kallawaya: reconocimiento mundial a una ciencia de los andes

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About the culture of the Kallawayas of Bautista Saavedra, Bolivia

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  • ~CARARAS ~NTROPOLOSI~ '( ~RQeEOLOil~: l) o ,. .. _ .. , ., I

    ~'~ BiBLIOTf(' A- U.M.S." . I

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  • f'JO SALE A DOMIC\L\0

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    . . . elk en Pans Y )'( ,po~itiOil l Jli\C r"

    La .:soJcmnc ficst:.l de In civilizactl'H1 El mtcnor dcll'nbcll6n B

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    REPUBLICA DEL PERU

    Prov. Camacho

    Provincia BAUSTISTA SAAVEDRA

    -!!11!1 lJ11~IC mfcrprvl'JIIi:l!ll -- f~,,:tl ~1u,,_..;.,,.,.' I. ..., . 'J. v . ldp.HW ~ .rmlltlit:W

    0 Pr,tlt"'N~~ N:nfr08 poMaJ..:os

    Prov. Munecas

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  • El Viccministerio de C ultura asumiendo que e1 j)ais es 1nult1"'tnico 1 ., \ 1 c. c; y p U11cu tura v en un a fan de cndcncJ~ll que lo~ pueblos incliocrns son 'Ktorcs cle lac )tlstn c. 1 l .Il l

    _ ...., ' ' c c 1 c1on c e su c esarro o en cl a no 2002 ~e propuso apovar clcctdtclamente la c:lndid"tltra cln la c JSl - l 1 c 1'

    1 ' ' " ' ~ c.

  • reflexion ha sido construida en la vivencia cotidiana con ellos, pues le toc6 desempefiarse

    como autoridad de uno de los ayllus.

    EI Viceministerio de Cultura, inicia con esta publicaci6n, un trabajo de recuperaci6n de la memoria, apuntando ala porte de la historia y de la ciencia medica en el pais. Esas dos dimensiones articulan el acervo cultural de los kallawaya y permitiran un desarrollo socio-econ6mico mas equilibrado.

  • El nombre kallawaya evoca hoy una larga epope)ra de afirmaci6n de 1dentt'dad . . . y pertenenc1a. Durante s1glos se han 1do alternando el hostigamiento el desprec10 unas 'reces la , . . , . . , , " , persecuc1on po~ r~zones etn1cas o 1deolog1cas otras veces, la indiferencia ante su presencia y sus realizaciones, cas1 s1empre.

    Y ese extraordinario grupo humano lleno de valores, de conocimientos, de inquietudes,

    aparece hoy ala luz de la declaratoria de la UNEsco, como emergiendo de una larga noche que no

    lo apag6 ni lo abati6.

    Gracias al reconocimiento de la UNEsco que los coloca ante toda la humanidad como dignos

    de admiraci6n y de respeto, Bolivia ha empezado aver con orgullo, como pais, lo que solo unos

    pocos conocedores y estudiosos venian consignando y difundiendo sabre los valores culturales

    humanos y medicos de los kallawaya.

    Para dar a conocer dentro y fuera de Bolivia, tanto el desarrollo de aquella lucha por no

    desaparecer ni olvidar los val ores propios, como los alcances de su influencia en diversas regiones

    de America y fuera de ella, la Fundaci6n Cultural del Banco Central de Bolivia asumi6 la tarea de

    preparar y editar este libra auspiciado por la propia uNEsco y par el Viceministerio de Cultura.

  • La historiadora Y dem6grafa Carmen Beatriz Loza, ha realizado una dedicada tarea de

    investigaci6n y elaboraci6n de los materiales, obteniendo docun1entos y testimonies que confieren

    a su trabajo un extraordinario valor y que enriquecen considerablemente la bibliografia sabre

    ese mundo de creencias, sabiduria, tradiciones y arte que desenvuelve su vida desde lejanos

    siglos a poca distancia de la actual ciudad de La Paz, entre maravillosos paisajes andinos,

    deslumbrantes de magia y color.

    La Fundaci6n, empenada desde su creaci6n en la defensa y difusi6n del Patrimonio Cultural

    de Bolivia yen la promoci6n de las expresiones de los creadores culturales, desea contribuir con

    esta publicaci6n al conocimiento fundamentado y consciente de nuestros valores, base de la

    af1rmaci6n propia, de la cohesion social y de la construcci6n de un desarrollo sin exclusiones,

    - nquecido por la diversidad y con verdades de equidad.

  • En Paris cl 7 de novictnbre de 2003 1 1 1 . . . . . , a UNEsco proc arn6 a c1enC1a y cosmov1si6n del pueblo kallawaya

    con1~ Obl a lv1aest 1 ~del Patnmomo Orale Intangible cle Ia Humanidad. Fue un n1omento de verdadera n1utaci6n:

    ~onsicle,rado una figura oscura, el hcc~iccro pcrscguido por los cxtirpadores de las idolatrias del siglo XVl ) host~gado por las autondades bohvwnas hasta lines del siglo XX, se convierte repentinamente en un arqu~tlpo. Esta n1etmnorfos1s de los religiosos n1edicos y herbolarios asentados en los valles pr6xin1os ala cordillera de Apolobamba, en la proVInCia Bautista Saavedra al none del departan1cnto de La Paz, es el fruto de un triple proceso que simboliza claramcntc los avances logrados por los pueblos incligenas de Los Andes.

    En primer lugar, un largo accionar y lucha, en numerosas etapas, a traves de las cuales los kallawaya, ya sea agrupados o individualmente, construyeron un capital social movilizando recursos en virtud de los conocimientos que poseen, de sus redes de relaciones, reconocimiento social de una practica medica y religiosa mas o menos tolerada en la actual soc1edad boliviana1. Pero ademas movilizando en su favor yen deterrninados momentos una serie de apoyos, de garantias, de influencias para ejercer libremente su oficio ancestral en una sociedad occidentalizada que irremediablemente los fue marginando sin reconocer que sus conocimientos ayudan a satisfacer muchas necesidades sanitarias del pais. A pesar de ella, hoy en dia, continuan siendo un grupo social aut6nomo compuesto mayoritariamente por descendientes de los antiguos pueblos prehispanicos que poblaron el norte de La Paz, con territorio propio, reconocido y claramente identificado como diferente por sus vecinos quechuas y aymaras, incluidos aquellos que estan muy cerca de la actual frontera boliviano-peruana.

    Se distinguen efectivamente de sus vecinos por un conjunto de rasgos, tales como la lengua, muchas veces por la vestimenta, el modo de vida, la itinerancia con fines de aplicaci6n y adquisici6n de otros conocimientos. Pero posiblemente, sobresale en ese conjunto de rasgos la viva conciencia de su identidad, confundida muchas veces con el orgullo y la distancia que tiene frente a los otros grupos indigenas, mestizos y blancos2 , al mismo tiempo confundida por el diseflo metodol6gico adoptado en el censo 2001 con relaci6n a la autodeclaraci6n de pueblo originario, el mismo que pretendi6 solapadamente inflar la

    identificaci6n etnica en funci6n de los grupos mayoritariamente aymara y quechua. En todo caso, ellos poseen un capital simb6lico acumulado, el cual se traduce en el prestigio Y la

    percepci6n que tienen las otras etnias, quienes los pueden reconocer rapidamente por sus coloridos ponchos listados sobre un fondo de un inconfundible rojo o las bolsas finamente tejidas para cargar sus plantas Y variados objetos con fines curativos, ceren1oniales y litt1rgicos. Su sola presencia infunde respeto, sin necesidad de exhibir efectivamente la dimension de su capital total y la legitimidad de su poder

    3. De hecho, se ha

    11 1 d. 1 b dan todo genero de distinciones, lo egado a af1rn1ar que son ten11dos por os tn 10s, qtnenes es nn , d d 1 b ltadas y tnisteriosas bolsas c1ue He' 4.\n aloJan bten, les ohsequ1an y Jamas se atreven a sustraer na a e as a u ' ' '"

    con tgo 4 , pues comprenden que son los Qolla Kapachayuj o los gran des senores de las hobas nledl 10 ll ,

    flytowardstherainbowHighlight

  • bduria para resolver sus problen1as, dolencias y preocupaciones, pero tambien auxilio De c) los sc espera sa 1 ' ' ' _ . . l - ofrendas a los dioses-antcpasados n11t1cos and1nos. paraecvarsu~ ' .. .. . _ _ . 1 l l Cla Bautista Saavedra 1nuchos son cuatnhngues. la mayona hablan mas quechua A mvc c c a prov1n ' '' . %) (17 5ot) )rt1na Ininoria espccialmente, muJeres (2.95%) conocen el castellano u otra (79.22 que aymara . 10 ' . . d' (O 27o,) Para muchas ceremon1as, curaoones yen ocas1ones espcoales emplean su propia lengua m 1gcna . 10

    lengua todavia la conocen algunos varones1

    . . , . ()

    Segtln la literatura etnografica y linguisnca s~ tr~t-ana de la len~ua puqu~~a , pero los hablantes se empcnan en negar este aserto y utilizan la clcnon11naclon d~ mac_haq-)uyay ~soc1~~dola ala lengua secreta de los Incas sin entrar en debate optamos por emplear en este hbro la des1gnaoon de los actores sociales,

    a pesar que la n1isma no ha sido reconocida oficialmen~e7 . . _ . . . En segundo Iugar, intervino en la decision un camb1o en la valoraoon de los conoCimlentos c1entificos

    de los indigenas pues de manera progresiva la sociedad occidental empieza a tomar en serio sus conocimientos en diversos campos, particularmente la medicina, con expectativas de aportes a las c1encias biomedicas convcncionales. Finalmente, tambien contribuyeron las reivindicaciones del movimiento indigena internacional que en Bolivia ha alcanzado presencia y relevancia en la agenda politica nacional, conduciendo a las elites dirigentes a repensar la predominancia indigena en el pais. Por esta raz6n cabe preguntarse: (Cuales son las coyunturas socio-politicas que permitieron que la ciencia de los kallavvaya pueda ser

    preservada a pesar de la dominaci6n colonial? (En que medida la pnlctica de su ciencia cohesiona la identidad del grupo? (C6mo los kallawaya han podido finalmente emanciparse y llegar a obtener la distinci6n

    de Obra Maestra del Patrimonio Orale Intangible de la Humanidad? Podemos preguntarnos tambien: (_Se trata acaso, de una candidatura impuesta desde el Estado o mas bien ella se enlaza con las acciones que ejecutaron ellos para alcanzar el reconocimiento de una practica mas libre y un trato mas digno?

    Quedara claro a lo largo del libro, que el Estado boliviano solo jug6 el rol de intermediario para la presentaci6n de la candidatura ante la UNESCO, porque la distinci6n obtenida es la culminaci6n de un gran ciclo de credito kallawaya caracterizado por la inversion en credibilidad cientifica durante siglos en el campo de la salud del continente.8 La ventaja al operar con la noci6n de ciclo es que nos libera de la necesidad de

    especificar la motivaci6n ultima que hay detras de la actividad social que se observa. Mientras que la

    n_oci6~ de credibilidad en el sentido que le otorga el soci6logo frances Pierre Bourdieau nos facilita la SinteSIS de nociones econ6micas ( d. b f" . . ' . como 1nero, presupuesto y ene Icios) y ep1sten1olog1cas (como certeza, duda y prueba) El ciclo de cr'd"t en _ . . . e 1 0~ con sus rupturas y qu1ebres, sus cortes y cambios, nos perm1te observar

    que medida su histona no es s1mplemente cl resultado de imposiciones y dominaci6n sino mas bien, que esos cambios les permiten d . ' . d . . ~nnovar, a aptarse para arncular la respuesta del grupo ode algunos m1embros

    el rnlsmo, frente a diversas snuaciones socio-politicas.

