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JUNIO Geometria y trazas pertenecientes al oficio de sastre… por Juan de Albayzeta (1720) MODELO MES Los modelos más representativos de la exposición DEL 2016 Domingos: 12:30 h Duración: 30 min. Asistencia libre y gratuita Por: María Prego Sala 2 “Ilustración y casticismo”

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JUNIO

Geometria y trazas pertenecientes al oficio de sastre… por Juan de Albayzeta

(1720)

MODELO MES Los modelos más representativos de la exposición

DE

L

20

16

Domingos: 12:30 h

Duración: 30 min.

Asistencia libre y gratuita

Por: María Prego Sala 2 “Ilustración y casticismo”

Texto

María Prego es licenciada en Geografía de Historia por la Universidad de Murcia. Pertenece al Cuerpo de Ayudantes de Bibliotecas desde 1990 y ha tra-bajado en la Biblioteca Pública de Ciudad Real, en el Departamento de Documentación del Centro de Investigación y Documentación Educativa, CIDE y en la Biblioteca del Museo Nacional de Antropolo-gía (Madrid). En la actualidad continua su trabajo como Jefa de la Biblioteca del Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico (Madrid). Desde 2005 forma parte del Grupos de Trabajo de la Red de Bibliotecas de Museos Esta-tales, BIMUS.

Corrección de estiloAna Guerrero

MaquetaciónAmparo García

** Todas las imágnes de este folleto corresponden a piezas de la colección del Museo del Traje CIPE, son imágenes de dominio público o están liberadas bajo licencias libres.

NIPO: 030 - 16 - 003 - 6

GEOMETRIA Y TRAZAS PERTENECIENTES AL OFICIO DE SASTRE POR JUAN DE ALBAYZETA (1720)

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Ricas casacas bordadas con precisión y delicadeza con multitud de colores, lujosas chupas adornadas con hilos de plata, prendas de formas definidas que marcan siluetas rígidas, encorsetadas, nos reciben en la sala “Ilustración y casticismo” y desde sus vitrinas nos recrean el modo de vestir de las clases privilegiadas a lo largo del siglo XVIII.

Frente a una de ellas, cuatro grandes paneles nos presentan una serie de figuras, aparentemente geométricas, desplegadas sobre un plano rectangular, como un puzle imposible. Los títulos nos remiten a términos de prendas, algunos de los cuales aún se siguen utilizando: “chupa y calzón de usar, lleva bbm, paño, ancho bb; casaca de muger, a flores, lleva Vm, ancho qqq.; calzón, ropilla y mangas a flores…”.

Estas reproducciones pertenecen a la publicación conservada en la Biblioteca del Museo del Traje: Geometria y trazas pertenecientes al oficio de sastres donde se contiene el modo, y orden de cortar todo genero de vestidos españoles, y algunos

estrangeros…, escrita por Juan de Albayzeta1 y publicada, en Zaragoza, en 1720.

Esta obra está considerada como el último manual de sastrería de la serie de “tratados de geometría aplicada al oficio de los sastres” que se inició en 1580 con la publicación, en Madrid, del primer tratado de sastrería conocido, escrito por Juan de Alcega. Estos manuales fueron editados en España y difundidos por las principales ciudades europeas durante los siglos XVI y XVII. La publicación de los tratados de sastrería está íntimamente ligada a la progresiva implantación de las corrientes humanistas llegadas a España durante el reinado de Carlos I, que contribuyeron a la sistematización de las artes y oficios, con la aplicación de métodos científicos y técnicos.

¿Qué significó la publicación de estos tratados en su momento?, ¿cuál es el valor histórico y documental actualmente?, ¿qué información nos proporcionan para el estudio histórico de la indumentaria? Los autores afirman en el prólogo que uno de sus

Fig. 2: Paneles con la reproducción de cuatro trazas de Juan de Albayzeta, 1720. Sala “Ilustración y casticismo” del Museo del Traje, Madrid

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MODELO DEL MES DE JUNIO

objetivos era facilitar la formación de oficiales para el ejercicio del oficio y obtener el título de maestro. Esta afirmación nos permite estudiar la regulación del trabajo del sastre y proporciona la información precisa sobre los exámenes a los que se sometían los aspirantes.

A nivel técnico, estos tratados permitían conocer cómo disponer las piezas que formaban el patrón de la prenda sobre la tela para aprovechar al máximo el tejido. Igualmente, solucionaba los problemas que tenían a la hora de pedir la cantidad de tela necesaria y justificar su uso ante el cliente. Generalmente este aportaba la tela y el alto valor de los tejidos provocaba la desconfianza sobre el uso que el sastre hacía de la misma.

