la antropología y la economía subrayada otra vez

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10411302 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Leif Korsbaek, Marcela Barrios Luna La antropología y la economía Ciencia Ergo Sum, vol. 11, núm. 3, noviembre, 2004, pp. 225-236, Universidad Autónoma del Estado de México México ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Ciencia Ergo Sum, ISSN (Versión impresa): 1405-0269 [email protected] Universidad Autónoma del Estado de México México www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10411302

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Sistema de Informacin Cientfica

    Leif Korsbaek, Marcela Barrios Luna

    La antropologa y la economa

    Ciencia Ergo Sum, vol. 11, nm. 3, noviembre, 2004, pp. 225-236,

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    Mxico

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Ciencia Ergo Sum,

    ISSN (Versin impresa): 1405-0269

    [email protected]

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    Mxico

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=10411302http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=104&numero=1212http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10411302http://www.redalyc.org/revista.oa?id=104http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10411302http://www.redalyc.org/revista.oa?id=104http://www.redalyc.org/revista.oa?id=104http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/revista.oa?id=104

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    CI E N C I A S HUMANAS Y DE LA CO N D U C TA

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    Recepcin: 8 de enero de 2004Aceptacin: 12 de abril de 2004

    La antropologa y la economaLeif Korsbaek* y Marcela Barrios Luna

    Resumen. Se estudia el proceso histricoque ha producido la antropologa econmicade hoy, con sus diferentes tendencias. Seinicia una breve excursin a travs de lasmanifestaciones de una antropologaeconmica incipiente en la segunda mitad delsiglo XIX, durante el evolucionismodecimonnico, y se presenta a los dosfundadores ms importantes, BronislawMalinowski y Marcel Mauss. Se discute eldesencuentro entre el mentalismo de losformalistas y el realismo de los sustantivistas,y los campos ms importantes de laantropologa econmica moderna: laconstruccin de una antropologa econmicamarxista, el estudio antropolgico delcampesinado y del mercado capitalistamundial, para terminar con una brevediscusin de una nueva tendenciaprometedora: un estudio antropolgicodel consumo.Palabras clave: antropologa econmica,teora antropolgica, historia de laantropologa.

    * Investigador-Profesor de la Escuela Nacionalde Antropologa e Historia (ENAH-INAH).Correo electrnico: [email protected]

    El artculo tiene su origen en una serie de cursosreferentes a Las corrientes no antropolgicasen la antropologa que Leif Korsbaek impartien la Facultad de Antropologa de la Univer-sidad Autnoma del Estado de Mxico, y deseaagradecer a los especialistas invitados que endiversas conferencias expresaron su opininacerca del pensamiento econmico (entre ellosla maestra Marcela Barrios Luna y el doctorEduardo Lora). Al mismo tiempo, el manuscritoforma parte de una serie de artculos acerca dela antropologa y la interdisciplinariedad, queya han aparecido en esta misma revista.

    Introduccin

    Hoy contamos con una especialidad antropolgica slida-mente establecida con el nombre de antropologa econmi-ca con sus cursos en las universidades, su acervo de librosde texto y de introduccin, su propio campo y objeto deestudio que pretende cubrir un campo enorme:

    La antropologa econmica estudia diversas cosas: la cacera deanimales salvajes de los bosquimanos del desierto sudafricano, laforma en que cambia la nutricin de los campesinos mexicanos

    cuando se modifica el precio internacional de petrleo, o lamanera en que el vendedor selecciona vegetales para la reventaen el mercado pblico de una gran ciudad (Plattner, 1991: 17).

    En una hermosa definicin circular, el mismo autor defineesta disciplina como el estudio de las instituciones y el com-portamiento econmico realizado en lugares antropolgicosy con un estilo etnogrfico (Plattner, 1991: 17).

    Como lo seala Melville Herskovits (1940; 1954: 47), lateora econmica ha ejercido menor influencia sobre la in-vestigacin antropolgica que otras ciencias sociales, debido

    CIENCIA ergo sum, Vol. 11-3, noviembre 2004-febrero 2005. Univers idad Autnoma del Estado de Mxico, Toluca, Mxico. ISSN 1405-0269. Pp. 225-236

    Anthropology and EconomicsAbstract. After a brief discussion of theearly manifestations of EconomicAnthropology having characteristics ofVictorian Evolutionism in the second half ofthe Nineteenth Century, this article proceedsto a brief presentation of the two mostimportant founding fathers of the discipline:the Polish-born British anthropologistBronislaw Malinowsk and the Frenchsociologist-philosopher Marcel Mauss. Themiddle section discusses encounters betweenthe mentalism that developed among theformalists and the material realism thatcharacterized the substantivists, including thedevelopment of a marxist approach and theanthropological study of peasant economiesand the world system of Wallerstein. Thearticle ends with a brief mention of apromising new approach: the anthropologicalstudy of consumption.Key words: economic anthropology,anthropological theory, history ofanthropology.

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  • 226 KORSBAEK, L.Y M. BARRIOS LA ANTROPOLOGA Y LA ECONOMA

    CI E N C I A S HUMANAS Y DE LA CO N D U C TA

    Adam Smith de 1776; ah se formul el principio fundamen-tal de la nueva ciencia: la premisa de la evolucin humana.Sobre la base de este concepto, que ya se haba planteadopor algunos pensadores ilustrados del siglo XVIII, como Buffony Condorcet, surge un esplndido evolucionismo etnocn-trico y unilineal. Ya que casi todos los pensadores evolucio-nistas que llegan a formular esta antropologa son abogadosen Suiza Bachofen, en Alemania Marx, en Inglaterra Mainey McLennan, en los Estados Unidos Lewis Henry Morgan, yen Francia Fustel de Coulanges (una de las pocas excepcio-nes, pues era historiador y no abogado), es natural que laspreguntas fundamentales de la nueva antropologa fueranplanteadas en trminos jurisprudenciales, as que giran en tor-no al estudio del derecho a la propiedad y otros aspectos le-gales de la organizacin econmica de las sociedades huma-nas, vista en su movimiento desde lo simple hacia lo complejo.

    Otra caracterstica de esta temprana antropologa econ-mica es que se perfila como un estudio de la cultura mate-rial, pues una de las principales tareas de la antropologa enaquella poca era la produccin museogrfica. Franz Boasse haba formado en la museografa de Bastian en Berln, yms tarde trabajara en el museo de Chicago; el hermanode Edward Burnett Tylor se desempe como censor en laexposicin internacional en Londres; y hay que recordar laimportancia del Museo Nacional de Antropologa en Mxi-co para la disciplina aqu en el pas.

    En el caso de Morgan, es fcil descubrir al abogado de-trs de la antropologa econmica, con los estados evoluti-vos que postula como propios de cualquier sociedad huma-na: en la cuarta parte de su libro presenta el desarrollo dela idea de la propiedad (Morgan, 1993: 579-605), de ma-nera que en el estadio del salvajismo escribe:

    Las tierras, apenas objeto de propiedad, eran posedas por latribu en comn, y las viviendas eran de propiedad conjuntade sus habitantes; los bienes de carcter puramente personal,que aumentaban con el lento progreso de los inventos, eranlos que nutran los grmenes de esta gran pasin (Morgan,1993).

