kant y el problema de la metafísica cassirer

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ERNST CASSIRER y EL PROBLEMA LA ME'l'AFISICA' (OBSERVACIONES A LA INTERPRETACION DE KANT DE MARTIN HEIDEGGER) l. En febrero de 1772, en una carta dirigida a Marcus Herz, Kant comunicaba que sus investigaciones sobre la forma y los principios del mundo sensible e inteligible habían experimentado un nuevo y deci- sivo'cambio; 'un cambio mediante el cual creía tener en sus 'manos, des- pués de largas búsquedas y vacilaciones, "la llave de todos los secretos de' la hasta entonces oculta metafísica". Como elemento esencial de la metafísica concebía ahora el problema del "objeto trascendental". La pregunta: u¿sobre qué base descansa la relación entre el objeto y aque- llo que se' llama en nosotros representación?", se convierte en piedra angular de la filosofía, constituye una nueva orientación del pensa- miento, y de ella surgirá el plan de la Crítica de la raz6n pura, cuya realización se llevará a cabo de acuerdo con aquella. Esta nueva orien- tación,representa el contenido y el sentido fundamental de la "inver- sión copernicana" de Kant. Ahora ya no se trata de agregar algo al sistema de la metafísica existente sino de enc'ontrar una respuesta 'a una pregunta que existe desde hace mucho tiempo. El cambio y la transformación son más profundos: no se refieren a respuestas de la metafísica, sino a su propio concepto y a su problema fundamenta!. El * El pres.ente artículo apareció en Kantstudien (Band XXXVI, Heft 1/2. Berlín, 1931),- con el titulo "Kant und das Problem der Metaphy-sik". La· traducción es del pro w fesorargentino Ernesto Garzón Valdez, y fUe publicada en la revista Humanitas (Año IU, 'N9 8. 1957). de la Universidad Nacional de Tucumán. l Kant und das Problem der Metapllysik, Bonn, 1929. Existe una versión española de esta obra realizada porGred l. Roth y publicada en México. Fondo de Cultura nómica. 1954. bajo el título de Kant y el problema de la Metafísica. En la presente traducción hemos utilizado, - con algunas variantes, esta versión española y la traducción de Manuel Garcia Morante de la Crfüca de la Razón pura, Madrid, 1928. Las turas v. a. y v. e. que acompañan las citas significan "versión alemana" y "versión es w pañola", (Not<l del trad'ueto.). - 105-

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Kant y El Problema de La Metafísica Cassirer

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  • ERNST CASSIRER

    y EL PROBLEMALA ME'l'AFISICA'

    (OBSERVACIONES A LA INTERPRETACION DE KANTDE MARTIN HEIDEGGER) l.

    En febrero de 1772, en una carta dirigida a Marcus Herz, Kantcomunicaba que sus investigaciones sobre la forma y los principios delmundo sensible e inteligible haban experimentado un nuevo y deci-sivo'cambio; 'un cambio mediante el cual crea tener en sus 'manos, des-pus de largas bsquedas y vacilaciones, "la llave de todos los secretosde' la hasta entonces oculta metafsica". Como elemento esencial de lametafsica conceba ahora el problema del "objeto trascendental". Lapregunta: usobre qu base descansa la relacin entre el objeto y aque-llo que se' llama en nosotros representacin?", se convierte en piedraangular de la filosofa, constituye una nueva orientacin del pensa-miento, y de ella surgir el plan de la Crtica de la raz6n pura, cuyarealizacin se llevar a cabo de acuerdo con aquella. Esta nueva orien-tacin,representa el contenido y el sentido fundamental de la "inver-sin copernicana" de Kant. Ahora ya no se trata de agregar algo alsistema de la metafsica existente sino de enc'ontrar una respuesta 'auna pregunta que existe desde hace mucho tiempo. El cambio y latransformacin son ms profundos: no se refieren a respuestas de lametafsica, sino a su propio concepto y a su problema fundamenta!. El

    *El pres.ente artculo apareci en Kantstudien (Band XXXVI, Heft 1/2. Berln,1931),- con el titulo "Kant und das Problem der Metaphy-sik". La traduccin es del prowfesorargentino Ernesto Garzn Valdez, y fUe publicada en la revista Humanitas (AoIU, 'N9 8. 1957). de la Universidad Nacional de Tucumn.

    l Kant und das Problem der Metapllysik, Bonn, 1929. Existe una versin espaolade esta obra realizada porGred l. Roth y publicada en Mxico. Fondo de Cultura Eco~nmica. 1954. bajo el ttulo de Kant y el problema de la Metafsica. En la presentetraduccin hemos utilizado, -con algunas variantes, esta versin espaola y la traduccinde Manuel Garcia Morante de la Crfca de la Razn pura, Madrid, 1928. Las abrevia~turas v. a. y v. e. que acompaan las citas significan "versin alemana" y "versin eswpaola", re~pectivamente. (Not

  • camino de la metafisica debe cambiar, porque su objetivo ha sido des-plazado, porque el objeto que quiere conocer y de acuerdo con el cualse "orienta", ha cambiado de lugar. Y este desplazamiento significaalgo ms y es algo ms radical que una mera variacin de lugar den-tro del mbito fijo del pensar; se refiere ms bien a la constitucin yestructura de este campo del pensar; contiene una nueva concepcin,no solo de lo conocido y cognoscible, sino tambin de la naturaleza ymisin de la funcin fundamental del conocimiento mismo.

    Pero ya aqu, cuando apenas nos encontramos en el umbral de laCrtica de la razn pura, se enciende la discusin de la exgesis. Nadaes ms problemtico y ms discutible que la opinin de Kant sobreeste punto. Ya en vida de Kant las diversas concepciones sobre suteora se oponen inconciliablemente entre si. Para la vieja generacin,aquella significa la destruccin y aniquilacin de la metafisica: Men-delssohn expresa una posicin muy generalizada cuando acusa a Kantde ser "el destructor de todo", Pero inclusive entonces trabajan otrospensadores ms jvenes que quieren ver en la Crtica de la,razp putaslo un ejercicio previo y una "propedutic,a" a laque saludan e,ntu-siastamente como alborada de una metafsica futura. Desde;>se tiempo,el juicio sobre la propia posicin interna de Kant con respecto a lametafsica, ha oscilado continuam;>nte. Es Kant, esencialmente. y deacu;>rdo con sus verdaderos objetivos intelectuales, el. crtico de la. ra-zn, el lgico y metdico del conocimiento cientfico? O la crticaconstituye para l solamente el punto de partida de una problemticaorientada en forma totalmente diferente? Ha enterrado la metafsica,o la ha despertado a. una nueva vida? Los espritus y las pocas. sedividen en la resp~esta a estas preguntas. Quien, hace.' una. generacin,penetraba en el .estudio de la filosofa kantiana, poda eviderttemente.tener la impresin de que la 9uestin estaba totalmente concluida comosi existiera. Ufl.convencimiento universalmente reconocido. y cientfica~mente definitivo -i no acerca del contenido de la teora kantiana, sievidentemente acerca de su "forma" y.de su carcter lgic()y.~~tdico.~ues todos. J()s ms ~minentes representantes del~~neokantismo~ .coin..cidatal menos en un punto: lo esencial del sistema de Kant debaser buscado en su teora del conocimiento; el "facturo de la ciencia"y "su posibilidad" configuran el comienzo y .el fin del planteamientodel problema de Kant. En este planteamiento y slo en l, se fundael carcter cierttfico y la preeminencia de la teora. kantiarta. Esta

    conc~pcin ha sido expresad~ con exactitud. y concisin programticaentre otros, por Aloys Riehl en su discurso de recepcillen Fribur~q:Sobre la filosofia. cientfica y no cientfica (1883) ..Riehl parte del pun~tode vista de que la misin de unafilosofa que aspira al nombfede ciencia estricta, no puede consistir ms que en la fundamentacin de.

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  • una teora general de los principios. Slo aqu se encuentra su campopropio y su tarea adecuada. Unicamente la ciencia del conocimiento leda verdadera seguridad interna; slo ella puede liberar a la filosofade ese "andar a tientas", caracterstico de las simples "opiniones" ydarle un punto de apoyo fijo y un fundamento duradero. Riehl no ocultaque de esta manera queda excluido del campo de la filosofa un grannmero de cuestiones que originariamente se le sola atribuir, pero veen tal exclusin un sacrificio necesario que debemos realizar si quere~mas asegurar el carcter puramente cientfico de la filosofa. El que lafilosofa pueda y deba ser algo ms que una simple ciencia, el que debaencerrar en s misma una "concepcin del mundo" y a la vez desarro~tlarse en forma sistemtica, le parece un error que los tiempos moder~nos han recogido de la especulacin griega. "La vinculacin que existeentre el hombre y las concepciones cientficas universales, especialmen-te en cuanto stas se relacionan con las exigencias de su espritu, hacede estas concepciones una concepcin del mundo". Esta relacin, estaversin a 10 humano, es, segn Riehl, indispensable, pero no constituyeobjeto alguno de configuracin conceptual cientficamente estricta; yen tal sentido escapa al campo de la filosofa. ''Las concepciones delmundo no son. ", ninguna cosa exclusiva del entendimiento, compren...den a todo el hombre, a todos los aspectos de su ser. El espritu, no elentendimiento, es su creador. Son por lo tanto, en su mayor parte,subjetivas y no constituyen tarea de la ciencia. Las concepciones delmundo pertenecen. .. no a la ciencia ,sino a la fe. .. en la medidaeilque las exigencias de un sistema de conocimiento estn justificadassern realizadas -aunque, evidentemente, en forma slo aproximati-va- por la ciencia. En tanto la concepcin del mundo deba ser obje-tivamente fundada, su fundamentacin pertenece tambin a la ciencia.Pero su parte subjetiva sale fuera del mbito de la mera ciencia. Lafilosofia cerno sistema y como teora de la concepcin del mundo noes por, tanto ciencia" 2,