También son destacables los consejos sobre cómo aplicar la medida adecuada para cada tipo de tejido y para cada prenda y los tratamientos previos, como el abatanado o el tundido, antes de cortar la tela para evitar que la prenda encogiera cuando era lavada.

Desde el punto de vista documental estos tratados proporcionan una información muy valiosa: la circulación de los mismos entre los sastres favoreció la normalización de la hechura de las prendas, ya que las siluetas y los cortes perduran durante décadas. El estudio cronológico de los manuales permite trazar tanto la evolución de los trajes y los tejidos empleados como la de la denominación de cada prenda y la del uso de las mismas desde el siglo XVI hasta el XVIII.

La obra del aragonés Juan de Albayzeta se publica en 1720, cuando ya llevaba veinte años en el trono Felipe V, el primer rey Borbón en España. Los primeros años de su reinado estuvieron condicionados por la Guerra de Sucesión (1701-1713), durante la cual la Corona de Aragón se posicionó mayoritariamente a favor del Archiduque Carlos de Habsburgo. Consecuencia del apoyo del reino aragonés al Archiduque fue la

promulgación del Decreto de Nueva Planta de los Reinos de Aragón y Valencia en 1707, por los que Aragón perdía sus fueros y privilegios, dejaba de existir como Reino y se uniformaba con las leyes y gobierno de Castilla.

La llegada de Felipe V y su instalación en Madrid contribuyó a la progresiva introducción de las modas francesas en la corte española, unas modas que, tras el reinado de Luis XIV, se habían constituido como punto de referencia en cuanto a elegancia y estilo. Hasta entonces, la moda “a la española” había dominado con su estilo aparentemente sobrio y rígido y había sido imitado en toda Europa. Su tradicional traje masculino negro, compuesto de jubón, ropilla y calzones, adornado con la golilla se mantiene sobre todo para los actos oficiales y la sociedad española se resistió a la introducción de los cambios recién llegados de la corte francesa.

Fig. 3: Felipe V, 1701, por Hyacinthe Rigaud. Palacio de Versalles

GEOMETRIA Y TRAZAS PERTENECIENTES AL OFICIO DE SASTRE POR JUAN DE ALBAYZETA (1720)

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De la geometría a los sistemas de corte

Desde la publicación del Alcega, en 1580, hasta la aparición del Albayzeta, en 1720, los tratados de sastrería fueron españoles y su uso se generalizó en toda Europa. España marcaba tendencia en cuanto a moda se refiere: “el vestido a la española” era signo de distinción, elegancia y poder. Es a partir de la llegada de los Borbones a España, en 1700, cuando esta influencia decae, y se impone, no sin cierta resistencia, el modo de vestir a la francesa, en la corte española y progresivamente entre las clases privilegiadas.

El Albayzeta, publicado en 1720, es el último tratado de geometría y traza publicado en España; a partir de entonces serán los modernos sistemas de corte y confección, especialmente los franceses, los que tomen el revelo.

Pero empecemos por el principio…Para la historia de los libros de sastrería haré referencia principalmente a los trabajos del Conde de las Navas (1902) y Felisa Mendía (1949) y al capítulo dedicado a “Los tratados del arte del vestido en la España moderna” en la obra de Ruth de la Puerta, La segunda piel: historia del traje en España: (del siglo XVI al XIX), Valencia, 2006.

Aunque ya a mediados del siglo XVI aparece el primer manuscrito que recoge el trabajo de un sastre, el Libro del Sarto, del que la Biblioteca del Museo dispone de una edición facsímil2, es en 1580 cuando Juan de Alcega publica en Madrid, en la casa de Guillermo Drouy, el que se considera el primer tratado de sastrería editado en España.

Hasta ese momento, el saber sartorial se transmitía de forma artesanal, en la botiga o tienda, por el maestro a sus oficiales y aprendices. La publicación de Alcega, Libro de geometría, pratica [sic] y traça, el qual trata de lo tocante al officio de sastre, provocó el rechazo de otros sastres, que veían peligrar su posición con la difusión de sus conocimientos y preferían mantener los secretos del oficio…Alcega introduce un elemento que se va a mantener en el resto de tratados hasta el siglo XVIII, el uso de la vara de medir, unidad de medida lineal que se divide en palmos. A partir de la vara de Castilla (836 mm), establece su relación con otras varas y, mediante una codificación basada en fracciones o múltiplos de la misma, precisa en cada traza (patrón) el número de varas necesarias para cada prenda. El formato apaisado añade una nota original a la obra y permite desplegar las trazas de cada prenda en el sentido natural de los paños, de forma horizontal.

La obra de Alcega debió de tener un gran éxito, ya que en 1589 volvió a editarse. Puede consultarse el facsímil digital en la Biblioteca Digital Hispánica.