    Describe los estadios del desarrollo humano caracteriza-dos por elementos claramente culturales (en el sentido desuperestructurales); seala, por ejemplo:

    El estadio superior de la barbarie comenz con el trabajo delhierro y termin con la invencin de un alfabeto fontico y eluso de la escritura en la composicin literaria. Aqu comienza lacivilizacin. Coloc en el estadio superior, por ejemplo, a lastribus griegas de la edad de Homero, a las tribus italianas poco

    a su ndole sumamente abstracta (Eggan y Gluckman, 1965:XVII); mientras que otro antroplogo protesta: Yo no soyeconomista, pero aun concediendo lo anterior, pienso queotros factores han intervenido tambin en la relativa falta dedesarrollo de la antropologa econmica (Firth, 1974: 9).

    El inters por la historia de la antropologa es de fecha re-ciente (Korsbaek, 1999: 76), amnesia que prevalece tambinen la economa: el inters por la evolucin de la ciencia eco-nmica data apenas de algo ms de cien aos. Hay unas cuantasobras escritas en el siglo XVIII y un captulo de La riqueza de lasnaciones que examina sistemas anteriores de economa polti-ca, son las primeras palabras en una historia de las doctrinaseconmicas, probablemente la ms autorizada (Roll, 1992: 11).

    El presente artculo tiene la intencin de seguir la trayecto-ria histrica de la antropologa econmica dentro del desa-rrollo general de la antropologa como disciplina, para lo cualse desarrolla en tres tiempos: el pasado, que es el origen y suevolucin en tiempos pasados; el presente, que est a la manoen cualquier momento; y el futuro, las perspectivas de la es-pecialidad. Tomando en cuenta la inmensidad del campo te-mtico y el reducido espacio disponible, no se pretendeuna presentacin exhaustiva de estos materiales, tan slo lo-calizar las lneas relevantes de desarrollo y aislar las tenden-cias dominantes de la relacin entre la antropologa y la eco-noma como se manifiestan en la antropologa econmica.

    1. La antropologa econmica temprana

    La moderna antropologa econmica naci tarde, hasta lasegunda mitad del siglo XIX, y podemos percibir la resisten-cia etnocntrica en las palabras de Marshall de 1890:

    Por escasa y no de fiar que sea nuestra informacin acerca de lascostumbres de tribus salvajes, sabemos suficiente de ellas paraestar seguros de que muestran una curiosa uniformidad en sucarcter general, en medio de una gran variedad en detalles. Cual-quiera que sea su clima y su ascendencia, encontramos a salvajesviviendo bajo el dominio de la costumbre y del impulso, apenasabrindose nuevas lneas para s mismos; nunca previendo el futu-ro lejano, y raras veces siquiera tomando medidas para enfrentarseal futuro ms cercano; caprichudos a pesar de su servilismo a lascostumbres, gobernados por el antojo del momento; a veces dis-puestos a llevar a cabo el trabajo ms duro, pero incapaces dededicarse mucho tiempo a labores sostenidas. Hasta donde seaposible evitan trabajos tediosos y pesados; las tareas que son inevi-tables son ejecutadas por mujeres (Marshall, 1936: 723-724).

    Sin embargo, encontramos importantes races de una futu-ra antropologa econmica en La riqueza de las naciones de

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    CI E N C I A S HUMANAS Y DE LA CO N D U C TA

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    antes de la fundacin de Roma, y a las tribus germnicas de lapoca de Csar (Morgan, 1993: 47).

    Sin embargo, en una declaracin medular plantea, y nos co-loca brutalmente en las realidades de la produccin de los ali-mentos:

    El hecho importante de que la humanidad comenz al pie de laescala y se elev, est demostrado expresivamente por la suce-sin de sus artes de subsistencia. De su ingenio en este sentidopenda la cuestin entera de la supremaca del hombre en laTierra. El hombre es el nico ser de quien se puede decir que halogrado el dominio absoluto de la produccin de alimentos que,en el punto de partida, no era suyo ms all del de otros anima-les. De no haber ampliado las bases de subsistencia, el hombreno hubiese podido propagarse hasta otras zonas que no poseye-ran las mismas clases de alimentos, y luego por toda la superficiede la Tierra; y, por ltimo, de no haber logrado el dominio abso-luto tanto sobre su variedad como sobre su cantidad, no sehubiese podido multiplicar en naciones populosas. Es por lotanto probable que las grandes pocas del progreso humano sehan identificado ms o menos directamente con la ampliacinde las fuentes de subsistencia (Morgan, 1993: 54).

    Sir Henry James Sumner Maine public en 1861 su msconocida obra, Ancient Law, en la cual establece una diferen-cia entre la sociedad tradicional y la moderna, una diferenciaque se manifiesta, en la base, en el parentesco de la sociedadtradicional, combinada con un estatus adscrito, mientras quela sociedad moderna se erige sobre una base territorial conestatus adquirido. Maine era abogado, y todo su trabajo giraen torno al nacimiento y el desarrollo de los conceptos ypreceptos legales, a partir de una posicin ms que ligera-mente etnocntrica. Sin embargo, los conceptos que forj seimponen tambin en el estudio de los mecanismos de pro-duccin y distribucin de la riqueza, es decir la economa.

    En Alemania Bcher representa un evolucionismo em-pobrecido (segn Godelier, 1976: 15):

    El conjunto de la evolucin econmica (al menos de los pueblosde la Europa central y occidental), en aquellos lugares en quepuede seguirse con una precisin suficiente, se divide, en miopinin, en tres fases: 1) estadio de la economa domstica ce-rrada (la produccin personal existe sola, la economa no conoceel intercambio), los bienes son consumidos all donde se produ-cen; 2) estadio de la economa urbana (produccin para unosclientes o periodo de intercambio directo), los bienes pasan inme-diatamente del productor al consumidor; 3) estadio de la econo-ma nacional (produccin de mercancas, periodo de circulacin

    de bienes), los bienes pasan generalmente por una serie de eco-nomas antes de entrar en el consumo (Bcher, 1976: 85).

    Mientras, Malinowski critica duramente en 1920:

    Sus conclusiones son, en mi opinin, un fracaso, sin que ello sedeba a ninguna falla en el razonamiento o en el mtodo, sino almaterial defectuoso con que se ha formado. Bcher llega a laconclusin de que los salvajes entre ellos incluye a razas tanaltamente desarrolladas como los polinesios no tienen organi-zacin econmica; estn en una fase pre-econmica; los de gra-do inferior en la fase de la bsqueda individual de alimentos, losde grado superior en la fase de economa domstica autnoma(Malinowski, 1976: 87-88).

