección de sus acciones desdeuna posición de “distanciamiento” y miran-do hacia lo que tenía de valor en su vida.

J: ...No tiene sentido. Al final, sabe-mos que en más o menos años lagente se termina muriendo. Paraqué... para qué luchar ...ya estoycansada y no tengo más ganas... Sial final mis hijos se quedaránsolos...

T: Nota ese pensamiento J., cierra losojos y no hagas nada con ese pen-samiento, déjalo estar presentecontigo, es sólo un pensamiento…,

J: ¡Es verdad, ¿Qué harán ellos cuan-do no tengan a su madre? y menecesitan son pequeños... (muytristemente).

T: Pon esos pensamientos delante deti, como si los escribieses en unahoja y déjalos estar…, pon todos

La aplicación de la terapia de aceptación y compromiso en el tratamiento de problemas psicológicos asociados al cáncer 63

los pensamientos que te vengan enuna hoja del árbol, ahora y aquí, yobsérvalos en la hoja,... observacómo cae la hoja en el suelo (pasa-dos unos minutos). Dime J, estosson pensamientos que tienes confrecuencia, dime ¿qué haces cuan-do te vienen?

J: Me deprimo, me hundo.T: Parece que cuando te vienen es

como si ya estuviera ocurriendo loque piensas ¿Tiras la toalla verdad?

J: Sí eso es, mira a mi alrededor. Concáncer te mueres y se quedaránsolos.

T: Probablemente en algún momentotus hijos se quedarán solos o bienno..., no tenemos una bola de cris-tal y no sabemos si eso ocurrirá,cómo, cuándo, dónde, ¿Dentro deseis meses, de dos años o de tresdías? ¿Podemos asegurarlo acaso?

J: No eso no.T: Eso es el futuro ¿Verdad?… No

sabemos qué ocurrirá… De lo quesí estamos seguras es de que es unpensamiento sobre el futuro que tútienes al pensar en tus hijos, ¿Ver-dad?.

J: Si es un pensamiento, pero es quees horrible.

T: Y si trabajamos para que cuandoaparezcan esos pensamientosempieces a tratarlos como lo queson, pensamientos sobre el futuro,pero no el futuro... Si fuera el futu-ro, si eso hubiera ocurrido ¿Estarí-amos aquí?, ¿Estarían tus hijos encasa? Hay una ventaja al tratarloscomo lo que son, pensamientossobre el futuro. La ventaja es que elfuturo aún no ha ocurrido. Quizásea como tú dices o no, no lo sabe-mos.

J: Pero no dejo de darle vueltas aeso... Será así.

T: Otro pensamiento interesante “nodejo de darle vueltas”… Tenemosotra vez el juego de las elecciones.Puedes tener ese pensamiento

sobre el futuro y elegir actuar cre-yéndotelo al 100%. Como decía-mos antes, puedes hacer caso a loque tu consejero mental te sugiere.O puedes tener ese pensamientosobre el futuro y elegir actuar paracultivar tu tarea como madre. ¿Quéeliges si piensas en lo que te impor-ta hacer hoy, ahora mismo, comomadre de tus hijos?

J: Elijo estar con ellos, salir, cuidarlos(llorando).

Identificar los pensamientos como pen-samientos y no quedar fusionado a sus con-tenidos, esto es, a lo que dicen ser, se reali-za a partir de diversos ejemplos básicos quepermiten vislumbrar el funcionamiento delenguaje y como a veces las palabras y cual-quier tipo de estímulo con significado pue-den ser engañosos en el sentido de traer alpresente cosas que no están sino sólo demanera simbólica.

Así resultó ser con S. con quien se habíatrabajado a lo largo de cinco sesiones. S.había retomado varias actividades impor-tantes para ella, había vuelto a hacer depor-te y a planificar salidas con amigos, dosaspectos que se habían visto considerable-mente afectados desde la enfermedad. Enuna de las sesiones comentó que un día sehabía quedado en casa, abandonando lasactividades que había planificado para esedía, se había sentido sumamente triste y aun-que se daba cuenta, aquellos sentimientos ysensaciones negativas le habían atrapado:

S: Yo creo que me afectó que en lamañana tuve que ir a hacerme unaradiografía y cuando me desvestí,le vi la cara a la enfermera. Tú tedas cuenta que la gente cuando teve la cicatriz, empieza a tratartediferente. Esta enfermera comenzóa ser muy amable conmigo desdeaquel momento. Y pensé ha pensa-do “pobrecilla tiene cáncer”, yseguí con esa idea todo el día“pobrecilla tiene cáncer” y yo creoque aquello me afectó y me vineabajo.

