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Un nuevo destino a los desechos textiles
El reciclaje de fibras sintéticas para disminuir la
contaminación ambiental
Karla Duarte Legajo: 0096897
Diseño de indumentaria
Creación y expresión
Diseño y producción de objetos, espacios e imágenes
Septiembre del 2021
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Índice Introducción 3 Capítulo 1. Material y composición 10 1.1. Revolución industrial e industria textil. 10 1.2. Historia de las fibras sintéticas. 14 1.3. Composición. 17 1.4. Rol de las fibras sintéticas en la industria textil y en el medio ambiente. 21 Capítulo 2. Contaminación y consecuencias 25 2.1. Contaminación ambiental. 25 2.2. Microplásticos. 28 2.3. Animales y océanos. 31 2.4. Salud humana. 34 Capítulo 3. Panorama ambiental 38 3.1. Contaminación en Argentina desde el 2000. 38 3.2. La industria textil y el uso de fibras sintéticas. 41 3.3. Fast fashion. 45 3.4. Emergencia climática 47 Capítulo 4. Tendencia y sustentabilidad 53 4.1. Sustentabilidad en Argentina. 53 4.2. Consumo responsable 58 4.3. Marcas del rubro textil impulsoras. 61 4.4. Tendencia do it yourself (DIY) o hazlo tú mismo. 66 4.5. Análisis del sistema de producción y consumo 69 4.5.1. Perspectiva 1 69 4.5.2. Perspectiva 2 70 4.5.3. Perspectiva 3 71 4.5.4. Perspectiva 4 72 Capítulo 5. Colección Modarte Responsable 74 5.1. Recolección de materia prima. 74 5.2. Rubro, línea y estilo. 77 5.3. Desarrollo de colección. 79 5.3.1 Packaging 82 5.3.2 Producto terminado 82 Conclusiones 84 Lista de referencias bibliográficas 89 Bibliografía 91
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Introducción
El presente Proyecto de Grado, perteneciente a la carrera de Diseño textil e indumentaria en
la Universidad de Palermo, se titula Un nuevo destino a los desechos textiles y tiene como
tema, el aprovechamiento de desechos textiles sintéticos para la generación de productos
terminados. Se sitúa dentro de la categoría Creación y expresión y la línea temática Diseño y
producción de objetos, espacio e imágenes, ya que presentará una colección de productos
varios, bajo la mirada de una autora.
El presente PG, que abarca el tema de las industrias textiles de fibras sintéticas y el reciclaje,
se vincula con la carrera Diseño textil e indumentaria de forma directa ya que, desde el primer
hasta el último año de la carrera universitaria, se ha involucrado la creación de texturas, la
intervención textil, los diversos tipos y sus composiciones. Y sumado a ello, en diversos
trabajos de investigación de tendencias se logró observar una necesidad en la sociedad actual,
inclinada a la sustentabilidad. De ese modo fue surgiendo el tema del presente proyecto de
grado, por la necesidad de querer incrementar la conciencia ambiental en la década del 2020.
Son diversos los hechos que están llevando al planeta tierra y sus habitantes a situaciones
desfavorables y a consecuencias de distinto grado sobre la salud humana; como el consumo
de alimentos contaminados de microplásticos, los lavados con largos ciclos sin precaver el
desprendimiento de pequeñas fibras sintéticas, o el desecho de ropa o trozos de telas
sintéticas a la basura sin brindar relevancia a las emisiones de gases derivadas de la
producción del tejido. Esas son sólo algunas razones por las que se genera la siguiente
pregunta problema: ¿cómo la fabricación de productos a partir del reciclaje textil de fibras
sintéticas, puede ayudar a disminuir la contaminación ambiental?
En base a lo mencionado anteriormente, el objetivo general que plantea esta investigación, es
la elaboración de una colección de productos fabricados a partir del reciclaje textil para
promover la conciencia ambiental y disminuir la contaminación. Se plantean como objetivos
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específicos, estudiar las fibras sintéticas y su composición, indagar sobre los problemas que
generan las fibras sintéticas en el medio ambiente y en el ser humano, analizar y comparar
algunos proyectos sobre concientización ambiental realizados entre el año 2000 y 2020,
periodo seleccionado por presentar cambios notorios, ideal para generar comparaciones; y,
por último, investigar acerca de las tendencias sustentables de los últimos años, tomando
como fecha límite el año 2021.
Para el desarrollo del trabajo se investigó sobre los antecedentes de otros Proyectos de
Graduación publicados por la Faculta de Diseño y Comunicación de la Universidad de Palermo
y se seleccionaron diez proyectos como referencia, los cuales se describirán a continuación:
Ovejero (2010). El trabajo titulado De la fusión moda y ecología, plantea el desarrollo de
diseños sustentables basado en conceptos fundamentales de la disciplina de Diseño de
Indumentaria, la cual abarca textiles, tipos de fibras, nociones de moldería, realización de
tizada, su corte y futura confección. Busca analizar y abordar estos elementos desde el punto
de vista ecológico. Asimismo, se relaciona con el presente proyecto ya que aborda el tema de
las fibras textiles, la problemática ambiental y el fin sustentable.
Por otro lado, Marini (2013). Con el proyecto titulado El diseñador de modas como eco-
revelador, propone como objetivo impulsar la sustentabilidad en la industria textil por medio del
diseñador de indumentaria como principal comunicador de la moda ecológica, y de esa manera
contribuir en la protección del medio ambiente. El Ensayo reflexionará acerca de las diferentes
opciones de sustentabilidad que existen en la actualidad que abarcan desde los procesos de
fabricación textil hasta el producto final y del rol del diseñador dentro de la industria. Este se
vincula al presente proyecto de grado ya que indaga sobre la composición de las fibras textiles
sintéticas y sus consecuencias como contaminante ambiental.
De tercer lugar, Froment (2014). Quien establece como título Distinción, practicidad y
conciencia ecológica, plantea lanzar una línea de lencería ecológica, con la finalidad de
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proporcionar lencería de calidad y mantener un concepto eco empleando sólo tejidos
sostenibles. Como objetivo secundario propone generar una prenda de doble funcionalidad:
lencería y traje de baño en una sola prenda. Tema que nace por la explotación indiscriminada
de recursos naturales y la contaminación, lo cual ha sido una constante de la sociedad
industrial actual, tal y como se ha expuesto en este proyecto de grado.
El cuarto proyecto, de la autoría de Bosio (2014), titulado Diseño sustentable tiene como tema
central la sustentabilidad. Aborda temas como la moda y su conceptualización, la indumentaria
como distintivo personal, pone en claro el término de ecología, hace síntesis de los materiales
textiles y el diseño sustentable para poder relacionarlos y desarrollar, luego, el proyecto que
se planteará a la empresa Conbra S.A. En el presente Proyecto de Graduación se estudiará
la manera de utilizar retazos de tela y realizar arreglos en prendas falladas para la confección
de prendas destinadas a personas con escasos recursos, que luego serán comercializadas a
precios bajos en la Argentina actual. Contiene temas tales como la reutilización de retazos de
tela sin uso para poder realizar arreglos de prendas que no han podido ser comercializadas
en temporadas anteriores y su estado no está a la perfección. La ropa sería ofrecida a la venta
a un bajo precio, para lograr que las personas de bajos recursos puedan comprarlas. No sólo
está pensado para la utilización de retazos de tela para arreglos, sino también para proteger
el medio ambiente y en consecuencia difundir, informar más a las personas sobre el diseño
sustentable. Se vincula estrechamente con el presente proyecto de grado por la búsqueda y
utilización de retazos para generar productos de uso común y por el concepto de
sustentabilidad y comunicación.
En quinto lugar, el proyecto de Santiago (2015). Titulado Cultivar el futuro. Moda ética aplicada
al diseño infantil, cuenta que cada vez son más las personas que eligen una forma de vivir
más natural, no solo con el objetivo de cuidar la ecología y los animales sino también porque
toman conciencia del impacto de estos productos sobre las personas y el entorno. Habla
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acerca del consumo masivo, a la idea de usar y tirar y a la escasez de calidad. El objetivo
general del proyecto es mostrar la sustentabilidad a través de la perspectiva del diseñador
plasmándolo en una colección para bebés que respete de manera sustentable la mayor
cantidad posible de eslabones en la producción, y de esta manera, comunicar y lograr una
concientización por parte de los usuarios, facilitando la información necesaria sobre las
prendas y de qué manera deben cuidarse esos productos para generar el menor impacto
ambiental. Se relaciona con este proyecto de grado porque busca la creación de productos
sustentables e influenciar a los usuarios a la concientización por medio de una buena
comunicación.
Como sexta investigación, se seleccionó el proyecto de Damiani (2015), titulado Reutilizar es
moda, quien propone como eje principal el desarrollo de un esquema de producción que
incorpore la reutilización de materias primas para marcas nacionales. En dicho proyecto hace
una selección de ropa de segunda mano para intervenirlas, de manera tal que por medio de la
implementación de distintos recursos de diseño se logre el reciclaje de las mismas generando
así una línea cápsula.
En séptimo lugar se utilizó como antecedente el trabajo de Strano (2015). Con el proyecto
titulado Diseño de autor: partir del textil, en el que propone crear una colección como resultado
de haber plasmado un conjunto de ideas creativas que estén sustentadas por varias técnicas
de intervención del textil. Se vincula con esta investigación porque indaga sobre el teñido textil
y los métodos de estampación, los cuales son parte de la contaminación ambiental desde la
industria textil.
El octavo proyecto es de la autora Gorleri (2017) titulado Indumentaria Sustentable. Dicha
investigación aborda como temática la moda sustentable, su significado y los beneficios que
representa, específicamente al estudio del cuero como materia prima para la producción de
indumentaria femenina que responde a un estilo casual y urbano. Tema que surge ante la
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necesidad de crear conciencia con respecto al cuidado del medio ambiente, a través del diseño
sustentable. Se enmarca dentro de la categoría de Creación y Expresión ya que se generará
una serie de prendas con cuero reciclado y reutilizado para demostrar que este puede verse
estéticamente bien sin necesidad de utilizar tratamientos químicos que a futuro dañan el
ecosistema y a las futuras generaciones que vivirán en él. Se relaciona con el presente
proyecto porque ambos buscan generar concientización por medio de colecciones
sustentables.
El noveno proyecto es de Rose (2015). Titulado Diseño ecológico, enmarcado dentro de la
categoría Creación y expresión, bajo la línea temática Diseño y producción de objetos,
espacios e imágenes. El cual tiene como objetivo general conceptualizar y ofrecer diferentes
y nuevas ideas para insertar y aumentar el uso y producción de estampados ecológicos en el
campo de la moda de diseño de autor para ayudar a generaciones futuras con respecto al
medio ambiente en Argentina, también proveer sugerencias y oportunidades para todo aquel
diseñador de autor que este predispuesto a trabajar consciente y todos los individuos que
quieran comprometerse desde el área del Diseño de Indumentaria y Textil. Dicha investigación
se vincula con el presente PG porque suma información sobre los tipos de estampas que se
vienen ejecutando en las fibras sintéticas y las futuras opciones sustentables.
Por último, se seleccionó el trabajo de Sheridan (2017) el cual se titula Hacia un diseño
sostenible, pertenece a la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil. Se encuadra dentro de
la categoría Creación y Expresión, y se ubica dentro de la línea temática Diseño y producción
de objetos, espacios e imágenes dado a que se requiere analizar las diferentes actualizaciones
en materia sustentable, respecto a las diferentes estrategias sostenibles posibles de aplicar, y
así poder brindar una propuesta de diseño que contribuya a la reducción del impacto negativo
y se adapte a las necesidades presentes del usuario interesado en contribuir. Para ello se
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necesita de mucha información sobre las diferentes herramientas del diseño sustentable y
todas las nociones que envuelve.
La investigación estará dividida en cinco capítulos que conformarán el cuerpo principal. En el
primer capítulo se indagará sobre la evolución de la industria textil desde la revolución
industrial y los cambios que estos generaron en la sociedad, se investigará sobre las fibras
sintéticas, sus beneficios y desventajas, más su composición química y, además, se dejará en
claro el por qué la industria de la moda suele elegir lo sintético antes que lo natural en cuanto
a fibras se refiere.
En el capítulo dos, titulado Contaminación y consecuencias se indagará acerca de la
contaminación ambiental hasta el año 2021 y sus principales amenazas, también se estudiará
sobre los microplásticos que desprenden los tejidos dando foco a la contaminación causada
por la industria textil y sus consecuencias sobre los humanos y animales.
En el capítulo tres, titulado Panorama ambiental se investigará acerca de la contaminación en
Argentina, la industria textil y el uso de fibras sintéticas, resaltando su importancia y
mencionando ciertas campañas y acciones novedosas; se indagará sobre la moda rápida y su
origen y finalmente se hablará sobre una posible emergencia climática, termino popularmente
empleado en el año 2019.
El capítulo cuatro abarca el tema de la sustentabilidad, la tendencia do it yourself que consta
en la fabricación o reparación de cosas por la misma persona, de modo que le genera ciclos
de vida más largos a los materiales. Por otro lado, se dejará en claro en qué consiste el
consumo responsable, se investigará cuáles son las principales marcas argentinas impulsoras
del tema y de qué modo lo promueven.
En el capítulo cinco se hará énfasis en la fundamentación teórica del desarrollo de la colección
de productos realizados implementando el reciclaje, se definirán las tipologías a desarrollar, la
paleta de colores y el estilo de los productos. Además, se mencionarán características con las
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que deberá contar la colección y se describirán los packagins correspondientes a cada artículo
planteado.
El aporte del presente Proyecto de Grado es que busca ampliar conocimientos acerca de las
fibras sintéticas y brindar visibilidad a posibles consecuencias que la producción, grandes
cantidades de desechos y la falta de conciencia ambiental, han ido generando en el medio
ambiente y de ese modo dar lugar al consumo responsable.
A lo largo del desarrollo del PG, se muestran distintas problemáticas a las cuales se les busca
otorgar soluciones, siendo en este caso la creación de artículos utilizando como materia prima
residuos de fibras sintéticas, para ayudar a disminuir la cantidad de desechos textiles de dicho
contaminante.
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Capítulo 1: Material y composición
En este capítulo se abordará la historia y/o el origen de la industria textil con la llegada de la
Revolución Industrial, se estudiará acerca de las fibras sintéticas, sus beneficios y desventajas,
y se desarrollará contenido sobre la composición y el lugar que estas fibras ocupan en el rubro
textil y el medio ambiente.
1.1. Revolución industrial e industria textil
El término industria textil abarca una amplia gama de procesos, como el punto, el anudado de
alfombras, el enfurtido y otros. Incluye también el hilado a partir de fibras sintéticas o naturales
y el acabado y la tinción de tejidos.
Según datos extraídos del programa de divulgación científica A hombros de gigante,
presentado por RTVE o Radiotelevisión Española, el elemento que atribuyó origen a la
Revolución fue la patente de James Watt, quien propulsó un cambio que promovió a lo que
posteriormente sería llamada la Revolución Industrial. En 1764 cuando James reparó una
máquina de vapor fabricada por Thomas Newcomen, la cual no estaba generando el mejor
rendimiento, y dicha reparación se convirtió en una de sus acciones más importantes. A
partir de allí fue cuando de a poco, una sociedad más liberal fomentó el que se introdujeran
nuevos elementos que contribuyeran al avance industrial y la productividad de los recursos
propios.
En un artículo titulado Héroes del progreso, Parte 13: James Watt, afirman que “El motor a
vapor de Watt hizo que la oferta de energía fuera más eficiente y confiable que nunca antes.
Esto fue fundamental para dar inicio a la Revolución Industrial” (Hammond, 2019, s.p).
La primera etapa de la Revolución Industrial fue la desarrollada entre los años 1760 y 1870,
en ese tiempo hubo constantes inventos tecnológicos y se produjo un aumento demográfico
notorio debido a la esperanza de vida que promovió la revolución industrial. A su vez, la
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sociedad comienza a presentar transformaciones marcadas por hechos que conducían a la
implantación de ideas más modernas y liberales.
En ese primer periodo la sociedad comienza a desarrollar una clase burguesa, pero a su vez,
debido a los cambios laborales, parte de la población rural se traslada hacia las ciudades,
provocando la aparición de una nueva clase trabajadora agrupada en suburbios cercanos a
las fábricas. Tomando en cuenta los datos mencionados resulta pertinente destacar que:
En las fábricas tenían humedad, poca ventilación, ninguna seguridad laboral y jornadas que superaban las doce horas diarias, siete días a la semana. En los suburbios superpoblados y sucios son víctimas de epidemias de fácil propagación. La cantidad de personas afectadas por estas condiciones les lleva a organizarse para la defensa de sus intereses y aparecen los movimientos obreros de protesta. (Perez, s.f, p.3).
Con la aparición de los sindicatos se fue desarrollando una sociedad interesada en la
economía, la justicia y la eficiencia. Lo que al transcurrir del tiempo se convertiría en un
beneficio social.
Es ese periodo de la Revolución Industrial, la luz eléctrica, el gas y el transporte público habían
llegado al mundo. Se había pasado de ciudades alumbradas por petróleo y donde el único
medio de transporte eran los carros de caballos, a viajar en máquinas de vapor y a tener
alumbrado eléctrico. En 1834 fue Richard Roberts el que ideó el telar y la máquina de hilar. En
1837, Morse inventa el telégrafo y se da el primer impulso a las comunicaciones. En 1863 se
inaugura el sistema de metro del mundo en Londres. En 1868 se lanza el ferrocarril
transcontinental, entre otras creaciones. Al transcurrir el tiempo, una sociedad más avanzada
basada en la tecnología se iba fortaleciendo:
La demanda del motor de Watt creció y fue rápidamente utilizado alrededor de múltiples industrias, incluyendo las máquinas rotativas que eran utilizadas en las fábricas de tejidos de algodón, las cuales pudieron proveer ropa barata a las masas por primera vez. (Hammond, 2019, s.p).
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La segunda etapa de la Revolución industrial comienza en 1870 con el invento de la dinamo,
que es un generador eléctrico destinado a la transformación de flujo magnético en electricidad
mediante el fenómeno de la inducción electromagnética, generando una corriente continua, la
cual dio otro empujón a la modernización de la tecnología ya que ésta producía fuerza
hidroeléctrica, por ende, energía para los nuevos transportes que iban surgiendo:
La era de los transportes daba un nuevo salto adelante, y por otro lado, la sociedad se veía recompensada con un nuevo elemento desconocido hasta entonces: el alumbrado. Las horas de oscuridad, de candiles y cera, quedaban atrás. Cuando en 1879, Thomas Edison presentó la lámpara incandescente la sociedad ya se había preparado para los grandes avances que, uno tras otro, iban a llegar en aquellos años de finales del XIX y principios del siglo XX. (“La Revolución Industrial…”, 2021, s.p).
El desarrollo industrial se centró en Europa debido a que crearon una industria textil con la que
acumularon capital suficiente como para continuar con los estudios e innovaciones
tecnológicas, y, en segundo lugar, porque su imperio colonial otorgaba el material económico
y materias primas para afrontar las próximas innovaciones.
Los cambios que se produjeron en esos años, relacionados a la moda, comenzaron desde la
manera en cómo se vestían los individuos, lo cual se produjo debido a la industrialización de
las manufacturas textiles y el tratamiento de los tejidos. Pasa por el nacimiento y desarrollo de
la clase media, lo que llevó a que disminuyan las diferencias existentes entre la vestimenta de
la aristocracia y la del pueblo. Y posteriormente ocurrieron otros cambios notables, como el
que se dio a principios del siglo 19 cuando los ingleses llegaron a Francia, pues llevaron
consigo los catálogos, revistas de moda y un estilo de vestimenta distinto al que los franceses
acostumbraban.
Con los nuevos telares, se pudo acceder a una gran variedad de texturas, hilos y volúmenes.
Comenzó la fabricación masiva de vestidos, uno para cada ocasión, surge la máquina de coser
y con ella, el aumento notable de la producción, pues era una manera más rápida y económica
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de producir ropa. Sin embargo, no fueron las únicas innovaciones a favor de la industria textil,
a continuación, se mencionarán otras complementarias:
Para la industria textil se inventó la hiladora, la tejedora, la máquina de tricotar, la de coser; se crearon nuevas técnicas de estampación y se introdujeron nuevos productos para la tinción, como la anilina, que puso de moda los colores brillantes e intensos, conseguidos con este compuesto. Hechos como estos provocaron que la riqueza del vestido y del hogar se centrara en lo textil, tanto como elemento ornamental como por la calidad y tratamiento del propio tejido. (Lopez, s.f, s.p).