    Otro antroplogo econmico es el alemn Richard Thurn-wald, que conoca de primera mano las islas Salomn yMicronesia, la Nueva Guinea y frica oriental. En 1924fund la Revista de Psicologa Popular y Sociologa, que poste-riormente se convertira en la famosa publicacin Sociologus.Thurnwald estudi en particular la interaccin entre la tec-nologa y la estructura social, y la superestratificacin, elcambio social ocasionado por la introduccin de un nuevogrupo social que viene a constituir el estrato inferior de unasociedad. En 1916 public Baaro Society acerca del sistemade parentesco y la organizacin social de una tribu en Nue-va Guinea y, con un enfoque ms general y comparativo,en 1932 escribi acerca de sus estudios de economa en lassociedades primitivas:

    En resumen, se puede decir que 1) la economa comunal en lascomunidades pequeas y homogneas es limitada a procuraralimentos, 2) donde un nmero de comunidades han sido articu-ladas a travs de relaciones comerciales permanentes, el sistemaeconmico empieza a basarse en la familia ms que en el clan o lasibbe, en particular cuando el comercio es hasta cierto grado unmedio para ganarse la vida, 3) cuando un gobierno fuerte combinaun nmero considerable de comunidades y surge una sociedadtnicamente estratificada, la economa de distribucin se impone,y 4) una gradacin de acuerdo a propiedad y valores econmicosfomenta el desarrollo de hogares autosuficientes y la transforma-cin de clanes o sibbes en castas o gremios, an cuando el gobiernono es muy poderoso (Thurnwald, 1969: VIII, 280).1

    1. Otras publicaciones relevantes de Thurnwald para el presente asunto son: Die

    menschliche Gesellschaft in ihren ethonosociologishcen Grundlagen (La sociedad

    humana en sus leyes etnosociolgicas fundamentales), en cinco volmenes, de 1931

    a 1935, y Black and White in East Africa (Blanco y negro en el frica oriental) de 1935.

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    Es cierto que la vida material de las sociedades es untema recurrente de la etnografa y la antropologa desde lasamplias reconstrucciones comparativas de L. H. Morgan,Marx, E. Durkheim, F. Boas o Max Weber (Chauveau, 1996:224), sin embargo, tenemos que esperar la produccin dems datos etnogrficos precisos y un desarrollo cualitativode la teora y del mtodo antropolgicos antes de que nazcala antropologa econmica como una disciplina en su propioderecho, con su propio perfil y basada en la investigacinde campo. La produccin de datos etnogrficos por mediodel trabajo de campo inicia con la revolucin antropolgicade Franz Boas, Radcliffe-Brown y Bronislaw Malinowski.Los dos primeros no se interesaban mucho por el aspectoeconmico de la vida social,2 Malinowski s, pero primeroentra en la relacin un etnlogo francs, Marcel Mauss.

    2. Dos padres fundadores: Mauss y Malinowski

    Marcel Mauss, sobrino, alumno y seguidor de Durkheim,filsofo de formacin y cofundador del Anne Sociologique,era muy diferente de los antroplogos anglosajones, curti-dos en el trabajo de campo y de orientacin cientficamentepositivista: se apega a los caprichos terminolgicos france-ses y sus actividades son netamente de gabinete.

    La primera incursin de Marcel Mauss en la antropologaeconmica fue un texto breve acerca de Las variaciones esta-cionales de la sociedad esquimal, que public en la Anne Sociologiqueen 1905, un estudio de morfologa social, que quiere decir:

    La ciencia que estudia el sustrato material de la sociedad, nosolamente con el objetivo de describirla sino tambin explicarla,

    es decir la forma que asumen al establecerse en el terreno, elvolumen y la densidad poblacional, su modo de distribucin y elconjunto de cosas que les sirven para llevar a cabo su vida colec-tiva (Mauss, 2001a: 389).

    All logra evitar al determinismo e inscribir los ciclos devida de los esquimales en su interdependencia con las con-diciones naturales y climticas y hacernos captar su vidacomo un sistema. En esta temprana obra Mauss logra rela-cionar el sistema de produccin, destribucin y consumocon las condiciones naturales que impone, el ecosistema.

    En 1924 public un trabajo que explora la relacin entrela antropologa (segn l, la sociologa) y la psicologa (Mauss,2001b), el cual le permitira articular una visin esttica yestructural con una visin dinmica, individual y procesual,con lo que trascendi los planteamientos de Durkheim. Yapodemos vislumbrar aqu el estudio de la economa comoel estudio de la racionalidad econmica.

    Del mismo periodo es su contribucin ms importante ala antropologa econmica, un libro erudito y desordenadoque al mismo tiempo comparte el carcter de antropologade gabinete y escapa de sus vicios especulativos y grandio-sos, con el ttulo de Ensayo sobre el don, de 1925. Con l,Mauss establece una tipologa que se parece curiosamentea la que los sustantivistas formularan un cuarto de siglodespus (Mauss, 2001c):

    Aunque ostensiblemente los regalos se hacen de forma espont-nea, de hecho la gente acta muchas veces por obligacin; noslo cuando regala sino tambin cuando recibe y da a su vez.Mauss vea tres etapas evolutivas del intercambio de regalos.Bajo un sistema de prestaciones totales, los intercambios vincu-lan a un clan con otro; en las sociedades que tienen potlatch o algosimilar los intercambios son tpicamente competitivos oagonistas, y en el mundo moderno, aunque sobreviven formasms antiguas, predomina el mercado amoral (Allen, 2000: 343).

    Con su concepto de fenmeno total, Marcel Mauss lle-ga aqu a articular el sistema econmico con los dems as-pectos de la cultura, y con los valores encapsulados en ella.

    Tambin en 1925 implant, junto con Lucien Lvy-Bruhly Paul Rivet (el fundador del IFAL3 en la ciudad de Mxico)el Instituto de Etnologa de la Universidad de Pars, dondeimparti las Instrucciones de etnografa descriptiva de 1926a su jubilacin en 1940, para las que public un libro detexto vigente todava (Mauss, 1947). En esas clases formlas primeras generaciones de antroplogos de campo enFrancia.4 La importancia de Marcel Mauss para la antro-pologa francesa fue enorme; Durkheim instaur los fun-

    2. En su esplndida Kwakiutl Ethnography, Franz Boas trata en el captulo II, Technology

    and Economic Organization, la tecnologa en casi 18 pginas, property rights en

    solamente una (Boas, 1966: 16-36). No conozco ningn texto de Radcliffe-Brown

    acerca de la economa; en su tesis doctoral de 1922 hay solamente comentarios

    dispersos a travs del libro (Radcliffe-Brown, 1964).

    3. El IFAL (Institut Francais dAmrique Latine, Instituto Francs de Amrica Latina) an

    es un importante centro francs de investigacin y difusin de las culturas

    latinoamericanas.

    4. Uno de los aspectos ms impresionantes en la obra de Mauss es que todo parece

    indicar que imparti brillantes clases de tcnicas etnogrficas sin haber hecho jams

    trabajo de campo. Los principales antroplogos formados por l son Georges

    Devereux, Germaine Dieterlen, Marcel Griaule, A. G. Haudricourt, Michel Leiris, Alfred

    Mtraux, Denise Paulme, A. Schaeffner y Jaques Soustelle (este ltimo, es autor de

    uno de los libros fundamentales acerca de los otopames en el Estado de Mxico,

    Soustelle, 1993, original de 1937), prcticamente todo el universo antropolgico en

    la Francia de entonces.