    Con toda intencin cito la frase de Riehl al comienzo de esta con-sideracin, pues caracteriza con exactitud y claridad insuperable, laoposicin que existe con la concepcin de Heidegger sobre la tareafundamental de la metafsica, sobre la forma del pensar y sobre laposicin filosfica del "criticismo", orientado y dirigido positivamente.Nada es tan apasionada y enrgicamente combatido por Heidegger co-mo ,esta forma de pensar, es decir, la afirmacin de que el objetivoesencial de Kant ha sido la fundamentacin de la metafsica sobre "lateora del conocimiento". Tal afirmacin debe ser "definitivamente

    :: A. Riehl "Debe. wissensch;dtlichc und nichtwisscnch(ftliche Philosophie'/ ("AcerMca de la filosofa cientifcu y no clentfica") Philosop1lische Studie:t, Leipzig, 1925. pg.232 y ss.

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  • destruida" mediante la interpretacin de Heidegger (V. a. 221, v. e.192) 8. Segn l, la intencin de la Critica de la razn pura permanecefundamentalmente oculta, cuando se presenta esta obra como "teorade la experiencia" o teoria de las ciencias positivas (V. a. 16iV. e. 22).Por dicha v!a no se podr!a llegar nunca al develamiento del problemametaflsico, pues el sentido de este problema no se descubre a partir dela mera lgica, ni puede quedar atado a una "lgica del conocimientopuro". La metafisica quiere ser, de acuerdo con su esencia, teora .delser, pero toda pregunta sobre el ser remite, en definiti'va, a ,una pre-gunta sobre el hombre. As!, el problema de la metaf!sica se transformaen esta nica pregunta radical. A toda pregunta acerca del ser debepreceder la pregunta acerca del ser humano. Esta constituye el objetode la verdadera ontologa fundamental. Se llama ontologa fundamen-tal aquella analtica ontolgca de la esencia finita del hombre quedebe preparar el fundamento para una metafsica "que corresponda' ala naturaleza del hombre". La ontologa fundametltal es la metaf!sicadel ser-ah! humano (Dasein) exigida para la posibilitacin de la meta-flsica. Se distingue fundamentalmente de toda antropolog!a, aun de lasfilosficas. Analizar la idea de una ontologa fundamental significa pre-sentar la analtica ontolgica del ser-ahi- como exigencia'necesa.ria; yde esta forma poner en claro con qu intencin- y de qu forma seplantea la pregunta concreta: qu es el hombre? (V. a, lo, V'. e.9).Esta pregunta y slo sta ha sido, segn Heidegger, la que ha movidoy conmovido interiormente a Kant y la que ha determinado la direc-cin de todas sus investigaciones "metafsicas". Cuando se hunde enel anlisis de la "facultad del conocimiento" humano, no se pierde jaMms en l. Para Kant, ste no es un fin en s mismo; sino un simplemedio: el examen de la forma del conocimiento humano permitirobtener la comprensin de la esencia del hombre, la forma y el sen-tido de su "ser-ah", "La metafsica del ser-ah se hace cargo,' de lapregunta necesaria para la fundamentacin de lametafsica:- qu esel hombre?", El resultado ms autntico de Kant, correctamente inter-pretado, consiste en el develamiento del problema de esta: vinculadn~o sea de la vinculacin "entre el problema de la posibilidad de la .lri-tesis ontolgica y el descubrimiento de la finitud del hombre; es decir,consiste en la exigenCia de una reflexin acerca de cmo' debe reli-zarse una metafsica del ser-ah!" (V. a. 221, v. e. 192).

    Sera arduo y no tendrla objeto, discutir a Heidegger este primery original comienzo de su problema, o querer disputar con 'l- acercade la eleccin de este punto de partida. Para que aqu sea posible tina

    ;1 Las cifras sin aclaracin alguna se refieren en adelante. a las pginas del' librode Heidegger.

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  • forma fructfera de "anlisis" filosfico -cualquiera que ste sea-el crtico debe colocarse en el terreno elegido por Heidegger. El quepueda o no permanecer en l, es cuestin que slo es posible resolvermediante el ,mismo examen; pero el crtico debe trasladarse a aqul siel anlisis no quiere degenerar en simple polmica y en una discusinpermanente y estril. Quisiera hacer notar desde el principio que estmuy lejos de mi intencin el discutir en forma puramente polmica(por otra parte, tal discusin no me seduce en lo ms mnimo) el que~eidegger no haya hecho justicia al valor histrico del "neokantismo",especialmente a la interpretacin fundamental que ha dado HermannCohen en sus libros sobre Kant. Sobre este punto no quisiera discutircon Heidegger pues aqu no se trata de justicia histrica sino simple-mente de justicia objetiva y sistemtica. Y cuando Heidegger nos pro-panecon relacin a Kant, volver nuevamente a "reaprenderlo" desdeel comienzo, un "kantiano" es precisamente el menos indicado para des-virtuar o discutir esta invitacin. "Yo no soy de la opinin de un hombreinsigne" -el mismo Kant 10 ha dicho- "que recomienda no dudarms cuando uno se ha convencido de algo. En la filosofa pura esto noes, posible. Se debe. .. examinar las proposiciones en todas sus aplica..ciones. .. intentar aceptar 10 contrario y esperar hasta que la verdadsea evidente en todo sentido" '1. As tambin, especialmente frente a lafilosofa kantiana, nadie debe sentirse seguro, con seguridad dogmtica,sino par el contrario, aprovechar toda ocasin para lograr una nuevaseguridad. El libro de Heidegger es un intento de alcanzar un nuevologro de este tipo con respecto a la posicin fundamental de Kant; lasprximas, consideraciones debern tratar exclusivamente de ese inten~to.Elsimple juego con "puntos de vistas opuestos entre s" pareceser una de las formas. ms caras a la polmica filosfica; pero yo la heconsidefEldo siempre una de las ms insoportables e infructuosas. Aqudebe valer aquella regla que Kant mismo estableci y tuvo para scomo decisiva y obligatoria: "se debe elegir, para.enjuiciar los escritosde los dems, el mtodo de la participacin en los problemas univer-sales de la razn humana; buscar en la investigacin aquella que inte-resa a la totalidad; si se encuentra que soporta la prueba, ofrecer alautor o mejor, al objetivo perseguido, mano bondadosa y tratar el errorcomo .algo secundario" 0. Bajo esta mxima quisiera colocar las refle-xiones .. siguientes que deseara no fueran entendidas como defensa oataque de "puntos de vista" filosficos; las ofrezco al lector para quelas considere y las juzgue. segn el espritu "del mtodo de la parcipa-cin en los problemas universales de ,la razn humana".

    4 Reflexionen Kants zur ,Kritik der reinen Vernunft (Reflexiones de Kant sobre lauCrtica de la razn pura"), publicadas por Bel1no Erdmann, N. 5.

    Kants Reflexionen, N. 46.

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  • l. - LA FINITUD DEL CONOCIMIENTO HUMANOY EL PROBLEMA DE LA IMAGINACION TRASCENDENTAL

    Como tema central de la Crtica de la razn pura de Kant, sealaHeidegger el problema de la finitud del conocimiento humano. En laformulacin de esta finitud y en la permanente conciencia quede ellase tiene, reside, segn l, la caracterstica decisiva que distingue la teQ..ra de Kant de todos los otros sistemas dogmticos "precrticos"~ Kantno comienza con una teora sobre la esencia universal de las cosas;comienza ms bien con una pregunta acerca de la esencia del hombre;y encuentra la respuesta a la misma cuando dilucida la lmitacil1especfica del hombre: "El fundamento de la metafsica se basa en lacUf>stin de la finitud del hombre, de tal manera que esta finitud Sloentonces puede convertirse en problema. El fundamento de la meta-fsica es la 'descomposicin' analtica de nuestro conocimiento, esdedr,de nuestro limitado conocimiento en sus elementos" (V. a. 208, v. e;182). La tarea fundamental de la metafsica debe ser, no tanto descri-bir o "aclarar'" el ente en cuanto tal, lh,. iJ ~v, sino ms bien preseritar:lavinculacin esencial que existe entre el ser y la finitud del hombre.(V. a. 212, v. e. 185). Este es el carcter y la idiosincracia especificade la razn humana: el que' su inters ms ntimosedirijalloa'loabsoluto, a la "cosa en s", sino a la finitud misma. No le- interesaeli-minar esa finitud, sino por el contrario, tener conciencia de' ella, paraatenerse a ella (V. a. 207; v. e. 181). Pero, desde el punto de vistapuramente metdico; qu afirma esta finitud y cmo se-expresa enla forma y modalidad del conocimiento? Tambin aqu ha dado Kantuna respuesta clara e inequvoca. Ella se manifiesta en el hecho de quetodo el conocimiento humano depende de sus intuiciones y que todaintuicin es "receptiva'1 y consiste en una "recepcin" originaria. Desdeel momento en que el entendimiento humano conoce "objetos" y lospone ante l, no es creador de estos objetos. El ser de estos ltimos 110procede del entendimiento, sino que ste se conforma con su "presen-tacin"y ~'representacinU~As no es entendimiento "arquetpico1', (Ut;;'bildlicher) sino "reflejante" (abbildlicher) -intellectus ectypits, y nointellectus archetypus. El mismo Kant da siempre la mayor importan-cia a esta oposicin. De tal manera1 puede formular en fotmexacta y'clara la esencia del conocimiento finito humano, que ejemplifica me-diante el contraste con la idea del conocimiento divino il1finito. El co-nocinliento divino ' 'es intuitus originarius; no' tiene objeto 'algunoeritanto mero "objeto", como "objetivado" (objiziertes); es decirc6fuoalgo "ante s" y "fuera de s1'. Debe ser concebido ms bien como fuen..te del ser: como aquello que primeramente lleva el ser en su ser y leayuda a originarse (origo). Por el contrario el entendimiento humano,