Como consecuencia de la revolución industrial y el incremento de fábricas, llega la necesidad
de disponer de mano de obra. Lo que causó que muchas personas dejaran las actividades que
desarrollaban en los campos y fueran a la ciudad en busca de cambios positivos en sus estilos
de vida, pues la vida laboral en los campos solía ser más exigente físicamente que las de las
ciudades y a pesar de ello, menos rentables.
La industria textil es el conjunto de actividades dedicadas a la fabricación y obtención de fibras,
tejidos, hilados, tintados, para llegar al acabado y confección de los productos. Originalmente
se utilizaba el término textil sólo cuando se referían a telas tejidas, pero con la evolución
industrial, se extiende incluso a telas que se producen por medios químicos, como lo son las
fibras semi sintéticas y fibras totalmente sintéticas, las cuales son producidas artificialmente
por el hombre. (Raffino, 2020).
En el siglo 17 en Inglaterra se comenzó a importar algodón desde la India para uso en la
industria textil, y en cierta instancia, esa importación no era suficiente para la elevada demanda
que presentaba, de ese modo inició la necesidad de un nuevo invento industrial para cubrirla.
A finales del siglo 18, hubo una gran creación de máquinas que presentaban vapor como
elemento motor y se fabricaron las primeras máquinas para tejer como el telar mecánico por
manos del inglés Edmund Cartwright.. Cada uno de estos inventos que influyeron en el rubro
textil, son la base de lo que para el año 2021 se conoce como una industria eficaz, veloz y
funcional. Un profesional del área textil comenta:
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Revolucionó radicalmente la industria textil, su sistema permitió que el trabajo de varios hombres lo hiciera solo uno. Y esto, claramente, no agradó a todo el mundo. Inicialmente sufrió el rechazo de los tejedores, incluso quemaron públicamente uno de sus telares. Pero su protesta no sirvió para nada, la revolución no se podía parar. (Chichizola, 2017, s.p)
Los resultados de los mencionados avances fueron positivos para el crecimiento de la
industria, no obstante, gran parte de los trabajadores al ser sustituidos por maquinaria,
manifestaron sus inquietudes, pero no fueron escuchados, ya que parecía ser que la
industrialización sería más productiva que la mano de obra de esas personas.
1.2.Historia de las fibras sintéticas
Las fibras sintéticas son un tipo de fibra textil que se obtiene de diferentes productos que
derivan del petróleo, es decir, este tipo de fibras son enteramente químicas porque la
composición de su materia prima, así como la producción de la hebra son una producción del
hombre y no proceden directamente del entorno natural como sucede con las fibras naturales
y/o artificiales.
Durante varios años, el uso de la fibra estaba limitado por las cualidades disponibles en el
mundo natural, por ejemplo, el algodón y el lino se arrugaban por el uso y cada lavado, la seda
resultaba delicada, la lana se encogía y era comida por las polillas. Luego, se desarrolló el
rayón y la química comenzó a emerger cada vez más.
El primer registro publicado de un intento de crear una fibra artificial se llevó a cabo en 1664.
El naturalista inglés Robert Hooke sugirió la posibilidad de producir una fibra que sería tan
buena, o mejor que la seda. Su objetivo seguiría siendo inalcanzable hasta más de dos siglos
después. (Valdez, 2014).
El primer registro publicado de un intento de crear una fibra artificial se llevó a cabo en 1664.
Posteriormente, el naturalista inglés Robert Hooke sugirió la posibilidad de producir una fibra
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similar a la seda, cuyo objetivo pudo ser logrado recién en 1855 cuando nació la primera
patente de seda artificial concedida en Inglaterra por el químico suizo Audemars. Él disolvió la
corteza fibrosa interior de un árbol de morera, modificándolo químicamente para producir
celulosa, formó hilos por inmersión de agujas en esta solución y atrayéndolos hacia afuera.
A principios de la década de 1880, Sir Joseph W. Swan, un químico inglés y electricista,
experimentó forzando un líquido similar a la solución de Audemars a través de orificios finos
en un baño de coagulación, sus fibras trabajaban como filamento de carbono y se le ocurrió
que su filamento se podría utilizar para hacer textiles. En 1885 expuso en Londres algunos
tejidos de punto de su nueva fibra hechos por su esposa, sin embargo, las lámparas eléctricas
seguían siendo su principal interés y tiempo después abandonó su trabajo en aplicaciones
textiles.
La primera producción a escala comercial de una fibra manufacturada fue lograda por el
químico francés conde Hilaire de Chardonnet. En 1889, sus tejidos de seda artificial causaron
sensación en la exposición de París. Dos años más tarde se construyó la primera planta de
rayón comercial en Besancon, Francia, y aseguró su fama como el padre de la industria del
rayón. Se realizaron varios intentos para producir seda artificial en los Estados Unidos en 1900,
pero al parecer no logró el éxito comercial hasta que la American Viscose Company (Sociedad
Americana de viscosa) comenzó su producción de rayón en 1910.
En septiembre de 1931, el químico estadounidense Wallace Carothers se informó sobre la
investigación llevada a cabo en los laboratorios químicos de la compañía multinacional DuPont
acerca de las moléculas llamadas polímeros, y tiempo después nació el nailon. La llegada del
nailon creó una revolución en la industria de la fibra, pues el rayón y el acetato habían derivado
de la celulosa de las plantas, pero el nailon fue sintetizado por completo de los productos
petroquímicos. Posteriormente DuPont comenzó la producción comercial de este en 1939 y ya
para el año siguiente tendría alta popularidad:
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Las primeras medias de nylon se introdujeron en el mercado en 1940 y fueron un inmediato éxito comercial. En EE.UU. una segunda planta de Du Pont comenzó a producir en 1941, una tercera en 1947, una cuarta en 1954, y una quinta en 1967 utiiizando un avanzado proceso de spinning (hilado). (“Nylon”, 2005, s.p).
Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial en diciembre de 1941 y la Junta de
producción de guerra asignó toda la producción de nailon para uso militar.
Durante la guerra, el nailon reemplazo a la seda asiática en paracaídas, encontró uso en
neumáticos, tiendas de cuerdas, ponchos y otros suministros militares. A continuación, se
destacan algunos porcentajes referentes al estado de las fibras para ese momento:
Al comienzo de la guerra, el algodón era el rey de las fibras, lo que representa más del 80% de todas las fibras utilizadas. Las fibras de lana y las manufacturadas compartían el restante 20%. Para el final de la guerra en agosto de 1945, el algodón se situó en el 75% del mercado de la fibra. Las fibras manufacturadas se habían elevado a 15%. (Martinez, 2014, s.p).
Después de la guerra, el nailon se adecuó a usos civiles y se convirtió en el must have del
momento para las mujeres, la producción de la mayoría de nailon se utilizó para calcetería y
en 1940 ya se utilizaba en las alfombras y la tapicería de automóviles. En la década de 1950,
se suma una nueva fibra llamada acrílico, y en 1952, el término wash and wear o en español
lavar y usar, fue inventado para describir una nueva mezcla de algodón y acrílico, y después
se aplicó a una amplia variedad de mezclas de fibras manufacturadas. Esta tendencia se
convirtió en moda y en estilo de vida para muchas personas, pues llegó a facilitar el día a día
de los usuarios ya que las telas no requerían de planchado. Y posteriormente, la mayoría de
las fibras sintéticas básicas del siglo 20 ya habrían sido descubiertas.
Gracias a la llegada de los textiles sintéticos, los consumidores de ropa de los años 1960 y
1970 aumentaron su consumo, y a partir de ese momento se crearon prendas con mayor
resistencia, colores, comodidad y hasta teñidos.
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1.3. Composición
Una fibra sintética se forma uniendo elementos químicos simples, llamados monómeros, para
conseguir nuevos cuerpos llamados polímeros. Las diferencias entre una fibra y otra se
presentan de acuerdo a los elementos químicos que utilizan, por la forma en que se unen los
elementos químicos para formar polímeros y de acuerdo al método de hilatura empleado. Se
han presentado casos en donde algunas fibras sintéticas cuentan con características en
común con las naturales, sin embargo, la química ha proporcionado a la industria textil nuevas
fibras, con características apropiadas a determinados usos y la demanda del mercado.
Cuando el hombre ha intentado imitar a la naturaleza para la creación de nuevos materiales
con la intención de sustituir las fibras naturales, ha debido examinar lo que él deseaba imitar
con medios de observación cada vez mayores, por ejemplo, en el examen de un tejido se
podría considerar: la contextura del tejido, la manera en que los hilos están ubicados y qué se
observa a simple vista o con ayuda de una lupa, la textura de los hilos, la morfología de las
fibras, que implica ya el empleo de una lupa o un microscopio y la estructura de la fibrilla, para
la que el microscopio electrónico es apenas suficiente para la observación directa. Este es un
punto de transición donde se hace necesario buscar medios de observación indirecta. Y
finalmente, la composición química, que es el último estado de la estructura, donde se ve cómo
los átomos constituyen la macromolécula.
Para ser utilizada una fibra como textil, debe reunir distintas condiciones estructurales y una
serie de cualidades como finura, longitud, carácter, color, brillo, elasticidad, resistencia,
elongación en las fibras naturales, afinidad tintórea, y resistencia al calor, a la luz, a los álcalis
y solventes, a la acción de agentes atmosféricos, a los reactivos químicos y a las bacterias.
Por la composición química que presentan las fibras sintéticas cuentan con características
como sensibilidad al calor en distintos grados, son resistentes a otros agentes químicos, lo que
es muy apropiado para vestido de laboratorios, la fibra se pigmenta o tiñe en el proceso de
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fabricación y presenta excelente estabilidad, algunas presentan frisado cuando la fibra es
corta, sus muchos extremos que salen de la superficie de la tela se deterioran fácilmente con
el roce, se enrollan entre sí y se aglomeran formando pilling.
La naturaleza de las fibras y su disposición confieren al artículo acabado cierto número de
propiedades útiles o indispensables según el uso al cual se destine el artículo. Algunas de
estas propiedades son generales y se encuentran en todos los tipos de fibras, con casi igual
intensidad. Tales como las propiedades mecánicas, como la resistencia a la tracción, la
elasticidad, la resistencia a la torsión, a la flexión, etcétera. La hidrofilidad o absorción de las
telas, por ejemplo, es una cualidad buscada en el caso de paños de cocina, pero evitada en
los impermeables. Para un tejido especialmente destinado al vestir, se distinguen, en general,
dos clases de propiedades, que son las objetivas y las subjetivas, en donde las objetivas son
sus cualidades ciertamente establecidas y las subjetivas son en las que interviene el gusto y
la opinión del observador, como por ejemplo la caída, el tacto, el brillo y la calidad.
Las fibras textiles se pueden utilizar para la fabricación de textiles tejidos y no tejidos. Cuando
se habla de textiles tejidos se hace referencia a aquellos que son realizados a partir de un hilo
continuo en el cual intervienen trama y urdimbre. La urdimbre son los hilos que van en sentido
de la altura y la trama son hilos que se entrecruzan con la urdimbre en sentido de la anchura.
Por otro lado, los textiles no tejidos son materiales formados a partir de una serie de fibras
unidas por procedimientos mecánicos, térmicos o químicos. Usualmente se utilizan fibras
colocadas en capas, cruzadas, unidas de manera mecánica con agujas, adhesivos o mediante
el proceso de calor.
En el sentido general, los no tejidos se refieren a textiles fabricados por tecnologías no
convencionales. Están hechos de redes de fibra que se unen entre sí como resultado de la
fricción inherente de fibra a fibra, el tratamiento mecánico, el calor o los métodos químicos.
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La industria de no tejidos fue creciendo y basándose en la automatización, reduciendo la mano
de obra a bajo costo. La conversión automatizada ha sido una parte importante de la cadena
de suministro de no tejidos durante varios años. La alta velocidad, los grandes volúmenes y el
bajo costo unitario de producción requieren de una automatización total. Con respecto a los
tipos de fibras sintéticas están el poliéster; el elastano, mejor conocido como lycra o spandex;
las acrílicas y la poliamida, también conocida como nailon. Estos materiales suelen presentar
características de durabilidad y precios accesibles.
El poliéster es un tipo de resina plástica que se obtiene del petróleo a través de una sucesión
de procesos químicos, y aunque existen diversas variantes del mismo, la más conocida es la
termoplástica llamada PET, formada con etilenglicol y tereftalato de dimetilo. El poliéster se
utiliza mucho en prendas deportivas, ya que resultan ideales para la práctica de
muchas modalidades diferentes, por su tacto en la piel, el comportamiento del tejido en pleno
esfuerzo, por las posibilidades que ofrece a la hora de personalizar la tela a través del
sublimado, por su peso y su resistencia a condiciones de mucho calor, y no solo es empleada
en el rubro textil, sino que también en productos como tazas, bolsas, vasos, etcétera. La revista
digital ELLE publicó un artículo donde compara el uso de materiales sintéticos en prendas de
vestir con otros objetos cotidianos:
Cuando en la etiqueta de tu sudadera, jersey o camiseta veas este término, es que llevas puesto encima el mismo material que se utiliza, por ejemplo, en la fabricación de botellas de plástico, pinturas o tuberías anticorrosivas, sólo que en forma de fibra textil. Es un material muy resistente a la humedad. (Del Rio, 2016, p.1).
Por otra parte, el elastano es una fibra conocida por su gran elasticidad y resistencia.
Científicamente se le conoce por ser un copolímero uretano-urea formado en un 95%
por poliuretanos segmentados, que sería spandex; a base de un éter polibutenico, es decir, un
polímero amorfo. Las fibras de elastano son vulnerables al daño de una variedad de fuentes,
incluyendo calor, la luz, contaminantes atmosféricos y cloro, razón por la que se añaden
20
estabilizantes para proteger las fibras. Los antioxidantes son un tipo de estabilizador. La lycra
se utiliza para la confección de prendas de vestir en las que se busca elasticidad, y de esa
manera generar ajuste corporal y comodidad, un ejemplo de ello es la ropa deportiva, los
cinturones, cintas, traje de baño, pantalones cortos de ciclista, calcetería, artículos
ortopédicos, pantalones, minifaldas, ropa interior, entre otros. Para la ropa, el spandex
generalmente se mezcla con algodón o poliéster, y representa un pequeño porcentaje de la
tela final, por lo tanto, el tejido final conserva la mayor parte de la apariencia de las otras fibras.
Con respecto a las fibras acrílicas, estas son las más semejantes a la lana, pero con un cuidado
más simple. Se compone de acrilonitrilo y un comonómero, el comonómero se añade para
mejorar la capacidad de teñido y la procesabilidad textil de la fibra acrílica. Su apariencia es
suave y cálida, no son alérgicas, no acumulan humedad, son resistentes a las arrugas,
mantienen bien su forma y presentan practicidad en el lavado.
La poliamida o nailon, es una fibra química textil sintética, obtenida a partir de derivados de
productos petrolíferos y aceites que generan un monofilamento continuo, resistente y ligero
con el que se fabrican tejidos. El nailon fue descubierto por casualidad en 1993, mientras
Wallace Carothers realizaba un programa de investigación diseñado para ampliar el
conocimiento básico de la forma en que las moléculas pequeñas se unen para formar otras
más grandes llamadas polímeros. A continuación, se adjunta un fragmento expuesto es la
revista digital ELLE sobre estas fibras:
Algo tendrá esta fibra textil que no es de las favoritas de las polillas y tiene otro punto a favor: no necesita plancharse. Se prepara a partir de la disolución de amina y cloruro de diácido y entre sus usos, además de lo textil, el nailon también se utiliza para hacer peines, material de pesca, tornillos y hasta cuerdas de guitarra. Gracias a su proceso de fabricación en el que se texturiza e hila en frío, las fibras llegan a alcanzar hasta cuatro veces su longitud original. Si queda expuesto a la intemperie, el nailon pierde color y se vuelve frágil. (Del Rio, 2016, p.1).
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Muchas de las prendas de vestir que visten las personas en el día a día son elaboradas con
fibras sintéticas, materiales que se pueden encontrar en distintos envoltorios o productos del
mercado en general, pero al tratarse de indumento, su proceso de fabricación es distinto, por
ende, la suavidad o textura del mismo es diferente.
1.4. Rol de las fibras sintéticas en la industria textil y el medio ambiente
Al transcurrir del tiempo, las fibras textiles han sido modificadas para ofrecer mayor comodidad,
resistencia, reducir la suciedad, lograr una mayor blancura, opacidad especial o brillo,
capacidad de teñido más fácil y mejores cualidades de mezcla. Nuevas formas de fibra y
espesores se introdujeron para satisfacer necesidades especiales y sólo se ha podido lograr
con las sintéticas.
Para el año 2021, las fibras manufacturadas tienen su lugar en el mercado, cuentan con una
oferta y demanda que parece crecer cada vez un poco más al transcurrir de los años. Variantes
de nailon, poliéster y olefina se utilizan para producir alfombras que pueden ser fácilmente
lavadas; Spandex, poliésteres y seda lavables a máquina ocupan lugares importantes en el
mercado de prendas debido a la practicidad, accesibilidad y funcionalidad, pues son materiales
de fácil cuidado, duraderos y económicamente accesibles, cualidades que responden a ciertas
necesidades humanas.
Para usos industriales, las fibras manufacturadas reemplazan a las fibras naturales, desde los
pañales absorbentes hasta los materiales de armado de trajes espaciales, pues la industria
proveyó la fibra para uso de la ropa de los astronautas a los conos de ojiva de la nave espacial.
El 20 de Julio de 1969, Neil Amstrong viajó a la luna con un traje espacial lunar que incluía
varias capas de tela de nailon y aramida, y la bandera que plantó estaba hecha de nailon, por
ejemplo.
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El auge del poliéster ha contribuido a que la venta de indumentaria haya aumentado
velozmente entre los años 2000 y 2015, es decir, la producción de ropa se multiplicó a tal grado
y a tan accesible precio, que más personas se sumaron al consumo de ellas, en relación a
tiempos anteriores. Sin embargo, esa alta oferta y demanda, es el resultado de la suma de los
atributos que trae consigo la indumentaria con poliéster, pues presenta características que se
adecuan al estilo de vida de la sociedad actual, como su alta comodidad, practicidad,
resistencia, durabilidad, no requiere de planchado, entre otras cualidades que facilitan el día a
día de los usuarios. A continuación, se muestran algunos valores sobre la demanda del
poliéster:
En 1980, la demanda de poliéster en el mundo fue de solo 5.2 millones de toneladas, pero para el año 2000 ya había alcanzado la cifra de 19.2 millones de toneladas. Para el 2014, la demanda se calcula en 46.1 millones de toneladas. Mirando al periodo de 1980 a 2014, la demanda crecimiento total de la fibra ha sido de 55.7 millones de toneladas. (“Fibras manufacturadas continúan su crecimiento”, 2015, s.p).
El panorama del mercado mundial con respecto a la producción y comercialización de la fibra
natural del algodón ha provocado que la industria textil se incline cada vez más hacia las fibras
sintéticas. Esto tiene mucho que ver con los costos, ya que el algodón al enfrentarse a tan
importante competidor como lo son las fibras realizadas por el hombre, tiende a mantener o
hasta a reducir los precios de dicha materia prima, es por ello que la siembra del algodón
resulta cada vez menos interesante para los productores del mundo en general, y terminan
optando por siembras de otras materias primas más rentables. Otra de las razones que le
acompaña son las ventajas que las fibras manufacturadas traen consigo, las cuales han sido
mencionadas anteriormente. En un estudio comparativo entre las fibras sintéticas, el algodón
y la lana para el año 2013, se expusieron los siguientes números:
En Information on man-made fibres, estudio publicado por la patronal europea del sector European Man-made Fibres Association (Cirfs), se afirma que en el año 2013 las fibras sintéticas ganaban ampliamente en el mercado de la industria textil a las
23
fibras naturales. Mientras las fibras sintéticas conformaban el 70% del mercado, el algodón rondaba el 29% y la lana sólo el 1%. (Farias, 2015, s.p).
Las telas sintéticas, aunque presenten beneficios, también cuentan con una carga de efectos
contaminantes en el medio ambiente. Científicos de la Universidad de Pensilvania, en Estados
Unidos, alertan de una contaminación plástica invisible en el planeta, a causa de fibras
sintéticas en prendas de vestir. Estos materiales, durante la producción, el procesamiento y el
uso posterior, se desglosan y liberan microfibras que se depositan en el agua y el aire.
En los últimos años, a partir de la década del 2010, grupos de personas han fijado interés en
el ambiente y los efectos que la industria textil puede causarle al mismo. Por lo que se comenzó
a difundir cada vez más el tema y más personas se fueron sumando al movimiento ecofriendly,
el cual opta por un consumo responsable, menos dañino para el planeta. Debido a esa
necesidad que se presentó en ciertos grupos, fue cuando algunas compañías comenzaron a
integrar los principios de sustentabilidad a sus estrategias de negocios. Algunas de las
primeras marcas interesadas en el cambio fueron: H&M, Boss, Adidas, Burberry y Puma.