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    CI E N C I A S HUMANAS Y DE LA CO N D U C TA

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    damentos de una manera terica y algo dogmtica, peroMauss la convirti en una disciplina emprica con la nece-saria flexibilidad para permitir el trabajo de campo.

    En 1922 Bronislaw Malinowski public su magnum opus,la famosa monografa Los argonautas del Pacfico occidental,donde seala que no hay ningn aspecto de la vida primi-tiva en el que nuestro conocimiento sea tan precario y nues-tra comprensin tan superficial como en la economa(Malinowski, 1975: 84). Muchos antroplogos lo conside-ran como el primer estudio de la antropologa econmicamoderna y se convirti pronto en un best-seller, hasta talgrado que posteriores trabajos redondos incluiran invaria-blemente un captulo acerca de la economa de la tribu, isla,comunidad o sociedad tratada. Segn Raymond Firth:

    Suyo es el mrito de haber abierto el camino para una estimacinms justa del tema, [xito] que se debe a tres cosas: a la novedadde sus investigaciones directas sobre el terreno, hechas siemprecon la atencin despierta a todas las implicaciones econmicas,a la fuerza y a la sinceridad de su exposicin concreta, y a suclarividencia al interesarse por las relaciones entre la economa yotros aspectos del sistema social tanto al menos como por losfenmenos en s mismos (Firth, 1997: 227).

    Es justo tener en mente que el tema de los argonautas, elimportante comercio entre las tribus de la regin Masim, alsureste de Nueva Guinea, no era, de hecho, una gran nove-dad: ya se haban mencionado, e incluso descrito, institucio-nes anlogas en las islas de Samoa, en Nueva Caledonia y,por cierto, no demasiado lejos de las Islas Trobrian, enPapuasia; el propio Malinowski se haba referido a dichasinstituciones en un artculo publicado dos aos antes (Panoff,1974: 35-36). Algunos aos antes, Malinowski haba seala-do la necesidad de datos etnogrficos para avanzar: paraprobar que en las ceremonias intichiuma se da alguna for-ma de divisin de trabajo, sera necesario un anlisis minu-cioso de los hechos, con indicacin precisa de los detallesen que se manifiesta este aspecto (Malinowski, 1912: 82n).

    As que no es la novedad lo que hace el tema interesantey valioso, sino que la frescura y la autenticidad de la relacinse debe exactamente al nuevo estilo de trabajo de campo,viviendo con la gente y ya no en el bungalow de algn misione-ro o administrador colonial. Podemos sencillamente nom-brar a Malinowski el Joseph Conrad de la antropologa brit-nica.5 Sera difcil encontrar a alguien que igualara su manejode la lengua en la construccin de sus monografas:

    La construccin de la canoa es, para los nativos, el primer esla-bn de la cadena de actos kula. Desde el momento en que el

    rbol es abatido hasta el regreso de la expedicin ultramarina, elflujo de acontecimientos que se suceden con regularidad es con-tinuo y nico. No slo eso; como veremos, los aspectos tcnicosde la construccin se ven interrumpidos e intercalados por ritosmgicos. Unos se refieren a la canoa y otros al Kula propiamentedicho. As, la construccin de la canoa y las primeras etapas delKula se entremezclan. Igualmente, la botadura y en especial lakabigidoya (visita formal de presentacin) son, en otro, parteintegrante del Kula. Por lo tanto, explicando la construccin dela canoa, iniciamos la larga secuencia de acontecimientos quecomponen una expedicin Kula. Ninguna descripcin del Kulapuede considerarse completa si omite la construccin de la ca-noa (Malinowski, 1975: 135).

    Finalmente, la diferencia entre la descripcin que haceMalinowski de la institucin conocida como el kula, el inter-cambio ceremonial de determinados objetos entre una cade-na de sociedades isleas, y la presentacin que hace Frazerde 1001 mitos del origen del fuego en igual nmero de di-ferentes lugares en el mundo, es que el primero coloca lainstitucin estudiada en el contexto de una totalidad, mien-tras que el segundo acude al mtodo de comparacin des-controlada. El principio fundamental de la nueva antropolo-ga post y antievolucionista consiste en nunca sacar un ele-mento de su contexto, lo que permite entender una institu-cin econmica como parte de un sistema y comprender lalgica y la racionalidad de los usuarios de la institucin.

    En Los argonautas Malinowski logra relacionar el kula contodos los aspectos de la cultura de los trobriandeses: sus creen-cias, que podemos llamar religiosas, su magia, su sistema deparentesco, su estructura poltica y la totalidad de su sistemaeconmico. Realmente no hay un solo aspecto que se escapede la telaraa en cuyo centro se encuentra el kula.

    Al final de la obra de esos dos gigantes, la antropologaeconmica se encuentra ya con una nueva solidez, centran-do sus bsquedas alrededor de tres temas mayores:

    1) Qu queremos decir cuando hablamos de realidad econmica?Qu tenemos en mente cuando intentamos analizar la economade una sociedad? 2) Cules son los lmites de la antropologa?Qu tipos de sociedades estudian los antroplogos, y existen

    5. Joseph Conrad, novelista britnico del siglo XIX, autor de Lord Jim, El negro del

    Narciso y Tifn, entre otras novelas, fue famoso por su dominio de la lengua inglesa.

    Sin embargo, como Malinowski haba nacido en Polonia (su nombre original fue

    Konrad Korzeniowski), la comparacin es justificada, pues sus publicaciones se

    destacan por su calidad literaria y es un placer leerlas, lo que no es el caso de toda la

    literatura etnogrfica.

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    razones tericas que justifiquen dicho contenido y dichos lmi-tes?, y 3) Qu es lo que producen las estructuras econmicas, ycul es el efecto sobre la organizacin y evolucin de las socieda-des estudiadas por los antroplogos? (Godelier, 1981: 11).

    Con este avance la antropologa econmica ya es unadisciplina con un campo de estudio bien definido.

    3. Sustantivistas y formalistas

    Durante los siguientes aos, entre las dos guerras mundia-les, los antroplogos formularon respuestas tentativas a laspreguntas anteriores avanzando por dos caminos muy dis-tintos: el sustantivista y el formalista. Los formalistas seaproximan al enfoque deductivo de Marcel Mauss, con unafuerte tendencia a buscar configuraciones tericas y sacrifi-car la riqueza de detalle que catacteriza a la etnografa, mien-tras que el estilo suelto y pico de la antropologa econmi-ca de Malinowski sera en parte adoptado por los sustan-tivistas, quienes se dedican a descripciones de sistemas eco-nmicos concretos, en el contexto de un desarrollo histri-co y con aguda atencin al factor ecolgico. Los dos estilosno se cristalizan inmediatamente y lo ms fcil ser seguirel desarrollo a travs de dos figuras de transicin.