    Tres fases del ciclo de credito

    Se irnpone entonces y por encim d 1 . Incas c . , d ' a e toe o, una pnmera fase en la que obtienen crcdibilidad con los

    , onvirtlen ose en sus medicos-reli . . mementos d . glOsos, herbolanos y los honran con1o ponadorcs de sus anclas en

    e paseo y armonizaci6n 9 Ese c r -d. 1 . . . c llo o re1nv1erten despues de la invasi6n espanola para obtcncr

  • mas aceptaci6n, prestigio y fama dehido al exce11ciona1 d 1 f . . d . . . . ' nlaneJo e a armacopca y un conjunto de varies procedmuentos e curac10n simb6lica (ligada a las terapi 16 . . . . ' ( as ps1co gtcas y pstqutatncas)w, reve\andose ante los OJOS de qutencs dctcntan el poder de I a ciencia colonial co . d . . . . . . n1o pracucantes e un conoctm1ento verdadero Stn ernbargo, la pos1b1hdad del ejercicio fue extre1nadamentc dr 1 f - d . . . . . ' 1 1c1 porque ueron rapt amente asoctados a los hechtceros, sufnendo restncctones para el CJercicio 1)orque t d 1 'l . . . . . . es uv1eron someu os a a tn )UtaCI6n y la servtdurnbre. Alrntsrno tieinpo, 1a ItlneranCia es drasticamente rest d r d el ingreso de las contribuciones a la Corona de Castilla .

    ( nng1 a para eVItar ugas que re uzcan

    Una segunda fasc se caracteriza por el arte de los kallawaya para traspasar las fronteras de las nuevas

    republicas, apcnas dcrrotado el colonialismo hispano. El proceso migratorio les dw la posibihdad de alcanzar

    pote~ciales n1ercados para las curaciones, pucs las condiciones estaban dadas despues de la traumatica y

    sangnenta Guerra de Ia Independencia ( 181 1-182 5). Cuando los hospitales estaban en rui nas, crisis y totalmente desbordados con enfermos, heridos y pobrcs que buscaban refugio a pesar del costo de atenci6n y los privilegios que gozaban las tropas mHitares e independentistas11 . De ahi que la poblaci6n civil se hallaba librada a su suerte y en busqueda de los medicos 1ndigenas quienes tuvieron ocasi6n de realizar multiples curaciones a partir de las cuales materiahzaron sus reditos. Fue tambien una ocasi6n para que los

    kallawaya ostentaran sus conocimientos por villorrios, mercados, plazas y palacios del continente. Al extrema

    de provocar interes en los viajeros, medicos e intelectuales extranjeros interesados en los peculiares y

    misteriosos itinerantes. Este aspecto influy6 notablemente para que una parcela de sus conocimientos,

    aquella que ha tenido mas gloria: el reconocimiento conseguido entre 1881 y 1886 a traves de la primera oleada de kallawaya que realiz6 la memorable curaci6n de la malaria durante la apertura del Canal de

    Panama 12 . Esa curaci6n sirvi6 de garantia para que los cientificos bolivianos y franceses se interesaran en

    consultarlos acerca de la farmacopea. Y, ese saber sea objetivado rapida y dificilmente en una suerte de

    herbaria que fue expuesto en la Exposition Universelle de Paris entre 1889 y 1891. No sabemos por el momenta, cual fue la participaci6n de los kallawaya en las guerras internacionales,

    aspecto que queda abierto para una futura investigaci6n. Sin embargo sabemos por fuentes orales que

    tuvieron una destacada actuaci6n en la guerra que enfrent6 a Bolivia y Paraguay por el territorio del Chaco

    (1932-1935). Ellos fueron reclutados como soldados, pero ante la falta de atenci6n tuvieron que curar a las

    tropas mayoritariamente indigenas que estaban en el frente de combate y caian irremediablemente enfennas

    y agonizantes por la defensa del territorio. Algunos kallawaya inclusive fueron reclutados con el grado de

    sanitarios 13. Una tercera fase, posterior ala Revoluci6n de 1952 cuando sedan cambios trascendentales en el sistema

    socio-politico imperante en Bolivia, particularmente con la Reforma Agraria que altera profundamente las

    relaciones de subordinaci6n ala que estaban sometidos, al mismo tiempo que crea nuevas expectauvas en

    el mercado laboral, raz6n por la cual muchos kallawaya aprovechan para intensificar su tradicional arte en

    joyeria para migrar ala sede de gobierno 14 ~ micntras que algunos, los mas arrojados, se proponen alcanzar las universidades para profesionalizarse (particularmcntc cl ayllu de Canlaya)". Es en esc contexto de cambia, los que optaron por scguir siendo kallawaya opcraron de manera compleja en el ~ampo de Ia salud, convirtiendo ese espacio en escenario de rclacioncs de fuerza Y de luchas encannnadas a un reconocimiento de su oficio que no fuera n1eran1ente n01ninal , sino que 1nas bien cohrara un c~.ln.\cter

  • . . . . J . ercicio Jibrc de su profesi6n. En cse sentido, revalorizan . _ 'S concrctas p,u a c CJ .

    Juridico a tmves de cltspo::,JCJOnc , 1. t n y afinnan su idenndad en la fa rna alcanzada por sus . . I rupo lucgo ,\ tmcn a . Ia experiencia vnTJda por c g ' r

    1 t a partir de csos elementos rcorgan1zan los recursos

    . I I I tinente y ma rnen e, . . predecesorcs a mve c e con . . . que en esa cpoca estaban bas1camentc onentados a obtener

    I, .. rarios reconoc1lllH:~ntos acumulados pam P .mteat '' , es y n1altratos. - . , . . entar los abusos, extorsion

    lcgaliclad de Ia pracuc,l paw . pos etnicos y aprovechan el esccnario del Primer Congreso k ll ,. stlblcccn ahanzas con otros gru , .

    Los a awa}a c ' f d 1 C federaci6n Sindical Unica de TrabaJadores Campes1nos de c d Bolivi'l donde se un a a on ampcsmo e . ' .

    79 All kallawaya Dr. Walter Alvarez Qu1spe asume la cancra de

    Bolivia (csurcs) en JUntO de 19 1 un . , . . , d. 1 d c d la medicina 1nd1gena y la rehgion an 1na. En no\ 1embre de ese Secretario de Salud Y se propene e1en er . . . . .

    nizaci6n de Iglesia Catohca para el reconoom1ento de la med1c1na afio se estabiecen lazos con una orga . . . . .

    d'. . 116 D oceso nace la iniciativa de legislar sobre el tema, s1n s1qu1era 1mag1nar que el proceso tra tcwna . e ese pr . _ . . . . .

    - d I I t es1stido En todo caso se llega ala creaoon del Insututo BohVIano de Med1c1na sena uro, argo y a tamen e r . , . . . Tradicionai Kallawaya (Ley de 9 de abril de 1987) y la declaratoria de la proVInCia Ba_unsta Saavedra como Capital de la Medicina Tradicional de Bolivia (Ley de 9 de abril de 1987). A part_u de ello, se reahzan numerosas actividades a nivel nacional hasta llegar a cristalizar finalmente la cand1datura presentada en octubre del 2002, ante la UNESco17. A pesar de la magnitud de la distinci6n, no nos equivoquemos, el proceso de reivindicaci6n ante las autoridades bolivianas, particularmente las de salud, esta lejos de haber

    terrrtinado. AI evocar este ciclo de credibilidad adoptando una noci6n de la antropologia de la ciencia-

    pretendemos iluminar la experiencia y la conciencia de las fuerzas de los kallawaya en momentos hist6ricamente situados entre los siglos XV y XXI. Sobre todo, el enfoque adoptado persigue restituir su accionar y documentarlo. Para ello utilizaremos las imagenes esbozadas por los viajeros y las descripciones e interpretaciones de los investigadores. Por supuesto sin caer en la vision dicot6mica y equivocada que pretende evidenciar las imagenes pre-cientificas de las cientificas 18 porque la objetividad no es la misma

    en el siglo XIX que en el siglo XXI y los autores escribieron convencidos de que sus observaciones eran absolutamente cientificas. Lo que significa que simplemente nos toea situarlos en el contexto social de su

    producci6n considerando la temporalidad del discurso. Tampoco se intenta atomizar las descripciones a part~r de_ una lectura que opone mito y realidad, olvidando que los mitos en Los Andes dan coherencia a las exphcacwnes hist6ricas o simple t 1 l'd d 1 -extrema pobreza.

    men e a a rea 1 a que desborda a miles de indigenas sumidos en a mas

    Evidentemente este libro no t d b . . . : pre en e a arcar toda la gama de experiencias que envuelven su Clcnoa

    para reahzar curaCiones aliviar a 1 . d. . d d . ritu 1 1 , 1

    . ' os ln lVl uos e sus pesares, miedos y otros a traves de las curaCloncs a es y as mu tlples facetas de sus d. . . , . . . .

    y estaria 1 b'd ) . Iversas actlVldades a traves de los s1glos (en1presa que sena nnpos1blc rna conce 1 a . LeJos de nuest , . . preservar el d. b. ro proposlto esta abordar la filosofia que 1nueve a los kallawaya a

    me 10 am 1ente y los cuidados q d 1 l ceremonias y fiestas 1 d d. ue pro 1gan a a naturaleza, con1prendidos en las 1ntllllp cs que e e 1can. Tampoc d que durante siglos h 1 preten emos dar cuenta de las ideas de los divcrsos autorcs an p asmado sus opiniones b . . por la importante obra d 1 0 Y

    0 servac1ones, empresa que parciahnentc fue cubH:'rt~l e octor Rolando Costa Arduz: Compilaci6n de estudios sobrc mcdicina JwllcnvayC1 1~J

  • 1 0 que dcscan1o~ e~ defintr como actuaron lo~ kalla\\ a f 1 l f . _ , . . ' ' c.> d tente a c CS.l 10 que lc~ unpuso e\ ordcn colonw1 espanol) tcpuhhcano para con~crvar ~u ctcnc ta )' ,1r , 1 1 . . ' t e~cnt..naante aL~~
  • ., ..,, ..

    ,.,..yunturas htst6ncas desde el stglo XV hLtstLl d Prt.:~n de rtdno de los kallawaya. En esta l.ngL\ tra\~.: l . ' .. ; , l on.t h

    ..,. muchos casos. algunas de las temattcas abordadas stncn d

    . ' ' '

    Procesos y aspectos mas generales. Nuestro prop e osno e de los elementos y patrones comunes en esta \ 1510n 1 arga)

    . ' ....

    .. y los viajes en Ia transmisi6n de los conocimientos en el seno de las

    se perpetua de generaci6n en generaci6n. En ese proceso no solo se maneJar las plantas, sino que tambien se profundiza la narraci6n de las

    que mtemene como medio didactico durante el primero o posteriores AI evocar los logros de los predecesores en el proceso mismo de la formaci on

    c1e Ja narraa6n hist6nca del grupo, Ia reflexi6n etica y la discusi6n acerca de los del o&cio En el pasado se abordaba tambien aquella que tiene que ver con las

    las que cno estan destinadas a sancionar Ia infracci6n, sino a comrolar a aeut11bzar su estado peligraso, a modificar sus disposiciones delictuosas y, a no cesar

    9DPJo el residente en Potosi, Hugo Ticona, recuerda vivameme

    .... - 'Rkma en el Peru. .... lo han matado por brujo, lo han matado porque,

    110 QJII que los kallawaya no eran [brujos], eran medicos tradicionales; no brujo lo han asesinado en una, una casa [de hacienda] ... el no cometi6 to f ; I ! t

    pagola culpa de alguien que paso por ellugar suplantado llatado en una noche en la cama, entonces al dia siguiente

    2e11tta. Victoriana Alvarez, fue al Iugar a recoger

    m"aldo en el mismo Iugar donde muri6, pero

    ,....,.. de las generaciones que todavia

    Por esa razon hemos realizado principales ciudades de

    a situaciones Y cuales

  • general acerca de la reconstrucci6n de las instituciones y 1 . . . . . . . as caractenstlcas andtnas de la sociedad En el capiLulo 2 se estudta el pnmer Ciclo de las re1acio h' k 11 . . . nes tspano- a awaya y parnculam1ente se

    Presenta uno de los episodios que mas altera Ia organizaci6n socio- 1. . d 1 . 1 . . ~ . po tttca e grupo. a feroz 1ucha entre un JinaJe por detentar la Jefatura desde ftnes del siglo XVI hasta r d l X"'lll . . . ' 1nes e -. v . Este hecho de canicter Jundico nos scrvua con1o tel on de fonda para eviclcnciar el proceso cle 1nst . d \ d l . . . . . aurae tOn e as n1e 1c as cautelares Para detectar las 1dolatnas, capaulo dcCisivo para cntendcr h 1)ostc110 r e t' 6 l 1 c. s tgmattzact n c e grupo como hech1ceros.