    = 11,0 =

  • en tanto "derivado", no hace surgir o resurgir al ser en este sentido; sedirige a un ser ya existente, que le est "dado" de alguna manera. Elmedio para la realizacin de este "darse" es la intuicin; "dar" un obje.-to, aclara Kant, no quiere decir otra cosa que referirlo a la intuicin,que vincularlo a 10 real o a 10 posible. Con esto queda resuelto, almismo tiempo, el problema de la dependencia originaria y esencial detodo conocimiento "derivado". "La intuicin finita no puede. .. recibirnada sin que lo recibido no se haga presente. Por su propia esencia, la

    ~ntuicin finita tiene que ser afectada por 10 intuido que ha entradoen ella" (V. a. 21, 23; v. e. 30, 33).

    Mantengmonos en este punto de partida de la teora de Kant;segn Heidegger, todas las siguientes partes de la teora deben serreferidas a este punto e interpretadas desde l. Es bien conocido queKant no se detiene en' la mera "receptividad de la intuicin" sinoque al mismo tiempo establece una pura "espontaneidad del entendi-miento"," que en el curso de sU deduccin destaca siempre exactamente,insistiendo expresamente en la misma. Esta insistencia debe por 10 tan-to, ser entendida y dirigida de tal forma que no contradiga el originariopunto de partida del problema kantiano. Ella puede ser slo compren-dida como una caracterstica determinada de la finitud del conoci-miento,. nunca como su' negacin o anulacin. Tampoco aquel "progre-so" aparente del conocimiento y en el que avanzamos desde la "sensi..;.bilidad"al "entendimiento" y de ste a la "razn", puede significarnunca' un eleva'rse .por encima de la esfera de 10 finito a la que nopodemos' dejar jams detrs nuestro. La vinculacin originaria a laintuicin no puede ser nunca anulada y no es posible superar la depen-dencia que ella establece. La cadena de la finitud no puede romperse.Todo pensar en cuanto tal, absolutamente todo, inclusive el uso npura~mente lgico" del entendimiento, lleva el sello de la' finitud; ste es susello propio. Pues todo pensar, en tanto "pensar discursivo", necesitahacer un rodeo, y referirse a un universal, mediante el cual, y desdeel cual, la pluralidad singular es conceptualmente representada. "Estanecesidad d dar rodeos (discursividad) que pertenece a la esencia delentendimiento, es el ndice ms exacto de su finitud" (V. a. 26, v. e.32). y por ltimo, no es otra la situacin de la razn y de toda laesfera _del "conocimiento de las ideas". La razn humana est limitadano slo desde fuera, sino en cierta manera, desde dentro: la finitud nola abraza como una barrera casual, con la que tropezaria su actividad;sino que est nsita en esta misma actividad. Todas las investigacionesy problemas de la razn, se basan en tal limitacin. "Ella (la razn)formula estas preguntas porque es finita y en verdad tan finita, queen esa finitud le va su ser en tanto razn (V. a. 207, v. e. 181). Pormsalt que parezca elevrse la razn sobre la experiencia~ no puede

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  • nunca sobrevolarla. Pues tambin la trascendencia en cuanto tal essensible a priori y la pura razn humana es, necesariamente, una purarazn sensible" (V. a. 164; v. e. 146).

    De todo esto se deduce que la divisin analitica realizada porKant, --,-la- triple divisin en sensibilidad, entendimiento y razn-itiene simplemente un carcter provisorio. Ella no nos conduce 'alcentro del problema kantiano sino que simplemente es un medio, unvehculo de presentacin. En verdad, para Kant no hay tres "faculta-taclesn del conocimiento diferentes y separadas exactamente entre s,sino que todas estn unificadas originarlamente en, una "facultad" radi-cal", y comprendidas en ella. Heidegger procura presentar a. la "ima-ginacin trascende~tal" como la facultad originariametlte Wlificante,como la fuente de donde surgen intuicin y concepto, entendillliento. yrazn. No es un ne~o de unin uiun intermediario pura~ente CDtllple--mentario, sino que es verdaderamente el centro configurador de .todala Crtica de la razn pura. La teora de la imaginacin pura y su"esquematismo", configura en los fundamentos de la II1:~tafsica,'de;Kant,el estadio decisivo: "slo el captulo del esquematismo conduce.. conseguridad insuperable al ncleo de toda la problemtica de la Crticade la razn pura (V. a. 107, v. e. 100). Si se quiere comprender en suforma especfica la in~uicin pura, 10 mismo que, el pensar puro, d~be:nambos ser remitidos a la imaginacin trascendental y determinados ydilucidados desde sta (V. a. 130, v. e. 120). La esttica trascendentaly la lgica trascendental son, tomadas en s mismas, incomprensibl~s;ambas tienen un carcter preparatorio y slo pueden en realidad serinterpretadas desde la perspectiva del esquematismo trascendental(V. a. 137; v. e. 125). La prueba de esta relacin fundamental consti-tuye la tarea esencial, el verdadero ncleo del anlisis de tIeidegger.

    Debemos reconocer y subrayar. que Heidegger ha desarrollado es-ta parte de su tarea con extraordinario vigor y gran exactitud y cla-ridad. Siempre me ha parecido ser el signo ms caracterstico del totaldesconocimiento de la intencin fundamental de Kant la afirmacinque suele encontrarse en la literatura kantiana, de que Kant habra"formulado artificialmente)' la teora del esquematismo, como si hubie-ra introducido ,la facultad de la "imaginacin trascendental" por'moti-vos externos de "simetra" y "arquitectnica". Quizs se reConozca, latotal absurdidad de esta objecin cuando, al estudiar a Heidegger, seprofundicen los aspectos particulares de la minuciosa presentacin delcaptulo del esquematismo. En este punto, yo mismo no puedo menosque destacar mi completa aprobacin a la concepcin de Heidegger ymi concordancia fundamental con l. Pues, tambin la teora de la"imaginacin productiva" parece ,ser -,.aunque desde un' punto 'de ,vistasistemtico absolutamente distinte>- un motivo decididamente inmortal

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  • e ilimitadamente fructfero de la teora de Kant, lo mismo que todala "filosofa crtica" 6.

    Naturalmente, ahora mismo, debe hacerse notar algo que no pue-de soslayarse si queremos comprender e interpretar la teora de la fini-tud del conocimiento con el propio espritu de Kant. Tambin estateora debe ser considerada desde el doble "punto de vista" que Kantestablece (y permanentemente observa) para todas las investigacionesdentro del campo de la filosofa trascendental. En este tipo de investi-gaciones, debemos dirigir siempre la mirada a dos objetivos diferentes,debemos distinguir entre "mundo inteligible" y 'mundo sensible", entre"experiencia" e "idea", "fenmeno" y "noumeno" y mantener cuidado-samente separados estos ~ampos. Tambin la caracterstica kantianade la "finitud" del conocimiento adquiere su completo sentido desdeeste doble punto de vista. El punto esencial de esta finitud es paraHeidegger el hecho de que el entendimiento humano no crea sus obje-tos sino que los recibe, no los engendra en su ser sino que debe canfor..;,marse con proyectar una "imagen" de este ser, y, adelantndose, po-nerlo delante de s. Pero la filosofia trascendental en cuanto tal notiene nada que ver con esta relacin, con la existencia absoluta de losobjetivos y con el fundamento absoluto del ser. Ella no se refiere di-rectamente a los objetos y su origen, sino a la forma de conocimientode los objetos .en tanto ste pueda ser posible a priori. Para la determi-nacin de tal tipo de conocimiento y para su distincin y caracteriza-cin especifica, puede utilizarse como punto de apoyo la nocin de un"entendimiento divind', deun intuitus originarius pero ella no designacon esto un determinado "objeto inteligible" sino que tal entendimien..to sera "en s un problema, el problema de cmo conocer su objeto nodiscursivamente, mediante categoras, sino intuitivamente, en una in..tuicin no sensible. De la posibilidad de este entendimiento no podemostener la menor representacin" (Crtica de la razn pura, 2da. d. 311V. e. T. II 163). Un problema de este tipo no es, por tanto una barreraobjetiva con la que tropezara nuestro conocimiento,' sino que es unconcepto lmite establecido por el mismo, colocado para limitar la arro-gancia de la sensibilidad. La nocin del entendimiento divino creadorque conoce ya la vez engendra el objeto, es en este sentido correcta,pero no puede por otra parte ser llevada ms alla de ste su "usonegativo" (ibid.). En esto est tambin implcito el hecho de que elconocimiento, en tanto no a1canzalo infinito sino que se mueve en sucampo propio y especfico, no puede de ninguna manera ser caracte-rizado como meramente "finito" y .puramente receptivo. Aqu, en elcampo de la experiencia y sus fen6menos posee perfecto carcter crea..