    Raymond Firth naci en Nueva Zelanda y curs un pos-grado en economa en la London School of Economics,pero pronto cay bajo la influencia de Bronislaw Malinowskiy R. H. Tawney. Toda su vida profesional gir en torno a laLondon School of Economics, y donde hered la ctedrade Malinowski en 1944 y luego sera jefe del Departamen-to de Antropologa Social. Es una doble injusticia la decla-racin de que en 1939 inici junto con su distinguida es-posa Rosemary, con quien se haba casado en 1936, una in-vestigacin sobre una pequea isla de pescadores; el frutode tal investigacin Malayan Fishermen: Their Peasant Economy(Firth, 1946) es considerado como el punto de partida de laantropologa econmica (Melville, 2002: 64), pues al mis-mo tiempo hace a un lado la obra de Malinowski, sobre to-do su magnum opus en la antropologa econmica Los argonau-

    tas del Pacfico occidental de 1922,6 y le quita mrito a la mo-nografa Primitive Economics of the New Zealand Maori deRaymund Firth, que fue publicada por primera vez en 1929,y luego, en una versin ligeramente modificada, en 1936.Lo cierto es, y tambin lo importante, que se trata de unestudio formalista de la antropologa econmica, al mismotiempo que es una obra emprica de etnografa econmica.

    Tambin con la obra de Melville Herskovits nos acerca-mos a lo que ser despus un programa alternativo de laantropologa econmica.7 En 1952 public su texto Antropo-loga econmica, revisin total de la obra originalmente publi-cada en 1940 con el ttulo de La vida econmica de los pueblosprimitivos, viene a ser una introduccin a la economa compa-rada, en el ms amplio sentido de la palabra (Herskovits,1954: 7). En esta nueva edicin se plantea el carcter de lanueva antropologa econmica:

    Los elementos de escasez y de opcin, los dos factores mssealados en la experiencia humana que da su razn de ser a laciencia econmica, descansan sobre una base psicolgica firme.Es una verdad objetiva la de que las necesidades son susceptiblesde un grado de expansin cuyo lmite no ha sido alcanzadotodava en ninguna sociedad conocida (Herskovits, 1954: 13).

    La publicacin del trabajo de Herskovits marca un aleja-miento de las obras picas al estilo de Malinowski, rumbo auna forma ms apretada y ms formalizada. Mientras quelos estudios anteriores brillaban por su contenido sustan-cial, el nuevo estilo inaugurado por Firth y Herskovits sedestaca por la formalizacin de planteamientos, hiptesis yvariables. Nos encontramos frente a un cambio desde losustantivo hacia lo formal, un cambio que se manifestaren el conflicto entre los sustantivistas y los formalistas.

    Como se ve, tanto la visin sustantivista como la formalis-ta pueden vislumbrarse temprano en la antropologa econ-mica, pero parece que las dos tendencias llegaron a una espe-cie de madurez alrededor de 1960, cuando se inici en serio

    la disputa en materia de antropologa econmica entre quienessostienen que las reglas formales de la teora econmica neoclsicaderivadas del estudio de sociedades capitalistas de mercado sepueden emplear para explicar la dinmica de las economaspremodernas (formalistas), y quienes afirman que los bienes yservicios en las economas sustantivas se producen y distribuyena travs de contextos culturales especficos (sustantivistas)(Firth, 1974: 7).

    Despus de una declaracin programtica acerca del lu-gar de la economa en el proceso histrico, con el ttulo The

    6. No obstante que Firth opinaba, acerca de Malinowski, que sus conocimientos de

    economa sistemtica fueron siempre muy limitados y su acercamiento al anlisis

    econmico se produjo al principio a un nivel descriptivo, de sentido comn, y a lo

    largo de casi toda su obra sigui siendo sencillo, nada sofisticado (Firth, 1997: 227).

    7. Melville Herskovits tiene una particular relevancia para la antropologa mexicana:

    dirigi la tesis doctoral de Gonzalo Aguirre Beltrn, probablemente el antroplogo

    mexicano ms influyente y en gran medida el autor de la poltica indigenista en Mxico

    entre 1960 y 1990.

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    Great Transformation (Polanyi, 1944), surgen las dos grandesobras de los sustantivistas que tratan respectivamente elproceso econmico en el tiempo, Trade and Markets in theEarly Empires (Polanyi et al., 1957), y en el espacio, Marketsin Africa (Bohannan y Dalton, 1962), y al mismo tiemposale a la luz la biblia de los formalistas con el ttulo lacnicode Economic Anthropology (LeClair y Schneider, 1962). Enambos casos, se presenta al mismo tiempo una postura te-rica desarrollada con precisin y un material emprico so-metido al anlisis terico dentro del marco de cada postura.

    Segn los sustantivistas, la antropologa econmica es elestudio de las formas y estructuras sociales de produccin,distribucin y circulacin de bienes que caracterizan a unasociedad en un determinado momento de su existencia(Polanyi et al., 1957: 23), mientras que segn los formalistas,la antropologa econmica se centra en el estudio de la con-ducta humana con relacin al uso alternativo de bienes esca-sos (LeClair y Schneider, 1962). La definicin proviene ori-ginalmente, en esta forma, de Robbins (1929). As que elestudio sustantivista es etnogrfico e histrico de las institu-ciones que posibilitan y facilitan la produccin, distribucin ycirculacin de bienes en una sociedad en un momento dado,con una distincin evolucionista entre tres formas de inte-gracin: la reciprocidad, la redistribucin y el mercado. Elestudio formalista de la antropologa se dirige hacia las activi-dades mentales y racionales, supuestamente idnticas en susrasgos fundamentales en todos los tiempos y lugares de la his-toria humana, que se cristalizan en la eleccin entre mediosescasos para alcanzar metas tal vez culturalmente especficas.

    Una de las principales diferencias entre los dos enfoqueses el campo al cual se puede, segn la posicin da cada enfo-que, aplicar su arsenal de conceptos, categoras y teoras. Se-gn George Dalton (1967: 164), uno de los lderes sustan-tivistas, la diferencia entre la economa primitiva y el indus-trialismo de mercado no es de grado, sino de tipo, mientrasque para un formalista como Herskovits (1954: 47) la uni-dad de los datos, en lo que atae al problema de la economa,saltar a la vista en cuanto reconozcamos que entre la mayorparte de nuestras instituciones econmicas y las de otrospueblos existe ms una diferencia de grado que de gnero.

    4. Una antropologa econmica marxista

    Hay una tradicin marxista que parte originalmente de Lasociedad antigua de Morgan y su reinterpretacin por Engelsen El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado de1884. Carlos Marx es de por s un personaje idneo parauna discusin acerca de la interdisciplinariedad: de forma-cin era abogado, pero se titul en 1841 con una tesis acer-

    ca de la diferencia entre los sistemas de Epicuro y deDemcrito, donde resaltaba la diferencia entre el pensa-miento idealista y el materialista, para seguir publicando tra-bajos filosficos, como sus Manuscritos de Pars de 1844. Sinembargo, es mejor conocido como pensador econmico,principalmente desde la obra de El Capital.