En el año 2011 H&M introdujo por primera vez, la etiqueta verde en varias de sus prendas, y
los artículos que la llevaban, eran los sostenibles. Esos productos son los fabricados a partir
de materiales que tienen un impacto mínimo en el medio ambiente, por ejemplo, con poliéster
reciclado. Por otro lado, también se encuentra el algodón orgánico es un ejemplo de materias
primas sostenibles y H&M lo emplea en sus colecciones desde 1993 y su uso aumenta cada
año:
El algodón orgánico certificado es la fibra de algodón que ha sido cultivada sin pesticidas y sin fertilizantes, a través de un proceso que preserva la biodiversidad, los ciclos biológicos y el bienestar del suelo. Los principales productores mundiales de algodón orgánico son India, China y Turquía. (Farias, 2018, s,p).
En el caso de la marca alemana Boss, ha sustituido los materiales con los que fabrican sus
trajes, los cuales antes eran materiales derivados de animales, tales como lana o crín, y ahora
24
los han sustituido por tela hecha 100% de lino que provienen de cultivos europeos orgánicos,
así como otros materiales ajenos a los animales.
Desde el año 2014 se celebra anualmente en el mes de abril la Semana de la Revolución de
la Moda, que se implementó a raíz del desplome del edificio Rana Plaza en Bangladesh el 24
de abril de 2013:
En abril de 2021 se cumplieron ocho años desde el colapso del edificio Rana Plaza, un complejo de nueve plantas con varios talleres textiles de Dacca, la capital de Bangladés. Esta es la peor tragedia en el sector que se recuerda, en la que murieron 1.134 personas. La mayoría de ellas habían dejado atrás la pobreza en las zonas rurales del país tras haber sido empleadas por subcontratas para trabajar para grandes marcas de moda. (Salvá, 2021, s.p).
La Revolución de la Moda o Fashion Revolution, es la organización que se encarga de planear
esta conmemoración, se ha convertido en el movimiento activista de la moda más grande del
mundo y pretende crear una industria que valore la vida de las personas y el medio ambiente
por encima del crecimiento y las ganancias.
Dicha organización publica anualmente el Índice de Transparencia de la Moda, en el que
estudian a varias marcas de la industria textil mundial y analizan cinco aspectos que van desde
sus políticas y compromisos, su gobernanza, la trazabilidad de materiales o el impacto que
tienen sobre el planeta.
El Índice de Transparencia de la Moda 2020, ha nombrado a H&M como la marca de mayor
puntuación, debido a que publica información detallada sobre su cadena de suministro y el
enfoque de una serie de cuestiones sociales y ambientales. (“Grupo H&M lidera…”, 2020).
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Capítulo 2. Contaminación y consecuencias
En el presente capítulo se estudiará la contaminación ambiental, los tipos de contaminantes y
la intervención del plástico en el medio ambiente. Se hará foco en los microplásticos, en cómo
se generan, en sus características y cómo estos pueden llegar a la fauna acuática y otros
animales que rondan los ríos y océanos. También se mencionarán los daños que el plástico
genera en los animales y seres humanos.
2.1. Contaminación ambiental
La contaminación ambiental se basa en la incorporación de agentes nocivos en cualquier
estado y de origen tanto biológico, como físico y químico, peligrosos para la salud de los seres
humanos, animales y plantas.
Existen dos tipos de fuentes emisoras, en función de su origen, la primera es la natural, que
se generan sin intervención de la mano humana, como los incendios forestales, las erupciones
volcánicas, los tsunamis, terremotos, entre otros; y la segunda es la contaminación de origen
antropogénico, que se produce como consecuencia de las acciones humanas, de las cuales
las principales se producen por vía industrial, comercial, de transporte y domésticas. Con la
llegada de la Revolución Industrial y el constante crecimiento demográfico, se han presentado
mayor número de impactos negativos, que atentan contra el equilibrio biológico en el planeta
y la atmósfera que lo rodea. Por otro lado, existen tres tipos de contaminación ambiental en
función del medio afectado: la del aire, el suelo y el agua.
Se determina que hay contaminación en el aire cuando se incorporan a la atmosfera gases
tóxicos y elementos que transforman la composición natural del aire y destruyen la capa de
ozono que protegen a los seres vivos de las radiaciones ultravioletas procedentes del sol,
aumentando los riesgos de contraer enfermedades de la piel, y la temperatura media del
planeta por la incidencia más directa del sol sobre la tierra. El Instituto de Salud Global de
26
Barcelona dice que “La contaminación atmosférica es, a nivel global y también a nivel local, el
tóxico ambiental más importante. De hecho, se encuentra entre los primeros factores de riesgo
para la salud, con un impacto cercano al del tabaco” (Is Global, s.f, s.p). Esto significa que,
mientras menor sea la contaminación atmosférica, menor serán los números de enfermedades
cardiovasculares y respiratorias:
La contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental para la salud. Mediante la disminución de los niveles de contaminación del aire los países pueden reducir la carga de morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma. (“Contaminación del aire”, s.f, s.p).
El transporte vehicular es la principal fuente de contaminación del aire en las ciudades, pues
además de la combustión, el desgaste de las ruedas y los frenos también contribuyen a
aumentar el nivel de partículas. Por lo general, estas partículas son invisibles a los ojos
humanos, pero la contaminación del aire procedente del tráfico, es la causa de algunas de las
enfermedades más comunes como cáncer de pulmón, derrame cerebral, enfermedades
respiratorias, entre otros.
El término contaminación del suelo hace referencia a la presencia de químicos o sustancias
fuera de sitio y en concentraciones elevadas, que tienen efectos adversos sobre cualquier
organismo al que no están destinados, en este caso los suelos. El suelo es un recurso finito,
lo que significa que su pérdida y degradación no es recuperable en el transcurso de una vida
humana. La contaminación del suelo provoca una reacción en cadena, pues altera la
biodiversidad del suelo, reduciendo la materia orgánica que contiene y su capacidad para
actuar como filtro. También se contamina el agua almacenada en el suelo y el agua
subterránea, provocando un desequilibrio de sus nutrientes. Entre los contaminantes del suelo
más comunes se encuentran los metales pesados, los contaminantes orgánicos persistentes
y los contaminantes emergentes, como los productos farmacéuticos y los destinados al
cuidado personal. Mediante la incorporación de sustancias y materias extrañas provenientes
27
de basuras domésticas, residuos tóxicos industriales, pesticidas, restos o envases plásticos,
escombros, y otra serie de elementos contaminantes, se va trastornando el medio en el que
conviven las plantas, animales y personas. Esta contaminación no sólo afecta la tierra, sino
que también al aire gracias a su emisión de gases constante, además puede generar la pérdida
parcial o total de la productividad del suelo y afectar directamente la agricultura.
Con respecto a la calidad del agua superficial o subterránea, ella dependerá tanto de factores
naturales como de la acción humana. El agua puede verse afectada por la deforestación, los
pesticidas que se filtran a través canales subterráneos, accidentales derrames petroleros, por
las aguas fecales, microorganismos y sobre todo por el vertido de desechos industriales. La
contaminación industrial afecta al aire, el agua y los suelos. Algunas de las principales causas
son la utilización de fertilizantes y pesticidas de manera desaforada, el manejo inadecuado de
basura o residuos orgánicos e inorgánicos, como desechos de fábricas, cadenas
gastronómicas, mercados, hospitales, residencias, etcétera. Sin embargo, también influyen
otros factores:
Los servicios de agua y saneamiento insuficientes o gestionados de forma inapropiada exponen a la población a riesgos prevenibles para su salud: enfermedades como el cólera, diarreas, disentería, hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis. Esto es especialmente cierto en el caso de los centros hospitalarios en los que tanto los pacientes como los profesionales quedan expuestos a mayores riesgos de infección y enfermedad cuando no existen servicios de suministro de agua, saneamiento e higiene. (Vazquez, 2017, s.p).
Además de los principales contaminantes como el del aire, los suelos y las aguas, se tiene la
contaminación sonora, la cual es ocasionada por el tráfico, las obras en construcción, las
personas, etcétera, y se piensa que simplemente es una molestia, que no se relaciona
directamente con la salud de los humanos, Sin embargo, el ruido afecta a la salud hasta tal
punto que la Organización Mundial de la Salud clasifica el procedente del tráfico como el
segundo factor medioambiental más perjudicial en Europa, detrás sólo de la contaminación del
aire. Este contaminante podría estar también asociado a enfermedades del corazón,
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hipertensión, alteración de la conducta, bajo rendimiento, trastorno del sueño, molestias y
estrés.
2.2. Microplásticos
Los microplásticos son partículas que miden no más de 5 milímetros de diámetro, que
presentan poca capacidad de degradación y hay distintas clases, sin embargo, el mercado
está dominado por cuatro tipos principales: polietileno, el cual se encuentra en las bolsas de
plástico, las botellas o las micro esferas de las que están hechos los cosméticos; el poliéster,
con el que se hacen las prendas de vestir; el polipropileno, el material del que están hechos
los electrodomésticos, los muebles de jardín o los componentes de vehículos; y el cloruro de
polivinilo, que se puede ver en las tuberías, ventanas, etcétera.
La producción de plástico es acelerada, comenzando por productos básicos como vasos,
bolsas, cubiertos o cepillos de dientes, hasta en la producción de objetos vanguardistas
impresos con tecnología 3d, como por dar un ejemplo basado en las tendencias de la
actualidad. Sin embargo, la principal desventaja de la producción masiva de productos
plásticos, es el destino que pueden llegar a tener, pues cuando finaliza su ciclo de vida por
falta de funcionalidad, porque el usuario ya no lo quiere poseer u otras razones, este es
desechado a la basura y puede llegar a vertederos, ser incinerado, reciclado, o también existe
una amplia posibilidad de que los desechos lleguen al mar debido a la acción de las tormentas,
el viento, la lluvia o porque no se han desechado correctamente. De la misma manera pueden
llegar a ríos u otras vías fluviales y hasta en el sistema de alcantarillado de zonas urbanas.
Según estudios de Greenpeace, el 12% de residuos plásticos se ha incinerado, el 79% ha
terminado en vertederos o en el ambiente y el 9% se ha logrado reciclar.
La industria textil es una de las más contaminantes mundialmente, según la ONU, produce el
10% de las emisiones de carbono en el mundo y el 20% de las aguas residuales, lo que sería
29
más que la unión de todos los vuelos internacionales y los barcos de carga, y, aunque algunas
empresas han adoptado medidas para reducir los daños, siguen generando fuertes impactos
en ríos, océanos y el medio ambiente en general.
El medio ambiente no sólo se ve afectado por el rubro textil en su proceso de fabricación de
telas y prendas de vestir, sino que también es afectado por hechos cotidianos ejecutados por
cada usuario o consumidor de ropa compuesta con poliéster, nailon, acrílico, y otras fibras
utilizadas en la composición de tejidos sintéticos.
Gran porcentaje del indumento que visten las personas en el día a día, son realizados con las
fibras mencionadas previamente, las cuales contribuyen a la contaminación plástica del
océano de una manera sutil pero generalizada, pues estas de alguna u otra manera se filtran
en el medio ambiente en versiones de microplásticos con sólo lavarlas.
Hay dos tipos de fuentes de microplásticos: las primarias y las secundarias. Las fuentes
primarias son aquellas en las cuales los microplásticos se fabrican en tamaño micro, pueden
ser partículas que actúan como material básico para la producción de plásticos por parte de la
industria, fibras sintéticas de prendas de vestir desgastadas por la lavadora, los micro gránulos
que se encuentran en muchos productos cosméticos como exfoliantes faciales, en productos
de limpieza domésticos, etcétera. Aunque muchos de estos microplásticos son procesados en
los tratamientos de aguas residuales, no todos son eliminados por su tamaño microscópico,
de manera que llegan a cursos de agua y océanos.
Por otro lado, las fuentes secundarias se originan en la degradación de residuos plásticos más
grandes, como bolsas de transporte, embalajes de productos, equipos de pesca y más.
Los plásticos no sólo contaminan las costas, sino que también afecta a toda la fauna marina.
Los animales se enredan en ellos y confunden los fragmentos más pequeños con comida, lo
que puede provocar su intoxicación y acabar con su vida:
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Los experimentos muestran que los microplásticos causan daños a la fauna acuática, así como a tortugas y aves: causan obstrucciones intestinales y merman sus ganas de comer, lo cual recorta su crecimiento y rendimiento reproductivo. Con el estómago lleno de plástico, algunas especies dejan de alimentarse y mueren. (Royte, 2019, s.p)
Una vez los objetos de plástico llegan al medio marino, demoran décadas y hasta cientos de
años en degradarse. Cuyo tiempo dependerá del tipo de plástico y de las condiciones
ambientales a las que se expone, es decir, a su contacto con la luz solar, oxígeno y agentes
mecánicos. En el océano, la radiación UV generada por la luz solar mezclada con la acción
del oleaje, ayudan a una degradación más acelerada y es entonces cuando el objeto se irá
fragmentando y a su vez, generando microplásticos. Sin embargo, no quiere decir que se
degradará rápida y eficazmente.
Cuando el plástico no logra permanecer en la superficie, sino que directamente se sumerge
y/o entierra, su proceso de desintegración será más lento ya que rápidamente quedará cubierto
de materia orgánica e/o inorgánica y eso causará que quede menos expuesto a la luz solar y
el oxígeno. Durante todo el tiempo que esos plásticos demoran en degradar, van causando
daños a la fauna marina. Cada año son más las aves y mamíferos que se ven afectados y
hasta muertos a causa de este contaminante.
Los microplásticos contienen mezclas de productos químicos añadidos durante la fabricación
y pueden filtrarse en el ambiente. También absorben eficazmente sustancias persistentes,
bioacumulables y tóxicas presentes en el medio marino. Y, además, son un sustrato sobre el
que viven organismos marinos como invertebrados, microalgas, bacterias, hongos o virus,
fenómeno conocido como bioincrustación, algunos de los cuales representan patógenos
importantes. En el mar, la velocidad en la que se da ese fenómeno es rápida, pues en tan sólo
unos días aparecen diferentes incrustaciones recubriendo la superficie de un sustrato que
inicialmente se había sumergido impoluto.
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2.3. Animales y océanos
Según Greenpeace, cada año cien mil mamíferos marinos y un millón de aves marinas mueren
por la ingesta de plástico, otros mueren por enredos, asfixia, estrangulación o desnutrición en
consecuencia a estos desechos. Algunos peces, como las anchoas, ingieren plásticos porque
le huelen a comida en cuanto se cubren de algas, por ejemplo. (2019).
Algunos investigadores publicados en Greenpeace afirmaron que animales de alrededor 700
especies marinas han ingerido plástico o se han visto atrapados en él, y coinciden que las más
comunes son las tortugas, las aves, ballenas, delfines y lobos marinos.
Los desechos sólidos, productos químicos y contaminantes de las actividades humanas llegan
al mar provocando lesiones, enfermedades e incluso la muerte de tortugas marinas. Muchos
de esos químicos se acumulan en los tejidos de las tortugas, lo cual afecta a su locomoción,
su funcionamiento cerebral e incluso su reproducción. Las fuentes de contaminación van
desde las aguas residuales, pasando por los escapes de fertilizantes que llegan al mar desde
las granjas a través de los ríos, hasta las redes de pesca perdidas por los pescadores.
Las tortugas marinas se cuentan entre las especies más afectadas por la contaminación por
plástico. Es común que estos animales confundan una red de pesca o un objeto flotante con
una posible presa, así que acaban ingiriendo restos de basura que resulta letal. En algunos
casos los daños son invisibles, como en el caso de los microplásticos, que afecta desde el
zooplancton hasta los eslabones más altos de la cadena alimentaria. En otros casos, sus
efectos son apreciables a simple vista.
La comida predilecta de las tortugas son las medusas, es por ello que erróneamente han
llegado a ingerir bolsas de plástico que flotan constantemente en los océanos, lo que se
convierte en algo grave ya que la tortuga puede sufrir un bloqueo en su intestino que resultará
en desnutrición, reducción de tasas de crecimiento o la muerte.
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Los patos marinos, buzos, pingüinos, albatros, petreles, pelícanos, gaviotas, golondrinas de
mar están entre las especies con más riesgo. La ingesta de plástico puede matarlos o causar
lesiones graves, y las acumulaciones de plástico pueden bloquear o dañar el tracto digestivo
o dar al animal una falsa sensación de saciedad, lo que lleva a la desnutrición y la inanición.
Las aves marinas son altamente propensas al consumo de plástico, por ello se han realizado
estudios desde décadas pasadas para comparar los porcentajes al trascurrir del tiempo:
Desde hace décadas, los científicos han seguido el rastro de la ingestión de plástico en las poblaciones de aves marinas. En 1960, menos de 5 por ciento de los animales tenía el material en sus estómagos, pero para 1980, la cifra escaló a 80 por ciento. (“Casi todas las aves marinas (…)”, s.f, s.p).
La ONU Medio Ambiente alertó que la contaminación plástica representa una amenaza para
las aves, pues además de enredarse en escombros plásticos, también suelen ingerirlo y
utilizarlo como material para hacer sus nidos al confundirlo con hojas, ramas y otros artículos
naturales, lo que hiere y atrapa a sus crías.
Por otro lado, según un informe de Greenpeace Colombia, alrededor de la mitad de las
especies de ballenas y delfines han ingerido plástico. Dicha investigación cuenta que los
atrapamientos o enredos en basuras marinas suponen una de las causas principales de
muerte de las ballenas del ártico.
Los plásticos cuentan con una serie de aditivos en su composición que son dañinos para la
salud se los seres vivos, dos de estos compuestos son los organofosforados tributilfosfato y
triisopropilfenilfosfato que se utilizan como retardantes de llama y de ese modo evitar que el
plástico arda y cuente con la capacidad de prevenir incendios. Este par de agentes tóxicos se
ha encontrado en los cerebros de todos los delfines analizados en el Mar de Alborán, causando
daños neuronales en estos mamíferos. Este análisis fue realizado en el año 2019 por
científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, liderado por la bióloga
barcelonesa Eljarrat.
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Respecto a los lobos marinos, un equipo de científicos del Laboratorio de Mamíferos Marinos
del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y del Departamento de
Biología Ambiental de la Universidad de Siena, Italia, investigaron sobre los efectos de la
contaminación en 84 lobos marinos de la lobería del puerto de Mar del Plata en la década de
los 90. Cuya investigación dio como resultado, que estos animales están agredidos por
elementos como el petróleo y metales pesados, los cuales les genera alteraciones en el ADN,
es decir, a toda la estructura que contiene su información genética.
Entre las consecuencias, se hallaron alteraciones e infecciones de piel, conjuntivitis, rinitis y
manchones de alopecia, y, según explica la Doctora Junínel, el daño genético hallado en estos
lobos podría transmitirse a sus descendientes, con posibilidad de todo tipo de mutaciones. Al
mismo tiempo, otros estudios realizados por Lorenzani, titular de la Fundación Fauna
Argentina, junto con sus hijos, revelaron que muchos lobos marinos se encontraban
accidentalmente, atrapados y apretados sobre todo en zona del cuello, con plásticos, gomas,
alambres y otros materiales que van a parar al agua como producto de la contaminación en la
cuidad y las tareas de pesca.
En el año 2018, Lorenzani comentaba que en la década de los 80, cuando comenzaron, debían
liberar a dos de cada tres lobos que tenían suncho, y ahora en promedio por año encuentran
entre 30 y 40 casos. Tal tema es preocupante ya que les puede generar heridas cortantes en
la piel y luego se va involucrando en la zona muscular, esas heridas pueden llegar a ser de 6
o 7 centímetros de profundidad. Este hecho sucede ya que el animal permanece durante
mucho tiempo con ese objeto, suncho o collar plástico sobre su cuello y a medida que crece,
el suncho va apretando más la zona, bloqueando el flujo de aire y sangre llegando a ocasionar
la muerte. Y lo que resulta más lamentable, es que el animal muere y el plástico queda ileso y
en disposición para repetir la escena una y otra vez. Esto sucede muy seguido con focas y
lobos marinos.
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2.4. Salud humana
Los microplásticos se han encontrado en diversos alimentos consumidos por seres humanos,
sin embargo, la mayoría de los estudios científicos existentes tratan de su presencia en
mariscos, convirtiéndolos en la fuente de microplásticos a los cuales se expone el ser humano.
A pesar de que los filetes de pescado y los peces grandes son dos de los productos más
consumidos de la pesca, estos no constituyen las fuentes más probables o significativas de
microplásticos porque no se suelen consumir los intestinos de los mismos, que es donde se
encuentra la mayoría de los microplásticos. Sin embargo, las pequeñas especies de peces,
los crustáceos y los moluscos que se consumen enteros, sin eliminar los intestinos,
representan la principal fuente de preocupación con respecto a la exposición a microplásticos
a través del consumo de productos pesqueros y acuícolas.