    (l Para mayor inforn::.aci6n sobre este tema cr. el tomo 39 de PhiJosopht"e der sym-boliscllC'm Fo:rmen (Filosofia de las formas simblicas) 21;1. Parte,

    -113-IDEAS '( VALORES-S

  • dar. Y si el conocimiento no puede crear una existencia absoluta o con~figurar, ("recortar") una existencia a partir de sus conceptos, es sinembargo al fundamento de ese orden y regularidad de los fenmenosa los que nosotros nos referimos cuando hablamos de "naturaleza" comonaturaleza empirica. En este sentido, el entendimiento permanece'siem~pre .como "creador de la naturaleia", no considerada como una "cosaen s",. sino como creador de la existencia de las' cosas. en tanto estdeterminada por leyes universales. AsI, la misma limitacin del enten-dimiento muestra su propia e indestructible espontaneidad, su autn-tica,.y no simplemente derivada, fuerza creadora Cuando se relacionacon la intuicin no se transforma en simple dependiente de sta,nose subordi!,a a ella. Ms bien es precisamente esta relacin la que en-cierra en sla.fuerzapositiva para toda creacin ypara toda determina-cin de la intuicin. La slntesis del entendimiento es la que confiere ala sensibilidad seguridad y de esta manera la posibilita para referirsea un "objeto". La "objetividad" que asignamos al conocimiento essiempre un resultado de la espontaneidad, no de la receptividad. Hei-degger insiste en .que,. segn Kant, todo pensar tiene una "funcin deservicio" con respecto a la intuic.in. En la relacin recproca entre in~tuicin y pensar, la intuicin constituye la autntica esencia del cono-cimiento y es lo verdaderamente importante. Pero aun cuando se qui-siera admitir esta teora de la "posicin de servicio" del pensar,habriasiempre que hacer una distincin. Con respecto a la conocida frase deque la filosofla es la "sierva de la teologa" dijo una vez Kant, quepo-dria ser admitida pero que entonces habria que plantearse la preguntade si es la doncella que lleva por detrs la cola del vestido de su gentilseora, o la que la precede con la antorcha. Y l vio' las relaciones en-tr~ pensamiento e intuicin en este ltimo sentido. El servicio que elentendimiento presta a la sensibilidad, no le quita a aquel nada de sulibertad y de su independencia. Est al servicio de la intuicin, perono por debajo de ella, apunta a aqulla pero no es servil y tributario.Ms bien el ser de la intuicin en tanto intuicin determinada ~seraacaso un ser, aquel al que le faltara toda determinacin?- depen.dede la funcin del entendimiento. Esto vale tanto para el tiempo, quees para Heidegger el fundamento absolutamente originario del ser, co-mo para el espacio. No podemos representarnos el tiempo sin que almomento de trazar una linea recta (que es la representacin figuradaexterna del tiempo) tengamos presente nicamente la actuacin de laslntesis de la multiplicidad con la que determinamos sucesivamente elsentido interno y de esta manera la sucesin de esta determinacin. Elmovimiento como accin del sujeto (no como determinacin de un ob-jeto), por consiguiente la slntesis. de la multiplicidad e" el espacio,cuando hacemos abstraccin de. ste y slo ateridemos a la acci!, con

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  • la que determinamos el sentido interno segn su forma, produce antetodo el concepto de sucesin; el entendimiento no encuentra en estesentido interno esa vinculacin de 10 mltiple sino que la produce cuan-to afecta dicho sentido" (Crtica de la razn pura, V. a. 153, v. e. T. l.273). Esta formulacin pertenece a la segunda edicin de la Criticade la razn pura, aunque ya la primera, cuando introdujo el conceptode' sintesis,habia expresado inequivocamente que sin eUa no podemostener ni la representacin del espacio ni la del tiempo, "pues stas slopueden ser producidas mediante una sntesis de la multiplicidad quela sensibilidad ofrece en su receptividad originaria", (A 99). Anloga-mente, en los Prolegmenos se dice que en realidad, la intuicin sen-sible pura del espacio es el fundamento y substratum de todos los cono-cimientos geomtricos, pero que por otra parte toda afirmacin sobreun determinado objeto geomtrico remite siempre a la funcin puradel pensar; "lo que determina el espacio en la figura del crculo, de laesfera, y de la bala es el entendimiento en tanto contiene el fundamentode la unidad de la construccin de los mismos" (Prolegmenos, pg.38). Toda construccin encierra en s misma necesariamente un mo-mento de "espontaneidad", en ella no se "anuncia" un objeto como un"agregado"; en ella no somos simplemente afectados o "solicitados" porel objeto (Cfr. Heidegger, v. a. 23, v. e. 30) sino que en ella construimosalgo objetivo a partir de sus elementos originarios, con las "condicionesde su posibilidad".

    El problema que aqu subyace se agudiza an ms, tan pronto co-mo efectuamos el paso de la analitica trascendental a la dialcticatrascendental, tan pronto como pasamos de los conceptos del entendi-miento a los de la razn. Pues estos no se refieren nunca a la intui-cin, sino que se refieren al uso mismo del entendimiento para el cualquieren 'log'ar una' unidad sistemtica suprema. La realizacin, de estaexigencia nos coloca ante una idea fundamental decisiva: la idea delo incondicionado. Si el entendimiento contiene en s el todo de lascondiciones de la experiencia posible, 'la razn por su parte no encuen-tra nunca satisfaccin en el mbito de estas condiciones, sino" que pre-gunta ms all de l y este "preguntar ms all", es verdadera y esen-cialmente su funcin fundamenta!. No se dirige a la sensibilidad paracomprender' y 'determinar un objeto empirico concreto, una cosa,sinoque su tarea se extiende ms all del nibito de este tipo de "cosidad"(Dinglichkeit), del condicionar y del objetivar. Con ella pisamos porprimera vez en el terreno de la "trascendencia". En este sentido puededecir Kant que 10 incondicionado es "titulo comn a todos los' concep-tos de razn" (Critica de la rain pura. V. a. 380, v. e. T. n. 249). yahora 'se muestra tambin que la caracteristica del entendimiento entanto facultad' de conocimiento Ufinita" slo refiere' un momento' de

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  • su uso. Fue,s esta caracte:rstica, entra ahora en una aparente contra..diccin dialctica con la determinacin opuesta. "Finito" puede ser lla-mado el entendimiento cuando no puede comprender nunca los objetosabsolutos, (sin tener en cuenta que estos objetos los produce creadora-mente de s), pero es "infinito" en tanto corresponde a su verdadera yesencial tarea la "absoluta totalidad en la sntesis de las condiciot).es".La T:8,Zn tiene ,conciencia completa de su propia naturaleza"e ilimita-cin merced a esta exigencia, que coloca ante s. l\11n cuando el enten..dniento parece estar ,preso,por su relacin a la imaginacill trascen..dellta~ ,tiene sin embargo, mediante su no m~nos necesaria relacin conlas ideas de la razn, una nota de infinitud. Pues, estas ltimas se de-jat.l present~r simblicamente, pero no se muestran oise pueden c0tl-tener en un mero ','esquema", en un "monograma de la imaginacin".De un principio de la razn pura no puede darse "esquema alguno co-rrespondiente de la s~nsibilidad", de manera que tampoco puede tenerningn objeto en concreto (Critica de la razn pura, B. 692). "Pues,cmo. h:;l,de darse' una exper~encia que pueda adecuarse a una idea?, Eneso co~si$te lo caracterstico de estas ltimas, q'!le IlUnea pueden con-cordar con experiencia alguna" (B. 649). Con esto se ha roto definictiv,amente el marco de la m.er? "receptividad". Cuado Federico Enrique]acobi busc derivar etimolgicamente el concepto "razn" del de per-cepcin",cuando vi6 811 la razn, \.Ina" funcin esencialmente receptora,apareci6 la oposicin bien tpica entre su "filosofa de la creencia" y el

    ideali~mo crtico. Para ;Kant" la razn no es nunca una fuerza mera-mente receptiva sino que ~s ,~a fuerz~ que ofrece y exige: nos sitadelante del itllperativo de lo "indeterminado"..En esta concepcin fun-

    dame~tal se coloca Kant i(\mediatamente al lado de Platn. "Platnhizo notar muy bien, qtte nuestra facultad de conocimien~o llena unanecesidad mucho ms alta que la de deletrear meros fenmenos segnu.na ,unidad sinttice:t, para pQ(:le~lo,s leer como experiencia, y.que nu~straraz~'naturalmente se eleva a conqcimientos que van mucllOms fejosq.u.. e cualqier objeto q.u.e pueda suministrar la experiencia, y q.u.e nunca", " ',",\ ',,"', ,,-', ',' ,', ' ",' ",',,, '" " ,',',,'

    puede co,\cordarcon ella,. pero que no obstante tiene su realidad y enni,ngn caso son alucinaciones". AqiJ en vez de reprocharle esto. a l{::lutse deberia. admirar "la pujanza espiritual del filsofo que avanza desdela consideracin de 10 fsico ~cmo mera copia, a ,la",vinculacin ,a~quitectnjca del~ismo, segp" fines, o sea,. segn ideas", ~"Un, ,!sflterzoque merece respeto e .imitacin" (B. 371, 375, V. e. T. II, 242), Ydeesta manera? es tampin de.struido ~l circulo de la mera sujecin temepora1, de la 111era exi~tencia puramente, temPClral y de la concienciapuramente temporal. En verdad, no existe para. Kant (\inguna dudade q~e,~l.c()no,cimiento,puramente te}ricopermanece en, algnsenticio"sujeto' al tiempo". La, raz6n ~nt~nta, tericame~te, liberar "loscon~ep-,

