la alienacion en marx

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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES MAESTRÍA EN ESTUDIOS SOCIALES PROGRAMA: CONFIGURACIÓN HISTÓRICA DE LOS ESTUDIOS SOCIALES PROFESOR: ALFONSO TORRES ESTUDIANTE: VIVIANA VILLANUEVA AGUIRRE LA ALIENACIÓN EN MARX Gran parte de la obra de Karl Marx (ubicada en el contexto del siglo XIX) constituye un punto de partida para el estudio de lo social y es tan fuerte su influencia en distintos campos de análisis que van desde lo social, económico, político, hasta lo filosófico, porque precisamente marca una ruptura con la forma tradicional de abordar la realidad social, en la que predominaba una filosofía de la historia, cuyos máximos representantes fueron Kant, Ludovico, Hegel, entre otros, y que se basaba en explicaciones de lo social por ideas abstractas, externas al sujeto y con tanto poder para dirigir el destino del hombre y del mundo (como las ideas de progreso, desarrollo, libertad, espíritu humano); además pretendían ofrecer una lectura universal de la humanidad a partir de los referentes históricos europeos. Marx quiebra en parte una estructura tradicional, pero también construye una nueva edificación para las Ciencias Sociales, marca un punto de inicio al tratar de construir una lectura crítica de la dinámica social, no explicada por factores externos sino internos. De hecho, su principal aporte es hacer del conocimiento social una Ciencia Social Histórica, ya que los fenómenos sociales son susceptibles de ser abordados científicamente, aunque explicados por factores y variables distintos. Descubre así que ningún fenómeno o institución puede explicarse por sí mismo, todo hecho social solo puede comprenderse en el contexto en el que se produce, en su dinámica histórica y en relación con los otros elementos.

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Pensamiento de Marx

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Page 1: La Alienacion en Marx

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONALFACULTAD DE HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALESMAESTRÍA EN ESTUDIOS SOCIALES

PROGRAMA: CONFIGURACIÓN HISTÓRICA DE LOS ESTUDIOS SOCIALESPROFESOR: ALFONSO TORRES

ESTUDIANTE: VIVIANA VILLANUEVA AGUIRRE

LA ALIENACIÓN EN MARX

Gran parte de la obra de Karl Marx (ubicada en el contexto del siglo XIX) constituye un punto de partida para el estudio de lo social y es tan fuerte su influencia en distintos campos de análisis que van desde lo social, económico, político, hasta lo filosófico, porque precisamente marca una ruptura con la forma tradicional de abordar la realidad social, en la que predominaba una filosofía de la historia, cuyos máximos representantes fueron Kant, Ludovico, Hegel, entre otros, y que se basaba en explicaciones de lo social por ideas abstractas, externas al sujeto y con tanto poder para dirigir el destino del hombre y del mundo (como las ideas de progreso, desarrollo, libertad, espíritu humano); además pretendían ofrecer una lectura universal de la humanidad a partir de los referentes históricos europeos.

Marx quiebra en parte una estructura tradicional, pero también construye una nueva edificación para las Ciencias Sociales, marca un punto de inicio al tratar de construir una lectura crítica de la dinámica social, no explicada por factores externos sino internos. De hecho, su principal aporte es hacer del conocimiento social una Ciencia Social Histórica, ya que los fenómenos sociales son susceptibles de ser abordados científicamente, aunque explicados por factores y variables distintos. Descubre así que ningún fenómeno o institución puede explicarse por sí mismo, todo hecho social solo puede comprenderse en el contexto en el que se produce, en su dinámica histórica y en relación con los otros elementos.

Para llegar a este punto del análisis Marx no parte de cero sino que recibe influencias de otros grandes pensadores, en especial de Hegel, de quien retomara varias ideas, no para repetirlas sino para analizar a partir de ellas la dinámica social, desde sus intencionalidades e inquietudes.

Una de esas ideas retomadas es la de auto creación del hombre, Hegel concibe la historia y ese proceso de creación como una construcción permanente que está en manos del hombre y no de fuerzas sobrenaturales. A lo que Marx añadirá que la fuerza motriz de ese proceso es el trabajo humano o la actividad practica de los hombres que viven en sociedad.

Hegel se dará cuenta que toda institución es una construcción humana pero que se pone por encima de los mismos seres humanos, que el proceso histórico es visto como el resultado de categorías o conceptos abstractos que rigen el destino de los individuos, los cuales solo serían sus juguetes y que configuraría lo que Hegel denominaría el mundo alienado.