La salud humana se ve afectada por el plástico en cada etapa del ciclo de vida, desde la boca
de pozo hasta la refinería, desde los estantes de las tiendas hasta el cuerpo humano, y desde
la gestión de residuos hasta los impactos continuos de la contaminación del aire, el agua, y el
suelo. El plástico impone riesgos específicos debido a la exposición a una gran variedad de
sustancias químicas tóxicas y microplásticos mediante la inhalación, ingestión, y contacto
directo con la piel, a lo largo del ciclo de vida del plástico.
En el proceso de transformación de combustibles fósiles en resinas plásticas y aditivos, se
emiten al aire agentes cancerígenos al igual que otras sustancias altamente tóxicas. La
exposición humana a estas sustancias incluye deterioro del sistema nervioso, problemas
reproductivos y para el desarrollo, cáncer, leucemia e impactos genéticos tales como bajo peso
al nacer. La ingesta o inhalación de grandes cantidades de microplásticos y de sustancias
tóxicas son cancerígenos y trastornan el sistema endocrino. En todas las tecnologías para la
gestión de residuos, se emiten al aire, agua, y suelos metales tóxicos tales como el plomo y el
mercurio, sustancias orgánicas, gases ácidos, y otras sustancias tóxicas. Todos estos tipos de
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tecnologías exponen directa e indirectamente al personal y comunidades cercanas a
sustancias tóxicas, a través de la inhalación de aire contaminado, contacto directo con suelo
o aguas contaminadas e ingestión de alimentos cultivados en un ambiente contaminado con
estas sustancias, ya que se les adhiere a sus tejidos.
Los microplásticos que entran al cuerpo humano de forma directa pueden causar una variedad
de impactos a la salud, incluyendo inflamación, genotoxicidad, estrés oxidativo, apoptosis y
necrosis, las cuales se vinculan a una variedad de problemas para la salud incluyendo cáncer,
enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes, artritis reumatoide, inflamación crónica,
accidentes cerebrovasculares, trastornos del sistema autoinmune, y enfermedades
cardiovasculares y neurodegenerativas.
Un estudio elaborado por el Grupo de Investigación en Epidemiología Clínica y Molecular del
Cáncer del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médica (IMIM) para la campaña Salut
de Plàstic, la cual constaba de la toma de pruebas de orina de veinte personas, para
estudiarlas y verificar la presencia de sustancias relacionadas con el plástico; demostró a
través de los análisis, que los residuos plásticos están entrando de manera significativa en el
cuerpo humano. Esta indagación ha detectado la presencia de un total de 20 sustancias
relacionadas con el plástico procedentes de la exposición que sufre el organismo a todas ellas.
Se tomaron muestras de orina de 27 compuestos, 15 metabolitos de ftalatos y 12 fenoles. En
todos los participantes en el estudio se detectaron los 15 ftalatos y cinco de los 12
fenoles analizados fueron detectados en todos los participantes. El número total de
compuestos detectados por persona ha oscilado entre un mínimo de 20 y un máximo de 23,
de los 27 que han sido analizados.
Los ftalatos son sustancias químicas artificiales empleadas como plastificante y fijador. Suelen
utilizarse para incrementar la flexibilidad y elasticidad de los plásticos o bien para fijar
fragancias en perfumes, ambientadores, etcétera. Se pueden apreciar en la vida cotidiana, en
36
envases de plástico para alimentos, juguetes infantiles, papeles pintados o con tintas de
impresión. Por otra parte, los fenoles se utilizan para dar forma y resistencia a los plásticos, y
se encuentran comúnmente en envases alimentarios, como botellas de plástico, fiambreras,
resinas que protegen algunas latas de conservas, cosméticos, detergentes, productos de
limpieza, entre otros.
A pesar de ser un estudio sin repercusión científica, las conclusiones dan una idea de la
exposición humana a los residuos plásticos:
Según sus promotores, la finalidad es dar a conocer la dimensión de esta problemática, alentar a la población a cambiar hábitos de consumo y pedir a las administraciones públicas una regulación más estricta en cuanto a envasado y distribución de alimentos. (Alcalde, 2019, s.p).
Existen dos riesgos principalmente, por un lado, el impacto de la presencia física de las
partículas plásticas y, por el otro, la posible toxicidad de los componentes químicos, sin
embargo, aún no son suficientes las investigaciones o experimentos que determinen a partir
de qué cantidades pueden ser perjudiciales o letales para la salud humana.
Aunque no se tengan números exactos o datos cien por ciento certeros acerca de las
consecuencias de la presencia de microplásticos en los seres humanos, sí hay constancia
de que la industria textil a raíz de la revolución industrial y el constante crecimiento, ha
logrado generar daños de distintos grados a los trabajadores del rubro.
A medida que las máquinas van siendo más grandes, veloces y complejas, introducen mayores
riesgos a quienes las usan. Las fábricas de la industria textil, para óptimos resultados, deben
mantener los suelos limpios y secos para reducir al mínimo los resbalones y las caídas. De la
misma manera, las máquinas, las correas, las poleas y los ejes deben estar debidamente
protegidos. Las máquinas para las operaciones de hilado, cardado, bobinado y urdido deben
protegerse para evitar que los materiales y las piezas salgan disparados y que las manos de
los trabajadores entren en zonas peligrosas. La industria de las fibras sintéticas suele emplear
37
grandes cantidades de materiales tóxicos e inflamables que pueden provocar enfermedades
de tipo alérgico, asma, bronquitis, rinitis, alveolitis y muchas otras más. Por ello, son trabajos
riesgosos sobre todo cuando los establecimientos y herramientas de trabajo no cuentan con
los mantenimientos requeridos.
Indudablemente, la salud humana está expuesta a una amplia lista de agentes contaminantes
presentes en el medio ambiente, ya sea trabajando dentro de la industria o fuera de ella como
consumidor.
En líneas generales, la contaminación ambiental afecta a los seres humanos gravemente y
de distintas maneras. La contaminación del aire, por ejemplo, está compuesta por partículas
sólidas y gaseosas, muchos contaminantes son cancerígenos, generan daños en el sistema
reproductivo y pueden aumentar el riesgo de problemas respiratorios. La de los suelos, por
su parte, se componen de partículas liquidas y sólidas, y puede afectar a las personas a
través de la inhalación del polvo proveniente del suelo, absorber productos químicos
peligrosos por medio de la piel o por el consumo de ciertos alimentos que se desarrollaron
en esos suelos. Y con respecto a la contaminación del agua, afecta a los seres humanos
generando enfermedades infecciosas como el cólera, la disentería o un determinado tipo de
hepatitis, por ejemplo, y se debe a que en este recurso puede haber microorganismos
peligrosos. También se presenta el caso en el que ciertos metales pesados, como el plomo o
el cadmio, pasan a las cuencas hídricas, y de allí a los océanos, por ende, la cadena
alimentaria se contamina con estos metales, y tanto los animales como los seres humanos
sufrimos consecuencias como tumores o enfermedades degenerativas.
38
Capítulo 3: Panorama ambiental
En el presente capítulo se hablará sobre los residuos de producción y consumo que se generan
en el país y se convierten en agentes contaminantes, y se analizará el crecimiento de la
industria textil relacionada con contaminación ambiental desde el año 2000 hasta la actualidad.
Rango de años elegido por presentar fuerte impacto social y aumento de producción enfocado
en indumentaria. Se brindará especial relevancia al modelo fast fashion como motor de marca
y se mencionarán campañas y medidas tomadas por organizaciones que buscan generar
cambios en pro a la conservación del medio ambiente.
3.1. Contaminación en Argentina desde el 2000
Los productos contaminantes generados por la industria, se pueden producir en estado sólido,
líquido y gaseoso, a su vez, pueden contaminar el aire, las aguas y los suelos. Los residuos
son aquellos productos de desecho, generados por cadenas de producción y consumo, que
no cuentan con ninguna funcionalidad ni valor económico, sin embargo, es probable que, en
algún momento, lo que hoy se considera residuo, mañana sea material indispensable para la
producción de otros artículos. Estos residuos pueden ser generados por distintas industrias, y
de acuerdo a ello dependerá el tratamiento que se le aplique posteriormente, este proceso es
de vital importancia para dar una segunda vida a los residuos, y así minimizar la contaminación
del entorno y la extracción de materia prima procedente de la naturaleza.
Los sistemas de tratamiento residuales constan de un conjunto de operaciones que tienen
como objetivo modificar las características físicas, químicas o biológicas de un residuo. Buscan
reducir o neutralizar las sustancias peligrosas que contienen, recuperar materias o sustancias
valorizables y/o adecuar el residuo para su posterior tratamiento. Los residuos se pueden
clasificar en función de su origen, actividad que lo genera, peligrosidad y características físico-
químicas, y según su estado físico.
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Su origen puede ser doméstico, comercial, industrial, sanitario, agropecuario, forestal, mineros
y radiactivos. La actividad que lo genera puede ser de tipo doméstico, industrial, comercial o
específicos. Según la peligrosidad y características físico-químicas H 1 explosivo, H 2
oxidante, H 3-A fácilmente inflamable, H 3-B inflamable, H 4 irritante, H 5 nocivo, H 6 tóxico, H
7 cancerígeno, H 8 corrosivo, H 9 infeccioso, etcétera.
Según un informe del estado del ambiente realizado en 2016 en Argentina, la humanidad
produce alrededor de 1500 millones de toneladas anuales de residuos sólidos urbanos (RSU),
cantidad que aporta casi el 5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y
el 12% del total global de metano. Y según proyecciones del Banco Mundial de 2012, se prevé
que esa cantidad se incremente 50 % para 2025, lo que plantea un conflicto de proporciones
globales, pues los países en desarrollo enfrentarán los mayores desafíos, ya que sus recursos
financieros para atender problemas ambientales son limitados.
En Argentina, el manejo de los residuos sólidos urbanos se enmarca en la Ley número 25916
de Gestión de Residuos Domiciliarios. Desde el punto de vista regulatorio y operativo, esta ley
distingue diferentes categorías de desechos, por ejemplo, en el caso de los residuos
peligrosos, están regulados por otras normas específicas.
Al igual que en muchos países en desarrollo, la gestión de los residuos sólidos municipales en
Argentina es uno de los servicios primordiales que una ciudad puede y debe ofrecer, aunque
represente el ítem presupuestario más importante. Los RSU plantean un desafío creciente
para todos los municipios del país, y aquellos de menor tamaño o alejados de los centros
urbanos, enfrentan mayores dificultades para llevar adelante un adecuado sistema de
disposición, principalmente por los costos y la logística asociados a la construcción, operación
y mantenimiento de centros ambientales. En este escenario, la presencia de basurales a cielo
abierto (BCA) constituye la evidencia más clara de políticas y prácticas de gestión deficientes.
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Según un estudio llevado a cabo en el marco de la Estrategia Nacional para la Gestión Integral
de Residuos Sólidos Urbanos (ENGIRSU), en el período de 2005-2010, las fracciones de
orgánicos, papel y vidrio han reducido su participación porcentual, mientras que la proporción
de materiales plásticos se incrementaron, en concordancia con las tendencias globales:
Se estima que del total de residuos producidos en Argentina, los RSU aportan la mayor fracción. Entre estos, la basura doméstica constituye la problemática más significativa: aproximadamente la tercera parte está formada por papel y derivados, mientras que el resto lo componen plásticos, vidrio, metales y pilas. El promedio de 1,02 kg per cápita, representa unas 45.000 toneladas diarias para el total de la población (una tonelada cada dos segundos) y alrededor de 16.500.000 cada año. Esta cifra varía de acuerdo a la jurisdicción. (1 kg/hab/ día es igual a 1 tonelada cada 2 segundos para el país, que es igual a una pirámide de 85 metros de lado de base y la altura del Aconcagua de 6.960 metros). (“Informe del estado del ambiente”, 2016, p. 394)
Aunque existe un sistema de tratamientos residuales en Argentina, cuando se habla del
reciclado, se involucra una diversidad de actores, factores sociales y económicos complejos e
interdependientes. Si bien los residuos son percibidos como uno de los principales problemas
ambientales, la puesta en práctica de acciones de reducción del volumen generado o de
separación de reciclables para posterior procesamiento es baja en gran parte de la sociedad.
Otro elemento a tener en cuenta es el valor de mercado, pues en muchos casos, las materias
primas vírgenes tienen costos muy competitivos frente a las recuperadas, y se convierten en
la opción preferida por los grandes consumidores, principalmente del sector industrial. Por ello,
el precio que obtiene el recuperador primario, eslabón inicial de la cadena de valorización de
los reciclables, no suele representar un incentivo económico, y es donde se genera la
incertidumbre de si realmente vale la pena dedicarse al reciclaje o a otro campo mejor
remunerado. Por último, otro aspecto a considerar es la deficiente red de infraestructura,
logística y comercialización de materiales reciclables o reciclados.
Por otro lado, se encuentra la recuperación informal de residuos, que consta de personas
trabajando en el rescate voluntario de materiales reciclables en vías públicas y/o basurales a
41
cielo abierto y condiciones inhumanas, lo que es un escenario repetitivo en la mayoría de
ciudades en Argentina y en el mundo en desarrollo en general. En el país se trabaja
generalmente de manera informal, recuperando papel, cartón, vidrio, plástico, aluminio y
chatarra.
Efectivamente se comercializan: papel mezcla, papel blanco, papel de diario, papel revista, cartón de primera, cartón de segunda, tetrabrick, PET cristal, PET verde, PET azul, PET mezcla, PET aceite, plástico duro, soplado natural, soplado amarillo, soplado Tutti, nylon, telgopor, vidrio trasparente, vidrio verde, vidrio ámbar, vidrio mezclado, botellas, cobre, aluminio, bronce, acero, hierro, plomo, latas de acero, trapo mezcla, trapo algodón, trapo jean. (“Informe del estado del ambiente”, 2016, p. 401)
La revolución industrial generó nuevas posibilidades en cuanto a procesos de fabricación y al
mismo tiempo planteó exigencias en cuanto a insumos y materias primas, circunstancia que
impulsó una revolución en el campo de la química sintética. Poco a poco se fue generando el
nacimiento de una etapa sin precedentes en la historia, tanto en el volumen de productos como
en la variedad de su composición. El empleo de nuevos materiales sintéticos se fue
desarrollando gratamente e inicialmente no se contemplaban posibles efectos adversos sobre
el hombre y el medio ambiente. Fue tiempo después, que se logró determinar que muchas de
esas sustancias son peligrosas y sus desechos generan una problemática de alcance global.
Entre los principales impactos ambientales, se destacan, la sobre explotación de recursos
naturales, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmosfera, la contaminación
de ecosistemas a partir de la incorporación de sustancias químicas potencialmente
contaminantes, y la generación de residuos industriales debido al elevado consumo de
materias primas por parte de los procesos industriales.
3.2. La industria textil y el uso de fibras sintéticas
La producción mundial de acrílico, celulosa, poliamida, poliéster y polipropileno para la
industria textil, se ha potenciado desde mediados de 1960. Según el estudio Information on
42
man-made fibres, publicado por la patronal europea del sector European Man-made Fibres
Association, para la fecha de 1963, la producción de este tipo de fibras era del 26%, frente al
65% del algodón y el 9% de la lana. En 2013, las fibras sintéticas abarcan el 70% del mercado,
mientras que el algodón baja a 29% y la lana a 1%.
El algodón, una de las principales materias primas de la industria de la moda, alrededor del
2010 tuvo una alteración en sus precios, superando sus máximos históricos. Esa suba impulsó
a la par, a que los precios del resto de materias primas se elevaran, la lana aumentó su valor
un 40%, la seda un 100%, el lino 40%, mientras que las fibras sintéticas y artificiales lo
aumentaron entre un 30% y un 35%. Eso potenció a que el poliéster y la viscosa alzaran su
voz y tomaran mayor popularidad.
Los grandes distribuidores y diseñadores realizaron colecciones apoyadas en estas materias
primas y de esa manera presentaron textiles con precios accesibles y brindaron nuevas
posibilidades en cuanto a textura, color, funcionalidad y comodidad.
Según Riera, la producción mundial de hilo sintético aumentó un 45,6% entre 2009 y 2013,
hasta 38,7 millones de toneladas. De los diferentes tipos de hilados sintéticos, el poliéster ha
sido el que ha aumentado su fabricación, al pasar de 20,3 millones de toneladas en 2009 a
31,3 millones de toneladas en 2013. Y ya para el 2015, la producción de hilo de poliéster
abarcó el 88% del total. (2015).
Considerando el hecho de que las fibras sintéticas son sumamente importantes en el gremio
deportivo, un informe realizado en Perú en el 2018, muestra cómo la producción de camisetas
deportivas elaboradas con fibras sintéticas pudo ser una gran oportunidad de exportación:
A raíz del Mundial Rusia 2018 se experimentó una importante producción de prendas deportivas en base a fibras sintéticas de gran calidad en acabados. La demanda de este tipo de productos a nivel global fue bastante alta, al punto que las importaciones mundiales aumentaron en 16,1% al cierre del primer trimestre del 2018 comparado con similar periodo del 2017, siendo una buena alternativa para incrementar la producción peruana orientada a la exportación. (Garcia, 2018, p.16).
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Por su parte, el Centro de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima, observa que
Estados Unidos tiene un calendario deportivo más dinámico y demandante en relación al
observado mundialmente, convirtiéndolo en un potencial mercado en el que podrían vender
productos distintos a de los que normalmente producen y exportan. En este caso resulta
importante saber que el mercado estadounidense tiene cuatro importantes ligas deportivas
profesionales: fútbol americano, baloncesto, hockey y béisbol, siendo una quinta opción el
fútbol soccer que empieza a registrar un importante crecimiento y puede posicionarse al nivel
de los anteriormente nombrados.
Considerando la capacidad exportadora de camisetas del 2013 al 2017 y la pérdida de
Venezuela como el principal comprador de estos productos en el mismo periodo, se observó
que Estados Unidos pudo cubrir dicha capacidad hasta en 75%, pues en el 2013, Estados
Unidos y Venezuela importaron en conjunto desde Perú 72 millones de dólares, y en el 2017
sólo Estados Unidos importó 54 millones de dólares, convirtiéndose este mercado en el
principal consumidor de las exportaciones peruanas de camisetas de fibra sintética, con una
proyección de crecimiento sostenido para los próximos cinco años.
A pesar de que se han venido creando formas de hacer que las grandes marcas opten medidas
para cuidar el medio ambiente y la vida de los trabajadores de la industria, (como por ejemplo
Fashion Revolution con el Índice de Transparencia de la Moda anualmente o Greenpeace con
la campaña Detox), aún hay mucho trabajo por hacer. Pues las grandes marcas ya tienen una
estructura de cómo mantener sus empresas y generar buenos resultados, y los cambios se
han venido generando lentamente para no generar quiebras.
La campaña Detox My Fashion lanzada en 2011 por Greenpeace, ha movilizado a cientos de
miles de personas en todo el mundo para desafiar a las principales marcas de ropa a eliminar
todas las emisiones de productos químicos peligrosos de sus cadenas de suministro y
productos. Durante décadas, las empresas industriales han utilizado el medio ambiente y en
44
particular los ríos como un vertedero de productos químicos peligrosos. La campaña Detox se
lanzó para enfatizar los vínculos directos entre las marcas mundiales de ropa y sus
proveedores y la contaminación tóxica del agua en todo el mundo. Trabajos de campo e
investigaciones en los países fabricantes, juntos con pruebas de prendas de marca para
encontrar sustancias químicas peligrosas, permitieron publicar informes innovadores que
ponían en evidencia la verdad tóxica detrás de la ropa.
Gracias a la campaña Detox, el paradigma de la industria textil ha dado un cambio importante
y ahora se responsabiliza no sólo de sus productos sino también de su producción. En el año
2016, el informe Detox Catwalk, resalta las iniciativas de las marcas involucradas. La ONG
reconoció particularmente a Inditex, Benetton y H&M por haber prohibido la utilización de
ciertos productos tóxicos y por haber publicado informes sobre su consumo de agua y listas
de sus proveedores, lo que los ubicó en la categoría vanguardia. No obstante, otros grupos
han caído en la categoría paso en falso ya que no lograron los objetivos en tiempo y forma. Se
trata de Nike, LiNing, Limite Brand, Victoria´s Secret y Esprit.