    La obra de Marx que ms inmediatamente nos lleva ha-cia una antropologa econmica son los tomos conocidoscomo Grundrisse, que son borradores para El Capital. Porcaprichos del destino, los lineamientos fundamentales parala crtica de la economa poltica, 1857-1858 o Grundrisse(ttulo dado por los editores) fueron publicados en 1939(volumen I) y 1941 (volumen complementario) por el Insti-tuto Marx-Engels-Lenin de Mosc (Roces, 1985: X), asque es solamente en tiempos recientes que han podido in-fluir en la discusin que aqu se trata. La parte de los Grundrisseque ms llamaron la atencin de los antroplogos son losdos captulos conocidos con el ttulo de Formaciones eco-nmicas precapitalistas, a tal grado que ha sido publicadapor separado y se maneja como obra independiente. Enesos textos, se presentan inicialmente tres formas de propie-dad de la tierra, en las cuales el individuo tiene una existenciacomo parte orgnica de la colectividad, para luego ser se-parado de sus propias condiciones de produccin y converti-do en proletario en el sistema capitalista. En realidad, los doscaptulos constituyen la historia de la acumulacin originariadel capital o la prehistoria del capitalismo. En esta calidad, dapie a una larga discusin acerca de la transicin del feudalis-mo al capitalismo partiendo de los primeros captulos dellibro Estudios en la historia del capitalismo (Dobb, 1971).

    En este mismo contexto hay que mencionar la discusinalrededor del modo de produccin asitico, que tiene supunto de partida ms visible en una serie de artculos queMarx public a partir de 1853 en el peridico New YorkDaily Tribune, donde criticaba el imperialismo britnico enAsia, principalmente en la India, en aquel entonces todavacolonia britnica. El material fue integrado en El Capital,donde Marx habla de

    [...] unidades de produccin aptas para satisfacer todas sus nece-sidades y cuya zona de produccin vara de 100 a 1,000 o a variosmiles de acres. La gran masa de los productos se destina a subvenirlas necesidades directas de la comunidad, sin que adquieran carc-ter de mercancas; por tanto, aqu la produccin es de suyo inde-pendiente de la divisin del trabajo que reina en general dentro dela sociedad india, condicionada por el cambio de mercancas. Slose convierte en mercanca el remanente de lo producido, y estecambio se opera ya, en parte, en manos del estado, al que corres-ponde, desde tiempos inmemoriales, como renta en especie, una

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    determinada cantidad de productos, [y concluye que] la sencillezdel organismo de produccin de estas comunidades que, bastn-dose a s mismas, se reproducen constantemente en la mismaforma y que al desaparecer fortuitamente, vuelven a restaurar-se en el mismo sitio y con el mismo nombre, nos da la clavepara explicarnos ese misterio de la inmutabilidad de las socie-dades asiticas, que contraste de un modo tan sorprendentecon la constante disolucin y transformacin de los estados enAsia y con su incesante cambio de dinasta. A la estructura delos elementos bsicos de la sociedad no llegan las tormentasamasadas en la regin de las nubes polticas (Marx, 1975-1976.T. I: 290-292).

    Dos obras que merecen la atencin en el contexto mar-xista son las del Meillassoux y de Godelier. La monografadel primero acerca de la antropologa econmica de los gouroen la Costa de Oro en frica intenta aplicar estrictamente lascategoras del materialsmo histrico a un rico asunto etno-grfico, con nfasis en las formas de cooperacin, mientrasque sus trabajos ms recientes se inclinan hacia el anlisis deChayanov de la unidad de produccin (Meillassoux, 1964,en una versin simplificada en Terray, 1971).

    Las investigaciones de Godelier de Nueva Guinea tien-den a incluir un anlisis de la racionalidad formal al relacio-nar la economa con las actividades rituales (Godelier, 1980).Ha extendido la discusin de la racionalidad al capitalismoen otra obra, donde introduce una distincin importante:

    El tema de la racionalidad se presenta desde dos preguntas: 1)cmo deben comportarse los agentes econmicos en un sistemaeconmico dado para lograr los objetivos que se han propuesto?y 2) cul es la racionalidad del sistema econmico mismo y esposible compararla con la racionalidad de otro sistema?, es decirla racionalidad del individuo y la racionalidad del sistema(Godelier, 1974: 17).

    Godelier trata el enfoque marxista, en una forma deses-talinizada,8 como la sntesis del formalismo y el sustan-tivismo, mediante tres cuestiones que, segn l, constituyenel problema de la antropologa econmica: primero: Ququeremos decir cuando hablamos de realidad econmica?,

    qu tenemos en mente cuando intentamos analizar la eco-noma de una sociedad?; segundo: cules son los lmitesde la antropologa?, qu tipo de sociedades estudian losantroplogos, y existen razones tericas que justifiquen di-cho contenido y dichos lmites?; y tercero: qu es lo queproducen las estructuras econmicas, y cul es su efectosobre la organizacin y evolucin de las sociedades estudia-das por los antroplogos? (Godelier, 1981: 11).

    Una posterior investigacin en Bolivia y Colombia utilizala categora marxista del fetichismo (Taussig, 1993). Plan-tea as la investigacin entre mineros en Bolivia y trabaja-dores de plantacin en Colombia:

    Este libro intenta interpretar lo que son para nosotros, en elmundo industrializado, las ideas exticas de algunas personas delmedio rural de Colombia y Bolivia sobre el significado de lasrelaciones capitalistas de produccin e intercambio a las que seven empujados todos los das. Estos campesinos consideran comovvidamente antinaturalista, e incluso como maldades, cosas quecasi todos nosotros, en sociedades basadas en los artculos deconsumo, hemos llegado a aceptar como naturales en el movi-miento econmico cotidiano, y por lo tanto en el mundo engeneral. Esta representacin aparece nicamente cuando se losproletariza, y se refiere solamente al tipo de vida que se organiza apartir de las relaciones capitalistas de produccin. Ni aparece ni serefiere a la forma de vida de los campesinos (Taussig, 1993: 17).

    Formulndose entonces su objetivo:

    Poner de relieve la importancia social del diablo en el folklor delos trabajadores contemporneos de las plantaciones y las minasen Amrica del Sur. El diablo es un smbolo estupendamenteadecuado de la alienacin que experimentan los campesinos,cuando pasan a las filas del proletariado, y es sobre todo en lostrminos de esta experiencia donde fundo mi interpretacin. Elcontexto histrico y etnogrfico me lleva a preguntarme: cules la relacin entre la imagen del diablo y el desarrollo capitalis-ta?, cules las contradicciones de la experiencia social en las queinterviene el fetiche del espritu del mal?, hay una estructura deconexiones entre el poder redentor del Anticristo y el poderanaltico del marxismo? (Taussig, 1993: 11).

    Aproximado a la misma vena hay que mencionar el inten-to por retomar la lnea etnogrfica y combinarla con unateora de evolucin, que surge en la obra de Julian Steward,desarrollado en una obra fuertemente programtica delneoevolucionismo en 1960 (Steward, 1955; Sahlins y Service,1960), seguido por una serie de monografas neoevo-lucionistas (Service, 1966; Sahlins, 1966; Wolf, 1966).