    El capitulo 3 muestra las condiciones republicanas para el eJ'erc1c10 de las cu 1 rac1oncs en e connnente. Se destaca el proceso de democratizacion del sistema de salud y las limitaciones que les ofrece a los kallawaya.

    En el capitulo 4 se docun1cnta la incorporacion de los kallawaya al sistema republicano enfatizando en aspectos demograficos Y tributaries para seguir a esta poblacion extremadamente m6vil en esc mismo periodo. Acompafia un analisis de las narraciones mas diversas, referencias de viajeros, exploradores e intelectuales de la epoca que documentan y dan fe de la extrema movilidad de los kallawaya por el continente con elfin de realizar los mas d1versos tipos de curaciones. Concluye el capitulo con una reflexion acerca de las categorias que reciben en diferentes espacios de Sudamerica y a partir de ello nos adentramos en las categorfas que los autores han construido a partir de esas referencias como medio para referirse a un grupo dificilmente caracterizable por las multiples facetas que encierra.

    En el capitulo 5 abandonamos resueltamente Sudamerica para seguir sus pasos por Europa. No solo deteniendonos en las escuetas y vagas referencias de su presencia en Roma, Madrid, Hamburgo entre otros, sino mas bien para seguir la traza de un herbaria coleccionado a partir de sus conocimientos de farmacopea que fue presentado en la Esposition Universellle de Paris entre 1889 y 1891. Aspecto que de alguna manera merece mas de una reflexi6n de la significacion de la representacion boliviana en ese importantisimo evento

    para la ciencia y la politica de esa epoca. En el capitulo 6 se estudian diversas facetas de su actuacion en el campo de la salud donde ellos estan

    inmersos. Mirando su actuaci6n podremos captar mejor lo que define su singularidad, su originalidad, su punta de vista como posicion (en el campo), a partir de la cual se conforma su vision particular del mundo Y del mismo campo que intentan transformar. Asi documentaremos en sus lineas generales los principales momentos de lucha de los kallawaya y sus aliados para conseguir el ejercicio en un marco legal que les ofreciera seguridad juridica. Consecuentemente, en el centro de esta reflexi6n estara el dificil proceso de la legalizacion de la medicina tradicional en Bolivia que ha necesitado de la constituci6n organizativa de los

    sanadores indigenas del pais, luego la adquisicion de una personalidad juridica Y finalm~nt~ la insiste~cia de un reconocimiento legal. Proceso que fue acompanado de la oposicion de las asoc:aCiones medtcas academicas. A partir de ello, enlazaremos este decisive momenta con las acciones postenores desp~e~adas para alcanzar un reconocimiento a nivel de Bolivia. Lo que sostenemos, es que existian las bases suficlentes

    Pa d d no solo porquc a nivel nacional se ra proyectar una candidatura internaoonal e mayor enverga ura, dle d 1 k 11 , h ba trascendido ten1pranan1ente el pais, ron pasos preVIos, sino porque el prest1g1o c os a awa) a a 1

    extendiendose mas alla del continente. E 1

    t ;tc de lo que signific6 la preparae10n de n e capitulo 7 se presentanl por ult1n1o, una n1emona s1n c 1 a . . . .

    1 d' bl d , , l kalhwaya y el Vtcen11n1steno de a can Idatura para mostrar claramente el nexo esta cc1 o entre os '

  • NOT AS

    I - f\mt una cxphcaLitHl ~!e. las lll~f~ltcncioncs de Ia ~wctl'H1 d_e wpital remito .1 Ptcrre Bourdieu y Lmc J D. \Vacquant. Rr~ptH'stas por unct anllopologw ltjlc\IV(I. l\lextco: (,rlJalbo, 1995, Altcta B. (,utJerrcz. Pic/It' Bnunlrcmc las pmcttca~ so( wlc~. Buenos A1res Centro de America Latina, 1994.

    2 -juan B. lastres. Histvna de Ia mcdrcina pentaiJcl. l.u mcdicina Incaica. L1ma: lmprenta Santa Mana, 1951,1:117; Gustavo Adolfo Otero l.a predm magica. Vrda y costumhrcs de los indros Callalwavas dt' Bolivw. MexiCo EdiciOnes Espee1ales del lnstituto lndtgemsta Intcramencano, 1951: 3 3

    3 - Scgun cl Vla.Jero frances II. A. \Vcdell ... los Callahuayas mspiran un rcspeto tan notable que si uno de ellos se emborrachara y pasara Ia noche tenclido sobrc Ia via publica, nunca ,1! volvcr en sf se encont raria dcsvalijado. Cf. H .A Wedell. Viaje en d norte de Boliviay en/as partes vccinas del Peru. Paris, 1853.

    4- Rrgobcno Paredes. MrtO\ supcrsticiones y supervivcncias populares de Bolivia. Sta. Edici6n. La Paz: Btblioteca del Sesquicemenario de la Rcpttblica, 1976.

    5 - Gtihzamos los datos provenicntes del ultimo censo de 2001 realizado por el Instituto Nacional de Estadisnca de Boli\'ia.

    6- Cj Enrique Oblitas Poblete. Cultura Kallawaya. La Paz: lmprenta del Estado, 1963 ; Enrique, Oblitas Poblete. El idioma sccn.'to de los Incas. La Paz: Editorial del Estado, 1968; Luis Soria Lens. Pequeno Vocabulario Callawaya. En Compilaci6n de estudios sobtc meclicina Kallawaya. Rolando Costa Arduz, camp. La Paz: Instituto Internacional de Integraci6n, Comenio Andres Bello, 1988190-196.

    7- Vease el D. S. N 25894 del l 1 de septiembre de 2000.

    8 - Retomo la propuesta Bruno Latour & Steve Woolgar. La vida en el laboratorio. La construcci6n de los hechos cientificos. Madrid: Alianza Editorial (Alianza Universidad), 1995.

    9- Cj Huaman Pomade Ayala [1613]. Nueva Cor6nica y Bucn Gabie mo. Edici6n Crttica de]. V Murray R. Adorno. ~1exico: Siglo &XI editores. 1980.

    10- Remito a los numerosos trab~jos de Ina Rosing.

    ll -Gregorio, Loza Balsa. La salud en Bolivia. Su desarrollo desde cl Derecho (1825-2000). La Paz (En imprenta).

    12- Nos apoyamos en numerosos relatos transmitidos oralmente por los pobladores kallawaya de Chajaya y Canlaya durante numerosas estadias en esos ayllus desde 2001 hasta el presente. En todo caso, el investigador frances jean Vellard scflala que ... uno de nuestros infom1antcs fue enfermero militar durante la guerra del Chaco y afirma haber cmado con sus drogas discnterias que los medicos no podian aliviar ... . Cf jean Vellard. Conducta de la poblaci6n frente ala medicina moderna. En: Compilaci6n de cstudios sabre mcdicina Kallawaya. Rolando Costa Ardttz, comp. La Paz: Inslituto Internacional de Integraci6n, Convenio Andres Bello, 1988:362-370.

    13 - Entrevista al kallawaya Don Claudio Alvarez realizada por Carmen Bcatriz Loza, La Paz, 26 de cncro de 2004; Entrcvista al Dr. Kallawaya \Valter Alvarez Quispe rcalizada por Cam1cn Beatriz Loza, La Paz, 24-28 de enero 2004.

    14 - Canlaya y Chajaya tradicionalmente algunas famtlias se dedicaban a Ia plateria y Yieron por conveniente ocuparse tiempo completo a esa actividad. Ademas muchos kallawaya combinaban la herbolaria con la joyeria, lo cuallos a\'entajaba para conseguir clientes y sobre todo, los mantenia protegidos de los controlcs y la pcrsecuci6n policial. Otros sc hicieron comerciantcs porquc sus pacientes lcs encargaban cosas particulares, lo cuallos llcv6 a intensificar esta actividad. De todas mancras dcsde tiempos prchispanicos los kallawaya cumpliendo su rol de intermediaci6n sicmprc llevaron objctos prcciados.

  • fX r ( n pl., en d ,,11lr de ( ,uahuaraz logr,uon que Ia pohlac10n se halle somellda solamentc con un n mml de Upt'n tston estat.ll para Ia rccolccciOn }' cl almacenamiento de b1enes .cxcedentest.

    l., CJt: mplo antes serialados nos perrmten tnterrogarnos ace rca de las modahdades de subordmacton que lo Incas uuhzaron con los kallawaya. De ahi la neces1dad de mostrar en una pnmera pane las caracter1 ucas de Ia organ1zac1cm de Ia vtda matenal del kuracazgo kallawaya, antes de la llegada de los Incas apo)ados en muchos casos en algunos rasgos que actualmente conserva la socieclad. Luego, esbozar las caractensucas de Ia dom1naci6n Inca, particulannente insistir en que no fue un proceso umvoco, sino que conoc16 di\ersas fases, evtdenciadas casi exclusivamente en fuent~s tempran~s colo~iales, como cr6nicas

    documentaciOn adm1n1strativa que ha sido recogida durante decen1os por los 1nvesugadores nacionales y :xtranJeros mteresados en eltema'. Esto se debe a que en Ia zona kallawaya nose han realizado trabajos arqueolog1cos 51stematicos para investigar los sistemas de subsistencia-asentamiento de los periodos Inca Temprano e Inca.

    La narrac16n se desplaza entre el pasado y el presente, pues este esta cargado de elementos que han deJado trazas mas duraderas que se reflejan en ciertos rasgos de la actual sociedad kallawaya.

    Desde las nieves basta el pie de monte

    Los kallawaya controlaban un espacio de transici6n entre las tierras altas y las tierras bajas desde tiempos previos a Ia dominaci6n Inca, justamente cuando fonnaban un kuracazgo despues del colapso de Tiwanaku. EIIos tenian como limites naturales: por el norte la cordillera de Carabaya y por el oeste la de Apolobamba, lo cual constituia un escudo natural que se abria hacia el area limitrofe de los bosques de Alto Beni. justamente, esas caracteristicas tan particulares pennitieron a los Incas considerar este espacio como la entrada mas factible hacia Ia amazonia, pues por entonces era mucho mas dificil incursionar por otras vias.