Fig. 4: Felipe V, 1723, por Jean Ranc. Museo Nacional del Prado

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MODELO DEL MES DE JUNIO

Siguiendo el trabajo de Alcega, en 1583 Diego Freyle, “sastre examinado”, natural de la ciudad de Granada, publica en Sevilla Geometria y traça para el oficio de sastres, con el mismo formato apaisado y destacando, en los preliminares, argumentos similares a los de Alcega en cuanto a la utilidad de la obra.

Ruth de la Puerta señala especialmente el que dedica a describir las recomendaciones sobre “los gestos que deben adoptar los oficiales en el lugar de trabajo como la parte técnica de la elaboración de trajes”, así como las normas de conducta en el taller. Se conoce un ejemplar en la Folger Shakespeare Library3 (Washington), donde se puede consultar el facsímil digital.

En 1617 sale a la luz el Llibre de geometría del ofici de sastres, editado en Barcelona y escrito en catalán, donde ejercía como sastre Baltasar Segovia. De esta obra se conserva un ejemplar en microfilm en la Biblioteca Nacional de Francia y existe un manuscrito del siglo XVIII que reproduce la obra y está depositado en la Biblioteca de Catalunya4.

Un año más tarde, en 1618, Francisco de la Rocha, sastre francés afincado en Valencia, publica Geometria y traça perteneciente al oficio de sastres. En la obra describe cómo se examinó, a los 52 años, en Madrid para obtener el permiso para la publicación de su tratado. El ya era “sastre examinado” en Valencia, la ciudad donde ejercía.

El tratado presenta en los preliminares contenidos similares a los manuales anteriores, cartas de aprobación y declaración sobre la vara de medir, explicaciones de los problemas de los oficiales de sastrería y soluciones, así como las trazas de los patrones ordenadas alfabéticamente tanto de hombre como de mujer, adulto o niño. La Biblioteca del Museo conserva un ejemplar y la Biblioteca Digital Hispánica dispone de una copia digital del

ejemplar perteneciente a la Biblioteca Nacional. En 1619 se publica en Sevilla

Geometría del arte de vestir, por Cristóbal Serrano de Biedma sastre de Torre Don Jimeno. De este tratado no se conoce ningún ejemplar, aunque aparecen referencias en los repertorios bibliográficos de Antonio Palau5 y Antonio Nicolás6.

El último tratado de sastrería del siglo XVII corresponde a la obra de Martín de Andújar, editado en la Imprenta Real de Madrid en 1640, que sigue los esquemas descriptos en las obras precedentes. Cuenta con trescientas veinte trazas ordenados por tipos: capas y ropillas, conjuntos masculinos,

Fig. 5: Portada de Geometría y traca perteneciente al oficio de sastres… de Francisco de la Rocha, 1618.

Museo del Traje, Madrid

GEOMETRIA Y TRAZAS PERTENECIENTES AL OFICIO DE SASTRE POR JUAN DE ALBAYZETA (1720)

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vestidos de mujer, hábitos religiosos y trazas diversas. La Biblioteca Nacional cuenta con un ejemplar y se puede consultar a través de la Biblioteca Digital Hispánica.

El tratado de sastrería de Juan de AlbayzetaEn 1720 Juan de Albayzeta, natural de Magallón, publica en Zaragoza, el tratado de sastrería al que dedicamos este modelo del mes. El libro Geometría y traza perteneciente al oficio de sastres… tiene un formato apaisado, siguiendo el modelo del primer tratado de Juan de Alcega (1580), pero este tiene un mayor tamaño, 31 x 21 cm, y según el Conde

las Navas “la obra es bastante lujosa por su pormenores tipográficos, que abundan en las 173 que contiene”.

La obra está encuadernada “a la romana”, en pergamino de tipo semi-flexible, reforzado con tapas que en el interior están recubiertas con guardas decoradas con motivos impresos, que alternan elementos vegetales muy esquematizados (dos hojas) y ondas en tonos rosados y ocres. En los bordes exteriores se aprecian los restos de pequeñas roturas donde se localizaban los cierres. Estos consistirían en tiras o cintas pegadas a la cubierta que cerrarían posiblemente con un pequeño botón, en la parte posterior, de manera que cuando estaban enlazadas se evitaba la deformación provocada por los cambios de humedad y temperatura.

Este tipo de encuadernación era muy usual en el siglo XVIII por su funcionalidad, resistencia y economía. Generalmente la encuadernación en pergamino se utilizaba para obras de uso corriente: “manuales de estudio, vocabularios, sermones, calendarios”. (Russo, P., 2014). La piel solía ser de cordero, cabra o ternero y, tras eliminar el pelo, se raspaba la piel y se maceraba en agua de cal para eliminar la grasa. Cuando estaba seca

FIG. 6: Viñeta xilográfica (motivo decorativo) de Geo-metría y trazas… de Juan de Albayzeta, 1720.