64 Marisa Beatriz Páez et al.

T: ¿Qué más cosas vienen junto conese pensamiento?

S: Es que tú no sabes lo que es (llora).Pienso en que me queda poco, enla pena que da, en que por eso lagente se acerca (el terapeuta ha idoanotando cada una de estas frasesen trozos de papel).

T: ¿Qué más cosas vienen? (Sigueanotando en otro trozo de papel)

S: Pues que si así me ve una enferme-ra, imagínate si quisiera iniciar unarelación de pareja, quien me va aquerer, la gente piensa que comohas tenido cáncer estás a punto demorir...

T: ¿Qué más te viene ahora, ahora,qué otros consejos te estás dando?

S: Que estoy triste, tengo mucha tris-teza, ¿Por qué a mí? La vida me hacambiado, con todo lo que yo yatenía encima...

T: ¿Y todo esto te llevó a la cama, aquedarte encerrada?

S: Sí, me siento muy mal.T: Te pido que cierres los ojos. Nota

todos esas sensaciones aquí, ahoramismo conmigo. Date cuenta de loque sientes y de todo lo que pasapor tu cabeza…, déjalo estar, nohagas nada y date permiso paranotar todo esto que te viene al pen-sar en las consecuencias de laenfermedad, en lo que el cáncer hatraído… Ahora, pon esos pensa-mientos en una hoja del árbol ydéjala caer al suelo…, toma el pen-samiento que tengas ahora mismoy ponlo en otra hoja y observacomo cae al suelo… (así con variospensamientos)… Abre los ojoscuando quieras.

T: ¿Has visto los funcionarios que tra-bajan con la radio encendida? Bue-no imagínate dos funcionarios,están llenando formularios mien-tras está la radio de fondo, encen-dida y sin que puedan apagarla. Enun momento se escucha en la radioel siguiente mensaje “das lástima”,

al rato de nuevo “estás por morir”.Claro los mensajes son desagrada-bles y los funcionarios empiezan aincomodarse. Al rato escuchan denuevo “pobrecillo estás por morir,das lástima...”, parecen tan realesque se desesperan. Uno de ellosdeja de trabajar, no aguanta lo queescucha e intenta cambiar la sinto-nía, pero aún cuando pone otraemisora, nada, los mensajes siguenapareciendo. Vuelve a cambiar yasí pasa la mañana, ¿Dime, cuál estu experiencia con este tipo demensajes, de pensamientos, des-aparecen?

S: Siempre vuelven. Yo hago lo que elfuncionario.

T: Claro, este funcionario quiere apa-gar la radio pero es una radio queno se apaga y cambiar la sintoníano sirve de mucho ya que salen otravez y entonces está ahí, pendientede la radio, con la oreja pegada ala radio a ver qué dice y deja de tra-bajar porque eso es lo que la radiodice o insinúa. A veces escuchacosas positivas como “no vas amorir”, “ahora estás bien”, “estásnormal, no se nota” “estás conten-ta”, “la gente te quiere” entonces setranquiliza y sigue su trabajo, peropronto vienen los...

S: Los de siempre, los negativos y dejade trabajar.

T: …Hay más posibilidades, otro fun-cionario cada vez que aparecenesos mensajes presta atención, losescucha y dice a su compañero“fíjate lo que dice la radio”, “llevatiempo con los mismos mensa-jes”,“a veces son mensajes positi-vos y a veces son mensajes negati-vos”. Los escucha, se da cuenta deque están allí y sigue con su traba-jo... ¿Qué crees S. que pasó aqueldía con el pensamiento “pobrecillatiene cáncer”? ¿Esto se parece mása escuchar la radio o a quedarsepegada a la radio?