Desde el lanzamiento de la campaña en 2011, Greenpeace ha logrado que unas 80 empresas
globales en la industria de la moda eliminen productos químicos peligrosos hasta finales de
2020, pero el relevante problema es que se está fabricando mucha cantidad de ropa y la
velocidad con la que actúan varias de las marcas involucradas en la campaña, no es la más
acelerada. Viola Wohlgemuth, experta en textiles en Greenpeace, cree que la moda rápida o
fast fashion es el gran problema de la industria de la moda, opina que nunca será sostenible y
que debe alejarse de la producción e ir hacia la prestación de servicios. De hecho, hay
empresas que ofrecen reparar productos o vender artículos de segunda mano, como por
ejemplo, la empresa Patagonia. Por su parte, H&M da consejos de cómo cuidar y arreglar ropa
estropeada.
45
3.3. Fast fashion
Durante las últimas décadas, la industria de la moda se ha caracterizado por promover el
consumo de lo que, para hoy, en el año 2020, se conoce como fast fashion, una producción
constante de ropa a bajos costos. Con un método de producción tan desmedido que se
producen alrededor de 62 millones de toneladas de ropa al año, bajo el concepto de producir
ropa a bajos costos y llevar lo más rápido posible las tendencias a las tiendas.
La moda rápida tuvo sus inicios en el siglo 19, sin embargo, no fue hasta la revolución
tecnológica que el concepto se instauró con más fuerza. Durante la segunda mitad del siglo
20, se comenzó a posicionar la venta minorista con la llegada de marcas como Topshop en la
década de 1960, Zara en los 70 y Forever21 en la de 1980, que fueron posicionando el
concepto de la moda rápida. Posteriormente, con la globalización y la tecnología, la publicidad
se masificó, el consumo se multiplicó, y eso trajo consigo tiempos de producción y entrega
más cortos y una cantidad desbordada de ropa hecha con mano de obra muy barata.
Para poder llevar a cabo este modelo, las empresas han recurrido a la explotación de los
distintos agentes que participan en la cadena productiva. En países como China, Cambodia y
Bangladesh, las condiciones laborales son desfavorables, con sueldos miserables y largas
jornadas laborales. Además de la despreocupación por el aspecto social y laboral de sus
trabajadores, el impacto medioambiental de la ropa a precios bajos la hace una de las grandes
enemigas del planeta. En líneas generales, es ropa muy barata y de baja calidad.
Este sistema de producción, distribución y uso del textil requiere extraer numerosos
recursos no renovables, para adquirir ropa que por lo general cuenta con un ciclo de vida corto.
Una característica importante de la moda rápida es que, para mantener un margen de
ganancia, tiene que generar un alto volumen de ventas, meta que logran conseguir a través
de campañas publicitarias en las que utilizan distintas estrategias para convencer al usuario
en comprar productos. Sin embargo, gracias a la globalización y el alto consumo de redes
46
sociales en los jóvenes y adultos, se han logrado difundir información sobre los daños que la
industria de la moda y el modelo fast fashion ocasionan en el medio ambiente y las condiciones
precarias que atraviesan ciertos trabajadores en las fábricas.
Como consecuencia al panorama que atraviesa la industria de la moda rápida, distintas
organizaciones han tomado medidas para reducir los impactos ocasionados, o por lo menos
para intentar frenarlos. Y sumado a ello, los jóvenes continúan generando conciencia al
respecto y cada vez más eligen lo sustentable antes de lo insostenible. En el año 2019, por
ejemplo, muchos jóvenes y adolescente manifestaron su rechazo hacia la firma
estadounidense Forever 21 por su falta de atención frente al medio ambiente, pues no ha
apostado a líneas de ropa o actos ecológicos y prefiere seguir con el concepto de moda rápida
que ha venido trabajando durante toda su trayectoria. Y es así como los jóvenes, poco a poco,
son quienes están dando ese cambio de mentalidad y asumiendo que se debe cambiar
individual y globalmente.
Las marcas que han apostado a la moda rápida, se han visto presionadas a cambiar las
estrategias en su proceso de producción y venta para asegurar su permanencia durante el
tiempo, en contraposición a ello, podrían llegar a presentar grandes pérdidas, verse obsoletas,
atacadas o en casos extremos, declararse en quiebra y tener que cerrar locales por mala
administración y falta de adecuación al contexto actual.
Para el año actual 2020, como consecuencia de la pandemia generada por el COVID-19, se
observó una caída de los gases de efecto invernadero ya que las fabricas se vieron obligadas
a cerrar sus puertas. No quiere decir que ese cambio fue generado únicamente por el cierre
del sector textil, pero es importante destacarlo, sobretodo porque La Alianza de Naciones
Unidas por una Moda Sustentable estima que la industria de la moda representa entre un 8 y
un 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. El escenario de
pandemia, a pesar de ser una desventaja para las marcas de moda, las fábricas de indumento
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y la sociedad en general, ha ocasionado un desacelere al consumismo, lo que se considera
un hecho importante ya que el consumismo ha estado utilizando los recursos del mundo a un
ritmo muy acelerado en los últimos 30 años.
Las prácticas comerciales tomadas por las marcas de ropa como respuesta a la crisis del
COVID-19 están afectando bruscamente la situación económica de muchos trabajadores de
la industria textil. Pues algunos han cancelado pedidos sin asumir responsabilidad financiera,
incluso cuando los trabajadores ya habían terminado de fabricar los productos. Las pérdidas
que atravesaron las fabricas se vieron reflejadas en desempleo, para el mes de abril los
números estimados para Bangladesh fueron los siguientes:
Los pedidos cancelados del sector suponen ya una pérdida de 3.170 millones de dólares, afectando a 2,27 millones de trabajadores, según datos de más de 1.100 fábricas recogidos por Bgmea. Además, la asociación explica que casi cuatrocientas fábricas de moda han suspendido su producción ante la falta de pedidos de compradores extranjeros. (Juárez, 2020, s.p).
Pese a los cambios que se han generado, las decisiones tomadas y la constante incertidumbre
acerca del rubro textil, la tendencia hoy sigue apuntando a una moda más sostenible que
probablemente cuando se reanude el mercado se verá reflejada, de lo contrario el ritmo hacia
el cuidado ambiental se mantendrá en el mismo nivel por más tiempo.
3.4. Emergencia climática
Si hay algo que definió el año 2019, fueron las movilizaciones sociales a nivel mundial para
reclamar acción ante la emergencia climática y la crisis de biodiversidad. El mundo,
especialmente los más jóvenes, protestaban ante la emergencia y exigieron respuestas y
acciones políticas para hacerle frente.
En el 2019 se presentaron grandes incendios forestales en gran parte del mundo, según un
artículo publicado en Greenpeace: “Desde Rusia hasta Brasil, pasando por Siberia, Indonesia,
Canadá, Estados Unidos, Israel, Líbano o Congo, incendios masivos han arrasado bosques y
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otros paisajes con gravísimas consecuencias para las personas, el medioambiente y el clima
global”. (“2019: El año en el que los (…)”,2019, s.p).
Dichos incendios perjudican el cambio climático y a su vez, los cambios climáticos a los
incendios forestales. La denominada crisis climática, explica la evolución de los incendios
hacia escenarios más peligrosos, rápido e incontrolables, ya que es responsable de las altas
temperaturas, periodos de sequía prolongados y olas de calor, que dan como resultado un
suelo más caliente y seco.
Los últimos veranos en España, por dar un ejemplo, han sido más largos que a comienzos de
los años 80, con olas de calor cada vez más frecuentes e intensas. Y un dato alarmante ha
sido que la pérdida de biodiversidad ha alcanzado niveles elevados, pues un millón de
especies están al borde de la extinción. Sin embargo, los daros expuestos no generaron el
efecto esperado sobre quienes toman decisiones. Las evidencias y los informes de la
comunidad científica no fueron contestados con políticas ambiciosas, al contrario, Los Estados
continúan sin establecer compromisos firmes en materia de reducción de emisiones.
Mientras el cambio climático y sus impactos están cada vez más presentes en el relato de los
medios, en la comunicación corporativa de algunas empresas, y más, todos esos mensajes
deben transformarse en medidas concretas, sin embargo, la clase política posterga las
decisiones que encaminarían el mundo hacia un progreso libre de combustibles fósiles y
anclado en las renovables.
Por su parte, las ciudades se convirtieron en escenarios concretos idóneos para combatir el
cambio climático: el modo de consumo, la movilidad, la reducción del uso de plásticos o del
consumo de carne y tipo de alimentación, demuestran cómo la ciudadanía con sus decisiones
tiene también capacidad de cambio.
Además, durante 2019 ciudades como Barcelona, Copenhague, Estocolmo, Guadalajara, Lima, Londres, Los Ángeles, Milán, Oslo, París, Seúl, Tokio y Toronto se comprometieron a reducir el consumo de carne en sus instalaciones públicas como
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parte de su respuesta a la emergencia climática. (“2019: El año en el que los (…)”,2019, s.p).
Desde Greenpeace se alzó la voz ante la situación de emergencia climática y la crisis de la
biodiversidad, denunciando los impactos del cambio climático, buscando favorecer la
protección de los océanos, lograr ciudades más saludables y disminuir el consumismo.
En 2019 se esperaba que para el año 2020 se estableciera acción política a todos los niveles
internacional, estatal y local. Aumentando la ambición climática, luchando contra las
desigualdades sociales y abordando la crisis de biodiversidad.
Si la situación no presenta acciones notables, las consecuencias serán graves para toda la
especie humana y el planeta tierra e general, a menos que haya cambios radicales en la
actividad humana para reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros factores que
contribuyen al cambio climático. Las emisiones de dióxido de carbono por combustibles
fósiles volvieron a ser el centro de la discusión sobre el cambio climático durante el último
encuentro de la COP 25, que es la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático 2019, en Madrid.
Los gases de efecto invernadero o GEI son los principales causantes del calentamiento global,
en especial el dióxido de carbono. Los últimos informes de la Comisión Europea, la Unión
Europea, así como de entidades privadas, coinciden en que son cinco los principales países o
regiones que emiten gases de efecto invernadero.
El primero de ellos es China, que para 2019 se determinó que emite el 27% total de estos
gases y va actuando de modo creciente. El segundo es Estados Unidos, quien acapara el 13%
de las emisiones mundiales y a diferencia de los asiáticos, el país americano alcanzó en 2007
su pico de emisiones de CO2 y luego comenzaron a decrecer. El tercer país, o grupo de países
en este caso, es la Unión Europea y la India, con un 7% del total en ambas regiones. Y en el
quinto lugar, se ubica Rusia con un 4,6% de las emisiones globales.
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Enfatizando en la industria de la moda, resulta importante destacar que la ONU clasifica la
moda rápida o fast fashion una emergencia ambiental. Además, es el segundo mayor
consumidor de agua del mundo y produce el 20% de las aguas residuales globales, sumado a
ello, produce alrededor del 10% de las emisiones de carbono. Según datos de La Comisión
Económica de las Naciones Unidas para Europa, el 90% de la moda es transportada mediante
contenedores, pero esta etapa tan solo representa el 4% de las emisiones de dióxido de
carbono de toda la industria, el 70% proviene de la producción, debido al uso de fibras
sintéticas procedentes del petróleo.
Una alianza mundial de 11000 científicos, de 153 países, dirigida por William J. Ripple y
Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregón, se unen para declarar una emergencia
climática:
Los científicos analizaron la información recogida y publicada durante más de 40 años sobre el uso de la energía, las temperaturas en la superficie terrestre, el crecimiento de la población, la extensión de cultivos, la deforestación, la pérdida de hielo polar, los índices de fertilidad, las emisiones de dióxido de carbono y el producto interior bruto de las naciones. (“Miles de científico de todo (…)”, 2018, s.p).
Para llevar a cabo el proyecto, apuntan seis áreas en las que la humanidad debería tomar
medidas inmediatas para frenar los efectos de un planeta en calentamiento:
En primer lugar, sitúan la energía, donde consideran imprescindible implementar prácticas
masivas de conservación, reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables bajas
en carbono, dejar las reservas restantes de combustibles fósiles en el suelo e imponer tarifas
de carbono que lo suficientemente altas como para restringir el uso de combustibles fósiles.
En segundo lugar, abordan los contaminantes de corta duración, plantean es preciso eliminar
o limitar las emisiones o producción de metano, los hidrofluorocarbonos y el hollín. Limitar
estos contaminantes podría reducir la tendencia al calentamiento a corto plazo en un 50% en
pocas décadas.
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La naturaleza figura en tercer lugar. Para ello, recomiendan restaurar y proteger ecosistemas
como bosques, praderas, turberas, humedales y manglares. Dichas medidas aumentarán el
recaudo de CO2 o dióxido de carbono de la atmosfera, gas de efecto invernadero clave.
En cuarta posición sitúan la comida, sobre la que ven necesario comer más vegetales y
consumir menos productos animales para reducir significativamente las emisiones de metano
y otros gases de efecto invernadero y liberar tierras agrícolas para el cultivo de alimentos
humanos en lugar de alimentos para el ganado. Sumado a ello, resulta importante generar
menos desperdicios de alimentos.
El manifiesto también sugiere cambios en la esfera económica. Entre las medidas propuestas
destaca reformar la economía basada en los combustibles de carbono, reducir la extracción
de materiales y la explotación de los ecosistemas para mantener la sostenibilidad de la biosfera
a largo plazo.
Finalmente proponen hacer frente al problema de la sobrepoblación, que según las
estadísticas aumenta en más de 200.000 personas por día, utilizando enfoques que garanticen
la justicia social y económica.
Aunque la emergencia climática alzó la voz en el 2019, hay lugares en los que se declaró como
emergencia, dos años antes. A continuación, se expondrán los siete países y ciudades
influyentes que han declarado emergencias climáticas entre el año 2017 y 2019: Hoboken,
Nueva Jersey, Estados Unidos; Ottawa, Canadá, más 438 municipios en todo el país. No
obstante, unos meses después de la declaración de Ottawa, la Cámara de los Comunes de
Canadá votó para aprobar una declaración nacional de emergencia climática, pero el voto aún
no ha sido confirmado por la rama federal; Reino Unido, después de arduas marchas; una
semana después, Irlanda se convirtió en el segundo país en anunciar una emergencia
climática; Sidney; Nueva York; Paris y Argentina como el tercer país.
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Actualmente, en el año 2020, con la presencia del COVID-19, se ha logrado resaltar y
evidenciar la importancia de la unión como habitantes del planeta tierra. Todos enfrentándose
ante desafíos globales que necesitan de repuestas coordinadas. Sin lugar a dudas, la lucha
frente a la pandemia y el cambio climático debe ir acompañada de información, solidaridad y
concientización.
53
Capítulo 4. Tendencia y sustentabilidad
En el presente capítulo se investigará sobre la sustentabilidad desde su concepto, hasta las
distintas acciones tomadas en Argentina frente al tema. También se indagará sobre el consumo
responsable y las distintas medidas que se han planteado para llevar a cabo la práctica del
mismo, y sumado a ello, se investigará cuáles son las principales marcas de indumentaria
nacionales e internacionales, que llevan la sustentabilidad a la práctica en busca de un bien
común. Por último, se abordará sobre la tendencia do it yourself, lo que en español se conoce
como hazlo tú mismo. Se considera que la tendencia mencionada es de importancia, ya que
es un concepto que podría proporcionar un amplio cambio en el modo de consumo de los
individuos.
4.1. Sustentabilidad en Argentina
El concepto de sustentabilidad surge en el año 1987, cuando la Comisión Brundtland,
anteriormente conocida como la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las
Naciones Unidas publicó el informe Our common future o Nuestro futuro en común, el cual
está basado en la idea del desarrollo sustentable.
La sustentabilidad busca encontrar el equilibrio entre el medio ambiente y el uso de los
recursos naturales. Con el transcurrir del tiempo se ha logrado determinar que la humanidad,
en su paso por el planeta ha consumido de recursos naturales a tal punto que resulta necesario
tomar conciencia de ellos para garantizar su existencia en las generaciones futuras. Por otro
lado, la sustentabilidad no se trata únicamente del ambiente, el desarrollo sostenible tiene tres
dimensiones, las cuales son: la económica, la social y la ambiental.
La dimensión económica hace referencia a llevar a cabo prácticas que sean económicamente
rentables, pero también social y ambientalmente responsables, es decir, apuntar al crecimiento
económico, sin dejar de lado la justicia social y el cuidado ambiental. No obstante, el modelo
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económico que se ejecuta, está basado en maximizar la producción y el consumo a cualquier
costo, aunque esto implique explotar los recursos de manera ilimitada y poco responsable.
En cuanto al ámbito social, se piensa que el origen de los problemas ambientales guarda una
relación estrecha con los estilos de desarrollo de las sociedades desarrolladas y
subdesarrolladas. Mientras en las primeras el sobreconsumo provoca insustentabilidad, en las
segundas es la pobreza la causa primaria de la subutilización de los recursos naturales y de
situaciones de ausencia de cobertura de las necesidades básicas que dan lugar a problemas
como la deforestación, la contaminación o la erosión de los suelos acelerada por prácticas
agrícolas. Esta dimensión implica promover un nuevo estilo de desarrollo que favorezca el
acceso y uso de los recursos naturales y la preservación de la biodiversidad, que sea
socialmente sustentable en la reducción de la pobreza y las desigualdades sociales, promueva
la justicia, la equidad y que sea políticamente sustentable al profundizar la democracia y
garantizar el acceso y la participación de todos en la toma de decisiones públicas.
El tema ambiental o ecológico, es el más conocido de las áreas de la sustentabilidad. Se refiere
al uso eficiente y racional de los recursos naturales, para que sea posible mejorar el bienestar
de las sociedades actuales sin comprometer la calidad de vida de las generaciones futuras.
Esto implica tener en cuenta los límites de renovación de los recursos, los ciclos de la
naturaleza, y lograr un equilibrio entre el hombre y el medio.
La medida ecológica de la sustentabilidad está condicionada por el almacenamiento de
recursos naturales y de servicios ambientales de un espacio geográfico. Sin embargo, es
importante destacar que, si bien la abundancia de recursos naturales no garantiza el desarrollo
sustentable, no hay duda que constituye el potencial básico del desarrollo territorial.
Representantes de la ONU, del Gobierno Nacional, del sector privado y universidades,
dialogaron sobre los pilares para el crecimiento sostenible en el país durante el evento
Argentina Summit llevado a cabo en Buenos Aires. Allí debatieron sobre los pilares de la
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sustentabilidad, repasaron experiencias argentinas y destacaron los desafíos inminentes. El
plan que se ejecuta en Argentina, al igual que en muchos otros países, es tomar como guía
los 17 objetivos para el desarrollo sostenible presentados por la ONU y relacionarlos con la
realidad del país en el que se ejecuta:
Los Objetivos de desarrollo sostenible son el plan maestro para conseguir un futuro sostenible para todos. Se interrelacionan entre sí e incorporan los desafíos globales a los que nos enfrentamos día a día, como la pobreza, la desigualdad, el clima, la degradación ambiental, la prosperidad, la paz y la justicia. Para no dejar a nadie atrás, es importante que logremos cumplir con cada uno de estos objetivos para 2030. (“Objetivos y metas de desarrollo sostenible”, s.f, s.p).
Los objetivos para el desarrollo sostenible abarcan: fin de la pobreza; hambre cero; salud y
bienestar; educación de calidad; igualdad de género; agua limpia y saneamiento; energía
asequible y no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación
e infraestructura; reducción de las desigualdades; ciudades y comunidades sostenibles;
producción y consumo responsable; acción por el clima; vida submarina; vida de ecosistemas
terrestres; paz, justicia e instituciones sólidas; y por último, alianzas para lograr los objetivos.
Considerando que la agenda 2030 concibe al desarrollo sostenible articulado en tres
dimensiones: el crecimiento económico, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental, se
procederá a realizar un análisis de cada una de ellas dentro de Argentina, basado en datos
extraídos de un informe publicado en el año 2017 por el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo.
En cuanto a la dimensión del crecimiento económico, Argentina cuenta con una importante
acumulación de capital humano, un sector agropecuario productivo, un sector industrial
heterogéneo, con industrias de punta que coexisten con un amplio sector informal de pequeñas
empresas muy poco competitivas, y un sector de servicios también heterogéneo, compuesto
por segmentos de alta productividad y otros en que la productividad es muy baja. Ello se
traduce en la conformación de mercados de trabajo caracterizados por un alto nivel de
56
precariedad e informalidad laboral. Desde hace varias décadas, la macroeconomía presenta
una elevada volatilidad, con períodos de aceleración seguidos de recesiones o de crisis
profundas, que redundan en una tasa de crecimiento promedio menor que la potencial. El
acceso al agua y a la electricidad es extenso, pero el acceso a la infraestructura de
saneamiento y redes cloacales es limitado.