Museo del Traje, Madrid

Fig. 7: Cubierta, guardas y lomo del ejemplar de la Biblioteca del Museo del Traje, Madrid

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MODELO DEL MES DE JUNIO

se frotaba con polvo de yeso y se pulía con piedra pómez (Dahl, S., 1987).

Nuestro ejemplar no presenta ninguna decoración en la encuadernación, solamente a lo largo del lomo está manuscrito el apellido del autor y el titulo abreviado. La portada sí está cuidadosamente decorada: el texto está comprendido dentro de un marco de tipografía, con motivos vegetales. Lleva, entre otros adornos, grabados en madera de los monogramas de Jesús y María con el Niño Dios (izquierda) y la Purísima Concepción (derecha) y en el centro un jarrón de azucenas o flores de lis.

La primeras ocho páginas están dedicadas a los preliminares, que comprenden el “Prólogo al lector”, la “Tabla de todas las trazas que ay [sic] en este libro por su abecedario”, la “Declaración de la vara de medir”, además de la correspondientes aprobaciones y dedicatoria. Le siguen setenta y nueve páginas con los grabados y las explicaciones de los patrones para el corte de los trajes, así como dieciséis hojas plegables impresas en una sola cara. Las trazas se corresponden a trajes para personas y niños de ambos sexos; tanto vestidos de uso corriente como de ceremonia para diversos empleos, así como de uso eclesiástico y secular.

Sobre la historia de los ejemplares, las primeras referencias las encontramos en

1902. El Conde de las Navas sitúa uno en la Biblioteca San Isidro y otro en la Biblioteca de la Sociedad Económica de Zaragoza, y hace referencia a un ejemplar en Montalbán (Teruel), “cuya pista se ha perdido”. En 1949, Felisa Mendía reseña que “los dos ejemplares descritos por el Conde de las Navas se hallan desaparecidos”. El primero fue trasladado de la Biblioteca San Isidro a la Facultad de Filosofía y se perdió su rastro tras la Guerra Civil, y el segundo, perteneciente a la Sociedad Económica de Zaragoza, no se ha localizado debido al traslado de la sede de la Sociedad y a que aún no se había instalado la Biblioteca.

En la actualidad están identificados cuatro ejemplares: el que pertenece al Museo del Traje, uno en la Real Academia Española y dos en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla (Universidad Complutense de Madrid), uno de ellos con copia digital.

La copia que se conserva en el Museo del Traje procede de la colección fundacional del Museo del Traje Histórico (1927), de la que aún conserva el sello, y consta en el libro de registro del Museo del Pueblo Español con el número 18. Aunque no se precisa la fecha de ingreso, podemos establecer que ya estaba registrado en marzo de 1935, según consta en el acta de la Sesión de Constitución de Patronato, celebrada “el día 1º de marzo de 1935”7.

Fig. 8: Detalle de la portada de Geometría y trazas… de Juan de Albayzeta, 1720.

Museo del Traje, Madrid

Fig. 9: Detalle de traza “Casaca masculina”, de Geo-metría y trazas… de Juan de Albayzeta, 1720.

Museo del Traje, Madrid

GEOMETRIA Y TRAZAS PERTENECIENTES AL OFICIO DE SASTRE POR JUAN DE ALBAYZETA (1720)

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De profesión, sastre

Hasta la Edad Moderna las vestiduras no estaban cortadas ni ajustadas. La llegada de Felipe el Hermoso con los usos y costumbres de Borgoña, y posteriormente, en 1517, la de Carlos I y su séquito, los tudescos, con sus vistosos trajes, favorecieron la introducción de un tipo de traje corto y ajustado que dejaba de lado el traje semitalar (Ruiz de Elvira, 1993). Es a partir de ese momento, cuando el arte moderno de la sastrería moldea el vestido sobre el cuerpo y lo adapta a él de tal manera

que no dificulte los movimientos. La necesidad de hacer los trajes a medida impulsó de forma definitiva el desarrollo y establecimiento de un gran número de sastres. En 1611 en Madrid estaban registrados en el gremio 418 sastres8.

El término ‘sastre’ procede del latín sartor y define a la “persona que tiene el oficio de cortar vestidos y coserlos” (Diccionario de la lengua castellana, RAE 1726). El término no se acuña y fija hasta el siglo XV, aunque ya aparece en un documento sevillano en 1302 (Corominas) y hasta entonces se usaba la denominación de origen árabe alfayate.