La aplicación de la terapia de aceptación y compromiso en el tratamiento de problemas psicológicos asociados al cáncer 65

S: Me quedé completamente pegadaa la radio.

T: ¿Eso es escuchar la radio, llevarlacontigo o hacerle caso a la radio?

S: Hacerle caso a todo lo que medecía la radio.

T: ¿Y cuánto llevas perdido por hacer-le caso a la radio?

S: Pfff, si me pongo a contar...T: Cuál es tu experiencia en todo este

tiempo ¿Has conseguido eliminaresos mensajes?

S: No, que va ¡es horrible!S: Otro mensaje.S: Voy a tener que escuchar y no

hacer otra cosa.T: ¿Es eso nuevo?¿Eso sería algo en

dirección a tu vida social, tus amis-tades o en contra?

S: Sería pegarme a la radio. Entonces,¿Escucho la radio y sigo con misplanes?

T: ¿Es eso lo que quieres?S: Si aunque me cueste.

Este tipo de ejercicios favorece el distan-ciamiento y la discriminación del yo comocontexto de los contenidos del yo, se tratade resaltar que tener un pensamiento estener un pensamiento, que tener una evalua-ción es simplemente una evaluación, uncontenido cognitivo más. Cuando se apre-cia el proceso de pensar y su contenido sefomenta el yo-contexto de todo ello y secomienza a alterar la literalidad o fusióncognitiva. Así, este aprendizaje permite queel cliente se separe psicológicamente de su“mente” y vea sus pensamientos, sensacio-nes y recuerdos como algo que surgirá enmuchos momentos y ante los cuales hay másde una “puerta” por la que salir, más de unaposibilidad para elegir caminar. De estemodo, se va generando la práctica de hacer-se cargo de los pensamientos, sensaciones,recuerdos que se tienen (y que son parte dela historia de uno) y, principalmente, deaprender a responsabilizarse de las accionesque se toman en torno a ellos. La metáforadel Autobús, el Conductor y los Pasajeros(véanse manuales) suele ser muy útil parasituar todos estos elementos en su papel.

Como se ha señalado, uno de los com-ponentes fundamentales de la terapia ACTes la exposición a cualesquiera eventos pri-vados o contenidos cognitivos que surjan alactuar en una trayectoria de valor. Especial-mente en el caso del afrontamiento del cán-cer, es recomendable la exposición a laposibilidad de las recaídas. El dominio queejercen las funciones psicológicas verbal-mente establecidas puede llegar al extremode que el control conductual quede domi-nado por contingencias verbalmente esta-blecidas, en lugar de por las contingenciasexperimentadas de forma directa. Así, porejemplo, un paciente con cáncer evita pen-samientos sobre la recaída o la muerte de lamisma forma que evitaría implicarse encomportamientos de alto riesgo para la pro-pia vida. En el caso de un individuo que estápor acudir a una revisión médica, puedeocurrir que responda a los pensamientos devolver a pasar por quimioterapia, por ejem-plo, de idéntica manera a como responde-ría o ha respondido al tratamiento en elpasado (ansiedad, vómitos, mareos, triste-za, nerviosismo) y lo peor, que frente a estasreacciones no acuda a las revisiones comouna forma de evitar sus peores miedos. Elobjetivo de la exposición a estos eventos esestar abierto a ellos o darse permiso paratenerlos, o sea, aceptar las funciones verba-les que conlleva la propia historia en cadacircunstancia y momento, y diferenciar loque viene en el momento presente en rela-ción a lo que ocurrió en el pasado o lo quepiensa que ocurrirá en el futuro. La exposi-ción a cualquier evento cognitivo que sur-ja en cada momento, en el aquí y ahora faci-litará el afrontamiento activo de las sucesi-vas revisiones, de futuros tratamientos encaso de ser necesario, y fundamentalmen-te, la aceptación de los temores relaciona-dos con los pensamientos de que esto ocu-rra, aspecto que muy frecuentemente estápresente en supervivientes de cáncer. Loque necesita aceptarse no es el hecho de larecaída en sí mismo, sino el pensamientosobre la posible recaída, y todas las respues-tas emocionales que acompañan a esospensamientos de futuro(25). La aceptación de