En lo que respecta a la dimensión social, Argentina cuenta con una población moderna que ya
a finales del siglo 19 comenzó a incorporar pautas culturales y de consumo, cercanas a las de
los centros mundiales más avanzados y a desplegar una dinámica positiva de movilidad social
ascendente. Sin embargo, la inclusión social sigue representando una situación problemática.
Respecto a la salud, la situación epidemiológica es dual, pues enfermedades transmisibles y
altas tasas de mortalidad materna coexisten con enfermedades no transmisibles, mientras que
el sistema de salud es universal, pero presenta circuitos diferenciados de calidad, así como
problemas de fragmentación y falta de coordinación entre los segmentos públicos, las obras
sociales y el sector privado. En cuando al sistema educativo, si bien las tasas de matriculación
son elevadas, la situación es particularmente seria en lo que respecta a las tasas de
graduación de la escuela secundaria. En lo que respecta a la igualdad de género se han
registrado avances importantes, por ejemplo, en el ámbito de la educación, pero existen
asignaturas pendientes relativas a la brecha de ingresos, la desigualdad en el uso del tiempo,
la desigualdad en el acceso a puestos de decisión y la violencia contra las mujeres.
Finalmente, la inseguridad actúa como un eslabón preocupante en la población, mientras que
el acceso a la justicia presenta falencias, sobre todo para los sectores más carenciados.
En lo que se refiere a la sostenibilidad ambiental, Argentina posee un territorio extenso con
una gran biocapacidad y una gran variedad de recursos naturales. No presenta serios
problemas de sostenibilidad del desarrollo derivados de su balance macro-ambiental, dado
que la huella ecológica se ha mantenido muy por debajo de la biocapacidad del país, sin
57
embargo, es una visión global, no quiere decir que no existan problemas ambientales
específicos. Efectivamente, se evidencian problemas relativos a la contaminación, la erosión
de los suelos, y la pérdida de bosques y de biodiversidad. Las emisiones de gases de efecto
invernadero provienen principalmente de la energía, los cambios en los usos del suelo, la
agricultura y la ganadería. Las consecuencias en términos del cambio climático se manifiestan
en alteraciones de la temperatura y del patrón de precipitaciones, que a su vez suponen el
incremento del riesgo de desastres naturales, como inundaciones, por ejemplo.
La Agenda 2030 debe ser vista como un desafío y una oportunidad para abordar
sistemáticamente las problemáticas que enfrenta Argentina a nivel económico, social y
ambiental. Sus objetivos, metas e indicadores brindan una matriz para orientar la formulación,
implementación y monitoreo de estrategias de desarrollo sostenible que supongan soluciones
integradas para los múltiples problemas que se han identificado, de modo que el país pueda
desplegar plenamente su potencial de crecimiento económico, avanzar con decisión en
materia de inclusión social y progresar en lo que respecta a la sostenibilidad ambiental.
En el año 2020 se presentó el segundo Informe Voluntario Nacional sobre la agenda 2030, en
la cual Argentina se comprometió a implementarla desde enero de 2016 y a realizar el
seguimiento de los progresos y la rendición de cuentas, decretando al Consejo Nacional
de Coordinación de Políticas Sociales como organismo responsable de ello.
Dentro de los datos extraídos del informe, se observa que la pandemia mundial del COVID-
19 ha sido un eslabón perjudicial en el proceso y ejecución de ciertos planes. Sin embargo,
se ha logrado seguir trabajando en la mejora y desarrollo de derechos humanos bajo el
concepto No dejar atrás a nadie, el cual se basa en la dignidad de las personas, en tratar la
desigualdad y la no discriminación, buscando llegar primero a los más perjudicados. Sin
embargo, el presente proyecto de grado, se brinda énfasis a la sustentabilidad, por lo que en
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la siguiente cita resulta importante destacar lo expresado por uno de los jefes del Gabinete de
Ministros:
En cuanto a la sostenibilidad del ambiente estamos diseñando acciones de adaptación y mitigación al cambio climático desde una perspectiva federal e interministerial. En este sentido, estamos impulsando un plan de ciudades sustentables y producción agroecológica de alimentos, en el marco de un proceso de industrialización verde que integre diversos actores y garantice un uso sostenible de los recursos naturales. A partir de la sanción de la Ley 27520 de Presupuestos Mínimos de Cambio Climático, la Argentina formalizó el trabajo del Gabinete Nacional de Cambio Climático y estableció la conformación de una estructura que garantiza la transversalidad del cambio climático en las políticas de Estado a largo plazo. (Cafiero, 2020, p.19).
Alcanzar las metas planteadas requiere de la participación de distintos grupos y esfuerzos
concertados de políticas públicas para un desarrollo sostenido, inclusivo y en armonía con el
medio ambiente y basado en los derechos de cada individuo.
Algunos de los objetivos planteados en la agenda 2030 en relación a la sostenibilidad es
promover un desarrollo productivo inclusivo y sostenible que permita generar empleos de
calidad, mejorar las practicas agropecuarias para aumentar la producción y productividad,
fortalecer las tierras para hacerlas resistentes a los cambios climáticos y mantener la
diversidad de semillas, flora y fauna.
4.2. Consumo responsable
La forma en la que se consume se logra ver reflejada en algunos problemas medioambientales
que enfrenta hoy el planeta. La deforestación, la cantidad elevada de plástico, el cambio
climático y la pérdida de biodiversidad, son algunas de ellas. Para realizar aportes en pro a la
disminución de ciertos problemas medioambientales, personas en todo el mundo han optado
por tomar cambios y decisiones sobre lo que consumen en su día a día, convirtiéndolo no sólo
en un hábito sino en un estilo de vida. Por ejemplo, aplicando la regla de las tres R, que comprende
reciclar, reducir y reutilizar, se protegen los recursos naturales del planeta, los cuales son
59
limitados. Por lo que dicho recurso resulta ser de los mejores aliados para quienes buscan una
vida más sustentable.
Los criterios básicos del consumo responsable son, que el comercio local cuente con bajas
emisiones de dióxido de carbono, que la cercanía entre los productores y consumidores sea
notable, que su proceso de producción respete el ambiente haciendo uso nulo o mínimo de
insumos químicos, se haga promoción de la biodiversidad, se lleven a cabo prácticas de
conservación de suelos, manejo sustentable del agua y mantenimiento de los ecosistemas,
así como la reducción de embalajes. Un comercio justo y socialmente responsable que
asegure el respeto de las culturas, buenas condiciones de trabajo y procesos de toma de
decisiones incluyentes y democráticos, en una relación comercial basada en la transparencia.
El consumo y la producción sostenible consiste en hacer más cantidad y mejor con respecto a
su relación con el medio ambiente, con menos. También se trata de desvincular el crecimiento
económico de la degradación medioambiental, aumentar la eficiencia de recursos, promover
estilos de vida sostenibles, contribuir de manera sustancial a la mitigación de la pobreza y a la
transición hacia economías verdes y con bajas emisiones de carbono.
Algunas maneras de generar un aporte como sociedad, en rechazo a la problemática
ambiental, podrían ser, consumir alimentos poco procesados, utilizar sistemas de transporte
no contaminantes o menos contaminantes, apoyar a las empresas que cuentan con un
compromiso ecológico, usar adecuadamente los recursos naturales y fomentar valores a
través de prácticas y campañas medioambientales:
En los últimos meses, la venta de pañales reutilizables creció más de 2.000%, botellas reutilizables más de 900%, cremas faciales sustentables más de 700%, huertas y composteras más de 550% y las copas menstruales casi 350%, entre los productos que más crecieron. (“El consumo sustentable se duplicó (…)”, 2020, s.p).
60
En la última década, bancos como el BBVA y compañías como MAPFRE, se han propuesto
objetivos para luchar contra el cambio climático e impulsar el desarrollo sostenible, metas que
se pueden lograr pensando desde el consumo responsable.
La política medioambiental global de BBVA revela su fuerte compromiso con el medioambiente
y sus esfuerzos por contribuir en una sociedad más sostenible. BBVA, en su empeño por
moderar el cambio climático, se une cada año al Día Mundial de la Energía que se celebra
cada 14 de febrero, con el objetivo de concienciar sobre la importancia que tiene el consumo
responsable fomentando energías más limpias y frenando el uso de las energías basadas en
combustibles fósiles como el carbón o el petróleo.
Está comprobada la existencia de una relación directa entre las fuentes de energía no
renovables y la emisión de gases de efecto invernadero, es por eso que BBVA ha firmado los
principales acuerdos internacionales relacionados con el tema, y demás, el banco forma parte
del Grupo Español para el Crecimiento Verde y ha respaldado varias iniciativas sectoriales en
apoyo a una respuesta al cambio climático, como las declaraciones de la European Financial
Services Round Table, la Alliance of Energy Efficiency Financing Institutions, así como la
iniciativa Energy Efficient Mortgage de la European Mortgage Federation.
El compromiso de BBVA es aún más extenso, pues ha trabajado en definir su tercer Plan
Global de Ecoeficiencia a 2020 cuyo objetivo está en posicionarse entre las entidades líderes
a escala mundial en Ecoeficiencia. Incentivar el uso de energías limpias y reducir las emisiones
indirectas de gases de efecto invernadero son los dos objetivos que se encuentran en el centro
de las líneas estratégicas de este nuevo Plan Global de Ecoeficiencia. Algunas de las
estadísticas y resultados del mencionado plan, llevado a cabo en el año 1015, son los
siguientes:
El Plan Global de Ecoeficiencia del Grupo, que se llevó a cabo en 2015, consiguió alcanzar e incluso superar considerablemente todos los propósitos fijados. Se redujo un 14% el consumo eléctrico, un 23% el consumo de agua, un 43% el consumo de
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papel y un 16% las emisiones de CO2. Además se consiguió que un 33% de ocupantes estén trabajando en edificios con una certificación ambiental, como se había proyectado. (“El compromiso de BBVA con el medio ambiente”, 2020, s.p).
Todos los desafíos alcanzados, los han logrado cumplir todas sus sedes en conjunto y han
sido reconocidos por sus buenos resultados.
Por su parte, en MAPFRE ARGENTINA, que es una empresa aseguradora, promueven entre
todos sus grupos de interés la aplicación de un sentido de la responsabilidad y de la ética, que
incluye un firme compromiso con las generaciones futuras a través de la prevención de la
contaminación, la conservación del medio ambiente y el ahorro energético y de los recursos
naturales. MAPFRE cuenta con certificado en varios países por su compromiso.
La pandemia del COVID-19 ofrece a los países la oportunidad de elaborar planes de
recuperación que reviertan las tendencias actuales y cambien los patrones de consumo y
producción hacia un futuro más sostenible. Podría alterar de forma permanente el
comportamiento de los consumidores y causar cambios estructurales duraderos en las
industrias de productos de consumo. Así lo constatan los resultados de una encuesta realizada
por Accenture a más de 3000 consumidores en 15 países.
Según la encuesta, el 60% de los encuestados está dedicando más tiempo al cuidado personal
y a su bienestar mental. El 64% de los consumidores señalan que se están centrando en
reducir los residuos alimenticios. El 50% aseguran que están más concienciados con la salud
a la hora de comprar. El 45% de los consumidores confirma que se decanta por opciones más
sostenibles al comprar. Y sumado a ello, la mayoría anunció que probablemente continúen esa
práctica al transcurrir del tiempo.
4.3. Marcas del rubro textil impulsoras
Patagonia Inc. es una compañía estadounidense de ropa para el aire
libre comercializada como sostenible. La compañía ha abierto un establecimiento dedicado
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a Worn Wear, su negocio de reventa de ropa puesto en marcha en 2017 en el que compra
productos de sus clientes que estén en buenas condiciones, a cambio de crédito en la tienda.
Además, contará también con talleres dedicados a la reparación de estas prendas.
Patagonia cuenta con más de cincuenta tiendas a escala mundial, siempre llamando a la
consciencia hacia el consumismo como lo hicieron en el 2011 con su campaña navideña Don’t
buy this jacket. Patagonia lanzó su icónica campaña en contra del consumismo en el Black
Friday, día con el que tradicionalmente las empresas inauguran las compras navideñas a
través de grandes ofertas.
La empresa ha presentado crecimiento en los años siguientes a favor del consumo
responsable, sin soltar su mensaje a favor de la calidad y en contra de las compras poco
inteligentes, teniendo en cuenta que se le considera una compra inteligente a una prenda de
calidad, duradera y versátil. La marca continúa encontrando formas innovadoras de contar su
historia, como lo demuestra la iniciativa que lanza con motivo del Black Friday 2013: se trata
de Worn Wear, una campaña que aboga por la reutilización de las prendas, arreglándolas y
parchándolas para que extiendan su tiempo de vida.
Al mantener la ropa en uso por más tiempo, se reduce su huella de carbono, residuos y agua
entre un 20% y un 30%. La misión de Patagonia es crear los mejores productos en el planeta
y ayudar a resolver la crisis ambiental. En la responsabilidad de la empresa no sólo está el
cómo se hace la ropa, sino también en lo que ocurre una vez que alguien la compra. Por esas
razones, pretende ayudar a la gente a maximizar el uso de los productos, compartiéndolos y
reparándolos si es necesario, para que puedan ser aprovechados y usados por más de una
persona.
Para el año 2021, el proyecto Worn Wear se mantiene en pie, lo continúan promoviendo a
través de vídeos tutoriales expuestos en su página web, YouTube y otros medios, de modo
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que, si a uno de sus usuarios se le rompe una prenda, pueda acceder a los tutoriales para
repararlo desde casa y así evitar que la ropa sea desechada.
Además de mantener el pie la iniciativa mencionada, también comunican acerca de su
compromiso con el planeta buscando reciclar cada vez más fibras, según la información en su
página oficial, para el año 2021 su línea de la última temporada cuenta con el 69% de
materiales reciclados.
Por otro lado, Adidas también se sumó al cambio y se alió con Parley for the ocean, que es
una organización ambiental y una red de colaboración global fundada en 2012, Parley tiene
como objetivo crear conciencia para inspirar y empoderar a diversos grupos. Este suele
generar alianzas con distintas marcas, organizaciones, artistas, biólogos, celebridades y
referentes junto a quienes crean campañas y acciones para solucionar la gran crisis de los
mares.
Parley Ocean Plastic es un material creado a partir de desechos plásticos reciclados que se
recolectan en las playas y comunidades costeras antes de que lleguen al océano. En Adidas
lo usan para reemplazar el plástico virgen en la confección de todas las prendas deportivas de
alto rendimiento de la colección Adidas x Parley. Una vez retirados los residuos plásticos de
las costas, se embalan y envían a los colaboradores de la cadena de suministro de Parley.
Después se trituran y se transforman en hilo de poliéster de alto rendimiento, que luego se
utiliza para crear la ropa deportiva. Y para concluir, en cuanto a beneficios monetizados:
Adidas, a través de su aplicación Runtastic y el evento creado “Run for the Oceans” va a donar 1 dólar por cada kilómetro recorrido, entre el 8 de junio y el 8 de julio de 2018 y volcado en el evento de la aplicación. ¡Sólo en las playas de El Prat, en apenas un par de horas, se habían recorrido más de 400km! La cantidad acumulada a nivel global en las tres semanas que el evento corre es la friolera cantidad de más de 5 millones de kilómetros. El dinero recaudado al final de “Run for the Oceans” irá destinado al programa Parley Ocean Plastic y a una de sus iniciativas: Parley Ocean School, donde la educación y el aporte de herramientas bajo una experiencia inmersiva se antoja clave para la concienciación de quienes han de tomar el relevo en la preservación de los océanos. (Gil ,2018, s.p).
64
El proyecto de Adidas en conjunto con Parley se continuó desarrollando y según Valls,
recogieron alrededor de 7000 toneladas de restos de plásticos para la creación de los
productos, sin embargo, el objetivo es reemplazar en su totalidad el plástico virgen por el
reciclado para el resto de sus colecciones (2020).
Por otra parte, la diseñadora argentina Lucía Chain, crea indumentaria ecológica generando
tintes naturales extraídos de plantas para colorear sus textiles. Es una propuesta de diseño de
autor emergente que realiza prendas andróginas comprometidas con el medio ambiente. Su
materia prima se basa en materiales naturales, orgánicos y algunos transformados a partir del
supra-reciclado. Los diseños contemplan la forma de confección basura cero mediante la cual
no se generan desperdicios. Chain se dio a conocer en el año 2014 en un desfile presentado
en la BAFWeek, a partir de ese momento ubicó los concursos como una posibilidad de darle
visibilidad a su proyecto sustentable. Posteriormente viajó a Milán, Holanda, Finlandia, Chile,
Costa Rica, Berlín, Miami y Ámsterdam a presentar sus colecciones en la semana de la moda.
También es posible encontrar sus diseños en exposiciones de vanguardia, como la realizada
en el Museo Ferragamo, en Florencia, Italia, donde fue seleccionada para ser parte de
Sustainable Thinking, una celebración de la sostenibilidad del cruce entre arte y moda.
Además del anteriormente mencionado diseño de autor ecofriendly, se presenta la marca
Biotico con moda ética y de lujo sostenible, creada en 2014 por la diseñadora de
indumentaria Jesica Pullo. Presentando un modelo comercial comprometido con causas
sociales y ambientales, que plantea un nuevo paradigma en la creación de prendas y
accesorios. Todos los diseños están hechos completamente con materiales reciclados
o recuperados, algunos provienen de descartes generados en la producción textil de
reconocidos diseñadores de Buenos Aires, otros de descartes urbanos y domésticos
tales como sobres o bolsas de leche, paquetes de papas fritas o bolsas plásticas
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comunes. Y posteriormente esos desechos son revalorizados y transformados en
materia prima y textiles para sus colecciones.
El concepto de la marca se destaca ya que busca un compromiso no sólo ambiental,
sino que también social y económico. Pues capacitan y emplean personas de pueblos
vulnerables para la elaboración de sus productos y a la vez los preparan con
habilidades y conocimientos útiles, para que en el futuro puedan llevar a cabo sus
propios emprendimientos sustentables si es que así lo desean. Resulta importante
destacar que desde el 2016 trabajan junto al taller ALPAD (Asociación Laboral Para
Adultos con Discapacidad intelectual) en la producción de los textiles reciclados, lo
propicia un sostén de empleabilidad, autoestima y participación social.
Biotico también actúa como una plataforma de concientización sobre problemáticas
ambientales, dando charlas y entrevistas en eventos, televisión, radio, revistas y
noticias. Brindan talleres de textiles reciclados, en los que comparten sus técnicas
con niños, adolescentes y adultos. Y por último y no menos importante, se unen con
diseñadores o marcas argentinas para vender sus productos.
Otra de las marcas argentinas impulsoras es Cúbreme, en la que se ofrecen textiles con
certificación B, calificación otorgada a empresas que dan soluciones a problemas sociales y
ambientales otorgado por B Corp. Cúbreme es una marca especializada en abrigos, suéteres,
vestidos, ropa cómoda para la casa y accesorios realizados con fibras naturales autóctonas
de Sudamérica, como lana de llama y de oveja merino. Las mismas son obtenidas de
productores responsables con el cuidado de sus animales, y combinadas con otros materiales
como bambú y algodón agroecológico.
La sutil gama de colores de las prendas es fruto de la tonalidad natural de los animales e
hilados, ya que no se utiliza ningún tipo de tintura adicional. Además, la producción de la marca
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se lleva a cabo bajo premisas de comercio justo y con una trazabilidad impecable que permite
conocer todo el proceso de cada prenda.
Finalmente, se lograron mencionar apenas algunas marcas argentinas, en relación a la
numerosa cantidad existente hasta el presente año 2021, sin embargo, los números continúan
creciendo. Y lo más importante de que cada vez más marcas sumen el concepto de
sustentabilidad en sus valores, es que difunden la problemática ambiental y promueven
posibles soluciones que en conjunto pueden generar cambios más notorios.
4.4. Tendencia do it yourself (DIY) o hazlo tú mismo.
La tendencia DIY tiene un origen y se remonta al momento que la revolución industrial tomó
fuerzas, llevando a las personas a dejar de fabricar por ellas mismas determinados objetos y
a fomentarles la actitud de comprar cada vez más y sin pensar. Fue así como con ello,
llegaron movimientos anti-consumo como el hazlo tú mismo.
En un mundo tan globalizado como en el que se está viviendo, muchas personas acuden a
comprar productos muy similares entre sí, ya sea porque les gusta o porque es lo único que
les ofrece el mercado, que logra adaptarse a sus necesidades o deseos. Es por ello que la
tendencia do it yourself se comenzó a difundir e igualmente globalizar, como un canal para
recuperar la identidad de cada persona y poder diferenciar ciertas cosas de otras.