    El kuracazgo era dualista. Por un lado, tenia la mitad septentrional, donde sobresalian los canones agrestes de los rios Carabaya y Huari Huari que acogian centres auriferos atractivos para la poblaci6n a pesar de las dificultades de acceso y las condiciones malsanas. Por otro lado, la mitad meridional, marcada por la cordillera de Apolobamba que, contrariamente a la otra, fue un centro de atracci6n y par eso mismo ~ntensamente aprovechada por los pobladores que se desplazaban por una sucesi6n de cuatro espacios Intensamente explotados. Asi, aprovechaban la pureza del agua de la cadena de glaciares de la cordillera de Apolobamaba que baja serpenteando por las faldas y cuestas de los estrechos valles de los rios y las hondas gargantas conadas por los arroyos de montana. La humedad reinante en las faldas de la cordillera dio origen a pastizales amplios Y muy altos (entre los 4.100 y 4.800 metros sobre el nivel del mar) para alimentar a sus ~tos de llamas, alpaqas Y vicunas. Mientras que la precipitada vertiente nororiental de la cordillera era unbzada para asen~rse (a partir de los 4.300 m.s.n.m) aprovechando los ricos manantiales que se

    basta el linute del bosque. Finalmente 1a montana ~renne se convirti6 en un sus

  • 24

    I' tr

    1n"tlt

  • Es por cllo que en algunos momentos, el espacio sc

    extiende desde Omasuyos has ta los llanos

    occidentales del rio Beni, yen otros momcntos, por

    delimitaciones politicas que fraccionan su territorio

    en elticmpo en provincias incaicas, reparti1nientos

    coloniales y provincias republicanas, tal como lo

    veremos a lo largo del libro.

    Sea como fuere , desde tiempos inmemoriales,

    los kallawaya tenian acceso a un paisaje vertical

    que incorporaba una variedad asombrosa de micro-

    ambientes ecol6gicos en una superficie

    relativamente pequeiia. Ellos supieron explotar ese

    medio elaborando metodos para producir

    importantes excedentes econ6micos. De hecho, hoy

    en dia se observa todavia un aprovechamiento

    minucioso de las pendientes a traves de un sistema

    de andeneria con riego que permite maximizar el

    uso del agua, conservando la humedad de las capas

    de tierra superior y evitando la erosion de las laderas

    de los valles. Pero, tambien seven grandes espacios

    totalmente erosionados por el abandono debido a

    una baja densidad de habitantes en algunas

    comunidades en total incapacidad de hacer frente a ese minucioso trabajo de ingenieria tal como se

    percibe desde Charazani una vista parcial de la comunidad Inca . Veamos las interrelaciones de los kalla\vaya

    con otros pueblos indigenas para producir abundancia y un estilo de vida con las caracteristicas que tienen

    los pueblos andinos, pero con una personalidad propia.

    Los productores comunarios

    El kuracazgo kallawaya estaba compuesto por diversos ayllu o unidad basica de la estructura social

    andina4 , a traves de esa organizaci6n buscaron su autonomfa econ6mica. Para ello salpicaron los cerros, las

    planicies y los campos de pequeflos asentamientos para vivir, es decir utilizaron una estrategia para aprovechar

    la pluralidad ecol6gica de su medio ambiente. Los objetivos mas acariciados eran reducir los efcctos de los

    riesgos en las cosechas y establecer asentamientos dispersos para facilitar un acceso mas directo a los

    productores que descendian desde el nucleo central de su territorio hasta sus hogares en busqueda de

    especies vegetales y animales. Tradicionalmente ellos cosechan tuberculos en la cabecera de valle (a alturas muchas veccs situadas

    entre los 3.900 y 4.100 metros) y principalmentc mafz en la zona nuclear (entre los 2.700 y los 3.900 metros). Mientras que establecian a ciertas familias en zonas destinadas a las siguientcs actividadcs: a) las

  • '

  • zonas rnas altas de la puna (hasta los 4.800 n1etros) para declicarsc al pastoreo de lhunas y alpaqas, b) en 1a ccj a d e n1 ontai1a para aprovcchar la 1nadera y finaltnente c) en la n1ontana hun1eda tropical de los yungas para proclucir hoja de coca y productos tropicales con1o chirin1oya , granadilla, tumbo entre ouas. 1\ su vez, aprovcchaban el acceso para procurarse plantas n1edic1nalcs que eran tip1cas de esa franja y que con1plementaban con aquellas que poseian en los valles. Por ejemplo, sc ocupaban de recolectar la quina, huanarpo , una de gato entre otras.

    Este tipo de estrategia de alguna manera subsiste

    hasta la actualidad en un esfuerzo desmesurado al

    desplazarse de un piso ecol6gico al otro para dar

    alimento a sus familias en un espacio geografico que

    al presente concentra la poblaci6n mas pobre del

    departamento de La Paz, a pesar de gozar de un

    in1portante potencial agricola5 .

    Los kallawaya en sus hogares planificaban acciones

    destinadas a alcanzar cierta autonomia diversificando

    su acceso a los productos agricolas, minerales y particularmente plantas medicinales. De tal manera

    que establecian alianzas con sus parientes para tejer

    redes de ayuda y lograr un minima de dependencia

    para procurarse los bienes. En ese proceso algunos

    grupos se fueron especializando en actividades que

    dejaron un sella particular hasta el presente. Por

    ejemplo, los de Amarete continuan siendo eximios

    alfareros, los de Chullina productores de instrumentos

    de labranza y los Canlaya y Chajaya orfebres, sin

    necesariamente abandonar la agricultura, el pastoreo,

    la elaboraci6n de esculturas en miniatura para sus actos

    ceremoniales6 y los tejidos que permiten distinguirse

    unos ayllus de otros7. Con relaci6n a este ultii11o

    aspecto se debe indicar que hoy algunas comunidades

    producen gran parte de sus tejidos para \Tstirsc, pcro

    otras optaron por comprar la ropa occidental dc)lH1lll)

    cas1 por completo cl tradicional at ucndo k~1lLl\Y.l\ ,\ para asimilarsc a la n1odcrnilLtd hL)liYt,Ul~P' \P'-'r

  • ejeinplo, Canlaya, Chajaya, Inca y Huata Huata). Proceso que se produjo alrededor de 1926 cuando votaron

    la vestin1enta por arden de estos senores [kallawaya] que viajaban y conocian la civilizaci6n, pero tambien

    por contradecir a los de Charazani que nos apocaban como pongos ... 8 . La cooperaci6n entre parientes -no necesariamente sanguine as- permiti6 alcanzar la autonomia. Seamos

    claros, los vinculos parentales permiten definir la identidad del grupo en terminos de familias mas amp lias,

    que en si mismas son componentes de la gran familia etnica kallawaya. Tal es asi, que hoy los miembros

    de los ayllus se reconocen en terminos de hermanos descendientes de un dios-antepasado mitico. Por ejemplo, los del ayllu Curva son hijos del Machula Akhamani, mientras que los de Canlaya son hijos del Pucara Sillaka y su mujer Huaca Huacan esta emparentada con los de Chari y Lunlaya. Este tipo de parentesco entre dioses y hombres permite unir unos con otros y forj ar los lazos que los entraman y fortalecen en su

    /

    identidad. De este modo, los lazos con sus parientes miticos no son meramente imaginarios, pues ellos

    conviven conjuntamente en su media, en las montaflas donde son visibles los 6rganos de sus cuerpos9

    . Por

    ejemplo, en enero de este aflo mientras participabamos de las ceremonias de captaci6n de agua en Caata

    escuchamos a los yachaj como maestros de la ceremonia invocar a los Mac hulas para que sigan orinando, es

    decir generen el agua necesaria para sus hijos que viven en el ayllu. Desde esta perspectiva, el sentimiento de hermandad es muy grande, en este entramado parental entre

    dioses y kallawaya. Lo mismo sucede en el ayllu donde los niflos reconocen a cualquier individuo adulto como tio y al anciano como abuelo, lo cual produce en el foraneo la sensa cion de estar en media de

    una extensisima familia. Ademas, entre los kallawaya habia vinculos que permitian intercambios reciprocos, muchas veces en

    energia para lograr cosas tan simples como la edificaci6n y techado de la casa. Otras veces la cooperaci6n era mas extensa y facilitaba que se reunan varios con el prop6sito de dirigirse a campos distantes donde

    Matas de Floriponclio amarillo

    del Ayllu Chari

  • eJemplo, Canlaya, Chajaya, Inca y Huata Huata). Proceso que se produjo alrededor de 1926 cuando votaron a \esumenta por orden de estos senores fkallawaval ClUe viaiaban v conocian la civilizaci6n, pero tan1bicn

    t\falll\ de Floripondio a 111 w ill o

    del A\ llu Chw i

  • 28

    1 tas medtcmales e intercmnbiarlas. Algunas veccs, se producian mtensas \luv1as que podt,m rccoger p clll ' ' I d . be" en c1 cammo Io cual movtlizaba a los panentes para hmp1ar las aceqlllas v los ocastona JJn et rum "' . '

    canales de nego. . lo~ 1111r 111bro::, del wllu asumtan sus obligac10nes y dercchos. los que tenfan que ver con Dr c~a mancra, s ', ._

    I . . .. 0 ('t.Ltc111>s CjUC fonw1ban Ia base de Ia subsistcncic.t anclina. Entre cllas elusufn.tcto de los L' .ICCL'~O ,\ !CCUI S ~ ' '-. , c.unpL)S de cultivo de plantas mcdicmales )' Ia recolecci6~ en las tierra~ colcctivas que stguen clistnbllldas en sictc qapanalwna~ que regulnn el barbecho como los Clclos de rol:.lcl~n.

    La auwridad del nyllu tenfa finalmente Ia responsabihdad de orgam:ar )' controlar la proclucct6n y la reproducct6n de Ia nda en el ~eno de los grupos de parientes. En realiclad, las obligaciones estaban defmidas ,. moral mente sancwnadas cuando nose las cumpha. Al extremo que muchas de estas normas -sufnendo ;,w5 0 mcnos mOucncia de b cultura inc~uca y occidental- lograron atravesar los siglos.

    Esto nos muestra basta Cjlll' punto cada micmbro intcgrante del ayllu dcbia pensar en los otros miembros, tncluidos los desvalidos, por csa razon eswban obligados a cuidar los rccursos comumtarios que debian bvorcccr al conjumo. Como Io ha demostrado amphamente el abogaclo boliv1ano Enrique Oblitas Poblete, los kallawa,a hasta el ai1o 1963 percibian la justicia en terminos de cquilibrios y descqU1librios en la

    ' cahclad moral de las rclac10nes entre los hogares, los ayllus, las autoridades y las fuer::::as sobrcnaturales1o Por qcmplo, qUien rehuw cicnos sen1.c10s comunitanos cometia un deli to, lo mismo que los inccndiarios )' laclroncs entre otros. La infraccion no solo se reduce a velar por el mtcrcs de los humanos, smo tambien est

  • h.) -

  • En resumen, los kallawaya, s1guiendo el patron andino concehian l.t JUStlCia en tem111105 de Ia c..thdad moral de las rclacwnes de obligacion mutua, en termmos de rcstahlecer el
  • /

    Suches

    32

    MojO&

    Pelechuc:o

    o Amarete

    oAya&a "toso Mooo oCtuna

    a

    ~isani

    oeon .. ca

    OV8111

    . I ' ( I .\ ="' , I h:

    Mapin

    fdO .,.u'' o Tipuani

    --- -.. - :::~ .... '

    0 AJooche

    Caranav1

    ---:0 ..

  • kallawaya sirderon de 1ntern1ediarios para proporcionarles ese bien ai) . d A . . . ' rec1a o Sln11Stno, sup1eron acceder a cornplej.OS colorantes ceren1on1ales y 1nedicinales. Entre ellos destaca por eletnplo, el Lacu (bolo amlenico 0 arcilla hrnoruuca), una planta roJa en1plcada con1o colorantc y cuanclo c-s car.r.. .11 l"d ' ' ~ lc-atnan enta es tno 1 a e inmediawmentc colocada en polvo a las hcridas 1)ara su 1)ronta cicatr.tzaciL.c.. n y trata d f . ~ ' ' ' cJ l'l1 le nto e lll CCClOnes cronicas, ulccrns y cscaldaduras 14 . Exist en ot ros colorantcs que los kallawaya uti\ izan para la claboracion de los textiles, las ccn1n1icas o los trab~~jos de tnadera pintadat".