66 Marisa Beatriz Páez et al.

este tipo de eventos es propiciada a partirde ejercicios de exposición que puedentomar diferentes formas, desde el diálogoabierto hasta ejercicios experiencialescomo se muestra en la siguiente trascrip-ción de una paciente a quién en la últimarevisión le habían detectado algunas irregu-laridades:

J: Es que no quiero decirles que heido a la revisión, pero no sé, si alfinal, tenemos que aprender a vivircon esto, porque nos guste o no, lodigamos o no lo digamos la ideasiempre está ahí y ellos (la familia)también lo piensan...

T: ¿Y si trabajamos para aprender allevar la idea de posibles recaídas,y la recaída misma?¿Crees quepodría ser valioso para afrontar estasituación que trabajemos con ello,y con lo que pueda traer?

J: Es mucho dolor, tensión y me damiedo sólo pensarlo, cansancio,...

T: ¿Estarías dispuesta a darte permisopara tener esos miedos, esa tensióncomo algo más en el camino hacialas pruebas que tienes que hacerte,como un paso en dirección a loimportante que es para ti tu familia?...

J: Uff!! Me da mucho miedo pensarlo.T: Ya sé y sé que probablemente será

doloroso pero y si trabajamos paratener ese miedo y hacer las pruebascomo algo en relación a la viven-cia con tu familia… ¿Y si lo quequieres conseguir, estuviese delotro lado de una gran charca? Unacharca que no sabes lo profundaque es, no sabes que hay dentro deella, el agua a veces se mueve peroestá tan turbia... y a ti te da miedoel agua, te pone tensa, lo pasas muymal, te vienen sensaciones des-agradables, pero claro, del otrolado hay algo muy importante ... ¿Ysi eliges cruzar la gran charca dán-dole la bienvenida a ese dolor, esatensión, al temor... porque cadapaso en la charca te acerca a lo quetiene un gran valor para ti?

J: Es que tenemos que aprender aestar con ello, si siempre está aun-que queramos sacarlo de la cabeza(llora).

T: Lo que viene al hablar de la posibi-lidad de la recaída ¿Se parece a estoque sientes ahora?

J: Asiente (llora).T: Te invito a pensar en todo lo que te

viene ahora, respira hondo, notatodo lo que viene, pensamientos,sensaciones, sentimientos... Nohagas nada, simplemente déjaloestar contigo... Ponlo en una hoja delárbol y observa la hoja caer al sue-lo…, ¿Qué otro pensamiento viene?...Déjalo estar contigo, no hagasnada con él, ponlo en otra hoja ysimplemente contémplalo en la hojay contempla la hoja mientras cae alsuelo... (al rato). Ahora, piensa en elmomento de ir a por los resultadosde las pruebas, ¿Qué viene?

J: Miedo… T: Déjalo estar, pongo a tu lado y nota

esos miedos aquí, ahora conmigo.Son tus reacciones de miedo anteun posible futuro pero no son elfuturo… Quédate notando todosesos pensamientos que te vienen alverte recogiendo los resultados…Obsérvalos, ponlos en otra hoja delárbol…, déjalos estar …y contem-pla la hoja mientras cae al suelo…,(el terapeuta guía la exposición amás pensamientos y sensaciones)(al rato). Si tuvieras que pasar poresto que acabas de sentir paraseguir adelante con tu vida ¿Quéelegirías?

J: Lo haría como lo he hecho ahora.T: ¿Cuál es tu experiencia queriendo

apartar esto de tu mente, no dandopaso a todo esto cuando piensas enir a por las pruebas?

J: Me deprimo, no voy, me aíslo enmi habitación, me hundo… Mequedo en esta orilla de la charca,mirando lo que hay del otro lado,lo que tengo que hacer y no hago…

La aplicación de la terapia de aceptación y compromiso en el tratamiento de problemas psicológicos asociados al cáncer 67

T: Y encerrarte en la habitación, ais-larte, no ir, ¿En qué dirección van?¿Te aleja de tus hijos o te acerca aellos?