Existen instructivos DIY para muchos intereses, en formato de imagen, video y/o texto. Dicha
variedad puede arrancar desde tutoriales para recuperar un pantalón roto, hasta el paso a
paso de cómo crear un sillón desde casa, con diversos materiales. La llegada de esta
tendencia a la sociedad se ha estado incrementando en los últimos años, y hoy con la
importancia que toma la sustentabilidad, el do it yourself se convierte en un recurso importante
que apoya las causas ambientales, sociales y económicas.
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En el año 2020, con la mayoría de las personas en aislamiento social por las medidas tomadas
a nivel mundial para evitar la expansión del coronavirus, el auge del DIY se ha proliferado y ha
fomentado la práctica de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. Dicha práctica consta en
reducir o simplificar la adquisición de todos aquellos productos que se compran y se
consumen, con el fin de disminuir la cantidad de desperdicios. Es decir, en vez de comprar
cuatro paquetes de un producto, comprar un paquete que contenga la misma cantidad, pero
con menos empaque. Esta práctica también propone reutilizar y darle mayor vida a cada
artículo, un ejemplo cotidiano es el uso de bolsas reutilizables a la hora de hacer compras y
de eso modo, evitar el consumo excesivo de bolsas plásticas. Y el último ítem, pero no menos
importante, es el reciclaje, el cual consiste en someter desperdicios o materiales usados, a un
proceso de transformación para que puedan ser nuevamente utilizados.
Gran cantidad de personas a través de los medios de comunicación como las redes sociales
Instagram, Facebook, YouTube y Pinterest, dieron a conocer creaciones caseras realizadas
por ellos mismos:
La industria de la moda es uno de los sectores que apunta a la aplicación de la herramienta
hazlo tú mismo. Por ejemplo, instagramers venezolanas como Rosanna Zanneti y Nathalia
Niño se atrevieron a realizar la técnica tie dye, que se utiliza para teñir las prendas a base de
diferentes tintes y nudos para crear un estampado original en las prendas. EL PAÍS SModa, es
una de las tantas revistas que optó por realizar un artículo entero acerca de la tendencia tie
dye, donde comentaban:
Las prendas desteñidas, asociadas al movimiento hippy de los 70 y que tanto éxito volvieron a tener en los 90 y 2000, vuelven en tiempos de crisis como símbolo de optimismo y esperanza. Las redes se llenan de ropa de colores (y de tutoriales para teñirla en casa). (Ferrero, 2020, s.p).
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La venezolana Rosanna Zanneti comunicó que su truco favorito para darle una segunda vida
a prendas blancas que se han manchado o han perdido su brillo inicial, es mediante la técnica
del tie dye, quedando como prendas nuevas.
También se observan objetos decorativos e implementos prácticos para el hogar, hechos a
base de productos reciclados y materiales como madera, cuero, cemento, telas, corchos y
más. Algunos de esos artículos para el hogar son maceteros, estanterías, muebles, escritorios,
colgantes, canastos, entre otros.
Otro rubro que decidió inclinarse al auge del DIY con fines sustentables, es el de la cosmética,
especialmente de jabones naturales y champús sólidos. Se podría decir que es la última
tendencia en productos de cuidado personal y son elaborados con ingredientes totalmente
naturales en pro a la salud del cabello y a la reducción de sustancias químicas dañinas y
conservantes. La presentación y/o empaque de los mencionados productos suele ser de
materia natural, por lo que contribuye a la disminución mundial de plásticos y cuentan con la
característica de no ser probados en animales.
Aunque muchas personas se han visto favorecidas utilizando el recurso del DIY, resulta
importante mencionar que no en todo proyecto acaba siendo la herramientas más efectiva o
aplicable. Por ejemplo, si el trabajo a realizar requiere el empleo de utensilios de construcción,
como clavos y martillos, es necesario tomar en cuenta la ejecución, ya que mal aplicada puede
acabar generando daños en la persona o en el producto. Otro caso ejemplar, es el de la
confección artesanal, pues hay que contar con un estudio previo para lograr que aquello que
se quiere construir logre ser funcional y duradero, de lo contrario, puede resultar siendo
desvalorado y un material con menor posibilidad de reciclaje. Es por ello que se recomienda
la practica o entrenamiento gradual, para llegar a mejores resultados y evitar que la práctica
se convierta en un mal momento ya que además de ingenio, requiere tiempo.
A continuación, se mencionarán algunos beneficios y desventajas que trae consigo el DIY:
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La principal ventaja es que los proyectos de DIY se pueden llevar a cabo fácilmente con
materiales reciclados o reutilizados. Se le asignará un ciclo de vida más largo a la materia
prima o producto transformado. Además, la persona no tendrá que pagar mano de obra
de alguien más, así que ayudará a reducir la cantidad de dinero que se invierta para tener
el producto final. Y, por último, ayuda a mantener ejercitada la mente, pues no se para de
aprender, razonar, aumentar la creatividad y ejercitar las funciones mentales en general.
Con respecto a desventajas se podrían mencionar, el largo tiempo que se le puede llegar a
dedicar a cada proyecto, la falta de herramientas o utensilios necesarios para un desarrollo
más certero y enriquecedor, y, por último, que puede resultar un recurso muy metódico para
algunas personas.
4.5. Análisis del sistema de producción y consumo
Para lograr visualizar posibles resultados a futuro con respecto a cambios en el sistema de
producción y consumo textil inclinados a un modelo sostenible, se lleva a cabo un relevamiento
de diversas perspectivas provenientes de diseñadoras de indumentaria argentinas, recibidas
en distintas épocas y laburando en el rubro textil. El presente relevamiento se lleva a cabo a
través del método de recolección de datos la entrevista, con el fin de realizar un análisis
comparativo y lograr llegar a una conclusión basada en diversas perspectivas de personas
involucradas en el rubro como productoras y consumidoras textiles. Además, se decide realizar
la entrevista a diseñadoras con diversos años dentro de la industria, ya que de ese modo se
podrían destacar las posibles diferencias en relación al nivel de importancia que se le ha
brindado al tema a lo largo de los años.
4.5.1. Perspectiva 1
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La primera entrevista se lleva a cabo con la diseñadora de indumentaria Melisa Constanzio,
argentina de 43 años de edad, recibida en la Universidad de Buenos Aires en el año 2003 y
actualmente parte del equipo de diseñadoras de una empresa del rubro jeaneria de más de 30
años en el mercado.
Como introducción, se plantea el tema del fast fashion. En lo que Melisa sugiere que la moda
rápida, como modelo de producción de colecciones de tendencia y poseedora de moda a bajos
precios, no es un modelo indispensable para el año 2021 ni el porvenir, sin embargo, considera
que todas las personas deben adaptarse a ese modelo o concepto de moda ya que es el que
aplica y promueven las populares marcas como Zara, Forever 21, H&M, entre otras, y que,
además, se irá fortaleciendo cada vez más de acuerdo a su perspectiva.
En cuanto a la educación adquirida durante sus años de estudio con respecto a las
consecuencias que la industria textil podría generar en el planeta, manifiesta no haber recibido
información. No obstante, al transcurrir de los años y al adquirir experiencia en el rubro como
profesional, fue cuando comenzó a adquirir conocimientos acerca del tema, especialmente en
el área de lavadero y otros procesos textiles.
La entrevistada considera que los consumidores de moda se encuentran en constante cambio
ya que se adaptan a las tendencias que sugieren las grandes marcas y modifican
indirectamente sus formas de consumo constantemente. También agrega que, aunque hay un
problema visible y se necesite realizar cambios, cree que son las grandes industrias quienes
deban iniciarlo y llevaría mucho tiempo y dificultad, aunque no lo evalúa imposible.
4.5.1. Perspectiva 2
La segunda entrevistada ha sido Laura Subbert, diseñadora de indumentaria de 42 años, quien
cursó su última materia en el año 2003 en la Universidad de Buenos Aires y actualmente
trabaja en una empresa del rubro jeanería.
71
Laura opina que la moda rápida es muy importante hoy en día ya que hay que amoldarse a
ella para figurar dentro del mercado. Posteriormente se le plantea el escenario contaminante
que presenta la industrial textil con el modelo de fast fashion y comenta que actualmente
distintas marcas internacionales están tomando cartas en el asunto, y que, en el parámetro
nacional, aunque hay opciones para consumir de modo responsable, no observa cambios en
el sentido sustentable por parte de las marcas de indumentaria. Finalmente, se le cuestionó
sobre el sistema de producción enseñado durante sus años de carrera universitaria y comenta
que es similar al actual, salvo por los avances tecnológicos que han logrado acelerar los
procesos productivos y que, en líneas generales, no considera que el modelo de producción
actual pueda presentar algún cambio importante en los próximos 10 años.
4.5.1. Perspectiva 3
La tercera entrevista se le realizó a Magali Pardini, diseñadora de indumentaria de 27 años de
edad, recibida en la Escuela Argentina de moda en el año 2018. Magali comenta su
perspectiva sobre la moda rápida como un mecanismo capitalista que tiene como intensión
hacer a los seres humanos adictos a comprar ropa que probablemente no necesite o sea
desechada a corto plazo. E inclusive, opina que las propuestas sustentables que han
planteado y aplicado marcas como H&M, no compensan el daño que genera la industria de la
moda rápida y que ese sistema debería parar. Posteriormente se le preguntó si durante sus
años de estudio se les planteó algún modelo de producción en específico y ella comenta que,
por su parte, coincidió con profesores que optaban por un sistema de moda inclinado al
reciclaje, la deconstrucción y reutilización de prendas, de lo que se encuentra agradecida.
Magali sugiere que la industria textil podría ser más flexible con el planeta replanteando
algunos procesos de teñido y sustituyendo tintes artificiales por naturales, aunque eso conlleve
la pérdida de ciertas tonalidades de telas en el mercado. Y que, si no se proponen cambios en
72
mayor magnitud y relevancia, se estará aceptando el deterioro acelerado de la vida y el medio
ambiente. No obstante, la diseñadora mantiene la idea de que cada vez más personas, marcas
y emprendedores en general, se irán sumando a un estilo de vida más eco friendly.
4.5.1. Perspectiva 4
La cuarta entrevistada es la diseñadora de indumentaria Amira Mendoza de 25 años de edad,
recibida en el año 2021 en la Universidad de Palermo.
La entrevista con Amira, al igual que como a demás entrevistadas, arranca con el tema del fast
fashion bajo su perspectiva, y es cuando la diseñadora comenta que la moda rápida fue el
resultado de la necesidad de mercado que buscaba seguir las tendencias propuestas por las
marcas de lujo, pero en una versión de bajo costo y menor calidad, sin brindar importancia al
aspecto contaminante y explotador en el ámbito laboral. Considera que no es un sistema
indispensable ya que actualmente se presentan diversas opciones en el mercado para elegir
y que gracias al acceso que se tiene a la información se puede ver con mayor claridad el
deterioro que la moda rápida genera, lo que permite crear conciencia y consumir de un modo
más responsable.
Durante los años de estudio, Amira cuenta que tuvo la oportunidad de elegir cada catedra con
distintos profesores y que su intención era absorber puntos de vista diferentes y en base a ello
ir formando su propia opinión sobre la moda y todo lo que conlleva. Comenta que diversos
profesores les dieron a conocer las consecuencias de la industria textil sobre el medio
ambiente y educaron sobre un modelo sostenible. Sin embargo, también cursó con profesores
que opinaban que diseñar bajo el concepto de sostenibilidad era solo una moda, es decir, no
lo consideraban un modelo perdurable con potencial.
Amira opina que los daños ocasionados son enteramente visibles y que en cierto tiempo
observa factible un cambio, especialmente de parte de empresas que surgieron por la moda
73
rápida, también considera necesario que las marcas que manejan este modelo de producción,
generen un plan de acción con tiempos ejecutados para ver cambios reales.
Por su parte, la entrevistada observa un cambio más notorio en los consumidores, por ejemplo,
cuando eligen el consumo de productos biodegradables o con bajo impacto ambiental, al optar
por reciclar o donar en vez de desechar, al preferir comprar en un local y evitar el envío en
transportes contaminantes, entre otras acciones.
Posteriormente, se le pregunta si considera factible algunos cambios notorios en la industria
textil frente al medio ambiente en los próximos 10 años y cómo lo justificaría, a lo que Amira
responde que durante sus años de estudio logró notar que cada vez que se presenta algún
impacto negativo en la sociedad, se comienzan a generar grandes cambios, y que, a raíz de
la pandemia mundial, surgieron cambios radicales tanto en la oferta como en la demanda. No
obstante, recalca que eso no significa que antes de la pandemia no existiera una intensión
sostenible de parte de productores y consumidores, sino que se presentaba, por ejemplo, en
formatos de marcas no reconocidas, generando desconfianza a los posibles consumidores, o
en su contraparte, en marcas muy reconocidas pero a precios elevados o inaccesibles para
muchas personas, y lo que Amira pudo observar, es que el cambió se generó en la perspectiva
de las personas y se permitieron acceder a lo que ofrece el mercado, ya sea como marca
reconocida o nueva, enmarcada dentro de sus posibilidades y necesidades como consumidor.
Finalmente, la entrevistada opina que aún hacen falta acciones y ejecutarlas de tal manera
que puedan extender la vida humana y los recursos naturales. Y que para lograr un equilibrio
entre el planeta tierra, los productores y consumidores, antes se tendría que lograr un equilibrio
entre las empresas que desarrollan avances tecnológicos/científicos y los gobiernos para
desarrollar de ese modo una industria sostenible y que los productores puedan acceder a
distintas tecnologías para responder a las demandas sin afectar el medio ambiente.
74
Capítulo 5. Colección
La propuesta del siguiente capítulo, surge a través de la búsqueda de una posible disminución
de la contaminación ambiental, a causa de las fibras sintéticas proporcionadas por la industria
textil a través de retazos o residuos textiles. Se plantearán posibles métodos de recolección
de materia prima para la creación de la colección, respondiendo al cómo y a dónde acudir para
lograrlo. Se aclarará en qué rubros se va a enmarcar la colección, qué líneas de productos
contemplará y cuál es el estilo a trabajar, dicho estilo debe responder a un estereotipo actual
para lograr que el proyecto tenga atracción social y una continuidad después de finalizado. Se
ejemplificará una colección de productos realizados a partir del reciclaje textil de fibras
sintéticas, apoyado de otros productos no textiles para dar forma y funcionalidad. Y finalmente,
se realizarán distintos empaques o packagings para cada artículo elaborado, con propósitos
funcionales o reutilizables. Es importante destacar que, aunque la colección se realizará en
formato digital, en este capítulo se mencionarán los métodos y herramientas necesarias para
llevarlo a cabo físicamente.
5.1. Recolección de materia prima
Para la realización de una colección de productos con materia prima sintética reciclada, es
importante acudir a fábricas que trabajen en su mayoría este tipo de fibras, como las de trajes
de baño, abrigos, indumentaria deportiva, tapicería, fabricantes independientes y las de moda
rápida.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por ejemplo, se pueden encontrar residuos de este
tipo, en la zona de Flores, especialmente en las cercanías de la conocida Avenida Avellaneda,
donde se ubican gran cantidad de locales de ropa, carteras, calzado, entre otros. Donde
usualmente, las fábricas de algunas de esas tiendas, se ubican cerca de dicho punto de venta.
75
Muchas de las fábricas de la zona mencionada anteriormente, desechan sus residuos en
grandes bolsas y las dejan dentro o cerca de los tachos de basura más cercanos a sus fábricas,
y estas pueden ser recogidas por camiones de reciclaje, por personas comunes que necesiten
realizar algo con ese contenido, pueden resultar directamente en vertederos luego de ser
llevadas por el sistema de transporte de basura urbana de la ciudad, o en casos inesperados,
pueden ser abiertas por personas en situación de calle en busca de ropa, o por animales
callejeros en busca de comida (por dar un ejemplo), lo que resulta siendo negativo puesto que
derrumba los residuos, que con facilidad, la intervención del viento, la lluvia y otros factores,
podrían esparcir y generar mayores amenazas ambientales. Resulta importante mencionar,
que los hechos descritos, han sido observados por la autora del presente PG, mediante visitas
realizadas a esos lugares durante la realización del proyecto. Es por ello que realizar solicitud
de residuos textiles en fábricas de ese sector industrial, puede resultar favorable tanto para la
realización de la colección del presente proyecto, como para el cuidado ambiental.
Así como en Flores y sus alrededores, también se pueden encontrar residuos similares en la
zona Once de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí se ubican diversas tiendas de
disfraces, mercerías, indumentaria, cortinas, maniquíes, percheros, telas, entre otras. Y
algunos de los residuos generados son retazos de tela, tubos de plástico que mantenían cintas
enrolladas y empaques deteriorados de plástico.
Aunque algunas fábricas de indumentaria de distintos sectores, suelen recolectar bolsas de
retazos de distintas fibras, para luego comercializarlas a otras fábricas para la creación de
trapos de piso, paños de cocina, banderines decorativos u otros artículos, muchas otras optan
por no tomar acción al respecto y acuden a desecharlas, ya que resulta el método más sencillo.
Sin embargo, gracias al amplio desarrollo presentado en los capítulos anteriores, se logra
entender que el descontrol de residuos químicos o sintéticos puede ser perjudicial tanto para
el medio ambiente como para los seres vivos por causa de su desprendimiento de
76
microplásticos y emisiones de gases de efecto invernadero. Es por la incertidumbre generada
y la falta de compromiso observada, que Once es otro de los lugares en los que solicitar
residuos sintéticos puede contribuir a la disminución de la contaminación ambiental.
Los estudiantes y trabajadores independientes del área de corte y confección también son
posibles aliados a contribuir en los proyectos basados en el reciclaje. Pues al ser residuos que
generan desde sus talleres, casas u oficinas, suelen ser desechados fácilmente en cualquier
depósito de basura ya que no son cantidades industriales y parece ser poco importante. Como
suele ser el caso de las modistas, estudiantes de diseño de indumentaria, artesanos y
costureros.
Las marcas y fábricas tomadas en cuenta para el aporte de residuos sintéticos con fines
sustentables, se verán más interesadas en apoyar o responder las solicitudes emitidas, si en
la campaña o proyecto a realizar, estas son mencionadas. Pues eso les sumaría valor y los
ubicaría en el listado superficial de empresas, marcas o personas amigables con el medio
ambiente, lo que podría llegar a sumarles más clientes a corto, mediano y largo plazo. Es decir,
que puede resultar siendo un tipo de publicidad beneficiosa, a cambio de residuos textiles. Tal
y como sucede con cadenas de moda reconocidas como Inditex y H&M, en las que también
consideran de suma importancia los reconocimientos obtenidos por las causas y proyectos
ecofriendlys, tema expuesto en el capítulo 3 del presente PG.
En el 2019, el diario La Nación publicó una nota en la que se comunica que, según el Ministerio
de Ambiente y Espacio Público, la ciudad de Buenos Aires genera alrededor de 7.300
toneladas de residuos al día, de los cuales alrededor del 80% recibe tratamiento. La Ciudad
Autónoma de Buenos Aires cuenta con un Centro de Reciclaje con cinco plantas destinadas a
materiales que provienen de grandes generadores, de las comunas, de las obras y de las
cooperativas. Y en cuanto a los textiles, la única tela recolectada por los puntos verdes según
la Agencia de Control Ambiental, es la Friselina, ya que al estar hecha con polipropileno 100%
77
se puede fundir y reutilizar. Todavía no hay un programa o una tecnología especialmente
destinada a la recuperación de textiles en general.
5.2. Rubros, líneas y estilo
El concepto principal del PG se basa en el aprovechamiento de residuos de telas de fibras
sintéticas, para contribuir a la disminución de la contaminación ambiental, a partir de la
elaboración de objetos en el ámbito de la moda, como pueden ser prendas de vestir, carteras
u otros accesorios.
Como se ha mencionado, la principal materia prima serán los retazos textiles, los cuales
pasarán por un proceso de selección que responderá a un estilo general asignado a la
colección y posteriormente se realizarán texturas táctiles con algunos de ellos para generar
materiales más amplios. Las texturas táctiles son aquellas percibidas principalmente por el
tacto y son tridimensionales, es decir, tienen volumen. La materia prima secundaria que se
utilizará en cada producto de la colección será recolectada en base a lo que sugiera cada
diseño, ya sea de primera o segunda mano.
El rubro que representará la colección del presente proyecto de grado es el de la indumentaria
casual y el estilo que se implementará será el vanguardista buscando que cada pieza presente
un sello innovador y artístico. Generando de ese modo un atractivo diferencial y motivador a
favor de la moda ecológica.
Para que un producto sea innovador tendría que presentar características diferentes en
comparación con la indumentaria casual que ofrece el mercado argentino, ya sea sumando
algunas transformaciones o presentando algo totalmente nuevo.
El estilo vanguardista presenta accesorios inusuales, colores vibrantes, formas irregulares o
asimétricas y texturas y diseños inesperados. En cuanto a materialidades se presenta un
78
abanico de oportunidades, ya que al ser innovador puede presentar piezas de casi cualquier
material que responda al objetivo, desde plásticos y metales hasta textiles de cualquier fibra.