    Pero, el cnfasis de los 1ntercarnhios reside, sin dudn alguna, en la recolecci6n dclicada de plantas med1cinales que es atestiguada arqueol6gican1ente en una tu1nba hallada en e1 ayllu Ninokorin , en ellugar de Calliicho asociada a la importante cultura de Tivvanaku clasico ( 400-800 d .C).

    La colecci6n que se halla en el ~1useo Etnografico de Gotemburgo (Cat. N 70.19) es amplia. Por

    eJCinplo, esta cornpuesta de tabletas de tnadera para insuflar narc6tico, un tubo de cana de bambu para absorber por la via nasal, un mortero pequeno de madera con sus manos de madera y de hueso, un porno de Lagenaria Vulgcuis probablemente destinado como deposito de polvo, varias cucharillas de madera y de hueso; unas jeringas, un tupu de cobre casi puro, una boleadora de tres bolas de piedra forradas de cuero, unas canastas con motives decorativos, varios tubos de bambu de los cualcs algunos estan tapados, unos

    fragmentos de tejido, un craneo con tres trepanaciones intra vitam, un recipiente de la fruta Cariniana Decandra tapado con piel de mono aullador, unos saquitos de piel y unas bolsas tejidas con bordaduras. Se hallaron as1mismo, hojas de Vilca (llex Guayusa L.) que son delicadamente superpuestas hasta forn1ar paquetes de un poderoso estimulante, afrodisiaco, antiespasm6dico y de amplios poderes magicos16.

    Como ex1sten evidencias arqueol6gicas de la temprana utilizaci6n de esa planta, vale la pena detenem os

    en otros tlpos de fuentes que ofrecen en detalle evidencias del manejo de alucin6genos en tiempos

    preh1span1cos y que explicitamente estan asociadas a la intermediaci6n kallawaya y el contacto con los pueblos del pie de monte. Veamos mas en detalle una represen taci6n colonial.

    Simbologias del uso del Floripondio

    Entre las fuentes para el estudio de la intermediaci6n kallawaya existe una que ofrece generosamente

    una puesta en escena. Se trata de un gran tapiz del siglo XVII guardado en el Cusco, que ha merecido mas

    de un analisis iconografico. 1 Sin embargo , merece ser revisitado a la luz de la nueva infonnaci6n para

    explorar nuevas pistas de lectura. Nada extraordinario a primera vista, simplemente un tapiz con fondo

    rojo, destacandose el recuadro central remarcado por una cenefa azul, todo ello resaltado por otra ancha

    cenefa amarilla. Resalta su rica y sugestiva iconografia, principalmente en el recuadro central que sera el

    nucleo de nuestro analisis.

    Se trata de una gran planta cuyo tallo se bifurca en dos ramas que se vuelven a unir para dar ongen a ramificacioncs, las n1ismas serpentean a lo largo de la planta tenninando fiondas La planta llega su cusp ide con una unica flor. En la base de la alttOJ:Il~ prcsumihletncntc dos Incas vestidos con

    I os personajes llevan tocados co1~on

  • n 1nd I pala ,.,..., d r m a formado un 6valo

    h p rqu uenen un ve udo m4s

    l mano on Ia otra cada uno posee una i m nor tamaflo que fonnan una escena Un

    f b 1 ) del hombre, un gallo s ena mu) pareClda a Ia de abaJO. Una pareJa de n uno un u de un solo color absolutamente

    n para colocar Ia colecta de plantas, pero tanlE

    p )naJe ha) una llama con cargamento. ntacwn tconograftca de Ia totahdad del taptz es

    D ur de Ia famtha Solanaceae que los kallawaya --X\ 1 1 flonpondto El taptz es al mismo tiempo una

    1 hunchos para el maneJO de los alucin6genos. I fl )npondw es conocido por sus usos en Europa y fue

    1nd ll t:n Charcas del siglo XVIII a Ia higuerilla del ...... & .. _ .. t n rmente como COJ6n del diablo20. Esa vinculaci6n _ ... ...... 1 tmperante en Charcas, donde los nombres de las especies n d I grupos culturales, las regiones, las localidades,

    \ nd c tal tcndencta en Ia propia tenninologia empleada por los nan de man era d1\ ersa dependiendo de los ayllus y de su "'"' ...

    d ana )O Inca Roca, Chajaya y Canlaya Ia pueden Hamar: r tamb1 n uuhzan el denominative de chamico debido a ]a

    pr x m a la zona kallawa) a y su constante interacci6n con los """"'" ~ na ) fte tas

    Entre los a1maras se Ia conoce como: Toncotonco2 1 Cochabamba) Sucre, como floripondio retomando la aes;Ign en las lndms del sglo XVI. Terminologia que, por lo demAs, \ eces generahzando las dtversas especies y conduciendo a botamca AI re p cto se debe advenir Ia confusi6n en los farmacopea del tglo XIX

    La representacwn releva esencialmente una sola espectes dtstlntas que nonnalmente florecen por terrene. el flonpondto blanco y el floripondio "'""' lo cual Introduce una diVJSi6n asimt!trica que

  • La Datu~~ Stramonium L. 22 _es conocida tambi~n como Chamico en los depanamcntos de Lnna, Arequ1pa y Ayacucho . Esta espec1e esta presente en el tap1z n1ostrando su tallo herbaceo y ran1oso en la nactente de la planta hasta la fusion con la otra variedad como lo n1uestra la fotograf1a. Las hoja~ han consutu1do uno de los elementos distintivos para confirmar la diferenciaci6n entre am bas espedes, como lo hizo notar el kallawaya Don Claudio Alvarez y lo confirn1an algunos autores del siglo A.rvlll que tuvie ron in teres botanico. Las hojas se presentan pecioladas, alternas, grandes, ovales, sinuosas. Las flares, sabre cortos cabillos, nacen de una en una de las horcaduras del tallo y son grandes, presentando la fom1a de un embudo. Todas son grandes, hermosas y de color blanco, violaceo y amarillo. Tienen un caliz tubuloso prismatico, con cinco pliegues, dividido en su extrema en otros tantos l6bulos agudos~ poco clespues de abrirse la l1or, pero ya con el fruto incipiente, el caliz se rasga al traves por una linea que se fonna en su parte inferior, de manera que la base del mismo persiste y se agranda como una gorguera en torno a la capsula, Y esta dividida en cinco l6bulos agudos, poco profundos, con sendos pliegos longitudinales

    24

    En el tapiz esta representado tambien el fruto que es una capsula ovoide, erguida sabre un pie, tamaflo de una nuez o algo mayor, enraizada de puas verdes, que se abre en la parte superior mediante cuatro

    val vas; interionnente, esta dividida de dos cavidades; las mismas subdivididas en otras dos, con numerosas

  • ---------- - ._. uuus p
  • .z., D, cripcion confirmada por aquellas efcctuadas en Charc d coloroscurcH> t:> , 'll d I-: - as,

    I fa 'llr' de ntlL)Il) c .. m'ts grucsa que Ia ncgUl a que sc a en ~spana dentro d I.., t. una scmdla ncgtd, , e

    I nJ t: ...rrnl.t que cnctt.:IIU

    11bndtll'- de tngo d' c h flor reproduce los colores de la bandera de Boliv1a pues

    L boh\tanos teen qu ' , lrPztur,rcHl''lttcl os . 'llo)'verclcu.

    n scnta cl rojO, am,tn .d u .,l\ uncntc 1.1 or pre ' 1. . d 15 espccics nu1s que no han s1 o representadas en eltapiz It ctnobou'imca c tstmgue l 1 d , \d trcmo" que '

    1 k ll , ,.

    1 0 tam bien los chunchos. Por un a o, la Datura Sanguinaria

    tc m mepban os " c:l\\ a), peru que cgununen

    1 k 11.,,v't)''l como tndw cotu. Y esta representada en algunos vasos del

    1 1 nncntc entre os ,t " ' ' R rt P Lono t( 1 popu n _. onfundida con alguna de las variedades de la Kant uta. Raimondi I I ' lllnquc muchas veccs cs c . . d , P no( 0 nl, . 1. hl sido Ia de Huarhuar en la proVlnCla e los Yauyos. El identific6 crl.,tl.l que l,t dcnonunact6n vet nacu ar ' .

    62 I 866 . Lima }' h.yacucho2H. En camb10, entre los peruanas de habla que chua se la

    1.1 c pcctc. entre 18 )' l , t:n l . I b 1

    .. 11

    t c mientras que los de habla castellana la Haman F onpondw encatnado. Su conoce con c nom re c c wm ti , . . . .

    1 . I o aura Stramonium anteriormente descnta, aunque la d1ferenc1a rad1ca en las ,tspccto cs muy stmt ar ,1 ,1 ( . , . , norcs CU)

    05 cahces son rojos con amarillo adentro. Tamb1en ex1ste la Datura Ferox que es mas rara. Se

    dtstmgue por ser muy hennosa y tener el tallo y la nervadura foliar de color purpureo, color que trasciende

    .t las flores. De acuerdo a las infonnaciones del kallawaya Don Esteban Cusi Orco Mamani, esta especie se halla en lo5 \ alles de Ia actual provincia 1\iufl.ecas un territorio al que accedian los kallawayas desde tiempos

    preh1spamcos. Sabemos que esta Datura Ferox era utilizada en operaciones29

    .

    Surge mmediatamente la pregunta~ l. Par que se eligi6 la ale go ria de las dos variedades del floripondio para representarla en un tapiz? Existen varias razones para el tejido de esa tematica en el tapiz. En primer

    Iugar, los espanoles conocian de las actividades de intermediaci6n de los kallawaya y sabian perfectamente

    de sus desplazamientos hasta el p1e de monte en busca del f1oripondio. En segundo Iugar, se maravillaron tanto de la hermosura de las flares como de su penetrante olor. Desde

    el Slglo !-.'VI hasta cl siglo XIX, el floripondio era utilizado como objeto de decoraci6n en las casas tanto en los espacios exterior como inteno d b - r, en consecuenCia no e e extraflamos la reproduccwn en los monvos de un tapiz Fl uso del Oorip d. r d . . ~ on 10 con 1nes ccorauvos fue difundido desde el Peru hasta Mexico gractas al padre Bernabe Cobo encargad d 11 1 h d 1

    d ' 0 e evar a asta Mexico. El interesse prolong6 hasta el siglo XIX, sien o e egi a entre las 122 plantas enviad 1 k 11 . 18S

    9. as por os a awaya ala Exposition Universelle llevada a cabo en Pans en

    En la epoca colonial, algunas erson , casonas pues su fu t f . p as teman la costumbre de plantarla en los jardines de muchas

    ' er e raganCla los deleitaba y b b 1i l d (1569-1581) se animo .

    1 ern naga a. Al extrema que el virrey Francisco de o e

    0

    a envtar o a Espana l b vista en los interiores 1 tT . , para ac ornar los jardines del rey Felipe IP0 . Toledo, debi6 ha er

    a u 1 Izacwn de las flares fl que se habia populanzado

    1 en oreros para adornar los altares y las mesas, al extrema

    a costumbre de c 1 1 Posihlemente el virrey 1 d . . o ocar ve as dentro de las flores. f~ b . . y OS a ffillllStradore b l a ncacl6n del aguardiente y d

    1 5 esta an enterados de la utilizaci6n de floripondio en a

    embri , , e a cerveza de ma' ( h' h ) ,tgucn I a! prcktica era b 1

    12 c zc a con el objeto de que los consumtdores sc prov

  • tcnit:ndo los OJOS ah1ertos no 'en 111 conocen . ) llll

    operacwn haec SI sc mezcla con\ ino, porqur le.., en l:lla que J menudo palpc la ropa) se espulgue, aunque como ~c ha dicho sin scnticlos H.