Fig. 10: Le costume historique, 1888. “Le habits et la robe de palais; les coupes du tailleur”,

de A. Racinet. Museo del Traje, Madrid

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MODELO DEL MES DE JUNIO

El arte de la sastrería apareció como arte manual, artesanal, y se desarrolló al mismo tiempo que las ciudades. Su evolución también estuvo condicionada a medida que el progreso proporcionaba nuevos materiales y tejidos para la confección de los vestidos. El sastre confeccionaba prendas de vestir indistintamente para hombres y mujeres, y no solo piezas exteriores, sino también interiores. “Es el sastre un artífice que corta y cose diversas telas para hacer vestidos de hombres y mugeres [sic]…” (Enciclopedia Metódica, 1794).

Desde el siglo XII tenemos constancia de la existencia de gremio de sastres en Betanzos. La Cofradía de la Santísima Trinidad era la más antigua de la ciudad; sus ordenanzas datan del año 11629.

Las ordenanzas constituyen una fuente de primera mano para estudiar la regulación del oficio, el acceso de aprendices, su promoción a la categoría de oficiales y finalmente a la de maestros-sastres. El aprendizaje del oficio se realizaba en la ciudad donde se ejercía, y la formación del aprendiz se alargaba durante varios años.

En Zaragoza, donde publica su tratado Juan de Albayzeta, no es hasta el siglo XV cuando se documentan las primeras ordenanzas, el 29 junio de 1442. Bajo la protección de San Antonio de Padua, la cofradía agrupaba a sastres, juboneros y “calceros” de Zaragoza. Para poder ejercer en la ciudad los sastres estaban obligados a formar parte del gremio y pagar su correspondiente cuota, unos treinta sueldos. Igualmente se regulaba la forma de acceso al oficio, mediante un examen que consistía en cortar una serie de piezas: un ropón, un jubón, unas calzas y un capirote. La superación del examen facultaba al nuevo a maestro a cortar por sí mismo, una tarea exclusiva del oficio del sastre. A lo largo de los siglos se editarían nuevas ordenanzas, hasta 1775, año en el que se publica la Real

Provisión de Ordenanzas, concedidas al Gremio de Maestros Sastres de La Ciudad de Zaragoza bajo el reinado de Carlos III10.

Hasta el siglo XVIII solo los sastres estaban autorizados a confeccionar prendas tanto para hombre como para mujer. Las modistas aparecen por primera vez confeccionando trajes para mujeres en la Francia de Luis XIV, momento en el que se regula su trabajo y se les reconoce como profesionales del sector textil. Hasta ese momento, y a pesar de la presión ejercida por los sastres, las modistas lograron alcanzar sus objetivos gracias también al apoyo recibido por parte de las damas de la corte, “que alegaron razones de pudor y modestia para hacerse vestir por personas de su sexo”11. “En España no es hasta finales del siglo XVII cuando aparecen los primeros talleres de modistas que cortaban y cosían prendas femeninas” (Tejeda, 2006).

Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, los ricos vestidos de las clases privilegiadas se realizaban bajo la dirección de los maestros sastres y hasta entonces parece que eran los propios clientes los que se ocupaban de proporcionarles las telas. El alto precio de los tejidos y la desconfianza de los clientes sobre el adecuado uso de las telas contribuyeron a difundir la mala fama de los sastres, los cuales eran acusados frecuentemente de sisar género.

Cervantes en la segunda parte de El Quijote, en el capítulo XLV relata el suceso en el que Sancho Panza se enfrenta al primer pleito como gobernador de la Ínsula Barataria:

“A este instante entraron en el juzgado dos

hombres, el uno vestido de labrador y el otro

de sastre, porque traía unas tijeras en la mano,

y el sastre dijo:

—Señor gobernador, yo y este hombre labrador

venimos ante vuestra merced en razón que este

buen hombre llegó a mi tienda ayer, que yo, con

perdón de los presentes, soy sastre examinado,

GEOMETRIA Y TRAZAS PERTENECIENTES AL OFICIO DE SASTRE POR JUAN DE ALBAYZETA (1720)

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que Dios sea bendito, y poniéndome un pedazo

de paño en las manos, me preguntó: «Señor,

¿habría en esto paño harto para hacerme una

caperuza?». Yo, tanteando el paño, le respondí

que sí; él debióse de imaginar, a lo que yo

imagino, e imaginé bien, que sin duda yo le

quería hurtar alguna parte del paño, fundándose

en su malicia y en la mala opinión de los sastres,

y replicóme que mirase si habría para dos.

Adivinéle el pensamiento y díjele que sí, y él,

caballero en su dañada y primera intención,

fue añadiendo caperuzas, y yo añadiendo síes,

hasta que llegamos a cinco caperuzas, y ahora

en este punto acaba de venir por ellas: yo se las

doy, y no me quiere pagar la hechura, antes me

pide que le pague o vuelva su paño.

—¿Es todo esto así, hermano? —preguntó

Sancho.

—Sí, señor —respondió el hombre—, pero

hágale vuestra merced que muestre las cinco

caperuzas que me ha hecho.