    8. Conviene sealar que una de las deficiencias de la teora marxista es, en sus versiones

    estalinistas, que supone a la economa como determinante del curso de la sociedad,

    y as niega cualquier influencia por parte de la cultura. Esta posicin, que evidentemente

    limita las perspectivas de una antropologa orientada hacia el estudio de la cultura a

    un mnimo absoluto, fue paulatinamente abandonada a partir de la muerte de Jos

    Stalin en 1953, en favor de un enfoque dialctico y multilineal.

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    5. Campesinos, modernizacin ymercado capitalista mundial

    Otros tres problemas han producido de manera inevitableuna intercomunicacin e interaccin entre los economistasy los antroplogos. Uno de ellos es el campesinado y su na-turaleza cultural, poltica e ideolgica. Los campesinos de-ben en ltima instancia su presencia en el escenario mun-dial a la revolucin neoltica de hace entre tres mil y seismil aos que llev consigo la domesticacin de las plantasfundamentales de cada regin, el control sobre el fuego y ms alegremente el proceso de fermentacin y la conse-cuente produccin de bebidas embriagantes. En la historiay en la sociologa los campesinos ya manifestaron una pre-sencia de largos aos, con cierta persistencia, no obstanteque Bujarin ya los haba condenado a la extincin. No asen la antropologa, donde encontramos las primeras hue-llas de los campesinos en 1948, en la segunda edicin dela Anthropology de Alfred L. Kroeber, donde se declaraque los campesinos son culturas parciales que viven ensociedades parciales (Kroeber, 1948),9 es decir, que adiferencia de los salvajes, no viven en separacin de lassociedades con poder estatal.

    Ya que los campesinos son multifacticos no solamenteconstituyen una categora econmica, sino tambin tienencaractersticas polticas y culturales, surgieron en la antropo-loga tres diversas lneas de estudio del campesinado: la obrade Kroeber inici en la antropologa una tradicin de estu-dio cultural, cuyo principal exponente sera el socilogo cumantroplogo Robert Redfield, quien formul el modelo te-rico conocido como el continuum folk-urbano (Redfield, 1947).En Yucatn aplic al pie de la letra su modelo terico (Red-field, 1944) y tuvo en Mxico un importante seguidor enFernando Cmara (de manera ms palpable en CmaraBarbachano, 1952). Hay algo de romntico en los estudiosde Redfield, un tono que es confirmado por su conceptode la pequea comunidad (Redfield, 1955), como si elmundo de las necesidades materiales no existiera, pero enotro libro suyo, El mundo tradicional y sus transformaciones(Redfield, 1963), retoma una macroperspectiva y prestaatencin al problema material y econmico.

    Mientras tanto, una tradicin de estudio poltico del cam-pesinado irradi de Despotismo oriental de Karl Wittfogel (1984),historiador marxista que haba sido el principal especialis-ta de la Segunda Internacional Comunista en la historia deChina, para despus convertirse en uno de los colaborado-res ms feroces de MacCarthy en su cruzada contra el co-munismo en los momentos ms agudos de la Guerra Fraen Estados Unidos.

    Una tercera va para el estudio antropolgico del cam-pesinado, y la ms importante, surgi a raz de la ecologacultural de Julian Steward, dentro del campo neoevolucio-nista, y se manifiesta con mucha fuerza en los trabajos deEric Wolf, un antroplogo estadounidense nacido en la par-te italiana del imperio austrohngaro que despus migr aEstados Unidos huyendo del ambiente persecutorio en elrea cultural alemana. En un par de artculos tempranosforj su principal concepto terico, la comunidad cerradacorporativa campesina (closed corporate peasant community), so-bre la base de las etnografas de Mesoamrica y de Indonesia(Wolf, 1955a, 1957b), para despus definir a los campesinos:

    Los campesinos cultivan la tierra con miras a su propia subsis-tencia, controlan sus medios de produccin pero viven en estre-cha relacin con sociedades mayores a las cuales entregan unaparte de su excedente (Wolf, 1966: 1-6).

    El esqueleto de la economa campesina se sustenta entres fondos: el fondo de consumo, el fondo de reproduc-cin y el fondo ritual (Wolf, 1966: 7-10), de los cuales surgeuna particular lgica campesina (un poco de acuerdo conlos planteamientos de Chayanov), que se manifiesta en lasculturas agrcolas.

    El modelo y el enfoque de Eric Wolf tuvieron un enormeimpacto sobre el estudio y el anlisis de la dinmica de loscampesinos en Mxico (as como en partes de Amrica cen-tral, sobre todo Guatemala), y una de las ideas fuertementearraigadas; como acto de f, fue que el poder poltico no semonopoliza en las comunidades campesinas, as como tam-poco se acumula la riqueza; nociones fundamentales quefueron planteadas en un pequeo libro acerca del desarrollohistrico de Mesoamrica bajo los lemas de La democraciade los pobres y Mecanismos de nivelacin (Wolf, 1967,cap. X). Una consecuencia de ello fue la discusin entrecampesinistas y descampesinistas, una controversia de evi-dente importancia en un pas como Mxico, involucrado enun proceso de industrializacin y modernizacin aceleradas.

    Por otro lado est la discusin acerca del proceso de mo-dernizacin, debate reciente de un tema ya aejo, pues elconcepto de modernidad se maneja ya desde el siglo XVI.Esta discusin volvi a surgir con el fin de la Segunda Gue-rra Mundial, junto con otros nuevos conceptos, institucio-nes y esfuerzos; basta con mencionar a la Organizacin deNaciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, la Orga-

    9. Es de notarse que el Fondo de Cultura Econmica en 1943 public la primera edicin

    del mismo libro de Alfred L. Kroeber (de 1923), en el cual, sin embargo, no se mencionan

    los campesinos.

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  • 234 KORSBAEK, L.Y M. BARRIOS LA ANTROPOLOGA Y LA ECONOMA

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    nizacin del Tratado del Atlntico Norte, y otras tantas,acompaados del proceso de descolonizacin que le pro-porcionaba las naciones independientes a la ONU. Las va-rias teoras de la modernizacin retoman fundamentalmen-te los principios de los planteamientos evolucionistas delsiglo XIX, y es difcil separar el contenido econmico de losdems aspectos del proceso de modernizacin, as que valela pena citar en extenso a un especialista:

    Todas las ciencias sociales participaron en el estudio de la mo-dernizacin, con numerosos intereses traslapados acerca de lasrelaciones entre modernizacin y organizacin familiar, educa-cin, medios de comunicacin de masas, religin, personalidad ycrecimiento demogrfico, entre otros temas. Los economistasdefinan el desarrollo principalmente en trminos de mayor pro-duccin per capita y de la creacin de un excedente econmicoque se pudiese invertir en tecnologa moderna, a fin de acabarcon la esttica baja productividad de las economas tradiciona-les. Tambin asuman que un mayor consumo era un componen-te necesario de este proceso, que impulsara la produccin yalcanzara un crecimiento autosostenido. Los socilogos anali-zaron el impacto de la educacin formal y los medios de comu-nicacin de masas sobre la sociedad tradicional, y los especialis-tas en ciencias polticas observaron la formacin de burocraciasy las instituciones de las naciones-estado modernas, as como lainfluencia modernizadora de la racionalidad y de la burguesanacional (Kearney, 2000: 360-361).