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  • tos del entendimiento de las inevitables limitaciones de una experienciaposible", y por tanto de extenderla ms all de los limites de lo em-prico; pero no renuncia en esta funcin a la vinculacin con lo emp~rico. Pues su finalidad no es superar sin m~ el entendimiento, sinodar unidad y plenitud sistemtica a sus conocimientos (Cfr. B. 435 Ysgts. V. e. T. n, 312). He aqu el todo de la experiencia, el todo del serbajo condiciones temporales al euaIla razn aspira principalmente. Peroesta relacin se modifica en Kant tan pronto como consideramos la ra-zn no ya desde el punto de vista terico sino prctico. Pues con la"incondicionalidad" de la idea de libertad, se ha dado el paso definitivoen 10 puramente "inteligible", en 10 suprasensible y supratemporal. "Laley. .. se encontrara ms adelante (as! lo hace notar en la Crltioa dela razn pura, B. 430, v. e. T. n, 307) no en la experiencia, pero s!en ciertas leyes (no slo reglas lgicas) del uso puro de la razn -leyesestablecidas a priori y referentes a nuestra existencia-; ocasin, desuponernos enteramente a priori legisladores de nuestra propia exigen~ca y determinantes de esa misma existencia. Descubriramos'entoncesas una espontaneidad, por la cual nuestra realidad. sera determinable,sin necesitar para ello de las condiciones de la intuicin emprica; yaqu tendramos la conviccin de que en la -conciencia de nuestra exis"':tencia hay algo contenido a priori que puede servir para que nuestraexistencia, que slo es determinable de modo sensible, se deter!l)ine conrespecto a cierta facultad interior, referida a un mundo inteligible (des-de luego slo pensado)".

    La Critica de la razn prctica se constituye con estos perisami:'1Mtos a los cuales les da determinacin sistemtica y realizacin. Ellamuestra que enla idea de libertad no est la intuici6nde un~ 'sustanciasuprasensible, sino ms bien la certeza de la determinacin suprasenMsible de la razn. La proposicin sinttica fndamental de la causalidad,mediante la cual nosotros "deletreamos fenmenos a los fines' depodeileerlos como experiencias", no es 'suficiente par~ esta" determinaci6njdebemos arriesgarnos a caminar en un 'nuevo campo para comprender-la en su significacin lisa y llana. As! es, ante todo, la incondicionalidadde la ley tica 10 que nos lleva definitivamente sobre el mbito de laexistencia puramente fenomenal y nos coloca en el punto central yenel ncleo de un orden completamente diferente. La divisin de mundusintelligibilis y mundus sensibilis, a ltima hora no significa para Kantotra cosa que la revelacin de dos formas de orientaci6n y jui~io com-pletamente diferentes entre si. Esta divisin significa que toda exis-tencia humana y todo acto humano debe ser medido con dos criteriosfundamentales diferentes y debe ser considerado desde puntos de vistaradicalmente opuestos entre s. El concepto de mundo del entendimien~to es slo uno de esos puntos de vista que la razn se ve obligada a

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  • tomar fuera de los fen6menos, a los fines de poder pensar prctica-mente, 10 que no seria posible si la influencia de la sensibilidad fueradeterminante para el hombre, pero que es absolutamente necesaria siel hombre debe pensarse como inteligencia, como libre personalidad enun 4'reirio" de finesn 7. Aqu, en el campo de la tica, se produce enrealidad el milagro de uri tipo de conocimiento 'lcreador", pues el "yo"es aqui, furtdamentalmente, s6lo aquello para 10 que l mismo se haCe.y la misma ley tica tiene en realidad la forma del imperativo, y de-bido a ello se nos opone y enfrenta, pero esta forma de "ponerse"noes la misma que la de un "objeto" terico. Pues aqu no .itllperB 'deningurta manera simple dependencia y heteronom! alguna, sino quevale nicamente la ley que a si misma se da la libre personalidad. As!,en el "reino de los fines" toda voluntad que a l pertenece,' es, a la vez,seor y sbdito. Naturalmente, Heidegger trat6 de sealar tambinpara 'la "razn prctica" una dependencia esencial y se apoya: p'araesto en la teora kantiana de los "mviles de la razn prctiCa 'pura".As! Kant muestra que el yo no podrla adoptar la ley moral de otromodo que como sentimiento de respeto; aparece nuevamente, con estafundamentaci6n sobre un sentimiento, la vinculaci6n y la finitud y conella, la relacin con la constitucin "originaria de la imaginacin tras-cendental" (V. a. 152, v. e. 136). Pero aqu! debe distinguirse exacta-mente entre la esfera de los problemas especlficamente ticos y lospsico16gicos. El contenido de la ley tica segn Kant, no se funda, deninguna manera en el sentimiento .de respeto; su sentido 'no se' cons~tituye por l mismo. Este sentimiento designa ms bien la forma comola ley, en s misma incondicionada, est representada en el conocimien~to emp!rico limitado. No pertenece a la fundamentaci6n de la ticakantiana sino a su aplicaci6n, no tiene que dar -Cohen ha formuladoaguda y exactamente esta relaci6n- una respuesta a la pregunta dequ sea la ley tica sino bajo qu conceptos "aparece en el horizontedel hombre" 8. Pero el sentido noumenal de la idea de libertad perma-nece perfectamente diferenciado de esta forma de su aparici6n, de suemergencia, de su autopresentacin, en el crculo de los fenmenos _fsi~cos, antes y despus. Precisamente desde el punto de vista fenomeno-l6gico, dehe reconocerse aqui una clara diferencia. En lo que se refierea la idea de libertad y con ello a la misma raz6n prctica, insiste ex-presamente Kant, en que ella en tanto un puro "inteligible", no estvinculada a simples condiciones temporales. Ella es ms bien la puramirada atemporal, el horizonte de lo supratemporal. El concepto de

    'T Gt'undlegung zut' Metaphysik der Sitten (Fundaments de la metafsica de '-lascostumbres) Edicin Cassire. IV, 316.

    il Hennann Cohen, Kants Begrndung der Ethik (Fundamentacin teantierza de laEtica); Berln, 1877, pg. 274. .

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  • causalidad como necesidad natural, se refiere nicamente a la existen-cia de las cosas en tanto es determinable en el tiempo, por consiguientecomo fenmeno, en oposicin a su causalidad como cosas en si. "Peroprecisamente el mismo sujeto que, por otra parte, tiene conciencia des mismo como cosa en s, considera su existencia en cuanto no estbajo condiciones temporales, determinable a s misma por leyes que seda a s misma por la razn. Y en esto a su existencia nada le es antici-pado que preceda a su determinaciti volitiva" 9. Aqu permanecemostotalmente "en nosotros", somos fundamentalmente elevados "sobrenosotros"; estamos en el punto medio de nuestro ser como personalidad,como puro ser racional, pero no nos consideramos a nosotros mismosbajo las condiciones de nuestra existencia fenomenal y temporal-em-prica. "El nico concepto de libertad no permite que salgamos denosotros para encontrar 10 incondicionado e inteligible en 10 condicio-nado y sensible. Pero quien se conoce en nuestra misma razn por lassupremas e incondicionadas leyes. prcticas, y el ser es consciente deestas leyes (nuestra propia persona) como perteneciente al puro mundodel entendimiento y an con determinacin del modo como a stepuede hacer1oactivo" 10.