J: Me aleja. Quiero que me ayudes allevar esos miedos al cruzar la char-ca.

T: Vale.

Con independencia de las formas quese empleen, el sentido primordial de laexposición es que el cliente aprenda a cues-tionar el hecho de que necesariamentedebe responder evitando y, a partir de ahí,construir repertorios de respuestas más fle-xibles. Al propiciar el contacto en elmomento presente con las propias reaccio-nes privadas se facilita la modificación desu función aversiva y discriminativa para laevitación perjudicial, ya que la experienciadel cliente indica que esos persistentesesfuerzos por mantenerse alejado de dichoseventos privados no le han llevado a buentérmino. El paciente actuará con frecuenciaen dirección valiosa a pesar de la presenciade eventos privados con función aversivaque surgirán al hilo de numerosas circuns-tancias directamente generadas por laenfermedad y por la vida misma. La cues-tión es que como conductores de la propiavida siempre tendremos “pasajeros priva-dos” que cuestionen lo que hacemos, denconsejos, engatusen, intimiden, critiquen,etcétera. Poner el pie en el acelerador, lasmanos en el volante y éste en la direcciónque sea importante es lo esencial aunquenuestros pasajeros nos “inviten” a salir de lavía principal. En último término si lo hace-mos, tan pronto nos demos cuenta de dón-de queríamos ir, sólo tendremos que girar,un giro que nuestros pacientes han de prac-ticar mucho para ser ágiles en eso, en el girocon todos los “pasajeros privados” invitan-do a no hacerlo.

Finalmente, apuntamos que las trayec-torias que el cliente considere de valor pue-den cambiar a lo largo de la terapia demodo que, a veces, un proceso terapéuticosupone un cambio en las prioridades pre-vias, de un modo análogo a como aconte-ce cuando una persona “pisa fondo” por

una enfermedad o accidente grave o poruna gran pérdida, como la de un ser muyquerido.

Es importante resaltar que este tipo deintervenciones debe realizarse en un con-texto que establezca claramente el valorque puede tener este aprendizaje. Estasexperiencias tienen que estar enmarcadasen una relación terapéutica que valide laincomodidad en sesión (tanto del clientecomo del terapeuta), como un paso hacia laconsecución de metas relevantes para elcliente. Nuestra práctica clínica nos hamostrado que son experiencias muy inten-sas, (para el cliente y para el terapeuta) peroque dadas en tales circunstancias y con ladisposición oportuna son poderosas y pro-pician cambios significativos, que son valo-radas positivamente por los clientes. En estepunto merece atención el comportamientodel terapeuta y la necesidad de supervisióncontinua por lo menos al inicio de su expe-riencia como terapeuta ACT y particular-mente cuando se trata de pacientes, comoel caso de pacientes oncológicos, en los quela carga de sufrimiento suele ser intensa ocronificada.

En resumen, los recientes avances en lainvestigación sobre conducta verbal estánpermitiendo tener un conocimiento másexacto de las funciones establecidas direc-tamente y de las derivadas a las que respon-den los fenómenos conductuales complejostradicionalmente englobados bajo las eti-quetas de cognición y emoción y que estána la base del sufrimiento humano. En con-creto, en este trabajo nos hemos centradoen los procesos verbales implicados en elaprendizaje relacional o simbólico quecada comunidad moldea en sus miembrospara explicar cómo el cáncer puede limitarla vida de muchas personas. Se ha propues-to la categoría diagnóstica del trastorno deevitación experiencial (TEE) como dimen-sión funcional que permite dar razón de lamutación de las propiedades naturales dellenguaje en contextos verbales destructivosy se ha explorado su utilidad en la recon-ceptuación de los diversos problemas y difi-cultades que pueden desarrollar los enfer-

68 Marisa Beatriz Páez et al.

mos de cáncer. Desde ahí, se ha presenta-do sucintamente la terapia de aceptación ycompromiso (ACT) como un sistema clíni-co orientado al tratamiento de personas quemuestran patrones de evitación experien-cial destructivo, que a través de la altera-ción de las clases de regulación verbalinefectivas, se está mostrando de utilidadpara las personas para las que el cáncer seha convertido en una “barrera” en su vida.

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