—De buena gana —respondió el sastre.

Y sacando encontinente la mano de bajo

del herreruelo mostró en ella cinco caperuzas

puestas en las cinco cabezas de los dedos de

la mano, y dijo:

—He aquí las cinco caperuzas que este buen

hombre me pide, y en Dios y en mi conciencia

que no me ha quedado nada del paño, y yo

daré la obra a vista de veedores del oficio”12.

No será hasta el siglo XVIII cuando la figura del sastre comience a ser considerada y su oficio tenido en mayor estima. En 1783 el rey Carlos aprueba una Real Cédula por la cual se declara que no solo el oficio de curtidor sino también los demás artes y oficios de herrero, sastre, zapatero, carpinteros... son honestos y honrados.

De la botiga al tallerEl trabajo del sastre se desarrolla hasta el siglo XVIII en la botiga o tienda. En la Enciclopedia Metódica (1794), bajo el término “Obrador,

taller”, leemos:

“Hay entre el obrador taller y tienda la misma

diferencia sensible, que se halla entre el

artífice y el operario. Todo trabajo, por mayor,

que requiere invectiva, inteligencia y reflexión

es sin duda arte, y se executa en el taller…

el dibuxante, el tintorero, el iluminador, &c.,

tienen taller ahora, toda operación puramente

mecánica, en que basta la práctica no es más

que oficio, y así el texedor, el sastre, el zapatero,

&c. trabajan en tienda”.

La tienda del artesano está abierta y expuesta a la puerta de la calle, y el sastre debe permitir el paso de los “veedores” enviados por el gremio para comprobar regularmente que los trabajos se realizan con géneros de calidad

Fig. 11: Real Cédula de S.M., por la cual se declara que no solo el oficio de sastre es honesto y honra-

do…, 1783. Museo del Traje, Madrid

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MODELO DEL MES DE JUNIO

suficiente y de la forma y modo establecidos en las ordenanzas.

Al mando del taller se encuentra el maestro, dueño y responsable del mismo, el que se encarga de disponer y distribuir el trabajo. Para acceder al grado de maestro debían someterse a un examen supervisado por los miembros destacados del gremio de la ciudad. Las pruebas tenían una parte teórica y otra práctica. Se precisaba, además de la destreza en la confección de toda clase de prendas, poseer conocimientos de geometría, aritmética, práctica en el manejo del compás y

en el uso de los quebrados.Las tareas más sencillas de la sastrería

las realizaba el aprendiz: “pasar ensanches, sobrehilar, picar cuello, plastones y solapas. Los más adelantados hacen cubres, espaldas y mangas” (De la Puerta, 1997). Tras su formación, entre cuatro o cinco años, los aprendices accedían al grado de oficiales o meseros, lo que les habilitaba para hacer bolsillos, interiores y mangas.

Aguja, dedal y tijeras, plancha y vara de medir son herramientas con las que trabaja el sastre, pero sin duda la que representa e identifica al sastre inequívocamente son las tijeras. Las primeras se remontan, según Sara Piccolo Paci13, al siglo X y se difunden ampliamente a partir del XIV. Otro de los elementos característicos y presente en todos los tratados de sastrería es la vara de medir, unidad de medida lineal utilizada en la Península ibérica, principalmente en España y Portugal, y por extensión en las zonas de influencia como Iberoamérica y otras regiones de influencia colonial. En las distintas regiones de España tienen valores diferentes, que oscilaban entre 768 y 912 mm.

En la obra de Albayzeta, en el capítulo “Declaración de la vara de medir”, manifiesta que usa la vara de Aragón, que esta “se formó

Fig. 12: Detalle de la lámina ”Tailleur de habits, outils” pl. 1,

1765 de la Encyclopedie

ou Dictionnaire raisonné des sciences,

des arts et des métiers.

Museo del Traje, Madrid

Fig. 13: Vara castellana, 1847. Museo del Traje, Madrid (MT002028)

de la mano del hombre” y que se forma “en quatro palmos”. De ahí establece una serie de reducciones hasta la menor medida, “el dedo”, de manera que “reducida en dedos toda la Vara de medir tiene quarenta y ocho dedos”. La vara aragonesa equivale en el sistema métrico decimal a 772 mm.