    Algunos autorcs, clcsdc los siglos XVII hasta ct A.'Vlll coincidcn en afirn1ar que el floripondio cs causantc de pcrturbacioncs Incntales, llegando a la conclusil)n de que en muchos casos actua solo como coadyuvantc de agentcs t6xicos o infecc iosos. Por ejemplo, Cobo narro un acontccin1iento que presencia: no ha mucho tien1po que sucedi6 en este reino, que yendo can1ino un conocido n1io con otro compaflero, este para robarle, lc dio a beber chamico, con que el paciente salio de juicio y estuvo furioso, que desnudo, en can1isa, se iba hechar al rio. En el tapiz se observan rostros con una lengua bastante pronunciada seguramente para aludir a los efectos absolutamente nocivos del consun1o de floripondio. Al extrema que actualmente no lo utilizan mucho los kallawaya porque es peligroso, pero todavia preparan pomada para masajes del cuerpo paralizado o adormecido.

    Estas referencias nos advierten de los peligros que suponia el consume del floripondio y apuntan aver a los kallawaya como expertos en la dosificaci6n y en la recolecci6n. Ellos solo se acercan al floripondio en momentos particulares del dia y respetando condiciones precisas de tiempo. Nunca lo hacen de noche, ni tampoco cuando se esta en plena sol. Se debe recogerla en ausencia de neblina y chubascos. En general, durante el ciclo anual, se prefiere el periodo que va desde marzo hasta junio. La recolecci6n es una operaci6n delicada Y altamente tecnica en funci6n de la especie. Para el

    ' 1nw;o blanco de ben recogerse las hojas al rayar

    el es cuando contienen la cantidad maxima de lluVta y los postenores a ellos,

    ' '"

    9

    '. 1a recolecct6n, porque el

  • I .. 1 .. h j)hnta del floriponclio. Trn1X1JO que realizan a pesar de que uno de ellos ttene conlo:. que tratatl t e cot ,u ' ' ' . -I. , .

    11, 111 mo }' c1 otro un loro. A su vez, lo"> acompana a cada uno una llama cargada de cargaclo Cll ,I c~p.t ( cl Lll1 l - . .

    ) f':"'> t ' l C'>CCllH C{Ue J)lll'CCCI'fc.t SUpcrftCIn en su conjun to en mementos de crisis. l ucgo,

    organizaban las activiclaclcs propias de la cconom ta agro-pastoral. Finahnenle, tcnta un cnorme rol en Ins activiclades ceremoniales que puntuaban cl calcndario anunl.

    0 sea, que las condiciones y competcnc ias del kuraka lc pcrmitlan funcionar con1o: custoclw, gestor y o fi cia n t e cl e ~c I , I 1 - c Iemonws c est mac as a os Madwlas. Por csa razon su pruclencw dcbw cstar pucsta n tocla prudn Por eje l I 1 1 ~ . mp o, ev1c enc1anc o a gencrostclacl con los mietnbros del ayllu, no solo olrccicnclolcs regalos sino tunbi..:.tl 1n t d

    ' < L os ran o su csptntu rcccpllvo n sus clemnnclas y problcn1as, sin que clio stgnthquc dudar en tomar clecisiones SC\'e J~"~s I 1 1 1 1 1 1 1 I I 1 I I I (.\ pat a so uctonar os. am )ten c c )ta 1acer ga a c e soci.l )J 1c nc con c grupo apuntanclo 'l te'Jer re 1 1 1 1- . ' . c es c c ayuc a para ut uras ( dSta sat JS accrl os. Adcm

  • El sentido religioso de Ia vida

    1S71, uno de los grandes conocedores ,,:;;'.i',;.:;:". el Ucenciado Polo de Ondegardo, :om ...... - que los ayllus estaban regidos por

    profundamente ligados a su religi6n que por un lado, los lazos con sus antepasados y por el otro pennit1a ~...,.. conjunto de los hermanos del ayllu. Pero, ademas que en todos los niveles de los estamentos de 1a individuos estaban pn1cticamente consagrados a 1a religi6n. !a por esto que, afirm6: ... no creo yo que se halla en ninglin sefiorto de gente de las que tenemos noticia, que tanto ni con

    ceremonias gastase en sus sacrificios y que tanta parte de tierras se aplicase en cada pueblo para estos eectos .. ~. Esta caracterizaci6n del siglo XVI responde perfectamente ala actitud que tenian y atln conservan los kallawayas en el plano religioso. Al extremo que no se puede disociar ninguna de sus actividades, principios y acciones de esta dimensi6n porque es la que da coherencia intema a su mundo.

    Como se habra advertido, los kallawaya estan emparentados con los dioses. En primer lugar, moran en

    " '

    ]a cMadre y Senora del tiempo y el espacio Pachamama36 Y reconocen a sus lugares mitol6gicos de origen en las cumbres de las montafias, en los cerros pequefios y los collados como tambien en los rios, cascadas, Jagunas, entre otros sitios. Por ejemplo, Los Incas y los grandes senores estan en las elevadas montaiias,los Madwlas y kurakas en las medianas y los pobladores en las mas pequeii.as37 De ahi que en algtln mom.ento del ado, los miembros del ayllu imp loran su protecci6n: ... que no tenga pena alguna en el camino; asegura blS perros (vlboras) y guarda tu honda (rayo) para que no me causen dafio alguno, gufame en el camio,.o""

  • Pieza Mollo (Museo Nacional de Arqueologia, La Paz)

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    los kallawayas en el plano religioso ... \1 .t 7 tr m

  • llan1_andolo Qoillor cl~ayana wak'a3q. Yen la memoria de los habitantes ha que dado grabado como un lugar benchco donde reahzan ofrendas y curac1ones. Ponwn excesiva diligenCia en conservar los cuerpos y sustentarlos y honrarlos despues de muertos Le ofrecian ropa, comida y sacrificios-to _

    Los kallawaya al servicio del Inca

    En el siglo XV, bajo el mandato del Inca Pachacuti Yupanqui, se produjo la anexi6n de la vertiente

    oriental de Los Andes. Deese proceso data la conquista de los Incas expansion1stas, quienes desarrollaron

    una gran actividad belica para anexar al mayor numero de grupos etnicos. El proceso mismo de incorporacion

    de los kallawaya al servicio dellnca como soberano ponador de atributos divinos merece ser entendido en

    el contexto particular del gobierno de Topa Inca y su h~o Inca Pachacuti Yupanqui (14 71-1493). Esto

    significa situarlos en la perspectiva de una serie de campaflas militares que este Inca desarrolla a lo largo y

    ancho del pais a su n1ando. Pero la conquista no fue facil porque cada provincia defendia su tierra-. 1 Y si bien algunos territories

    eran incorporados, la defensa de los mismos se planteaba de manera intermitente. Parecia que habian

    pausas, pero los combates se reanudaban poco tiempo despues de que el Inca los habia sujetado y

    reformado. En ese proceso los kallawaya son sujetados desconocemos la modalidad utilizada por el Inca. Solo

    sabemos que su incorporaci6n no fue aislada, sino que justo con ellos se sujeta a pueblos como: Moho,

    Asangaro y Chiquicache. Al poco tiempo, se instaura una aparente calma aprovechada por el Inca para utilizar uno de los mecanismos culturales mas difundidos destinados ala sujeci6n: la generosidad entendida

    como medio para establecer y reforzar obligaciones y lealtades con sus sujetos. Se multiplican los regales

    y se suceden los rituales que finalmente desembocaron en una relacion estable. Al poco tiempo, los vecinos de los kallawaya, los Collas, se rebelan contra el Inca. Se toman medidas

    radicales, al extremo de asesinar a varios emisarios estatales llamados Orejones. El Inca al conocer la noticia

    no expresa publicamente su sentimiento, mas bien opta por to mar medidas esenciales para sofocar esa

    agresion. Nombra a su h~o, Inca Pachacuti Yupanqui, como su heredero y le entrega la borla o simbolo de mando para que sea obedecido. Asimismo, se asegura de la fidelidad de un grupo vecino de la gente del

    Collao, llamados Canas y Canchis para que jueguen el rol de intermediaries con los Collas. Las bases estaban dadas: Tupac Inca organizo un ejercito poderoso bajo su rnando. Los Collas anoticiados

    buscaron favores de sus vecinos con la determinacion de aguardar en el campo de batalla. Contrariamente a todo lo esperado no les clio batalla y rnas bien recurri6 a la mediaci6n de sus emisarios los Canas. El

    mensaje era claro: evitar tener enemistad y castigarlos~2 . Sin embargo, csa propuesta, aco1npm1ada de presentes, para sellar una confederaci6n es absolutamente descartada por los Collas. Ellos decidicron ir ala batalla donde fueron irremediabletnente vencidos por cl Inca en medio del griterio de guerra. t\1uchos fueron apresados y enviados al Cusco en compaflia de guardias: otros en can1bio tuvieron que vivir la derrota en su propio territorio y la iinposibilidad de transitar hbremente. El Inca mand6 con1ncrnorar esa derrota, razon por la cual mand6 esculpir grandes bultos de piedra y destn1ir un pedazo de una sierra.

  • . . , 1 s tropas incaicas, raz6n por la cual se fueron hacia el Desaguader L c ollas sobrcvivientes tem1an a a . . . o 05 f d da colocando colones de otras proVlnClas como hab1tantes delluga Para sohcnar Ia paz, la cua1 ue acor a ' . . . .l l . . d l r , . . . ) 5 labor esta bien defln1da: Vlgl ar e moVlmlento e a poblaci6n Colla (llmnados gcncncan1ente nnttmaes . u

    or tcmor a cualquicr otra revuelta. P d 1 I los Callas permite fortalecer los lazos con los kallawaya, vecinos de los La batalla narra a entre e nca Y . , .

    1. . 11mita unicamente a asegurar la ahanza. Otro de los moVlles es el deseo de rebe1des . Pero e 1nteres no se . . , .

    1 1 d .1. das por los kallawaya para la interrnedwCion y a partir de ella, acceder a una contro ar as re es uu 1za

    . , . . 1 o'n con otros pueblos que no estaban sujetos. El Inca lo sabia, los kallawaya habian Importanllsima v1ncu ao . . . , tejido lazos con las gentes del area circunlacustre dellago T~ntcaca ~o~o .tamb1en con los llamados yungas, pobladores locales de las tierras bajas, quienes tenian relae1ones pnV1leg1adas, .a su vez,_con la g~nte de las planicies de Apolo, como tambien de los pobladores de los llanos del Beni!Mamore, poblacwnes que

    habian sido previstas para su incorporaci6n al Estado. Los kallawaya a traves del pacta de una alianza con los Incas les facilitan el acceso a su espacio de

    intermediaci6n que sera rapidamente utilizada para la expansion del Estado.

    La expansion Inca necesitaba necesariamente sen tar las bases de una verdadera provincia y eso es lo que

    sucede: se crea Calabaya como unidad administrativa incorporada al Estado. La misma se extendia desde

    Usicayos hasta el valle de Ambana43 . Es decir, el Inca utiliza mecanismos tipicos de su politica reduciendo

    ala poblaci6n vencida o aliada a nuevas emplazamientos con el proposito evidente de concentrarlos para

    que los funcionarios Incas tuvieran mas control de la economia y politica local. De esa manera se impone

    un modele tripartite para la organizacion mayor del territorio e igualmente para el acceso ala tierra. En

    cada una de estas reducciones incaicas se divide la tierra para sentar presencia de su cultura y poder. Asi,

    una parte es destinada al Sol y los dioses, otra al propio Inca y la restante ala poblacion local.

    Este proceso fundacional conlleva a su vez, la ratificacion de las alianzas con un senor, llamado Inca

    Canauqui44 Se intensifican las relaciones entre kallawaya y Canas bajo la supervision del perspicaz Inca,

    quien habia tenido la astucia de convertir a su principal dirigente en Inca de privilegio. En realidad lo

    que el Inca hizo es utilizar la gran habilidad politica o mafia en terminos del cronista espanol Polo de

    Ondegardo para persuadir a los kallawaya y establecer alianzas duraderas. Este proceso estuvo sellado con el asombroso maneJ o de lo rel r - d 1g1oso que se 1ntens1 1co de una manera desmesurada al

  • derecha ]os Incas hacfan sus ofrendas, al centro los kallawayas y a la izquierda los visitantes. A pesar de los s1glos, los kalla\vayas han asumido su espacio y el de los Incas, mientras que los pobladores de las alturas

    ocupan el espacio de los visitantes. De esa manera el centro ceremonial sigue siendo utilizado, aunque no con la intensidad del pasado.