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Esta idea de alienación también es trabajada por Hegel y luego por Marx. Para Hegel la alienación es la “condición en que las fuerzas del hombre le aparecen como fuerzas o entidades autónomas que controlan su acción” (T. B. Bottomore y M. Rubel, 1968, p. 18) Por su parte, Feuerbach utilizó también esta noción de alienación, pero enfocada básicamente hacia el estudio del cristianismo e intentó demostrar que la religión era una proyección de la esencia misma del hombre pero fuera de él y reificada o personificada en instituciones. En otras palabras puede ser entendida como el vaciamiento de las cualidades humanas depositadas en elementos externos al sujeto.

A su vez Marx trató el problema de la alienación no como un problema filosófico sino social, se preguntó por qué causas los hombres proyectan sus propias fuerzas y valores sobre seres hipotéticos y sobrehumanos. Marx va a resaltar que no existe una sola forma de alienación, como lo había planteado Feuerbach en la religión, sino que había múltiples formas tales como el Estado o el capital, que a pesar de ser construcciones humanas llegan a tener una fuerza mayor que domina a los mismos seres humanos que las crearon. Marx también va a reconocer que el mismo trabajo puede estar alienado, en la medida en que el trabajador pone lo que tiene de sí en la elaboración de su producto, la capacidad creativa la vuelca en un objeto externo; y es aún más grave en las condiciones del capitalismo en el que el mismo obrero que produjo cierta mercancía no la usufructúa y es el que menos acceso tiene a ella. En este sentido, el trabajo es una forma de alienación del hombre, que le impone unos comportamientos, le determina su proceso vital y le impide emanciparse. En contraposición existe además un tipo de trabajo libre, que libera al hombre de controles externos.

Por ejemplo, Marx en su crítica a la religión (expresada en la famosa frase de “la religión es el opio del pueblo”) no la hace tanto a un tipo de religión o institución específica, sino a la idea como tal de religión ya que es la expresión de un ser abrumado que la crea como una felicidad ilusoria o como modo de escape y que le impide llegar a su felicidad real.

En palabras de Marx la alienación es definida como “el alejamiento del hombre de sí mismo, del prójimo, el divorcio entre el hombre-ciudadano y el hombre-trabajador, la proyección de las fuerzas sociales del hombre sobre un poder externo, encarnación de la arbitrariedad y la injusticia” (T. B. Bottomore y M. Rubel, 1968, p. 42), constituyéndose como el mal fundamental de la sociedad capitalista.

A pesar de ser un análisis de su tiempo la noción de alienación tiene aún vigencia, a partir de ella se puede tratar de entender la condición del sujeto “moderno” que a pesar de su “desarrollo” todavía vive en el mundo alienado que lo encadena, y peor aún, sin saberlo o reconocerlo.

Hoy se pueden distinguir otras formas de alienación como la escuela, la educación, los medios de comunicación o la misma ciencia. En cuanto a ésta última, se puede decir que es una forma de alienación porque a pesar de ser una construcción histórica y social determinada, ha llegado a dominar la vida misma de los seres humanos, a controlar la naturaleza y a imponerse como único criterio de verdad; y con mayor vehemencia la denominada “ciencia moderna” o “ciencia

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exacta”. Esto se hizo evidente con mayor claridad desde los siglos XV y XVI y hasta el día de hoy en el que la ciencia llegó a imponerse como una estructura superior a la misma sociedad, que estaba más allá de los seres humanos y que era la portadora de la verdad universal. La ciencia ha llegado a ordenar y determinar la vida de los seres humanos, pero en igual medida se ha mostrado como algo divino y extrahumano a lo que se debe llegar y no elaborar, se ve así como algo externo al sujeto. Se puede decir que la ciencia logra su cometido como forma de alienación en la medida en que los sujetos se vacían de ideas, inquietudes y asombros para relegarlos en la ciencia, la cual se cree proporcionará las respuestas y explicaciones que necesita el hombre para vivir y situarse en el mundo. Por tanto, no es necesario pensar o elaborar nada porque ya todo está dicho y hecho.

Por otra parte, la ciencia puede también tener otro carácter, uno de descubrimiento, de aventura y principalmente de acción, pragmático como lo proponía Marx. El objetivo de la ciencia debe ser de descubrimiento, denuncia y transformación, ya que “la ciencia no debe ser un placer egoísta. Los que tienen la suerte de poderse dedicar a una labor científica han de ser los primeros en poner sus conocimientos al servicio de la humanidad” (T. B. Bottomore y M. Rubel, 1968, p. 29).

Frente a este estado de cosas, Marx propone ver la esencia de las cosas y no solo sus representaciones manifiestas, pues la alienación precisamente busca el mantenimiento del control del hombre, la invisibilización de condiciones e ideas que se imponen al ser humano y no le permiten su auto realización y emancipación, aún cuando partimos del hecho de que hombres y mujeres tienen la posibilidad y capacidad de crearse a sí mismos durante su existencia.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:

Page 4: La Alienacion en Marx

T. B. Bottomore y M. Rubel (1968) Karl Marx. Sociología y filosofía social. Barcelona: Ediciones península.