    En ninguna otra parte se ha preocupado tanto Kant por cuidarque el sentido de su planteamiento "trascendental" del problema no seaarrastrado a lo psicolgico y que la consideracin del mismo no caigaen lo puramente antropolgico. Constantemente destaca que todo an-lisisque parta exclusivamente de la naturaleza del hombre tiene queerrar fundamentalmente en la idea trascendental de la libertad, y conesto en la fundamentacin de la tica. Esta preocupacin ha sido elorigen de la tan a menudo mal conocida y mal interpretada frase deKant de que slo se puede llegar a una concepcin pura de la leytica cuando se tiene presente que debe valer no slo para los hombressirio para todo ser de razn. Verdaderamente, Kant na ha pensado aqu,como Schopenhauer le ha objetado irnicamente, "en los amados ng-"les" sino que l habla tambin como crtico y- metdico a quien a lavez que le interesa impedir que los lmites de la ciencia se "confundan",quiere distinguir de acuerdo con ella exacta y fundamentalmente entrelas tareas de la tica y las de la antropologa. Esta lnea de demarcacin le est dada -por la oposicin entre "fenmeno" y cosa en s, entre"tiempo" y "libertad".. Y aqu est la .objecin verdadera y fundamentalque yo tengo que formular a la interpretacin de Kant hecha por Heidegger. Como Heidegger intenta referir todas las "facultades" del cono-cimiento a la imaginacin ''trascendental'' y remitirlas a ella, le quedacon esto slo como campo de referencia, el campo de la existencia

    11 Crtica de la razn prctica CEdici6n Cassirer) V. 107.1(11bid. V. 115.

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  • temporal. La diferencia-entre "fenmeno" y "noumeno"se. confunde ynivela: pues a todo ser le corresponde la dimensin .del tiempo y por10 tanto la de la finitud. Pero con esto se deja de lado uno de los pila-res sobre los que se apoya el edificio conceptual de Kant, y sin el cualesta construccin tiene que derrumbarse fatalmente. Kant en ningunaparte'representa un "monismo" de la imaginacin de este tipo sino queinsiste en un decidido y radical dualismo, el dualismo del mundo sen-sible y el mundo inteligible. Pues su problema no es el problema de"set" y ''tiempo'' sino el problema de "ser" y "deber ser",de."experien-

    cia~ e "idea".Heidegger tena todo el derecho a combatir este dualismo desde

    el punto de vista de su ontologa fundamental pero no deba haberlonegado. Naturalmente a esta objecin respondera Heidegger afirman-do que deliberadamente su interpretacin no se detiene en 10 que enrealid'ld Kant ha dicho, sino que l quera dilucid'lr el problema que lepreocupaba, que l quera reconstruir y retomar el "acontecimiento"filosfico de donde emana el problema (V. a. 204; v. e. 179). Pero aquHeidegger ha hecho un uso injustificado de una mxima de explicacin .correcta en s misma. "Si una interpretacin refleja s61010" que Kant hadicho expresamente -as afirma Heidegger- entonces desde el co-mienzo, ya no es explicacin pues sta tiene como tarea aclarar 10 queKant ha formulado en su doctrina ms all de la formulacin taxativa.Pero esto no poda decirlo Kant mismo: que en todo conocimientofilosfico 10 decisivO no es 10 que se dice expresamente en las frases,sino 10 que stas presentan como implicito en ellas. Y naturalmente,para extraer de 10 que las palabras dicen aquello que quieren decir,toda interpretacin debe hacer uso de 1'1 violencia. Pero tal violenci'lno puede ser arbitrariedad incontrolada. L'I fuerza de una idea rectOrdebe incitar y conducir la exgesis" (V. a. 192 y ss. V. e. 169 y ss.).No pienso discutir en modo alguno el hecho de que tal idea debe animary conducir toda exposicin filosfica -yo mismo he concebido de estamanera 'la historia de la filosofa. Pero, 'no es acaso arbitraria la' inter-pretacin, cuando obliga al autor a decir .algo que l ha dejado sin de-cir porque no poda pensarlo? Y el concepto de una razn que fuera"llna pura 'espontaneidad receptiva", una "pura razn sensible" '(V. 8.147-164; v. e. 131-146,) en realidad con el significado que Heideggerle da, no poda haber sido pensada nunca por Kant. Este concepto escomprensible desde los presupuestos fundamentales del planteamientoheideggeriano de su anlisis de Ser y Tiempo ", pero en la teora de

    u Un anlisis crtico de Ser y Tiempo de: Heidegger no tendra cabidaaqufy debe.por 10 tanto, ser dejado para otra oportunidad. En adelante me referir nicamente ala interpretacin heideggeriana de Kant y no a la fundamentacin de la propia doctrinade Heidegger.

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  • Kant es extrao e intruso. Para Kant una "razn sensible" significarauna contradiccin pues -la razn es precisamente la "facultad" de 10suprasensible. y 10 supratemporal. En este punto debo discutir decidi-damente el ttulo jurdico, el quid juris, de la violencia. Aqu ya nohabla Heidegger como comentarista sino como usurpador que con fuer-za armada penetra en el sistema kantiano para someterlo y para ser-virse de su problemtica. Frente a esta usurpacin se debe exigir larestitucin, la restitutio in integrum de la teora kantiana. No quisieradiscutir o disminuir la significacin y la importancia del captulo delesquematismo. Como Heidegger, estoy convencido de que este captuloest construido no en forma confusa sino incomparablemente clara, yque conduce "con seguridad insuperable al ncleo de toda la problem-tica de la Critica de la razn pura (V. a. 106, v. e. 100). Pero elesquGmatismo -_y la -teora de la (limaginacin trascendental" estn enverdad en el punto central de la analtica kantiana, pero no en elncleo del sistema kantiano. Este sistema se precisa y completa soloen la dialctica trascendental y posteriormente en la Critica de la razn prctica y -en la _crtica del juicio. Aqu y no en el esquematismose llega a la verdadera "ontologa fundamental" de Kant. El tema "Kanty la metafsica" no puede por 10 tanto, ser considerado exclusivamentesub specie del captulo del esquematismo, sino slo sub specie de lateora kantiana de .las ideas, especialmente sub specie de la teorakantiana de la libertad y su teora de 10 bel1o. Tambin la Critica de[a razn prctica y la Crtica del juicio esttico pertenecen sin dudaa la teora kantiana del hombre; pero ellas desarrollan esta teora ental forma que colocan al hombre desde un principio bajo la idea dehumanidad y 10 consideran desde el punto de vista de esta idea. Suobjetivo fundamental no es el "ser-ah" del hombre sino el "substratointeligible de la humanidad". El esquematismo est al comienzo de lametafsica kantiana, y constituye en cierto modo, la puerta de entradaa ella -pero su contenido propio se desarrolla ms all de la misma.Delimita el "campo de la verdad" como verdad emprica, pertenece ala teora de la realidad fenomenal y configura una parte integrante dela misma, pero deja _espacio para un ser de otro significado, para el sernoumenal no de cosas sino de "inteligencias",. de un reino de pers'Ona~dades, libremente actuantes, absolutamente independientes.

    y aqu estamos tambin en uri punto en el que aparece una pecu..liar paradoja en todo el planteamiento del probiema heideggeriano.Lo que Heidegger tiene presente como idea rectora en' toda su nter:..pretacin kantiana es, sinduda alguna, el afn de superar aquel "neo..kantismo" que intentaba reducir todo el sistema de Kant a su crticadel conocimiento y, en ltima instancia, descomponerlo en una meracritica del conocimiento. A l opone la tesis del carcter originaria.

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  • mente metafisico de la problemtica kantiana. La teoria de Kant noes para Heidegger 'teora de la' experiencia" sino primaria y,radicalMmente, "ontologa", es revelacin y descubrimiento de la esencia delhombre. Pero, es la teoria kantiana del esquematismo y de la imaginacin trascendental el punto de partida adecuado para probar estatesis? No 10 creo, pues esta teora no es parte integrante' de la meta-fsica kantiana sino que es un elemento verdadero y necesario de suteora de la experiencia. No trata inmediata y originariamente del "ser"ah" humano sino de la constitucin, de las caractersticas y condicio:.,nes del objeto empirico. Posteriormente arranca de aql la esquemati-zaci6n exigida por los conceptos puros del entendimiento, arranca esevnculo que Jo obliga a no dirigirse inmediatamente ,al conocimiento de"cosas en s", sino limitarse al orden de los fenmenos en el -tiempomediante determinaciones temporales trascendentales. Por medio de es~ta exigencia se "restringe" el uso de las categoraSt pero tambin deesta manera son "realizadas" pues as se les asegura Un determinadouso emprico, una relacin con el objeto emprico. Slo mediante lavinculacin con los esquemas de la imaginacin trascendental; "los con~ceptos del entendimiento pueden someter los fenmenos a reglas uni-versales de la sntesis y de esta manera hacerlos aptos para una vincu..lacin total en la experiencia" (V. a. 185, v. e. T. 1, 308). Por lo tanto,para Kant el esquematismo pertenece esencialmente a la fenomeno-logia del objeto, pero no, al menos en forma inmediata, a la del sujeto.Toda esa problemtica de la temporalidad del sujeto, de la interpretacindel "ser-ahi" humano a partir de la temporalidad del "ser para la muer-te", tal como Heidegger la ha desarrollado en Ser y Tiempo, todo estoes extrao a Kant no slo en el hecho sino fundamentalmente. Paraconvencerse de ello, basta echar un vistazo a aquel captulo en el queKant completa realmente la teoria del esquematismo y la fU!ldameritasistemticamente. La presentac'in y realizacin de la teora kantianadel esquematismo se encuentra en el capitulo sobre las proposicionessintticas fundamentales. Es un capitulo al que Heidegger en su inter-pretacin no se ha referido ni lo ha tenido en cuenta en riingnmomento. El que los conceptos de substancialidad, causalidad,ete.,adquieran su "sentido", su significacin objetiva, slo mediante su re-lacin con la intuicin del tiempo, muestra que la verdadera furicinde ambos conceptos no es otra que la de colocar la determinacin tem-poral en los fenmenos bajo reglas fijas, universalmente vlidas. Estasltimas son indispensables, pues sin ellas -sin determinacin temporala priori segn reglas- no seria posible distinguir el juego puramentesubjetivo de nuestra representacin del orden objetivo del acontecer.Aqu reside la verdadera "deduccin" de los -esquemas. Son los. mediospara "lograr un objeto" a nuestras intuiciones; ellos son; en tanto con..