    La participaci6n en la conquista de los Chunchos

    Las relaciones entre Incas y kallawaya estaban lo suficientemente estables despues de la reorganizaci6n

    del espacio y la fundaci6n de la provincia incaica. Los gobemantes que se sucedieron en el poder, nominados por el Inca, no hacen mas que ratificar la alianza establecida por su ancestro fundador. Sin embargo, se

    produccn elementos contundentes para evidenciar en los hechos la cercania con el soberano Inca Pachacuti

    Yupanqui, quien nombra a Are Capacquiqui como gobem ador: desde Ambana basta Usico delante de

    Co yo Co yo 46.

    Despues del nombramiento se establecen lazos lo su ficien temente so lidos como para seii.alar que es un

    gran curaca gentil. A m edida que transcurre el tiempo, se convierte en un sefl.or muy querido del inga.

    Esta caracterizaci6n apunta a que nos interroguem os: LA que se debe tanta cercanfa y afecci6n? Sabemos que la mafia de los Incas consisti6 en la gran capacidad de manejar la generosidad para lograr sus propios

    fines. En efecto, nose dej6 esperar la demanda del Inca, quien solicit6 que los kallawaya realicen exploraciones

    en el terreno - seguramente aprovechando sus viajes de intermediaci6n- para buscar la mejor entrada a

    los chunchos. Es decir, para asegurar la penetraci6n de la gente necesaria ala conquista de ellos. De esa

    manera, se mandan expedicionarios-espias kallawaya a las tierras pobladas entre los rios Carabaya Y Beni Y las sabanas del Mamore. Despues de realizar una inspecci6n minuciosa, se plantea al Inca Ia siguiente

    estrategia: implementar un camino que vaya desde Charazani hasta Camata, construyendo imponentes

    puentes para cruzar los rios mas caudalosos. La propuesta es aceptada y al poco tiempo se inician esos

  • b . Apenas acabadas Ia obras, los ejercitos cusqueflos avanzan desde territorio kallawava import antes l ra a.J OS. ,

    para sen tar presencia. . . . , , , do sc conquistaron cuatro nacwnes. Opatans, ManaSU) o, Mananes y Chunchos En este peno , . , , .

    . . 1 1 ca organiz6 sus fuerzas en dos bandos. El pnmero a su mando, tomo el no debaJo de Tono Asm1tsmo, c n . . , . d Uchos montes hasta llegar a los Chiponahuas. El segundo, s1gu1o cam1no a Camata baJo las y an uvo por m . . .

    6rdenes de un gran capitan Curin1achi el cual fue de vuelta del nac1m1ento del sol y carn1n6 hacia el rio que ahara nue\'a1nente se ha tenido noticias, llam~d~- cl Paititi, a_ don de puso los m~jones . del Topa lngaH. Sabelnos que durante esa dura y peligrosa expedicion de conqu1sta ~as tropas ~e ~unmacht tuvieron percances, provocados par los Callas rebeldes que engrosaron las hlas del eJercno conquistador, particularmente por Coquriri, quien termin6 siendo asesinado.

    La ocupaci6n del territorio Chuncho

    Afianzar Ia conquista Inca del territorio chuncho necesit6 de una presencia importante de poblaciones fieles al dignatario y al n1odelo que fue imponiendo. El Inca lo sabia, pero acept6 la idea de que el modele utilizado de trasladar poblaciones de un espacio a otro bajo el mecanisme de los mitimaes hasta el territorio chuncho se hiciera en mejores condiciones. Por ello, solicit6 a los kallawaya inspeccionen las posibilidades existentes y decidan par d6nde se haria una mejor entrada hacia el territorio de Apolo, Ixiamas y selva adentro. La operaci6n tecnica fue realizada. En efecto, se traz6 y ejecut6 una ancha calzada real. Al construirla se deseaba evadir el problema de cruzar caudalosos rios a traves de puentes colgantes que eran verdaderas obras de ingenieria.

    La obra estuvo dirigida par Hayaba el hijo de Are Capacquiqui quien prudentemente gobern6 por un largo periodo y consecuentemente mantuvo un trato cercano con los Incas. Sin embargo, esta relaci6n se frustr6 con el estallido de la guerra civil entre los hermanos herederos del Tawantinsuyo. La guerra repercuti6 hasta en el ultimo lugar, pues concernia a todos los grupos etnicos sujetos quienes debian tomar una posicion. Hayaba no dud6 en apoyar al Inca del Cusco, Huascar, enrolandose con los combatientes que fueron a pelear al Ecuador donde perdi6 la vida en alglln campo de batalla.

    El hijo primogenito de Hayaba llamado Coarete asumi6 entonces la dirigencia de los kallawaya. Este fue honrado gracias a los meritos acumulados por sus antepasados, pero, sobre todo por la fidelidad alcanzada. La prueba es que se convirtieron en los portadores de las andas de la pareja real: Topa Inca Yupanqui Y la Coya Mama Ocllo, a quienes acompafiaban en e1 paseo. Coincidimos con e1 antrop6logo estadounidense joseph Bastien quien plantea que 1 h d 1 1 1 I . . e onor e portar a Hera se une ala necesidad de tener JUnto a os ncas a rehgwsos y medicos expertos48 .

    Poco tiempo despues e1Inca le d' - c 1 ' conce 1o a oarete el pnv11egio enorme de ser portado en una ttera en los hom bros de cuarenta indios pa d 1 1 h' . . . rangonan o a Huayna Capac. Pareceria ser un momenta excepcwna en a Istona de la dtngencia kallawaya.

  • La litis succsoria por el kuracazgo entre los kalh\vaya en la ..
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    '''"

    La litis sucesoria por el ku racazgo entre los kallawaya en la epoca colonial esta basada so re e n1ito

    fundador de un linaje y una serie de arboles genea16gicos producidos par algunos descendientes del ancestro conn:tn llmnado Inca Canauqui, dirigente del kuracazgo de Charazani en tiempos de Topa Inca entre 1418

    y 14 71 d. C. Poste1iormente, desde la segunda n1itad del siglo )(VI basta fines del siglo X'Vlll, los mien1bros de ese linaje que controlaron el kuracazgo por casi tres siglos despues de la dominaci6n espanola, se

    disputaron la dignidad entre ellos. Con tal prop6sito, presentaron numerosas pruebas provenientes de

    registros n1nemou~cnicos prehispanicos ademas de interpretaciones geneal6gicas divergentes expuestas en

    escritos jurfdicos de naturaleza y valor diverse. La disputa entre parientes, ten ida de una alta hostilidad,

    perseguia perpetuar el kuracazgo en manes de los 1niembros de una de las ra1nas litigantes. Asi las casas,

    los bandos en disputa utilizaron diversos n1edios y estrategias, coino par ejen1plo, adherirse publica y fervientemente al catolicismo y de esa manera renunciar a la antigua pn1ctica religiosa y ritual, paniculannente rica entre los kallawaya, quienes por sus atributos estuvieron en calidad de sacerdotes-medicos de los Incas. 0 bien, se apoyaron en el Derecho Indiana para aprovechar las reglas castellanas de sucesi6n en desmedro de aquellas enmarcadas en el derecho consuetudinario local e Inca. Asimismo fueron capaces de apoyarse en favores de los administradores locales, quienes influyeron poderosamente en la opini6n de los jueces en los tribunales superiores.

    Quedemos por un momenta con ese esquema simplificado que ofrece el fundament a para el analisis de lOs litigios ineditos sobre posesion y propiedad del kuracazgo kallawaya, conservados en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Los mismos, no merecieron hasta el presente un estudio detenido, a pesar

    constituir un corpus importante, porque ejemplifica extraordinariamente como subsistio durante tres el problema, reapareciendo interrrtitentemente en coyunturas particulares que generaron nuevas en el transcurso del tiempo. Ademas, es una ocasion para mostrar hasta que punto es necesario en adelante, los diversos litigios para tener una vision completa de sus implicaciones juridico-

    ....... Lwv hemos renunciado a leer cada litigio por separado, pues es Ia unica manera de ver la ~~!"::..'-"'

    Ia instituci6n del curacazgo kallawaya, sometida a presiones socio-politicas, religiosas y ...,.,,"'-'

    , . .,~'"' tiempo, es la oportunidad de observar las trayectorias de los miembros que ocuparon """''""'"t;l en la instituci6n, lo cual facilitara Ia comprensi6n ideol6gica de la sociedad

    :-"'0 :.

    a los seflores naturales. ""A"'"'""t;l'6n sino tambien en su intenci6n juridico-LI ...... AA" .... _

    un Jipo es~cial de

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  • a otros es tambien una versi6n altemativa del Arbol geneal6gico. Las relaciones de parentesco y el arbol geneal6gico, constituin1n para nosotros la realidad; el mito de origen de Ia ideologia de esa realidad, el modo de vivirla imaginariamente e instrumentaria en detenninado momento hist6rico para alcanzar la dignidad cacical. Una realidad que es un sistema y un relato de ese sistema; un mito que es un mito de ese relato: las sucesivas interpretaciones se fundan1n entre el plano de las relaciones de parentesco que estan inbuidas de forn1as y el plano de las significaciones que tienen en el mito, unas veces afirn1ando y otras negando vehementemente ciertos grados de

    parentesco 1 La negaci6n tiene que ver con Ia dificultad de

    mencionar a los parientes que eran paganos y sospechosos de la practica idolatrica, lo cual dificulta el acceso a una serie de cargos, mercedes y hasta dificulta el ejercicio de sus derechos, pues los cat6licos percibian Ia idolatria y no podian menos que considerarla inadmisible, por su incompatibilidad con Ia fe y con Ia vida cristianas y por presuponer una persistencia mas o menos organica del sistema religioso pagano que el bautismo cristiano supuestamente debia cancelar y abolir.

    En un articulo fundador, el historiador jose Marfa Barnadas, ofrecia un panorama acerca de la idolatrla en Charcas y advertia sobre la necesidad de distinguir dos aspectos esenciales. Por un lado, tener presente que las Indias era un campo de misi6n y que de la tarea de los espanoles eta.CQJlvenu"i: en cristianos.

  • -1

    , , ,1-ge de las fuentes de archivo entre 1605 y 1651 es la producci6n de probanzas que

    En suma, o que cme . . i 1 .. , 1cc. cle tesngos que rcspalclan c1 clerecho al kuracazgo de uno y otro nval. Por un lado conucnen c cc a1ac 101 J . _ . _ ' II

    .111

    .1 los Coarete que defiendcn su dcrecho apoyados en la suces1on d1recta por hnea de aque as que apoy, ' . _ . - , 111ttlrl Por el otro a los Serena que arguyen descender del pnmer cac1que cnsuano. La varon y pnmogc '. , . _ . .

    I -cgt11r 1a lucha es que nos permite reconocer los grandes camb1os en la pohuca y las proptas venta_)a c e ~ ' . . . . . _ . dubitaciones de 1a Corona de Castilla para aphcar una pohnca coherente acerca_de una 1_nst~tucwn cuyo eJe era el kuraka que servia de enlace con el n1onarca. Antes de entrar a ve_r los ple1tos en s1 m1smos, conviene tamar en cuenta algunas precisiones metodol6gicas acerca del tratam1ento del parentesco en los graficos

    que prcscntamos a continuaci6n.