Para responder al estilo mencionado anteriormente, se buscará utilizar una mezcla de colores
neutros y vibrantes. Las texturas a implementar serán geométricas y comunicativas. Pues cada
diseño tendrá la intención de comunicar algo a través de textos que, en cada prenda como
unidad tendrá un valor, pero en conjunto con el resto de la colección tendrá un significado aún
más amplio.
La morfología que se trabajará será geométrica y orgánica. Introduciendo desde allí los
conceptos de las figuras geométricas y los recursos que nos brinda la propia naturaleza en el
día a día. Para dar forma a la propuesta de colección como productos terminados, se
necesitarán elementos fundamentales como los avíos, los cuales serán nuevos, seleccionados
e intervenidos en base al estilo vanguardista.
Determinar el público objetivo es de suma importancia al momento de crear una colección, ya
que a partir de ello se podrá alcanzar la meta planteada, que es lograr que los productos
desarrollados lleguen al usuario correcto o pretendido y genere un impacto en el mismo.
En el caso del objeto de estudio del presente PG, la colección se dirige a un usuario joven
entre aproximadamente 18 y 28 años de edad, lo que no significa que al ser consumido por
otras edades no vaya a lograr el objetivo principal que es reducir los residuos sintéticos y
concientizar a la sociedad a través del indumento, sin embargo, el estilo a desarrollar es más
empleado por el rango de edad establecido. Geográficamente está pensada para habitantes
en Argentina o cualquier otro lugar, interesados en la temática y estilo establecido.
En lo que respecta al género, no se dirige a uno en específico ya que las piezas a desarrollar
se enmarcan dentro de las tipologías básicas unisex como remeras, pantalones y abrigos
oversize y algunos accesorios que no apuntan a un género en particular.
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Algunas cualidades del usuario de colección es que suelen ser modernos, presentar un estilo
creativo, son amante del arte y se muestran abiertos a los cambios. Un usuario que en su día
a día frecuenta eventos culturales, asiste a la universidad o a distintos cursos, mantiene una
vida social activa, le preocupan los acontecimientos ambientales y se interesa en las
novedades de su entorno. Prefiere adquirir productos de calidad y apoyar el sistema de
producción de moda consciente en donde cada participante obtiene lo que le corresponde.
5.3. Desarrollo de colección
La colección a presentar está pensada desde un enfoque que abarca el desarrollo sostenible
tomando en cuenta las dimensiones económicas, sociales y la ambientales, las cuales fueron
desarrolladas en el capítulo 4.
La dimensión económica se verá reflejada en la realización de los productos en sí mismos, ya
que se abaratan los costos implementando el reciclaje textil y han sido elaborados a través de
un proceso social y ambientalmente responsables.
Si la práctica de la elaboración de productos a partir del reciclaje, basada en la herramienta
del do it yourself y habiendo planificado una colección profesional, estos podrían ser productos
preparados para la comercialización. Y en el presente PG se generará una propuesta enfocada
en una materialización viable, prolija y conceptual.
Tal y como se mencionó en el capítulo 1, la revolución industrial, aunque generó cierto
desempleo, trajo a cambio una mayor oportunidad de empleo con la creación de cierta
maquinaria como la de coser y la del telar. Durante el 2020, la llegada de la pandemia del
COVID-19 generó un fuerte impacto en la sociedad laburante, pues se presentó un amplio
número de desempleo y bajas en la calidad laboral de parte de los empleadores, y en sus
efectos una sociedad precarizada con constante incertidumbre del porvenir. Por lo que el
desarrollo del presente PG se considera una oportunidad para personas que quieran dar inicio
80
a un emprendimiento en el ámbito de moda sustentable. A continuación, se mostrarán algunos
porcentajes extraídos por las Naciones Unidas en Argentina para un análisis inicial del
panorama nacional frente a la pandemia:
En el contexto del aislamiento social, la principal causa asociada con la disminución de ingresos está relacionada con el tipo de actividad económica (venta ambulante, trabajo por cuenta propia de plomería, albañilería, electricidad, changarín, etc.) y la imposibilidad de salir a trabajar (56%); seguida por la suspensión temporal (18%); la disminución en el nivel de ventas, pedidos o clientes (15%); la reducción de horas trabajadas (12%); la reducción de salario (8%), entre otras con menor incidencia. Esto se ve reflejado en que, por ejemplo, en aquellos hogares sin presencia de asalariados, el 72% sufrió una reducción de sus ingresos. (covid-19 en Argentina: impacto socioeconómico y ambiental, 2020, p.28).
Con respecto al aspecto social, busca educar al espectador o usuario sobre el consumo
responsable. El PG expone las necesidades y las herramientas para desarrollar una colección
de productos desde el reciclaje textil. El ámbito social para el desarrollo sostenible busca una
sociedad educada, bien alimentada y con calidad de vida, eso brindaría mayor posibilidad de
una acción ciudadana responsable.
La dimensión ambiental se presenta en todo el proyecto ya que promueve la protección de los
recursos naturales, generándole un ciclo de vida más largo a cada material y apostando a
mano de obra con presencia artesanal para recuperar mayor cantidad de materia prima.
La colección del presente PG se denomina Modarte responsable, y estará compuesta por ocho
piezas únicas e irrepetibles que individualmente comunican algo, pero en conjunto forman la
siguiente frase compuesta por la autora de la colección: Somos una pequeña parte de este
misterioso universo lleno de amor. Yo decido valorarlo, respetarlo y disfrutarlo. Los prototipos
son los que se mencionarán a continuación:
La primera prenda es una remera con recortes con diversas texturas, escote redondo, mangas
cortas con volado en terciopelo elastizado, un bolsillo delantero y bordado artesanal con la
frase “somos una”. La segunda es un remerón con mangas cortas enterizas, escote redondo,
recortes en distintas direcciones y texturas diversas pero monocromáticas, además lleva la
81
frase “pequeña parte” bordada artesanalmente, esta también presentará distintas texturas de
acuerdo a la selección realizada para respetar la paleta de color y estilo de colección. La
tercera tipología es una camisa con cuello inglés, botonadura, mangas largas, bolsillo
delantero irregular, mezcla de texturas y bordado con la frase “de este misterioso universo”.
Con respecto a los botones, son de 1cm. Intervenidos con resina y bordada con hilo en contra
tono. “lleno de amor”, La cuarta tipología es un es un short holgado tiro alto con dos bolsillos
delanteros y uno trasero, tres botones delanteros de 2cm., Recortes, distintas texturas de
colores neutros y la frase “lleno de amor” bordaba en contra tono. El quinto prototipo es una
bermuda tiro alto con recortes, cintura con elástico, vivo delantero y bordado de palabras con
la frase “yo decido” sobre una pierna. La sexta prenda de la colección es un enterizo cuello
tortuga con mangas largas, que presenta textiles con técnica de patchwork en conjunto con el
matelase artesanal previamente mencionado, un bolsillo delantero, cierre dientes de perro
central y la frase bordada “valorarlo”. El séptimo artículo es un chaleco elaborado con una
textura matelase artesanal, realizada con la técnica de patchwork, reforzada con una capa de
nylon transparente y rellena con guata, esta prenda presentará una paleta de color mixta y
llevará la frase “respetarlo” bordada en un rectángulo agregado como extensión de la prenda,
presenta un cierre dientes de perro desmontable central y los acabados son con vivos. La
octava pieza es un blazer cropped en tricromía, con mangas largas, un botón de 2cm.
Intervenido, denim desflecado y la frase bordada “y disfrutarlo”.
Todas las prendas que componen la colección Modarte Responsable corresponden a una
silueta recta y estructurada. Presentan vivos decorativos y/o funcionales para dar un mejor
acabado al producto y el colores que generen contratono. Asimetrías para representar el
desequilibrio ambiental, aplican la técnica retazal, también conocida como patchwork, la cual
consiste en la unión de fragmentos de tela para crear una nueva más amplia. Cada producto
lleva cosida una etiqueta de tela bordaba en la parte interna que contiene el nombre de la
82
colección y la frase completa para comunicar el concepto y brindarle mayor atractivo y valor al
mismo.
5.3.1 Packaging
Cuando se habla del packaging de un producto, se habla de su envoltorio, es decir, lo que lo
contiene, como por ejemplo las bolsas, cajas, sobres, etcétera, que en su mayoría son
realizados con materiales plásticos y/o de un solo uso, lo que procede a generar una
problemática visible. En los últimos años, desde el 2015 aproximadamente, se comenzaron a
implementar en los grandes supermercados de Argentina y locales de distintos productos, la
utilización de bolsas reutilizables para sustituir las de un solo uso, sin embargo, aún hay
muchos establecimientos que conservan el uso de las de plástico desechables. Por ende, la
colección Modarte responsable presentará su respectivo packaging reutilizable fabricado
desde el reciclaje.
El packaging de la colección consta de 8 bolsos tote de tela, cada uno vinculado a cada prenda.
Las bolsas presentan bolsillos, frases bordadas y recortes en cantidades reducidas para
simplificarlas. La variedad se presenta en 3 medidas de acuerdo al producto, estas son de
30x40x5cm., 40x50x7cm. Y de 50x50x10cm. Y en colores neutros. La cinta de agarre o para
colgar cuero sintético para asegurar soporte y comodidad para cargar tanto cosas livianas
como pesadas.
5.3.1 Producto terminado
Un producto terminado es un objeto destinado al consumidor final, que no requiere de
modificaciones o preparaciones para ser comercializado. Para lograrlo, se realizará una rica
elección de materiales, avíos y herramientas de producción, con ello se pretende obtener un
83
producto vanguardista de calidad y duradero. Se considera que contando con esas
características podrá una colección de este tipo alcanzar alta visibilidad y viabilidad.
Gracias a la práctica de la tendencia do it yourself en distintos rubros, desarrollados en el sub
capítulo 4.4, muchas personas que comenzaron creando productos para uso personal, han
decidido llevarla a un plano comercial por su excelente eficacia, aspecto de producto terminado
y exclusividad.
Por su parte, gran parte de la sociedad argentina adoptó una manera de elegir al momento de
realizar compras de moda, en la cual cada producto debe contar con practicidad, versatilidad
y comodidad, y si a ello se le suma el consumo responsable, se estaría dando un paso más a
favor de la salud humana, animal y el cuidado ambiental. Por ello, todos los prototipos que
comprende la colección Modarte responsable, cuentan con dichas.
Como se mencionó anteriormente, el usuario que se estima accederá a la realización y/o
compra de productos de la presente colección, es un usuario amigable con el medio que lo
rodea, también conocido como eco-friendly, es decir, que intenta mantener un equilibro entre el
medio ambiente, el ámbito social y el económico. Un usuario que está dispuesto a pagar lo justo
por un producto, en donde tanto el consumidor, como el productor, resultan beneficiados. Además,
sería un usuario interesado por el arte sin brindar tanta relevancia a la edad. Es por ello que los
diseños a presentar en la colección, apuntan a una colección amplia, variada, versátil y sin
género, ya que se considera que el compromiso es de todos como individuos y que mientras
más neutro sea el contenido a presentar, mayor visibilidad y aceptación tendrá.
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Conclusiones El presente Proyecto de graduación titulado Un nuevo destino a los desechos textiles, surge a
partir de la problemática de la producción y el elevado descarte de textiles de fibras sintéticas
denominados residuos, retazos o muestras falladas, consecuencia de las marcas que
producen grandes volúmenes de prendas, y del consumo desmedido de dichos artículos
propuestos por las tendencias y las modas. Ocasionando indirectamente, que los residuos
textiles sintéticos presenten destinos poco favorables como océanos, vertederos o la
incineración irresponsable. Estos hechos han generado impactos negativos sobre el medio
ambiente, los seres humanos y la fauna marina.
Es por los mencionados impactos, la escasa conciencia y la responsabilidad del ser humano
como habitante del planeta en pro a la búsqueda de la conservación ambiental, que el presente
PG se desarrolló a partir de la pregunta problema, ¿cómo la fabricación de productos a partir
del reciclaje textil de fibras sintéticas, puede ayudar a disminuir la contaminación ambiental?
La cual dio lugar al nacimiento del objetivo general del proyecto, que fue la elaboración de una
colección de productos fabricados a partir del reciclaje textil, con residuos de distintas fabricas
locales, con el fin de promover la conciencia ambiental desde diseños creativos y
conceptuales, y de ese modo disminuir la contaminación generada por las fibras químicas.
Por la investigación realizada y el trabajo de campo desarrollado, se detectó la presencia de
un cambio notorio en los productores y consumidores al transcurrir de los años, es decir, desde
el 2000 hasta el 2021 la educación sobre la industria textil, la oferta y la demanda, ha
cuestionado diversos aspectos y los ha discutido para generar conciencia o un cambio en el
modelo de producción y consumo. Por su parte, efectivamente algunas personas han
comenzado a tomar acciones, especialmente las nuevas generaciones, quienes buscan
productos diferentes a los que ofrece el mercado estándar, informarse sobre el proceso de
producción, sobre su origen y sobre su relación con el medio ambiente. Por lo que
85
gradualmente las marcas deberán adaptarse y establecer acciones sustentables para alcanzar
las nuevas exigencias de los consumidores. A raíz de las necesidades y exigencias actuales
de los consumidores, las falencias que presenta la atmósfera y el previo estudio del rubro de
la moda y su sistema de producción, se buscó encontrar nuevas alternativas para aportar
elementos sustentables a la disciplina, basadas en el reciclaje textil y la comunicación por
medio la indumentaria y el arte. Y así surgió la idea de la elaboración de una colección de
productos pensados desde la versatilidad, trabajada en base a un estilo específico y
desarrollando cada artículo con cualidades de un producto terminado para alcanzar mayor
atracción social y empresarial.
Para llegar al desarrollo del objetivo del presente PG se realizó previamente una amplia
investigación sobre la problemática presentada, el panorama ambiental, la posición de algunas
marcas frente a la problemática, y sobre las tendencias actuales acerca del tema. Con la
finalidad de proponer una colección innovadora, viable y atractiva para un usuario moderno.
En principio, se realizó un recorrido por la historia para determinar cómo, cuándo y por qué,
tuvieron origen las fibras sintéticas y la moda rápida, ya que son unas de las principales causas
de la problemática que presenta el PG. Y se logró comprender que las telas de fibras sintéticas
son más económicas y rápidas de producir en relación a las naturales, y que, además, lograron
brindar a los usuarios mayor comodidad, practicidad y versatilidad al momento de vestir y
conservar el indumento. Por su parte, el sistema de fast fashion se popularizó gracias a la
globalización y la revolución tecnológica, generando cada vez más consumo, mayor
producción y mano de obra barata.
Posteriormente se procedió a indagar sobre los efectos que ese material novedoso ocasionaba
sobre el medio ambiente y se concluyó con que, desde el proceso de fabricación textil,
pasando por la fabricación de prendas de vestir, hasta el cuidado y lavado que se les realiza
desde casa, perjudica de distintas maneras, por ejemplo, a través de sus procesos de teñido,
86
microplásticos desprendidos, residuos generados, químicos empleados y gases emitidos.
Además, los mencionados microplásticos, han agravado la contaminación de los océanos y
como consecuencia ha deteriorado la preservación de la fauna marina. Y con respecto a la
salud humana, la afecta en menor proporción, en algunos casos generando alteraciones sobre
la piel, causando enfermedades generadas a través de la ingesta indirecta de micro partículas
plásticas provenientes de la comida o de la contaminación del aire, agua y suelo. sin embargo,
los accidentes humanos más graves provienen de las fábricas de este tipo de fibras.
En el capítulo 3, se realizó un relevamiento del tratamiento residual en Argentina y se
determinó que los desechos textiles no cuentan con una tecnología especial para el reciclado
de las mismas. No obstante, otros plásticos que sí cuentan con ello, se presentan con el
inconveniente de que, en muchos casos, las materias primas vírgenes tienen costos muy
competitivos frente a las recuperadas y los compradores del sector industrial prefieren las
vírgenes. Por lo que se consideró que ese aspecto aún sigue siendo un punto a trabajar por
parte del estado. Por su parte, algunas organizaciones y grupos de personas independientes,
con respecto a los residuos textiles, actúan realizando campañas fomentando la práctica de
las 3 erres.
Después, se realizaron investigaciones acerca de campañas realizadas por organizaciones en
pro al desarrollo sustentable, en las que distintas marcas de moda, se comprometieron a
realizar cambios importantes para evitar y eliminar el empleo de químicos peligrosos en los
materiales de sus productos, y en cuanto a resultados, unas se mostraron más eficientes que
otras. Sin embargo, aún les queda un largo camino por recorrer. Se podría decir, que algunas
marcas lo realizaron no por compromiso con el ambiente, sino como estrategia de marketing.
Pero como se comentó anteriormente, se piensa que las marcas en algún momento tendrán
que adecuarse a los nuevos modelos de consumo, propuestos en su mayoría por los jóvenes
actuales.
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En el sub capítulo 3.4 se indaga sobre la emergencia climática y su relación con la industria
de la moda. Donde se comprobó que el sistema de producción del fast fashion es uno de los
emisores de dióxido de carbono más graves desde su producción, por causa del uso de fibras
sintéticas provenientes del petróleo, y también, lo emiten en el traslado de mercancía, pero en
menor proporción.
También, se comprobó que, aunque muchas marcas tanto nacionales como internacionales,
han brindado especial atención a la problemática ocasionada por el uso desaforado de fibras
químicas y a la contaminación ambiental que esta aporta, aun las grandes fábricas continúan
con el mismo o hasta mayor ritmo de producción de textiles químicos. Entonces, por la
gravedad que trae consigo la moda rápida y la falta de compromiso de parte de las cadenas,
se considera de suma importancia promover el consumo responsable desde la sociedad, y
que la demanda de productos sea quien regule la oferta y producción de las grandes marcas
y fábricas.
Luego se realizó un estudio sobre la sustentabilidad, la cual comprende un desarrollo desde
el crecimiento económico, la justicia social y el cuidado ambiental. Lo que resultó siendo un
tema de sumo valor para la elaboración de la colección, permitiendo evaluar las oportunidades
que podía ofrecer el proyecto desde cada ámbito. Por ejemplo, desde el enfoque económico,
puede brindar sustento a personas que deseen plantear productos basados en la colección
del presente PG, con fines comerciales y con bajo presupuesto. En la dimensión social, el
proyecto pretende educar, promover ciudadanos con acciones responsables. Y con respecto
al ámbito ambiental, promueve el consumo responsable, que consta de proteger los recursos
naturales del planeta y optar a un estilo de vida más amigable con el ambiente.
En el capítulo 4.4 del PG se destacó la tendencia do it yourself o hazlo tú mismo, la cual se
considera muy útil para la búsqueda de inspiración, para quienes deseen practicar o desarrollar
ciertos productos desde el reciclaje. Y en el caso del presente proyecto, sirvió como un
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pantallazo para saber qué productos se han realizado en reiteradas ocasiones, y que
productos parecen hacer falta, merecen lograr mayor alcance o requieren una transformación
importante para ser atractivos y actuales. Además, se realizaron dos entrevistas a diseñadoras
de distintas edades abordando el tema de la moda rápida en comparación con la lenta para
conocer las perspectivas de cada una y evaluar si la educación adquirida a lo largo de sus
carreras ha influido en sus puntos de vista sobre la moda y el medio ambiente.
A través de la profunda investigación se lograron definir los productos a realizar pensando en
un consumidor ecofriendly, pero tomando en cuenta rubro, estilo, paleta de color y tipologías
atractivas para un público más amplio, siendo de esa manera una invitación al consumo
responsable, a usuarios que aún no se han animado a hacerlo.
Todas las tipologías que comprendieron la colección se basaron en el estilo vanguardista, y en
una paleta colorimétrica neutra con acentos de color. Presentó una mezcla telas lisas con
texturas táctiles y visuales sin salirse del concepto y el estilo establecido.
El desarrollo de la colección denominada Modarte responsable, del presente proyecto titulado
Un nuevo destino a los desechos textiles, cuenta con la intención de generar sistemas de
producción más sustentables, donde se valore más la mano de obra y se aproveche la mayor
cantidad de recursos posibles. Busca demostrar que, con la correcta utilización de residuos,
se pueden generar productos de calidad y a niveles profesionales.
Los acontecimientos presentados en el año 2020, con la llegada de la pandemia mundial, se
ha visto como una oportunidad para reflexionar y darle un giro al sistema de producción que
ha manejado la moda en las últimas décadas, y a cambio, direccionarlo a un mundo más
equilibrado. Pensado desde la conservación de los recursos naturales y equilibrio ambiental,
ya que desde allí parte el bienestar de los seres vivos.
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