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  • diciones de posibilidad de la experiencia, condiciones de posibilidad desus objetos. Se puede tambin considerar a esta formulacin de Kantcomo formando parte de la "metafsica" si se toma el concepto ensentido amplio; pero ms adelante pertenece a los "fundamentos inicia..les metafisicos de la ciencia natural", tal como han sido dilucidados yaclarados posteriormente en esta obra de Kant. As la teora del esque-matismo y del "juicio determinante" es un elemento absolutamentenecesario de esa teora del conocimiento que Heidegger, en forma bastan..te astuta, ha intentado negar en la Crtica de la razn puta y, al eliminarlade ella, Heidegger ha presentado, en el anlisis general de Kant minu-cioso y exactc en los detalles, un diseo cambiado del conjunto. Haintentado trasladarlo pura y simplemente del terreno de la "deduccinobjetiva" al de la "deduccin subjetiva". Pero esto poda hacerlo mien..tras permaneciera en la introduccin del concepto del "esquema tras..cendental", sin desarrollarlo en la totalidad de sus efectos y sus conse-cuencias sistemticas. '

    11. - LA "HUIDA KANTIANA" ANTE LA REVELACIONDE LA LIMITACION DEL CONOCIMIENTO

    Posiblemente quienes han seguido con atencin el anlisis heideg-geriano, habrn ya encontrado una objecin contra las consideracionesprecedentes. Nos sirven verdaderamente para enfrentarnos con la in..tendn fundamental de Heidegger? Consiste esta intencin en pre-sentar el todo del sistema kantiano o en extraer de aqul, con plenaconciencia, su nico momento que le parece ser de fundamental sig~nificacin? Y no ha sealado el mismo Heidegger que Kant, aunquefue el primero en presentarlo no ha concebido y apreciado en todo sualcance esta significacin? Puede por lo tanto, deducirse algo en con-tra del planteamiento heideggeriano, de la circunstancia que l sistemacontenga elementos doctrinarios inequvocos que no ensamblEm en lainterpretacin de Heidegger y que parecen contradecirla directamente?El que este comienzo no haya tenido continuacin alguna en el mismoKant y ninguna realizacin completa y pura, es sealado por Heideggerde la manera ms aguda. Lo que l quiere mostrar es precisamenteesto: que Kant, despus de haber logrado descubrir la raz comn del"entendimiento" y desenterrar la "sensibilidad" de la imaginacin tras~cendental, habra "retrocedido" ante su propio descubrimiento. "En lasegunda edicin de la Critica de la razn pura, la imaginacin trascen-dental, que fue presentada en la primera redaccin con apasionadosrasgos, es desviada y cambiada de sentido en beneficio del entendimien-to" (V. a. 153, v. e. 137). La imaginacin trascendental era para Kant"lo inquietante desconocido" que 10 empujaba a una concepcin

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  • completamente nUeva de la deduccin trascendental. Kant reconoci elproblema de la "finitud" en el hombre y 10 vi con toda exactitud; noobstante, no desarroll este problema completamente; el ha socavadolas bases de su fundamentacin anterior (V. a. 209, v. e. 182). Estehecho, el que Kant haya retrocedido ante el fundamento puesto por lmismo al descubrir la subjetividad del sujeto, es para Heidegger 10filosficamente esencial, es el verdadero "acontecimiento" de toda laCrtica de la razn pura (V. a. 205, v. e. 179). Con tal tesis, Heideggerllega naturalmente en su anlisis, a algo parecido a una hiptesis, ylas hiptesis son -el mismo Kant 10 ha sealado-- "materia prohibida"en el campo de la filosofia .trascendental estrictamente considerada.Son admisibles, como Kant agrega en el captulo sobre "La disciplnade-la razn con respecto a las hiptesis", si se las utiliza no dogmticasino polmicamente; son pennitidas en el campo de la razn pura slocomo armas guerreras, no para fundamentar sobre ellas un derecho,sino para defenderlo (B. 804 Y stes.). No debera ser tambin la hi-ptesis de Heidegger un arma de este tipo? Al utilizar la hiptesis nonos est;,mos colocando en plena polmica con Kant, en vez de situarnosen el campo de f-nlisis de sus pensamientos? Es conocido -que Scho-penhauer objet a Kant el haber ocultado y oscurecido en la segundaedicin de la Crtica de la razn su propia conviccin fundamental; quepor ''temor humano" haba mutilado su obra. Heidegger se ha protegidocuidadosamente en su interpretacin de un extravo de tal naturaleza,de un psicologismo tan disparatado y necio. Pero l tambin estableceuna explicacin "subjetiva y psicolgica" en donde se hubiera podidoesperar y exigir una explicacin objetiva y sistemtica. Y esto ltimoha sido sealado a menudo por el mismo Kant en forma suficientemen-te clara. Lo que le Ilev a reelaborar la primera edicin de la Criticade la razn pura era la experiencia del comentario de Garve-Feder;era el inters por distinguir con toda exactitud y vigor su idealismo"trascendental" del idealismo "psicolgico".A causa de esta .preocupacin deba desplazar el peso de la analtica trascendental de la deduc-cin subjetiva a la "deduccin objetiva", ell mayor medida aun de loque antes 10 haba hecho; deba mostrar que la cuestin fundamentalde la crtica de la razn consista en saber cmo y bajo qu condicioneses posible el objetode la experiencia, y no cmo es posible la misma"facu1td de' pensar". Pero, no era precisamente esta frase laque Kantya haba destacado. insistentemente y recomendado encarecidamenteen el prlogo de la primera edicin de la Crtica de la razn pura? (AXI. p. 65; v. e. T. l. 12). Y, por otra parte, no ba dejado l sinmodi-ficar en la segunda edicin el ncleo de su teora de la imaginacintrascendental, el captulo del esquematismo mantenindolo en laposicin central y sistemticamente decisiva? En todo esto no puedo

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  • encontrar "huida" alguna ante la postura de su propio pensamiento.En realidad, la renuncia a una metafsica de lo absoluto no provocabaa Kant desde haca ya tiemp01 temor alguno. A ello renunci, no en laCritica de la razn pura sino que ya lo haba hecho en Sueos de unvisionario en el ao 1766. Desisti de polemizar con "arquitectos deconstrucciones fantsticas en el mundo de 10 ideal" y este desistir no

    . signific para l ningn renunciamiento amargo, sino que fue concebidocon absoluta tranquilidad y sinceridad de espritu y con segura y con-ciente fuerza de pensamiento. Sobre las ligeras "alas de mariposa de lametafsica" no quera elevarse ms a las nubes, a los "secretos del otromundo"; en vez de ello, se entregaba a la "escptica fuerza del auto-conocimiento", Cuando la ciencia ha recorrido su crculo, llega natural-mente a un punto de prudente desconfianza, y dice enfadada consigomisma: icuntas cosas hay que yo no comprendo! Pero la razn maduMrada por la experiencia y que ha llegado a la sabidura, habla por bocade Scrates que, en medio de las mercancas de una feria, con almaserena afirma: cuntas cosas hay que yo no necesito! 12 Kant permaMnece fiel a este talante espiritual en la Crtica de la razn pura. La limi-tacin en cuanto tal, la circunstancia de que la perspectiva "hacia afue;.;ra" nos es extraa, no 10 sorprende ni 10 atemoriza. Si la queja: "nocomprendemos el interior de las cosas" debe significar tanto como"no comprendemos por el entendimiento puro 10 que pueden ser las cosasque se nos aparecen", esa queja es injusta e insensata, pues quiere queuno conozca las cosas sin hacer uso de los sentidos y por lo tanto, con-cluir que poseemos una facultad de conocimiento completamente dife-rente no solo en grado sino tambin en intuicin y tipo; por 10 tantopretende que seamos no hombres sino seres de los cuales no podemosafirmar ni su posibilidad ni mucho menos aun si han sido creados (V.a. 333; v. e. 182; V. e. T. Ir, 190). Kant estaba por lo tanto, fundamen-talmente familiarizado con el problema terico de este tipo de "lim;-tacin1' y tambin en el aspecto prctico no se senta en 10 ms mnimocohibido, po.r tal conocimiento. Pues tambin en su tica haba en rea-lidad un absoluto de la idea, un absoluto del exigir, pero ya no nece-sitaba, para esta~ en el centro de este absoluto1 y para sentirse seguroen, l, una perspectiva a un "ms all", en sentido de una metafsicadogmtica. "No encierra el corazn del hombre" -as haba ya pre-guntado .en Sueos de un visionario- "inmediatamente mandatos tiMcos y no se debe para actuar de acuerdo con sus disposiciones, colocarlas mquinas en un mundo completamente distinto?11, El "otro mundd'que Kant necesitaba y al que nunca renunci, no era otra naturalezade las cosas sino un "reino de fines", no una existencia de substancias

    12Sueos de un vision.ario (cd. Cassiier) 111, 485.