    Las relaciones de parentesco en el seno dellinaje

    Hcmos graficado las representaciones geneal6gicas presentes en los litigios de los kallawaya comprobando que se trata de las relaciones consanguineas evidentes, siempre mencionadas entre los personajes que aparccen litigando en la epoca colonial. Posiblemente, los kurakas conscientes de que las autoridades administrativas espanolas debian entender las explicaciones sobre parentesco, les facilitaron el trabajo y las presentaron en un arbol geneal6gico con una tran1a que enlaza en su extensional padre e hijo dibujados en nuestros graficos por una linea vertical y la relaci6n entre hermanos representados por una linea horizontaL La filiaci6n, a diferencia de lo que sucede en las sociedades occidentales, no esta necesariamente identificada por un nombre heredado por via patrilineal. Tales asi que los hijos de Pedro Serena (el joven) y de Maria Lutaco tienen apellidos totalmente distintos unos de otros: Ines Chirarani, Maria Titigiri y Martin Yquiacas. Pero, este aspecto que puede llevar a confusiones se subsana con la especificaci6n de los lazos de parentesco (senalando que es h~o de, hern1ano de, esposa de). Ademas, en los documentos se insiste en las relaciones de sucesi6n o la coexistencia de los parientes. A parLir de estos dos elementos se construye el relata que va permitir explicitar la relaci6n constitutiva entre los parientes que tienen posiciones especificas en el arbol. De tal manera, que hay individuos que preceden, coexisten y suceden.

    En la organizaci6n de los vinculos de filiaci6n se advierte que los hermanos que son hijos de una misma pareja estan ubicados en la misma linea horizontal. Por ejemplo, los hijos de Capacquiqui y una india sin nom~~c cono~ido, son llamados: Hayaba, Coallabaia y Yanacapa. Los espanoles impusieron un sistema de suceslOn por hnajes dinasticos en el que un curaca no podia casarse con una pariente cercana; al permitirle solamente una esposa mayor inte - d b' . . , res e 1a tener en no casarse con una de rango inferior. A partir de esas pree1s10nes veamos como se suceden los litigios.

    Un largo litigio que conmociona a los ayllus

    Todo comenz6 el 25 de febrero d 1602 d C . 1 b' _ e cuan o Correg1dor y justicia Mayor Don Diego de Vargas

    q~~aJa_ . rlecl 1~ una demanda de las Segundas personas del kurakazgo de Charazani es decir de aquellos senan os mas cercanos colaboradores del k . k . . 1 ' Inacana s d d 1

    ura a pnnc1pa Don Carlos Coacallabaia y Don juan ccun a os por os Alcaldes Ordina D J .

    contra del Kuraka . . l D C 1

    nos on uan SeJe, Don Alonso Quinagi. Ellos estan en pnnnpa on ar os Iquinauqui D -Y su esposa ona Isabel Garcia y sus hijos Don juan

  • HAYABAYAm VINIQUINitl, JORCiECJ, INDIA

    VINIQIIIRI

    ISAIEL

  • CllA.IU T

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  • campm1a con el salario que recibe y con Ia parte del joven Serena tmnbicn. Este no puede realizar ningun reclarno porque es pobre y sin favor alguno. Su con1petidor se ha heche rico con los salaries del dicho rnuchacho y de su padre. La (lnica salida es peclir la posesi6n y los rccursos econ6micos que le pertenecen legahnente. El Corregidor adn1ite los cargos y decide cambiar la residencia de Pedro Serena el joven y lo cnv1a donde un hombre honrado que es Xuarez para que los eric y alimcnte.

    Esta lucha interna repercute altan1ente en el seno de los ayllus, cuyas autoridades se ven en la necesidad de tomar partido. Pedro Serena el joven aprovccha esta situaci6n y se Ianza a un nuevo alegato. tQue pruebas presenta? Una Informacion con el respaldo de testigos indigcnas que son presentados publicamente el 13 de 1narzo de 1602. La n1isma esta destinada a lograr la confirmacion de la posesi6n del cacicazgo. Dos dias despues, el Corregidor mnpara a Pedro Serena y manda que pubhcamente yen un dia de fiesta se le de posesion nuevan1ente. La Corte tuvo que sortear multiples dificultades para llegar a ese fallo.

    Primera victoria de los Serena

    El 17 de marzo de 1602, el interior de la Iglesia de Charazani sirve de escenario para la posesion del kurakazgo de Charazani, que convoca a toda la gente del pueblo. Pedro Serena tome posesion de la tiana de n1adera sentandose en ella, mientras los Alcaldes mayores, segundas personas, hilacatas se acercaban en seflal de respeto, acatamiento y saludo. Ese mismo dia, los principales kallawaya, se reunieron y tomaron la decision de nombrar a un gobernador a causa de la minoria de edad de kuraka entrante. La primera decision fue eliminar de los candidates al usurpador, tirano Martin Chuy Yquiacas y su familia. La eleccion despues de una intensa negociacion recayo en el principal de Chullina y Contador General Juan Pua-por una serie de cualidades: era brioso, de buen genic, habilidad y capacidad en el gobierno, pero ademas tenia la competencia de ser contador mayor del pueblo. De esa manera, paso a ocupar el cargo de Gobernador del Kuracazgo y coadjutor de Pedro Serena.

    Ell9 de marzo, desde CanJana Don Carlos Yquinauqui por primera vez plantea su contra-argumentacion utilizando una demostracion basada en el parentesco y manejando la regla de la primogenitura para desmontar las pruebas que permitieron a Pedro Serena acceder al cacicazgo. Asi evoca que la disputa esta siendo llevada en el seno de un linaje. En realidad su version arguye que don Martin Chuy Yquiacas le usurp6 el cargo por la via de coadjutona. Exactamente el mecanisme que le reprochaba su contrincante. Es mas, al igual que este ultimo, tambien insiste que recibio confirmacion del virrey Francisco de Toledo porque su padre andaba en huando y fue al Cusco a firmar la paz con los espaiioles. Despues de una larga lucha juridica el 29 de marzo de 1593 se le extendio una provision con el titulo de cacique.

    Mientras eso sucede, Antonio Suarez pide la restitucion de las sumas devengadas a Fedor Serena. La respuesta nose deja esperar. El defensor de Don Carlos Yquicanauqui solicita que el asunto de reintegracion de montos se ventile en la Real Audiencia.

    Los Coarete entran en escena

    El 2 de junio de 1603, se restituyo el cacicazgo al bando opositor, pcro esta vez en la figura de Ton1e Coarete. Apenas posesionado inicia una larga y dura contienda. Pedro Serena rcclan1a el kurakazgo con vehemencia. Segun la parte contraria, persuadido por espaii.oles y curas que me tienen odio y n1ala voluntad.

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  • A lo largo del siglo XVlll , se produce una cnorn1c agitaci6n socio-polltica en Ia zona que descmboca finalmente en las llamadas guernllas de Ia independencia que sirven de escenario para que los Coarete y los Serena sc encucntren en el campo de batalla y dejen los estrados judiciales para combatir. Por infom1aciones orales de Gines Pasten la lucha se plante6 como sigue: los Serena apoyaron a \a Corona y los Coarete a los guerrilleros independentistas. Los Serena final mente mueren en Carijana sin dejar descendencia conocida.

    En resumen, la documentaci6n inedita del Archive Biblioteca Nacionales de Bolivia deja claro que el problema de Ia sucesi6n del cacicazgo es central en este enorme litigio. Se ve imponerse a lo largo de los siglos las reglas de sucesorias privilegiadas por los espafioles que se caracteriza por ser por via de var6n y primogenitura. La misma ocasiona este enorme conflicto en el linaje. Sin embargo, en el curso de los siglos, en coyunturas muy especiales reaparecen los Serena como caciques y se hace valer la via de acceso al kurakazgo. En realidad se pudo observar que intermitentemente cambian en el poder los Serena y los Coarete hasta que estos ultimos se imponen por la via de alianzas con las autoridades, apoyados en los recursos financieros del kurakazgo, comprendida la mano de obra kallawaya que estan en condiciones de movilizar para llevar a cabo negocios. Queda claro entonces el hecho de que numerosos cacicazgos no hayan sido estrictamente hereditarios, desplazandose mas bien entre diversas lfneas nobiliarias mediante algun tipo de elecci6n, sugiere caracterfsticas de la nobleza colonial inca y su organizaci6n 10.

    Uno de los factores que mas peso en el curso dellitigio fue el de la idolatrfa de los kallawaya. Se sabe que los kuraka colocados por el Inca Huayna Capac (1493-1528 d.C) no llegan a convertirse al catolicismo y las otras generaciones adhieren publicamente hasta muy entrado el siglo XVI. Aca cabe preguntarse: l Como logran atravesar decenios sin los reclamos de las autoridades espafiolas? Conocedores los espafioles de su papel en la corte Inca l Que factores influyen para que los toleren? Uno de los casos evocados es el de Coarete quien supo sacar ventaja de la inestabilidad funcionaria de las autoridades de Charazani para evitar el bautizo. Coarete atraves6 el tiempo de su gobiemo prometiendo bautizarse y llamarse Don Carlos sin llegar a cumplirlo.

    Cuando los contrincantes en el pleito sacan a relucir este asp~cto, carece de peso, porque en realidad todos los linajes tenian ancestros gentiles. Asi, lo dejan planteado los Coarete: ... porque Don Carlos Coarete mi abuelo fuese gentil, no pueden sus sucesores suceder en el cacicazgo que este tubo en tiempo del inga, pues si esto fuera asi consta el mismo inconveniente en el derecho de Pedro Sirena y los demas caciques de este reino en quien concurren el proceder todos de aquella gentilidad en que el inga no los nombr6 por caciques . .. .

  • Ahara bien, el aspecto mas importante de este pleito es aquel que tiene que ver con la idolatria. No se trata de las grandes campaiias contra la idolatria, tal como se han detectado para el Peru que son las que han tratado de ubicarse en los archivos bolivianos, sin resultados positivos. Los procesos contra la idolatria deben buscarse en las practicas cotidianas, aspecto que no ha sido tornado en cuenta hasta el presente. Los pleitos kallawaya nos lo muestran la represi6n y el control que se produjo a nivel de las familias. Este aspecto es novedoso porque como lo seiial6 el jesuitajoseph de Acosta en su monumental obra De procuranda indorum salute, la idolatria andina se caracterizaba por la fusion de diversos tipos conocidos desde la antiguedad. se trata de enfermedad idolatrica hereditaria que, contraida en el mismo seno de la madre y criada al mamar su misma leche, robustecida con el ejemplo paterna y familiar y fortalecida por la larga y duradera costumbre y por la autoridad de las leyes publicas, tiene tal vigor que no la podni sanar sino el riego muy abundante de la divina gracia y el trabajo asiduo e infatigable del doctor evangelico11 .

    En el pleito esta claro que los viejos son potenciales hechiceros, particularmente las mujeres, como la abuela de Don Martin Chuy la cual es muy vieja y se presume y tiene sospecha de ella y le ensefla al dicho don Martin malas costumbres y vicios y le impondra indus trias en cosas, ceremonias y ritos contra nuestra santa fe cat6lica yen ofensa al servicio de Dios 12 . Estos elementos idolatricos, supuestos o inYentados, son instrumentados para que los niiios de linajes kallawaya pasen a residir con espaiioles honrados y de comportamiento fiable. Asi, la administraci6n colonial tom6 control de las dirigencias del kuracazgo kallawaya, pero a pesar de esos esfuerzos, este pueblo es el que resulta mas fiel a sus practicas religiosas ancestrales. El proceso de exptirpaci6n entonces, fue a nivel de los nucleos familiares que fueron dificiles de doblegar, porque se resistieron fuertemente a dejar sus espacios de habitaci6n tradicional, aunque los _los_ ~ueblo_s viejos fueron quemados, destruidos y cambiados completamente. La poblaci6n kallawaya sig~I.o desaflando ala administraci6n colonial cometiendo toda clase de "ofensas" en contra de los principios rehg1osos del catolicismo.