    El ltimo punto que merece mencin es la grandiosa teo-ra del sistema mundial, propuesta y desarrollada por Imma-nuel Wallerstein. Una de sus caractersticas es que se opone ala separacin de las cuatro disciplinas antropologa, econo-ma, ciencia poltica y sociologa, as como entre las tres su-puestas reas de accin humana colectiva la econmica, lapoltica y la social o sociocultural (Wallerstein, 1990: 402, 403).

    6. Perspectivas

    La primera conclusin que puede sacarse de todo lo ante-rior es el estudio inevitable del aspecto econmico comoparte integral de cualquier investigacin que pretenda sercompleta. Si queremos estudiar, por ejemplo, la conforma-cin y la dinmica de una comunidad indgena en el Estadode Mxico a travs de su sistema de cargos,10 entonces seimpone, como parte de la investigacin, un anlisis de esa

    economa de la comunidad. Sin l, la dinmica de la comu-nidad permanecer sencillamente incomprensible.

    La segunda conclusin se refiere a los detalles del indis-pensable examen de la economa como parte de una investi-gacin que se presuma completa: cmo tiene que hacerse?En la disyuntiva de sustantivismo y formalismo, parece im-portante la exigencia de Abner Cohen de combinar la antro-pologa social y la antropologa cultural o, en la jerga delantroplogo britnico, la antropologa simblica y la antropo-loga poltica, en el sentido ms amplio de este trmino; loque en palabras llanas quiere decir que debemos mantener laambicin holista de la antropologa y construir nuestra inves-tigacin de tal manera que logremos captar al mismo tiempolo individual y lo colectivo, lo social y lo cultural, lo sincrni-co y lo diacrnico. Sera una lstima perder la perspectivamaterial y materialista de los sustantivistas, junto con su ri-queza etnogrfica, pero sera tambin lamentable, omitir laperspectiva individualista de los formalistas y su lgica.

    Si seguimos las pistas marxistas y nos dirigimos hacia laproduccin, Raymond Firth ha estudiado explcitamente lospatrones de ahorro e inversin en economas que podemosllamar premodernas, lo que genera un contrapeso antropo-lgico a la actual dominacin del mercado en el pensamien-to econmico.

    Siguiendo una lnea de desarrollo un poco enredada, po-demos localizar un nuevo enfoque de la antropologa eco-nmica que se presenta con muchas perspectivas en Mxi-co. Tenemos que partir de tres lneas de desarrollo: de laantropologa social de Mary Douglas, del intenso inters delos antroplogos por el mercado y del desarrollo dbil ytardo de la antropologa en University College of London.

    Mary Douglas se desempe en su juventud como an-troploga econmica llevando a cabo sus investigacionesen frica; su trabajo ms accesible es acerca de la distribu-cin de la tela entre los lele (Douglas, 1958). Despus sededic al estudio de la cosmologa y del papel de la brujeraen ella, para finalmente volver a interesarse por la econo-ma. Lo que destaca la nueva antropologa econmica deDouglas es la vida cotidiana y el lugar de la economa delcommon sense, un nfasis que se manifiesta en su libro poste-rior, El mundo de los bienes. Hacia una antropologa del consumo(Douglas e Isherwood, 1990).

    El inters de los antroplogos por el mercado no occi-dental ya se mencion anteriormente al sealar las contri-buciones de Malinowski, Sidney Mintz, G. M. Foster, entreotros. El nfasis en los mercados no occidentales tiene queverse desde la insistencia de Mary Douglas en construir unaantropologa con validez en el mundo occidental as como ennuestro mundo moderno y occidentalizado, con lo que nos

    10. Los rasgos generales de la institucin conocida como el sistema de cargos se encuentran

    en Korsbaek (1995), y una discusin econmica de la institucin en Greenberg (1987)

    y Cancian (1989).

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    deslizamos imperceptiblemente hacia el estudio no slo delmercado como lo encontramos en las colonias populares enlas megaciudades de los pases subdesarrollados, sino hacia elsupermercado basado en capital extranjero y que se encuen-tra en fuerte competencia con el mercado tradicional.

    Finalmente hay que mencionar que Douglas fungi untiempo como profesora de antropologa en la Universidadde Londres, cuyo Departamento de Antropologa se habaafiliado a una lnea terica de difusionismo britnico, con loque perdi toda influencia en la antropologa britnica ac-tual, dominada por el funcionalismo y los movimientos anti-funcionalistas. Aparentemente permaneci algo de la ense-anza de Mary Douglas en la universidad londinense, pueshace pocos aos se public en Mxico un notable libro deun relativamente desconocido antroplogo de esa institu-cin: Ir de compras: una teora (Miller, 1999), que retoma al-gunas lneas tericas de Douglas.11 Como el esfuerzo deAbner Cohen por reunir las diversas dimensiones del pensa-miento antropolgico, en lo econmico la teora marxista

    produce una articulacin sistemtica entre los patrones deahorro e inversin, por un lado y, por otro, de consumo, co-mo se hace explcito en los Grundrisse de Carlos Marx (1985).

    Los estudios de la modernizacin han llegado a ser unautntico monopolio en el contexto de lo que podemos lla-mar el Estado empresario (Jarqun y Herrejn, 1995: 174),con la consecuente marginacin casi total de los estudiosdel campesinado, antao tan populares e importantes. Cuan-do uno lee una descripcin del campesinado en las IslasFilipinas (como en Putzel, 1992), es como leer acerca delos campesinos mexicanos, de manera que sigue siendoimportante un anlisis y una comparacin del compor-tamiento econmico de los campesinos, en parte en res-puesta a las condiciones que les imponen gobiernos paralos cuales carecen de importancia, o de plano no existen.

    Faltara solamente sealar que ante Dios todos somosevolucionistas y que, si es cierto que los elementos clavede la matriz de los elementos fundamentales del pensamien-to econmico pueden localizarse en el pensamiento econ-mico de una sociedad primitiva (Castaingts, 2001: 58),entonces sera una actividad til y necesaria comparar elpensamiento y las instituciones econmicas en diferentestipos de sociedades, pero evitando el etnocentrismo que ca-racterizaba al pensamiento de los evolucionistas clsicos.

    11. El enfoque de Daniel Miller descansa sobre un cuerpo terico amplio y coherente que

    se desprende de la bibliografa en su libro. Para no extender la bibliografa de este

    artculo, en Lindholm (2000) se encuentra una apretada biografa de Mary Douglas

    con referencias bibliogrficas.

    Allen, N. J. (2000). Mauss, Marcel (1872-1920), enBarfield, T. (ed.). Diccionario de antropologa.Siglo XXI, Mxico.

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