El sastre define entonces una codificación que identifica cada una de las fracciones y permite en cada traza calcular la cantidad de tela necesaria para la confección de las prendas:

b 1 vara s sesma (1/6)

m media vara (1/2) o ochavo (1/8)

q cuarto de vara (1/4) d dozavo (1/12)

t tercia de vara (1/3) i 1 dedo (1/48)

Ninguno de los tratados descritos menciona la forma en que debían tomarse las medidas. En la Enciclopedia metódica (1794), se describe así:

“Para determinar las dimensiones de cualquier

vestido que se va a hacer, el sastre toma la

medida a la persona a la que lo destina, esto es,

que con dos tiras de papel de una pulgada de

ancho, y cosiéndolas hasta juntar lo necesario

para la mayor longitud que se ha de tomar,

coge la medida de la distancia de la espalda, el

pecho, el grueso y largo del brazo y talle, y así

de todo lo demás”

Los sastres contaban además con patrones en papel o cartón de diferentes tallas y grueso de los que se valían para dibujar el vestido. Antes de disponer las piezas sobre la tela se dobla la pieza de tela a lo largo o a lo ancho, según el tamaño, sobre la mesa o mostrador en que “trazan” la obra, se elige el patrón que más se acomode y “traza o dibuja” los contornos con el jaboncillo. Cuando acaba

de dibujar todas las piezas, aprovechando al máximo la tela, las corta y acomoda según la disposición de la tela doblada por medio.

¿Qué prendas al uso nos puede confeccionar nuestro sastre en 1720? Hábitos, basquiñas, vestidos, capas, chupas, casacas, capirotes de doctor, casullas, capotes, dalmáticas, faldellines, garnachas, gramayas, gremiales, lobas flamencas, manteos, mongiles, mangas de armar, paños para funerales, ropas, sotanas, sotanillas, túnicas, ternos, jubones…, sin dejar de lado estandartes, matas de caballo o la bandera del Reino de Aragón.

“Si los que aprenden la facultad de Sastre, no

se perfeccionan en los fundamentos de ella, no

ay que admirar sean pocos los que la puedan

enseñar con perfeccion, y por falta de esto, se

ven en las Republicas pocas memorias de los

antepassados, para poder enseñar a la juventud

con los preceptos, y reglas de la Geometria, y

Aritmetica, que conducen para trazar, y saber

formar qualquier genero de Traza, con vara

de geometría larga, ô corta, y disponer â los

que quisieren aprender con perfección esta

Facultad”.

Juan de Albayzeta (1720)

GEOMETRIA Y TRAZAS PERTENECIENTES AL OFICIO DE SASTRE POR JUAN DE ALBAYZETA (1720)

Fig. 14: Declaración de “las baras de medir”, de Geometría y trazas… de Juan de Albayzeta, 1720.

Museo del Traje, Madrid

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Casaca de seda labrada en su color, bordada en sedas polícromas y plata sobredorada. Larga hasta la cadera, abierta por delante y con pliegues laterales que parten de un botón forrados en la misma tela. La manga, de tres cuartos con vuelta de forma triangular. Las costuras van decoradas con un galón de hilos metálicos y un encaje de "puntos de España" que recorre los perfiles delanteros.

La casaca, y la basquiña (falda), fue un vestido muy común entre las mujeres españolas de la primera mitad del siglo XVIII. Juan de Albayceta, en su libro de patrones de 1720, incluye patrones de casacas femeninas similares a esta. Estas casacas se cerraban en el delantero con una pieza triangular llamada peto. Las vueltas de manga con esta forma triangular son típicas de este momento.

Chupa en brocatel de sedas policromas que dibujan motivos florales. Es larga hasta las rodillas y ajustada al torso. Tiene cuello a la caja y manga larga con forma en el codo. En los faldones delanteros lleva bolsillos con grandes carteras con perfiles curvos y decoradas con botones forrados con cordoncillo dorado entorchado. Se cierra en el delantero.

Es un bello ejemplo de las chupas de moda de la primera mitad del siglo XVIII. La chupa era una prenda masculina que se vestía sobre la camisa y debajo de la casaca. Los faldones, largos y cortados rectos en los bordes delanteros, son un rasgo estructural muy significativo del periodo cronológico indicado, así como el tejido con el que se ha confeccionado.

MODELO DEL MES DE JUNIO

Fig. 15: Casaca de mujer, 1740. Museo del Traje, Madrid (MT001018)

Fig. 17: Detalle de traza “Casaca de muger”, de Geo-metría y trazas… de Juan de Albayzeta, 1720.

Museo del Traje, Madrid

Fig. 16: Chupa, 1720-1740. Museo del Traje, Madrid (MT001052)

Fig. 18: Detalle de traza “Chupa y calzón de usar”, de Geometría y trazas…de Juan de Albayzeta, 1720. Mu-

seo del Traje, Madrid

Los trajes del Albayzeta en la exposición

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GEOMETRIA Y TRAZAS PERTENECIENTES AL OFICIO DE SASTRE POR JUAN DE ALBAYZETA (1720)

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NOTAS

1 Albayzeta aparece en las fuentes consultadas de formas diversas: Albayceta, Albaiceta, Albaizeta. El registro de autoridades del Catálogo Colectivo de Patrimonio Bibliográfico adopta la forma: Albayzeta, Juan de