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  • absolutas sino un orden y constitucin de personalidades libres actuan-tes. Pero l encuentra esta exigencia absolutamente conciliable con losresultados de su Crtica de la Razn y especialmente con su teora dela imaginacin trascendental. Pues el reino de los fines yana se dejasometer ms a las leyes de esta imaginacin, no se deja "esquematizar"sin perder en el intento de un tal esquematismo su propio carcter, suesencia como puro inteligible 13. La "ley moral" se distingue de la fsicaen que no comienza donde el hombre percibe, en el mundo exterior delos sentidos. Comienza ms bien en su "invisible si mismo", en su per-sonalidad, y 10 coloca al hombre en un mundo que tiene v'erdaderainfinitud, pero que solo es perceptible con el entendimiento. (Crticade la razn prctica V. 174). Yo no veo que Kant en alguna de estasdeterminaciones: en la limitacin del uso de la experiencia de las cate-goras al esquema de la imaginacin y en su afirmacin de 10 "supra-sensible", ni en aquella otra perspectiva prctica haya vacilado algunavez o haya visto entre ellas contradiccin alguna. Aqu no existe paraKant ningn abismo, al que no se hubiera atrevido a asomarse sino queimpera, segn l, una correspondencia completa, una correlacin total.El abismo se abre cuando se toma como punto de partida y criterioorientador el concepto de "finitud" concebido y fundamentado por Hei-degger en forma completamente diferente. En resumidas cuentas: a mme parece que la representacin de un Kant "atemorizado", que se es-panta de las ltimas consecuencias de un pensamiento, no est exigidani confirmada por nada; mucho ms me parece que es una de lascaractersticas esenciales y especficas del pensamiento kantiano el queno se apoya en motivos puramente "subjetivos" para sus conclusiones,sino que siempre deja hablar a la cosa misma y a su propia necesidad.

    Pero, naturalmente, aqu nos vemos conducidos a un punto en elque no son suficientes la "discusin" puramente lgica y el mero an-lisis conceptual para llegar a una conclusin; un punto en el que tieneesencial significacin el talante general que anima y determina todafilosofa. La ontologa fundamental de Heidegger, que se funda en laconcepcin del puro cuidado (Sorge) como ser del ser-ah humano(Dasein) y que ve un "excelente alumbramiento del ser-ah humano"(Dasein) en la "fundamental presencia del miedo" deba colocar todoslos conceptc:;sde Kant -en tanto buscaba tambin estar de acuerdocon su propio sentido lgico- desde el comienzo, en una atmsferaespiritual diferente, y de esta manera en cierto modo ocultarlos. Kantes y ser siempre "en el ms alto y perfecto sentido de la palabra" unpensador de la Ilustracin; l tiende a la luz y a la claridad aun all

    13 Para mayor informacin cfr. mi escrito Kants Leben und Lehre (Vida y doctrinade Kant), 3' ed. p. 273 y ss.

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  • d'onde discurre sobre los ms profundos y ocultos "fundamentos" delser. Goethe dijo una vez a Schopenhauer que cuando lea una pginade Kant se senta como si entrara en una clara habitacin. Por el con-trario, la filosofa de Heidegger est desde un comienzo bajo el otroprincipio descrito. Para Kant la metafsica es la teora "de los prime-ros fundamentos del conocimiento humano" y el concepto de funda-mento es aqu entendido en el ms llano, y por as decir, inofensivosentido, que debe sealar y hacer concebibles dichos ltimos "princi-pios" de dicho conocimiento. Para Heidegger, por el contrario, la tras-cendencia es' el verdadero "campo de la pregunta por la esencia delfundamento", el fundamento surge de la "libertad finita": como tal fun-damento la libertad es abismo (Ab-Grund) del "ser-ah" humano 14.No es que la libre conducta individual no tenga fundamento, sino quela libertad coloca en su esencia como trascendencia el "ser-ah" huma-no, como un "poder ser" (Seinkonnen) en posibilidades, que ante sueleccin finita, es decir en su destino, se entreabre. El rompimiento delabismo en la trascendencia fundamentante es. .. "el ,movimiento origi-nario que realiza la libertad con nosotros mismos"; tales frases, en lasque Heidegger analiza la idea de la lgica "en el torbellino de un pre-guntar ordinario", se comprenden desde el mundo de Kierkegaard 'peroen, el pensamiento de Kant no tienen ubicacin alguna. Pues para Kantno era la angustia lo que le abra "10 no revelado" y por 10 tanto no leabra el campo de la metafsica ni le empujaba a la misma 15. El habadescubierto una forma fundamental de idealismo que por un lado remi-ta a los hombres al "fecundo pathos de la experiencia" y los colocabaen este fundamento, y por otra parte aseguraba la participacin enla "idea" y de esta manera la participacin en 10 infinito. Esta fue sumetafsica, su camino para desterrar "la angustia ante la nada".

    IISolo el cuerpo es.t sujeto a aquellas fuerzasque imponen el oscuro destino,pero libres de todo poder del tiempo,los seres de naturaleza espiritualpasea'n arriba, .en los campos de luz,divina su fiura entre 108 dises.Queris volar alto sobre sus alas?Arrojad entonces el miedo ante 10 terreno.Hud de la estrecha y srdida vidaen el reino de 10 idea]".

    u Heidegger Van Wessen des Grundes (Sobre la esencia del fundamento) Festshriltfr Husserl p. 80, p. 109.

    16 Heidegger, Was st Metaphysik? (Qu es Metafsica?), Bonn, 1929. p. 17.

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  • Este es el talante y la forma como Schiller y Guillermo von Hwn-boldt han visto la filosofia kantiana, y yo creo que nosotros debemoscontinuar vindola de esta manera si es que queremos ,comprenderlaen su tendencia fundamental, en _su idiosincrasia, y en su grandezahistrica.

    Estoy al final de mis consideraciones sobre el libro de Heideggery me resta an sealar un punto con el objeto de evitar malas interpre-taciones. Una vez ms quiero destacar que en estas con'sideracones nadaha estado ms lejos de mi que todo tipo de polmica personal. El valordel libro de Heidegger no debe, en ningn caso, ser negado o dismi-nuido.Como todas las obras de Heidegger, su libro sobre Kant llevael sello del verdadero modo de pensar filosfico y de un autntico tra"bajo intelectual filosfico. Emprende su tarea con verdadera pasin in-terna, en ninguna parte se queda detenido en la exposicin de palabrasy frases, sino que nos-coloca en el centro viviente del'problema-mismo,al que concibe en su real fuerza y originalidad; y no podr decirse nadamejor en alabanza del libro de Heidegger, sino que muestra comple-tamente desarrollada la problemtica que desenvuelve ante nosotros, yque siempre se mantiene a la altura de su misin. Pero la-alabarizaola crtica personal no son criterios tiles ni adecuados 'para juzgar'unresultado filosfico. Aqu debe hablar slo el problema y nada puedeser ms justo con un autor, que 'procurar 'oir la voz de aqul. Falsa ymala "subjetividad" sera la que no nos impulsara y obligara a un tipotal de objetividad. En este sentido querria yo ver consideradas Y' juz-gadas las observaciones anteriores. Yo creo que tenemos que agradecera Heidegger el haber colocado una vez ms ante nuestros ojOs el ver-dadero "acontecimiento" filosfico que se realiza en los futldamentosde la filosofa kantiana, y el haber hecho visible este acontecimiento ensu interna fuerza y pujanza. Pero me parece que no ha considerado todoel campo de la problemtica del "idealismo trascen4ental". El ha sea-la40 slo una fase (evidentemente importante) del movimiento totaly presentado c1aran:Iente su importa,ncia, pero no ha considerado estemovimiento en su conjunto ni haclescubierto s\lleg'l1idad interna. Conrelacin a todo ,,1 mundo intelectual de Kant, lo que Heidegger tomay desarrolla es, a ltima hora, slo un aspecto parcial. Evidentementeque no pienso discutir a Heidegger: que tal tipo de limitacin y finitudes quizs el destino de todo tipo de pensamiento filosfico y de todainterpretaci6n hist6rico filosMica, y qlle nllguno de nosotros puede jac-tarse de haber escapado a ese destino. La"en todo momento renovadaconviccin de finitud" no es quizs, como Heidegger afirma, el verda-dero ncleo de la metafsica: pero en todo caso, es indispensable y ne-cesaria como norma de trabajo y de investigaci6n filosfica. Aqu nose trata de "un juego recproco y comparacin conciliante de puntos

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  • de vista"; nos queda slo la elaboracin de la problemtica de la fIni-tud en cuanto tal, que de acuerdo con su esencia ms ntima, "se mani-fiesta slo si se la hace accesible mediante la firme gua de la cuestinfundamental de la metafsica originariamente concebida, la cual, natu-ralmente, no puede pretender nunca ser la nica posible" (Heidegger,V. a. 227; v. e. 197). Yo ya he destacado en mis conversaciones conHeidegger en Davos, que no abrigo ni el deseo ni la esperanza de con-vertirlo a mi punto de vista ni atraerlo hacia l. Pero a lo que se debeaspirar en todo anlisis filosfico, y lo que en cualquier sentido debelograrse es que las posturas opuestas aprendan a "verse" correctamentey busquen comprenderse a s mismas en esta su oposicin.

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