2 Raccolta di figure eroiche militari, ed ecclesiastiche, padiglioni, paviglioni, emblemmi, e disegni : la maggior parte miniati. Valencia: Grial; Venezia : Fondazione Querini Stampalia,[2004]. Reproducción facsímil del ms. CI. VIII, cod. 1 (=944), del siglo XVI, de la Fondazione Querini Stampalia

3 Geometria y traca para el oficio de los sastres: para que sepan como an de cortar qualesquier generos de ropas, assi de seda, como de pano, tela de oro y de plata, lanilla, y rajeta batanada, y de otra qualquier tela, assi para hombres, como para mugeres, clerigos y frayles / compuesto y tracado por Diego el Freyle, natural de la ciudad de Granada, y vezino de la ciudad de Seuilla, examinado del dicho officio. Sevilla, 1588

4 Llibre compost per Baltazar Segovia, natural y mestre de sastre de Perpinyà ... [Manuscrit] / y copiat per Joan Romeu y Alvertí, sastre en Santa Christina de Aro ... 1805-1806. Barcelona, Biblioteca de Catalunya, ms. 876 És una còpia de la versió impresa; al f. 1: "Y imprès per Esteve Liberós, ab llicencia y privilegi en Barcelona lo any 1617

5 Palau y Dulcet, A.: Manual del librero hispano-americano. Madrid, Julio Ollero, 1990; p. 506. Reprod. Facs. Ed. de: Barcelona, 1923

6 Antonio, Nicolás, (1617-1684): Título: Bibliotheca hispana nova, Madrid, Ibarra, 1783; T. 1, p. 251

7 “La Dirección … acordó dar un voto de gracias a las senoritas Carmen Gutiérrez, Francisca Vela, Nieves de Hoyos y Jacinta García Hernandez, por los trabajos de catalogación de objetos, libros y demás, desinteresada-mente realizados por las citadas señoritas”

8 Capella, Miguel. La industria en Madrid. Madrid, 1962, pp.448-449

9 Núnez Varela y Lendoiro, J. R. Crónica de la ciudad de Betanzos, p. 15 : <http://www.cronistadebetanzos.com/wp-content/uploads/2013/01/ordenanzaszapateros.pdf>

10 Archivo Municipal de Zaragoza (ES. 50297. AM 01.09.01.01 000275 Signatura 10-11-22)

11 “Sastrería”. Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana. Tomo 54, p. 684

12 Cervantes Virtual Cervantes:< http://cvc.cervantes.es/literatura/Clasicos/quijote/edicion/parte2/cap45/default.htm>

13 “Para una historia de la sastrería”, en Kermes, n. 33 (1998); p. 64

MODELO DEL MES DE JUNIO

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Bibliografía

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Freyle, Diego: Geometria y traça para el oficio de los sastres: para que sepan como an de cortar qualesquier generos de ropas. Sevilla, 1588.

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Rocha, Francisco de la: Geometria y traça perteneciente al oficio de sastres: donde se contiene el modo y orden de cortar todo genero de vestidos… Valencia, Pedro Patricio Mey, 1618 < http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000052415&page=1 > [23 de mayo de 2016].

GEOMETRIA Y TRAZAS PERTENECIENTES AL OFICIO DE SASTRE POR JUAN DE ALBAYZETA (1720)

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MODELO DEL MES. CICLO 2016

En estas breves conferencias, que tienen lugar en las salas de exposición, se analizan e interpreta un modelo de especial importancia entre los expuestos. A los asistentes se les entrega gratuitamente un cuadernillo con el contenido de la conferencia.

Domingos: 12:30 h.Duración: 30 min.Asistencia libre

ENEROIlustración de moda. (1934-35)Paloma Calzadilla

FEBREROTraje de alcaldesa de ZamarramalaMª Antonia Herradón

MARZOVestido camisa y spencer, (1800-10)Beatriz Bermejo

ABRILMiniatura de la reina Enriqueta María de Inglaterra,Escocia e Irlanda, Ca.1632Concha Herranz

MAYOConjunto para hombre, de Antonio Alvarado, 1987Juan Gutiérrez

JUNIOGeometria y trazas pertenecientes al oficio de sastre por Juan de Albayzeta, (1720)María Prego

SEPTIEMBREAlbarca cántabraAna Guerrero

OCTUBREMantón de Manila, ca. 1870Lucina Llorente

NOVIEMBREPolisón infantil Elvira González

DICIEMBREPieza por determinar

MODELO DEL MES DE JUNIO

Fig. 19 (contracubierta) “Bandera del Reyno de Aragón” de Geometría y trazas…

de Juan de Albayzeta, 1720.

Museo del Traje, Madrid

MUSEO DEL TRAJE. CIPE

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